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UNIVERSIDAD DE MEXICO El dibujante Kokoschka* 15 "El mundo -también para este artista- es idea, es algo que hay que configurar por medio de la creación ... Lo que con- vierte al artista en creador es la idea platónica de la libertad." -WESTHEIM. Oskar Kokosehka, 2:¡' edición, 1925. La recopilación de este tomo de dibujos es obra de Ernest Ra- thenau.Apasionado admirador del artista y de su arte, se esforzó durante casi dos años de viajes y visitas en Europa por dar con todos los dibujos de Kokoschka que existen en colecciones públi- cas y privadas. En colaboración con el pintor los seleccionó y es- tableció las fechas. Al al?negado trabajo de Rathenau se debe que de esta manera haya nacido un documento representativo de ese gran maestro del siglo xx. Cuando los dos amigos, Kokoschka y Rathenau, me invitaron a escribir para este libro un breve prefacio,'comprendí que no podría negarme. Ya una vez, hace treinta años, Rathenau había publicado un tomo de dibujos de Kokoschka, Kokoschka Handzeichnungen, recopilado por él con la misma pasión. El prefacio era mío. La obra, excelente también en cuanto a su presentación -120 lámi- nas ejecutadas en heliograbado por la Reichsdruckerei (Im- prenta del Estado) de Berlín, el texto impreso por Otto Hol- ten-, apareció en 1932. Cuando en Alemania se había desatado la catástrofe del Tercer Reich; cuando a mí, "harto conocido bolchevista cultural" -en aquel entonces ya emigrante en Pa- rís-, me habían despojado de mi nacionalidad alemana, se prohibió la venta del libro, de acuerdo con las disposiciones lega- les ·vigentes. Para salvar la obra, Rathenau sugirió a Kokoschka que él mismo escribiera un texto. En 1935, ya impreso el libro con el texto de Kokoschka, la pintura de éste fue oficialmente clasificada como "arte degenerado". La Gestapo encontró el libro en el taller de encuadernación, practicó un cateo en la editorial y embargó toda la edición. Los dibujos publicados en aquella obra no han vuelto a reproducirse en el tomo presente. Sólo rara vez Kokoschka ha dibujado paisajes. Los que hay datan de sus primeros tiempos, de dos viajes -uno a Suiza, el otro a Italia-, en que el joven artista, criado en Viena, conoció por primera vez el mundo. Por la historia del arte sabemos que Durero, Breughel el Viejo y Hércules Seghers -ese Seghers tan poco en consonancia con su época- llevaban en sus vaga- bundajes, dentro de la mochila, su álbum de esbozos, en que apuntaban todo lo digno de verse que el mundo ofrecía a sus ojos. A Kokoschka, que ha viajado por cuatro continentes, evi- dentemente no le ha interesado dibujar paisajes. Fenómeno ex- traño. Cuando le pregunté si existían dibujos para el retrato de Heuss, me contestó: "No hay fases previas, es decir, éstas s encuentran por debajo de la última capa de pintura, como por lo general en mis obras." En una sola frase una información interesante sobre su manera de crear. Para él un cuadro no es el traslado o la ejecución de un esbo- zo. La pintura misma constituye el proceso creador. De de el color, desde el contraste entre claridades y o curidades, la e truc- tura y el movimiento dinámico son desarrollados dentro del e pa- cio pictórico -durante una lucha muchas vece larga y ardua, como se sabe de la génesis de algunos cuadro uyo -, ha ta que se alcanza aquella unidad superior que convierte una uper- ficie pintada en obra de arte. Lo dibujado en I lienz él uisa de punto de referencia para la di ·tribuci 'n y la organización, desaparece debajo de la capa de pintura. Lo e boz . pI' io' hechos para cierto cuadros -\'La borra 'ea"," al' jn d amall- tes con gato", "La mujer azul",' el tríptic "1' rm' pila" y algu- nas otras obras- son verdaderas xcep ion , xpli abl en algunos casos por las cireun tancias especiale' que pr\.'sidi l' 11 la pintura de la tela. Para "La mujer azur' hiz aproximada- mente ciento sesenta y cis Por una asualidad . taba Osear K.okosehka - Trude ....... .. -"---- ---_ .....-.- --- - OskOl' Kokosehka - Retrato de Ricardo Dehmel

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El dibujante Kokoschka*PorPaul~ESTliEIA1

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"El mundo -también para este artista- es idea, es algo quehay que configurar por medio de la creación ... Lo que con­vierte al artista en creador es la idea platónica de la libertad."-WESTHEIM. Oskar Kokosehka, 2:¡' edición, 1925.

