UNIVERSIDAD NACIONAL FACULTAD DE CIENCIAS EXACTAS Y NATURALES ESCUELA DE … · 2018. 8. 29. ·...
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UNIVERSIDAD NACIONAL
FACULTAD DE CIENCIAS EXACTAS Y NATURALES
ESCUELA DE CIENCIAS BIOLÓGICAS
Informe Escrito final
Respuesta fenológica, ecofisiológica y alométrica de Psychotria elata (Swartz.)
Hammel y Palicourea lasiorrachis Oersted en dos coberturas con diferente estado de
regeneración en Río Macho, Costa Rica.
Proyecto de graduación presentado como requisito parcial para optar por el grado de
Licenciatura en Biología con Énfasis en Manejo de Recursos Naturales
Esteban Francisco Salazar Acuña
Campus Omar Dengo
Heredia, Costa Rica
2011
I
Este trabajo de graduación fue _______________________ por el tribunal examinador
de la Escuela de Ciencias Biológicas de la Universidad Nacional como requisito parcial
para optar por el grado de Licenciatura en Biología con Énfasis en Manejo de Recursos
Naturales
_________________________________
Dr. Alexander Rojas (quien preside)
Sustituye al Decano de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales
__________________________________
M.Sc. Carola Scholz
Sustituye al Director de la Escuela de Ciencias Biológicas
___________________________________
Ph.D. Roberto Cordero Sol{orzano
Tutor
___________________________________
M.Sc. Tania Bermúdez Rojas
Asesora
__________________________________
M.Sc. Elizabeth Árnaez Serrano
Invitado especial
II
Resumen
El sotobosque es un componente importante de los ecosistemas tropicales y sus
respuestas ante los cambios antropogénicos pueden definir las interacciones ecológicas
a varios niveles. Se caracterizaron las variables ambientales, las relaciones alométricas,
la fenología y la concentración de glucosa en los tejidos (n=25) de Psychotria elata y
Palicourea lasiorrachis en dos coberturas vegetales con diferente estado de
regeneración natural en Rio Macho, Costa Rica, desde junio de 2009 hasta julio de
2010. La temperatura media fue mayor en el tacotal que en el bosque, pero en ninguno
de ellos estuvo correlacionada con la fenología. Los parámetros lumínicos obtenidos de
fotografías hemisféricas fueron diferentes entre coberturas, entre la época seca y
lluviosa, con excepción en la época lluviosa entre las especies. Las relaciones
alométricas no estuvieron influenciadas por la cobertura o la especie, pero la interacción
sitio-especie fue significativa. Ambas especies mostraron diferencias principalmente en
la temporalidad en la fructificación, con un atraso en la producción de P. elata en ambos
sitios con respecto a P. lassiorachis. La floración es asincrónica pero cambia
diferencialmente cuando crecen en el tacotal. La glucosa contenida en los tallos no varió
entre especies o coberturas, pero si entre épocas y aumenta durante la época de
fructificación. P.elata es una especie más dependiente de la cobertura y respondió más a
los cambios antropogénicos, que los observados en P. lasiorrachis. Los cambios
evidenciados en las respuestas fenológicas y alométricas de estas plantas permiten
suponer que la ecología funcional de estas especies se adapta a las condiciones
particulares producidas por las actividades humanas, pero se mantiene en ambos sitios.
Los arbustos de sotobosque responden diferencialmente ante los cambios producidos
por las actividades humanas a largo plazo y es necesario incluirlos en las evaluaciones
sobre la restauración de los ecosistemas de altura.
III
Agradecimientos
Este trabajo de graduación es el resultado del apoyo y colaboración amigos, profesores
y familiares. Un agradecimiento especial al Dr, Roberto Cordero Solórzano y a la M.Sc.
Tania Bermúdez por los innumerables consejos y por el apoyo recibido durante todo el
proceso. A la Escuela de Ciencias Biológicas de la Universidad Nacional y la Comisión
Nacional de Rectores, por el apoyo financiero y de infraestructura; al coordinador de la
Estación de Biología Tropical y Acuicultura Río Macho M.Sc. Iván Sandoval; a la Red
Latinoamericana de Botánica (RLB), la Asociación Latinoamericana de Botánica (ALB)
y a la Sociedad Mesoamericana para la Biología y la Conservación (SMBC), por las
diversas oportunidades de presentar adelantos de este trabajo en diferentes congresos y a
todas aquellas personas que me inspiraron con su consejo y comentarios durante este
recorrido.
IV
Dedicatoria
A mi familia natural y escogida, mis compañeros y compañeras, a los amantes de lo
vivo, lo verde, lo florido y a todos aquellos y aquellas que ven el mundo crecer a través
de los ojos del bosque y su inmensa energía.
V
Índice
Miembros del tribunal………………………………………………………………..................................... I
Resumen…………………………………………………………………………............................................. II
Agradecimientos……………………………………………………………………........................................ III
Dedicatoria………………………………………………………………………………………..…………..... IV
Índice…………………………………………………………………………………………..………………. V
Índice de cuadros…………………………………………………………………………...…………………. VI
Índice de figuras………………………………………………………………………………………………. VII
Abreviaturas………………………………………………………………………………..………………….. VIII
1. Introducción……………………………………………………………………………..………………… 1
1.1. Antecedentes……………………………………………………………………..……….................. 3
1.2. Justificación……………………………………………………………………….............................. 4
1.3. Objetivos……………………………………………………………………………...……………… 7
1.3.1. Objetivo General……………………………………………………………………………….. 7
1.3.2. Objetivos específicos……………………………………………………………………………. 7
2. Metodología……………………………………………………………………………………………….. 8
2.1. Sitio de estudio……………………………………………………………………………………….. 8
2.2. Especies estudiadas……………………………………………………………………….................. 9
2.3. Variables microambientales………………………………………………………….……………… 11
2.4. Mediciones de crecimiento y alométricas………………………………………….……………….. 12
2.5. Registro de la fenología………………………………………………………….…….……………. 13
2.6. Calidad nutricional de los tallos y frutos……………………………………………….................. 14
2.7. Relación entre las variables microambientales y la respuesta fenológica…………….………….. 15
2.7.1. Ambiente lumínico…………………………………………………………………………………. 15
2.7.2. Temperatura……………………………………………………………………………………….. 15
3. Resultados………………………………………………………………………………………………….. 16
3.1. Variables microambientales………………………………………………………………………... 16
3.2. Mediciones de crecimiento y alométricas………………………………………………………….. 20
3.3. Ciclos fenológicos……………………………………………………………………………………. 23
3.4. Relación entre las variables microambientales y la respuesta fenológicas……………………… 29
3.4.1. Ambiente lumínico…………………………………………………………………................... 29
3.4.2. Temperatura……………………………………………………………………........................ 29
3.5. Calidad nutricional de los tallos y frutos………………………………………………………….. 31
4. Discusión…………………………………………………………………………………………………… 35
4.1. Variables microambientales………………………………………………………………………... 35
4.1.1. Temperatura……………………………………………………………................................... 35
4.1.2. Ambiente Lumínico…………………………………………………………………………….. 36
4.2. Mediciones de crecimiento y alométricas………………………………………………………….. 39
4.3. Ciclos fenológicos……………………………………………………………………………………. 42
4.3.1. Temporalidad de la fenología…………………………………………………………………. 42
4.3.2. Intensidad de la fenología…………………………………………………………..…………. 43
4.3.3. Sincronía floral anual…………………………………………………………......................... 45
4.4. Calidad nutricional de los tejidos vegetales……………………………………………………….. 46
4.5. Implicaciones Generales…………………………………………………………………………….. 49
4.5.1. Implicaciones ecológicas de los ciclos fenológicas………………………................................ 49
4.5.2. Implicaciones antropogénicas de los ciclos fenológicas…………………………..………….. 51
4.6. Implicaciones ecológicas de las respuestas vegetales fenológicas, fisiológicas y
alométricas……………………………………………………………………………....................... 52
5. Conclusiones…………………………………………………………………………................................ 54
6. Recomendaciones…………………………………………………………………………………………. 56
7. Bibliografía……………………………………………………………………………………………………… 57
VI
Índice de cuadros
Cuadro 1 Descripción del ambiente lumínico general (Promedio ± EE) de las
zonas de bosque y tacotal durante el inicio de la época seca (enero-
febrero 2010) y el inicio de la época lluviosa (Julio 2010) en Río
Macho, Costa Rica……………………………………………….. 17
Cuadro 2 Comparación de las variables lumínicas promedio (± EE) y el
coeficiente de variación (CV) sobre las plantas de P.elata y P.
lasiorrachis en la zona boscosa y tacotal durante el inicio de la época
seca (enero-febrero 2010) y el inicio de la época lluviosa (Julio 2010)
en Río Macho, Costa Rica……………………………... 19
Cuadro 3 Tamaños medios (en mm, ± EE) y comparaciones de las variables de
tamaño entre P. elata y P. lasiorrachis en la zona de bosque y en la
zona de tacotal en Río Macho, Costa Rica …………………… 20
Cuadro 4 Efecto de las coberturas y especies estudiadas con los componentes
principales de la variación de la repuesta de las variables lumínicas y
fenológicas registradas en dos coberturas con diferente estado de
regeneración el valle de Orosi, Costa Rica por medio de una prueba
de ANDEVA…............................................................................................ 31
Cuadro 5 Efecto temporal y espacial sobre la concentración de glucosa en
tallos de P. elata y Palicourea lasiorrachis en la zona de Río Macho,
Costa Rica por medio de una prueba de
ANDEVA………………………………………………………………..... 33
Cuadro 6 Efecto temporal y espacial sobre la concentración de glucosa en los
frutos maduros de P. elata y Palicourea lasiorrachis en la zona de
Río Macho, Costa Rica, por medio de una prueba de
ANDEVA…………………………………………………………............ 34
VII
Índice de figuras
Figura 1 Ubicación de los sitios de bosque y tacotal en los
alrededores de la Estación Biológica Tropical y
Acuacultura Río Macho (EBRM), Orosi, Cartago, Costa
Rica …………………………………………………………... 9
Figura 2 Psychotria elata durante la época de floración en la zona
de Río Macho, Orosi, Cartago, Costa Rica………………… 10
Figura 3 Palicourea lasiorrachis durante la época de floración en la
zona de Río Macho, Orosi, Cartago, Costa Rica…………... 11
Figura 4 Temperaturas promedios de las zonas de bosque y de
tacotal en Río Macho, Costa Rica, desde junio 2009 hasta
julio 2010……………………………………………………... 16
Figura 5 Relaciones logarítmicas de Altura (H)/Diámetro basal (Db)
de P. elata y P. lasiorrachis en los dos sitios
(Bosque/Tacotal) en Río Macho, Costa Rica. H: Altura;
Db: Diámetro basal.……………………..…………………... 21
Figura 6 Promedio (+EE) del Índice de esbeltez para P. elata y P.
lasiorrachis en las coberturas de bosque y tacotal en la
zona de Río Macho, Costa Rica …………………………….. 22
Figura 7 Respuesta fenológica de Psychotria elata en las áreas de
bosque y tacotal en el Valle de Orosi, Cartago, Costa Rica
durante junio de 2009 hasta julio de 2010.…………………. 24
Figura 8 Respuesta fenológica de Palicourea lasiorrachis en las
coberturas de bosque y tacotal en el Valle de Orosi,
Cartago, Costa Rica durante junio de 2009 hasta julio de
2010…………………………………………………………… 25
Figura 9 Respuesta fenológica reproductiva de Psychotria elata y
Palicourea lasiorrachis en la cobertura de bosque en el
Valle de Orosi, Cartago, Costa Rica durante junio de 2009
hasta julio de 201…………………………………………….. 26
Figura 10 Respuesta fenológica reproductiva de Psychotria elata y
Palicourea lasiorrachis en la zona de tacotal en el Valle de
Orosi, Cartago, Costa Rica durante junio de 2009 hasta
julio de 2010………………………………………………….. 27
Figura 11 Sincronía anual promedio de P. elata y P. lasiorrachis en la
zona de bosque y en la zona de tacotal en Río Macho,
Costa Rica……………………………………………………. 28
Figura 12 Análisis de componentes principales para las variables
lumínicas y biológicas de las especies estudiadas…………... 30
Figura 13 Concentraciones promedio de glucosa en los tallos de P.
elata y P. lasiorrachis en las zonas de bosque y tacotal en 4
meses del período…………………………………………….. 32
Figura 14 Concentraciones promedio de glucosa en los frutos de P.
elata y P. lasiorrachis en las zonas de bosque y tacotal en 4
meses del período Octubre 2009-Julio 2010………………... 34
VIII
Abreviaturas
ANDEVA
Análisis de varianza
CNE
Carbohidratos no estructurales
CV Coeficiente de variación
Db Diámetro basal
EBRM Estación de Biología Tropical y Acuicultura Río Macho
ENOS Fenómeno El Niño Oscilación del Sur
Flo Total de flores abiertas
Frut Total de frutos maduros
GSF
Proporción total de claros
H
Altura
HIA
Sistema de fotografías hemisféricas
HJ Total de hojas jóvenes
IE Índice de Esbeltez
LAI
Índice de área foliar
MJ.m-2
año-1
Megajulios por metro cuadrado por año
msnm
Metros sobre el nivel del mar
PCA Análisis de componentes principales
RBD
Cantidad de luz debajo del dosel
S Índice de sincronía floral anual
U Prueba de U-Mann-Whitney
vol/vol Relación volumen/volumen
1
1. Introducción
La fenología es el estudio de la periodicidad de los eventos biológicos (Sakai 2001)
y la relación entre estos eventos con las condiciones abióticas, los factores endógenos y
las relaciones filogenéticas de los organismos vivos (Williams-Linera y Meave 2002,
Badeck et al. 2004). Con respecto a las plantas, se puede entender por fenología el
estudio de la estacionalidad de fenómenos de floración, fructificación, brotación y
exfoliación, como respuesta a las condiciones ambientales o fisiológicas (Bollen y
Donati 2005). Estos fenómenos se consideran de gran importancia ya que su
determinación no solo está influenciada por las condiciones ambientales (Chapman et
al. 1999), sino que pueden verse afectadas por los cambios en el uso del suelo, la
fragmentación (Fuchs et al. 2003, Herrerías-Diego et al. 2006) y otras actividades
humanas (Cascante et al. 2002).
