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Historia de México Uno 1
Historia
1México de
Universidad Nacional Autónoma de México Escuela Nacional Colegio de Ciencias y Humanides Plantel Sur
Historia de México Uno 7
Uni
dad
1. La civilización mesoamericana, 2500 a. C. a 1521 d. Ct
Introducción:
La historia del México antiguo ha atravesado por diversos momentos de debate
historiográfico. A principios del siglo XX, Herbert Spinden acuñó el concepto
de “horizonte cultural” para definir el espacio geográfico donde las culturas del
territorio nacional podían ser estudiadas, de acuerdo a sus estadios de desarrollo
humano (salvaje, bárbaro y civilizado). Posteriormente, entre 1930 y 1935, Miguel
Mendizábal, en un ensayo titulado De la prehistoria a la Conquista clasificó a las
sociedades prehispánicas de acuerdo a sus aspectos lingüísticos, arquitectónicos y
de subsistencia (clases sociales). Asimismo, ofreció analogías fundamentales como
el uso de la pirámide en la construcción de ciudades y como símbolo de orientación
respecto a sus elementos religiosos.
El trabajo de Mendizábal también introdujo al estudio de los límites geográ-
ficos de lo que más adelante Kirchhoff denominó Mesoamérica. De acuerdo con
Mendizábal, la región entre el Golfo de México en Tamaulipas, el mar de Cortés y
el norte del río Lerma habitaban bandas nómadas que hablaban diversas lenguas
y que dependían de la caza y la recolección de frutos y raíces silvestres. En la región
central vivían grupos humanos que se dedicaban al riego y a la edificación de urbes
con intereses comerciales y de expansión. En la zona meridional de México, en los
estados de Jalisco, Colima y Guerrero, los grupos que habitaban ahí se dedicaban
a expandir sus territorios y formar alianzas con el objetivo de mantener sus vín-
culos comerciales con las regiones del centro. Finalmente, la región del sureste se
caracterizó por el desarrollo de culturas que impulsaron la creación de industrias
cerámicas y textiles, con el objetivo de crear bases económicas para el desarrollo de
altas culturas que patrocinaran la realización de obras arquitectónicas, escultóricas
y pictóricas en cada una de sus ciudades.
Historia de México Uno8
Mesoamérica, Aridoamérica y Oasisamérica.
El estudio del pasado indígena del norte y la región centroamericana
tomó sentido a partir de 1943 cuando Paul Kirchhoff denominó al
área con los límites, composición étnica y rasgos culturales en común:
Mesoamérica. Etiqueta didáctica 1 (PAUL KIRCHOFF)
Está región estuvo delimitada al norte por el desierto de Durango (parte
norte de México) y al sur en lo que hoy es Honduras. Hubo diversos paisajes, desde
las cumbres nevadas (en la parte central de México) hasta las costas tropicales. En
general, el clima y las condiciones naturales de la región fueron favorables para la
vida humana. Cuando comenzó a poblarse, la región era más húmeda que ahora.
En muchos lugares que hoy son bastantes secos, como el Valle de México, existie-
ron bosques, lagos y pantanos. Abundaban los animales para la cacería y la pesca,
y muchas plantas que podían lograr que surgiera una agricultura muy productiva.
Ésta fue su fuente de alimentación principal. Otros medios de subsistencia fueron
la caza, la pesca y la recolección de frutas silvestres. La disponibilidad de agua, la
fertilidad de la tierra y la variedad de plantas ayudaron a que Mesoamérica fuera
el lugar más poblado y con las civilizaciones más avanzadas del continente.
La diversidad de los climas y de los productos naturales de Mesoamérica
propició desde épocas muy antiguas el intercambio comercial y cultural entre
zonas apartadas. Aunque cada civilización mesoamericana tuvo rasgos propios, el
comercio, las migraciones y las expediciones militares difundieron la influencia de
los pueblos más avanzados. Por eso hay costumbres, creencias y formas de trabajo
que son comunes a todos los pueblos de Mesoamérica.
La evolución de las civilizaciones mesoamericana fue larga y compleja. A
partir de Kirchhoff, el estudio de éstas se ha dividido en tres periodos donde los
pobladores de la región compartieron, en cada una de ellos más o menos el mismo
nivel de desarrollo cultural. Estos periodos son:
a. El Preclásico que abarca desde 1800 a.C., cuando se extienden las aldeas agrícolas permanentes, hasta 200 d.C.
b. El Clásico que va del año 200 al 800 d. C. Este periodo se caracterizó por el esplendor de numerosas ciudades independientes
en las que se construyeron grandes centros ceremoniales.
c. El Posclásico comprende desde el año 800 hasta la llegada de los españoles (1521). Al principio de este periodo, las ciudades
más importantes de Mesoamérica fueron abandonadas o destruidas. Después se fundaron otras y finalmente surgió el gran
señorío mexica, que dominó gran parte de Mesoamérica hasta principios del siglo XVI.
Para Kirchhoff, los elementos más representativos de las sociedades mesoamericanas fueron:
I. Uso de la coa.
II. Construcción de Chinampas.
III. Cultivo y empleo de la chía en expresiones artísticas.
IV. Cultivo y consumo del maguey y sus derivados.
Etiqueta didáctica 1 (PAUL KIRCHOFF)
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V. Cultivo y consumo del cacao.
VI. Cultivo y consumo del maíz.
VII. Uso de la obsidiana.
VIII. Empleo del barro en la cerámica.
IX. Fabricación de joyería.
X. Uso de la piel de animales (como el conejo, jaguar, serpiente, etc.).
XI. Construcción de armas con hojas de pedernal u obsidiana y de escudos con dos manijas.
XII. Fabricación de prendas de algodón.
XIII. Producción de sandalias y vestimentas completas.
XIV. Edificación de pirámides escalonadas, pisos de estuco y patios con anillos para el juego de pelota.
XV. Desarrollo de la escritura y de un sistema numérico con valores relativos.
XVI. Creación de materiales escritos con elementos históricos y geográficos (códices).
XVII. Creación de un calendario de 18 meses de 20 días, más 5 jornadas adicionales. Éste tenía una combi-
nación de 20 signos y 13 números que formaban un periodo de 260 días. El total del calendario daba
como resultado un ciclo de 52 años.
XVIII. Uso de rituales y sacrificios para las divinidades.
XIX. Creación de un panteón divino. Cada dios relacionado con necesidades humanas y elementos naturales.
XX. Establecimiento de mercados y centros de comercio.
XXI. Instauración de sistemas militares y órdenes castrenses.
Pese a que Kirchhoff delimitó adecuadamente la zona de Mesoamérica, también
afirmó que ésta colindaba con otro espacio al que denominó Aridoamérica. Este
último se caracterizó por ser una región compuesta en su mayoría por pobladores
cazadores recolectores y nómadas. Comprendió ocho áreas ubicadas en suroeste
de Estados Unidos y norte de México que revelaban distintos grados de desarrollo.
La primera sección fue la que corresponde actualmente con el Centro-Sur de
California y en ella habitaron distintos grupos que coexistieron gracias a la organi-
zación económica y politica-religiosa que tuvieron. La segunda fue en la península
de Baja California. Ahí, los grupos humanos que se establecieron (como los Pericúes,
Guaicuras, Cochimí, Rumiáis y Cucapás) se distinguieron por actividades como la
pesca, la cacería de venado y la recolección de pitaya. La tercera región corresponde
a la Gran Cuenca, es decir Nevada y la mitad de Utah en los Estados Unidos. Ahí,
los grupos como los utes y los shoshones se caracterizaron por ser grupos nóma-
das y belicosos en la zona. La cuarta división corresponde al Noroeste de Arizona,
donde los Yavapaís comerciaron con los pueblos de Oasisamérica y establecieron
vínculos económicos para llevar productos procedentes de Mesoamérica al norte
del continente.
La quinta sección de Aridoamérica se le denomina Apacheria. Esta se ubica en
los actuales estados de Sonora, Chihuahua (México) y Arizona, Nuevo México, Texas
y Colorado (Estados Unidos). En ella diversos grupos de apaches sobresalieron por
su estrecha relación social y política entre ellos y por la caza de venados y antílopes.
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Asimismo, fueron excelentes recolectores de yuca y mezquite. La sexta división
ubicada en el actual estado de Texas estuvo poblada por los Karankawas, quienes
se caracterizaron por ser una sociedad guerrera y poco tolerante a las migraciones
extranjeras. La séptima región, en la costa de Sonora estuvo dominada por los Seris.
Ellos fueron navegantes y pescadores expertos que, incluso llegaron a ser contratados
por pueblos mesoamericanos como los tarascos y los mexicas. Finalmente, en la
última zona que comprende los actuales estados de Sonora, Chihuahua, Durango,
Zacatecas, Guanajuato, Aguascalientes, San Luis Potosí, Coahuila, Nuevo León,
Tamaulipas y el sur de Texas estuvo poblada por los Chichimecas. Estos fueron
grupos nómadas guerreros que tuvieron contacto comercial con pueblos mesoa-
mericanos. Los productos que intercambiaron fueron turquesa, pieles y peyote. A
cambio, estos grupos solicitaron granos, cerámica y metales, entre otros.
De acuerdo con Kirchhoff, entre Mesoamérica y Aridoamérica se desarrolló
una región que, durante el año 500 a.C y el 1500 d.C. potencializó el comercio entre
dichas zonas. En este espacio geográfico que corresponde a los actuales estados de
Chihuahua, Sonora, Baja California, Arizona, Utah, Colorado, Nuevo México y Texas,
los pueblos aridoamericanos se fueron estableciendo civilizaciones menores pero
con rasgos mesoamericanos. En éstas, expresiones como la edificación de centros
ceremoniales, juegos de pelota y espacios de poder permitieron la diferenciación
entre pueblos de Aridoamérica y de Mesoamérica.
Oasisamérica se dividía en cuatro espacios geográficos. El primero conocido
como Fremont, en el actual estado de Utah (Estados Unidos) permitió el desarro-
llo de una cultura comercial conocida como los Anasazi.
Ellos establecieron el contacto entre grupos del norte y sur
de América, gracias a sus enclaves regionales que servían
como mercados móviles. El segundo de estos fue conocido
como Pataya. En esta región (actualmente Sonora, Arizo-
na y California) habitaron pueblos seminomadas que se
enrolaban como grupos mercenarios en los pueblos de
Aridoamérica. El tercer espacio denominado Hohokan se
caracterizo su cerámica color bayo, con decoración roja y
por su intercambio constante con Mesoamérica; mismo
que se ve reflejado en construcciones de juego de pelota
y montículos ceremoniales. Igualmente, en adornos que
expresan el desarrollo de una clase gobernante sobresaliente. Los descendientes
de los Hohokan son los indios pápago. Finalmente, la cuarta sección denominada
Mogollón (en los estados de Sonora, Chihuahua, Arizona y Nuevo México) sobre-
salieron culturas como Paquime y Casas Grandes que fueron importantes por su
intento comercio entre el Aridoamérica y Mesoamérica. Etiqueta didáctica 2 (Las
tres grandes áreas del México prehispánico)
Etiqueta didáctica 2 (Las tres grandes áreas del
México prehispánico)
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El desarrollo de la civilización mesoamericana a través del preclásico, clásico y posclásico.
El poblamiento de América se inició alrededor del año 40000 a.C. El paso
a América (por el estrecho de Bering) fue posible gracias al descenso
del nivel de los mares característico de la era glaciar. Los indicios más
antiguos de presencia humana en el actual territorio mexicano datan
del año 35000 a.C. Entre esta fecha y el 5000 a.C. fue cuando se inició el proceso
de domesticación del maíz y el frijol. A esta etapa de la historia antigua mexicana
previa a la agricultura se le denomina Lítica.
Paralelamente al desarrollo de civilizaciones como los minoicos, egipcios,
acadianos, babilónicos, asirios, hindús, chinos y hebreos en el viejo mundo, los
grupos humanos establecidos en el territorio que hoy denominados México,
se dedicaron al cultivo del maíz y la domesticación de animales; procesos que
también determinaron el sedentarismo en las sociedades mesoamericanas Estos
sucesos que definen al periodo conocido como Preclásico Temprano (2500- 1200
a.C.) también se vinculan con los rasgos más importantes de los habitantes. Estos
fueron: el poblamiento de aldeas y villas con más de doscientos lugares habitables;
contacto comercial con el objetivo de obtener productos procedentes de regiones
circundantes a las mismas aldeas y la construcción de diversas obras hidráulicas,
canales, terrazas y posiblemente (en la región del valle central) chinampas.
Ulteriormente, entre el 1200 y el 500 a.C., mientras los fenicios exploraban
el Mediterráneo y los Zhou construían las bases de un futuro imperio chino, las
sociedades mesoamericanas se dedicaron a modificar sus medios de vida. En esta
etapa conocida como Preclásico medio se construyeron centros ceremoniales
urbanizados. Estos estuvieron bajo el poder de señoríos que utilizaron imágenes
simbólicas, en las que representaron la participación social o religiosa de cada uno
de sus integrantes. El más sobresaliente de estos poblados fue conocido como
cultura olmeca.
La cultura olmeca tuvo presencia en la cuenca del Balsas, el valle de México y
la costa del Golfo, como resultado, presumiblemente de expansión militar o co-
mercial, desde centros específicos como San Lorenzo y La Venta. Entre los rasgos
característicos de los olmecas se encuentra el uso de mesas de piedra o mampostería,
la preferencia por la jadeíta y otras piedras verdes para elaborar ofrendas; la repre-
sentación muy frecuente del jaguar, asociado con la figura humana de diferentes
maneras (felinos que danzan o luchan con hombres; pieles de felino que sirven de
capa; felinos antropomorfos).
Los olmecas cultivaron en las riberas de los ríos, de donde obtuvieron gran
cantidad de alimentos como pescado y algunos moluscos. Asimismo, cazaron ani-
males y plantaron maíz y yuca. Satisfechas sus necesidades primarias, los olmecas
esculpieron piezas de mayor tamaño. En San Lorenzo, por ejemplo se edificaron en
torno al 1200 a.C. tronos, estelas, cabezas colosales y otras esculturas. Las de mayor
tamaño fueron tronos o altares. Las imágenes talladas se relacionaron con la jerar-
Historia de México Uno12
quía del personaje y sus vínculos con lo sobrenatural, o con el eje del cosmos y el
dios del maíz. Las cabezas colosales, por su parte fueron elaboradas normalmente
de tronos reciclados y se colocaron directamente sobre la tierra, como un vínculo
entre lo humano y lo natural.
Aproximadamente en el año 900 a.C., San Lorenzo fue abandonado. Sin
embargo, otro lugar conocido como La Venta logró su desarrollo gracias al control
comercial de la zona. En La Venta, los pobladores edificaron la primera pirámide
del periodo. Asimismo, los miembros de este enclave se dieron a conocer como
navegantes muy hábiles que transportaban sus materiales por río, para su labor
escultórica. Tal y como la arqueología lo ha demostrado actualmente en Cerro de
las Mesas y Río Pesquero.
No obstante, entre el 500 y el 400 a.C. La Venta fue abandonada y varios
de sus habitantes comenzaron a desplazarse a otros lugares como Tres Zapotes o
Cerro de las Mesas. Estas migraciones favorecieron el vínculo comercial con Cen-
troamérica y permitieron que otros enclaves humanos se desarrollaran. En este
sentido destacaron La Mojara (Veracruz), El Baúl (Guatemala), Izapa (Chiapas),
San José Mogote (Oaxaca) que lentamente comenzaron a convertirse en centros
de poder económico y político en el Sureste de Mesoamérica. Etiqueta didáctica 3
(la civilización olmeca).
Tangencialmente, en las selvas del Su-
reste mesoamericano, grupos mayas comen-
zaron su desarrollo social y estatal. Poblados
como Pasión, Tikal, Uaxactún, Nakbé y el
Mirador representaron el lento desarrollo de
estos grupos humanos, a través de sus áreas
ceremoniales compactas y la ornamentación
de estos conjuntos, característicos en Chiapas
y Guatemala.
Hacia el año 400 a.C., mientras en la
península del Peloponeso concluían los con-
flictos armados entre las polis griegas (Tebas,
Esparta, Atenas) y el Imperio Aqueménida,
las sociedades mesoamericanas se olvidaban
del legado olmeca y comenzaban a impulsar
sus propias expresiones culturales. Nuevos
estilos arquitectónicos tendientes a la monumentalidad, cambios en la escultura, en
la cerámica ritual y en el orden simbólico demostraban una capacidad económica
diferente entre estos grupos humanos. El claro ejemplo de dicho proceso fue, sin
duda Monte Albán.
Etiqueta didáctica 3 (la civilización olmeca).
Historia de México Uno 13
Los orígenes de esta ciudad zapoteca se remontan a la fundación de villas
en el valle de Oaxaca. Estas crecieron unilateralmente, pero hacia el año 400 a.C.
se consolidaron en una ciudad que se localizaba en una montaña pedregosa pero
que, estratégicamente tenía la vista del valle y las cordilleras circundantes. La traza
de la ciudad respondió a una división de barrios, con una población superior a los
quince mil habitantes. En su interior, edificios como el de los Danzantes demos-
traron la capacidad artística de los zapotecos y su modo de vida en situaciones
bélicas. Asimismo, su capacidad constructiva señaló la hegemonía regional que
tenía la ciudad.
Paralelamente al desarrollo de Monte Albán, en el valle de México, los
pobladores que se asentaron en las orillas del lago de México fundaron la cultura
de Tlaltilco y una urbe de gran relevancia para esta región de Mesoamérica. Esta
fue Cuicuilco. Esta urbe se edificó con el objetivo de ser una ciudad prospera para
la vida y con intereses económicos estables. Ésta contaba con un complejo de
monumentos religiosos que no existía hasta ese momento en Mesoamérica y con
un sistema funerario único que se conservó durante el periodo clásico; es decir, las
famosas tumbas de Tiro. Sin embargo, hacía el año 50 a.C, la erupción del volcán
Xitle provocó que lentamente la ciudad fuera abandonada y sus pobladores se
dirigieron a un enclave denominado Teotihuacán. Etiqueta didáctica 4 (Cuicuilco).
Hacia el año 250 d.C.,
mientras el emperador roma-
no Trajano Decio contenía
las invasiones godas en las
fronteras septentrionales del
Imperio Romano y en China
los tres reinos (Wei, Shu y Wu)
se disputaban el poder central
del Imperio; las culturas me-
soamericanas se reestructu-
raban bajo sistemas Estatales
que respondían a necesidades
de índole religiosa. El periodo Clásico que abarcó del año 200 al 800 d.C. se carac-
terizó por la construcción de ciudades perfectamente planeadas con avenidas y
plazas vinculadas al orden civil y religioso.
El desarrollo de mercados y la clasificación de órdenes sociales, en el periodo
Clásico fueron consecuencia de un sistema político que gobernó a través de una
organización teocrática. Es decir, las divinidades y sus representantes (gobernantes
y sacerdotes) comenzaron a darle sentido a las acciones de las sociedades mediante
rituales y ceremonias en espacios físicos. En este punto, teotihuacanos, mayas,
Etiqueta didáctica 4 (Cuicuilco).
Historia de México Uno14
zapotecos, olmecas-xicalancas, mixtecos y nahuas edificaron ciudades donde las
actividades económicas, políticas, sociales y culturales estaban ligadas a la actividad
bélica que los dioses exigían de su población.
Teotihuacán fue el claro ejemplo de este periodo ya que edificó un complejo
habitacional único en la región central mesoamericana. En sus inicios, los grupos
humanos de esta ciudad vivieron en unidades multifamiliares de mampostería,
aproximadamente de 60 por 60 metros. En promedio, cada una de estas secciones
albergó a unas veinte familias que compartían tareas en común y parentesco. Cada
zona agrupó 15 o 20 habitaciones y éstas en conjunto constituyeron un barrio.
Así, un conjunto de barrios (mínimo 5) formó un distrito. Cada distrito contó
con un centro ceremonial donde los representantes más importantes de la zona
se reunían para efectos políticos, económicos y administrativos. Etiqueta didáctica
5 (Teotihuacan).
La sociedad teotihuacana estaba dividida
en cuatro sectores. El primero lo encabezaron
los dirigentes políticos y militares de la ciu-
dad. El segundo tuvo como representantes a
los artesanos, agricultores y constructores de
vías y edificios. El tercer sector lo integraban
miembros de familias acaudaladas que recibían
beneficios económicos de sus tierras de cultivo.
Finalmente, el cuarto sector estaba conformado
por familias organizadas en clanes que realizaban
tareas agrícolas en los alrededores de la ciudad.
La cultura teotihuacana se extendió por los
actuales estados de Morelos, Guerrero, Puebla, Oaxaca, Hidalgo, Guanajuato y, se
cree que sus productos llegaron hasta Guatemala. Los teotihuacanos controlaban los
yacimientos de obsidiana en Otumba y Pachuca, obtenían piedras preciosas como
la serpentina y la jadeíta en la cuenca del río Balsas y eran dueños de los depósitos
de cal en la zona de Tula-Tepeji. Asimismo, eran expertos en cultivar y aprovechar
el maguey, con el objetivo de obtener pulque, cordajes y fibra textil. Igualmente
cultivaban cacao y obtenían algodón en las cuencas morelenses.
Por otra parte, los teotihuacanos fueron los primeros en establecer dos rutas co-
merciales. La primera denominada Tehuantepec unía el comercio teotihuacano con
culturas procedentes de Veracruz, Yucatán y Guatemala. La segunda conocida como
Teotitlán-Tuxtepec conectaba con los zapotecas y los mixtecos en Guerrero y Oaxaca.
El incremento de posesiones económicas de Teotihuacán sentó las bases para
formar un ejército. Éste estuvo compuesto por hombres que vestían trajes de al-
godón y portaban armas de largo alcance (Atlatl), de protección (escudos con una
Etiqueta didáctica 5 (Teotihuacan).
Historia de México Uno 15
empuñadura) y de ataque (lanzas). La posibilidad de dividir al ejército en unidades
específicas, en relación con su armamento les dio a las tropas teotihuacanas la
opción de establecer unidades específicas, de acuerdo a su jerarquía social y a su
armamento. Así nacieron las órdenes militares que siglos más tarde los mexicas
adoptaron en sus huestes. Es decir, el caballero águila y jaguar. Etiqueta didáctica
6 (guerreros).
Pese al gran desarrollo arquitectónico (como la pirámide del Sol y la pirá-
mide de la Luna) y político-militar que tuvo Teotihuacán, la ciudad comenzó a
sufrir, entre el siglo VI y IX d.C., una sobrepoblación y agotamiento de recursos.
Igualmente, el desarrollo de conflictos armados obligó a los pobladores de esta
gran urbe a abandonarla. Así, el poder de los gobernantes teotihuacanos colapsó
y la ciudad entró en decadencia. Sin embargo, el influjo teotihuacano perduró en
otras culturas como fue el caso de los nahuas, los otomíes y los toltecas, herederos
directos de esta civilización.
Tangencialmente al desarrollo de Teotihuacán, otras culturas se desarrollaron
en el territorio mesoamericano. Una de ellas fue la cultura maya. La cultura maya
abarcó geográficamente desde las altas tierras de Guatemala, hasta las zonas húme-
das y selváticas de Honduras, Belice, Chiapas, Tabasco, Quintana Roo, Campeche
y las llanuras secas de la península de Yucatán. El auge maya se caracterizó por la
construcción de ciudades como Tikal (la ciudad-Estado más poderosa), Copan,
Bonampak, Calakmul, Yaxchilán, Toniná y Palenque.
Estos enclaves se caracterizaron por poseer complejos
arquitectónicos únicos de gran relevancia. Etiqueta di-
dáctica 7 (cultura maya).
En cada uno de ellos había adoratorios, templos,
juegos de pelota, palacios, tumbas (ornamentados con
estuco) y, en ocasiones observatorios astronómicos; distri-
buidos en función de plazas, patios y calzadas de piedra,
que se ubicaban concéntricos a un templo ceremonial.
Asimismo, los resultados de las observaciones de los
astros, las anotaciones calendáricas y las inscripciones
en estelas demuestran el nivel de vida que tenían los
mayas en sus ciudades.
La división social de los mayas se conoce gracias a
los relieves y las pinturas en algunos templos. La clase
más baja era la más numerosa y se caracterizaba por vivir en casas de palma y barro,
vestían humildemente, se dedicaban a la elaboración de artesanía, al cultivo de
tierras y pagaban tributo a sus gobernantes. El trabajo agrícola lo encabezaron los
sacerdotes, quienes conocían las fechas (con ayuda del calendario) para cultivar los
alimentos. El comercio lo dirigió la clase privilegia. Ellos fueron los propietarios
Etiqueta didáctica 6 (guerreros).
Etiqueta didáctica 7 (cultura maya).
Historia de México Uno16
de las parcelas de cultivo y eran la base del ejército maya.
A diferencia de los teotihuacanos, los mayas se dedicaron al cultivo del Maíz,
producto íntimamente relacionado con sus creencias religiosas, ya que pensaban
que los dioses habían creado al hombre con masa. Además, los mayas utilizaron
el cacao como moneda y practicaron el comercio intercambiando yuca, camote,
malanga, jícama, frijol, zapote blanco, mamey, turquesa, ámbar, sal, pescado salado,
palo de Campeche, cochinilla, calabaza, chile, chayote, tomate, algodón, henequén
y tabaco. Etiqueta didáctica 8 (productos mesoamericanos).
Pese al comercio que desarrollaron los mayas, la derrota de
Tikal en el siglo VI generó un proceso de declive entre los pue-
blos mayas, en el instante que todas las ciudades comenzaron a
disputarse el control comercial y político de la región. Así, entre
el siglo VII y X, las capitales mayas fueron abandonadas ante los
conflictos armados que mermaron los recursos de las ciudades;
Yaxchilán quedó despoblada hacia el año 808 d.C., Palenque 843
d.C., Tikal 870 d.C., Calakmul 900 d.C. y Toniná 909 d.C.
Mientras Teotihuacán y la zona maya generaron vínculos
económicos que potencializaron el desarrollo de sus ciudades, una
civilización que desde el periodo preclásico tardío había alcanzado
un buen desempeño económico se dio a conocer en Oaxaca; es
decir, la cultura zapoteca. Desde su ciudad capital, Monte Albán,
los zapotecos controlaron el valle de Oaxaca y se involucraron en
el comercio con las culturas de Mesoamérica, a partir del siglo IV d.C.
Monte Albán controlaba el comercio de Oaxaca a través de un sistema estatal
donde todas las ciudades circundantes pagaban tributo. La acción tributaria be-
neficio a los ciudadanos de Monte Albán, ya que los dejó enfocarse en actividades
de su ciudad. Se sabe que los zapotecos fueron agricultores, tejedores y alfareros.
Asimismo fueron guías del conocimiento plasmado en un sistema de escritura que
ellos colocaron en los muros de sus casas y templos.
La capital zapoteca contaba con una Gran Plaza, rodeada
por edificios civiles y religiosos. Ésta tenía una capacidad para
15 mil personas. Sin embargo, la mayor cantidad de pobladores
vivían en las laderas de los cerros circundantes a Monte Albán,
De esta manera, el dominio territorial zapoteco se dividió en 15
grandes barrios que rodeaban la urbe, pero que correspondían
al número de linajes y grupos humanos incorporados al poder
central. Etiqueta didáctica 9 (monte albán)
El máximo apogeo de Monte Albán abarcó del año 600
al 800 d.C. Sin embargo, entre estos años, el dominio zapoteco declinó ante la falta
de una organización militar como la de los mayas o los teotihuacanos. Esto limitó
Etiqueta didáctica 8 (productos mesoamericanos).
Etiqueta didáctica 9 (monte albán)
Historia de México Uno 17
la expansión de Monte Albán más allá de su propio grupo étnico, y sus fronteras
quedaron marcadas por pequeñas aldeas fortificadas. No obstante, Monte Albán
logró sobrevivir como una ciudad gracias al comercio que mantuvo con Teoti-
huacán durante el siglo VIII. Esto se sabe gracias a los intercambios culturales de
ambas ciudades. Ejemplo de ello fue el emplazamiento en Teotihuacán conocido
como el barrio zapoteco y las estelas que representan sacerdotes teotihuacanos con
ofrendas de copal en la ciudad de Monte Albán.
Otra cultura que se desarrolló paralelamente a la zapoteca fue la mixteca. Tras
el colapso de Monte Albán a principios del siglo IX, los mixtecos comenzaron a
poblar el valle de Oaxaca y se expandieron hasta los actuales estados de Guerrero y
Puebla. Esta civilización se caracterizó por la producción de joyería de oro, perlas y
corales; cerámica colorida y edificios con grecas de piedra. Los mixtecos establecieron
sus propios centros estatales como Montenegro, Tututepec, Tilantongo y Mitla.
Ésta última fue un centro ceremonial zapoteco, pero que tras el abandono de las
ciudades, los mixtecos la repoblaron y la convirtieron en su capital.
Los mixtecos desarrollaron el comercio y perfeccionaron la
herbolaria y la astronomía. Además, a diferencia de otros pue-
blos mesoamericanos, esta cultura fue la primera que produjo
códices, es decir, tiras de piel de venado o tiras de papel amate
donde se registraron acontecimientos diversos e importantes.
Especialmente de su élite gobernante y sus campañas bélicas.
Etiqueta didáctica 10(códice mixteco)
Tras el colapso de Tikal y simultáneamente al dominio
de Monte Albán, diversos grupos mayas migraron hacia el
valle de México y generaron las condiciones necesarias para
establecer ciudades con intereses expansionistas. En este caso
figuró Cacaxtla. Esta ciudad fue edificada por un grupo llamado olmeca-xicalanca
procedente de la costa meridional del Golfo. La ciudad de Cacaxtla fue un intento
de enclave comercial maya en la región central del valle de México. Ésta buscó
fortalecer los vínculos económicos que se habían perdido tras el colapso de Tikal.
Se sabe que Cacaxtla, además de controlar militarmente las
regiones del valle central (como el caso de Cholula), comerció
con productos como cacao, conchas y plumas. Los gobernantes
de Cacaxtla establecieron intercambios económicos con sus
subordinados y les permitieron, en ciertas ocasiones formar
parte de sus levas militares. Sin embargo, el desarrollo militar
menor que tuvo Cacaxtla le impidió a sus habitantes prosperar
más de 200 años.
Al contrario de Cacaxtla, Xochicalco intentó crear un im-
perio tributario que controló el territorio central del Valle de
Etiqueta didáctica 10(códice mixteco)
Etiqueta didáctica 11(Xochicalco)
Historia de México Uno18
México, desde su emplazamiento fortificado. Xochicalco generó las condiciones
necesarias para obtener tributos de sus pueblos subordinados. Etiqueta didáctica
11(Xochicalco)
A través de un calendario, los gobernantes de Xochicalco establecieron fechas
específicas. Éstas servían para indicarle a cada pueblo sometido el momento opor-
tuno para pagar recursos y enviar cautivos con fines de sacrificio humano.
Tanto Cacaxtla como Xochicalco fueron gobernadas por una élite militar.
Los dirigentes de clase guerrera de ambas ciudades adoptaron el armamento de
Teotihuacán y sus unidades (guerreros águila y jaguar). No obstante, la presión de
pueblos circundantes a estas dos urbes y la ruptura de relaciones comerciales con
Teotihuacán y la zona maya provocó el colapso de Xochicalco hacia el año 900 d.C.
Fue así como en un panorama de inestabilidad militar y falta de unidad central y
regional, un imperio se erigió y tomó el control del valle de México, hacia el siglo
X d.C. Éste fue conocido como tolteca.
Paralelamente al contexto internacional de gran relevancia que englobó el
siglo X d.C (como la creación del Califato de Argelia en África; el de Córdoba en
la Península Ibérica; la coronación de Otón I como primer emperador del Sacro
Imperio Romano Germánico y la creación del Imperio Gaznávida, como antece-
dente directo del Imperio Otomano en Asia), la civilización tolteca comenzó a
desarrollar sus elementos estatales, en un periodo de la historia mesoamericana
conocido como Posclásico.
El origen de los toltecas se remonta a las migraciones de grupos procedentes
del norte de México, de lengua nahua y otomí. Estos se fusionaron con grupos
humanos endémicos del valle central de México y crearon una unidad cultural
entre el 950 y el 1200 d.C. Mixcoatl, líder de este grupo sometió, con ayuda de un
ejército a todos los pobladores locales y llegó hasta Tepoztlán (Morelos) donde
fue asesinado.
Su hijo llamado Ce Acatl Topiltzin continuó las labores de su padre y domi-
nó a los señores de Xochicalco (ahí se hizo llamar Quetzalcóatl). Posteriormente,
avanzó hasta Cholula e intentó conquistar a los olmecas-xicalancas que habitaban
dicha ciudad. La empresa de Quetzalcóatl no tuvo éxito y dirigió sus huestes a Tula
Xicocotitlan (Hidalgo) para edificar un enclave que fue conocido por su desarrollo
artístico, filosófico, político, militar y urbanístico; éste fue la mítica ciudad de Tula.
Por todo lo anterior, Tula se erigió como la urbe más importante del periodo y su
máximo representante divinizado fue Quetzalcóatl.
Durante el gobierno de Quetzalcóatl, la ciudad de Tula atravesó por una edad
de oro. En primer lugar, gracias a la organización militar que desempeñó un papel
primordial en la urbe, los toltecas se caracterizaron por ser una sociedad guerrera
que utilizó un sistema de reclutamiento masivo entre sus pobladores. Los toltecas
Historia de México Uno 19
perfeccionaron armas de orígen teotihuacano (como el Atlatl) y construyeron sus
propias armas que les permitieron mayor maniobrabilidad en el combate (ejemplo
de ello fue un arma con hojas de obsidiana, muy parecido a una lanza de una mano,
que más tarde sirvió para los mexicas en la fabricación del Macuahuitl).
Por otra parte, Tula se convirtió en uno de los enclaves económicos más
importantes de la época. Conectó hasta Centroamérica por el Sur y Sinaloa por el
norte. Algunas aldeas de los actuales estados de Sonora y Durango comerciaron
con los toltecas. Paquime (Casas Grandes) intercambió con los toltecas el adobe y
la turquesa por productos como el maíz, el cacao y la obsidiana.
Una narración histórica refiere que el gobierno de Quetzalcóatl concluyó cuando
fue exiliado por un grupo de sacerdotes del dios Tezcatlipoca. En ese momento,
Quetzalcóatl prometió volver para reclamar sus dominios. Esta referencia más
que ser una simple leyenda, ha permitido explicar la relación que tuvo la figura
de Quetzalcóatl en otros lugares de Mesoamérica. Se decía, por ejemplo que el
primer rey de los mayas quichés de Guatemala fue impuesto por Quetzalcóatl;
los mayas de Chichen Itza decían que algunos de sus ciudadanos acompañaron
y conocieron a Kukulcán (Quetzalcóatl) en su travesía. Finalmente, los mixtecos
argumentaban que el gran rey Ocho Venado ayudó a Quetzalcóatl en su viaje a
Tula para recuperar su puesto. Las alusiones anteriores permiten entender que,
durante el periodo Posclásico, la ciudad de Tula y Quetzalcóatl fueron utilizados
arbitrariamente como discursos legitimadores para justificar linajes y tradiciones,
en varias regiones mesoamericanas. Etiqueta didáctica 12 (Quetzalcoatl).
El último gran gobernante de Tula fue Huémac. Este personaje mandó
edificar diferentes espacios para complacer a los dioses en la ciudad de Tula. Cons-
trucciones como el Palacio Quemado, los juegos de pelota, el templo de Ehécatl, el
templo de Tlahuizcalpantecuhtli y el templo de los guerreros dieron a conocer el
nivel de vida que tenía los toltecas y su capacidad constructiva que podía albergar
a unos 60000 habitantes.
Aunque Huémac y los toltecas sufrieron un repentino y enigmático colapso
hacia el año 1200 y la ciudad de Tula fue abandonada, un grupo de toltecas pre-
viamente arribó a Chichen Itza, en la Península de Yucatán y fundó un imperio
denominado Itza. Ahí, el influjo tolteca prevaleció en las imágenes y estructuras
muy parecidas a las de Tula. Ejemplo de ello fue el templo de los guerreros, los
frisos de guerreros águila y jaguares, el Tzompantli y el chac-mool.
El imperio Itza ocupó el noroeste de la península de Yucatán y estableció
diplomacia con la ciudad maya de Cobá. Esta última se posicionó en la región
como una urbe que controló el comercio terrestre, gracias a la traza y edificación
de dieciséis calzadas de piedra enlucidas con cal que conectaron diferentes enclaves
en la región y permitieron el desplazamiento de tropas que vigilaban sus pose-
siones. Igualmente, Cobá creó un sistema marítimo que patrocinó el comercio de
Etiqueta didáctica 12 (Quetzalcoatl).
Historia de México Uno20
productos a través del mar. Así, gracias al vínculo económico que el
imperio Itza tuvo con Cobá, ésta cultura logró desarrollarse. Etiqueta
didáctica 13 (Chiche Itzá)
Pese a sus vínculos diplomáticos, Cobá se mantuvo indepen-
diente a Chichen Itza. El imperio Itza intentó someter Cobá y su aliado
comercial más fuerte, Mayapan, por medio de invasiones y bloqueos
navales. No obstante, un golpe de Estado de la élite militar izta, apo-
yado por militares de Mayapan eliminó el poder de Chichen Itza a
principios del siglo XIII. Así, el colapso de Tula y la derrota de Chichen
Itza marcaron la desintegración de unidades centrales y dieron pie a
la unificación de ciudades-Estados y entidades políticas menores, sin
ambiciones expansionistas en Mesoamérica
La fragmentación del territorio mesoamericano en el periodo posclásico
no fue del todo catastrófica. En el valle de México, diferentes enclaves lo-
graron su desarrollo gracias a los vínculos económicos que ellos poseían.
Chalco-Atenco, Xochimilco, Coyoacán, Culhuacán,
Iztapalapa, Tezcoco, Tlacopan, Azcapotzalco, Mixcoac,
Tacubaya estaban bajo el dominio de la nobleza nahua.
Los nahuas usaron el término Altepetl para referirse a una
ciudad, con su población y sus tierras. Cada región estaba
dominada por un Tlatoani, quien gozaba del apoyo de una
estructura burocrática que realizaba funciones comerciales
y diplomáticas. Etiqueta didáctica 14 (Altepetl)
Hacia el siglo XII d.C., el último grupo inmigrante
nahua que llegó al valle de México fue el mexica. La histo-
ria del pueblo mexica puede ser dividida en dos grandes
periodos: el mexica temprano que abarcó del 1111 d.C., y fijó el año de salida de
esta tribu de la mítica región de Aztlán, la fundación de su ciudad México-Teno-
chtitlán en 1325 y llegó hasta el año de 1428 d.C con el sometimiento del imperio
tepenaca. Un segundo periodo conocido como etapa imperial comenzó en 1428 con
la conformación de la triple alianza, la expansión de los mexicas con Moctezuma
Ilhuicamina y culminó con la caída de Tenochtitlán, en 1521.
Etiqueta didáctica 13 (Chiche Itzá)
Etiqueta didáctica 14 (Altepetl)
Los mexicas como síntesis del desarrollo mesoamericano y expresión del poder hegemó¬nico en el posclásico.
Historia de México Uno 21
Etiqueta didáctica 15 (Tenochtitlán y tlatelolco)
Desde Aztlán, los mexicas basaron su subsistencia como muchos otros gru-
pos mesoamericanos en función de la caza, la pesca y la recolección, especialmente
de especies lacustres como renacuajos, peces, sapos e insectos. Posteriormente,
durante los primeros años de peregrinación al lado del caudillo Huiztitzilin, los
mexicas comenzaron a cazar liebres, conejos o venados y establecieron regiones
de cultivo donde obtuvieron productos como jitomates, chiles, calabaza y maíz.
Una narración histórica refiere que después de dos si-
glos de peregrinación, los mexicas fueron convocados por su
guía, el dios Huitzilopochtli y éste les ordenó dividirse en dos
clanes, mediante la elección de dos reliquias. La primera fue un
conjunto de esmeraldas que simbolizaban el jaguar. La segunda
fue un conjunto de palos que representaban al águila. El pri-
mer grupo que eligió las esmeraldas tuvo por objetivo fundar
México-Tlatelolco; mientras que el segundo se le encargó la
tarea de edificar México-Tenochtitlán. Etiqueta didáctica 15
(Tenochtitlán y tlatelolco)
Durante el siglo XIV d.C., mientras en Europa la dinastía de
los Capetos llegó a su fin con el reinado de Carlos IV; los franceses
fueron derrotados en Crécy por los ingleses en la primer batalla de la guerra de
los cien años y en Asia el imperio de Tamerlán comenzó a unificarse; en el valle de
México el imperio tepenaca de Azcapotzalco estableció una hegemonía militar y
política, liderada por el caudillo Acolnahuacatzin. Igualmente, Culhuacán comenzó
un periodo de hostilidades con los señoríos de Xochimilco. Lo anterior obligó a
los mexicas a servir como mercenarios bajo las órdenes del señor de Culhuacán y
a ser tributarios del señor de Azcapotzalco.
Bajo aquel imperio tepenaca del señor Acolnahuacatzin y, posteriormente
de Tezozomoc, los mexicas fundaron sus dos ciudades y lograron posicionarse
como potencia política. Durante los primeros años de Tenochtitlán y Tlatelolco,
las ciudades gozaron de recompensas proporcionadas por el señor de Azcapotzalco
y el señor de Culhuacán. La más simbólica de éstas decretó el nombramiento de un
Tlatoani (el que habla), apoyado por un Cihuacoatl (encargado de las maniobras
militares y religiosas) para ser gobernadas. En consecuencia, Tenochtitlán inició
su dinastía con Acamapichtli en el año 1356.
Pese a que Acamapichtli fue hijo del señor de Culhuacán, este Tlatoani
sobresalió gracias a sus acciones benéficas para la ciudad de Tenochtitlán. En
primer lugar, fue un gran líder militar que sometió -con ayuda de Tezozomoc- a
los señoríos de Xochimilco, Cuitláhuac, Mixquic y Cuauhnahuac (actualmente
Cuernavaca). En segundo lugar, ordenó edificar palacios y templos en la ciudad.
Estas construcciones le permitieron establecer las bases de un sistema social en la
sociedad mexica.
Historia de México Uno22
A partir de Acamapichtli, la sociedad mexica se caracterizó por ser estamen-
tal. Dentro de ésta, el parámetro principal para determinar la posición social de
un individuo era su pertenencia al estamento de los nobles (Pipiltin) o del pueblo
(Macehualtin). Los Pipiltin contaban con el privilegio de utilizar vestimentas de
algodón, sandalias de media talonera, ornamentos de oro y alimentarse con cacao.
Algunos de estos productos como el algodón fueron resultado de las relaciones
políticas que, con el tiempo, los tlatoque mexicas iban consiguiendo con el despo-
samiento de sus mujeres. Ellos también se encargaban de ser los distribuidores en
caso de desastres, eran conocedores del calendario y la escritura. Sus casas estaban
cerca o alrededor de los centros ceremoniales.
La educación de los niños comenzaba en casa, donde aprendían las tareas
del hogar, los mitos y la disciplina. A los quince años, los Pipiltin iban al Calmecac,
un sector escolar que dependía de los templos. Ahí aprendían sobre la religión y la
guerra, pero también adquirían conocimientos de historia, pintura, poesía, decla-
mación y administración pública, pues ellos debían convertirse en gobernantes,
sacerdotes, jueces y maestros en el futuro.
Paralelamente, el Macehualtin era quien controlaba la producción económica
de la ciudad. Eran miembros los pequeños comerciantes, los artesanos y sobre todo
los agricultores, quienes obtenían sus tierras en función de lo que internamente
fuese distribuido por el jefe del calpulli. El Macehualtin habitaba en las afueras
de la ciudad, en pequeñas chozas elaboradas de adobe. No les estaba permitido
usar vestimentas de algodón, por lo que elaboraban su ropa con fibras de ixtle.
El integrante Macehualtin iba al Telpochcalli cuya función principal era
prepararlos para la guerra. Ahí se entrenaban en el uso de diferentes armas de
tradición mesoamericana, específicamente tolteca y teotihuacana. Al concluir la
educación, estos jóvenes usualmente seguían el oficio de sus padres y, si lograban
adquirir prestigio en el campo de batalla obtenían un mejor estatus. El Calmecac
y el Telpochcalli eran únicamente para varones. Las mujeres se quedaban en casa y
aprendían de sus madres las labores del hogar. No obstante, por las tardes, también
podían acudir al cuicacalli, o casa de canto, donde les enseñaban danzas al lado de
los jóvenes Macehualtin del Telpochcalli.