La recopilación de este tomo de dibujos es obra de Ernest Ra­thenau. Apasionado admirador del artista y de su arte, se esforzódurante casi dos años de viajes y visitas en Europa por dar contodos los dibujos de Kokoschka que existen en colecciones públi­cas y privadas. En colaboración con el pintor los seleccionó y es­tableció las fechas. Al al?negado trabajo de Rathenau se debe quede esta manera haya nacido un documento representativo de esegran maestro del siglo xx. Cuando los dos amigos, Kokoschkay Rathenau, me invitaron a escribir para este libro un breveprefacio,'comprendí que no podría negarme.

Ya una vez, hace treinta años, Rathenau había publicado untomo de dibujos de Kokoschka, Kokoschka Handzeichnungen,recopilado por él con la misma pasión. El prefacio era mío. Laobra, excelente también en cuanto a su presentación -120 lámi­nas ejecutadas en heliograbado por la Reichsdruckerei (Im­prenta del Estado) de Berlín, el texto impreso por Otto Hol­ten-, apareció en 1932. Cuando en Alemania se había desatadola catástrofe del Tercer Reich; cuando a mí, "harto conocidobolchevista cultural" -en aquel entonces ya emigrante en Pa­rís-, me habían despojado de mi nacionalidad alemana, seprohibió la venta del libro, de acuerdo con las disposiciones lega­les ·vigentes. Para salvar la obra, Rathenau sugirió a Kokoschkaque él mismo escribiera un texto. En 1935, ya impreso el librocon el texto de Kokoschka, la pintura de éste fue oficialmenteclasificada como "arte degenerado". La Gestapo encontró ellibro en el taller de encuadernación, practicó un cateo en laeditorial y embargó toda la edición. Los dibujos publicados enaquella obra no han vuelto a reproducirse en el tomo presente.

Sólo rara vez Kokoschka ha dibujado paisajes. Los que haydatan de sus primeros tiempos, de dos viajes -uno a Suiza, elotro a Italia-, en que el joven artista, criado en Viena, conociópor primera vez el mundo. Por la historia del arte sabemos queDurero, Breughel el Viejo y Hércules Seghers -ese Segherstan poco en consonancia con su época- llevaban en sus vaga­bundajes, dentro de la mochila, su álbum de esbozos, en queapuntaban todo lo digno de verse que el mundo ofrecía a susojos. A Kokoschka, que ha viajado por cuatro continentes, evi­dentemente no le ha interesado dibujar paisajes. Fenómeno ex­traño. Cuando le pregunté si existían dibujos para el retrato deHeuss, me contestó: "No hay fases previas, es decir, éstas sencuentran por debajo de la última capa de pintura, como porlo general en mis obras." En una sola frase una informacióninteresante sobre su manera de crear.

Para él un cuadro no es el traslado o la ejecución de un esbo­zo. La pintura misma constituye el proceso creador. De de elcolor, desde el contraste entre claridades y o curidades, la e truc­tura y el movimiento dinámico son desarrollados dentro del e pa­cio pictórico -durante una lucha muchas vece larga y ardua,como se sabe de la génesis de algunos cuadro uyo -, ha taque se alcanza aquella unidad superior que convierte una uper­ficie pintada en obra de arte. Lo dibujado en I lienz él uisade punto de referencia para la di ·tribuci 'n y la organización,desaparece debajo de la capa de pintura. Lo e boz . pI' io'hechos para cierto cuadros -\'La borra 'ea"," al' jn d amall­tes con gato", "La mujer azul",' el tríptic "1' rm' pila" y algu­nas otras obras- son verdaderas xcep ion , xpli abl enalgunos casos por las cireun tancias especiale' que pr\.'sidi l' 11

