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EL USO SUSTENTABLE DE LOS SUELOS 1 CAPÍTULO I. LAS TIERRAS EN LA ARGENTINA “Mire que es lindo mi país paisano, si usted lo viera como yo lo vi, un cielo lindo repartiendo estrellas, la Madre Tierra acunando el maíz. Viera que lindo es su país paisano, los cuatro rumbos que le conocí, si usted lo quiere como yo lo quiero, cuando lo conozca me dirá que sí” (Milonga candombe de Argentino Luna, 1968). Interesa dar una idea global de la distribución regional de las tierras del país y del NOA (Noroeste Argentino) por aptitudes, uso actual, problemas y los distintos manejos, para que su producción sea la mayor y más sustentable posible. En estos momentos, resulta difícil definir más ajustadamente las diversas regiones por aptitud y destino, ya que no se dispone de información detallada y homogénea que las abarque en su totalidad. Además, los autores emplean criterios distintos para analizar las distintas situaciones. Por otra parte, se suceden cambios constantes en los cultivos que se realizan. Se producen por alteraciones en las condiciones mundiales de demanda de alimentos, eliminación paulatina de subvenciones al agro, o por cambios en las preferencias entre algunos de los productos agropecuarios. Estados Unidos ya no dispone de las reservas de granos que dos décadas atrás le permitían cubrir las necesidades de dos o tres años, y -por lo tanto- regular todo el comercio mundial; sus reservas ahora se limitan a sólo 4 o 5 meses, por lo que los cambios se tornan muy frecuentes. 1. REGIONES NATURALES DE LA ARGENTINA El área continental de la República Argentina ocupa aproximadamente 2.800.000 km 2 de extensión. Para el territorio citado es posible señalar grandes regiones naturales con variadas condiciones geográficas y ecológicas. En este caso se dispone de las siguientes cifras (ver Figura I-1 y Tabla I-1): Este total de 279.200.000 ha se subdivide, según el régimen de lluvias, con el detalle que se visualiza en la Tabla I-2. 1.a. DISPONIBILIDAD DE AGUA (BALANCE HÍDRICO) Y USO DE LA TIERRA 1.a.1. Unidades Territoriales de Balances Hídricos Positivo o Equilibrado Son aquellas en que el aporte de las aguas de lluvia superan o es igual a las necesidades de las plantas. De la Tabla I-2 se desprende que sólo el 30,3 % del territorio continental nacional dispone de un balance hídrico que satisface las necesidades de casi todos los cultivos. Consecuentemente, los cultivos de secano están desarrollados plenamente, como así también una de las mejores ganaderías del mundo. 1.a.2. Unidades Territoriales de Balance Hídrico Negativo En un 69,7 %, el 2/3 del total, se advierten condiciones variables de aridez y se aprovechan únicamente con cultivos bajo riego, uso moderado de los recursos naturales y una ganadería extensiva muy controlada. En el 14,7 por ciento del total, semiáridas, sólo es posible cultivar pastos de especies resistentes a la sequía, o producir exclusivamente en una determinada época del año, en la que se concentran las lluvias. Más detalles al respecto se analizarán posteriormente. La utilización del suelo en 1955 y 1988 es la presentada en la Tabla I-3. Tabla I-1 Grandes Regiones de la República Argentina REGIÓN SUPERFICIE (*) (miles de ha) Las Tierras en la Argentina

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EL USO SUSTENTABLE DE LOS SUELOS 1

CAPÍTULO I. LAS TIERRAS EN LA ARGENTINA

“Mire que es lindo mi país paisano, si usted lo viera como yo lo vi, un cielo lindo repartiendo estrellas, la Madre Tierra acunando el maíz. Viera que lindo es su país paisano, los cuatro rumbos que le conocí, si usted lo quiere como yo lo quiero, cuando lo conozca me dirá que sí” (Milonga candombe de Argentino Luna, 1968).

Interesa dar una idea global de la distribución regional de las tierras del país y del NOA (Noroeste Argentino) por aptitudes, uso actual, problemas y los distintos manejos, para que su producción sea la mayor y más sustentable posible.

En estos momentos, resulta difícil definir más ajustadamente las diversas regiones por aptitud y destino, ya que no se dispone de información detallada y homogénea que las abarque en su totalidad. Además, los autores emplean criterios distintos para analizar las distintas situaciones.

Por otra parte, se suceden cambios constantes en los cultivos que se realizan. Se producen por alteraciones en las condiciones mundiales de demanda de alimentos, eliminación paulatina de subvenciones al agro, o por cambios en las preferencias entre algunos de los productos agropecuarios. Estados Unidos ya no dispone de las reservas de granos que dos décadas atrás le permitían cubrir las necesidades de dos o tres años, y -por lo tanto- regular todo el comercio mundial; sus reservas ahora se limitan a sólo 4 o 5 meses, por lo que los cambios se tornan muy frecuentes.

1. REGIONES NATURALES DE LA ARGENTINAEl área continental de la República Argentina ocupa aproximadamente 2.800.000 km 2 de extensión. Para el territorio citado es posible señalar grandes regiones naturales con variadas condiciones geográficas y ecológicas. En este caso se dispone de las siguientes cifras (ver Figura I-1 y Tabla I-1):

Este total de 279.200.000 ha se subdivide, según el régimen de lluvias, con el detalle que se visualiza en la Tabla I-2.

