Usted puede tener una fe viva

8/9/2019 Usted puede tener una fe viva

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USTED PUEDE TENER

UNA FEVIVA


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Introduccin . . . Cuando venga el Hijo del Hombre, hallar feen la t ierra? (Lucas 18:8).

En nuestro mundo existe una crisis de fe. Son pocas las personas quetienen un concepto optimista del futuro. Muchos no tienen fe en que

sus matrimonios sern duraderos, que los polticos servirn honrada-mente a su pas,o que el sistema educativo los preparar adecuadamen-te para los desafos que los esperan en el futuro. Al enfrentarse a losapuros de la vida diaria, muchas personas sencillamente no tienen laconfianza de que el maana ser mejor que el presente.

En un mundo agobiado, desilusionado y escptico, los sentimien-tos de que cada da el rico es ms rico y el pobre ms pobre y nuncasale nada bien nos hacen an ms vulnerables a la desesperanza.

Al mismo tiempo, mucha gente considera que los principios de laBiblia son condenatorios y que sus promesas estn obsoletas. El con-cepto que predomina es que debemos aceptar y dar validez a todas lasopinione s , sin importar cules sean. Pe ro toda esta gente no se dacuenta de que esta manera de pensar inevitablemente produce la duda,la cual socava la fe. Quiz no negamos la existencia de Dios, pero de-bido al materialismo, el humanismo y la decadencia moral de la socie-dad que nos rodea, nos convencemos de que Dios se ha ido muy lejosy no se interesa en nuestra vida. Nuestra forma de ver las cosas deja aDios fuera del cuadro.

La religin es superficial, incluso para muchos que se consideran as mismos cristianos. No tienen un conocimiento bsico de las ensean-zas de la Biblia o de las creencias de su iglesia. Cuntos no creen que

Introduccin 1

Este folleto no es para la venta.

Es una publicacin de la Iglesia de Dios Unida,una Asociacin Internacional, que se distribuye gratuitamente.

Salvo indicacin contraria, las citas bblicas son dela versin Reina-Valera, revisin de 1960.

El lector notar el uso del trmino el Eterno en lugar delnombreJehov que aparece en algunas ediciones de la Biblia.La palabraJehov es una adaptacin inexacta al espaol delnombre hebreo YHVH,que en opinin de muchos eruditosest relacionado con el verbo ser. En algunas Biblias estenombre aparece traducido como Seor, Yahveh, Yav, etc.;

en nuestras publicaciones lo hemos sustituido con la expresinel Eterno, por considerar que refleja ms claramente

el carcter imperecedero e inmutable del Alto y Sublime,el que habita la eternidad (Isaas 57:15).


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en responderles? Os digo que pronto les har justicia. Pero cuando ven-ga el Hijo del Hombre, hallar fe en la tierra? (vv. 7-8).

Jess nos asegura que Dios contestar nuestras oraciones. Tieneusted fe en que contestar las suyas?

Entender las instrucciones de Dios y obedecerlas inspirar nuestra

fe en l y en sus promesas. La fe nos ayuda a hacer frente a nu estromundo tan turbulento y confuso. Nos da la confianza y seguridad quenecesitamos para poder seguir adelante.

La pregunta que Jess hizo cuando termin de relatar la parbolade la viuda y el juez tiene implicaciones muy profundas para cada unode nosotros: Cuando venga el Hijo del Hombre, hallar fe en la tie-rra? (v. 8). Hoy en da, la fe es un recurso muy escaso, pero podemosllegar a tenerla siempre y cuando entendamos cules son las claves quela garantizan. Si usted quiere aprender cmo puede tener una fe viva,por favor contine leyendo.

Introduccin 3

casi todo en la vida se reduce a gustos personales, y que lo nico que im-porta son sus propios sentimientos? En lugar de buscar la gua de Dios,confan solamente en s mismos para resolver sus problemas. Luego ,d e-bido a que las emociones son tan subjetivas, la gente queda confundiday trata de asirse a cualquier cosa que ofrezca alguna esperanza.

Incrdulos que se creen religiososComo dice un adagio conocido: Del dicho al hecho hay mucho

trecho. En el mundo occidental, varios millones de personas profesanser cristianas, pero cuntas de ellas realmente tienen una fe viva? Sibien muchas oran, al menos de vez en cuando, no estn seguras de quesus oraciones tengan algn efecto real. La falta de una confianza viva ydinmica en Dios y en nuestra relacin con l es un problema que afec-ta a casi todas las personas.

Al hablar de la fe, surgen las siguientes preguntas: Est dispuestoDios a aceptar varias perspectivas opuestas y contradictorias? Es cier-

to que todos los caminos nos conducen a Dios?Jesucristo seal la base de la verdadera adoracin a Dios:La hora

viene,y ahora es,cuando los verdaderos adoradores adorarn al Padre enespritu y en verdad; porque tambin el Padre tales adoradores busca quele adoren (Juan 4:23). Nuestra adoracin a Dios debe estar basada fir-memente en la verdad. Aunque la adoracin tiene que ver con las emo-ciones y los sentimientos, Dios espera que entendamos cmo ypor qul quiere que le adoremos. Slo cuando entendemos estos conceptos po-dremos empezar a adquirir la fe viva que se nos menciona en la Bibl ia.

El eterno problema

Las generaciones van y vienen,pero los problemas crnicos, comopor ejemplo la falta de una fe autntica y activa ,t o d ava persisten. Hacedos mil aos,Jesucristo relat una parbola que demuestra la necesidadde tener y practicar una fe viva. Habl de una viuda a quien un juez nole quera hacer justicia; pero ella insisti con tanta perseverancia que fi-nalmente el juez decidi ayudarla, porque ya estaba cansado de tantainsistencia (Lucas 18:1-5).

Jess se vali de este ejemplo de la vida diaria para explicar la pro-mesa de Dios de ayudar a los que l ha llamado: Y acaso Dios nohar justicia a sus escogidos, que claman a l da y noche? Se tardar

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Por otra parte, creerle a Dios es tener fe en que l har por noso-tros todo lo que nos ha prometido. l espera que actuemos conforme aesa creencia. Nos exige que tengamos una confianza viva en su exis-tencia, su poder y sus promesas.

La fe no es un ingrediente mgico; no obstante, nos conduce a una

actitud de verdadera confianza en Dios. La fe nos da la seguridad deque Dios tiene el poder y la voluntad de obrar en nuestra vida. A me-dida que se fortalece, la fe deja de ser nicamente una conviccin inte-lectual, para convertirse en un compromiso y un modo de vivir; no so-lamente creemos que Dios se preocupa por nosotros, sino que nosotrosdeseamos hacer su voluntad. Podemos estar seguros de que la volun-tad de Dios no es que llevemos una vida frvola o improductiva; su de-seo es que nos conduzcamos conforme a la piedad [que] para todoaprovecha (1 Timoteo 4:8).

Con respecto a la fe viva, en la Biblia se nos asegura que el justopor la fe vivir y que por fe andamos, no por vista (Romanos 1:17;

2 Corintios 5:7). Esto slo puede ocurrir cuando verdaderamente nosarrepentimos de nuestros pecados y comenzamos a conducir nuestravida conforme a la voluntad de Dios (Mateo 7:21-27; Lucas 6:46-49).En otras palabras, los que son guiados por el Espritu de Dios perma-necen en las enseanzas de Jesucristo, actan de acuerdo con la pala-bra de Dios y as vienen a ser los verdaderos creyentes (Juan 8:31;Romanos 8:14; 1Tesalonicenses 2:13).

La Palabra de Dios tiene una buena razn para llamarlos creyen-tes. En el Nuevo Testamento, el sustantivo griegopistis, que es tradu-cido como fe, est estrechamente ligado con el verbopisteuo, quesignifica creer (ver el recuadro titulado El significado de la palabra

fe, p. 6). Sin embargo, el concepto bblico es mucho ms amplio de loque suelen sugerir las palabrasfe y creer.

Cmo defi nir lo que es fe

Aun en la actualidad,creer en alguien,en algo o en una causa es te-ner fe en esa persona, cosa o idea; significa creer que es verdadera yjusta y que merece el apoyo y la participacin de uno. De igual manera,la Biblia define que tener fe es creer absolutamente en alguien (Dios),creer y actuar conforme a la verdad de su Palabra (la Biblia) y vivirpara la causa ms grande de todas: el arrepentimiento y la salvacin de

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Qu es fe? Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, laconviccin de lo que no se ve (Hebreos 11:1).

Ve usted muchos ejemplos de fe en el mundo que le rodea? La so-ciedad en que vivimos est prcticamente desprovista de fe. La ma-

yora de las personas no saben mucho acerca de Dios debido a que noleen la Biblia.

Muchos ni siquiera estn seguros de la existencia de Dios. Otros,aunque creen en Dios, no saben lo que l ensea, lo que ha prometidoni lo que exige de los seres humanos. Estas cosas no deben sorprender-nos porque, al fin y al cabo, es imposible que la gente tenga fe en unDios que no conoce.

Y qu sucede con usted? Sabe realmente lo que Dios puede ha-cer y lo que har por usted? Ha reflexionado acerca de ello?

Dios nos dice que, efectivamente, podemos llegar a conocerlo e ircultivando una relacin personal con l. Podemos saber lo que tieneplaneado para nosotros y nuestras familias en esta vida y en el futuro.Por medio de uno de sus siervos Dios nos dice: . . . la piedad paratodo aprovecha, pues tiene promesa de esta vida presente, y de la veni-dera (1 Timoteo 4:8). Podemos estar seguros de que l quiere buenascosas para nosotros.

No slo podemos creer en Dios sino, ms an, podemos llegar aconocerlo y a creer lo que dice. Entre estos conceptos existe una grandiferencia. Hay millones de personas que creen en Dios; suponen queexiste, aunque probablemente no lo tienen muy en cuenta. Por lo tanto,Dios no es muy real para ellos, y esto afecta lo que piensan y hacen.

Captulo I4


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Si queremos tener una relacin ntima y dinmica con Dios, nues-tro modelo de fe debe ser Jesucristo. Su vida es el ejemplo perfecto dela fe. A lo largo de su vida como ser humano, Jess mostr una fe vivay alent a otros no slo a creer en Dios, sino tambin a creerle a Dios,es decir, creer lo que l dice y vivir de acuerdo con esta conviccin.

Cuando Jess supo que su amigo Lzaro haba muerto, le dijo a suhermana Marta: Tu hermano resucitar (Juan 11:23). Ella respondique saba que l vivira nuevamente en la resurreccin, en el da pos-trero (v. 24).