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[Jocelo llora las litografías que ilustrall el drallla de Oskar Kokoschka, Job

yo presente cuando trazó parte de esos dibujos. En 1918 Ko­koschka tuvo la ocurrencia de mandar hacer una muñeca detamaño humano. Para mi libro Confesiones de artistas puso ami disposición las cartas dirigidas a la persona que iba a fabri­car el "fetiche". En ellas dice que quería que esa muñeca tuviera"tanto hechizo" que gracias a ella cobrara vida la mujer a quienveía en su imaginación. "Únicamente una mujer -aunque sóloviva en mi fantasía- puede inspirarme a crear obras de arte."El resultado fue una amarga decepción. La muñeca yacía olvi­dada sobre algún sofá. Durante una estancia en la "Felsenburg"(én Weisser Hirsch), durante la guerra un refugio para "losam,igos" (como Kokoschka llamó al cuadro suyo que los pre­senta reunidos), se le ocurrió a mi mujer sacar de su baúl unasprendas de ropa íntima y ponérselas a la muñeca. Kokoschka seentusiasmó. De pronto "el fetiche" había cambiado para él,se había humanizado. Fue por su block de dibujo y comenzó adibujar. Trabajó febrilmente. Apenas había terminado un dibu­jo, lo arrojó al suelo y empezó otW' Al final parecía estar

, sentado en medio de un campo nevado... Así surgieron los'dibujos que pueden considerarse comó estudios para "La mujer;~'aiul". ,

1~~~~~~'i1ra 'Kokos~hka el d~bujo es ~n medi~ de .expresión especial,!..i~7::!~t10 de la pmtura e mdependlente de la pmtura, tomando ent;~~~e,~ta que en el fondo todo lo que crea t1,nartista repercute de::,.¡;a,~~~a manera tanto en su pintura comó"~n sus dibujos. No,·df\.uClda en el p.apel problemas de composición, .ni fija ideas para

c.uadros que. p~ntara en e} .futuro. El lenguaje formal es dis­tmto, y es dlstmta la tematIca. Según traté de explicarlo en mitext~ .de .lfokoschka I-!and~eichnungen, el dibujo es para él apun­~e, .flJaclOn de .1~s vIvencIas que le proporciona el ver (el veroptIco y el espIrItual). Es para él una "Escuela del Ver" esaescuc:la que '¡pudo rea~izar como septuagenario, en que no ~e leensenan al alumno m determinado estilo artístico, ni métodosexpresivos, sino el ver, el "hacer conscientes las visiones". Comocontest,ación ?una pregunta :;specto a los puntos de vista quelo hablan gUIad? .e~ la cre~c10n de sus dibujos, designa éstos(en una carta' dIrlglda.a mI) como "apuntes de diario". Diario~e un hornbre qu~, n<l:~ldo d~ntro de un mundo que le es extra­n?, debe descubrIrI~ 'para s!. Y para Kokoschka una vivenciaso~o se vuel,:e conscIente al darle. forma. Lo que no plasma, no

, eXIste para el, desaparece como SI nunca hubiera existido.Refiriénd,ome. a un episodio de Viena, de la juventud de Ko­

koschka, eplSQdlOque él solía llamar ~'La muchacha extraña",

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digo en mi monografía: "Aparecen ante él, sorprendiéndolo,cosas que antes no habían existido en su visión del mundo. Estoempieza con las cosas pequeñas. Esas muchachas tienen en lamuñeca un hueso totalmente distinto del que conoce, 'es decirdel suyo. Un brazo es algo muy diferente, nuevo del todo, elpecho, las caderas."

Sus cabezas, las dibujadas y las litografiadas, son recuerdofijado, y al mismo tiempo una crónica de los encuentros conpersonas y personalidades que la vida puso en su camino., Cual­quier persona es para él un acontecimiento, un continente pordescubrir, lleno de secretos y milagros.

