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    EXPERIENCIA, MEMORIAYTRAUMA: SNTOMASDEDISCURSIVIDAD*

    ERNSTVAN ALPHEN

    De acuerdo con el sentido comn la experiencia es algo que los sujetos tienen, en lugar de hacerla; lasexperiencias son directas, no mediadas, versiones subjetivamente vvidas de la realidad. stas no son trazosde la realidad, sino parte de la vida misma. Sin embargo, durante los ltimos veinte aos esta nocin deexperiencia ha sido cuestionada por acadmicas feministas como Teresa de Lauretis (1984)1 y Joan W. Scott(1992)2. De maneras diversas ellas han argumentado que la experiencia no es tan directa e inmediata comose asume usualmente, sino que es fundamentalmente discursiva. La experiencia depende en el discurso: lasformas de experiencia no dependen nicamente en el evento o en la historia que est siendoexperimentada, sino tambin en el discurso en el cual el evento es expresado/pensado/conceptualizado.

    Me detendr en el artculo Experiencia de Joan Scott (1992) debido a que la autora logra sealaracertadamente las implicaciones de nociones predominantes sobre la experiencia. Al considerar las ventajasde una nocin discursiva de la experiencia, Scott seala que a pesar de que la categora de experienciapuede tener diferentes significados, su estatus en el anlisis histrico es usualmente el mismo. La

    experiencia es presentada como verdad o evidente, como incontestable y como un punto de origen deexplicacin. Cuando el empiricismo fue criticado por ser epistemolgicamente ingenuo, la categoraexperiencia fue introducida como reemplazo de las categoras hecho en bruto y realidad simple. Laventaja de este reemplazo es que la connotacin de experiencia es mucho ms variada y elusiva. Sinembargo, el estatus de la experiencia en la escritura histrica moderna es, como lo seala Scott, no muydiferente del hecho en bruto en la histrica decimonnica. La experiencia se convierte en la base sobre lacual todo anlisis se sustenta.

    Una de las implicaciones de tal uso de la categora de experiencia es que el individuo que ha tenido laexperiencia se convierte en el pilar de la evidencia. En ese caso se descartan todas las preguntas sobre lanaturaleza construida de las experiencias. Como lo afirma Scott, esta omisin es verdadera para todos los

    diferentes significados de experiencia distinguidos por Raymond Williams en su libro Palabras clave(1983)3

    .De acuerdo a Williams la experiencia significa simultneamente conocimiento acumulado de eventospasados, bien sea por observacin consciente o por consideracin y reflexin y un tipo particular deconciencia, que puede en algunos contextos distinguirse de la razn o el saber 4. De acuerdo con Williams,hasta la primera parte del siglo XVIII los trminos experiencia y experimento estaban cercanamenteconectados: la experiencia era una clase de conocimiento al que se llegaba a travs de pruebasexperimentales y la observacin. Sin embargo, en el siglo XX la experiencia emerge como una clase deconsciencia que consiste de un completo y activo conocimiento, que incluye tanto el sentimiento comoel pensamiento. Todos estos diferentes significados tienen en comn que la experiencia es una clase detestimonio subjetivo, y que es inmediato, verdadero y autntico. Hay otro significado que no estrelacionado con la idea de experiencia como testimonio interno y subjetivo. En el siglo XX la experienciatambin puede significar influencias externas al individuo. Dichas influencias son las cosas realesexteriores a las cuales los individuos reaccionan. Esta nocin de la experiencia excluye los sentimientos, lospensamientos o la consciencia de los individuos. Mientras que los primeros significados de experiencia

    * Traduccin de Carlos Andrs Barragn.

    1 Teresa De Lauretis. Alicia ya no: feminismo, semitica, cine(Madrid: Ctedra, 1992)

    2 Joan Scott. "Experiencia", Revistade Estudiosde Gnero. LaVentana, nm. 13, 2001, pp. 42-73

    3 Raymond Williams. Palabras clave: un vocabulario de la cultura y la sociedad(Buenos Aires: Nueva Visin, 2000).

    4 Raymond Williams, Palabras clave: un vocabulario de la cultura y la sociedad

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    implican que sta es algo que ocurre dentro del individuo, los segundos significados ubican la experienciapor fuera del individuo.

    Pero como Scott lo seala, todos estos usos de la experiencia bien sean concebidos como internos oexteriores, subjetivos u objetivos, asumen la existencia previa de los individuos 5. La existencia de individuoses dada por sentada. Los individuos existen y tienen experiencias. Esta suposicin impide la indagacin entorno a los modos cmo la experiencia constituyela subjetividad; esta suposicin evita la consideracinde las relaciones entre discurso, cognicin y realidad6. En su lugar Scott propone la siguienteconfiguracin de experiencia, subjetividad y discursividad:

    Los sujetos son constituidos discursivamente, la experiencia es un evento lingstico (noocurre fuera de significados establecidos), pero tampoco est confinada a un orden fijo designificado. Ya que el discurso es por definicin compartido, la experiencia es tanto colectivacomo individual. La experiencia es la historia de un sujeto. El lenguaje es el sitio donde serepresenta la historia. La explicacin histrica no puede, por lo tanto, separarlos 7.

    En lugar de asumir que los individuos existen y que ellos tienen experiencias, deberamos imaginar lasiguiente relacin: los sujetos son el efecto del procesamiento discursivo de sus experiencias.

