UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE...

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UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS FACULTAD DE CIENCIAS Y EDUCACIÓN LICENCIATURA EN EDUCACIÓN BÁSICA CON ÉNFASIS EN CIENCIAS SOCIALES INFORME FINAL PASANTÍA DE INVESTIGACIÓN PEDALEANDO POR BOGOTÁ: LA CIUDAD COMO ESPACIO DE PERCEPCIÓN, LA RECONSTRUCCIÓN Y REAPROPIACIÓN POR JOSE DAVID RINCÓN ALONSO 20072155063 DIRECTORA LILIANA RODRÍGUEZ PIZZINATO

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UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS

FACULTAD DE CIENCIAS Y EDUCACIÓN

LICENCIATURA EN EDUCACIÓN BÁSICA CON ÉNFASIS EN CIENCIAS

SOCIALES

INFORME FINAL

PASANTÍA DE INVESTIGACIÓN

PEDALEANDO POR BOGOTÁ: LA CIUDAD COMO ESPACIO DE PERCEPCIÓN,

LA RECONSTRUCCIÓN Y REAPROPIACIÓN

POR

JOSE DAVID RINCÓN ALONSO

20072155063

DIRECTORA

LILIANA RODRÍGUEZ PIZZINATO

TABLA DE CONTENIDO

Introducción

I. REFERENTES TEÓRICOS

1.1. Aproximación a antecedentes

1.2. Ciudad y espacio público

1.3. El espacio y lo urbano

1.4. Objeto de estudio

II. METODOLOGÍA DE TRABAJO

2.1. Eje de Problematización

2.2. Diseño de encuesta

2.3. Prueba piloto

III. RECOLECCIÓN DE LA INFORMACIÓN

3.1. Recolección de información en calle

3.2. Experiencia de la recolección de la información

CONCLUSIONES DEL PROCESO Y RESULTADOS DE LA ENCUESTA

Referencias bibliográficas

Introducción

El siguiente documento es una memoria de las acciones que el estudiante, José

David Rincón Cód. 20072155063, realizó en la Fundación Ciudad Humana, como

parte de la pasantía de investigación como modalidad de grado para la

Licenciatura en Educación Básica con Énfasis en Ciencias Sociales (LEBECS), de

la Universidad Distrital Francisco José de Caldas. La pasantía se realizó entre

noviembre de 2013 y noviembre de 2014.

La pasantía se desarrolló en el marco del proyecto investigativo elaborado por la

Fundación Ciudad Humana denominado “Fortalecimiento del uso de la bicicleta

como medio de transporte urbano en América Latina”, financiado por el Banco de

Desarrollo de América (CAF),.CAF es institución internacional que en sus líneas

de trabajo busca planes de desarrollo urbano sostenible de las ciudades de la

región; así como la construcción de documentos que puedan complementar y

orientar las acciones de los funcionarios públicos de ciudades que trabajan por su

desarrollo. El proyecto de Ciudad Humana se ubicó dentro de las líneas de trabajo

de CAF y por eso le l brindó el apoyo a esta propuesta.

Si bien el este documento se centra en las tareas propias de la pasantía, vale la

pena anotar que el autor cuenta con una larga y variada experiencia relacionada

con la bicicleta su relación con la ciudad. Desde hace más de 12 años, el

estudiante ha estado vinculado con colectivos, jóvenes y niños fomentando el uso

de la bicicleta; ha organizado grupos para recorridos, trabajo con comunidades y

trabajo académico sobre la utilización de la bicicleta como su principal medio de

transporte. Esta experiencia llega a ser una pasión para el estudiante y su

vinculación con diversos espacios de conocimiento sobre la bicicleta uno de los

grandes motores que mueven el presente trabajo.

En el proceso de la en la Fundación Ciudad Humana se realizó en cuatro

momentos:

1. Levantamiento de información y aspectos característicos de las ciudades de

Cali, León y Lima a través de indagar por acciones de grupos y colectivos

que fomentan el uso de la bicicleta. Este momento tenía como objetivo la

ubicación de la población ciclista de cada ciudad y entender cuál ha sido la

dinámica de crecimiento de cada grupo o comunidad en cada ciudad.