En las zonas tropicales, la intensidad de la fenología reproductiva (la cantidad de
flores o frutos en cada individuo) no es la única variable responsable del éxito
reproductivo de las especies para lograr una dispersión de frutos dentro del bosque. En
este sentido, el grado de sincronización y la duración de los eventos fenológicos entre
los individuos de una población podría ser aun más importante que la cantidad de
própagulos (Bolmgren 1998, Bawa et al. 2003). Por otro lado, muchas plantas tropicales
comparten dispersores y polinizadores, los cuales traslapan sus actividades (Loiselle et
al. 1995, Arteaga y Moya 2002) debido a que los recursos están distribuidos
irregularmente en los ecosistemas (Lopes y Buzato 2005). Esto evidencia que muchas
veces los fenómenos de sincronía están relacionados con adaptaciones evolutivas para la
dispersión y polinización, y son parte de las interacciones dinámicas de los bosques en
escalas temporales amplias (Williams-Linera y Meave 2002). Por ejemplo, en un
estudio de los contenidos estomacales de aves de sotobosque y los ciclos fenológicos,
se determinó que la sincronía en la fenología de plantas de sotobosque de los géneros
Miconia y Psychotria, fue una variable importante en el éxito de dispersión de frutos.
(Poulin et al. 1999).
2
Por otro lado, el valor nutricional de los frutos, la accesibilidad, la competencia, el
riesgo de depredación, el color del fruto y la presencia de compuestos secundarios,
también tienen una influencia determinante en la dispersión (Izhaki et al. 2002,
Flörchinger et al. 2010), y por ende, la intensidad y sicronía de la fenología son solo dos
variables importantes de la reproducción de las plantas en la dinámica de cada
ecosistema.
Por ejemplo, Marquis et al. (1997) cuantificaron el contenido de carbohidratos no
estructurales (CNE) en plantas de sotobosque y determinaron que existe una
acumulación de estos compuestos antes de las floraciones de la plantas. Esta relación
permite utilizar la concentración de estos azúcares para explicar la expresión de las
respuestas fisiológicas de las plantas ante las condiciones ambientales y el estado
interno de la planta (Williams-Linera y Meave 2002). En fin, el análisis de estas
relaciones fisiológicas junto con la integración de los efectos de las condiciones
ambientales sobre la fenología reproductiva podrían explicar, en última instancia, los
patrones de remoción de frutos y de visitación de los dispersores de las especies.
Otros factores importantes son el tamaño de la planta, su arquitectura y la
biomecánica asociada ésta. El tamaño de la planta tiene implicaciones importantes sobre
su capacidad para reproducirse, la depredación de sus hojas, sus frutos y su éxito
reproductivo (Ollerton y Lack 1998, Adler y Kielpinski 2000). La luz, como factor
preponderante en la determinación del crecimiento vegetal, tiene un efecto considerable
sobre la arquitectura de las plantas en el sotobosque y sobre su crecimiento que implican
cambios en su anatomía y morfología (Sterck 1999). Estos tipos de cambios en el
crecimiento o la arquitectura deben poseer un componente adaptativo importante, que
involucra cierto grado de plasticidad fenotípica, como por ejemplo en algunas relaciones
alométricas básicas de las partes reiteradas de las plantas bajo condiciones ambientales
específicas (Cordero et al 2007). Sin embargo, esta plasticidad tiene sus propios
ámbitos de variación que al final tienen también limitaciones competitivas y energéticas
(Givnish 2002).
Esta serie de aspectos que rodean la fenología de las plantas y el contexto
adaptativo que involucra, son una muestra de que debe existir una integración de
influencias ecofisiológicas que se podrían expresar en diversos escenarios ambientales.
3
Es así como el estudio de algunos de los aspectos mencionados en diversos contextos
ambientales (como lo podrían ser diferentes grados de perturbación o de restauración),
puede aportar valiosa información acerca del estado de la diversidad funcional de estos
ambientes (Kirika et al. 2008) y la recuperación funcional de áreas alteradas
(McLachlan y Bazely 2001). En última instancia, es posible inferir los beneficios que
aporta esta diversidad a las sociedades humanas (Martín-López et al. 2007).
1.1. Antecedentes
En Costa Rica, el estudio de la fenología descriptiva comenzó en los años sesenta
(Williams-Linera y Meave 2002) y las metodologías pioneras para la estimación de la
fenología de árboles se iniciaron en la década de los setenta, entre los cuales se puede
destacar el trabajo realizado por Fournier (1974). La mayoría de los estudios en este
tema se han realizado en los bosques de bajura del noreste de Costa Rica (e.i. Frankie et
al. 1974, Opler et al. 1980) y más recientemente en la Estación Biológica La Selva
(Williams-Linera y Meave 2002). Estudios en los últimos 10 años en Costa Rica se han
centrado de nuevo en especies del bosque tropical seco, ya que es uno de los sistemas
biológicos más amenazados de América (Cascante et al. 2002, García y Di Stefano
2004, Herrerías-Diego et al. 2006, Chaves y Avalos 2006, Stoner et al. 2007) y en
estudios fenológicos aplicados a la utilización de esta información en la conservación y
mantenimiento de especies utilizadas por comunidades campesinas e indígenas con
viabilidad en el tratamiento de enfermedades y en la producción forestal de especies
maderables (Moreira y Arnáez 2004, Arnáez y Moreira 2005).
La fenología reproductiva de las plantas de sotobosque, en especial los géneros
Miconia (Melastomataceae) y Psychotria (Rubiaceae) ha sido estudiada por su
importancia como fuente de alimento para aves y otros grupos (Blake et al. 1990,
Poulin et al. 1999). En América del Sur, la fenología del género Psychotria ha sido
estudiada en los últimos años por San Martin-Gajardo y Morellato (2003) y por Lopes y
Buzato (2005), entre otros. Para el género Psychotria, existen estudios detallados sobre
fenología vegetativa (sincronía foliar) en algunas especies del género en las tierras bajas
del centro de Panamá (Wright 1991). Asimismo, la respuesta fenológica del género
Palicourea dentro del bosque y en las zonas de borde fue estudiada en los bosques
4
nublados de México por Williams-Linera (2003). En Costa Rica existen muy pocas
referencias sobre la respuesta de estos géneros en zonas naturales o alteradas a
elevaciones intermedias, con la excepción de algunos trabajos (e.i. Koptur et al. 1988,
Calderón (1994), Wesselingh et al. (1999), entre otros). En el caso de las relaciones
interespecíficas dos especies de rubiáceas y su polinizador fueron descritas a niveles
morfológicos, ecológicas y funcionales en bosque nubosos en Costa Rica (Feinsinger y
Busby 1987, Feinsinger et al. 1988, Murcia y Feinsinger 1996), así como la sincronía
floral en arbustos de sotobosque en las zonas bajas de Panamá (Augspurger 1983).
La zona del Embalse El Llano, en Río Macho de Orosi, en donde se ubica la
Estación Biológica de Río Macho, cuenta con muy pocos trabajos de investigación
exhaustivos y cuantitativos. Algunos destacan el estudio de la determinación de la
diversidad de rubiáceas en la estación (Calderón 1994), el estudio de las interacciones
ecológicas de las plantas de sotobosque de la zona de bosque nuboso (Schumacher
1995) y la diversidad de especies de pteridófitas (Rojas 1998). En relación con otros
grupos, la estación solamente cuenta con los inventarios preliminares de macrohongos
(Alvarado 2007), invertebrados acuáticos (Brenes 2007), mamíferos medianos y
pequeños (Castillo 2007), anfibios (Serrato 2007) y de aves (Herrera 2007), por lo que
aún existe un gran vacío de información acerca de muchos grupos y su ecología en esta
zona.
1.2. Justificación
Este trabajo fue realizado en la Estación de Biología Tropical y Acuicultura Río
Macho (EBRM). Actualmente, esta estación colinda con el Parque Nacional Tapantí-
Macizo Cerro de la Muerte, el cual limita con el Parque Internacional La Amistad. Es
por esto, que la incorporación de investigaciones que analicen la respuesta de los
organismos vegetales ante cambios en el uso del suelo es determinante para sugerir y
continuar con la evaluación de las mejores estrategias de manejo de estas zonas a nivel
regional y nacional. La gran escala de esta ecoregión exalta la necesidad de este tipo de
contribuciones que permitan valorar la sostenibilidad de su conservación.
5
Las especies en estudio fueron seleccionadas por ser componentes biológicos
comunes en el bosque estudiado y con importancia económica. Según Rodríguez et al.
(2006), Psychotria elata es una especie utilizada en los jardines para mariposas, ya que
es utilizada por muchas especies de mariposas como alimento, lo que la convierte en
una planta potencialmente importante para el comercio turístico creciente en el Valle de
Orosi.
Por su parte, P. lasiorrachis es una especie con una distribución amplia en la zona
de estudio (Calderón 1994), por lo que la determinación de su plasticidad ante los
cambios ambientales puede ser utilizada como parámetro evaluativo de la capacidad de
vegetación similar ante la recuperación o rehabilitación funcional del ecosistema local.
De manera específica, la EBRM no contaba con estudios donde se cuantifique la
fenología de ninguna de las especies vegetales presentes en las áreas boscosas naturales
y la respuesta ecológicas de las rubiáceas en otras coberturas presentes en la zona, como
las plantaciones de Jaúl (Alnus acuminata Kunth.) eucalipto (Eucalyptus spp.), pinos
(Pinus sp.) y ciprés (Cupressus lusitanica Mill.). Tampoco se cuenta con este tipo de
estudio en los bosques con diverso estado de regeneración y mucho menos se cuenta
con estudios que provean la información sobre las posibles implicaciones en la
disponibilidad de alimento para los grupos animales involucrados, lo que tiene efectos
sobre la diversidad y capacidad de auto-mantenimiento de estos taxa.
Asimismo, dentro de la determinación de los efectos a largo plazo de las actividades
humanas, usualmente son utilizados organismos que representan la biomasa o la
diversidad de los sitios de interés. Sin embargo, rara vez se incorporan los efectos sobre
la ecología funcional de los estratos inferiores de los bosques. Estos estratos son de gran
importancia, ya que existen una gran cantidad de interacciones ecológicas entre las
plantas y una gran cantidad de organismos heterótrofos (hongos, aves, mamíferos, entre
otros). Es por esto, que el estudio de los efectos sobre especies de sotobosque comunes,
poseen potencial como fuentes de información acerca de los impactos y cómo la
restauración pasiva influye a nivel funcional.
Actualmente no existen parámetros que permitan determinar la viabilidad ecológica
de las diferentes especies utilizadas en reforestación y en la regeneración natural en
6
estas zonas después de una intervención causada por las actividades humanas. Este
parámetro fenológico y alométrico puede utilizarse en la evaluación de la recuperación
de las funciones ecosistémicas de las especies permanentes. Es por esto, que esta
investigación, contribuye con la generación de información que permita entender mejor
el funcionamiento de los sistemas biológicos intervenidos en las zonas de altura de
Costa Rica.
Este trabajo abre la posibilidad de evaluar la capacidad de recuperación de las
especies vegetales de sotobosque ante los cambios en el uso del suelo desde una
perspectiva funcional, en donde no se analice la diversidad de especies, sino la
plasticidad de las especies ante los cambios en las condiciones ambientales.
Específicamente, esta investigación aportará información sobre cómo las especies del
sotobosque logran las condiciones adecuadas para el mantenimiento con éxito de sus
ciclos reproductivos. Esto permitirá hacer comparaciones entre diversos tipos de
coberturas para evaluar la viabilidad de la conservación y el impacto sobre las funciones
ecosistémicas de las plantas sobre cada cobertura
Por último, este proyecto aportará conocimiento acerca de la ecología vegetal de las
áreas modificadas por actividades antropogénicas y su capacidad de rehabilitación o
restauración ecológica desde una perspectiva funcional adecuada a los cambios
causados por los diferentes usos del suelo y provee la capacidad de comparar diversos
sistemas tanto biótica como abióticamente. Según Neil y Wu (2006), por su alta
sensibilidad, las respuestas fenológicas de las especies vegetales permiten analizar los
posibles efectos de fenómenos globales como el cambio climático, por lo que la
realización de este trabajo puede aportar información sobre la dinámica de los
ecosistemas tropicales ante fenómenos de escala global
7
1.3. Objetivos
1.3.1. Objetivo General
Determinar los ciclos fenológicos, la calidad nutricional de los frutos y las relaciones
alométricas de dos especies de rubiáceas de sotobosque en dos coberturas vegetales con
diferente estado de regeneración para determinar las implicaciones en la restauración de
los bosques de altura media de la zona de Río Macho, Costa Rica
1.3.2. Objetivos específicos
Caracterizar las condiciones ambientales de temperatura de las dos coberturas y
el ambiente lumínico sobre las dos especies de plantas del sotobosque.
