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Bogotá D.C. No. 93, domingo 11 de junio de 2006 Página web: http//unperiodico.unal.edu.co Correo electrónico: [email protected] Publicación de la Universidad Nacional de Colombia • ISSN 1657-0987 Medio ambiente Científicos investigan en peces de laboratorio los efectos del glifosato. 18 Una investigación colombiana que le aporta al avance de la biofísica molecular. Ciencia 17 Jurídica Algunos tópicos de la Ley de Justicia y Paz. Análisis. 10 Un mecano biótico florece en la selva amazónica Este proyecto pretende mostrar uno de los pulmones más importantes de la Tierra y convertirse en herramienta de educación formal y no formal. El programa está relacionado con las tareas del Consejo Departamental de Ciencia y Tecnología, los programas “Ondas” de Colciencias y “Saber y gestión”, Nuffic y NPT, de Holanda. Este sendero ecológico, próximo a abrirse, tiene dieciséis hectáreas para que el público aprecie la vida silvestre. 12 2 Elecciones Las perspectivas y consecuencias del concluyente triunfo del Presidente Álvaro Uribe Vélez, el avance del Polo Democrático Alternativo, con Carlos Gaviria a la cabeza, y la crisis y derrota del Partido Liberal son analizadas por el profesor Alejo Vargas Velásquez. Coyuntura Funcionarios públicos profesionales, primer paso para una meritocracia efectiva. 6 P ÁG. 14 Entre las muchas actividades que ha gene- rado la Universidad Nacional se encuen- tran las cátedras Jorge Eliécer Gaitán, de reciente creación, que en su primera versión, “Pluralismo, legitimidad y economía política. John Rawls (1921-2002)”, quiere destacar a este pensador, que inspiró la definición de concep- tos fundamentales en la Constitución Política de 1991, y la cátedra Ma- nuel Ancízar, que en esta versión destaca los derechos de la niñez para generar inquietudes acerca de la vigencia de estos derechos, analizar su situación actual, las perspectivas futuras y los nuevos debates desa- rrollados en torno a ellos. Estas cátedras están abiertas a estudiantes, docentes, investigadores y público en general. aulas para todos Cátedras Universitarias: Archivo Unimedios. Transformar la realidad de la niñez en Colombia es uno de los objetivos de esta cátedra

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Bogotá D.C. No. 93, domingo 11 de junio de 2006 Página web: http//unperiodico.unal.edu.co Correo electrónico: [email protected]

Publicación de la Universidad Nacional de Colombia • ISSN 1657-0987

Medio ambienteCientíficos investigan en peces de laboratorio los efectos del glifosato.

18Una investigación colombiana que le aporta al avance de la biofísica molecular.

Ciencia17JurídicaAlgunos tópicos de la Ley de Justicia y Paz. Análisis.

10

Un mecano biótico florece en la selva amazónicaEste proyecto pretende mostrar uno de los pulmones más importantes de la Tierra y convertirse en herramienta de educación formal y no formal. El programa está relacionado con las tareas del Consejo Departamental de Ciencia y Tecnología, los programas “Ondas” de Colciencias y “Saber y gestión”, Nuffic y NPT, de Holanda. Este sendero ecológico, próximo a abrirse, tiene dieciséis hectáreas para que el público aprecie la vida silvestre. 122

EleccionesLas perspectivas y consecuencias del concluyente triunfo del Presidente Álvaro Uribe Vélez, el avance del Polo Democrático Alternativo, con Carlos Gaviria a la cabeza, y la crisis y derrota del Partido Liberal son analizadas por el profesor Alejo Vargas Velásquez.

CoyunturaFuncionarios públicos profesionales, primer paso para una meritocracia efectiva.

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Entre las muchas actividades que ha gene-rado la Universidad Nacional se encuen-tran las cátedras Jorge Eliécer Gaitán, de reciente creación, que en su primera versión, “Pluralismo, legitimidad y economía política. John Rawls (1921-2002)”, quiere destacar a este pensador, que inspiró la definición de concep-tos fundamentales en la Constitución Política de 1991, y la cátedra Ma-nuel Ancízar, que en esta versión destaca los derechos de la niñez para generar inquietudes acerca de la vigencia de estos derechos, analizar su situación actual, las perspectivas futuras y los nuevos debates desa-rrollados en torno a ellos. Estas cátedras están abiertas a estudiantes, docentes, investigadores y público en general.

aulas para todos

Cátedras Universitarias:

Archivo Unimedios.Transformar la realidad de la niñez en Colombia es uno de los objetivos de esta cátedra

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Política

El Presidente Álvaro Uri-be ganó su reelección presi-dencial como estaba previs-to. Sólo que de manera más contundente de lo pronos-ticado. Por ello las sorpre-sas no fueron la elección del candidato-presidente, sino lo categórico del triunfo, de un lado, y el posicionamien-to de Carlos Gaviria como el jefe natural de la oposición, barriendo con el liberalismo, que quedó sumido en una gran crisis.

En las elecciones presi-denciales estaban en juego varios aspectos: el volumen de abstención electoral, ¿si habría o no segunda vuelta presidencial?, ¿cuál sería el margen del triunfo del candi-dato-presidente? y si el Polo Democrático Alternativo se posicionaría como la prime-ra fuerza de oposición.

En relación con la abs-tención, se puede afirmar que la tendencia histórica se mantuvo relativamente inva-riable. Es decir, hubo un lige-ro aumento de participación en relación con las eleccio-nes de Congreso –situación normal en un régimen presi-dencial en el que la elección que genera el mayor entu-siasmo es la del Presidente–, pero igualmente se mantuvo en las tendencias históricas, cerca del 55%, y no se dispa-ró de manera descontrolada –como se temía por algunos, considerando que esto per-judicaría fundamentalmente al candidato-presidente–, en el contexto de una elección que en principio no suscita-ba mayor interés, por cuanto el ganador estaba predeter-minado y con una campaña presidencial bastante abu-rrida. No hay duda de que estimular la participación electoral sigue siendo un de-safío para el sistema político colombiano, por cuanto esto deja una franja importante de electores que se abstienen de opinar y que, en últimas, plantea interrogantes diver-sos acerca de cuáles serían sus preferencias y motivacio-nes para no participar.

Tanto la participación electoral, como la contun-dencia del triunfo del candi-dato-presidente, ligeramente por encima de los pronósti-cos de las encuestas de opi-nión y sacándole al segundo una amplia diferencia, resol-vieron claramente el interro-gante de si era o no necesaria una segunda vuelta electoral.

La mayoría de los votantes dieron una clara respuesta al apoyar en un 62.2% al triun-fador –nueve puntos porcen-tuales por encima de la victo-ria en su primer mandato–. Después del desgaste de cua-tro años de gobierno, no hay duda de que, con el millón y medio de votos adicionales de apoyo en relación con su primera elección, los votan-tes le estaban dando un claro mandato de continuidad. Es claro que el Presidente Uribe

queda con una capacidad de maniobra política muy gran-de frente a su propia coali-ción y por supuesto frente a las fuerzas de la oposición, lo que denominan un margen alto de gobernabilidad.

Una reflexión importan-te es acerca de las razones posibles de los votantes para renovar el mandato presiden-

cial. Si hace cuatro años se señalaban como razones fun-damentales la fatiga con la acción de la guerrilla, y espe-cialmente con el proceso del Caguán que no parecía tener ningún sentido, la influencia que esto parecía tener en el comportamiento de la eco-nomía, así como el ambiente creado por la “guerra contra el terrorismo” del gobierno Bush, no hay duda que en esta ocasión la reelección se explica por otras razones.

Creemos que pesa mu-cho en la decisión de los elec-tores la satisfacción con la percepción de seguridad que existe y por supuesto con la política de “seguridad demo-crática”, que ha sido el eje del primer gobierno Uribe, pero igualmente una percepción positiva del comportamiento de la economía y, sobre todo,

un estilo de gobierno que ha calado en importantes secto-res de la sociedad colombia-na: un Presidente que tiene una gran voluntad para tra-bajar, que está cercano a los problemas de los ciudadanos y que los escucha –allí los consejos comunitarios como mecanismo de gobierno y la criticada microgerencia del Presidente, por el contrario parecen tener gran acepta-ción en los votantes– y, adi-cionalmente, que es percibi-do como un gobernante con don de mando. Todo ello, sin duda, configura un estilo de gobierno que tiene acepta-ción mayoritaria en los co-lombianos.

Ahora bien, no hay duda de que el candidato Carlos Gaviria y el Polo Democrático Alternativo son los otros gran-des ganadores en la contien-da. La votación obtenida –la más alta en la historia de las participaciones electorales de la izquierda, aun cuando la Alianza Democrática M-19 obtuvo un mayor porcentaje en la elección de la Asamblea Constituyente del 91– y el he-cho de haber sido mayoría en dos Departamentos lo ponen en el lugar privilegiado del partidor para los próximos eventos electorales.

Carlos Gaviria recibió un mandato claro de sus electo-res: ser, a partir de ahora, el jefe natural de la oposición al gobierno Uribe. Y tiene el desafío de cumplir ese rol de manera adecuada. Pero adi-cionalmente se convierte en el indiscutible jefe del PDA y seguramente en el dirigente que debe ser capaz de arbi-trar las diferencias internas y lograr que esta fuerza po-lítica de izquierda se conso-lide, tanto en las elecciones regionales y locales del 2007, como en las de Congreso y Presidente del 2010. Porque muchos votantes de Carlos Gaviria, si bien es probable que no sean exactamente mi-litantes del PDA, son parte de esa franja de opinión que se desplaza de acuerdo a las cir-cunstancias. Va a depender mucho de la orientación y conducción política que esta fuerza tenga, el que esos ciu-dadanos se sientan a gusto en el PDA y no tengan que ‘migrar’ hacia otra opción política.

Se va a presentar una singularidad y es que la opo-sición del PDA en el Con-greso es cuantitativamente menor que lo que represen-tan en términos de opinión los votantes que le dan ese mandato a Carlos Gaviria. Por ello, la oposición de Car-los Gaviria no sólo se debe expresar en la contribución de orientar la bancada del PDA en el Congreso, sino en

Alejo Vargas Velásquez

Profesor Titular Universidad

Nacional

Desafíos de su segundo mandatoÁlvaro Uribe: El profesor Alejo Vargas hace un balance de lo que podría ser el futuro político del país y de los partidos.

El nuevo gobierno de Uribe tendrá que impulsar en el Congreso y la sociedad la aprobación del TLC con los Estados Unidos. Este será un campo adicional de disputas políticas y sociales. El problema no es la mayoría parlamentaria, de la que dispone holgadamente, sino de la movilización social en contra, que con alta probabilidad va a presentarse.

El triunfo del presidente expresa la satisfacción con que se percibe la política de “seguridad democrática”

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los medios de comunicación y en el acompañamiento a formas de oposición social extraparlamentarias.

El Partido Liberal debe asumir la gran crisis que venía viviendo desde hace un tiem-po. Sin embargo, deberíamos ser prudentes en decretar desde ya su desaparición, porque en el pasado los dos partidos tradicionales, liberal y conservador, han mostrado una gran capacidad de so-brevivencia. Lo que sí parece definitivo es el fin del pre-dominio del bipartidismo. La izquierda política llegó para quedarse y con opciones de crecimiento muy halagado-ras. Las opciones liberales parecen ser dos, ambas con espacios pequeños de ma-niobra y con incertidumbres acerca de su futuro: o recom-poner su liderazgo partidista y situarse como una fuerza de oposición al lado del PDA –no hay que olvidar que la fuerza parlamentaria del Par-tido Liberal es mayor que la del PDA–, o hacer un proceso de acercamiento con los li-berales que habían emigra-do hacia la coalición uribista y convertirse en una fuerza política más de dicha coali-ción de gobierno. Pareciera que ese espacio de centro en que quisiera situarse un par-tido como el Liberal cada vez está más copado tanto por la izquierda del PDA como por la derecha de la coalición uribista.

¿Cuáles son los desafíos del segundo gobierno de Ál-varo Uribe?

Todo indica que se si-túan en tres grandes campos de la acción pública: la políti-ca social, el conflicto interno armado y la política exterior.

En relación con la políti-ca social, hay una gran expec-tativa no solo en los votantes que apoyaron al candidato-presidente, sino en todos los colombianos. Se consideraba que el primer mandato te-nía el énfasis en la seguridad y que en este segundo, sin abandonar la “seguridad de-mocrática”, la prioridad esta-ría en el campo de la política social, englobando en esta denominación los problemas de pobreza, exclusión y equi-dad. Por ello políticas públi-cas como las de vivienda so-cial, educación, salud y em-pleo deben ser prioritarias. la oposición política debe tener allí igualmente puestas sus antenas, para monitorear el desarrollo de ellas.

En lo que tiene que ver con la solución del conflicto interno armado encontra-mos una especie de parado-ja: al tiempo que hay amplia satisfacción en sectores ma-yoritarios de la sociedad con la “seguridad democrática”, las encuestas reflejan una mayoritaria opinión –similar a la que votó por el candida-to-presidente, es decir, por encima del 62%– que consi-dera que la solución políti-ca negociada es la que debe imponerse frente al conflicto interno armado. Todo indica que el nuevo gobierno Uribe además de mantener la “se-guridad democrática” debería plantear una política de bús-queda de la solución política negociada que, al tiempo que consolida los acercamientos con el ELN en un proceso de conversaciones sólidamente estructurado, permita viabili-zar el “acuerdo humanitario”

que se convierta en la puerta de entrada a un proceso de conversaciones con las Farc. Allí va a ser muy importante el realismo con que las Farc valoren el actual panorama político colombiano y en-tiendan que no tiene sentido mantener a las personas se-cuestradas cuatro años más por razones políticas y que el tiempo de la negociación parece estarse acercando.

El segundo mandato de Uribe va a tener que manejar muy bien, de una parte, la condición de aliado estraté-gico de Estados Unidos, por su dependencia en cuanto a la financiación del Plan Co-lombia y el Plan Patriota, y, en segundo lugar, con gran pragmatismo, reconocer las realidades políticas regiona-les de Sudamérica y tratar de tener buenas relaciones con gobiernos con los que

hay distancias ideológicas y políticas. Ante la crisis de la Comunidad Andina de Na-ciones, probablemente el escenario de la Comunidad

Suramericana de Naciones puede ser el adecuado pa-ra concretar esta política de “buen vecino”. Con Venezuela se debe avanzar con realismo hacia un acuerdo bilateral que sirva de paraguas para la dinámica relación comer-cial entre las dos economías. Igualmente, la agenda con la

Unión Europea debe diversi-ficarse y en ello puede ser de gran importancia una flexibi-lización en la política de paz negociada con la guerrilla,

incluido un tema sensible co-mo el acuerdo humanitario, y un impulso al proceso de integración suramericano.

Finalmente, el nuevo gobierno de Uribe tendrá que impulsar en el Congreso y la sociedad la aprobación del TLC con los Estados Unidos. Este será un campo adicio-

nal de disputas políticas y sociales. El problema no es la mayoría parlamentaria, de la que dispone holgadamente, sino de la movilización social

en contra, que con alta pro-babilidad va a presentarse.

Todo indica que tendre-mos Uribe para rato y la opción futura de relevo seguramen-te se configurará alrededor de una izquierda política creíble y con una candidatura que refle-je una propuesta para el país y no solamente para un sector.

Por ello las sorpresas no fueron la elección del candidato-presidente, sino lo categórico del triunfo, de un lado, y el posicionamiento de Carlos Gaviria como el jefe natural de la oposición, barriendo con el liberalismo, que quedó sumido en una gran crisis.

El Polo Democrático Alternativo se convirtió en la segunda fuerza política del país Archivo.

El partido Liberal deberá reponerse luego de la crisis de las elecciones del pasado 28 de mayo Archivo.

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Economía

Después de varios me-ses de tranquilidad y de bue-nos resultados en las ope-raciones de la Bolsa de Va-lores, pero de preocupante comportamiento de la tasa de cambio, la turbulencia en los mercados hizo de nuevo su aparición, y trajo consigo el natural nerviosismo entre los agentes del mercado, que vieron esfumar parte impor-tante de las utilidades obte-nidas el año pasado.

Como es apenas obvio, no han faltado las explicacio-nes de los especialistas sobre las causas del fenómeno. Se destacan entre ellas las re-lacionadas con el ajuste de algunas variables a las nue-vas condiciones que impone la continuación de la políti-ca de aumento de las tasas de interés, adoptada por la Reserva Federal en previsión de un brote inflacionario en Estados Unidos.

Presentado el caso de manera bien simple, es váli-do decir que los malestares de la economía de los Esta-dos Unidos de inmediato se reflejan en el ámbito inter-nacional. En especial en los países subdesarrollados. Ni más ni menos. La integración de los mercados, producto de la internacionalización de las economías, es lo que produ-ce el fenómeno descrito. Por tal razón, para no incurrir en equivocaciones o en interpre-taciones que puedan resultar sesgadas, conviene examinar con el mayor rigor posible el panorama de la globalización en el ámbito financiero.

La globalización

El concepto de la glo-balización tiene significados diversos, pero todos ellos apuntan en la dirección de la creciente influencia de los procesos económicos, socia-les y culturales de alcance mundial sobre aquellos de carácter nacional o regional. Se considera un caso de dis-minución multilateral de las restricciones normativas al libre movimiento de bienes y servicios a través de las fron-teras nacionales y regionales.

Contra lo que algu-nos pudieran pensar, no se trata de un proceso nuevo, puesto que tiene raíces muy profundas. Eso sí, los fuer-tes cambios en los espacios y los tiempos que ha generado la revolución de las comuni-caciones y la información le dan nuevas dimensiones en comparación con el pasado.

La explosión del desa-rrollo financiero en el ámbito mundial ha abierto, sin duda, oportunidades de financia-miento y cobertura de riesgos financieros, pero al mismo tiempo ha vuelto evidentes los inmensos problemas que provoca la asimetría entre las fuerzas dinámicas del mer-cado y la debilidad de los marcos institucionales que lo regulan. La coexistencia de la globalización financiera con políticas macroeconómicas nacionales, que aún se dise-ñan en función de intereses y contextos internos, da origen a no pocas tensiones para los

países en desarrollo, sujetos a incertidumbres generadas por las políticas macroeco-nómicas adoptadas por los países industrializados, a los que poco o nada les impor-tan los efectos que ellas ten-gan sobre el resto del mundo y carecen de mecanismos de coordinación para garantizar su coherencia global. A ello se agregan los problemas pro-pios del mercado financiero, en especial la volatilidad y los fenómenos de “contagio”, que han golpeado fuertemente a los países de América Latina.

Tal como lo han sosteni-do en forma reiterada orga-nismos internacionales, co-mo la CEPAL, y connotados analistas, la inestabilidad fi-nanciera es la manifestación más evidente, pero no la úni-ca, de la progresiva asimetría entre el dinamismo de los mercados y la ausencia de una gobernabilidad econó-mica adecuada, característi-ca del mundo actual.

La inestabilidad financiera

Los mercados interna-cionales de capitales han cre-cido excepcionalmente des-de mediados de los sesenta. Si bien ello refleja en parte la expansión de la economía mundial, el aumento del co-mercio internacional y la glo-balización de la producción, los movimientos de capitales están vinculados también con factores puramente financie-ros, que han aumentado a un

ritmo notablemente rápido. En particular desde los no-venta (Ffrench-Davis, 2005)1. No obstante, resulta prema-turo hablar de mercados fi-nancieros integrados, puesto que la movilidad del capital internacional está lejos de ser perfecta y aún predomina un fuerte sesgo “nacional”.

La forma como ha evo-lucionado el mercado es causa de controversia. En un lado de la mesa están aque-llos que ven la creciente in-tegración como un signo de mayor eficiencia. Según esta interpretación, los mercados están superando la represión financiera que caracterizaría a una ineficiente regulación gubernamental. En el otro la-do están aquellos que consi-deran que todo flujo de capi-tal constituye una especula-ción de alto riesgo o amenaza la soberanía nacional. Por su-puesto, entre esos dos extre-mos hay numerosas posturas intermedias que reconocen las importantes ventajas po-tenciales de algunas formas de movilidad del capital in-ternacional a las que tam-bién preocupan cuestiones como la volatilidad, compo-sición y plazos de los flujos y la necesidad de asegurar que resulten compatibles con la estabilidad macroeconómica real, la competitividad siste-mática, el crecimiento y la equidad social.

