Vicente Maciá Prieto. Mi padre · 2017-09-22 · Vicente Maciá Prieto. Mi padre 5 Desde hace...

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Vicente Maciá Prieto. Mi padre

Demófilo Maciá Martínez

Dedicatòria:

Als meus fills i néts,perquè els hi serveixid’exemple i sàpiguen

honorar el seu cognom.

Vicente Maciá Prieto. Mi padre

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Desde hace años, muchos años, vienen a mi mente recuer-dos de mi infancia y adolescencia. Pero, por encima de todos, destacan aquellos que hacen referencia a mi papá, sí, mi pa-dre, Vicente Maciá Prieto. Y es que, transcurridos tantos años desde su muerte, su figura, su humanidad, se agiganta en mi recuerdo, como un dulce lamento por haberle perdido tan pronto, al dejarnos en una orfandad muy dolorosa, cuando más necesitábamos de él. Conforme han ido transcurriendo los años, ha ido acrecentándose mi admiración hacia él, al co-nocer nuevas facetas de su vida ejemplar, la dedicación total a su familia, sus amigos y su pueblo, llevando hasta lo más extre-mo aquel, su lema, que me dejó consignado en su última carta: Sé trabajador y honrado. Y es que, cada vez que pienso en él, siento aumentar mi admiración al considerar las circuns-tancias en que vivió, su época, los condicionantes de todo ello y, sin embargo, el gran nivel cultural que adquirió y que puso al servicio de las personas y de sus ideales de Libertad, Igual-

dad y Fraternidad.

Demófilo

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Nació en el Barrio de la Estación de Novelda, a la una horas del día 27 de Agosto de 1879, siendo hijo de Vi-

cente Maciá Candela, natural de Crevillente, y de Encarnación Prieto Garriga, natural de Hondón

de las Nieves. En aquel entonces, tenía tres hermanas: Milagros, nacida el 1866; María, nacida el 1870 y Petra, nacida el 1872, todas ellas de distinta madre (su padre se casó cinco veces) y otra hermana, de su misma madre, Vicenta, nacida en 1878.

Vicente Maciá Candela i Encarnación Prieto Garriga

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Su padre, de origen humilde, estuvo durante siete años sirviendo en el Ejército (de 1855 a 1862), en distintos puntos de la península y de África, donde intervino en diversos combates durante la guerra contra los moros, siendo herido durante uno de ellos, por lo que se le repatrió, hospitalizado, a la península. Alcanzó el grado de sar-gento y se le concedió Cruz y Medalla Militar. A su licenciamiento, se estableció y contrajo matrimonio en Crevillente. Al enviudar vol-vió a contraer nuevas nupcias en Crevillente y en 1873 marchó a Orán (Argelia), donde contrajo nuevas nupcias tras el fallecimiento de su última esposa. Regresó a España a finales de 1876 (nueva-mente viudo), estableciéndose en la Estación de Novelda el 23 de Enero de 1877, casándose el 14 de Mayo de aquel mismo año con Encarnación Prieto, la que sería su última esposa.

Diari de Vicente Maciá Candela on constata el naixement del seu fill Vicente Maciá Prieto

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Era una persona de carácter liberal y simpatías republicanas. Ejerció distintos trabajos, la mayoría relacionados con el ferro-carril, estableciéndose, finalmente, como consignatario, o sea agente que efectuaba los distintos trámites de recepción y despa-cho de mercancías, en representación de sus clientes.

Aunque no pudo dar estudios a sus hijos (se ha de tener en cuenta la época y circunstancias que concurrían) sí les dio unos conocimientos elementales y les indujo al estudio y a seguir unas normas de laboriosidad y moralidad.

Tuvo tres hijos más: José Luís (Pepito) nacido el 11 de Ene-ro de 1881, Carmen, nacida el 16 de Julio de1883 y Paulino, nacido el 25 de Marzo de 1887. Finalmente, falleció en No-velda, el 24 de Septiembre de 1894.

Así pues, nos encontramos que Vicente Maciá Prieto, al falle-cer su padre tenía 15 años; era el hermano varón mayor y el que se tuvo que poner al frente de la casa y continuar en el trabajo de su padre. Dos de sus hermanas mayores ya estaban casadas y residían fuera de Novelda, por lo que quedaban en la casa su madre, dos hermanas mayores y dos hermanos y una hermana menores que él.

Como ya se había introducido en los pormenores de lo que era ser consignatario (ayudando a su padre) y era una persona de gran capacidad mental y una enorme laboriosidad, consiguió salir adelante, guardando un especial agradecimiento a algunas personas, por las que tuvo mucha estima, que le ayudaron y acon-sejaron en aquella ocasión.

Un año más tarde, el 27 de Noviembre de 1895, se casa su hermana Petra, mientras él se esfuerza en mantener y acre-centar el número de clientes, a la vez que va ampliando sus conocimientos, con una sed infinita de nuevas materias, pero

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predominando siempre los temas sociales y sintiendo una gran pasión y admiración por los ideales republicanos y el lema de Libertad, Igualdad y Fraternidad, nombres que, posteriormen-te, pondría a sus hijas.

En el mes de Junio de 1897 (a los 18 años) ingresó en la Sociedad Obrera “La Protectora”, como socio de número y en el mismo año, en una nota en su dietario con fecha 15 de Noviembre, dice:

Pagué a la Viuda e Hijos de A. Cantó (Imprenta) por encuadernación de 5 tomos de la Historia España 17,50 pts.que eran la continuación de los dos primeros tomos que había hecho encuadernar su padre años antes, lo que demuestra su interés por el estudio y la cultura.

En el mismo dietario, hay una nota del 4 de Enero de 1898 que dice:

Rs. c.n I... G.....

Albarà i rebut que testimonien el seu treball a l’Estació de Novelda

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que, supongo, se puede traducir como “Relaciones con Inés Galvañ”, quien sería su primera esposa.

El 13 de Febrero de 1898 se presenta para el sorteo de la “mili”, donde saca el número 89 y el 6 de Marzo pasa revi-sión y, al ser tallado, da una alzada de 1 metro 613 mm. En el mes de Mayo marcha a Madrid y el 17 de Junio ingresa en el Batallón Cazadores Ciudad Rodrigo nº 17, en la 4ª compa-ñía. El 26 de Julio pasó a la oficina del Comandante Mayor, donde continuó hasta el 31 de Agosto de 1899 en que fue enviado a casa con licencia trimestral; en Noviembre del mis-mo año se le comunicó, por oficio, continuase en licencia y, solamente, el 14 de Octubre de 1902, tuvo que incorporarse a unas maniobras militares, con el Regimiento de Infantería de Guadalajara nº 20, por Alcira, Gandía, Cullera, Sueca, Silla y Paterna, desde donde regresa a su casa el 25 del citado mes de Octubre.