2. Construcción de una herramienta de recolección de la información

pertinente para ser usada en cada una de las ciudades, que permitiera

generar una base de datos que posteriormente fuera usada para el análisis

de datos y del contexto de cada ciudad.

3. Aplicación de una prueba piloto en la ciudad de Bogotá para evaluar y

poner a prueba el instrumento de recolección de información.

4. Levantamiento de información en la ciudad de Cali.

Este documento representa el proceso de formación y recopilación de información,

así como de las experiencias y vivencias que se presentaron dentro del desarrollo

de la pasantía del estudiante.

I. REFERENTES TEÓRICOS

Una de las razones que motivan este trabajo es la afinidad que el estudiante tiene

con la bicicleta, al ser un usuario asiduo de este vehículo. Igualmente, recoge las

inquietudes que se han presentado en las discusiones de grupos de ciclistas a los

cuales frecuenta y que evidencian preocupaciones por las problemáticas del uso

de la bicicleta en una ciudad como Bogotá, lo cual le permite analizar el futuro del

uso de la bicicleta en otras ciudades del continente.

Para este trabajo se realizó una serie de visitas al centro de documentación y la

biblioteca de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas para ubicar material

bibliográfico sobre el tema de la pasantía. Allí se ubicaron varios textos de

entidades especializadas que presentan la falta de interés de parte de la población

en general y de los entes de gobierno sobre el uso de la bicicleta. Aunque persiste

la falta de interés, esta situación se ha visto cambiar en la última década debido a

las acciones desarrolladas por grupos y ciudades que promueven el uso de la

bicicleta, sin embargo, son acciones específicas no continuas o que tienen líneas

de trabajo orientadas por un programa general. Son muchas las aproximaciones

que se han venido gestando sobre el tema, pero desde la Universidad son pocos

los referentes que realmente aportan elementos al siguiente texto.

La bicicleta ha empezado a emerger como un actor dinámico y trascendental en

las ciudades de América Latina. El uso de este vehículo es un fenómeno

impulsado por las grandes crisis de los sistemas de transporte público de cada

ciudad, sumado a los elevados costos del mantenimiento de los sistemas más

modernos como trenes y buses articulados, volviendo esto una desventaja para la

población debido a los altos precios en los pasajes. Esta situación hace que las

personas giren sus ojos hacia medios de transporte individuales más cómodos,

como autos, motos y bicicleta, siendo esta última la opción más económica para

las grandes multitudes en busca de otras formas de movilidad.

Además, la bicicleta pasa de ser un simple medio de transporte a un objeto de

mediación pedagógica, pues por sus características es un elemento que permite

una relación más cercana del sujeto con el entorno (tema amplio por sus grandes

caminos de investigación práctica, pero que no se abordara en este trabajo).

La bicicleta vuelve a sus usuarios más susceptibles a los problemas de la ciudad,

por su poca protección, hacen que sean sujetos vulnerables ante los incidentes

que se puedan presentar en las calles (contaminación, accidentalidad,

inseguridad, hurtos y competitividad en la vía).

Por esto, resulta importante analizar los imaginarios que se han construido de la

ciudad por parte de lo biciusuarios, en relación con un proceso de aprendizaje

espacial desde el reconocimiento de diferentes lugares. Este reconocimiento

permite indagar por los elementos constituyentes de las relaciones que se crean

con el entorno desde lo individual, social, cultural y político.

Algunos lugares son tomados y significados por sus diferentes actores, ya no solo

desde los sectores preponderantes o considerados de importancia para la ciudad,

sino por otros sectores que comienzan a revalorarlos por el uso del mismo. Este

proceso de individualidad y de construcción y significado de los lugares que se da

por los nuevos recorridos que las personas hacen por la ciudad crea un nuevo

interés que emerge por la sensación de autonomía en la movilidad que plantea la

bicicleta.

La aproximación a la conceptualización de la relación que existe entre el sujeto y

las comunidades con el espacio, es posible entender que esta relación se va

transformando; es decir que es dinámica dado que el sujeto al entrar en contacto

con el espacio busca darle un significado y lo hace por medio de objetos que los

dota de valor simbólico por el uso que éste le da e intentando entender la realidad

que lo rodea. Esta es una manera que el hombre encuentra para apropiarse de

esa realidad, es decir al espacio al cual se ha acercado y ha significado. Es así

que el hombre al llegar a esta realidad e inicia la apropiación, cambia su relación

con el entorno en la medida que construye nuevos objetos que le ayudan y media

el sentido mismo del espacio, permitiéndole cambiar su visión de la realidad y las

acciones que realiza en este nuevo escenario que contiene una carga significativa

transformada.

