Ventolera 25 definitivo

44
Ven-tolera Especial 25 aniversario IES Cerro del Viento

Transcript of Ventolera 25 definitivo

Page 1: Ventolera 25 definitivo

Ven-toleraE s p e c i a l 2 5 a n i v e r s a r i o

I E S C e r r o d e l V i e n t o

Page 2: Ventolera 25 definitivo
Page 3: Ventolera 25 definitivo

STYLE

03 Contenidos04 Colaboraciones06 Editorial07 El diplodocus08 IES Cerro y la contemporaneidad11 Biblioteca Cerro del Viento: Relatos encogidos 12 Recuerdos al alimón14 El huerto16 El banquito17 Arte en nuestro centro18 Art is forever20 La Web. Identidad digital del centro22 La importancia de viajar26 Puro Teatro28 Recapacicla ha llegado para quedarse29 Etapas30 El concurso literario31 Perlas cultivadas en nuestro centro32 Cómic: Sin pies ni cabeza

Contenidos

Page 4: Ventolera 25 definitivo

Equipo de redacción:

Elena GonzálezFrancisco Mendoza

Maquetación:Francisco Mendoza

Colaboran:

Sol AnzorenaJosé García BerenguerDiego ChillónMabel GutiérrezBorja Lara AlarcónInmaculada MaquedaCelia Moreno CabanasMaribel QuijadaSabina Parlatore MarcucciAntonio David RamírezAdrián RomeroMauricio Ruiz RuizLucía Sánchez MartínAna SuárezArancha Urbizu

Ilustradores:

Laura AzconaMaría CárdenasJhandira EliasAlba MartínFrancisco MendozaCarlos MorenoEsther Pérez Franco

Fotografías:

Mabel GutiérrezFrancisco MendozaCarlos MorenoMaría RoblesMaría PeinadoIvo Mallmann

Correctora de pruebas:Elena González

Page 5: Ventolera 25 definitivo
Page 6: Ventolera 25 definitivo

¿En comparación con qué decimos que 25 años son muchos o son pocos? No pensemos en edades geológicas sino en la limitada vida de un ser humano. 25 años son, al mismo tiempo, muchos y pocos. Los que ya superamos hace años esa edad solemos decir que los últimos años han volado, que lo que pasó hace 25 años parece que pasó ayer… Pero cuando empezamos a hacer memoria, resulta que 25 años dan para mucho. Los últimos 25 años han dado para mucho.

Durante varios cursos allá por el año 2000, se publicó en el centro la revista Ven-Tolera en la que colaboraban profesores y alumnos.

Este número extraordinario de Ven-Tolera pretende ser un homenaje a aquel trabajo y al mismo tiempo recoger algo de los 25 años de vida del instituto: acontecimientos históricos de los que ha sido testigo, proyectos pedagógicos, vivencias de alumnos, creaciones artísticas…

Mitad nostálgicos mitad ilusionados con lo que está por venir, conscientes de lo incompleto de este repaso, sacamos a la luz este nuevo Ven-Tolera. Sea de ello lo que quiera, allá va, como el caballo de copas.

Page 7: Ventolera 25 definitivo

El diplodocusArancha Urbizu

Nos parece por aquí, por occidente, que veinticinco años es un tiempo prudencial para conmemorar con suficiente pompa y

boato todo lo conmemorable. Pueda ser porque las generaciones de mortales nos perpetuamos de media cada veinticinco años –al decir de los sociólogos- y trasladamos por magia simpática ese mismo efecto generador a los edificios, las organizaciones, los proyectos... como si ellos tuvieran también un alma que conmover con confeti.

Y es que quizá la tengan, si no una propia, sí una prestada: la de todos los que alguna vez formamos parte de La Cosa, aunque fuera de manera efímera.

Y aquí está la magia.

Es fácil sentirla, sólo hay que desenfocar lo evidente y dejarse llevar. Que llegué a este instituto a enseñar griego –ese arcano arcanísimo- a mis inocentes pupilos es científicamente demostrable, pero que salí habiendo aprendido yo mucho más de lo que enseñé, eso es mágico. Que entre genitivos absolutos y clásicas sofrosines anduve tres lustros viajando por aulas y pasillos, se desprende por lógica de lo anterior; que lo hice asombrada a cada paso, combatiendo monstruos para conquistar vellocinos, eso es prodigioso.

Pero no son estas diarias maravillas las que merecen la crónica de hoy, sino una que las resume y contiene a todas, y es ésta: que una vez vi un diplodocus.

Amenizaba un día yo los rigores de la traducción contando a mis alumnos el mito de Andrómeda y el monstruo enviado por Poseidón, mentaban ellos -por si el parentesco- a la gorgona Medusa cuando, como un deus ex machina, colgando de una grúa a pocos metros de nuestras ventanas, apareció oscilante y hermoso un diplodocus. Uno enorme y polícromo brillando al sol de la mañana lectiva. Con los ojos como platos lo vimos mis alumnos y yo alzarse y descender lentamente hasta perderse tras los límites del parque, en toda su dignidad de poliuretano.

Que era la época del furor de los dinosaurios -el Cretácico recuperado para el merchandising infantil- y que nuestro parque de atracciones

vecino estaba incorporando las novedades, era obvio; que surgió siguiendo la estela de nuestro monstruo de Poseidón, erguidos los dos sobre las aguas del mediterráneo horizonte, fue, si no magia, al menos un fenómeno paranormal, me concederán ustedes; de esos que los dioses graciosamente otorgan a veces a los docentes. Y como tal lo sentimos todos: el fenómeno tan genuino como poco común de comprobar que somos capaces de enseñar a nuestros alumnos que la magia nace, ni más ni menos, de ellos mismos.

Ignoro los años que hace de aquella aparición. Lo cierto es que todavía hoy busco a través de la ventana de mi clase un diplodocus; a veces lo siento acercarse y hasta tiembla el suelo del aula con sus grandes pasos de saurio. Sé que va a venir, sé que ya está ahí. Pero sospecho que está esperando a irrumpir, como una diva, solemne, justo cuando se cumplan veinticinco años del último avistamiento.

Porque puede ser que, por magia simpática, a él también le guste el confeti.

Page 8: Ventolera 25 definitivo

Maribel Quijada

Hace poco más de 25 años tuvo lugar uno de los acontecimientos que mejor explican el mundo tal como lo vivimos hoy, realmente no fue un hecho aislado sino la finalización de un proceso que se venía gestando desde hacía varias décadas y que, después, continuó hasta originar un nuevo modelo de organización internacional. Me estoy refiriendo a la caída, más bien demolición por los berlineses, del muro que, dividiendo en dos una ciudad, representaba la realidad de un mundo bipolar de enfrentamiento entre dos bloques, uno dirigido por EE.UU y otro por la Unión Soviética, cuyos modelos de política, de sociedad, de economía, de cultura eran antagónicos; esto ocurrió el 9 de noviembre de 1989. Desde entonces y en poco tiempo el mundo contempló asombrado cómo el bloque oriental, el que representaba y defendía el modelo comunista, va deshaciéndose con los cambios que se producen en casi todos los países que lo integraban y con el reconocimiento de la independencia de varias de las repúblicas que constituían la URSS que, finalmente se da por disuelta en diciembre de 1991. Así acaba el periodo de la llamada “Guerra Fría”.

Pues bien, en este escenario, en el curso académico 1990-91 nace el IES Cerro del Viento que, como veremos más adelante vivirá en su pequeña

Historia las consecuencias de éste y otros acontecimientos.

La desaparición de la URSS y de su modelo trajo consigo el inicio de un nuevo orden internacional liderado por EE.UU. como potencia hegemónica y única que ya podía actuar e intervenir en todo el globo sin temor a un enfrentamiento cuyas consecuencias hubieran podido ser catastróficas para su propia supervivencia. De igual manera, los pequeños países ya no podían sentirse respaldados por uno de estos bloques frente al otro en caso de necesitarlo, como, por ejemplo, Cuba; muchos conflictos previos a este hecho se mantuvieron e incluso se agravaron, tal es el caso del Oriente Medio, y surgieron otros nuevos por la transformación o desintegración de algunos países que estuvieron en la órbita soviética. Por otra parte, el debilitamiento progresivo del papel de la ONU permitirá que EE.UU. y algunos de sus aliados de la OTAN queden como árbitros exclusivos de la política internacional.

Un claro ejemplo de todo esto se dio en el área balcánica cuando el desarrollo de los nacionalismos desembocó en guerras civiles e interétnicas entre los nuevos estados (Eslovenia, Croacia, Macedonia, etc.) surgidos por la fragmentación de lo

IES Cerro del Viento y la contemporaneidad

Page 9: Ventolera 25 definitivo

que fue Yugoslavia, y donde Serbia quedó como el más fuerte e intervencionista; la guerra más dura se desarrolló en la región de Kosovo donde los serbios recurrieron a las prácticas más crueles para proceder a la limpieza étnica y religiosa. El siglo XX concluiría con la intervención de la OTAN bombardeando Serbia (1999) sin contar para ello con la autorización del Consejo de Seguridad de la ONU.

Por otra parte, en algunos países del llamado Tercer Mundo y, en particular, en aquellos de religión islámica empieza a verse una fuerte radicalización ideológica basada en la interpretación torcida y extremista de los principios coránicos y ello unido a un rechazo creciente y frontal hacia el mundo occidental al que se culpa de la falta de una solución satisfactoria para Palestina y del apoyo continuado a Israel aun cuando la ONU condene sus actuaciones militares. Este va a ser el trasfondo de las peores acciones terroristas que se han vivido hasta ahora.

Apenas iniciado el siglo XXI (11-09-2001) el ataque a algunos objetivos estadounidenses -las Torres Gemelas y el Pentágono como los más significativos- abrieron una nueva etapa de la Historia y de las relaciones internacionales. La respuesta del presidente Bush fue el inicio de la guerra en Afganistán (2001) donde un gobierno radical islamista parecía dar cobijo a Al-Qaeda, responsable de aquellos ataques; en principio, el resultado fue un cambio de gobierno bajo la tutela americana pero en el largo plazo, la fragilidad de las reformas y el poco calado en la población local manifiestan un cierto fracaso.