También existían los artesanos especializados, denominados toltecayotl.
Los mayeque, gente foránea que se empleaba especialmente como sirvientes de los
Pipiltin o como trabajadores tributarios entre los Macehualtin. Los comerciantes
Tlacemananqui que vendían productos procedentes de las chinampas y los Pochtecas
que eran comerciantes que viajaban a otras tierras para comerciar y, en algunos
casos desempeñaban acciones de espionaje y control militar. Los Tlacotin, que
eran las personas que contraían deudas o habían ofendido a un señor, se ofrecían
como esclavos y con su trabajo saldaban sus compromisos; una vez logrado esto,
recuperaban sus bienes. Por último se encontraban los malli, cautivos de guerra
Historia de México Uno 23
destinados para el sacrificio humano en favor de los dioses.
Etiqueta didáctica 16 (sociedad mexica)
Pese a las campañas exitosas y al gran desarrollo
social y económico que logró este tlatoani, en el año 1396,
Acamapichtli murió. Para los mexicas y todos los pueblos
mesoamericanos la religión jugó un papel importante en
su sociedad. Una de sus ceremonias más significativa estaba
relacionada con la muerte en tierra (tlamiquiztli), donde
los individuos debían ser incinerados. La cremación del
cadáver le permitía al difunto iniciar su viaje al más allá.
Los pueblos mesoamericanos al igual que los mexicas consideraban que el
mundo estaba dividido en dos planos, uno horizontal y uno vertical. El primero se
componía por cuatro rumbos, cada uno asociado a un dios, un color y un elemento
de su ideología; en el centro estaban los seres humanos. Este plano lo representaban
con una flor de cuatro pétalos. El plano vertical representaba el cielo, compuesto
de trece niveles, con un dios rector en cada uno; el inframundo, dividido en nueve
niveles, cada uno con un dios protector; y, la tierra, lugar ocupado por los seres
humanos, y en el que los dioses mostraban su poder e influencia.
Aunque existían diversas formas de manifestar la ideología y la devoción
hacia los dioses, en todas las culturas mesoamericanas existió un grupo especiali-
zado de sacerdotes que encabezó, controló y monopolizó las ceremonias rituales.
La muerte de Acamapichtli fue una de las ceremonias más relevantes dirigidas
por los sacerdotes de Tenochtitlán. En ésta, los sacerdotes colocaron el cuerpo del
difunto tlatoani envuelto en un petate, le ponían en la boca una piedra preciosa
de color verde y, a un costado una imagen de Huitzilopochtli (su guía en el plano
vertical). Posteriormente, en una pira de fuego, en lo alto del templo principal de
la ciudad, quemaron el cuerpo y las cenizas las depositaron en una urna que debía
ser honrada por cuatro años seguidos.
Muerto Acamapichtli, en el año 1397 su hijo Huiztilihuitl fue nombrado
tlatoani de Tenochtitlan, paralelamente a la elección de Tlacateotl en México-Tla-
telolco. A diferencia de su padre, Huiztilihuitl inició su poderío con una alianza
matrimonial con la hija del señor de Azcapotzalco (Tezozomoc). Su objetivo era
tener un periodo de paz, mientras dotaba de infraestructura a su ciudad. Ejemplo
de ello fue la edificación del gran acueducto entre Chapultepec y Tenochtitlán.
Además de Azcapotzalco, Huiztilihuitl fortaleció su alianza con el señor de
Cuauhnahuac y creó una clase nobiliaria en Tenochtitlan que se caracterizó por
vestimentas de algodón. Una vez que logró estabilizar a su ciudad, el tlatoani inició
un proceso de adiestramiento militar con ayuda de sus aliados los tepanecas. Fue así
como una de sus victorias más importantes fue sobre el señor de Texcoco, Ixlilxo-
chitl, donde implementó una guerra terrestre junta con tácticas navales. Además,
Etiqueta didáctica 16 (sociedad mexica)
Historia de México Uno24
con ayuda de los mexicas, los tepanecas lograron someter territorios importantes
en la zona norte del lago de Xaltocan y en la región otomiana de Cuauhtitlán,
Tequizquiac, Xiquipilco, Acolman, Otumba y Tulancingo.
En el año de 1417, Huiztilihuitl falleció y dejó en su lugar a su hijo Chimal-
popoca, quien contaba aproximadamente con diez años de edad. Paralelamente a
la entronización de este tlatoani, Tezozomoc, señor de Azcapotzalco murió. Esta
situación desató un clima de inestabilidad sucesoria en el imperio tepaneca, tras
la llegada del usurpador al trono: Maxtla, y ofreció algunos descontentos ante la
oportunidad de establecer una coalición y arrebatar el poder a Azcapotzalco. Pese
a su breve gobierno y a las exitosas campañas contra las rebeliones en Chalco,
Chimalpopoca fue asesinado en la ciudad de Tenochtitlan, presumiblemente por
órdenes de Maxtla.
Tras el asesinato del tlatoani, los sacerdotes de Tenochtitlan
junto con los representantes del señorío de Texcoco y el de Culhuacán
convocaron a una ceremonia de entronización. En ésta fue elegido
Izcoatl, en el año de 1424. Inmediatamente a su nombramiento el tla-
toani realizó un pacto con el señor de Texcoco, Nezahualcóyotl, con el
objetivo de derrotar a los Tepanecas. Posteriormente, el Cihuacoatl de
Izcoatl, Tlacaélel fue con Maxtla y le declaró la guerra en nombre del
pueblo mexica y de Izcoatl. Así, la batalla de Azcapotzalco fue el primer
momento cuando los mexicas demostraron su hegemonía militar,
tras derrotar a las huestes tepanecas de Maxtla. Etiqueta didáctica 17
(batalla de Azcapotzalco)
El fracaso que sufrió el tlatoani de Azcapotzalco lo obligó a huir a Coyoacán,
territorio que se encontraba enemistado con los mexicas y sus aliados. Pese a los
intentos de Maxtla por atacar desde Coyoacán, Tlacaélel e Izcoatl derrotaron en la
batalla de Coyoacán a Maxtla y finalizaron el dominio tepenaca en el valle de México.
El triunfo de los mexicas no significó un cambio de estructura, sino más
bien un reacomodo de las mismas a favor de Tenochtitlan como nuevo centro
hegemónico y de sus principales aliados, Texcoco y, posteriormente Tlacopan.
En Tenochtitlan, Izcoatl llevó a cabo una serie de reformas políticas internas y
externas. En cuestión interna, diferenció el papel de los nobles y los plebeyos en
la ciudad (tlatocayotl). En la escala más alta estaba el tlatoani, máximo represen-
tante militar, político-administrativo y religioso de la ciudad. Debajo de éste se
localizaba el Cihuacoatl, quien se caracterizaba por ser la investidura simbólica de
la cosmovisión mexica (el tlatoani era el día/ Cihuacoatl la noche). Este personaje
era el brazo derecho del tlatoani, y se encargaba de las actividades bélicas y propias
de la religión, tales como la organización de ceremonias. Inferior a ellos estaba el
Calpixqui que se dedicaba a las actividades administrativas en torno al cobro de
tributos. Seguía el Petlacalcatl que distribuía y almacenaba el tributo.
Etiqueta didáctica 17 (batalla de Azcapotzalco)
Historia de México Uno 25
Además de la organización política-administrativa, Izcoatl fortaleció las
instituciones militares y religiosas, determinándolas como las principales carreras
de los pobladores. A nivel militar, el Tlacatécatl y el Tlacohcalcatl se encargaban
de reclutar las tropas y distribuían las armas respectivamente. Por su parte, en el
plano religioso, el Quetzalcóatl Totec Tlamacazqui y el Quetzalcóatl Tlaloc Tla-
macasqui fueron designados para llevar a cabo las ceremonias más importantes
de la ciudad en el Templo Mayor.
En el ámbito externo, a partir de 1428, los señoríos de Texco-
co, México-Tenochtitlán y Tlacopan formaron la Triple Alianza.
Etiqueta didáctica 18 (Triple alianza) Las alianzas tuvieron gran
importancia para los pueblos mesoamericanos, ya que permi-
tieron la expansión y el dominio territorial, la mutua ayuda y la
consolidación del poder. Tras la consolidación de esta coalición,
los tres ejércitos comenzaron una campaña expansionista que
inició en la cuenca de México y logró llegar hasta Coatzacoalcos,
la Mixteca y el Soconusco, en el Oriente, y hacia Michoacán en
el Occidente. Una de las estrategias que permitió esta expan-
sión fue la imposición del tributo que los pueblos sometidos
debían pagar a la Triple Alianza en especie mediante su trabajo.
Asimismo estos debían ofrecer ayuda a los ejércitos; a cambio recibían beneficios
comerciales y en algunas ocasiones podían mantener a sus gobernantes locales. En
el área de Oaxaca, el señorío de Tuxtepec conservó su autonomía, aunque comerció
en algunas ocasiones con los de la Triple Alianza; en actual estado de Guerrero,
Yopitzingo nunca fue sometido, y el señorío de Teloloapan llegó a rechazar el paso
de caravanas de comerciantes mexicas a través de su territorio.
Así, los mexicas consolidaron una supremacía militar y política que dejó
atrás el pasado oscuro de este pueblo durante su migración. En consecuencia y
por consejo de Tlacaélel, Izcoatl decidió construir en la memoria mexica que ellos
nunca fueron vasallos de nadie y que fue un pueblo poderoso y prestigioso en la
región. Paralelamente, Tlacaélel instauró una nueva visión del universo como
política mexica. Esta consistió en representar a la ciudad de Tenochtitlan como
el centro del cosmos, ombligo del universo, que debía alimentarse con la sangre
de los hombres, de los sacrificados, de los cautivos de guerra. Esta ideología llevo
a Izcoatl a instaurar, por sugerencia de Tlacaélel, las afamadas Guerras Floridas
que consistieron en capturar prisiones para alimentar al dios sol, Huitzilopochtli.
Etiqueta didáctica 19 (guerra florida)
En el año 1440, Izcoatl falleció y pese a su linaje de tres pequeños (Axayacatl,
Tezozomoc y Tizoc), Moctezuma Ilhuicamina fue nombrado tlatoani de Tenoch-
titlán. Aunque su predecesor había logrado someter una gran cantidad de pueblos
en la cuenca de México, Chalco se mantenían independiente. En consecuencia, tras
Etiqueta didáctica 18 (Triple alianza)
Etiqueta didáctica 19 (guerra florida)
Historia de México Uno26
el nombramiento de Moctezuma, este tlatoani decidió iniciar una guerra contra ese
señorío. A partir de ese momento, todos los tlatoque de Tenochtitlan generaron
una tradición de hacer la guerra durante su entronización para que, mediante
la captura de un primer prisionero, el pueblo y el sol reconocieran su grandeza.
La razón del por qué Ilhuicamina atacó Chalco fue, principalmente porque
los chalcas se negaron a tributar piedra para ampliar la edificación del Templo
Mayor en Tenochtitlan. Tras derrotar a los chalcas en Techicho, el tlatoani teno-
chca apuntó sus conquistas hacia el sur donde sometió Tepeaca. Asimismo, con
ayuda de Nezahualcóyotl y las tropas texcocanas avanzó hacia el este, con dirección
a la Costa del Golfo, donde conquistó al señorío de Tulancingo. En el noroeste
enfrentó y derrotó a los mixtecos, quienes le entregaron el dominio del señorío
de Coixtlahuaca en Oaxaca. Además subordinó a los chontales en Guerrero y a los
señoríos de Cotaxtla y Cuahutochco.
Apoyado por Tlacaélel, Moctezuma Ilhuicamina organizó una carga tributaria
a todos sus territorios subordinados. Ésta incluía grandes cantidades de bienes de
prestigios, alimentos y productos exóticos provenientes de cada zona anexionada.
Algunos de estos registros aparecen ilustrados en la famosa Matricula de tributos.
Etiqueta didáctica 20 (matricula de tributos) Sin embargo, Tlaxcala y Huejotzin-
go se mantuvieron como territorios libres con la condición que aprovisionaran
cautivos para las constantes ceremonias de sacrificio humano. Esta situación
generó una inconformidad constante que llevó a los tlaxcaltecas a buscar alianzas
para enfrentar a los mexicas. Dicha estrategia militar y política sería decisiva a la
llegada de los españoles, quienes verían en los tlaxcaltecas a sus mejores aliados
en la empresa de conquista.
Ilhuicamina organizó una expedición para localizar la mítica ciudad de
Aztlán. Lo anterior con el objetivo de recuperar el sentimiento de pertenencia y
la historia oculta por su predecesor. En consecuencia, la búsqueda tuvo éxito y,
a partir de su gobierno, los mexicas conocieron que en Chcomoztoc, lugar de las
siete cuevas era el enclave donde habían partido para llegar a Tenochtitlán. No
obstante, en el año de 1468, Moctezuma Ilhuicamina murió.
Con el deceso del último tlatoani, los mexicas consideraron idóneo que
Tlacaélel debía gobernar. Empero, Tlacaélel negó el puesto y, en su lugar eligieron
a Axayacatl, hijo menor del fallecido Izcoatl. Un punto de inflexión importante
fue la guerra y sometimiento de Tlatelolco por Axayacatl. Ésta fue crucial por la
gran importancia de su mercado y porque había mantenido estrechos lazos con
los tepanecas. Además, tras la muerte de Nezahualcóyotl, mediador entre Tenoch-
titlán, Texcoco y Tlatelolco, los mexicas consolidaron su dominio con ayuda de la
Triple Alianza y evitaron que Tlatelolco volviera a posicionarse como un territorio
económico y político relevante en la cuenca de México.
Tras derrotar a Moquihuix, tlatoani de Tlatelolco, Axayacatl decidió enfocar
Etiqueta didáctica 20 (matricula de tributos)
Historia de México Uno 27
sus campañas militares hacia el pueblo de Toluca dirigido por Chimaltecuhtli y
sobre un pueblo otomí llamado Matlatzinca, gobernado por Chalchiuhquiauh.
La batalla en el actual Estado de México definió la utilidad del ejército mexica en
combate. Cada aliado y barrio de Tenochtitlan aportó un número de guerreros
suficientes para establecer las líneas de combate y las unidades específicas dentro
del campo de batalla. En estas se seleccionaron a los jóvenes de quince años quienes,
por su juventud y ánimo mostraron sus aptitudes guerreras en la primera línea.
El ejército mexica estaba integrado por tres tipos de unidades. La primera
estaba conformada por los guerreros con atlatl, hondas y piedras con mano. La
segunda por los guerreros con macuahuitl y escudos. Finalmente, la tercera por
todos aquellos guerreros con arco y flecha. Así, gracias a esta organización militar,
los mexicas lograron someter al pueblo de Toluca y al gran señor otomí de nombre
Tlilcuetzpalin. No obstante, en la última batalla Axayacatl fue herido en el muslo
por un ataque directo con un macuahuitl enemigo.
Tras el triunfo en Toluca, Axayacatl dirigió sus nuevas conquistas al pueblo de
los tarascos en el actual estado de Michoacán. Sin embargo los purépechas, asen-
tados en las ciudades de Tzintzuntzan, Pátzcuaro e Ithuatzio lograron derrotar a
los ejércitos mexicas enviados desde el centro tras la construcción de guarniciones
de defensa militar y el ataque directo en las cercanías del territorio denominado
Tlaximaloyan. Pese a su derrota contra los purépechas, Axayacatl sometió una serie
de pueblos más en las cercanías de Puebla para evitar caer en deshonra y mantener
el sistema tributario estable.
Se sabe que a su regreso, Axayacatl supervisó y embelleció la ciudad de
Tenochtitlan tras la construcción de una serie de edificaciones y elemen-
tos decorativos para engrandecer a la ciudad de los mexicas. Uno de estos
elementos distintivos de la época de Axayacatl fue la piedra del sol o, mejor
conocida como Calendario Azteca. Etiqueta didáctica 21 (calendario azteca)
En el año 1481, el tlatoani Axayacatl falleció y, en su lugar fue electo Tizoc.
Empero, este tlatoani únicamente gobernó Tenochtitlan por un periodo
de cinco años en los que anexionó territorios importantes como Tuxpan y
Tlacotepec en Guerrero.
El asesinato de Tizoc en el año 1486 marcó el inicio de una época dorada
para el pueblo mexica encabezada por Ahuitzol. Este tlatoani protagonizó la
fase de mayor crecimiento de los dominios del Imperio Mexica pues extendió
sus dominios de uno a otro océano. Conquistó Oaxaca y la costa del Pacífico,
donde estableció dos enclaves importantes aún hasta nuestros días, Acapulco
e Ixtapa Zihuatanejo. Sometió regiones colindantes con los tarascos, tales como
Teloloapan, Oztoma y Alhuiztlán y llegó a los lejanos territorios de Tehuantepec
y el Soconusco en las fronteras con Guatemala.
En su tiempo el crecimiento de Tenochtitlán como gran urbe obligó a ampliar
Etiqueta didáctica 21 (calendario azteca)
Historia de México Uno28
las fuentes de abastecimiento de agua. Ahuitzol ordenó la edificación, en el año
de 1499 del acueducto proveniente de Acuecuéxcatl. También, gracias al dominio
territorial, el imperio de Ahuitzol abrió camino al intercambio cultural en las ru-
tas comerciales y al enriquecimiento de tributos como piedras verdes, turquesas,
plumas preciosas, algodones, productos marinos de la costa del Pacífico y el Golfo,
frutas de la zona tropical y guerreros de diversas regiones del imperio mexica.
No obstante, la muerte de Ahuitzol en el año 1502 le abrió camino al Tlaca-
técatl de Ahuitzol de nombre Moctezuma Xocoyotzin, quien fue hijo de Axayacatl.
Las acciones de este nuevo tlatoani fueron ingratas y provocaron temor entre sus
súbditos. Moctezuma depuró la clase dirigente, y consolidó el poder de su linaje
como red política al mando del imperio mexica. Condenó a muerte a muchos de
los que señores que habían sido designados por Ahuitzol. Desde el punto de vista
político, sin embargo, se trató de un reordenamiento que pretendía asegurar las
posiciones ganadas, así como preparar futuras fases de expansión.
El grado de riqueza y poder que había alcanzado Tenochtitlan para cuando
Moctezuma Xocoyotzin llegó al trono era tal que, la intención de este tlatoani
realmente no fue ampliar las conquistas, más bien estabilizó la situación del im-
perio que era bastante grande. Por ello, una buena parte de sus conquistas fueron
en puntos aún no sometidos en el interior del imperio mexica. Tales fueron los
casos de Yanhuitlan, Tlaxiaco y Xaltepec en Oaxaca.
Sin embargo, nada hace suponer que el poderío de Tenochtitlán estuviese
en crisis, o que el modelo imperial estuviera a punto de colapsar. Tlaxcala, su
principal enemigo, cada vez estaba más aislado, completamente rodeado por
dominios mexicas, y tal vez hubiera acabado sucumbiendo de no aparecer por
el horizonte mesoamericano aquellos misteriosos extranjeros que cambiaron la
historia para siempre.
Historia de México Uno 29
1) Bueno, Isabel, La guerra en el imperio mexica, expansión, ideología y arte. Mirada de la
historia (Col,). Madrid, Editorial Complutense, 2007.
2) Cervera, Obregón, Marco Antonio, Guerreros Aztecas, Madrid, Nowtilus, 2011.
3) Carrasco, Pedro, economía, política e ideología en el México prehispánico, México, Nueva
Imagen, CIS, INAH, 1978.
4) Hassing, Ross, War and Society in Ancient Mesoamerica, Londres, University of
Cambridge Press, 1992.
5) Hurtado Emma, México Prehispánico, México, This Week Series, 1985.
6) Lameiras, José, Los déspotas armados, un espectro de la Guerra prehispánica, México,
Colegio de Michoacán, 1985.
7) León Portilla, Aztecas-mexicas. Desarrollo de una civilización originaria, Madrid,
Algaba Ediciones, 2005.
8) López Austin, Alfredo; López Luján, Alejandro, El pasado indígena, México,
FCE, 1996.
9) López Lujan, Alejandro; Manzanilla, Linda, Historia antigua de México, El México
antiguo, sus áreas culturales, los orígenes y el horizonte Preclásico, Instituto de Investigaciones
Antropológicas, UNAM, México, 1990.
10) Olive, Julio Cesar, Estructura y dinámica de Mesoamérica, México, SAENAH, 1958.
11) Peterson Frederick, Ancient México, Libros Capricornio, Nueva York, 1972.
Bibliografia:
Historia de México Uno30
Actividades
Sección 1:
1.- Después de realizar la lectura “Mesoamérica, Aridoamérica y Oasisamérica”,
identifica y colorea en el siguiente mapa lo que se te solicita:
a) Aridoamérica (rojo)
b) Oasisamérica (amarillo)
c) Mesoamérica (verde)
Historia de México Uno 31
II) Reúnete en equipos y comparen sus mapas.
2.- Observa las siguientes imágenes. Menciona cuál es el área cultural a la que
pertenecen y qué actividad representa.
II) Comparen sus respuestas con ayuda del profesor.
Historia de México Uno32
3.- Investiguen en Internet cuáles son los estados de la república mexicana que aún
poseen grupos indígenas originarias y dónde se ubican actualmente. Intentar rea-
lizar un nuevo mapa de las regiones de Mesoamérica, Aridoamérica y Oasisamérica
en la actualidad, con ayuda de esa información.
4.- Para finalizar, organicen, con la guía del profesor un debate sobre la importancia
de conocer las tres áreas culturales del México antiguo.
Historia de México Uno 33
Sección 2:
1.- Coloca los siguientes procesos en orden cronológico.
( ) Desarrollo de la civilización tolteca.
( ) Caída de la ciudad maya de Tikal.
( ) Apogeo de Monte Albán.
( ) Establecimiento de la cultura de Tlaltilco.
( ) Crisis social en Teotihuacán.
( ) Hegemonía de Mayapán en Yucatán.
2.- Elabora un cuadro comparativo de los periodos Preclásico, Clásico y Postclásico.
I) Investiga en bibliografía, revistas e internet. Para completar tu información
debes enfocarte en los aspectos políticos, económicos y sociales característicos de
cada periodo.
II) Contrasta la información obtenida con lo que menciona el apartado “El desarrollo
de la civilización mesoamericana a través del preclásico, clásico y postclásico” de
este libro. Puedes utilizar algunas referencias para completar el cuadro anterior.
III) Compara tu cuadro con el de tus compañeros. Para finalizar, en sesión grupal
y con ayuda de tu profesor analicen sus trabajos. Después, realicen una discusión
grupal con base en las siguientes preguntas:
a) ¿Cómo piensas qué estas sociedades intercambiaron sus productos y su cultura
a lo largo del tiempo?
b) ¿Cuál fue la importancia del comercio y las alianzas políticas en estos periodos?
c) ¿Cómo comparas el desarrollo de las sociedades mesoamericanas con el de las
distintas sociedades, en otras partes del mundo, que aparecen referidas en la lectura?
Periodo/ Elemento Político Económico Social
Preclásico
Clásico
Posclásico
Historia de México Uno34
Sección 3:
1.- De las siguientes actividades, identifica y subraya las que establecieron la he-
gemonía mexica en Mesoamérica.
a) Sometimiento de Cuauhnahuac.
b) Creación del calendario de 18 meses.
c) Edificación del Calmecac y el telpochcalli.
d) Derrota del señorío de Azcapotzalco.
e) Creación de la Triple Alianza.
f) Representación de dioses en estelas funerarias.
g) Conquistas de Ahuitzol.
h) Establecimiento de villas cerca de ríos.
2.- El profesor divide el grupo en nueve equipos y sortea los nombres de los pri-
meros nueve tlatoque de Tenochtitlan.
I) Cada equipo investiga la biografía del Tlatoani que le fue asignado.
II) Prepara una presentación digital o con recursos gráficos.
III) En clase y con ayuda del profesor se presenta cada equipo según en orden
cronológico de cada Tlatoani. Cada integrante del equipo debe mencionar, al
menos, una actividad o acción del Tlatoani que impulsó el desarrollo hegemónico
de México-Tenochtitlan.
IV) Los alumnos escriben las ideas principales de la información que expongan sus
compañeros. Al final, cada educando en su libreta construye una línea del tiempo
de México-Tenochtitlan, con ayuda de la información obtenida en las exposiciones.
Sección 4:
1.- En casa y de manera individual prepara la siguiente receta:
I.- INGREDIENTES
a) Aguacate maduro.
b) Ajo
c) Cebolla
d) Chiles serranos.
e) Cilantro.
f) Jitomate.
g) Sal al gusto.
Historia de México Uno 35
2.- PROCEDIMIENTO
a) Se torean los chiles serranos y los jitomates.
b) Se pican los chiles, la cebolla, el ajo, el cilantro y los jitomates.
c) Se machacan los aguacates, los chiles y el ajo en un molcajete.
d) Se agregan los ingredientes y, finalmente, sal al gusto.
I) Contesta las siguientes interrogantes:
A) ¿Qué alimento preparaste?
B) ¿Es un alimento común o desconocido en la sociedad mexicana?
II) Investiga y propón el recetario de 3 comidas mexicanas que contengan ingre-
dientes mesoamericanos. Además, éstas deben prepararse con ayuda de utensilios
de orígen mesoamericano.
2.- Investiga en YouTube un video de alguna canción, poema o declamación en
náhuatl, otomí, purépecha o cualquier lengua de orígen indígena. Posteriormente
busca la letra en internet e intenta repetirla en voz alta. Comentas tus respuestas
en plenaria grupal, con ayuda de tu profesor.
I) Contesta las siguientes interrogantes:
A) ¿Qué sentiste al repetir la letra?
B) ¿Por qué crees que aprender una lengua indígena, es para muchas personas un
gran reto?
C) ¿Qué acción propondrías para conservar una lengua indígena en el país?
3.- Elabora un tríptico dirigido al turista titulado: “EL mundo prehispánico”.
I) El tríptico debe incluir: a) Las zonas arqueológicas más importantes que no puede
dejar de visitar en cada región de México; b) La idea de cosmovisión indígena; c)
La comida típica de orígen prehispánico; d) Pueblos que aún conservan el nombre
indígena y que fueron parte del dominio de la Triple Alianza.
II) Recuerda incluir imágenes, fotografías y otros elementos gráficos que comple-
menten la información y hagan más atractivo tu tríptico.
III) Intercambien sus trípticos entre compañeros y, para finalizar, orientados por el
docente, discutan en grupo por qué consideran que es importante como mexicanos
profundizar en nuestro pasado indígena.
Historia de México Uno 37
Uni
dad
2. La dominación colonial, 1521-1760
Introducción:
La época colonial o también llamada virreinal, constituye un periodo de suma
importancia en la comprensión del desarrollo histórico de México. Para muchos
estudiosos y profanos, el periodo que corrió de la Conquista de México Tenochtit-
lán en 1521 hasta la aplicación de las Reformas Borbónicas en el último tercio del
siglo XVIII, marcó una pauta de desarrollo político, económico, social y cultural
que dio identidad a las regiones que conforman el México de hoy. Dicho en otras
palabras, la época colonial gestó buena parte de lo que hoy conocemos como cul-
tura mexicana y todo lo que ello implica, desde usos y costumbres hasta esquemas
ideológicos y económicos aún vigentes.
La complejidad de la época colonial es extraordinaria y se define como el
choque profundo entre dos cosmovisiones y culturas, la europea y la americana,
que en algunos aspectos eran similares y en otros claramente divergentes. Ambas
culturas dieron origen a una sociedad nueva, muy diversa y heterogénea, con un
imaginario propio y con profundas contradicciones sociales y económicas, muchas
de las cuales siguen presentes hasta el día de hoy. El resultado de este encuentro
fue el surgimiento de la Nueva España como entidad política, territorial y cultural.
Así pues, el propósito general del presente capítulo es analizar el proceso de
conquista y colonización española en el territorio que hoy constituye México,
como parte del proceso de expansión mercantilista y explicar las características
principales de la economía, política y sociedad de la Nueva España. Asimismo,
pretende proporcionar una visión total de la historia de este periodo que incluya
aspectos culturales, artísticos, científicos y de la vida cotidiana que te permitan
entender en una dimensión más vital, el pasado colonial de nuestro país. Todo ello
encaminado a una comprensión más completa del carácter diverso, multicultural
y divergente de la sociedad colonial como antecedente de la sociedad mexicana.
Historia de México Uno38
1. España en el contexto Europeo renacentista y el descubrimiento del Nuevo Mundo.
El periodo colonial tuvo distintas etapas de desarrollo. La primera de ellas se
considera el periodo fundacional que duró entre 1519 y 1560, pero inició con el
arribo de los españoles a las costas americanas en 1492. Este hecho formó parte
del proyecto de expansión imperial español que comenzó en la península ibérica
en el siglo XV a partir de la unión política de los principales reinos de Castilla y
Aragón, la expulsión de los judíos de sus comarcas y la reconquista del último
reino musulmán en el mismo año del 92. Estos hechos fueron los antecedentes
inmediatos para la búsqueda de nuevos territorios, riquezas materiales y rutas
comerciales alternas a las de Medio Oriente entonces ocupado por los musulmanes.
Tales acontecimientos se enmarcaron en el surgimiento del sistema económico
capitalista, cuya primera versión fue el mercantilismo.
La conquista del Nuevo Mundo, posteriormente denominado como el conti-
nente americano fue uno de los sucesos más trascendentes de la historia universal.
Con este hecho se inició una etapa histórica nueva donde ambos hemisferios
del globo cambiaron de manera profunda, pero principalmente América, pues
transformó todas sus estructuras políticas, económicas, sociales e ideológicas. La
llegada de los europeos al continente dio un impulso importante al emergente
sistema capitalista que expandió sus mercados, la explotación de la naturaleza y
de los pueblos autóctonos. Estos aspectos marcaron la relación de dependencia y
desigualdad económica entre ambos mundos, el Nuevo y el Viejo que prevalece
hasta el día de hoy. Veamos cómo inició este proceso.
1.1 La unificación de España.
El surgimiento del enorme Imperio español que se
extendió en parte de América del Norte, el Caribe, Sudamé-
rica y las Filipinas fue resultado de un proceso complejo de
expansión colonialista y conquistadora que tuvo distintos
momentos y cuyo origen se remonta al siglo XV. En esta
época, se consolidó la unión de las monarquías más im-
portantes de la península ibérica bajo la figura de los Reyes
Católicos, Fernando de Aragón e Isabel de Castilla quienes
desde su casamiento en el año de 1479 se enfocaron a la
expansión territorial y al fortalecimiento de la autoridad
real. Este proceso se le conoce comúnmente como forma-
ción del Estado moderno y significó la centralización del
poder político por parte de los monarcas, quienes habían
Retrato de los Reyes Católicos, siglo XV. Anónimo.
Historia de México Uno 39
permanecido al acecho de los nobles y la Iglesia durante la Edad Media porque
habían sido grupos políticos que competían y desafiaban su poder.
El caso de la monarquía española ha sido particularmente interesante para
la historia occidental, porque constituyó el primer ejemplo de Estado moderno,
tal como lo describió Maquiavelo en su emblemática obra El Príncipe (1532). En
este libro, el autor consideró que el Estado debía ser gobernado auténticamente
por el monarca, cuya tarea central era someter a su pueblo mediante distintas
estrategias pacíficas o violentas, además de vivir en permanente estado de alerta
para la defensa de sus fronteras, pero siempre con miras hacia una expansión terri-
torial, es decir, a engrandecer su poder militar y político. Esto fue lo que hicieron
los Reyes Católicos a partir de una serie de campañas militares, alianzas políticas
con la nobleza y el clero y la creación de instituciones y leyes que tuvieron como
propósito el sometimiento de todos los sectores de la sociedad hacia la Corona. El
resultado de estas medidas fueron la unificación del territorio de la península y la
centralización del poder que tuvo impulso suficiente para poner su mirada sobre
el Atlántico y continuar con su proyecto imperialista.
Sin lugar a dudas, un rasgo particular de la consolidación de la monarquía es-
pañola fue su alianza estrecha con la Iglesia cristiana. A diferencia de otros Estados
modernos que surgieron poco después en Europa, la unión religiosa se convirtió en
uno de los pilares del Estado español que favoreció el sentimiento de pertenencia
y lealtad hacia la monarquía, pero también fungió como instrumento de control y
sometimiento imprescindibles para el ejercicio del poder que los reyes pretendían
centralizar a toda costa. Tanta fue la devoción que profesaron Fernando e Isabel,
muy probablemente con fines políticos, que el Papa Inocencio VIII los nombró
“Reyes Católicos”, denominación que fue ratificada por el Papa Alejandro VI en
1496, una vez consolidada la expulsión de los musulmanes de la península, como
muestra del compromiso que estos monarcas tenían con la causa cristiana.
La unión con la Iglesia también se expresó en la expulsión de los judíos de
la península, hecho que fue decretado en el famoso Edicto de Granada también
en el año de 1492. Con ello, se pretendió homogeneizar a la población española
y tenerla bajo estricta vigilancia, pues muchos de los nuevos cristianos fueron
perseguidos y enjuiciados por prácticas judaizantes. Pero los judíos no fueron los
únicos conversos de este territorio, también hubo muchos musulmanes que se
convirtieron al cristianismo después de la Reconquista del Territorio Andaluz. Una
vez consolidado su poder dentro de sus territorios, los Reyes Católicos reanudaron
el proyecto de conquista del último reino musulmán en la península, el Reino
nazarí de Granada, dirigido por Mohámed XII, mejor conocido como Boabdil el
chico. La caída de la ciudad de Granada por lo cristianos puso un antecedente muy
importante en el proyecto imperialista de los Reyes Católicos quienes pusieron
sus ojos sobre el Atlántico.
Etiqueta didáctica. Maquiavelo fue un im-
portante pensador renacentista que puso las
bases de la teoría política moderna. Su libro
El Príncipe constituye un tratado sobre el
Estado moderno con ejemplos prácticos. Su
filosofía se resume en la frase ‘el fin justifica
los medios’ y hace referencia a que las acciones
realizadas se justifican, ya que lo importante es
llegar a un fin. Tenía una visión individualista
y pragmática del mundo, donde los hombres
eran perversos por naturaleza, de ahí la idea
de ‘maquiavélico’.
Historia de México Uno40
Asimismo, la consolidación del Tribunal del Santo Oficio
creada en 1478 fue una medida esencial en la formación del
Estado moderno español y su posterior proyecto imperial.
Hacia el final del siglo XV, esta institución había logrado la
unidad religiosa, el debilitamiento de los opositores políticos
de los reyes y la obtención de importantes recursos económicos
resultado de la confiscación de bienes a los acusados. De ningún
modo fue casual que todo ello se consolidara en el emblemático
año de 1492, momento en el que ocurrió el ‘encuentro de dos
mundos’ y se inició la ocupación, la explotación y el dominio
español sobre América.
Paralelo a estos hechos, la monarquía española desarrolló
un imaginario con el que los propios reyes se identificaron e
hicieron visible su creciente poder. Este imaginario, también
fue útil para adoctrinar a su pueblo, como una lección perma-
nente sobre el supuesto valor, temple y fortaleza de sus reyes,
representantes de la grandeza del naciente imperio español. Durante los siglos XV
y XVI, la fortaleza de la monarquía española se expresó en distintos tipos de fuentes
escritas, ya fuera a través de mitos, literatura o leyes, que mostraban el complejo
proceso de centralización del poder y del proyecto imperialista que culminó del
otro lado del Atlántico, en América.
1.2 Expediciones y descubrimientos en el Atlántico durante el siglo XV.
La época renacentista fue un periodo de cambios profundos en la mentalidad
europea, en especial, respecto a las ideas que se tenían sobre la naturaleza, el cosmos
y el mundo. Para muchos letrados del siglo XV, la idea de que la Tierra era redon-
da era un hecho contundente, sin embargo, había mucha especulación sobre la
distancia existente entre Asia y Europa y los peligros que el Mar Océano acechaba
para llegar del otro lado. Creían en la existencia de monstruos marinos, corrientes
peligrosas que producían el naufragio y las famosas antípodas que hacían las veces
del mundo al revés, una vez cruzado el Ecuador.
Todas estas creencias fueron poco a poco superadas con la experiencia de los
propios viajeros, quienes apoyados de novedosos instrumentos tecnológicos como
la brújula y astrolabio, así como la difusión de textos de los sabios de la antigüedad
clásica comenzaron a explorar el Atlántico. Además, las historias fantásticas de Marco
Polo (siglo XIII) en el lejano Oriente alentaron mucho a los navegantes europeos
a buscar rutas alternas a las de Constantinopla para llegar al continente asiático
y apoderarse del comercio de las especias y de otros artículos de lujo, como seda,
La Virgen de los Reyes Católicos.
A los costados se encuentran los Reyes Católicos y sus
inquisidores. Fernando y Pedro Arbués del lado iz-
quierdo e Isabel y Tomás de Torquemada del derecho.
Historia de México Uno 41
porcelana, papel, oro, marfil, perfumes, entre muchos
otros productos.
Aunque hay evidencia de que vikingos llegaron
en el siglo IX al continente americano y recorrieron
numerosas regiones de Norteamérica al mando de Erik
el Rojo, lo cierto es que los viajes de Colón a finales
del siglo XV, sin ser un descubrimiento en un sentido
pleno, tuvieron un impacto nunca antes visto, ya que
cambiaron la historia de ambos hemisferios del mundo,
en especial la del continente americano.
No obstante, los portugueses fueron los primeros
europeos durante el Renacimiento que se aventuraron
a explorar el imponente Atlántico. Gracias a la escuela náutica del rey portugués
Enrique el Navegante en el siglo XV, avanzaron hacia la costa del continente
africano, llegaron a Ceuta, Marruecos y se adentraron en el océano. El navegante
Bartolomé Díaz llegó al cabo Buena Esperanza en 1488, la
punta sur del continente africano. Con ello se abrieron
nuevas posibilidades de navegación hacia el lejano oriente.
Al mismo tiempo, los españoles sostuvieron una larga
pero concluyente victoria en las Islas Canarias hacia 1843,
misma que los posicionaría como una potencia marítima
en el Atlántico, en plena competencia con Portugal.
Todas estas experiencias de exploración del océano At-
lántico contribuyeron a la creación de proyectos marítimos
de gran alcance, como el de Colón, quien sostenía, al igual
que otros navegantes y cartógrafos como Paolo Toscanelli,
la posibilidad de llegar a Catay (China) y Cipango (Japón) a
través del oeste, atravesando el Mar océano. Aunque tam-
bién es cierto que, mientras surgían propuestas atrevidas
como las de Colón, la gran mayoría de la gente en Europa
seguía creyendo que la Tierra era plana y sostenida por cuatro columnas o grandes
animales como elefantes o tortugas.
1.3 Primeras colonias españolas en el Caribe y Tierra Firme.
El proyecto de Cristóbal Colón de viajar por el oeste para llegar a las Indias en Asia,
debe entenderse en un contexto político y económico más amplio. Desde 1453, los turcos
otomanos se apoderaron de la ciudad de Constantinopla, último bastión cristiano en
el próximo oriente. Con ello se cancelaron las rutas comerciales con el lejano oriente
que eran de gran importancia para la floreciente economía mercantilista europea.
Detalle del libro Los viajes de Marco Polo donde se
muestra su partida desde Venecia.
Mapa de Paolo Toscanelli donde se muestra la su-
puesta distancia entre Europa y Asia utilizado por
Cristóbal Colón en su primer viaje.
Historia de México Uno42
¿Quién era Cristóbal Colón? Desde un punto de vista
histórico, Colón perteneció a la nueva clase social, la burgue-
sía. El futuro almirante, formó parte del grupo de hombres
letrados que poseían un sentido práctico del mundo, sin que
ello implicara el abandono de las ideas religiosas. Colón fue
un navegante asiduo de las costas del Atlántico por muchos
años, conoció la costa africana, Madeira, las Azores y las
Canarias, experiencias que le brindaron, hasta cierto punto,
la confianza de plantear un viaje tan arriesgado como el que
llevó cabo en 1492. Hacia 1483 y después de una larga estancia
en Portugal, Colón ofreció el proyecto de viajar a Asia por el
occidente al monarca de este reino, Juan II, quien después
de un arduo examen rechazó la empresa.
Con este fracaso, Colón se dirigió a Castilla donde logró
conectarse con el confesor de la reina Isabel, Hernando de
Talavera, hombre humanista y erudito quien vio con buenos ojos el proyecto.
En 1486, el Real Consejo rechazó el proyecto del viaje, y la propia Isabel, aunque
manifestó interés, dio prioridad a su empresa de conquista en Granada, por lo
que pospuso el proyecto, sin abandonar el contacto con Colón. En 1491, se volvió
a presentar el proyecto de Colón y de nuevo fue rechazado, se dice en parte por las
exigencias de éste. Finalmente, gracias al apoyo económico de los comerciantes
Luis de Santángel y Diego de Deza, se logró financiar la empresa de Colón y su
pago correspondiente, dinero que después sería pagado por la Corona española.
El contrato se ratificó con las Capitulaciones de Santa Fe, celebradas en abril
de 1492. En este documento Colón se nombró Almirante en todas las tierras por
descubrir del mar océano, cargo que tendría carácter hereditario. También se le
otorgó el título de virrey y gobernador general de las islas y tierra firme que se
descubrieran. Se declaró que su ganancia de todo lo
hallado sería del diez por ciento, y un quinto para la
Corona, entre otras atribuciones. Con este acuerdo,
Colón partió del puerto de Palos el 3 de agosto de 1492,
pasó por las Islas Canarias y a principios de septiembre
partió a mar abierto.
La llegada de los europeos a las islas caribeñas el 12
de octubre de 1492 constituyó uno de los hechos más
relevantes en la historia mundial. Y esto fue así porque
el contacto entre los dos mundos tuvo consecuencias
profundas y de largo alcance para todos los involucrados,
pero en particular, para los habitantes del continente
americano. Muy pronto, Cristóbal Colón y sus hombres
Cristóbal Colón
(supuesto retrato de Sebastiano del Piombo, 1519)
Rutas marítimas de los cuatro viajes de Colón.
Historia de México Uno 43
vieron la posibilidad de explotar tanto los recursos natu-
rales como las poblaciones isleñas. El resultado fue fatal
para los nativos. Sin duda, la esclavitud fue la característica
más pertinaz del primer periodo colonial en el Nuevo
Mundo. La población nativa fue cruelmente sometida
a trabajos forzados para obtener el codiciado oro que
buscaban los españoles.
[Insertar imagen 7] La esclavitud en las islas del Caribe
Al mismo tiempo, las enfermedades nuevas como la
viruela y el tifo diezmaron severamente a la población.
Esto sin considerar el hecho de que fueron obligados a
un estilo de vida por completo ajeno a sus costumbres.
Pronto la esclavitud y las epidemias terminaron con los
indígenas, mismos que fueron sustituidos por esclavos
negros provenientes de África para realizar los extenuantes
trabajos en las minas y las plantaciones de azúcar. En términos humanitarios, el
gobierno de Colón fue un desastre, además de que generó muchos abusos por
parte de los conquistadores que se replicarían en otras regiones del continente,
como en los territorios de la actual Venezuela, Colombia y Centroamérica. Pese
a las quejas de algunos evangelizadores como Fray Bartolomé de las Casas, quien
reclamó un trato digno a los indígenas, las prácticas de explotación continuaron
hasta la desaparición de los pueblos del Caribe y la sobreexplotación de los recursos
naturales, hechos que empujaron a los recién llegados a expandir sus horizontes.
La búsqueda de nuevos territorios por parte de los españoles coincidió con
los intereses de los portugueses que habían explorado el Atlántico décadas atrás
y ahora también ambicionaban las exploración del Nuevo Mundo. Esto generó
conflictos entre ambas potencias europeas por definir quién dominaría los mares,
los territorios y las rutas de comercio. A raíz de los descubrimientos de Colón, el
rey de Portugal Juan II reclamó la delimitación establecida con Castilla en 1479 en
el Tratado de Alcaçovas sobre la zona de expansión portuguesa por la costa africana
hacia el sur, misma que se prolongaba hasta Asia en el cabo Bojador, frente a Canarias.
La delimitación de Alcaçovas dejaba fuera a los portugueses de los grandes
descubrimientos del Nuevo Mundo, por lo que solicitaron el arbitraje del Papa
Alejandro VI para llegar a un acuerdo diplomático. En 1493, se emitieron tres bulas,
la I Inter Caeteras que estipuló que todas las tierras descubiertas y por descubrir
por Colón serían de Castilla; la II Inter Caeteras modificó lo dicho en la primera y
fijó una línea divisoria a 100 leguas al oeste de las Azores y Cabo Verde que definió
el dominio marítimo y terrestre de Castilla; y la tercera bula Eximiae devotiones se
ratifica lo señalado en la primera, ampliando los dominios asignados a los castellanos.