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Durante el tiempo de su permanencia en la mili, es su hermano Pepito (José Luís) quien queda al frente de las tareas de consignatario, y al que dirige numerosas cartas con consejos y exhortaciones para la buena marcha del despacho y de la familia. Así, por ejemplo, en una de las primeras, del 26 de Junio de 1898, entre otras cosas le dice:

Mucho cuidado con todo, cumple lo mejor posible; que nadie se burle de ti; y con los hermanos pórtate bien, a Paulino aplícalo y que no deje de ir a la escuela, sino de día de noche y tú enséñale todo lo que esté a tu alcance, pues ahora es la única edad para aprender.

También me dirás como va el huertecíto, gallinas, conejos, palomos y demás frioleras...

En otra carta, ésta del 14 de Octubre del mismo año, dirigida a su madre y hermanos dice:

Pepito, a ti te guardo para el último, pues te tengo que decir muchas cosas y reprenderte en algunos de los actos ejecutados bajo tu autoridad.

Han llegado a mí noticias que eres muy descuidado, que algunos talones (de ffcc.) te los guardas y no los remites hasta varios días. Que te descuidas en retirar las mercancías y después cobran almacenajes, y esto son pequeñeces que quitan mucha fama al apellido que llevas.

Yo, solo te encargo por bien tuyo y el de mi querida madre y hermanos, pon-gas mucho cuidado en lo que haces, pues bien sabes quien es Quesada y cuando notare alguna falta en ti le faltará tiempo para comunicarla a los parroquianos tuyos, que te guardan consideración por la memoria de nuestro querido padre (Q.E.P.D.). Pues solamente te encargo que cumplas lo mejor posible y en mu-chas ocasiones vale más perder un real que ganarlo.

Y, como otra muestra más, en carta de 22 de Junio de 1899, vuelve a decirle a su hermano Pepito:

Contéstame y dame detalles (que siempre te pido y nunca me complaces), pues deseo saber todo lo que pasa por esa, pues es todo mi deseo saber de mi tierra y de cómo van las cosechas y el negocio de esa estación.

Así pues, licenciado el 31 de Agosto de 1899, regresa a No-velda y vuelve a reintegrarse a su ocupación habitual, mientras

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su hermano Paulino marcha a Madrid y, en Junio de 1900, a su hermano Pepito lo envia a trabajar a Barcelona.

En 1900, fue socio fundador de la “Virtud Cooperadora”, Sociedad Obrera no fumadores, con el título de Socio nº 1 (del 8-11-1900), en la que ejerció de secretario. Según los estatutos:

Esta sociedad tiene por objeto: 1º Con el gasto mensual que tenga que hacer cada socio en la compra de tabaco, formar un fondo, el cual se invertirá de la mejor manera, en bien de los asociados. 2º Disponer como auxilio, anticipos o socorros según los recursos y circunstancias de cada caso.

Formalizó sus relaciones y contrajo matrimonio con Inés Gal-

vañ García, de Crevillente, el 25 de Julio de 1901. Este mismo año, ingresó como socio nº 451 en “La Emancipación”, So-ciedad Obrera Varia, cuyo objetivo era, según el artículo 1º de su reglamento:

Inés Galvañ García, va ser la primera esposa

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“Mejorar la condición de sus asociados en el orden moral y material, lle-varle al conocimiento de sus derechos mediante la instrucción, y a la mejora de sus intereses, procurándole mejoras en la forma de verificar el trabajo y mayores benefícios en el salario”.

En el año siguiente, 1902, a las ocho horas del 24 de Abril, nació su primer hijo, a quien puso el nombre de Victor-Hu-

go, en honor del famoso dramaturgo francés (aunque en un principio parece ser pensó ponerle el nombre de Voltaire), y desgraciadamente, el niño falleció el día 5 de Junio del año siguiente.

El día 5 de Mayo de 1904, nació su segundo hijo, una niña, a la que puso por nombre Libertad, si bien en la Iglesia fue bauti-zada con el nombre de Irene, pues, a pesar de sus ideas liberales y anticlericales, aceptó bautizar a todos sus hijos, con la idea de que fueran estos quienes expresaran, libremente sus opciones es-pirituales, pues tenía mucho respeto y admiración por la figura de Jesucristo, al que ponía como ejemplo en muchas ocasiones.

Establecido en España el Instituto de Reformas Sociales, el 27 de Noviembre se convocó en Novelda a patronos y obreros, para elegir a los miembros de la Junta Local, siendo elegido entre los seis miembros que lo fueron por parte de los obreros.

En 1906, el 2 de Junio, nació su tercer hijo, una niña también, a la que dió el nombre de Igualdad (bautizada con el nombre de la madrína, Carmen), la cual falleció a consecuencia del saram-pión el 16 de Agosto de 1908. El 23 de Julio de este mismo año, 1908, nació su cuarto hijo, de nuevo una niña, a quien puso el nombre de Fraternidad (bautizada con el de María, que era el de su madrina.

En el año 1909 es uno de los entusiastas impulsores y el primer firmante de la Comisión Organizadora de los Estatutos y Regla-

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mentos de la “Sociedad Progreso”, presentados para su apro-bacíón al Gobernador Civil, y cuyo objetivo era el de Provisión para la Construcción de Casas Económicas en el Barrio de la Estación de Novelda. En el capítulo 1 de dicho Reglamento se establece:

Artículo 1º. El capital social será indeterminado y se formará:Con los dividendos activos semanales que deberá satisfacer cada socio durante el tiempo que permanezca en la Sociedad.Con las cuotas de alquileres de las casas construidas.Con los ingresos eventuales que resulten.

Artículo 2º. Las cuotas serán de una peseta semanal; serán nominales, transferibles e indivisibles, pudiendo un mismo socio adquirir varias, sin exce-der en ningún caso de diez.

Y, entre otras particularidades, el artículo 45 recoge que:Caso de disolución de la Sociedad, se devolverá a cada socio, que en aquella

fecha existiera, lo abonado por cuotas semanales, quedando el sobrante, si lo hubiere, a beneficio de las Escuelas Públicas de este Barrio, para emplearlo en material y menaje.

Si la cantidad sobrante fuese mayor de 300 pesetas, será destinada a la construcción de un local en el Barrio, para pernoctar los pobres transeúntes.

Artículo 46. La Sociedad no podrá ser disuelta mientras queden diez socios que deseen continuarla.

Artículo 47. Para todos los casos de votación, cada socio tendrá un solo voto, aunque sea poseedor de varias acciones.

Durante todos estos años, poco a poco, fue engrandeciendo su patrimonio y, a finales de 1909, en documento notarial, se recoge el permiso que le concede Dª Antonia Navarro Mira, propietaria de la acequia que discurre lindante con un solar de Vicente Maciá Prieto, para que éste pueda cubrir el cauce y edificar, como am-pliación de la casa en que ya vivía, obras que se efectuarían en los años siguientes.

El 30 de Diciembre de 1910, nació su quinto hijo, en esta ocasión un varón, a quien puso de nuevo el nombre de Vic-

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tor-Hugo, y en el año siguiente, el 15 de Octubre de 1911, redacta un testamento ológrafo, cuya transcripción es la si-guiente:

Testamento ológrafo que con arreglo al artº 688 del Código Civil vigente, hago hoy día quince de Octubre de mil novecientos once para caso de que no pudiera testar ante notario público antes de mi fallecimiento.