1.a. DISPONIBILIDAD DE AGUA (BALANCE HÍDRICO) Y USO DE LA TIERRA

1.a.1. Unidades Territoriales de Balances Hídricos Positivo o EquilibradoSon aquellas en que el aporte de las aguas de lluvia superan o es igual a las necesidades de las plantas. De la Tabla I-2 se desprende que sólo el 30,3 % del territorio continental nacional dispone de un balance hídrico que satisface las necesidades de casi todos los cultivos. Consecuentemente, los cultivos de secano están desarrollados plenamente, como así también una de las mejores ganaderías del mundo.

1.a.2. Unidades Territoriales de Balance Hídrico NegativoEn un 69,7 %, el 2/3 del total, se advierten condiciones variables de aridez y se aprovechan únicamente con cultivos bajo riego, uso moderado de los recursos naturales y una ganadería extensiva muy controlada. En el 14,7 por ciento del total, semiáridas, sólo es posible cultivar pastos de especies resistentes a la sequía, o producir exclusivamente en una determinada época del año, en la que se concentran las lluvias. Más detalles al respecto se analizarán posteriormente. La utilización del suelo en 1955 y 1988 es la presentada en la Tabla I-3.

Tabla I-1Grandes Regiones de la República Argentina

REGIÓN SUPERFICIE (*)(miles de ha)

PAMPEANA HÚMEDAPAMPEANA SEMIÁRIDACORRENTINA-MISIONERAYUNGASCHAQUEÑA HÚMEDACHAQUEÑA SEMIÁRIDACHAQUEÑA ÁRIDAPUNEÑA Y ALTOANDINADEL MONTEANDINA PATAGÓNICAPATAGÓNICA

37.828.00018.600.80015.839.4005.874.790

13.688.00022.446.20020.803.10023.547.40068.061.2009.351.200

41.226.610(*) No incluye 1.914.300 ha en Tierra del FuegoFuente: C.F.I. (1963) Total = 279.181.000 ha

Según el Censo Nacional Agropecuario de 1988, las superficies cultivadas en el país alcanzaron las 30.766.000 ha; en el NOA llegaron a 1.563.000 ha, y en Salta se extendían a 450.000 ha.

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2 Villanueva, G H, R G Osinaga y A P Chávez.

Tabla I-2Superficies según el Balance Hídrico

Regiones Húmedas 84.516.600 ha (30,3 %)Regiones Semiáridas 41.047.000 ha (14,7 %)Regiones Áridas 153.631.600 ha (55,0 %)Fuente: C.F.I. (1963)

Figura I-1Grandes Regiones Naturales de la Argentina

Fuente: Casas y Glave (1990), modificado

Por lo anteriormente expresado, es posible realizar las siguientes consideraciones para todo el territorio nacional, en especial para el Noroeste Argentino.

La comparación de las cifras nacionales entre 1955 y 1988 de la Tabla I-3 revela un fuerte incremento en las superficies cultivadas: más de 4.000.000 ha. La pérdida muy acentuada de pasturas naturales -más de 15.000.000 ha- y, lo más grave, la desaparición de más de 22.000.000 ha de montes y bosques nativos.

Se muestra en la Tabla I-4, la distribución de las tierras según destino en las diferentes regiones del país (con valores del año 1955, también del C.F.I, obra citada).

Tabla I-3

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EL USO SUSTENTABLE DE LOS SUELOS 3Uso de las Tierras (1955 y 1988)

UsosExtensiones

En ’55. Ha % En ‘88. Ha (*) %

Suelos cultivados Pastos naturales Bosques, montes No utilizadas (caminos,pueblos, ríos, lagunas,sierras y puna)

26.600.000 9,5106.300.000 38,160.300.000 21,6

86.000.000 30,8

30.766.000 11,090.847.000 32,537.013.000 13,3

- -

(º) Valores del Censo Nacional Agropecuario de 1988, los otros provienen del CFI, obra citada

Tabla I-4Destino de las Tierras según las Regiones (en ha)

RegiónCultivada Pastos Bosques y Otras naturales Montes Totales

NOROESTENORDESTEPAMPEANAMONTE YPATAGÓNICA

TOTAL

645.000 15.783.000 25.500.000 18.380.000 1.374.000 13.911.000 22.000.000 3.195.000 23.971.000 28.438.000 3.185.000 4.256.000

645.000 48.168.000 9.600.000 60.149.000

26.635.000 l06.300.000 60.285.000 85.980.000

60.308.00040.480.00059.850.000

118.562.O00

279.200.000Fuente: C.F.I. (1963)

1.b. CARACTERÍSTICAS DE LAS DISTINTAS REGIONES NATURALES

1.b.1. La Región Pampeana1. La pradera pampeana exhibe un peso muy importante en la producción agropecuaria del país, pues de las 26.000.000 ha cultivadas en total en 1955, casi 24.000.000 ha se ubican allí; sólo 2.000.000 ha quedan distribuidas en las otras regiones. Además, de los casi 60 millones de hectáreas de pastos naturales (descontando a las 106.000.000 ha de praderas nativas unas 50.000.000 ha de muy baja receptividad de la Patagonia), la pradera pampeana dispone de casi la mitad. Esto, unido a la alta calidad y productividad de esos pastos, comparados con las de otras regiones, explica la tremenda expansión de la ganadería en cantidad y calidad en esta región, considerada entre las mejores praderas del mundo. Puede muy bien fundamentarse en estas excelentes condiciones naturales que no sólo el mayor poderío económico del país sino también la población humana (casi el 70-80 por ciento) se encuentran concentrados en la Región Pampeana.