La respuesta de Marta demostr que no slo crea en Dios, sinoque crea tambin lo que l haba prometido en las Sagradas Escri turas.Su fe era mucho ms que una aceptacin acadmica de la existencia deDios. Ella crea la promesa de Dios de resucitar a los muertos.

Jess le dijo entonces:Yo soy la resurreccin y la vida; el que creeen m, aunque est muerto, vivir. Y todo aquel que vive y cree en m,no morir eternamente. Crees esto?(vv.25-26). Poco despus de que

Marta reafirm su fe, Jess llam a gran voz: Lzaro, ven fuera!, yste sali de la tumba (vv. 27-44).

Este episodio en la vida de Marta es un hermoso ejemplo de fe vi-viente, la clase de fe que Dios espera que tengamos a fin de poder dar-nos la salvacin. La fe viva y activa es la confianza absoluta de queDios puede intervenir en nuestra vida y que de hecho lo har. Nosotrospodemos tener esta clase de fe. Nosotros tambin podemos creerle aDios! Si lo hacemos, l estar siempre con nosotros.

En esta sociedad cnica y escptica es muy difcil encontrar una fegenuina, activa y firme en el Dios de la Biblia. Pero esa fe, junto conlas bendiciones que nos trae cuando la vivimos, est disponible paraquienes realmente le creen a Dios.

La fe es una conviccin absoluta

En lo que se conoce como el captulo de la fe, se nos dice: Es,pues, la fe la certeza [el conocimiento seguro, claro y evidente] de loque se espera, la conviccin [el convencimiento pleno, absoluto] de loque no se ve (Hebreos 11:1). La fe es nuestra seguridad de que exis-ten cosas que an no podemos ver.

En todo este captulo se habla acerca de hombres y mujeres realesque fueron ejemplos de lo que es tener fe. Ellos le creyeron a Dios al

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todo ser humano (Hechos 2:38; 17:30; 2 Ped ro 3:9; 1 Timoteo 2:4;Marcos 1:14-15).

Tener fe es creer. Pero no cometamos el antiguo error de pensarque si creemos en Dios esto es, si creemos que l existe entoncestenemos fe. Hay muchas personas que mantienen este concepto err-

neo. Dicen que creen en Dios; por tanto, piensan que tienen fe.Desde luego, es necesario creer en Dios,pero eso no es ms que elprimer paso. Como dijo uno de los apstoles: T crees que Dios esuno; bien haces. Tambin los demonios [los ngeles cados] creen, ytiemblan (Santiago 2:19). Si slo creemos, no nos diferenciamos mu-cho en ese aspecto de los demonios.


El signifi cado dela palabra fe

M ucha gente piensa que la fees un sentimiento, o unconjunto de creencias que repre-senta las convicciones de uno. Sibien es cierto que ambos concep-tos encierran algunos aspectos delo que es la fe, la definicin com-pleta es mucho ms amplia. Elsustantivo griego pistis, que es elque ms comnmente se traducecomo fe , quiere decir persua-

sin firme y conviccin basadaen el or . Analicemos la defini-cin que nos da un conocido dic-cionario bblico:

Los principales elementos enla fe en su relacin con el Dios in-visible, en distincin a la fe en elhombre, quedan especialmenteexpuestos con la utilizacin deeste nombre [pistis] y de su verbo

correspondiente, pisteu; son: (1)una firme conviccin, que produ-ce un pleno reconocimiento de larevelacin o verdad de Dios, p.e.,2 Ts 2:11, 12; (2) una rendicinpersonal a l, Jn 1:12; (3) unaconducta inspirada por esta ren-dicin, 2 Co 5:7. Segn el con-texto, uno u otro de estos ele-mentos queda ms destacado(W.E. Vine, Diccionario expositivo

de palabras del Nuevo Testamen-to, Libros CLIE, 1984, 2:120).

La fe implica una actitud, unaconviccin y una conducta basa-das en una relacin correcta conDios. No es algo esttico, sino quese fortalece y se vuelve ms pro-funda a medida que vamos culti-vando una relacin cada vez msestrecha con nuestro Creador. t


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Cambiar nuestra forma de vivir para someternos a Dios lo queen la Biblia se llama arrepentirse se basa en la conviccin de queDios intervendr en nuestra vida y, finalmente, nos dar la vida eterna.Para poder recibir la salvacin es necesario tener fe, que implica tantoconocimiento como accin. En resumidas cuentas,Dios no va a darle la

salvacin a alguien que no le cree ni le obedece, pues tal persona slose amargara la vida eternamente a s misma y tambin a los dems. Porlo tanto, si no tenemos fe verdadera, tampoco tenemos esperanza.

La fe incluye humildad

Tener fe es comprender la grandeza de Dios en comparacin connuest ra insignificancia. Esta clase de fe raramente se encuentra ennuestro mundo lleno de orgullo y vanidad. Llegar a comprender queDios tiene poder infinito y que nosotros necesitamos desesperadamen-te su ayuda, es de hecho muy reconfortante.

Los antiguos griegos crean ( tenan fe) que Atlas, uno de sus

dioses, sostena el mundo en los hombros. Si nosotros nos rehusamosa tener una fe viva en Dios al no someternos a su voluntad, estamossiendo tlases al tratar de llevar en los hombros nuestro propio mun-do; este es un esfuerzo agobiante e intil. Esa actitud finalmente con-duce a la frustracin, la tristeza y el sufrimiento porque, por nosotrosmismos, no sabemos cmo llevar una vida feliz y productiva, ni somoscapaces de encontrar el camino que nos conduzca a la vida eterna (Je-remas 10:23; Proverbios 14:12).

Por otra parte, tener fe es saber con absoluta certeza que el mismoDios que mantiene a nuestro planeta en su rbita tambin quiere guiarnuestro mundo personal. Tal fe nos proporciona confianza y gran paz

mental, as como la firme esperanza en un futuro brillante y eterno.

La fe, las obras y la gracia

No es suficiente con decir sencillamente: Yo creo, sin hacer loscambios necesarios en nuestro modo de vivir. El simple reconocimientode la existencia de Dios no produce una relacin correcta con l. Comoya vimos antes, incluso los demonios creen (Santiago 2:19). Lo queJess nos manda es que nos arrepintamos (Marcos 1:15; Hechos 17:30).(Para una exposicin ms completa de lo que es el arrepentimiento, nodeje de solicitarnos el folleto titulado El camino hacia la vida eterna.)

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grado de arriesgar sus vidas, confiados en que l los salvara o los resu-citara a la vida eterna en su Reino. Ellos creyeron, y su fe les dio la se-guridad para seguir adelante.

La fe verdadera no es una ilusin ni es el simple deseo de que todosalga bien. Es una conviccin absoluta de que Dios est profundamente

interesado en nosotros y que siempre nos dar lo que ms nos conve nga.Cada uno de nosotros puede tener esta clase de fe. De hecho, esnecesario tenerla si queremos honrar y amar a nuestro Creador, puessin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que seacerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le bus-can (v. 6).

Este versculo explica dos aspectos de la fe. El primero es que de-bemos creer que Dios existe, que l es el nico ser perfectamente justoy que todo lo puede. Esto es algo que podemos comprender por mediode la magnificente creacin fsica que nos rodea (Romanos 1:20). Lue-go debemos creer que Dios finalmente recompensar a quienes con

toda humildad lo buscan y le obedecen.Por qu muchos carecen de fe?

Mucha gente no tiene la fe de que se nos habla en la Biblia debidoa que no creen ni ponen en prctica lo que Jess ense: Si me amis,guardad mis mandamientos(Juan 14:15). La mayora ni siquiera pue-de nombrar los Diez Mandamientos. Algunos suponen que Jess obe-deci esos preceptos por nosotros, de manera que ya no tenemos queobedecerlos. Otros creen que lo que hagamos no importa, siempre ycuando sintamos amor por los dems.

Mucha gente se aferra a conceptos equivocados sobre el mensaje

de Jesucristo, el evangelio. Nuestro Salvador, quien vino a predicar elevangelio del Reino de Dios, nos dice: Arrepintanse y crean las bue-nas nuevas! (Marcos 1:15,Nueva Versin Internacional). No obstante,muchsimos no han entendido nunca el verdadero evangelio que Jesspredic, y los conceptos errneos producen una fe defectuosa.

Ya que la fe tiene que ver con buscar activamente a Dios (Hebreos11:6), debemos basar nuestra fe en un conocimiento correcto de las Es-crituras. (Si se interesa en saber ms acerca del verdadero mensaje queJess ense, nos es grato ofrecerle, sin costo alguno para usted, el fo-lleto titulado El evangelio del Reino de Dios.)



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En la Biblia claramente se nos dice que la salvacin se obtiene porla gracia de Dios, no por medio de buenas obras, para que nadie seglore (Efesios 2:9). Pero somos salvos por gracia por medio de la fe(v. 8). El peligro es que nuestra fe puede morir si descuidamos nuestrasalvacin al no vivir en obediencia a Dios (Hebreos 2:1-3). Por eso el

apstol Pablo escribi: Golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre,no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eli-minado (1 Corintios 9:27).

Las obras que hagamos no nos hacen merecedores de la salvacin.Pero en la epstola de Santiago claramente se nos dice que la fe sinobras est muerta (Santiago 2:17,20, 26); en otras palabras, es comple-tamente intil. (Ver el recuadro de la pgina10, titulado El libro deSantiago: Una epstola de paja?)

Este fiel siervo de Dios y medio hermano de Jess escribi: Porlo cual,desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibidcon mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras

almas. Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores,e n gandoos a vosotros mismos ( Sa ntiago 1:21-22). Luego, en el

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El arrepentimiento no es algo que sucede as no ms. Exige esfuer-zo y compromiso. La verdadera fe tiene que ser alimentada, nutrida ycultivada espiritualmente. Jess nos advierte el peligro de la fe falsa, laque es inmadura e incompleta: No todo el que me dice: Seor, Seor,entrar en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Pa-

dre que est en los cielos (Mateo 7:21).Pero qu de esta afirmacin del apstol Pablo: Por gracia soissalvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios(Efesios 2:8)? Acaso Pablo predic una fe en la que no es necesarioobedecer?