    Indicar que la experiencia y el discurso no pueden ser separados es un movimiento importante puestoque nos fuerza a reconfigurar la relacin entre ambos. En este contexto el discurso no es ms un mediosubordinado en el cual las experiencias pueden ser expresadas. Ms bien el discurso juega un rolfundamental en el proceso que permite que surjan las experiencias y la forma y contenido que stasadquieren. En el resto de este captulo explorar con mayor detalle las interconexiones de la experiencia y eldiscurso. Esta exploracin tendr consecuencias para la categora de la memoria, porque la memoria esvista usualmente como un caso especial de experiencia. No es la recuperacin voluntaria controlada delpropio pasado, sino de la experiencia del pasado.

    Para ilustrar mi argumento me enfocar no en la experiencia pero en lo que llamo experiencia fallida,

    que es el trauma. Analizar el trauma como una experiencia que no se ha plasmado y que muestra sntomasnegativos de la discursividad que define una experiencia exitosa. A menudo la gente habla deexperiencias traumticas o de recuerdos traumticos; yo argumentar, sin embargo, que la causa deltrauma es precisamente la imposibilidad de experimentar y subsecuentemente de memorizar un evento.Desde esta perspectiva es contradictorio hablar de experiencia o memoria traumtica. Si asumimos que laexperiencia es de alguna manera discursiva, una experiencia fallida se convierte en un buen caso pararevelar la funcin del discurso en la experiencia: es en la experiencia fallida que la interconexin ntima deldiscurso y la experiencia es interrumpida. Esta interrupcin nos permite ver concretamente qu en laexperiencia discursivo.

    Mi discusin sobre trauma se concentrar en el Holocausto y su alegada irrepresentabilidad. Cuandohablo de la irrepresentabilidad del Holocausto me estoy refiriendo no al aspecto cultural de la indecencia derepresentar el Holocausto, pero a la inhabilidad de los sobrevivientes del Holocausto de expresar o narrarsus experiencias pasadas. La remembranza a los eventos del Holocausto es entonces, tcnicamenteimposible; ste es un problema semitico por naturaleza.

    5 Joan Scott. "Experiencia", p. 60.

    6 Joan Scott. "Experiencia", p. 61.

    7 Joan Scott. Experiencia p. 66.

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    no puede ocurrir.

    El atascamiento de un proceso implica que el problema de irrepresentabilidad del Holocausto ya habasurgido durante el mismo Holocausto y no despus cuando los sobrevivientes trataron de proveertestimonios literarios, artsticos, o de otro tipo. Para ponerlo de otra manera, los posteriores problemas derepresentacin son una continuacin de la imposibilidad durante el evento mismo de experimentar elHolocausto en los trminos del orden simblico disponible en ese momento.

    El estudio de Lawrence Langer, Holocaust Testimonies (1991)8 ofrece abundantes ejemplos de esteatascamiento del proceso discursivo de la experiencia. Langer discute los testimonios orales de lossobrevivientes del Holocausto que fueron grabados en video por el Archivo de Video Fortunoff paraTestimonios del Holocausto en la Universidad de Yale. Langer muestra como los problemas que tienenestos sobrevivientes en su propia experiencia estn cercanamente atados con las formas en las cuales estosson capaces de recordar el Holocausto.

    Usar los hallazgos de Langer para mostrar de manera ms concreta qu clase de problemasrepresentacionales surgen en los intentos de experimentar retrospectivamente el Holocausto, para asrecordarlo. El propsito de Langer es mostrar qu formas de memoria ha asumido el Holocausto y cmo

    la subjetividad de los sobrevivientes es determinada fundamentalmente por estas formas de memoria. ldistingue cinco formas diferentes de memoria y como consecuencia de stas, distingue cinco diferentesestructuras de personalidad.9 Dentro del alcance de este ensayo no estoy muy interesado en la relacinentre memoria y subjetividad como s lo estoy en la base discursiva de la no-representabilidad de lasexperiencias del Holocausto y por extensin de la memoria. Por lo tanto har algunas distincionesconcernientes con las diferentes clases de obstculos que pueden aparecer en el camino de la experiencia yla representacin. Estos obstculos son sntomas de discursividad. Distinguir entre cuatro clasesproblemas representacionales: dos estn relacionados con la posicin de sujeto de los sobrevivientes; losotros dos problemas conciernen enfoques de narrativa que son usados para relatar el Holocausto. Cadacual implica una discrepancia entre la realidad de la historia del Holocausto y las posiciones y trminos queel orden simblico provey para experimentar esta realidad. Estos cuatro problemas son: 1). Una posicin

    actancial ambigua: uno es ni sujeto ni objeto de los eventos, o uno es los dos al mismo tiempo; 2). Unanegacin total de cualquier posicin actancial o subjetividad; 3). La falta de una trama o una perspectivanarrativa por medio de la cual los eventos puedan ser narrados como una coherencia significativa; 4). Lastramas y las perspectivas narrativas que estn disponibles o que son impuestas son inaceptables, porque nohacen justicia a la forma en la cual uno toma parte en los eventos.

    Subjetividad ambigua: entre la responsabilidad y la victimizacin

    En el captulo Memoria angustiada Langer discute los testimonios de sobrevivientes que se handividido a s mismos en reaccin con lo que les sucedi en los campos de concentracin. La nica forma

    8 Lawrence Langer. Holocaust Testimonies: The Ruins of Memory(New Haven:, Yale University Press, 1991).9 El libro de Langer es invaluable debido a la cuidadosa atencin que el autor dedica a los testimonios. Sin embargo, no estoy

    de acuerdo con el estatus sin mediacin que l asigna al testimonio oral. La experiencia y el testimonio oral son para el autorautnticos porque no son mediados mientras que considera sospechosas las representaciones literarias del Holocausto ytestimonios escritos porque estos son el resultado de mediaciones convencionales. Estoy completamente de acuerdo con lacrtica que Dominick LaCapra hace a Langer: La perspectiva de Langer obscurece el rol de las convenciones retricas en eldiscurso oral y la interaccin entre escritura literaria y discurso LaCapra, Dominick. Representing the Holocaust: History, Theory,Trauma. (Ithaca: Cornell University Press, 1994), p.194. Otra perspicaz crtica al trabajo de Langer es ofrecida por SidraDesoven Ezrahi. Representing Auschwitz. History and Memory7(2) (1996), pp. 121-154.