Es cierto que los flujos de capital son potencialmen-te una variable valiosa en el

desarrollo económico. Sin embargo, la naturaleza inter-temporal de las transaccio-nes financieras y lo incom-pleto de los instrumentos e instituciones existentes con-tribuyen a que los mercados financieros se sitúen entre los de funcionamiento más im-perfecto en la economía de mercado. En efecto, los flujos financieros son propensos a grandes altibajos, a periodos de sobreoptimismo y sobre-pesimismo y a generar pre-cios y cocientes internos de línea (outliers) durante pro-longados periodos (Rodrik, 1998; Stiglitz, 1994).

El régimen de cambios en países como Colombia es objeto de dos demandas contrapuestas que reflejan los menores grados de liber-tad que enfrentan las auto-ridades económicas en un mundo con menores alterna-tivas eficaces de política ma-croeconómica (Cepal, 2001)2. La primera demanda viene del comercio exterior que, con el desmantelamiento de las políticas comerciales tradicionales (restricciones arancelarias y no arancela-rias), ha transformado el tipo de cambio en el determinan-te clave de la competitividad

internacional y la asignación eficiente de recursos en el sector transable.

La segunda demanda viene de la cuenta de capi-tales. La volatilidad de los mercados internacionales requiere la presencia de va-riables que sean capaces de absorber en el corto plazo los shocks externos transitorios, tanto positivos como nega-tivos. Dado que la política monetaria ha perdido efica-cia –lo ocurrido en el país durante los últimos días así lo demuestra–, el tipo de cam-bio puede jugar un papel cla-ve si ayuda a absorber dichos shocks.

Este objetivo no puede ser fácilmente conciliado con las demandas del intercam-bio comercial hacia la políti-ca cambiaria, en especial con una estrategia de crecimiento basada en la expansión ace-lerada de las exportaciones y su diversificación hacia ma-yor valor agregado (Ffrench-Davis y Ocampo, 2001)3. Si eso es así, el mejor camino que se puede escoger no es otro que adoptar un régimen de flexibilidad cambiaria ad-ministrada, que ayude a re-solver los problemas del ac-tual sistema.

Observatorio Fiscal y Monetario del Centro

de Investigaciones para el Desarrollo (CID) de

la Facultad de Ciencias Económicas

GlobalizaciónVolatilidad de los mercados:

a medias

La inestabilidad financiera es la manifestación más evidente de la progresiva asimetría entre el dinamismo de los mercados y la ausencia de una gobernabilidad económica adecuada, señalan los investigadores del CID autores de este artículo.

1 Ffrench-Davis, Ricardo, Reformas para América Latina, después del fundamentalismo neoliberal, Siglo veintiuno editores,

2005. 2 Stallings, Barbara, y Peres, Wilson, Crecimiento, empleo y equidad. El impacto de las reformas económicas

en América Latina y el Caribe, Fondo de Cultura Económica, 2000. 3 Comisión Economica Para América

Latina, Cepal, Equidad, Desarrollo y Ciudadanía, Alfomega editores, 2001. Citado en el documento.

Archivo.Las decisiones económicas que se toman en Estados Unidos conllevan profundas implicaciones para el resto del mundo, en especial para los países subdesarrollados.

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Opinión

Cuando los colombia-nos vivimos una jornada electoral, es común escuchar o leer en algún medio de co-municación acontecimientos relativos al intercambio de empleos, becas, tejas y has-ta tamal con chocolate por votos. Esta información lleva consigo una valoración ne-gativa de estos fenómenos, que se observa claramente en los términos de denuncia que caracterizan al discur-so que los presenta. Buena parte de los investigadores que le han dado tratamien-to a este tipo de hechos los juzgan como “patológicos”, “perniciosos” e “impresenta-bles”, antes de llevar a cabo el análisis pertinente. Esto es evidente en las presentacio-nes e introducciones, que se proponen brindar elementos para ayudar a erradicarlos o presentarlos como muestra del “subdesarrollo de nuestra cultura política”. Esta valora-ción negativa obstaculiza la comprensión del clientelis-mo, al tender a desdeñar y/o dar por sentados los moti-vos por los que los actores participan en la relación (v.g. escasez de recursos o subor-dinación a un líder político).

Además, deja de lado una pregunta que ha sido poco trabajada: ¿los actores partícipes en una relación clientelista cómo compren-den el ejercicio de la políti-ca? Es evidente que la par-ticipación y el ejercicio de la política no se reducen al clientelismo que se presenta en las jornadas electorales. Por todos es sabido que hay otras formas de ejercer la po-lítica fuera de las urnas (des-de un cabildo abierto hasta la confrontación armada) y dentro de ellas (el respaldo a un líder carismático). Sin em-bargo, sugerir elementos que permitan una mejor com-prensión del clientelismo nos ayudarán a discernir (por lo menos en parte) cómo conci-ben el ejercicio de la política algunos electores.

Usualmente se ha en-tendido el clientelismo co-mo una relación en la que un “patrón”, con más poder y recursos, subordina a un “cliente” que, ante la necesi-dad de hacerse a los recursos, ofrece lealtad y servicios per-sonales (incluido el voto). Se puede apreciar claramente, siguiendo esta noción gene-ral, por qué este fenómeno se ha valorado negativamente. En una democracia electoral, el voto supuestamente debe ser el producto del libre al-bedrío del elector, que le per-mite escoger el candidato de su preferencia. En concreto, ello presume que el sufragan-te puede aislarse de cualquier tipo de presión (económica o de otra clase), escoger un representante entre varios (siguiendo el juicio que sobre cada uno de ellos tenga) y producto de ello depositar su voto (o no hacerlo) como ex-presión de su opinión indivi-dual. Como se puede apreciar, la situación del votante se entiende en términos “imagi-narios”: por el contrario, él siempre va a estar sujeto a presiones (culturales y mate-

riales) por parte de otros. Eso influirá sobre la escogencia de su candidato. Así, “el acto de votar” no solo evidencia una opinión individual, sino cómo sus relaciones sociales influyen sobre la selección de los funcionarios políticos estatales y, por tanto, su con-cepción del Estado.

El clientelismo es una forma de relación social que incluye el intercambio de be-neficios (producto de la tran-sacción de bienes y servicios). Hasta ahora el núcleo de los estudios sobre el clientelismo en Colombia ha privilegiado el examen de las característi-cas del intercambio de bienes y servicios presentes en la re-lación (qué se negocia, cómo, con quiénes...). Los benefi-cios que espera recibir u ofre-cer pueden o no ser definidos de antemano. En el momento en que se lleva a cabo la tran-sacción no se determina a priori (si es primero el tamal que el voto o viceversa es algo que puede variar). No obs-tante, las partes involucradas se comprometen (de mayor o menor grado) a ofrecer el beneficio que el otro espera recibir. En un contexto donde lo “bien visto” es la influencia argumental discursivamente

presentada, cuando ella es material y concreta literal-mente se “pone el grito en el cielo”: ¿cómo es posible que alguien se deje influir por el ofrecimiento de una beca? Lo que “usted” debe hacer es dejarse influir por argumen-

tos. Pero lo que habría que preguntarse es: ¿por qué un elector está dispuesto a reci-bir este tipo de ofrecimientos y otro a brindarlos?

Ello indica qué poca atención se ha brindado a la forma como los actores valo-ran los beneficios recibidos, que puede ir más allá del valor de uso y de cambio de aque-llos. Es posible que signifi-que algo más que la expresión de “lealtad” u ofrecimiento de “seguridad” por parte de quien los otorga. Para que los beneficios sean transados

es necesario que se vea en la participación electoral un mecanismo adecuado para conseguirlos. Por lo tanto, es menester indagar por el senti-do que sus partícipes les dan a las relaciones electorales que construyen, la valoración que

hacen del intercambio, la cul-tura en la que están inmersos y, a partir de ahí, discernir có-mo ellos perciben en el ejer-cicio de la política un medio adecuado para conseguir los beneficios buscados.

Estos beneficios, el inter-cambio y la valoración que se hace de ellos se encuentran conectados con las relaciones de poder entre los partícipes del clientelismo. Las carac-terísticas de estas relaciones y el poder en los estudios sobre la materia han tendido a darse por sobreentendidos

antes de ser observados. Se ha concebido usualmente como el producto de una po-sición estructural (las clases altas tienen más poder que las bajas), como un recurso o recursos (entre otros, poder = dinero), como sustancia (un trofeo que de antemano se tiene) y/o como sinónimo de dominación (siempre unos mandarán y otros obedece-rán). En general, lo anterior hace que se deje de lado el examen del ejercicio del po-der por parte de los clien-tes (los que ofrecen votos y servicios a un candidato) y los patrones (los que brindan tamales, tejas, trabajo). Es preciso comenzar a estudiar las estrategias que ellos utili-zan en la relación clientelista para el logro de sus propó-sitos, cómo son concebidos y utilizados los mecanismos electorales y, finalmente, có-mo contribuyen a construir la influencia (premeditada o no) sobre la construcción de la política y el Estado.

Así, antes de “denun-ciar” y valorar negativamente las prácticas clientelistas, es necesario comenzar a inda-gar las dinámicas que carac-terizan su funcionamiento en términos del intercambio de beneficios, el sentido que los actores le otorgan a su

participación en ellas y las relaciones de poder que se configuran para el logro de sus objetivos. Esto permitirá, además, comprender por qué se acude a los mecanismos de participación electoral pa-ra la consecución de estos beneficios, cómo las particu-laridades de este fenómeno influyen en el funcionamien-to del Estado, cómo lo perci-ben los actores, que esperan que los tenga en cuenta, y, fi-nalmente, cómo interpretan la política y cómo entienden su participación en ella.

Nicolás Jaramillo Politólogo y estudiante

de la Maestría en Socio-logía de la Universidad Nacional de Colombia.

Docente Pontificia Uni-versidad Javeriana.

El clientelismo ha sido valorado como un fenómeno negativo, pero no han sido estudiadas sus dinámicas, sostiene el profesor Jaramillo.

Así, antes de “denunciar” y valorar negativamente las prácticas clientelistas, es necesario comenzar a indagar las dinámicas que caracterizan su funcionamiento en términos del intercambio de beneficios, el sentido que los actores le otorgan a su participación en ellas y las relaciones de poder que se configuran para el logro de sus objetivos.

Clientelismo y ejercicio

político

Archivo Unimedios.

El clientelismo: ¿cómo ayuda en la construcción de la política y el Estado?

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Coyuntura

Los resultados de las elecciones presidenciales del 28 de mayo generaron un sinnúmero de cábalas y pronósticos sobre el futuro modelo político y económico del país. Entre las conclusio-nes más destacadas está el posible relevo político en el 2010 por medio de fuerzas “pendulares” que plantean un cambio significativo en la administración pública, su política y su agenda pa-ra el 2010 (¿o talvez 2014?). Algunos asocian el cambio con la izquierdización (i.e. el Polo Democrático como potencial ganador en los co-micios del 2010). Otros, más temerarios, plantearíamos cambios como consecuencia de acuerdos o alianzas entre movimientos políticos alter-nativos a las actuales alianzas (por ejemplo, acuerdos entre ex alcaldes del Distrito Capi-tal), para hacer frente a las alianzas que actualmente se encuentran en el poder (i.e. uribismo, partido conserva-dor y disidentes del partido liberal).

Sin embargo, los resul-tados de una investigación1 muestran la posibilidad de que este cambio haya co-menzado hace años y que no está exclusivamente asocia-do a la política (Hernández y Dueñas, 2005). Dichos re-sultados plantean un cambio gradual durante los últimos años, asociado con una ma-yor profesionalización y tec-nificación de los funcionarios públicos, al menos a nivel de la administración pública central. Es un fenómeno si-milar a lo acontecido en paí-ses desarrollados (pero con todas las limitaciones de un país en desarrollo), donde los relevos de los cargos políticos sólo ocurren de forma limita-da y en los cargos que requie-ren contar con representan-tes de los grupos actuales del poder. Esto con el propósito de conservar una armonía con la política pública glo-bal sin perder la autonomía

y coherencia de la burocracia de la entidad, con sus cargos profesionales y sus respecti-vos mecanismos de ascenso. El economista Max Weber, a principios del siglo XX, rela-cionaba estas fuerzas a las burocracias estatales moder-nas, como Inglaterra en el si-glo XIX, y otros autores, más recientemente, lo atribuyen a casos de burocracias estata-les desarrollistas de algunos países, como Corea en el si-glo XX (Evans, 1995).

En 10 entidades oficia-les analizadas (ver Tabla), los

egresados de universidades alternativas a las convencio-nales presentan altos niveles de participación en cargos de la administración públi-ca central en Colombia. Las universidades y sus egresa-dos que se han constituido en alternativas son: Univer-sidad Nacional, Externado y del Rosario (ver Tabla) y las universidades que conven-cionalmente detentaban el monopolio de la administra-ción pública central (y aún lo tienen), de acuerdo a la tesis doctoral del académico francés François Serres, son la Javeriana y los Andes. El conocimiento convencional enfatiza que los egresados de universidades alternativas tienen una mayor partici-pación, pero solamente en cargos de mediano y no de alto poder. En términos po-pulares, en el mejor de los casos, terminaban siendo los “cargaladrillos” de otros,

sin mayores posibilidades de ascenso. Con estos nue-vos resultados, dichos mitos quedan revaluados, puesto que encontramos egresados de estas cinco universidades tanto en cargos medios como altos. Esto quiere decir que la vía para obtener cargos altos a través de la contratación, exclusiva de egresados de una o dos universidades con-vencionales, no es la única. Parecen existir serios indicios de otras vías de ascenso.

No obstante, debe acla-rarse, no se trata de estig-matizar a los egresados de

unas universidades con los cargos “políticos” y a otros con los cargos “técnicos”, los conocidos “tecnócratas”. De ninguna manera. Se trata de asociar la presencia de egre-sados que provienen de uni-versidades alternas con nue-vos mecanismos de selección en ascenso frente a mecanis-mos que han imperado tra-dicionalmente en Colombia. También debe aclararse que esto no se traduce en que existen indicios de una con-vergencia hacia mecanismos de selección meritocráticos. Sólo significa que los nuevos mecanismos de selección, alternativos, coexisten junto a mecanismos de selección más convencionales.

Así, encontramos egre-sados de universidades no tradicionales que hace re-lativamente poco tiempo no poseían una participa-ción relativamente grande a nivel central, ni obtenían cargos de alta responsabili-dad. Los nuevos egresados representan una fuerza que eventualmente renovaría los actuales cargos con nuevos modelos mentales, diferentes percepciones de la realidad y, por ende, nuevas agendas de política. Cabe hacerse la pregunta: ¿estaremos en vía de contar con una adminis-tración pública capaz de au-totransformarse, adaptarse y evolucionar con respecto a los cambios que requieren y exigen el entorno nacional y,

en particular, el latinoame-ricano (Rodríguez, Barrett y Chávez, 2006)? De ser así, el posible relevo dentro de la administración, debido a mecanismos de selección al-ternativos al político, puede constituir un cambio mucho más esencial y amplio que una simple lucha política por la administración pública.

Una visión limitada, basada en sólo dicotomías heredadas de izquierda-de-recha, universidad privada-universidad pública, nos hace perder de vista el pun-to realmente importante: la necesidad de generar en la administración pública una capacidad interna de auto-transformación y adaptación por medio del surgimiento de una clase de funcionarios técnicos y profesionales ba-sada en mecanismos meri-tocráticos de selección. Esto se constituiría en el blindaje que las administraciones pú-blicas (de todo nivel) requie-ren para la continuidad de las políticas de Estado priori-tarias para una sociedad mo-derna y, además, para hacer frente a los vaivenes políticos en el cambio del poder. Sin embargo, es imprescindible la convivencia de estos me-canismos meritocráticos jun-to con otros mecanismos de selección, como la política, dado que el objetivo de esta última es la acción colecti-va para el desarrollo social (Evans, 1995; Weber, 1922).

Referencias bibliográficas

• Evans, Peter (1995). Em-bedded Autonomy. Prince-ton, NJ: Princeton University Press.

• Hernández, Iván, y Marco Dueñas (2005). “Contribución al debate sobre Debate sobre la Educación y el Mercado Laboral en la Administración Pública en Colombia”. Revista Innovar. Jul-dic. 2005.

• Rodríguez, César, Patrick Barrett y Daniel Chávez (2006). La nueva izquierda en América Latina. Sus orígenes y trayectoria futura. Bogotá: Editorial Norma.

• Weber, Max (1922 [2004]). Economía y sociedad. Fondo de Cultura Económica.

* Entidades analizadas: Pre-sidencia de la República, Mi-nisterios de Medio Ambiente, Comercio, Cultura, Hacienda, Interior y de Justicia, Minas y Energía, Banco de la Repúbli-ca, Departamento Nacional de Planeación (DNP), y Departa-mento Administrativo Nacio-nal de Estadística (DANE).

Iván Hernández Ph.D en Eco-

nomía. Docente Facultad Ciencias

Económicas

La profesionalizaciónadministración pública

de la

Según las investigaciones, sí es viable que una nueva generación de profesionales y técnicos, surgidos de una meritocracia, sea la que rija los destinos futuros de la administración pública en Colombia.

Una visión limitada, basada en sólo dicotomías heredadas de izquierda-derecha, universidad privada-universidad pública, nos hace perder de vista el punto realmente importante: la necesidad de generar en la administración pública una capacidad interna de autotransformación y adaptación por medio del surgimiento de una clase de funcionarios técnicos y profesionales basada en mecanismos meritocráticos de selección.

1 Estos resultados son tan sólo los preliminares de una investigación de más largo aliento, que requiere de

datos más extensivos de la administración pública, no sólo a nivel central, sino municipal y departamental entre otros.

Archivo Unimedios.

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Ensayo

No es fácil para la mujer conseguir la fotografía de la amante de su esposo, pero la consiguió y, con ella, la foto de la hija de la otra con él. Ahora sí está lista para termi-nar el trabajo de amarre de su indisciplinado consorte. Hace ya un par de semanas que compró el muñeco de cera en forma de vela ne-gra que le mandó adquirir el brujo y su esposo ni se ha enterado de que le robó los calzoncillos blancos, eso sí le tocó robarse unos de los que no están nuevos, para que no se diera cuenta. Con el muñeco, la tachuela y los alfileres le hizo el rezo al mu-ñeco, le escribió el mensaje en los calzoncillos y con ellos envolvió el muñeco, después lo amarró con una cinta roja y le escribió el nombre de él y tres veces la leyenda “te amarro a tu hogar”, tal cual le dijo el brujo. Inmediatamen-te se fue para el cementerio y lo dejó en la tumba donde ya había dejado las fotos de él: dos fotos tamaño cédula a las que les clavó dos alfile-res en cruz en la frente para poder dominarlo. Lo que le costó más trabajo fue escribir la carta a máquina para de-jársela a las almas. En la carta les pedía que él peleara con toda su familia, menos con ella, para que aprendan. Oja-lá el trabajito funcione, pues la cosa se está volviendo cada vez más cara. Sobre todo con la compra de los baños y el quereme. Pero eso sí, ella va a hacer lo que sea para domi-nar a su marido, no se lo va a dejar robar así no más.

La anterior escena se repite una y otra vez en esta metrópoli en donde conviven brujerías y encantamientos junto a congresos científicos y tecnologías de punta. En Bogotá, en la misma cuadra por donde cruza la fibra ópti-ca que nos conecta con la su-perautopista de información vive un brujo que asegura po-der controlar a cuanto esposo disoluto le pongan por delan-te sus atribuladas mujeres. Ciencia y brujería conviven, o por lo menos comparten espacios, sin apenas notar la presencia del otro.

¿Cómo funciona la brujería?

En primer lugar estas prácticas hacen parte de un sistema que se basa en la cosmogonía cristiana cató-lica, pero que no sigue los lineamientos oficiales de las autoridades eclesiásticas. Generalmente, se la llama religiosidad popular o, sim-plemente, brujería. El siste-ma funciona de la siguien-te manera: las almas de las personas que mueren se van para el Purgatorio, en donde sufren tormentos con la es-peranza de llegar alguna vez al Paraíso. Sin embargo, para llegar al Paraíso deben reci-bir muchas oraciones desde la Tierra, lo que quiere decir que los humanos pueden in-fluir en la voluntad divina. Lo interesante es que estas almas están muy apuradas por salir del Purgatorio –de-be ser por aquello de las lla-mas– y hacen favores a cam-bio de oraciones y novenas. Aún más curioso es que los favores que hacen para lle-gar al Cielo pueden ser, en sí mismos, no muy buenos en términos morales: separar a un esposo de su esposa, en-

fermar a alguien, hacer que otro pierda el empleo, etc. La contabilidad del purgatorio también es muy particular, pues no ve qué favores se es-tán pidiendo, sólo cuenta las oraciones que le están llegan-do a esta o aquella alma en particular. Así, mientras las almas de los difuntos se apre-suran a hacer todo tipo de favores, sus intermediarios, los brujos y brujas que po-sibilitan tales intercambios, tienen un trabajo estable.