Como pintor joven, ante la tarea de forjarse sus medios deexpresión, empieza con dibujos de contornos. .A veces los realzalevemente con colores de acuarela. Con un lápiz duro o conpalitos puntiagudos traza el contorno, claro y preciso. No escaligrafía, es una taquigrafía, limitada a captar lo característico,lo específico de un movimiento corpóreo. también de una con­moción interna. A veces esos dibujos son todavía torpes, todavíaen cierto modo invertebrados, pero son asombrosamente expre~

sivos. Alrededor de 1909 ya crea características tan monumen­tales y lapidarias como los retratos de Adolf Loos y Karl Kraus.En el transcurso de tres años Kokoschka -quien tiene a lasazón 23 años- ha aprendido a representar hombres'que estánfrente a nosotros en su apariencia física y cuyo interior podemospenetrar. "El gran problema para mí era cómo pintar lo que un ,hombre sabe ...", dijo alguna vez, hablando del retrato de Forelque le tocó pintar en 1910. El rostro de Karl Kraus está dibu­jado con pincel, pluma y tinta china. El artista ya ha superadola limitación a la línea de contorno. Una sensibilidad pictóricaempieza a regir incluso el grafismo del dibujo.

Ya Kokoschka ha desarrollado los elementos de su lenguajeexpresivo dibujístico, que por cierto aprovecha de varia manera,según la intención creadora que lo guía en cada caso. "Visto diezveces nuevamente" -escribe Dvorak en su prefacio a los diezdibujos de las Variaciones sobre un tema, con lo que quiere ex­plicar "la transformación interna" que la música escuchada operaen "el carácter exterior del dibujo".

Los dibujos de Kokoschka transcriben y fijan las vivenciasespontáneamente y al mismo, tiempo son configuración formal,solución definitiva, son una obra en sí, en muchos casos una obramaestra. Al crearlos, el artista no piensa en un después, en expe­rimentos, en alguna elaboración ulterior técnica o estilística. Vecon insistencia. Y es fascinante la genialidad de la concepción,que por medio de ese ver insistente llega a la gran forma. Va­rían los impulsos que rigen su dibujar, también cambia la dispo­sición interna, pero la constante es esta forma de concepción.

Si interpretamos esos dibujos como "apuntes de diario", nopuede sorprendernos que lo que Kokoschka quiere conservar enla memoria es -no siempre, pero casi siempre- el hombre, elmás e~ig,?átic~ e insondable de los tenómenos. Por cierto pintasus pals~Jes, pll1ta sus cuadros de clttdades, pero desde los pri­meros. dIbujos de Viena hasta el tríptico de las Termópilas suarte gIra constantemente en torno al hombre. En un doble sen­tido: para descifrarlo y para hacerlo más humano. Luchar con­tra .10 inhumano es para él un deber, y es asimismo la justifi­cacIón ético-moral de su crear artístico. Lo inhumano es para élla "Il?ecanizació~" del hombre, aquel proceso que amenaza cona~ro!lar la ~onClencia de la libertad y dignidad hUmana. Siendodlsclpulo lejano de Comenio, ve en el arte un medio para salvaral. ~o~bre de la rec~í.da ~~ la barbarie, de la superficialidad ytrIVIalIdad, de la delflcaclOn del poder y de las conquistas téc­nicas. Su arte es orientación espiritual dentro de una civiliza­ción entregada a un espíritu que es la negación del espíritu."El ad.ulto de inteligencia normal -dijo Kokoschka en una con­fer~~Cla suste~tada en 1947, en Basilea- no dispone de mediosespIrItuales, m de una capacidad perceptiva que le permita com­prender la homogeneidad y continuidad de la vida. Su imagendel mundo no se distingue de la imagen producida en un calei­doscopio, puesto que su ver se limita a la reacción física de laretina', puesto que la razón creadora está excluida. Cuanto máspierde el hombre su imaginación tanto más raras son las ocasio­nes en. que su espíritu encarna en impresiones sensoriales yh~man.lza al mundo." "Razón creadora", vida convertida' env~ve~cla por la intensidad de la visión: eso es lo que son losdIbUJOS de Kokoschka. '

-Traducción de MARIANA FRENK'

b *.~ditoiial-Ernest Rathenau, Nueva York. Edición alemana: distri-U~I?,n J!Or el doctor E~nst. Hauswedell, Hamburgo, En preparación la

~dlclOn mglesa en la edltO~lal Thames and Hudson, Londres. 146 dibu­JOS de Kokosc?k~, a partir de los primeros tiempos del artista 1906ha~ta 1?59. Lammas grandes ejecutadas en heliograbado q ,

'ducen fIelmente la escritura del artista con todos sus detaíles~e. repro-