El sujeto que ha construido estos objetos de manera simbólica entiende cómo

puede en lo práctico, utilizarlos en su cotidianidad o transformarlos en nuevos

elementos para relacionarse con su entorno. La transformación es permanente y

en beneficio propio, es decir, una que relación con los objetos es dinámica, en la

cual el sujeto cambia el entorno mediante la construcción de nuevos objetos que

facilitan su vida y crear nuevas costumbres y hábitos en relación con el espacio.

Es preciso entender estas mediaciones simbólicas que el hombre hace con su

entorno porque determinan como él lo moldea, buscando satisfacer ciertos tipos

de necesidades. La producción de objetos que medien esta relación, por su lado,

genera nuevas necesidades, pues toda la dinámica de creación de nuevos objetos

que se dan en la significación del espacio genera nuevas formas de relación. Un

ejemplo moderno de esto podrían ser los graffiteros, los cuales se apropian del

entorno al teñir los muros con dibujos u objetos que representan un sentido o idea

que tienen de la realidad; otro ejemplo son los jóvenes montados en sus bicicletas

de BMX (Bikes Xtream Mounted) que tienen una relación de libertad e interacción

con el espacio, por lo cual se apropian de él en cada salto, pirueta o recorrido. En

esos ejemplos el espacio es significado por su uso y allí los sujetos crean un

sentimiento de pertenencia e incluso amor.

De esta forma, los individuos han creado escenarios propicios para el desarrollo

de su modelo de sociedad, esto es una interrelación física que trasciende a lo

simbólico, ya que se genera un proceso de enculturación; es decir, el hombre

empieza a darle una carga significativa a los objetos a su alrededor, que los

inscriben en una dinámica de las costumbres o rituales de su sociedad. Este

proceso de construcción de símbolos genera a su vez un proceso comunicativo,

unos nuevos códigos que representan la significación que este ha imprimido a su

realidad, a su entorno, volviéndose una manera de relacionarse con el espacio y

de socializarlo con los otros miembros de la sociedad. Los códigos que en varias

ocasiones se volverán arbitrarios porque, estos en su mayoría, se dan por un

principio de consenso, para luego ser dados a otros miembros de la sociedad que

muchas veces no refutarán sino aceptaran pasivamente esta significación.

Ahora bien, es necesario notar también como se puede visibilizar una constante

en el cambio que el hombre puede infringir a su entorno y así mismo ir cambiando

los significados que se va tejiendo y reconstruyendo con el entorno. Es de

entender que muchos de los miembros de la sociedad no aceptarán estos

consensos y buscarán sus propias significaciones de los espacios y de los objetos.

Como lo dice Foucault (1986), en esta era de la urbanización y mercantilización,

el hombre se encuentra en un afán en la creación de espacio; en un desierto, en

una isla, en la cima de una montaña o cualquier lugar donde pueda sobrevivir, el

sujeto producirá un nuevo espacio, teniendo a su vez la capacidad de construir

una nueva ciudad, un centro turístico, un parque, casas, edificios, senderos,

centros comerciales, cines, teatros y cualquier forma que él considere necesaria

como imperativo de su rol social, cultural, político y económico.

Aunque muchas de las construcciones que se han hecho de ciudad son cada vez

más especializadas o con una gran cantidad de nuevos y variados escenarios, ya

no prima la idea de proporcionar espacios para una masa de población con una

unicidad de significados, sino como menciona Rheingold (2004) para multitudes,

para grupos de subjetividades y personas inteligentes que se reúnen en un

espacio, pero que no significa que cada una comparta un mismo esquema mental

o significativo. Esto significa que, cientos de individuos están reunidos, pero que

no que están todos con un solo discurso, con un solo código; por el contrario en

cada sujeto existe una idea de ciudad que l busca ser reconocida y plasmada en

esa pluralidad de espacios urbanos.