La brujería funciona como un complejo sistema semiótico en el que diver-

sos códigos se funden para hacer la comunicación más efectiva. En primer lugar, se encuentra el mensaje verbal, oral y/o escrito que siempre se va a utilizar y que tiene un papel preponderante. En segundo lugar, están las imá-genes y también los objetos de diversa índole que entran en relación con los otros có-digos. Así, pues, se crea una gramática de la brujería que manejan profanos y especia-listas con diversos grados de competencia.

Para la realización de los trabajos concretos se utilizan dos métodos tradicionales para afectar a la persona ob-jeto de la brujería: la exten-sión y la imagen. En la exten-sión las personas que man-dan hacer la brujería deben proporcionar algo que sea la extensión del cuerpo de la persona que va a ser afec-tada. Generalmente se trata

de fluidos corporales (sangre, orina, materia fecal, fluidos menstruales) pelos, uñas o ropa interior, preferiblemen-te usada, para que tenga más energía de la persona. En la imagen se deben conseguir fotografías de las personas en cuestión. Estas fotografías se-rán rezadas y atravesadas con alfileres, para poder dominar al afectado. También sirven las fotocopias de las fotogra-fías o, en últimas, un dibujo. De otro lado está el temido muñeco. Este viene en dos presentaciones: un muñeco que se puede comprar en un

almacén y al que se le escribi-rá el nombre de la persona a quien corresponde o un mu-ñeco fabricado especialmen-te para representar al obje-to de la brujería. Este ícono puede ser hecho en madera o en tela y, otra vez, estará atravesado por alfileres.

Resultados

¿Pero funcionan las bru-jerías? Esta es la pregunta más frecuente y la que más respuestas acaloradas recibe. No hay forma de contestar-lo adecuadamente, pues, si se responde que no, siempre habrá alguien que conoce a otra persona que vivió “en carne propia” todos los ho-rrores de la brujería o que pudo efectivamente obtener lo que deseaba con peticio-nes y pases mágicos. Si, por el contrario, se admite la efica-cia de la brujería nunca más

se podrán gozar de las mieles del mundo científico y se se-rá condenado con lapidarios epítetos como “premoderno”, “primitivo” o “supersticioso”. Si bien no se puede saber si la brujería efectivamente fun-ciona, sí podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que la brujería existe y que cumple un papel importante en la circulación del cono-cimiento en muchos grupos sociales. La brujería provee un marco de interpretación con el que la persona puede intentar ejercer control so-bre aspectos de la realidad

que le son adversos. Es decir, el paciente se vuelve agen-te, deviene sujeto de y en su entorno. Así, la enfermedad que los doctores no logran identificar tiene una causa cognoscible: un maleficio. Puedo hacer algo contra el profundo dolor por el des-amor de mi amado: lo em-brujo. Ahora sí voy a salir de estas deudas que me ahogan: el número del chance que me sugiere mi abuelo des-de ultratumba es la solución. Una cosa es cierta: el mundo de la brujería es tolerante e incluyente como el que más. Allí residen sin problema Je-sucristo y sus santos junto al beato José Gregorio, a la Reina María Lionza, al Negro Felipe y al indio Guacaipuru. Allí el agua bendita funciona junto al muñeco rezado en un cordial eclecticismo, que más que sorprendernos nos podría servir de ejemplo.

Néstor Pardo. Docente De-

partamento de Lingûística. Universidad

Nacional

Brujeríay lenguaje

Si bien no se puede saber si la brujería efectivamente funciona, sí podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que la brujería existe y que cumple un papel importante en la circulación del conocimiento en muchos grupos sociales.

La brujería, como parte de la religiosidad popular, dice el autor, les sirve a los creyentes como fuente de respuestas y camino de escape a muchas de sus dudas e incertidumbres.

Brujeríay lenguaje

¿Cómo es ese intercambio que se produce entre los que están en el más allá y aquellos que realizan estas prácticas? Archivo Unimedios.

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Cultura

Freud y Weber son hom-bres de ciencia europeos de la segunda mitad del siglo XIX y la primera mitad del XX. Sus contribuciones a la ciencia se centran en su aporte a la fundación de dos disciplinas, de la mayor importancia para el mundo moderno: el psicoanálisis y la sociología. En el caso del psicoanálisis, su nacimiento implica un viraje frente a la psicología de lo consciente, vigente hasta ese momento. En el caso de la sociología, la contribución de Weber debe verse en conexión con la con-tinuidad crítica de tradicio-nes intelectuales europeas, entre otras, el marxismo, la filosofía kantiana y las socio-logías de Tönnies y Simmel.

Estas disciplinas marca-ron el mundo intelectual del siglo XX y continúan siendo de importancia primordial en la actualidad. Muchos de los descubrimientos produ-cidos por ellas han llegado a incidir de manera prácti-ca en las vidas cotidianas de millones personas. Basta se-ñalar la presencia del psicoa-nálisis, como procedimien-to terapéutico y su uso en la búsqueda de una mejor calidad de vida, y la amplia utilización de categorías so-ciológicas para el análisis de diferentes sociedades, proce-sos e instituciones sociales. Una mirada paralela de estos dos autores puede hacerse, de manera sintética, advir-tiendo sus posturas frente al objeto y método de sus res-pectivas disciplinas, a la cul-tura, a la sociedad moderna, a la autoridad y al análisis de la religión. En estos temas hay, como es de suponer, acercamientos y distancias.

Para Freud, el Psicoaná-lisis es un método de investi-gación de procesos anímicos, un proceder terapéutico de perturbaciones neuróticas basado en dicha investiga-ción y unos conocimientos psicológicos, así adquiridos, que van conformando una nueva disciplina científica (Freud. 1910). Su método describe, clasifica y manifies-ta tendencias ocultas. Utiliza como herramienta funda-mental el diálogo, la asocia-ción libre y la interpretación

de diferentes manifestacio-nes de la conducta del sujeto: sueños, ocurrencias, manías, etc. Para Weber, por su parte, la sociología es una discipli-na que define como objeto la captación de la conexión de sentido de la acción social. Su método es la construcción de conceptos tipo, básicamen-te a partir de la experiencia histórica, entendiendo la conducta real como “desvia-ciones” de dichas construc-ciones racionales (Weber.

1922). Ambos autores se ins-criben en la epistemología de fin del siglo XIX y comienzos del XX, en particular en la diferencia entre ciencias de la naturaleza y del espíritu; de igual manera, en su pre-tensión de cientificidad, que es lejana del sentido común

y está sometida a métodos definidos, y finalmente en la consideración similar de que la conducta humana es domi-nantemente no consciente.

Freud considera la cul-tura como la suma de pro-ducciones a instituciones humanas que poseen una doble finalidad: proteger con-tra la naturaleza y regular las relaciones sociales (Freud. 1930). Por su parte, Weber la entiende como una parte del

acaecer universal a la que los hombres le asignan sentido y configuración (Weber. 1904). Para ambos la cultura es con-ducta con sentido referida a las relaciones con la naturale-za y las de los hombres entre sí, dicha conducta es conoci-ble y sobre su carácter actual

se pronuncian de modo dife-rente, pero no divergente.

Freud entiende la socie-dad moderna occidental co-mo un punto culminante del desarrollo humano, socie-dad que restringe altamente diversas manifestaciones de la vida sexual y hace difícil alcanzar la felicidad, lo que produce en muchos casos la enfermedad y hace nece-sarias algunas reformas que den satisfacción a las nece-

sidades individuales (Freud. 1915, 1930). Weber advier-te que el occidente muestra unas singularidades de alcan-ce universal. Como punto no-dular de dichas singularida-des se halla una organización racional capitalista, basada en el cálculo de capital, con una fuerza de trabajo formalmen-te libre. Dicha racionalización de la conducta la ve asociada a la ética racional del pro-testantismo ascético. Advierte que, si ello fue así inicialmen-te, en la actualidad el capita-lismo ya no necesita de ese soporte religioso. Y plantea la pregunta sobre el futuro de la sociedad moderna: ¿surgi-rán nuevos profetas o todo lo envolverá una petrificación mecanizada? (Weber. 1905). Ambos autores reconocen la singularidad occidental, se plantean interrogantes hacia el futuro y muestran un tono de color más bien pesimista.

Freud advierte tres fases en la evolución del hombre frente a la autoridad: animista, religiosa y científica. Señala a cada una de estas un poder especial de las ideas: omnipo-tencia en la primera, perdida de peso en la segunda y resig-

nación en la tercera (Freud. 1913). Para el psicoanálisis, el origen de toda autoridad se-rían las identificaciones con el superyó, siendo la autoridad el poder de algo o alguien sobre otro u otros y la culpabilidad, el estado psicológico del suje-to que ha violado un mandato interiorizado. Weber entiende por dominación la probabili-dad de encontrar obediencia a un mandato de determinado contenido entre personas da-das. Existen tres tipos ideales de dominación, que corres-ponden a tres tipos de autori-dad: legítima, tradicional y ca-rismática (Weber. 1922). Para ambos autores la autoridad es el poder de algo o alguien so-bre subordinados. Coinciden en el establecimiento de mo-delos o tipos para el análisis específico de casos históricos reales, aunque difieren en los contenidos de estos. Mientras que para Freud la prohibición es elemento fundante de la autoridad, para Weber habría históricamente una constela-ción amplia de maneras de imponerla.

Finalmente, Freud ve la religión como una ilusión, originada en el desamparo infantil, la nostalgia por el padre y la angustia ante la omnipotencia del destino (Freud. 1913, 1927, 1930, 1932). Weber la entiende co-mo un tipo de acción comu-nitaria, cuya comprensión sólo se logra a partir de las vivencias, representaciones y fines subjetivos del indivi-duo. Su curso externo es de-masiado variado, y le asigna a ella, en su forma primaria, una dimensión racional. Es decir, un actuar según me-dios y fines o al menos, dice, conforme a las reglas de la experiencia, vista a la vida cotidiana (Weber. 1922). En ambos autores la orientación, al menos inicial, del hecho religioso es este mundo. El curso histórico de los hechos religiosos es altamente varia-do y, en el caso de Freud, se insiste en su carácter ilusorio, en su fracaso para dar res-puesta válida a los problemas de los seres humanos.

Como elementos finales se advierten la común pre-ocupación de estos autores por diversos temas propios de su época, entre ellos, los señalados: su insistencia en miradas que trasciendan el sentido común; su carácter innovador, pero con arraigo en la tradición de sus disci-plinas y del pensamiento his-tórico y contemporáneo; la gran actualidad de los campos disciplinares que ellos ayuda-ron a fundar y, finalmente, la complementación de mu-chos temas y tratamientos de sus respectivos discursos.

Alfonso Piza R. Profesor de Socio-logía Universidad

Nacional

Nicolás Boris Esguerra Pardo.

Sociólogo

Afinidades deFreud y WeberLas teorías de estos dos hombres de ciencia se convirtieron en paso obligado de las ciencias para atravesar el siglo XX.

Una mirada paralela de estos dos autores puede hacerse, de manera sintética, advirtiendo sus posturas frente al objeto y método de sus respectivas disciplinas, a la cultura, a la sociedad moderna, a la autoridad y al análisis de la religión. En estos temas hay, como es de suponer, acercamientos y distancias.

*Síntesis de la conferencia pronunciada en la Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, el 23 de mayo del 2006,

en los actos conmemorativos del sesquicentenario del nacimiento de Sigmund Freud.

Freud y Weber intentaron explicar fenómenos sociales desde distintos campos Archivo

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Cultura

Este año se conmemora el bicentenario del pensa-dor inglés John Stuart Mill. Su obra es mejor conocida, y más debatida en países de habla inglesa que en nuestro medio, pero aún tiene mucho que aportar a la reflexión so-bre los problemas de un país en proceso de desarrollo, con agudas desigualdades y don-de no siempre se respetan las libertades de los ciudadanos.

Una vida singular

Es difícil sobreestimar la influencia de John Stuart Mill sobre sus contemporáneos en las áreas del conocimiento que le interesaron: la filosofía de la ciencia, la economía, la política y la ética. En ca-da uno de esos campos fue preeminente. Para hacer una analogía con nuestros días, es como si un solo autor fue-ra responsable de los escritos de Popper, Keynes y Rawls.

Tuvo una vida singular. Fue excepcionalmente pre-coz. Heredó de James Mill, su padre, las convicciones que entonces se denominaban radicalismo filosófico –una versión del utilitarismo uni-da a un hondo compromiso con la reforma social–. Aun-que se desempeñó como alto funcionario de la Compañía de Indias Orientales britá-nica durante la mayor parte de su vida, fue un agitador permanente en beneficio de muchas causas de avanzada, como periodista y como par-lamentario. Sus escritos aca-démicos (entre ellos la Lógica y los Principios de Economía Política) fueron reconocidos como obras maestras, y rápi-damente se volvieron textos de enseñanza standard en las universidades de su país. Siendo joven, se enamoró de una mujer casada, Helen Taylor. En plena época de la moralidad victoriana, mantu-vo una relación apasionada (aunque casta) con ella hasta cuando Helen enviudó. Lue-go se casaron y Mill reconoció pública y reiteradamente los grandes aportes de su esposa a su obra intelectual. Fue li-brepensador y ateo vitalicio.

La agenda económica de Mill

La corriente principal de la economía política in-glesa en el siglo XIX defendía el libre cambio, la propie-dad privada y la eficiencia del mercado. La grandeza de Mill como economista con-siste en haber enriquecido esa tradición con conceptos que son fundamentales para economía pública moderna. Si bien expuso las bondades de la competencia, formuló el argumento de la protec-ción a la industria incipiente con mayor claridad que List. Señaló la importancia de la intervención estatal en la economía cuando hay fallas de mercado –incluyendo la regulación de los monopo-lios, que tanto preocupaban a Marx–. No aceptó que la distribución desigual del in-greso y de la riqueza fuera un hecho inevitable. Abogó por la reforma agraria, los im-puestos sobre la valorización de la tierra y la restricción del derecho a la herencia. Sostu-vo, por razones económicas y

sociales, que el Estado tenía la obligación de asegurar el acceso universal a la educa-ción. Destacó la necesidad del control de la natalidad y de la conservación del medio ambiente. Analizó cuidado-samente los argumentos a favor y en contra del socia-lismo, y aunque manifestó su simpatía hacia este sistema rechazó tajantemente el so-cialismo de Estado, por con-siderar que desalentaba la in-novación y era incompatible con la libertad individual.

La libertad y la igualdad

Mill afirmó, en su Au-tobiografía, que su libro más importante había sido Sobre la libertad. Este es una de las más vigorosas defensas que se hayan escrito de la

de no estar equivoca-dos y que quien calla a un individuo roba a la raza humana entera del aporte de sus ideas. Para Mill esa libertad extendía a la manera como vivimos nuestras vidas. Salvo que cause-mos daño a otro no es lícita la interferencia ni del Estado, ni de la so-ciedad, con lo que hoy se llamaría el derecho al libre desarrollo de la personalidad.

La desigualdad no justificada le repugna-ba. Mill fue ardiente opositor de la esclavitud y de la discriminación

que afectó a libertos luego de su emancipación. Extendió este principio a la situación del género femenino en su

época. En el Sometimiento de la mujer planteó tesis que eran entonces perfectamente revolucionarias: igualdad de derechos civiles para la mu-jer dentro del matrimonio; igualdad de derecho al sufra-gio; igualdad de derecho a la educación.

La recepción de las ideas de Mill

en Colombia

El utilitarismo fue un problema central del debate político en Colombia duran-te el siglo XIX. El precursor Francisco Miranda fue ínti-mo amigo de James Mill y de su maestro, Jeremy Bentham. Durante su exilio en Inglate-rra, Santander también fre-cuentó ese círculo. Para la ge-neración de la independen-cia, el utilitarismo represen-taba un código de ética laica que servía como alternativa a la enseñanza moral de una Iglesia comprometida con la metrópoli y la reacción. De hecho, uno de los primeros cambios realizados luego de la Batalla de Boyacá fue la introducción de las obras de Bentham en los currículos de las facultades de derecho, hasta el atentado septembri-no de 1828, cuando Bolívar los prohibió por subversivos. A lo largo del siglo XIX, textos utilitarios fueron prescritos y proscritos, respectivamen-te, por gobiernos liberales y conservadores.

No es fácil trazar la in-fluencia personal de Mill en la época, porque no era en-tonces frecuente la citación. Sin embargo, ideas suyas se hallan en escritos de radi-cales como Santiago Pérez, Salvador Camacho Roldán, Aníbal Galindo y Carlos Artu-ro Torres. En la pacata Bogotá de 1873, el Sometimiento de la mujer fue objeto de una re-seña aprobatoria firmada por Carolina Freire de Jaimes.

La contribución más duradera de Mill a nuestras instituciones fue la adopción de la representación propor-cional en las elecciones. En su libro El gobierno represen-tativo, Mill presentó este sis-tema (en la versión de Hare) como un antídoto a la tiranía de las mayorías. Ese libro fue traducido al castellano por el estadista liberal Florentino González y la representación proporcional se volvió parte del programa liberal durante la excluyente dictadura civil de la Regeneración. La reivin-dicación liberal fue finalmen-te adoptada en la reforma constitucional de 1910, que puede considerarse el verda-dero inicio de nuestro siglo XX. Y la representación pro-porcional de Hare –el sistema del cuociente y residuo– se aplicó en todas las elecciones colombianas hasta cuando fue reemplazada por un es-quema similar en la reforma política de 2003.

La razón liberalde

Mill John Stuart

El profesor Pérez Salazar señala los importantes aportes del pensador inglés J. Stuart Mill a la causa de la independencia, a la construcción de nuestro sistema político y a la economía de mercado

La grandeza de Mill como economista consiste en haber enriquecido esa tradición con conceptos que son fundamentales para la economía pública moderna.

Mauricio Pérez Salazar Decano de la Facultad de

Economía Universidad Ex-ternado de Colombia

John Stuart Mill (1806-1873) y su esposa, Helen Taylor

libertad de pensamiento y de expresión. Mill señaló que en el foro público jamás podemos tener la certeza

Archivo

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Jurídica

Luego de las constantes expresiones de inconformi-dad que se produjeron en el contexto nacional e inter-nacional sobre algunas dis-posiciones de la Ley 975 del 25 de julio del 2005, mejor conocida como Ley de Justi-cia y Paz, aunque ella misma no incorpore esta denomina-ción, el pasado 18 de mayo tuvo lugar la Sala Plena de la Corte Constitucional que examinó la segunda deman-da de inconstitucionalidad de la citada Ley. Luego de que en su primera oportunidad, en sentencia C-319 del 2006, se declaró improcedente un cargo de inconstitucionali-dad, de carácter global, se-gún el cual la mencionada ley debía haber sido tramitada como estatutaria y no como ordinaria, debido a que re-gulaba los núcleos esenciales de los derechos fundamenta-les a la verdad, a la justicia y a la reparación.

En este segundo examen de constitucionalidad, que culminó con la adopción de la sentencia C-370 del 2006, aún no disponible al público, la Corte tuvo la oportunidad de analizar y pronunciarse sobre los cargos de la deman-da, cuyos tópicos más contro-vertidos presentamos ahora a la opinión pública, con el ánimo de seguir alimentando el debate que debe presen-tarse desde distintos sectores de la sociedad, como legíti-mo ejercicio del derecho a opinar y disentir.

Lo primero que debe-mos recordar es que el objeto de la Ley es la facilitación de los procesos de paz y la reincorporación individual o colectiva a la vida civil de miembros de grupos arma-dos organizados al margen de la ley (en adelante, GAOML), entendiéndose por ellos la totalidad o una fracción sig-nificativa de grupos de gue-rrilla o autodefensas, que hubieren decidido, además de desmovilizarse, contribuir decisivamente a la reconci-liación nacional.

1.- La alternatividad. Frente a este aspecto, la Cor-te encontró que la alternati-vidad, como beneficio con-sistente en la suspensión de la pena ordinaria con la que culmina el proceso, por una alternativa que se concede por la contribución del bene-ficiario a la consecución de la paz, por su colaboración con la administración de justicia, por la reparación que se hace a la víctima y por su adecua-da resocialización es acorde a ella, siempre y cuando dicha contribución y colaboración se encuentren encaminadas a lograr el goce efectivo de los derechos de las víctimas a la verdad, la justicia, la repa-ración y se ofrezcan garantías de no repetición.