Yo, Vicente Maciá Prieto, natural de Novelda, provincia de Alicante, de 32 años de edad, casado con Inés Galvañ García, natural de Crevillente, de la misma edad, y teniendo tres hijos, una niña llamada Libertad, otra Fraternidad y un niño Victor-Hugo, estando en este día en el completo goce de todas mis facultades y de todos los derechos civiles y sociales, por propio impulso, sin coacción de ninguna especie declaro y exijo, a los efectos de las Leyes vigentes lo que sigue: 1º En caso de verme con síntoma de enfermedad grave, que sea pronosticado por los facultativos de que corre riesgo mi vida, quiero se telegrafíe a mis hermanos y familia por si pueden acudir a mi lado en los últimos momentos de mi vida.

2º Exijo terminantemente sea prohibida la entrada en mi estancia a todo sacerdote ó religioso que con pretexto de facilitarme los auxilios espirituales, quiera o llamen (algunos caritativos católicos) para darme los consuelos de la religión cristiana. Además, para creer en Dios ó en la Naturaleza y en Cristo el Dios-hombre, no necesito de cómicos intermediarios, que lo pinten a su ca-pricho y comercien vilmente con él y su religión. Yo le adoro y admiro tal como es, todo grandeza, todo humildad, pero sin llegar al orgullo, ni bajar a la vileza como hacen sus llamados ministros.

3º Tan pronto haya exhalado el último suspiro, pido a mi esposa, hijos, hermanos (madre, si aún vive) y amigos, que me quieran, que hagan correr la voz de mi fallecimiento, para que amigos y allegados lo sepan, por si tienen la voluntad de acompañarme a la última morada.

4º Mi entierro, será puramente civil, siendo acompañado por la banda municipal a los acordes de “La Marsellesa” música tan grata a mis oídos por sus trovas a la Libertad, la cual he codiciado en la vida sin poderla po-seer. Quiero que la caja que deposite mis restos, sea lo más modesta posible (en este mundo todo es ficticio) pues la tierra se ha de comer con el tiempo el lujo que se pusiera en ella. Mi mortaja, que consista en el traje más modesto que tenga. Y

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5º Prohibo terminantemente se me hagan rezos, ni misas, ni ninguna clase de oraciones, pues vivo muy tranquilo y creo Dios me habrá perdonado si he cometido alguna falta, pues harto he purgado en la vida terrestre, teniendo que trabajar incesantemente para procurar el bienestar de mi esposa y familia. Pido

Portada del testament ològraf de 1911

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a todos los que haya podido ofender o perjudicar, me perdonen, pues en este mundo todos tienen momentos de ofuscación ó gérmenes de venganza, aunque he procurado siempre contenerme todo lo posíble, pero hay momentos que no se pueden evitar. Ruego a mis hermanos y amigos procuren y aconsejen en bien a mi esposa é hijos, para poder salir adelante en trances imprevistos.

-------Mis bienes--------------Destino de ellos----------

1º Poseo dos acciones del Banco de Préstamos de Novelda nº 866 y 867, cuyas acciones solo dan de producto el dividendo que resulte por ganancias cada año. Estas acciones pasarán directamente a mis hijos y solo, en caso de gran necesidad, serán vendidas por mi esposa, que será usufructuaría mientras viva.

2º Soy socio de la General de empleados de los ferrocarriles de España, la cual por mi defunción y con arreglo a reglamento, tienen derecho mi mujer y mis hijos a una pensión que oscila entre 3 y 400 pesetas anuales. En el caso de contraer segundas nupcias mi esposa, ella, no percibirá nada, pero si mis hijos quedan solteros, pueden seguir disfrutando la pensión. (En todo lo que se refiere a esta Sociedad, mis amigos los empleados pueden interesarse para su expediente y cobro).

3º Poseo una participación de la Asociación de 1907 de la Mutual Franco-Española nº 33.391, la que a mi fallecimiento pasa a mis hi-jos como legítimos herederos y, según en la época que esté, así tiene su valor, y pueden continuarla hasta finalizar o retirar el capital que haya ingresado.

4º Igualmente tengo asegurados a mis hijos (seguro de vida infantil) en la Sociedad “La Actividad” de Pamplona y las pólizas, como todos los do-cumentos a que me refiero en los párrafos anteriores, están guardados en una carpeta en mi estantería de la derecha, primer estante, y hay que regirse por sus condiciones, que una persona de confianza puede dar luz de ellas.

5º Poseo un trozo de tierra (tahulla y media) y dos casas que he edificado en 1897, cuyas escrituras están en la carpeta que menciono anteriormente, de cuyas fincas será usufructuaria mi esposa, pero pasarán directamente a mis hijos, pues ellos son el motivo de poseerlas.

6º Poseo tres acciones de la “Sociedad Progreso” que dan derecho a tres casas, abonando lo que determina el Reglamento y caso de no poder seguir

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pagando a la Sociedad, esta devolverá lo por mí ingresado con el descuento señalado en el Reglamento.

7º Los cuadros, retratos y librería así como los demás objetos de mi despacho quiero sea todo para mis hijos y, estos, deben fraternizar y repartirlo equitativamente entre ellos.

Los muebles, ropas y efectos de uso quedará todo usufructuándolo mi espo-sa, quien hará de ello el mejor uso y destino que crea oportuno.

A mis hijos, les ruego, sean mesurados y se conformen con lo que les corres-ponda y que se basen en la equidad como es mi deseo.

Como mi cargo lo trae consigo, llevo una infinidad de cuentas abiertas, de las cuales soy acreedor en gran parte, pero en otras soy deudor, y quiero que en el momento yo falte, se le dé el encargo a una persona amiga y que entienda los asuntos míos para que liquide, procurando en primer lugar pagar lo que yo deba y luego cobrar todo lo que a mí se me deba, pues quiero que al recordar mi nombre cualquiera, no tenga que decir una pa-labra ofensiva para mi apellido, que con tanto orgullo he ostentado y que lego a mis hijos.

A mis hijos les pido imiten con su honradez y laboriosidad, que si así lo hacen les bendecirá desde lo infinito su padre

Vicente Maciá Prieto(firmado y rubricado)

Todas las páginas van rubricadas según ordena la Ley y está la presente sin enmiendas ni raspaduras.

Así llegamos al 11 de Mayo de 1913 en que, a las siete de la mañana, fallece su esposa Inés Galvañ García, la cual recibió se-pultura a las 6,30 de la tarde del mismo día. Por lo tanto, quedó viudo, con tres hijos, entonces de nueve, cinco y dos años y medio, respectivamente, por lo que un poco más tarde decide buscar una nueva esposa. Y es así como el 25 de Noviembre de 1913 escribe a la que sería su futura cónyugue:

Señorita Basilisa: Enterado por completo de lo ocurrido en ese pueblo, que tanto han hablado de V. y de mí, sin fundamento alguno, y entrando en mis cálculos contraer matrimonio muy en breve, me permito hacerle una pregunta

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que le agradeceré me conteste categóricamente sin rodeos ni pretextos; la pre-gunta es la siguiente:

¿Tendría V. inconveniente en ser mi esposa dentro de un mes?.Un si, ó no, espero enseguida, pues V. ya me conoce, y yo tengo las mejores

referencias suyas, por lo que de convenirle mi proposición iré el domingo próxi-mo para prepararlo todo y para Navidad, verificar la boda.