2. Otra conclusión válida es que ya en 1955 la Región Pampeana estaba totalmente desarrollada y que en ella la expansión de los cultivos sólo era posible a costa de la superficie que ocupa la ganadería en las praderas, y viceversa. En esta Región es prioritario aumentar los rendimientos unitarios, con el consiguiente mejoramiento del resultado económico. Cuando se escribió este Capítulo por primera vez en 1980, se pronosticó que allí aumentaría la producción agropecuaria, pero que resultaba imprescindible incorporar nuevas tecnologías (de cultivo y cosecha, variedades de mejores rendimientos, más insumos para combatir plagas y malezas, más fertilizantes y labranza apropiada del suelo). La predicción resultó absolutamente válida, pues el tope de los 40 millones de toneladas para la cosecha de granos, establecido décadas atrás, recién fue superado en el período 1994/95 con 45 millones, llegó a 54,7 millones con la cosecha de 1996/97 y en la actualidad (2003) ronda los 70 millones de toneladas.

Este revolucionario aumento se debió no sólo a la expansión del 12,7 por ciento del área sembrada sino, principalmente, al empleo masivo de mejores prácticas y de 2,0 millones de toneladas de fertilizantes, cifra que cuadruplicó la utilizada en 1991. También se advirtió que en 1996/97 los fertilizantes se aplicaron sobre apenas 6,4 millones de hectáreas (menos de 27 kg ha -1), pero casi el 80 por ciento más que en la campaña anterior. Sin embargo, todavía no se alcanzan las dosis usuales en otros países: 100 kg ha-1 en EEUU, más de 150 kg ha-1 en los países europeos y 90 kg ha-1 en Brasil.

3. Los buenos resultados en la Región Pampeana resultan menguados por el creciente deterioro edáfico de distintos orígenes y magnitudes: la Pampa Ondulada muestra sectores con erosión hídrica y eólica; la Pampa Deprimida, inundabilidad, sodicidad y baja permeabilidad; y la Pampa Arenosa, erosión hídrica y escasa materia orgánica. El laboreo continuado, desde hace mucho tiempo, es el responsable de la disminución de la permeabilidad del suelo al nivel regional (compactación del suelo, capas duras y pisos de arado), con lo que se expandieron las zonas afectadas por inundaciones. La Las Tierras en la Argentina

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4 Villanueva, G H, R G Osinaga y A P Chávez.

arada muy profunda, con reja y vertedera o el subsolado (60-80 cm), proporciona resultados espectaculares en la cuenca del río Salado, en la Pampa bonaerense, al duplicar por sí sola los rendimientos de las pasturas y disminuir la alcalinidad del suelo. Las rotaciones entre cultivos y pasturas (agricultura y ganadería) también resultan beneficiosas para ambos sistemas de aprovechamiento del suelo.

Las distintas facilidades de producción agropecuaria (por diferentes condiciones agroecológicas), orientan a las regiones del interior a producir cosechas diferentes que las de la Región Pampeana, con el fin de evitar competir por los mercados.

1.b.2. Las Regiones del Monte y PatagónicaAllí no se espera una expansión significativa de la ganadería. El aumento productivo se alcanzará con la habilitación de nuevas áreas bajo riego y un ajuste en la administración de las existentes. Con las severas limitaciones climáticas que existen y la consiguiente labilidad de suelos, montes y pastos naturales, es necesario un aprovechamiento racional para no degradarlos más. Se requerirán altas inversiones y tecnología adecuada para centrar el aumento de la producción en mejorar los rendimientos unitarios en la agricultura de riego y adoptar un esquema productivo diferente al de la Región Pampeana, para evitar la competencia si es que no existen ventajas comparativas (costos más reducidos de los servicios, menor distancia a los mercados, ofertas de productos en épocas especiales u otras).

Especialmente la producción ganadera debe imperiosamente mejorar la calidad, seleccionando esquemas de producción y manejo más avanzados. Incluso, ensayando otros animales (guanaco, llama, chancho del monte, avestruz americano y otros) más adaptados a las condiciones locales. Probablemente lo óptimo sea optar por esquemas de aprovechamiento integrado o múltiple de recursos forestales, faunísticos y ganaderos con bases en nuevas técnicas con mejor distribución de aguadas, alambrados, alternativas innovadoras y más infraestructura.