Comparar los patrones fenológicos, calidad nutricional de los frutos y las
relaciones alométricas de las plantas en las dos coberturas vegetales
Relacionar las variables ambientales de las dos coberturas vegetales con la
duración e intensidad de los ciclos fenológicos y el contenido nutricional de los
frutos.
8
2. Metodología
2.1. Sitio de estudio
Este trabajo se realizó en los alrededores de la Estación de Biología Tropical y
Acuicultura Río Macho, ubicada en el Valle de Orosi, Cartago, Costa Rica. La zona
limita con la región de bosque primario continuo protegido más grande de Costa Rica
(Schumacher 1995). La estación está ubicada a una altitud de 1560 msnm (Calvo 2004)
y posee una precipitación media anual de 2416 mm (Riba-Hernández 1996).
En esta zona, se seleccionaron dos sitios con diferente estado de regeneración. El
primero, un bosque con aproximadamente 50 años de regeneración natural, que se
encuentra en la cercanías de la EBRM a 1700 msnm (9° 46´N y 84° 52´O) que tuvo
actividad ganadera en los años cincuenta. El segundo es un bosque en regeneración o
“tacotal” con unos 15 años de abandono, situado a 1 Km al sureste del embalse El Llano
(Fig. 1), a unos 1650 msnm (9°45´N y 84°51´ O) y que antiguamente fue una
plantación comercial de manzana rosa (Syzigium jambos L. Myrtaceae). Ambos sitios
son propiedad del Instituto Costarricense de Electricidad.
9
Figura 1. Ubicación de los sitios de bosque y tacotal en los alrededores de la Estación
Biológica Tropical y Acuacultura Río Macho (EBRM), Orosi, Cartago, Costa
Rica.
Según Rojas (1998), existen dos zonas de vida correspondientes a Bosque
Pluvial Montano y Bosque Pluvial Montano Bajo. Alrededor de la estación, existe un
mosaico paisajístico, compuesto por plantaciones de café (Coffea arabica L.) con
diferentes métodos de cultivo, de pinos (Pinus spp.), cipreses (Cupresus spp.), jaúl (A.
acuminata Kunth.) y eucalipto (Eucalyptus spp.) sin manejo. Además, la zona cuenta
con grandes extensiones dedicadas al cultivo de café y la ganadería, entre otras
actividades.
2.2. Especies estudiadas
Se trabajó con dos especies de plantas de sotobosque: Psychotria elata (Swartz)
Hammel, que es una planta común dentro del sotobosque de las zonas húmedas
10
premontanas y húmedas tropicales. Según Calderón (1994), el tallo es cilíndrico, glabro,
ramificado y con corteza gris. Las estípulas son connadas, bilobuladas o bidentadas;
mientras que las hojas son simples opuestas con un peciolo que oscila entre los 0,7 a 1,7
cm. Las inflorescencias son terminales, pedunculadas, con dos brácteas exteriores
evidentes. Las flores se pueden encontrar en un número de 2 a 6 por inflorescencia y
poseen el cáliz verde con la corola color blanco (Fig. 2).
Figura 2. Psychotria elata durante la época de floración en la zona de Río Macho,
Orosi, Cartago, Costa Rica.
La segunda especie seleccionada, Palicourea lasiorrachis Oersted, es una especie
endémica regional entre Costa Rica y el oeste de Panamá que se distribuye entre los
1000-2500 msnm (Fig. 3). Sin embargo, Jiménez (2002), reporta la especie en
Colombia en 4 regiones desde los 500-3340 msnm. Esta especie se caracteriza por tener
estípulas interpeciolares bidentadas pubescentes de 1-2 cm de largo, con hojas simples
opuestas con forma elíptica. Las inflorescencias son panículas terminales que miden de
7-18 cm de largo; las flores son numerosas, de color amarillo brillante. El fruto es de
forma ovalada, de color azul oscuro a la madurez. Esta planta crece en bosques
secundarios y en bosquecillos residuales, en el Bosque Lluvioso Montano Bajo
(Calderón 1994).
11
Figura 3. Palicourea lasiorrachis durante la época de floración en la zona de Río
Macho, Orosi, Cartago, Costa Rica.
2.3. Variables microambientales
La caracterización de las condiciones microambientales de las dos comunidades
vegetales se realizó por medio del registro de la temperatura media mensual y el
ambiente lumínico sobre las plantas presentes en cada una de las parcelas en cada
muestreo. La temperatura se registró por medio de un sensor de temperatura
incorporado a un almacenador de datos (Datalogger Extech 42270, EE.UU.), el cual se
colocó a aproximadamente 1.7 m sobre el nivel del suelo en el tallo de un árbol. La
temperatura fue registrada cada 15 minutos por 5-8 días en intervalos mensuales (5-8
días/mes).
La estimación de los microambientes lumínicos sobre cada planta se obtuvo a
través de la toma de fotografías hemisféricas (Rich 1990). Este método consiste en la
captura de fotografías por medio de una cámara digital (marca Sigma EX SD14)
colocada sobre cada una de las plantas marcadas. Se tomaron 5 fotografías por
12
individuo, de las cuales se utilizó la fotografía de mejor resolución y nitidez. Se utilizó
programa para análisis de fotografías hemisféricas (HIA) Hemiview 2.1 (ADC
BioScientific Ltd.) para la estimación del ambiente lumínico en cada uno de los
individuos. Las variables que se seleccionaron para describir el ambiente lumínico y que
se obtuvieron de este programa fueron el Índice de Área Foliar (LAI), la cantidad de luz
bajo el dosel (RBD, MJ.m-2
año-1
) y la proporción total de claros (GSF).
Para poder estimar el cambio en el ambiente lumínico a través del año, se
tomaron fotografías hemisféricas dos veces durante el período de estudio, en enero-
febrero y junio-agosto de 2010. Se estimó el coeficiente de variación (CV) del RBD de
cada una de las poblaciones de las especies estudiadas para comparar la diversidad de
ambientes utilizados por las plantas y todas las variables analizadas se compararon entre
especies y sitios (coberturas) con pruebas de comparaciones de promedios (T-student).
2.4. Mediciones de tamaño y alométricas
Para el registro del tamaño de las plantas de cada especie, se registró su altura
máxima (H) y el diámetro basal (Db) a 60 cm. del suelo, para lo cual se utilizó la
metodología empleada por Cordero et al. (2007), durante 6 meses desde enero hasta
agosto de 2010.
Se compararon las variables entre las especies y entre sitios por medio de
pruebas de U-Mann Whitney (U). Las relaciones de crecimiento (Patrón de escala H/D)
se establecieron por medio de una prueba de Análisis de Covarianza (ANCOVA)
(Cordero 1998). En el caso de las relaciones alométricas, se calculó el Índice de
Esbeltez (IE, del inglés “Slenderness ratio”) para caracterizar la estructura
arquitectónica de las plantas de las dos especies en las dos coberturas. Este índice se
calculó como: IE = l/r, donde l es la altura máxima de la planta y r es el radio del
tallo. Las plantas esbeltas fueron aquellas que poseen arquitecturas delgadas y altas,
mientras que los valores más bajos de esbeltez representan plantas más pequeñas y con
formas más rechonchas (Niklas 1992, 1994). Se realizó una prueba de ANDEVA de una
vía para determinar el efecto de la cobertura vegetal sobre la arquitectura de cada una de
las especies estudiadas.
13
2.5. Registro de la fenología
La fenología se estudió en 25 plantas de cada especie, seleccionadas de entre los
1,5-5 m de altura por aparición en y alrededor de una parcela de 0.5 ha que se demarcó
en cada sitio. Estas parcelas fueron construidas dentro de un proyecto más grande a
nivel ecosistémico que se llevó a cabo en la Escuela de Ciencias Biológicas. Los ciclos
fenológicos de las especies se determinaron por medio del registro mensual de la
floración y la fructificación de todos los individuos marcados entre julio de 2009 hasta
julio de 2010 en cada uno de los sitios. Los registros fenológicos se efectuaron de
manera simultánea con los registros de las variables ambientales de cada sitio.
En cada muestreo se contabilizó el número total de flores abiertas (Flo) y la cantidad
total de frutos maduros presentes (Frut) por planta. Los frutos se cuantificaron en todas
las infrutescencias y solamente se utilizaron los frutos completamente maduros para el
registro de la repuesta de las plantas.
Por otra parte, la fenología vegetativa se estimó indirectamente por medio del
registró de la presencia de hojas jóvenes (HJ) en la totalidad de las ramas de todas las
plantas marcadas. El criterio de clasificación de las hojas se basó en su coloración, su
tamaño y la posición en cada planta. En ambas especies las hojas jóvenes poseen una
coloración distintiva, casi siempre con la presencia de coloraciones rojizas y
amarillentas.
Se utilizó la prueba de U-Mann Whitney descrita en Quinn y Keough (2002) para
comparar las diferencias mensuales de las variables fenológicas de cada especie en las
diferentes coberturas. Para estimar la respuesta de las plantas en términos del grado de
la sincronía floral, se modificó el Índice de Sincronía (S) utilizado por Augspurger
(1983) para calcular la sincronía individual en una población, utilizando los registros
fenológicos mensuales de floración de cada especie, El índice S se utilizó además para
comparar la posible sincronización de la floración con el tipo de cobertura de cada sitio
14
La fórmula utilizada para esto fue:
n
S = (1/n-1)(1/fi)Σ e i≠j , (ecuación 1)
j-1
en donde, n es el número de individuos de la población; fi, el número de meses de
muestreo en que la planta i se encuentra con flores; e es el número de meses
muestreados en donde plantas i y j (i ≠ j) florecen simultáneamente (ec. 1)..
Los valores individuales de S de cada individuo por sitio y por especie fueron
comparados por medio de un ANDEVA de dos factores con interacción, siendo los dos
factores el sitio y la especie. Esta comparación se realizó transformando los valores
porcentuales de S y se utilizó el arcotangente (Arctan) de los valores de S calculados
(Ott 1988).
2.6. Calidad nutricional de los tallos y frutos
Se recolectaron tres muestras de tallos y frutos de P. elata y P. lasiorrachis en 4
épocas: octubre de 2009, diciembre de 2009 y en abril y julio de 2010. Estas muestras
fueron tomadas de tallos con presencia de una inflorescencia terminal y los frutos en el
caso de que se encontraran presentes. Los períodos de octubre y diciembre de 2009 son
considerados como meses sin frutos maduros, aunque algunas plantas mostraron
respuesta de fructificación. En el caso de que no hubiera frutos presentes, se recolectaba
únicamente el tallo de los individuos.
Se calculó la concentración de glucosa en los tallos y frutos por medio del método
colorimétrico de Fenol-Ácido sulfúrico (DuBois et al. 1956), en el cual se utilizaron
tejidos del tallo con inflorescencias presentes en los ápices y los frutos maduros. Este
método es utilizado para determinar la concentración de los carbohidratos solubles en
tejidos vegetales. El método original empleado por Marquis et al. (1997), incluye la
estimación de la concentración de todos los azúcares no estructurales. Sin embargo, en
este trabajo solamente se utilizó como parámetro la concentración de glucosa presente
en los tejidos por medio de un análisis colorimétrico que utilizó muestras maceradas de
tallos o frutos disueltas en etanol (80% vol/vol) (Böege 2005).
15
Las disoluciones obtenidas de tallos y frutos fueron colocadas en un
espectrofotómetro. La lectura a una longitud de onda de 487 nm (DuBois et al. 1956,
Ashwell 1966), fue comparada con una curva de calibración previamente calculada con
concentraciones de glucosa estándar. Se evaluaron los efectos de los sitios de interés
sobre cada una de las especies y la época de los muestreos sobre las concentraciones de
glucosa en los tallos y los frutos por medio de un ANDEVA de dos vías.
2.7. Relación entre las variables microambientales y la respuesta
fenológica
2.7.1. Temperatura
Los patrones fenológicos en términos de la producción mensual de flores, frutos y
hojas jóvenes de las especies fueron relacionados con los valores mensuales de las
temperaturas máxima y mínima de cada sitio, a través del cálculo de coeficientes de
correlación de Pearson.
2.7.2. Ambiente lumínico
El ambiente lumínico y su relación con la respuesta de intensidad fenológica se
estudió mediante un Análisis de Componentes Principales (PCA), en donde se
determinaron los componentes de la variación del LAI, GSF y RBD con la floración,
fructificación y la producción total de hojas jóvenes por planta. Los “scores”
individuales de los dos factores principales del PCA fueron tratados en un análisis de
variancia de dos vías con interacción, siendo los dos factores la especie y el sitio.
16
3. Resultados
3.1. Variables microambientales
La temperatura media, máxima y mínima mensual para el bosque fue de 16,07º C,
32,60º C y 10,70º C, respectivamente. En el caso del tacotal las temperaturas media
mensual, máxima y mínima fueron 17,20º C, 32,10º C y 11, 60º C respectivamente. La
temperatura osciló entre los 11º C y 26º C en ambos sitios (Fig. 4).
Figura 4. Temperaturas promedios de las zonas de bosque y de tacotal en Río Macho,
Costa Rica, desde junio 2009 hasta julio 2010.