El siguiente objetivo fue Irak, país rico en petróleo y situado estratégicamente en el corazón del Oriente Medio, al que se le acusaba de poseer armas de destrucción masiva. El anuncio de esta nueva guerra suscitó en todo el mundo un amplio rechazo y, por primera vez en la Historia, pudimos vivir una protesta simultánea en todo el globo a la que se calcula que acudieron más de 30 millones de personas, y a pesar

de ello EE.UU. y algunos de sus aliados procedieron a la invasión del país (2003). Las consecuencias de esta guerra no han podido ser más desastrosas para los iraquíes especialmente pero también para el medio ambiente, para el patrimonio cultural y artístico de la humanidad y, además, Irak pasó a ser desde entonces uno de los núcleos donde más se ha incrementado el terrorismo interior y desde donde ha llegado a otros lugares del mundo (recordemos los atentados de Madrid, Londres, etc.).

Tampoco podemos olvidar cómo la bipolarización norte-sur -que no es novedad de estos años- se hace más tensa pues la brecha entre países ricos y países pobres ha ido acrecentándose. La globalización no sólo se ha producido en un modelo económico sino también en los medios de información que facilitan enormemente el conocimiento de la forma de vida de los ricos entre las poblaciones de los países más desfavorecidos que quieren acceder a ella.

Otros aspectos muy destacables de esta etapa son el inicio del desarrollo económico y social, precedido de cambios políticos, de los llamados “países emergentes”, la generalización de avances científicos y técnicos –ya se habla de cuarta revolución industrial-, y la evidencia del cambio climático tantas veces anunciado.

Page 10: Ventolera 25 definitivo

que huyendo de bombardeos o de matanzas por razones religiosas o étnicas llegaron a sus países vecinos, pero a algunos también los hemos tenido entre nosotros: seguro que seguimos manteniendo relación con algún bosnio, croata o serbio. También hemos podido incluir entre nuestros compañeros y amigos a quienes vinieron por diversas razones desde el Norte de África o desde el Sur de América. Y no olvidemos a los de procedencia de la Europa del Norte cuyas familias se afincaron aquí por motivos, probablemente, relacionados con el turismo.

Pero los cambios económicos también se han notado en nuestra comunidad. El llamado “bum del ladrillo” impactó no sólo en el paisaje urbano de nuestra costa sino también en muchos de nuestros alumnos que acudieron a puestos de trabajo que no requieren mucha cualificación profesional y abandonaron sus estudios. Algo similar ocurrió con el turismo o la hostelería.

Para finalizar, quiero dejar constancia de la solidaridad mostrada en momentos de catástrofes o de situaciones injustas. Nuestra voz de rechazo y protesta se alzó con fuerza contra el proyecto de guerra en Irak con la participación en la manifestación mundial ya mencionada de casi todos los profesores y muchos alumnos, y además con una concentración dentro del centro educativo dando lectura a poemas, interpretando canciones de paz y elaborando trabajos monográficos; no ha sido menor el apoyo demostrado cuando el huracán Mitch (1998) devastó gran parte de América Central, o cuando el terremoto seguido de tsunami destruyó muchas poblaciones de Tailandia e Indonesia (2004), o cuando se produjo el terremoto de Haití (2010), entre otros muchos casos.

Así pues, tras este breve repaso de los últimos veinticinco años de la Historia, que son los primeros del I.E.S. Cerro del Viento, hemos podido constatar cómo aun siendo una comunidad pequeña, apenas conocida fuera de nuestro entorno más cercano, ha sido y es partícipe, en su medida, del tiempo en que surgió y se sigue desarrollando.

Si dirigimos nuestra atención a la Historia de nuestro país, una vez consolidada la democracia política y con la incorporación a la Unión Europea, los cambios más reseñables caen en el campo de la economía. Durante la década de los años noventa del siglo XX el gran objetivo de España era acceder a la unión monetaria y económica para lo que se proyectó y llevó a cabo una amplia liberalización de todos los sectores económicos que, finalmente, permitió la implantación de la nueva moneda –el euro- el 1 de enero de 2002, al mismo tiempo que en los grandes países de la U.E., pero eso no significó que se hiciera un buen desarrollo del sistema productivo y de los servicios pues la economía española se basó en sectores muy coyunturales, como el turismo y la construcción cuya debilidad se pondría de manifiesto llegada la crisis.

Nuestro I.E.S. Cerro de Viento ha recogido en su pequeña Historia todos estos acontecimientos, los ha vivido y se ha hecho eco de ellos con voz potente cuando así lo ha considerado necesario. Una de las características de nuestro alumnado es la diversidad en su procedencia geográfica: en su momento llegaron jóvenes de los países del Este cuando, tras la caída del “telón de acero”, aquellas puertas se abrieron y muchas familias buscaron mejores perspectivas de futuro en Occidente y así tuvimos la posibilidad de hacer amigos ucranianos, polacos, búlgaros, rumanos… La crisis balcánica produjo una salida de refugiados

Page 11: Ventolera 25 definitivo

En un centro de enseñanza, la propuesta de actividades diferentes cada año es una cuestión de gran relevancia para

el desarrollo de la creatividad, la iniciativa, el espíritu crítico y la autonomía de los alumnos, pero para los profesores supone el reto de aprender a enseñar . Afortunadamente, esta profesión se presta a la renovación continua y en nuestro centro podemos presumir de haber diseñado y ofertado numerosas actividades desde los distintos departamentos docentes y desde la Biblioteca.

En 2007, la Biblioteca del centro creó un blog en el que un grupo de profesores y alumnos publicaban periódicamente y bajo pseudónimo microrrelatos encadenados entre sí a imitación del programa de la cadena SER “Relatos en Cadena”. El resultado final fue la publicación de un librito en el que además de los relatos se incluyeron ilustraciones de algunos de ellos.

Esta edición conmemorativa de la revista Ven-Tolera quiere incluir también un recuerdo a aquel libro que se llamó Relatos encogidos con un homenaje en forma de relatos encadenados temáticamente.

Frase de inicio de los relatos:

Abrió el libro por la página 25

UNO

Abrió el libro por la página 25. Un fragmento aparecía subrayado. Entonces se acordó: 1991. Aquel año inventaron su lenguaje secreto, un código con el que conjuraron horas y horas de clase en el instituto. Cifraron mensajes y hasta poemas subrayando fragmentos en sus libros de lectura obligatoria. Cambiaban de mano los clásicos por los pasillos como valiosos microfilms, ocultando claves y versos en una especie de rito iniciático.

Volvió a leer: “Y todos los caminos se llenaron de sombras…”. Aquel mensaje en su Odisea nunca tuvo respuesta. Quizá por eso él nunca había llegado a Ítaca.

EL OTRO

Abrió el libro por la página 25 de un solo golpe: el libro conocía el lugar exacto. El espacio blanco entre renglones estaba gris bajo un fragmento. Lo leyó pasando el dedo por el surco: “Y todos los caminos se llenaron de sombras”. Hizo correr las páginas con el pulgar hasta que el libro frenó la carrera y se abrió de nuevo por donde debía. Unas líneas estaban subrayadas, la respuesta nunca entregada: “Ya no has de tener vergüenza, ni un poco siquiera”. Cerró su vieja Odisea preguntándose si su corresponsal se habría convertido, como él, en un hombre gris perdido por caminos de sombras. Al fin y al cabo, ninguno de los dos era un héroe.

CONCLUSIÓN

Abrió el libro por la página 25 una vez más, pero ya aliviado por saber que sería la última. Es cierto que no fueron capaces de comportarse como héroes ni llegar a Ítaca, pero no cometería la bajeza canalla de Orfeo. Tiró el libro con todas sus fuerzas al acantilado y de inmediato selló su pasado, confirmando su solicitud de amistad en el Facebook.

Biblioteca Cerro del VientoRelatos encogidos

Page 12: Ventolera 25 definitivo

Antes de entrar en el primer curso de instituto ya nos metían miedo nuestros hermanos y amigos mayores

contándonos historias sobre lo difícil que eran los estudios y lo malvados que eran los profesores. La mayoría de nosotros entramos el primer día asustados… y el susto duró por lo menos un mes.

Al empezar a conocer a nuestros compañeros y a captar el trato que recibíamos en el centro, ya no nos parecía algo tan imponente como se nos presentaba al principio. Ir al instituto se convirtió en un deber incluso entretenido (aunque agradecíamos faltar a clase para dormir un poco más).

En nuestro caso concreto, tuvimos unos privilegios que otros no tuvieron, porque nuestra clase era la primera promoción bilingüe de la historia del Cerro del Viento. Al ser así todas las actividades estaban bien coordinadas, tuvimos hablantes nativos con los que practicar inglés, e incluso dos profesoras de inglés con un alto nivel para una sola clase. Algunos no mostrábamos la gratitud que deberíamos, simplemente porque

no nos dábamos cuenta de esos privilegios de los que disfrutábamos hasta que dejamos de tenerlos.

Ya para el curso de 4º de ESO tuvimos que elegir entre varias asignaturas y así tomamos una de las primeras decisiones importantes de nuestra vida, aunque indecisos como un servidor pasaron de estudiar circuitos eléctricos en 4º a estudiar mitocondrias en Bachillerato.

El instituto nos ha servido a la mayoría como un paso intermedio para decidir nuestro futuro académico. Gracias a la ayuda del profesorado y a nuestras pasiones personales, continuamos nuestros estudios, ahora ya centralizando las asignaturas en lo que de verdad nos gusta.

El primer día de instituto no sabía si quería ser arquitecto o enfermero. Ahora puedo explicar todas las relaciones y funcionamiento entre células de tejidos, analizar el plan corporal de cualquier animal, e incluso deducir la composición química de una roca visualmente. Si de pequeño me lo hubiese dicho alguien no me lo habría creído.

Diego Chillón

Diego Chillón

Antonio David Ramírez

Adrián Romero

Lucía Sánchez Martín

Recuerdos al alimón

Page 13: Ventolera 25 definitivo

Las palabras de los profesores, en muchos casos, nos influenciaban incluso más de lo que ellos mismos creían. Recuerdo una conversación con la tutora en la cual, en una época en la que no veía sentido a los estudios, cambié mi mentalidad por completo y gracias a sus palabras le empecé a encontrar ese sentido a los estudios que antes no veía. ¿Quién iba a pensar que una simple conversación en medio de un pasillo de instituto iba a ser tan decisiva en mi vida?