La pena alternativa, consistente en privación de la libertad por un período mínimo de 5 a 8 años, que tanta oposición ha tenido, por ser considerada amplia-

mente desproporcionada en relación con la gravedad de los crímenes atroces que los GOAML cometieron, no fue objeto del examen de consti-tucionalidad por la Corte, al no hacer parte de los cargos contenidos en la demanda bajo estudio, que declaró la inexequibilidad de los apar-tados de la norma que obli-gaba al beneficiado con la libertad a prueba, por haber cumplido la pena alternativa y las condiciones de la sen-tencia, a no reincidir en los delitos por los que fue conde-nado en el marco del proceso de justicia y paz, por cuanto su compromiso debe ser a no cometer ningún tipo de deli-tos. Al mismo tiempo, según la interpretación de la Corte, la libertad a prueba debe ser revocada cuando el benefi-ciario haya ocultado en la versión libre su participación como miembro del grupo en la comisión de un delito rela-cionado directamente con su pertenencia al grupo.

Frente a este último aspecto, debemos declarar nuestro inconformismo, por cuanto, aunque no se cum-pla la sanción impuesta ni las obligaciones consignadas en la sentencia, el beneficiario no pierde la pena alternativa, sino su libertad a prueba, lo que contraría el propio espí-ritu de la Ley, pues el derecho que tiene la víctima a la jus-ticia implica la debida ejecu-ción de la sanción impuesta, que en este caso deja de cum-plirse y, aún así, el beneficia-rio continúa gozando de la pena alternativa, sustancial-mente inferior a la ordinaria e impuesta, justamente, con ocasión de su contribución al goce efectivo de los derechos de la víctima, que ahora él mismo incumple.

Igualmente, fue decla-rado inexequible el artículo

31, que contemplaba que el tiempo de permanencia en las zonas de concentración de los miembros de GAOML se computaría como tiempo de ejecución de la pena alterna-tiva, sin que pudiera pasar de 18 meses. Este artículo con-ducía, en la práctica, a que el tiempo efectivo de privación de la libertad máximo fuera de 78 meses (6 años y medio), para quienes hubieran per-manecido 18 meses o más en las zonas de concentración.

2. Los bienes destinados a la reparación de las vícti-mas. Dentro del grupo de re-quisitos que la Ley exigía a los miembros de GAOML, para la selección de desmovilizados individual o colectivamente, se encontraba el de la entre-ga de bienes producto de la actividad ilegal, para que se reparara a la víctima cuando se dispusiera de ellos. De esta forma, la víctima veía burlado su derecho a la reparación, por cuanto la responsabili-dad civil del desmovilizado se limitaba al valor de los bie-nes producto de la actividad ilegal y sólo si disponía de ellos. De esta forma queda-ban fuera de la órbita repa-rativa los bienes producto de la actividad ilegal. Estos apar-tados legales fueron hallados inexequibles por el máximo Tribunal Constitucional, al tiempo que consideró que la imposición de medidas cau-telares reales, que pretenden garantizar la efectividad de la sanción económica, también podía recaer sobre los bienes de procedencia lícita.

3.- La sanción penal por delitos cometidos durante y con ocasión de su pertenen-cia al GOAML antes de su des-movilización y que no fueron puestos en conocimiento de la Fiscalía. Para estos supues-tos, el artículo 25 de la Ley 975 del 2005 preveía que, aunque

estas nuevas conductas serían investigadas y juzgadas por las autoridades competentes al momento de su comisión, se les podía imponer la pena alternativa si se prestaba una colaboración eficaz en su es-clarecimiento o se aceptaba de manera libre, voluntaria, expresa y espontáneamen-te haber participado en su realización, siempre que la omisión no hubiera sido in-tencional. Igualmente, se pre-veía que en estos supuestos habría acumulación de penas alternativas, sin exceder los máximos previstos en la mis-ma ley. Es decir, 8 años de pri-vación de la libertad personal como máximo y, según el tex-to original de la ley, 6 años y medio, si la permanencia en las zonas de concentración se hubiera prolongado por 18 meses o más.

Pues bien, esta disposi-ción fue declarada inexequi-ble por la Corte y, aunque no se conoce aún la ratio deci-dendi de este tópico, si pode-mos decir desde ya que con esta previsión normativa la Ley 975 del 2005 se convertía no en la ley de las segundas oportunidades, sino también de las terceras, cuartas, quin-tas y, en fin, del número de oportunidades que se pre-sentara cada vez que la Fisca-lía encontrara que el desmo-vilizado había cometido un delito que no hubiera puesto en su conocimiento en la pri-mera versión preliminar, tal y como se espera de quien tenga un verdadero interés en la reconciliación nacional y en preservar el derecho a la verdad y la justicia de las víctimas. Ahora bien, la falta de intencionalidad de la omi-sión no se halla justificada si se tiene en cuenta el raigam-bre de los delitos cometidos, mucho menos en el contexto en que se brindan los bene-

ficios y, aún con todo ello, el legislador ordinario había decidido premiar su olvido, justificado con la imposición de la pena alternativa que en buena hora fue declarada inexequible por la Corte.

4.- El carácter de sedi-ciosos que se les confería a miembros de autodefensas. La sedición es el delito que se tipifica cuando un grupo de personas pretendan im-pedir transitoriamente el funcionamiento del régimen constitucional o legal vigen-tes, mediante el empleo de armas (artículo 468 del Có-digo Penal). La sedición es considerada delito político y, a diferencia de la rebelión, que pretende el derrocamien-to del gobierno y un cambio de régimen con vocación de permanencia, aquélla persi-gue impedir, de manera tran-sitoria, la operatividad de los poderes públicos y, con ello, el normal funcionamiento el de-sarrollo legal o constitucional. Resulta, así, cuestionable que los miembros de autodefensas puedan ser sujetos activos del delito de sedición. Sin embar-go, el artículo 71 de la Ley 975 del 2005 disponía un cambio legislativo para tenerlos por tal. La razón de tal reforma se fundamenta en que el artículo 35, inciso 3º, es contundente al disponer que la extradición no proceda por delitos políti-cos. Igualmente, la figura del indulto como causa de extin-ción de la sanción penal ope-ra de manera exclusiva para delitos políticos.

De esta forma, el artícu-lo 70 de la Ley 975 del 2005 tenía unas consecuencias favorables a los miembros de las autodefensas que con-trariaban nuestra tradición penal y que sobrepasaba su objeto legal. Sin embargo, la inexequibilidad de esta nor-ma se declaró por vicios de forma, mas no de fondo.

5.- La determinación de la víctima. Desde el artículo 1º de la Ley, la garantía de los derechos de la víctima a la verdad, la justicia y la repara-ción justifican la adopción de los beneficios que el cuerpo normativo consagra. Sin em-bargo, la calidad de víctima y sus posibilidades de actua-ción procesal se encuentran restringidas, como quiera que el reconocimiento de su calidad se halla limitada a la víctima directa, su cónyuge, compañero o compañera permanente y familiar de pri-mer grado de consanguini-dad o primero civil de la víc-tima directa, cuando a ésta se le hubiere dado muerte. Este concepto restrictivo de vícti-ma fue objeto de ampliación por la Corte al estimar que no se excluye la posibilidad de considerar también como víctimas a otros familiares que hubieren sufrido daños como consecuencia de cual-quier otra conducta violato-ria de la ley penal cometida por miembros de GAOML.

María Cristina Patiño González

Docente Investiga-dora en dedicación

exclusiva Univer-sidad Nacional de

Colombia.

Límites y alcances de la Ley de

Justicia y Paz

Este tema, dice la profesora Patiño, debe ser debatido en los distintos sectores de la sociedad, tanto el académico, como el social y político, para que se construya y se convierta en una verdadera herramienta de justicia y paz.

El objeto de la Ley es la facilitación de procesos de paz y la reincorporación a la vida civil Archivo

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Antonio J. Rengifo Lozano

PhD Profesor Uni-versidad Nacional Facultad de Dere-

cho, Ciencias Políti-cas y Sociales

El agua es el elemen-to que domina la superficie de nuestro planeta Tierra. El enorme potencial económi-co de nuevas biotecnologías marinas, de los nódulos poli-metálicos y de otros recursos naturales vivos y no vivos, la entrada en vigor de la Con-vención de las Naciones Uni-das sobre el Derecho del Mar y la creación de instituciones globales de importancia pla-netaria, amén del rol regu-lador que ejercen los mares en el proceso climático pla-netario, son factores que en las dos últimas décadas han acentuado la importancia de los océanos para la comuni-dad internacional.

Son varias y de diver-so orden las amenazas que pesan sobre los océanos: calentamiento global, en-sayos nucleares, transporte e inmersión de desechos radioactivos y tóxicos, so-breexplotación de la pesca, extracción descontrolada de recursos minerales y del patrimonio arqueológico, explotación destructiva de costas y litorales, además de las formas “tradicionales” de contaminación de los mares. Con el final de la guerra fría, han surgido en los mares del mundo nuevos conflictos in-ternacionales sobre fronteras marítimas, como lo ilustran, en el Caribe, los de Nicaragua contra Colombia, Honduras y Costa Rica.

En los umbrales de un nuevo milenio, urge en Co-lombia un esfuerzo colectivo

nacional para responder a los retos que nos presentan nuestros mares. Las trans-formaciones en la escena política internacional y las recientes evoluciones rela-cionadas con mares y océa-nos abren a Colombia, co-mo también a muchos otros países del mundo, industria-lizados y subdesarrollados, una oportunidad única para adoptar una estrategia ma-rítima adaptada a las nuevas circunstancias, proveerse de un marco jurídico global so-bre los mares y modificar sus estructuras administrativas para hacerlos más flexibles y más eficientes.

En primer lugar, urge a Colombia dotarse de una Po-lítica Marítima que se cons-tituya en una guía de ruta, que elimine los riesgos de improvisación y de respues-tas inmediatas que se limitan a responder a lo urgente. Si forma un todo integral con la política exterior colombia-na, la política marítima debe atender a los desarrollos ins-titucionales internacionales en materia de mares y océa-nos y responder, al mismo tiempo, a nuestras caracterís-ticas geográficas y a nuestros imperativos de seguridad y de protección de las fronte-ras, del medio ambiente y de la biodiversidad.

El hecho de que Colom-bia sea un país subdesarro-llado no le impide dotarse de una política coherente para hacer alianzas y avanzar en propuestas con unidad de objetivos. Chile constituye el ejemplo de un país que ha hecho avanzar en la escena internacional importantes tesis en materia de derecho del mar. Tesis que responden a su especificidad geográfica y a imperativos sobre gestión de recursos naturales.

Una política marítima para Colombia deberá tener

dos dimensiones. La primera, la dimensión nacional, que consiste en una perspectiva interdisciplinaria del análi-sis político, que cubra dis-tintas áreas, como defensa, industria marina, ciencia y tecnología marinas, manejo costero integrado, transpor-te y desarrollo de puertos, vigilancia de costas y desa-rrollo de recursos offshore. La segunda, la dimensión internacional, que consiste en las influencias recíprocas del contexto internacional y de las implicaciones de la política marítima adoptada por el país. Cubre diversas áreas, como los actores in-ternacionales, los desarrollos institucionales, los poderes marítimos, la estrategia, la cooperación y la aplicación de regímenes internacionales

relativos al medio ambiente, pesca, comercio, transporte, puertos y actividades ilega-les, como piratería, tráfico y comercio internacional de estupefacientes.

Además de dar fuerza y coherencia a los objetivos buscados por el Estado, el diseño de una política marí-tima debe servir también a la consolidación de propósitos nacionales que contribuyan a la unidad territorial y al de-sarrollo, de manera que faci-lite la articulación efectiva de las regiones del interior con las regiones costeras.

El segundo eje sobre el que debe levantarse la arqui-tectura institucional de Co-

lombia en materia de mares y océanos es la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, adoptada en Jamaica, en diciembre de 1982. Ella constituye el marco jurídico global para el uso de los océanos y para el ejercicio de derechos y obligaciones por parte de los Estados. La Convención, conformada por más de 140 países, ex-presa un consenso mundial sobre la naturaleza y la ex-tensión de la jurisdicción que los Estados ribereños pueden ejercer sobre los mares que poseen.

Conocida como “la Constitución Mundial de los Océanos”, la Convención es hoy ampliamente aceptada por la sociedad de naciones. Su ratificación solo puede aportar beneficios al país,

pues le suministra un marco jurídico sólido y estable para la implementación de legis-lación nacional. El estudio riguroso, serio y definitivo sobre las conveniencias, para algunos inconveniencias, de la ratificación de dicho ins-trumento es una prioridad para Colombia.

El tercer eje institucio-nal es el de las estructuras administrativas. Las estruc-turas administrativas que tie-ne competencia en materia de mares y océanos se en-cuentran dispersas en diver-sas agencias del Estado. Unas cuentan con mayor autono-mía que otras, entre ellas, los ministerios, institutos del or-

den nacional, corporaciones e institutos de investigación. Este es un rasgo común de las estructuras administrati-vas del mar en casi todos los países, que denota la ampli-tud de los diferentes aspec-tos cubiertos por los océanos. Sin embargo, existe una grave deficiencia en Colombia: la dificultad para agrupar cohe-rentemente esas agencias. La dispersión de las estructuras administrativas tiene como consecuencia la dispersión institucional y la dificultad para adoptar y ejecutar po-líticas. La dispersión se ob-serva también en el sector educativo. En él no ha sido posible hasta ahora consoli-dar programas que ofrezcan, con visión integradora, el es-tudio global de los mares y sus problemas.

Política Marítima, un re-ferente jurídico global y la ar-ticulación eficiente de las es-tructuras administrativas con competencias marítimas son los tres ejes institucionales sobre los que debe propiciar el Estado la participación de las regiones y del sector pri-vado para que Colombia pue-da responder al desafío de los océanos. Aún hoy tiene plena vigencia para Colombia, país con una vocación marítima extraviada en los vericuetos de sus montañas andinas, la admonición hecha hace casi un siglo por Simón Bolívar a Mariano Montilla y José Pru-dencio Padilla: “es hora de que salgamos al mar”.

El problema del agua, en especial de los océanos, debe ser considerado como prioritario en los discursos políticos de los próximos años, asegura el profesor Antonio Rengifo.

Además de dar fuerza y coherencia a los objetivos buscados por el Estado, el diseño de una política marítima debe servir también a la consolidación de propósitos nacionales que contribuyan a la unidad territorial y al desarrollo, de manera que facilite la articulación efectiva de las regiones del interior con las regiones costeras.

en Colombia: prioridades institucionalessector marítimoEl

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La probabilidad de vivir exitosamente en la Amazonia es una prueba de equilibrio para los seres vivos que la habitan. Por eso sus estrategias, tan sofisticadas y a la vez sutiles, constituyen un catálogo de ingenio que vale la pena revisar si de prolongar el planeta se trata. Así lo ha entendido el equipo de investigadores de la Universidad Nacional que le apostó a la creación de un sendero ecológico, como mecanismo de educación y sensibilización en torno a la degradación ambiental y cultural de esa región. Estudiantes, visitantes locales y turistas podrán disfrutar a partir de julio de doce ventanas naturales.

María Claudia Rojas R., Unimedios

Mil 310 metros zigzaguean un sendero en la selva tropical más grande del mundo. Su mag-nificencia se acentúa con las alas extendidas de la mariposa búho, estampadas con los ojos saltones del ave que le presta su nombre; en el croar de la rana bufo du-rante una noche típica de luna llena; en el aire perfumado con el dulce aroma del arazá; en el extra-vagante colorido que tan solo se

hace armónico en la piel del pez Mesonauta festivus, y en la mano que se mueve hábil para esquivar el repugnante roce de una chucha o raposa… al fin y al cabo, se trata de un parche de bosque, donde la exhuberancia de la Amazonia se expone con toda su carga sen-sorial.

“Es un campo en sucesión”, se adelanta a señalar Aquiles Gutié-rrez, antes de explicar que hace apenas 30 años ese mismo lugar tenía la apariencia de un potre-ro sin árboles y que quizás tarde

otros 170 años en parecerse a la selva densa y original del Amazo-nas. Gutiérrez, biólogo y profesor de la Universidad Nacional sede Amazonia, insiste: “por ahora es un bosque joven que, abandonado a su suerte, es el nuevo inquilino de animales y plantas, desplazados por tres décadas de los alrededores de Leticia.

Dieciséis hectáreas son atra-vesadas por el sendero ecológico para la apreciación de la vida sil-vestre, un “Edén” próximo a abrir-se al público. Se trata de un

proyecto, concebi-do desde hace dos años, de investi-gación, extensión, ecoturismo y desa-rrollo sostenible de la sede Amazonia de la Universi-dad Nacional. Reúne los escenarios más re-presen-tativos

del ecosistema, no sólo con el fin de de-

mostrar por qué es uno de los pulmones más importantes de

la Tierra, sino de sumar una he-rramienta a la educación formal y no formal. El programa está re-lacionado con las tareas del Con-sejo Departamental de Ciencia y Tecnología, Codecyt, los progra-mas “Ondas”, de Conciencias, y “Saber y gestión”, Nuffic, y NPT, de Holanda.

El sendero está constituido por doce estaciones interpretativas:

“Mira este corazón de Palo Sangre. ¿Será que está contribuyendo en algo? Sí. Aunque ya no tiene más vida como árbol, aún cumple una función fundamental. Está en estado de descomposición, aportando gran cantidad de nutrientes para el suelo y abrigando otras vi-das. Este palo se ahuecó y pudrió por dentro, pero llegaron hongos y otros seres a degradar la madera. Las materias minerales que reunió a lo largo de su vida empezaron a liberarse, contribuyendo a la formación de humus”. Así comenzará la charla de la visita guiada a la estación La Descomposición, un proceso tan complejo como vital para el mantenimiento del ecosistema amazónico.

En realidad, para conectar con el anterior para-je, el crédito de ese proceso de “fertilización” no se debe sólo a las termitas y las hormigas, sino a la acción transformadora de hongos, bacterias y lombrices, entre otros, sin los que diversidad e infertilidad serían imposibles de conjugar. El sustrato de tierra en la selva, compuesto por arenas y arcilla, apenas alcanza de cinco a diez centímetros de espesor. Esto explica por qué las raíces son superficiales y la biomasa en pie, comparable con naturaleza muerta. Así, las interacciones del microcosmos de la selva húmeda van en auxilio de Goliat, al suplir con su modesta faena, la pobreza del suelo.

Un mecano biótico florece en la

selva amazónicaEl mirador

Los habitantes del techo del bosque están en un mundo colgante, a 25 ó 30 metros de altura. En este estrato, aves, insectos y mamíferos nacen, crecen y se reproducen en las copas de los árboles. Muchos, incluso, mueren sin saber lo que pasa en el suelo, pues con una luminosidad y una humedad distinta, aquel domicilio fluctuante, donde se dan las mayores operacio-nes de fotosíntesis, les ofrece recur-sos que abajo tendrían demasiados competidores. Atraídos por comederos especiales apostados entre las ramas, colibríes, micos tití, iguanas, loros, ra-paces, quedarán “inmovilizados”, pro-visionalmente, para que los especta-dores tengan tiempo de echar el mejor vistazo al dosel amazónico: una torre de 20 metros, dotada con binoculares, permitirá amplificar por poco más que un instante el microhábitat de 145 es-pecies, inapreciable desde el suelo.

cies. Las pequeñas, como las arawanas, apetecidas en el mercado ornamental, y las “gordas”, como el pirarucú, que, al colonizar este medio acuático y evo-lucionar, revelan la historia natural de millones de años.

Entre esa diversidad, los peces de ta-llas pequeñas, adheridos a las rocas y la hojarasca, pescan un bocado único –larvas de libélulas, cucarrones, ma-riposas, arañas–, y despliegan así un mecanismo eficiente para controlar el crecimiento exacerbado de las pobla-ciones de insectos.

Al mismo tiempo, se exhibirán en la estación del Acuario recuerdos del Amazonas primitivo, cuando hace 70 millones de años la corriente hídrica más caudalosa del mundo era un mar de poca profundidad. Con su gran ta-lla, el delfín rosado, el manatí o vaca marina, rayas, cangrejos y camarones evocan ancestros de aquel mar bajito que se conecta con el Océano Atlán-tico. Gracias a su gran capacidad de adaptación, ellos consiguieron sobre-vivir hoy al agua dulce, la corriente y la turbidez del fragoso río.

sus frágiles raíces no corresponden al enorme tamaño de su troncos y folla-jes, por lo que la hojarasca se convierte en botín inmejorable para ejércitos de hormigas y termitas, que aceleran su descomposición. Este es uno de los se-cretos de la exhuberancia del bosque húmedo tropical: la copiosa materia muerta que genera y renueva el mismo bosque, gracias al eficiente ciclado de nutrientes que consumen diminutos organismos.

