sintesisJornada de Discusión política

VAMOS CONSTRUYENDO

El sistema de educación superior en Chile ha experimenta-do un proceso de masificación y diversificación en las últimas décadas. Masifica- ción, en tanto actualmente tiene 1,2 millones de matriculados, cifra que representa una cobertura del 40% de los jóvenes chilenos. Y diversificación en tanto ha proliferado una variada oferta aca-démica, existiendo actualmente más de 1.500 títulos distintos de pregra-do a lo largo del país y numerosas instituciones que presentan niveles de calidad completamente dispares. La educación en Chile está mercantili-zada, lo que quiere decir que la capacidad de pago de los estudiantes y sus familias determina directamente la calidad de la educación que se ob-tendrá. Las carreras que se ofrecen en el sistema de educación superior y la cantidad de matrícula de éstas se encuentra definido únicamente por el movimiento de la oferta y la demanda, no existiendo ningún tipo de planificación u objetivos estratégicos en función de las carreras y discipli-nas que realmente se necesitan para el desarrollo del país y dar una vida digna a todos. El conocimiento generado por las universidades así como el trabajo de los profesionales, es apropiado por quiénes pueden pagarlo, los intereses privados y no por quienes realmente lo necesitan, el pueblo. Además, se ha producido una extensa privatización del sistema, el 85% de la matrícula pertenece a instituciones de educación superior privadas. Se reduce el rol del Estado a subsidiar este negocio de la educación, traspa-sando recursos a privados a través de la gratuidad, becas y créditos sin hacer distinción alguna frente a la propiedad de las instituciones.

La lucha por la Educación¿Cuál es el problema del sistema educativo chileno?

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En los últimos años nos hemos enfrentado a la reforma de la educación impulsada por el gobierno de la Nueva Mayoría. Esta reforma viene a per-feccionar y profundizar la mercantilización de la educación superior dado que:

a) Consolida un sistema mayormente privado, al no aumentar la matrícula pública más que marginalmente.

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¿Cuál es el problema del sistema educativo chileno?

b) Con la gratuidad y otros financiamientos proyectados se inyec-tan cuantiosos recursos estatales directamente a los bolsillos de los empresarios de la educación y los bancos, aumentando el negocio.

Consolida la desregulación del sistema de educación superior, las carreras siguen abriéndose según la oferta y la demanda, ge-nerando carreras saturadas y poco pertinentes.

d) Permite que las instituciones sigan vendiendo su conocimiento a quienes pueden pagar por él y no le exige orientar sus activida-des e investigaciones hacia las necesidades del pueblo.

Ante una educación mercantilizada, privatizada y una reforma que per-fecciona ese sistema, la tarea del movimiento estudiantil es rechazar y romper con la reforma educacional, luchar por eliminar al mercado de la educación, por educación gratuita universal, por planificación estatal del sistema de educación superior cuyo objetivo sea desarrollar profe-sionales y un conocimiento de calidad en función de las necesidades de nuestro pueblo, y por la estatización de las instituciones.

Bajo este objetivo, el movimiento estudiantil ha tenido nulos avances. Durante los últimos años, desde las dirigencias estudiantiles se ha im-puesto un camino moderado, que ha limitado la pelea a la gratuidad, el fin al lucro y la democracia, demandas incluídas en la reforma y que pueden convivir con el mercado en la educación. Además se supeditan a la iniciativa del gobierno y recurren únicamente a la masividad de las marchas y a la presencia mediática como medios para impulsar la dis-puta. Nosotros como Vamos Construyendo creemos que salta a la vista la ineficacia de esta vía de lucha, que sólo ha tenido como consecuencia que actualmente el movimiento estudiantil no sea un actor relevante en la disputa educacional y vaya en declive. Por lo mismo sostenemos la necesidad de cambiar el rumbo de la movilización, poniendo como centro la tarea de eliminar al mercado de la educación y romper con la reforma del gobierno. Optar por este carácter antagónico implica asumir un conjunto de desafíos y tareas:

Movimiento Estudiantil

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Oponernos frontalmente y romper con la reforma educativa del Gobierno. Tenemos la tarea acuciante de, a contrapelo de la con-fech, instalar la claridad en el movimiento estudiantil de que la reforma tiene como objetivo perfeccionar y profundizar el mer-cado en la educación. Así podremos salir a rechazar la reforma y plantear transformaciones que rompan con el mercado y vayan más allá de cualquiera de sus puntos.