La esclavitud en las islas del Caribe fue una caracte-
rística del proceso de conquista.
Historia de México Uno44
Finalmente, el 7 de junio de 1494, en la villa de Tordesillas, se firmó un tratado
entre Castilla y Portugal donde se dividía el océano Atlántico por medio de una
raya trazada de norte a sur, 370 leguas al oeste de las islas de Cabo Verde, quedando
el hemisferio oriental para la Corona de Portugal y el hemisferio occidental para
la Corona de Castilla.
En tanto, al otro lado del Atlántico se establecieron las primeras colonias
españolas en el Caribe o las Antillas como La Española (Haití y República Domi-
nicana), la Isla Juana (Cuba), San Salvador (Bahamas) y Puerto Rico, que pusieron
un precedente importante en la conquista de Tierra Firme, como se le llamó en-
tonces al nuevo continente. Esto fue así porque los europeos siguieron un modo
de conquista que tuvo su origen en la Reconquista y las islas del Atlántico, pero
que se consolidó en el Nuevo Mundo. Tomaban posesión de todos los territorios
descubiertos en nombre de la Corona de Castilla, buscaban obsesivamente minas
de oro, explotaron la población nativa para el trabajo de las minas y lucharon contra
los indígenas para someterlos y evangelizarlos, a fin de hacerlos dóciles y temerosos.
También fue en las Antillas o el Caribe donde se propagó la institución de
la encomienda. Esta consistió en el trabajo forzado de los indígenas quienes se
encontraban bajo la tutela de un conquistador, también llamado encomendero,
que se encargaba de vigilar la evangelización de los aborígenes así como de hacer
cumplir el trabajo, ya sea en la mina, la plantación o la construcción. Constituyó
una forma de esclavitud y fue severamente cuestionada en las llamadas Contro-
versias de Valladolid, que tuvieron lugar de 1550 a 1551 entre teólogos y juristas
quienes analizaron la colonización de América, la encomienda y los derechos de
los naturales.
Actividades tema 1. España en el contexto Europeo renacen-tista y el descubrimiento del Nuevo Mundo.
Actividad 1.1. En parejas o tercias investiguen en la biblioteca escolar cinco inventos de la
época renacentista, en particular de los siglos XV y XVI, que estuvieron vinculados
con los viajes de Colón a América y su posterior conquista. Elaboren fichas técnicas
de los inventos con los siguientes criterios:
Nombre del invento.
Año de creación.
Descripción.
Utilidad.
Consecuencias en los viajes de descubrimiento.
2. Posteriormente, visiten el sitio web Google Arts & Culture y elijan cinco
imágenes correspondientes con los inventos investigados. Copien las imágenes
Historia de México Uno 45
con sus respectivos créditos en un documento en Word.
3. Con la información recabada, elaboren una presentación de PowerPoint a
modo de una galería fotográfica sobre los inventos tecnológicos y su trascendencia.
Incluyan una portada con los datos del grupo y el equipo, una breve introducción
de la importancia de la tecnología para los viajes de descubrimiento y la conquista
de América y una reflexión final del equipo.
4. Lleven su presentación al salón en USB o en disco compacto. El profesor eligirá
algunos equipos para exponer las galerías en el salón de clases. También pueden
llevarla impresa de no existir medios digitales para compartirla y comentarla de
manera oral frente a grupo.
Actividad 2. 1. En parejas investiguen en la biblioteca escolar sobre los siguientes temas:
el gobierno de Colón en las Antillas, la encomienda y las controversias de Valla-
dolid. Recuerden incluir las fichas bibliográficas de las fuentes consultadas con el
nombre completo del autor, el título de la obra, el lugar y año de publicación, la
editorial, así como la página.
2. En la red, investiguen mapas sobre la ruta de Colón en su primer viaje a
América y otro sobre la ocupación de los españoles en las Antillas. Pueden con-
sultar el Atlas histórico de México del CCH. Descarguen el mapa y cópienlo con
sus respectivos créditos en un documento en Word.
3. Con base en la información recabada, elaboren un tríptico que incluya
portada con los datos completos, información relevante de los tres temas investi-
gados, los mapas y una reflexión final sobre las consecuencias de la llegada de los
españoles a América.
2. La conquista española y la colonización.
En particular, el episodio de la conquista de México inició con las expediciones
españolas organizadas en Cuba hacia Tierra firme y el descubrimiento de Yucatán
por Francisco Hernández de Córdoba en 1517. El interés de los españoles por
expandir su dominio más allá de las islas caribeñas fue impulsado por la promesa
de obtener grandes riquezas, prestigio social y toda clase de aventuras que eran
inspiradas por la literatura caballeresca de la época.
En 1518, otra nueva expedición encabezada por Juan de Grijalva tuvo mejor suerte,
pues logró llegar a territorio totonaca donde se entrevistó con algunos pobladores
quienes le hablaron del pueblo mexica y su gran poderío. Grijalva regresó a Cuba y en
vista del éxito obtenido Diego Velázquez, Gobernador de Cuba organizó una tercera
expedición y en esta ocasión fue a Hernán Cortés a quien se le designó esta tarea.
Retrato de Juan de Grijalva
Historia de México Uno46
Hernán Cortés llegó a La Española desde 1504 y fungió como escribano y fun-
cionario tanto en esta isla como en Cuba, aquí Cortés entabló amistad con Diego
Velázquez y fue así como logró comandar la nueva excursión, zarpando el 18 de
febrero de 1519 con 600 hombres, 11 navíos, 16 caballos, 14 cañones, 13 escopetas y
32 ballestas. Además, acordó con Velázquez repartirse las ganancias de la expedición
así como de dar aviso para que fuera el mismo Velázquez quien tomara posesión
de los nuevos territorios a nombre del Rey de España.
2.1 Expedición de Cortés en Tierra Firme.
El inicio de la expedición de Cortés se dio en las costas de la península de Yu-
catán, cuya primera parada fue en Cozumel, lugar donde recibió noticias de un par
de españoles que habían naufragado hacia 1511, Jerónimo de Aguilar y Gonzalo
Guerrero, sobrevivientes de ese suceso lograron integrarse al pueblo maya. Sin
embargo a la llegada de Cortés solo Aguilar acudió a su encuentro, pues Gonzalo
se había casado con la hija de un cacique maya y para ese momento ya tenía dos
hijos, por lo que decidió quedarse con su nueva familia. En cuanto a Jerónimo,
este se unió a la expedición de Cortés y se convirtió en el intérprete que traduciría
del maya al español.
Tras este breve encuentro con los mayas, los españoles siguieron adelante y
llegaron a Potonchan otro poblado maya ubicado en lo que hoy es el estado de Ta-
basco. Aquí se dio un enfrentamiento violento, quizás el primero de ellos en donde
los pobladores locales resultaron vencidos y tras la batalla,
los caciques mayas se presentaron ante Cortés para pactar la
paz. En este encuentro los mayas les hicieron varios regalos
a los españoles entre los que se encontraban veinte mujeres
y entre ellas Malitzin, una mujer que además de sobresalir
por su belleza e inteligencia, hablaba maya y náhuatl, por
lo que fue una de las piezas clave para que Cortés pudiera
comunicarse con los indígenas.
Una vez alejado de la zona maya, la expedición española
entró a territorio totonaco desembarcando el 21 de abril de
1519 en una isla a la que bautizó como San Juan de Ulúa, ahí
se entrevistó con emisarios del Tlatoani mexica quienes le
ofrecieron alimentos y regalos entre los que se encontraban
los trajes de las deidades de Qutezacóatl, Tláloc, Tezcatlipoca y Ehécatl, pues de
acuerdo con las profecías mexicas corría el año uno caña (Ce ácatl) en el que Quet-
zacóatl había prometido regresar y quizás entre estos españoles se encontraba el
Dios, pues en dado caso que se encontrara ahí, reconocería su vestimenta y se la
pondría inmediatamente. Sin embargo, nada de esto sucedió y los españoles solo
Retrato de Hernán Cortés
Ruta de Cortés (1519-1521)
Historia de México Uno 47
tomaron los artículos de oro que estaban en las vestimentas, por lo que este hecho
solo avivó más la codicia de los españoles por conquistar los nuevos territorios.
En un inicio los mexicas procedieron de forma cautelosa ofreciéndoles regalos
a los extranjeros, para así alejarlos y de esta forma asegurar el bienestar de su gente.
Pero pronto fue más que evidente las intenciones de los españoles y jóvenes gene-
rales mexicas como Cuitláhuac y Cuauhtémoc, quienes no dudaron en exhortar
al emperador a optar por un ataque sorpresivo en contra de los extranjeros, pues
ante sus ojos, los españoles eran simples mortales que amenazaban su territorio.
2.2 Alianzas militares entre españoles e indígenas.
Al terminar el breve encuentro entre los emisarios mexicas y los españoles,
estos últimos se adentraron a territorio totonaca y se entrevistaron en Zempoala
con el cacique “gordo” quien les habló del poderío mexica y el sojuzgamiento
de los totonacas hacia ellos. Cortés inmediatamente comprendió la división y el
descontento social que había al interior de estos territorios y decidió hacer alianzas
con los pueblos indígenas enemigos de los mexicas.
Una vez establecida la alianza con los totonacas, Cortés emprendió su expedición
hacia el centro y tras unos días de difícil camino llegaron a territorio tlaxcalteca,
cuyo pueblo no había permitido ser dominado por los mexicas. Al principio los
cuatro gobernantes tlaxcaltecas no supieron cómo proceder y optaron por una
estrategia doble. Por la mañana sus aliados otomís atacaban con toda su fuerza a
los españoles causándoles muchas bajas, mientras que por las tardes, les enviaban
regalos y comida. Esta estrategia les permitió a los tlaxcaltecas medir la fuerza de
las huestes españolas y sus posibles debilidades. Sin embargo, Cortés al ver que la
probabilidad de que su ejército pudiera ser vencido por los otomís decidió atacar
a una población tlaxcalteca por la noche masacrando a sus pobladores inermes.
Al ver lo sucedido, los gobernantes tlaxcaltecas decidieron establecer
inmediatamente una alianza con sus contrincantes, convirtiéndose en
sus más fieles aliados. Tras este nuevo pacto, los españoles marcharon
a Cholula, una de las ciudades más ricas y prósperas de Mesoamérica
y cuyo Dios patrono era el mismo Quetzalcóatl.
Los cholultecas si bien no eran súbditos de los mexicas, eran gran-
des aliados de ellos por lo que mantenían una relación cercana con los
tlaxcaltecas y otomís. Cortés a través de engaños reunió a los nobles de
esa ciudad en la plaza principal y les dio muerte. Los cholultecas al ver
que su Dios Quetzalcóatl permitió estas acciones, entraron en pánico,
pues ni siquiera su Dios patrono era capaz de ayudarlos.
Cortés siguió adelante y en pocos días llegaron a la capital mexica
guiados por los tlaxcaltecas, quienes los condujeron entre los volcanes
Matanza de Cholula en 1519, Lienzo de Tlaxcala.
Historia de México Uno48
Popocatépetl e Iztaccíhuatl para no transitar por los caminos principales, pues ahí
los esperaban guerreros mexicas para atacarlos. Llegaron a la gran Tenochtitlán el
8 de noviembre de 1519 por la calzada de Iztapalapa y de acuerdo con Bernal Díaz
del Castillo, uno de los soldados que acompañaba a Cortés y quien escribió La
Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España relata lo siguiente cuando
entraron a esta gran ciudad:
“[...] y desde que vimos tantas ciudades y valles poblados en el agua y en la
tierra firme y otras grandes poblaciones y aquella calzada tan derecha y por nivel
como iba México, nos quedamos admirados y decíamos que parecía a las cosas de
encantamiento que cuentan en el libro Amadís, por las grandes torres y edificios
que tenían dentro del agua y todos de cal y canto y aun algunos de nuestros solda-
dos decían que si aquello que veían si era entre sueños y no es de maravillar que yo
escriba aquí de esta manera, porque hay mucho que ponderar en ello. No sé cómo
lo cuento, ver cosas nunca oídas, ni aún soñadas como veíamos.”
Realmente los españoles se quedaron maravillados ante la riqueza y la magnifi-
cencia de esta ciudad, pues jamás habían visto algo parecido. Al entrar a la Ciudad,
Cortés hizo que su pequeño ejército desplegara su poderío, poniendo al frente a
la caballería y los perros de caza que tanto temor infundaban entre los pobladores
indígenas, posteriormente desfiló la infantería quienes con sus arcabuces, espadas
y ballestas sorprendieron al resto de la población. Al final, venía Cortés con su
guardia personal entre los que se encontraban sus intérpretes, Malitzin y Jerónimo
de Aguilar, aunque pronto Aguilar pasó a segundo plano, pues Malitzin aprendió
español rápidamente y se convirtió en la esposa del conquistador.
Tras esta vistosa entrada, Cortés finalmente fue recibido por Moctezuma el
hueytlahtoani (gran gobernante) del imperio mexica y quien se había distinguido
por sus importantes conquistas y la expansión de su imperio a su cargo. Finalmente,
se dio el encuentro y Moctezuma decidió albergar a los visitantes en el Palacio de
Axayácatl, ahí Cortés junto con su ejército permanecerían los siguientes meses.
En los subsiguientes días algo contradictorio sucedió, pues Cortés tomó como
prisionero a Moctezuma y lo hizo vivir en el palacio de Axayácatl. La actitud va-
cilante de Moctezuma hizo que pronto el gobernante perdiera prestigio ante sus
súbditos y fieles aliados de tal forma que poco a poco el panorama político militar
comenzó a cambiar.
A inicios de mayo de 1520, Cortés recibió noticias de que el capitán Pánfilo
de Narváez junto con un ejército bien conformado venían con la intención de
aprehenderlo. Éste inmediatamente se marchó a su encuentro dejando a Pedro
de Alvarado como encargado, pues no estaba dispuesto a ceder lo poco que había
ganado en estos territorios. Sin embargo, esta decisión no fue la más acertada,
pues mientras Cortés con su gran habilidad política había logrado convencer a los
soldados de Narváez para unirse a su causa. Pedro de Alvarado había masacrado a
Historia de México Uno 49
la élite mexica durante la celebración del Tóchcatl, fiesta dedicada al
Dios Huitzilopochtli. Cuando Cortés regresó con refuerzos a la capi-
tal mexica, se encontró con un panorama hostil y poco benéfico para
continuar con la misma política de corregencia junto a Moctezuma.
Pocos días después Cortés obligó a Moctezuma a que saliera a calmar
a su gente, pero fue apedreado por su propia gente y días después muy
probablemente fue asesinado a manos de los españoles.
La noche del 30 de junio de 1520 los españoles decidieron huir,
pues tomaron todo el oro que pudieron cargar e intentaron salir
silenciosamente de la Ciudad por la calzada que lleva a Tacuba. Sin
embargo, no tardaron mucho en ser descubiertos y pronto el caos
y la desesperación se hicieron evidentes, pues los españoles en aras
de salvar el botín, muchos de ellos se lanzaron al agua y pronto se
hundieron debido al gran peso que llevaban. Finalmente, los pocos
que sobrevivieron se pusieron a salvo en tierra firme en la zona en la
que hoy conocemos como Tacuba, con tan solo una tercera parte del
ejército, Cortés miró probablemente con gran desaliento que la poca
ventaja que quizás había ganado estaba perdida, y ahora lo único que
restaba, era intentar vencer a los mexicas con las alianzas hechas con
los pueblos enemigos y con su ingenio para guerrear.
2.3 Conquista militar y caída de México-Tenochtitlán.
Una vez fuera de territorio mexica, los españoles regresaron a
Tlaxcala quienes sabían que aún mantenían un apoyo seguro. Cortés
hizo construir bergantines y comenzó por dominar el valle de Puebla, pues sabía
que al tener un control sobre esta región era tener el control de los caminos que
comunicaban con la Costa del Golfo, Oaxaca y Chiapas. De esta forma, Cortés
cortaba de tajo las alianzas de todos los pueblos aledaños a los mexicas y solo se
limitaría a luchar por el dominio del valle de México y Toluca.
A pocos meses tras la salida de los españoles, en la capital mexica se vivían
momentos de gran tensión e incertidumbre, Cuitláhuac había tomado el poder
y comenzado una política para recuperar y fortalecer sus alianzas con sus vecinos
al reducir tributos y obligaciones militares. Sin embargo, esto no resultó del todo
efectivo, pues pronto tanto enemigos como aliados se percataron de la vulnerabilidad
de los mexicas y muchos de ellos decidieron aliarce con los españoles, pues pensaban
que el Dios que los acompañaba era más fuerte que los suyos. Cabe destacar, que a
inicios de octubre de 1520 se desató una epidemia de viruela también llamada en
náhuatl cocolichtli , la cual diezmó en gran medida a la población mesoamerica-
na, pues alcanzó hasta el mismo hueytlahtoani Cuitláhuac causando gran miedo
Muerte del tlatoani Moctezuma Xocoyotzin,
Códice Florentino
Historia de México Uno50
y desconcierto entre la población indígena, pues de acuerdo con las profecías el
reinado mexica pronto llegaría a su fin y muy probablemente los españoles serían
el nuevo pueblo dominante.
Mientras tanto Cortés se dedicó a dominar el valle de
México haciéndose aliado de los señoríos de Tetzcoco y
Chalco para que de esta manera cortara de una vez por todas
cualquier ayuda para los mexicas. A finales de mayo de 1521,
los españoles decidieron sitiar Tenochtitlan, lo primero que
hicieron fue cortar el acueducto de Chapultepec, el cual
llevaba agua dulce a la ciudad, forzando a los pobladores
a tomar agua salobre y sucia del lago, causando más bajas
entre los mexicas. Asimismo, los puentes que comunicaban
las principales avenidas de la Ciudad con tierra firme habían
sido removidos, por lo que atacar a la Ciudad desde el lago
resultaba complicado.
No obstante, Cortés ideó la manera de penetrar a la
Ciudad y al adentrarse en ella ordenó masacrar a los sacer-
dotes que se encontraban en el adoratorio de Huitzilopochtli en Templo Mayor,
hecho que demostraba que el Dios principal de los mexicas los había abandonado.
Cuauhtémoc, el nuevo tlahtoahni ordenó que se replegaran a Tlatelolco, lugar
donde tuvo lugar la última batalla entre mexicas y españoles. Ahí los mexicas sólo
lograron capturar a algunos españoles que fueron sacrificados ante los ojos de sus
compatriotas. Sin embargo, la fuerza y poderío militar mexica se había evapora-
do y el 13 de agosto de 1521 el tlahtoani fue capturado y hecho prisionero dando
por finalizada la conquista de México Tenochtitlán. Sin embargo, es importante
mencionar que el hecho de vencer a los mexicas no representó la conquista de
todos los pueblos mesoamericanos, los mexicas efectivamente eran la potencia
dominante de la región del altiplano central, pero aún hacía falta dominar a los
pueblos del Norte y Suroeste mesoamericano, por lo que el proceso de conquista
tomó varias décadas.
2.4 Factores sociales y religiosos de la conquista: la evangeli-zación y las epidemias.
El papel de la religión católica en la conquista espiritual de la Nueva España
fue decisiva. La actividad de los misioneros durante la primera etapa de la colonia
fue de gran utilidad para consolidar la dominación de los pueblos autóctonos a
través de los distintos métodos que utilizaron para la evangelización (catequismos
traducidos, teatro evangelizador, creación musical, etc.). Si bien existió mucha
resistencia e incomprensión hacia el culto cristiano en los agitados años de con-
Etiqueta didáctica: Durante la conquista una
de las enfermedades que se propagaron con
mayor velocidad, fue la viruela. Se dice que esta
enfermedad fue traída por un esclavo africano
enfermo que se encontraba entre las filas del
ejército enviado por Velázquez hacia 1520.
Las enfermedades traídas por los españoles
fueron devastadoras para los indígenas, pues
al no contar con anticuerpos para combatirlas
pronto nueve de cada diez indígenas fallecía
a causa de éstas. La viruela, Sarampión y tifus
exántemático, fueron las enfermedades que
arrasaron con más de la mitad de la población
indígena durante los primeros cincuenta años
de dominación española. Enfermos de virue-
la durante el sitio de Tenochtitlán, Códice
Florentino
Historia de México Uno 51
quista y colonización, la influencia de la Iglesia es indiscutible en la modelación
de las conciencias, los comportamientos y el control corporal de los conquistados.
Más allá de los debates teológicos y filosóficos que se dieron en torno a la figura
del indio en las llamadas ‘Controversias de Valladolid’ para determinar su carácter
como ser humano o ser inferior, en la evangelización prevaleció un criterio prác-
tico que era convertir a los indios en súbditos cristianos, regidos bajo una moral
e ideología de obediencia que marcó su estatus jurídico en toda la época colonial
y en épocas posteriores.
La explotación desmedida de que fueron objeto los indios también fue un
rasgo distintivo de esta primera etapa colonial. Pese a las objeciones de distintos
misioneros, entre ellos el más destacado Bartolomé de las Casas, el régimen de
encomienda y repartimiento fue el más extendido durante aquellos años y propició
el declive de la población aborigen que ya había sido diezmada por las distintas
epidemias que hicieron su aparición muy pronto a la llegada de los españoles.
Aunque reconocían la humanidad de los indios, tanto la encomienda como el
repartimiento eran sistemas de explotación, de trabajo forzado y de esclavitud.
De hecho, la construcción de la Ciudad de México y de otros monumentos ar-
quitectónicos emblemáticos del periodo fueron erigidos por indios subyugados
y bajo condiciones muy precarias. Su condición como principal fuerza de trabajo
forzado cambió cuando el contexto de conquista terminó e inició una nueva fase
de la historia colonial.
2.5 Expansión de la conquista en otras regiones.
Las décadas que siguieron a la caída de la ciudad de Tenochtitlán en 1521 fueron
todavía de gran agitación política y militar. El proceso de conquista se extendió
más allá de las fronteras del Imperio Mexica, es decir de la meseta central del actual
territorio mexicano. Hacia el Occidente, en los actuales estados de Jalisco y Colima,
Nuño de Guzmán y Gonzalo de Sandoval emprendieron la conquista de aquellos
pueblos. Hacia el sur, Pedro de Alvarado y Francisco de Orozco conquistaron
zonas de Oaxaca y en la región del Pánuco fue el mismo Cortés quien consolidó
el dominio español. Cristóbal de Olid por órdenes del propio Cortés invadió la
comarca de las Hibueras, mientras Luis Marín y Diego Godoy hicieron lo propio
en los territorios que actualmente ocupa el estado de Chiapas.
En tanto, la expansión y conquista hacia el norte fue un proceso que se consolidó
tardíamente. En el caso de la península de California también Hernán Cortés fue
uno de los primeros conquistadores en explorar la región e intentar su ocupación
sin éxito durante la década de 1530. En el caso de ‘tierra adentro’, la expansión hacia
el norte sólo tomó fuerza a partir del descubrimiento de minas de oro y plata en
distintas zonas del septentrión empezando por el cerro de la Bufa que dio paso a
Historia de México Uno52
la fundación de la ciudad de Zacatecas en 1546. Pese a ello, tanto la conquista del
norte como del sur de la Nueva España fue siempre relativa y estuvo en permanente
expansión, en algunos casos hasta los albores de la independencia.
Actividades del tema 2. La conquista española y la colonización
Actividad 1
1.- Observa la siguiente imagen que pertenece al mural
de Diego Rivera titulado “Mercado de Tlatelolco” y describe
cuáles son algunos elementos que aún subsisten en la actua-
lidad en la Ciudad de México.
2.- Averigua en la biblioteca de tu escuela o en línea cuáles
son las cuatro calzadas principales de la gran Tenochtitlán
y si alguna de estas calzadas aún subsisten el día de hoy.
3.- Enlista en tu cuaderno cuál fue la estrategia de Cor-
tés para conquistar Tenochtitlán y dibújalo con lápiz en la
ilustración, de tal manera que puedas darte cuenta cómo
Cortés les fue cortando poco a poco a los mexicas cualquier
entrada de suministros de agua y comida.
Actividad 21.- Enlista qué productos agrícolas los españoles trajeron de Europa a América
e investiga si el día de hoy todos estos productos se siguen cultivando.
2.- Enlista qué productos agrícolas los españoles trajeron de Asia a América e
investiga si el día de hoy todos estos productos se siguen cultivando.
3.- Lee el texto “el encuentro de dos mundos gastronómicos” ubicado en la
siguiente página http://sic.cultura.gob.mx/ficha.php?table=gastronomia&ta-
ble_id=96 y realiza una breve reflexión acerca de cómo se enriqueció la cocina
novohispana y de cómo estos platillos han trascendido hasta nuestro días, haciendo
de la cocicna mexicana un fenómeno de mestizaje biocultural.
3. Política, administración y economía en la Nueva España.
A mediados del siglo XVI, después de la expansión y conquista de los valles
centrales y otras regiones aledañas en occidente y sur del actual territorio mexicano,
estuvo marcado por la aparición de modos diferentes de organización política, so-
cial y económica que sugieren el inicio de una etapa histórica nueva, propiamente
Historia de México Uno 53
colonial, que dio rasgos importantes a la floreciente sociedad novohispana.
La estabilidad política, el crecimiento comercial y el florecimiento cultural
fueron factores para que la Nueva España durante el siglo XVII, gozara de una
autonomía significativa y se convirtiera en una de las dos principales posesiones
coloniales de España, al lado del Virreinato del Perú. No obstante, esta autonomía
también se debió al contexto internacional y la creciente crisis que experimentó
la metrópoli durante esa centuria. Desde 1621, con la creación de la Compañía
Holandesa de las Indias Occidentales, se inició una etapa de decadencia de la flota
española que había mantenido el control del Atlántico y ahora se mantenía en
constante acecho por corsarios y piratas.
La situación no mejoró con el paso de los años, cuando ingleses y franceses se
sumaron a la caza de las flotas españolas cargadas de los productos más preciados
para los europeos de ese momento. Especies, sedas, porcelanas, marfiles y demás
objetos de lujo acompañados del oro y la plata americanos, hicieron de los barcos
españoles el botín más codiciado de los mares del Caribe. Por si esto fuera poco,
las constantes guerras que España sostuvo en el Viejo Mundo por motivos religio-
sos y políticos no ayudaron a mantener una relación cercana con sus posesiones
ultramarinas. Por el contrario, desde 1635 se le encomendó a la Nueva España, en
especial al Cabildo y los Comerciantes de la Ciudad de México, a ser los encargados
de vigilar los mares caribeños a través del pago de una flota defensiva, la Armada
de Barlovento. Por otra parte, el poder indiscutible de los criollos y españoles aco-
modados en la Nueva España propició en la práctica, un ejercicio del poder cada
vez más autónomo y con algunas características propias.
En el comienzo del siglo XVIII, el cambió de dinastía en la monarquía hispánica
marcó el surgimiento de una nueva era en todo el imperio español, aunque esta
no habría de manifestarse con toda claridad sino hasta mediados de esa centuria,
con la aparición de un programa completo de modernización del vasto territorio
conocido como Reformas Borbónicas. La muerte del rey Carlos II ‘El Hechizado’
en el año de 1700 sin haber dejado descendiente alguno, cerró el capítulo de los
Habsburgo como estirpe imperial y dio paso a una dinastía diferente en muchos
sentidos, los Borbones. El propio Carlos II estipuló en su testamento como sucesor
al trono a su sobrino Felipe de Anjou, mejor conocido como Felipe V, quien al
igual que su familia de origen francés, expresó ideas políticas y económicas que
contrastaron con la visión monárquica de los Habsburgo. Su pensamiento estaba
influido por el naciente despotismo ilustrado que habría de colocar a la Nueva
España en un momento histórico distinto, con un primer proyecto modernizador
pero dirigido a la explotación de sus recursos naturales y humanos, así como a
consolidar su servicio a la Corona española.
Historia de México Uno54
3.1 Primeros gobiernos coloniales.
Una vez consolidada la conquista de México-Tenochtitlán en el Valle de México,
Hernán Cortés constituyó el primer gobierno de la Nueva España que recibió el
nombre de Capitanía general. Este duró de 1521 a 1527 y se caracterizó por ser un
gobierno militar, dirigido por conquistadores quienes recibieron importantes
recompensas por los servicios prestados a la Corona en la conquista del territorio.
Cortés tuvo un amplio poder que se manifestó en el reparto de tierras e indios
que le fueron otorgados como encomienda. También sus compañeros de batalla
recibieron esa recompensa y otras de gran importancia como la merced real que
consistía en la concesión de tierras según los méritos del conquistador, esto como
parte de una costumbre medieval que fomentaba el vasallaje.
El primer gobierno de la Nueva España estuvo lleno de abusos e irregulari-
dades, en parte porque el proceso de conquista estaba lejos de llegar a su fin. Por
ello en 1528, se creó la Primera Audiencia que intentó generar algo de orden ante
la situación de injusticia que prevalecía en los territorios recién conquistados.
Por ejemplo, puso límites en la entrega de encomiendas y tierras, pero no logró
restringir el poder desmedido de los conquistadores. Con la Segunda Audiencia
establecida en 1531 se limitó más el poder de los militares y encomenderos y poco
a poco se formó un gobierno de funcionarios elegidos por la autoridad real.
Durante el periodo de las Audiencias, se dividió a la
población y al territorio colonial en dos partes conocidas
como República de Españoles y República de Indios. Ello
con el fin de controlar más a la población y se comenzara a
reconocer a la Corona como autoridad principal. Cada una
de las Repúblicas, con legislación, tierras e iglesias propias,
muestran la naturaleza contradictoria de la Nueva España
desde su origen. Por un lado, la República de Indios pre-
tendió transformar los antiguos pueblos en comunidades
‘europeizadas’ y adoctrinadas. Pero por otro lado, tenía
como propósito alejar a los naturales de las ‘malas costum-
bres’ y abusos de los españoles de los que se creía, podrían
contaminarse. A la larga, la división de la sociedad colonial traería consecuencias
negativas, sobre todo porque propició la segregación de los pueblos de indios.
3.2 Las instituciones políticas del virreinato.Hacia 1535 se instaló en la Nueva España el primer gobierno civil dirigido
por Antonio de Mendoza, quien fue nombrado primer virrey. Con ello, inició
formalmente un nuevo episodio en la historia de este territorio, denominado vi-
rreinato. En términos generales, el virreinato constituyó una compleja estructura
Etiqueta didáctica. Las repúblicas de indios
no sólo existieron en la jurisprudencia de la
Nueva España, durante los primeros siglos
de la colonia, fueron una realidad geográfica
y social, que dividía la sociedad novohispana
en dos elementos diferentes. Como podemos
observar en este mapa de la Relación Geográfica
de Cempoala donde se marcan los límites de
los pueblos de indios.
Historia de México Uno 55
política que tuvo diferentes instituciones y cargos, algunos de ellos en España y
otros en América.
El gobierno virreinal tenía una relación estrecha y, en teoría, de subordinación
con el Real y Supremo Consejo de Indias. Éste residía en España y su objetivo cen-
tral era tratar todos los asuntos relacionados con el Nuevo Mundo que incluía el
gobierno político, la administración y los asuntos judiciales. Se fundó en 1519, pero
años más tarde obtuvo autonomía plena. Este consejo se encargaba de nombrar los
principales funcionarios de todas las Indias, que incluía los obispos y arzobispos;
también otorgaba permisos para las salidas de las flotas y llevaba parte de la Real
Hacienda, vinculada a la economía de las colonias ultramarinas.
En tanto, el Virrey era la autoridad máxima de las colonias al ser representante
del rey en tierras americanas. Tenía funciones importantes en la dirección del
gobierno colonial como por ejemplo, atender asuntos militares, administrativos
y económicos. De igual forma, dirigía la Real Audiencia, ostentaba el cargo de Ca-
pitán general y administraba asuntos relacionados con la Real Hacienda. También
ejercía el vicepatronato de la Iglesia en su territorio. La otra institución política de
gran importancia en el gobierno virreinal fue la Real Audiencia. Esta se conformaba
de oidores y estaba presidida por el virrey. Era responsable de dar solución a casi
todos los asuntos del gobierno, con excepción de los temas militares y fiscales. En
pocas palabras, era el consejo administrativo del virrey.
El siguiente eslabón de esta larga cadena de autoridades virreinales es la figura
del gobernador. Una vez constituida la Nueva España, el territorio se dividió en
provincias que estaban regidas por gobernadores. Dadas las características de la
Nueva España, muchos de ellos tenían un amplio margen de acción y autonomía,
aunque su autoridad dependía del virrey. Algunas de las provincias creadas en las
primeras décadas del virreinato fueron Yucatán, Nueva Vizcaya, Antequera de
Oaxava, Nuevo León y Nuevo México.
Por otra parte, las alcaldes mayores fungían como funcionarios que impartían
justicia y vigilaban el buen trato a los indios, sobre todo para evitar el abuso de los
encomenderos y minar su autoridad durante los años de conquista. Con el paso del
tiempo, se convirtieron en gobernadores y jueces superiores de distritos. Eran los
representantes del poder central y como tales, dependían del virrey. Sus sentencias
solían resolverse en la Real Audiencia, eran encargados de hacer visitas dentro de
su jurisdicción para el cobro de impuestos, resolver conflictos entre particulares
y dirigir la construcción o preservación de obras públicas.
Por debajo de los alcaldes mayores se encontraban una serie de funcionarios
e instituciones que conformaban los gobiernos locales. A este respecto cabe men-
cionar a los corregidores que gobernaban las ciudades, así como los cabildos o
ayuntamientos que se conformaba de alcaldes y procuradores, mismos que eran
elegidos y se encargaban de los servicios públicos de las villas, pueblos y ciudades.
Retrato del primer virrey de la Nueva España,
Antonio de Mendoza.
Portada de las Leyes de Indias que contenían los
lineamientos generales para la administración
pública del Nuevo Mundo.
Historia de México Uno56
La organización legal de la Nueva España estaba compuesta por un cuerpo
de leyes, decretos y cédulas reales conocidas con el nombre genérico de Leyes de
Indias. Este cuerpo jurídico era complejo y a veces contradictorio. Se inició prác-
ticamente desde el descubrimiento de América como una necesidad de controlar
y administrar de mejor manera los territorios recién adquiridos, así como a sus
habitantes, tanto españoles como indios. Sin embargo, es importante señalar que
la política novohispana no fue un asunto sencillo, sobre todo por la heterogenei-
dad de los actores involucrados, la distancia siempre imperante de la Corona y el
escasa capacidad de reacción ante infinidad de situaciones que salían de las leyes
establecidas por las autoridades imperiales.
Este contexto político se ha explicado de diferentes maneras. Para algunos
especialistas, la política novohispana fue un sistema complejo de pesos y con-
trapesos. Éste se basó en una serie de prácticas para equilibrar el poder político y
mantener el orden ante la dificultad de la Corona de ejercer un dominio directo
sobre sus súbditos. Ciertamente, los españoles en la Nueva España llevaron a cabo
un dominio indirecto, es decir, requerieron de aliados, lacayos y empleados para
ejercer el poder político de la Corona. Ello implicó que todos los involucrados
obtuvieran beneficios personales a cambio y así mantener la estructura jerárquica
del poder imperial. También se refiere al hecho de que mientras algún aspecto de
la ley perjudicaba a cierto sector de la sociedad, siempre había un amplio margen
de acción e interpretación que hacía menos onerosas esas cargas jurídicas, tribu-
tarias o eclesiásticas.
3.3 La economía virreinal.
La economía virreinal tuvo varias etapas de desarrollo. La primera etapa co-
rrespondió al periodo de conquista y mostró un inminente interés por la obten-
ción de metales preciosos, en especial por el oro, que desembocó en la búsqueda
inmediata de minas y su explotación excesiva con métodos crueles y despiadados
para los indios, pues éstos fueron usados como esclavos en los yacimientos y
muchos de ellos murieron en condiciones infrahumanas. Durante esta primera
primera etapa se mantuvo una relativa continuidad en multitud de actividades
económicas precolombinas, pero a la larga fueron trastocadas de una u otra manera
por la visión europea de la economía y en especial por la creciente influencia del
capitalismo mercantilista.
Por otra parte, también se desplegaron actividades económicas agropecuarias de
origen europeo con la fundación de las primeras haciendas que tuvieron un papel
complementario a la minería, sin embargo, con el paso del tiempo, generaron sus
propios mercados redituables y de gran importancia. Esta primera etapa fue corta
pues duró sólo los primeros años de la conquista (1521-1531).
Historia de México Uno 57
El periodo de consolidación de la Nueva España (1535-1750) se caracterizó por
el surgimiento de una red comercial trasatlántica que culminó con una poderosa
élite de mercaderes y con la explotación de metales preciosos y otros productos de
interés para los españoles como la grana cochinilla y el cacao que pronto se sumaron
al extenso comercio europeo. Hacia el interior se caracterizó por el creciente trabajo
rural a través de la creación de numerosas haciendas agrícolas y ganaderas, así como
de la aparición de los primeros obrajes que comenzaron a generar productos de
uso local y regional como azúcar, telas de uso común, pulque, etc.
Un tercer momento de desarrollo de la economía novohispana se dio a media-
dos del siglo XVIII, con las Reformas Borbónicas que constituyeron un programa
de modernización del Imperio Español y donde la economía tenía un papel fun-
damental. Durante esta etapa (1750-1810) la Corona generó una serie de normas,
instituciones e instrumentos políticos para favorecer el desarrollo económico de
la Nueva España, principalmente de la minería. Tales medidas no necesariamente
estuvieron enfocadas a mejorar las condiciones de la mayoría de la población novo-
hispana, sino más bien se concentraron en sacar el máximo provecho a las colonias,
vistas como territorios de explotación. Pero ello se estudiará en el siguiente capítulo,
dada su relación con el origen de la revolución de Independencia.
No obstante, es importante señalar que la estructura económica de la Nueva
España generó, desde el comienzo, una profunda desigualdad entre los diferentes
sectores de la sociedad colonial, misma que continúa hasta el día de hoy como rasgo
característico de la economía mexicana: la enorme brecha entre ricos y pobres.
Asimismo, cuando se habla de
economía novohispana, es preciso
comprender que se trató de una es-
tructura de dominación y explota-
ción tanto de los recursos naturales
como de los pueblos originarios de
este territorio. Ello propició la fun-
dación de una serie de instituciones
que tuvieron como propósito centra-
lizar la actividad económica a favor
de la Metrópoli y los españoles. Pese
a ello y como señalamos más arriba,
debido a la imposibilidad de la Co-
rona de imponer un dominio efectivo en el inmenso y diverso territorio virreinal,
las disposiciones coloniales en materia económica en su mayoría se cumplieron
parcialmente y se prestaban a multitud de prácticas corruptas donde salían be-
neficiados infinidad de intermediarios, casi siempre burócratas imperiales, pero
también comerciantes y productores. Así pues, el mapa de la economía virreinal
La economía novohispana. Detalle de un mural
de Diego Rivera en Palacio Nacional.
Historia de México Uno58
fue ante todo variopinto y lleno de contrastes.
Algunas de las instituciones económicas más importantes de la Nueva España
fueron:
La Real Hacienda: encargada de cobrar los impuestos a través de los oficiales
reales con cargos de tesoreros, contadores y veedores. También recolectaba el
tributo de los indios. El virrey dirigía esta institución.
Los Consulados: ejercían el monopolio del comercio y tenía un origen medieval.
Se encargaban de resolver conflictos entre comerciantes, repartían espacios en las
plazas públicas y llevaban los pleitos de comerciantes con otras instancias buro-
cráticas. Fungía como una especie de tribunal. En la Nueva España hubo cuatro,
El de México, Veracruz, Guadalajara y Puebla.
La Casa de Contratación: residía en Sevilla y fue creada en 1503 para llevar un
control de la actividad económica de España con sus colonias. Llevaba una parte
sustancial de las finanzas del Imperio y regulaba los viajes, las mercancías y las
personas que se desplazaban de un lado y otro del Atlántico.
Finalmente, la economía novohispana se desarrolló en dos planos distintos,
externo e interno. La primer actividad económica del mercado externo fue la mi-
nería y la del mercado interno fue la agricultura. Veamos ambos con mayor detalle.
3.3.1 El mercado externo: metales preciosos y grana cochinilla.
Sin lugar a dudas, la actividad económica de mayor importancia para
la Corona fue la minería. Y así quedó de manifiesto desde el inicio de la
conquista cuando los españoles expresaron a los indios su profundo interés
por los metales preciosos al decirles que padecían de una extraña enferme-
dad del corazón que se curaba con el famoso metal dorado. Este interés de
los españoles por el oro tiene un origen más complejo en el desarrollo del
capitalismo en Europa, donde los metales preciosos comenzaron a fungir
como moneda de cambio en el mercado y como patrón de la riqueza que
pronto se extendería a otras partes del mundo.
Contingentes de conquistadores llevaron las armas a terrenos más
alejados de Tenochtitlán y el valle de México con la promesa de encontrar
grandes riquezas. De hecho, como se comentó arriba, la conquista de Tierra
adentro, es decir, de Aridoamérica estuvo motivada en gran medida por los
metales preciosos. Los españoles comenzaron con la búsqueda de yacimientos
de oro, pero pronto advirtieron que el metal de mayor abundancia en los
territorios que conformaron la Nueva España era la plata.
Las primeras minas de gran importancia en la época colonial fueron
Taxco (1532), Zacatecas (1546), Guanajuato (1550), Real de Monte (1552).
La minería se desarrolló ampliamente con la llegada
de los españoles. Códice Florentino.
Historia de México Uno 59
Más tarde se descubrió Parral (1631) y otros yacimientos importantes en Nuevo
México, California y Monterrey.
En Real del Monte hoy Hidalgo, un minero español, Bartolomé de Medina,
desarrolló una técnica de purificación de la plata mediante el uso de mercurio y
otros materiales que resultó ser muy eficiente para los minerales que abundaban
en la Nueva España de mediana y baja ley. Dicha técnica fue bautizada como
Método de Patio por el uso de espacios amplios y al aire libre donde se colocaban
las menas (piedras con mineral), el azogue (mercurio), el magistral (mezcla de sal,
tierra y otras sustancias) y el agua a fin de generar una reacción química entre los
metales. Al cabo de algunas semanas, la plata presente en las menas se mezclaba con
el mercurio y dejaba a un lado las “escorias”. Después, ambos metales se separaban
mediante fundición en hornos. Este método, también conocido como método de
amalgamación, fue más redituable que el tradicional, con todo y que el mercurio
también era considerado un metal precioso y se traía desde España.
Así pues, gracias al interés explícito de la Corona en la minería y el desarrollo
de técnicas que favorecieron la explotación de la plata y el oro, se constituyó en
la principal actividad económica de exportación durante la época virrei-
nal. Asimismo, propició la formación de instituciones que regularon la
producción minera como la formación de reales de minas, nombre oficial
que recibían los yacimientos que eran concesionados por la Corona para
su explotación. También se creó el Quinto Real, que era el impuesto que
debían pagar los mineros a la Corona por explotar las minas y correspondía
a la quinta parte de toda su producción anual.
El segundo producto de exportación fue la grana cochinilla. Ésta
actividad tenía un origen prehispánico, pues desde tiempos antiguos se
tiene noticia de que era utilizada como pigmento para vestimentas, objetos
ornamentales y ceremoniales. La grana es un insecto parásito del nopal que
produce un intenso color púrpura al ser machacado. Con la llegada de los
españoles, este pigmento tomó relevancia sobre todo para los trajes de los
nobles y virreyes así como de las altas dignidades eclesiásticas. De ahí que
pronto la grana cochinilla fue exportada a Europa donde había una amplia
demanda de pigmentos de color púrpura y se desarrollara una industria
artesanal de gran renombre hasta el siglo XVIII.
3.3.2 El mercado interno: obrajes, comercio, haciendas.
La economía interna de la Nueva España fue muy amplia y compleja
dada la diversidad de regiones, grupos sociales e intereses económicos. Sin
embargo, hasta cierto punto, es sencillo intuir que la inmensa mayoría de
las actividades económicas estaban enfocadas al campo. En este sentido, es impor-
La grana cochinilla constituyó una actividad econó-
mica muy redituable. De hecho, como se muestra en
la imagen, durante el siglo XVIII sabios como Antonio
Alzate hicieron estudios científicos para convertirla
en una gran industria.
Historia de México Uno60
tante señalar las principales formas de ostentación de la tierra que dieron origen
a diversas actividades productivas.