17
Ambas coberturas mostraron un patrón anual muy similar en los dos sitios
estudiados; sin embargo, el tacotal fue el sitio con mayores temperaturas mensuales
promedio. La temperatura promedio mostró sus valores más bajos a finales de 2009 y
principios de 2010 en ambos sitios. No obstante, las temperaturas bajas se mantuvieron
hasta marzo y comenzaron a incrementarse hasta alcanzar sus máximos valores en abril
de 2010. Al igual que en 2009, la temperatura promedio comenzó a descender entre
mayo y junio de 2010. El tacotal fue el sitio más cálido durante todo el período de
muestreo. Para ambos sitios, octubre y noviembre de 2009 fueron los dos únicos meses
en que la temperatura se mantuvo relativamente constante (Fig. 4). Es de destacar que
la diferencia de temperatura entre bosque y tacotal en el periodo más frío del año es de
solamente un 1º C, siendo el sotobosque del bosque el sitio más frío.
El LAI fue mayor en el bosque que el tacotal tanto al inicio de la época seca como
al inicio de la época lluviosa, mientras que GSF y RBD fueron menores en el bosque
que en el tacotal en ambas épocas (Cuadro 1). El bosque y el tacotal fueron diferentes
en todas las variables lumínicas entre las dos épocas (U-Mann Whitney; α = 0,05; P<
0,001). Sin embargo, las diferencias entre las variables lumínicas entre especies se
dieron principalmente en el inicio de la época seca, mientras que en la época lluviosa
solamente el GSF del tacotal mostró diferencias significativas (Cuadro 2).
Cuadro 1. Descripción del ambiente lumínico general (Promedio ± EE) de las zonas
de bosque y tacotal durante el inicio de la época seca (enero-febrero 2010) y
el inicio de la época lluviosa (Julio 2010) en Río Macho, Costa Rica.1
LAI GSF RBD (MJ.m-2
año-1
)
Época Seca
Bosque 3,244 ± 0,221 0,144 ± 0,012 1581,32 ± 131,77
Tacotal 2,403 ± 0,154 0,178 ± 0,010 2516,44 ± 228,96
Época Lluviosa
Bosque 3,623 ± 0,139 0,108 ± 0,010 1182,48 ± 107,06
Tacotal 3,039 ± 0,239 0,119 ± 0,010 1290,12 ± 107,85
1. Prueba de comparación de U-Mann Whitney (Ver texto)
18
Se encontró que el coeficiente de variación (CV) para cada una de las variables
analizadas mostró valores similares entre las especies, los sitios y las épocas. El CV se
mantuvo entre el 20% y 32% en todas las variables, épocas y sitios. Sin embargo,
durante la época seca, el LAI fue más variable sobre las plantas de P. lasiorrachis del
bosque, mientras que GSF y RBD fueron más variables en la población de P. elata de
esta cobertura. El ambiente de P. lasiorrachis tuvo más variabilidad en el tacotal para
todas las variables estudiadas que en el bosque. Durante la época lluviosa en el bosque,
las plantas de P. elata son las que poseen un LAI con el CV mayor, mientras que los
individuos de P. lasiorrachis tienen un CV más alto en GSF y RBD. En el tacotal esta
tendencia cambia, ya que LAI es más variable sobre las plantas de P. lasiorrachis que
sobre las plantas de P. elata. GSF y RBD son más variables sobre los individuos de P.
elata (Cuadro 2).
Se encontró que el ambiente lumínico utilizado por estos arbustos de sotobosque
fue diferente entre el bosque y el tacotal, sin embargo, no entre las zonas en donde se
encuentran las especies en cada uno de los sitios. Esto indica que los ambientes
lumínicos son diferentes entre sitios en conjunto, pero las especies se establecen
independientemente de la luz en cada cobertura, ya que ambas especies poseen un
ambiente lumínico similar en cada cobertura (Cuadro 3). No obstante, la interacción
entre el sitio y la especie indica que ambas especies responden de manera diferencial en
su respuesta fenológica en cada uno de las coberturas de interés.
19
Cuadro 2. Comparación de las variables lumínicas promedio (± EE) y el coeficiente de variación (CV) sobre las plantas de P.elata y P.
lasiorrachis en la zona boscosa y tacotal durante el inicio de la época seca (enero-febrero 2010) y el inicio de la época lluviosa (Julio
2010) en Río Macho, Costa Rica.
U: test de U-Mann Whitney, P: probabilidad; *: P<0,05; **: P<0,005.
Época Cobertura Variable P. elata CV P. lasiorrachis CV U P
Seca
Bosque
LAI 3,828 ± 0,38 0,256 2,960 ± 0,22 0,258 -48,0 0,024*
GSF 0,118 ± 0,015 0,314 0,138 ± 0,016 0,296 40,0 0,033*
RBD 1301,20 ± 169,92 0.314 1476,0 ± 183,19 0.296 83,0 0,048*
Tacotal
LAI 2,607 ± 0,099 0,295 2,836 ± 0,113 0,316 -158,0 <0,001**
GSF 0,172 ± 0,017 0,253 0.184 ± 0,023 0,297 209,0 <0,001**
RBD 1886,90 ± 186.48 0.252 3556.89 ± 248,37 0,297 161,1 <0,001**
Lluviosa
Bosque
LAI 4,102 ± 0,192 0,264 4,632 ± 0,415 0,256 28,0 0,501
GSF 0,069 ± 0,004 0,233 0,070 ± 0,009 0,238 -15,0 0,722
RBD 758,83 ± 45,06 0,234 725,15 ± 94,60 0,239 -35,0 0,398
Tacotal
LAI 3,122 ± 0,141 0,231 3,552 ± 0,206 0,253 44,0 0,289
GSF 0,148 ± 0,016 0,234 0,162 ± 0,008 0,211 82,5 0,045*
RBD 1624,56 ± 171,37 0,304 1773,95 ± 92,07 0,212 80,0 0,053
20
3.2. Mediciones de tamaño y alométricas
Las variables de tamaño mostraron una tendencia a ser mayores en el tacotal que en
el bosque, con la excepción del Db de P. lasiorrachis, que fue mayor en el bosque. El
tacotal fue la cobertura que mostró los valores de H más grandes en ambas especies. Sin
embargo, el Db fue mayor para P. elata en el tacotal, mientras que P. lasiorrachis tuvo
tallos más anchos en el bosque. Además, solamente la H media entre P. elata y P.
lasiorrachis en el bosque no mostró diferencias significativas, mientras que todos los
Db y la H entre especies en el tacotal fueron diferentes (Cuadro 3).
Cuadro 3. Tamaños medios (en mm, ± EE) y comparaciones de las variables de
tamaño entre P. elata y P. lasiorrachis en la zona de bosque y en la zona
de tacotal en Río Macho, Costa Rica
H: Altura; Db: Diámetro basal, U, test de Mann-Whitney, P., probabilidad; *: P<0,05;
***: P<0,005. Ver texto para detalle de comparaciones intraespecíficas
La comparación entre las variables de las especies en una misma cobertura indica
que la altura y diámetro promedio de las plantas de P. elata fueron significativamente
mayores en el tacotal que el bosque (T-Student; t=-6,59; P<0,0001*; t=-2,39;
P=0,0209*, respectivamente). En el caso de P. lasiorrachis, la altura y el diámetro de
las plantas tuvieron un comportamiento diferente. Específicamente, la altura fue mayor
en el tacotal (T-Student; t=,4461; P<0,001*) mientras que el diámetro fue mayor en el
bosque (T-Student; t=3,795; P<0,001*).
El ANCOVA mostró que la H y el Db de P. elata están muy relacionados entre sí
(F1=4059, 11; P<0,001*). El patrón de escala H/Db fue diferente entre coberturas
(F1=5,92; P=0,019*), así como la cobertura y el diámetro basal (F1=4,36; P=0,042). En
el caso de P. lasiorrachis el patrón escalar H/Db mostró un alta relación (F1=2337, 11;
Cobertura Variable P. elata P. lasiorrachis U P
Bosque H 2055,8 ± 102,1 2121,6 ± 99,13 23,0 0,642
Db 14,37 ± 1,24 17,54 ± 3,12 106,0 0,029*
Tacotal H 3876,84 ± 280,0 2318 ± 204,21 130,0 0,000***
Db 17,54 ± 1,01 15.33 ± 1,198 123,0 0,000***
21
P<0,001*) y no se encontró diferencias entre coberturas (F1=3,90; P=0,056) pero si en
la interacción (F1=6,40; P=0,016*) (Fig. 5). Ambos modelos de ANCOVA explicaron el
99% de la variación.
Figura 5. Relaciones logarítmicas de Altura (H)/Diámetro basal (Db) de P. elata y P.
lasiorrachis en los dos sitios (Bosque/Tacotal) en Río Macho, Costa Rica. H:
Altura; Db: Diámetro basal.
22
El Índice de esbeltez (Fig. 6) fue similar en las dos especies cuando están
creciendo en el bosque (U-Mann Whitney; W=49,0; P=0,485). Sin embargo en el
tacotal, P. elata tuvo plantas mucho menos esbeltas que P. lasiorrachis (U-Mann
Whitney; W= 143,0; P<0,001**). El ANDEVA de dos factores mostró que el IE no fue
afectado significativamente por el tipo de cobertura (Factor del sitio, ANDEVA; F1=
2,0; P= 0,1608) y que tampoco varió significativamente por el factor especie
(ANDEVA; F1= 2,94; P= 0,0901). Sin embargo, si existió un efecto de la interacción
entre los sitios y las especies (ANDEVA; F1=6,68; P= 0,0115*). P. lasiorrachis no
mostró diferencias entre las coberturas (U-Mann Whitney; W=39,0; P=0,242), pero si se
encontró diferencias para P. elata (U-Mann Whitney; W=-134, 5,0; P=0,003**).
Figura 6. Promedio (+EE) del Índice de esbeltez para P. elata y P. lasiorrachis en las
coberturas de bosque y tacotal en la zona de Río Macho, Costa Rica.
23
3.3. Ciclos Fenológicos
P. elata presentó una floración claramente bimodal. Esta especie mostró un pico
alto de producción de flores entre los meses de julio hasta agosto de 2009 y otro pico
menor pero más amplio de febrero a abril de 2010. Se observaron dos períodos con
picos de floración que representaron del 20 al 25% de la producción anual. No se
registraron flores desde setiembre hasta diciembre de 2009, que es la época en donde se
da la fructificación de la especie, por lo que esta especie no parece presentar un traslape
entre estas fenofases. En el caso de la fructificación, P. elata mostró un pico general que
inició en septiembre de 2009 y finalizó en enero de 2010. En el caso del bosque, este
pico se mantuvo solamente desde septiembre a noviembre de 2009 con un porcentaje
alto de la producción anual de frutos, mientras que el tacotal este pico se extendió hasta
enero de 2010. Se encontraron diferencias significativas en el pico de producción de
frutos entre ambas coberturas en varios meses continuos (Fig. 7).
Por otro lado, P. lasiorrachis mostró una floración general más extendida que P.
elata, desde septiembre de 2009 hasta junio de 2010, con dos picos de floración. El
primer pico registrado se inició en septiembre con una caída en diciembre, en donde
comienza el segundo pico que se mantiene hasta junio de 2010. En esta especie, el
bosque es la cobertura que muestra mayor producción de flores y el período más
extenso de la fenofase. El tacotal mostró una fenofase cono menor intensidad pero con
una extensión similar entre coberturas. Los meses que mostraron diferencias
significativas entre la producción de flores y de frutos en ambas coberturas fueron 4
para la floración y solamente uno en la respuesta de fructificación y se encontraron
separados entre sí, por lo que no se evidenció una tendencia diferencial en la
temporalidad de estas fenofases entre el bosque y el tacotal (Fig. 8).
La producción de hojas jóvenes se mantuvo durante todo el año para ambas especie
(Fig. 7 y 8). En P. elata no mostró meses continuos con diferencias significativas en la
intensidad de producción, pero si una alta variabilidad en los meses de octubre a
diciembre de 2009, que coinciden con el período de alta fructificación para esta especie
(Fig. 7).
24
Figura 7. Respuesta fenológica de Psychotria elata en las áreas de bosque y tacotal en
el Valle de Orosi, Cartago, Costa Rica durante junio de 2009 hasta julio de
2010. *: Prueba de U-Mann Whitney con diferencia significativa, α= 0.05.
P. lasiorrachis mostró meses con diferencias significativas en la producción de
hojas jóvenes en donde el tacotal es la cobertura que mantiene una mayor intensidad de
producción de hojas jóvenes, mientras que el bosque sufre un caída en su producción
que coincide con el período de alta fructificación de frutos en ambos sitios (Fig.8).
25
Figura 8. Respuesta fenológica de Palicourea lasiorrachis en las coberturas de bosque
y tacotal en el Valle de Orosi, Cartago, Costa Rica durante junio de 2009
hasta julio de 2010. *: Prueba de U-Mann Whitney con diferencia
significativa, α= 0.05.
Con el fin de apreciar más claramente la comparación de la fenología reproductiva
de ambas especies por cobertura, se presentan los datos separados por coberturas en las
figuras 9 y 10). Se puede observa que en el bosque, la floración de ambas especies
posee diferencias solamente en algunos meses aislados entre sí y no muestran un patrón
diferencial constante en la intensidad. Las diferencias se deben principalmente a los dos
26
meses en donde P. elata no produce flores, rasgos que se presenta en dos de los tres
meses donde hay diferencias significativas. La fructificación si posee diferencias
temporales y de intensidad, en donde P. lasiorrachis inicia su pico de producción de
frutos en julio de 2009 y desciende en octubre de 2009, cuando P. elata muestra su
máxima intensidad de producción, por lo que el traslape entre las fenofases de
fructificación entre especies fue de solamente 2 meses (Fig. 9).