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    de permitir las memorias sobre este pasado es la de atribuir las memorias a alguien ms. Uno de lossobrevivientes describe este mecanismo de la siguiente manera: Estoy pensado sobre eso ahora cmome divid yo mismo. Que ah no era yo. Era alguien ms 10. En algunos de los testimonios se hace clarocules pueden ser las causas de esta particin del ser. Langer habla sobre el testimonio de Bessie K., unamujer joven con un bebe quien se encontr en 1942 en el ghetto Kovno en el cual eran seleccionados lostrabajadores. Dado que los nios no eran admitidos (y eran asesinados inmediatamente), ella escondi subeb en su abrigo como si contuviera un manojo de pertenencias. Cuando su beb comenz a llorar, stefue tomado por los soldados alemanes. Hasta 1979 ella no haba podido contarle a nadie acerca de laprdida de su beb. Su testimonio hace claro, sin embargo, que su incapacidad para hablar acerca de suprdida es causada en parte por las limitaciones del lenguaje que estaba disponible. Ahora ella habla sobreel dramtico evento de la siguiente manera: Yo no estaba ni siquiera viva. Yo no estaba ni siquiera viva. Yono s si era por mi propia obra; o era hecho, o cmo pero yo no estaba all. Pero sobreviv 11. El lenguajeno logra permitirle a ella experimentar una posicin donde la subjetividad y la objetivizacin son ambiguasy no decidibles. Bessie K. todava est confundida, porque ella no sabe si tuvo alguna responsabilidad por laprdida del su beb, o si ella fue vctima de esa situacin. Si ella no hubiese escondido su beb en elmanojo de ropa, podra no haberlo perdido? Ella no sabe qu rol actancial ha tenido en el evento. Fue ellael sujeto?, lo que significa que tuvo un rol actancial activo en la prdida de su beb O fue ella solo elobjeto?, lo que implica que sufri un evento pasivo, como vctima.

    Bessie K. est desorientada; ella no sabe la respuesta a estas preguntas. En el testimonio de Alex H.,esta clase de desorientacin se manifiesta a s misma ms como una incertidumbre:

    Es difcil decirlo, hablar sobre sentimientos. Primero que todo, fuimos reducidos a tal nivelanimal que en verdad ahora que recuerdo aquellas cosas, yo me siento ms horrible de lo queme sent en ese tiempo. Estbamos en tal estado que todo lo que importaba era estar vivo. Unoincluso no pensaba en su propio hermano o en el pariente ms cercano, uno no pensaba. Yono s cmo se senta otra gente. Me molesta mucho si yo fui el nico que se sinti de estamanera, o es normal en tales circunstancias ser de esta forma? Ahora, algunas veces siento

    hice lo mejor o no hice algo que deb haber hecho? Pero al momento yo quera sobrevivir y talvez no di mis mejores esfuerzos para hacer ciertas cosas o pas por alto la oportunidad dehacer ciertas cosas12 .

    Cuando traducimos el testimonio de Alex H. en trminos actanciales podemos decir que l no estseguro si ha sido suficientemente sujeto. Hizo l un esfuerzo suficiente para ayudar a los dems? Mientrasque Bessie K. tiene miedo de que ella pudiera haber tenido un rol actancial demasiado activo pero ella nosabe cul Alex H. no sabe si el tuvo uno suficientemente. En los dos casos esta incertidumbre resulta enun ambiguo, azotado, sentimiento de subjetividad. Ellos se sienten a s mismos que no son sujetos niobjetos. Otro ejemplo es la historia de un francs, miembro de la resistencia: Pierre T. Luego de que sugrupo de resistencia mat a un oficial alemn, los nazis ejecutaron como represalia a veintisiete personas ensu pueblo. Sus dudas tienen que ver con el rol actancial que l tuvo en la ejecucin de sus vecinos. Es lresponsable de esto tambin, o es l victimizado por la medida de los nazis?

    Con anterioridad argument que las experiencias pueden ser vistas como procesos discursivos. Peroqu tienen que ver con el lenguaje los azotados sentimientos de subjetividad de Bessie K., Alex H., y PierreT. y sus dificultades al expresar lo que les pas? En qu preciso sentido son las formas de representacin,

    10 Lawrence Langer. Holocaust Testimonies: The Ruins of Memory, p. 48.

    11 Lawrence Langer. Holocaust Testimonies: The Ruins of Memory, p. 49.

    12 Lawrence Langer. Holocaust Testimonies: The Ruins of Memory, p. 65-66.

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    al menos en parte, la causa de sus confusiones?

    Hayden White ha argumentado la necesidad de desarrollar una nueva clase de lenguaje, un nuevomodo retrico para poder hablar del Holocausto. White propone encontrar un modo de expresinanlogo a la voz intermedia que pueda permitir una posicin diferente del sujeto en relacin con elevento.13 Tanto la voz activa como la voz pasiva sitan al agente o al actante por fuera de la accin comotal. El agente es el sujeto o el objeto de sta. Por el contrario, la voz intermedia sita al agente dentro de laaccin. El agente toma parte en la accin o en el evento sin ser ni sujeto ni objeto de sta. El agente estsiendo afectado por la accin sin ser directamente el objeto o sujeto de sta.