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Movilización y formas de lucha radicales. Nuestras movilizaciones deben adoptar un carácter más radical, impulsando la protesta ca-llejera organizada como medio de presión principal, pero no como expresión aislada sino una alternativa de masas frente a la inútil marcha carnaval a la que estamos acostumbrados.

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Posicionar la disputa por el conocimiento en el centro de la lucha estudiantil y la exigencia de condiciones dignas de estudio como demanda inmediata. La disputa del conocimiento es una lucha es-tratégica y debe ser la centralidad del movimiento estudiantil. Sin embargo, la forma más concreta en que se expresa este proble-ma es en la mala calidad y las condiciones indignas de nuestra for-mación, lo cual vivimos a diario en nuestras carreras y facultades. Se hace necesario entonces levantar como demanda inmediata el aseguramiento estatal de condiciones dignas para estudiar en to-das las instituciones de educación superior. El potencial de esta demanda radica en que nos permite coordinar acertadamente la lucha nacional por la educación y los distintos conflictos locales que se suceden todos los años en las diferentes instituciones. Nos permite también volver a elaborar una crítica radical a la educa-ción de mercado, ya que estas son las contradicciones que se viven cotidianamente en los centros de estudio. Los conflictos por con-diciones dignas de estudio son sólo el primer paso de la lucha por reapropiarnos del conocimiento que generamos como pueblo.

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Ser profundamente autocríticos con nuestra propia organización y superar sus falencias con prontitud. Debemos cuestionar el dis-curso de “incidencia” que ha sostenido la CONFECH para mante-nernos en una posición supeditada a la iniciativa del Gobierno. Es momento de superar las marchas sin un objetivo claro y las discu-siones que se hacen como un trámite burocrático para legitimar de-cisiones tomadas de antemano. Muy por el contrario, es necesario reposicionar el protagonismo de los estudiantes poniendo como centro la necesidad de constituirnos como una fuerza organizada y preparada para pelear, sustentada en la conciencia y decisión de todos los estudiantes. Los cambios los impulsarán los estudiantes participando masivamente en sus espacios de base, organizado y luchando en las calles.

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Hace tiempo que para los estudiantes de la Universidad de Chile la precariedad de las con-diciones de estudio no es una realidad ajena.

Conflicto UCH

La tradición y trayectoria de la que se jacta esta institución han sido los subterfugios con los que se ha intentado pasar por debajo la multiplici-dad de conflictos en las distintas carreras y espacios de estudio de la uni-versidad. A pesar de su enarbolado carácter estatal, hoy La Chile se ha insertado cómoda y complacientemente en las lógicas mercantiles de la educación: el autofinanciamiento, la venta de conocimiento y servicios, la desigualdades entre facultades rentables y precarizadas, entre otros, son muestras del escenario que se vive hoy en la universidad. Esta dinámica, de tener que adaptarse al mercado y por lo tanto generar estrategias y políticas educativas que congenien con ello, ha provocado una jerarqui-zación de prioridades en donde se dejan de garantizar condiciones dignas de estudio en el pregrado, por atender lo más rentable, el posgrado y la venta de servicios.

La Universidad y sus académicos no les complico transar su rol público por la articulación de sus intereses privados con los intereses del mercado y de las empresas. Por cada docencia en posgrado, venta de servicios o adjudi-cación de un fondo de investigación los académicos se llevan una tajada en dinero o se potencia una carrera académica en base a estándares de prestigio y calidad que nada tienen que ver con un proyecto nacional o de responder a las necesidades sociales.La respuesta de rectoría frente a los conflictos y demandas locales ha sido considerarlas de poca monta, irrelevantes o reclamos clientelares frente a lo que ellos consideran como lo importante, que es pedir un mayor finan-ciamiento del estado a las universidades estatales.

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Esto último si bien también es una demanda histórica de los estu-diantes, mientras se mantenga el interés privado y el mercado en la universidad pierde todo contenido el concepto de educación pú-blica, ya que en los hechos es muy similar a una universidad privada más pero con su capital distribuido en los grupos académicos que la controlan para sus propios intereses.

Desde los estudiantes, el año 2015 levantamos movilizaciones en toda la universidad cada una con un petitorio local, sin embargo, las demandas por condiciones dignas de estudio fueron puestas en segundo plano por la dirigencias de la FECH en el petitorio unificado para poder poner en primer plano un encuentro universitario que pretendía fortalecer la posición del Confech a nivel nacional y bajar la movilización solo con mesas de trabajo con rectoría.