Antonio David Ramírez

No me siento una persona distinta de aquella que debía estar sentada a las ocho y cuarto en una silla incómoda. Entonces veía mi paso por el instituto como una bola de cristal, algo que revelaría qué tipo de persona debería ser. Pero lejos de escucharme a mí mismo decidí seguir estudiando algo con salidas, una forma de encajar en el sistema actual.

Pero qué error hubiera sido no fracasar. Quizá fue alguna charla de algún profesor, o los miles de pensamientos vagos rondando mi cabeza, o una combinación de ambos lo que me sacó de aquella situación autoimpuesta. Han pasado un par de años y resulta curioso lo lejos que se aprecia una etapa que hasta hace poco parecía eterna, y lo pequeños que parecen los dramas que tanto nos agobian en el momento.

Ahora también me levanto temprano y me sigo distrayendo con facilidad. La única diferencia es que trato de escucharme en la medida de lo posible. Y aunque a veces no oiga lo que quiero oír, merece la pena.

Adrián Romero

Siempre se dice que los amigos son la familia que uno elige, pero, ¿qué pasa con nuestros profesores? A ellos no los elegimos nosotros, pero pueden terminar convirtiéndose también en parte de nuestra familia. Al fin y al cabo, son un pilar fundamental de lo que terminaremos siendo de adultos. Tristemente, muchos terminan con un mal recuerdo del instituto y prefieren hacer como si esa época no hubiera existido, pero yo he tenido la suerte de poder llevarme todo lo contrario: magníficos recuerdos de las personas que, aun habiendo pasado dos años desde que dejaron de darme clase, me siguen recibiendo con una sonrisa cada vez que voy a verlos.

Imposible son de olvidar las clases filosóficas de Bernardo Sánchez; las carcajadas entre chillidos (cariñosos) de Carmen González o Pepe Ramírez; los periódicos, microrrelatos o críticas literarias que nos mandaba Elena González; los aparentemente interminables vídeos de Historia que Nines nos ponía entre crisis económica y crisis política; las regañinas de Luis Alarcia recién entrados al instituto; el índice de inglés tan amado por Marina Puga, y tan odiado por sus díscolos “pequeños castores”; y, cómo no, las emocionantes explicaciones biológicas de Pepe García; de hecho, uno de los mejores recuerdos que me llevo es, sin duda, cómo, a unas pocas semanas de selectividad, comprendí lo que nos estaba explicando por enésima vez de inmunología. Sensaciones tan gratificantes como esas son las que impulsan a seguir adelante en el mundo académico cuando parece que te fallan las fuerzas (y creo que no solamente para el alumno).

Por supuesto, faltan muchos nombres y momentos, pero con todo esto quiero decir que todo aquel que haya sido alumno en el IES Cerro del Viento debería, al cabo de los años, recordar su paso por él con una sonrisa pues, aunque haya épocas mejores (y peores) que las del instituto, seguro que ninguna será igualable.

Lucía Sánchez Martín

Page 14: Ventolera 25 definitivo

En el curso 2011-12 el Ayuntamiento, tras años de gestiones, nos cedió unos terrenos baldíos anexos al

Centro y pudo cristalizar un proyecto largamente acariciado por nosotros, la creación de un huerto escolar que nos acercara al entorno natural tomando como referencia el huerto árabe que, con sus árboles frutales, plantas aromáticas y productos hortícolas, nos proporcionara una experiencia práctica sobre una serie de contenidos ambientales que habitualmente desarrollamos en nuestras aulas. Toda la comunidad educativa se volcó en el proyecto, especialmente los alumnos, que acogieron con ilusión el cumplimiento del primer acto de la famosa trilogía que toda persona debe conseguir a lo largo de su vida para sentirse realizado: plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro.

José García Berenguer

Periódicos y televisiones locales mostraron el interés que despertó la experiencia. Hora tras hora y grupo tras grupo, fue muy gratificante ver a los chicos competir por transportar tierra, quitar piedras, manejar las herramientas, cuidar que los arboles encontraran el mejor lecho donde desarrollarse.

Desde entonces los árboles y nosotros hemos crecido juntos. Hemos luchado contra las plagas desde la ecología, los valores ambientales y la crisis; conocemos el significado de términos como chapulina, escardillo, azada, simiente, lunero… y, aunque algunos árboles (pocos) se han quedado por el camino, los hemos sustituido para que sean testigos vivos del afloramiento de valores como el amor a la naturaleza, la convivencia, la solidaridad y el trabajo en equipo.

El huerto

Page 15: Ventolera 25 definitivo

El proyecto, no obstante era más ambicioso. Durante el curso pasado ampliamos la experiencia cultivando tomates, pimientos, berenjenas, acelgas y otras hortalizas. El esfuerzo que supone su plantación y cuidado nos ha permitido, a través de los dolores de espalda y el afloramiento de callos en las manos, comprender y valorar la importancia de la labor que desarrollan día a día miles de agricultores y la escasa recompensa que obtienen por su duro trabajo.

Es de justicia resaltar que Pepe, el Sr. Jardinero, ha sido el verdadero artífice de la consolidación del huerto pues alrededor de él y bajo sus sabios consejos de agricultor de toda la vida han gravitado todos nuestros trabajos y actuaciones. De hecho, los miembros del Departamento de Biología y Geología se implicaron en la tarea porque contaban con su experiencia; Pepe ha hecho frente a las expectativas por encima de lo que le sería exigible, ya que para él nuestro Instituto es más que su lugar de trabajo.

Además, a lo largo de estos años ha sabido ganarse también el respeto de nuestros alumnos, con los que, codo con codo, ha trabajado enseñándoles como nadie valores como amor al trabajo, esfuerzo, transmisión de conocimientos, humildad, paciencia y la importancia de la colaboración entre generaciones.

Si la crisis no lo impide, en los próximos cursos abordaremos la plantación en las zonas baldías de plantas aromáticas, tercera pata del proyecto. Tomillos, romeros, lavandas, oréganos, salvias… nos acompañarán con su sinfonía de olores y, sobre todo, atraerán a insectos y aves que, como han venido haciendo desde los albores de la humanidad, desarrollarán su labor callada e imprescindible para perpetuar el milagro de la vida vegetal.

Ahora tenemos ante nosotros el reto de difundir y poner en valor lo que hemos aprendido. Acariciamos la idea de invitar a nuestros mayores a que nos visiten y compartan con nosotros sus conocimientos e historias. También que alumnos de otros centros educativos puedan conocer de forma práctica lo que ya conocen a través de los libros de texto y valorar la importancia de la educación ambiental para preservar el futuro del planeta, que es el futuro de todos.

Page 16: Ventolera 25 definitivo

El banquito

Puede parecer un banco cualquiera, pero para mí y mis amigos no lo es. Desde este lugar hemos vivido un sinfín de historias...

Y él ha estado siempre presente en todas ellas. Un rinconcito especial, con una perfecta perspectiva, donde presenciamos todo lo que sucede durante los ansiados treinta minutos del recreo.Punto de reunión y confesiones, alegrías y tristezas, risas y llantos; cálido lugar donde estar con los amigos, donde nos sentimos cómodos y felices. Nos gusta llamarlo “ El banquito “.

Concurso Una Imagen y mil palabras

25aniversario

2 0 1 6

Fotografía y TextoCarlos Moreno Gámiz

Page 17: Ventolera 25 definitivo

Arte en nuestro centro

Primero hay que querer.El resto es tecnica.

Silvia Kirsch

El Bachillerato de Arte se hace visible día a día en nuestro centro a pesar de dificultades, carencias, incomprensiones

y zancadillas.

Nuestros alumnos de Arte están cambiando el entorno externo e interno del instituto dotándolo de una nueva identidad, privilegio de disponer de un Bachillerato de Arte y excepción que nos convierte en referente en la Costa del Sol. Y digo esto porque considero necesario recordar que esta modalidad de bachillerato está presente únicamente en las localidades de Marbella y Arroyo de la Miel en la costa occidental de Málaga.

Este privilegio también supone la responsabilidad de ofrecer una buena formación en instalaciones adecuadas y con el material didáctico necesario.

Nuestros alumnos de Arte aprenden que para llegar a crear una obra digna hace falta creatividad, esfuerzo, constancia y la firme determinación de mejorar día a día. Para nosotros, profesores, nuestro centro es la obra

Francisco Mendoza

de arte que debemos mejorar a diario para que, como dice Jorge Wagensberg, la belleza sea un síntoma de que todo va bien.

Page 18: Ventolera 25 definitivo

Borja Lara Alarcón

Cuando segundo de bachillerato terminó, tuve sentimientos encontrados. Estaba feliz porque por fin iba a poder estudiar

lo que realmente me gustaba; pero también se encontraba la tristeza de dejar a profesores y amigos.

Con el tiempo, la felicidad aumentó y la tristeza se esfumó. La mayoría de esos amigos se disolvieron en la nada, y los pocos que quedaron se apuntalaron en mi interior como nunca antes lo habían hecho. Perdí de vista a la mayoría de profesores, pero con los buenos estreché lazos e incluso surgió la amistad (la causante de este artículo sabe que me refiero a ella). Al fin me cambiaba de ciudad e iba a estudiar lo que realmente me gusta y apasiona, el arte.

El cambio al principio no fue del todo fácil. No conocía a nadie que fuese conmigo a la carrera. Tuve la suerte de tener una amiga que

había ido el año anterior, así que hablando con ella decidimos compartir piso, junto con otro amigo más. Al principio pasábamos mucho rato juntos, pero según fuimos conociendo gente nos distanciamos, pasando de ser amigos a simples compañeros de piso. Me sonrió la fortuna al encontrar un buen grupo de amigos entre los compañeros de clase. Somos cinco, pero cada uno es de una ciudad distinta. Además, cada uno es distinto al resto. Entre nuestras grandes diferencias, se encuentran grandes similitudes que nos hace unirnos y apreciarnos como si de una familia se tratase. Y cuando estás fuera y tienes a tus seres queridos lejos, tener otra familia con la que compartir buenos y malos momentos es inmensamente reconfortante.