1.b.3. Las Regiones Chaqueña y MesopotámicaDe acuerdo con las cifras consignadas, disponía en 1955 y aún ahora, de importantes posibilidades de expansión del área agrícola, a costa especialmente de una parte significativa de las superficies ocupadas con pastos naturales y con bosques. Se observan perjuicios por falta de permeabilidad y por inundación en las áreas bajas, erosión hídrica (a veces severa en las partes onduladas) y, asimismo, falta de fertilidad en los suelos de la provincia de Misiones.

1.b.4. Las Andina (Puna) y Andino-patagónica (Bosques Subantárticos)La primera resulta inhóspita, árida y casi desértica. Sus recursos son mineros y fauna autóctona, donde sobresalen los camélidos. La otra, cuenta con una masa forestal, lo que le proporciona recursos forestales, pastos y valles abrigados, donde es posible el riego de granos finos, hortalizas, frutales y pasturas.

1.c. LA REGIÓN NOA

En ésta es posible segregar distritos o subregiones que se encuentran ubicados en ambientes subhúmedos, semiáridos o áridos. Se considera como semiárida una franja importante, la occidental del Bosque Chaqueño, que cuenta con 600-900 mm de lluvias anuales. En ésta se registran importantes emprendimientos con cultivos de secano (departamentos de Anta, San Martín y Orán, en Salta) con la habilitación para la producción agropecuaria de varios cientos de miles de hectáreas. Se advierte también que departamentos pioneros, como Metán y Rosario de la Frontera, han perdido, por efectos de la erosión hídrica, los niveles de rendimientos que mostraban en años anteriores.

1.c.1. La Subregión Árida del NOAConstituida por la Puna, Valles Andinos, y podría incluirse el extremo oriental de Salta y occidental de Santiago del Estero, Chaco y Formosa, donde acontecen fenómenos de erosión hídrica y eólica. La producción se restringe a las superficies regadas, y son comunes las actividades forestales y ganaderas esquilmantes. Los fenómenos que favorecen la desertificación se observan activos, y deben tomarse las medidas convenientes para detenerlos, pues los recursos naturales renovables todavía disponibles dejarán pronto de estarlo.

Resulta importante efectuar una aclaración referida al Bosque Chaqueño Arido de la Tabla I-5, que comprende el Este de Salta, el Oeste de Santiago del Estero, Chaco, Formosa y el extremo Noroeste de Córdoba (ver mapa de Figura I-1):

Casi todas las clasificaciones climáticas o ecológicas le asignan el carácter de semiárido, en el límite inferior, lindando con las características de las áridas: según Thorntwaite se denomina Da´da´ es decir, Semiárido Megatérmico con nulo o pequeño excedente de agua (Déficit Hídrico Anual mayor de 675 mm); según Papadakis se clasifica como 2.11 (Chaco salteño, semiárido, pero apto para cultivos con riego, con temperatura media del mes más frío superior a 8,8ºC) y 2.12 (Chaco santiagueño, similar al anterior, pero con invierno más fresco, con la temperatura del mes más frío superior a 4,8ºC); según De Fina se caracteriza con 41/35 4/0 (que significa temperaturas de más 28ºC en el Las Tierras en la Argentina

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EL USO SUSTENTABLE DE LOS SUELOS 5mes más cálido y más de 16ºC para el mes más frío, y entre 200 a 350 mm de lluvias en el trimestre más cálido y menos de 25 mm en el trimestre más frío); según Köppen se llama BSh (estepario cálido o semiárido cálido dentro del Grupo de Climas Secos, con temperatura media anual superior a 18ºC y lluvias anuales entre 450 y 700 mm).

Con BSh el autor calificó a los climas de las estepas en el resto del mundo, con lo que se deduce que el Chaco hoy árido es un relicto de un paleo clima y que debe ser aprovechado con extremo cuidado. Casas y Glave (1990) le asignan el carácter de árido. Como región agroecológica Villanueva, Osinaga y Chávez (1994) la incluyen en las Unidades de Aptitud Agropecuaria 2.CH-Dragones, 3.Ch- Rivadavia y 4.Ch-J.V. González, como cálidas y semiáridas sin posibilidades de cultivos de secano exitosos; Karlin, Catalán y Coirini (1994) ubican el Chaco árido en ocho millones de hectáreas del este de La Rioja, sudeste de Catamarca, noroeste de San Luis y noroeste de Córdoba con menos de 500 mm anuales de lluvias y con vegetación muy similar al Chaco del este salteño. Por último, Bruignard (1981) la ubica como Subregión Pluviométrica C1 y C2, es decir árida.

Por eso, en el NOA, se consideran estos criterios cuando se comparan las extensiones semiáridas y áridas ya que el límite entre éstas no es claro.

1.c.2. Las Subregiones Subhúmeda (Ecotono) y Húmeda (Yungas)La Tabla I-5, de Casas y Glave (1990), proporciona una clara distribución de las superficies de cada ambiente. Si de esas 60.000.000 ha se descartan las áridas (50.000.000 ha) y las que muestran limitaciones topográficas y de suelos (estimadas en unas 6.000.000 ha) se encuentra una cifra cercana a 4.000.000 ha, que resulta aproximadamente el total del NOA apto para la producción agrícola y pecuaria extensiva y con riego.