Sin embargo también debemos realizar la autocrítica, nuestras mo-vilizaciones por conflictos locales son episódicas, dispersas, no tie-ne una mayor planificación ni estrategia, no han se ha luchado con radicalidad y se desgastan en paros prolongados que no generan presión alguna. No hemos podido tampoco superar los problemas más agudos e inmediatos para atacar las causas de los mismos y así luchar por transformaciones profundas en nuestra universidad, todas estas son tareas pendientes.

Planificación de la lucha. Que existan problemáticas no implica nece-sariamente la existencia de un conflicto y de un escenario de lucha. Debemos hacer evidente que no existe voluntad para resolver nues-tros problemas interpelando directamente a las autoridades, inves-tigando toda la información necesaria de los temas y teniendo pro-puestas claras. Además debemos utilizar sabiamente nuestra fuerza. Hacer paros prolongados sin objetivos ni caracterizaciones claras solo desgasta. Lo fundamental es planificar acciones de presión y llevarlas a cabo con la mayor cantidad de compañeros y compañeras.

c)

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¿Qué hacemos frente a esto?Dejar de normalizar las deficiencias de nuestras carreras y denun-ciarlas: No tener una sede digna y definitiva; tener salas, bibliotecas, espacios comunes insuficientes, no tener equipamiento profesional, tener que comprar por nuestra cuenta materiales o que muchas de nuestras clases las hagan profes a honorarios no es normal, que hay que rebelarse y denunciar estas condiciones indignas de estudio en toda la universidad.

a)

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b) Rechazo a las mesas con rectoría como vía de solución a nuestros pro-blemas. Las mesas con rectoría fracasaron, fuimos engañados tanto por el rector como nuestras dirigencias. Hay que tensionar y romper con estas mesas si no entregan soluciones a nuestros problemas al corto plazo.Demandas centrales y claras. Los últimos años ha sido un error elaborar petitorios con muchos puntos, debemos ser capaces de sintetizar nuestras proble-mática en dos o tres demandas centrales, para que nuestra lu-cha sea clara para todos.

Planificación de la lucha. Que existan problemáticas no implica nece-sariamente la existencia de un conflicto y de un escenario de lucha. Debemos hacer evidente que no existe voluntad para resolver nues-tros problemas interpelando directamente a las autoridades, inves-tigando toda la información necesaria de los temas y teniendo pro-puestas claras. Además debemos utilizar sabiamente nuestra fuerza. Hacer paros prolongados sin objetivos ni caracterizaciones claras solo desgasta. Lo fundamental es planificar acciones de presión y llevarlas a cabo con la mayor cantidad de compañeros y compañeras.

c)

c)

Presionar en todos los frentes y a todas las autoridades implicadas. Las autoridades tienen la institucionalidad a su favor para pasarse la pelota cuando les hacemos exigencias, el decano se la pasa al rector y el rector al concejo universitario. Para enfrentar esto no debemos tener un solo foco de presión, sino presionar a todas las autoridades implicadas con acciones concretas.

Apoyarnos entre las facultades precarizadas. Muchas veces las carre-ras más precarizadas son a la vez carreras de baja matrícula, por esta razón y porque nuestros problemas muchas veces debemos dispu-tarlos con rectoría es que debemos apoyarnos y mover compañeros al apoyo de acciones de presión cuando una carrera está luchando.

Levantar una demanda a nivel de universidad. Es necesario ir a la raíz de nuestros problemas de condiciones de estudio y articular nuestras demandas. Por eso proponemos que: 1. Rectoría y con el Fondo Ge-neral de la universidad se debe hacer cargo que existan condiciones dignas de estudio en todas las carreras de la universidad. 2. Centrali-zación completa y redistribución según necesidades y proyecto aca-démico de todo el presupuesto de la universidad.

f)

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e) Radicalidad. Cuando ya se evidencia la nula voluntad de resolver nuestros problemas por parte de las autoridades, no debemos espe-rar ni un momento en radicalizar nuestra lucha. Pero se debe presio-nar realmente, golpear donde los intereses de las autoridades real-mente se vean afectados.

