Vida de Eduviges Portalet

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    VIDA DE EDUVIGES PORTALET

    Es una constante en Eduviges recibir una prueba, una humillacin, un silencio glacial, una

    tempestad de palabras, recibirlo de rodillas. Y cuando se levanta se retira de puntillas,

    despacito, como para no confundir el ruido de sus pasos con el laberinto de la tormenta,

    su camino es la oracin: entra en una Iglesia, o se arrodilla ante el crucifijo; pero sobre

    todo busca un sagrario. All est su fuerza aunque se trunquen sus planes y se hagan

    trizas sus proyectos no se derrumba el alma. (DLT Pg. 123)

    Las hermanas asignadas a la fundacin de Saintes y toda la comunidad, hacen un retiro

    antes de partir a su destino. (DLT Pg. 150)

    El amor toma en Eduviges diferentes formas a veces la palabra llena de sabidura, en

    ocasiones la tolerancia y el perdn; en otras la justicia y siempre la esperanza. (Pg. 116).

    Se empea en "formar comunidad". Huye del aislamiento. Persiste hasta el herosmo por

    re-unir, superando las barreras que le salen al paso como montaas de egosmo. Es que

    lleva dentro el germen de un carisma alimentado por el perdn, la caridad, el encuentro, el

    servicio, el amor. (DLT Pg. 190)

    Quince aos de trabajo, ha puesto todo el valor de su fe tenaz, todo el detalle de su ser

    femenino, toda la entrega de su ser femenino toda la entrega de su el amor de su corazn

    consagrado, para dar solidez a la espiritualidad de su pequea y amada Familia Religiosa".

    (Pg. 179)

    Cada hermana prometi trabajar por la perfeccin del edificio comn, la Congregacin.

    Es la tnica de sus exhortaciones, de sus cartas, de su ejemplo: Construir juntas el edificio

    comn, que es la comunidad. (Pg. 132)

    Era como una tempestad, como un viento impetuoso. Pero su corazn pronto recobraba

    su natural bondad y sabia aplicar el blsamo, all donde su deber le haba forzado a

    provocar una herida. (Pg. 256)

    La santa pobreza era nuestra compaera inseparable.

    "La divina providencia vela por nosotras con amor maternal y atiende amorosamente

    nuestras necesidades. Cuando yo mas desolada me encontraba, porque todo faltaba y

    nada haba, algn visitante, muchas veces incgnito, golpeaba la puerta para socorrernos".

    (Pg. 260)

    SANTO DOMINGO DE GUZMAN

    Sus compaeros decan: "De da nadie ms comunicativo y alegre. De noche, nadie

    ms dedicado a la oracin y a la meditacin". Pasaba noches enteras en oracin.

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    DECIA : "No puede ser que Cristo sufra hambre en los pobres, mientras

    yo guarde en mi casa algo con lo cual poda socorrerlos".

    "Sabes t, mi querido Domingo, de qu arma se ha servido la Santsima

    Trinidad para reformar el mundo?- Oh, Seora, respondi l, vos lo sabis mejor que yo, porque despus de

    vuestro Hijo Jesucristo fuisteis el principal instrumento de nuestra

    salvacin".

    Carisma dic

    A ejemplo de Santo Domingo, que ansiaba ardientemente la salvacin de los hombres y

    de los pueblos, las hermanas deben saber que han sido enviadas a todos los hombres,

    para que as dirijan toda su atencin en la evangelizacin y la extensin del Reino de

    Dios

    La vida consagrada, enraizada profundamente en los ejemplos y enseanzas de Cristo el

    Seor, es un don de Dios Padre a su Iglesia por medio del Espritu.

    El carisma mismo de los Fundadores se revela como una experiencia del Espritu (Evang.

    nunt. 11), transmitida a los propios discpulos para ser por ellos vivida, custodiada,

    profundizada y desarrollada constantemente en sintona con el Cuerpo de Cristo en

    crecimiento perenne. Por eso la Iglesia defiende y sostiene la ndole propia de los diversos

    Institutos religiosos (LG 44; cfr. CD 33; 35, 1, 2, etc.).

    Los que son llamados a la vida especficamente contemplativa son reconocidos como uno de

    los tesoros ms valiosos de la Iglesia. Gracias a un carisma especial, han elegido la mejorparte, esto es, la de la oracin, el silencio, la contemplacin, el amor exclusivo de Dios y la

    dedicacin total a su servicio...

    Vivir en comunidad es, en realidad, vivir todos juntos la voluntad de Dios, segn la

    orientacin del don carismtico, que el Fundador ha recibido de Dios y ha transmitido a sus

    discpulos y continuadores.