Desde luego que no. Este versculo nos muestra que la gracia deDios su favor inmerecido es una ddiva. Sencillamente es un errorsuponer que, debido a que la gracia es una ddiva, no necesitamos de-mostrar, por la forma en que nos conducimos, nuestra actitud de arre-pentimiento y nuestra fe (Santiago 2:14-26). La realidad es que nuestrasalvacin viene por medio de esa ddiva de su gracia y de la fe, la cual

Dios mismo nos ayuda a ir cultivando a lo largo de nuestra vida. Debe-mos tener una fe viva, no una fe vaca e inactiva.


El libro de Santiago:Una epstola de paja?

El reformador Martn Lutero serefiri al libro de Santiagocomo una epstola de paja .

Frustrado por la actitud de los diri-gentes religiosos que decan queesta epstola respaldaba sus con-ceptos errneos de que la gentese ganaba la salvacin por mediodel dinero que daba a la iglesia,Lutero lleg a esta errnea con-clusin. Quiz cansado ya de tan-ta discusin, no fue capaz de en-tender esta epstola y no quiso

aceptar lo que Santiago dijo cuan-do afirm que, necesariamente,las obras demuestran la fe.

Hoy en da, muchos aplicanmal las palabras de Lutero porqueno entienden las circunstanciasque las originaron. Martn Luterovivi una vida de castidad y dedi-cacin, pero en ocasiones sus ve-hementes palabras y discusioneshan sido sacadas de su contextohistrico con el fin de disculpar es-tilos de vida desordenados.

Jesucristo espera hechos obras de nosotros, pues l mis-mo declar: No todo el que medice: Seor, Seor, entrar en elreino de los cielos, sino el quehace la voluntad de mi Padre queest en los cielos (Mateo 7:21).

En Hebreos 2:17 se nos dice

que Jess es nuestro sumo sacer-dote misericordioso. Las obras yla gracia van de la mano. Santia-go, un medio hermano de Jess,escribi su epstola de acuerdocon las enseanzas e instruccio-nes de ste. Santiago no slo ha-bl acerca de las obras, sino tam-bin acerca de la gracia, y dijo: El Seor es muy misericordioso

y compasivo (Santiago 2:14-17;4:6; 5:11).

En la Biblia, es clara e invaria-ble la enseanza de que la salva-cin es una ddiva de Dios. Pero,aunque es una ddiva, algo queno nos podemos ganar, es nece-sario que obedezcamos a Dios si

queremos recibirla.El apstol Pablo escribi: Porgracia sois salvos por medio de lafe; y esto no de vosotros, pues esdon de Dios . . . somos hechurasuya, creados en Cristo Jesspara buenas obras (Efesios 2:8-10). Santiago lo resume de estamanera: La fe sin obras esmuerta (Santiago 2:20). t


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atrados hacia lo material, y al mismo tiempo nos hemos olvidado deDios. Todo la ciencia, la filosofa, la historia se reduce al plano f-sico. El resultado es previsible y obvio: Muy pocos saben lo que Diosespera de nosotros, y menos an son los que confan en l para que guesus vidas. Acaso no hay fe ni esperanza espiritual para nosotros, nues-

tros hijos y nuestros nietos?A pesar de que tener la fe viva es muy difcil en esta poca de du-das y materialismo, en la Biblia se nos asegura que algunos poseerneste maravilloso atributo al final de esta era (Apocalipsis 14:12), cuan-do Jesucristo regresar como Rey de reyes y Seor de seores. El hechode que algo sea difcil de lograr no quiere decir que sea imposibl e, es-pecialmente cuando se cuenta con la ayuda de Dios.

La fe verdadera no slo es posible, sino que est a nuestro alcance.El apstol Pablo dice: El que no escatim ni a su propio Hijo, sino quelo entreg por todos nosotros, cmo no nos dar tambin con l todaslas cosas? (Romanos 8:32).

Dios nos dio su Palabra escrita la Biblia para que as pudira-mos tener esperanza y recibir instruccin por medio de los ejemplos deotros (Romanos 15:4; 1 Corintios 10:6; 2 Timoteo 3:16-17). Cuandoleemos en la Biblia algunas de las experiencias por las que pasaron es-tas personas, encontramos ejemplos prcticos de cmo acta la fe viva.

En el prximo captulo analizaremos las vidas de hombres y mu-jeres quienes, con la ayuda y la motivacin de Dios, llegaron a teneruna fe viva.

Qu es fe? 13

versculo 25 leemos que quien mira atentamente en la perfecta ley, lade la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino ha-cedor de la obra, ste ser bienaventurado en lo que hace.

La fe verdadera exige mucho ms que palabras. Requiere un com-promiso frreo y la prueba de tal compromiso. En forma retrica, San-

tiago pregunta: Hermanos mos, de qu aprovechar si alguno diceque tiene fe, y no tiene obras? Podr la fe salvarle? (Santiago 2:14).Claramente nos muestra que las puras palabras de nada sirven cuandoalguien necesita comida o vestido (vv. 15-17). Luego, en los verscu-los 21-22 menciona la fidelidad de Abraham, cuya fe se perfeccionpor las obras.

Cuando correspondemos al amor de Cristo obedeciendo sus man-damientos (Juan 14:12-15), nuestra fe cobra vida y viene a ser dinmi-ca. No nos equivoquemos: No seremos salvos por gracia por medio deuna fe muerta.

La fe viva entre los incrdulosDespus de que Jess resucit, uno de sus discpulos dijo que nocreera que haba vuelto a la vida hasta que viera las seales de los cla-vos en sus manos y metiera la mano en su costado donde haba pe-netrado la lanza. Toms buscaba pruebas visibles, tangibles, de que suMaestro haba resucitado. Ms tarde,Jess le proporcion esas pruebasy as le demostr que Dios y su plan de salvacin eran una realidad,y loexhort a que no fuera incrdulo (Juan 20:24-29).

Aunque Toms haba sido testigo de muchos de los milagros queJess haba hecho, an dudaba de la resurreccin. A pesar de que suscompaeros le aseguraron que lo haban visto cara a cara, se rehus a

creerles; sencillamente no poda creer que su Seor haba resucitado deentre los muertos como l mismo lo haba predicho. No estaremos no-sotros como Toms, dudando de la veracidad del testimonio de muchostestigos que vieron a Jess resucitado? Creeremos y confiaremos enDios y sus promesas? Lamentablemente, nos resulta difcil tener una feviva; en cambio, dudar es muy fcil (Santiago 1:6-8).

La sociedad en que vivimos pareciera que fuera diseada para mi-nar la fe. Los sistemas educativos, los medios publicitarios y los espec-tculos que divierten a las masas son excesivamente mundanos y minanlos principios morales de la Biblia. A lo largo de la historia hemos sido



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Los ejemplos que Pablo mencion no son cuentos de hadas; sonhistorias verdicas y reales. La Biblia no adorna a sus hroes ni disfrazaa sus pecadores. Es un relato de personas de verdad, que vivieron expe-riencias reales, tanto buenas como malas. Todos ellos tuvieron que bre-gar con debilidades,temores,esperanzas y deseos,al igual que nosotros.

Cuando sabemos que los hombres y mujeres mencionados en laBiblia tambin tuvieron necesidades o sufrimientos, esto puede infun-dirnos aliento y esperanza (Romanos 15:4). Podemos aprender de ellosal ver los resultados de sus decisiones.

Analicemos algunos de los ejemplos positivos que hay en las Es-crituras, que pueden alentarnos e instruirnos en los caminos de Dios.

Abraham y Sara

Despus que Abel, Enoc y No haban vivido sus vidas de fe (He-breos 11:4-7), Dios llam a Abram (cuyo nombre cambi por el deAbraham; Gnesis 17:5). La vida de Abraham y de su esposa Sarai (a

quien Dios llam Sara; v. 15), es digna de reflexin, ya que l vino a serel padre de todos los creyentes no circuncidados . . . y padre de la cir-cuncisin . . . que tambin siguen las pisadas de la fe que tuvo nuestropadre Abraham . . . (Romanos 4:11-12). Asimismo, en 1 Pedro 3:6 semenciona a Sara como un gran ejemplo para las esposas. En el captu-lo 11 de Hebreos, conocido como el captulo de la fe, encontramosque ambos son considerados como ejemplos de fe.

Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeci para salir al lugarque haba de recibir como herencia; y sali sin saber a dnde iba. Por lafe habit como extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena,morando en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma pro-

mesa; porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos,cuyo arquitec-to y constructor es Dios(Hebreos 11:8-10).

Podemos apreciar la obediencia de Abraham en un relato muy an-terior,cuando Dios le dijo que saliera de su tierra para ir a un lugar des-conocido: Y se fue Abram, como el Eterno le dijo . . .(Gnesis 12:4).

Una de las cualidades sobresalientes de Abraham era su confianzaabsoluta en las promesas de Dios. Aunque Abraham no haba tenido hi-

jos, cuando Dios le dijo que engendrara un heredero y que sus descen-dientes seran tan numerosos como las estrellas del cielo, l le crey , yle fue contado por justicia (Gnesis 15:6).

Ejemplos de la fe viva 15

Ejemplos dela fe viva Mas estas cosas sucedieron como ejemplos paranosotros. . . (1 Corintios 10:6).

A muchos nos fascinan los relatos de la vida real. Nos gusta escu-char acerca de cmo reaccionan otras personas cuando se enfrentan a si-tuaciones adversas o problemas serios. Esto resulta muy evidente cuan-do vemos el enorme inters que despiertan los inspiradores relatos dealgunas revistas y peridicos. Cuando nos enteramos de cmo otras per-sonas han tenido xito,nos sentimos motivados para triunfar tambin.

Como sabemos que Dios inspir las Escrit uras a fin de que elhombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buenaob ra (2 Timoteo 3:17), debemos estudiar su Palabra regula rme nte.Ningn otro libro cuenta con tal aprobacin divina. En las Escrituras

en c ont ramos muchos r e latos de triunfo, que han sido escritos paranuestro beneficio. La Biblia nos habla de personas que tuvieron queafrontar grandes desafos. Aunque vivieron hace muchos siglos, sushistorias fueron preservadas como ejemplos perennes para nosotros.

En su primera carta a la iglesia de Corinto, escrita a mediados delprimer siglo, el apstol Pablo les record algunos de los acontecimien-tos ms importantes que haba vivido el pueblo de Israel unos 1.500aos antes (1 Corintios 10:1-10). En el versculo 11 leemos que estascosas les acontecieron como ejemplo, y estn escritas para amonestar-nos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos.