Con el tiempo he podido analizar y entender mejor mi experiencia en el Cerro del Viento, y lo que antes me perturbaba e incomodaba, ahora casi que me gusta.

ART is FOREVER

Page 19: Ventolera 25 definitivo

Decir que el arte está infravalorado es como decir que el agua moja, y como el agua moja en todo el planeta, la infravaloración del arte en el Cerro del Viento no iba a ser menos. Desde oír desprecios de “compañeros” de otras ramas de bachillerato, a oírlo de los profesores, incluidos los propios de nuestra rama; aunque por suerte había un reducto que nos ayudaba a los alumnos a seguir adelante con nuestras inquietudes artísticas. Ahora con la distancia, no puedo más que agradecer este desprecio. Oír críticas de todos los tipos, no hizo más que endurecer y engrosar la coraza con la que salimos después a enfrentarnos al mundo, donde las críticas y el desprecio es mucho mayor.

La cantante Alaska dijo una vez que en la vida hay que ser como una travesti: levantarte por la mañana sabiendo que medio mundo te va a odiar, pero aun así saltar de la cama, ponerte tu peluca, maquillarte y enfundarte los tacones para salir a la calle a comerte el mundo. Pues en el arte pasa igual. Te levantas por las mañanas sabiendo que gran parte de la humanidad subestimará tu trabajo, que lo entenderán más como un hobby que como una profesión, y que cuando te pregunten a qué te dedicas y respondas que eres artista, te pregunten “¿Y de que vives?”.

Sin embargo y con todo esto, como buen amante del arte que eres, no puedes pensar en nada fuera de este mundo, tan abarcante pero tan invisible para muchos.

Maravillarte ante carnalidad de Rubens, temblar ante las performances de Marina Abramovic, anhelar la fama en las serigrafías de Andy Warhol, perder la mirada en los cuadros de El Bosco, o sumergirte de lleno en los mundos de Mark Ryden.

Siempre he dicho que mi vida no tendría sentido sin el arte. Vivo por y para el arte. Cuando David Bowie murió se me cayó el mundo, y escuchando la gran obra maestra que es su último disco, me di cuenta de una cosa: Bowie es y siempre será eterno, porque el arte le mantendrá vivo para siempre. A diferencia de las matemáticas, la física o la gramática, donde tus ideas son las que perviven; el arte hace inmortal a las personas. No importa si eres el artista, lo representado, la musa, el técnico o el descubridor; si eres fiel a él, el arte te hará eterno.

Page 20: Ventolera 25 definitivo

La web, identidad digital del centro

Desde sus inicios, la web del instituto tuvo como principal cometido servir de apoyo en el estudio a los alumnos y proporcionar

la información imprescindible para toda la comunidad educativa. Con el paso del tiempo, cambió de aspecto, dimensión, e incluso de nombre, y fue abarcando más funciones, hasta convertirse en una auténtica identificación digital de nuestro centro.

La web pasó a ser, pues, un recurso educativo que sirvió de apoyo en la docencia. El profesorado, por fin, podía compartir todos los apuntes, fichas y enlaces para nuestros alumnos. Los profesores siempre han dedicado mucho tiempo para seleccionar el material y ofrecer lo mejor a sus alumnos, y cada vez más, los apartados correspondientes a los departamentos, se han ido engrosando con las publicaciones y enlaces más interesantes. En nuestro empeño por innovar, incorporamos la plataforma Moodle a nuestro sistema de enseñanza, lo cual proporciona a los profesores una gran independencia para gestionar sus clases on-line, de forma paralela a sus clases

en el aula, y sirve de fuente inagotable de recursos para los chicos.

Desde la directiva del centro, se ha ido publicando y actualizando cada uno de los documentos oficiales que componen el Proyecto de Gestión, Educativo y ROF; siempre al acceso de cualquier miembro de la comunidad, que es el objetivo de la web. Por su parte, la administración del centro, también ha puesto a disposición de los usuarios, impresos e información de interés. La web pasó a convertirse en el directorio o tablón de anuncios, a través del cual se puede acceder a portales de Internet de interés, webs de las distintas administraciones, delegaciones, centros culturales, o simplemente, a los datos de uso diario en el trabajo: teléfonos, formularios, calendarios de actividades, blogs y periódicos.

La web ha cobrado un papel informativo de máximo interés para las familias creando acceso fácil a los sistemas como SGD y Pasen, pero también se ha ofrecido información a través de departamentos como Orientación y las secciones específicas para alumnos y el AMPA. Igualmente, sirve de escaparate para todos los planes y proyectos que se han ido realizando y dando a conocer en el centro, como es el Proyecto Bilingüe, Coeducación, Interculturalidad; proyectos científicos como Profundiza, tecnológicos e innovadores como la Escuela TIC, de deporte y salud como El Deporte en la Escuela, o más recientemente, nuestro

Ana Suárez, administradora de la web

Page 21: Ventolera 25 definitivo

proyecto ecológico llamado, Recapacicla. Cada uno de estos aspectos tiene destinado un espacio en la web y fácilmente localizable en el menú o a través de los logotipos.

La web ha servido de marco de todas las actividades culturales e iniciativas llevadas a cabo en la biblioteca. Ferias del libro, concursos literarios, concursos de carteles, mercadillos de libros, actividades para fomentar la lectura. Ha sido nuestra intención siempre, poner en valor y dar a conocer el trabajo de aquellas personas con talento, capaces de crear, que escribieron relatos o realizaron muestras artísticas en sus distintos géneros y que sirvieron, en ocasiones, para caracterizar nuestra web. La labor del coordinador, las personas que han colaborado en el equipo de biblioteca y la participación de muchos alumnos, ha sido esencial para dar vida a esta sección especial de la página. En el apartado de la biblioteca también se han recomendado muchos artículos y lecturas de interés a través del blog y las distintas publicaciones de nuestra web. Y por su parte, el catálogo de miles de títulos, que facilita el sistema de préstamo a los alumnos, puede ser ahora consultado a través de la aplicación Biblioweb.

http://iescerrodelviento.com/ ha sido el medio para transmitir visualmente la inagotable serie de otros muchos acontecimientos que se suceden en el centro, como son las graduaciones, concursos gastronómicos, viajes y excursiones; muestras de murales, visitas a museos y exposiciones, cine, teatro en inglés...Todas ellas son actividades, llevadas a cabo por los distintos departamentos, coordinadas siempre por el departamento del DACE, que han quedado reflejadas en reportajes gráficos en la página inicial, y siempre acompañadas de sus reseñas, normalmente escritas por profesores que han ofrecido su tiempo e ingenio para redactarlas y que dan la oportunidad a

todos, de conocer la vida en el centro en toda su magnitud.

Atendiendo a la parte menos conocida de la web desde nuestra perspectiva, pero valiosísima desde el punto de vista de su alcance fuera del centro, es interesante mencionar que la página recibe como media, unas ochocientas visitas diariamente, comparte con todo el mundo ficheros que son descargados masivamente cada día, y que es conocida en países de Suramérica como Argentina, Méjico, Perú, Ecuador, …y también es ojeada desde Estados Unidos y países de Europa, principalmente Alemania, Inglaterra, Suiza y Francia. Google es el buscador mayormente empleado por los internautas interesados en lo nuestro, pero estamos enlazados ya a muchas otras webs, a través de las cuales acceden también a nuestra dirección.

Como administradora actual de esta web, debo agradecer al director, vicedirectores y jefes de estudio, el haberme encomendado y animado a continuar con esta labor, ya iniciada por otras personas con anterioridad a mi llegada; expresar también mi gratitud al ingeniero informático que me enseñó cómo administrarla, y que siempre resuelve los problemas técnicos graves. Finalmente, quiero expresar que éste ha sido uno de los trabajos más enriquecedores que he desarrollado en mi vida profesional. Administrar la página, me ha ayudado a conocer el funcionamiento de muchos sectores del centro, acercarme a las personas que conforman la comunidad educativa, entenderlas mejor y conocer sus trabajos, sus ideas, y compartir su ilusión al ver su noticia publicada. En definitiva, me ha hecho aprender mucho sobre la identidad de este centro y quererlo de un modo especial.

Page 22: Ventolera 25 definitivo

Pocos recuerdos tengo de mi primer viaje aparte del de unos mamíferos llamados coaties (en ese entonces para mí no

eran más que una mezcla de perro con mono) que intentaban robarme mis patatas fritas en una excursión a ver las cataratas de Iguazú del lado brasilero. Me arañaron las rodillas hasta tirarme al suelo, pero de las cataratas poco me acuerdo.

El siguiente gran viaje de mi vida fue el que hicimos mi familia y yo desde Argentina para cruzar el gran océano atlántico hasta llegar a Madrid. Recuerdo a mi madre tapándome los ojos al pasar por la calle Fuencarral con los suyos propios desorbitados por la extrañeza de ver algo así a plena luz del día (algunos sabrán a qué me refiero). También recuerdo que pasé mi cumpleaños en la habitación de hotel que estábamos alquilando y que nos tuvimos que ir cuando los dueños descubrieron que teníamos dos perros caniches con nosotros, cuando estaba prohibido. Después de haberlos estado escondiendo durante un mes, metiéndolos en el hotel frente a las narices de los recepcionistas en mochilas de esquí, los descubrieron cuando yo, jugando con Lola y Paco, pisé la patita de este último y él gritó como si no hubiera habido un mañana.

Poco después nos mudamos a Sevilla y allí vivimos durante doce años. Hasta ese momento todo había sido como un gran viaje, pero ya llegado a un punto, todo parecía acomodarse y volverse común. Asistí a diferentes escuelas y nos mudamos varias veces, hice amigos a los que tuve que decir adiós. Llegué a despreciar mucho el tener que mudarme tanto por el trabajo de mi padre entre otras cosas, empezar de cero una y otra vez. Donde más tiempo estuve viviendo fue en un pueblo de Sevilla llamado Tomares. Allí conocí a mis mejores amigos, los cuales eran mi mundo. Me gustaba viajar con mi familia, pero no más de dos o tres semanas, pues más tiempo sería demasiado lejos de mis amigos.