    Es difcil imaginar cmo podemos desarrollar un modo retrico sobre esta base. Sin embargo, lapropuesta de White contiene un diagnstico adecuado de los problemas de los sobrevivientes delHolocausto descritos en esta parte. Estos tienen dificultad en experimentar los eventos de los cuales fueronparte, porque el lenguaje a su disposicin solamente ofreci dos posibilidades. Como sujetos hablantes ellosdeben atribuir a s mismos el rol bien sea de sujetos u objetos en relacin con los eventos. Pero la situacindel Holocausto fue tal que esta clase de distanciamiento de la accin no fue posible. Uno tom parte deuna historia que no provey roles no ambiguos de sujeto u objeto. De esta forma el Holocausto no fueexperimentable y de ah que ms tarde, no narrable o de otro modo representable.

    Subjetividad negada: sobre nada

    En la seccin anterior discut casos en los cuales no era claro para los sobrevivientes del Holocaustoqu rol haban tenido en los eventos en los que terminaron dentro: sujetos u objetos? Aunque su rolactancial fue experimentado como fundamentalmente ambiguo, no fue su subjetividad como tal la queestuvo bajo presin. Discutir ahora las consecuencias para la representacin de situaciones en las cuales lasubjetividad de los presos de los campos fue reducida a nada. En estas situaciones los sobrevivientes noexperimentaron su rol/parte, ni siquiera como la de un objeto. Su existencia como seres humanos fuetotalmente negada. Ellos no jugaron absolutamente ningn un rol actancial, que lo que puso en peligro su

    subjetividad como tal.

    En la cultura occidental, en buena medida, el individuol es sealado como el responsable de su propiodestino. Uno es responsable por cmo uno acta. Es precisamente debido a esta responsabilidad individualque es posible formar la subjetividad por medio de un comportamiento conscientemente escogido. Bajoese supuesto cuando uno no escoge conscientemente, uno no es completamente un sujeto. Estaconsideracin de la subjetividad tiene grandes implicaciones para aquellos que vivieron en los campos deconcentracin. Constantemente tuvieron que aguantar situaciones que normalmente, en la sociedad dedonde venan, requieren tomar accin y afirmarse a s mismos. Cuando un miembro de la familia, un

    13 Basando sus argumentos en los de Lang, Hayden White argumenta que necesitamos un modelo retrico

    que ofrezca una posicin del sujeto que no sea ni activa ni pasiva. l se est refiriendo al griego clsicocomo un ejemplo de lenguaje que no slo tiene voces activas y pasivas, sino tambin la llamada vozintermedia. Las tres diferentes voces implican diferentes relaciones actanciales (del agente) a la accin o alevento. Mientras que los lenguajes modernos indoeuropeos ofrecen nicamente la posibilidad del modoactivo y pasivo, el griego clsico ofrece con esta voz intermedia una posicin diferente del sujeto enrelacin con el evento (ver Hayden White. Historical Emplotment and the Problem of Truth en:Friedlander, Saul (ed.), Probing the Limits of Representation. Nazism and the Final Solution (Cambridge:Harvard University Press, 1992), pp. 37-53.; ver tambin el captulo Entramamiento histrico y elproblema de la verdad en este volumen, el cual corresponde a la primera traduccin al espaol de dichoartculo).

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    amigo, o incluso un completo extrao est siendo maltratado o asesinado, se supone que uno debeinterferir. No hacerlo corroe la propia subjetividad. En los campos, sin embargo, los presos estuvieronconstantemente en la situacin de no poder interferir aunque la situacin lo demandara. Las consecuenciasno fueron tanto para aquellos que fueron maltratados o asesinados (ellos iban a ser asesinados en todocaso), sino para aquellos que tuvieron que presenciarlo.

    Estas consecuencias son de hecho causadas por la cercana conexin entre la subjetividad y las normasticas:

    El concepto de usted no puede hacer nada es tan extrao a la mente independienteoccidental (dominada por la idea del individuo como agentede su destino) que su centralidad,que su inculpable centralidad para la experiencia del campo de concentracin continadejndolo a uno moralmente desorientado. El propio principio de inaccin inocente de lasvctimas es ajeno a las premisas ticas de nuestra cultura, donde algunas veces confundimos talinaccin con cobarda o indiferencia14.

    La consecuencia ms extrema de esta imposibilidad de actuar no es siquiera un sentimiento deimpotencia; ste, mucho ms radical, es el de la falta de inters. Uno es forzado a renunciar al concepto de

    subjetividad que asocia la observacin pasiva con debilidad moral o con una subjetividad inmadura. Con elobjetivo de no ser descalificado todo el tiempo como un sujeto completo, uno solo puede renunciar alconcepto de subjetividad que era el piso para tal descalificacin.

    La renuncia a esta concepcin de subjetividad a causa del aspecto moral en juego est claramente en eltestimonio de Joan B. Ella trabaj en la cocina de un campo de concentracin. Cuando una de las reclusasestaba a punto de dar a luz, el comandante del campo dio la orden de hervir agua:

    Agua hervida. Pero el agua no era para ayudar con el acto de dar a luz. l ahog al recinnacido en el agua hirviendo. El horrorizado entrevistador pregunta: Usted vio eso? Oh s,yo lo vi, responde la mujer imperturbablemente. Usted dijo algo?, contina el dilogo,

    No, no dije15

    .