De la misma manera, se dan estructuras simbólicas y/o físicas que son difíciles de

romper. Las visiones que se van imponiendo, que son indiscutibles, son un claro

ejemplo del imaginario actual de la calle en Bogotá, la cual se plantea desde la

política, luego afirmada por su uso y por último instituida en el imaginario del ser

humano para quien la prioridad es el automotor y no el mismo ser humano. Es un

camino en el cual el hombre va forjando herramientas para la apropiación del

espacio, entendiendo que la idea misma de este, es un objeto simbólico creado

por las mentes, una imagen mental que se forma de los fenómenos que se dan

por la percepción y luego en la construcción de un elemento conceptual que le de

valor a esa realidad. Es una forma que se da para apropiarse del espacio, en el

cual los conceptos son llevados muchas veces al debate, para intentar llegar a

unos principios de realidad o conocimientos teóricos que pueden ser fiables y

verdaderos para ser asumidos por la sociedad en su conjunto.

En este proceso de apropiación que se hace de los espacios o la construcción de

los mismo genera una jerarquización, debido a que cada lugar y objeto que el

hombre ha creado, o incluido en estos, obedece a unas ideas que el hombre

construye y plasma en el territorio; es decir el hombre ejerce su poder y dominio

de la naturaleza, estableciendo una transformación del espacio meditada y

planeada que obedece a un esquema mental. Desde las sociedades antiguas el

hombre ha construido su vivienda entendiendo que esta le presta un servicio; por

ejemplo desde la caverna hasta los rascacielos modernos hay una adaptación de

la vivienda al entorno, en la cual se da la construcción del espacio, entendiendo

que cada lugar creado responde a un interés particular, por lo cual cada espacio

tendrá un valor más elevado que otro debido a los interés que se tejan alrededor

de este, porque de esta manera obedecen a necesidades que el mismo hombre

ha creado, a un proceso en el cual le da un valor especifico y lleva a

clasificándolos en una escala de importancia según las necesidades que satisfaga.

En una ciudad como Bogotá se puede ver un ejemplo de lo anterior, dado que es

reconocido el interés por invertir su capacidad de transformación en ciertos

espacios seleccionados que obedecen a intereses particulares, que benefician a

un grupo de la sociedad, ya sea económico o político, haciendo que se genere

poco a poco una relación arbitraria. En Bogotá se da una relación de poder que

ratifica esta idea de jerarquización de los espacios, creando una diferenciación de

los lugares para entender que cada uno tiene un valor más alto o bajo

dependiendo de su ubicación; esto entrega un significado a los habitantes de la

ciudad en el cual se le dice que la ubicación se da para crear una segregación

pues el espacio se convierte ahora en otra forma de representar esa relación de

poder.

Tal vez se podría tomar esta forma de construcción de ciudad como una forma de

exclusión social, pero también es cierto que muchos de estos espacios están

abiertos al disfrute de la sociedad, por lo cual muchos de los miembros pueden

recorrer espacios que ocupan una jerarquía más alta y usufructuarlos. A estos

lugares se les llama espacio público de manera arbitraria, justificándolo en el

hecho que esta dado para la sociedad, obviamente en muchas ocasiones

generara descontentos por beneficiar pequeños sectores de la sociedad, pero que

sigue abierto a la sociedad en general. Así, muchas personas se lanzarán en un

enfrentamiento abierto en contra de estas jerarquías que se establecen en el

espacio urbano, intentando romper esquemas de ciudad, buscando la inclusión de

otros actores y no solamente los que se toman como válidos. Como ejemplo,

nuevamente en la calle los ciclistas se la toman, con cientos de propuestas,

asumiendo este escenario como espacio público, un lugar de encuentro que no

puede privilegiar a una máquina que es el automóvil, sino al ser humano.

1.1 Aproximación a antecedentes

En la revisión documental se encontraron nutridos y variados textos que aportan a

la construcción de elementos conceptuales sobre el uso de la bicicleta y diferentes

perspectivas de la ciudad. En esta revisión se tomaron elementos importantes de

las Universidades de los Andes y Nuestra Señora del Rosario.