De una u otra manera le suplico mucho secreto, pues no conviene dar a conocer a la gente lo que no le importa.

Yo, por mi parte, no he de decirle mas que no mando la carta por correo, por que los carteros conocen mi letra y al llevar la carta directamente se habrían de enterar varios.

De cumplirse mis deseos sería feliz, y creo que V. tal vez lo fuera, pues ese es mi anhelo, y a mi lado nada le faltaría de cuanto V. por hoy pueda ambicionar, gracias a mi modesta situación en la vida social.

Espera contestación antes del sábado su affº S.S. q.b.s.p. Vicente Maciá

(rubricado)

Recibida respuesta afirmativa, hay un intercambio de cartas a través de familiares afines, puesto que si bien la madre de la futura contrayente estaba de completo acuerdo, el padrastro (a quien ella llamaba tío) se oponía totalmente. Por todo ello, la carta del 16 de Diciembre de 1913 dice:

Querida Basilisa: Te supongo enterada de que el asunto de la Iglesia está ya despachado y por lo tanto dispuesto para nuestra unión cuando tu dispongas, pues hoy he recibido carta del señor Cura de ahí, en la cual me lo comunica.

Yo, todo lo tengo prevenido para ir el sábado por la noche, pero espero tu contestación, para decidir, pues si tu estás decidida como me prometiste, solo espero tu aviso para marchar.

Si estás conforme con lo prometido, tenlo todo prevenido, la ropa en el baúl ya arreglado, pues yo iré lo más incógnito posible, llevaré una tartana preveni-da y cuanto haga falta para nuestro viaje.

Yo, ya procuraré hablar contigo cuando vaya, pues creo llegaré ahí sobre las ocho de la noche e iré a casa de tu tía para avisarte.

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Si comprendes que tu tío ha cambiado de parecer, y está conforme, no ten-dría inconveniente en esperarme unos días más para ver si podíamos ahorrar algún disgusto a tu madre, pero si insiste en su pensamiento, ya sabes que sólo espero tu aviso para hacer lo que tu digas.

Así es que espero tu contestación el viernes sin falta, para poder determinar una u otra cosa, pues todo depende de tu contestación.

Mucho conocimiento y mucha reserva es lo que se necesita en la actual situación, así es que te ruego seas muy prudente para salir en bien del paso.

El que te quiere, para él solo Vicente

(rubricado)

A la que recibe la siguiente contestación:Hondón de las Nieves a 18 de Diciembre de 1913Querido Vicente: recibí la tuya y enterada de ella veo que estás prevenido,

pues yo también lo estoy, dispuesta para el sábado, porque mi tío está lo mismo

El desembre de 1913 hi va haver un intercanvi de cartes, just abans del casament amb Basilisa Martínez. Aquesta n’és un exemple

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o peor, y ahora como no te ha visto, para él que no sigue la cosa adelante y por lo tanto se hace muchas ilusiones de que sino me caso contigo nos lleva a Alicante. Por eso quiero que cuando vengas, que sea al tarde, para que nadie se entere, por evitar un compromiso, por que ya lo conoces.

También te digo que cuando vengas que vayas a casa de mi tía, para ver a qué hora nos parece mejor, que yo haré lo posible para ver si puedo salir.

Vicente, harás el favor de cuando pases por Novelda de mercarme una sortija, que aquí no hay y me hace mucha falta. Sin nada más que decirte, recibirás el corazón de esta que te espera y lo es

Basilisa Martínez(rubricado)

Así mismo es digna de transcribir la carta del señor cura párro-co de Hondón de las Nieves, que dice así:

Hondón de las Nieves 17-12-913Sr. D. Vicente Maciá PrietoMuy señor mío: en mi poder su atenta y enterado digo a V. que aquí

también hay la misma costumbre de avisar 24 horas antes, y recoger una licencia firmada por el Juez, pero no se preocupe V. de eso, pues yo a pre-vención ya he dado ese paso y, sin decir para quien y sin miedo de que nadie se aperciba, me proporcionarán una licencia sin fecha y cuando yo la pida, antes o después del acto.

Así que V. disponga viaje cuando guste, que yo ya estoy prevenido; pero no olvide, para sus planes, que ha de ser de sol a sol y que ese día han de subir Vds. a contestar antes del acto, así viene en el documento que ya se lo leeré a V. y he de extender un acta con tres testigos que depongan su estado civil y el de la futura; pero esto tampoco obsta, pues yo haré que los testígos sean todos de confianza de V. y mía y nadie se apercibirá.

Y con este motivo se repite de V. affmo. S. S.José Vicedo

(rubricado)Cura

Con todo lo cual llegamos a la siguiente anotación en su men-cionado dietario:

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1913, Diciembre 21. Contraje mi segundo matrimonio con Basilisa Mar-tínez Tortosa, de 18 años, Hija de Manuel Martínez Flores y Basilisa Tor-tosa Bellod, de Hondón de las Nieves. Padrinos Antonio Iñesta Sala y María Martínez Flores (tía de mi esposa), me casé en breve.

Este mismo año, entre otras efemérides, hace constar que:El 12 de Octubre de 1913, se inauguró el agua potable, ó sea la fuente del

Barrio, y el 1º de Noviembre del mismo año, se inauguró la luz eléctrica en el Barrio. El 10 del mismo la instalé yo.

El 15 de Septiembre de 1915, a las 18 horas, nació su sexto hijo (primero de la segunda esposa), otra niña, inscrita en el Registro Civil el día 17 del mismo mes, con el nombre de Igualdad y poco antes de que transcurriera un año, el 12 de Septiembre de 1916, falleció y fue enterrada el mismo día.

Vicente Maciá Prieto i Basilisa Martínez Tortosa es van casar pocs dies abans de Nadal de 1913

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Nuevamente un 15 de Septiembre, pero del año siguiente, 1917, na-ció su séptimo hijo que con el nombre de Progreso fue inscrito en el Registro Civil y bautizado con el nombre de Manuel el día 7 de Octubre.

Como toda su vida, durante aquellos años perteneció al Par-tido Republicano y fue uno de los presentes en la Asamblea cele-brada el 14 de Abril de 1918, en la que se decidió el lanzamiento de acciones nominales de cinco pesetas, para la recaudación de fondos con los que adquirir el inmueble para Casa del Pueblo, de las que adquirió algunas y de la que guardo constancia de la que lleva el número 3.

El 4 de Abril de 1920, a las 22 horas, nació su 8º hijo, al que inscribió en el Registro Civil con el nombre de Wilson (en honor del Presidente de los Estados Unidos de América, con cuya inter-vención finalizó la primera guerra europea de 1914-1918) y el 9 de Mayo siguiente se le bautizó con el nombre de Vicente.