    Ms tarde, Joan B. ofrece el siguiente comentario: Yo tena un amigo que dijo que ahora queestbamos aqu, uno tiene que mirar derecho hacia delante como si tuvisemos [anteojeras] como en unacarrera de caballos y volverse egostas. Yo lo viv, lo mir, pero no sent nada. Me volv egosta. Eso erael nmero uno16. Langer hace nfasis que en la situacin de los campos de concentracin, egosta ya notiene ms el significado de no ser generoso, o indiferente hacia los otros. Egosta debe ser ledo comoego-ista (self-ish): con el objetivo de sobrevivir, todas las normas y valores de consideracin con los demsseres humanos deben ser ignoradas. Es exactamente la ignorancia de este sistema de valores lo que mata lasubjetividad al preciso momento que uno escoge la vida.

    En las dcadas de 1950 y 1960 esta clase de situaciones fueron presentadas como escogenciasexistenciales que tenan que ser hechas y que ejemplificaban la vida, y en general la condicin humana. Lostestimonios que Langer discute hacen claro, sin embargo, que esta es una visin altamente romantizadaporque no haba otras opciones que escoger. La situacin fue definida por la falta de opciones. Uno slopoda seguir impulsos humillantes que asesinaban la propia subjetividad pero que salvaguardaban la vida.En palabras de Langer: Es verdaderamente una clase de aniquilacin, un paradjico asesinato del ser por

    14 Lawrence Langer. Holocaust Testimonies: The Ruins of Memory, p. 85.

    15 Lawrence Langer. Holocaust Testimonies: The Ruins of Memory, p. 123.

    16 Lawrence Langer. Holocaust Testimonies: The Ruins of Memory, p. 123.

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    el ser con el objetivo de mantener el ser vivo17.

    No obstante, la subjetividad no es una categora fija, universal, sino una construccin social. Por eso esque uno puede preguntarse si este corroer de la subjetividad fue igualmente aniquilante para todo elmundo. La observacin de Myrna Goldenberg en su artculo Different Horrors, Same Hell: WomenRemembering the Holocaust (1990)18 con relacin a que la situacin en el campo fue menos letalinmediatamente para las mujeres que para la gran parte de los hombres, puede ser entendida dentro de estaperspectiva. En la sociedad occidental patriarcal la subjetividad masculina depende de forma ms extremaen la construccin de una subjetividad independiente e iniciante. Cuando la subjetividad tiene que serrenunciada la masculinidad es daada en su esencia.

    Esta diferencia de gnero en las construcciones de subjetividad puede incluso explicar por qu loshombres murieron mucho ms temprano en los campos en comparacin a las mujeres. Goldenberg sealaque la vida en los campos fue usualmente ms difcil para las mujeres que para los hombres. Los hombresadultos fueron tratados relativamente mejor, porque podan ser utilizados en los campos de trabajo. Sinembargo en 1943, por ejemplo, murieron tres veces ms hombres que mujeres en Ravensbrck.Goldenberg sugiere que los hombres fueron menos capaces que las mujeres de matar el yo con elobjetivo de sobrevivir. Las mujeres pudieron renunciar ms fcilmente a su subjetividad, porque en las

    culturas de donde venan la independencia y la fuerza de su subjetividad haba sido limitada de cualquierforma y siendo menos dependiente en egos inflados, como lo eran los hombres, cuando estos egoseran rotos y arrasados, las mujeres se recuperaron ms rpido y con menos amargura 19. Esta visinconfirma la constructividad de la subjetividad tanto como su crucial rol para la posibilidad de laexperiencia.

    Hasta ahora he descrito los mecanismos para sobrevivir que forzaron a los prisioneros a matar el yocon el objetivo de mantener vivo el ser. Pero cmo puede este mecanismo ser responsable de la no-representabilidad de la experiencia del Holocausto? No es tanto el contenido de la experiencia lo que causaeste problema, sino la capacidad de narracin que hace falta. Cuando se ha tenido que matar ya no sepuede narrar. Es la voz que ha desaparecido al renunciar a la subjetividad. Mientras que uno viva, la propia

    voz ha sido enmudecida. En palabras de Charlotte Delbo: Yo mor en Auschwitz, pero nadie lo sabe20

    .

    La falta de una voz es claramente expresada en el testimonio previamente citado de Joan B. En elsentido literal de la palabra Joan B. ha recuperado su subjetividad y voz. Ella testifica sobre sus experienciasen el campo de concentracin. La forma en que lo hace, sin embargo, no muestra para nada la expresin desu subjetividad. Ella registra los eventos factuales sin ningn tipo de inters o compasin. Ella repite losacontecimientos registrados casi mecnicamente. Observemos su lenguaje:

    l ahog al recin nacido en el agua hirviendo. El horrorizado entrevistador pregunta:Usted vio eso? Oh s, yo lo vi, responde el imperturbable sujeto. Dijo usted algo?,contina el dilogo, No, no dije21.

    Aunque Joan B. habla (de nuevo), ella lo hace sin un mnimo de expresin. Parece como si una voz sin

    17 Lawrence Langer. Holocaust Testimonies: The Ruins of Memory, p. 131.

    18 Myrna Goldenberg.. Different Horrors, Same Hell: Women Remembering the Holocaust en Roger S.Gottlieb (ed.) Thinking the Unthinkable: Meanings of the Holocaust(New York: Paulist Press, 1990) pp. 150-166.19 Joan Ringelheim en Myrna Goldenberg.. Different Horrors, Same Hell: Women Remembering the Holocaust, p. 153.