Pero el papel de hormigueros y termi-teros, que llegan a agrupar hasta 300 millones en un solo nido, no se restrin-ge a descomponer materia orgánica. La herviboría es una verdadera ame-naza para las plantas, que han creado mutualismos, en los que muchos árbo-les, a pesar de no tener flores, desarro-llan nectarios para brindar alimento y energía a los insectos, en tanto éstos levantan muros impenetrables, para protegerlos de minadores, plagas de la hoja y demás predadores . Se sabe del yarumo y otras plantas sagradas de la cultura amazónica, cuya estrategia de defensa se basa en este tipo de asociaciones. El modelo a escala de un hormiguero en la selva será una de las estaciones más tractivas del sendero. Está adornado con tallas en madera, de dos metros por 80 centímetros, de la reina, los zánganos, las obreras y los soldados.

La descomposición

La malocaPara las comunidades indígenas del Amazo-nas es la unidad básica que mantiene el orden del Universo. La entrada de luz tenue a través del tejido del techo, la forma y disposición de los estantillos de la maloca reflejan su cosmo-gonía. El sendero ecológico contará con una de estas piezas arquitectónicas, construida con los lineamientos tradicionales, aunque no pretende tener la connotación sagrada de las originales.

El uso pedagógico de este espacio se estrenará con la apertura del diplomado “Formación de guías observadores de aves en ambientes amazónicos”, que se estrena el próximo se-mestre. Dada la demanda del turismo cientí-fico en Leticia, la Universidad capacitará per-sonas especializadas en avifauna, que sepan identificarla no sólo visualmente, sino por sus cantos y que manejen un discurso acerca de la apreciación y conservación de este recurso.

El río Amazonas transporta la quinta parte del agua dulce del plantea. En se-mejante caudal, la pluralidad de fauna acuática alcanza al menos 2.400 espe-

El acuario

Hormigas y termitasSi la biota aérea es fascinante y desco-nocida, la del suelo no lo es menos pa-ra el funcionamiento del sistema. “Se habla de que la diversidad en el Ama-zonas es una ilusión porque sus suelos tienen vocación de desierto”, advierte Gutiérrez, pero es una paradoja que las hormigas y las termitas ayudan a resolver laboriosamente. Es común escuchar gigantescos árboles desplo-mándose en medio de la selva, pues

Universidad

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La probabilidad de vivir exitosamente en la Amazonia es una prueba de equilibrio para los seres vivos que la habitan. Por eso sus estrategias, tan sofisticadas y a la vez sutiles, constituyen un catálogo de ingenio que vale la pena revisar si de prolongar el planeta se trata. Así lo ha entendido el equipo de investigadores de la Universidad Nacional que le apostó a la creación de un sendero ecológico, como mecanismo de educación y sensibilización en torno a la degradación ambiental y cultural de esa región. Estudiantes, visitantes locales y turistas podrán disfrutar a partir de julio de doce ventanas naturales.

Mil 310 metros zigzaguean un sendero en la selva tropical más grande del mundo. Su mag-nificencia se acentúa con las alas extendidas de la mariposa búho, estampadas con los ojos saltones del ave que le presta su nombre; en el croar de la rana bufo du-rante una noche típica de luna llena; en el aire perfumado con el dulce aroma del arazá; en el extra-vagante colorido que tan solo se

hace armónico en la piel del pez Mesonauta festivus, y en la mano que se mueve hábil para esquivar el repugnante roce de una chucha o raposa… al fin y al cabo, se trata de un parche de bosque, donde la exhuberancia de la Amazonia se expone con toda su carga sen-sorial.

“Es un campo en sucesión”, se adelanta a señalar Aquiles Gutié-rrez, antes de explicar que hace apenas 30 años ese mismo lugar tenía la apariencia de un potre-ro sin árboles y que quizás tarde

otros 170 años en parecerse a la selva densa y original del Amazo-nas. Gutiérrez, biólogo y profesor de la Universidad Nacional sede Amazonia, insiste: “por ahora es un bosque joven que, abandonado a su suerte, es el nuevo inquilino de animales y plantas, desplazados por tres décadas de los alrededores de Leticia.

Dieciséis hectáreas son atra-vesadas por el sendero ecológico para la apreciación de la vida sil-vestre, un “Edén” próximo a abrir-se al público. Se trata de un

proyecto, concebi-do desde hace dos años, de investi-gación, extensión, ecoturismo y desa-rrollo sostenible de la sede Amazonia de la Universi-dad Nacional. Reúne los escenarios más re-presen-tativos

del ecosistema, no sólo con el fin de de-

mostrar por qué es uno de los pulmones más importantes de

la Tierra, sino de sumar una he-rramienta a la educación formal y no formal. El programa está re-lacionado con las tareas del Con-sejo Departamental de Ciencia y Tecnología, Codecyt, los progra-mas “Ondas”, de Conciencias, y “Saber y gestión”, Nuffic, y NPT, de Holanda.

El sendero está constituido por doce estaciones interpretativas:

“Mira este corazón de Palo Sangre. ¿Será que está contribuyendo en algo? Sí. Aunque ya no tiene más vida como árbol, aún cumple una función fundamental. Está en estado de descomposición, aportando gran cantidad de nutrientes para el suelo y abrigando otras vi-das. Este palo se ahuecó y pudrió por dentro, pero llegaron hongos y otros seres a degradar la madera. Las materias minerales que reunió a lo largo de su vida empezaron a liberarse, contribuyendo a la formación de humus”. Así comenzará la charla de la visita guiada a la estación La Descomposición, un proceso tan complejo como vital para el mantenimiento del ecosistema amazónico.

En realidad, para conectar con el anterior para-je, el crédito de ese proceso de “fertilización” no se debe sólo a las termitas y las hormigas, sino a la acción transformadora de hongos, bacterias y lombrices, entre otros, sin los que diversidad e infertilidad serían imposibles de conjugar. El sustrato de tierra en la selva, compuesto por arenas y arcilla, apenas alcanza de cinco a diez centímetros de espesor. Esto explica por qué las raíces son superficiales y la biomasa en pie, comparable con naturaleza muerta. Así, las interacciones del microcosmos de la selva húmeda van en auxilio de Goliat, al suplir con su modesta faena, la pobreza del suelo.

La excursión a este lugar empieza con una observa-ción de tallas en madera de un caimán, una tortuga, una rana o una boa que se mueven a lo largo de un puente gracias a un mecanismo de rieles. La bárcena dominada por pantanos, incluso en la época seca, llega a tener la superficie equivalente al tamaño de Inglaterra en temporada de lluvias. La población de cocodrilos, víboras, ranas, salamandras, arañas y li-bélulas de la sequía se cambia en invierno a la menos visible demografía de renacuajos, peces y multitud de organismos anfibios y de seres microscópicos que van a desobar sus crías. Así se establecen cadenas tróficas precisas que se turnan su protagonismo en el paisaje durante la sequía y el invierno.

Es justamente al pantano al que corresponde la músi-ca de la selva en las noches: si los pájaros anuncian el despertar del día, es seguro que un coro de ranas, es-condidas bajo ramas, hojas o piedras, entonen melo-días y cantos para anunciar la llegada de la oscuridad.

Un mecano biótico florece en la

selva amazónica

La descomposición

La chagraEl desarrollo agrícola del bosque amazónico tiene li-mitaciones. Entre otras, que no podría ser extensiva o industrial. Más bien, itinerante y rotatoria, por la baja fecundidad de los suelos. Las culturas indígenas han per-durado gracias a la chagra. Ella habla de la subsistencia en la Amazonía y de técnicas para el manejo de la tierra.

La réplica de una chagra tradicional permitirá a los visi-tantes entender que es fruto de una división sexual del trabajo, en la que las mujeres siembran y recolectan los productos del cuerpo –yuca, plátano, frutales y caña– y los hombres los cultivos del alma –coca y tabaco–. La chagra evidencia que si para las comunidades andinas el maíz fue el alimento capital, para las amazónicas la yuca constituye la base de su dieta. Más de 15 especies de yu-cas salvajes, muchas de ellas venenosas, ricas en cianuro, han sido domesticadas gracias al conocimiento de los nativos que han logrado extraer el almidón, esencial en la preparación de casabe, fariña o mandioca.

Criaturas del pantano

sensibilización en torno a la degradación ambiental y cultural de esa región. Estudiantes, visitantes locales y turistas podrán disfrutar a partir de julio de doce ventanas naturales.

selva amazónica Criaturas del pantanoCriaturas del pantano

sensibilización en torno a la degradación ambiental y cultural de esa región. Estudiantes, visitantes locales y turistas podrán disfrutar a partir de julio de doce ventanas naturales.sensibilización en torno a la degradación ambiental y cultural de esa región. Estudiantes, visitantes locales y turistas podrán disfrutar a partir de julio de doce ventanas naturales.sensibilización en torno a la degradación ambiental y cultural de esa región. Estudiantes, visitantes locales y turistas podrán disfrutar a partir de julio de doce ventanas naturales.

Criaturas del pantanoCriaturas del pantanodel ecosistema,

no sólo con el fin de de-mostrar por qué es uno de los

pulmones más importantes de la Tierra, sino de sumar una he-rramienta a la educación formal y no formal. El programa está re-lacionado con las tareas del Con-sejo Departamental de Ciencia y Tecnología, Codecyt, los progra-mas “Ondas”, de Conciencias, y “Saber y gestión”, Nuffic, y NPT, de Holanda.

El sendero está constituido por doce estaciones interpretativas:

otros 170 años en parecerse a la selva densa y original del Amazo-nas. Gutiérrez, biólogo y profesor de la Universidad Nacional sede Amazonia, insiste: “por ahora es un bosque joven que, abandonado a su suerte, es el nuevo inquilino de animales y plantas, desplazados por tres décadas de los alrededores

Dieciséis hectáreas son atra-vesadas por el sendero ecológico para la apreciación de la vida sil-vestre, un “Edén” próximo a abrir-

proyecto, concebi-do desde hace dos años, de investi-gación, extensión, ecoturismo y desa-rrollo sostenible de la sede Amazonia de la Universi-dad Nacional. Reúne los escenarios más re-presen-tativos

Las aves

Las guarasAunque está dedicado a los mamíferos, los grandes furtivos del bosque, “un par de gua-ritas que aparecen con frecuencia por el sendero son las responsables del nombre de la estación”, cuenta el coordinador del pro-yecto. Las guaras son roedores arborícolas y, al igual que armadillos, murciélagos, monos, osos perezosos, dantas, ardillas o chuchas, difícilmente pueden observarse, pues la pre-sión sobre sus poblaciones ha hecho que se vuelvan nocturnos, vivan definitivamente en la copas de los árboles o se internen en lo más profundo de la selva.

De los mamíferos, puede decirse que los marsupiales fueron de los primeros pobla-dores del Amazonas y de toda América del Sur. Datan de hace 100 millones de años, cuando nació el Océano Atlántico y la actual Suramérica se separó de Australia y África, que conformaban lo que se conoce como el Gran Continente de Godwana. Entonces vi-vieron su máximo esplendor en convivencia con armadillos, aves gigantes, toxodontes, osos perezosos, tigres dientes de sable, has-ta cuando Suramérica y Norteamérica se conectaron con la “erupción” del Istmo de Panamá. En ese momento se dio la migra-ción de jaguares, pumas y venados, que con-formaron el 70% de las familias que viven en esta parte del planeta.

El mariposarioUn estudio poblacional adelantado por la UN

sede Amazonia logró inventariar un centenar de mariposas diurnas. El grupo más diverso es el

de la familia nymphalidae, pasionarias, que está asociado al maracuyá y a la granadilla silvestre.

También son comunes las que en sus alas tienen pintados los ojos del búho, las que

adquieren propiedades tóxicas de las plantas y tienen complejos miméticos, las que generan colores de advertencia para los predadores y las

nectaríferas, que se especializan según el color de las flores: un grupo prefiere las azules y violetas; otro, las gamas de rojas y anaranjadas, y algunos más, las amarillas.

Dada la demanda que muchas especies tienen en el mercado internacional, la Universidad proyecta desa-rrollar un zoocriadero de mariposas. Los investigadores están identificando las plantas hospederas y las que les brindan alimento, su biología y reproducción, que irá a la par de cursos, sobre aspectos técnicos de lepideptero-logía, taxonomía, y seminarios, para autoridades, sobre el comercio de la fauna silvestre.

La malocaPara las comunidades indígenas del Amazo-nas es la unidad básica que mantiene el orden del Universo. La entrada de luz tenue a través del tejido del techo, la forma y disposición de los estantillos de la maloca reflejan su cosmo-gonía. El sendero ecológico contará con una de estas piezas arquitectónicas, construida con los lineamientos tradicionales, aunque no pretende tener la connotación sagrada de las originales.

El uso pedagógico de este espacio se estrenará con la apertura del diplomado “Formación de guías observadores de aves en ambientes amazónicos”, que se estrena el próximo se-mestre. Dada la demanda del turismo cientí-fico en Leticia, la Universidad capacitará per-sonas especializadas en avifauna, que sepan identificarla no sólo visualmente, sino por sus cantos y que manejen un discurso acerca de la apreciación y conservación de este recurso.

El ruidoPara cerrar el circuito, un contraste estimula el aprecio por el mundo fascinante que precedió este momento. Al salir del bosque, aparece la carretera que comunica a Leticia con Tarapacá. El aeropuerto ofrece una mez-cla de ruidos: motos, carros y aviones, que se opone a la armonía del bosque.

“Este contaminante ambiental, como las basuras, in-fluye para que los animales se desplacen a zonas apar-tadas en busca de tranquilidad, lejos de la intervención humana”. Una reflexión que pretende cuestionar por qué la concepción moderna de vivir contempla, tan insistentemente, el nocivo modelo de la urbanización.

Unsede Amazonia logró inventariar un centenar

de mariposas diurnas. El grupo más diverso es el de la familia

asociado al maracuyá y a la granadilla silvestre. También son comunes las que en sus alas tienen pintados los ojos del búho, las que

adquieren propiedades tóxicas de las plantas y tienen complejos miméticos, las que generan colores de advertencia para los predadores y las

nectaríferas, que se especializan según el color de las flores: un grupo prefiere las azules y violetas; otro, las gamas de rojas y anaranjadas, y algunos máamarillas.

Dada la demanda que muchas especies tienen en el mercado internacional, la Universidad proyecta desa-rrollar un zoocriadero de mariposas. Los investigadores están identificando las plantas hospederas y las que les brindan alimento, su biología y reproducción, que irá a la par de cursos, sobre aspectos técnicos de lepideptero-logía, taxonomía, y seminarios, para autoridades, sobre

Las avesLas aves

el comercio de la fauna silvestre.

Abundancia y diversidad son atributos ecológi-

cos que describen las 145 especies de aves,

inventariadas por la Uni-versidad en una investiga-

ción de 2005. Entre las familias di-versas están en orden descendente las atrapamos-

cas, los loros, los semilleros, los colibríes y las águilas, mientras entre las familias abundantes sobresalen las tángaras, las oropéndolas, los mochileros y los bú-hos. En este panorama, las 12 especies migratorias provenientes de Canadá o La Patagonia tendrán un referente central en esta estación.

Sin duda, la función de los pájaros es también disímil: recicladores de la materia orgánica (gallinazos), con-sumidores de invertebrados que crecen entre la madera o el follaje (atrapamoscas, hormigueros, cucaracheros, bú-hos), predadores de vertebrados mayores (rapaces), dispersores de semillas (azulejos), polinizadores que contribuyen a potenciar la diversidad genética de las plantas (colibríes) y controladores del crecimiento de plantas invasoras (semilleros).

Una guía de la avifauna de Leticia y los alrededores recogerá los ha-llazgos del estudio. Con fotos a color, aparecerá cada una de las 145 especies de la base de datos recolectada. La guía es plastificada y viene acompañada de información sobre distintos aspectos de su biología.

Universidad

Fotos cortesía Aquiles Gutiérrez

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El grupo interdisciplina-rio de profesores e investiga-dores que conforma el Ob-servatorio sobre Infancia de la Universidad Nacional, vin-culado al Centro de Estudios Sociales, viene reflexionando desde hace 12 años sobre el contraste entre la realidad y el discurso en los derechos humanos, con énfasis en los derechos de los niños.

Lo que ha encontrado es que hay una brecha sig-nificativa entre el papel y la realidad. Por una parte, en el siglo XX se logró un avance sin precedentes en consensos éticos, jurídicos y políticos sobre la niñez, que se vieron plasmados en la Convención de los Derechos del Niño, en otros pactos nacionales e in-ternacionales y en la Consti-tución Política de Colombia.

En contravía con di-cho avance, la cotidianidad muestra que de manera cre-ciente los niños son quienes se ven más afectados por la exclusión social, la pobreza, la violencia, el conflicto ar-

mado y otras problemáticas del país y el mundo. Con alta frecuencia son vulnerados, pues no siempre son vistos por los adultos como sujetos de derecho, en la vida fami-liar y en la vida social.

El profesor Ernesto Du-rán, que coordina la Cátedra junto a la profesora María Cristina Torrado, señala que uno de sus intereses princi-pales en el Observatorio de Infancia ha sido llevar este tema al campo de la discu-sión académica, porque prin-cipalmente ha estado en ma-nos de los actores, sean del Estado o las ONG. “Esta ha sido una de las motivaciones –anota Torrado–, no solo de la cátedra, sino del trabajo que venimos realizando hace más de ocho años: convertir el tema en algo académica-mente valioso, reconocido”.

Con todo, las activida-des del Observatorio buscan trascender lo académico y enriquecer las discusiones en los contextos donde se toman las decisiones que pueden afectar a los niños. Asimismo, pretende aportar en múltiples proyectos de in-tervención, destinados a me-jorar las condiciones de vida de los menores y a generar una cultura de respeto a sus derechos. Esto ha permitido establecer contactos con ex-pertos del sector académico y de instituciones públicas o privadas que conocen en profundidad de los derechos de los niños y de temas espe-cíficos relacionados.

Ejemplo de los aportes que ha hecho el grupo por medio de la investigación y

la discusión académica son los “Coloquios sobre infan-cia” y, en particular, el curso de contexto “La niñez colom-biana: situación y políticas públicas”, que se realiza hace 4 años y que ha permitido “decantar una secuencia de temas, probar textos y es-trategias de evaluación, que mostraron que el tema podía ser de mucho interés para un espectro amplio de carreras”, comenta Torrado.

Justamente esa expe-riencia los motivó a proponer a la Dirección Académica de Sede la realización de la Cáte-dra “Derechos de los niños y las niñas: debates, realidades, perspectivas”, en el que parti-cipan docentes de la Univer-

sidad Nacional, encabezados por el grupo del Observatorio sobre Infancia. Del mismo modo, participan conferen-cistas nacionales e interna-cionales, como la profesora Carmen Gómez, del Instituto de Infancia y Mundo Urbano

de Barcelona, que viene pa-ra la sesión del 17 de junio, y Norberto Liwski, Vicepre-sidente del Comité Interna-cional de Derechos del Niño, que viene para la sesión del 24 de junio. Adicionalmen-te, también cuentan con el apoyo de Unicef, Plan Inter-nacional y el Departamento Administrativo de Bienestar Social de Bogotá.

La Cátedra pretende abordar elementos teóricos sobre los derechos de la niñez y generar en los asistentes in-quietudes acerca de la vigen-cia de esos derechos, analizar su situación actual, las pers-

pectivas futuras y los nuevos debates que se desarrollan en torno a ellos. También bus-ca aumentar el compromiso de la Universidad Nacional, como corresponsable de la satisfacción de los derechos de una población que ameri-

ta la atención prioritaria de la sociedad.

Para ello, la estrategia consiste en sensibilizar y ca-pacitar a presentes y futuros actores de transformación social. Reflexionar sobre las respuestas que han dado el Estado y la sociedad a la compleja problemática de vulneración de los derechos que viven muchos menores y analizar qué tanto ha avan-zado el país en hacer cumplir los derechos del niño y qué camino falta por recorrer.