Captulo II14


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Abraham y Sara tuvieron muchas otras pruebas, y en algunas deellas su fe flaque. En dos ocasiones, Abraham hizo una declaracin en-gaosa porque tema por su vida, y dijo que Sara era su hermana en lu-gar de su esposa (Gnesis 12:12-13; 26:7). Cuando a Sara se le dijo queconcebira un hijo, se ri pensando que eso no era posible por la edad de

ella y la de su esposo (Gnesis 18:9-12).Abraham y Sara no eran perfectos, pero nos dieron ejemplo de loque es vivir con fe y confianza en Dios. Ellos trataron de hacer lo queDios les mand, al tiempo que con fidelidad esperaban el cumplimien-to de sus promesas. Por el hecho de haber vivido obedeciendo a Dios y


Igualmente, Sara fue un ejemplo de fe: Por la fe tambin la mis-ma Sara, siendo estril, recibi fuerza para concebir; y dio a luz aunfuera del tiempo de la edad, porque crey que era fiel quien lo habaprometido (Hebreos 11:11).

Cul fue el resultado de la fe que demostraron Abraham y Sara?

Aunque ambos eran de edad bastante avanzada y Sara ya no poda con-cebir (Gnesis 18:11), Dios hizo tal como lo haba dicho: Y Sara con-cibi y dio a Abraham un hijo en su vejez, en el tiempo que Dios le ha-ba dicho (Gnesis 21:1-2). Por lo cual . . . de uno, y se ya casi muer-to ,sali eron como las estrellas del cielo en multitud . . . (Hebreos 11:12).


Cuando parece que Dios nonos escucha ni contesta

mi propia mano (Glatas 6:11).Quiz Pablo tena que escribir enletras grandes para poder leer loque escriba.

Aos despus, les escribi a loscorintios y les dijo que tres veces lehaba rogado a Dios que le quitaraese aguijn (2Corintios 12:7-8).La brevedad de este comentariono debe hacernos suponer que lasoraciones de Pablo no fueron fer-vorosas. l quera ser librado deese impedimento a fin de poderpredicar el evangelio en formams eficiente y cuidar de las con-gregaciones que Dios haba for-

mado por su conducto.La respuesta de Dios

Pablo pudo haber pensado queDios no haba escuchado sus rue-gos. Sin embargo, no fue as. Diossimplemente le dio una respuestainesperada: Bstate mi gracia;porque mi poder se perfecciona enla debilidad (2 Corintios 12:9).

Aqu no es claro si Dios le dijoestas palabras directamente a Pa-blo, o si Pablo gradualmente llega entender cul era la voluntad de

Dios en este caso. Lo que s es cla-ro es que Pablo pudo llegar a unentendimiento espiritual ms pro-fundo que reafirm su fe y su de-dicacin a Dios.

El apstol pudo entender que elcrdito de lo que lograra no le co-rresponda realmente a l sino aDios y a Jesucristo, y que su debili-dad lo acercaba ms a esa fuentede poder: Por tanto, de buenagana me gloriar ms bien en mis

debilidades, para que repose sobrem el poder de Cristo. Por lo cual,por amor a Cristo me gozo en lasdebilidades, en afrentas, en necesi-dades, en persecuciones, en angus-tias; porque cuando soy dbil, en-tonces soy fuerte (vv. 9-10).

La experiencia de Pablo perma-nece como una leccin espiritual

Una de las cosas ms desalenta-doras y destructivas de nuestra

fe es el creer que Dios no escuchanuestras oraciones, o que no noscontesta, o que no le importanuestro sufrimiento. Es fcil pensaras cuando Dios no nos respondeen el momento y en la forma enque nosotros queremos.

El apstol Pablo pudo haber lle-gado a la conclusin de que Diosno le escuchaba. Al fin y al cabo, l

le pidi que lo librara de una aflic-cin seria; pero Dios no le concedisu peticin.

Quiere decir esto que Pablo notena la suficiente fe? Claro que no.Su vida es un ejemplo de lo que estener una fe viva.

Notemos lo que dice el apstolal respecto: Me fue dado un agui-

jn en mi carne, un mensajero de

Satans que me abofetee . . . res-pecto a lo cual tres veces he roga-do al Seor, que lo quite de m(2 Corintios 12:7-8).

En qu consista esa prueba,ese mensajero de Satans? A juz-gar por algunos comentarios quePablo hace en sus epstolas, pode-mos deducir que tal vez se tratabade algn problema en sus ojos: Vosotros sabis que a causa deuna enfermedad del cuerpo os

anunci el evangelio al principio; yno me despreciasteis ni desechas-teis por la prueba que tena en micuerpo, antes bien me recibisteis. . . os doy testimonio de que si hu-bieseis podido, os hubierais sacadovuestros propios ojos para drme-los (Glatas 4:13-15). Casi al finalde la epstola dice: Mirad concun grandes letras os escribo de (Contina a la vuelta)


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que me ha librado de las garras del len y de las garras del oso,l tam-bin me librar de la mano de este fil i s t e o ( 1S a muel 17:37). Siendo yaadult o, Dios lo llam un varn conforme a mi coraz n , quien hartodo lo que yo quiero (Hechos 13:22).

Al igual que David, todos tenemos que enfrentarnos a nuestros le-

ones, osos y Goliats; es decir, las adversidades y pruebas que puedenabrumarnos. As como Dios ayud y libr a David, tambin puede ha-cerlo con nosotros. Dios ciertamente puede intervenir en nuestra viday ayudarnos, siempre y cuando le obedezcamos y tengamos confianzaen l. Dios no cambia (Malaquas 3:6; Hebreos 13:8), de manera quepodemos confiar en su poder para ayudarnos.


creyendo firmemente en sus promesas hasta el momento de su muerte,l no se avergenza de llamarse Dios de ellos (Hebreos 11:13-16).

El rey David

Siglos ms tarde apareci David, otro hombre de fe. Mucho se ha

escrito acerca de l, tanto acerca de su juventud, como de la poca pos-terior cuando lleg a ser el segundo rey de Israel. Su vida,en ge n e ra l ,e sun ejemplo de fe viva en Dios.

David tena plena confianza de que Dios lo ayudara cuando, a pe-sar de ser muy joven, se enfrent al gigante Goliat. Cuando Sal tratde disuadirlo porque an era un muchacho, le respondi: El Eterno,


para nosotros. En ciertas ocasionesla respuesta que Dios nos da puede

ser no o todava no . l nuncatuvo la intencin de que nuestroscuerpos fsicos fueran imperecede-ros. Nos dio una existencia quepuede durar hasta 70 aos o ms(Salmos 90:10). Su mayor interses que vayamos forjando un carc-ter justo y que cultivemos una rela-cin estrecha e ntima con l quedure toda la eternidad. Quiere re-sucitarnos a la vida eterna y darnosun cuerpo libre de debilidades, en-

fermedades y muerte: un cuerpoespiritual e inmortal (1 Corintios15:40-44, 50-54).

Mientras llega este momento,Pablo entendi que nuestro amo-roso Dios jams permitir que ten-gamos pruebas que no podamosvencer con su ayuda: No os ha so-brevenido ninguna tentacin queno sea humana; pero fiel es Dios,

que no os dejar ser tentados msde lo que podis resistir, sino quedar tambin juntamente con la

tentacin la salida, para que podissoportar (1 Corintios 10:13). Al-gunas veces, esa salida es senci-llamente la determinacin de so-brellevar la prueba hasta el final.

Sumisin a Dio s

Pablo no fue el nico queaprendi que la verdadera fe viva,la que produce obras segn la vo-luntad de Dios, es mucho ms im-portante que la salud fsica y la

longevidad. El mismo Jess, sa-biendo que en unas pocas horasms estara enfrentndose a unamuerte horripilante, de rodillas cla-m: Padre mo, si es posible, pasede m esta copa (Mateo 26:39). AJess le angustiaba el tener quepasar por tan t remendo sufrimien-to, pero saba que su muerte haraposible la redencin de toda la hu-

manidad. Por eso dijo: Pero nosea como yo quiero, sino comot (v. 39; Lucas 22:42). Jesucristo,

nuestro ejemplo perfecto, sabaque la voluntad del Padre era msimportante que la de l.

Dios sabe qu es lo mejor paranosotros, aunque no sea lo quequeramos o deseamos en el mo-mento. Uno de los apstoles nosrecomienda: [Echad] toda vuestraansiedad sobre [Dios], porque ltiene cuidado de vosotros (1 Pe-dro 5:7). Por otra parte, Pablo nosdice que debemos estar persuadi-

dos de que el que comenz en[nosotros] la buena obra, la perfec-cionar hasta el da de Jesucristo(Filipenses 1:6). Debido a que Diosest trabajando con nosotros conla perspectiva mucho ms ampliade ayudarnos a adquirir fe y formarun carcter santo y justo, no siem-pre contesta nuestras oracionescomo nosotros lo deseamos.

Unos fueron librados, otros no

En Hebreos 11 se nos dice que

algunas mujeres recibieron susmuertos mediante resurreccin;mas otros fueron atormentados,no aceptando el rescate, a fin deobtener mejor resurreccin. Otrosexperimentaron vituperios y azo-tes, y a ms de esto prisiones y cr-celes. Fueron apedreados, aserra-dos, puestos a prueba, muertos afilo de espada . . . Y todos stos,aunque alcanzaron buen testimo-nio mediante la fe, no recibieron lo

prometido; proveyendo Dios algu-na cosa mejor para nosotros, paraque no fuesen ellos perfeccionadosaparte de nosotros (vv. 35-40).

Dios no contesta siempre nues-tras oraciones como nosotros espe-ramos, y no siempre nos libra ins-tantneamente de nuestras prue-bas. Sin embargo, l siempre hacelo que es mejor para nosotros. t

(Viene de la pgina anterior)


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Los ejemplos y el testimonio de los hombres y mujeres que encon-tramos en Hebreos 11 nos demuestran que podemos creerle a Dios. lno miente (Tito 1:2),y, como nuestro Padre amoroso y fiel, se deleita enproveer lo que necesitamos:Toda buena ddiva y todo don perfecto esde lo alto,y desciende del Padre de las luces,en quien no hay mudanza,

ni sombra de variacin. Por su voluntad l nos engendr por la Palabrade Verdad, para que seamos primicias de sus criaturas (Santiago 1:17-18, Nueva Reina-Valera).

A quienes se sometan a la voluntad de Dios, l les ha prometidoamor, proteccin y fidelidad (Salmos 33:4; 37:28; 97:10; Proverbios2:8; 2 Tesalonicenses 3:3). Estas promesas son absolutamente seguras.