    20 Lawrence Langer. Holocaust Testimonies: The Ruins of Memory, p.267.

    21 Lawrence Langer. Holocaust Testimonies: The Ruins of Memory, p. 123.

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    subjetividad hablara. O para formularlo ms puntualmente: no es Joan B. quien est hablando, es su boca.En un nivel literal, superficial, el testimonio de Joan B. debilita la conviccin de que las experiencias delHolocausto no pueden ser representadas. Ah est sucediendo una narracin. Pero es precisamente estetestimonio el que hace claro por qu tantos sobrevivientes del Holocausto no estn en las condiciones parahablar acerca de los eventos de los cuales fueron parte. Aunque estos sobrevivieron, su ser fue asesinado enAuschwitz. Un ser asesinado no tiene experiencias, para no mencionar memorias narrables.

    El Holocausto como una vaco narrativo

    Los eventos nunca se constituyen por s mismos. No experimentamos los eventos comoacontecimientos aislados y los acontecimientos no pueden ser experimentados en el aislamiento. Loseventos siempre tienen una prehistoria, y estos a la vez se constituyen en la prehistoria de los eventos queestn an por venir. No estoy sugiriendo que esta continuidad est presente en la realidad. La realidad esms bien un caos discontinuo. Sin embargo, es la forma en la que experimentamos y representamos loseventos lo que los convierte en una continua secuencia. Nosotros experimentamos los eventos desde laperspectiva de marcos narrativos en trminos en los cuales estos eventos pueden ser entendidos como

    significativos. Cuando alguien ha pasado un examen final, el significado de este evento es derivado de unaanticipacin de eventos que se esperan sigan: ms estudio, trabajos, carrera. Cuando alguien muere, es unevento espantoso exactamente porque se clausura la expectativa de los eventos por venir. La muerte recibesu significado negativo de esta ausencia de un marco narrativo que haga posible anticipar eventos futuros.

    Desde un punto de vista narrativo es exactamente esta imposibilidad de activar un marco de narracincomo anticipacin de los eventos por venir, lo que caracteriza las experiencias del Holocausto. Edith P.formula esta imposibilidad de la siguiente manera:

    Uno no piensa que es lo que est pasando por la mente. Uno se dice a s mismo: Bueno,aqu estoy yo en Aushwitz. Y dnde estoy, y qu va a pasarme?22

    Edith P. pierde la capacidad de reflexionar sobre la situacin en la que se encuentra. Ella explica laprdida de tal capacidad de la siguiente manera. Podemos decir: cuando me case, cuando yomuera o cuando alguien que yo amo muera, o cuando yo tenga un hijo, o cuando encuentreun trabajo. Con esta clase de expresiones automticamente creamos posibilidades tericas de lo qu va asuceder. Esto no requiere ningn esfuerzo:

    Al imaginarse a uno mismo en aquellas situaciones porque sabemos cmo pensar acerca deellas stas tienen precedentes en nuestra propia experiencia o en la de otra gente. Pero nadie,nunca ha dicho cuando llegue a Auschwitz, yo; por lo tanto la mente permanece enblanco23.

    En Auschwitz no era posible, explica Edith P., saber qu clase de eventos podran anticiparse. Nuncasabramos si estbamos en la mitad, el comienzo, o el final de una secuencia de eventos. Los prisioneros nopodan saber esto porque los procesos mentales no funcionan en el vaco sino en relacin a algo queha sucedido previamente, algo sobre lo que usted ha sentido, pensado, ledo, visto, o escuchado 24. Entodos sus aspectos la vida en los campos de concentracin no tiene precedente.

    22 Lawrence Langer. Holocaust Testimonies: The Ruins of Memory, p. 103.

    23 Lawrence Langer. Holocaust Testimonies: The Ruins of Memory, p. 103.

    24 Lawrence Langer. Holocaust Testimonies: The Ruins of Memory, p. 104..

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    Si la experiencia de un evento fuera inmediata, si este evento no fuera en s mismo discursivo, estaausencia de precedente no sera ningn problema. Por el contrario, debido a su total novedad y sucarcter inesperado los eventos seran absorbidos intensamente. Pero ese no es el caso. Debido a que lasituacin del Holocausto no se ajust a ningn marco tradicional, fue casi imposible experimentar y mstarde, consecuentemente, recordarlo o representarlo.

    El Holocausto como negacin de marcos de narracin

    Hasta ahora hemos visto situaciones que no pudieron ser experimentadas porque no hubo marcosnarrativos convencionales en trminos de los cuales la realidad de los campos de concentracin pudiese sertrabajada. Los eventos parecan ocurrir en una clase de vaco. Ahora me concentrar en una clase diferentede discontinuidad entre la realidad y la experiencia discursiva, una que relaciona cercanamente el problemadiscutido anteriormente. En muchos testimonios la no-representabilidad de lo que pas durante elHolocausto es explicada no por la falta de marcos narrativos sino por la insuficiencia de los marcos queson inflingidos sobre las vctimas por la cultura circundante.

    Aunque no haba marcos narrativos disponibles para la vida en el campo de concentracin mientrasuno estaba viviendo en el campo, la situacin cambi cuando la Segunda Guerra Mundial haba llegado a sufin y los prisioneros sobrevivientes del campo de concentracin fueron liberados. Entonces el momento deliberacin le sigui a la situacin de encarcelacin. Ahora se ofreca una narrativa dentro de la cual a loseventos en la situacin del campo se les podra dar significado retrospectivamente.

    De acuerdo con Langer (1991) esta perspectiva de narrativa estructura casi todos los testimonios en elArchivo de Videos Fortunoff. El entrevistador impone el marco por la clase de preguntas que l o ellahaca y por el orden en el cual las preguntas fueron hechas. Una vez tras otra los entrevistadores comienzancon preguntas como: Diga algo sobre su niez, su familia, su escuela, sus amigos. En resumen, elloscomienzan con la reconstruccin de la vida normal del sobreviviente anterior al desastre del Holocausto.