Figura 9. Respuesta fenológica reproductiva de Psychotria elata y Palicourea
lasiorrachis en la cobertura de bosque en el Valle de Orosi, Cartago, Costa
Rica durante junio de 2009 hasta julio de 2010. *: Prueba de U-Mann
Whitney con diferencia significativa, α= 0.05.
El tacotal mostró un patrón de floración muy similar a lo largo de todo el año
estudiado, ya que ambas especies mantuvieron producción de flores por un período
similar. Sin embargo, si se detectaron diferencias significativas en la intensidad en seis
meses entre diciembre de 2009 y junio de 2010. Por su parte, la fructificación fue mayor
27
en P. elata que en P. lasiorrachis, además que los períodos de alta producción de frutos
entre las especies no se traslaparon (Fig. 10).
Figura 10. Respuesta fenológica reproductiva de Psychotria elata y Palicourea
lasiorrachis en la zona de tacotal en el Valle de Orosi, Cartago, Costa Rica
durante junio de 2009 hasta julio de 2010. *: Prueba de U-Mann Whitney
con diferencia significativa, α= 0.05.
Además de los cambios en frecuencia e intensidad de los fenómenos fenológicos, se
analizó la sincronía de la floración. Los promedios de la sincronía floral anual (S) no
fueron significativamente diferentes entre P. elata y P. lasiorrachis en el bosque (T-
student; t= 1,830; P= 0,082), pero si en el tacotal (T-student; t= 10,514; P= 0,001**).
Sin embargo, la figura 11 muestra que a pesar de que los promedios de S para los
28
especies son muy similares en el bosque, hay un cambio claro de esa tendencia en el
tacotal.
Específicamente, P elata duplica su sincronía y P. lassiorachis la disminuye en
aproximadamente un 30%. Esto resultó en que en el tacotal P. elata tuviera un nivel
relativamente alto de sincronía, mientras que P. lasiorrachis la tendiera a disminuir.
Estadísticamente, el ANDEVA mostró efectos significativos en las tres fuentes de
variación de S. De este modo, el factor cobertura (F1= 68,57; P< 0, 000**), especie
(F1= 5,177; P< 0, 025*) y la interacción entre el sitio y la especie (F1= 37,72; P< 0,
000**) tuvieron efectos significativos sobre la sincronía de la producción de las flores
(Fig. 11).
Fig. 11. Sincronía anual media ( ± EE) de P. elata y P. lasiorrachis en la zona de
bosque y en la zona de tacotal en Río Macho, Costa Rica.
29
3.4. Relación entre las variables microambientales y la respuesta
fenológica
3.4.1. Temperatura
No se encontró correlación entre la temperatura promedio, máxima o mínima con la
respuesta fenológica de las poblaciones analizadas en ninguno de los sitios de interés.
3.4.2. Ambiente lumínico
Las tres variables que expresan el régimen lumínico que experimentan los
individuos muestreados, el Índice de Área Foliar (LAI), el índice de claros (GSF) y la
luz debajo del dosel (RBD), mostraron valores claramente distinguibles en los sitios. El
análisis de PCA se realizó combinando las variables de la respuesta fenológica y
alométricas con las relacionadas con el régimen lumínico. Los dos primeros factores
principales explican el 60% de la variación de los datos. El primer componente (34%)
está mayormente afectado por las variables lumínicas, mientras que las variables
biológicas parecen explicar mejor el segundo componente (26%). Sin embargo, el LAI
y las variables alométricas y de la producción total de flores y frutos presentan una
variación similar con el primer componente. La producción de hojas jóvenes no parece
contribuir a la variación total explicada de ambos componentes (Fig. 12). La cobertura
presente en cada sitio se asocia de manera conformante con la respuesta de intensidad
fenológica de las especies estudiadas.
30
Figura 12. Análisis de componentes principales (PCA) para las variables lumínicas y
biológicas de las especies estudiadas.
Se aplicó un ANDEVA con interacción del efecto del sitio y la especie sobre los
“scores” del PCA para cada componente, los cuales fueron altamente significativos. El
componente 1 fue afectado por el sitio y la interacción entre el sitio y la especie,
mientras que le componente 2 fue afectado significativamente por las tres fuentes de
variación (Cuadro 4).
31
Cuadro 4. Efecto de las coberturas y especies estudiadas con los componentes
principales de la variación de la repuesta de las variables lumínicas y
fenológicas registradas en dos coberturas con diferente estado de
regeneración el valle de Orosi, Costa Rica por medio de una prueba de
ANDEVA.
*: P<0,05; **: P<0,01; ***.
3.5. Calidad nutricional de los tallos y frutos
La glucosa presente en los tallos de ambas especies no sobrepasó el 13% del
peso seco para ninguna de las épocas de muestreo. Las concentraciones de glucosa en
los tallos no mostraron diferencias significativas entre especies o sitios, pero si se
encontró una diferencia estadísticamente significativa entre los meses en que se
extrajeron muestras. Los tallos de ambas especies muestran una tendencia a mantener
una menor concentración de azúcares durante los meses de octubre a diciembre del
2009, periodo que coincide con los meses en que la producción de frutos fue más
intensa en ambos sitios. La concentración de glucosa aumentó en los meses de abril y
julio del 2010, y que coincide también con menor intensidad de frutos maduros
producidos (Fig. 13).
F R2 P
Componente 1 24,42 0,4718 0,000***
Sitio 58,40 0,000***
Especie 0,38 0,538
Interacción Sitio-especie 20,04 0,000***
Componente 2 9,99 0,2690 0,000**
Sitio 15,86 0,000***
Especie 6,84 0,011*
Interacción Sitio-especie 0,65 0,002**
32
Figura 13. Concentraciones promedio de glucosa (± EE) en los tallos de P. elata
y P. lasiorrachis en las zonas de bosque y tacotal en 4 meses del período Octubre 2009-
Julio 2010.
A pesar de que los promedios de la concentración de glucosa variaron entre un
poco menos de 8 hasta el 12%, fue posible observar diferencias significativas y obtener
coeficientes de determinación bastante altos. Específicamente, el ANDEVA evidenció
que las concentraciones de glucosa en los tallos de P. elata tuvieron un efecto
significativo del tipo de cobertura, el mes y la interacción entre el mes y la cobertura.
Esta especie varió sus concentraciones de glucosa en los tallos según el sitio así como
según la época del año. En el caso de P. lasiorrachis, las concentraciones de azúcar no
33
tuvieron un efecto del tipo de cobertura, mientras que el mes sí tuvo un efecto altamente
significativo (Cuadro 5).
Cuadro 5. Efecto temporal y espacial sobre la concentración de glucosa en tallos de P.
elata y Palicourea lasiorrachis en la zona de Río Macho, Costa Rica por
medio de una prueba de ANDEVA.
Psychotria elata g.l. F P R2
Cobertura 1 27,239 0,000*** 0,872
Mes 3 169,866 0,000***
Interacción mes-cobertura 3 19,106 0,000***
Palicourea lasiorrachis g.l. F P R2
Cobertura 1 0,193 0,667 0,936
Mes 3 36,472 0,000***
Interacción mes-cobertura 3 1,334 0,298
***:P<0,0001.
La concentración de glucosa en los frutos se obtuvo solamente de los dos
primeros períodos de muestreo (Octubre y Diciembre de 2009), ya que el resto del
tiempo se consideró como períodos de ausencia de frutos por la poca disponibilidad de
frutos maduros en ambas especies (Fig. 14).
La glucosa en los frutos alcanzó 13% del peso seco, mostrando concentraciones
más altas que los tallos (Fig. 13 y 14). El ANDEVA para la concentración de los frutos
de ambas especies mostró que el tipo de cobertura y mes tuvieron efectos significativos.
Ambas especies tuvieron efecto de la cobertura, el mes y la interacción entre el mes y la
cobertura en la presencia de este azúcar simple en los tejidos. Ambas especies
respondieron diferencialmente ante las diferencias en las coberturas y en el mes de año
(Cuadro 6). Las dos especies aumentaron levemente sus concentraciones de azúcares en
diciembre de 2009. Sin embargo, P. lasiorrachis mostró una tendencia más fuerte que
P. elata a aumentar su concentración en el mes de diciembre de 2009 (Fig. 14).
34
Cuadro 6. Efecto temporal y espacial sobre la concentración de glucosa en los frutos
maduros de P. elata y Palicourea lasiorrachis en la zona de Río Macho,
Costa Rica, por medio de una prueba de ANDEVA.
Psychotria elata g.l. F P R2
Sitio 1 24,525 0,001** 0,824
Mes 1 5,973 0,040*
Interacción mes-sitio 1 6,930 0,030*
Palicourea lasiorrachis g.l. F P R2
Sitio 1 6,543 0,034* 0,896
Mes 1 48,667 0,000***
Interacción mes-sitio 1 13,490 0,006**
*=P<0,01; **=P<0,001.
Figura 14. Concentraciones promedio de glucosa (+EE) en los frutos de P. elata y P.
lasiorrachis en las zonas de bosque y tacotal en 4 meses del período
Octubre 2009-Diciembre 2009.
35
4. Discusión
4.1. Variables microambientes
4.1.1. Temperatura
El tacotal que es un sitio con menor cobertura boscosa y más energía lumínica
disponible. Mostró los valores mensuales de temperatura más altos; mientras que el
bosque se mantuvo con temperaturas más bajas que en el tacotal todo el año. La
tendencia está claramente influenciada por la presencia de una cobertura más densa que
también se refleja en los valores mayores de LAI y los valores de RDB obtenidos en el
bosque. Esta situación fue la esperada y parece tener implicaciones importantes en
algunos de los aspectos que veremos más adelantes sobre las respuestas fenológicas, de
crecimiento y de acumulación de sustancias de reserva por parte de estas especies frente
a las condiciones microambientales generales encontradas en ambos sitios.
Sin embargo, el patrón anual mensual de las temperaturas no es diferente entre
sitios, ya que a nivel macroecológico es claro que estos sitios se encuentran lo
suficientemente cerca como para esperar diferencias en el clima de la región. A la vez,
es probable que no exista diferencia en factores como la precipitación y la irradiación
sobre cada uno. Este patrón debe ser el resultado de la influencia de otras variables
además del ambiente lumínico, tales como las coberturas circundantes y otros factores
del paisaje en general de la zona que se sabe influyen en las condiciones abióticas de las
asociaciones vegetales (Doerner 2007). La precipitación fue una variable que no fue
contemplada en la relación con la fenología pese a la importancia que se ha visto que
tiene en la comprensión de la respuesta fenológica (Borchert 1999, Newell 2002,
Zimmerman et al. 2007), sin embargo, la cercanía de los sitios, su ubicación en la
misma vertiente y la conectividad que existe entre las coberturas, permiten que la
precipitación sobre la toda el área de estudio no debe resultar diferente.
36
Las grandes variaciones de temperatura tienen un efecto significativo en los bosques
de zonas templadas (Badeck et al. 2004), mientras que las plantas de zonas tropicales se
ven afectadas por otras variables (Borchert et al. 2005). Aunque el tacotal tuvo una
temperatura media más alta que el bosque, no hubo relaciones entre esta variable y las
respuestas fenológicas y nutricionales.
Por otra parte, la temperatura mantuvo un patrón similar entre sitios, así que la
respuesta fenológica no está dirigida o estimulada directamente por los cambios en la
temperatura de los sitios, sino por otras variables relacionadas a la temperatura como la
cantidad de energía disponible (RBD), que si mostró relaciones con la fenología
reproductiva de ambas especies de plantas. Sin embargo, se sabe que la temperatura está
directamente influenciada por la irradiación (van Schaik et al. 1993, Morellato et al.
2000, Galloway 2002), influyendo de manera significativa en los procesos bioquímicos
y ecológicos de las plantas (Berry y Björkman 1980).
Morellato et al. (2000), demostraron que las plantas de bosques tropicales pueden
mostrar respuestas estaciones en su fenología en sitios sin evidentes cambios en la
temperatura o la precipitación. Esto sugiere que la fenología puede mostrar variaciones
importantes sin que existan estacionalidad, sino más bien es una respuesta ante la luz.
4.1.2. Ambiente lumínico
Según Endler (1993), la luz se distribuye de muchas formas en los bosques en donde
ambiente lumínico depende de los diferentes estratos y la geometría del dosel, de la
dinámica de caída de árboles en términos de formación y cierre de claros. Guevara-
Escobar et al. (2005) observaron que la estructura del dosel es fundamental en las
interacciones de las especies en plantaciones forestales con valores de LAI similares a
los encontrados para el bosque y el tacotal. Sin embargo, es la intensidad de la radiación
lumínica la que tiene efectos significativos sobre las plantas en las zonas cercanas al
Ecuador (Renner 2007).
En el caso de Río Macho, las coberturas estudiadas están expuestas a todos estos
factores, sin embargo, las dos poblaciones de las plantas de P. elata y P. lassiorachis,
37
presentaron ambientes lumínicos distintos en cada cobertura. No obstante, ambas
especies se establecieron dentro de cada cobertura indiferentemente del LAI o el GSF,
al menos en la época lluviosa. Las diferencias encontradas en las variables del ambiente
lumínico sugieren que existe una diferencia entre la época seca y lluviosa sobre ambas
poblaciones de plantas. Estos cambios pueden implicar diferentes condiciones que
podrían influenciar la respuesta fenológica de las plantas (Wright 1991), como
“gatillos” que inicien y controlen fenofases (Augspurger 2004, Badeck et al. 2004,
Zimmerman et al. 2007).