Algunos podrn pensar que los ejemplos de Hebreos 11 no se apli-can a la gente comn. Quiz supongan equivocadamente que estas per-sonas eran tan fuertes espiritualmente que les era fcil confiar en Dios.Pero la realidad es que la fe no se adquiere de la noche a la maana; to-dos tenemos que ir fortalecindola.

Inicialmente,recibimos la fe por medio del Espritu de Dios,pues esun fruto del Espritu Santo que Dios nos da cuando nos arrepentimos ysomos bautizados (Glatas 5:22; Hechos 2:38). (Para ms informacinacerca de estos temas, no deje de solicitarnos dos folletos gratuitos:

Nuestro asombroso potencial humano y El camino hacia la vida eterna.)Dios empieza el proceso de reconciliarnos con l cuando nos llama

(Juan 6:44) y nos gua al arrepentimiento (Romanos 2:4).Pero la fe que Dios nos da cuando somos bautizados tiene que ser

alimentada y fortalecida. Se nos advierte que no descuidemos nuestrasalvacin (Hebreos 2:3) ni apaguemos el Espritu de Dios (1 Tesaloni-censes 5:19). Dios espera que tengamos fe, y son nuestras obras (nues-

tros esfuerzos para hacer la voluntad de Dios) lo que demuestran que latenemos (Santiago 2:20). Es nuestra responsabilidad hacer que crezcanuestra fe (2Pedro 3:18).

Desde luego, Dios tambin desempea un papel esencial en el for-talecimiento de la fe, porque solos no podemos crear fe ni hacerla cre-cer. Por eso en la Biblia se nos dice que debemos tener la fe de Jesu-cristo (Glatas 2:16; Filipenses 3:9). Como hicimos notar en el captu-lo anterior, creer en Dios significa mucho ms que el simple hecho dereconocer su existencia. La fe es una relacin con Dios que madura y seprofundiza con el tiempo.


Tres jvenes judos

Quiz en alguna ocasin usted oy hablar de Sadrac, Mesac yAbed-nego (Daniel 3). Estos tres jvenes arriesgaron sus vidas cuandodecidieron no adorar la estatua de oro del rey Nabucodonosor. Hacerlo

hub ie ra sido quebrantar el segundo mandamiento de la ley de Dios(xodo 20:4-6), pero por re hus a rse ellos a adorar la imagen, s er anarrojados vivos dentro de un horno de fuego.

Leamos su inspira d o ra respuesta al monarca babilonio cuandoste les dio la ltima oportunidad para arrodillarse ante su estatua: Noes necesario que te respondamos sobre este asunto. He aqu nuestroDios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo; yde tu mano, oh rey, nos librar. Y si no, sepas, oh rey, que no servire-mos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado(Daniel 3:16-18).

Ellos prefirieron arriesgar sus vidas antes que violar su compromi-

so de obedecer a Dios. Saban que Diospoda li brarlo s,p e ro ignorabansi de hecho lo hara en ese momento. Sin importarles lo que sucediera,la firmeza de su fe los hizo poner a Dios primero, un principio en el queJess hizo hincapi (Mateo 6:33).

Como una mues tra de su poder, Dios intervino y los libr de lamuerte. Y aunque permiti que fueran atados y lanzados dentro del hor-no que haba sido calentado ms de lo acostumbrado, no sufrieron daoalguno (Daniel 3:25-27). Los tres salieron ilesos del horno!

Aunque nuestras dificultades no lleguen a ser tan graves, a noso-tros s nos pueden parecerlo cuando las tenemos que afrontar. El ejem-plo de Sadrac, Mesac y Abed-nego nos recuerda que Dios ciertamente

interviene en la vida de los que confan en l (Salmos 37:4-7; 118:6-8;Proverbios 3:5-6).

Meditemos en estos ejemplos

En los ejemplos que hemos ex ami nado , la obediencia ap are c ecomo uno de los frutos principales de la fe. La fe verdadera conduceinevitablemente a la accin. Por eso es que en el pasaje de Santiago2:14-26 se nos advierte que la fe sin obras es muerta. La verdadera fenos lleva a hacer lo que Dios dice que es bueno y correcto, y a estar dis-puestos a aceptar las consecuencias de nuestra decisin.



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buscar la ayuda y el consejo de mdicos competentes. No hay nadamalo en buscar la atencin profesional cuando estamos enfermos. ALucas, el compaero de viajes de Pablo y autor del evangelio que llevasu nombre y del libro de los Hechos, en Colosenses 4:14 se le mencio-na como el mdico amado.

En Mateo 9:12 podemos ver que Jess mismo reconoci la nece-sidad que tenemos de los mdicos para cuidar de nuestra salud. En elejemplo que mencionamos anteriormente acerca de la mujer que fuesanada de un flujo de sangre con slo tocar la ropa de Je s s ,o t ro de losevangelistas agrega que ella haba gastado en mdicos todo cuanto


Ms ejemplos de la fe verdadera

Hay otros personajes bblicos no tan conocidos, pero que tambinmostraron gran fe en Dios. Sus ejemplos son inspiradores y ademsnos muestran que Dios no hace acepcin de personas (Hechos 10:34-

35). Sin importar cules sean las circunstancias, todos podemos teneruna fe firme.En el primero de los cuatro evangelios encontramos varios ejem-

plos muy claros de fe. Uno es el caso de un leproso que fue sanado alpostrarse ante Jess y decirle: Seor, si quieres, puedes limpiarme(Mateo 8:2).

Otro caso es cuando Jess le dijo a un centurin que ira a su casapara sanar a su sirviente. La fe que este oficial romano tena en el poderde Jess era tan grande, que saba que no tena que estar junto a su sir-viente para poder sanarlo. Por lo tanto, le respondi: Seor, no soydigno de que entres bajo mi techo; solamente di la palabra, y mi criado

sanar (v. 8). Jess qued tan impresionado con tal fe que dijo a losque lo seguan: De cierto os digo, que ni aun en Israel he hallado tantafe. Y al centurin le dijo: Ve, y como creste, te sea hecho (vv. 10,13). El criado fue sanado en ese momento.

Tenemos tambin el ejemplo de una mujer que padeca de un flu-jo de sangre desde haca 12 aos, quien se acerc a Jess para ser sa-nada (Mateo 9:20). Ella crea que todo lo que tena que hacer era tocarla ropa de Jess. Al notar su presencia, l le dijo: Ten nimo, hija; tu fete ha salvado (v. 22). Esta mujer tambin fue sanada de inmediato.

Un ejemplo ms de fe es el de dos ciegos que vinieron a Jess paraque los sanara. Cuando les pregunt: Creis que puedo hacer esto?

Ellos dijeron: S, Seor. Entonces les toc los ojos, diciendo: Conformea vuestra fe os sea hecho. Y los ojos de ellos fueron abiertos(vv. 28-30).

Hay muchos otros ejemplos de personas que fueron sanadas duran-te el ministerio de Jess. A pesar de que nuestra sociedad relega a Diosal olvido, no podemos eludir los asuntos de vida o muerte. Aun en elcaso de que podamos tener la mejor atencin mdica, nuestra vida enltima instancia est en manos de Dios porque, como dijo el apstolPablo, en l vivimos, y nos movemos, y somos (Hechos 17:28).

Aunque a los cristianos se les aconseja llamar a los ancianos de laIglesia cuando se enferman (Santiago 5:14-15), tambin es prudente


Los enemigos de la feAlguna vez se ha pregunta-do por qu no vemos

ms ejemplos de fe? En la Bi-blia se mencionan varios factoresque minan la fe. Entre ellos estn:

El afn. Jess nos advirti: No os afanis . . . buscad prime-ramente el reino de Dios y su jus-ticia . . . (Mateo 6:25-33).

El temor. En cierta ocasin losdiscpulos viajaban en una barca yse desencaden una tormenta;asustados, despertaron a Jessrogndole que los salvara. Por

qu temis, hombres de pocafe? , les dijo. Luego reprendi alviento y al mar, y hubo gran cal-ma (Mateo 8:23-26).

La duda. Otra ocasin en quelos discpulos atravesaban el marde Galilea, Pedro vio a Jess ca-minando sobre las aguas y le pre-gunt si l poda hacer lo mismo.Jess lo invit a que lo acompa-

ara, y Pedro tambin empez acaminar sobre las aguas. Pero alver el fuerte viento, tuvo miedoy comenz a hundirse (Mateo14:30). Entonces Jess, exten-diendo la mano, asi de l, y ledijo: Hombre de poca fe! Porqu dudaste? (v. 31).

El razonamiento humano sinel entendimiento espiritual. Jessles advirti a sus discpulos: Mi-rad, guardaos de la levadura delos fariseos y de los saduceos(Mateo 16:6). Les estaba previ-

niendo contra las enseanzas delos dirigentes religiosos que apa-rentaban ser justos (v. 12), peroque carecan del verdadero en-tendimiento espiritual. Por cuan-to los discpulos no entendaneste principio espiritual, al co-mienzo no entendieron de loque l les estaba hablando (vv. 7-12). t


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Cmo fortalecer la fe El justo por la fe vivir (Romanos 1:17; Glat as 3:11;Hebreos 10:38).

En los captulos anteriores vimos cmo se define la fe en la Biblia yanalizamos algunos ejemplos de la fe viva que ejercieron los fieles sier-

vos de Dios. Tambin aprendimos que es imprescindible que tengamosfe para que Dios nos d el don de la vida eterna. Ahora bien, cmo po-demos adquirir una fe activa en este mundo incrdulo en que vivimos?

No se sienta desanimado si usted piensa que no tiene fe. En ciertasocasiones las personas que profesan creer en Dios se avergenzancuando se enfrentan a una crisis y se dan cuenta de que su fe es dbil.Quiz esto le suceda a usted; pero no se desespere. En la Biblia pode-mos ver que aun hombres y mujeres de gran fe tuvieron que enfrentar-se algunas veces a situaciones que eran verdaderos desafos para suconfianza en Dios.

Se nos habla de su angustia al tener que enfrentarse a estas pruebas.

En Hebreos 11:34 leemos que ellos sacaron fuerzas de debilidad, sehicieron fuertes en batallas. La fe de estos hombres y mujeres se forta-leci por medio de las adversidades y, tambin, por los reveses y fraca-sos que experimentaron en ciertas ocasiones.