Por razones de la vida mis padres decidieron que había que mudarse otra vez, a un sitio muy

Sol Anzorena Ríos

La importancia de viajar

lejano pero ya conocido: Brasil. Estuvimos yendo y viniendo durante mucho tiempo, algunas veces en estancias cortas de dos semanas, otras de incluso dos o tres meses durante las vacaciones de verano. Un idioma, una cultura y una manera de vivir diferentes. Brasil parecía contradecir todo lo conocido por mí hasta entonces: del amanecer al atardecer en la naturaleza, rodeada de animales, música y, sobre todo, gente nueva. Allí hice muchos amigos y aprendí que los peces tienen más colores en otras partes del mundo. Perdí la vergüenza a intentar hablar con desconocidos y en otro idioma, a equivocarme.

Brasil me parecía el lugar perfecto para vivir, pero finalmente mi sueño no se hizo realidad. Volvimos a España, pero esta vez a Málaga. Me negué rotundamente al cambio, de hecho me quedé a vivir durante meses en la casa de mis abuelos en Sevilla, por lo menos para acabar el curso escolar.

Page 23: Ventolera 25 definitivo

Llegado el día, tuve que irme, dejar todo lo que conocía y llevar todas mis cosas a la que sería mi nueva casa. Lo cierto es que durante un año me sentí como una extranjera, la que supuestamente era mi casa no me lo parecía, mi nuevo colegio me parecía prestado y que nada era mío. Poco a poco fui haciendo amigos, pero ninguno tan cercano a mí como los que tenía en Sevilla, ni tampoco tan exóticos como los de Brasil, pero poco a poco la línea entre ‘’amigo’’ y ‘’conocido’’ se fue difuminando para estos también. Me aferré a mí misma, en una burbuja de la que no quería salir. Las cuatro paredes de mi habitación eran todo el mundo que quería ver, y todo lo que yo creía necesitar. Pasó el tiempo y me fui acostumbrando a Málaga, diría que incluso empezó a gustarme muchísimo el vivir allí, pues empecé a salir de mi caparazón y a ver cosas nuevas. El último año de bachillerato fue el mejor, con buenos amigos, buenos profesores y asignaturas que realmente me interesaban, pues estaba en la modalidad de arte. Empecé a pintar y dibujar más que nunca, a leer muchísimo y a tener ganas de aprender todo lo que pudiera. Me parecía haber encontrado mi sitio cuando de repente algo ocurrió que lo cambió todo: el divorcio de mis padres. Hacía mucho que lo veía venir y, es más, me parecía bien, pues cada uno tiene el derecho a buscar su propia felicidad. El único problema era que cada uno de los dos cogió sus maletas y se fue a un país diferente, mi padre a Perú, mi madre a Brasil. ¿Y yo? Pues yo quería acabar el curso que tanto estaba disfrutando e, ilusionada por estudiar en la facultad de Bellas Artes de Granada, la idea de dejar España me sentó como una patada. Otra vez me aferré como pude y conseguí quedarme para acabar lo que había empezado. Me las apañé para alquilar con mi pareja un pequeño estudio de 30m2, el cual hizo el papel de hogar, lugar de trabajo y base para aprender a vivir sola. Se acabó el llegar a la casa y tener la comida lista, la ropa limpia, todo ordenado, la compra hecha, el abrazo de una madre. Pero ganaba en otras cosas: libertad para organizarme, una oportunidad para aprender a ser responsable y valorar las cosas que tenía. Fue toda una aventura el tener que deshacerme de todas mis pertenencias para reducirlas a dos maletas, una con ropa y la otra con material de arte. Seguía viviendo en Málaga, en Benalmádena mejor dicho, pero todo era diferente, pues mi situación había cambiado. Había elegido ser responsable de mis actos y hacerme cargo de las consecuencias, me gustasen o no. Acabé el

curso bien, hice selectividad y aprobé todo, pero tenía otra cosa por la que preocuparme: seguía siendo menor de edad. Me sentía capaz para llevar mi vida pero legalmente no lo era, así que una vez acabado el curso tuve que dejar España para ir a ver a mi familia, como había prometido. Junto con mis padres tomamos la decisión de que me tomase un año para viajar, visitar a toda mi familia y pensar bien dónde quería estudiar una vez habiendo cumplido la mayoría de edad. Primero fui a Lima, Perú, con mi padre. Un mes más tarde me fui a Estados Unidos para conocer a la familia de mi novio, quedándome allí tres meses. Por último fui a Brasil tres meses más, para estar con mi madre, mi hermana y mis abuelos, los cuales habían terminado mudándose allí también. Tres países diferentes, pero sin dejar de sentir que estaba como en casa. Conocí muchas cosas nuevas, pero siempre de la mano de alguien familiar. Todavía me quedaban varios meses antes de tener que ir a clase, así que con mi novio tuvimos la idea de hacer un viaje con apenas una mochila a nuestra espalda por Latinoamérica, aprovechando que hacía años que no veía a mi familia en Argentina y que nunca había hecho un viaje sin mis padres. Debo decir que éstos sintieron mucho miedo cuando les dije lo que quería hacer, pero finalmente cedieron, lo cual cambió mi vida. Con unas pocas pertenencias, mi novio y yo salimos desde Lima con rumbo al sur de Perú, atravesando más tarde Bolivia, parte de Argentina y Chile. A través de una página web, contactamos con hostales y fincas para los cuales trabajamos a cambio de la estancia y algunas veces, de comida. Fue una experiencia extraña el tener que trabajar para alguien, dormir en sitios llenos de otros jóvenes, hablar en inglés para

Page 24: Ventolera 25 definitivo

comunicarnos con los otros viajeros y sobre todo reducir tu persona a una mochila que llevas a tu espalda. Éramos nosotros y el mundo, sin un techo bajo el cual escondernos, obligados a abrirnos a un mundo nuevo para poder vivir.

El primer lugar en el que trabajamos fue en una finca en mitad de la selva de Bolivia. Mi función era bastante sencilla, limpiar y cocinar intentando no ser devorada por mosquitos entre otras bestias. El dueño de la finca, un italiano llamado Federico el cual vivía en Bolivia hacía años, nos resultaba muy misterioso. Poco a poco nos fuimos conociendo más y llegamos a ser muy buenos amigos. Estuvimos poco más de un mes allí, pero muchas cosas cambiaron en mí. Lo primero a lo que tuve que enfrentarme fue al cocinar para todos, pues hasta ese momento Tom y yo habíamos sobrevivido a base de lentejas y verduras todas cocinadas en la misma sartén.

Por suerte, Clara, una brasilera de mi misma edad, también estaba trabajando en la finca con su novio Nico, al cual le encantaba la cocina. Entre Clara y yo metimos la pata muchas veces, pero fue divertido y poco a poco fuimos aprendiendo a cocinar de verdad junto con los consejos de Nico. Pasadas un par de semanas los cinco estábamos muy bien viviendo juntos, y cada uno llevaba su papel a la perfección: los chicos trabajando en el campo y nosotras llevando la casa adelante. La última semana en la que Tom y yo estuvimos en la finca, Federico me encomendó pintar un mural para la entrada de la finca. Estaba muy asustada, pues nunca había hecho algo así, pero ya estaba cansada de lavar platos, así que acepté. Esa fue la primera vez en la que había pensado en la posibilidad de vivir de mi arte, y los resultados fueron bastante satisfactorios. Colgamos una foto del mural terminado en la página web y otros lugares empezaron a aceptarnos para que yo pintase allí. Así es como llegamos a parar en un hostal de Córdoba, Argentina, en el cual conocimos a Dale, un canadiense que no sabía una palabra de castellano y que era dueño del hostal. A salvo de los mosquitos, pinté un mural de una pareja bailando tango en la pared central del salón, a la vista de todos los huéspedes y con mucha gente opinando sobre mi trabajo incluso cuando todavía estaba sin acabar. Allí aprendí a concentrarme en lo que estaba haciendo y no dejarme influenciar demasiado por lo que los demás opinasen de mi trabajo. Dale siempre fue muy paciente y me ayudó facilitándome los materiales necesarios, además de siendo paciente conmigo. No tardamos mucho en trabar una amistad, pues Dale es una de las mejores personas que he conocido a lo largo de mi corta vida. Una vez nos contó el motivo por el cual se había mudado a Argentina, que le quedaba en la otra punta del planeta: desde muy joven, cuando conoció a su mujer, habían estado planeando el viajar por el mundo, pero decidieron primero tener sus hijos, criarlos y una vez retirados salir a recorrer mundo. Ya sus hijos eran lo suficientemente mayores como para cuidarse solos cuando la mujer de Dale enfermó de cáncer y falleció un año después de habérselo diagnosticado. Dale no quiso seguir viviendo en Canadá y decidió cambiar drásticamente de vida. ‘’Ahora me dedico a ayudar a jóvenes que quieren viajar haciéndoselo más fácil’’.