Tabla I-5Subregiones del NOA, según Vegetación y Balance Hídrico, en

haRegión Húmedo Semiárido Árido Total

BOSQUE CHAQUEÑOYUNGASPREPUNA-VALLES SECOSPUNA

-- 7.402.000 20.500.000 5.885.300 -- -- -- -- 8.750.000 -- -- 20.362.000

27.902.0005.885.3008.750.00020.362.000

TOTALES 5.885.300 7.402.000 49.612.000 60.309.000

Fuente: C.F.I. (1963)

1.c.3. Las Superficies Cultivadas por Provincias del NOAEn los últimos años, la superficie cultivada del NOA alcanzó a algo más de 1.390.000 ha discriminadas como se indica en la Tabla I-6, de acuerdo con la cultivada en la campaña 78/79 (que en 1955 era de sólo 650.000 ha).

Tabla I-6Superficies Habilitadas en el NOA para laProducción Agropecuaria, campaña 78/79

JUJUY SALTATUCUMÁN SANTIAGO DEL ESTEROCATAMARCA

TOTAL

más de 99.600 ha354.000 ha458.000 ha462.000 ha18.000 ha

1.391.600 ha

La última cifra indicada no se condice con las superficies realmente habilitadas al cultivo. En Salta, en particular, además de las cultivadas antes de 1965, las autorizadas legalmente para su desmonte ascendían en ese año a 211.841 hectáreas, y alcanzaron a 883.168 en 1996.

1.c.4. Potencial Agropecuario del NOA.En forma estimada, en el NOA es posible ampliar la frontera agropecuaria con 2.500.000 ha más, por lo menos. Una distribución tentativa de esa expansión agropecuaria es la presentada en la Tabla I-7.

Tabla I-7Posible Ampliación del Área agropecuaria del NOA

JUJUYSALTA

150.000 ha1.250.000 ha

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6 Villanueva, G H, R G Osinaga y A P Chávez.

TUCUMÁNSANTIAGO DEL ESTEROCATAMARCA

TOTAL

250.000 ha700.000 ha

30.000 ha

2.380.000 ha

El total cultivable del NOA se obtiene entonces por medio de la suma de las tierras cultivadas en la campaña 78/79 y de las superficies potenciales de habilitación recién citadas (totalizadas en la Tabla I-8).

TABLA I-8Superficie Cultivable Total del NOA

JUJUYSALTATUCUMÁNSANTIAGO DEL ESTEROCATAMARCA

TOTAL

249.600 ha1.604.000 ha 708.000 ha1.162.000 ha 48.000 ha

3.771.600 ha

Finalmente, se advierten otros aspectos importantes: La zona donde es posible expandir la agricultura resultará menor si se exigen pautas de manejo más ajustadas; a la inversa, será mayor si se superan las limitantes edáficas con mayores inversiones (sistematización de la superficie, recuperación de suelos salinos, obras de riego y drenaje, introducción de pasturas exóticas y otros). Además, para tener la real magnitud del área desmontada, es necesario adicionar a las cultivadas durante 1978/79, otras que permanecieron en barbecho o destinadas a la ganadería. Por ejemplo, si bien la Secretaría de Agricultura y Ganadería de la Nación consigna para Salta 353.000 ha cultivadas, se conoce, por fotografías aéreas y autorizaciones de desmonte, que se encontraban unas 600.000 ha desmontadas en condiciones de cultivarse.

Los proyectos de riego con los ríos Bermejo, Juramento y Pilcomayo incrementarán las cifras en Salta, Jujuy, Formosa, Chaco y Santiago del Estero en algunas decenas de miles de hectáreas.

2. MANEJO DIFERENCIAL DE LOS SUELOSEn todo el mundo, hasta principios de este siglo, únicamente se encontraba bien desarrollado el manejo y cultivo de los suelos de las regiones húmedas y planas, como la Pampeana. La habilitación de grandes áreas considerablemente más secas u onduladas que aquélla, no sólo en América del Norte, sino también en la del Sur, Asia, Australia y África, produjo el cambio y encontraron las técnicas para evitar la erosión. Lo mismo sucedió en relación con los suelos de regiones tropicales.

2.a. DE ÁREAS HÚMEDAS (y llanas)

Es posible continuar cultivándolos con métodos tradicionales (arado de reja o discos, rastreadas y otros), con la adición tal vez de modificaciones para mantener las buenas condiciones físicas y los niveles altos de materia orgánica y nutrientes. Sin embargo, la compactación generalizada del subsuelo agravó en los últimos decenios la magnitud de las inundaciones, por lo que se abrieron grandes desagües para mejorar el escurrimiento superficial y se acrecentaron los trabajos de subsolado. Aún en estas áreas, son preferibles las nuevas labranzas más conservacionistas y las rotaciones, que también son frecuentemente empleadas.

Los rendimientos unitarios de los cultivos muestran en estas áreas aumentos muy significativos por el empleo de nuevas variedades, mejor manejo del suelo y la aplicación de fertilizantes (ya se consignó que en la campaña 1996/97 se fertilizaron 6,4 millones de hectáreas, lo que conlleva que, además de hortalizas y frutales, se aplicaron en los cultivos extensivos de granos y oleaginosas, especialmente en trigo, maíz y soja).