La gran propiedad territorial ha sido un fenómeno que comenzó desde épocas
muy tempranas en la Nueva España y ha persistido en la historia de este territorio,
hasta el México actual. En el siglo XIX, la existencia de la gran propiedad territorial
se conoció como latifundismo y aún hoy persiste con resultados muy contrastantes
para la sociedad mexicana, pues fomenta la concentración de riqueza en pocas manos.
La formación de la gran propiedad territorial se relacionó con el proceso de
conquista y colonización, pues una de las formas de pago más habituales que empleó
la Corona a los conquistadores fue la repartición de tierra ante la imposibilidad de
pago en monedas de oro. Asimismo, muchos conquistadores aspiraban a conver-
tirse en grandes terratenientes a semejanza de los señores feudales europeos y así
convertirse en una nueva nobleza. Este fue el origen de las haciendas en nuestro
territorio como unidad territorial y como unidad
productiva que generó complejas estructuras so-
ciales y laborales con dueños, administradores, ca-
pataces, trabajadores asalariados, peones y esclavos.
Hubo dos clases de haciendas, agrícolas y
ganaderas. Las haciendas agrícolas fueron muy
variadas en tamaño y productos sobre todo por la
diversidad geográfica del virreinato, además, con
frecuencia estuvieron enfocadas a mercados locales
y regionales. Con la incorporación de productos
nuevos como la caña de azúcar, el trigo, los cítricos
entre muchos otros, la producción se diversificó de
manera significativa.
Lo mismo ocurrió con las haciendas ganaderas
que fueron muy extensas, sobre todo, en el norte del territorio que hoy constituye
México. La ganadería fue una actividad que llegó con los españoles, pues aunque
existía la cría de animales en el mundo mesoamericano como el guajolote, el cone-
jo, el perro y otros no existía de manera extensiva. Además, los españoles trajeron
numerosos animales que formaban parte esencial de su dieta y para llevar a cabo
actividades productivas; así incorporaron cerdos, vacas y bueyes, caballos, ovejas,
burros y gallinas.
En numerosas ocasiones, las haciendas combinaron la agricultura con la
ganadería como actividades complementarias a fin de lograr la autosuficiencia y
superar las fluctuaciones del mercado. Muchas de las haciendas novohispanas más
productivas estuvieron en manos de la Iglesia, en especial de órdenes religiosas,
como la hacienda de Xalpa que fue propiedad de los jesuitas.
Las comunidades de indios también poseían tierras y esto como parte del
Las haciendas novohispanas fueron las unidades
económicas más productivas del periodo virreinal.
Muchas veces poseían una infraestructura propia
como acueductos, caminos, molinos y graneros para
la producción agropecuaria.
Historia de México Uno 61
reconocimiento que hizo la Corona a los altepeme como unidad territorial, ahora
transformados en pueblos de indios. Sin embargo, las tierras de indios estuvieron
siempre acosadas por la ambición de los particulares, principalmente de españoles
y luego criollos y, más tarde, durante la época independiente, por empresarios
nacionales y extranjeros como ocurre hasta el día de hoy. Pese a esto, la producción
agrícola de los naturales tuvo importancia en el mercado local del periodo virreinal
porque eran ellos quienes producían buena parte de los alimentos de la dieta básica
de la población novohispana como el maíz, el chile, el frijol, entre otros.
Otra actividad económica importante vinculada al mercado interno fue el
surgimiento de los obrajes. Éstos eran talleres manufactureros que tenían como
propósito procesar diversos productos del campo para generar objetos suntua-
rios como telas, muebles, azúcar, chocolate, tinturas, cueros, etc. Los obrajes ya
mostraban una división del trabajo y tenían una estructura que permitía una
producción más ágil que la de los talleres artesanales, sin embargo, funcionaron
bajo una estructura jurídica y comercial cerrada propia de los gremios y un pro-
teccionismo imperial que favoreció poco el desarrollo tecnológico y capitalista. Las
condiciones de trabajo de los obrajes eran muy duras, sobre todo en aquellos de
estancia permanente donde los empleados vivían ahí de por vida en condiciones
de absoluta miseria y explotación.
El comercio también fue una actividad de gran importancia en la economía
novohispana, sobre todo interna, dada la diversidad regional y cultural, pese a las
pésimas condiciones de las vías de comunicación que dificultaban el traslado de
bienes de manera rápida. La economía local fue la que proliferó más en las distintas
regiones del virreinato por obvias razones: la inmensa mayoría de los novohispanos
obtenía todo lo necesario del mercado local. Persistió el trueque y el autoconsumo,
aunque de vez en cuando las personas adquirían algún objeto de fuera.
No obstante, también existió el comercio regional y con el exterior. Los con-
sulados que se mencionaron arriba se encargaron de mantener cierto orden y
promover el comercio en diferentes regiones de la Nueva España y con la Metró-
poli. También se generó comercio con otras colonias, pero éste fue menor dada la
política proteccionista de la Corona que otorgó total prioridad a los comerciantes
españoles, en particular a los de la Casa de Contratación de Sevilla en detrimento de
los comerciantes americanos. Con las Reformas Borbónicas se impulsó y extendió
el comercio exterior, principalmente el de la minería.
3.4 La Iglesia durante el virreinato.
La Iglesia siempre tuvo un papel preponderante en la Nueva España, desde sus
orígenes hasta el momento que inició la guerra de independencia. Pese a ello, su
historia dentro de este territorio estuvo llena de cambios y de una intensa actividad
Historia de México Uno62
que no se puede reducir a un solo ámbito, como el de la evangelización.
Ciertamente, durante los primeros años del virreinato, el papel de la Iglesia
se concentró, sobre todo, a la actividad evangelizadora. Como señalamos arriba, la
conversión de los indios al catolicismo fue una pieza clave en el proceso de conquista
española, con todos y sus claroscuros. Por ejemplo, la Iglesia en el siglo XVI recibió
un impulso muy importante del humanismo renacentista que propició un interés
genuino por parte de los evangelizadores de estudiar a profundidad la cultura de
los indios a fin de obtener mejores resultados en la predicación cristiana. A ellos
les debemos muchos trabajos de rescate sobre saberes precolombinos de enorme
valor, de prácticas rituales y de cosmovisión, sin embargo, también destruyeron
gran cantidad de códices, objetos únicos costumbres de los pueblos conquistados,
de manera que es difícil advertir sólo un aspecto de la evangelización.
Las órdenes religiosas fueron las primeras que arribaron al territorio que
pronto sería la Nueva España. Los franciscanos llegaron en el año de 1523 para
iniciar la conquista espíritual del valle de México; ellos fundaron monasterios en
Tlatelolco, Texcoco, Tlaxcala, Cuernavaca, Toluca y otras regiones aledañas. Poco
después llegaron los dominicos para llevar a cabo la evangelización del sureste
(Oaxaca y Chiapas) y más tarde arribaron los agustinos quienes se dispersaron en
diferentes zonas del centro de lo que hoy es México. Los jesuitas pi-
saron tierras novohispanas años más tarde y se hicieron cargo, sobre
todo, de la educación y de la evangelización en el norte y noreste de
la Nueva España donde adquirieron un importante prestigio social
y económico.
Algunos de los más destacados evangelizadores y humanistas de
la época de la conquista fueron Bernardino de Sahagún, Jerónimo
de Mendieta, Bartolomé de las Casas, Vasco de Quiroga, Toribio de
Benavente, entre muchos otros.
La Iglesia novohispana se consolidó durante el siglo XVII y XVIII
y sus actividades cambiaron considerablemente si las comparamos
con las llevadas a cabo en los primeros años de conquista. Aunque
la actividad misionera siguió en la zonas más alejadas del centro de
la Nueva España, es decir, en el norte, en las regiones colonizadas
tomó un carácter más político y de prestigio social. Este fue el periodo
donde el clero secular, es decir, los obispos, arzobispos y clérigos
tomaron mayor participación en los asuntos políticos, tanto en las
grandes ciudades como en los pueblos. En tanto, el clero regular o
las órdenes religiosas continuaron con la fundación de conventos
y monasterios donde hombres y mujeres fueron aislados de la vida
material y se dedicaron a la contemplación y a la oración.
Es importante mencionar que la Iglesia durante los tres siglos
Etiqueta didáctica: Fray Bernardino de Saha-
gún elaboró en el Colegio de la Santa Cruz de
Santiago Tlatelolco la Historia de las cosas de la
Nueva España también conocida como Códice
Florentino. Esta obra fue escrita en náhuatl
y castellano a modo de un códice donde se
muestran imágenes y textos que explican una
diversidad de aspectos de la cultura mexica, su
historia, su forma de vida y cosmovisión. Se
basó en la observación directa y en los testimo-
nios de indios ancianos para elaborar su obra;
algunos expertos señalan que usó un método
que ahora denominaríamos etnográfico.
Historia de México Uno 63
de dominación colonial concentró grandes riquezas materiales a través de tierras,
minas, fincas, iglesias, objetos suntuarios de alto valor y las llamadas obras pías que
eran muy comunes en aquella época. Éstas eran hechas por gente rica que donaba
a la Iglesia parte de su fortuna a cambio de la promesa del descanso eterno en el
cielo. También estaban los juzgados de capellanías donde se cobraban limosnas y
el diezmo para la sustentación de la propia Iglesia.
Por otra parte, los colegios de jesuitas adquirieron gran prestigio por su saber
y por convertirse en los encargados de la educación de las élites novohispanas. Lo
mismo podemos decir de la Real y Pontificia Universidad de México, fundada
en 1551 a semejanza de la Universidad de Salamanca y donde se formaron buena
parte de los intelectuales novohispanos. En tanto, el clero secular adquirió gran
poder político y económico dentro de las ciudades por su capacidad de influir en el
pensamiento de los fieles, ya fueran de la corte virreinal o de estamentos inferiores.
3.5 La división territorial.
Durante las primeras décadas de la colonia se fundaron
ciudades y pueblos que dieron un aspecto diferente a la
distribución humana del antiguo territorio mesoameri-
cano. En los primeros años de la colonia se formaron una
serie de provincias que estuvieron bajo la jurisdicción de
la Nueva España, como Michoacán, Tlaxcala y Puebla.
Además, conforme fue avanzando la presencia española en
el territorio de Aridoamérica se crearon otros reinos que
tuvieron relativa autonomía del virreinato de Nueva España, éstos fueron el reino
de Nueva Galicia, Nuevo Santander, Nueva Vizcaya y Nuevo México.
Con las Reformas Borbónicas, Carlos IV a finales del siglo XVIII formó el sistema
de Intendencias con una nueva división territorial encabezada por intendentes que
tenían funciones políticas y militares pero dependían del virrey de la Nueva España.
Gran parte de la población novohispana fue rural y estuvo dispersa en el inmenso
territorio, aunque desarrollaron estilos de vida propios con una cultura mestiza
heterogénea. Sin embargo, en ciudades como la de México, Puebla, Antequera de
Oaxaca o Nueva Galicia (Guadalajara), se desarrolló una intensa vida comercial,
religiosa y cultural que se expresó de distintas maneras, en la arquitectura, la gas-
tronomía, las artes plásticas y las letras, sólo por mencionar algunos ámbitos. La
vida citadina era intensa principalmente porque fueron sitios donde se concentró
el poder político, religioso y económico, además de multitud de productos exóticos
y de importación que atravesaban el territorio de oeste a oriente y de norte a sur,
para instalarse en las casas de los señores principales o en las flotas que habrían de
partir de Veracruz hacia Sevilla.
La Real y Pontificia Universidad de México fue la
primera de América y se diseñó a semejanza de la
Universidad de Salamanca. Fue la cuna de los inte-
lectuales novohispanos y ofrecía diferentes títulos:
bachiller, licenciado y doctor. Las carreras que ofrecía
eran Derecho Civil y Eclesiástico, Medicina y Teología.
Historia de México Uno64
Actividades tema 3. Política, administración y economía en la Nueva España.
Actividad 1.
1. En parejas o tercias, investiguen en la biblioteca escolar sobre las funciones
y características principales de las instituciones políticas de la Nueva España. Re-
cuerden incluir las fichas bibliográficas de las fuentes consultadas con el nombre
completo del autor, el título de la obra, el lugar y año de publicación, la editorial,
así como la página.
2. En la red y de manera individual, busquen imágenes relacionadas con estas
instituciones. Copiénlas en un documento en Word con sus respectivos créditos
e imprímanlas para llevarlas al salón.
3. Elaboren un mapa mental con la información recabada y las imágenes impre-
sas. Los criterios para el mapa mental son: señalar ideas principales y secundarias,
uso de diferentes colores para identificar cada institución, colocar información
precisa para cada aspecto, señalar relaciones entre las diferentes instituciones e
incluir imágenes correspondientes al tema.
4. El profesor o profesora eligirá algunos mapas para exposición frente a grupo.
5. Con base en el trabajo y las exposiciones de los equipos realicen de manera
individual una reflexión de media cuartilla sobre “La herencia colonial en la política
actual mexicana”. Señala si existen semejanzas entre la administración pública
virreinal y la de hoy, qué vicios comparten y si se ha avanzado en algún aspecto.
Actividad 2.
1. De manera individual investiga sobre alguna actividad económica de la
Nueva España. Recuerda incluir la bibliografía de consulta.
2. En un sitio web acreditado académicamente, busca imágenes de la actividad
económica que investigaste. Elige una imagen. Verifica que la imagen corresponda
con la época y el contexto novohispano. Copiala en un documento en Word con
los créditos correspondientes.
3. Con base en la información recabada y en la imagen elegida, redacta un texto
de una cuartilla en primera persona, es decir, como si estuviéras en el contexto
de esa imagen. Trata de ponerte en los zapatos de los trabajadores de esa época.
Destaca las características de la actividad expresada en la imagen.
4. Comparte tu texto con otros compañeros y comenten en grupo sobre las
condiciones de trabajo durante la época virreinal.
Historia de México Uno 65
4. Sociedad, expresiones artísticas y vida cotidiana en la Nueva España.
La conformación de la sociedad novohispana fue un proceso de extrema
complejidad, debido a las condiciones de la conquista, la diversidad regional, la
disposición de los pueblos nativos y la capacidad de los propios conquistadores
de imponer sus formas de vida y pensamiento. La sociedad novohispana surgió
de manera gradual y heterogénea como queda de manifiesto en la diversidad de
restos arquitectónicos, crónicas, pinturas, canciones, costumbres e infinidad de
vestigios históricos. No obstante, es posible advertir algunos aspectos genéricos
sin que ello implique la diversidad en cada caso y región.
La sociedad colonial surgió de los distintos grupos humanos que se mezclaron
sanguínea y culturalmente. Los naturales que, en ningún momento debemos
incluirlos como un grupo homogéneo, aportaron de manera muy importante a la
sociedad novohispana, desde material genético hasta costumbres de muy diferente
índole. Por otro lado, los europeos, fundamentalmente españoles, también contri-
buyeron de manera importante al trastocar la vida de los pueblos originarios para
siempre, sin embargo, aunque intentó ser la cultura dominante y en numerosos
aspectos lo logró, lo cierto es que las expresiones de las culturas precolombinas
tampoco desaparecieron, más bien formaron una nueva expresión de existencia
humana que hoy comúnmente llamamos cultura mexicana.
Asimismo, debemos reconocer lo que numerosos historiadores han señalado
como la presencia de una tercera raíz, en referencia a los grupos humanos de origen
africano que llegaron a la Nueva España para reemplazar la mano de obra de los
indios en las plantaciones de caña y otros menesteres en los que se consideraba poco
hábiles a aquellos. Los negros también aportaron de muchas maneras, tanto en la
mezcla sanguínea como en la cultura a través de la comida, la música, la pintura
y vocabulario de uso común.
Pese a la mezcla de estos tres grupos humanos, la sociedad novohispana fue
estamental y segregaba de manera sistemática a la mayoría de la población que no
era peninsular o criolla, esta herencia subsiste hasta el día de hoy pero se expresa
sobre todo en la discriminación social -con sectores marginados- y racial -espe-
cialmente con los grupos indígenas-.
4.1 El mestizaje y la sociedad de castas.
La sociedad novohispana mantuvo algunas características que la distinguieron
desde su aparición, como las marcadas diferencias sociales que fueron definidas
a partir del origen racial y de la llamada ‘pureza de sangre’ que persiguió las con-
ciencias españolas hasta bien entrado el siglo XVIII. Aunque había un notable
Historia de México Uno66
desarrollo económico y una estabilidad política desde una perspectiva global, esto
no significó que el grueso de la población novohispana disfrutara de sus mieles. Por
el contrario, la tendencia a la acumulación de la riqueza y del poder en los sectores
de la sociedad más favorecidos, es decir, españoles y criollos, continuó hasta el fin
del periodo colonial. Asimismo, aunque hubo cambios trascendentales dentro de
los pueblos de indios, ello no significó que lograran mejores con-
diciones de vida en el contexto colonial. Por el contrario, muchos
de ellos se vieron disminuidos por la explotación, las epidemias
y la exclusión de multitud de actividades laborales que pudieron
mejorar su situación económica.
El mestizaje comenzó a darse desde tiempos muy tempranos
al surgimiento de la Nueva España, durante el mismo proceso de
conquista, como quedó expresado con Mallinalli o Malinche que
pronto se convirtió en concubina de Cortés. Pero el hecho de que
iniciara el mestizaje no mejoró las condiciones de vida de los primeros
mestizos que en un principio no tenían un estatus muy claro en la
nueva sociedad colonial. Con las diferentes mezclas surigieron las
famosas castas que no se hicieron claramente visibles sino hasta el
siglo XVIII cuando se implementaron las Reformas Borbónicas y se
quería tener una idea más precisa de cómo estaba conformada la
sociedad colonial, como si se tratara de una taxonomía social. Con
las castas se hizo más evidente la discriminación y segregación so-
cioeconómica como rasgo característico de la sociedad novohispana.
La sociedad estamental que surgió de la conquista, así como la
presencia de la Iglesia en multitud de manifestaciones de la vida
material y espiritual, definieron muchas de las prácticas cotidianas y
de la ideología de los novohispanos. Muchas de estas expresiones se
han denominado como la cultura barroca, donde la sociedad novo-
hispana encontró una posibilidad de expresión y de manifestación
cultural en un sentido profundo; como mecanismo de creación y elevación, pero
también de catarsis y oposición. Esto se hizo evidente sobre todo a través del arte,
en la arquitectura, la pintura, la música, e incluso la gastronomía.
4.2 El arte barroco novohispano.
Generalmente, cuando pensamos en el Barroco se nos vienen a la cabeza mul-
titud de imágenes religiosas, todas ellas cargadas de adornos que si bien logran
atraernos, al mismo tiempo nos hacen sentir un poco abrumados. Sin embargo, el
Barroco, al igual que el Renacimiento, puede entenderse desde distintas perspec-
tivas. Por un lado, podemos referirnos a éste como un movimiento artístico que
El mestizaje fue un proceso gradual y complejo que
dio origen a la diversidad de la sociedad mexicana. Éste
se dio a nivel sanguíneo y cultural, pese al desplome
demográfico de la población indígena después de la
conquista y las epidemias.
Historia de México Uno 67
se dio en el periodo de la Contrarreforma, principalmente durante el siglo XVII,
en Europa y algunas partes de América, en un intento por definir los modelos de
comportamiento, de política y de sociedad que reafirmaban el culto Católico o las
idiosincrasias protestantes, mediante el surgimiento de una plástica
y una retórica distintiva, exuberante, contrastante y grandilocuente.
Pero el Barroco novohispano puede entenderse en un sentido
amplio, es decir, más allá del movimiento artístico. El Barroco fue
una manera de concebir y pensar el mundo ligado a una honda
devoción religiosa, a un misticismo sobre la naturaleza y el hombre
y un marcado interés por lo insólito, lo exótico y lo sobrenatural.
En la cultura barroca la preeminencia de las emociones y la vivencia
sobre la razón pragmática se convirtieron en los ejes rectores de
la interacción social. Aunque este movimiento surgió en Europa,
encontró tierra fértil en las colonias americanas, especialmente en
los virreinatos del Perú y de la Nueva España, donde congeniaron
con el sentir de esas sociedades trasatlánticas.
Como dijo el historiador Antonio Rubial “la era barroca en México (sobre
todo desde la segunda mitad del siglo XVII) fue la primera que tuvo la necesidad
de representar su entorno social plásticamente; hay un interés por dejar constancia
de costumbres y espacios”. Dicho en otras palabras, esto significó que la sociedad
novohispana encontró en el Barroco una posibilidad de expresión y de manifesta-
ción cultural en un sentido profundo; como mecanismo de creación y elevación,
pero también de catarsis y oposición.
El uso de los colores, la predilección por ciertos temas religiosos o
morales, la definición de las formas y los entornos etéreos, así como el
uso de alegorías para transmitir mensajes sobre religión, vida y muerte,
muestran una manera particular de percibir el mundo. En especial, la
tendencia tenebrista que significó el uso de claroscuros para generar
atmósferas y emociones en el espectador, así como el desarrollo del
estilo churrigueresco o recargado en la arquitectura, en los retablos
escultóricos y en las artes decorativas, expresaron la ostentación de sus
gobernantes y el trabajo interminable de los sometidos, ahora nueva-
mente sensibilizados a las prácticas religiosas e imperiales.
El arte barroco novohispano también expresó la comunión entre
lo artificial y lo real, lo esotérico y lo verídico, lo religioso y lo profano,
aspectos inseparables de la sociedad novohispana donde convivieron
uno a uno de forma natural y paradójica. Pintores como Cristóbal de
Villalpando (1649-1714), Juan Correa (activo desde 1676-1716) y Miguel Cabrera
(1695-1768); escritores como Sor Juana Inés de la Cruz, Juan Ruíz de Alarcón y
Carlos de Sigüenza y Góngora; músicos como Manuel de Sumaya, José de Torres,
No toda la pintura barroca se enfocó a temas religio-
sos, también se plasmaron escenas de la vida cotidiana,
cómo está vista de la Plaza Mayor, hoy el Zócalo de la
Ciudad de México de Cristóbal de Villalpando. Aquí
se muestra una vida llena de actividad y colorido. Los
espacios públicos en la época colonial fueron muy
importantes porque ahí se generaban buena parte
de la interacción social entre los diferentes grupos.
Etiqueta didáctica. La lactación de Santo Do-
mingo de Cristóbal de Villalpando se pintó a
mediados del siglo XVII y forma parte de las
obras maestras del barroco novohispano. En la
pintura resaltan los colores intensos, particular-
mente el rojo. Asimismo, las expresiones de los
protagonistas pretenden generar empatía con
el espectador y la manera en que se plasma la
naturaleza evoca el misticismo del plan divino.
Historia de México Uno68
entre muchos otros, son testimonios de esa vibrante cosmovisión que en parte se
ha ido y en parte continúa en el actuar mexicano.
4.3 El pensamiento científico novohispano.
Frecuentemente, se considera al periodo colonial como un momento de os-
curidad para el desarrollo de la ciencia y la tecnología. Si bien se reconoce el
periodo de la conquista como un momento de intensa producción libresca
sobre cuestiones de la naturaleza americana y de los pueblos nativos, el resto
del periodo colonial es señalado como sinónimo de atraso científico. Esta
idea hay que tomarla de manera parcial.
Ciertamente, la estrecha relación que tuvo la Iglesia con el imperio
español y la política proteccionista y ensimismada de los españoles generó
un aislamiento ideológico y técnico en todas las colonias de ultramar. Por
ejemplo, la influencia del Tribunal del Santo Oficio en el control de los
textos impresos que ingresaban a la Nueva España fue notable a través del
famoso Index de libros prohibidos. Pero incluso con ello el pensamiento
científico y tecnológico floreció en ciertos ámbitos del saber.
Numerosos eruditos novohispanos como Sor Juana Inés de la Cruz,
Carlos de Sigüenza y Góngora, Juan José Eguiara y Eguren y José Antonio
Álzate y Ramírez tuvieron magníficas bibliotecas que contenían libros de ciencia
moderna con autores como Galileo, Kepler, Copernico, Paracelso y más tarde
Newton; ya fuera que los tuvieran en los textos originales o en libros comentarios
hechos por eruditos católicos, principalmente de jesuitas, pero nunca faltaron
en sus acervos bibliográficos. Asimismo, los gran cantidad de colegios religiosos
tenían bibliotecas vastas con autores clásicos y modernos y había un inusual co-
mercio de libros en las grandes ciudades, muchos de los cuales eran prohibidos
pero con portadas diferentes para engañar a los censores de la Santa Inquisición.
Un rasgo particular de la ciencia novohispana fue su sentido práctico. Es de
resaltar que la ciencia y la tecnología durante este periodo fueron actividades
directamente ligadas a la administración imperial, al reconocimiento del terri-
torio y al control y gestión del mismo. De ahí que no surgieran grandes teorías,
pero sí un conocimiento práctico anclado a un pensamiento moderno y científico.
Desde la época de la conquista y la colonización proliferó una enorme cantidad
de libros sobre la naturaleza americana, herbolaria, cartografía, minería, náutica,
agricultura, arquitectura así como los afamados libros de secretos que muestran
un interés por el saber. La literatura de secretos fue muy popular en el siglo XVI
y XVII tanto en Nueva España como en Europa y se trataban de libros donde se
exponían recetas prácticas, antiguamente resguardadas por los gremios artesanales,
para elaborar infinidad de productos que iban desde jabones y perfumes hasta la
Etiqueta didáctica: Sor Juana Inés de la Cruz fue
una erudita muy prominente del pensamiento
barroco; es la mayor figura de las letras hispa-
noamericanas del siglo XVII. Se le reconoce no
solo por su talento en la poesía, sino también
en la filosofía, las ciencias y hasta en la música.
Algunas de sus obras más importantes son Cartas
a Sor Filotea de la Cruz, Respuesta a Sor Filotea,
Carta Athenagórica y Primero Sueño, además
de sus poemarios. Murió durante una epidemia
que azotó la Ciudad de México en 1695.
Etiqueta didáctica: Carlos de Sigüenza y Gón-
gora (1645-1700) fue un erudito novohispano
que incursionó en temas complejos y selectos
para la época como la cosmografía y la filosofía
natural. Tuvo una biblioteca prodigiosa y fue
defensor de las ideas del humanismo renacen-
tista. Fue expulsado de la Compañía de Jesús,
pero continuó con sus estudios de manera in-
dependiente. Mantuvo una amistad con Sor
Juana Inés de la Cruz.
Historia de México Uno 69
anhelada tras mutación metálica. Estos libros generaron un sentido pragmático
de la naturaleza así como puso en evidencia la importancia de la experimentación
en la generación del saber, característica esencial de la ciencia moderna.
Otro ejemplo del sentido práctico de la ciencia novohispana quedó de ma-
nifiesto con la medicina que se enriqueció de forma sustancial con la terapéutica
prehispánica. Desde la época de la conquista se generaron obras de gran renombre
como el Códice Cruz-Badiano redactado en el Colegio de Santiago Tlatelolco por
los médicos indígenas Martín de la Cruz y Juan Badiano y publicado en 1552. A
este tratado erudito siguieron infinidad de libros sobre medicina tradicional y
medicina mestiza que combinaba la terapéutica europea con la americana como
el libro Primera parte de los problemas y secretos maravillosos de las Indias del
doctor Juan de Cárdenas de 1591.
Por otra parte, el conocimiento minero tuvo un desarrollo muy notable
mediante la creación del método de patio que describimos arriba y la innovación
constante en las técnicas de purificación como quedó expresado en la multitud
de libros sobre minería desde el siglo XVI hasta el XVIII. Aquí, debemos incluir
un tratado, escasamente estudiado y escrito por un jesuita, Xavier Alexo de Orrio,
donde se propone una nueva ciencia de los metales, la Metalogía, misma que le da
nombre a su extenso tratado escrito entre 1755 y 1757. Pero además, no debemos
olvidar la tecnología que se inventó en la Nueva España para desaguar las minas y
llevar metales a la superficie (malacates). Los manuales prácticos sobre máquinas
también fueron populares en ciertas regiones novohispanas.
En otros terrenos menos prácticos y de mayor especulación o abstracción de-
bemos señalar los textos matemáticos y astronómicos de Fray Diego Rodríguez del
siglo XVII. También de ese siglo se encuentra el extenso poema de Sor Juana Primero
Sueño donde expone una compleja teoría cosmológica y la Libra astronómica de
Carlos de Sigüenza y Góngora donde explica con argumentos científicos el origen
y la trayectoria de los cometas y de los cuerpos celestes. Todos ellos generaron una
profunda reflexión sobre la naturaleza de corte hermético, es decir, vincularon el
pensamiento racionalista con la profunda devoción religiosa a fin de entender el
desarrollo del plan divino en términos científicos.
Durante el siglo XVIII, con el influjo de las ideas ilustradas y más tarde con las
Reformas Borbónicas, se desplegó una importante renovación intelectual donde
destacaron nombres como José Eguiara y Eguren quien escribió la Enciclopedia
Mexicana, el jesuita Francisco Javier Clavijero quien escribió desde el exilio en Italia
su Historia Antigua de México, José Ignacio Bartolache quien publicó su diario
científico Mercurio Volante y el más prolífico de todos, José Antonio Alzate quien
publicó numerosas revistas científicas como el Diario Literario de México, Asuntos
varios sobre ciencias y artes y Gaceta Literaria de México. Este erudito elaboró un
mapa actualizado de la Nueva España, diseñó diversas máquinas para la minería,
Etiqueta didáctica: José Antonio Alzate y Ra-
mírez, fue uno de los científicos más proliferos
de la Nueva España durante el siglo XVIII. Su
trabajo abarcó infinidad de campos del cono-
cimiento, desde la botánica hasta la cartografía.
Se interesó mucho en estudiar las artes útiles,
principalmente de los pueblos indígenas. Su
legado bibliográfico es notable con sus publi-
caciones científicas periódicas que él mismo
mantuvo durante toda su vida.
Imagen del Códice Cruz-Badiano del siglo XVI, la
principal obra de herbolaria mexicana en el siglo
XVI que recuperó parte de la tradición de la medi-
cina mexica.
Historia de México Uno70
discutió la nomenclatura propuesta por Linneo, estudió el uso de las aguas termales
en la medicina, desarrolló cartas astronómicas y llevó a cabo investigaciones sobre
artes útiles como la de la grana cochinilla y el pulque.
En 1767, la Corona española, bajo la dinastía de los borbones y en pleno periodo
de reforma imperial, anuncia la expulsión de los jesuitas, por su lealtad primordial
al Papa y su excesivo poder político y económico, considerados una amenaza a la
autoridad de la Corona en su pretensión modernizante y centralizadora. Con ello,
la élite intelectual novohispana sufrió un duro revés, pues los jesuitas aportaban
gran parte del conocimiento erudito de la colonia y se hacían cargo de la enseñanza
de las nuevas generaciones; en el norte del territorio fungían como una importante
fuerza económica.
No obstante, al finalizar el siglo XVIII la ola de renovación culminó con la
creación del Real Seminario de Minería fundado en la Ciudad de México en 1792.
Este proyecto fue impulsado por el l rey Carlos IV y Frausto de Elhúyar, renombra-
do metalurgista y tenía como propósito renovar la minería novohisapana a través
de conocimiento moderno, no solo en materia minera sino en el campo del saber
enciclopédico. Ahí impartieron cátedra Andrés Manuel del Río y Alejandro von
Humboldt. El edificio donde se albergó el Seminario fue de gran talla para la época
y cuyo diseño estuvo a cargo del reconocido arquitecto español Manuel Tolsá.
4.4 La música en la Nueva España
Al llegar las primeras órdenes mendicantes a
la Nueva España, inmediatamente sus conventos
fueron usados como grandes escuelas para la evan-
gelización de la población indígena; al principio
sólo los jóvenes acudían a ellas y era aquí donde
aprendían distintas artes y oficios que posterior-
mente enseñarían a su demás gente logrando una
rápida asimilación de la cultura europea. La educa-
ción fue principalmente dirigida a niños y jóvenes
debido a que los frailes pensaban que quizá podrían
aceptar más fácilmente las creencias y costumbres
de la nueva religión, debido a que aún no habían
recibido instrucción alguna.
Justamente es en el proceso de enseñanza dentro de estas instituciones en
donde la música realizó un papel realmente importante en el Nuevo Mundo,
pues como los misioneros no hallaban la manera de convencer a los naturales de
que acudieran a las ceremonias religiosas, optaron por la implementación de la
música; Motolinía describe este hecho de la siguiente manera:
Etiqueta didáctica: A lo largo del siglo XVIII
los instrumentos musicales de cuerda pulsa-
da y frotada fueron profusamente difundidos
a lo largo de todo el territorio novohispano.
Una de las razones que explican la rapidez con
que los cordófonos de arco fueron asimilados
por la población indígena de la Nueva Espa-
ña puede plantearse desde la perspectiva en
que dichos instrumentos fueron una poderosa
fuente de nuevos medios de expresión musical
que llenaron una serie de exigencias estéticas
hasta entonces desconocidas de varias etnias
lo que les permitió acoplarse naturalmente al
instrumental autóctono. Evguenia, Roubina ,
Los instrumentos de arco en la Nueva España.
México, CONACULTA-FONCA, Ortega y Ortíz
Editores, 1999, pp. 22-23. Pintura de José de Páez
(activo mediados del siglo XVIII): 4. De mestizo
e india, coyota. Serie Castas Novohispanas, siglo
XVIII. Óleo sobre lámina, 50.2 x 63.8
Historia de México Uno 71
Los religiosos buscaron mil modos y maneras para atraer a los indios en conoci-
miento de un solo Dios verdadero, y para apartarlos del error de los ídolos diéronles
muchas maneras de doctrina. Al principio, para les dar sabor enseñárosles el Per
Signum crucis, el Pater Noster, Ave María, Credo, Salve, todo cantado de un tono
muy llano y gracioso. Sacáronles en su propia lengua de Anahuac los mandamientos
en metros y los artículos de la fe, y aún hoy [1540]- agrega Motolinía-, los cantan
en muchas partes de la Nueva España. (Motolinía en Turrent 1993:120-121).
Además de implementar el canto como base de la enseñanza de la nueva reli-
gión, los frailes decidieron hacerse acompañar de verdaderas orquestas con “flautas,
clarines, cornetines, trompetas, jabelas o flautas moriscas, chirimías, dulzainas,
sacabuches, rabeles, vihuelas de arco y atabales”. (Ricard 1947 en Turrent 1993:130)
Como consecuencia de esta nueva implementación, esto hizo que los indígenas
se acercaran rápidamente a los templos y:
Fue tanta la prisa que se dieron por deprender la doctrina y los nuevos cantos
y como la gente era mucha, estabánse a montoncillos, así en los patios de las igle-
sias y ermitas como por sus barrios, tres y cuatro horas cantando y aprendiendo
oraciones, y era tanta la prisa que por doquiera que fuesen de día o de noche, por
todas partes se oía cantar y decir toda la doctrina cristiana, de lo cual los españoles
se maravillaban mucho de ver el fervor con que le decían, y la gana con que lo de-
prendían y la prisa que se deban a lo deprender. Y no solo deprendieron aquellas
oraciones, sino otras muchas que saben y enseñan a otros con la doctrina cristiana
en esto y en otras cosas ayudan mucho. (Ibid 1993:121)
Fue hasta ese momento cuando los frailes se percataron de la gran maestría
que los indígenas poseían en la música, ya que tan sólo fue cuestión de unos pocos
años para que proliferaran músicos y obras de gran envergadura.
Una vez impuestos los nuevos modelos de cultura europea y la concepción de
una música a partir del sistema temperado occidental, los instrumentos de cuerda
de aquella época, tales como arpas, cítaras, vihuelas y rabeles fueron introduciéndose
y compenetrándose con la cultura musical naciente en la Nueva España. Algunos
de estos instrumentos conservan aún su forma original, fieles a los antiguos tipos,
mientras que otros irían evolucionando, transformándose a lo largo de cinco siglos
hacia las variantes regionales y específicas que actualmente conocemos en muchas
de las regiones del país.
Hacia 1596 era tanta la importancia en la producción de instrumentos musi-
cales que fray Gerónimo de Mendieta hace mención de esta creciente producción:
Una cosa puedo afirmar con verdad, que en todos los reinos de la cristiandad
[fuera de las indias], no hay tanta copia de flautas, chirimías, sacabuches, orlos
trompetas y atabales […]. Los demás instrumentos que sirven para solaz y regocijo
de las personas seglares […] los indios los hacen todos y los tañen: rabeles, guitarras,
cítaras, vihuelas, arpas y monocordios. (Mendieta, Jerónimo en Turrent 1993:149-150)
Historia de México Uno72
Muchos de los instrumentos musicales empleados en la música huasteca
mantienen una relación cercana con los instrumentos utilizados en la Europa
medieval y renacentista, como ya lo he venido mencionando a lo largo del texto.
La música en la Nueva España tuvo un papel fundamental en la evangelización
de la población indígena, pues a través de ella, los frailes se pudieron acercar a
esta población y comenzar a establecer vínculos identitarios que posteriormente
distinguiría a la sociedad novohispana.
Actividad 4. Los movimientos sociales de oposición y resisten-cia al sistema colonial.
Actividad 1.
1.- En parejas busca en línea cuáles edificaciones que se encuentran en la
Ciudad de México representan el barroco novohispano. Selecciona por lo menos
unas diez imágenes y descárgalas en formato jpeg,
2.- Una vez que tengan las diez imágenes, elaboren un mapa conceptual en
donde puedas exponer en máximo dos líneas alguna característica de esa edificaación.
3.- Elaboren una breve reflexión acerca del desarrollo artístico y cultural en
la Nueva España.
Actividad 2
1.- En forma individual realiza la lectura “Un paseo por la música y el baile
popular en la Nueva España” de …, la cual se encuentra en https://revistacanica.
wordpress.com/2014/10/20/un-paseo-por-la-musica-y-el-baile-popular-de-la-
nueva-espana/.
2.- Realiza una breve reseña de la lectura y enlista cuáles eran los bailes pro-
hibidos en la Nueva España.
3.- Contesta las siguientes preguntas: ¿Por qué había ciertas danzas y movi-
mientos que se prohibían en la Nueva España?, ¿Estas danzas tenían sólo un origen
español o de dónde más provenían dichas manifestaciones populares?, ¿En qué
archivo se encuentran los pocos vestigios de dichas danzas?
Epílogo
Durante los siglos XV y XVI es posible apreciar cómo se expandieron las rutas de
comercio gracias a las exploraciones portuguesas y españolas al nuevo continente.
Dichas exploraciones generaron una etapa histórica nueva a escala mundial que
Historia de México Uno 73
contribuyó al crecimiento del capitalismo en el mundo y a una relación de dominio
sobre el territorio americano. El establecimiento de colonias en los territorios recién
conquistados ayudó a que por primera vez se tuviera contacto estrecho entre las
diferentes culturas de estos territorios y en el caso de los virreinatos como Nueva
España, Río de la Plata, Nueva Granada y Perú se dieron procesos de mestizaje y
aculturación que dieron origen a nuevas sociedades con sus propios elementos
identitarios.
El proceso de conquista y posteriormente los subsiguientes tres siglos de
dominación española sobre el territorio que hoy denominamos como México, es
posible apreciar toda una serie de cambios profundos que se llevaron a cabo desde el
ámbito político, económico, social y cultural y que culminaron con el surgimiento
de la sociedad novohispana. A lo largo de estos tres siglos es posible apreciar la
reestructuración social que sufrió el mundo prehispánico al entrar en contacto
con la cultura occidental y de esta manera entender muchos de los elementos que
hoy persisten en el constructo social de la identidad mexicana.
Por otra parte, es importante señalar el florecimiento de una cultura singular,
con características propias que se manifestó por primera vez en el siglo XVII y se
conoce como periodo barroco. Durante este siglo se expresó un régimen virreinal
más maduro que en el siglo anterior y dio origen a movimientos artísticos de
gran relevancia en la pintura, la música, la literatura, e incluso la ciencia. Todas
estas expresiones mostraron el surgimiento de una cultura mestiza, aunque muy
heterogénea y diversa que hoy reconocemos como cultura mexicana.
Historia de México Uno74
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Bibliografia:
Historia de México Uno 75
Uni
dad
3. El proceso de Independencia y los distintos proyectos de conforma-ción del Estado nacional 1760-1867
Prólogo
En 1535 llega a la Nueva España, nombrado por el Rey y el Consejo de Indias,
el primer virrey, Antonio de Mendoza. A él le sucederían un número importante
de gobernantes que, alejados miles de kilómetros de la Metrópolis, gobernaban
con cierta autonomía. Gobernar un territorio tan grande y tan heterogéneo en su
composición social debió ser una tarea sumamente complicada. Las epidemias que
diezmaban a la población indígena o los movimientos de resistencia a la institución
virreinal debieron dificultar mucho la responsabilidad de los virreyes. Tres siglos
duró el periodo virreinal, tiempo en el cual ocurrieron muchísimas transforma-
ciones dentro de la sociedad indígena, los hechos ocurridos durante la caída de la
ciudad de Tenochtitlan debieron aún ser acontecimientos difíciles de superar para
los naturales. La sociedad novohispana era un abanico de sociedades, con enormes
diferencias, pero también similitudes que convivían principalmente en el centro
del territorio. Una sociedad que sería testigo de transformaciones importantes
dentro de la política con la llegada de un nuevo linaje de monarcas al trono de
España, la familia Borbón.
Historia de México Uno76
1. Las reformas borbónicas del siglo XVIII y el fin del Virreinato de la Nueva España
1.1 La Monarquía Hispánica durante el siglo XVIII
La muerte del rey Carlos II, llamado “El Hechizado”, en noviembre de 1700,
ocasionó un conflicto de sucesión en la Monarquía Hispánica por no haber teni-
do descendientes. Este hecho representó el fin de un largo linaje de gobernantes
españoles que había reinado desde los primeros años del siglo XVI: la Casa de
Austria o de los Habsburgo. Ante tal circunstancia, la sucesión se dio en favor de
otra casa gobernante de origen francés: la de los Borbón; cuya visión del gobierno
monárquico y de un imperio trasatlántico cambió definitivamente las relaciones
de España con Europa y con sus dominios en el continente americano.
Carlos II fue sucedido por Felipe V de España, su sobrino nieto francés, si-
tuación incrementó las tensiones con Luis XIV de Francia, abuelo de Felipe, pues
ambas monarquías habían estado en guerra durante las décadas anteriores por el
control político y económico de los Países Bajos y por la expansión de los dominios
franceses tanto en Europa como en el continente americano. Desde la década de
1680 el poder político del absolutismo francés se había hecho patente y comenzó
a ser imitado por otros gobernantes europeos.
El último siglo del dominio español estuvo marcado por
una serie de reformas administrativas, económicas y políticas en
el imperio español, producto del cambio de mentalidad de una
casa gobernante hacia otra. El cambio del pensamiento barroco al
ilustrado en todos los ámbitos de la monarquía se conoce como
reformas borbónicas.
Las ideas y valores de este proceso de reformas estuvieron basadas
en la idea de que la razón debía dominar y erradicar la ignorancia,
a su vez mantenida y fomentada por el pensamiento tradicional
religioso. El conocimiento del mundo debía hacerse por medio de
la ciencia y la técnica, y no por la fe; ese era el fundamento central
del pensamiento ilustrado.
Se cree que la decisión tomada por el propio Carlos II a favor de
Felipe V poco antes de morir tenía el objetivo de que ni Luis XIV de
Francia—el Rey Sol— ni el sucesor del Sacro Imperio Romano Germá-
nico, Leopoldo I, dividieran el imperio español al llegar al trono; por
lo cual, había elegido a un sucesor que garantizara la conservación de
sus dominios: Nápoles, Sicilia, Milán, algunas zonas en Países Bajos y
los reinos americanos y asiáticos. Además, el próximo monarca debía
ser independiente de las dos potencias europeas, por lo que al aceptar
la corona española, su sucesor renunció a la francesa.
ETIQUETA DIDÁCTIA 1: Retrato de Felipe V
de España de Jean Ranc. 1723. WikiCommons.
Historia de México Uno 77
Así, el 16 de noviembre de 1700 Felipe de Anjou o Felipe V —también conocido
como “El Animoso”— aceptó el trono con el aval del rey francés, condicionándolo
al mismo tiempo a ser su aliado frente al Sacro Imperio e Inglaterra, pero la in-
fluencia francesa en la corona española, por medio de la fuerte presencia de Luis
XIV, orientaría las políticas en la metrópolis y en los reinos de ultramar a lo largo
de su reinado, hasta julio de 1746. Etiqueta Didáctica 1
Unos meses después de su coronación inició un conflicto en
España conocido como la Guerra de Sucesión, en el que los reinos
de Castilla y Navarra respaldaron la sucesión borbónica, mientras
que Aragón apoyaba al Archiduque Carlos (un Habsburgo), el
candidato austriaco que recibiría la corona del Sacro Imperio
Romano en 1711. El conflicto se prolongó por tres lustros hasta
la firma del Tratado de Utrecht en 1713, en el que la Monarquía
Hispánica perdió sus posesiones en Europa conservando sólo
las ibéricas y las de ultramar, a cambio de la paz con el Imperio,
Inglaterra y Holanda, su aliada.