Esto indica que la cobertura actúa de igual forma sobre las especies en ambas
épocas, pero son las especies las que responden diferencialmente ante cada una de las
asociaciones vegetales, lo que les permite coexistir (Poorter y Arets 2003). Kimura y
Simbolon (2002) encontraron que la distribución espacial de palmas de sotobosque era
independiente a las condiciones lumínicas, lo que podría repetirse en estas especies de
sotobosque. Sin embargo, está distribución de los individuos debe encontrarse dentro de
ámbitos establecidos de luz que no necesariamente son los ámbitos del ambiente
lumínico promedio de la cobertura.
Las plantas de las dos especies están en ambientes lumínicos promedio más abiertos
y en general con más energía disponible (Cuadro 2) en el tacotal. Sin embargo, las
especies respondieron diferencialmente ante esta disponibilidad de luz. Esto indica que
las especies tienen requerimientos ecológicos diferentes, por lo que la respuesta es una
misma cobertura en la intensidad de producción de frutos fue diferente. P. elata parece
verse favorecida en la producción de frutos en las zonas más abiertas durante los picos
de fructificación. No obstante, La cobertura no afectó la floración de igual forma, ya
que los picos se mantuvieron similares. Por su parte, P. lasiorrachis tuvo un
comportamiento diferencial a P. elata. La producción de flores y frutos no mostró
cambios significativos en su intensidad, pese a que la mayor producción de flores y
frutos fue en el bosque, no hubo diferencias significativas, lo que indica que esta especie
muestra una mayor capacidad de establecerse y reproducirse en ambientes lumínicos
diferentes, sin alterar significativamente su respuesta con respecto a otras coberturas
más oscuras.
38
Esta diferencia encontrada en P. lasiorrachis podría explicarse de manera fisiológica
y ecológica. La probable explicación fisiológica es que esta especie se vea afectada por
los grandes cambios en la cobertura, provocando un estado de estrés hídrico que reduce
la producción de frutos de P. lasiorrachis en los ambientes más claros del tacotal, donde
se sitúa. Los áreas de bosque en estado de sucesión ofrecen un ambiente más estresante
en variables como la luminosidad y la humedad del suelo (Gálhidy et al. 2006), por lo
que esta especie pudo verse afectada en su producción de frutos en el tacotal de una
manera más significativa.
Por su lado, P. elata respondió a ambientes lumínicos un poco más abiertos, con una
mayor producción en el tacotal, con diferencias significativas en los picos de
producción entre sitios. Esto indica que estos microambientes lumínicos en los que se
sitúa en el tacotal, beneficiaron la producción de frutos. P. lasiorrachis parece
aclimatarse ya que no posee cambios significativos en la intensidad, lo que indica que
sus ámbitos para las variables lumínicos para esta especie son más amplios y le permite
establecerse en diferentes ambientes sin mostrar cambios bruscos en su fenología.
Por otra parte, la ecología de la dispersión y polinización también podría ser una
variable que explique el comportamiento particular de P. lasiorrachis en el tacotal.
Herrerías-Diego et al. (2006) demostraron que la fragmentación y los cambios en el uso
de suelo tienen un efecto a largo plazo sobre la reproducción de las plantas, alterando
las respuestas fenológicas reproductivas. Por ejemplo, Katahashi y Kamitani (2004)
observaron que las plantas con copas más grandes con frutos presentes tienen mayor
reproducción que las que tienen copas más pequeñas. Los cambios observados en la
fenología y la forma de crecimiento de P. lasiorrachis pueden ser atribuibles a los
cambios producidos en el tacotal.
Por último, las actividades humanas tienen un efecto sobre los bosques en su
capacidad de albergar polinizadores que contribuya con el proceso reproductivo de las
plantas, además de que podría tener efectos sobre la distribución de los individuos
compatibles (Murcia 2002).
39
Finalmente, los cambios producidos sobre el balance hídrico como resultado
indirecto de los cambios en la cobertura, alterando la distribuciones espaciales y la
riqueza de especies presentes (Ishii y Asano 2010), lo que podría definir muchas
relaciones de competencia, además de muchas variables en la respuesta de la ecología
funcional de cada sitio como por ejemplo la productividad primaria, los ciclos
biogeoquímicos y la fenología (Hooper 1998).
Por otra parte, la sincronía floral de las especies muestra que P. elata tendió a la
sincronización de su floración en el tacotal, lo que fue una respuesta opuesta a la
floración de P. lasiorrachis. Esta enorme sincronización durante el período de estudio,
sugiere que P. elata se vio beneficiada en su producción de flores en el tacotal y una
reducción en la sincronía floral P. lasiorrachis. Este efecto se discute en la sección
4.3.3.
En resumen, las respuestas diferenciales de las plantas pueden responder a un
conjunto de diferentes factores que a las cuales cada especie responde según sus
requerimientos ecológicos (ecomorfología y sincronía), fisiológicos e inclusive
genéticos.
4.2. Mediciones de crecimiento y alometrías
La forma y el tamaño de las plantas se relaciona directamente con los procesos y
condiciones que se encuentra alrededor de los individuos por períodos prolongados
(Bullock 2000, Nishimura et al. 2010) y generalmente las plantas responden ajustando
sus tamaños ante diversas condiciones de estrés (Lawton 1982). El tipo de cobertura
boscosa tuvo un efecto importante sobre la arquitectura de las plantas de P. elata. Las
plantas de esta especie fueron en general más grandes y menos esbeltas en la zona de
tacotal que en la zona de bosque (Cuadro 3). P. lasiorrachis, mostró una cambio no
significativo entre la esbeltez promedio en ambas coberturas, ya que mostro un cambio
mucho menor que el sufrido por P. elata (Fig. 6.). Sin embargo, la esbeltez promedio de
P. elata fue mayor en el tacotal y no fue diferente a la esbeltez de P. lasiorrachis en el
bosque, pero si muy marcada, lo que evidencia plantas con arquitectura esbelta que
40
podría responder la búsqueda de recursos lumínicos en ambas coberturas como
estrategia de competencia de P. elata y una menor plasticidad fenotípica en P.
lasiorrachis (Rice y Bazzaz 1989, Valladares et al. 2000). Esto podría explicar la
tendencia de la arquitectura hacia formas más esbeltas en una especie (Bullock 2000),
pero formas menos esbeltas como estrategia complementaria en la otra especie.
Las diferencias ambientales del tacotal parecen estimular el desarrollo de plantas
con formas más rechonchas, una respuesta típica en ambientes con una mayor
disponibilidad de recursos lumínicos (Sterck 1999). Esto quedo demostrado con los
resultados del índice de esbeltez, donde P. elata responde diferencialmente en las zonas
con mayor cantidad de luz que P. lasiorrachis. Las plantas con índice de esbeltez bajo
sugiere individuos más estables, por lo que fenómenos como el arqueo del tallo o la
fractura por acciones mecánicas como el viento (e.i. Lawton 1982, King 1986, Cordero
et al. 2007), o la caída de ramas podrán ser menos probables para estas plantas. Estas
relaciones arquitectónicas han sido ampliamente demostradas en relación a la
estabilidad de las plantas (Niklas 1999), ya una arquitectura más rechoncha puede
resistir mejor el estrés mecánico que una arquitectura esbelta. Por otro lado, la biomasa
propia de la copa y su distribución es también un factor que debe ser tomado en cuenta
en la ecología de las plantas, ya que el arqueo de los tallos depende de la altura y su
estructura está relacionada con la disponibilidad de luz (Hashimoto 1990). King (1996)
observó que los arbustos de las tierras bajas de Costa Rica responden ante el ambiente
lumínico con la presencia de copas similares a las especies arbóreas del dosel de la
misma edad. No obstante, esta relación se ha demostrado que no se encuentra en
especies arbóreas en el dosel (Coomes y Grubb 1998). Ishii y Asano (2010),
demostraron que las arquitecturas de las plantas para la obtención de luz en ciertos
bosques es una compleja interacción de estrategias que pueden ser complementarias en
una alta productividad de la cobertura, como consecuencia de una obtención espacio-
temporal diferente entre las especies coexistentes. Esto podría ser una explicación de las
arquitecturas diferenciales encontradas en ambas especies estudiadas
Así, la información alométrica y de tamaño sugieren que las especies de rubiáceas
del sotobosque de la zona no responden de igual forma ante los cambios en el uso del
suelo y la luz (Valladares et al. 2000), sino más bien parece que depende de la
41
capacidad de cada especie para tolerar la sombra. Al mismo tiempo, define la
arquitectura de cada población en cada uno de los sitios. De este modo, la cobertura
ejerce un efecto sobre las especies en cuanto a su forma de crecimiento y arquitectura
(Pearcy y Yang 1998). No obstante, P. elata muestra una mayor diferencia entre sitios
que se explica por su capacidad de tolerancia a las diferentes condiciones de luz. Esta
especie cambia sus relaciones alométricas en los diferentes ambientes lumínicos de una
manera más visible que P. lasiorrachis. Oberbauer et al. (1989), ya habían encontrado
esta respuesta en otras plantas de sotobosque en bosques primarios de las zonas bajas de
Costa Rica, exponiendo a dos especies de crecimiento lento a diferentes condiciones de
luz.
Las relaciones alométricas sugieren que P. elata es una especie con individuos más
estables arquitectónicamente y que esta estabilidad depende de la existencia de zonas
con menor cobertura, encontradas en el tacotal, mientras que P. lasiorrachis mantiene
una estabilidad similar en ambos sitios, lo que sugiere que esta especie se ajusta mejor
al aumento de las condiciones lumínicas sin cambiar drásticamente su forma. En ambos
sitios, las formas más estables de P. elata (menos esbeltas) permiten suponer que la
obtención de los recursos lumínicos en el tacotal no requiere cambios en la altura. Estas
tendencias divergentes entre las especies confirman la gran plasticidad de este género en
en sus representantes de zonas tropicales (Valladares et al. 2000). Por lo tanto, la
arquitectura de las plantas está influenciada por las condiciones ambientales (Théry
2001, Nashimura et al. 2010), pero la amplitud de esta respuesta también depende de la
adaptabilidad de cada especie, en este caso principalmente los lumínicos.
Por otra parte, el patrón de escala H/Db de estas plantas también parece estar
influenciado por las coberturas de los sitios, ya que se encontró una relación en el
crecimiento y la cobertura, con excepción de P. lasiorrachis, cuyo efecto fue
marginalmente significativo (Fig. 5). Sin embargo, la interacción fue significativamente
entre especies, lo que identifica diferencias sutiles entre las relaciones de crecimiento
que aparecen solamente en la interacción obtenida.
Las tendencias anteriores definen a P. elata como una especie más tolerante a la
sombra con una gran capacidad de adaptación a los cambios en la luz y por ende, son
poblaciones con una gran plasticidad fenotípica dentro del ámbito de las zonas
42
estudiadas. P. lasiorrachis parece ajustar en menor grado sus patrones de crecimiento
dados los ámbitos de las variaciones ambientales presentes en los sitios de estudio.
Estas condiciones no representan condiciones extremas en las cuales esta especie podría
presentar cambios más evidentes. Esto hace suponer que esta especie más generalista en
cuanto a su respuesta arquitectónica ante la luz y en general muestra cambios más
pequeños en su arquitectura que P. elata. Valladares et al. (2000), encontraron que este
tipo de variaciones pueden ser alternativas de los arbustos de las zonas tropicales para
adaptarse a ambiente lumínicos y aumentar su eficiencia en la captura de luz, por lo que
no sería extraño encontrar diversidad en las morfologías de plantas en ambiente
alterados.
Estas diferencias en los tamaños y en la forma de las plantas podrán tener
implicaciones importantes en la reproducción de las plantas en cada sitio. Por ejemplo,
estos cambios podrían afectar al tipo de frugívoros que utilizan estas plantas como
fuente de alimento (Flörchinger et al. 2010). En términos generales, las plantas más
grandes suelen tener una reproducción más alta que las plantas más pequeñas de la
misma especie (Bonser y Aarsen 2003).
4.3. Ciclos fenológicos
4.3.1. Temporalidad de la fenología
La temporalidad de la fenología en zonas tropicales está determinada en muchos
casos por variables como la precipitación y la luz (van Schaik et al. 1993). La
precipitación no fue cuantificada, sin embargo, es posible suponer que no existe
ninguna variación intraanual en la precipitación de importancia ecofisiológica o
ecosistémica en esta comunidad en esta zona. Sin embargo, los patrones fenológicos de
algunas especies en la Estación Biológica La Selva, por ejemplo, donde la precipitación
alcanza la 4000 mm/año se asocian con períodos de menor precipitación (Bawa et al.
2003). En términos generales, el periodo de floración de ambas especies coincidió con
la amplitud temporal previamente informada por Calderón (1994) para algunas
rubiáceas de estos bosques. No obstante, los diferentes efectos de la cobertura y la
interacción de estos sitios con las especies indican que los organismos vegetales en
43
general responden fenológicamente diferente en cuanto a la temporalidad. Ambas
especies mostraron temporalidad en su respuesta fenológica, especialmente en la
fructificación, que fue mucho más concentrada que la floración. Esta respuesta es
probable que coincida con una ligera estacionalidad, sin embargo, es importante resaltar
que el período de muestreo estuvo bajo la influencia del Fenómeno ENOS (El Niño
Oscilación del Sur), por lo que es posible que las condiciones ambientales del año de
estudio sean diferentes al patrón general de la zona.