2.b. DE ZONAS SEMIÁRIDAS

Requieren en cambio manejos y prácticas de cultivo muy distintas a las de zonas húmedas, para conservar permanentemente su productividad. Se basan en proteger, al suelo y a los cultivos, de los efectos perjudiciales de la erosión (provocada por los vientos y las lluvias torrenciales), de las épocas de sequía, y conservar su fertilidad. Cumplen estas condiciones, las labranzas de preparación del Las Tierras en la Argentina

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EL USO SUSTENTABLE DE LOS SUELOS 7suelo con implementos apropiados, mantener la superficie del suelo cubierto por lo menos en la época crítica, sistematizar la superficie apropiadamente y otras prácticas de conservación (cortinas forestales rompevientos, labranza mínima, labranza vertical, siembra directa y fertilización, rotaciones entre cultivos y pasturas y otras).

2.c. DE REGIONES ÁRIDAS

No deben ser desprovistos de su vegetación natural, excepto cuando se los habilita al cultivo con riego. En ellos el aprovechamiento del suelo y de la flora se restringirá todo lo posible, pues la situación predominante es usarlos en demasía.

La ganadería se desarrollará con baja carga animal, con rotaciones de áreas en descanso y en pastoreo, con aumento del número de aguadas y densificación del apotreramiento para permitir la regeneración del bosque, de los pastos naturales y de los que se hayan implantado. Si disponen de masa leñosa, es menester extraer sus productos cuando existe seguridad de su regeneración. Si así no se lo hace, ocurrirá rápidamente la desertificación. Probablemente, el mejor aprovechamiento se oriente hacia las actividades múltiples: máxima utilización del recurso hídrico como bebida e instalación de pequeñas áreas regadas, alambrados, recolección de frutos y semillas, manejo apropiado de la ganadería mayor y menor, máximo uso sostenido de la fauna silvestre y otras. Si las áreas regadas resultan de magnitud, es posible integrar sus producciones con las de las tierras áridas que la rodean.

Gran parte de los temas a desarrollar en esta obra, se ocuparán de la búsqueda de soluciones a los problemas del aprovechamiento racional y sustentable de los suelos de zonas semiáridas y áridas, y de los defectos que éstos padecen, incluyendo algunos que se presentan en regiones húmedas.

3. LA DESERTIFICACIÓN EN LA ARGENTINAEl conjunto de procesos que desmejoran paulatinamente el ambiente -en especial al suelo, al agua, a la vegetación y a la fauna- es conocido como desertificación. La degradación de uno de esos factores inmediatamente afecta la calidad de los otros, siempre reduciéndola. La desertificación implica la pérdida de materia orgánica del suelo como consecuencia de la degradación ambiental.

Este fenómeno acontece principalmente en zonas áridas y semiáridas, donde las precipitaciones son menores de 400 mm en el año y, por lo tanto, el abuso habitual en la utilización de sus recursos, produce su empobrecimiento con cada vez menos posibilidades de recuperación.

3.a. PRINCIPALES RECURSOS AFECTADOS

3.a.1. El SueloEn lo referente al suelo, se observan fenómenos erosivos, y otros que destruyen la materia orgánica y la estructura de los agregados del suelo, con una casi total paralización de las actividades de los organismos que viven en el suelo, incluidas las raíces, y la pérdida de compuestos químicos que constituyen la fertilidad del suelo.

3.a.2. Las PlantasPor su parte, la vegetación del lugar disminuye drásticamente en volumen y en la diversidad de especies por el sobreaprovechamiento. La capacidad de producir madera, forrajes, granos y otros frutos, follaje y materia orgánica para el suelo, se reduce a la mínima expresión. Ya que la regeneración de la flora en estas zonas resulta muy lenta y aleatoria, los suelos soportan sin protección la intemperie y se acelera su degradación, afectando aún más a la vegetación.

3.a.3. El AguaEl balance de agua se desequilibra, pues aumenta el escurrimiento en perjuicio de la infiltración en una región, mientras que en otra se agravan las inundaciones. En ambos casos, suelo y vegetación nuevamente resultan perjudicados.

3.a.4. Los AnimalesLa fauna silvestre, consumidores primarios y secundarios, padece el empobrecimiento del suelo, agua y vegetación. En la región del noroeste argentino ya se registran especies extinguidas o reducidas en número y a muy pequeñas superficies. El ganado cada vez requiere una superficie mayor por unidad para prosperar, al disminuir la receptividad de los campos.

3.b. SITUACIÓN ACTUAL EN LA ARGENTINA

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8 Villanueva, G H, R G Osinaga y A P Chávez.