    Aunque la reconstruccin es realizada por el sobreviviente, la actividad como tal es dirigida por elentrevistador. Luego de la reconstruccin del perodo precedente al Holocausto, se hacen preguntas sobrela vida durante la guerra, la vida en el gueto, la deportacin, la vida en el campo de concentracin. Para laconclusin, el entrevistador hace preguntas como: Hbleme sobre la liberacin. La ltima parte de laentrevista estimula a los sobrevivientes a narrar su vida como un final feliz, como un cierre confortable auna horrible crisis. El marco de narracin que es impuesto es la historia convencional de un comienzo yuna juventud buclica, cortados por una crisis espantosa y que en ltimas llega a un final feliz.

    Sin embargo, muchos de los sobrevivientes han tenido gran dificultad en aceptar la liberacin como uncierre de lo que les pas en los campos. Langer cita la respuesta de una de las vctimas luego de serinterrogada sobre cmo se senta despus de su liberacin; el entrevistado respondi: Entonces supe quemis problemas estaban realmentepor comenzar25. La trama histrica tradicional requiere que una situacinde conflicto o crisis sea seguida de una solucin, de un desenlace. No obstante, este sobreviviente delHolocausto rehsa este molde convencional para su vida. Con la liberacin sus experiencias del campo deconcentracin no han llegado a su fin; por el contrario, luego de la liberacin estas experiencias solamentese vuelven ms intensas.

    Estos marcos narrativos posibilitan una experiencia de las historias (de vida) como unidades continuas.Es precisamente esta ilusin de continuidad y unidad la que ha llegado a ser fundamentalmente

    25 Lawrence Langer. Holocaust Testimonies: The Ruins of Memory, p. 67.

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    irreconocible e inaceptable para muchos sobrevivientes del Holocausto. La experiencia del campo deconcentracin contina, aun cuando estos slo persisten en la forma de monumentos y museos delHolocausto. El marco narrativo ms elemental, el cual consiste de la continuacin de un pasado, unpresente y un futuro se hadesintegrado.

    Entonces no hay un maana, en serio, observa el entrevistador a este testigo. No, nohay, replica ste. Si usted piensa que lo hay, usted se equivoca26.

    Una de las causas de la falla de los marcos narrativos tradicionales es que el yo de muchos de losprisioneros en los campos fue asesinado. Como lo expliqu antes, fue necesario asesinar el yo con elobjetivo de vivir. Pero, por medio de qu trama convencional o marco narrativo puede ser esto dicho? Entrminos de un continuo narrativo no tradicional es posible haber muerto en el pasado y continuarviviendo en el presente. Esto le da un nivel de significado adicional al testimonio de Delbo: Yo mor enAuschwitz, pero nadie lo sabe27. El nadie lo sabe postula las convenciones narrativas como culturales,como sociales. Significa entonces que nadie puede reconocerlo nadie le puede devolver el conocimiento.

    Lo anterior implica que el sentimiento bsico de estar muerto, o de continuar viviendo como unapersona muerta no es narrable. La audiencia de tal historia leer tal narracin como cierta nicamente de

    modo figurativo. El narrador de esta historia todava est vivo mientras que l o ella lo dice. Sin embargo,una lectura figurativa no reconoce la imposibilidad de representar la experiencia de muchos sobrevivientes.Al contrario la niega. Desaparece el conflicto entre una realidad vivida y las inadecuaciones de los marcosnarrativos disponibles. La lectura figurativa est basada en la idea de que en el lenguaje es resaltada unasimilitud entre el recuerdo de una experiencia negativa del campo (la comparada) y el concepto de muerte(con la cual es comparado). Pero la muerte es mucho ms real que una nocin abstracta que funciona comoel comparable en una comparacin. Algo ha muerto realmente, no en una forma figurativa, pero en laforma ms literal. Muchos testimonios dejan en claro que la vida en el campo no es recordada. No haydistancia de algo que una vez pas y que no puede ser recordado. Muchos sobrevivientes todava viven enlasituacin del campo, la cual impide la posibilidad de tomar distancia de sta. Es precisamente debido a quepara ellos el pasado del Holocausto contina en el presente que resultan inadecuados los marcos narrativos

    que hacen uso de la secuencia, pasado, presente y futuro.28

    Conclusin

    Hasta ahora he mostrado la forma en la que la experiencia depende de factores que sonfundamentalmente discursivos. El trauma puede ser visto como una experiencia fallida porque en el caso deun evento traumtico el proceso discursivo que activa la experiencia a venir se atasca. La experiencia fallidaexcluye la posibilidad de una memoria voluntariamente controlada del evento: al mismo tiempo implica ladiscursividad de la experiencia y memoria exitosa. Ahora podemos decir que la experiencia y la memoriason activadas, formadas y estructuradas de acuerdo con los parmetros de los discursos disponibles.

    Cmo cuestiona nuestras formas tradicionales de ver la experiencia y la memoria el reconocimiento dela naturaleza discursiva? Djenme confrontar esta perspectiva de experiencia y memoria con una con la cual26 Lawrence Langer. Holocaust Testimonies: The Ruins of Memory, p. 173.

    27 Lawrence Langer. Holocaust Testimonies: The Ruins of Memory, p. 267

    28 En mi libro Ernst Van Alphen. Caught by History: Holocaust Effects in Contemporary Art, Literature, and Theory(Stanford: Stanford University Press, 1997), presento un anlisis ms elaborado de los testimonios delHolocausto. En dicho trabajo confronto los testimonios de los sobrevivientes del Holocausto con los delos miembros de la S.S.