Según el profesor Du-rán, “la cátedra ha sido muy oportuna, porque el tema es-tá en la agenda de muchas instituciones. Entonces, ha tenido muy buena recepción. El hecho de que la cátedra se presentó en un momento oportuno se expresa, además, en la recepción que ha teni-do fuera de la Universidad”. También responde a una co-yuntura especial, debido a que el país se encuentra en el proceso de discusión de una nueva legislación sobre niñez y adolescencia y en el

inicio del desarrollo del Plan Decenal de Niñez y Adoles-cencia 2005-2015, temas am-bos que requieren reflexión, aportes de la academia y de los ciudadanos debidamente informados.

La profesora Torrado ex-plica que le parece muy inte-resante que la Cátedra haya convocado múltiples actores. “Tenemos una asistencia cer-cana a las 1.500 personas. De estas, 1.000 son estudiantes de la Universidad; la mayo-ría, de pregrado y algunos, de postgrado. 350 actores inscri-tos, profesionales de diversas disciplinas, de las ONG, em-presas públicas y privadas, de otras universidades, y 150 asistentes. Ese es un rasgo particular de esta cátedra, dado que no se ocupa de un asunto tan sofisticadamente académico, y la convocato-ria trasciende la Universidad, pues este tema tiene un pie aquí y otro en la sociedad y en la política colombiana. Esa condición se expresa en que la cátedra ha tenido una receptividad enorme”.

debates, realidades, perspectivas”

niños y las niñas:“Derechos de los

Esta versión de la Cátedra Manuel Ancízar, a cargo del Observatorio sobre Infancia, busca acercar el conocimiento especializado relativo al tema a la comunidad universitaria y a personas que trabajan por la niñez. La propuesta consiste en contrastar el desarrollo discursivo con las realidades actuales y las políticas públicas existentes, para vislumbrar perspectivas en este campo.

La Cátedra pretende abordar elementos teóricos sobre los derechos de la niñez y generar en los asistentes inquietudes acerca de la vigencia de estos derechos, analizar su situación actual, las perspectivas futuras y los nuevos debates desarrollados en torno a ellos.

Equipo periodístico Unimedios

Archivo Unimedios

Con invitados internacionales, entre ellos Norberto Liwski, Vicepresidente del Comité Internacional de Derechos del Niño, se adelanta la cátedra Manuel Ancízar.

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Con el fin de exaltar el legado de Jorge Eliécer Gai-tán, egresado y profesor de la Universidad Nacional de Colombia, el Consejo de Sede Bogotá creó la Cátedra Uni-versitaria que lleva su nom-bre, como un espacio para la presentación y discusión de temas alrededor de la de-mocracia, la ciudadanía y la pluralidad, entre otros, que fueron de su interés a lo lar-go de su vida pública.

Rawls: un enfoque multidisciplinar

La primera versión de la Cátedra Jorge Eliécer Gaitán se titula “Pluralismo, legiti-midad y economía política. John Rawls (1921-2002)”. En esta oportunidad es coordi-nada por el Centro de Inves-tigaciones para el Desarro-llo (CID), de la Facultad de Ciencias Económicas y cuen-ta con la participación de conferencistas de las univer-sidades Nacional, Externado, Andes, Javeriana, Antioquia, Valle y Eafit, que durante 14 sesiones abordarán temas re-lacionados con la praxis de la deliberación política, la elec-ción pública y la legitimidad de los sistemas democráti-cos, a través del estudio de la contribución del pensador John Rawls en relación con otros autores y problemas de actualidad.

La Cátedra ha sido di-señada para estudiantes, profesores, investigadores de todas las disciplinas y para el público en general. Álvaro

Equipo periodístico UnimediosHerrera, investigador del CID y coordinador de la Cátedra, dice que esto es posible por-que “el problema central de la obra de Rawls es la justicia en los sistemas políticos, fun-dada en el consenso político, que lleva a la formación de las instituciones, y ese es un tema universal. Precisamente este año, uno de elecciones en el país, nos pareció que el tema era pertinente, porque las teorías de Rawls tocan temas variados del ámbito social y la elección colectiva. Los tópicos de legitimidad, pluralismo y economía po-lítica definen ejes centrales en la contribución de Rawls a discusiones importantes en Ciencias Sociales, Economía y Filosofía, entre otras disci-plinas”.

Las conferencias son el resultado de más de un año de trabajo que han adelan-tado el CID y la Facultad de Economía de la Universidad Externado de Colombia, con miras a editar una obra de dos volúmenes con ensayos en torno a la contribución de John Rawls al pensamiento económico y social.

Esta propuesta se dife-rencia de otras experiencias académicas alrededor de la obra de Rawls, explica Herre-ra, porque no busca discutir los pormenores de sus traba-jos, sino que se ocupa de su contribución a las ciencias sociales y humanas desde dos perspectivas: primero, revisando su relación con otros autores de importancia

en estos campos y, en segun-do lugar, su relación con im-portantes temas, problemas y corrientes de pensamiento, como la democracia, el repu-blicanismo y el utilitarismo, entre otros.

Consenso y deliberación política

Herrera plantea que es difícil pensar en alguna uni-versidad del mundo en la que no se estén llevando a cabo investigaciones basadas en las contribuciones de Rawls. “Su importancia es indiscuti-ble en las escuelas de filoso-fía, donde se considera que reavivó varias discusiones en filosofía política que parecían haber muerto con el fin del siglo XIX. El mérito de Rawls está en que su teoría de la justicia representó una alter-nativa para la filosofía políti-ca y el pensamiento social de amplia aceptación”.

Herrera explica que “la teoría de la justicia de Rawls concibe que todas las deci-siones políticas que dan con-figuración a cualquier orga-nización política, como un Estado o una agremiación, no son decisiones de mayorías, sino que deben estar media-das por el consenso. En el caso colombiano, temas fun-damentales, como la paz, de-ben ser producto de un con-senso y no de la decisión de mayorías. Rawls no cree en la decisión de mayorías como una condición para garanti-zar la justicia, porque sabe que no todas las decisiones

de mayorías son justas para las minorías”.

El punto fundamental, entonces, es que las institu-ciones políticas deben ser consensuadas. El consenso implica cierta forma de plu-ralismo, porque la confluen-cia de distintos órdenes de ideas sobre un problema conlleva que todas las ideas participen en la deliberación, que haya realmente un plu-ralismo. Este es uno de los temas fundamentales de la

obra de Rawls. Por eso es el primero de la Cátedra.

En cuanto a la Legitimi-dad, Herrera plantea que “el problema de las instituciones políticas es crear institucio-nes justas, y ese proceso de creación de instituciones va a dar legitimidad al ordena-miento que va a garantizar que sea aceptado por todos y que genere una percepción de justicia. Entonces, en el momento en que se tome una decisión consensual,

que respete el pluralismo, y que siga unos principios de justicia, inmediatamente se vuelve legítima, porque todos los sectores participan en la deliberación”. Finalmente, la Cátedra aborda la economía política, “porque Rawls fue un pensador que interactuó mucho con economistas. Uno de los problemas funda-mentales de la democracia es el orden económico y la dis-tribución de los bienes pri-marios, como él los llama”.

Para el caso colombia-no, en un momento en el que se está poniendo en juego la idea misma de democra-cia y el orden institucional, es importante destacar a es-te filósofo. En esa medida, la apuesta de la Cátedra es profundizar en argumentos que faciliten la formación de opinión sobre el devenir del país en temas sociales y eco-nómicos. En particular, sobre los tres tópicos que dan título a la Cátedra.

Colombia está en mora de aprender a construir consensos en la toma de decisiones políticas.

Jorge Eliécer GaitánCátedra UniversitariaLa primera cátedra Gaitán, a cargo del Centro de Investigaciones para el Desarrollo, fue en torno a John Rawls. En un momento en el que están en juego el orden institucional y la idea de democracia en Colombia, es importante destacar a este pensador, que inspiró la definición de conceptos fundamentales en la Constitución Política de 1991.

“El punto fundamental es que las instituciones políticas deben ser consensuadas. El consenso implica cierta forma de pluralismo, porque la confluencia de distintos órdenes de ideas sobre un problema involucra que todas las ideas participen en la deliberación, que haya realmente un pluralismo”.

Archivo Unimedios

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Entrevista

José Fernando Isaza no es ingeniero mecánico, sino electricista. Aun así, los pro-fesionales de Mecánica y Me-catrónica quisieron dejar en sus manos el Premio al Mé-rito Industrial, que se otorga por primera vez. Una meda-lla y un pergamino, recibidos con sorpresa y complacencia por Isaza, materializaron el reconocimiento, que para él “en parte era inmerecido, pues tan sólo estaba hacien-do lo obvio”, mientras que para profesores, investigado-res y estudiantes simboliza gratitud por abrir las puertas de la Compañía Colombiana Automotriz a la labor profe-sional e investigativa de los ingenieros de la Universidad Nacional de Colombia.

Luego de desempeñar con éxito la Presidencia de la CCA, ensambladora de au-tomóviles Mazda, José Fer-nando Izasa retorna de lleno a la academia, como Rector de la Universidad Jorge Tadeo Lozano. Con premisas como “inculcarles a los jóvenes que la universidad los capacita para afrontar el riesgo de ge-nerar su propio trabajo”.

UN Periódico: ¿Qué ideas trae para apostarle a esta premisa?

José Fernando Isaza: Los estudiantes deben en-tender que la Universidad no es un sitio por el que hay que pasar porque sí. Este es el periodo en que más capaci-dad de aprendizaje se tiene, y el de mayor goce en la vi-da. En la parte de creación de empresas o de entidades productivas, el cambio que se está observando en el mundo señala que buena parte del empleo debe ser generado directamente por la persona, a través de microempresas o empresas familiares, pues los tiempos en que un profe-sional salía a enrolarse en las grandes empresas están cam-biando. Hoy la universidad capacita al estudiante para afrontar el riesgo de generar

su propio trabajo.

UNP: ¿Considera nece-saria una reforma educativa que restablezca el valor del conocimiento?

JFI: En Colombia, casi siempre medimos la calidad entre nosotros, y omitimos el referente internacional. Comparaciones de compe-tencias en estudiantes de bachillerato no nos han de-jado bien librados frente a otras naciones, aunque hay

que reconocer que ha habi-do algunas mejoras. En parte habría que trabajar con los currículos, pero hay un pro-blema mayor: la sociedad no ha entendido el valor de conocimiento. Casi hay un desprecio por la conceptua-lización. La modificación de currículos no pesa tanto como el que la sociedad no entienda que sin una bue-na base teórica es muy difícil avanzar en la parte práctica. La situación es tal que, si us-ted le pregunta en la calle a la gente sobre las últimas in-vestigaciones hechas en Co-lombia y los reconocimientos que se les han hecho dentro y fuera del país a investigado-res, muchos se sorprenderían ante el interrogante, pero con

seguridad le darían un lis-tado, con nombres propios, de quiénes han ganado los últimos realities. Los medios de comunicación tienen algo de responsabilidad en este camino hacia lo light que ha tomado la sociedad. Basta mirar lo que dicen a diario.

UNP: ¿La universidad colombiana está formando profesionales con el perfil que necesita la industria del país?

JFI: Creo que en algu-nos casos está capacitando profesionales con cualidades superiores a las requiere la industria del país. El retra-so puede ser mucho más en el sector productivo que en el académico. Con algunas excepciones muy identifica-bles, la mayor parte de la in-dustria está ausente de la in-novación, incluso de la trans-ferencia de tecnología de los sectores más avanzados. Buena parte de los científicos o profesionales que genera la universidad son un factor de presión a la industria pa-ra que se modernice. Incluso si se mira el crecimiento de la industria y del sector mo-derno en los últimos años es evidente que se ha dado más por la subcontratación, por la comercialización, que por la producción.

UNP: Entonces, ¿cómo ve la relación actual entre la industria y la academia?

JFI: La creación del Co-mité Universidad-Empresa ha sido importante. Insta a la academia a comentar sobre las investigaciones que desa-rrolla, para presentarlas luego al sector de la economía real (no sólo la industria, también el sector médico, el agrario, el de alimentos procesados, etc.), que determina su apli-cación a corto, mediano o largo plazo. Es interesante ver cómo investigaciones que realizan algunas universida-des en campos como nano-tecnología pueden tener im-plicaciones fundamentales sobre procesos productivos o de servicios, en momentos en que cada vez el comercio

internacional es más fuerte. Es la posibilidad de estar o no como sector productivo.

UNP: Para el caso de la industria, ¿qué podría pro-yectarse con el TLC?

JFI: Hay industrias a las que definitivamente no les será difícil crecer en medio de un ambiente de competencia totalmente abierta. Creo que ahí juega un papel importan-te la investigación de punta que hacen las universidades en nanotecnología, protei-nómica, inmunología, con-trol biológico, producción orgánica y otras áreas que seguramente les permitirán a ciertos sectores competir

UNP: Pero la academia, ¿cómo debe comportarse an-te el TLC?

JFI: La apertura de mer-cados es un hecho irreversi-ble. Cada vez más los aran-celes serán menores y mayor la búsqueda de acuerdos con distintas regiones del mundo. Para la academia es claro que la competencia internacio-nal hoy está presente y que se intensificará. Quizás hay muchas formas en que debe reaccionar, pero yo conozco dos: la pertinencia y la cali-dad.

UNP: Este diálogo no lo podemos finalizar sin pre-guntarle por qué, después de haberse retirado de la CCA, no regresó a su alma máter, la Universidad Nacional.

JFI: De pronto, no me invitaron –dice sonriente, y explica–: realmente nunca he estado ausente de la Uni-versidad Nacional. Siempre mantuve vínculos con ella.

Como promotor de desarrollo industrial y formador de profesionales con calidad humana fue destacado José Fernando Isaza el pasado 26 de mayo en ceremonia organizada por el Departamento de Ingeniería Mecánica y Mecatrónica y AIMUN

Homenaje a un promotordesarrollo industrialdel

La cultura de emprendimiento empresarial e industrial para el desarrollo de la sociedad colombiana es el principio que proyecta la vida y obra del ingeniero José Fernando Izasa, exaltado recientemente con el Premio al Mérito Industrial. El galardón es otorgado por el Departamento de Ingeniería Mecánica y Mecatrónica de la Universidad Nacional y Aimun, la asociación de estos profesionales. Sus reflexiones resultan oportunas para pensar la industria y la universidad del país. UN Periódico conversó con el intelectual.

Isaza les ha sumado a sus estudios en física teórica, matemáticas, energía, cambio climático, sistemas dinámicos y ecología teórica numerosos ensayos en el campo de la epistemología. El impulso que le ha dado al sector industrial colombiano lo ha acompañado con el fomento de la cultura, así como con profundas reflexiones que atañen a la sociedad.

Nelly Mendivelso Unimedios

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Ciencia

Piense en una imagen fractal, por ejemplo aquel famoso patrón que lleva el nombre del matemático Mandelbrot. Al ampliar un pedacito de esta figura, re-sulta otra figura semejante y tan rica como él en estruc-tura fina. Esto que se confir-ma al ampliar otro pedacito más pequeño de este detalle y así ad infinítum, como nos quieren hacer creer los mate-máticos. ¿Pero es realmente así? ¿Es posible que haya más y cada vez más estructuras hasta detalles infinitamente finos, hasta escalas infinita-mente pequeñas, sin límite?

Lo que para los ma-temáticos es un reto de la imaginación, para los físicos resulta ser un rompecabezas. Su preocupación se origina en un veredicto de la mecáni-ca cuántica, en la relación de incertidumbre. Esta ley bá-sica pone un tope físico a la generosidad ilimitada de los matemáticos y requiere que por debajo de cierta escala todo se vuelva difuso, como la imagen de un proyector mal enfocado o como un re-trato impresionista.

¿Que pasa, sin embargo, con los atractores extraños, estas estructuras emblemá-ticas que surgieron de la teoría del caos como guio-nes subyacentes de proce-sos tan complejos como el nacimiento de un tormento eléctrico en el Valle de Tenjo o el movimiento del agua en una quebrada que baja de los cerros de Bogotá? Estos atractores también se carac-terizan por ser autosimila-res. Si esta propiedad está en contradicción con la mecáni-ca cuántica, entonces ¿es el caos es mera ilusión, que se esfuma bajo la mirada rigu-rosa de la mecánica cuánti-ca? Para aproximar algunas respuestas se constituyó en la Universidad Nacional el Grupo Caos y Complejidad, un equipo cuyo trabajo ha sido destacado en una de las revistas más importantes de la física mundial, en Physical Review Letters.

Una de sus preocupa-ciones, en particular, es mi-rar desde cerca y reconciliar con la mecánica cuántica lo que para la física clásica también es un “punto”, pero en un sentido más dinámico: aquel punto que simboliza la evolución temporal precisa y perfectamente determinista de cualquier proceso físico, según la versión clásica (en la jerga de los físicos teóricos se habla del “propagador”). Se espera que sufrirá el mismo destino, como los detalles fi-ligranos del fractal de Man-delbrot y se resolverá en un tipo de “mancha” difusa, ¿pe-ro cómo se verá exactamente esta mancha cuántica?

Matemáticamente es posible representar el com-portamiento de los puntos o “manchas” a este nivel, en términos de funciones como las de Wigner, debida al físico austro-húngaro Eugen Wig-ner, y aprovechar las llama-das aproximaciones semiclá-sicas, contrabandistas mate-máticos que se mueven en la región fronteriza y permiten “colar” al terreno cuántico al-go del pensamiento clásico acostumbrado, tal como la idea de trayectorias.

Ahora bien, vamos a la historia. Era 1976. Tras la es-critura de un artículo pio-nero de química cuántica, Eric Heller, hoy docente de la Universidad de Harvard, dejó las puertas abiertas para que aquellos investigadores lo suficientemente audaces hallaran la manera de descri-bir dicho manchón cuántico, en términos de trayectorias clásicas. El problema que He-ller entrevió, pero que supuso insuperable por sus dificulta-des técnicas inherentes.

Los integrantes del Gru-po Caos y Complejidad, del Departamento de Física de la Universidad Nacional, atrave-saron la puerta que dejó en-treabierta Heller en el 76. Es importante destacar que los físicos colombianos no cono-cían el artículo escrito por He-ller y que llegó a sus manos por recomendación del profesor Fritz Haake de la Universidad

de Essen, Alemania, en ese en-tonces director de la tesis doc-toral de Carlos Viviescas, uno de los integrantes del grupo. Haake, después de conocer el borrador de un artículo redac-tado por tres de los integrantes del grupo, se aprestó a exigir el suficiente rigor y los ajustes necesarios para que el artículo,

de un equipo de trabajo surgi-do en la Universidad Nacional, fuera convalidado por la elite de la física mundial y publica-do en la revista Physical Review Letters (22 de febrero).

El escrito, Semiclassical Propagator of the Wigner Func-tion, firmado por Tomás Dit-trich, director del grupo, Car-los Viviescas y Luis Sandoval, “poco o nada les dice incluso a personas con buen nivel cul-tural, pero para la comunidad física mundial supone un paso adelante en el desarrollo de un método de análisis de la evo-lución temporal de los siste-mas cuánticos caóticos y, con éste, en la construcción de un lenguaje común para la Física Clásica y la Cuántica.

El caos cuántico

A principios de los se-senta varios grupos de cien-tíficos se dieron a la tarea de

modelar sistemas altamente complejos, como el clima. Entre otros, Edward Lorenz, investigador del MIT, que realizó simulaciones con pa-rámetros elementales. Tras comparar los datos que arro-jaba su máquina de cálculo encontró que, con variacio-nes que parecían insignifi-cantes en los datos de entrada -en un lapso de tiempo-, los resultados de salida variaban en alto grado con respecto a los primeros, lo que dejaba clara la extrema sensibilidad de los sistemas no lineales. Es decir, se ponía de manifiesto la influencia que la más míni-ma perturbación en el estado inicial del sistema podía te-ner sobre el resultado final.

Este principio, que se encuentra en el núcleo de la Teoría del Caos y que funcio-na para la física clásica, cono-cido coloquialmente como “el efecto mariposa”, parecería entrar en contradicción con las leyes de la cuántica, ya que, en palabras del profesor Dittrich: “La física cuántica suprime el comportamiento caótico de los sistemas clá-sicos. El caos determinista no puede ocurrir en el nivel cuántico. En cierto sentido, la cuántica es menos aleatoria”.

Por esta razón, el grupo del investigador se preocupó desde hace más de diez años en estudiar la relación entre la física cuántica y el caos, o dinámica compleja. La apa-rente contradicción entre am-bas teorías llevó a los físicos a concentrarse en un área de-nominada caos cuántico, que se dedica al estudio de incon-sistencias en casos como el de los atractores extraños. Sobre este fondo teórico se desa-rrolló el trabajo que terminó con la publicación del artículo y que demandó un exigente análisis de estructuras geomé-tricas intrincadas en espacios de alta dimensión.