La desertificación se advierte ya en toda la región árida y semiárida del país, en mayor o menor grado. Comprende, como se consignó en párrafos anteriores, casi las dos terceras partes de la superficie total, en las que viven cerca de 10 millones de personas. En estas regiones los cambios -casi siempre negativos y que apuntan hacia la desertificación- se encaminan desde principios del siglo XX, cada vez más acentuadamente, a empobrecer al medio ambiente. También en las zonas subhúmedas los bosques y selvas subtropicales, muestran ya un claro empobrecimiento y las maderas ahora extraídas en mayor volumen ya no son el guatambú (Blefourodendron riedelianum), peteribí (Cordia trichotoma), urundel (Astronium urundeuva), cedro (Cedrela lilloi), roble (Amburana cearensis) y otras consideradas nobles.

El territorio argentino cubierto por bosques y selvas se redujo marcadamente de 150 millones de hectáreas a principios de siglo a unos 60 millones en 1955, de las que quedaban en 1988, 37 millones, siendo “maderables” solamente en una fracción menor (observar Tabla I-3).

La Secretaría de Recursos Naturales de la Nación (1997), considera que en las zonas áridas y semiáridas se reconocen distintas causas de desertificación según la región.

3.b.1. En las Provincias Fitogeográficas del Espinal y del MonteLa primera muestra una faja, desde el sur de San Luis hasta las orillas del río Colorado en La Pampa, en que el caldén (Prosopis caldenia) que era la especie predominante, resultó prácticamente saqueado y quedan sólo ejemplares aislados. En la del Monte, desde La Pampa hasta Salta, casi han desaparecido las poblaciones de algarrobos y otras especies arbóreas, constituyendo en la actualidad un sistema arbustivo ralo y con escasos pastos, donde sólo es posible extraer leña y realizar una ganadería extremadamente pobre. La escasez de agua es el factor limitante.

Específicamente en la zona cuyana, que alcanza una extensión de 20 millones de hectáreas, resulta notoria la disminución de los recursos hídricos superficiales y subterráneos (y la expoliación de la escasa vegetación arbustiva y herbácea).

3.b.2. En la Provincia Fitogeográfica ChaqueñaEn el Chaco, Santiago del Estero, Formosa, Norte de Santa Fe y Este de Salta se constata uno de los mas graves deterioros del ambiente del país, tanto en los suelos, como en la vegetación y la fauna.

En el Chaco semiárido (32 millones de hectáreas), las causas resultan el excesivo pastoreo y el desmonte irracional, que exponen a la pérdida de la fertilidad del suelo y al desecamiento. Deben agregarse a esos motivos la explotación forestal que altera sin retorno las inestables masas forestales nativas.

3.b.3. En la Provincia de la Puna, Valles del Noroeste y Sierras Secas CentralesEn la Puna del noroeste (8 millones de hectáreas) la desertificación la generan la erosión hídrica y también la eólica, estimulada por el sobrepastoreo ovino y caprino.

En los Valles y Sierras Secas (15 millones de hectáreas), el sobrepastoreo, la deforestación y los incendios son los principales responsables.

3.b.4. En la Región Pampeana Semiárida y PatagoniaEn estas 20 millones de hectáreas se advierten agudos procesos de erosión eólica, y finalmente, en la Patagonia (80 millones de hectáreas), el sobrepastoreo ovino desató la erosión eólica y también hídrica, hasta grados severos y graves en más del 30 por ciento de la superficie.

3.b.5. En la Provincia de SaltaEspecíficamente, Salta resulta señalada como la provincia con mayor riesgo de erosión hídrica después de Misiones y Jujuy. Arzeno (INTA-Cerillos, 1996) diferencia cuatro zonas con distintos problemas.

En el norte salteño, en los departamentos de San Martín y Orán, prevalece la degradación de los suelos, afectados por la erosión hídrica en razón de las intensas lluvias y de las altas temperaturas, que aceleran las pérdidas de materia orgánica. Ya ocurrieron fenómenos similares en Rosario de la Frontera y Metán. En el Valle de Lerma a la erosión hídrica se suman los efectos negativos del riego por las tierras mal sistematizadas y excesos de labranzas que la acentúan.

La erosión eólica, agravada por las escasas lluvias y el sobrepastoreo, prevalece en los Valles Calchaquíes, acompañada por la hídrica en la Puna. En el Chaco semiárido (Departamento de Rivadavia) la desertificación es acelerada; la generan el sobrepastoreo y el empobrecimiento de la vegetación forestal nativa. Allí la ganadería debería realizarse en áreas alambradas, en las que se eliminen sólo algunos árboles y el sotobosque (“desbajerado”) y no mediante el desmonte tradicional; con la implantación de especies forrajeras tropicales, resistentes a condiciones de sequía . Tal como se advierte la situación, pronto será necesario detener totalmente los aprovechamientos forestales.

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EL USO SUSTENTABLE DE LOS SUELOS 9La desertificación se genera por las actividades humanas en coincidencia con un ciclo de sequías, comunes en esas regiones por las grandes oscilaciones en las cantidades de lluvia que se observan entre los distintos años. Últimamente se aceleró, por no adoptarse prácticas conservacionistas y por intensificarse las actividades extractivas.

La propuesta final -racional y globalizadora- para detener la desertificación y la degradación de los componentes del ambiente, es la elaboración de un programa integral de uso de los recursos naturales, para asegurar la sustentabilidad de los emprendimientos productivos, que obligadamente sea apropiado para cada situación.