En ambas especies, la floración fue estacional en ambas coberturas. En el tacotal
ambas especies mostraron diferencias más marcadas (Fig. 10). Sin embargo, la
fructificación tendió a adelantarse en P. lasiorrachis en ambos sitios con respecto a P.
elata, lo que implica que esta especie posee una período de fructificación anticipado en
ambas coberturas, lo que implica que esta temporalidad no parece verse afectada por las
coberturas.
4.3.2. Intensidad fenológica
Los trabajos de investigación consultados se han centrando en la sincronización y
estacionalidad de la fenología (Bawa et al. 2003). Sin embargo la intensidad fenológica
tiene una gran importancia ecológica (Chapman et al. 1999, Almeida-Nieto y
Lewinsohn 2004), ya que define muchas de las interacciones de los sistemas naturales
(Ángulo-Sandoval et al. 2004, Bertin 2008).
La intensidad en la producción de flores y frutos de ambas especies mostró un efecto
de la cobertura, las especies y la interacción entre el sitio y la especie, lo que indica que
éstas responden diferencialmente ante los ambientes de luz contrastantes de cada sitio.
El análisis de PCA mostró que la variabilidad en la respuesta fenológica tanto en la
floración como en la fructificación estuvieron más cercanamente relacionada al GSF y
el LAI, lo que indica que es disponibilidad de radiación los que influye principalmente
en la intensidad de la respuesta fenológica (Fig. 12). Así la intensidad fenológica está
determinada directamente por la cobertura, las especies y la interacción entre el sitio y
la especie. Esto indica que los “gatillos” que inician las fenofases pueden estar más
relacionados con la respuesta ambiental (Hamann 2004), la intensidad y duración de
44
estos procesos puede estar más relacionada a condiciones bióticas (Elzinga et al. 2007),
especialmente en procesos como la fructificación, que dependen de la presencias de los
polinizadores.
Según Wright (1991), la producción de flores y hojas aumenta en los trópicos en las
épocas con mayor irradiación. Esto podría explicar la mayor intensidad en la producción
de frutos de P. elata en el tacotal y podría parcialmente explicar lo que se presentan
diferencias temporales en el porcentaje de fructificación de las especies. Esta condición
se mantuvo para P. elata en el tacotal durante los picos de producción de frutos, sin
embargo, P. lasiorrachis no tuvo diferencias tan marcadas, lo que confirma que su
posición se sitúa en el óptimo de variación de las condiciones ambientales de ambos
sitios
La diversidad de ambientes encontrados influye mayoritariamente en la respuesta
fenológica reproductiva (floración y fructificación), lo que fue mucho más evidente en
el bosque que en el tacotal. La alta disponibilidad de luz, también explica el aumento en
la intensidad de la producción de frutos maduros en P. elata. Sin embargo, Hamann
(2004) no encontró relaciones directas y además menciona que existen otras variables
ambientales son las responsables de la intensidad y temporalidad de la respuesta
fenológica en los bosques tropicales lluviosos, al no encontrar relaciones directas en el
inicio y en la sincronización de la fenología reproductiva.
Por otra parte, Wright et al. (1999) determinaron que el fenómeno ENOS tiene
efectos sobre la producción de frutos en Panamá y una consecuente reducción al año
siguiente del fenómeno, por lo que es posible que la intensidad registrada en el período
de estudio de este trabajo posea cambios con respecto al patrón general de la zona.
En el caso de las hojas jóvenes, el mantenimiento de un patrón constante en la
temporalidad de la producción, sin la formación de picos en ninguna época del año
parece ser una tendencia general de los arbustos de la familia de las rubiáceas de los
bosques húmedos sin estacionalidad marcada (Opler et al. 1980, Williams-Linera y
Herrera 2003). Es por esto, que la producción de hojas, puede que aporte poca
información en la comprensión de las alteraciones a niveles funcionales producidas por
la actividades humanas sobre los sistemas naturales en zonas de bosque de altura.
45
Sin embargo, si se encontraron diferencias significativas en la intensidad de hojas de
P. lasiorrachis entre las coberturas desde septiembre hasta diciembre de 2009, con
excepción de octubre de 2009. Este tipo de diferencias se ha documentado en otras
especies de arbustos como una respuesta ante cambios en los regímenes de luz (Nicola y
Pickett 1989). Como se mencionó anteriormente, existió una coincidencia entre la
producción de frutos y la época lluviosa, lo que posiblemente influyó también en la
brotación de hojas jóvenes de manera indirecta. Este efecto fue más evidente en P.
lasiorachis; La enorme variación en los valores promedio de P. elata en esta misma
época podría sugerir un efecto similar, pero menos pronunciado, lo que podría reflejar
pequeños diferencias en los microambientes particulares de cada individuo.
4.3.3. Sincronía Floral Anual
La sincronía floral anual de las dos especies en ambas coberturas mostró valores
bajos, con excepción de P elata en la zona de tacotal. En general, períodos largos de
floración usualmente resultan en una baja sincronía en la fenología a nivel poblacional
(Augspurger 1983, Bolmgren 1998, Elzinga et al. 2007), la cual describe la respuesta en
sincronía de ambas poblaciones en ambas coberturas vegetales. Sin embargo, si se
demuestra efecto de la cobertura en su grado de sincronía. En el caso de P. lasiorrachis
no mostró una tendencia hacia la sincronización. Esto puede deberse a que los bosques
sin estacionalidad muestran una gran variedad de patrones fenológicos (Bawa et al.
2003). Pueden existir diferentes respuestas de la misma especie con coberturas
lumínicamente diferentes, ya que las condiciones lumínicas no cambian
significativamente durante el año (Borchert et al. 2005).
El efecto significativo del sitio puede explicarse por la plasticidad de las especies
ante las condiciones ambientales (Nicola y Pickett 1983, Rice y Bazzaz 1989,
Valladares et al. 2000) y los requerimientos ecológicos específicos como la
precipitación, el ambiente lumínico, entre otros. Estas diferencias en la respuesta se
vieron en otras variables como las respuestas alométricas y la intensidad fenológica, lo
que reafirma que ambas especies poseen requerimientos ecológicos distintos y que
responden diferencialmente ante los cambios en el uso del suelo a largo plazo.
46
Al igual que la tendencia obtenida con la arquitectura de las plantas, P. elata mostró
una respuesta típica de una planta con mayor tolerancia a la sombra pero que se ve
influenciada por un aumento de la cantidad y calidad de la energía disponible en el
ambiente. En los bosques deciduos, esta temporalidad es fundamental, especialmente
en la fenología vegetativa que evidencia en una estacionalidad en la cobertura (Kato y
Komiyama 2002), pero también tiene implicaciones importantes sobre la respuesta
fenológica reproductiva (Wright 1999, van Schaik et al. 1993, Zimmerman et al. 2007).
La competencia intraespecífica puede aumentar por una alta coordinación en la
floración, lo podría provocar cambios en su funcionalidad dentro de las coberturas y una
forma de evitar una alta depredación pre-dispersión sobre los frutos verdes (Janzen
1971, Rocha et al. 2006). Huntoon (1987) observó en Monteverde que la
sincronización de la floración de P. elata (Cephaelis elata) favorece la visita de su
polinizador durante los picos de floración, pero las plantas que se encontraron solitarias
obtenidas en promedio más polen que las plantas que se agrupaban. Sin embargo, este
efecto estuvo más marcado a la cercanía de los individuos compatibles, debido a las
diferentes morfologías florales presentes en esta especie. Es probable que P.
lasiorrachis muestre el mismo tipo de morfología, por lo que podemos esperar un
comportamiento similar, ya que esta especie comparte el polinizador principal con P.
elata (Feisinger y Busby 1987).
4.4. Calidad nutricional de los tejidos vegetales
La estacionalidad puede ser una variable que limita la producción, por lo que es
probable que la asignación de recursos (y su almacenaje) sea afectada por la producción
de flores, frutos y hojas (Newell et al. 2002, Tissue y Wright 1995). Se ha demostrado
que los arbustos de bosques húmedos tropicales utilizan sus reservas de carbohidratos
durante el período de reproducción. En otras especies de sotobosque, estas reservas son
tomadas de los tallos y las raíces (Marquis et al. 1997). A pesar de que en este estudio
solamente se midió la concentración de glucosa en los tejidos, los valores obtenidos
fueron menores al máximo informado por por Würth et al. (2005) del 14% en tallos y
ramitas. En las especies estudiadas, donde la concentración de glucosa en los tallos fue
menor durante los períodos en que ambas especies mostraban sus picos de
fructificación. No obstante, estudios previos en el género Psychotria en las tierras bajas
47
de Panamá han demostrado que la carbohidratos almacenados en los tejidos tienen una
función limitada en la reproducción y están más directamente relacionados con el
crecimiento, en donde la reproducción parece estar más relacionada con los productos
directos de la fotosíntesis (Tissue y Wright 1995). Sin embargo, este tipo de trabajos
son muy limitados en los arbustos tropicales de sotobosque y puede que estos
parámetros varíen en otros pisos altitudinales. En el caso de este trabajo, solamente se
utilizó como parámetro la glucosa contenida en los tallos y frutos, lo que podría explicar
la tendencia encontrada en esta zona, y que coincide con la información recolectada
para tierras bajas antes citada.
Las dos coberturas estudiadas mostraron diferencias en la distribución de la
producción de frutos entre las especies. Sin embargo, las especies coinciden en su
período final de maduración de los frutos, período en que la concentración de glucosa
de éstos mostró un aumento significativo De modo claro, las concentraciones de
glucosa sugieren que las plantas de las dos especies de arbustos redistribuyen cierta
cantidad de sus recursos internos de los tallos cercanos a las infrutescencias hacia la
producción y cuajado de frutos. Para las mediciones del 2010, la concentración de
glucosa aumentó significativamente dentro de los tallos en ambos sitios (coberturas) en
ambas especies, cuando ya no habían frutos maduros. Además, es importante resaltar
que la fuerte interacción mes-sitio obtenido destaca el hecho de que este uso de los
recursos internos se utiliza en tiempos diferentes según la cobertura. Esta apreciación
surge del hecho de que P. elata eleva más lentamente las concentraciones de glucosa en
los tallos en el tacotal, de manera concomitante con su retraso en la producción de
frutos.
Del mismo modo, la concentración de glucosa de los frutos durante este corto
periodo del 2009 muestra una tendencia al aumento hacia el final del año en ambas
especies. Esta situación podría enmarcarse dentro de dos posibles contextos, uno
ecofisiológico y uno ecológico. Una posible explicación ecofisiológica tiene que ver con
las posiciones temporales relativas de los muestreos de glucosa en los frutos y su estado
fenológico. Ambas especies aumentan la glucosa, pero no con el mismo grado, siendo
P. elata la que aumenta en ambos sitios la cantidad de glucosa en diciembre, mientras
que P. lassiorachis se mantiene constante en el bosque, y si sufre un aumento en el
48
tacotal. Sin embargo, los valores relativos de estos aumentos son tan pequeños, que
podrían estar dentro del ámbito de error de las respuestas fenológicas.
Ecológicamente ambas especies ofrecen la misma calidad de recurso alimenticio en
los frutos, pequeño pero con una separación temporal entre las especies, que
posiblemente reduce la competencia en cuanto a la dispersión. En el caso del tacotal, la
baja riqueza de especies en comparación con el bosque (Cordero 2011) puede reducir a
nivel de la comunidad la competencia de otros arbustos presentes en la cobertura. (van
Schaik et al. 1993, Chapman et al. 1999, Bin et al. 2010). Dentro del mismo contexto
de la ecología de la dispersión de dos especies con ofertas nutricionales similares, es
posible pensar que el bosque es un sitio con muchas más especies y una mayor densidad
de plantas en los estratos inferiores, donde la competencia por la dispersión podría ser
mucho más compleja que en el tacotal. De esta manera, la especie P elata podría estar
mostrando los efectos de una fuerte presión selectiva en la producción de sus frutos,
como una estrategia útil hacia la separación temporal en la oferta de recursos para los
dispersores, pero con una reducción en casi un 10% su producción con respecto a P.
lasiorrachis en el tacotal
Los dispersores que usualmente se limitan a aves y mamíferos utilizan el color,
el tamaño y concentración de ciertas sustancias como agua y azúcares como algunas de
las variables en la selección de consumo. Sin embargo, los frugívoros suelen ser
oportunistas (Flörchinger et al. 2010). Ya que las características en cuanto a la forma y
el color de los frutos maduros es muy similar entre ambas especies, además de que las
concentraciones de glucosa fueron muy similares, es probable que los frugívoros
utilicen los frutos como fuente de alimento independientemente de la especie, por lo que
el adelanto en la aparición de los frutos de P. lasiorrachis podría tener una ventaja de
dispersión dentro de las poblaciones en ambas coberturas.
Según Izhaki et al. (2002), la carga nutricional del recurso para los frugívoros es
importante en la selección del frutos. Es posible que los frugívoros que utilizan el
recurso no cambien sus tácticas de forrajeo y consumo de frutos (Melo et al. 2003), por
lo que en términos de interacciones planta-animal, la intensidad y distribución de P.
elata en la producción de frutos en ambas coberturas es la variable que define la
capacidad de coexistir en altas densidades y condiciones lumínicas diferentes. Esto fue
49
demostrado por Myers y Kitajama (2007), analizando los CNE en siete especies de
plantas en el sotobosque de Barro Colorado en Panamá.