En la primera universidad se ubicó el trabajo de Suero (2006). Esté trabajo busca

en su primer capítulo mostrar las generalidades del uso de la bicicleta, ventajas y

desventajas; en el segundo caracteriza el estado de algunas ciudades del mundo

en cuanto a uso, infraestructura, topografía, clima y políticas para los usuarios de

la bicicleta, demostrando el crecimiento descomunal que ha tenido el uso de este

pequeño vehículo, relacionado a sus bajos costos. Sumado a esto, plantea una

serie de ventajas que se enuncian frente a eficiencia energética, salud, economía,

agilidad, baja en los niveles de estrés, amigable con el medio ambiente,

evidenciado en una serie de estudios de caso de varias ciudades para realizar

ciertas comparaciones metodológicas que sirven para visualizar los alcances que

ha tenido la bicicleta, elevándola a la categoría de medio masivo de transporte.

Según este autor, el estudio muestra como esta categoría de medio masivo de

transporte es digna de resaltar, para darle la notoriedad que realmente merece y

así romper diferentes problemáticas en la movilidad que se han sumado para

frenar el impulso que lleva el uso de la bicicleta.

Al finalizar, Suero hace un análisis de Bogotá, la ciudad pionera en la construcción

masiva de ciclorrutas con más de 340 km, mostrando los esfuerzos para promover

el uso cotidiano de este medio de transporte. De igual forma, hace

caracterizaciones en movilidad, infraestructura, seguridad, accidentalidad,

problemáticas ambientales, políticas públicas y el uso que se le ha dado a la

bicicleta. De esta manera, el autor completa una serie de comparaciones que

aportan al debate del estado de las ciudades colombianas al respecto. Al final de

su trabajo, Suero hace una investigación de nodos problemáticos de la ciudad de

Bogotá en movilidad, infraestructura y tráfico, planteando posibles alternativas al

problema de la planeación de la ciudad, herramientas de caracterización y

priorización, así como proyecciones cuantitativas, como encuestas, patrones de

movilidad y estadísticas que complementan el análisis cualitativo de la ciudad.

Otro de los textos encontrados corresponde a Gómez (2013). En un primer

capítulo hace el rastreo de las políticas públicas de los años noventa en Bogotá

generadas por las administraciones de Antanas Mockus (1995-1997), Paul

Bromberg (1997-1998) y Enrique Peñaloza (1998-2000), en donde evidencia una

serie cambios significativos en la visión de ciudad, como la inclusión de los

peatones y de los ciclistas en los planes de movilidad de la ciudad, implantación

de normas, construcción de obras incluyentes y planes pedagógicos para dar

apoyo a las nuevas iniciativas que presentan un nuevo modelo de desarrollo

urbano más amable con el ser humano.

En un segundo momento hace las comparaciones de las alcaldías de Luis

Eduardo Garzón (2004-2008) y Samuel Moreno (2008-2011) para evidenciar el

olvido de los proyectos dirigidos a los ciclistas y peatones, dado por la influencia

mediática de otros intereses. Aunque los dos alcaldes pertenecían al mismo

partido político es sentida la desconexión entre las administraciones, las cuales

tuvieron una gran cobertura de los medios de comunicación debido a las

diferentes acciones debatidas, tales como el olvido de las políticas públicas,

demoras en las construcciones de avenidas y del sistema masivo de transporte

“Transmilenio”, el olvido de la movilidad para ciclistas y peatones y ausencia de

campañas pedagógicas para fortalecer la convivencia ciudadana.

Finalmente, Gómez hace un compilado de las acciones que se dieron en estas

administraciones (políticas, campañas e intereses) y de las acciones de la

sociedad civil desde sus asociaciones que ponían sobre la mesa las propuestas

que buscaban visibilizar la movilidad no motorizada. Estas acciones vienen

dándose desde diferentes sectores, unos más organizados que otros, como las

ONG´s, entidades privadas hasta usuarios que se han reunido en un momento

determinado por el interés de la bicicleta. En la investigación se buscó evidenciar

las diferentes maneras en que los actores quieren validar sus propuestas de

ciudad, en las cuales la bicicleta en su protagonista, para esto hace un par de

entrevistas a líderes e impulsores del uso de la bicicleta en Bogotá.

Esta propuesta termina precisando cómo se han dado los cambios de la inversión

pública de los planes de desarrollo de la ciudad, en los que la bicicleta se ha visto

opacada por los sistemas motorizados de transporte. Así mismo, resalta el papel

que ha tenido el accionar de la población civil que viene emergiendo y pujando

para que las administraciones de turno, vuelvan a retomar estos proyectos. Estas

acciones demuestran una nueva construcción de lo público, de sentido de ciudad

e incluso de ciudadanía.