Por su parte, lo que caracterizó al primer rey Borbón de Es-
paña fue la unificación territorial y política de sus dominios en
una monarquía centralizada, como sucedía en Francia. Debido al
contexto bélico europeo, los reinos peninsulares se convirtieron
en Capitanías Generales. Y, en el caso de los territorios en América, esta
centralización también tuvo el objetivo de limitar y disminuir el poder de
la aristocracia en esas tierras y debilitar el control territorial de la Compañía
de Jesús; principalmente en el norte del territorio novohispano, donde
se extraía gran cantidad de plata. Además, el puerto de Sevilla dejó de
tener comercio con América, tradición que había perdurado durante los
siglos anteriores, y las principales instituciones de vinculación política
y económica con Indias (Consejo y Casa de Contratación) se trasladaron
al puerto de Cádiz. Etiqueta didáctica 2
El reinado de Felipe V se vio interrumpido temporalmente por la
abdicación a favor de su hijo, Luis I, en 1724; no obstante, éste falleció tan
sólo ocho meses después a causa de viruela, por lo que su padre ocupó
el trono nuevamente y por veintidós años más. Sin tomar en cuenta el
periodo de interrupción, es posible definir al reinado de Fernando V
como el más prolongado de la historia de España. El primer rey borbón
murió a mediados de 1746 y fue sucedido por su hijo Fernando VI, quien
gobernó hasta 1759. Etiqueta didáctica 3
Durante la primera mitad del siglo XVIII y el reinado de Fernando
VI las reformas borbónicas no fueron profundas y los cambios no se per-
cibieron entre la población; sin embargo, entre 1760 y 1808 las transformaciones
ETIQUETA DIDÁCTICA 2: Fronteras de Europa
después de los Tratados de Utrecht, Rastatt y
Baden. 1714.
ETIQUETA DIDÁCTICA 3: Retrato de Fernando
VI por Louis-Michel van Loo, Museo del Prado,
ca. 1746, WikiCommons.
Historia de México Uno78
promovidas por los reyes Carlos III y Carlos IV estuvieron orientadas al
aumento de la riqueza monárquica. Estos profundos cambios se dieron
en los ámbitos económico y político, principalmente; pero también
tuvieron un impacto importante en la sociedad y cultura del imperio
español.
Carlos III fue nombrado Rey de España en 1759 e inició su reinado
en un contexto de conflictos con Inglaterra sobre el dominio de distintos
territorios como La Habana, La Florida en América; y las Islas Filipinas,
en el océano Pacífico. Su reinado es considerado como el más ilustrado
de España, y también como el más absolutista, pues emprendió la ma-
yor parte de las reformas, cuyas repercusiones en sus dominios fueron
profundas y trascendentales. Etiqueta didáctica 4
La guerra anglo-española (1761-1763) obligó a la Monarquía His-
pánica a reorganizar su administración y a fortalecer su defensa frente
a Inglaterra que se había convertido en un verdadero imperio aunque
en bancarrota. La armada española defendió sus dominios en una serie
de conflictos por el control del comercio de esclavos africanos, las rutas
marítimas trasatlánticas y el control del Mar Caribe. Unas décadas más tarde su-
cedió la Independencia de las Trece Colonias Inglesas y el surgimiento
de Estados Unidos de América.
Una de las medidas más drásticas de Carlos III fue la expulsión de
la Compañía de Jesús de todos los dominios de la Monarquía en 1767.
Se trató de una acción que buscaba fortalecer el dominio de la Corona
sobre la Iglesia católica y sobre la enseñanza, pero también buscó obte-
ner mayores ingresos decomisando los bienes de los jesuitas. Con esta
acción logró eliminar la influencia política de los frailes jesuitas hacia
la población de algunos lugares claves como el Virreinato de la Nueva
España. El rey murió en 1788, en un contexto en el que España comen-
zaba a mostrar unificación política estatal y su capital, Madrid —al igual
que varias de las ciudades más importantes de los dominios reales—,
había sido modernizada con los más altos estándares urbanísticos e
higienistas de la época.
Su hijo, Carlos IV le sucedió en el trono poco antes del estallido
de la Revolución Francesa. El nuevo contexto de movimientos sociales
burgueses contra las monarquías en Europa occidental marcó el nuevo
reinado, obligándolo a ser más moderado. Aunado a lo anterior, la Mo-
narquía Hispánica se resquebrajaba en medio de una crisis económica y
administrativa, pero el Rey pareció ser un hombre con poco carácter para
el cargo que ostentaba. De esta manera, la Monarquía optó por medidas conserva-
doras en la administración del imperio, represivas sobre la propagación de ideas
ETIQUETA DIDÁCTICA 4: Retrato de Carlos III
hacia 1765 por Anton Raphael Mengs, Museo
del Prado, WikiCommons.
ETIQUETA DIDÁCTICA 5: Retrato de Carlos
IV, por Francisco de Goya (c. 1789), Museo del
Prado, WikiCommons.
Historia de México Uno 79
ilustradas y todo tipo de movimientos revolucionarios inspirados
en la experiencia francesa, y aislantes en la medida que se reforzó la
frontera con Francia. Etiqueta didáctica 5
España se mantuvo sólida en su respaldo al rey francés Luis XVI
hasta el momento en que fue guillotinado y posteriormente movilizó
numerosas tropas para combatir a la República Francesa, guerra en
la que el ejército español resultó derrotado y en la firma de la paz
cedió al gobierno republicano la isla de La Española, hoy Haití y Re-
pública Dominicana. Después de la derrota de la República Francesa
y el ascenso al poder de Napoleón Bonaparte, en 1799; durante los
primeros años del siglo XIX España se vio forzada por el emperador
francés para respaldarlo en la guerra contra Inglaterra y su aliada,
Portugal. La presencia militar y la presión política francesas para
que España continuara participando en la guerra llegó a tal punto
que la Hacienda Real se encontraba en un completo desastre. Ante
la inminente ocupación francesa y la incapacidad de actuar por parte
de Carlos IV, en marzo de 1808 abdicó al trono en favor de su hijo
Fernando VII. Etiqueta didáctica 6
A los pocos meses, en medio de una crisis política sin precedentes en España,
Fernando VII, presionado por Napoleón, abdicó en favor de que su padre ocupase
el trono nuevamente. Sin embargo, éste había cedido sus derechos reales en favor
del hermano del emperador francés, José Bonaparte. Estos hechos son conocidos
como las Abdicaciones de Bayona.
Entre 1808 y 1810 en todos los dominios hispánicos, las Juntas representativas
debatieron sobre la legitimidad del rey francés, sobre el origen del poder para el
gobierno de las naciones y sobre la representatividad de los reinos ultramarinos
en la metrópoli. Las ideas de la Ilustración y los primeros ensayos del liberalismo
tuvieron lugar en la primera década del siglo XIX, una nueva época comenzó y no
había vuelta atrás; España como imperio no volvería a su situación previa jamás.
Actividades
Actividad 1. Retratos reales: Contrastar los retratos oficiales de los monarcas hispánicos durante el siglo XVIII y los primeros años de siglo XIX, y responde las siguientes preguntas en tu cuaderno: 1)¿Qué elementos comunes encuentras? 2)¿Qué diferencias y cambios notas a lo largo del tiempo? 3)¿Qué colores predominan en las pin-turas y por qué crees que fueron elegidos para retratar a los reyes españoles? Comenta tus respuestas en plenaria con el resto de tus compañeros y compañeras.
ETIQUETA DIDÁCTICA 6: Fernando VII, Vi-
cente López y Portaña (ca.1814-1815). Museo
del Prado, Madrid.
Historia de México Uno80
1.2 El Virreinato de la Nueva España durante el siglo XVIII
La sociedad novohispana estuvo organizada en corporaciones religiosas y
civiles durante el dominio hispánico. Estas corporaciones fueron el sustento orga-
nizativo de la sociedad hispánica y virreinal, que consistía en una compleja red de
agrupaciones con estatutos jurídicos definidos que les daban mayores o menores
facultades de acción. Algunos de dichos cuerpos eran
cofradías, ayuntamientos, órdenes religiosas, colegios,
mineros, comerciantes, cuerpos militares, tribunales,
gremios de médicos, artesanos, pintores, abogados,
notarios; y un largo etcétera. Cada uno de ellos tenía
sus propias formas de organización y gobierno, así
como sus privilegios y derechos otorgados por el
Rey, los cuales variaban con base en sus funciones y
posición dentro de la jerarquía social y política de la
Monarquía Hispánica.
En contraste con la sociedad actual —en la que la
igualdad ante la ley, el acceso a derechos y el individuo
son lo más importante—, durante la época virreinal
importaban las diferencias y las colectividades. Esto
permitió que cada grupo o comunidad tuviera una
función específica y que entre ellos existiera una
articulación armónica como si se tratase de un cuerpo humano en el que dichos
grupos eran las extremidades y el virrey, representante del rey español, era la cabeza.
La población casi se duplicó en la segunda mitad del siglo XVIII y la primera
mitad del XIX, paradójicamente a la parte de un buen número de epidemias y
hambrunas. De 1742 a 1810, los habitantes de la Nueva España pasaron de 3.3 a 6.1
millones. La mayoría de esta población era india y vivía en zonas rurales, aunque
durante esta época se incrementó el número de villas y núcleos urbanos, y algunas
ciudades crecieron también. Etiqueta didáctica 7
Las medidas modernizadoras implementadas por la Monarquía Hispánica
en la segunda mitad del siglo XVIII desarticularon gradualmente las estructuras
construidas durante los dos siglos anteriores y debilitaron su funcionamiento
con el perjuicio hacia el importante viejo grupo de comerciantes de la capital en
beneficio de los de las provincias; ello tensó las relaciones entre las élites novohis-
panas y el gobierno virreinal, lo que se tradujo en prolongados conflictos entre
los grupos de poder.
Éstas élites españolas formaban parte de la burocracia, el clero y la administra-
ción de recursos económicos, lo que incrementó la fortuna de un grupo de familias
ETIQUETA DIDÁCTICA 7: “Epidemias y ham-
brunas en el Centro de México, 1707-1813”,
en Florescano, Enrique y Margarita Menegus,
“La época de las reformas borbónicas y el creci-
miento económico (1750-1808)”, en Centro de
Estudios Históricos, Historia General de México,
México, El Colegio de México, 2013, p. 399.
Historia de México Uno 81
que, con sus estrategias de parentesco, tejía
un círculo honorable de la sociedad colonial,
que hacia el siglo XVIII era mayoritariamente
criollo.
Los indígenas, por su parte, tenía el es-
tatus de súbitos sui generis, por lo que las
leyes que los amparaban eran protectoras y
compasivas, como si fuesen menores de edad. Estaban exentos del servicio militar,
de la jurisdicción del Santo Oficio y del pago de impuestos además de que desde
el siglo XVI se les apoyó con su organización en repúblicas de indios, con gobier-
nos locales, tierras de cultivo de uso comunal y autonomía política; no obstante,
debían pagar tributo anual a las autoridades españolas en el Virreinato, y también
tributo al Rey. Esta carga tributaria representó una hemorragia permanente de la
economía india, que conformaba más de la mitad de la población novohispana.
Otro estamento estaba conformado por mestizos, mulatos, zambos y demás
calidades —como se designaba en la época— incluidas en la categoría de “castas”.
Su situación dentro de la sociedad novohispana estuvo marcada por preceptos
morales que también se tradujeron en restricciones jurídicas sobre las actividades
que podían desempeñar, sobre los objetos que podían portar e incluso sobre los
lugares en los que podían habitar, además de que no contaban con espacios pro-
pios como los indios y los españoles. De esta manera, habitaron espacios sociales
y territoriales marginales, pero conformaban un buen porcentaje de la población
novohispana, aunque no como la población con identidad étnica. Etiqueta didác-
tica 8 Etiqueta didáctica 9.
Actividad 2. Cuadros de castas: Es importante señalar que los cuadros o pinturas “de castas” fueron una serie de obras pictóricas que abundaron durante el siglo XVIII en Nueva España y Perú. Tenían como fin dar a conocer a los euro-peos la diversidad de habitantes del Nuevo Mundo. En sus viñetas se pintaron familias que representaban cada una de las castas y grupos sociales, producto del mestizaje de españoles, indios y negros, por ser éstos los grupos con calidad jurídica específica en la estructu-ra sociopolítica hispánica. Las ideas cientificistas de la Ilustración buscaban observar y clasificar racialmente o por su apariencia fí-sica a la población americana, lo cual representó un cambio en la mentalidad de la época, pues con anterioridad la división se hacía por carácter jurídico. Este cuadro nos muestra, por un lado, la di-versidad de prácticas, hábitos y grupos sociales existentes en Nueva España; y, por el otro, la nueva visión de las autoridades españolas sobre la sociedad que gobernaba. Contesta las siguientes pregun-tas: 1) ¿Qué actividades y oficios están representados en función de las castas? 2) ¿Qué diferencias o similitudes encuentras entre las
ETIQUETA DIDÁCTICA 8: “Población total
de Nueva España, 1742-1810”, en Florescano,
Enrique y Margarita Menegus, “La época de las
reformas borbónicas y el crecimiento económico
(1750-1808)”, en Centro de Estudios Históricos,
Historia General de México, México, El Colegio
de México, 2013, p. 390.
ETIQUETA DIDÁCTICA 9: Anónimo, Pintu-
ras de Castas, siglo XVIII. Museo Nacional del
Virreinato (Tepotzotlán). Mediateca-INAH.
Historia de México Uno82
actividades que realizan los hombres y las mujeres representados? 3) ¿Qué actividades realizan las niñas y los niños? 4) ¿Consideras que en la actualidad existe alguna especie de clasificación racial de la diversidad social y cultural de nuestro país? Comenta tus respuestas con tus familiares, compañeras(os) de clase y tu profesor(a), y escri-be una reflexión al respecto en tu cuaderno.
Durante el dominio español, los espacios reservados para el
desarrollo y la creación intelctual como seminarios, universidades
y colegios —pertenecientes a las órdenes religiosas de franciscanos,
agustinos, jesuitas, mercedarios y filipenses— se convirtieron gra-
dualmente en centros reproductores de un saber que contenía tres
ejes fundamentales: el sincretismo religioso del culto guadalupano,
la glorificación de ciertos aspectos del pasado prehispánico y el
eclecticismo doctrinal que implicó la convergencia de la filosofía
clásica y moderna. Lo anterior, como principios constitutivos de la
identidad criolla, fue la semilla de la identidad nacional del siglo XIX.
Hacia finales del siglo XVII, las instituciones hispánicas en
Nueva España estaban consolidadas y su funcionamiento per-
mitía el control de la población y la extracción de innumerables
recursos naturales y manufacturados que eran comercializados
masivamente. Etiqueta didáctica 10
Las reformas borbónicas buscaron la centralizaron la administración de la
economía –que se había diversificado principalmente en agricultura, minería y
comercio– el cobro de impuestos y la extracción de materias primas;
reforzando para ello la subordinación de la Nueva España frente a la
metrópoli por medio de la limitación de la autoridad del virrey, la
hegemonía de un nuevo grupo peninsular y el establecimiento de
regimientos militares por todo el reino. Etiqueta didáctica 11:
Es importante mencionar que en el Virreinato de la Nueva Espa-
ña las reformas no tuvieron una coherencia unívoca en el tiempo ni
tuvieron una aplicación generalizada, debido a las dificultades de su
implementación por la inminente complejidad del sistema burocrático
y de la fuerte integración de la sociedad novohispana. No obstante, es
posible agrupar dichas reformas en tres fases diferentes.
La primera corresponde a las reformas aplicadas antes de 1776, año
en que el Visitador de la Nueva España José de Gálvez fue nombrado
Secretario del Consejo de Indias. Durante este periodo la política de la Monarquía
se enfocó en aumentar el control de la metrópolis y en centralizar la administración
del Virreinato en el Consejo de Indias.
La segunda fase se llevó a cabo durante la gestión del visitador Gálvez como
ETIQUETA DIDÁCTICA 10: Plaza Mayor de
México, atrib. Juan Antonio Prado (ca. 1769)
Relatos e Hstorias de México.
ETIQUETA DIDÁCTICA 11: Retrato de la Fa-
milia de Felipe V, por Louis-Michel van Loo (c.
1743), Museo del Prado, WikiCommons.
Historia de México Uno 83
Secretario del Consejo de Indias, hasta su muerte en 1786. Durante este tiempo, las
reformas fueron más radicales y profundas, en buena medida por el enorme poder
que ejerció dicho visitador sobre el gobierno virreinal y sobre las élites novohis-
panas. En esta época, los cambios afectaron a la Iglesia Católica y a las actividades
mercantiles de los altos burócratas.
Y la tercera, desde ese año hasta las 1808, año en que el rey Carlos IV abdicó
al trono a favor de su hijo Fernando VII. Esta última fase fue la de mayor incon-
sistencia en la aplicación de las reformas, pues con la ausencia de Gálvez no hubo
quien impulsara las medidas borbónicas en el virreinato. Muchas de las reformas
anteriores fueron revocadas y el control de las provincias quedó en manos de las
élites locales, tanto criollas como peninsulares, pero sin un gobierno central capaz
de organizarlas.
En el marco de la guerra entre España e Inglaterra, en 1762 ocurrió la llegada
del Visitador de Nueva España José de Gálvez marcando el inicio de la
aplicación general de las reformas borbónicas, y dos años después, arri-
baron las tropas que debían organizar la defensa del reino bajo el mando
del mariscal Juan de Villalba, como inspector militar. Ante esta situación
la reacción del virrey Marqués de Cruillas no se hizo esperar y renunció a
su cargo. En 1765, el visitador de Gálvez recibió del Consejo de Indias la
orden de visitar todos los tribunales y las cajas reales del reino y de asu-
mir el control de las rentas de la Real Hacienda. Lo anterior implicaba la
suspensión temporal de importantes atribuciones del virrey y al mismo
tiempo la superposición de facultades entre éste, el visitador y el inspector
militar. Parte de las medidas aplicadas por el visitador fue la creación del
impuesto al tabaco y la retasación del tributo real que pagaban los pueblos
de indios. Etiqueta didáctica 12
El nuevo virrey fue Carlos Francisco de Croix, quien sustituyó al
inspector de milicias y estableció un acuerdo con el poderoso visitador.
Durante su gestión ejecutó la expulsión de a Compañía de Jesús de todos
los dominios hispánicos. La orden se había dado con todo secreto y se
cumplió con mucho sigilo el 27 de julio 1767. A los frailes jesuitas no se les
permitió que llevaran nada más que sus pertenencias personales y algunos
libros. Esta orden regular había sido un actor de suma importancia en la
vida académica y educativa de la Nueva España, por lo que su expulsión
ocasionó una serie de levantamientos de protesta en el Bajío y occidente novohis-
pano; no obstante que fueron sofocados con rapidez por el Visitador. Los jesuitas
habían educado a numerosas generaciones en todo el territorio de la Nueva Espa-
ña pero el golpe más fuerte fue para la población indígena y pobre cuya relación
con los jesuitas era cercana y paternalista. Este grupo religioso fue el último en
establecerse en el virreinato, al final del siglo XVI; no obstante, para el siglo de las
ETIQUETA DIDÁCTICA 12: Anónimo, José de
Gálvez, Siglo XVIII, Museo Nacional de Historia
Castillo de Chapultepec, Mediateca-INAH.
Historia de México Uno84
reformas poseía un enorme poder político y económico en los lejanos territorios
del norte novohispano.
Una de las reformas político administrativas emprendida por Gálvez con
mayor impulso y repercusión fue la formación de una élite burocrática peninsular
distinta a la existente en el reino. Ésta debía atender únicamente a la autoridad del
rey, por lo que realizó cambios en los nombramientos de oidores de la Audiencia
de México. Su objetivo era limitar aún más el poder virreinal, por lo que en 1776,
una vez nombrado Secretario del Consejo de Indias, creó la Comandancia de Pro-
vincias Internas, que sustituía la autoridad militar del nuevo virrey Antonio María
de Bucareli en el norte del virreinato de la Nueva España.
También fundó el Colegio de Minería, el Jardín Botánico de la Ciudad de Mé-
xico y la Academia de San Carlos; pero aunque estas medidas fueron bien recibidas,
no fueron suficientes para disminuir el descontento de las élites españolas, tanto
criollas y peninsulares, muy bien establecidas en el aparato burocrático virreinal,
del cual también se beneficiaban. Si bien la Ilustración llegó a la Nueva España por
medio del establecimiento de estas instituciones científicas y de experimentación, el
despotismo ilustrado fue el que propuso cortar los brotes del pensamiento político
y del control económico de los criollos. Etiqueta didáctica 13:
Con las reformas económicas se buscó revertir la profunda integración que
había logrado la Nueva España en el mercado internacional y se enfatizó en el ca-
rácter colonial del reino por medio del fomento y desarrollo de la industria minera,
como actividad extractiva. Para España, estas reformas fueron un éxito, pero en el
virreinato ocasionaron un desequilibrio entre las distintos gremios y cor-
poraciones. La eventual crisis económica fue producto de la extracción sin
precedentes de capital novohispano para el financiamiento de las guerras
fracasadas de la Monarquía Hispánica.
No obstante que la economía se vio beneficiada con las primeras
reformas financieras y comerciales, hacia mediados del siglo entró en un
fuerte estancamiento. Hacia 1770 y 1780 reinició su crecimiento de mane-
ra importante aunque no en beneficio de la sociedad novohispana si no
de la metrópolis. La economía novohispana se convirtió en satélite de la
peninsular y aunque el siglo XVII había sido un siglo de autosuficiencia y
crecimiento económico para la Nueva España, el siglo XVIII representó un
intento complejo de la Monarquía por aprovechar ese auge para obtener
mayores ganancias.
Una de las medidas centrales para incrementar el erario real fue el im-
pulso que se le dio a la industria minera de plata por medio de la reducción
del precio del azogue, que era administrado por la Monarquía y resultaba
fundamental para la explotación argentífera. De esta manera, disminuyeron
las ganancias reales por la venta de azogue barato a los empresarios de las
ETIQUETA DIDÁCTICA 13: El tabaco. La Mo-
narquía Hispánica monopolizó la producción
de tabaco desde mediados del siglo XVII, inclu-
yendo el cultivo, el traslado, procesamiento y
su venta en América y Europa. Este estimulante
americano era consumido intensivamente en
ambos lados del mundo como un lujo y como
una necesidad. Su demanda comercial aumentó
exponencialmente hacia Francia, Inglaterra,
Holanda, Portugal e Italia durante el siglo XVIII
y fue una de las principales actividades produc-
tivas del virreinato de Nueva España, sólo por
debajo de la producción de cereales y la minería
de plata. Aunque permitía un ingreso consi-
derable a la corona por el cobro de impuestos,
buena parte de su consumo en el Viejo Mundo
se dio por medio del contrabando de holande-
ses, ingleses y franceses en el Mar Caribe. En
un intento por controlar su producción, los
plantios de tabaco se concentraron en Veracruz,
pero hubo protestas en Jalisco, Puebla, Colima
y Oaxaca; no obstante, con la excesiva demanda
del producto pronto se establecieron fábricas
de puros y cigarros en Orizaba, Córdoba, Gua-
dalajara, Oaxaca, Querétaro, Puebla y Ciudad
de México.
Historia de México Uno 85
mina, pero esto se traduciría en el corto plazo en mayor cantidad de plata extraída
y el aumento de la riqueza real por medio del cobro del impuesto quinto real.
La plata representaba tres cuartas partes de las exportaciones de Nueva España
y costeaba las importaciones de textiles y productos manufacturados y comestibles
de lujo. No obstante, aunque se trató de una de las industrias principales de la
economía novohispana, la extracción argentífera no fue constante ni llegó nunca
a la tercera parte de los ingresos fiscales para la Monarquía. Pero por otro lado,
esta situación no implica que la plata no haya sido importante, al contrario; me-
diante este mineral se amasaron enormes fortunas y se conformó una influyente
élite novohispana con el respaldo y cobijo económico y jurídico de la monarquía.
Con la muerte del visitador Gálvez en 1786 y la llegada de Carlos IV al trono en
1788, el ímpetu reformador disminuyó sensiblemente. Paralelamente, la economía
novohispana se frenó debido a la extracción excesiva de recursos provenientes
de todas las regiones y todos los sectores socio-económicos. A causa de ello, una
parte de la población se hallaba empobrecida y las posibilidades de crecimiento
económico para el virreinato eran nulas, al menos en el futuro cercano.
Ese mismo año, llegó a la Nueva España la Real Ordenanza de Intendentes,
que estableció la reorganización territorial y jurisdiccional del Virreinato en doce
grandes Intendencias (Durango, Guadalajara, Guanajuato, Mérida, México, Oaxaca,
Puebla, San Luis Potosí, Sonora/Sinaloa, Valladolid, Veracruz y Zacatecas) y cada
una se dividió en distritos como parte de su jurisdicción. No obstante, la aplicación
de esta reforma tuvo serios problemas técnicos por el desconocimiento
de los límites que debía tener cada intendencia, y porque se superponía
a otras jurisdicciones (eclesiásticas y militares). En algunas zonas como
Oaxaca esta medida no se aplicó de inmediato debido las características
económicas y a la conflictividad política de la población que ahí habitaba.
Etiqueta didáctica 14
En 1789 fue elegido Virrey el Conde de Revillagigedo y las medidas
que aplicó fueron eco de las ideas higienistas y urbanísticas de la época
en Europa. Estableció cementerios y prohibió el entierro de personas
en los atrios de las iglesias. Además, concluyó las obras de construcción
del Colegio de Minería, a cargo del arquitecto napolitano Manuel Tolsá.
Entre los años del cambio de siglo, la extracción fiscal por parte de
la Monarquía Hispánica se multiplicó cuatro veces. Se estima que los
impuestos pagados por los habitantes de la Nueva España eran 70% mayores que
los de la metrópoli. A la par, con la Consolidación de Vales Reales, el monarca buscó
financiar sus guerras contra los franceses e ingleses mediante préstamos forzosos —de
los cuales se comprometió a pagar réditos, aunque nunca lo hizo— y donativos que
afectaban a todos los grupos sociales y también a la iglesia católica. El Virreinato
de la Nueva España, inició el siglo XIX con una élite fragmentada, una población
ETIQUETA DIDÁCTICA 14: “Reino de la Nueva
España a principios del siglo XIX”, Antonio
García Cubas, Atlas Geográfico, Estadístico e
Histórico de la República Mexicana, 1857.
Historia de México Uno86
pobre y un sentimiento generalizado de descontento. No obstante, estas medidas
también ocasionaron un examen de conciencia, principalmente entre las élites,
sobre su propia naturaleza y su papel político para el funcionamiento del reino.
1.3 Crisis del virreinato e inicio de la revolución novohispana
A finales del siglo XVIII la Nueva España había perdido la productividad y la
cohesión entre las provincias, rasgo que la había caracterizado durante el siglo
XVII. Su economía, que se había diversificado en agricultura, minería, comercio y
algunas otras industrias se había debilitado por las medidas modernizadoras de
la metrópoli.
Con las reformas borbónicas y con la expulsión de la Compañía de Jesús de
los dominios de la Monarquía, surgieron distintos movimientos de resistencia
en Nueva España, y a partir de éstos y de expresiones en contra del absolutismo
ilustrado, emanaron las primeras propuestas liberales y patrióticas. Entonces, el
reino se colocó entre dos vertientes discursivas: la de la salvación mediante un
proyecto imperial criollo y la de la autonomía de las élites en Nueva España de la
Corona. En el primero, el derecho y la supremacía política y religiosa de la Mo-
narquía Hispana quedaban en entredicho mientras que en el segundo, el reino
novohispano conseguiría su autonomía del trono español mediante la formación
de una aristocracia hispanoamericana.
Con la ausencia de rey en el trono español durante la crisis política de 1808
ambos proyectos se pusieron en juego, desatando una serie de pugnas políti-
co-ideológicas que perduraron la mayor parte del siglo XIX. En todos los dominios
se constituyeron las Juntas Provinciales, formadas por criollos y peninsulares, pero
no por el pueblo o el resto de la sociedad. En este contexto, el primer momento
del liberalismo emergente, movimiento ideológico, social y político; surgió y se
desarrolló con el acceso de las élites novohispanas a la representación parlamentaria
de las cortes de Cádiz. Este liberalismo primigenio tendía más hacia los modelos
monárquicos de reino o imperio; y no hacia las búsquedas independen-
tistas republicanas nacionalistas, como se ha planteado en los relatos
históricos tradicionales.
Pero la Nueva España no sólo era estratégica para su metrópoli, sino
también para Inglaterra, Francia y Estados Unidos de América, pues su
papel como proveedora de la plata era fundamental para el costo de sus
guerras, la expansión imperial y el comercio. Esta relevancia la convirtió
en el blanco de varias naciones durante el siglo XIX. De esta manera,
Nueva España estaba en crisis política, social y económica; las élites
se habían fragmentado e incorporado nuevas ideas políticas mientras
que buena parte de la población vivía en la miseria y permanecía en el
ETIQUETA DIDÁCTICA 15: Flujos comercia-
les interregionales hacia 1750”. Carmagnani,
Marcello, Las islas del lujo. Productos exóticos,
nuevos consumos y cultura económica europea,
1650-1800, Madrid, El Colegio de México, Mar-
cial Pons Historia, 2012, p. 37.
Historia de México Uno 87
tradicionalismo como esquema cultural y político. Etiqueta didáctica 15
Con la crisis de 1808 en la metrópolis se destruyó la legitimidad política que
la Monarquía Hispánica había construido por tres siglos. La idea de la ausencia de
representación política en España fue sumamente poderosa entre el bajo clero, la
milicia y la abogacía, circunstancia que permitió la radicalización de su postura
crítica y disidente como intelectuales novohispanos. Surgió entre ellos
el problema de la soberanía, pues si ésta ya no residía en el rey, entonces
debía hacerlo en el reino y éste debía gobernarse con autonomía mien-
tras se restauraba el orden.
En el contexto de la conformación de la junta representativa de la
Nueva España, algunos comerciantes y burócratas planearon un golpe
de Estado e intentaron llevarlo a cabo la noche del 15 de septiembre
de 1808 con un ejército de 300 hombres encabezados por el hacendado
Gabriel de Yelmo. Tomaron el palacio de gobierno y apresaron al vi-
rrey José de Iturrigaray; no obstante, al mismo tiempo las autoridades
virreinales eligieron por encima de la ley a Pedro de Garay para ocupar
ese cargo; el golpe no tuvo éxito.
En julio de 1809, con la designación desde la metrópolis del arzo-
bispo de México, Francisco Xavier Lizana, como virrey surgió una nueva
conspiración en Valladolid, la capital de la intendencia de Michoacán.
No obstante de que fue descubierta y desarticulada, en Querétaro
también se organizaba otra disfrazada de tertulias literarias a las que
asistían los hermanos y militares Ignacio y Juan Aldama, los anfitriones,
el corregidor de dicha ciudad Miguel Domínguez y su esposa Josefa
Ortiz; y el cura de Dolores, español-criollo, de formación ilustrada y ex
rector del Colegio de Valladolid, Miguel Hidalgo y Costilla. Etiqueta Didáctica 16
Tras ser descubierta esta conspiración, los disidentes decidieron adelantar el
levantamiento que estaba planeado para diciembre al mes de septiembre, por lo
que el domingo 16 el cura Hidalgo desde el púlpito llamó a los pobladores a luchar
contra el mal gobierno de españoles afrancesados —a los que se les denominaba
“gachupines”— y a defender el trono de Fernando VII. Así, el pequeño pueblo de
Dolores marchó hacia San Miguel el Grande, después hacia Celaya y finalmente
a la próspera y boyante ciudad de Guanajuato. En el camino de varias semanas,
mucha gente de a pie se unió al movimiento encabezado por Hidalgo y Allende, y
con el estandarte de la Virgen de Guadalupe como bandera insurgente.
Actividad 3. Reformas borbónicas en Nueva España. Realiza un escrito en el que identi-fiques las reformas administrativas, políticas y económicas realizadas por los reyes de España. Reflexiona sobre cuáles fueron las consecuencias de dichas reformas en el virreinato y el inicio de la revolución de independencia.
ETIQUETA DIDÁCTICA 16: Miguel Hidalgo
y Cosrtilla, Joaquín Ramírez, 1865, INAH-Me-
diateca.
Historia de México Uno88
1.4 Guerra de revolución
En la primera fase de la revolución novohispana los escritos del cura Miguel
Hidalgo hacen evidentes las ideas ilustradas y la importancia de la incorporación de
conceptos como libertad e igualdad en su lucha. Pero la explosividad de la guerra
y la rapidez con que los primeros caudillos insurgentes fueron derrotados y fusi-
lados, evitaron la puesta en práctica dichas ideas de forma organizada. El mismo
cura Hidalgo escribió que el estallido social había rebasado completamente la
causa inicial. No obstante que en sus escritos suspendió en esencia el orden social
virreinal, la efervescencia de la gente no permitió establecer ninguna estructura
social nueva como proyecto político revolucionario.
La enorme población que comenzaba a movilizarse en la región del bajío no-
vohispano hizo que la rebelión se extendiera hacia el sur en Acapulco, con el cura y
antiguo alumno de Hidalgo, José María Morelos y Pavón, a la cabeza. Pronto cayó
también la ciudad de Guadalajara y Valladolid, en occidente.
Para octubre, el movimiento había crecido y se encontraba invicto en una
enorme región del virreinato; no obstante, Hidalgo decidió no entrar finalmente
a la Ciudad de México y decidió volver a Guadalajara mientras que Allende se
dividió y marchó a Guanajuato. En la región tapatía el cura de Dolores estableció
su gobierno y en diciembre de ese año publicó un bando en el que decretaba la
abolición de la esclavitud y del cobro de tributo a los indios. También eliminó los
impuestos que se dirigían hacia el rey y repartió tierras.
Los pueblos de la Nueva España no permanecieron pasivos a merced de los
insurgentes o de los realistas pues los constantes saqueos y ataques selectivos de
los segundos a ciertas poblaciones o a ciertas personas o propiedades, ocasionaron
que los insurgentes tuvieran casi siempre el apoyo del grueso de la población,
conformado mayoritariamente por indígenas y población mestiza.
Pero esta situación comenzó a modificarse con el control de la población no-
vohispana por medio del establecimiento de milicias en los pueblos por parte de
Félix María Calleja al frente del ejército realista desde finales de 1810. Esta medida
evitó que indios y mestizos participaran multitudinariamente de los motines
durante los ataques de los insurgentes a poblaciones realistas; incluso en algunos
casos aquellos fueron rechazados por éstos y numerosas localidades se dividieron
a favor de los insurgentes o de sus adversarios. Sin embargo, otras permanecieron
unidas, a favor de una u otra causa; e incluso a favor de ambas en función de sus
intereses y necesidades.
En el contexto de la guerra, los pueblos buscaron mantener dentro de lo posible
algunas de sus dinámicas cotidianas. Los enfrentamientos armados no eran perma-
nentes, situación que les permitió organizarse y reorganizarse constantemente. Tan
Historia de México Uno 89
pronto como el levantamiento de Hidalgo se convirtió en una rebelión popular,
las clases medias se sintieron atrapadas entre dos fuegos. El carácter incontenible
de los grupos populares los llevó inmediatamente a tomar uno de dos caminos:
oponerse al levantamiento popular y combatirlo de lado de los realistas; o bien,
continuar en el bando insurgente pero utilizar al movimiento en provecho de sus
propios intereses y beneficios.
Así, el avance del ejército realista era contundente y en enero de 1811 a la salida
de Guadalajara Hidalgo y Allende, con casi 90,000 hombres, fueron
derrotados por Félix María Calleja encabezando a 5,000 soldados.
Aunque lograron huir hacia el norte en busca de apoyo por parte de
EUA, se encontraban divididos y fueron traicionados y detenidos en
Saltillo, de donde fueron conducidos a Chihuahua para ser procesados
y condenados a muerte por fusilamiento. Después, las cabezas de
Ignacio Allende, Juan Aldama, Mariano Jiménez y Miguel Hidalgo
fueron enviadas a Guanajuato y colgadas en las cuatro esquinas
de la alhóndiga de Granaditas, edificio emblemático de la ciudad
donde las huestes insurgentes habían masacrado a varias docenas
de españoles ahí refugiados. Etiqueta didáctica 17
En 1812, como resultado de los prolongados debates entre los
representantes de las Cortes españolas se promulgó la Constitución
de Cádiz. En esta carta magna se establecía una monarquía consti-
tucional, división de poderes de gobierno, libertad de imprenta,
abolición del tributo y la creación de diputaciones provinciales y de
ayuntamientos para organizar la seguridad y defensa del reino. El
cargo de virrey también desapareció y su lugar fue ocupado por jefes
políticos; no obstante, los representantes novohispanos no habían conseguido la
libertad y autonomía que esperaban.
A principios de 1813 la insurgencia se fortalecía nuevamente encabezada ahora
por Ignacio Rayón en la región de Zitácuaro, donde instaló una Suprema Junta
Gubernativa de América. Al mismo tiempo, el gobierno virreinal se debilitaba, a
pesar de la elección de Calleja como jefe político superior. La situación del reino
era deplorable, las provincias se encontraban incomunicadas y la economía se
había desplomado. Sin embargo, el rumbo de la guerra se modificó a partir de la
reorganización del ejército y otras disposiciones económicas llevadas a cabo por
el Calleja con base en la Constitución de Cádiz.
Ante este panorama, era necesaria una proyección política que encauzara la
revolución, por lo que Ignacio López Rayón y el cura criollo José María Morelos y
Pavón dieron soporte político y jurídico a la causa de la independencia, aunque con
matices distintos. Aunque hubo otros ideólogos de la lucha insurgente, estos dos
personajes plantearon el programa liberal socioeconómico y político de la guerra
ETIQUETA DIDÁCTICA 17: “Campañas de
Miguel Hidalgo (1810-1811)”, en Sordo Ce-
deño, Reynaldo y María Julia Sierra Moncayo,
Atlas conmemorativo 1810-1910-2010, 2010,
Siglo XXI-Senado de la República, México. Wi-
kiCommons.
Historia de México Uno90
basados en tres ejes fundamentales:
Igualdad y libertad de todos los hombres por medio del derecho a la repre-
sentatividad en todos los ámbitos con la abolición de la esclavitud y de las castas.
Distribución equitativa de la propiedad privada para alcanzar la igualdad social
y económica mediante la supresión del tributo, que era una forma de subordinación
social y política y una carga económica.
Independencia de la metrópoli y la construcción de un ente político-jurídico
independiente y soberano, mediante la formación de un Estado nacional con
poderes definidos dentro de un régimen de derecho constitucional.
Morelos se había destacado desde 1810 al tomar Acapulco, uno de los puertos
principales del reino. Además, poseía excelentes habilidades militares y un pro-
fundo conocimiento de la extensa región de Chilpancingo, Tixtla, Taxco, Izúcar y
Cuautla. En su pasado había sido arriero, experiencia que le dotó de muchos cono-
cimientos sobre la población de la región y de los caminos que la interconectaban.
Lo acompañaban en su movimiento Hermenegildo Galeana, Mariano Matamoros,
Nicolás Bravo, Guadalupe Victoria y Vicente Guerrero con quienes controló los
lugares antes mencionados pero también Puebla y Oaxaca.
En septiembre de 1813 convocó a un congreso en Chilpancingo
para la organización del gobierno y lo inauguró con la lectura de su
célebre escrito Sentimientos de la Nación, en el que declaró indepen-
diente a América de España y que la soberanía dimanaba del pueblo.
Además, que todos los habitantes de estas tierras eran iguales entre
sí, por lo que debía haber leyes iguales para todos. También decretó
el 16 de septiembre como el día de conmemoración del inicio de la
lucha por la independencia.
En el congreso fue elegido para encabezar el poder ejecutivo y
se nombró “Siervo de la nación” y en octubre de 1814 se promulgó
la Constitución de Apatzingán, basada en la de Cádiz, que a su vez
fue desconocida por el rey Felipe VII una vez que regresó al trono de
España ese mismo año.
Los siguientes meses fueron de derrotas constantes para el movi-
miento del cura de Carácuaro. Fue derrotado en noviembre de 1815 y
el gobierno realista, encabezado por el ahora virrey Calleja, recuperó
algunos territorios importantes como Valladolid. Morelos fue proce-
sado, condenado y fusilado hacia finales de diciembre de ese mismo
año en San Cristóbal Ecatepec. Etiqueta didáctica 18
Para esta época, la estructura del antiguo reino ya se había modificado sus-
tancialmente. Así pues, prevaleció la desintegración provocada por el surgimiento
de los caudillos populares que encabezaban movimientos independientes entre
sí —y algunas veces contrapuestos—, llevados más por ideas mesiánicas que por un
ETIQUETA DIDÁCTICA 18: Anónimo, Retrato
del Excelentísimo Señor don José María Morelos,
1812. Museo Nacional de Historia Castillo de
Chapultepec, Mediateca-INAH.
Historia de México Uno 91
proyecto político sólido. ETIQUETA DIDÁCTICA 19
Entre 1816 y 1820 los enfrentamientos armados dis-
minuyeron drásticamente y el gobierno español indultó
a cientos de insurgentes, razón por la que el movimiento
insurgente se debilitó aún más, pues carecía de un líder
que lo unificara. Muchos de ellos se sumaron a las milicias
locales del rey; mientras que una mínima parte continuó
rebelándose con pocos éxitos.
En 1817 llegó a México el sacerdote jesuita Servando Teresa de Mier, acom-
pañado por Francisco Xavier Mina, un militar euskera que había luchado por la
autonomía del País Vasco en el norte de España. Al frente de cerca de 300 hombres
intentaron una nueva rebelión en el Bajío pero fueron derrotados inmediatamente.
Mina fue fusilado en noviembre de ese año y el padre Mier encarcelado en la cárcel
de San Juan de Ulúa, en el puerto de Veracruz.
En esta etapa, la insurgencia organizada se debilitó rápidamente sin dejar de
ser una fuerza beligerante para los realistas. Una razón de ello fue la búsqueda de
control de las poblaciones ocupadas por los insurgentes y el endurecimiento de
castigos a quienes no los apoyaran. La situación general de los indígenas y campe-
sinos era deplorable. Estos grupos soportaron el mayor peso del daño económico
causado por el desgaste de la guerra, debido a que las zonas rurales fueron utilizadas
por los realistas y los insurgentes para abastecerse de víveres mediante la confisca-
ción, las donaciones forzadas y el saqueo. Ello también implicaba
el desmantelamiento de los pueblos, la destrucción de bienes y la
muerte de numerosos miembros en los campos de batalla o como
represalia por apoyar a uno u otro bando. Etiqueta didáctica 20:
En este contexto, las localidades rurales estaban agotadas de
pagar contribuciones para mantener a dos ejércitos, además de que
en algunas regiones los curas locales recibieron malos tratos por
parte de los insurgentes y ello los encaminó a abandonar la causa
independentista y buscar refugio en el bando realista; en el que
conservaban sus privilegios frente a la población de la Nueva España.
A pesar de que la mayor parte de los ejércitos insurgentes estaban
conformados por indios y castas, no fueron ellos los que encabe-
zaron el movimiento ni se beneficiaron directamente al conseguir
la independencia. Sostener que esta población se levantó en armas
sólo en favor del bando insurgente es una postura simplista de la
historia y de la participación de los sectores populares, que obedece
más a una visión nacionalista oficial del proceso de independencia.
Una parte de las comunidades indígenas y campesinas novohispanas manifestaron
su aceptación al bando realista y se adhirieron a las tropas del monarca católico.
ETIQUETA DIDÁCTICA 20: “Composición
étnica de la población de Nueva España”, en
Tanck de Estrada, Dorothy y Carlos Marichal,
“¿Reino o colonia? Nueva España, 1750-1804”,
en Velásquez García, Erik, et. al., Nueva histo-
ria general de México, México, El Colegio de
México, 2010, p. 347.
ETIQUETA DIDÁCTICA 19: “Territorios con-
trolados por los insurgentes (1813)”, en Sordo
Cedeño, Reynaldo y María Julia Sierra Moncayo,
Atlas conmemorativo 1810-1910-2010, 2010 Siglo
XXI-Senado de la República, México.