Durante los siguientes años siguió trabajando duro e incre-mentando, poco a poco, su patrimonio, engrandeciendo el huer-to, por el que tenía gran predilección y al que dedicaba todos los momentos que sus ocupaciones le dejaban libre. Allí, cultivaba frutas, hortalizas y verduras para el consumo de la casa, así como unas tablas de alfalfa para los animales que también criaba. Pero tenía especial esmero en unos cuadros de tierra con jardinería, donde cuidaba con verdadero mimo los rosales, dalias, nardos, margaritas, crisantemos y otras muchas variedades de plantas.

En el año 1925, el 27 de Septiembre, nació su noveno hijo, al que puso el nombre de Demófilo, nombre griego cuyo significa-do es el de “amigo del pueblo” pues, bajo este seudónimo, escri-bía y publicaba sus trabajos un ferviente y entusiasta personaje republicano de aquel entonces. El nuevo hijo fue bautizado con el nombre de Ignacio, siendo sus padrinos su hermana mayor, Libertad, y el marido de esta, Ignacio Nieto Fernández.

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En el año siguiente, adquirió unos terrenos lindantes con su domicilio (edificio de su propiedad), en los cuales comenzó a lle-var a la realidad una ilusión acariciada desde algún tiempo atrás: la construcción de una sala como teatro y de otra sala como casi-no, para el recreo y solaz de los habitantes del Barrio. Al teatro le puso el nombre de “Salón Dicenta”, en honor del ilustre escritor y dramaturgo D. Joaquín Dicenta (1863-1917), autor entre otras obras de “Juan José”, “Honra y vida” y “Los irresponsables”, to-das ellas impregnadas de un profundo contenido social. Allí, en el teatro, actuaron muchas de las compañías de drama, comedia y zarzuela que, en aquellos tiempos hacían “tournés” por provin-cias, lo que casi siempre le representaba un quebranto económi-co, a pesar de lo cual no desfallecía. Pero es que, por otra parte, disfrutaba en la organización de otras funciones en las que junto con otros amigos (mujeres, hombres y niños) del barrio, eran los propios actores; buena prueba de lo cual eran los muchos libretos y transcripciones de diferentes papeles que se guardaban en su despacho. También hubo unas temporadas en que se hizo cine, pues había una cabina elevada para instalar la correspondiente maquinaria y también la oportuna pantalla.

En cuanto al “Casino”, dentro de su sencillez ( lo mismo que el Teatro), era centro de reunión, descanso y distracción, donde también se celebraban fiestas y bailes por Carnaval y en otras ocasiones.

Pero el Teatro, no solamente fue usado en los cometidos antes citados sino que, por su capacidad, fue centro de reunión para otros objetivos de interés social para el Barrio como, por ejemplo, las distintas reuniones de vecinos que se efectuaron allí en el año 1930, para designar una comisión que gestionase con el Ayunta-miento de la ciudad (Novelda), la propuesta de rotulación a las calles y plazas del Barrio de la Estación, así como para exponer los resultados de la misma. Como casi siempre, él fue uno de los promotores y de los comisionados y todo ello lo tengo documen-

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tado con las correspondientes copias de actas, planos y escritos oficiales.

Y es también, en este año 1930, cuando nace el 11 de Julio, su décimo hijo, a quien decidió poner el nombre de Edison, como homenaje a Thomas Alva Edison (1847-1931), el genial inventor norteamericano (típico representante del periodo que llevó a los Estados Unidos a la vanguardia del progreso técnico e industrial). Este nuevo hijo fue bautizado con el nombre de Paulino-Joaquín y apadrinado por sus hermanos Víctor y Fráter (así es como llamá-bamos a nuestros hermanos Víctor-Hugo y Fraternidad).

En el año 1931, con la proclamación de la República, el 14 de Abril, vivió la emoción y el entusiasmo de aquellos momentos por los que tanto había luchado y suspirado. Yo tengo un vago recuer-do de aquellas jornadas, y me veo envuelto por la multitud (la casi totalidad de la gente del Barrio) que, tras la bandera republicana, dando vivas y cantando canciones del momento, bajamos hasta el pueblo, fundiéndonos en la gran manifestación allí organizada.

En el año 1933 construyó una balsa en el huerto, para el re-gadío del mismo. Ésta, la balsa, se hizo en la parte más alta del terreno, para lo cual se arrancó una enorme y vieja higuera, que nos proveía de brevas e higos cada año y que había sido plantada el 15 de Febrero de 1880 por su padre, y donde se excavó más de un metro de profundidad para ello (en esto sus hijos fueron los que lo sudaron). Después los albañiles efectuaron la construcción, de la que me quedó bien grabada la siguiente anécdota. En aquel entonces, tendría yo ocho años, los mediodías y hasta la hora de comer, una vez salía de la escuela, me iba corriendo al huerto para ver como iban las obras y merodear por allí; los obreros, en plan de broma, me llamaban el “capataz”. Un sábado por la noche mi madre, en la cocina, me dijo que fuera a decirle al papá (como en tantas otras ocasiones) que la cena ya estaba a punto, así es que fui a su despacho para avisarle. Allí estaban los obreros

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que habían ido a cobrar la semanada y, al verme, me saludaron con un “hola, capataz”. Entonces mi padre les inquirió el porqué de llamarme así, a lo que contestaron que porque iba mucho con ellos y era muy “trabajador”. Ante tal aseveración, abrió el cajón central de su mesa de despacho, en el que entre otras cosas tenía dos cestitos, uno con monedas de plata y en el otro las de cobre, y, tomando una moneda de plata de dos pesetas, me la entregó diciéndome: “Así me gusta, que seas trabajador”. De esta manera fué como “gané” mis primeras dos pesetas que, por otra parte, me apresuré a dárselas a mi madre, lleno de emoción.

En el año siguiente, 1934, en un día memorable, el 14 de Abril, nació su undécimo y último hijo, una niña, a la que se le impuso el nombre de Igualdad y cuya acta de inscripción en el Registro Civil, el día 16 de Abril, firmaron sus buenos amigos José Gras Mira y Enrique Rizo Pastor. Fue bautizada con el nombre de En-carnación por sus padrinos Victor-Hugo Maciá y Encarnación Sala Crespo.