Tras el logro teórico que-da la expectativa por los alcan-ces y aplicaciones de la inves-tigación. El profesor Dittrich entrevé un futuro promete-dor, especialmente en ramas cómo la biofísica molecular, que demandan entender el complejo comportamiento de las esquivas moléculas in-dispensables para el funcio-namiento de la célula o en las nacientes nanociencias, cuyo campo de estudio se ubica en el rango donde el artículo es iluminador:

la tentadora, pero espi-nosa región fronteriza entre lo atómico y lo macroscópico.

Yino Castellanos Camacho Unimedios

delcaos cuánticoFísicos de la Nacional

avanzan en la comprensión

Fractales, incertidumbre y aproximaciones semiclásicas son complejos conceptos que, gracias al trabajo del grupo Caos y Complejidad, cobran sentido en un trabajo que ha sido destacado en una de las publicaciones más importantes de la física mundial, la revista Physical Review Letters.

Unas “fotografías de momento” de la mancha cuántica hallada y analizada por el grupo caos y complejidad

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Medio ambiente

La trayectoria profesio-nal de Jaime Fernando Gon-zález se ha desarrollado entre la Universidad Nacional de Colombia, donde estudió y comenzó a ejercer la docen-cia en la Facultad de Medici-na Veterinaria y Zootecnia, y la Universidad de Maryland, en Estados Unidos, donde realizó sus estudios de maes-tría y doctorado.

Su centro de operaciones es el Laboratorio de Toxicolo-gía Acuática, en el Edificio de Postgrados de Veterinaria, cuya creación estuvo motiva-da por la preocupación frente a la problemática ambiental de los recursos hídricos y por el enorme potencial de Colombia como productor

de peces. Así, el Laborato-rio ha realizado análisis de calidad de agua, bioensayos con especies ícticas de in-terés comercial y aplicación de biomodelos, con el fin de determinar contaminación de cuerpos de agua.

Peces de metal

Un ejemplo interesante de su trabajo es la investi-

gación que adelantó, con la Fundación Al Verde Vivo, en el río Bogotá, en el sector comprendido entre Villa Pin-zón y Suesca. Esta es una zo-na de contaminación crítica, por las inadecuadas prácticas ambientales de las curtiem-bres, que vierten los residuos del tratamiento de pieles a los desagües.

Durante seis meses, con intervalos de 30 días, los in-vestigadores del Laboratorio de Toxicología Acuática re-colectaron ejemplares de Pez Capitán, un bagre de agua fría nativo de la región. Esto en sí es una buena noticia, pues todavía hay vida en el río Bogotá. La mala noticia es que se encontraron rastros de metales pesados en los músculos de los peces, que fueron sometidos a diversos análisis para determinar có-mo la contaminación del há-bitat pudo haber afectado el desarrollo de los individuos.

A diferencia de esa in-vestigación, que se adelantó completamente en campo, la mayor parte del trabajo que se realiza en el Laboratorio de Toxicología Acuática em-plea el bioensayo, que con-siste en estudiar los peces bajo condiciones controla-das. La investigación busca medir el estrés oxidativo, que es la primera respuesta de las células cuando las ataca un tóxico que afecte los lípidos presentes en las membranas celulares.

“Cuando uno manifies-ta la intoxicación es porque todos sus mecanismos de de-fensa sucumbieron al tóxico.

Entonces, lo que queremos medir son esas respuestas primarias, para ver si existen indicadores del efecto de las sustancias”, explica el profe-sor González.

Glifosato: ¿inofensivo?

Justamente ese es el procedimiento para su más reciente trabajo, que busca determinar el impacto de las fumigaciones con glifosato y paraquat, dos herbicidas de uso extendido en nues-tro país, principalmente para la fumigación de zonas con presencia de cultivos ilícitos. El glifosato es un herbicida no selectivo postemergente. Esto quiere decir que arrasa con todo lo que sea tejido vegetal.

El profesor González señala que “en Colombia se han tomado decisiones con mucha connotación política sobre la utilización de her-bicidas, especialmente en lo que tiene que ver con con-trol de cultivos ilícitos, y la parte ambiental no ha tenido un peso suficiente para exi-gir que se estudien primero las sustancias. Entonces, uno resulta haciendo este tipo de estudios cuando ya se han fu-migado miles de millones de litros de glifosato en los par-ques naturales y en muchos lugares sensibles, debido a que esa fue la decisión del gobierno para controlar los cultivos ilícitos”.

Lo que se debería hacer normalmente, y así lo hacen los países con mayor con-ciencia ambiental antes de

usar un nuevo producto, es reunir la información sobre el impacto posible. Para ello se usan especies indicadoras, como peces, lombrices y aves, que son expuestas al tóxico y analizadas. A partir de los re-sultados se recomienda o no el uso de un producto.

Según González, “el cul-tivo de amapola, por el que se comenzó a aplicar el glifosa-to, fundamentalmente se da por encima de los 3.000 me-tros. En nuestros páramos, los frailejones están siendo remplazados por el cultivo de amapola. Eso es motivo de preocupación. Y si vamos a empezar a aplicar ahora este producto para erradicar los cultivos ilícitos, como él no discrimina va a caer también sobre la flora natural de ese ecosistema, que es nuestra productora de agua. Además, el producto ahora viene con un nuevo surfactante. Es más tóxico y garantiza que la sus-tancia permanece más tiem-po sobre las plantas”.

Este ha sido un tema álgido en las relaciones con Ecuador. Según comenta el profesor González, ese país adelantó una investigación con mujeres colombianas y ecuatorianas de la frontera, en el sector del Putumayo, y empleó un grupo de referen-cia de un lugar no sometido a fumigación. Allí se aplicó el ensayo del cometa, que con-siste en tomar una muestra de sangre y mirar el núcleo de los glóbulos blancos. Si el ADN se mantiene en su nú-cleo, se ve centrado; cuando sobre esa célula actúa una

sustancia genotóxica, el ADN comienza a dispersarse y se ve como un cometa.

“Los resultados arroja-ron que el glifosato tuvo efec-to genotóxico en el 36% de las mujeres habitantes de zonas fumigadas. Es decir, indujo modificaciones en el ADN que pueden manifestarse en defectos de sus descendien-tes. Por eso son las reclama-ciones de Ecuador”.

La hipótesis del Labora-torio de Toxicología Acuática es que los peces pueden re-velar el impacto del glifosato y el paraquat en la contami-nación acuática. Gracias al apoyo de la Fundación Inter-nacional para la Ciencia, IFS, entidad sueca que promueve la investigación en países del Tercer Mundo y que financió la propuesta con doce mil dólares, la investigación se encuentra en fase inicial. “La parte experimental arrancó hace un mes y en este mo-mento ya hay algunas tila-pias expuestas al glifosato en nuestros acuarios”, comenta González.

La opinión sobre el efec-to del herbicida está dividida, pero así se demostrara que es relativamente inocuo para animales, o sea de categoría toxicológica muy baja, pre-ocupa el hecho de que des-truye toda la capa vegetal. Además, tampoco se ha di-cho la última palabra sobre su impacto en personas. Y como anota el profesor González: “la historia de la toxicología ha mostrado que lo que apa-rentemente es inofensivo en un comienzo, puede tornarse muy tóxico”.

Testigos presencialescontaminación acuática

de la

El profesor Jaime Fernando González estudia desde hace 11 años las consecuencias de la contaminación ambiental en animales acuáticos. Recientemente encontró metales pesados en los músculos de peces del río Bogotá. En la actualidad, investiga, mediante bioensayos, los efectos de las aspersiones con glifosato.

La opinión sobre el efecto del herbicida está dividida, pero así se demostrara que es relativamente inocuo para animales, o sea de categoría toxicológica muy baja, preocupa el hecho de que destruye toda la capa vegetal.

Los estudiantes de pregrado y maestría aprenden al tiempo que aportan a las investigaciones que dirige el profesor Jaime Fernando González.

Javier Riveros Unimedios

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“Alfarería contemporánea de tradición milenaria” es el cur-so que dictará del 21 de junio al 8 de julio el Programa de Exten-sión y Educación Continua del Departamento de Antropología de la Universidad Nacional.

El objetivo es generar una retroalimentación entre el saber tradicional y los conocimientos académicos alrededor de la cerá-mica. Se enfatizará en el uso mile-nario de la arcilla y su trascenden-cia en la vida de las sociedades.

Los miércoles de 5:00 a 8:00 p.m. y los sábados de 8:00 a.m. a 1:00 p.m., el curso es-tará orientado a estudiantes y

profesionales de antropología, diseño industrial, artes y arqui-tectura, y al público interesado en la alfarería como tecnología de la materia plástica y en sus diversas formas prehispánicas.

Antropólogos y arqueólo-gos reconocidos, como José Vir-gilio Becerra, Alí Durán Okäl, Ana María Groot y Rosa María Jerez, conforman la nómina de espe-cialistas que conducirán el curso en cuatro sesiones teóricas en el Laboratorio de Arqueología y dos prácticas en distintos talleres ar-tesanales de Ráquira, Boyacá.

Las inscripciones se cie-rran el 20 de junio. El costo

es de $300.000 para profe-sionales y aplican descuentos especiales para estudiantes. La consignación se puede ha-cer en cualquier sucursal del Banco Popular, a nombre de Fondo Especial de la Facultad de Ciencias Humanas, cuenta 012 72 006-6. Posteriormen-te debe traerse el original y una copia del recibo, marca-do con el código de recau-do 20143022, a la Oficina de Educación Continua. Tercer piso del Edificio de posgrados de Ciencias Humanas.

Informes: 316 5000, ex-tensiones: 26113/ 26114

UN certifica la calidad de sus servicios Por primera vez una de-

pendencia de la Universidad Nacional obtiene el certifica-do de gestión de calidad ISO 9001. Se trata del Centro de Extensión Académica (CEA), de la Facultad de Artes, que recibió el sello de la entidad internacional Bureau Veritas Quality, a través de la firma BVQi en Colombia, que ga-rantiza estándares de calidad en las actividades de consul-toría que presta.

Actualmente, el CEA po-see 69 asesorías. Entre ellas sobresalen convenios con el Instituto de Desarrollo Urba-no (IDU), la Fiscalía Gene-ral de la Nación, el Institu-

to Colombiano de Bienestar Familiar (Icbf), el Sena y la Secretaría de Educación del Distrito.

El pasado 7 de junio, lue-go de adelantar un proceso de diagnóstico, planeación e implementación del sistema de gestión de calidad, con-templado por el modelo ISO 9001, y de realizar un riguroso ejercicio de auditoría, el CEA recibió la certificación del BVQi, cuyo alcance es “con-sultoría técnica, administra-tiva y legal, así como emisión de conceptos técnicos, para proyectos de seguimiento a pólizas de garantía de diseño y construcción de obras pú-

blicas y privadas”, según cons-ta en el documento oficial.

Por ejemplo, el convenio IDU-UN comprende el segui-miento a la garantía de todos los contratos que desarrolla el Instituto en Bogotá. Para el caso concreto de las obras de Transmilenio, ha logra-do establecer las causas de la degradación de las lozas y prever el problema que, tal como estaba diseñado, traería el conector de la Calle 80 con la Carrera 30.

Así mismo, el CEA tie-ne a cargo cinco de los 17 planes maestros que la Alcal-día Distrital desarrolla para la proyección urbanística de

Bogotá. Con ello la Universi-dad acompaña a la ciudad en la creación de política pública en temas de infraestructura, educación, equipamientos deportivos, de culto y de bien-estar social. “Es decir, la Uni-versidad está dando buena parte de la respuesta en torno a la planeación de la ciudad en los próximos 20 años”, re-salta el profesor Fernando Montenegro, Vicerrector de la Universidad Nacional Sede Bogotá.

Desde el punto de vista académico, este proceso ha beneficiado a los estudiantes de Arquitectura, Ingeniería, Diseño Industrial y otras ca-

rreras, que mediante pasan-tías se vinculan desde muy temprano a los proyectos de consultoría. Y todo ello re-dunda en la formación cali-ficada de sus destrezas y, por supuesto, en la generación de nuevo conocimiento, que emana directamente del con-tacto con problemas reales.

Así, la certificación de calidad ISO 9001, no sólo es una apuesta a adoptar herra-mientas de gestión a tono con los requerimientos de com-petitividad del sector públi-co, sino también un recono-cimiento a la experticia y el dominio técnico acumulado por la Facultad de Artes.

Curso de arcilla, tradición contemporánea

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Investigación

Abejas que en vez de volar con respecto a la ubi-cación del sol, igual que las demás, lo hacen de noche. Sin aguijón, como la angelita; inquieta, como la enredaca-bellos; de colores verdes me-talizados, como las abejas de las orquídeas, o diminutas, como las abejas del sudor, que no miden más de dos milímetros, son algunas de las que integran esta diversi-dad de insectos nativos en el norte del Valle del Cauca.

Sobre sus formas, colo-res y tamaños se registra el inventario de 78 especies que el zootecnista de la Univer-sidad Nacional Juan Manuel Rosso encontró en la vereda Bellavista, del municipio El Dovio –más o menos a 1.800 metros de altura–, con la ayu-da de Jairo Carmona y Johana García, jóvenes de la comuni-dad, cuando adelantaba un diagnóstico para el aprove-chamiento y manejo integra-do de abejas en agroecosiste-mas andinos.

El inventario contribuye al estudio de la apifauna co-lombiana, estimada en cerca de mil especies, de las que se conoce a ciencia cierta sólo 5%. Lo más interesante fue la observación que, sobre es-tos insectos y su apoyo en el mantenimiento de la bio-diversidad, hicieron Rosso y los integrantes de la comu-nidad de El Dovio. Las abe-jas melíferas son el animal doméstico más estudiado, pero sobre aspectos como su morfología, hábitos de nidi-ficación, comportamiento y utilización de las especies sil-vestres aún queda mucho por descubrir.

Actualmente no existe la costumbre de criar abe-jas como lo hicieron nues-tros indígenas. Los mayas, por ejemplo, tenían grandes colmenares. Incluían en sus códices figuras alusivas a la meliponicultura (cría y ma-nejo de abejas sin aguijón). Tal tradición se fue dejando con la llegada de las abejas europeas y africanizadas y el paradigma empezó a ser la producción de abejas melífe-ras con tecnología avanzada, lo que desplazó el gusto por las nativas, incluso en las cos-tumbres de los campesinos.

El hallazgo del profesor Rosso es que “además de pro-ducir miel, las abejas son res-ponsables de la polinización de gran cantidad de plantas. Contribuyen a la regenera-ción y continuidad de los bosques nativos y al mante-nimiento de la seguridad ali-mentaria de las poblaciones humanas”. Dato importante, si se tiene en cuenta que un tercio de lo que comemos de-pende de la polinización por abejas y otros animales.

La gente de El Dovio se relacionaba con las abejas

Apis mellifera para extraerles miel; con las que no tienen aguijón, para usar esta sus-tancia en medicina tradicio-nal, como cura para pterigios y otras enfermedades. A las demás no las conocían o las confundían con cucarrones o moscas. Que los habitan-tes conocieran la diversidad de estos animales y sus re-laciones con las plantas del agroecosistema fue uno de los logros del estudio.

En once sistemas cultu-rales de siete fincas, en las que había cultivos de grana-dilla, lulo, café bajo sombrío, fresa, huertas de pancoger, praderas, cultivos forrajeros, relictos de bosque y áreas con mayor influencia huma-na, como jardines y taludes de las carreteras, se captu-raron 1.390 individuos, per-tenecientes a 78 especies y morfoespecies de las familias Apidae, Megachilidae, Halic-tidae y Colletidae.

Las abejas fueron ob-servadas en sus labores de aprovechamiento de recur-sos alimenticios, acopio de materiales para nidificación y dentro de árboles de 64 es-pecies. “La idea era ubicar el animal, pero también la flor que visitaba, para anali-zar su comportamiento y el recurso que tomaba de ella”, explica Rosso. La planta de granadilla ofrece néctar; la de lulo, polen, y las orquídeas, una fragancia que utilizan los machos del grupo Euglossini para atraer a las hembras. To-dos estos recursos son ofre-cidos por las flores para que las abejas tomen el polen y lo

transporten a otras plantas, en lo que se conoce como po-linización. Sin embargo, es-tas relaciones no son siempre recíprocas. Algo particular ocurre con algunos cultivos, como la granadilla.

Toma y se va

Cuando el cultivo de granadilla está en floración ofrece una gran cantidad de néctar para sus visitantes: Xylocopa spp., Eulaema spp., Centris sp., Epicharis sp., Apis mellifera y Trigona amalthea. Las cuatro primeras tienen el tamaño adecuado (entre 3 y 4 centímetros) para tener con-tacto con las anteras de flor y transportar eficientemente el polen. Esto produce una rela-ción equitativa. Las otras dos, A. mellifera y T. amalthea, aprovechan el recurso, pero no le devuelven el “favor” a la planta. El tamaño de la primera (más de un centíme-tro), hace que el transporte de polen no sea eficiente. Ella toma el néctar y se va. Pero el número de individuos que visitan el mismo cultivo se convierte en factor de com-petencia para los verdaderos polinizadores.

La otras especie, T. al-malthea, simplemente muer-de los botones florales, pro-bablemente buscando el po-len o para utilizar fragmentos de flor en la construcción de nidos. Ese comportamiento puntual, al que generalmen-te los agricultores responden con aplicación de veneno, impide ver su papel como polinizadora de otras plan-tas, como las palmas. Ade-

más, “cuando se fumiga no sólo se elimina lo que se con-sidera “plaga”, sino también a otras especies de poliniza-dores. Por ello es importante conocer con más detalle el papel de cada insecto en este ciclo vital”.

¿Qué pasa con las po-blaciones de abejas polini-zadoras cuando los cultivos no están en floración? De acuerdo con Rosso, “aquí es importante tener una visión integral del agroecosistema para poder manejarlo a favor de los insectos”.

Por ejemplo, la clasifica-ción de las plantas visitadas por las abejas muestra que el 30% corresponde a “male-zas” que aparentemente no representan beneficios en las fincas, pero que son necesa-rias para el sostenimiento de las poblaciones de abejas que polinizan plantas importan-tes para el hombre. Además, hay en otros sistemas, como los bosques, los rastrojos y los alrededores de las casas, que son recursos alternativos tan-to de alimentación como de nidificación para las abejas. Es necesario conocer todo esto y aprender a manejarlo en favor de la diversidad.

Del manejo integrado de los sistemas culturales de-pende un cultivo bien polini-zado que, a su vez, redunda en frutos con mejor llenado, composición y calidad de los azúcares, y simetría. Tema que resulta oportuno debi-do a que en el mundo existe crisis de polinización y los países empiezan a buscar al-ternativas para asegurar este

servicio, que se basa en po-blaciones de abejas silvestres y domésticas.

Herederos de conocimiento

Comprender la relación entre las abejas y las plan-tas en agrosistemas andinos del Valle del Cauca, desde el punto de vista científico, no hubiese tenido sentido sin la participación del saber popular. Por eso el estudio contó con la vinculación de dos jóvenes coinvestigadores del grupo “Herederos del Pla-neta”, que desde hace varios años trabaja en temas rela-cionados con el medio am-biente.

Para la sensibilización de niños y jóvenes se par-tió de pinturas e historietas protagonizadas por abejas y se concluyó con la elabo-ración de un teatrino, para representar obras de títeres, en las que diferentes especies contaban su función en los ecosistemas. Algunos jóvenes tallaron abejorros en el co-razón de un “arboloco”, un árbol de la región.

Los adultos aprendieron sobre biología y comporta-miento de las abejas, que se aplica al aprovechamiento de las abejas en sus fincas, en prácticas de meliponicultu-ra y otras actividades. Todos abrieron los ojos frente a un recurso de gran importancia para el mantenimiento de la biodiversidad y producti-vidad que, seguramente, sa-brán aprovechar.

Equipo periodístico Unimedios

Redenciónabejas nativas

de las

En Colombia se empieza a explorar el potencial que las abejas tienen en la regeneración de los bosques y el mantenimiento de la seguridad alimentaria. Un estudio revela 78 especies de abejas en el Valle del Cauca y da cuenta de su excelente papel como polinizadoras.

Que los habitantes conocieran la diversidad de estos animales y sus relaciones con las plantas del agroecosistema fue uno de los logros del estudio.