Historia de México Uno92
Las élites locales influyeron en la pacificación de
los territorios insurgentes al negociar con los rebel-
des y convencerlos de buscar el indulto. Esta era una
manera de terminar con el derramamiento de sangre,
los saqueos y los incendios a comunidades, pastizales
y cosechas. Etiqueta didáctica 21
En 1820, el rey de España se vio presionado para
reconocer la Constitución de Cádiz y al mismo tiempo
todo el reino debió jurarla. Esta situación generó un
contexto propicio para terminar definitivamente con
la guerra, un deseo tanto de insurgentes como de rea-
listas. Con ello debían elegirse diputados proviniciales
y municipalidades en la Nueva España, además de
que la libertad de imprenta quedaba restaurada. La
circulación de nuevas publicaciones subversivas pudo haber dado un nuevo brío
al movimiento insurgente, pero fue desde el bando realista donde surgió el plan
de independizarse de España.
Agustín de Iturbide, un miembro de la incipiente burguesía novohispana y
ex militar realista con mucho prestigio, se pronunció a favor de la independencia
y buscó el respaldo tanto de los realistas como de los insurgentes. El virrey Luis de
Apodaca lo nombró jefe militar del sur para derrotar definitivamente al último
líder insurgente con enorme apoyo popular pero ais-
lado, Vicente Guerrero. No obstante, Iturbide invitó
a Guerrero a sumarse a su plan, quien aceptó porque
también estaba convencido de que la independencia era
la única solución para terminar la guerra. Ambos líderes
militares se encontraron en el pueblo de Acatempan,
en las montañas del sur y pactaron la paz. Así, se con-
formó el Ejército Trigarante, con la religión católica,
la unión nacional y la independencia de México como
principios político-ideológicos. Etiqueta didáctica 22
En julio de 1821 se proclamó en Iguala el plan de
independencia de México, que fue muy bien recibido
por la población del virreinato y el ejército, pero no
por los comandantes de éste ni por las autoridades de
la Ciudad de México. Al mismo tiempo, en España se
nombró virrey al liberal Juan O’Donojú, quien una
vez que llegó a Veracruz aceptó también el Plan de Iguala; la independencia era
inminente.
Inmediatamente se entrevistó con Iturbide y firmó los Tratados de Córdoba,
ETIQUETA DIDÁCTICA 18: Anónimo, Retrato
del Excelentísimo Señor don José María Morelos,
1812. Museo Nacional de Historia Castillo de
Chapultepec, Mediateca-INAH.
ETIQUETA DIDÁCTICA 22: Abrazo de Acatem-
pan, Román Sagredo 1870, Museo Nacional de
Historia, Mediateca-INAH.
Historia de México Uno 93
por lo que el 27 de septiembre de 1821 entraron
triunfantes a la Ciudad de México Iturbide como
el libertador, Vicente Guerrero y el Ejército Tri-
garante. En medio de arcos triunfales, desfiles y
festejos generales, al día siguiente se firmó el Acta de
Independencia del Imperio Mexicano. Etiqueta 23
Una vez finalizada la guerra de independencia
y emprendida la aventura de construcción de un
Estado soberano, basado en una monarquía consti-
tucional como imperio, la clase media naciente que
estaba conformada por población mestiza, criollos
y algunos peninsulares, no pudo acceder directamente a los puestos de poder, pues
éstos eran ocupados tanto en lo civil como en lo religioso y militar por los criollos
y peninsulares de clases acomodadas. De esta manera, la clase media buscó lugar
en los puestos públicos administrativos generando un excedente burocrático que
resultaba excesivamente costoso al erario público; situación que de cierta manera
evidenció que el orden social y económico virreinal seguía intacto en el más alto
nivel del poder político mexicano.
Por lo tanto, fueron los criollos quienes al final de la gue-
rra se consagraron como grupo hegemónico sustituyendo a
los españoles pero sin modificar la estructura social y política
del antiguo reino novohispano. A este nutrido grupo perte-
necían intelectuales, nobles, millonarios, sacerdotes, editores
de periódicos, comerciantes y oficiales del ejército; entre otros,
que comenzaron a adoptar una mentalidad definida como
“americana”.
A pesar de que la falta de unión y la rivalidad entre las élites
se había profundizado gradualmente a lo largo de la guerra de
revolución, la circunstancia pareció ceder en torno a Agustín
de Iturbide, autodenominado héroe nacional y libertador.
Desde antes de la consumación de la independencia de Mé-
xico, muchos miembros de las élites separatistas novohispanas
visualizaban a la nueva nación como la América septentrional.
Sostenían que México había sido un imperio desde antes de la
llegada de los europeos, pero durante los últimos tres siglos
había pertenecido a otro imperio; por lo cual, debía renacer
como la potencia soberana del pasado, una vez librada del
dominio de España. Así lo confirmó, en febrero de 1821, su
denominación en el Plan de Iguala como “América Española”
y en el Acta de Independencia, como “Imperio Mexicano”.
ETIQUETA DIDÁCTICA 23: Anónimo, Solemne
y pacífica entrada del Exército de las Tres Ga-
rantías a la Ciudad de México en 1821, ca. 1822,
INAH-Mediateca.
ETIQUETA DIDÁCTICA 24: “Acta de inde-
pendencia del Imperio Mexicano”, 1821, Wi-
kiCommons.
Historia de México Uno94
Etiqueta didáctica 24: Acta de Independencia del Imperio Mexicano. Actividad 4.
Documentos de la Independencia.
Actividad 4.
Documentos de la Independencia: Realiza la lectura de los siguientes docu-mentos, analízalos y encuentra las ideas sobre soberanía, libertad, igualdad, independencia, y sobre México como nación que se encuentran en ellos. Pue-des hacerlo en equipos de 4 o 5 personas. Al final, compártelo con tus demás compañeros y tu profesor o profesora:• Miguel Hidalgo y Costilla, Bando aboliendo la esclavitud, 6 de diciembre
de 1810, Guadalajara (se puede consultar en http://www.biblioteca.tv/art-man2/publish/1810_115/Bando_aboliendo_la_esclavitud.shtml).
• José María Morelos y Pavón, Sentimientos de la Nación, 14 de septiem-bre de 1813, Chilpancingo (se puede consultar en http://www.biblioteca.tv/artman2/publish/1813_112/Sentimientos_de_la_naci_n_de_Jos_Mar_a_More-los_145.shtml).
• Agustín de Iturbide, Plan de Iguala, 21 de febrero de 1821, Iguala (se puede consultar en http://www.constitucion1917.gob.mx/work/models/Consti-tucion1917/Resource/263/1/images/Independencia18.pdf).
• Agustín de Iturbide y Juan O’Donojú, Tratados de Córdoba, 24 de agosto de 1821, Villa de Córdoba (se puede consultar en http://www.constitu-cion1917.gob.mx/work/models/Constitucion1917/Resource/263/1/images/Independencia19_1.pdf).
• Acta de Independencia del Imperio Mexicano, 28 de septiembre de 1821, Ciu-dad de México (se puede consultar en http://www.biblioteca.tv/artman2/publish/1821_124/Segunda_y_definitiva_Acta_de_Independencia_del_Imp_167.shtml).
Historia de México Uno 95
2. El pequeño experimento monárquico y el lar-go camino de la República
2.1 El experimento monárquico
El 27 de setiembre de 1821 la Ciudad de México se engalanó con la entrada
triunfante del ejército de las “Tres Garantías”. Las calles adornadas con banderi-
nes tricolores y los arcos triunfales que dieron la bienvenida al general Agustín
de Iturbide reflejaban la esperanza de un pueblo en un porvenir prospero que,
lamentablemente, contradecía la realidad económica de un país recién nacido,
pero con las heridas de una década de sangrientas batallas.
El día siguiente se reunió la Junta Provisional Gubernativa, órgano
encargado de la promulgación del Acta de Independencia del Imperio
Mexicano, documento de carácter oficial que reconocía el nacimiento de
este joven, pero vasto Imperio, doliente aún de sus heridas. Fue enviada
una misiva al rey Fernando VII para que él, o alguno de sus familiares
aceptaran el trono de México, sin embargo, su respuesta fue un rotundo
no, ya que el Imperio español no aceptaba la independencia de la Nueva
España. Ante la negativa del monarca español las opciones parecían
limitadas. La mayoría se inclinaba por una monarquía constitucional,
dejando de lado la posibilidad de convertirse en una República como
los Estados Unidos.
Una manifestación se levanta en la Ciudad de México proclamando
su apoyo directo al general Agustín de Iturbide para que se convirtiera en
Emperador de México. La manifestación fue orquestada por el sargento
Pio Marcha y al grito de “¡Viva Agustín I, emperador de México!” llegó a
las puertas del Congreso Mexicano. Bajo presión fue sumamente debatir
si la persona de Agustín de Iturbide debía sostener el cargo de emperador,
ni siquiera la decisión fue llevada a las legislaturas de las provincias y la
decisión fue tomada al momento: Iturbide fue declarado Emperador de
México, el Imperio tenía, por fin, su cabeza. ETIQUETA DIDÁCTICA 25
El ejemplo de Napoleón y su propia popularidad brindaron a Iturbide
la oportunidad de ser coronado, pero la cohesión que había dado el optimismo
independentista empezaba a romperse y ponía al descubierto las divisiones latentes
y las existentes con los insurgentes republicanos […].
Las medidas fiscales para sostener la administración y el ejército fueron re-
sistidas por las provincias, ante el temor del predominio del centro El fracaso en
establecer impuestos directos forzó al gobierno imperial a recurrir a los impopu-
lares prestamos forzosos. A la tensión entre el centro y las provincias, se sumó una
conspiración en el seno del congreso […] El emperador logró neutralizarlo, pero se
vio forzado a disolver el congreso por su ineficacia, sustituyéndolo por una Junta
Nacional Instituyente, elegida entre sus propios miembros.
ETIQUETA DIDÁCTICA 25: El Congreso Mexi-
cano nombra a Agustín I como emperador de
México después de enviar cartas a principes
europeos, incluso al rey de España Fernando
VII, para que gobiernen México. Al no recibir
respuesta la corona adornó la testa de Agustín
I de México. Retrato de Agustin de Iturbide
como Emperador de Mexico, 1822. Atribuido
a Josephus Arias Huerta. Sala de Embajadores
del Museo Nacional
Historia de México Uno96
En diciembre de 1822 el Antonio López de Santa Anna desconoce
al emperador mediante el plan de Veracruz, en el que reclamaba la
reinstauración del congreso y se lanzaba como propuesta el estableci-
miento de una República. Posteriormente se desarrolló el Plan de Casa
Mata, mismo que fue enviado a las provincias y a los jefes militares que
de inmediato se adhirieron al mismo. El imperio de Iturbide estaba
herido de muerte. El congreso reinstaurado rápidamente convoco a
nombrar un Supremo Poder Ejecutivo, presidido por un triunvirato
conformado por: Pedro Celestino Negrete, Guadalupe Victoria y Nicolás
Bravo. A lo anterior se suma el desconocimiento del Plan de Iguala y de
los Tratados de Córdoba, asumiendo que el país ahora podría elegir el
gobierno que más conviniera a los intereses del progreso. ETIQUETA
DIDÁCTICA 26
Los partidos después del triunfo obtenido sobre Iturbide habían
mudado de composición y se agitaban con más fuerza que nunca. Los
republicanos se dividieron entre centralistas y federales: formaban el
primero los masones y los antiguos monarquistas, por lo que se daba a
esta fracción el nombre de borbonistas y a ellas pertenecía el gobierno
y el congreso restablecido. A los federalistas se unieron los iturbidistas,
por odio a los que habían hecho bajar del trono a Iturbide, y por esta
causa vinieron a incorporarse al partido liberal más exagerado, los que profesaban
las opiniones más opuestas a él.
Como se observa en la cita anterior, la idea del imperio había quedado abando-
nada, políticamente este país quedaría conformado como una República. El gran
debate entre los dos grandes partidos: centralistas y federales, se sustentaría en la
existente soberanía de las provincias o la ausencia de la esta.
2.2 La constitución de 1824 y la República
Después del experimento monárquico, que resultó en un aparatoso desastre
la República parecía como la opción obvia para llevar timón del país. En octubre
de 1824 se promulgó la primera constitución del Estado mexicano como nación
independiente, estableciendo una república federal y esperando dejar atrás una
década de guerra y la quiebra económica. Le elección del presidente de la república
recayó en las legislaturas de los estados, mientras que el cargo del vicepresidente
quedaría a cargo del segundo lugar en la carrera presidencial, situación que pronto
se vería como problemática.
El primer presidente electo fue el general Guadalupe Victoria quien ocupó la
primera magistratura de 1824 a 1828. El presidente Victoria lograría completar su
cuatrienio aunando aún más a las esperanzas de que el país por fin había alcanzado
ETIQUETA DIDÁCTICA 26: El general Antonio
López de Santa Anna había sido un oficial del
ejército realista hasta que, después del Plan de
Iguala, dispuso sus servicios al ejército de las
Tres Garantías. A partir de ahí, su camaleónica
actitud, le permitió subir en el escalafón de la
política del país. No sin antes dar algunas es-
tocadas calificadas como poco éticas a algunos
de sus aliados. Retrato Anónimo de Antonio
López de Santa Anna.
Historia de México Uno 97
la tan ansiada estabilidad. Sin embargo, las diferencias del grupo de élite se hacían
cada vez más evidentes. Aunque no existían propiamente los partidos políticos,
las logias masónicas ocuparon ese lugar, en estos clubes sociales se decidían los
destinos de los mexicanos.
Uno de los puntos que causaba mayor división fue la posibilidad de utilizar los
bienes de la Iglesia para sanear la destruida Hacienda nacional. Las posturas más
radicales proponían que la institución religiosa no se inmiscuyera en la política
nacional, mientas la postura opuesta veía a la Iglesia como una aliada para lograr
el orden requerido.
En 1828 llega la primera prueba para la estabilidad nacional, la sucesión presi-
dencial. La elección de Manuel Gómez Pedraza para ocupar la primera magistratura
no fue respetada por el grupo opositor que no pudo lograr la elección de Vicente
Guerrero. La estabilidad del primer gobierno no se reflejó en la primera sucesión
del poder. El general Antonio López de Santa Anna, quien ya había desconocido con
anterioridad al gobierno del emperador Iturbide, inicia un levantamiento militar
que resultaría en una serie de saqueos en la Ciudad de México que
obligarían al presidente a renunciar a su puesto. El Congreso nom-
bra a Vicente Guerrero como presidente de la República y Anastasio
Bustamante como el vicepresidente. El gobierno de Guerrero se
vería rodeado no sólo de problemas nacionales, también, tuvo
que enfrentar el intento de reconquista del comandante Isidro
Barradas, en medio de la bancarrota hacendaria.
La presidencia de Guerrero no duró mucho tiempo, los le-
vantamientos armados lo obligaron a renunciar al cargo y en un
corto periodo de tiempo un tercer presidente se encargaría de
llevar el timón. El Congreso le otorgó el mando del país a Anas-
tasio Bustamante quien mediante la represión lograría imponer
su poder, no por otra cosa se le dio el apodo de “Brutamante”.
Gracias a Lucas Alamán, ministro de Relaciones durante el gobier-
no bustamantino, se pudo sanear un poco la hacienda pública y
establecer el orden. La brutalidad del nuevo gobierno sellaría su
destino y provocaría el descontento de los grupos disidentes quien
utilizarían la popularidad del general Santa Anna para iniciar un
nuevo levantamiento armado en contra del presidente. Con el
nuevo levantamiento de Santa Anna, el presidente y su gabinete
renunciaron, fue llamado Gómez Pedraza a terminar su propio
periodo presidencial y organizar nuevas elecciones. En un periodo
de cuatro años gobernaron tres presidentes distintos, reflejo contundente de la
inestabilidad política del recién nacido Estado mexicano. ETIQUETA DIDÁCTICA 27
En las elecciones presidenciales fue electo, para sorpresa de nadie, el general
ETIQUETA DIDÁCTICA 27 Gracias a su mi-
nistro Lucas Alamán el presidente Anastasio
Bustamante logró una ligera mejora en la eco-
nomía nacional, sin embargo, su gobierno fue
calificado como sumamente represivo. Retrato
anónimo de Lucas Alamán, c. 1830-1832.
Historia de México Uno98
Antonio López de Santa Anna quien daría un cambio radical a la dirección del ti-
món de la barca mexicana. En el ambiente político se sentía que el sistema federal
impuesto en la constitución de 1824 había fracasado. Por todo el país surgió el
rumor de que el centralismo sería impuesto, lo que obligó a estados como Zacate-
cas a fortalecer su milicia con la intención de defender a toda costa su autonomía.
Los centralistas comenzaron a acusar al federalismo de poner en peligro la unidad
territorial del país, el ejemplo se sostenía en la provocación lanzada por Zacatecas y
en una posible independencia de Texas. Con estos argumentos el grupo centralista
convenció a los diputados moderados que el nuevo camino a seguir debía ser el
orden centralista. Irónicamente el establecimiento del gobierno centralista en
1835 le daría a los texanos el pretexto adecuado para justificar su independencia y
la unidad territorial se rompería de forma catastrófica. El intento de someter a los
texanos resultó infructuoso, con un ataque sorpresa a las tropas de Santa Anna, los
texanos derrotaron al ejército mexicano y así nacía la República de Texas.
Al finalizar el año de 1836 se redactaron Las Siete Leyes Constitucionales que
establecieron un gobierno liberal centralista dividido en tres poderes con la ad-
hesión de un cuarto llamado el Supremo Poder Conservador, que se encargaría de
vigilar a los restantes: ejecutivo, legislativo y judicial. Derrotado en su campaña
para someter a los texanos, Santa Anna regresó al país sólo para darse cuenta de
que ya no contaba con el apoyo de los mexicanos para continuar con su gobierno,
sus errores en el frente le constaron muy caro. Curiosamente también regresaba
del exilio Anastasio Bustamante, quien se convirtió en el hombre adecuado para
ocupar la presidencia de la República centralista en 1837. El nuevo gobierno de
Bustamante tendría que enfrentarse a la ruina de la hacienda pública, si bien los
problemas internos ya eran suficientes para hundir al gobierno, las reclamaciones
del exterior complicaban aún más las cosas. Los reclamos de potencias extranjeras
como Francia caían en lo absurdo, tanto que el conflicto militar con este país
fue denominado “la guerra de los pasteles” al hacerse referencia al pago de una
indemnización a un pastelero francés que en la Ciudad de México había perdido
su negocio en uno de los constantes levantamientos militares. En este conflicto el
general Antonio López de Santa Anna, cual ave fénix, recobraría su popularidad al
enfrentar al ejército invasor y perder una pierna en la cruenta lucha con el enemigo.
El gobierno centralista no lograba, tampoco, la tan ansiada legalidad, unidad
territorial y prosperidad del país. Bustamante no lograba someter a todos los
estados de la República al orden constitucional y la recuperar Texas parecía ser
algo cada vez más inalcanzable. El panorama hacia el futuro parecía desolador, las
constantes pugnas por el poder entre liberales centralistas y federales no permitían
el desarrollo del país. A la vista sólo parecían dos posibles soluciones: la dictadura o
la monarquía. Antes que cualquier otra cosa y como ya era casi costumbre, en 1841,
Santa Anna, apoyado por otros generales del ejército, iniciaron un levantamiento
Historia de México Uno 99
armado que terminaría con el desconocimiento de los 4 poderes emanados de Las
Siete Leyes y el establecimiento del orden dictatorial con él a la cabeza.
En un principio los federalistas apoyaron el nuevo gobierno de Santa Anna con
la esperanza de la reinstauración del orden federal, sin embargo, pronto quedarían
decepcionados. Se redactó una nueva constitución centralista que sustituyó a Las
Siete Leyes, Las Bases Orgánicas en 1843. Auspiciadas por esta nueva Constitución
se organizaron elecciones en 1844 y de nuevo para sorpresa de nadie la primera
magistratura sería ocupada por Santa Anna. Su dictadura terminó y su nueva pre-
sidencia inició, aunque ahora bajo la legalidad emanada de Las Bases Orgánicas.
Actividad 5: Investigación bibliográfica En la biblioteca del Colegio investiga sobre las posturas de federalistas y centralistas y analiza sus paralelismos y diferen-cias en el siguiente cuadro. Pide apoyo a tu profesor para que la bibliografía que utilices sea adecuada.
Las malas nuevas rápidamente invadieron el país: Texas buscaba su anexión
a los Estados Unidos. Al parecer, Santa Anna aún tenía esperanzas de recuperar
el otrora estado de Texas, el Congreso mexicano pensaba distinto y consideraba
a Texas una causa perdida. A pesar de esto, fueron aprobados fondos para iniciar
una campaña con la intención de recuperar Texas. Esta campaña nunca se llevó a
cabo, aunque tampoco se supo jamás hacia dónde fue a parar el dinero aprobado
para tal fin.
Bajo este argumento, el general Mariano Paredes se levantó en armas contra el
presidente Santa Anna. Este último dejó la presidencia para someter la rebelión y
dejó su gobierno en manos de un presidente interino que erróneamente disolvió
al Congreso y provocó un levantamiento de los diputados en diciembre de 1844.
Este nuevo levantamiento armado logró reinstaurar el Congreso, tomó a Santa
Anna como prisionero y lo envió al exilio. El movimiento “decembrista”, y su
Características políticas del federalismo
Características políticas del centralismo
Paralelismos Diferencias
Historia de México Uno100
intención de establecer un gobierno legal en el país, contagió los corazones de
muchos mexicanos y los llenó de esperanzas, lamentablemente, de nuevo México
se vería amenazado por las potencias extranjeras.
2.3 La intervención norteamericana
No es posible negar que la sed expansionista norteamericana jugó un papel
muy importante en la pérdida del territorio mexicano. Aunado a lo anterior, la
defensa de este último no se logró de la forma adecuada y le permitió al enemigo
una victoria aplastante sobre el ejército mexicano. Entre algunos norteamericanos
existía la preocupación que la guerra contra México, aparte de ser sumamente
injusta, sólo serviría para engrandecer los territorios de las enormes plantaciones
del sur de los Estados Unidos, trabajadas por mano de obra esclava.
Después de la independencia, Stephen Austin solicitó al gobierno im-
perial mexicano la aprobación de una ley que le permitiera la colonización de los
territorios en Texas. Desde el virreinato, la Corona, había otorgado permisos para
que antiguos súbditos ocuparán los territorios en Texas. La ley fue promovida,
sin embargo, le prohibía a Austin introducir mano de obra esclava al estado de
Texas y solicitaba que todos los colonos profesaran la fe católica. Estas condiciones
no fueron completamente obedecidas por Austin y el gobierno mexicano sólo
pudo declarar que en el estado de Coahuila-Texas nadie nacía siendo un esclavo,
pero no pudo evitar la introducción de estos. Con la llegada de la década de 1830
aparecieron los rumores del posible establecimiento de un régimen centralista.
Los texanos argumentaron que no poseían la suficiente representación dentro del
estado mexicano y decidieron rebelarse en contra de este último.
Esa República anunció desde su nacimiento que estaba llamada a representar
un papel importante en el mundo de Colón; y sus rápidos adelantos, y el aumento
progresivo y asombroso de su territorio, y la multiplicación no interrumpida de
sus habitantes, y el poder formidable que ha ido adquiriendo por grados, son otras
tantas pruebas de que ha de llagar a ser un coloso, no solo para las naciones débiles
de la América Española, sino aun para los viejos pueblos del antiguo continente.
Santa Anna dirigió sin éxito al ejército mexicano para intentar subyugar a los
texanos, sin embargo, sufrió una derrota sumamente dolorosa en San Jacinto y cayó
prisionero. Con la victoria los texanos se declararon una república independiente
y su congreso argumentó no tener la facultad de liberar o prohibir el comercio y
la utilización de esclavos. Un guiño a los estados esclavistas del sur de los Estados
Unidos y una posible anexión de Texas a la república norteamericana.
Posterior al levantamiento decembrista de 1844, que despojó del poder a Santa
Anna, llegó a la presidencia José Joaquín de Herrera. Las esperanzas de legalidad
rápidamente sucumbieron a las necesidades de los Estados Unidos y el objetivo
Historia de México Uno 101
de anexar Texas a su territorio. Herrera se encontraría en medio de
acusaciones infundadas de tramar la venta de Texas y California y
su gobierno no podría sostenerse por mucho tiempo.
En 1845 tanto el congreso texano como el norteamericano
aprobaron la anexión de Texas al creciente territorio de los Esta-
dos Unidos y mientras el presidente José Joaquín Herrera buscaba
una manera de evitar una guerra con los Estados Unidos tuvo que
enfrentar el levantamiento del general Mariano Paredes quien al
mando de la mejor reserva del ejército mexicano despojó del poder
al propio presidente de México, un ejemplo más de la inestabilidad
política preponderante en el país se hacía evidente en enero de 1846
con Paredes marchando triunfante a la Ciudad de México. La acción
del general Paredes contra el presidente Herrera, fue calificada por
Carlos María de Bustamante como una mancha de ingratitud que
no se borraría de la memoria. Los levantamientos armados y las
pugnas por el poder volvían a ser actores dentro del teatro político
mexicano, sin embargo, una nueva amenaza se cernía sobre los mexicanos, la sed
de expansión de los Estados Unidos hacia el Pacífico y la guerra como la única
solución para saciarla. El presidente de los Estados Unidos James Polk buscó una
forma de evitar los gastos de una guerra con México y buscó la posibilidad de
comprar los territorios del norte del país, la oferta fue rechazada y la intervención
militar en México ser cernía como una posibilidad cada vez más real. ETIQUETA
DIDÁCTICA 28
Durante la intervención norteamericana el ejército mexicano no logró ganar
ni una sola batalla y aunado a la pérdida de los territorios de California y Nuevo
México, esta quedaría sellada como la derrota más humillante y dolorosa que sufrió
el ejército mexicano en toda su historia. La inestabilidad del gobierno se reflejaba
en los constantes cambios de régimen. En medio de la guerra Santa Anna, nueva-
mente, ocuparía la primera magistratura del país después de las costosas derrotas
del insurrecto Mariano Paredes.
Actividad 6: Análisis historiográfico: Junto con tu profesor realiza la lectura del ar-tículo “Santa Anna y sus guerra con los angloamericanos.Versiones de una larga polémica” de María del Carmen Vázquez Mantecón en la siguiente di-rección electrónica: http://www.journals.unam.mx/index.php/ehm/article/view/3041
Realiza junto con tus compañeros un debate sobre las diversas versiones que existen sobre la participación de Santa Anna en la guerra contra los Estados Unidos. Puedes utilizar el siguiente cuadro para llevar un orden de tus ideas.
ETIQUETA DIDÁCTICA 28: El presidente de
los Estados Unidos James Polk aprovechó que
la frontera entre México y Estados Unidos aún
no se definía después de la anexión de Texas al
país del norte. Los Estados Unidos argumenta-
ban que la frontera era el Río Grande o Bravo,
mientras que México consideraba a la línea
divisoria entre México y Texas el río Nueces.
Entre ambos ríos el territorio estaba en disputa.
Con la frontera indefinida, el presidente de
los Estados Unidos, ordenó al general Zachary
Taylor cruzar el rió Nueces y establecerse en un
territorio que México argumentaba le pertene-
cía. No pasó mucho tiempo para que se desatara
un incidente entre ambos ejércitos que Polk
utilizó como la justificación para declararle la
guerra a México. Mathew Brady, Daguerrotipo
del presidente James Knox Polk, 1849.
Historia de México Uno102
Santa Anna regresó al poder y no se doblegó a los intereses norteamericanos
que le recomendaban la rendición incondicional, sin embargo, la derrota ya estaba
saldada. El norte del país se encontraba ocupado, el puerto de Veracruz ya había
caído en manos de los invasores, así como la ciudad de Puebla. En agosto de 1847
el general Winfield Scott tomó camino hacia la Ciudad de México. La capital no
contaba con una defensa adecuada y el triunfo parecía inminente. El ejército mexi-
cano sufrió derrotas en Padierna y en Churubusco, donde los soldados irlandeses
del Batallón de San Patricio desertaron del ejército norteamericano y se aliaron a las
fuerzas mexicanas. Ambos ejércitos acordaron un armisticio antes de reanudar las
hostilidades y que las derrotas continuaran para el ejército mexicano, en especial
en Molino del Rey y Chapultepec, donde el Batallón de San Blas y los cadetes del
Heroico Colegio Militar no pudieron evitar la caída de la Ciudad de México. El 15
de septiembre de 1847, a pesar de que la población
de la Ciudad de México quiso evitar la entrada
del ejército con un levantamiento, las barras y las
estrellas ondearon en la plaza principal del país.
ETIQUETA DIDÁCTICA 29
Durante el año de 1848 se firmaría el tratado
de Guadalupe-Hidalgo donde se acordaría la paz
entre los dos países y México sería despojado de la
mitad de su territorio. A pesar de la enorme pérdida
el país, casi milagrosamente, lograría sobrevivir.
La división del país se hizo evidente en las
acciones de los estados de la tambaleante repúbli-
ca. México, Guanajuato y Zacatecas se negaron a
proporcionar recursos para la defensa de la Ciudad
de México. Tabasco, solicitó recursos para defender su territorio, mismos que le
fueron negados, así que decidió desconocer al gobierno federal. Yucatán ante el
temor de que sus puertos se vieran ocupados por el invasor se mantuvo separada
Historiadores liberales
Historiadores conservadores
Historiadores norteamericanos
ETIQUETA DIDÁCTICA 29: En vez de preparar
los festejos por la independencia nacional, el
15 de septiembre de 1847, la Ciudad de México
amanece con la bandera de los Estados Unidos
ondeando desde el Palacio Nacional. Pietro
Gualdi, Gran Plaza de la Ciudad de México,
después de la ocupación estadounidense del 14
de septiembre de 1847, Museo Nacional de Arte.
Historia de México Uno 103
de la unión durante el conflicto. Si bien la in-
vasión norteamericana en muchos sentidos fue
una guerra injusta y la invasión de un país más
poderosos sobre otro mucho más débil, la derrota
fue más humillante de lo esperado y la unidad
nacional se desvaneció, el país se vio obligado a
definirse frente a la pérdida de más de la mitad
del territorio.
A pesar de su responsabilidad en la defensa
fallida de la Ciudad de México y que se encontraba
en el exilio, el general Santa Anna fue llamado
nuevamente a salvar a la patria, o lo que quedaba
de ella. El nuevo gobierno de Santa Anna estaría
ligado al grupo conservador, grupo político que
surge de la mano de Lucas Alamán. ETIQUETA
DIDÁCTICA 30
2.4 El último gobierno de Santa Anna
Desde la lucha por la independencia se habían presentado una infinidad de
problemas principalmente en las respectivas sucesiones del poder. Los constantes
debates se centraban en: ya sea establecer un gobierno federalista o centralista; o
incluso en imponer la república o la monarquía. Los problemas de México se hicieron
más graves cuando se presentó la intervención norteamericana que significaría la
pérdida de más de la mitad del territorio nacional, el país debía configurarse ante
esta enorme pérdida. Agregado a de perder la mitad de su territorio que ya de por
si es sumamente grave, también sumemos la humillación que sentía el pueblo
mexicano ante el ultrajo y, como lo menciona Justo Sierra, la evidencia de que los
hombres poderosos de la política mexicana no eran capaces de proteger la dignidad
nacional y la propia existencia de la patria mexicana. Derrotado, Antonio López de
Santa Anna saldría al destierro, sin embargo, poco tiempo después los problemas
internos nacionales le abrirían el paso al grupo reaccionario que llamaría de nueva
cuenta al hombre necesario para que tomara la rienda del país. La República no
había podido demostrar que podría llevar al país al progreso, había incluso per-
dido la mitad del país. Las políticas conservadoras dejaron de ser moderadas. La
reacción buscará a toda costa la imposición de un gobierno monárquico, fórmula
que según ellos, lograría llevar a la nación al progreso.
El nuevo gobierno de Santa Anna tuvo un carácter dictatorial y estuvo lleno de
persecuciones e intolerancia. Tuvo como aliado al partido conservador que repre-
sentaba los intereses del clero y el ejército, a quienes había otorgado muchísimos
ETIQUETA DIDÁCTICA 30: La pérdida de más
de la mitad de su territorio significó uno de los
momentos más difíciles de la historia nacional.
La nación tuvo que volver a definirse ante la
dolorosa derrota. Mapa de México y Estados
Unidos, Biblioteca del Congreso de los Estados
Unidos
Historia de México Uno104
privilegios. Esta última dictadura de Santa Anna significaría el estallido
de la primera revolución nacional producto de la indignación pública y
no venida de las codicias de cuartel. ETIQUETA DIDÁCTICA 31
En marzo de 1854 se presentó la revuelta en contra de Santa Anna,
éste ya estaba acostumbrado a las sublevaciones por lo tanto no era nada
extraño. Esta revuelta estaba organizada por algunos liberales quienes en
los últimos momentos de la dictadura veían necesario mejorar el rumbo
nacional que su Alteza Serenísima -como Santa Anna se hacía nombrar-
no había logrado. Los liberales argumentaban que México no lograría
el progreso sin el establecimiento de algunas medidas económicas que
afectarían de manera directa o indirecta a la Iglesia, institución defendida
por los reaccionarios. Sin embargo, incluso dentro del grupo liberal había
ciertas discrepancias entre sus miembros: “los liberales radicales [o puros]
se inclinaban por adoptar medidas rápidas y enérgicas para solucionar
los problemas de México, mientras que los moderados insistían en una
mayor cautela.
La revuelta de 1854 fue iniciada por el jefe militar Juan Álvarez en
el estado de Guerrero y apoyada por el general Ignacio Comonfort. Otros
jefes militares en distintos estados se unieron a la causa del iniciado Plan
de Ayutla, mientras que algunos liberales pudieron regresar del exilio
para unirse al movimiento entre los que se encuentran Benito Juárez y
Melchor Ocampo. La revolución de Ayutla buscaba retirar a Santa Anna del poder,
sin embargo, prometía la elección de un presidente interino que convocaría a un
Congreso extraordinario que se encargaría de promulgar una nueva Constitución,
tal como lo menciona Justo Sierra: “constituiría a la nación bajo la forma republi-
cana, representativa y popular. Una forma de gobierno que permitiría a México
la incorporación al mundo occidental, industrial, moderno y capitalista.
2.5 Las primeras reformas liberales
La revolución de Ayutla triunfó en agosto de 1855 y Santa Anna renunció a la
presidencia. Su salida se vio como el nacimiento de una nueva etapa en la todavía
joven nación mexicana. Juan Álvarez fue elegido presidente interino y seleccionó
como miembros de su gabinete a liberales prominentes como Melchor Ocampo
en el ministerio de Relaciones Exteriores, Guillermo Prieto como ministro de
Hacienda, Benito Juárez ministro de Justicia e Ignacio Comonfort al frente del
Ministerio de Guerra. El gobierno de Álvarez se enfrentó a muchos problemas,
especialmente contra aquellos contrarrevolucionarios que buscaban de nuevo el
control del Estado, pero también, al interior del propio grupo liberal. ETIQUETA
DIDÁCTICA 32
ETIQUETA DIDÁCTICA 31: El general Antonio
López de Santa Anna es uno de los personajes
más controvertidos de la historia nacional. Du-
rante el siglo XIX los historiadores construyeron
su imagen desde diversas perspectivas. Los es-
tudiosos liberales lo tacharon principalmente
de traidor, mientras los conservadores fueron
más condescendientes con el y en el peor de
los casos loa acusaron de ser un mal militar.
Daguerrotipo de Antonio López de Santa Anna,
Meade Brothers, 1853.
Historia de México Uno 105
La presidencia de Álvarez tuvo una duración de solamente dos meses
ya que dejó el cargo por problemas de salud, sin embargo, en este corto
periodo de tiempo fue promulgada una ley relevante dentro del sistema
legislativo mexicano La Ley de Administración de Justicia y Orgánica de los
Tribunales de la Nación, del Distrito y Territorios, mejor conocida como
la Ley Juárez. Esta ley publicada el 23 de noviembre de 1855, establecía la
igualdad de todas las personas ante la ley, a parte de la intención de erra-
dicar los monopolios para otorgar la igualdad de oportunidad económica.
Esta faceta de la ley tiene mucho que ver con la intención de los liberales
de eliminar las trabas que poseía la economía y el mercado mexicano
para entrar en este juego de producción e industrialización capitalista
en el que ya participaban las potencias más importantes del mundo. En
el artículo 42 de la ley se establecía el ordenamiento de justicia, ya que
los tribunales eclesiásticos y militares solamente podrían intervenir en
asuntos enteramente de su competencia y no más en asuntos civiles. La
ley significó un duro golpe para los intereses militares y del clero católi-
co, por lo mismo se iniciaron una serie de reclamos por parte del grupo
conservador que representaba los intereses de ambos. Ante la agitación
provocada por la Ley Juárez y con las divisiones en su gobierno, Álvarez,
por cuestiones de salud, decidió renunciar a la presidencia y delegó el poder a
Ignacio Comonfort en diciembre de 1855. Comonfort era un liberal moderado y,
como tal, buscaba que los cambios en el gobierno se dieran de manera paulatina
para no provocar una guerra civil. A pesar de las diferencias entre los liberales, la
gran mayoría coincidía que el potencial económico del país y su incorporación al
selecto grupo de las naciones capitalistas dependían de terminar con los privile-
gios económicos y sociales que la Iglesia y el ejército mantenían. La Ley Juárez ya
había avanzado en este sentido, sin embargo, era también importante despojar
a la Iglesia de sus beneficios económicos. En este sentido, durante el gobierno
de Comonfort el ministro de Hacienda Miguel Lerdo de Tejada promulgó el 25
de junio de 1856 la denominada Ley de desamortización de bienes de la Iglesia y
de corporaciones, cuando aún no terminaban las protestas de la Iglesia contra la
legislación promovida por Juárez. Esta nueva ley se centró en la desamortización
de los bienes del clero. Si bien no confiscaba las propiedades de la Iglesia, establecía
que éstas debían venderse y los fondos obtenidos por la venta pasarían a las manos
de la Iglesia con la única condición que el comprador pagara una alcabala al propio
gobierno. La Ley Lerdo se sostenía en la idea de que pequeños terratenientes harían
productivas tierras que por el momento estaban ociosas y que la alcabala impuesta
por la venta de estas llenaría de recursos las arcas del Estado. A pesar de las inten-
ciones, sólo se dio la transferencia de las tierras de grandes terratenientes del clero
a grandes terratenientes particulares lo que trajo consigo una enorme especulación
ETIQUETA DIDÁCTICA 32: Benito Juárez, líder
indiscutible del grupo republicano, había sido
enviado al exilio por el presidente Santa Anna
por desavenencias políticas, aunque también
algunas de orden personal. Cuando Santa Anna
huía al exilio después de su derrota contra los
norteamericanos, Juárez como gobernador de
Oaxaca, no le permitió el paso por el estado.
Daguerrotipo anónimo de Benito Juárez.
Historia de México Uno106
en tierras. Otra legislación promovida durante el gobierno
de Comonfort, que vale la pena mencionar, es aquella del
11 de abril de 1856 propuesta por José María Iglesias: Ley
de Obvenciones Parroquiales. Esta legislación consideraba
como pobres a todos aquellos que solamente tuvieran los
recursos necesarios para sobrevivir y, por ende, estaban
exentos del pago de derechos parroquiales y obvenciones
a la Iglesia. Cada una de estas leyes y todas en su conjunto
trajeron consigo una serie de protestas del grupo clerical,
los militares y otros prominentes conservadores. ESTRA-
TEGIA DIDÁCTICA 33
2.6 La Constitución de 1857
De acuerdo con lo estipulado en el Plan de Ayutla, el presidente Álvarez confor-
mó un congreso extraordinario con el fin de redactar una nueva constitución que
sustituyera a la Carta Magna de 1824. El Congreso extraordinario había iniciado
sesiones desde el 18 de febrero de 1856 donde se prometió constituir una nación
bajo el esquema de una república representativa, sistema de gobierno que iba en
contra de los ideales conservadores y a favor de las tendencias de los liberales de
separar las relaciones entre la Iglesia y el Estado. Los liberales adoptaron los ideales
y creencias de la Ilustración, defendían la forma federal de gobierno con base en
la libertad del individuo y la soberanía popular, evidentemente dentro del grupo
liberal existía una relación directa entre el progreso y el federalismo. Los conserva-
dores, por otro lado, creían que el Estado debía regirse bajo un esquema centralista
y no apoyaban la separación Iglesia-Estado. Al interior de este Congreso extraor-
dinario se presentaron los debates más acalorados, especialmente con lo referente
a los bienes de la Iglesia. Los liberales argumentaban que el reino de la Iglesia no
era de este mundo y por lo tanto podría separarse de sus posesiones terrenales,
mientras que los conservadores argumentaban que el Estado no tenía derecho
en decidir sobre la propiedad privada y el uso que las instituciones eclesiásticas le
daban a sus propiedades que, de acuerdo con ellos, las utilizaban en beneficio de
la sociedad y que las ganancias que obtenían de las mismas eran mínimos ya que
el catolicismo prohibía la usura.
Tanto la Ley Juárez como la Ley Lerdo fueron aprobadas y ratificadas en
el naciente nuevo texto constitucional, así como un apartado que defendía los
derechos del hombre. De hecho, esta Carta Magna se convirtió en la primera que
incluyó un sistema legislativo dedicado a defender estos derechos primordiales.
El nuevo proyecto constitucional también promovió la libertad de enseñanza y
de trabajo, asegurando que nadie podría prestar servicios de manera obligada sin
ESTRATEGIA DIDÁCTICA 33: Miguel Lerdo
de Tejada, Benito Juárez, José María Iglesias y
otros destacados miembros del Estado mexicano
publicaron una serie de legislaturas que busca-
ban insertar a México dentro del orden liberal y
capitalista de las grandes potencias extranjeras.
Detalle del mural de Diego Rivera La historia
de México en Palacio Nacional.
Historia de México Uno 107
la correcta remuneración ni consentimiento de la persona. Otro de los temas que
atrajo un intenso debate fue lo referente a la libertad de cultos, los liberales se daban
cuenta que existía un retraso considerable de los países católicos en comparación
con aquellos ligados al protestantismo, sinónimo para los liberales más radicales
de progreso y prosperidad económicas. Los liberales radicales consideraban que
la libertad de cultos permitiría la entrada de inmigrantes a suelo mexicano, los
conservadores apoyaban la idea de la migración a México sin embargo estos ten-
drían que ser forzosamente católicos para mantener la paz. El Congreso se negó a
declarar la tolerancia de cultos, sin embargo, sí protegió los derechos individuales
del hombre al incluir en ellos la libertad de prensa y de conciencia que borraría
la intolerancia de las instituciones y el fin de la intromisión de la Iglesia en los
asuntos del Estado.
La nueva Constitución establecía que el Estado mexicano se conformaría como
una República federal, representativa y democrática. El poder legislativo se le
confería al Congreso de la Unión y éste se convertiría en el supremo poder ya que
las decisiones del presidente, como representante del ejecutivo, estaban limitadas
a las decisiones de la Cámara.
Durante un año se presentaron intensos debates al interior del Congreso
hasta que el 5 de febrero de 1857 se proclamó la nueva Constitución mexicana que
reflejaba los principios liberales más importantes, un sistema republicano federal,
restricción de los poderes del clero católico y la intención de imponer un sistema
económico capitalista en México fundamentado en una igualdad política, jurídica
y social que fomentara la iniciativa individual. Los liberales argumentaban que los
derechos económicos debían estar garantizados por los derechos políticos, mientras
que las libertades de los mexicanos estarían garantizadas con el pleno ejercicio de
sus libertades de prensa y conciencia.
La Constitución de 1857 vino a complicar aún más los problemas de división
entre las distintas facciones políticas. Durante su gobierno, Ignacio Comonfort,
tuvo que hacer frente a las insurrecciones del grupo conservador que se levanta-
ron en distintos puntos del territorio mexicano. Incluso al interior miembros del
propio grupo liberal, la Constitución, aumentó la separación. Algunos liberales
moderados, en un afán conciliatorio, buscaban incluso que algunos artículos que
afectaban los intereses conservadores fueran modificados con tal de mantener la de
por sí muy débil paz en el país. Los líderes de la Iglesia no tardaron en demostrar
su repudio a la nueva Constitución. Incluso algunos empleados del gobierno,
fervientes creyentes de la fe católica, decidieron no jurar la Carta Magna y por lo
mismo eran cesados de sus cargos. Aún más pronunciamientos de los reaccionarios
aparecieron por todo el país bajo el grito: “religión y fueros”.