Durante todos estos años, a la alegría de los últimos naci-mientos se contrapone el dolor y el callado sufrimiento por la grave enfermedad de su hija Fraternidad que, durante siete años de lucha continua, en permanente búsqueda de una impo-sible curación, recorriendo a los más afamados especialistas de Madrid y Barcelona, acabó con su fallecimiento (a los 27 años) el 25 de Noviembre de 1935. Recuerdo, como si fuera ahora, la gran manifestación de duelo que significó aquel entierro. El Barrio entero siguió a pie, hasta Novelda, el féretro cubierto con la bandera republicana y la banda de música tocando el Himno de Riego (era expreso deseo de la finada). En el número 54 de la calle Mayor se hizo un alto y se mostró a la difunta a los amigos y conocidos de Novelda, hasta las l6 horas en que, como se hi-ciera antes, a los sones de dicho himno, la comitiva se dirigió a la Glorieta de Pablo Iglesias, donde se despedía el duelo; pero la muchedumbre siguió hasta el cementerio, donde fue inhumado

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el cadáver, en el sencillo panteón que pocos años antes había hecho construir. De aquellos años, recuerdo que, al regreso de uno de los viajes a Madrid, mi hermana Fráter me contaba que habían ido al teatro, a ver unas zarzuelas, de las que me contaba el argumento y lo mucho que le habían gustado, especialmente “Luisa Fernanda” entonándome alguna de sus canciones. En otras ocasiones me contaba algunos cuentos y siempre me daba alguna chuchería de las que tenía en la mesita de noche y que le habían regalado a ella.

•••

A todo esto, ¿cómo era él?, ¿cómo le veíamos nosotros? Le recuerdo perfectamente, en los años treinta, en los que todavía yo iba a la escuela o, después, cuando me mandaron a Alicante, para estudiar el bachillerato. Era muy madruga-dor y le gustaba ir un rato al huerto antes de irse al trabajo. También le gustaba bajar, a primera hora, a Novelda, en día de Mercado y lo hacía a pie, regresando a la Estación con el coche que cubría el servicio para el tren correo que baja-ba de Madrid. Yo le había acompañado en más de una oca-sión, porque la noche antes nos preguntaba si alguien quería acompañarle. En el mercado era muy popular y conocido, tanto por los vendedores como por el resto del pueblo, así es que ir con él era un continuo parar, saludar a unos y otros y, de vez en cuando, yo recibía pequeños obsequios y frases de elogio de algunos de ellos.

Era sencillo en el vestir y le gustaba la ropa y el calzado có-modos; para el trabajo, usaba un guardapolvo gris y en el huerto siempre tenía ropa usada de recambio. A sus hijos nos trataba con una mezcla de amor y autoridad, que nos hacía sentir por él un profundo respeto y veneración. Tal vez estas líneas están escritas bajo estas consideraciones, pero es así como lo siento. Éramos una familia numerosa, pero que, casi siempre se veía aun mayor con la presencia de otros familiares, tíos y primos,

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principalmente, que pasaban temporadas con nosotros. Y es que los lazos fraternales con sus hermanos y demás familiares siempre fueron muy estrechos y a él se le tenía en mucha con-sideración y era muy querido. A la hora de la comida y de la cena, él presidía la gran mesa, con tablero de mármol, y los más pequeños comíamos en una mesa más pequeña, también con tablero de mármol, aunque en bastantes ocasiones aun se había de habilitar otra mesa. Recuerdo que más de una vez, estando comiendo, llamaba algún pobre a la puerta y entonces le hacía pasar y que le sirvieran lo mismo que a los demás.

A todos los hijos nos procuró la mejor instrucción posible, pri-mero en la escuela y después con la ampliación de conocimientos en otras esferas; así, por ejemplo, a mi hermana Fráter, le compró un piano y le puso un profesor de música; a Víctor, le preparó para que algún día fuera su sucesor en el mismo trabajo que él hacía; a Progreso, le mandó a estudiar el bachillerato en Madrid y después a la Universidad en Valencia; Wilson no quiso seguir estudiando, después de la escuela, y entonces le dijo que tendría que aprender un oficio y empezar a trabajar; a mí me mandó en junio de 1935, primero a Valencia, con mis tíos, para que mi tía Eduvigis, que era maestra, me preparara para hacer el examen de ingreso para el bachillerato y, una vez aprobado éste, después a Alicante, con mis tíos Miguel y María, a iniciar los estudios de bachillerato, y en cuanto a Edison e Igualdad eran muy pequeños cuando se inició la guerra.

En el año 1936, como afiliado de Izquierda Republicana, for-ma parte de la candidatura del Frente Popular de Novelda, que obtuvo el triunfo en las elecciones del l6 de Febrero, con lo que fue elegido concejal. También, durante varios años, fue el Alcalde del Barrio de la Estación.

Con la insurrección militar del 18 de Julio de aquel mismo

año, puso todos sus afanes en la lucha por el mantenimiento de

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la legalidad republicana, aunando esfuerzos con sus compañe-ros y amigos por el bienestar de su pueblo y el de las milicias voluntarias, que pronto se dirigieron a los frentes de combate. Su hijo Progreso fue uno de los primeros en marchar, con la “Columna de Alicante”. Poco después, también lo hizo su hijo Wilson (tenía entonces 16 años). En los primeros meses de gue-rra y como consecuencia de la misma, empezaron a llegar a Novelda refugiados de los frentes de combate, especialmente del frente de Extremadura, así como heridos para los que se habilitó el casino de Novelda como centro hospitalario. Ade-más se empezaron a construir en Novelda unas fábricas de mu-niciones y le nombraron Delegado de Transportes, del Gobier-no de la República, cargo que ejerció durante toda la guerra, por los conocimientos que tenía sobre dicha materia, lo que hizo que multiplicase su actividad, levantándose cada día muy temprano y acostándose a altas horas de la noche.

Rebut del pagament de la quota a Izquierda Republicana

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En el año 1937, con motivo de la reorganización de las mi-licias y su transformación en lo que se llamó Ejercito Popular, fué por lo que llamado a filas su hijo Victor-Hugo, quien hasta entonces había estado ayudándole en sus tareas, tuvo que re-clamar a su hijo Wilson que había marchado voluntario y era menor de edad, por lo que éste, regresó a casa.

Su sentido del deber y la rectitud de su proceder, le valió ser tildado, por algunos exaltados, de “fascista”; pero, por otra parte, fue muy querido y admirado en el Barrio. Cuando avan-zado el curso de la guerra fueron escaseando los víveres, jamás permitió que su condición de dirigente le sirviera para propor-cionarle ventaja alguna, pues, decía, que todo lo que hubiera debía ser para los que luchaban en los frentes, a donde se había de dirigir todo lo necesario.

Así es que yo (entonces con 12 y 13 años), tuve que hacer una serie de viajes, con mi tío Miguel, a la Mancha, para traernos trigo (que cambiábamos por jabón, hecho en casa, o por sardinas, que también habíamos conseguido a través de cambios en Muchamiel). Con ello y lo que cultivábamos en el huerto, íbamos sorteando aquellos tiempos difíciles que después... serían peores. Wilson, a principios del 1938, volvió a marchar al frente, primero al de Ma-drid y después al del Este, en Cataluña, luchando en los frentes de Lérida y a continuación en el del Ebro, que acabó con la retirada y el paso de la frontera francesa a principios de febrero de 1939.