Una de las últimas fincas en las cuales trabajamos, fue la finca de los Gottardini, en Mendoza (Argentina), la tierra en donde nací. La

Page 25: Ventolera 25 definitivo

finca había sido adquirida por el abuelo de Orlando Gottardini más de cien años atrás, cuando los tiempos andaban difíciles por Europa y la tierra en las Américas seguía valiendo poco. Plantó un sauce llorón que sirvió de cobijo para las gallinas y como fuente de inspiración para todo el que pasara por la finca. Levantarse cada mañana allí era una mezcla entre placer y tortura porque, a pesar del dulce olor de aire fresco del campo, no se podía explicar la desagradable sensación de vestirse con las manos frías para salir a trabajar donde el sol apenas había rozado la tierra a esas horas. Tuve la suerte de ser la reina de la finca, pues poco trabajo rupestre me tocó. Mi sitio estaba en el garaje, acompañada de un viejo tractor que extraña vez vi funcionar, pintando cualquier cosa que Orlando me encomendase. Eso no quita que me escapase algunas veces para usar el machete con las cañas de bambú que rodeaban el río, para recolectar nueces o para cuidar de aquellas enormes bestias a las que los paisanos llamaban ‘’caballos’’. Creo que uno de los recuerdos más bonitos que me llevo de aquel lugar es una tarde en la que Orlando nos llevó a recolectar las manzanas que un amigo había dejado en los árboles tras la primera recolección, ya que le salía más rentable dejarlas pudrir que pagar a alguien para que hiciera el trabajo. Ninguno de nosotros excepto Orlando, sabía para qué habíamos ido a la casa de ese señor - Orlando era y sigue siendo una persona que hace que la vida parezca todavía más un cuento, en el que

las sorpresas son la parte más esencial. Ya antes de habernos bajado de la camioneta pudimos ver cómo montones y montones de manzanas brotaban en racimos de los árboles. Creo nunca antes haber visto tantas manzanas juntas. En bolsas grandes de tela metimos todas las que pudimos, rojas y verdes, mientras entreteníamos a los caballos del amigo de Orlando con algunas otras, pues estaban en el mismo recinto baboseándonos los hombros. La luz bañaba de oro cada pigmento, rebotando en nuestros ojos en lo que parecía un sueño. Quisiera pensar que para cada uno de nosotros esa fuera la única manera de llevar a cabo ese simple acto, que es el de comer una pieza de fruta que normalmente vemos en bolsas de plástico en los supermercados. Me pregunto cuántas personas como yo han tardado tanto tiempo en realmente darse cuenta de que la fruta no viene en bolsas, y me pregunto cuántas personas nunca tendrán la oportunidad de comprobar con sus propios ojos lo contrario.

A día de hoy me sigo preguntando si todo ese viaje ocurrió de verdad, pero aunque no hubiera sido real, aunque sólo se hubiera tratado de un sueño, me alegro de haber despertado sabiendo que hay un mundo más allá de lo que mis ojos llegan a ver ahora, pero que aún algunas veces me parece poder mirar por un caleidoscopio a este pasado, que una vez fue presente y que cambió todo mi futuro, dándome nuevos ojos y nuevas perspectivas.

Page 26: Ventolera 25 definitivo

primeros en llevar a la Muestra una obra en otra lengua que no fuera el español. Desde entonces, son varios los centros que llevan obras en inglés o francés.

La aventura comenzó modestamente. No se nos ocurría qué obra podía tener tantos personajes como alumnos se habían apuntado al proyecto. Finalmente, decidimos adaptar dos cuentos de Revolting Rhymes de Roald Dahl (Cuentos en verso para niños perversos en su traducción al español) de modo que todos los alumnos pudiesen participar. Empezamos ensayando durante los recreos, pero en seguida nos dimos cuenta de que ese tiempo era insuficiente. Por eso, la obra no se pudo representar hasta que esa primera promoción bilingüe estaba cursando 2º de la ESO. Ese curso, el proyecto de teatro se trasladó a las tardes de los martes y el Salón de Actos de instituto se convirtió en nuestro centro de operaciones.

A partir de ese segundo año, se fueron incorporando alumnos de los nuevos grupos bilingües y el número de participantes llegó a ser tan alto que tomamos la decisión de inventar nuestras propias obras para que todos los alumnos tuvieran su protagonismo. En todas ellas, procuramos que no hubiera personajes principales y jamás hicimos selección de alumnos por capacidades interpretativas: siempre consideramos el teatro como una herramienta de aprendizaje en la que todos tenían cabida.

Cuando, después de varios años solicitándolo, por fin para el curso 2007-08 nos convertimos en centro bilingüe, el instituto experimentó

un cambio extraordinario que se manifestó en una creatividad y productividad en propuestas y proyectos desconocidas hasta entonces. Aquel fue el año cero y, aunque aún no había ningún grupo bilingüe en el centro, dispusimos de dos asistentes lingüísticos. Al año siguiente, todos los proyectos comenzaron a materializarse. Eran tiempos de vacas gordas, la crisis aún no había golpeado con toda su dureza y la disponibilidad de medios unida al entusiasmo de los profesores por empezar algo nuevo y con tantas expectativas hicieron el cóctel perfecto.

De entre todas las actividades que se desarrollaron a lo largo de los primeros años de bilingüismo en el centro, quiero destacar aquí, porque la conozco de primera mano, el proyecto de teatro bilingüe. Carmen González, profesora de Inglés, conociendo mi interés por el teatro escolar, me propuso que, para favorecer la expresión oral del alumnado bilingüe, intentáramos hacer una obrita en inglés. Y así empezó la cosa.

El resultado fue la preparación durante cuatro años de obras que se representaron en la Casa de la Cultura de Arroyo de la Miel con motivo de la Muestra de Teatro de Centros Docentes de Benalmádena. Nos cabe el orgullo de haber sido los

Puro teatro

Elena González Vega

Page 27: Ventolera 25 definitivo

Desde el principio, nos pareció que unir al espectáculo teatral la música y el baile enriquecía la experiencia, de ahí que todas nuestras obras fuesen musicales. Por eso hay que agradecer la colaboración a Paco Mendoza, profesor de dibujo del instituto, que, sin estar incluido en el proyecto bilingüe, ayudó siempre en la preparación de imágenes para proyectar y en las mezclas musicales, y a la madre de una alumna, Ángeles Algar, que ideó y dirigió cada año las coreografías.

En el curso 2009-10, representamos en la Casa de la Cultura Revolting Rhymes y Summer Camp, esta última centrada en la integración de las personas diferentes. Al año siguiente, la obra fue Chiaroscuro, en la que se invitaba al optimismo a través de la reflexión acerca de lo que el ser humano ha hecho de bueno y de malo a lo largo de la historia. En 2012, Paper on a Bench, posiblemente nuestra obra más completa, con una duración de más de una hora: a través de un periódico olvidado en un banco de un parque, se repasaban noticias de muy diversa índole. La última obra representada dentro del proyecto de teatro bilingüe en 2013 fue Love Stories (in Babel) que introducía una novedad: al tratarse de fragmentos de historias de amor de todos los tiempos y distintas nacionalidades, se mezclaban el inglés, el francés y el español.

La experiencia, aunque exigía mucho esfuerzo, fue siempre muy gratificante. Abandonar el proyecto estuvo motivado por agotamiento y de ninguna manera por frustración de las expectativas. De hecho, siempre dijimos que con el tiempo lo retomaríamos, pero pasan los años y las energías no parecen querer volver.

No quiero dejar de mencionar, aunque al margen del proyecto, una obrita en español que presentamos a la muestra en 2014: La farsa de la Lunar y la Muerte de Alfonso Zurro, interpretada magistralmente por un grupo de alumnos increíblemente creativos del Bachillerato de Arte. Ese mismo año, una profesora de Francés, María Contreras, preparó con sus alumnos unas divertidísimas escenas en francés que fueron aclamadas por el público asistente a la Muestra de Teatro de Centros Docentes. Ha sido una pena para nuestro centro que María estuviera en expectativa de destino y que ya no esté aquí para continuar, con las energías de su juventud, con una actividad tan gratificante y educativa como es el teatro.

En este caso, lamentablemente, aquello de que cualquier tiempo pasado nos parece mejor es una realidad. Con el paso de los años y las condiciones adversas que todos conocemos en la enseñanza, el

bilingüismo en el Cerro del Viento ha ido perdiendo fuerza y va a ser muy difícil que en estos tiempos se levante de nuevo la brisa que nos trajo el aire fresco del teatro bilingüe.

Page 28: Ventolera 25 definitivo

“Desde lo más alto del tejado una bandada de pájaros comunes, gaviotas, palomas y gorriones, observan inquietos cada rincón del patio donde los niños despreocupados juegan y se divierten. Suena el timbre, los pájaros exaltados se lanzan en picado…”

No, no es una escena de la famosa película de terror de Alfred Hitchcock, estamos describiendo lo que ocurre a diario en

nuestro centro y en muchos otros centros de educación. Por un lado, los pájaros deseosos de que termine el recreo y comience el banquete; por otro, los alumnos, apenados por volver a las aulas, perezosos y ensimismados dejando sus restos del desayuno tirados por el suelo o escondidos entre las plantas. Esta escena finaliza cuando la limpiadora hace su aparición y el patio vuelve a su estado normal de limpieza, estado del que nunca debería haber salido.

Pero… ¿tan difícil es que cada uno se haga responsable de sus residuos y los deposite en las papeleras adecuadas? ¿Qué razones ocultas e indescifrables hacen que nos comportemos de esta manera tan incívica? ¿Habrá alguna posibilidad para un cambio de actitud y una mayor conciencia medioambiental?

Para dar respuestas a estas preguntas y buscar ese cambio, un grupo de profesores de nuestro centro ha puesto en marcha este curso el Programa de la Junta “Recapacicla” y, en vista de la disminución de pájaros que nos visitan, podemos decir que esto empieza a funcionar.

El principal objetivo de este programa es concienciar a la comunidad educativa del grave

problema medioambiental que supone la creciente generación de residuos. Para ello, ofrece una serie de contenidos y actividades que los centros adaptan a su contexto, todas ellas encaminadas a la reducción progresiva y a la correcta separación de los residuos para su posterior reciclado.

Cabe decir que no partimos de cero ya que el DACE solicitó hace unos años a las empresas de reciclado de la zona que instalaran en nuestro centro contenedores para la recogida selectiva de envases, papel, pequeños electrodomésticos, bombillas, pilas, tóner, etc. También se han realizado campañas de recogida de materiales de desecho para luego realizar juegos, murales, esculturas, etc. y se crearon las patrullas verdes formadas por alumnos que tras los recreos limpiaban el patio separando los envases de lo orgánico.

Este curso, además de las actividades propuestas por la Junta, hemos visto y comentado la película Wall-e y el documental Océanos de plástico; hemos hecho jabón con aceite usado, decorado contenedores y papeleras, señalizado los puntos límpios y creado graffitis en el muro del huerto escolar. También en los recreos hacemos juegos Recapacicla con premios a los participantes que más reduzcan y reciclen. Las patrullas verdes han vuelto a funcionar. Todo esto y mucho más se puede consultar en la web del centro y en el blog Recapacicla.

Como coordinadora del proyecto quiero agradecer a todos los participantes su labor y muy especialmente a mis alumnos de 1º de Bachillerato de artes.

El fin de la película está por escribir.