La deforestación, la explotación inadecuada, el uso de pesticidas y la competencia con especies introducidas ponen en riesgo la supervivencia de estos polinizadores.

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Libros

Acaba de ser publicado este libro, que es el principal resultado del proyecto “Gue-rra, democracia y globaliza-ción”, adelantado por el Ins-tituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales (IEPRI), de la Universidad Nacional de Colombia, en el marco del proyecto Crisis Status Programm, del Lon-don School of Economics and Political Science (LSE), que contó con la cofinancia-ción de Colciencias.

El título se explica por-que el libro trata de una gue-rra que es innombrable, en dos acepciones: en primer lugar, como todas las guerras, la colombiana ha producido atrocidades sin nombre. Y segundo, la colombiana ha sido particularmente difícil de clasificar. Se discute si es una guerra civil o no, si tiene carácter político o es pura-mente criminal, incluso si se trata o no de una guerra. El título toma partido al menos en un sentido: el conflicto co-lombiano es una guerra que ha durado tanto que requiere ser analizada en sus diversas transformaciones.

El texto final fue el re-sultado de un esfuerzo colec-tivo e individual. Colectivo, porque a lo largo de más de dos años los participantes del proyecto y los demás miem-bros del IEPRI discutieron los distintos aspectos del conflic-to y cada uno de los textos pu-blicados. Individual, porque es imposible, para un grupo proveniente de disciplinas y experiencias tan diferentes, llegar a conclusiones únicas en un tema tan complejo. Por ello cada capítulo tiene uno o dos autores.

Además de la introduc-ción, el libro consta cinco partes y 13 capítulos, que fueron escritos por 17 auto-res, la mayoría del IEPRI, de las Universidades Nacional, de los Andes, Javeriana y de Londres. Las diversas partes del libro se ocupan de los aspectos internacionales del conflicto –la guerra colom-biana, como todas las que aún se dan en el mundo, es cada vez más global–, de las dinámicas de los actores ile-gales, la relación del conflicto con el Estado y el régimen político, los recursos que fi-nancian la guerra y la resis-tencia civil.

No es posible en un es-pacio tan reducido enumerar todos los aportes del libro, pe-ro vale la pena subrayar dos. En primer lugar, muestra que es completamente equivoca-do afirmar que la apertura o democratización del régimen político reduce el conflicto. Después de todo, la aproba-ción de la Constitución de 1991, que nadie duda en cali-ficar de más democrática que la de 1886, no disminuyó la intensidad del conflicto. En segundo lugar, el libro es es-céptico frente a la creencia en que el aumento constante de los recursos económicos con que cuentan los grupos arma-dos ilegales y sus relaciones cada vez más estrechas con organizaciones criminales están produciendo una des-politización irreversible de tales grupos. Por el contrario, la guerra colombiana es de manera creciente a la vez más política y más criminal.

Andrés López Restrepo IEPRI, Universidad Na-

cional de Colombia

IEPRI, Nuestra guerra sin nombre Transformaciones del conflicto en

Colombia, Bogotá, IEPRI-Norma, 2006

Transformaciones del conflicto en Colombia

Nuestra guerra sin nombre.

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Arte

En esta ocasión las dos exposiciones que confor-man la Zona Centro (Boyacá, Cundinamarca y Bogotá) Un lugar en el mundo, curada por Natalia Gutiérrez, y Pai-saje: una cartografía del arte contemporáneo en Boyacá, curada por Jairo Moreno y Gabriela Numpaque, propor-cionan dos miradas amplias sobre las maneras en que los artistas desarrollan sus pro-puestas artísticas. Esto evi-dencia sus modos de hacer y pensar el arte.

Por un lado, Natalia Gutiérrez ofrece un recorri-do por la Bogotá histórica. Allí lo tradicional y lo actual establecen un diálogo a tra-vés del tiempo. Los sitios que han recogido las vivencias de varias épocas reciben en es-ta ocasión visitantes nuevos, que proporcionan otra mi-rada a estos lugares. El Mu-seo de Arte Colonial recibe a José Alejandro Restrepo, Rolf Abderhalden y a Víctor Laignelet, entre otros; el Mu-seo Iglesia Santa Clara, a Ma-ría Terese Hincapié, Miguel Ángel Rojas y Beatriz Euge-nia Díaz; el Teatro Colón, a Clemencia Echeverri, Dani-lo Dueñas, Alberto Baraya e Icaro Zorbar, entre otros; la Sala Republicana de la Luis Ángel Arango, a Juan Mejía, y los Archivos de Bogotá y el General de la Nación, a varios artistas que dan cuenta de las múltiples miradas que les ofrece Bogotá a sus habitan-tes y visitantes.

Lo colonial en los espacios artísticos contemporáneos

Los ámbitos particulares de la cultura y los modos de vida son otro de los campos que los artistas contemporá-neos se han dado a la tarea de investigar. Debido a que su estudio conduce al conoci-miento de elementos concep-tuales y perceptivos propios de ámbitos sociales peculia-res, que en muchos casos son motivo de reflexión sobre la identidad cultural, su dimen-sión histórica y social, pro-porciona al arte contemporá-neo la posibilidad de articu-lar y generar significados con formas de arte producidas en distintos contextos. Esto es parte de lo que representa el encuentro entre las artes co-loniales y las prácticas artísti-cas contemporáneas.

Iniciaré la reflexión en torno a este encuentro con

un comentario de lo que se percibe al presenciar la obra de Rolf Abderhalden, ins-talada en el Museo de Arte Colonial, con motivo del 40 Salón Nacional de Artistas. La estrategia de Abderhalden puede describirse como un contundente apoderamiento tanto de los elementos ico-nográficos como del carácter simbólico del espacio, lo que acaba generando una forma inédita de teatralización y plantea cuestionamientos a los esquemas conceptuales con que solemos pensar lo otro, al hacernos conscientes de que también nos habita.

En la videoinstalación titulada Sanatorio de la Ca-pilla de Indios, del antiguo claustro de la iglesia de San Ignacio, transformada en sa-la de exposición del Museo, los cuadros religiosos de la colonia han dado la espalda, como si los iconos de cual-quier santuario del altiplano hubieran dicho a sus devo-tos: “por favor, no más rezos” y, tal vez, como si los guías de la colección permanente tuviesen que hacer un esfuer-zo inesperado por aclarar a sus visitantes cotidianos el sentido de lo visto y no visto. En tanto esto sucede, la sala es hoy más que nunca un templo. La puerta por la que entraban y salían los pere-grinos en la época colonial, hoy clausurada, nos da por momentos la ilusión de que se va a volver a abrir. El es-

pectador-peregrino no tiene en este templo imagen qué adorar o, más bien, la imagen viva que lo acompaña es una imagen que lo confronta. Si el espectador trata de describir quiénes son “ellas”, las prota-gonistas de la escena virtual, se pone en evidencia. La pre-gunta ya no es quiénes son “ellas”, sino quién es el espec-tador. ¿Moderno?, ¿cristiano? El espectador es aquel que se vuelve hacia el sagrario para escuchar los rezos esperan-zados y a la vez desconsola-dos de “ellas”

Paisaje, en la Zona Centro

Por otro lado, en el plan-teamiento de la curaduría Paisaje: una cartografía del arte contemporáneo en Boya-cá se tomó el paisaje no como género artístico, sino como un verbo que se conjuga con diferentes personas, tiempos, modos y circunstancias. Es un intento por indagar cómo se asume, se trata y se evi-dencia el paisaje cultural del altiplano cundiboyacense en la producción artística. El via-je emprendido transformó la misma concepción de paisaje en nosotros, ahora asumida como la experiencia de estar y pensar desde un lugar.

Se levantó un mapa mental, una carta del paisaje que se recorre, un mapeado destinado a encontrar señales para pensar cómo se genera

la producción plástica en la región. Así, se atendió la for-ma como cada artista asume la realización de su trabajo, el tratamiento de éste con re-lación al espectador y cómo estas propuestas hacen parte de un lugar que muchas veces se desconoce y silencia.

Algunos de los trabajos de esta cartografía toman elementos y material expre-sivo reelaborado desde una mirada atenta al entorno, co-mo la propuesta de Gonzalo Acero, que toma partes de los animales (escrotos, colas, pezones) y les da un trata-miento propio de condeco-raciones públicas y objetos litúrgicos. Héctor Méndez, en Oratorio con iconografía íntima y reclinatorio móvil, se vale de las maniobras pu-blicitarias y religiosas, afirma la banalidad y transitoriedad de sus ídolos, y constituye las instrucciones de uso en una reafirmación de inutili-dad. Alejandro Araque, por medio de los juegos sutiles de la imagen y la palabra, les pregunta a los habitantes de las zonas rurales con las que interactúa qué es un pájaro, un pajarraco, un espantapá-jaros, un paraco.

Otras propuestas se valen de la exhibición para cuestionar las relaciones que establecemos entre los llama-dos objetos artísticos y el es-pectador. Es el caso de Dilsa Jiménez, que crea espacios de

conversación en torno a las inundaciones que sufren cí-clicamente los habitantes de ciertos sectores de Tunja, una conversación mediada por la construcción de barquitos de papel. O el trabajo con los niños del Amparo de niños, de Alexander Sosa y Marury Díaz, que se reunieron con los niños, con el pretexto de hacer fotografía, a ser y hacer parte de ciudades posibles.

Retomar objetos, suce-sos y darles otros sentidos es otra de las maneras de asu-mir el quehacer artístico. En África en Tunja Darío Ramí-rez ha dibujado con tijeras dos rinocerontes, nombra-dos como Mincultura e IDCT, custodiados por un tenedor que trincha un embutido y un cuchillo acechante. En una lucha contra el olvido, Francisco Rodríguez reco-ge los testimonios del hurto de los cuadros La visión de San Ignacio y La Virgen de la Antigua, de la Iglesia de San Ignacio. Por medio del docu-mental nos pregunta por la memoria y por lo que ahora es un recuerdo de un hecho que sigue sucediéndose.

La participación de es-ta Muestra en las dinámicas artísticas del país es válida en tanto se fortalece la com-prensión de las diferencias y particularidades que enmar-can los trabajos, que atienden al interés de dar cuenta del contexto y no a posiciones folclorizantes, esnobistas y a clichés culturales en torno a una región. Es un interés por fortalecer las relaciones que permitan la circularon y con-frontación de la producción artística hablando desde no-sotros, sin desconfigurarnos.

Respecto del acerca-miento del público de la región a las propuestas pre-sentes en el Salón Regional, exhibido en Tunja, Cajicá y Bogotá, se debe diferenciar el público en general, que reconoce e identifica en las propuestas una serie de prác-ticas sociales, culturales y las condiciones del mundo con-temporáneo, de otro segmen-to de público especializado, del que hacen parte artistas, algunos que no hacen parte de la muestra y, por tanto, es-tablecen una postura crítica con lo exhibido, lo que per-mite que se dialogue y con-fronte en torno a la curaduría y su exhibición.

En uno u otro caso se hace necesario fortalecer es-pacios y estrategias de circu-lación, de mediación crítica, de diálogo entre el público y artistas. Por otra parte, este Salón ha permitido que las instituciones se piensen y las pensemos, no sólo con relación a una supuesta fisu-ra entre arte y cultura, sino con relación a unas políticas educativas que descuidan la formación artística en básica y secundaria, lo que crea dis-tanciamientos entre el públi-co y el medio artístico.

Óscar Romero En torno a la curaduría

Un lugar en el mundo, de Natalia Gutiérrez (Estu-diante de la Maestría en

Historia y Teoría del Arte y la Arquitectura, Univer-

sidad Nacional)

Jairo Moreno Gabriela Numpaque

Curadores XI Salón Re-gional Zona Centro

Docentes de Universidad Pedagógica y Tecnológica

de Colombiadescentramiento

continuo

El Centro:El XI Salón Regional Zona Centro es sobre todo una muestra de la manera como los artistas están viendo y están siendo vistos por las gentes, el medio y la cultura de la que hacen parte.

Santa Lucía, Jose Alejandro Restrepo Techito, Rosario López

Venados en Bogotá, Carolina Calle África en Tunja, Darío Fernando Ramírez

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En la Universidad Na-cional no sólo se estudia y se investiga. Sus predios han sido escenario del tradicional “picadito” en canchas al na-tural, como la que está cerca de la Facultad de Ciencias Humanas, que tiene un árbol en medio del terreno de jue-go. Al particular jugador se le atribuyen indudables reper-cusiones sobre los resultados de los encuentros. En ella es posible oír expresiones como “tóquela si me estima”, “úse-me”, “súrtame”, “me tiene, me tiene” y otras para pedir el balón o dirigir el partido.

Sus torneos interfaculta-des –como la Copa Freud– se distinguen por hacer las deli-cias de los estudiantes mien-tras hacen la siesta del me-diodía o en los espacios entre clase y clase. Una mirada a las tablas de juego remite a la creatividad de los estudiantes para bautizar los equipos. “Su abuela en chanclas” (Saech), “EDQFAF” (El Diente Que le Falta a Fracois), “Juez, sólo tengo mil pesos”, “Deportes títulos”, “La uchuva mecáni-ca”, “Me llegó” y “Rapunzel se tusó” son algunos ejemplos.

El fútbol profesional también ha estado presente en el Estadio Alfonso López Pumarejo, uno de los más antiguos del país, que en la época de El Dorado fue uno de los lugares en los que se consolidó este espectáculo en el país.

Memorias del Alfonso López

“El Estadio será cons-truido en la Ciudad Univer-sitaria”, “El estadio de Bogotá va a estar dotado de todos los adelantos modernos” y “Está ya casi listo el Estadio de la Ciudad Universitaria” son algunos de los titulares de prensa que en la década del 30 manifestaban las an-sias de los bogotanos por ver construido un espacio para la práctica de deportes, en especial el fútbol. Ese sueño se hizo realidad en 1937.

A lo largo de sus casi 70 años de historia, el Alfonso López ha sido testigo de tras-cendentales momentos. En él nacieron los Juegos Depor-tivos Bolivarianos que se in-auguraron en 1938 como ho-menaje a Simón Bolívar y que se propusieron unir deporti-vamente a los países boliva-rianos (Colombia, Venezuela, Bolivia, Ecuador, Perú), que fue, aunque en lo político y administrativo, el sueño que él se propuso lograr.

Mike Forero, ex director de Coldeportes, cuenta que en aquel momento las dele-

gaciones viajaron por tierra, por mar, en buses y en tre-nes para asistir a este even-to, que se mantiene vigente. “Allí se celebró el encuentro de fútbol entre Colombia y Perú, que despertó una gran expectativa. La selección na-cional, dirigida por el argen-

tino Fernando Paternóster, héroe deportivo de los Juegos Olímpicos y del Mundial de Fútbol de 1930 –celebrado en Uruguay–, donde tuvo una discreta actuación: perdió por 0-1”, recuerda.

Durante algo más de 20 años, en especial durante la

llamada era del El Dorado del fútbol profesional, alrededor de 1948, este estadio fue uno de los epicentros más agita-dos del deporte colombiano. Los mejores jugadores de la época –Alfredo Di Stefano, Pedro Cabillón, Adolfo Pe-dernera y Antonio Báez, de la

nómina de Millonarios– hi-cieron sus jugadas maestras en el Alfonso López.

Pero el valor de la edifi-cación no es sólo deportivo. Hasta 1945 esta obra fue la más conocida del arquitec-to alemán Leopoldo Rother, encargado del diseño urba-nístico de la Ciudad Univer-sitaria de Bogotá. Su belleza arquitectónica se debe a su simplicidad y refinamiento. De sus líneas puristas se des-tacan los muros blancos y sus puerta-ventana. Rodrigo Cortés, Director del Museo de Arquitectura Leopoldo Rother, lo define como un manifiesto de la arquitectura moderna en el que sus ele-mtos, por ejemplo, la cubierta en voladizo sobre la gradería oriental, liviana y dinámica, comienzan a reflejar cómo la arquitectura empieza a sinto-nizarse con el deporte.

El Estadio fue remo-delado en el 2003 para, de nuevo, prestarle sus servicios al fútbol colombiano. Con el campeonato de la División B recuperó su popularidad. Allí el Chicó Fútbol Club, bajo la dirección de Eduardo Pi-mentel, el recordado líder del mediocampo de Millonarios en la década de lo ochenta, ascendió a la Primera Divi-sión del Fútbol Profesional Colombiano tras derrotar 1-0 a los Pumas de Casanare. El Chicó disputó algunos parti-dos, con resultados bastante regulares, y se fue a jugar a Tunja, donde actualmente busca crear hinchada propia.

La presencia de este es-cenario deportivo en la Ciu-dad Universitaria confirma lo que ha sido una constante en las grandes universidades latinoamericanas. La Univer-sidad Nacional Autónoma de México y el Instituto de Monterrey cuentan con sus propios equipos y estadios. Este modelo tuvo su origen en los Estados Unidos y en algunos países europeos que comprendieron la necesidad de acompasar el trabajo neu-ronal con los sudorosos en-trenamientos físicos.

Así, “El mejor espectácu-lo del mundo”, como bautizó Carlos Arturo Rueda C. al fút-bol, mantendrá su vigencia bien cerca de las aulas univer-sitarias. Cada rincón de cés-ped dispuesto para que ruede el balón servirá de pretexto para bañarse de gloria, así sea efímera y reconocida tan sólo por los compañeros de clase.

Equipo periodístico Unimedios

Fútbol de primera

En pleno Mundial de Fútbol, es pertinente recordar cómo este deporte ha puesto a vibrar a la Universidad Nacional. Además de las canchas naturales y las construidas para ello, el Estadio Alfonso López guarda las memorias de las mejores épocas del balompié en el país.

Techito, Rosario López

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Exhibición de porristas durante un partido de fútbol. Estadio Alfonso López

El Deportivo Independiente Santa Fe, en uno de sus partidos durante la época de El Dorado en el estadio Alfonso López

Alfonso López

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Cine

Entre las iniciativas tendientes a la apertura del Campus, la Cinemateca de la Universidad Nacional de Colombia Sede Bogotá reabre sus puertas. Aprovecha para ello la celebración de los 70 años de la Ciudad Universi-taria.

Esta es parte de la pro-gramación que acompaña la reapertura de este espa-cio para la ciudad. Después del preestreno en el país del documental La historia del camello que llora, una copro-ducción de Alemania y Mon-golia con la colaboración de la National Geographic So-ciety, y la película Tacha azul (dogma32), Globo de Cristal Karlovi Vari 2004, el jueves 15 de junio la Cinemateca pre-sentará, por primera vez en Colombia, El Niño, una cinta de los hermanos Dardenne, que ganó la Palma de Oro en el Festival de Cannes.

Por otra parte, la mues-tra de Eurocine 2006 trajo pa-ra la Cinemateca una signi-ficativa acogida por parte de los agregados culturales de la distintas embajadas acredi-tadas en el país y de las casas distribuidoras de películas.

La embajada de Bra-sil, por ejemplo, iniciará un panorama del cine carioca, que incluye obras de los años veinte y treinta, hasta la úl-tima década, de directores considerados verdaderos

íconos de la cinematografía de ese país, como Walter Hu-go Khuorit, Glauber Rocha, Nelson Pereira Dos Santos, Arnaldo Jabor, Bruno Barreto, Roberto Farias, Walter Lima y Walter Salles, entre otros. La muestra se extenderá hasta agosto.

Por su parte, la Embaja-da de Francia facilitó la pro-

Preestrenos en la reapertura

Cinematecade la

gramación de tres muestras representativas de ese país: la primera, una serie de los siete mejores documenta-les del 2004 y del Festival de Festivales, durante la cuarta semana de junio; la segunda, denominada Comedia Fran-cesa Contemporánea, se ex-hibirá el 16 y el 17 de junio en funciones de tres y seis de la

tarde, y la tercera, del jueves 29 junio al sábado 1 de julio, un ciclo del documentalista y etnógrafo Jean Rouch, otro de los grandes directores que, junto con John Casavettes y Jean Luc Godard, sistemática y conscientemente ha hecho difusas las fronteras entre realidad y ficción. Además, la Cinemateca será en sep-

tiembre una de las sedes del Festival de Cine Francés.

Se viene impulsando adicionalmente un programa de matinales infantiles, con funciones los sábados a las 10:30 de la mañana. Las pe-lículas de junio son: sábado 3, Wallace y Gromitt: la ba-talla de los vegetales; sábado 10, Bob esponja; sábado 17, Bambi II: El gran príncipe del bosque; sábado 24, Madagas-car, y el sábado 1 de julio, Winnie Pooh y el elefante.

Escena de la pelícual Tacha Azul (Dogma 32)