El año pasado, con la escuela, hicimos un viaje a Salou, de la provincia de Tarragona. Tuvimos que

salir muy temprano, porque nos esperaba un largo camino.

Nos levantamos a las 4 de la mañana y teníamos mucho sueño. Después de cinco horas muy largas

de autobús llegamos a Salou y nos esperaba una gran sorpresa:

Había llovido y estaba todo mojado. El parque de atracciones tenía todas sus atracciones cerradas por

la lluvia y solo pudimos subir a una con un chubasquero puesto. Como llovía tanto, fuimos al hotel a

dejar las maletas y a que nos asignaran las habitaciones. Mientras se hacía la hora de comer, los niños

dimos una vuelta por el hotel y los adultos se quedaron descansando en las habitaciones. Cuando se

hizo hora de comer, los padres bajaron de las habitaciones para buscarnos. Cuando fuimos al comedor

del hotel, había comida riquísima. Terminamos de comer y dimos unas vueltas y después fuimos a la

piscina climatizada y nos dimos unos chapuzones. Al salir de la piscina, subimos y bajamos por las

escaleras y ascensores del hotel. Por la noche, nos fuimos a nuestras habitaciones a

descansar.

Al día siguiente, la madre de nuestro compañero, gritó por todas las habitaciones:

-¡Que ha salido el sol ¡

Entonces todos nos despertamos y fuimos a desayunar.

Desayunamos muy bien para coger fuerzas y llamamos al autobús para que nos levara a portaventura.

Cuando llegamos sacamos los tikets y montamos a muchas atracciones: dragón Khan, furious Baco,

tren de la mina… pero a mi compañero Ismael le dio miedo una atracción y no quiso subir. Pero subió

a otras y no pasó nada. Cuando más nos

divertíamos nos tuvimos que ir pero tengo la esperanza de vez este

año