Historia de México Uno108
Actividad 7: Las diversas constituciones del s. XIX: Realiza una breve investigación en la biblioteca sobre las características de las distintas constituciones que fueron promulgadas durante el siglo XIX. Anota las características en el siguiente cuadro y comenta en la sesión de clases las diferencias y similitudes de los textos constitucionales.
2.7 La guerra civil
A mediados de 1857 se organizaron elecciones donde Comonfort resultó
ganador como presidente. Los conservadores juraron que el nuevo presidente
no gobernaría sobre un país pacífico hasta que no realizara las modificaciones
pertinentes a la Constitución.
Los rumores de una rebelión se hicieron realidad cuando Félix María Zuloaga,
abanderado bajo el Plan de Tacubaya inicia un levantamiento armado. Este pro-
nunciamiento solicitaba la revocación de la Constitución y conformar un nuevo
Congreso constituyente. Al principio, Zuloaga reconocía a Comonfort como
presidente e incluso le confería poderes extraordinarios. El presidente decidió
adherirse al Plan de Tacubaya ya que pensaba que estos poderes extraordinarios
le permitirían mantener el control tanto los liberales como de conservadores y
lograr la mediación ansiada. La revuelta de Zuloaga logró la adhesión de diversos
estados de la República, sin embargo, cuando Veracruz, que originalmente se
había adherido al plan, regresó al orden constitucional las cosas se complicaron
para Comonfort, quien ya no encontró el apoyo suficiente. Esta situación propi-
ció que el primer mandatario se encontrara indeciso sobre qué camino seguir. La
indecisión fue vista como un signo de debilidad a los ojos del general Zuloaga y
de los conservadores quienes decidieron desconocer al presidente. Comonfort
regresó al grupo liberal y liberó de prisión a Benito Juárez y a algunos diputados
del Congreso que habían sido encarcelados durante la rebelión de Tacubaya. Las
Constitu-ción de 1824
Las 7 leyes Las Bases Orgánicas
Constitu-ción de 1857
Contexto histórico en el que se promulgóGrupo polí-tico que la promovió
Caracterís-ticas princi-pales
Historia de México Uno 109
tropas de Comonfort se enfrentaron a las de Zuloaga en la Ciudad
de México, sin embargo, el presidente no pudo contener el ataque
de los reaccionarios y se vio obligado a renunciar a la presidencia
huyendo hacia los Estados Unidos. El grupo conservador logró
asentarse en la capital del país y nombró como presidente al general
Zuloaga. ETIQUETA DIDÁCTICA 34
Al otro día de haber sido liberado de su prisión, Juárez se dirigió
a Guanajuato y como aún presidente de la Corte de Justicia asumió
la presidencia acorde con lo establecido en el orden constitucional.
Dos gobiernos combatían por la soberanía, uno conservador en
la capital y el otro liberal en la provincia. En Guanajuato, Juárez
presentó un manifiesto a la nación en el cual declaraba que el
suyo era el gobierno legítimo y reafirmaba su determinación de
apoyar la Constitución. Por su parte Zuloaga presentó su primera
legislación: Las 5 leyes, mismas que derogaban las leyes reformis-
tas que se habían promulgado con anterioridad, y establecía su
programa de gobierno opuesto “al destructor sistema constitu-
cional”. A mediados de febrero, Juárez se vio obligado a mudar
su administración a Guadalajara donde impuso algunas medidas
para organizar su gobierno errante. Los problemas lo sacudían,
sus tropas sufrieron su primera derrota en Salamanca, , y el 13 de
marzo una parte de la guarnición del ejército constitucionalista
en Guadalajara se levantó en su contra y estuvieron a punto de fusilarlo, acción
que se evitó gracias a la virtuosa elocuencia de Guillermo Prieto quien convenció a
los soldados de levantar sus armas y detener el fusilamiento. El gobierno de Juárez
negoció con los sublevados y se vio obligado a salir de Guadalajara y continuar el
camino hacia Colima con la intención de llegar a Manzanillo por las facilidades
de comunicación que poseía este puerto. Juárez se embarcó hacia Panamá con la
intención de cruzar el estrecho territorio centroamericano y llegar hacia un estado
que apoyaba el orden constitucional y en el cual podría cobrar los impuestos de
la aduana para obtener recursos: Veracruz, puerto del golfo donde Juárez arribó
en mayo de 1858.
Corrió el primer año de la guerra civil y los generales conservadores como
Leonardo Márquez y Miguel Miramón se levantaban con importantes triunfos.
El ejército reaccionario estaba compuesto por oficiales profesionales y una tropa
sumamente disciplinada, a diferencia de los combatientes liberales cuyos ofi-
ciales eran improvisados y la tropa poco entrenada. Los conservadores sentían
que la victoria estaba relativamente cerca, sin embargo, en diciembre de este año
comenzaron a hacerse notar las divisiones dentro de su grupo. El general Miguel
María Etchegaray se pronunció en contra del presidente conservador Zuloaga.
ETIQUETA DIDÁCTICA 34: El levantamiento de
Félix Ma. Zuloaga en Tacubaya inicia un periodo
de la historia nacional que se ha denomina-
do como “La guerra de Reforma” o la “Guerra
de Tres Años”. Conflicto en el cual el orden
constitucional se vio amenazado por el grupo
reaccionario que quiso conservar los antiguos
privilegios del clero o el ejército. Daguerrotipo
anónimo de Félix Ma. Zuloaga.
Historia de México Uno110
Etchegaray obtuvo el apoyo de las tropas reaccionarias en la Ciudad de México y
lograron nombrar al general Miramón como presidente conservador, sustituyendo
a Zuloaga en febrero de 1859. ETIQUETA DIDÁCTICA 35
Como nuevo presidente del ala conservadora decidió que la forma más sencilla
de terminar la lucha era dirigirse en persona hacia Veracruz y vencer de una vez por
todas a Juárez y su ejército liberal. Los liberales conocieron del plan y apresurada-
mente movilizaron a distintas tropas constitucionalistas a la Ciudad de México.
Los constitucionalistas incendiaron algunos sitios donde Miramón podría hacerse
de los víveres necesarios para alimentar a su tropa que cada avanzaba más enferma.
La táctica funcionó y Miramón se vio obligado a regresar en defensa de la Ciudad
de México que ya era asediada.
La situación para los dos bandos era sumamente desesperada y debían hacerse
de recursos de la forma más rápida posible. El 26 de noviembre de 1859 los con-
servadores lograron firmar con la monarquía española el tratado Mon-Almonte.
En este acuerdo era reconocido el gobierno conservador siempre y cuando éste
reconociera oficialmente las reclamaciones que hacían ciudadanos españoles en
contra del Estado mexicano. Los liberales al conocer su existencia culparon a sus
contrarios de ultrajar a la nación mexicana, sin embargo, la situación de guerra
también provocó que los constitucionalistas negociaran el tratado McLane-Ocampo
con el gobierno norteamericano. Este tratado tampoco estaba exento de múlti-
ples cuestionamientos. En él, el gobierno de Juárez le otorgaba libre tránsito por
perpetuidad a través de la frontera norte y del Istmo de Tehuantepec al comercio
norteamericano y la posibilidad de enviar fuerzas armadas para proteger a los
ciudadanos norteamericanos que por ahí transitaran. El tratado se firmó el 1º de
diciembre de 1859 sin embargo como lo afirma Justo Sierra: “Quiso nuestra buena
suerte, nuestra bendita suerte que el Senado americano hubiera rechazado las
estipulaciones patrocinadas por Buchanan, y del tratado sólo quedó una sombra
[que] anubla las figuras de los caudillos de la Reforma”.
Es evidente que las potencias extranjeras en esta sed expansionista se aprove-
charon de la difícil situación de guerra civil que ensombrecían al Estado mexicano y
buscaron beneficiarse de la misma. No sólo existía la amenaza de los Estados Unidos,
los europeos buscaban aprovechar los recursos naturales mexicanos y mantener en
control al naciente poderío de los Estados Unidos. Ambos tratados significaron la
entrada de recursos económicos que los dos bandos requerían, aunque lo anterior
no evitó que otras vergonzosas acciones fueran llevadas a cabo. Los conservadores
negociaron con la casa suiza Jecker un préstamo de 750,000 pesos a cambio de los
cuales fueron entregados bonos del Estado mexicano con valor de quince millones
de pesos, mismos que serían denominados como los “bonos Jecker” y servirían
como pretexto para la intervención francesa en México. De la misma forma, los
liberales se hicieron de recursos económicos de formas no tan convenientes, por
ETIQUETA DIDÁCTICA 35: Los generales
conservadores Leonardo Márquez y Miguel
Miramón lograron importantes triunfos para
el gobierno de Zuloaga, sin embargo, las divi-
siones del grupo reaccionario significarían un
obstáculo difícil de sobrepasar. Daguerrotipo
anónimo de Leonardo Márquez. Daguerrotipo
del general Miramón por Merille.
Historia de México Uno 111
ejemplo, el general Santos Degollado se apoderó de un cargamento de plata en
San Luís Potosí con valor de más de un millón de pesos propiedad de particulares
extranjeros, entre ellos ingleses. Inmediatamente el cónsul inglés solicitó a Degollado
la devolución de la cantidad perteneciente a sus connacionales. Lo anterior obligó
incluso a que el presidente Juárez destituyera del mando de las tropas liberales al
general Degollado y las asumiera el general Jesús González Ortega con las mismas
funciones y facultades.
La situación de Guerra continuaba y ya era una obsesión para el general Miramón
ocupar Veracruz para vencer a los liberales. Para esta empresa comisionó a Tomás
Marín la compra de dos buques de guerra en Cuba para iniciar un sitio marítimo
en Veracruz. Miramón salió de nueva cuenta a Veracruz por tierra para cerrar el
sitio terrestre y rodear al gobierno liberal. Juárez se enteró de la compra de los dos
buques y envió un mensaje al gobierno norteamericano donde se deslindaba de
los destrozos que esos dos buques pudieran causar a intereses norteamericanos en
altamar o en el Golfo de México, ya que los mismos no habían sido abanderados
legítimamente como parte de la marina de guerra mexicana. Se acordó con la ma-
rina estadounidense un ataque conjunto a los buques conservadores. Durante la
madrugada la corbeta “Saratoga” de bandera norteamericana atacó a las dos naves y
apresaron a Marín y a sus subalternos bajo el cargo de piratería. Los conservadores
acusaron a Juárez de violar la soberanía nacional al recibir apoyo de los Estados
Unidos, a pesar de las protestas, lo ocurrido significó el giro que daría la guerra en
favor de los liberales. La balanza ahora se inclinaba a favor de Juárez.
A partir del frustrado sitio marítimo y terrestre las derrotas comenzaron
a sumarse para el bando conservador. En noviembre de 1860 Miramón declaró a
la Ciudad de México en estado de sitio y se apoderó de 600,000 pesos pertenecien-
tes a ciudadanos ingleses. Un “apoderamiento” más de dinero extranjero que se
sumaban a las reclamaciones de las naciones extranjeras. La batalla de San Miguel
Calpulalpan, cerca del Valle México, selló el triunfo del general González Ortega
sobre las tropas de Miramón y el conflicto en favor de los constitucionalistas. En
enero de 1861 Juárez pudo establecer su gobierno en la Ciudad de México bajo
la norma de la Constitución de 1857 y sus preceptos que habían sido defendidos
por unos y atacados por otros durante tres años de sangrienta lucha. “El triunfo
de Juárez le aseguraba el dominio general del país: pero no la sumisión de sus
enemigos […].”
Actividad 8
Investigación bibliográfica: Con ayuda de tu profesor realiza una breve in-vestigación en la biblioteca del plantel sobre las posturas ideológicas del grupo liberal y conservador. Concéntrate en encontrar sus propuestas para lograr el progreso del país. Puedes apoyarte en textos de historiadores
Historia de México Uno112
del periodo como: Lucas Alamán o José Luis Mora. Concéntrate en las similitudes entre ambos grupos y reflexiona con tus compañeros en el aula sobre esta temática.
2.8 La intervención francesa y el Segundo imperio
Juárez regresó a la Ciudad de México a la cabeza del gobierno republicano,
sin embargo, nuevas amenazas desde el exterior amenazaban lograr la deseada
estabilidad. Ante la quiebra económica del país, el gobierno de Juárez decidió sus-
pender por el periodo de dos años el pago de la deuda externa. Sus acreedores en el
extranjero inmediatamente exigieron el pago de las deudas y rompieron relaciones
bilaterales con la República. Los problemas internacionales significaron oxigeno
puro para el grupo monarquista que parecía derrotado. Una nueva oportunidad
aparecía ante la reacción para imponer un gobierno imperial y su apoyo se centró
en las acciones de las potencias europeas.
España, Inglaterra y Francia formaron una alianza tripartita con la intención
de obligar a Juárez a continuar con los pagos. El plan era sencillo y consistía en la
ocupación de las aduanas portuarias del país. El puerto de Veracruz fue ocupado
en un primer momento por España, posteriormente llegarían los buques ingleses
y franceses. Las negociaciones se hicieron necesarias y el gobierno de Juárez envió
una nota a los diplomáticos extranjeros en Veracruz afirmando su intención de
cumplir con las responsabilidades del Estado en sus deudas. España e Inglaterra
cedieron a las ofertas del gobierno mexicano, sin embargo, El emperador de Francia
Napoleón III ya tenía otros planes y la intervención militar en México estaba ya
prácticamente pactada. Junto con el grupo conservador, Napoleón III, se encargaría
de llevar a cabo el cambio de gobierno, la República se veía amenazada.
La ocupación de ciudades del estado de Veracruz como Córdoba y Oriza-
ba resultaron relativamente sencillas para el ejército francés en su objetivo final
de llegar a la Ciudad de México. En algunas poblaciones, el ejército invasor, fue
Liberales Conservadores
Postura ideológica
Forma de gobierno
Similitudes
Historia de México Uno 113
recibido con algarabía por los gobernadores conservadores,
en embargo, el general encargado de la defensa del gobierno
de Juárez; Ignacio Zaragoza, decidió fortalecer sus tropas en la
ciudad de Puebla para resistir el ataque. A pesar de la victoria
en Puebla, el ejército liberal pasaba por muchos problemas, se
sumaron derrotas en otros frentes y la defensa de la República
resultaba una tarea casi imposible. El ejército republicano no
sólo se enfrentaba a las tropas del ejército francés, muy superior
en fuerza, sino también a los generales que apoyaban la causa
intervencionista y los planes de Napoleón de sustituir la Repú-
blica. ESTRATEGIA DIÁCTICA 36
Acomodos en el liderazgo del ejército invasor y la llegada
de más hombres, así como el fallecimiento del general Zarago-
za quien llevaba la batuta en la defensa, complicaron mucho
el conflicto para los republicanos. Después de dos meses de
rodear a la ciudad de Puebla y mantenerla en estado de sitio, el
general Jesús González Ortega rindió la ciudad después de que
se agotaran los alimentos. Con la caída de Puebla en manos de
los invasores, el gobierno federal decidió abandonar la capital
y llevar la administración del Estado hacia la provincia, esperando ahí, que su
gobierno pudiera sobrevivir.
En junio de 1863 la capital sería ocupada por los invasores con un mensaje
del mariscal Forey donde aconsejaba al pueblo de México: “[…] la fraternidad, la
concordia, el verdadero patriotismo; que dejaran de ser liberales y reaccionarios,
que fueran únicamente mexicanos”.
Los franceses impusieron el gobierno de una Junta
Superior de Gobierno que redactó las propuestas que a
continuación se mencionan:
1. La nación adoptará la monarquía moderada, hereditaria,
con un príncipe católico.
2. El soberano tomará el título de emperador de México.
3. La corona imperial se ofrecerá al príncipe Fernando Maxi-
miliano, archiduque de Austria, para sí y sus descendientes.
Se formó una comitiva para presentar al archiduque
la corona del imperio mexicano esperando una respuesta
positiva. Mientras tanto, Juárez instalado en la provincia, desesperadamente di-
rigía la resistencia al invasor y el grupo conservador. ETIQUETA DIDÁCTICA 37
A pesar de la derrota durante la guerra civil, el grupo conservador buscó una
alternativa para imponer un gobierno monárquico en el país. El primer experimento
monárquico había resultado un desastre y terminó con el fusilamiento de Agustín
ESTRATEGIA DIÁCTICA 36: El general Ignacio
Zaragoza logró repeler el ataque del ejército
francés en la Batalla de Puebla, sin embargo,
su trágico fallecimiento significó la reorgani-
zación del ejército nacional. Retrato del general
Ignacio Zaragoza por Tejada, Museo Nacional
de Historia.
ETIQUETA DIDÁCTICA 37: El 5 de mayo de
1862 las tropas comandadas por el general Ig-
nacio Zaragoza derrotaron al ejército invasor en
la victoria militar más recordada en la historia
del país. José Cusachs, Batalla de Puebla, 5 de
mayo de 1862, 1903. Museo Nacional de Historia.
Historia de México Uno114
de Iturbide. La intervención del emperador Napoléon III le dio nuevos bríos al
grupo reaccionario que vio sus planes de establecer una monarquía en México
cada vez más cerca. No se cometerían los mismos errores del pasado, un plebeyo
no volvería a ocupar el cargo que le correspondía a un hombre de sangre azul. El
archiudque Fernando Maximiliano de Austria, convencido, más por su esposa la
princesa Carlota de Bélgica que por el grupo de notables conservadores que en su
palacio de Miramar le ofrecieron la corona de México, aceptó la audaz tarea. Una
cláusula que preocupaba al flamante nuevo emperador mexicano era la estadía del
ejército francés en su nueva y tropical nación. Las tropas republicanas no estaban
completamente derrotas y la estabilidad del imperio sólo podría sostenerse con
el auspicio del emperador francés y sus tropas apostadas en México. Napoleón
prometió al joven monarca que las tropas francesas no se moverían de México y
que su reinado estaría seguro.
La joven pareja de monarcas arribó al puerto de Veracruz, la recepción
fue sumamente fría, aunque conforme avanzaron hacia la ciudad de México las
recepciones en las distintas ciudades fueron cada vez más cálidas. La Ciudad de
México recibió al nuevo gobernante de manera especialmente apoteósica.
El emperador instaló su nuevo gobierno en un país que no controlaba
en su totalidad. Juárez estaba acorralado en el norte, pero aun así el ejército re-
publicano era un duro contrincante para las tropas del emperador, a pesar del
apoyo de Francia. Las primeras disposiciones del emperador sorprendieron a los
reaccionarios debido al corte liberal de las mismas. El emperador no resultó un
conservador convencido y parecía un liberal que se rodeaba de los miembros más
moderados del liberalismo mexicano para intentar conciliar ambas partes.
Erika Pani, estudiosa del grupo conservador, argumenta que a los reac-
cionarios se les salió el tiro por la culata con su flamante emperador. En uno de los
acontecimientos que mejor demuestran este distanciamiento, el papa envió una
carta al emperador solicitándole la derogación de las leyes de Reforma. El gobierno
imperial mexicano se negó y contestó a la Iglesia católica con algunos puntos que
contraponían los deseos de su santidad. La decepción se cernía sobre las cabezas
de los conservadores, sin embargo, la principal preocupación del estado recaía en
las cuestiones militares ya que el ejército republicano aún no había sido vencido.
A pesar de los triunfos del ejército del emperador, los republicanos no
perdían la esperanza en la victoria, en especial, cuando el emperador de Francia
consideró que el imperio de Maximiliano estaba consolidado en el poder decidió
paulatinamente retirar sus tropas de invasión. Los generales conservadores le
prometieron al emperador mantener la corona y evitaron que el joven austriaco
abdicara al trono. Poco a poco el ejército de la República se hacía de mayores terri-
torios y más aún con la retirada total del ejército francés al acercarse en el horizonte
un conflicto entre Francia y Prusia.
ETIQUETA DIDÁCTICA 38 La trágica historia
de los jóvenes emperadores podría ser el ar-
gumento de una ópera. El gobierno de Juárez
demostró al mundo que nadie estaría por encima
de la independencia nacional a costa de la vida
del joven Maximiliano. Su esposa, la señora
Carlota, regresó a Europa su vida se convirtió
en una especie de mito, incluso novelado por
Fernando del Paso en su obra Noticias desde el
Imperio. Retratos de los emperadores mexicanos
por Franz Xaver Winterhalter, Museo Nacional
de Historia.
Historia de México Uno 115
Debilitado, el emperador, llevó su gobierno a la ciudad de Querétaro,
misma que le había demostrado apoyo a lo largo de su gobierno. La ciudad se
vio rodeada por las tropas del general Mariano Escobedo durante más de 70 días
hasta que se rindió. El presidente de la República dispuso que el emperador y
sus generales fueran juzgados y, en caso de encontrarlos culpables, fusilarlos por
atentar contra la independencia del país. Durante un juicio de un par de días y
sin la participación del emperador por encontrarse indispuesto por problemas
de salud, él y sus más cercanos generales fueron condenados a muerte. A pesar
de las súplicas, el presidente Juárez no dispuso cambiar la decisión, que según él,
era respetuosa de la ley. Incluso la princesa Agnes Salm-Salm se arrodilló ante el
presidente de la República para suplicar en vano por la vida del
otrora emperador de México. ETIQUETA DIDÁCTICA 38
Maximiliano, Tomás Mejía y Miguel Miramón fueron fu-
silados el 19 de junio de 1867 en el Cerro de las Campanas en la
ciudad de Querétaro. “Voy a morir por una causa justa, la de la
independencia y la liberta de México. ¡Que mi sangre selle las
desgracias de mi nueva patria! ¡Viva México!” Fueron las últimas
palabras del emperador.
Su cuerpo fue embarcado de vuelta a Europa, su esposa ya se
encontraba allá, enloquecida ante las constantes negativas recibidas
por el papa y monarcas europeos para salvar a su esposo. Jamás
supo de su destino en Querétaro. ETIQUETA DIDÁCTICA 39:
El 15 de julio de 1867, Juárez, por segunda ocasión entraría
triunfante a la ciudad de México después de su gobierno repu-
blicano y forzosamente itinerante.
Epílogo
Este capítulo inició con la llegada del primer gobernante de la casa Borbón al
trono español. Esta nueva familia reinante inició una serie de transformaciones
conocidas como las Reformas Borbónicas que cambiaron varios aspectos de la
política y sociedad novohispanas. Sumado a las reformas, la sociedad criolla se
veía desplazada por la población nacida en la península Ibérica. A pesar de su éxito
económico, la población blanca nacida en América no podía acceder a importantes
puestos en el gobierno. La abdicación del rey de España debido a la conquista de
Napoleón sólo acrecentó el descontento pues los peninsulares no estuvieron de
acuerdo con el establecimiento de un gobierno autónomo en espera del regreso
del rey legítimo. La búsqueda por la autonomía desencadenó una guerra que una
década después resultaría en la Independencia del Imperio Mexicano. Curiosa-
mente aquellos que habían luchado contra la autonomía terminaron apoyando la
ETIQUETA DIDÁCTICA 39: Las noticias sobre el
fusilamiento del joven emperador, otrora miem-
bro de una de las casas reales más importantes
de Europa, fue un escándalo sin precedentes
en la sociedad europea. Incluso artistas como
el impresionista Edouard Manét, imaginaron
el acontecimiento del Cerro de las Campanas.
Historia de México Uno116
causa independentista ante el temor de la propagación del liberalismo y el fin de
los privilegios. México nació como un efímero Imperio que pronto se transformó
en República, y vivió más conflictos entre los grupos que se disputaban el poder.
Posterior a otro efímero imperio, llegaría el triunfo de la República y el largo ca-
mino para llegar a la modernidad.
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Historia de México Uno 119
Uni
dad
4. Consolidación del Estado Liberal Mexicano 1867-1910.
Tal como revisaste en el capítulo anterior, después de casi un siglo de inestabilidad
política, económica y social, México deseaba un periodo de paz y calma, que en
lo interno otorgara tranquilidad y seguridad a los habitantes con la intención de
desarrollar diferentes ramas de la economía y en lo externo y le permitiera competir
con el resto del mundo capitalista. En ese sentido, Porfirío Díaz, prometía alcanzar
la anhelada estabilidad política y encauzar al país por la senda del progreso material.
En esta Unidad estudiarás el periodo que comprende la restauración de la repú-
blica y hasta la crisis del sistema porfirista. En ese sentido comprenderás el proceso
de consolidación el Estado-nacional liberal mexicano a través del análisis de las
características autoritarias del régimen político, bajo un contexto imperialista, para
explicar el proyecto modernizador de México y la desigualdad social que provoca.
Para ello se analizarán los aspectos políticos, sociales, económicos y culturales del
régimen porfirista, a la vez que se
destacan las contradicciones deri-
vadas de la economía dependien-
te, la centralización del poder, las
condiciones de explotación de
la clase obrera y campesina, así
como la adopción de una cultura
afrancesada, que respondía a los
intereses de la clase que detentaba
el poder.
Se mencionan también los
primeros movimientos de opo-
sición ante la dictadura, como el
magonismo y las huelgas de Ca-
nanea y Río Blanco. Por último, se
habla de la entrevista Díaz- Cre-
elman y las consecuencias en el
derrumbe del sistema porfirista.
Porfirio Díaz en su juventud.
Historia de México Uno120
4.1 Características políticas del proyecto liberal.
Al concluir el imperio de Maximiliano y obtenida la victoria del gobierno
liberal de Juárez, en 1867 inició el periodo de la llamada República Restaurada, el
cual se caracterizó por la implementación de las Leyes de Reforma plasmadas en la
Constitución de 1857 y la administración de gobiernos presididos por mandatarios
civiles: Benito Juárez y Sebastián Lerdo de Tejada, quienes tenían en mente recons-
truir un país diezmado por la guerra civil, detener la intervención imperialista y
salvar los escollos socioeconómicos.
El pueblo supo valorar la defensa que Juárez había hecho de la soberanía y
lo recibió jubiloso el 15 de julio de 1867. En las elecciones presidenciales que le
volvieron a dar el triunfo, se notaban dos grupos con intereses distintos: los in-
telectuales de la generación de Juárez, autores de la Reforma, y los militares de la
generación siguiente, como Díaz, triunfadores sobre la intervención (González y
González, 1997).
Juárez formó su gabinete con civiles, que como liberales favorecieron el orden,
la pacificación y mejoramiento hacendario, el fomento a la educación, la población,
los caminos, los ferrocarriles, la industria y las nuevas técnicas agrícolas, es decir,
la modernización.
En el aspecto legislativo, cabe señalar que se reglamentó el Juicio de Amparo y se
reafirmó el federalismo. En el ramo educativo sobresalió la aplicación del positivismo,
de Augusto Comte, doctrina que influyó en intelectuales como Gabino Barreda.
Juárez, con la Ley Orgánica de la Instrucción Pública, promulgada el 2 de di-
ciembre de 1867 se creó la Escuela Nacional así como una escuela para invidentes,
la organización de la Biblioteca Nacional de México y el desarrollo de instituciones
lacansterianas.
En 1871, cuando el segundo periodo gubernamental de Juárez llegaba a su
fin y de acuerdo con la Constitución de 1857, se celebraron nuevas elecciones
presidenciales. Los candidatos a ocupar la presidencia fueron Sebastián Lerdo de
Tejada, Porfirio Díaz y Benito Juárez. Siendo Juárez el vencedor en los comicios, se
inició un nuevo periodo presidencial que iba de 1871 a 1875, ante ello Porfirio Díaz
lanzó el Plan de la Noria, en el cual rechazaba la reelección, bajo el argumento de
que ésta ponía en riesgo las instituciones nacionales.
Basándose en la Constitución de 1857, el plan afirmaba que a ningún ciuda-
dano se le podía permitir imponerse o perpetuarse en el ejercicio del poder. Que
a la letra dice:
Historia de México Uno 121
Plan de la NoriaAl Pueblo Mexicano:
La reelección indefinida, forzosa y violenta, del Ejecutivo Federal,
ha puesto en peligro las instituciones nacionales.
En el Congreso una mayoría regimentada por medios reprobados y vergonzosos, ha hecho ineficaces los nobles
esfuerzos de los diputados independientes, y convertido a la Representación Nacional en una cámara cortesana,
obsequiosa y resuelta a seguir siempre los impulsos del Ejecutivo.
En la Suprema Corte de Justicia, la minoría independiente que había salvado algunas veces los principios cons-
titucionales de este cataclismo de perversión é inmoralidad, es hoy impotente por falta de dos de sus más dignos
representantes, el ingreso de otro llevado allí por la protección del Ejecutivo. Ninguna garantía ha tenido desde
entonces el amparo; los Jueces y Magistrados pundonorosos de los Tribunales Electorales son sustituidos por
agentes sumisos del Gobierno, los intereses más caros del pueblo y los principios de mayor trascendencia quedan
a la merced de los perros guardianes.
Varios Estados se hallan privados de sus autoridades legítimas y sometidos a gobiernos impopulares y tiránicos,
impuestos por la acción directa del Ejecutivo y sostenidos por las fuerzas federales. Su soberanía, sus leyes y la
voluntad de los pueblos han sido sacrifcadas al ciego encaprichamiento del poder personal.
El Ejecutivo, gloriosa personificación de los principios conquistados desde la revolución de Ayutla hasta la rendi-
ción de México en 1867, que debiera ser atendido y respetado por el gobierno para conservarle la gratitud de los
pueblos, ha sido abajado y envilecido, obligándolo a servir de instrumento de odiosas violencias contra la libertad
del sufragio popular, y haciendole olvidar las leyes y los usos de la civilización cristriana en México, Atexcatl,
Tampico, Barranca del Diablo, la Ciudadela y tantas otras matanzas que nos hacen retroceder a la barbarie […]
[…] No convoco ambiciones bastardas ni quiero avivar los profundos rencores sembrados por las demasías de
la administración. La insurrección nacional que ha de devolver su IMPERIO a las leyes y a la moral, ultrajadas,
tiene que inspirarse de nobles y patrióticos sentimientos de dignidad y justicia.
Los amantes de la Constitución y de la libertad electoral son bastante fuertes y numerosos en el país de Herrera,
Gómez Farías y Ocampo, para aceptar la lucha contra los usurpadores del sufragio popular.
Que los patriotas, los sinceros constitucionalistas, los hombres del deber, presten su concurso a la causa de la
libertad electoral, y el país salvará sus más caros intereses. Que los mandatarios públicos, reconociendo que sus
poderes son limitados, devuelvan honradamente al pueblo elector el depósito de su confianza en los periodos
legales, y la observancia estricta de la Constitución será verdadera garantía de paz. Que ningún ciudadano se
imponga y perpetúe en el ejercicio del poder, y esta será la última revolución.
“La Noria”, Noviembre de 1871.
PORFIRIO DÍAZ.
El texto está disponible en http://www.memoriapoliticademexico.org/Efemeri-
des/11/08111871.html bajo la Licencia Creative Commons Atribución-CompartirIgual
3.0; pueden aplicarse términos adicionales.
Historia de México Uno122
No obstante, Díaz no encontró apoyo y Juárez murió
ocupando el poder ejecutivo, el 18 de julio de 1872, Juárez
murió repentinamente de una enfermedad del corazón.
En ese momento Sebastián Lerdo de Tejada ocupaba el
cargo de presidente de la Suprema Corte de Justicia, asu-
miendo la presidencia de manera interina y posteriormente
fue electo para el periodo 1872-1876. Lerdo de Tejada fue
identificado como un hombre leal a los principios juaristas,
por lo que tuvo credibilidad en los asuntos políticos, en ese
sentido decretó una ley de amnistía para terminar con la
rebelión porfirista.
El gobierno de Lerdo de Tejada se caracterizó por la
reafirmación de las leyes anticlericales como las de prohibir
toda manifestación pública de culto, disolver la orden de las
Hermanas de la Caridad, impedir que retornara a México
la Compañía de Jesús. Ordenó la creación de la Cámara de
Senadores, la organización del sistema fiscal, la amortización
de la deuda pública a baja escala.
Se construyeron a gran escala las vías férreas y se inaugu-
ró el ferrocarril México-Veracruz en 1873, se incorporó la red
telegráfica como medio de comunicación a nivel nacional.
El número de escuelas aumentó siguiendo con la lógica
positivista, así como la conformación de escuelas mixtas.
Al llegar al final del periodo presidencial de Lerdo de
Tejada, el general Porfirio Díaz se pronunció con el Plan de
Tuxtepec el 10 de enero 1876, en el cual se afirmaba que en
el gobierno de Lerdo de Tejada se hacía la burla más cruel a la democracia y que la
soberanía del Estado había sido vulnerada en múltiples ocasiones (Díaz, 1876), en
otras palabras, se desconocía como presidente de la República.
El movimiento de Díaz se centró en norte y en Oaxaca principalmente, así en
septiembre de 1876, una vez que se eligió nuevamente como presidente a Lerdo
de Tejada, el presidente de la Suprema Corte, José María Iglesias declaró como
fraudulento el resultado de las elecciones, así en noviembre de 1876 Porfirio Díaz
asumió la presidencia.
Sebastián Lerdo de Tejada, presidente de 1872
a 1876.
Historia de México Uno 123
Plan de Tuxtepec
A través del plan de Tuxtepec, Porfirio Díaz desconoció el gobierno de Sebastián Lerdo de Tejada al proponer
entre otras cosas la no reelección.
[…]Que la República Mexicana está regida por un gobierno que ha hecho del abuso un sistema político, despre-
ciando y violando la moral y las leyes, viciando a la sociedad, despreciando a las autoridades, y haciendo imposi-
ble el remedio de tantos males por la vía pacífica; que el sufragio político se ha convertido en una farsa, pues el
presidente y sus amigos, por todos los medios reprobables, hacen llegar a los puestos públicos a los que llaman
sus “candidatos oficiales”, rechazando a todo ciudadano independiente; que de este modo y gobernando hasta
sin ministros, se hace la burla más cruel a la democracia, que se funda en la independencia de los poderes; que
la soberanía de los Estados es vulnerada repetidas veces; que el presidente y sus favoritos destituyen a su arbitrio
a los gobernadores, entregando los Estados a sus amigos…
En el nombre de la sociedad ultrajada y del pueblo mexicano vilipendiado, levantamos el estandarte de guerra
contra nuestros comunes opresores, proclamando el siguiente plan:
• Artículo primero.- Son leyes supremas de la República la Constitución de 1857, el
Acta de Reformas promulgada el 25 de septiembre de 1873, y la ley de 1874.
•
• Artículo segundo.- Tendrán el mismo carácter de Ley Suprema la No-Reeleción de
presidente y gobernadores de los Estados, mientras se consigue elevar este princi-
pio a rango de reforma constitucional, por los medios legales establecidos por la
Constitución.
•
• Artículo tercero.- Se desconoce a don Sebastián Lerdo de Tejada como presidente
de la República, y a todos los funcionarios y empleados designados por él, así como
los nombrados en las elecciones de julio del año de 1875.
•
Artículo cuarto.- Serán reconocidos todos los gobernadores de los Estados que se
adhieran al presente plan. En donde esto no suceda, se reconocerá, interinamente,
como gobernador, al que nombre el jefe de las armas.
•
El texto está disponible en http://www.memoriapoliticademexico.org bajo la Licencia
Creative Commons Atribución-CompartirIgual 3.0; pueden aplicarse términos adicionales.
Historia de México Uno124
Actividad 1
Después de leer el texto, completa el siguiente esquema:
Propósito del plan Principales postulados
Orígenes TrascendeciaPlan de Tuxtepec
4.2 El proyecto de modernización del Estado mexicano en el contexto del imperialismo.
Mientras que los gobiernos de Juárez y Lerdo representaron un esquema de
crecimiento capitalista del país, a través del discurso de la soberanía nacional
dejando de lado la inversión extranjera. Porfirio Díaz estructuró su proyecto de
nación en la idea de progreso a través del crecimiento económico y la estabilidad
bajo una política de paz.
En el contexto del capitalismo imperialista del mundo y de la Segunda Re-
volución Industrial del progreso científico y tecnológico, caracterizado por los
monopolios de la industria que eliminaba la competencia y la creciente elimina-
ción de pequeñas y medianas empresas, el capital financiero que fusionó el capital
bancario con el industrial mediante la posesión de acciones y banqueros como
administradores de empresas, la exportación de capitales a través de la inversión
en otras regiones a menor costo y el colonialismo que consistió en la dominación
territorial, política y económica en diversas regiones del mundo como África y
América Latina para exportar materias primas a muy bajo costo (Sánchez, 2010).
Historia de México Uno 125
En ese sentido, dicha situación internacional
tuvo gran influencia en México, pues en el mundo se
ampliaban los imperios coloniales y Estados Unidos
incrementaba su expansión comercial y política en el
continente americano.
Bajo esa lógica, Porfirio Díaz consideró que era
necesario abrirse a los capitales extranjeros para im-
pulsar el crecimiento económico, por lo que durante
su largo gobierno se produjeron importantes cambios
en la estructura económica del país, centralizó el poder
político y se desarrolló la vida cultural. Al tiempo que
se agudizaron las contradicciones entre los sectores
adinerados y poderosos y los dominados y explotados.
La principal meta de Díaz al asumir la presidencia
en su primer periodo, fue consolidar la paz y estabilidad
que tanta falta le hacían al país. En los siguientes puntos
se observan las características más sobresalientes de este
periodo (Sánchez, 2010):
En política interior:
• SemantuvolasecularizacióndelEstado.
• RespetoalasLeyesdeReforma.
• Continuólanoreelección.
• SereestablecieronlasrelacionesconlaIglesia.
• Senombraronjefespolíticosparadebilitaralosjefeslocales.
• Selogrólapacificacióndelpaís.
• Sesometióalgrupodeloslerdistas.
• Seestableciólavicepresidencia,queestaríaacargodelaautoridadmáxima
de la Suprema Corte de Justicia.
• SeconstituyóelSenado.
• Seutilizólalevacomounaformadereclutamientomilitar.
En política exterior:
• EstadosUnidosreconocióelgobiernodeDíaz.
• Selogrólapacificacióndelafronteranorteatravésdelosllamadoscolonos.
• Seconcesionóalcapitalestadounidenselaconstruccióndevíasférreas.
• SereanudaronlasrelacionesdiplomáticasconBélgica,Alemania,Italia,
Francia, España e Inglaterra.
A mediados de 1880 se llevaron a cabo elecciones para elegir presidente de
la República, se presentaron varios candidatos, entre ellos: Trinidad García de la
Cadena, Justo Benítez y Manuel González; este último amigo y colaborador de
Porfirio Díaz, ganó las elecciones por mayoría abosoluta.
El capital extranjero impulsó la explotación
petrolera.
Historia de México Uno126
El gobierno de Manuel González (1880-1884), continuó con la
política de paz y progreso iniciada por Díaz; del mismo modo instaló
un gabinete plural, en cuanto a posiciones políticas, sometiendo los
cacicazgos de Puebla, Jalisco y Zacatecas, con ello dio cuenta de una
política autoritaria que anulaba cualquier posibilidad de democracia.
Asimismo, efectuó las reformas necesarias para permitir la reelección
no inmediata, dejándole el camino libre a Porfirio Díaz.
El régimen de González fue acusado de corrupción ante los altos
mandos ministeriales, por realizar gastos excesivos y alentar la vida
disipada. En consecuencia, por motivos de una fuerte impopularidad,
no había candidatos con la fuerza suficiente para oponerse a Porfirio
Díaz, quien regresó a Palacio Nacional a finales de 1884, fortalecido
por las elecciones y el descredito de su antecesor.
En la segunda presidencia de Díaz (1884-1888), se caracterizó
por mostrarse como un hombre más refinado, con mayor fuerza
en el mando y más conciliador: para ello reunió en su gabinete per-
sonalidades de diversa ideología e incluso flexibilizó las Leyes de
Reforma. En materia política la segunda administración de Díaz se
caracterizó por la centralización del mando en el poder ejecutivo; la
aplicación de una política de conciliación, en la cual se concedieron
cargos ministeriales a miembros de diferentes partidos políticos; el
fortalecimiento del cuerpo militar y la división del poder en doce zonas militares.
En cuanto a la cuestión económica, se caracterizó por la expedición de medidas
de saneamiento de las finanzas como la reducción de sueldos, la interrupción de
pagos bancarios, la restricción de las subvenciones a compañías ferrocarrileras; el
reconocimiento de la deuda con Inglaterra, continuó apoyando la inversión ex-
tranjera, la construcción de vías férreas y el desarrollo de la minería y el comercio.
La mayoría de las medidas tomadas por el gobierno de Díaz fueron recibidas
con desagrado, pero fueron necesarias para legitimarse con el extranjero. Ante
esa situación, la prensa comenzó con duras críticas al modelo porfirista, mismas
que fueron censuradas con mano dura por parte del gobierno porfirista, en aras
de la paz, también se persiguieron a los rebeldes y a los considerados bandoleros,
así como con los levantamientos de los yaquis y mayos en Sonora y los mayas en
Yucatán. Asimismo, los actos encabezados por Heraclio Bernal, quien luchaba
por los intereses de los campesinos y mineros del norte, así como los del general
Trinidad García de la Cadena, quien se oponía al régimen.
En 1888, antes de terminar su segundo periodo, Díaz modificó la Constitución
con la intención de permitir la reelección inmediata y de esa forma garantizar su
permanencia en el poder. El jefe del ejecutivo federal permaneció al mando de
Manuel González, presidente de 1880 a 1884
Historia de México Uno 127
manera ininterrumpida, del mismo modo que la mayoría de los secretarios de
Estado y los gobernadores.
Desde el inicio de su administración, Díaz se propuso alcanzar la paz, orden
y progreso, para lo cual se apoyó en la filosofía positivista de Augusto Comte. A
partir de 1889 y hasta principios del siglo XX se vivió una etapa de orden y progreso
con “poca política y mucha administración”, frase que sintetiza la paz porfiriana.
Así durante la última década del siglo XIX el objetivo central del sistema
porfirista fue la transformación industrial del país, para esto fue indispensable
garantizar las condiciones que favorecieran a la inversión extranjera y el expan-
sionismo del capital. La transformación de la
agricultura local o regional en una agricultura de
exportación y el fomento a la inversión extranjera
en algunas industrias estratégicas como la mine-
ría, las fundidoras, la producción de henequén
y algodón; constituyeron la base económica del
sistema porfirista, que a su vez estaba enlazada
a la economía norteamericana a través de una
red ferroviaria que favoreció el flujo comercial
entre ambos países.
Posterior a la primera presidencia de Díaz,
entre 1877 y 1880, el régimen impulsó la inversión
extranjera, principalmente la estadounidense,
gracias a la extensión de las vías férreas nortea-
mericanas hacia la frontera mexicana lo que el
historiador Friederich Katz denominó diluvio
de capital (2011:14) en la región norte del país.
Cabe mencionar que el régimen de Díaz no fue derrocado sólo por las fuerzas
opositoras internas del país, sino que los intereses de la potencia norteamericana
también fungieron como un factor significativo en el final del sistema porfirista.
En palabras de Katz: “con el fin de detener lo que llegó a considerar como una
invasión de inversionistas estadounidenses, Díaz comenzó a volverse hacía las
potencias europeas, invitándolas a invertir en el país y desafiar la supremacía
estadounidense” (2011: 44) por lo cual México se convirtió en un foco de disputa
europea-estadounidense en América Latina, pues no debe perderse de vista que
esta época fue de consolidación hegemónica capitalista de las nacientes potencias
mundiales quienes buscaban la supremacía económica.
En ese sentido Díaz en su intento por fortalecer su autoridad frente a la in-
fluencia estadounidense, se ganó la enemistad de los empresarios estadounidenses,
pues al sentirse agredidos con las medidas del presidente “retiraron su apoyo y
El ferrocarril acercó a las poblaciones total-
mente apartadas incorporándolas al mercado
norteamericano.
Historia de México Uno128
comenzaron a buscar entre sus enemigos un aliado más amable” (Katz, 2011: 44),
puede deducirse que ese aliado fue la oposición política al régimen porfirista.
Debido a las inversiones extranjeras fue posible la transformación económica
del país, cabe mencionar que dichas inversiones no se dieron por igual en todas
las regiones, sino que se concentraron y fueron especialmente abundantes en la
zona norte, lo cual provocó la proliferación de una sociedad con mayor desarrollo
agrícola-industrial en la región, pues fueron el escenario perfecto para tal desarrollo.
Algunos de los grupos sociales de la región afectados por las transformaciones
económicas fueron los denominados colonos militares, quienes habían hecho la
zona fronteriza más habitable al recibir tierras y hacerlas después de luchar contra
los apaches y otros grupos como los Yaquis en Sonora, los cuales se mantuvieron
en resistencia, organizando una serie de rebeliones en contra del
progreso porfirista en esa región.