Para profundizar el tema de la significación de ciudad se encuentra Salcedo y

Zeiderman (2008), quienes buscan visibilizar la importancia de la ciudad como un

epicentro de una gran cantidad de proyectos de significados, nación, poder,

economía y desarrollo; notando que en este proceso se tejen al mismo tiempo

unas relaciones en lo que se denomina como la periferia de las ciudades,

volcando su interés en comprender las relaciones y problemáticas que se dan en

el seno de la ciudad, analizándola desde diferentes ángulos, no desde lo físico

sino también desde lo cultural, desde la producción social, e intentando ir más allá

de las visiones tradicionales de ciudad.

Así, inician su trabajo haciendo un barrido de varios autores que brindan un

panorama que permiten realizar comparaciones en los estudios que se han hecho

de ciudad. Allí señalan que la mayoría de estos estudios se han dado “EN” la

ciudad, delimitando el objeto de estudio y encerrándolo a unos límites

conceptuales que buscan entender esta categoría de espacio, ahondando en las

dinámicas culturales y sociales que se dan en ella.

Así mismo, muestran cómo se adscriben o se dan trabajos “DE” la ciudad, lo

cuales buscan unas tipologías de ella, realizando mapeos para definir las

diferencias junto a otras características específicas e intrínsecas que emergen

para denotar su particularidad. Los autores hablan, de cómo al encontrar estas

líneas de trabajo no necesariamente implican divisiones, sino todo lo contrario ver

las formas como se puede complementar y caracterizar mejor la ciudad. Esto da

una riqueza a la investigación pues demostra la pluralidad de visiones de ciudad y

que se puede ser estudiada de diferentes maneras, lo que deja la ventana abierta

para que se siga investigando la ciudad.

En un segundo momento retoman conceptos para hacer un análisis histórico de

Bogotá desde finales del siglo XX y consideran el cambio en la construcción de

ciudad, así mismo en las representaciones que se empiezan a tejer en ella, a

través delos lenguajes, las apropiaciones y las interacciones que se empiezan a

gestar. De igual forma, notan cómo se consolidan los núcleos de poder en Bogotá

desde su centro hacia la periferia, este último es un sector que por sus

condiciones representa la marginalidad y el olvido por las dinámicas de la ciudad o

por el interés del centro. Esta periferia cuenta con una gran cantidad de valores

aportados por su multiculturalidad, que en el caso bogotano se da por las

constantes migraciones; pues son sectores que no son acogidos por los grandes

sectores públicos y a partir de allí los autores que demuestran que la ciudad se

vuelve un espacio de la exclusión.

Finalmente, se ubica el trabajo de Montezuma (2011) que presenta una reseña de

la ciclovía bogotana. Montezuma realiza una reflexión en torno al problema de la

motorización en las ciudades de América Latina y pérdida de la escala humana.

En los primeros capítulos hace la argumentación con el concepto de dotaciones

del espacio urbano, en el cual hace referencia a los modelos de ciudad que se han

venido desarrollando y que se caracterizan por las necesidades del individuo en la

ciudad actual, dado que no son alejados de las leyes económicas y las estructuras

culturales urbanas. El autor ubica esta situación como un fenómeno que tiene

relación con las actividades que se desarrollan en la ciudad que generan

metrópolis y regiones urbanas que han venido absorbiendo los espacios que se

reconocen como ciudad y toman ejemplos de ciudades europeas.

En los capítulos siguientes, analiza el proceso de la ciclovía bogotana, en su

historia y los diferentes cambios que ha sufrido. El autor hace énfasis en el interés

que esta ha generado en el mundo Bogotá por ser la pionera en esta temática y

ser una propuesta que reconcilia la escala humana con la ciudad, pues hace que

cientos de personas se tomen las calles masivamente un día a la semana. La

ciclovía bogotana genera entusiasmo en otras ciudades que han venido replicando

esta propuesta. Para ejemplificar esta dinámica, el autor hace una compilación de

14 estudios de caso en América en donde caracteriza las diferencias de cada una

de propuestas como una multiplicidad de formas de apropiarse de las calles y de

construir, de esta manera, el espacio público.