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    tiene mucho en comn. Las similitudes stas hacen posible y significativa la comparacin. Sin embargoestas perspectivas difieren precisamente en el lugar asignado al discurso en la comprensin de la memoria.

    En un polmico ensayo de 1995 van der Kolk y van der Hart 29 discuten las ideas del psiquiatra francsPierre Janet entorno a la memoria y el trauma. Fuertemente influenciado por la ideas de Freud, Janetdistingui a principios del siglo XX entre memoria hbito, memoria narrativa y memoria traumtica.Memoria hbito es la integracin automtica de nueva informacin sin mayor atencin consciente a lo queest pasando. Esta sntesis automtica es una capacidad que los humanos tienen en comn con losanimales. La memoria narrativa, una capacidad humana nica, consiste en constructos mentales los cualesla gente usa para dotar su experiencia de sentido. Experiencias actuales y familiares son asimiladas ointegradas automticamente en estructuras mentales existentes. Pero algunos eventos resisten laintegracin: Experiencias nuevas y aterradoras no pueden acomodarse fcilmente en esquemas cognitivosexistentes y por lo tanto, son recordados con particular vividez o pueden resistir totalmente laintegracin30. Los recuerdos de esas experiencias que resisten integracin en esquemas de significadoexistentes son almacenados diferencialmente y no estn disponibles para ser recuperadas en condicionesordinarias. Es solo por conveniencia que Janet ha llamado memoria traumtica estas experiencias nointegrables. El trauma es fundamentalmente (y no gradualmente) diferente de la memoria porque stees disociado de la conciencia del control voluntario31.

    Existen similitudes obvias entre el anlisis de Janet sobre la experiencia, la memoria y el trauma y elanlisis discutido en este ensayo. En las dos versiones el trauma es una experiencia fallida, y este fracasohace imposible recordar el evento de manera voluntaria. Sin embargo, tambin hay diferencias. MientrasJanet habla de esquemas mentales, yo hablo del orden simblico y de discursividad. Describir la experienciacomo una integracin de lo que est pasando dentro de esquemas o constructos mentales sugiere que laexperiencias son el resultado del procesamiento de eventos a cargo de mecanismos innatos a la mente.Todos los humanos tienen esta capacidad a manera de una condicin biolgica, pero la experiencia comotal es individual. La integracin toma lugar en la mente, dentro de constructos mentales.

    Por el contrario, cuando describo la experiencia como el resultado de una integracin de lo que est

    pasando dentro del discurso, en los trminos y posiciones provedas por el orden simblico, argumento quela experiencia no puede ser vista ms como estrictamente individual. Aunque la experiencia es vividasubjetivamente, es al mismo tiempo compartida culturalmente. En contraste con los esquemas mentalespropuestos por Janet los discursos no son innatos a la mente humana. Los discursos son compartidosporque estos pertenecen al dominio de la cultura. Recordando las palabras de Joan Scott: Dado que eldiscurso es por definicin compartido, la experiencia es colectiva as como tambin individual32. Todo estoimplica por extensin que la memoria es siempre, al mismo tiempo, memoria cultural.

    Las experiencias no son nicamente colectivamente compartidas porque estn asentadas en discursosculturales; este trasfondo compartido hace a las experiencias y los recuerdos compartibles. El discursoque los hace posible es tambin el discurso en el cual podemos transmitirlos a otros humanos. Por lo tanto,nuestras experiencias y memorias no nos aslan de los dems; al contrario, ellos permiten la interrelacin

    29 Bessel van der Kolk and Onno van der Hart, The Intrusive past: the flexibility of memory and theengraving of the trauma, en Cathy Caruth (ed.) Trauma: Explorations in Memory(Baltimore: Johns HopkinsUniversity, 1995), pp. 158-192.30 Bessel van der Kolk and Onno van der Hart. The Intrusive past: the flexibility of memory and the engraving of the

    trauma, p. 160.

    31 Bessel van der Kolk and Onno van der Hart. The Intrusive past: the flexibility of memory and the engraving of thetrauma, p. 160.

    32 Joan Scott. Experiencia.

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    la cultura. Frecuentemente se ha argumentado que la memoria (en contraste con la historia) establece lainterrelacin de una colectividad o cultura.33 Sin embargo, en este caso esta funcin de la memoria esexplicada por el hecho de que nos imaginamos la memoria como orgnica y viviente, abierta ycomunicativa como si fuera un ser humano. El resultado de esta representacin metafrica de la memoriaes que la agencia es asignada a la memoria: los recuerdos son los sujetos reales de la cultura. Los sereshumanos son en ltima instancia apenas el lugar donde viven los recuerdos. Por el contrario, la nocindiscursiva de la memoria nos permite una comprensin de interrelacin establecida por la memoria de unamanera diferente. Los discursos culturales compartidos han existido antes de que los humanos comenzarana usarlos. Pero el uso del discurso depende de la agencia humana: es en ltima instancia la agencia humanalo que activa el pasado encarnado en discursos existentes, pero que al mismo tiempo trae consigo, por eluso que hace del discurso, la experiencia del presente y de su memoria. La memoria no es simplemente algoque tenemos, sino algo que producimos como individuos que compartimos una cultura. La memoria esentonces, la interaccin mutua constitutiva entre el pasado y el presente, compartida como cultura peroactuada por cada uno de nosotros como individuos.

    33 Ver por ejemplo Pierre Nora Entre memoria e historia: la problemtica de los lugares en Pierre Nora. Pierre Nora en Leslieux de mmoire(Montevideo, Ediciones Trilce, 2008) p. 9-38.