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La principal relación de la universidad con la so-ciedad es a través de la venta de conocimiento a empresas y a instituciones públicas, con las cuales los académicos y departamentos tejen relaciones donde unos financian proyectos e investigaciones y

los otros abordan y ofrecen conocimiento y tecnologías para esos intere-ses privados. Las pocas iniciativas que existen de aporte a las necesida-des sociales son insuficientes y aisladas, fruto de voluntades particulares, nunca institucionales. Esto hace que la universidad esté hoy aislada de la sociedad, de las necesidades sociales, realidad que contrasta bastante con el discurso de pluralismo, rol social y público que difunde la universidad y sus autoridades.Esto deriva en una formación abstracta, poco pertinente y desactualizada en nuestras aulas, lo que hace que aprobar los ramos sea memorizar ma-terias y obtener buenas notas y sin un real sentido mayor. Las ganas y la vocación que teníamos muchos al iniciar nuestras carreras se va perdien-do en este proceso y finalmente todo se reduce a obtener el cartón y salir a “ganar plata”.La categoría de “ser profesional” y los beneficios económicos individuales que trae aparejada es una condición de privilegio por la cual este modelo intenta separarnos del pueblo e incorporarnos a su visión del mundo, la cual nos nubla la realidad. Es cierto que tendremos un mayor estándar de consumo que la mayoría del pueblo, pero trabajaremos de más porque nos auto explotaremos para pagar deudas, tendremos un contrato y condiciones injustas y precarias de trabajo, viviremos en ambientes laborales competitivos e inhumanos y todo para que nuestro conocimiento profesional incorporado sirva para aumentar la ganancia de los empresarios o para mejorar la aprobación de la autoridad política de turno.

Rol del Profesional

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Y donde nuestra mayor realización personal será un bono de producti-vidad o un puesto cada vez más servil a los jefes y con un mayor rol de celadores de su capital.Si no somos cegados completamente por esa visión del mundo, ten-dremos que ver cómo los más sentidos problemas sociales de nuestro pueblo, como la salud, la vivienda, la educación y el trabajo pueden ser resueltos con el desarrollo material y el conocimiento al que como hu-manidad hemos alcanzado, y hasta podríamos pensar proyectos para lograrlo, pero los cuales no podremos ejecutar porque la riqueza social no se distribuye según la necesidad, sino que es apropiada y concen-trada por unos pocos. Pero al tomar consciencia de esto, la realidad

que veremos es que tenemos una elección, hay una alternativa.

Podemos seguir el camino propuesto y servir a los intereses privados a cambio de un estándar de vida de sector medio, con la única realización humana posible

de aumentar nuestro nivel de consu-mo en el tiempo; o podemos rom-

per con esa visión y usar y per-feccionar nuestras herramientas y conocimiento profesional para las necesidades del pueblo, apor-tando en las necesarias transfor-maciones que permitan hacer de esta una sociedad justa, iguali-taria y que entregue una vida digna a todos.

Sin embargo, esto no es una decisión de ética individual, es una de-cisión política, la cual en lo concreto se parte resolviendo de manera organizativa, levantando sindicatos y agrupaciones profesionales que se pongan estos objetivos de manera colectiva y tengan una práctica consecuente.El mayor impacto que puede tener la universidad es a partir del trabajo de los profesionales que forma, con otra mirada de nuestro rol pro-fesional y eligiendo con compromiso utilizar nuestras herramientas y conocimientos profesionales para servir a las necesidades sociales.

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El inicio de un nuevo rol del profesional es cambiar nues-tra concepción como estudiantes. Hoy vemos de mane-ra generalizada en nuestros lugares de estudio una reducción del sentido del estudio a la obtención de una nota y un gran individualismo. Ante esto no-sotros respondemos que el sentido del estudio debe ser obtener una formación y desarrollo profesional que nos permita responder a las necesidades sociales, a las necesidades de nuestro pueblo.

Estudiar colectiva y solidariamente, en-tender que los problemas sociales se abordan interdisciplinariamente y que necesitamos una formación adecuada e integral para ello. Esta concepción del estudio y este compromiso nos permitirán cuestio-nar los contenidos de nuestra forma-ción y la labor académica de nuestros departamentos. Nos permitirá también no normalizar la mala calidad de nuestra formación o las condiciones pre-carias de estudio, sino rebelarnos ante ellas.

El conjunto de estos elementos es lo que nos permitirá ir poniendo la universidad y los profesionales que for-ma al servicio de las necesidades sociales. Con esta práctica consecuente y sembran-do e instalando esta concepción revolucio-naria de estudiante y futuro profesional en nuestros compañeros Vamos Construyendo una nueva educación.

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Vamos Construyendo