El caso de Jeremas

Uno de ellos fue el profeta Jeremas, quien se cuenta entre los quesufrieron prisiones y crceles (Hebreos 11:36; Jeremas 37:15-16).Jeremas no slo fue encarcelado, sino que tambin lo metieron en unacisterna llena de cieno (Jeremas 38:6). Esta era la tercera vez que el

Captulo III 25

tena, y por ninguno haba podido ser curada (Lucas 8:43). Jess nole neg la sanidad ni la conden por haber acudido a los mdicos. Po rel contrario, l alab su fe.

Ciertamente la resurreccin es una promesa segura; sin embargo,debemos recordar que nuestra vida es temporal y nadie puede escapar a

la muerte (1 Corintios 15:22; Hebreos 9:27). En comparacin, nuestrafe tiene un significado eterno. Por eso Pablo dijo: Por fe andamos, nopor vista (2 C orintios 5:7), y: El justo por la fe vivir (Ro manos1:17; Glatas 3:11; Hebreos 10:38).

Al final del captulo de la fe leemos que nosotros tambin pode-mos participar en ese futuro que Dios ha prometido a todas estas perso-nas cuyas vidas fueron ejemplos sobresalientes de fe: Y todos stos,aunque alcanzaron buen testimonio mediante la fe, no reci bieron loprometido; proveyendo Dios alguna cosa mejor para nosotro s ,p a ra queno fuesen ellos perfeccionados aparte de nosotros (Hebreos 11:39-40). Nosotros podemos llegar a ser perfeccionados junto con todas

estas personas que tuvieron una fe tan grande. El prximo captulo po-dr ayudarle a entender cmo se llevar esto a cabo.



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por un demonio y quera que Jess lo sanara. Jess le dijo: Si puedescreer, al que cree todo le es posible, pero el hombre saba que su fe noera muy fuerte. As que angustiado le clam: Creo; ayuda mi incredu-lidad (Marcos 9:23-24).

Jess no conden ni rehus ayudar a este hombre cuya fe era dbil.

Tampoco dejar de ayudarnos a nosotros cuando nuestra fe sea dbil.Pero hay algo que nosotros debemos hacer en estas circunstancias.

Fortalecernos en fe

Dios espera que nuestra fe se vaya fortaleciendo. Es imprescindibleque as sea, porque sin fe jams podremos agradar a Dios (Heb re o s11:6). La fe es uno de nuestros recursos ms valiosos y una clave paratodo lo que es importante. Slo por medio de la fe podemos recibir laaprobacin de Dios. Aquellos cuyos ejemplos estn consignados enHebreos 11 alcanzaron buen testimonio mediante la fe (v. 39).

Debido a la fe que ellos tuvieron, Dios los resucitar cuando Jesu-

cristo retorne a la tierra (1 Corintios 15:50-52; 1 Tesalonicenses 4:15-16). La fe es una clave importantsima para poder entrar en el Reino deDios y recibir la vida eterna.

Como lo explicamos antes, la fe no es algo de lo que podamos re-vestirnos por nosotros mismos y decidir que nunca dudaremos al res-pecto. Ms bien, la fe verdadera surge como resultado de una relacinprofunda y madura con Dios. Notemos lo que podemos hacer para rea-firmar la ms importante de todas nuestras relaciones.

La vital importancia de la oracin

Empezamos nuestro camino hacia una vida de fepidindosela a

Dios. l quiere que tengamos fe, y est deseoso de drnosla (Lucas11:9-13). Debemos pedrsela en oracin, y debemos hacerlo siempre,y no desmayar (Lucas 18:1). Orar pidiendo fe debe ser algo que hace-mos todos los das.

En muchos pasajes de la Biblia se nos muestra que debemos mante-nernos en contacto diario con Dios (Mateo 6:11; Lucas 11:3; 2 Corin-tios 4:16). Para asegurarse de tener una estrecha relacin con su Hace-dor, el rey David oraba tres veces al da (Salmos 55:16-17). En Daniel6:10 podemos leer que este profeta as lo haca tambin. La oracin,

junto con el estudio diario de las Escrituras, es uno de los aspectos ms

profeta era encarcelado y fue la ms dura. Lleg a ser tan terri ble esa si-tuacin que estuvo a punto de morir (v. 10).

El encarcelamiento injusto de Jeremas fue la culminacin de unlargo perodo de abusos que sufri a manos de su propia gente. Dios lohaba llamado para que le profe ti z ara y advirtiera al pueblo de Jud

que, debido a sus pecados,su pas sera invadido por extranjeros. En lu-gar de arrepentirse ante las advertencias de Dios, el pueblo se volvicon odio contra Jeremas y trataron de asesinarlo (Jeremas 11:19, 21).Lo acusaron de traicin, lo detuvieron, lo llevaron ante el rey y lo me-tieron en prisin.

Jeremas tuvo que luchar espiritualmente contra tan obstinada opo-sicin. Al principio, l no quera profetizar; manifest sus temores y has-ta acus a Dios de forzarlo a ser profeta (Jeremas 1:4-8; 20:7). Hubo unmomento en que tom la decisin de no hablar ms en nombre de Dios(v.9 ) ,p e ro sus convicciones lo impulsaron a continuar. A medida que sulucha prosegua, lleg incluso a desear no haber nacido nunca (v. 14).

La vida de Je remas fue una lucha constante. No era la clase depersona que siempre est sonriente y satisfecha, ajena por completo alas dudas. Por el contrario, el relato de la Biblia nos habla de un hom-bre muy humano que luchaba y era dbil. Pero sali adelante por me-dio de su fe en Dios. Clam a su Creador: Sname, oh Eterno, y sersano; slvame, y ser salvo . . . pues mi refugio eres t en el da malo(Jeremas 17:14, 17).

Dios libr a Jeremas de la mazmorra y de la muerte, y en la ac-tualidad es reconocido como un gran siervo de Dios. Su vida fue grataa Dios y ser resucitado al momento del retorno de Jesucristo. La vidade Jeremas no fue nada fcil, pero su fe madur y se fortaleci por

medio de sus pruebas.Muchos otros hombres y mujeres clamaron a Dios en momentos di-

fciles, cuando sintieron que su fe flaqueaba. Si obedecemos y servimosa Dios nos veremos en situaciones que pondrn a prueba nuestra fe. Elapstol Pablo nos dice que todos los que quieren vivir piadosamente enCristo Jess padecern persecucin (2 Timoteo 3:12). Necesitamosacudir a Dios y pedirle que nos ayude a cultivar una relacin estrecha,ntima y amorosa con l, que nos capacite para soportar tales pruebas.

Quiz lleguemos a encontrarnos en una situacin semejante a la decierto padre que tena un problema muy grave: su hijo estaba posedo

Cmo fortalecer la feUsted puede tener una fe viva26 27


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La obediencia a Dios

Otro paso muy importante en el fortalecimiento de nuestra fe eshacer lo que Dios nos manda. Debemos hacer caso a sus mandamien-tos y ponerlos por obra.

Hoy en da,mucha gente no tiene un concepto correcto de lo que esla obediencia. Por un lado, unos piensan que pueden ganarse la vidaeterna por medio de sus obras. No alcanzan a comprender que la salva-cin es una ddiva de Dios (Romanos 6:23; Efesios 2:8), y que pornuestros esfuerzos nunca podremos ganarnos esta ddiva inapreciable.Por el otro lado estn los que quieren que Dios los acepte tal como son,pues no desean hacer ningn cambio en su modo de vivir.

La obediencia sincera es una declaracin o una expresin de la fe.Quiz la mejor forma de resumirlo sea que es nuestra respuesta llena degratitud por todas las cosas que Dios ha hecho y por lo que an le faltapor hacer de acuerdo con sus promesas. La obediencia debe ser una re-

accin natural de quienes desean acercarse a Dios y ser ms como l. Je-ss prometi que cualquiera que le obedeciera disfrutara de una rela-cin especial con l y con el Padre: El que me ama, mi palabra guarda-r; y mi Padre le amar, y vendremos a l, y haremos morada con l(Juan 14:23). Esto nos demuestra que podemos experimentar la realidadde la presencia de Jess y del Padre,siempre y cuando los obedezcamos.

El vnculo entre la obediencia y la fe es evidente a lo largo de lasEscrituras. Si le creemos a Dios, debemos demostrar esa fe por nuestraconducta. As lo hacan todos los hombres y mujeres de fe que se men-cionan en la Biblia.

La obediencia sincera a Dios exige un buen conocimiento de su

ley. Para aprender la razn por la cual Dios nos dio su ley, y para enten-der los principios bsicos que se encuentran en el Declogo, no deje desolicitarnos el folleto tituladoLos Diez Mandamientos.

Usted puede caminar con Dios

Si usted tiene una vida de oracin, de estudio de la Biblia y de sin-cera obediencia a Dios, podr llegar a tener una estrecha relacin conl. Caminar con Dios significa tener una fe profunda, y a medida quecamine con Dios su fe ir fortalecindose. Enoc y No son dos ejem-plos de personas que tenan una fe profunda (Gnesis 5:22; 6:9).

Cmo fortalecer la fe 29

importantes de nuestra relacin con Dios. Es una forma en que le expre-samos nuestro amor,as como nuestras preocupaciones. Esta comunica-cin sincera con Dios acrecienta nuestra fe.

Otro resultado de la oracin es que Dios nos responde. Notemos lasiguiente promesa: Si . . . buscares al Eterno tu Dios, lo hallars, si lo

buscares de todo tu corazn y de toda tu alma (Deuteronomio 4:29).Si de todo corazn oramos a Dios y le pedimos que forta l ez canu e stra fe, no nos lo negar. l quiere darnos dones espirituales talcomo un padre amoroso quiere dar de comer a sus hijos hambrientos(Lucas 11:11-12). Jess nos asegur que cualquier cosa que pidira-mos en su nombre, Dios nos la dara (Juan 14:13; 15:16; 16:23).

Estudiar la Biblia diariamente

Nosotros hablamos con Dios por medio de la oracin, y l nos ha-bla por medio de su Palabra escrita.

En la Biblia se nos dice que la fe es por el or, y el or, por la pala-

bra de Dios (Romanos 10:17). Recordemos lo que es la fe. En su for-ma ms sencilla, la fe es la confianza de que Dios har lo que dice quehar (Romanos 4:20-21). Para saber lo que Dios nos dice, debemos es-tudiar en la Biblia las palabras que l inspir a ciertos hombres. Esaspalabras nos explican cmo quiere l que vivamos, y nos dicen lo quehar por nosotros. En la Biblia encontramos tambin muchos relatosacerca de cmo Dios ha intervenido en la vida de individuos, familias,naciones y, de hecho, de toda la humanidad.