Recapacicla ha llegado para quedarse

Mabel Gutiérrez

Page 29: Ventolera 25 definitivo

Pasé las primeras etapas de mi adolescencia en un pequeño instituto, donde no había muchos alumnos, los profesores eran pocos y la relación con ellos era bastante familiar. En ese instituto hice mis primeros mejores amigos, esos que sabes que durarán por mucho tiempo antes de que todos acabemos madurando. Cuarto de la ESO fue uno de mis mejores años. En ese momento el grupo de amigos había crecido, quince en total. No era muy consciente de todo lo que ocurría a mi alrededor. Tenía una vaga idea de lo que era la política, de lo que estaba pasando en el país, de lo que ocurría a nivel global. Por supuesto, no sabía lo que me deparaba el año siguiente.

Como todo, secundaria terminó, llegó la graduación, el verano y semanas después bachillerato. Admito que al principio no estaba ilusionada. Nunca se me habían dado bien los cambios. El instituto de mi más temprana adolescencia no tenía bachillerato, así que todos los que conseguíamos pasar de curso cambiamos de centro.

Fue un cambio totalmente radical.

El primer día bien podrían haberme puesto de sombrero un letrero de neón que exclamase que yo nunca había pisado el nuevo centro. Estaba totalmente perdida. Había una diversidad de gente que no había visto nunca antes. Hasta entonces, y al estar en un instituto tan pequeño, la reducida porción de población adolescente no tenía muchos ejemplares que sobresaliesen en la multitud. Pero allí cabían todos los estilos, desde lo más boho hasta cabellos azul eléctrico. Mi vena artística deseaba mezclarse entre esa multitud tan dispar y aprovechar esa fuente de inspiración.

El segundo día fue un desastre total. Nuestro grupo de quince nos habíamos repartido entre todas las modalidades de bachillerato, en mi nueva

clase sólo compartía amistad con cinco y ninguno tenía ni idea de adónde ir cuando teníamos que cambiarnos de clase. Nos limitábamos a seguir a uno de mis nuevos compañeros entre los atestados pasillos, por los que yo apenas podía caminar sin empujar a alguien. Cuando llegó el recreo estábamos perdidos, no sabíamos en que rincón del enorme patio podíamos sentarnos; de hecho, el mismo día estuvimos en tres sitios distintos antes de hacernos un hueco en la rampa.

El día se hizo eterno. La semana duró mil años.

Un día descubrí que ya habían pasado tres meses y no me había dado ni cuenta, las vacaciones de Navidad estaban a la vuelta de la esquina. En apenas tres meses me había acostumbrado a ver a mis amigos la breve media hora de recreo, a los distantes profesores, a avanzar dando tumbos entre clase y clase, a charlar un rato en las taquillas.

En un abrir y cerrar de ojos han pasado casi dos años. Quién iba a pensar que una chica como yo, a la que le cuestan tanto los cambios, iba a cambiar tanto en dieciocho meses. Me resultaría muy difícil explicar todos los cambios que he experimentado, comenzando por mi personalidad y terminando con mis gustos.

Este es mi último año. Si cuando entré no tenía mucha consciencia del mundo que me rodea, me iré sabiendo que en estos dos años ya me voy haciendo una pequeña idea de cómo funciona. Este es mi último año y en el fondo me entristece saber que no voy a poder disfrutar las clases de los profesores que más me gustaron, que más me enseñaron sobre el mundo y no tanto sobre lo que pone en los libros de texto, de esos profesores que en este centro me hablaron de otras formas de pensar.

Etapas

Sabina Parlatore Marcucci

Page 30: Ventolera 25 definitivo

Celia Moreno Cabanas

EL CONCURSO LITERARIO

Suena el despertador. Son las 7:30 de la mañana y ese pitido incesante ya está taladrando mis tímpanos.

Saco la mano desde las cálidas temperaturas del edredón hasta tocar el móvil y desactivar la alarma, con el frio invernal rayándome la piel. Remoloneo un poco más mientras mi conciencia me dice “levántate” y mi parte irresponsable me dice “qué más da, por un día que no vayas al instituto no pasa nada”.

Y me levanto. Me visto, desayuno y me lavo los dientes, no necesariamente en ese orden. Preparo mi desayuno para el instituto, hago la cama, recojo el pijama que estaba cómodamente tirado en el suelo, me lavo la cara, me peino, miro mis nuevas espinillas, mis nuevas manchas cutáneas, miro mi cara en general, sonrío, hago muecas e infravaloro un poco más la imagen del espejo; tampoco necesariamente en ese orden.

Salgo de casa y un segundo antes hago un repaso mental de lo que tengo en la mochila. Cuando cierro la puerta pienso en los vecinos que duermen todavía. Capullos. Son las 8 de la mañana y la rutina comienza.

Ando rápido, casi llego tarde. El conserje ya está esperando en la entrada con su mirada impaciente y su ir y venir nervioso. “Por lo menos dice buenos días”, me digo. Me dice buenos días, le digo buenos días. Entro apresuradamente en el instituto. ¿Qué me toca a primera hora? ¿En qué edificio? ¿Tengo que ir a la taquilla? Me acuerdo de que toca Historia. Llego tarde a clase. Llamo a la puerta, el profe me abre, me dice que me siente rápido y que no llegue tarde otra vez, que me levante antes, que ya es el tercer día que me retraso. Me siento, busco la libreta. Mierda, está en la

taquilla. Pido una hoja y ya se oye al profesor diciendo que no hable. Consigo la hoja, empiezo a escribir. Mientras tomo apuntes tengo que estar atenta para no descuidar la letra, los márgenes, escribir recto, no poner muchos colores, no poner pocos colores, separar los párrafos, diferenciar los apartados, ¿pero lo que está explicando ahora va dentro del punto 3 o es un apartado distinto? Nadie se calla. Todo el mundo habla. El profe se cansa de explicar y se sienta. Toca el timbre. Salgo al pasillo mientras me digo “Ten cuidado con las escaleras, no te tropieces, no saltes, no corras, no te caigas”. Llego a la taquilla, cojo

Relato ganador del Concurso Literario 2016

Page 31: Ventolera 25 definitivo

desamor, sobre todo de desamor. Cojo el libro y camino rápido por los pasillos. Otra pareja. ¿No podrían repartirse un poco para que no estuviesen todos los enamorados en la misma planta? Desde aquella ruptura, el amor es una mierda. Llego a clase pensativa y me siento. Soy incapaz de concentrarme. El profe habla. Nadie le entiende. Los aplicados le miran mientras toman apuntes. Uno pregunta, pelota. Otro bosteza y el profe comenta que tiene un buen dentista. Sólo han pasado 20 minutos. Qué clase tan eterna. El profe me llama la atención porque estoy distraída. Me pregunta. Me deja en ridículo con una comparación entre mi cara y un tomate y me río. Ha tenido gracia, hay que reconocerlo. ¿Cuánto queda para las vacaciones? Demasiados días para contarlos. Garabateo en mi agenda, copio algo en la libreta por hacer algo, hago una preguntilla y sigo a lo mío. Luego le pediré los apuntes a la de primera fila, ella siempre los tiene. Toca el timbre. AL FIN. Salgo de clase sin saber lo que me toca, por lo que “aprenderme el horario” sube en la lista de tareas que tengo que hacer antes de que acabe el curso. Veo a una chica de mi clase cogiendo el libro de Francés. “No puede ser”, me digo, “Francés ahora, no”. Bufo, suspiro y pienso en este fin de semana (aunque para qué si voy a tener que seguir estudiando para el examen de Inglés de la semana que viene). Voy a la taquilla. Mierda, se me ha olvidado el libro en casa. Me dirijo hacia la clase de Francés. El pasillo está lleno de niños de secundaria con las hormonas revolucionadas, los granos y comiendo bolsas de Jumpers mientras se llenan los dedos con los restos de las patatas. Llega el profe con su jersey de color rojo. El rojo es un color demasiado bonito para un día como hoy. Abre y el olor de la habitación nos pega una bofetada. Es una mezcla muy característica

el libro y voy a clase. La profesora no llega ¿habrá faltado? Todos tenemos ya los ojos esperanzados cuando aparece por el final del pasillo. Se oye un “Es que esta mujer, aunque haya un tsunami, está en el instituto dando clase” y todos reímos. Entramos. Date prisa y coge un buen sitio. ¿Los deberes? Se me han olvidado. ¿La ficha? No está hecha. Las notas negativas se van acumulando en ese cuaderno que nunca suelta. La hora se hace eterna. Alguien estornuda. Alguien tose. Tengo hambre. Manda una redacción. Toca el timbre. ¿Y si me hago una piarda y voy a la cafetería? Mi conciencia vuelve a llamarme la atención. Siguiente clase, siguiente batalla. Lengua, sintaxis. Otra odisea. La seño se enfada porque no hemos hecho las frases. No grita, sólo habla alto. Salimos de uno en uno a la pizarra. Me llama a mí. No sé hacer nada. Ni coordinada, ni subordinada, ni adverbial ni qué sé yo. Otro negativo. Ocho oraciones para casa más leer el libro obligatorio. Qué coñazo de libro, por Dios Seguimos dando clase y la profesora no para. Va de un lado a otro, se enerva, se enfada, se tranquiliza y vuelve a empezar. No sé cómo lo hace que sólo de verla me canso. Toca el timbre, menos mal, recreo.

Salgo de clase exhausta. Media hora de descanso es como un soplo de tranquilidad. Voy con mis amigos a las gradas. Hoy hace demasiado sol y me molesta. Me como el bocadillo y me bebo el zumo. Aún tengo hambre. Miro a las chicas que tenemos al lado, sus cuerpazos, y destierro la idea de ir a por algo de comer. Me siento y hablo con los demás. Voy a ver la hora en el móvil. ¿Me habrá hablado el chico del otro día? Justo pasa un profesor y nos dice que recojamos las cosas del suelo. Qué susto, casi me pilla con el móvil. Hablamos de este fin de semana. Pensamos en ir al cine, pero dos de nosotros tienen un examen la semana que viene de cuatro temas de Historia, otro tiene un concierto, otra ha quedado con el novio y los demás no tienen dinero, así que ni cine ni ná de ná. Toca el timbre. ¿Tan pronto? Seguro que hoy ha sonado antes de lo normal, deberían revisarlo. Nos quedamos unos minutos más sentados en las gradas, pero nuestras respectivas partes responsables nos hacen mover el culo e ir a clase. Venga, que solo quedan tres horas.