En resumen, la glucosa de los tallos sugiere que existe una estacionalidad en el
almacenaje de azúcares simples en ambas especies y que las plantas asignan recursos
desde los centros de almacenaje en los tallos hacia los frutos. El trabajo realizado por
Hoch (2005) en tres especies de árboles de zonas templadas, indica que el crecimiento
de los frutos está relacionado con las concentraciones de glucosa en las ramas que
forman las inflorescencias. El efecto que tienen las épocas en que se recolectaron los
tallos analizados con la concentración de glucosa indica que la planta utiliza recursos
previamente almacenados en el tallo para las actividades reproductivas. Esto sugiere que
la fenología como proceso con un contexto fisiológico dentro del ciclo de vida de las
plantas, inicia antes de cualquier evidencia externa y responde a una necesidad de una
inversión sustancial de energía para complementar la que se desvía durante la formación
de los frutos.
4.5. Implicaciones generales
4.5.1. Implicaciones ecológicas de los ciclos fenológicos
En términos generales, las relaciones coevolutivas de las plantas con sus dispersores
suelen ser difusas (Levey 1987) y no tan específicas como las interacciones con los
polinizadores. Se ha visto que en los bosques tropicales la presencia de una sincronía y
por ende una cierta cantidad de flores disponibles para lograr la aparición de
polinizadores aumentan la competencia por la polinización entre conespecíficos (van
Schaik et al. 1993). Según Feinsinger y Busby (1987), el polinizador principal
reconocido para ambas especies en las zonas de bosque nuboso en Costa Rica,
Lampornis calolaemus (Trochilidae), es territorial y usualmente con muchas plantas
dentro de su territorio. La interacción entre esta ave y ambas especies de plantas en
bosques nubosos de Costa Rica (Feinsinger et al. 1988) demostraron que es posible que
aumente la competencia entre algunas plantas, pero no necesariamente sea un efecto
generalizado. Wright et al. (1999) demuestran que los cambios en los patrones
50
fenológicos registrados transforman las dinámicas tróficas y pueden desencadenar
repercusiones a niveles superiores del ecosistema
Desde el punto de vista interespecífico, el traslape en la floración, no es un factor
que podría explicar la coexistencia entre las especies pues involucra una fuerte
competencia por polinizadores. Por lo tanto, las dinámicas de competencia y la
coexistencia de las especies está relacionada con la diferencia en otras fenofases, tal y
como ocurre con la fructificación en el bosque para especies más dependientes de la
cobertura (Sakai 2001). Esto implica que las diferencias en la distribución de la
producción de frutos por parte de P. elata con respecto a P. lasiorrachis en las dos
coberturas, es todavía más importante para el éxito reproductivo de la planta que la
separación temporal de floración, ya que la competencia por la polinización está
definida y limitada en ambas especies por su polinizador principal.
Esta separación es clara (Fig. 9 y 10) en ambas coberturas y permite suponer junto
con otras variables que se analizan adelante que es este atraso en la fructificación de P.
lasiorrchis con respecto a P. elata, lo que podría definir el establecimiento de las
interacciones bióticas de estas especies en ambas coberturas de la zona.
Es válido suponer que la regeneración natural conlleva una transformación del
tacotal hacia una asociación vegetal similar al bosque, sin embargo, los diferentes usos
que se le dio históricamente a cada cobertura (Potrero en el caso del bosque y plantación
de Z. jambos en el caso del tacotal), podrían resultar en rutas divergentes de restauración
o rehabilitación (Ruíz-Jáen y Aide 2005).
Los registros fenológicos reproductivos permiten apoyar la hipótesis de que en
ambas coberturas la separación en la fructificación responde a una adaptación de las
plantas ante la competencia con otras especies (Freitas y Bolmgren 2008) Esto
posiblemente produce cambios en las dinámicas en las redes tróficas, lo que
probablemente altera el funcionamiento y mantenimiento a largo plazo de las plantas y
los animales en este sitio (Restrepo et al. 1989).
51
Por otra parte, la diversidad de especies también tiene implicaciones sobre la
funcionalidad de los ecosistemas (Vilà 1998). Ambas especies de sotobosque
pertenecen al mismo grupo funcional como fuente de alimento para frugívoros en ambas
comunidades. Sin embargo, los cambios registrados en los patrones fenológicos indican
que esta función es probable que se cumpla de una manera diferencial por cada especie
en cada una de las zonas analizadas. Esto explica la coexistencia de ambas especies
con el mismo rol funcional, que se refleja en las bajas sincronías individuales de las
poblaciones en su hábitat natural
4.5.2. Implicaciones antropogénicas de las respuestas fenológicas
La evidencia encontrada en los cambios de los picos de producción de frutos
muestra los efectos de las perturbaciones antropogénicas en las interacciones planta-
planta y planta-animal. Existen alteraciones en las distribuciones de frutos con el tacotal
(13 años) con respecto a la tendencia de un bosque con 50 años de regeneración. Estas
alteraciones podrían tener implicaciones en la permanencia de algunas de las especies
de rubiáceas de sotobosque, ya que se detectaron cambios en sus picos de fructificación.
Ya se conocen cambios fenológicos significativos en especies del sotobosque. Por
ejemplo, como los documentados en Miconia centrodesma de los bosques de tierras
bajas de Costa Rica (Levey 1990), presentó una fructificación frecuente y no estacional
en zonas abiertas. Esta respuesta sugiere que los cambios antropogénicos decididamente
influyen de diversa forma sobre las plantas del sotobosque tropical de elevaciones bajas
e intermedias, pero que pueden cambiar en cuanto a la velocidad en que este proceso se
lleva a cabo en diferentes elevaciones.
Estas alteraciones tienen una enorme relevancia sobre los procesos ecológicos de las
plantas (Freitas y Bolmgren 2008, Bolmgren 1998) en términos de competencia, éxito
reproductivo depredación, entre otros. Por último, el uso de estas coberturas tuvo
efectos en cómo se dieron y se continúan dando los procesos de regeneración natural
dentro de cada sitio, la velocidad de recuperación de estos sitios y las respuestas
ecológicas de las plantas nativa.
52
4.6. Implicaciones ecológicas de las respuestas vegetales
fenológicas, fisiológicas y alométricas.
La fenología, fisiología y alometrías de las poblaciones vegetales son
importantes en las relaciones biológicas de las plantas y los animales y sus interacciones
ya que estás relaciones son evolutivas (van Schaik et al. 1993). Esto involucra a las
perturbaciones causadas por las actividades humanas que transforman estas relaciones,
causando cambios a largo plazo en las dinámicas poblacionales de las comunidades. Las
variables bióticas como la presencia o ausencia de polinizadores y dispersores, la
sincronía, el mutualismo y otras relaciones de los ecosistemas también definen el
mantenimiento y la capacidad reproductiva de las especies de plantas (Murcia y
Feinsinger 1996, Elzinga et al. 2007).
Todas estas respuestas alométricas y fenológicas encontradas en los arbustos de
sotobosque indican que parte de su ecología funcional como fuente de alimento para
frugívoros, se mantiene en ambas asociaciones. De este modo, se informa de cambios
importantes en la intensidad y en la sincronía de floración de las especies, que son
consecuencias directas de los cambios antropogénicos que modifican el ambiente
lumínico y alteran la forma en que la planta llevan a cabo sus funciones.
Sin embargo, ambas especies respondieron de manera diferencial ante estos
cambios. De manera imprevista, P. elata mostró cambios relativos mayores en ambas
coberturas, lo que demuestra que es una planta con una gran plasticidad fenotípica que
se refleja en sus alometrías en respuesta a su mayor adaptabilidad ante los cambios en la
luz. Sin embargo, es una especie cuyos requerimientos de luz le permite establecerse en
ambientes con mayor cobertura. Por su parte, P. lasiorrachis mostró cambios menos
bruscos en su respuesta fenológica que evidencian que esta especie se establece en
ambientes más abiertos sin mostrar fuertes cambios en su respuesta.
En fin, la ecología funcional de los sistemas naturales se ve afectada por los
cambios drásticos en la cobertura debido a las actividades humanas, que se ven
reflejadas en las respuestas fenológicas y alométricas incluso después de 15 años de
53
abandono, lo que nos permite cuantificar los impactos de dichas actividades no
solamente desde una perspectiva de diversidad, sino desde la función que cumple cada
especie dentro de su sistema natural y cómo se altera este sistema. La respuesta
fenológica nos permite establecer que los cambios en el uso del suelo como el cambio
de cobertura pueden extenderse a largo plazo en este ecosistema de altura en Costa Rica
y que se puede utilizar variables fenológicas y alométricas en conjunto para evaluar el
estado de regeneración de las funciones ecosistémicas de estas coberturas.
Por otra parte, la plasticidad de las especies y su capacidad de establecerse en
diferentes coberturas con condiciones particulares, además de la alta productividad que
poseen durante el año, demuestran la importancia de incluir y contemplar a estos
componentes del ecosistema dentro de los planes de manejo, restauración y en los
estudios sobre la regeneración natural y funcional de los ecosistemas vegetales de
altura. Estas especies poseen características ecofisiológicas que facilitan los trabajos
sobre ecología y fisiología funcional, gracias a su respuesta evidente ante los estímulos
ambientales producidos por los cambios históricos en los sistemas naturales de la región
de Orosí.
Pese a que este trabajo confirma la viabilidad de los arbustos de sotobosque
como indicadores potenciales de los efectos a largo plazo de las perturbaciones de los
sistemas naturales en los bosques de altura de Costa Rica, la información obtenida aún
no permite crear los parámetros cuantitativos para estimar o predecir el estado de
regeneración de las funciones ecosistémicas de cada especie nativa presente o del
ecosistema en sí. Es necesario establecer criterios integrales, para poder determinar
cuáles son las categorías adecuadas en las que se puede clasificar la regeneración
natural, más allá de la edad de las coberturas y su regeneración o de las variables
funcionales tales como la fenología, fisiología y la arquitectura vegetal tratadas aquí.
54
5. Conclusiones
Los cambios sutiles en la intensidad y la sincronía de la fenología
reproductiva de ambas especies. La fenología reproductiva de las especies de
sotobosque estudiadas y su arquitectura está determinada principalmente por el
ambiente lumínico propio de cada una de las coberturas analizadas y cada
especie responde diferencialmente ante cada condición, por lo que esta variable
funcional del ecosistema puede ser utilizada como un parámetro comparativo en
estudios sobre regeneración y restauración en la zona de Orosi. Sin embargo, la
dirección e intensidad de las respuestas ante este tipo de cambios continúa
siendo idiosincrático de la especie.
El análisis de la plasticidad fenotípica muestra los efectos de los diferentes
modos de restauración. El análisis morfológico y alométrico de estas dos
especies permitió encontrar algunas relaciones arquitectónicas directamente
asociadas con su desempeño en cada condición, al mismo tiempo que ayuda a
asignarles un temperamento (preferencias ecológicas o grupo funcional) dado.
Ambas especies contribuyen con sus funciones ecosistémicas reproductivas.
Las dos especies de arbustos utilizadas en este trabajo poseen traslapes en su
función ecosistémica como fuente de alimento para algunas especies frugívoros.
Sin embargo, los cambios temporales y de intensidad fenológica causados por
las diferencias ambientales alteran las respuestas fenológicas, pero no la
capacidad de estas especies de cumplir con esta función.
Ambas especies translocan recursos energéticos internos para cumplir con sus
funciones reproductivas. Los carbohidratos no estructurales (TNC) parecen no
verse afectados por la cobertura en ambas especies, lo que indica que es la
estacionalidad lo que provoca cambios en las concentraciones de azúcares en los
tejidos, lo que posee implicaciones en la disponibilidad de recursos alimenticios
para los frugívoros y los herbívoros que utilizan estas especies como fuentes de
alimento.
55
Las especies de sotobosque estudiadas son claves en el mantenimiento de las
funciones ecológicas de tanto ambientes sucesionales tempranos como tardíos.
Las especies estudiadas son un importante elemento de ambas asociaciones
vegetales analizadas, debido a la amplitud y cambios en su respuesta fenológica,
sus interacciones planta-planta y sus gran capacidad de establecimiento en sitios
con condiciones ambientales diversas y cambiantes por lo que deben ser
contempladas en futuros trabajos de investigación y manejo a nivel ecosistémico
56
6. Recomendaciones
Es indispensable evaluar la fenología de manera más exhaustiva y
prolongada, los efectos a largo plazo de los cambios en el uso del suelo y las
actividades humanas sobre las poblaciones de las especies vegetales en las
zonas de altura, en donde se incorporen las interacciones planta-animal.
La respuesta fenológica descrita en este trabajo deben ser incorporada en los
diagnósticos ambientales y futuros planes de manejo viables para la zona,
para lograr integrar aspectos de la ecología funcional de sistemas biológicos
de las zonas con elevaciones intermedias del Neotrópico.
Los estudios fenológicos deben contener y explicar las variaciones
interanuales para poder explicar la respuesta específica de las plantas ante el
ambiente (e.i. Fuchs et al. 2003, Herrerías-Diego et al. 2006), por lo que es
necesario extender el esfuerzo de muestreo en su escala temporal, con el fin
de obtener información más robusta sobre la respuesta fenológica.
Se deben incorporar más especies de sotobosque al estudio de los efectos de
las actividades productivas sobre la ecología funcional de los sistemas
ecológicos no solo en sus respuestas fenológicas, sino también en su
arquitectura, fisiología y ecología
Es necesario profundizar en otras interacciones ecológicas de las especies
vegetales como la dispersión, la herbivoría y la polinización para poder
generar un escenario más completo de los efectos globales producidos en el
valle de Orosi.
57
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