A medida que estudiamos las Sagradas Escrituras y oramos, nues-tra fe va fortalecindose en dos formas. Por una parte, nos enteramosde las cosas que Dios nos promete, las cuales podemos reclamar. Y por

otra, los inspiradores relatos de la Biblia nos tranquilizan y ayudan afortalecer nuestra fe.

Refirindose a la Palabra de Dios, Pablo dijo:Las cosas que se es-cribieron antes,para nuestra enseanza se escribieron, a fin de que porla paciencia y la consolacin de las Escrituras, tengamos esperanza(Romanos 15:4). Conforme aumenta nuestra esperanza, puede fortale-cerse tambin nuestra fe. (Si usted desea sacar ms provecho del estu-dio de la Biblia a fin de fortalecer y reafirmar su fe,no deje de solicitar-nos dos folletos gratuitos: Se puede confiar en la Biblia? y Cmo en-tender la Biblia, los cuales pueden serle de mucho beneficio.)



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consejo sabio de aquellos que nos lo pueden dar (Proverbios 24:6). Lue-go, con el valor y la fe de Dios en nosotros, debemos seguir adelante.

Diariamente debemos reafirmar nuestra fe,porque Dios puede per-mitir que tengamos pequeas pru ebas a fin de prepararnos para lasp ru ebas ms grandes que vendrn. Si esperamos a poner en prctica

nuestra confianza en Dios cuando se nos presente una crisis ag u d a ,m sdifcil nos ser superarla.O ra r, estudiar la Biblia y obedecer de corazn a Dios todos los

das, alimenta y fortalece nuestra fe. No siempre podemos prever cun-do se nos va a presentar una crisis que ponga a prueba nuestra fe, perosi desde ahora buscamos a Dios, estaremos mucho mejor preparadospara el momento en que tal prueba se presente.

Confi ar en la promesa del Reino de Dios

Nosotros, al igual que el profeta Daniel,debemos tener fe y con-fianza en la promesa del Reino de Dios y todo lo que esto encierra. El

Reino de Dios es un reino eterno que Jesucristo, a su retorno, estable-cer aqu en la tierra. El Reino de Dios reemplazar todos los gobiernoshumanos (Daniel 2:44; Apocalipsis 11:15). Los santos los verdade-ros siervos de Dios gobernarn en ese reino para siempre (Daniel7:18). La grandeza y magnificencia del galardn que Dios tiene reser-vado para nosotros, hace insignificante cualquier sacrificio o pruebaque tengamos que sufrir para poder heredarlo (Romanos 8:18). (Si de-sea estudiar la asombrosa verdad acerca de este asunto,como lo enseJesucristo, no deje de solicitarnos el folleto titulado El evangelio del

Reino de Dios.)Nosotros heredaremos ese reino cuando seamos resucitados a la

vida eterna en el momento del retorno de Jesucristo (1Corintios 15:50-52). Nuestra creencia en este reino venidero es, en s, un acto de fe. Nopodemos ver el Reino de Dios, pero Dios nos dice que ser una reali-dad. Para poder recibir tan magnfico y glorioso futuro, es imprescindi-ble que ahora vivamos por fe.

Vivir por fe puede exigirnos que, en ocasiones, tengamos que en-frentarnos a situaciones muy difciles. Es posible que nos encontremosen circunstancias en las cuales no podamos disfrutar de las comodidadesa las que estamos acostumbrados. Hasta nuestra seguridad personal po-dra verse amenazada. Si esto sucede, debemos mantener la perspectiva

Cmo fortalecer la fe 31

Caminar con Dios significa tener contacto diario con l, esforzn-dose por hacer su voluntad. Cuando uno vive tratando de reflejar dia-riamente lo que son los caminos de Dios, su fe se fortalece. El contac-to cotidiano con Dios es esencial,porque la fe es una consecuencia na-tural de vivir siguiendo el ejemplo de Jesucristo. La fe se fortalece con

el tiempo. Un albail sabe que un muro no se hace de la noche a la ma-ana; sabe que tiene que levantarlo poniendo ladrillo por ladrillo. En lamisma forma, uno enriquece y fortalece su fe por medio de un conti-nuo contacto con Dios.

Las pruebas de nuestra f e

Todos los que tienen fe son probados. En la Biblia se nos dice quenuestra fe, mucho ms preciosa que el oro, ser sometida a diversaspruebas (1 Pedro 1:6-7). Aunque el oro puede finalmente desaparecer,nuestra fe ser siempre parte de nosotros cuando Dios nos resucite paraencontrarnos con Cristo a su retorno a la tierra.

Las dificultades y las pruebas no son gratas. Al comienzo podrnparecernos terribles, traumticas y hasta devastadoras. Pero las pruebasson oportunidades para fortalecer nuestra fe y crecer espiritualmente.

Cuando el profeta Daniel se neg a cumplir con un edicto real quelo obligaba a cometer el pecado de idolatra, fue echado en un foso deleones (Daniel 6). Aunque no saba cules seran exactamente las con-secuencias para l, s saba que lo nico que deba hacer era obedecera Dios, aunque tal decisin le costara la vida. l se mantuvo firme, yDios lo libr de los leones. Pero antes de que Dios lo salvara, Danielt u vo que proba rle que confiaba en l. El pro feta saba que, aunq u eDios no lo librara de los leones, tena asegurado su futuro eterno con

su Creador.Todos los que deciden seguir las pisadas de Cristo, tarde o tempra-

no tendrn que enfrentarse a pruebas. Puede ser que alguien nos pidaque cedamos, que hagamos a un lado algn aspecto de la verdad queDios nos revela en su Palabra. La autenticidad de nuestra fe puede serpuesta a prueba en tales circunstancias. Cmo reaccionaremos?

Como hemos aprendido, Dios es misericordioso y sabe que somosdbiles, pero en ocasiones exige que sigamos adelante en fe. En talesocasiones, debemos buscar an ms intensamente su sabidura e implo-rarle que nos muestre cul es su voluntad. Debemos buscar tambin el



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ndice de referencias bblicas 33

del Reino de Dios porque, al fin y al cabo, la fe es la certeza de lo quese espera, la conviccin de lo que no se ve (Hebreos 11:1).

Nuestra fe est basada en la solidez de la Palabra de Dios, la cualpermanece para siempre: Toda carne es como hierba, y toda la gloriadel hombre como flor de la hierba. La hierba se seca, y la flor se cae;mas la palabra del Seor permanece para siempre (1 Pedro 1:24-25).Los relatos bblicos acerca de las personas que fueron un ejemplo de fenos muestran que ellas tomaron sus decisiones basndose en las pala-bras de Dios. Ellas s le creyeron a su Hacedor!

Dios prometi una cosa mejor para quienes buscaran primera-mente su reino y su justicia (Hebreos 11:40; Mateo 6:33). En esta vida,desde luego, podemos tener y disfrutar de momentos placenteros, perodebemos mantener la misma perspe c tiva que tena el apstol Pablocuando dijo: . . . Estimo todas las cosas como prdida por la excelen-cia del conocimiento de Cristo Jess, mi Seor. . .(Filipenses 3:8).

Dios nos promete la vida eterna al resucitarnos. Mientras tanto,nos

consolar cuando tengamos que afrontar situaciones dolorosas por ser-virlo (2 Corintios 1:3-5). Conservar una clara perspectiva del maravi-lloso futuro que nos espera y recordar la promesa de Dios de consolar-nos, nos ayuda a tener una fe viva.

Recibir el conocimiento de lo que ser el Reino de Dios y tener feen ello es algo maravilloso. No todos estn siendo llamados ahora pararecibir o entender estas cosas (Lucas 8:10).

Entender estas verdades es una ddiva de Dios. Si usted las entien-de, Dios le est llamando para que participe en su maravilloso plan.Para recibir esta ddiva, usted tiene que hacer su parte. Siga el consejoque se nos da en Hebreos 6:12 de que seamos imitadores de aquellos

que por la fe y la paciencia heredan las promesas.Empiece ahora a adquirir esa fe viva que lo ayudar a superar las

pruebas de esta vida y lo conducir al Reino de Dios. t


ndice de referencias bblicasGnesis

5:22 . . . . . . . . . . . . . . .296:9 . . . . . . . . . . . . . . . .2912:4 . . . . . . . . . . . . . . .1512:12-13 . . . . . . . . . . .1715:6 . . . . . . . . . . . . . . .1517:5, 15 . . . . . . . . . . . .1518:9-12 . . . . . . . . . . . .1718:11 . . . . . . . . . . . . . .1621:1-2 . . . . . . . . . . . . . .1626:7 . . . . . . . . . . . . . . .17

xodo20:4-6 . . . . . . . . . . . . . .20

Deuteronomio4:29 . . . . . . . . . . . . . . .28

1 Samuel17:37 . . . . . . . . . . .18-19

Salmos

33:4 . . . . . . . . . . . . . . .2137:4-7 . . . . . . . . . . . . . .2037:28 . . . . . . . . . . . . . .2155:16-17 . . . . . . . . . . .2790:10 . . . . . . . . . . . . . .1897:10 . . . . . . . . . . . . . .21118:6-8 . . . . . . . . . . . .20

Proverbios2:8 . . . . . . . . . . . . . . . .213:5-6 . . . . . . . . . . . . . . .2014:12 . . . . . . . . . . . . . . .924:6 . . . . . . . . . . . . . . .31

Jeremas1:4-8 . . . . . . . . . . . . . . .26

10:23 . . . . . . . . . . . . . . .911:19, 21 . . . . . . . . . . .2617:14, 17 . . . . . . . . . . .2620:7, 9, 14 . . . . . . . . . .2637:15-16 . . . . . . . . . . .2538:6 . . . . . . . . . . . . . . .2538:10 . . . . . . . . . . . . . .26

Daniel2:44 . . . . . . . . . . . . . . .313:16-18 . . . . . . . . . . . .203:25-27 . . . . . . . . . . . .206 . . . . . . . . . . . . . . . . . .306:10 . . . . . . . . . . . . . . .27

7:18 . . . . . . . . . . . . . . .31Malaquas

3:6 . . . . . . . . . . . . . . . .19Mateo

6:11 . . . . . . . . . . . . . . .276:25-33 . . . . . . . . . . . . .236:33 . . . . . . . . . . . .20, 327:21 . . . . . . . . . . . .10, 117:21-27 . . . . . . . . . . . . . .58:2, 8, 10, 13 . . . . . . . .228:23-26 . . . . . . . . . . . . .239:12 . . . . . . . . . . . . . . .239:20, 22, 28-30 . . . . . .2214:30-31 . . . . . . . . . . .2316:6-12 . . . . . . . . . . . . .2326:39 . . . . . . . . . . .18, 19