De esta manera, llegamos al mes de Febrero de 1939. En aquel entonces mi hermano Progreso, que después de su estancia en el frente de combate ingresó en la Escuela Popular de Guerra, de don-de salió con el nombramiento de Teniente, tras haber pasado por otros puntos, había sido destinado como Jefe de una Compañía de Panificación, en Benaguacil (Valencia), desde donde se suministraba diariamente, con camiones, el pan, para el frente de Teruel. Desde allí, pidió a mis padres que me dejaran ir a pasar una temporada

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con él; estos accedieron y, a primeros de Marzo llegué a Benaguacil. Recuerdo que pasé unos días muy buenos, como unas vacaciones; no nos faltaba la comida e incluso el Comisario de la Compañía, que se apellidaba León, me regaló una pastilla de jabón de toca-dor “Heno de Pravia” (todo un lujo y rareza en aquellos tiempos). Íbamos al cine, a pasear, leíamos, etc. Pero también hubo una conversación que se me quedó muy grabada y fue la de cierto día en que estábamos charlando mi hermano Progreso, el comisario León y yo. Les estaba explicando “mis aventuras” por La Man-cha, en busca de trigo y, entonces, el comisario dijo a mi hermano: “Y ¿cómo es que no has sido capaz de enviar un saco de harina a tu casa?”, a lo que respondió mi hermano: “Por dos motivos: primero porque esta harina es para los que luchan en el frente y, segundo, porque si lo hiciera, mi padre me partía la cara”. Así eran los valores que nos eran imbuidos y la forma como fuimos educados por nuestro padre.

Ante el cariz que iban tomando los acontecimientos, hacia fi-nales de Marzo fue mi padre a buscarme, coincidiendo con los momentos finales de la contienda. Nos dirigimos a Burjasot y Va-lencia, a casa de mis tíos, en donde nos sorprendió la entrada de las fuerzas franquistas. Mi padre y yo nos reunimos allí con mis tios, sus hijos, Progreso, Víctor y otros primos franco-españoles.

Mi padre quería regresar enseguida a Novelda y mis tíos porfiaban porque se esperase, ya que no quería marcharse fue-ra. Pero él, insistía en que no había cometido ningún delito, sino tan solo defender sus ideales, y, por tanto, no le podía ocurrir nada grave y sí que debía estar con su esposa e hijos. Por consiguiente, tras cambiar todo el dinero que llevaba por la nueva moneda en circulación, pudimos sacar billetes de fe-rrocarril para el 13 de Abril y al día siguiente, 14 de Abril de 1939, sobre las ocho de la mañana, arribábamos a la Estación de Novelda. Tras los primeros momentos de emoción, por el reencuentro de la familia e intercambio de impresiones, des-

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pués de asearse, bajó a Novelda, para presentarse a las nuevas autoridades, siendo detenido a las 9,30 horas por la Falange, en cuya sede pasó el resto del día hasta las 18 horas, en que lo ingresaron en la Prisión de Partido de Novelda.

Allí, le fue a hacer compañía su hijo Victor-Hugo que, a las 14 horas del día 9 de Mayo, tras prestar declaración ante el Tribunal de Falange, quedó detenido e ingresado en prisión. El día 27 del mismo mes fueron trasladados a la prisión habilitada “Casa Justet” y el 29 de Junio nuevo traslado a la prisión habilitada “José Mª Navarro”.

El 9 de Noviembre, a los seis meses justos de su detención, Vic-tor-Hugo fue juzgado por el Tribunal Permanente nº 1, en Novel-da, en el juicio sumarísimo nº 4101, con petición fiscal de l2 años y un día de condena. Fue puesto en libertad provisional a las trece horas del mismo día y en libertad definitiva el 6 de Enero de 1940.

A todo esto, fueron numerosas las veces que el coche de la Falange, de Novelda, con su correspondiente dotación, se detenía delante de nuestra casa, a la que entraban a registrar una tras otra vez y en la que destrozaban o se llevaban lo que creían oportuno, además de intimidarnos a los allí presentes. Además, habían in-cautado todos los bienes de mi padre: casa, huerto, teatro, casino etc., por lo que quedamos sin más medios de subsistencia que la benéfica ayuda de familiares y amigos.

El 20 de Marzo de 1940, Vicente Maciá Prieto fue trasla-dado al Reformatorio de Adultos de Alicante y el día 18 del mes siguiente le hicieron el primer juicio ante el Tribunal Permanente nº 1, en el Ayuntamiento de Alicante, con petición fiscal de pena de muerte, que quedó anulado a los 30 días.

El 12 de Julio, nuevo juicio en la Diputación de Alicante, que fue suspendido por incompatibilidad del fiscal con los procesados y, nuevamente, con el mismo Tribunal, 3º juicio el 22 de Julio,

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En aquesta pàgina i la següent, cara i dors de la carta escrita des de la presó d’Alacant el 25 de setembre de 1940

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suspendido esta vez por enfermedad del Presidente del Tribunal. El 18 de Septiembre se efectuó el 4º juicio, esta vez por el Tribunal nº 2, en la Diputación de Alicante. La petición del fiscal fue la de pena de muerte y la del Tribunal de 30 años (reclusión mayor).

Unos pocos días después, escribe la siguiente carta (única que poseo de aquel entonces):

Alicante, 25 de Sepbre. de 1940.Querida esposa é hijos:Deseo que al recibir la presente gocéis de una completa salud, yo, quedo bueno.En esta fecha escribo a los sobrinos Juanito y María, y a Petra, pues les

debía carta desde hace tiempo.Ya los pequeños te dirían el rato tan agradable que pasaron el lunes en mi

compañía y la de su sobrino, que se portó como un mozo, pues no lloró y solo se meó en mi mono ¡gajes de ser abuelo¡, pero tengo deseos de que vuelva a mearlo, pero no aquí.

La adjunta esquela la entregareis al tio Miguel.Victor, el libro de francés que has enviado, no es el que yo te pedía. El que

quiero es uno que es viejo y está en la estantería donde están las novelas peque-ñas (2º estante). Veas de encontrarlo y me lo traes cuando vengas, llevándolo a casa de Antonia. También me mandarás 2 ó 3 plumas, de la corona ó de esas finitas color natural del acero, pues las que me has traído no dan resultado y ya ves la letra que sale.

Ayer hicieron una buena fiesta. Coro, con cantos populares, orquestína y certa-men literario, pasando una buena tarde, y como final se recibió la conmutación de la condena de José Seller Oliver, que a todos los paisanos nos sirvió de gran alegría.

Cuando escribáis a todos los familiares, les dareis mis recuerdos, pues de todos me acuerdo mucho en mis horas de meditación.

Con recuerdos a los buenos amigos y vecinos, a Doloretes y familia, besos a los niños y vosotros recibid muchos besos y fuertes abrazos de vuestro

Esposo y padre(rubricado)

Siguieron transcurriendo los días, semanas y meses, en la mis-ma situación, hasta que el 7 de Marzo de 1941, sobre las ocho de

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la mañana, mi hermano Víctor y yo fuimos hasta la estación de ferrocarril, pues le habían encargado a mi hermano que gestio-nase si había posibilidad de disponer de un vagón de carga para aquel día, y yo había de bajar a Novelda, con la bicicleta, para dar cuenta del resultado. Mi hermano entró en el despacho del telégrafo y yo me quedé fuera, con la bicicleta, esperando. Al cabo de un rato, volvió a salir, tremendamente pálido, y agarrándome fuerte del brazo me dijo: “Tira para casa”. Caminamos un trozo y yo le pregunté: “pero ¿tengo que ir a Novelda o qué?” y él me respondió “El papá ha muerto. Al papá lo han envenenado”. Sin decirnos nada más, llegamos a casa y...