Por ejemplo, siguiendo a Arzeno, para la provincia de Salta, en el Valle de Lerma es menester privilegiar el buen manejo del agua de riego y disminuir el número de las operaciones de labranza del suelo, para aumentar la vida de la microfauna y la buena condición física y química del suelo. A su vez en las zonas de cultivo extensivo (Anta, Metán, Rosario de la Frontera, Orán y San Martín), mantener siempre cubierto el suelo, incorporar la siembra directa, alternar los cultivos cada dos años con maíz o sorgo granófero (Que incorporados al suelo, suministran abundante materia orgánica destinada a mejorar su estructura) o mejor aún, con pasturas perennes, y sistematizar la superficie con terrazas y demás prácticas complementarias para evitar el escurrimiento.-

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10 Villanueva, G H, R G Osinaga y A P Chávez.

REFERENCIAS SELECCIONADAS

1. APARICIO, F y otros. 1959. "La Argentina. Suma de Geografía". Tomo IV. Buenos Aires.

2. ARZENO, J L. 1996. Informes de experiencias y de divulgación.

3. CASAS, R R, y A E GLAVE. 1990. “Manejo de Suelos en Regiones Semiáridas”. Oficina Regional de la F.A.O. para América Latina y el Caribe. Public. interna. Santiago de Chile.

4. C F I. 1963. "Suelos y Flora" en “Evaluación de los Recursos Naturales de la Argentina”. Tomo III. Buenos Aires.

5. CHURIN, D Q, H A AROSIO y E L GARCÍA. 1981.“Las Necesidades Hídricas en la Agricultura Chaqueña". Public. por la U.N.Ne. Corrientes.

6. D G R N R. 1997. Estadísticas anuales de superficies autorizadas para ser habilitadas al cultivo (informe inédito). Salta.

7. DIR PROD No TRADIC. 1993. “Provincia de Salta. Información Básica”. Public. por la SAGYP. Buenos Aires.

8. KARLIN, U O T, L A CATALÁN y R O COIRINI. 1994. “La Naturaleza y el Hombre en el Chaco Seco”. Public. por GTZ. Salta.

9. M A G, C F I y B D P A. 1971. “Operación Zonas Áridas”. Informe Final publ. por el MAG. Buenos Aires.

10. S A G y P. 1994. “Estadísticas Agropecuarias y Pesqueras”. Public. Por la SAGYP. Buenos Aires.

11. S A G y P, y C F A. 1995. “El Deterioro de las Tierras en la República Argentina”. Public. por la SAGYP. Buenos Aires.

12. S E A G. 1977. “Proyecto de Desmonte”. Tomo II. Buenos Aires.

13. S A G P y A. 1997. Comunicaciones Periódicas. Buenos Aires.

14. VILLANUEVA, G H, R G OSINAGA y A P CHÁVEZ. 1994. “Regiones Agroecológicas de Salta y Jujuy”. U.N.Sa. Salta (inédito).

Las Tablas, Figuras y Gráficos que no citan la fuente fueron preparadas por los autores.

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EL USO SUSTENTABLE DE LOS SUELOS 11

CAPÍTULO I. LAS TIERRAS EN LA ARGENTINA

1. REGIONES NATURALES DE LA ARGENTINA 11.A. DISPONIBILIDAD DE AGUA (BALANCE HÍDRICO) Y USO DE LA TIERRA 1

1.a.1. Unidades Territoriales de Balances Hídricos Positivo o Equilibrado 11.a.2. Unidades Territoriales de Balance Hídrico Negativo 1

1.B. CARACTERÍSTICAS DE LAS DISTINTAS REGIONES NATURALES 31.b.1. La Región Pampeana 31.b.2. Las Regiones del Monte y Patagónica 41.b.3. Las Regiones Chaqueña y Mesopotámica 41.b.4. Las Andina (Puna) y Andino-patagónica (Bosques Subantárticos) 4

1.C. LA REGIÓN NOA 41.c.1. La Subregión Árida del NOA 41.c.2. Las Subregiones Subhúmeda (Ecotono) y Húmeda (Yungas) 51.c.3. Las Superficies Cultivadas por Provincias del NOA 51.c.4. Potencial Agropecuario del NOA. 6

2. MANEJO DIFERENCIAL DE LOS SUELOS 62.A. DE ÁREAS HÚMEDAS (Y LLANAS) 62.B. DE ZONAS SEMIÁRIDAS 72.C. DE REGIONES ÁRIDAS 7

3. LA DESERTIFICACIÓN EN LA ARGENTINA 73.A. PRINCIPALES RECURSOS AFECTADOS 7

3.a.1. El Suelo 73.a.2. Las Plantas 73.a.3. El Agua 83.a.4. Los Animales 8

3.B. SITUACIÓN ACTUAL EN LA ARGENTINA 83.b.1. En las Provincias Fitogeográficas del Espinal y del Monte 83.b.2. En la Provincia Fitogeográfica Chaqueña 83.b.3. En la Provincia de la Puna, Valles del Noroeste y Sierras Secas Centrales 83.b.4. En la Región Pampeana Semiárida y Patagonia 83.b.5. En la Provincia de Salta 9

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