Marcos1:14-15 . . . . . . . . . . . . . .6

1:15 . . . . . . . . . . . . . .8, 99:23-24 . . . . . . . . . . . . .27Lucas

6:46-49 . . . . . . . . . . . . . .58:10 . . . . . . . . . . . . . . .328:18 . . . . . . . . . . . . . . . .18:43 . . . . . . . . . . . . .23-2411:3 . . . . . . . . . . . . . . .2711:9-13 . . . . . . . . . . . . .2711:11-12 . . . . . . . . . . .2818:1 . . . . . . . . . . . . . . .2718:1-5 . . . . . . . . . . . . . . .218:7-8 . . . . . . . . . . . . .2-322:42 . . . . . . . . . . . . . .19

Juan1:12 . . . . . . . . . . . . . . . .64:23 . . . . . . . . . . . . . . . .26:44 . . . . . . . . . . . . . . .218:31 . . . . . . . . . . . . . . . .511:23-44 . . . . . . . . . . . . .714:13 . . . . . . . . . . . . . .2814:12-15 . . . . . . . . . . .1214:15 . . . . . . . . . . . . . . .814:23 . . . . . . . . . . . . . .2915:16 . . . . . . . . . . . . . .2816:23 . . . . . . . . . . . . . .2820:24-29 . . . . . . . . . . .12

Hechos2:38 . . . . . . . . . . . . .6, 2110:34-35 . . . . . . . . . . .2213:22 . . . . . . . . . . . . . .1917:28 . . . . . . . . . . . . . .2217:30 . . . . . . . . . . . . .6, 9

Romanos1:17 . . . . . . . . . .5, 24, 251:20 . . . . . . . . . . . . . . . .82:4 . . . . . . . . . . . . . . . .214:11-12 . . . . . . . . . . . . .154:20-21 . . . . . . . . . . . . .286:23 . . . . . . . . . . . . . . .298:14 . . . . . . . . . . . . . . . .58:18 . . . . . . . . . . . . . . .318:32 . . . . . . . . . . . . . . .1310:17 . . . . . . . . . . . . . .2815:4 . . . . . . . . .13, 15, 28

1 Corintios9:27 . . . . . . . . . . . . . . .1110:1-11 . . . . . . . . . . . . .1410:6 . . . . . . . . . . . .13, 1410:13 . . . . . . . . . . . . . .1815:22 . . . . . . . . . . . . . .2415:40-44, 50-54 . . . . . .1815:50-52 . . . . . . . .27, 31

2 Corint ios1:3-5 . . . . . . . . . . . . . . .324:16 . . . . . . . . . . . . . . .275:7 . . . . . . . . . . . .5, 6, 2412:7-8 . . . . . . . . . .16, 1712:9-10 . . . . . . . . . . . . .17

Glatas2:16 . . . . . . . . . . . . . . .213:11 . . . . . . . . . . . .24, 254:13-15 . . . . . . . . . . . . .1 65:22 . . . . . . . . . . . . . . .216:11 . . . . . . . . . . . . .16-17

Efesios2:8 . . . . . . . . . . . . .10, 292:8-9 . . . . . . . . . . . . . . .112:8-10 . . . . . . . . . . . . . .11

Filipenses1:6 . . . . . . . . . . . . . . . .193:8 . . . . . . . . . . . . . . . .32


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Nuestro mundo necesitaescuchar buenas noticias!

Los peridicos estn llenos de malas noticias: las guerras que causan

tanta afliccin, el hambre que consume a pases enteros, las ca-tstrofes del medio ambiente, los desastres naturales que dejan milesde damnificados, el crimen, la pobreza absolu-ta que se va apoderando de ciertas naciones,y el crimen y la violencia que continan incre-mentndose a pesar de los esfuerzos parareducirlos. La letana de tragedias pareceno tener fin!

Jesucristo vino como un mensajero, y elmensaje que proclam fueron las buenasnoticias el evangelio del Reino deDios.

En qu consisten realmente estasbuenas noticias que Cristo anunci?Acaso son tan slo la maravillosa his-toria de su propio nacimiento, vida,muerte y resurreccin? En verdad,todo esto forma parte del increble plan queDios tiene para la humanidad, pero el verdadero evangelioabarca mucho ms.

Es triste decirlo, pero el hombre ha reducido el evangelio a una his-toria que hace nfasis en la persona de Jesucristo, pero que pasa poralto la verdadera profundidad y magnitud del mensaje que nos vino

a traer. Lo que Jess anunci es realmente asombroso; son las noti-cias ms extraordinarias que este mundo enfermo y angustiado pu-diera recibir!

El folleto titulado El evangelio del Reino de Dios explica detallada-mente, con base en las Escrituras, el significado del mensaje que Je-ss predic. Si usted desea recibir esta importante publicacin, ten-dremos mucho gusto en envirsela gratuitamente y sin compromisoalguno de su parte. Solictela hoy mismo a cualquiera de las direccio-nes que aparecen en la ltima pgina de este folleto. t


3:9 . . . . . . . . . . . . . . . .21Colosenses

4:14 . . . . . . . . . . . . . . .231 Tesalonicenses

2:13 . . . . . . . . . . . . . . . .54:15-16 . . . . . . . . . . . .275:19 . . . . . . . . . . . . . . .21

2 Tesalonicenses2:11-12 . . . . . . . . . . . . . .63:3 . . . . . . . . . . . . . . . .21

1 Timoteo2:4 . . . . . . . . . . . . . . . . .64:8 . . . . . . . . . . . . . . .4, 5

2 Timoteo3:12 . . . . . . . . . . . . . . .263:16-17 . . . . . . . . . . . .133:17 . . . . . . . . . . . . . . .14

Tito1:2 . . . . . . . . . . . . . . . .21

Hebreos2:1-3 . . . . . . . . . . . . . . .11

2:3 . . . . . . . . . . . . . . . .21

2:17 . . . . . . . . . . . . . . .116:12 . . . . . . . . . . . . . . .329:27 . . . . . . . . . . . . . . .2410:38 . . . . . . . . . . .24, 2511:1 . . . . . . . . . . .4, 7, 3211:4-7 . . . . . . . . . . . . . .1511:6 . . . . . . . . . . . . .8, 2711:8-10 . . . . . . . . . . . . .1511:11 . . . . . . . . . . . . . .1611:12 . . . . . . . . . . . . . .1611:13-16 . . . . . . . . . . .1811:34 . . . . . . . . . . . . . .2511:35-40 . . . . . . . . . . .1911:36 . . . . . . . . . . . . . .2511:39 . . . . . . . . . . . . . .2711:39-40 . . . . . . . . . . .2411:40 . . . . . . . . . . . . . .3213:8 . . . . . . . . . . . . . . .19

Sant iago1:6-8 . . . . . . . . . . . . . . .121:17-18 . . . . . . . . . . . . .21

1:21-22 . . . . . . . . . . . . .11

1:25 . . . . . . . . . . . . . . .122:14-17 . . . . . . . . . . . . .112:14-17, 21-22 . . . . . . .122:14-26 . . . . . . . . .10, 202:17, 20, 26 . . . . . . . . .112:19 . . . . . . . . . . . . . .6, 92:20 . . . . . . . . . . . .11, 214:6 . . . . . . . . . . . . . . . .115:11 . . . . . . . . . . . . . . .115:14-15 . . . . . . . . . . . . .22

1 Pedro1:6-7 . . . . . . . . . . . . . . .301:24-25 . . . . . . . . . . . . .323:6 . . . . . . . . . . . . . . . .155:7 . . . . . . . . . . . . . . . .19

2 Pedro3:9 . . . . . . . . . . . . . . . . .63:18 . . . . . . . . . . . . . . .21

Apocalipsis11:15 . . . . . . . . . . . . . .3114:12 . . . . . . . . . . . . . .13


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Si desea ms informacinEste folleto es una publicacinde la Iglesia de Dios Unida,una Asociacin Internacional. Laiglesia tiene ministros y congrega-

ciones en Mxico, Centro y Suda-mrica, Europa, Asia, frica, Aus-tralia, Canad, el Caribe y los Es-tados Unidos.

Los orgenes de nuestra laborse remontan a la Iglesia que fun-d Jesucristo en el siglo primero,y seguimos las mismas doctrinasde esa Iglesia. Nuestra comisines proclamar el evangelio del Rei-no venidero de Dios en todo elmundo, para testimonio a todas

las naciones, ensendoles aguardar todo lo que Cristo man-d (Mateo 28:18-20).

Consult as personales

Jess les mand a sus seguido-res que apacentaran sus ovejas(Juan 21:15-17). En cumplimien-to de esta comisin, la Iglesia deDios Unida tiene congregacionesen muchos pases, donde los cre-

yentes se renen para recibir ins-truccin basada en las SagradasEscrituras y para disfrutar delcompaerismo cristiano.

La Iglesia de Dios Unida se es-fuerza por comprender y practi-car fielmente el cristianismo talcomo se revela en la Palabra de

Dios, y nuestro deseo es dar a co-nocer el camino de Dios a quie-nes sinceramente buscan obede-cer y seguir a Jesucristo.

Si usted desea hacer una con-sulta, bien sea sobre algn pasajebblico o sobre la vida cristiana,tendremos mucho gusto en res-ponderle. Adems, si tiene inte-rs en asistir a las reuniones de laIglesia de Dios Unida, ser bien-venido.

Puede dirigir su corresponden-cia a cualquiera de nuestras direc-ciones. Nos dar mucho gustoservirle en todo lo que est anuestro alcance.

Absolutamente gratis

No solicitamos donativos al p-blico. Sin embargo, gracias a lagenerosidad de los miembros dela Iglesia de Dios Unida y de otros

colaboradores que voluntaria-mente respaldan nuestra labor,podemos ofrecer todas nuestraspublicaciones gratuitamente. t

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Otras publi caciones que pueden serle de int ers:

El da de reposo cristiano Cmo entender la Biblia Se puede confiar en la Biblia? Nuestro asombroso potencial humano Qu sucede despus de la muerte? Las fiestas santas de Dios El camino hacia la vida eterna Los Diez Mandamientos La Iglesia que edific Jesucristo

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