¿Qué me toca? ¿Dónde? Veo a un chico de mi clase y le pregunto. Filosofía. Voy a la taquilla. Puaj, qué asco, esos dos siempre al lado de la columna. Qué asco de amor y de

Page 32: Ventolera 25 definitivo

de este instituto. Huele, básicamente, a cerrado, sudor y pedo. Los alumnos decimos que “huele a humanidad” para no parecer tan groseros. Me coloco en la tercera fila pegada a la pared del profesor, un sitio clave. No estoy en medio de la clase ni en las primeras filas, a donde van dirigidas todas las miradas inquisitivas del profesor. La tercera fila es perfecta porque no parece que pases tanto de la clase. El profe empieza a quejarse del sistema educativo, de la política y de España en general. Todos asienten para no llevarle la contraria, no sé si porque tienen miedo de decir lo que piensan o porque directamente no piensan en esos temas. Después de los 10 minutos de rigor quejándose de todo, empieza la clase. Leemos un texto y hacemos un par de ejercicios. El profe se levanta de su sitio y explica en la pizarra el passé composé. Que si verbos, que si concordancia, que si sujeto, que si no me entero de nada. El profe, al ver nuestras caras, resopla y se relame el labio de una manera muy difícil de describir. Dice que somos muy inteligentes, usando ese tono sarcástico que tanto odio, y empieza de nuevo con el rollo de que no escojamos Francés en segundo de Bachillerato. Lo de todos los días, vamos. Las sillas de la clase de arriba empiezan a moverse y mis compañeros van guardando las cosas poco a poco, casi a escondidas, para que el profesor no se dé cuenta. Sin embargo causan un revuelo digno de mencionar. Todos los estudiantes somos así, cuando faltan dos minutos desconectamos y empezamos a guardar las cosas mientras el sonido de archivadores, bolígrafos y estuches cerrándose va en aumento. Sé entonces que está a punto de tocar el timbre. Última hora, casi no me lo creo. Vamos todos hacia el patio, toca Educación Física. En este periodo del año, gimnasia a última hora está muy bien porque dejamos de estudiar una hora antes, aunque eso conlleve hacer algo de esfuerzo físico. Sin embargo, cuando va llegando abril y el calor empieza a ser uno más de nosotros, cambia la cosa. Hoy toca baloncesto. Empezamos con el calentamiento y corremos de un lado al otro de la pista moviendo todas las extremidades posibles mientras empiezan a escucharse los “buf”, los “qué asco”, los “no quiero hacer esto”, los “pero para qué me sirve en la vida” y los “yo quiero irme a mi casa”. Cogemos cada uno una pelota y entre escoger la más bonita e hinchar las que se habían puesto fofas, empezamos la clase. Ahora sí que no entiendo nada. El profe tiene la manía

Page 33: Ventolera 25 definitivo

de hacer los equipos “equilibrados”, aunque desde mi punto de vista no son equilibrados ni son nada. Pone a dos chavales a los que se les da bien el deporte y a una chica que hace baloncesto en el mismo equipo y, para compensar, mete a un chico que ni sabe botar el balón y una chica metro y medio. Eso qué equilibrio es, a ver, que alguien me lo explique. Al final juegan los tres que he mencionado primero mientras los otros dos se quedan vagando por el campo para aparentar que están haciendo algo productivo por el equipo. Se nos escapan las pelotas, empezamos a sudar, algunos empiezan a hacer estupideces con el balón, unos los lanzan muy alto, otros les dan pataditas con el pie, otros los tiran desde un lado de la pista hasta el otro… y mientras tanto yo me asusto cuando veo una sombra peligrosamente cerca de mi cabeza. Grito en varias ocasiones pensando que me van a dar un pelotazo, corro a por la pelota, meto dos canastas de pura casualidad y fin de la clase. Estiramiento (que al final nunca hace nadie) y para casa. Voy al vestuario y me cambio la camiseta mientras las demás chicas se echan litros y litros en el sobaco. Perdón, en la axila. Recojo mis cosas y salgo del vestuario, digo que hasta mañana y me uno al grupo de gente que ya sale de los edificios hacia la esperada salida. Me choco con un chaval guapísimo y enseguida pienso “Ni se te ocurra decirle nada. Su novia es aquella celosa y si te ve hablando con él, probablemente saque su lado más bestia y te pegue”. Me ruborizo mientras sigo andando, bajo la cabeza y salgo del instituto mientras respiro la libertad.

Llego a casa y como con mi familia. Mi madre me pregunta si luego puedo ir a comprar yogures al supermercado porque se han acabado. Me pregunto si los yogures son un alimento tan indispensable como para que tenga que salir de casa. Al terminar, recojo la mesa y friego los platos, tiendo la ropa para ayudar a mi madre y barro el salón. Entonces mi hermano me pide que le ayude con un trabajo de manualidades para el colegio. Tienen que adornar un dragón chino de papel para colgarlo luego en los pasillos con motivo del año nuevo chino y la multiculturalidad. Saco todas las cartulinas, los rotuladores, las ceras, la purpurina, la cola, las tijeras, las lentejuelas, la lana y le pregunto qué quiere hacer con todo eso. Él empieza a mezclar los materiales en el papel de una manera poco artística, pero infantil e inocente al fin y al cabo. Después de haber manchado la mesa, haber tirado un bote de purpurina azul

Page 34: Ventolera 25 definitivo

Mi madre llega de la reunión y me encierro en mi cuarto, esta vez sí, con el propósito de acabar el libro. Al poco tiempo mi señora progenitora me llama para cenar. Cenamos y al acabar me voy a poner el pijama, me lavo los dientes y me voy a mi cuarto para terminar de leer el maldito libro. Mientras estoy en la cama leyendo el octavo capítulo, la imagen de la profesora de Inglés con su cuaderno de notas negativas me cruza la mente y me acuerdo de los cuatro ejercicios que había mandado para casa y de la ficha que yo aún no había hecho. Me levanto de la cama para hacerlos y mientras saco punta al lápiz, encuentro la página, busco unas palabras en el diccionario, busco la coherencia en las preguntas del ejercicio que no entiendo y hago las construcciones sintácticas adecuadas para que mis respuestas tengan sentido, dan las doce de la noche. Exhausta, me meto en la cama acordándome del trabajo de Matemáticas que tengo para el viernes y a punto de llorar por la presión de los estudios, me duermo pensando que mañana es el último día para presentar el relato del concurso literario del instituto en el que quería, y recalco, quería participar.

y haber roto varias cartulinas, se va contento con su dragón mientras me toca recoger. Mi madre me urge con ir al supermercado porque se ha dado cuenta de que tampoco hay queso. Cojo el dinero, bajo las escaleras llevando la bolsa de basura (porque también me la ha encasquetado) y me dirijo hacia el supermercado. Entre buscar los yogures sin trocitos y el queso Edam, pagar y subir a mi casa, pasa otra hora. Me pongo a estudiar y a hacer las oraciones de lengua que no me salen. Me ruge el estómago y meriendo. Mi madre me dice que tiene que ir a una reunión y que me tengo que quedar con mi hermano. Como aún es pequeño y no puede estar solo en una habitación, me mudo al salón con el libro de lectura obligatorio de este trimestre. Mi hermano se enrabieta y empieza a llorar y a ponerse rojo porque no le doy chuches. Coge sus juguetes y los tira, coge los cojines y los tira, se sube al sofá y empieza a tirarme del pelo para llamar la atención. Me levanto y me pongo en una silla. Cuando le miro, veo que está descalzo. Le pregunto donde están sus zapatos y señala la ventana. Dejo el libro encima de la mesa, me asomo por el balcón y veo dos zapatillas rojas en la carretera. Le miro y no sé si ir a por ellas y dejarlo un momento solo o quedarme en casa. Pero cómo lo voy a dejar solo si acaba de coger mi libro para romper las páginas. Entre la desesperación y el enfado, le quito el libro y me pongo a jugar con sus juguetes para intentar distraerlo. Al poco tiempo se cansa de correr de un lado a otro gritando “chuches, chuches, chuches” y se sienta a mi lado a jugar con la plastilina mientras sigue quejándose y sollozando nerviosamente.

Concurso Literario

25aniversario

2 0 1 6

Page 35: Ventolera 25 definitivo

Perlas cultivadas de nuestro centro

Perlitas científicas:

Astronomía CMC:Agujeros negros.

" Un agujero negro es un agujero muy grande en la tierra, tan grande que si pasa un planeta cerca lo chupa y desaparece"

Física:Problema de cinemática del movimiento circular. Se pide que comente el resultado.

" Esta es la aceleración normal y claro que es normal porque yo lo he visto en clase, yo también la tendría"

Física:Problema de dinámica. Después de calcular unas fuerzas etc, se pide que se calcule un

tiempo.

" Resultado t=-7,2s. El tiempo me sale negativo, por más vueltas que le doy he llegado a la conclusión de que el cuerpo iba tan lento, que hace que el tiempo sea negativo"

Física:Formación de la materia.

"En los núcleos hay protonios y otras cosas que dan calambre, yo no los tocaría"

Química:En unas prácticas de cálculo de disoluciones, se pide que se comente cualitativamente el

proceso.

"Está claro que no sé yo si esto está bien... pero entre mi compañero y yo creemos que el problema es del agua, porque me han dicho que el agua de la marca Hacendado es mala y hemos visto que la garrafa es de allí"

Mauricio Ruiz Ruiz

Circulan por internet algunas respuestas a exámenes muy “creativas” y nuestros alumnos, quizás influidos por el bachillerato de Arte, nos sorprenden con frecuencia por respuestas que, otra cosa no, pero originales...

Page 36: Ventolera 25 definitivo
Page 37: Ventolera 25 definitivo
Page 38: Ventolera 25 definitivo
Page 39: Ventolera 25 definitivo
Page 40: Ventolera 25 definitivo
Page 41: Ventolera 25 definitivo
Page 42: Ventolera 25 definitivo
Page 43: Ventolera 25 definitivo
Page 44: Ventolera 25 definitivo