Víctor y mi madre marcharon enseguida para Alicante y yo me quedé con mis hermanos pequeños y Doloretes (que era como nuestra hermana mayor). Al día siguiente, cuando regre-saron, supimos el qué.

No, no lo habían envenenado, como había supuesto Víctor cuando le comunicaron el fallecimiento pero no las causas del mis-mo (entonces sabíamos estaba muy bien de salud y la sentencia del último juicio aun no estaba confirmada) sino que había sido fusi-lado, con varios más, en Rabasa, y enterrado en una fosa común. La tarde del mismo día, fueron desenterrados y al día siguiente, por la mañana, su cadáver fue depositado, en un nicho individual, por Víctor. Hoy, sus restos descansan, junto a los de su esposa e hijos, en el panteón familiar de Novelda, tal como era su deseo.

Los últimos momentos de su vida, los dedicó a su familia y amigos, tal cual quedó expresado en la siguiente y última carta:

Alicante, 7 Marzo 1941Querida esposa e hijos: Al tomar billete para el mundo de la Verdad, mi

último recuerdo es para vosotros: los seres más queridos y Adorados de mi existencia.

Sé que este golpe amargará vuestra vida por mucho tiempo, pero hacéros el ánimo pronto, que este mundo es un tránsito de uno a otro.

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Hoy, dejaré de existir en este; pero voy al otro con la confianza de que Frater estará esperándome para guiarme por buen camino, igual que lo ha hecho hasta ahora. Marcho con la conciencia tranquila; solo lamento, que la envidia y el odio hayan podido tanto para fraguar esta iniquidad. Perdonarlos.

En aquesta pàgina i les següents, l’última carta escrita a la família, moments abans de morir afusellat

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Como no puedo testar, por no haber tiempo hábil, voy a expresar a continuación mi última voluntad. Las casas y la tierra quiero que pase todo en usufructo a mi esposa Basilísa Martínez Tortosa y al fallecer esta, sea repartido equitativamente entre mis siete hijos. Si por gran necesidad tuviera que vender alguna finca, podrá hacerlo.

Comunicar a la Asociación mi muerte para que transfieran mi pensión a su nombre.

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Si podéis recoger mi cadáver, dadle sepultura junto al de Frater.A Progreso y Wilson, decidles que no les he olvidado un momento desde

que están ausentes, que les envío un fuerte abrazo con mi último recuerdo, y que terminado su cautiverio sean felices.

Basilisa, cuida mucho de nuestros pequeños; es la mayor pena que me llevo: dejárlos tan niños sin padre. Pero confío en que tú y los demás hermanos los

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cuidareis tanto, que no notarán la falta de su padre. Durante mi prisión he recibido muchos desengaños de algunos parientes y amigos, pero no les guardo rencor. Solo lo digo como un lamento; pagadles haciéndoles bien cuando ellos lo necesiten y os lo demanden.

Recoged el reloj, lentes, ropas y carpetas con escritura francesa, que le pue-den servir a Demófilo para sus estudios; recoger también el diccionario francés.

A todos los amigos verdad un abrazo. A los tios y sobrinos de Madrid, Barcelona, Valencia, Torrevieja, Hondón, Crevillente, otro extenso abrazo. A Miguel, Lola, Miguelito y Maruja, Daniel, al tio Fuertes, Doloretes,. Juanita y Pina, muy agradecido por tanta molestia que les he causado, que me las perdonen y agradecérselo.

Demófilo, aplícate mucho, sé muy obediente, estudia y aplicate mucho para ser un hombre de provecho. No le des disgustos a la mamá, quiérela mucho como ella se merece, sé trabajador y honrado que es el lema que yo he seguido siempre.

Víctor, como por tu edad tomarás estado pronto, aunque lo verifiques, no ol-vides a la mamá, que no pase necesidad ni ella ni tus hermanítos, es mi última recomendación. A Encarna y familia, mis recuerdos postreros.

Edison y rubita: el papá os envía el último besíto; guardarlo en vuestra me-moria para recordar lo mucho que os he querido y que desde donde me encuentre velaré por vosotros y por vuestra felicidad, lo mismo que haré por los demás.

Basilisa: un abrazo, el último que envío es para ti, que lo repartirás con nuestros queridos hijos, y en la otra vida te espero para ver si allí alcanzamos la felicidad, ya que aquí no ha sido propicia.

Tu esposoVicente Maciá Prieto

(rubricado)

Demófilo maciá martínez

Barcelona, otoño De 1999

revisaDo y ampliaDo en Barcelona, enero De 2013

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Arbre genealògic (amb les generacions anterior i posterior) de Vicente Maciá Prieto

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Epílogo

Ayer, 16 de junio del 2015, vino Albert a comer con nosotros, como acostumbra hacer una vez por semana. Durante la comida nos estuvo contando su viaje, con Montse, a Oporto, así como el de este pasado fin de semana a Novelda, por la fiesta sorpresa de las Bodas de Plata de María Elena y Remigio. Cuando entramos en este último tema ya teníamos aquí a Montse que, a la salida del trabajo, se reunió con nosotros. Después de ver fotos y los consi-guientes comentarios sobre nuestra biznieta, llegó el turno de ha-blar de los preparativos para la celebración de mi 90º aniversario, de lo que son ellos los organizadores.

Bien, ¿a qué viene todo esto?. Pues, sencillamente, a que esta pasada noche, me he levantado para ir al lavabo y, al regresar a la cama, me ha sido imposible reanudar el sueño. Todos los intentos han sido vanos, porque una serie de recuerdos, pensamientos y proyectos, rodaban en mi mente, hasta que me he levantado a las siete de la mañana.

Por eso, ahora escribo estas letras explicativas. Pensé en que os podría regalar este librito que tenéis ahora en vuestras manos, que no es, ni más ni menos, que la narración de mis recuerdos y hechos acaecidos, desde mi niñez hasta la muerte de mi padre, del que tan orgulloso me siento, que escribí para honrarlo y sirviera de ejemplo. Lo hice “artesanalmente” y la mayoría de vosotros ya conocéis el contenido. Pero el pasado año, Néstor y Laia, me sor-prendieron gratamente presentándomelo con este esbozo y algu-nas fotos y aclaraciones, con un magnífico trabajo que agradezco

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infinito. Ah! Por cierto, Albert también ha participado finalmente, puesto que ha sido el corrector. Ya veis, tódo queda en familia.

Con ello quiero deciros a todos lo mucho que os quiero y lo or-gulloso que estoy de toda la familia y de todos los buenos amigos que he tenido y tengo.

Por último, un recuerdo para los que nos precedieron y un abrazo muy fuerte, muy fuerte, para todos vosotros.

Demófilo