En ese sentido al ser derrotados los apaches en la región fron-
teriza y los yaquis en Sonora, las comunidades militares del norte
perdieron sus tierras, que se habían vuelto extraordinariamente
valiosas por el desarrollo del capital en la región, además de perder
derechos políticos, el más estimado de los cuales era su autonomía
municipal, despertando malestar al no ser escuchados por el go-
bierno porfirista.
Tal es el caso de la rebelión de Tomóchic en 1891, en Chihuahua,
quienes habían experimentado las consecuencias de la limitación
y eliminación de la autonomía de los pueblos; la población estaba
en contra de las concesiones otorgadas para la explotación forestal
y minera a las empresas extranjeras, inglesas y estadounidenses. Sin
embargo, el movimiento fue sangrientamente reprimido como casi
todos los movimientos que eran considerados perturbadores del
orden y la paz porfiriana.
En cuanto a la frontera entre Durango y Coahuila, es decir la
zona de la Laguna en Torreón principalmente, así como Sonora,
Coahuila y Nuevo León, algunos historiadores señalan que la zona
que se convirtió en una metrópoli norteamericana y bulliciosa,
es decir, la sociedad norteña, más bien mestiza que indígena, se conformó en las
operaciones de la minería y de las haciendas, mismas que se expandieron y pros-
peraron con el advenimiento del ferrocarril en la década de 1880.
Es decir, en México estaba naciendo una nueva clase social emanada del
crecimiento industrial y el progreso, fue entonces que el porfiriato visualizó el
nacimiento de una vigorosa burguesía nacional y con ella una clase antagónica:
el proletariado.
Por otra parte, es importante mencionar que la columna vertebral del porfi-
¿Qué dicen los historiadores?
Para Alan Knigth:
Chihuahua, tenía el más fuerte reconocimien-
to para el disputado título de Cuna de la Re-
volución, era una tierra de extensas llanuras
ganaderas, salpicada por haciendas aisladas,
asentamientos, ciudades y campamentos mi-
neros, poblada por unos cuantos hombres y
miles de cabezas de ganado (1996:30).
Yaquis en Sonora, 1890.
Historia de México Uno 129
riato en el campo fue la hacienda, sitio en el que se
reprodujo por años lo que en términos de Marx se
denomina reproducción de la fuerza de trabajo y de
los medios de producción en manos de los grandes
terratenientes; quienes procuraron maximizar sus
ganancias en ese espacio a toda costa.
En ese sentido, la expansión de la hacienda sirvió
al propósito de asegurar el abasto de mano de obra
(mediante indígenas despojados), pero también fue
instrumento para debilitar la competencia campesina
en el mercado de granos; por otra parte, las vastas
tierras también satisfacían el afán de señorío de los hacendados.
El norte de México ofreció a los trabajadores de las haciendas niveles de vida
más decorosos en comparación con quienes trabajaban en las haciendas del sur,
pues en esta región, además de que la hacienda acumuló las mejores tie-
rras de los valles, quitándoselas a los pueblos indígenas, convirtió a sus
pobladores en peones y desplazó hacia las sierras las áreas de asentamiento
más importantes de los indígenas independientes.
Estas acciones lastimaron duramente a las comunidades del centro
y sur del país puesto que para ellos las tierras comunales además de ser
su medio de subsistencia eran también fundamentales para preservar
su cultura y cosmovisión. En ese sentido, muchos habitantes del centro
y sur migraron a la región del norte, la mayoría de ellos con contratos
temporales en la zona de la Laguna en Coahuila y Durango, en los campos
algodoneros, lugar con los mejores salarios agrícolas del país.
Se estableció un sistema de servidumbre por endeudamiento a través
de las tiendas de raya, en donde se realizaba una contabilización estricta
de las deudas del peón, las cuales pasaban de padres a hijos y se hacían
eternas, porque las necesidades elementales del peón y su familia no se
solventaban con el salario por la jornada de trabajo, pues éste se hacía en
especie y en raras ocasiones con moneda. A decir verdad, los salarios de
los peones fueron en decadencia hacía 1910 debido a los remanentes de
la crisis de 1907, lo cual desencadenó una forma de vasallaje y en el peor
de los casos de esclavitud.
Esta situación se extendió por todo el territorio sur, centro y hasta El
Bajío en estados como Guanajuato, Jalisco, Zacatecas, Querétaro, Hidalgo, Puebla,
Morelos, etc. en donde predominaba el trabajo del campo y de las minas.
El despojo de tierras a muchos de los campesinos de las regiones del centro
y sur fue causada por la ley denominada: deslinde de terrenos baldíos, con la fi-
nalidad de expandir la presencia capitalista en el país y por ende los procesos de
Hacienda pulquera La Castañeda, en el antiguo
pueblo de Mixcoac.
Campesino arando la tierra a principios del
siglo XX.
Historia de México Uno130
modernización; a través de delimitar los terrenos que no contaran con títulos de
propiedad. Esta política facilitó la modernización económica, utilizando todas las
vías para colocar las tierras históricamente comunales de los pueblos en manos
del mercado capitalista.
Basados en la Ley de Desamortización que impedía poseer bienes raíces a las
corporaciones civiles o religiosas, es decir comunidades indígenas e Iglesia, el
régimen forzó a los pueblos indígenas principalmente a vender sus propiedades
por ser consideradas como tierras en manos muertas, puesto que no estaban en
la lógica del mercado capitalista que beneficiaba a los propietarios individuales,
es decir los hacendados.
El problema de la tierra fue un tema sustancial en la crisis del sistema porfi-
rista, pues tal como lo mencionó Andrés Molina Enríquez en su obra Los grandes
problemas nacionales, en 1909, la enorme concentración de tierras en pocas manos
había empobrecido al resto de la población, lo que conllevó a una inminente crisis
social, económica y política, por lo que propuso la desaparición del latifundio pues
se había visto que era ineficiente y la tierra debería ser dividida en parcelas que
serían entregadas a campesinos sin tierra; mismos que estimulados por su nueva
condición de propietarios con toda certeza jurídica trabajarían con ahínco y solida-
ridad y serían la base para alcanzar cuotas de producción que posibilitaran elevar su
nivel de vida y fueran el elemento determinante en el engrandecimiento del país.
Aunado a lo anterior, otro factor determinante que llevó a la decadencia del
sistema porfirista fue que desde 1905 el gobierno había implementado una reforma
monetaria, de utilización del patrón oro en lugar de la plata, para contrarrestar la
devaluación del peso plata frente al dólar; lo que provocó inflación, bajos salarios
y aumento de la deuda externa, esa situación permitió a inversores extranjeros la
adquisición de empresas a muy bajos costos.
Durante la época porfirista las inversiones hechas en la industria ferroviaria
fueron las de primera importancia, se otorgaron infinidad de facilidades para la
construcción de las vías férreas; de esta manera hubo mayor y mejor movimiento
de capitales, fueron trazadas rutas estratégicas para el intercambio comercial pues
estas se erigían desde las minas y plantaciones hasta los puertos del Golfo de Mé-
xico y hacía la frontera con Estados Unidos lo cual facilitó el flujo capitalista con
Europa y el vecino del norte.
Lo anterior permite dar cuenta de que el sistema ferroviario fue construido
para atender las necesidades de la inversión extranjera y las exportaciones, es de-
cir para el desarrollo del capitalismo en México, lo cual no representa un hecho
aislado sino la expresión local de un proceso global en términos del crecimiento
industrial y tecnológico.
En cuanto a la minería, ésta alcanzó un auge extraordinario ligada a la indus-
trialización; hacia 1905 las extracciones se centraron en la explotación de metales
Deslinde de terrenos baldíos
Esta ley fue dictada en 1883 y consistió en
obtener los terrenos necesarios para el estable-
cimiento de colonos, el artículo 1 de la misma
establece que “el Ejecutivo mandará deslindar,
medir, fraccionar y valuar los terrenos baldíos
o de propiedad nacional que hubiere en la
República, nombrando al efecto las comisio-
nes de ingenieros que considere necesarias, y
determinando el sistema de operaciones que
hubiere de seguirse” (De la Maza, 1893).
Ley de Desamortización
También conocida como la Ley Lerdo una
de las Leyes de Reforma; fue decretada el 25
de junio de 1856 “Considerando que uno de
los mayores obstáculos para la prosperidad y
engrandecimiento de la nación es la falta de
movimiento o libre circulación de una gran
parte de la propiedad raíz, base fundamental
de la riqueza pública” (Comonfort, 1856).
Historia de México Uno 131
y minerales industriales, como el cobre, plomo,
hierro; explotación que rebasó la de los metales
preciosos.
Así, la industria en México tuvo mayor con-
centración en ciudades con ello empezó a aparecer
el proletariado industrial, integrado por peones y
obreros calificados. Con el proletariado surgieron
también formas de organización de dicha clase,
sin embargo; los sindicatos y huelgas estaban
prohibidos, por considerarlos perturbadores de
la paz y el orden que el sistema porfirista se había
encargado de que prevaleciera en el país a lo largo
del gobierno de Porfirio Díaz. También fue común el trabajo infantil y femenino,
los cuales fueron menos valorados, además los salarios se pagaban con vales para
las tiendas de raya.
Así mismo la inseguridad laboral fue extrema, tampoco había seguridad
para enfermedades o accidentes; además de que las jornadas de trabajo eran de
alrededor de doce horas. Estas condiciones laborales producto en cierta medida
de la crisis económica mundial de 1907, provocaron un proceso de inflación y
depresión económica en los Estados Unidos, cuyas repercusiones en México van
desde la reducción de sueldos y desempleo sobre todo en la zona fronteriza, así
como deterioro a los grupos privilegiados de rancheros y terratenientes, lo cual
representó el origen de grupos revolucionarios.
Ante dichas condiciones el porfiriato vio nacer en México un proletariado
industrial en míseras condiciones, producto de la modernidad y de la industria-
lización; fue a finales del régimen porfirista cuando los trabajadores comenzaron
a organizarse en uniones para reclamar mejor trato por parte de los patrones o
capataces, mejores salarios y menor número de horas de trabajo; en un esfuerzo por
copiar las condiciones de trabajo que algunos mexicanos habían experimentado
en los Estados Unidos. En ese sentido, los ferrocarrileros deben contarse como los
trabajadores que primero organizaron agrupaciones de resistencia.
Es verdad que el gobierno de Díaz no toleraba la organización de los obreros
de la reciente industria nacional, pues en la lógica del porfiriato era necesario dar
seguridades y garantizar al capital su pleno desarrollo, es por eso que hicieron uso
de la fuerza en todo momento para apaciguar cualquier levantamiento en aras
de respetar los presupuestos positivistas de Paz, Orden y Progreso; sin embargo,
los conflictos laborales a causa del aumento de precios en productos de primera
necesidad, así como por las pésimas condiciones laborales y los bajos salarios en
comparación con los que ofrecía el país vecino del norte, fueron brutalmente
reprimidos.
¿Qué dicen los historiadores?
Para Jesús Silva Herzog.
Es bien sabido que no existía ninguna legis-
lación que protegiera de ningún modo al
proletariado de las ciudades y de los campos.
Las huelgas estaban prohibidas y se castiga-
ba con severidad a quienes en forma alguna
pedían la elevación del salario, o la reducción
de la jornada de trabajo […] solo permitía la
organización de sociedades mutualistas entre
obreros y artesanos (1973:50).
Taller de fundición de la mina Cananea, Sonora.
A principios del siglo XX.
Historia de México Uno132
No obstante, fue imposible contener las demandas de la clase obrera durante
mucho tiempo pues, según investigaciones de algunos historiadores, acerca de las
particularidades del proletariado en México, mencionan que los obreros fueron
proactivos; es decir, que procuraron obtener derechos y privilegios o recursos que
antes no habían disfrutado y para este fin formaron asociaciones con propósitos
enfocados a la reivindicación de la clase trabajadora frente a la clase dominante.
Tampoco fue posible frenar el pensamiento ideológico que llegaba desde el
otro lado del mundo, relacionado con la reivindicación de la clase obrera; a través
de la conciencia de clase y la lucha de clases. El sistema porfirista no pudo frenar
la circulación de estas ideas y así empezó a derrumbarse
el ideal de la paz porfiriana.
Ante la problemática de los bajos salarios, la esca-
sez de alimentos, las jornadas e inseguridad laborales,
provocaron un sin fin de descontentos entre la clase
trabajadora, reflejados en huelgas que comenzaron a
generalizarse en el país; de las cuales muy pocas tuvieron
éxito pues fueron reprimidas con el uso de la fuerza,
entre las que destacan son las huelgas de Cananea y Río
Blanco en 1906 y 1907 respectivamente.
En Cananea, Sonora, había descontento entre los
trabajadores de la empresa norteamericana The Cananea
Consolidated Copper Company dedicada a explotar
minas de cobre. Dicha empresa había reproducido los
mecanismos propuestos por el régimen porfirista, por lo tanto, los tra-
bajadores exigieron tratos dignos por parte de los capataces, un mayor
salario, que se consideraran por igual a los trabajadores mexicanos como
extranjeros para ocupar los mismos puestos e igualdad de salarios por el
mismo trabajo, exigían los asensos cuando fueran merecidos, así mismo
exigieron una jornada laboral de ocho horas.
Sin embargo, los obreros fueron intimidados por el régimen nueva-
mente a través de la violencia, obligados a declinar sus peticiones, no sin
antes haber perdido vidas y encarcelamientos en pésimas condiciones, tal
como lo señala el historiador Jesús Silva Herzog, “a sangre y fuego, con
mano de hierro, se creyó que podían contenerse las legítimas aspiraciones
de la masa trabajadora”.
Siete meses después, el porfiriato enfrentó otra agitación, esta vez en
Río Blanco, Veracruz; en donde los obreros tuvieron choques sangrientos con los
dueños de fábricas, quienes habían establecido reglamentos que aseguraban nue-
vas formas de control sobre la fuerza de trabajo. Los obreros se negaron a aceptar
dichos reglamentos, por tanto, se lanzaron a huelga, misma que fue reprimida
Huelga de Cananea, Sonora. 1906.
Huelga de Río Blanco, Veracruz. 1907.
Historia de México Uno 133
pues Díaz aseguró a los patrones de la textilera “Gracias a Dios, todavía puedo
matar”. Estas dos grandes huelgas empezaron a dar un nuevo carácter a las fuerzas
de oposición contra Díaz.
Actividad 2
Busca las fechas y ordena cronológicamente los siguientes acon-tecimientos:
•ReestablecimientodelasrelacionesconEstadosUnidos.•RebelióndeTomochic,Chihuahua.•HuelgadeCananea,Sonora.•RevueltadeTuxtepec.
Actividad 3
De manera individual responde las siguientes preguntas, comparte tus respuestas con la clase y con ayuda de tu maestro lleguen a conclusiones generales.
1.¿Cuál fue la postura de Porfirio Díaz ante los gobiernos de Juárez y Lerdo?
2.¿Qué importancia tuvo la inversión extranjera en México?
3.¿Qué consecuencias tuvo el desarrollo económico del país durante el porfiriato para el pueblo en general?
4.¿Qué influencia tuvo el positivismo en México?
Historia de México Uno134
Actividad 4
En equipos de 4 integrantes, completen el siguiente esquema sobre política económica en el sistema porfirista, compartan sus esquemas con el resto del grupo y lleguen a conclusiones generales con ayu-da de su maestro.
Economía porfirista
Industria:
Agricultura:
Comercio:
Finanzas:
4.3 Crisis del sistema porfirista y movimientos sociales que antece-dieron a la Revolución Mexicana
Hasta aquí se han mencionado algunos aspectos económicos-sociales, que
fueron causas que constituyeron el panorama que llevó a la decadencia del sistema
porfirista, reflejado en el debilitamiento del régimen y el poder político y económico
en manos de una minoría, a través del fortalecimiento de la burguesía nacional
y del capital, sobre todo extranjero en la industria; y con estos el surgimiento del
proletariado. Del mismo modo que las crisis económicas mundiales de principios
de siglo XX afectaron el mercado exterior e interior aumentando considerablemente
los precios de los productos básicos para el consumo alimentario; también la ha-
cienda sufrió sus consecuencias pues fue un mecanismo insuficiente para abastecer
las necesidades laborales, alimentarias y de vivienda de los campesinos en donde
también existía una distinción de clase entre peones y patrones.
La crisis que llevó al declive y al derrumbe del sistema porfirista fue multi-
causal, algunas de ellas coyunturales como las huelgas de Cananea y Río Blanco,
las elecciones de 1910, la entrevista Díaz-Creelman y la crisis económica de 1907;
mientras que otras fueron de carácter estructural, es decir las que formaban la
base del sistema social, económico y político del porfiriato tales como el régimen
autoritario, las alianzas regionales a través de los preceptos de la modernidad, las
Historia de México Uno 135
inversiones extranjeras y la hacienda como mecanismo de organización y control
económico y social.
En primer lugar se hace una descripción de las características principales del
sistema porfirista, para mostrar el panorama de México antes de 1910; luego se
abordan algunas de las consecuencias relacionadas con la crisis mundial de 1907
también conocida como Pánico financiero de 1907 (la
cual fue una crisis financiera desencadenada en los
Estados Unidos, considerada como la primera crisis
de éste tipo del capitalismo moderno; provocada por
la especulación, ambición de capitalistas y falta de re-
gulación financiera), entre las cuales destacan: la caída
de los precios internacionales de materias primas y los
metales como el oro y plata.
En México esta crisis tuvo como consecuencias la
quiebra de diversas empresas, afecciones económicas
a hacendados y rancheros, reducción de los precios de
alimentos, desempleo y miseria en la población, es decir,
la crisis económica desencadenó una crisis de carácter
social. Así mismo surgió una crisis política reflejada
en movimientos de oposición política e ideológica al
régimen oligárquico y de los Científicos, quienes con-
formaban la élite intelectual y política de finales de la
época porfirista.
Ahora bien, la crisis política fue resultado de la
prolongada resistencia de Díaz a nombrar un sucesor. Así, la justificación de Díaz
para la reelección permanente siempre estuvo basada en su concepto del deber
público y cívico. En palabras de Díaz en 1892: “Algunos dicen que es antidemo-
crático e inconstitucional buscar otra reelección, pero no puedo rechazar un deber
público con el que la mayoría de mis conciudadanos considera que debo cumplir”
(Garner, P. 2015:226).
En realidad, quienes querían que Díaz permaneciera en el poder fueron los
miembros de la minoritaria clase privilegiada: la oligarquía, conformada por
burócratas, terratenientes, latifundistas e intelectuales, quienes encabezaron la
pirámide social.
Estos hombres fueron sucesores de la generación de Tuxtepecanos quienes
en términos del historiador Luis González y González, habían llegado al poder
con Díaz a principios del régimen y apoyado el desarrollo industrial a través del
fortalecimiento regional y ferroviario, sin embargo la vida misma se encargó de ir
terminando con tal generación; por tanto fueron los Científicos miembros de la
Unión Liberal quienes vivieron la última parte del régimen, entre los que destacan
Los científicos, quienes fueron un grupo de
hombres maduros, la crema de la intelectua-
lidad mexicana.
Historia de México Uno136
secretarios de Estado, gobernadores y miembros de la clase ilustrada como, Justo
Sierra, Rosendo Pineda, Emilio Pimentel, Manuel Romero Rubio, Ramón Corral,
Felipe Berriozábal, José Yves Limantour, Francisco Bulnes; entre otros.
A diferencia de los Tuxtepecanos quienes eran militares menos cultos, los
Científicos fueron permeados por la ola científica de la teoría positivista de Augusto
Comte, quien afirmaba que el verdadero conocimiento solo era el desprendido de
la ciencia; por ello sin disminuir el poder de Díaz, dieron al gobierno mayor eficacia
y brillo, aplicándole la ciencia de las leyes y relaciones naturales, adecuándolo al
modo de ser nacional, convirtiéndolo en una tecnocracia.
De tal modo los Científicos desempeñaron un papel importante en la política
de finales del porfiriato, pues en pocas palabras dirigían la administración del
régimen, en otras palabras fueron un grupo de hombres maduros, la crema de la
intelectualidad mexicana para quienes la dictadura vitalicia significaba la renuncia
de toda esperanza de dirigir la política nacional.
La minoría oligarca mantuvo sumido al país en la pobreza pues la riqueza se
concentraba en sus manos. Los presupuestos positivistas y del darwinismo social
suponían la superioridad de una clase sobre otra por considerarla menos evolu-
cionada en el marco del desarrollo intelectual e industrial capitalista, por lo que
tendrían que vivir subsumidos como sujetos de segunda categoría; como peones,
obreros, campesinos, etc.
Dicha situación trajo consigo a la incomodidad de diversos sectores, sobre todo
de las clases medias, lo que en términos marxistas suele ser la pequeña burguesía, la
cual fue el eje medular del proceso de cambio social en el porfiriato, pues esta clase
estaba dotada con una cierta cantidad de propiedades, educación y respetabilidad:
Por ello la clase media en expansión favoreció el
creciente cambio en el pensamiento político con el
surgimiento de movimientos de oposición, los cuales
criticaron fuertemente al gobierno del General Porfi-
rio Díaz, entre quienes destacan por un lado los más
radicales hermanos Flores Magón y sus diferentes pu-
blicaciones en prensa escrita como periódicos y revistas,
Francisco Madero con ideas moderadas que respondían
a su condición de clase: la burguesía terrateniente
sin poder político. Por su parte el General Bernardo
Reyes, quien representaba al sector militar contrario
al predominio de los Científicos y al nuevo rostro del
régimen en la mentada sucesión presidencial de 1910.
Así, la primera ola de oposición organizada en la
década de 1900 surgió de un enredo local relativamente
poco difundido, en el estado de San Luis Potosí durante el verano de 1900 el obispo
¿Qué dicen los historiadores?
Para Luis González y González:
Se da el nombre los científicos a los capitanes
de sociedad mexicana en el ocaso del XIX y la
aurora del XX […] llegaron a construir una
aristocracia urbana y preponderantemente
política, económica e intelectual (1997:49-51)
Para Alan Knigth:
Los hombres usaban traje y corbata, leían los
periódicos y tenían algún conocimiento de lo
que pasaba en el mundo fuera de su propia
comunidad; eran comerciantes, tenderos, ran-
cheros, funcionarios de gobierno, abogados,
periodistas y maestros de escuela. Pertenecían
a familias que mantenían las apariencias y que
gozaban de una cierta posición en la localidad
sin reclamar la opulencia o el linaje del gran
hacendado, con sus bienes raíces, residencias y
viajes a Europa; familias que habían luchado a
brazo partido contra la proletarización y que,
como sus predecesores del XIX, miraban desde
arriba las clases más bajas con una mezcla de
temor, disgusto y lástima. (Knigth, 1996:69).
Congreso de Clubes Liberales realizado en San
Luis Potosí, 1901.
Historia de México Uno 137
declaró que las Leyes de Reforma eran ahora letra muerta.
Esta primera ola se compone por personajes que nacen justamente de las clases
medias, tal es el caso de Camilo Arriaga, quien fundó el Club Liberal Ponciano
Arriaga y del que formaron parte los hermanos Flores Magón, en él se criticaron
las prácticas del sistema porfirista y se cuestionó la pérdida del ideario liberal de
la República Restaurada.
Ante las fuertes críticas emanadas de esta organización, el régimen porfirista
actúo con mano dura, pues según referencias del historiador Alan Knigth, los clubes
liberales de seis estados fueron cerrados por la policía, por ejemplo, en San Luis
Potosí, el Club Ponciano Arriaga fue resquebrajado por el jefe político y cincuenta
policías. Arriaga y sus colaboradores pasaron gran parte del año 1902 en prisión.
En ese sentido, el año de 1900 fue testigo del surgimiento de un movimiento
de oposición más coherente con la publicación del periódico radical Regeneración,
bajo la dirección de Ricardo y Jesús Flores Magón. Los Flores Magón huyeron a los
Estados Unidos tras las persecuciones a los idealistas del liberalismo, dichas perse-
cuciones provocaron la radicalización del pensamiento al menos en los hermanos
Flores Magón, quienes al estar en contacto con grandes pensadores anarquistas
se empaparon de tal pensamiento para seguir escribiendo en su periódico y en
otros tales como El Hijo del Ahuizote, con sus características caricaturas políticas,
teniendo gran alcance de lectura a nivel nacional. Fue en 1905 que constituyeron
un partido de oposición al régimen de Díaz, el Partido Liberal Mexicano (PLM).
En ese sentido, el PLM ayudó y participó en la organización de un sinfín de
manifestaciones y de huelgas obreras y campesinas, siempre en aras de reformas
sociales, sobre todo en el sur del país, el movimiento zapatista en Morelos fue un
claro ejemplo con las premisas de “Tierra y Libertad” y la “Tierra es para quien la
trabaja”. No obstante, las elecciones de 1904 siguieron su curso de manera normal,
pues a pesar de la organización opositora resultó más importante la lucha interna de
la élite porfirista: entre los Científicos que estaban a favor de Limantour quien era
Secretario de Hacienda y cerebro financiero del porfiriato para la vicepresidencia, y
sus enemigos que apoyaban al General Bernardo Reyes. Díaz al nombrar a Ramón
Corral, decepcionó tanto a unos como a otros. (etiqueta didactica 21) (etiqueta
didactica 22) (etiqueta didactica 23)
Hacia 1908 con la economía en recesión debido a la crisis, la edad avanzada
de Díaz y los antecedentes del Club Ponciano Arriaga en México se favoreció un
escenario que privilegió un tipo de partido mucho más moderado que el de los
hermanos Flores Magón, además de que Corral no tenía popularidad entre la gente
y el propio Porfirio Díaz abrió una ventana por la cual se filtró el viento de la opo-
sición abiertamente, pues en la entrevista concedida al periodista James Creelman,
quien escribía para la revista estadounidense Pearsons Magazine, aseguró tres cosas:
La primera hizo referencia a que México estaba preparado para la democracia, la
Demandas del PLM:
La libertad de palabra, el cumplimiento de las
Leyes de Reforma, y el final de la reelección;
la supresión de las jefaturas, la abolición del
reclutamiento de conscriptos, reformas fiscales
progresistas, mejoras en la educación, protec-
ción para el indígena, reforma agraria y toda
una gama de leyes laborales que agrupaban
la jornada de ocho horas, el salario mínimo,
compensación por accidentes y la proscripción
de la mano de obra infantil (Knight, 1996:71).
Ricardo Flores Magón, fue uno de los fundadores
del periódico Regeneración en 1900.
Secretario de hacienda y crédito público de
México, 1893-1911.
Historia de México Uno138
segunda que vería como una bendición el surgimiento de la oposición y por último
que no se postularía para las elecciones de 1910.
De acuerdo con el historiador Alan Knigth, el General Díaz declaró que el
pueblo de México: Le había demandado su larga permanencia en el puesto y ahora
ya era tiempo de un cambio; ahora México tenía una clase media y el país estaba
listo para entrar en una era de libertades políticas. Díaz propuso retirarse al final
de su periodo en 1910, y si en la República llegase a surgir un partido de oposición,
le miraría yo como una bendición y no como un mal
Al divulgarse tal entrevista en el país, fue como si se abrieran las puertas a una
nueva era, sin embargo, fue un plan premeditado para acallar las voces de oposi-
ción, pues algunos de sus seguidores comenzaron a manifestar la necesidad de que
el continuara en el poder, tal es el caso del gobernador de Jalisco, es por eso que
Díaz después afirmó que ante el clamor popular iba a postularse a las elecciones
de 1910 declaró que “estaba de acuerdo en sacrificarse por la nación una vez más”.
No obstante, las palabras pronunciadas en la entrevista con Creelman ya habían
hecho eco en la conciencia pública, de tal modo que la crisis política fue efecto de
la larga obstinación de Díaz de no designar un sucesor.
Sobre ese escenario surgió otro movimiento de oposición con muchas po-
sibilidades; el Reyismo, encabezado por Bernardo Reyes, quien se había hecho
muy popular entre la gente y confiaba en que tendría el apoyo de Porfirio Díaz
para la vicepresidencia de 1910, compitiendo nuevamente con Limantour quien
representaba la otra facción de los Científicos. Sin embargo, el presidente reiteró
su apoyo a Corral y envío a Reyes en una misión militar a Europa, supuestamente
para estudiar las técnicas militares alemanas y éste obedeció dócilmente y se negó
a desafiar la autoridad del presidente. Aceptó lo que en efecto era un exilio político
del que no regresó, sino hasta 1911.
De tal modo, con el exilio de Reyes se fortaleció otro pensamiento que estaba
recorriendo a lo largo y ancho del país: el Movimiento Antireeleccionista encabezado
por Francisco Madero y Emilio Vásquez Gómez, quienes lanzaron su manifiesto
en 1909. Para esa fecha el movimiento ya tenía un buen número de simpatizantes
entre los que destacan miembros de la clase media como maestros, abogados,
médicos y pequeños terratenientes; así mismo ex reyistas y miembros de las clases
bajas se unieron a la causa maderista.
Francisco Madero fue un terrateniente norteño quien había lanzado una serie
de críticas al régimen porfirista, incluso había compartido algunas ideas con los
Flores Magón, hasta que estos radicalizaron su movimiento; Madero consolidó sus
ideas en el libro intitulado La sucesión presidencial en 1910, en el cual denuncia
al militarismo y al absolutismo como vicios políticos endémicos y, llegando a los
asuntos del momento, abogó por un partido antireeleccionista independiente
que pudiera trabajar en la elección democrática de un vicepresidente y presunto
General Bernardo Reyes.
Ramón Corral
Historia de México Uno 139
sucesor de Díaz; fue publicado en 1909 tras la entrevista Díaz- Creelman.
En tal escrito se basó todo el carácter ideológico del maderismo bajo el lema
“Sufragio Efectivo, No Reelección”, con ello Madero apostó por la democracia
como el sistema político adecuado para México, según referencias del historiador
Alan Knigth el propósito fue la realización del gran ideal democrático y los medios,
las elecciones libres y limpias, la libertad municipal y el respeto a los derechos de
los estados.
De acuerdo con las investigaciones del historiador, Paul Garner Madero visitó
veintisiete estados en una exitosa campaña para establecer los clubes antireelec-
cionistas locales en todo México, entre ellos el de Puebla encabezado por Aquiles
Serdán; una vez establecidos, los invitaba a enviar delegados a la Convención Na-
cional Antireeleccionista, esta convención se llevó a cabo en abril de 1910 en San
Luis Potosí, con la finalidad de que el movimiento convertido en un partido de
oposición designara un candidato. En esa convención eligieron a Francisco Madero
como candidato. Sin embargo se declararon ilegales las reuniones de su partido y
Madero mismo fue detenido poco antes de las elecciones.
Así, las elecciones de 1910 transcurrieron sin problemas, haciendo uso de la
fuerza si había alguna señal de rebeldía. El General Díaz fue declarado vencedor,
sin embargo, continuó subestimando a Madero y, en respuesta a las súplicas de su
familia lo dejó libre. Madero escapó inmediatamente al exilio en Estados Unidos,
donde lanzó una proclama revolucionaria, llamada Plan de San Luis Potosí.
En dicho plan invitaba al levantamiento contra Porfirio Díaz, el cual debía
iniciar el 20 de noviembre; mientras eso sucedía el régimen porfi-
rista se preocupaba más por los eventos relacionados con el cente-
nario de la Independencia. En el Plan de San Luis Potosí, Madero
pedía reformas políticas: en primer término, la no reelección del
presidente, elecciones libres, libertad de prensa y poder judicial
independiente; así mismo planteó que las tierras arrebatadas por
considerarlas terrenos baldíos fueran devueltas a sus dueños y si
habían sido vendidas que se indemnizaran por ellas.
Según investigaciones del historiador Paul Garner, “en primera
instancia el llamado a las armas de Madero fue callado, no obstante
la Revolución echó raíces en el norte” (2015: 238), en Chihuahua
por ejemplo, donde Pancho Villa y Pascual Orozco realizaron una
pronta contribución, en Puebla se levantó en armas la familia Serdán
pero fueron masacrados por el ejército, mientras que en Morelos
figuró Emiliano Zapata quien vio en Madero una forma de luchar
contra el poder absoluto de la élite terrateniente, además de que
el gobierno estadounidense apoyó el movimiento pues hay que
recordar que estaban ofendidos desde que Díaz comenzó a llamar a la inversión
Fancisco Madero, fundador del Partido Anti-
reeleccionista.
Portada de la revista Pearson, marzo 1908.
Historia de México Uno140
industrial a los países europeos.
Es así como comenzó una de las revoluciones más importantes en América
Latina; la primera del siglo XX reconocida como una revolución social en la cual
campesinos y obreros toman las armas para acabar con un gobierno que los había
hundido en la miseria durante treinta años bajo el lema de “Paz, Orden y Progreso”;
el cual partía del pensamiento positivista y evolucionista de la sociedad pensada
desde el darwinismo social, que polarizaba a las clases sociales acrecentando cada
vez más sus antagonismos. Es por ello que los primeros brotes revolucionarios
pugnaban por un reparto de la tierra, que se devolvieran las tierras que habrían sido
expropiadas por el gobierno de Díaz por su ley de lotes baldíos, mejores condiciones
laborales y trato digno; esta característica le dio al movimiento revolucionario una
veta eminentemente social, de reivindicación de la clase obrera y campesina, sin
precedentes en América Latina.
Finalmente, al no llegar a ningún acuerdo y bajo la presión del movimiento
revolucionario, Díaz se vio obligado a renunciar a la presidencia con un discurso
emotivo:
Tras su renuncia, Díaz se exilió en París, Francia, lugar que le gustaba desde
joven y de donde adoptó formas culturales expresadas en el arte y la arquitectura
del país durante el porfiriato. Posterior al exilio de Díaz se estableció un gobierno
provisional encabezado por Francisco León de la Barra, quien había fungido como
Secretario de Relaciones Exteriores en el último período presidencial de Díaz y
tenía la única encomienda de convocar a elecciones en 1911.
Quedando como vencedor Francisco Madero hombre que representó
a la burguesía y clase media de la época velando por los intereses de la mis-
ma, además criticó a la oligarquía porfirista que nos les había permitido
dominar la escena política y económica. Emiliano Zapata le exigió cumplir
con lo prometido en el Plan de San Luis, como no lo cumplió, pues había
hecho pactos con otras fuerzas, Zapata hizo un nuevo plan, el Plan de Ayala,
en el cual exigía la devolución de la tierra, con el lema “Tierra y Libertad”.
Así, el derrumbe del sistema porfirista respondió a las necesidades
del desarrollo de la burguesía y del mismo capitalismo, pues el régimen
autoritario ya no respondía a las necesidades de México en 1910, creo que
Porfirio Díaz no alcanzó a ver que el país ya no era el mismo de cuando él
llegó al poder en 1877. No se dio cuenta de qué las generaciones incluso
de las élites que lo rodearon habían cambiado, el mismo Bulnes aseguró
que su falta de visión se debió a que su edad comenzó a causar estragos en
sus decisiones, del mismo modo Limantour hablaba de una fatiga cerebral
del presidente.
Pues los cambios que trajeron consigo los procesos de industrializa-
ción y modernización al país, evidentemente transformaron a su gente,
Deslinde de terrenos baldíos
Discurso de renuncia de Porfirio Díaz.
El pueblo mexicano, ese pueblo que tan ge-
nerosamente me ha colmado de honores se
ha insurreccionado respetando como siempre
he respetado la voluntad del pueblo […] vengo
a dimitir sin reserva el encargo de Presidente
Constitucional de la República, con que me
honró el pueblo nacional.
Espero que calmadas las aguas que acompañan
a toda revolución, un estudio más concienzudo
y comprobado haga surgir en la conciencia
nacional, un juicio correcto que me permita
morir, llevando en el fondo de mi alma una
justa correspondencia de la estimación que en
toda mi vida he consagrado y consagraré a mis
compatriotas. Con todo respeto.
México, mayo 25 de 1911.
Porfirio Díaz
Emiliano Zapata
Historia de México Uno 141
de ese modo, se fortaleció la burguesía industrial y la clase media, así como el
surgimiento del proletariado industrial, quienes tenían otras necesidades y por
ende otras demandas sociales.
A eso se suman diferentes acontecimientos que desembocaron en una crisis
de legitimidad, tal es el caso de las represiones de las huelgas de Cananea y Río
Blanco, a finales del sistema; pero también la represión de Tomóchic, sin olvidar
lo fraudulentas que fueron las elecciones de 1910. No debe perderse de vista que
este proceso histórico responde a un proceso global, en el cual fue necesaria la
llegada de la democracia para que el capitalismo pudiera expandirse dado que este
régimen político es quien lo legitima.
Por último el autoritarismo, el poder en una sola persona funcionó para con-
solidar el Estado-Nación, que además también fue un proceso global, que formaba
parte de la era del imperialismo en términos del historiador Eric Hobsawm. Sin
embargo, para 1910 ya no era posible pensar que los dueños de los medios de
producción no fueran también quienes controlaran el poder político predomi-
nantemente liberal.
Actividad 5.
Observa con atención las siguientes caricaturas políticas, publica-das en la prensa de oposición al régimen porfirista, escribe en las líneas tus impresiones acerca de lo que pienses que el autor quiso decir y al final haz una reflexión con tu grupo sobre las similitudes y diferencias con la prensa de hoy.
Historia de México Uno142
El Hijo del Ahuizote, 20 de enero de 1901.
El Colmillo Público, 5 de febrero de 1905.
Historia de México Uno 143
4.4 Manifestaciones culturales y vida cotidiana de mediados del si-glo XIX a principios del XX.
Los pintores costumbristas mexicanos de la segunda mitad del siglo XIX deja-
ron constancia de los contrastes sociales existentes entre el común del pueblo y los
sectores privilegiados; representación de cotidianidades contrapuestas en las que
se hacía evidente la desigualdad social: diferencias en el nivel socioeconómico de
los sujetos, vestimenta, acciones, actitudes, y otras características que mostraban
el status social correspondiente. La irrupción de los productos de la modernidad
capitalista y la adopción de costumbres y formas de vida extranjeras por la elite
porfirista, ahondaron aún más el abismo social existente. (etiqueta didáctica 28)
En el México porfirista las elites promovieron el ideal de modernidad y adop-
taron patrones culturales de las naciones capitalistas desarrolladas, que integraron
en sus distintas actividades cotidianas y en sus espacios privados, erigiéndose en el
grupo social que vivía en y para el progreso, que disfrutaba los bienes materiales
de la producción industrial y el comercio; que cantaba loas al régimen que había
traído la estabilidad política y el encumbramiento social de unos cuantos; que
vivía en las mejores zonas urbanas, como la colonia Juárez en la ciudad de México.
Acordes con esta percepción las publicaciones de la época proyectaban “la imagen
de una sociedad feliz y tranquila gracias al orden porfirista que imperaba”.
A este grupo privilegiado -hacendados, comerciantes, banqueros e industriales-
se añadía la naciente clase media, profesionistas en su mayoría, que había crecido
gracias al desarrollo económico y que se asumía modernizadora; identificándose
con los valores, aspiraciones y formas de vida de la elite porfirista.
En la parte baja de la pirámide social se hallaba la mayor parte de la población
mexicana, habitantes del campo y de la ciudad que vivían en situación de miseria,
trabajaban en condiciones de explotación y sufrían discriminación constante; ya que
desde la perspectiva de la elite eran considerados inferiores, atrasados y obstáculo
para el progreso del país, con todo y que con su fuerza de trabajo, mal pagada y en
jornadas agotadoras, producían las ganancias que permitían a sus patrones gozar
y vivir los avances y productos de la modernización económica.
El contraste social evidente entre la clase alta y las clases subordinadas se puede
percibir en los siguientes grabados de José Guadalupe Posada, que recrean a la elite
urbana, bautizada como “lagartijos” y a un grupo de campesinos con petates. Los
primeros aparecen en actitud despreocupada y de superioridad, con vestimenta
a la moda; en tanto que los segundos arrastran su miseria, visten ropa de manta y
calzan huaraches, a excepción de los infantes que aparecen descalzos. Entre estos
grupos hay una diferencia más, entre muchas otras, los primeros se asumen como
la encarnación del México progresista y moderno; los segundos sufren los avances
de la modernización económica y se resignan a su papel tradicional de explotado.
Manuel Ocaranza. Café de la Concordia, 1871.
Historia de México Uno144
La representación de la desigualdad social con una visión crítica no
fue la norma, y más bien la prensa porfirista reforzó el imaginario de
la marginalidad como un lastre que impedía a México convertirse en
una nación desarrollada; por eso era frecuente que en los editoriales
de diversos diarios se cuestionara la mentalidad y las acciones de los
grupos desposeídos, a la par que se exaltaba el papel progresista de
la elite:
“Sobre estos abismos de la ignorancia y de la inmoralidad po-
pulares, se ha tendido un puente aéreo por el que pasa vencedora y
triunfante una clase ilustrada y fuerte, inspirada en las necesidades
de la civilización”. El Mundo Ilustrado, 7 de febrero de 1897.
Las ilustraciones y fotografías de los diarios también reforzaban
esta perspectiva de una clase baja irresponsable, floja, culpable directa
de su situación, enviciada, con tendencias delincuenciales, que con
sus acciones alteraba la normalidad cotidiana, el espacio público
y las buenas costumbres de la gente de bien; a la que se pintaba
como víctimas propiciatorias para ser robadas, como dispensadores
de limosnas o, como asistentes involuntarios a espectáculos
escenificados por gente embrutecida por la ingesta de pulque.
Ante la prostitución, la mendicidad, el alcoholismo, la afición
por los juegos de azar y otros “males sociales” que contravenían
los afanes modernizadores del régimen y el discurso oficial,
las instancias de gobierno buscaron erradicarlos de las calles y
plazas para configurar la imagen de una sociedad con progreso
material y moral, donde el orden predominaba en el espacio
público, limpio de sujetos perjudiciales y de actos inconvenien-
tes; por lo menos en lo concerniente a las zonas residenciales y
las avenidas y calles principales, lugares de tránsito de la gente
bien. Esta política de saneamiento del espacio público se con-
cretó en infinidad de decretos que perseguían y sancionaban
actos y conductas inadecuadas, por lo que ser pobre prácticamente se convirtió
en sinónimo de delincuente.
El Paseo de la Reforma y colonias como Santa María la Ribera y Juárez se erigieron
en los espacios habitacionales de moda, con las construcciones residenciales de la
elite porfirista y con esquemas urbanísticos europeizantes; por otra parte, en los
barrios de la periferia citadina como Santa Julia o La Bolsa, vivían los trabajadores
pobres y los campesinos emigrados, donde se carecía de servicios, predominaban
la suciedad, las calles intransitables y las construcciones ruinosas, expresivas de la
miseria y el abandono; y que, en la perspectiva de la elite, constituían “cloacas de
vicio y perdición” en las que pululaban desocupados y malvivientes.
Ambas imágenes son representaciones de José
Guadalupe Posada sobre la desigualdad so-
cial, a través de la recreación a la elite urbana,
bautizada como “lagartijos” y a un grupo de
campesinos con petates.
Historia de México Uno 145
La mejora e incremento en los medios de transporte y de comunicación
-ferrocarril, tranvía, automóvil, teléfono-; así como la introducción de la energía
eléctrica y de otros avances tecnológicos en las ciudades, alteraron las condiciones
del comercio, las formas de entretenimiento, las pautas de conducta, la percepción
y uso del tiempo, las actividades cotidianas en el espacio público y el privado. Así,
el tranvía eléctrico y el automóvil, por ejemplo, trastocaron las formas de transitar
por las calles; en tanto que las actividades nocturnas de todo tipo se incrementaron
gracias al alumbrado eléctrico.
(Etiqueta didáctica 32)
Por último, cabe decir que en las fiestas por el centenario de la independencia
en 1910, el régimen porfirista buscó presentar ante los ojos del mundo a una na-
ción progresista y moderna; que hacía gala de su desarrollo con la inauguración
de monumentos conmemorativos y obras arquitectónicas relevantes como el
Palacio Legislativo, el Palacio de las Bellas Artes, el Monumento
a Juárez, la Columna de la Independencia, el Hospital de la
Castañeda, entre otros. Días después de la algarabía y estruendo
para conmemorar la lucha por la independencia, en el norte del
país inició el movimiento revolucionario que derrumbaría la
ilusión modernizadora del régimen porfirista.
El Mundo Ilustrado, 30 de enero de 1898
Del acervo personal del autor.
Cómico, 4 de septiembre de 1898
Del acervo personal del autor.
Avenida San Juan de Letrán
(hoy Eje central) en 1910
Historia de México Uno146
Comonfort, I. (1856) Ley de desamortización de Bienes en manos muertas. Ley
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