En la parte final de la investigación, Montezuma hace un elogio de las diferentes

propuestas, presentando una serie de elementos para tener en cuenta en

próximas experiencias que se quieran emprender. También delimita una serie de

acciones para el aprovechamiento de los espacios urbanos, clasificados en

espacios de uso y dominio público, equipamientos, servicios básicos y dotaciones

complementarias.

1.2. Ciudad y espacio público

La ciudad es, en principio, una infraestructura espacial que permite la articulación

entre lo físico, biológico y humano que propicia procesos de sociabilidad entre las

personas. En la ciudad se da el paso de unas relaciones primarias básicas, a otras

secundarias mucho más complejas que entrecruzan todo tipo de roles y se

constituye un tejido con elementos diferentes que se encuentran inseparablemente

asociadas. Dicho tejido permite la convivencia de todo tipo de diferencias

culturales, económicas y sociales.

La ciudad es el producto de la acción interdependiente entre población, tecnología

y organización, desde la perspectiva económica, representa una unidad de

producción y de consumo, en la cual se articulan los bienes privados y públicos en

los que hay mayor posibilidad de acceso a ellos.

Ahora bien, cuando se busca un concepto de espacio público contrastándolo con

el de ciudad, o más aún cercano con la realidad urbana en Bogotá, es notoria la

relación reciproca en la cual las personas han participado de su construcción,

como los trazados urbanos que muchas veces no obedecen a una planeación sino

a un interés momentáneo de la población que busca generar su propio espacio.

Recordando que este concepto de espacio público encuentra sus orígenes desde

la antigua vida urbana, en la cual el sentido político del ser lo lleva a participar en

la construcción de ciudad-estado, pero es a partir de la revolución francesa que el

discurso del espacio público adquiere un nuevo sentido proclamado en los

derechos del hombre y del ciudadano.

Todo esto no deja ver, como el espacio público hace parte de los sujetos como

habitantes y como ciudadanos pero son otros los que lo administran, haciendo de

él una vitrina para muchas cosas. Pero ¿Qué es el espacio público?, ¿Por qué es

tan importante? y ¿cuál es su relación con la ciudad?; estas son preguntas

necesarias en la indagación ya que permite ver cómo los habitantes de la ciudad

la construyen y por qué el espacio público tiene una polisemia de significados.

Además se aprecia como el sentido del concepto de espacio y lo público

comienzan a tener una profunda relación y al mismo tiempo una gran tensión,

dado que la construcción del espacio se hace desde la subjetividad, al mismo

tiempo que se da desde la construcción política y social. En primera instancia seria

hablar del espacio público como

El conjunto de áreas, bienes y elementos que son patrimonio de todos y que satisfacen las necesidades culturales, de movilización, de acceso a un medio ambiente adecuado, de integración social y de recreación. Como su propiedad está en manos del estado, su uso y acceso es un derecho de todos. Además de estos bienes y áreas públicas, existen elementos que pasan a ser propiedad privada, hacen parte del espacio público. Es el caso de los antejardines, fachadas y culatas de edificaciones (hablando del nuevo auge de las urbanizaciones integrales que absorben elementos

públicos dentro de su estructura). Al hacer parte del paisaje urbano, no podemos hacer uso arbitrario de ellos ni construirlos a nuestro antojo (Defensoría del pueblo 2006, p. 8).

Esta concepción es un poco estática, ya que solo el Estado o la administración de

la ciudad es el encargado de la construcción del espacio público y de los

ciudadanos que lo utilizan, afirmando que “es de todos”. Esta concepción deja el

papel de los habitantes relegado a un segundo plano, pero son los habitantes de

las ciudades los que participan de estos espacios, muchos de los cuales se han

ganado en su participación y accionar, generando una presión desde las

colectividades que exigen sus propios escenarios, los cuales no quieren que sean

impuestos, sino que obedezcan a sus necesidades como actores protagónicos de

la ciudad.

La idea que “el espacio público es propiedad del Estado” es muy notoria en

muchas ciudades. Esta es una noción que las personas han asumido frente a la

ciudad, pero no es un acuerdo colectivo ni un consenso de los ciudadanos, acaso

¿será este uno de los factores de desarraigo de los habitantes y por lo tanto su

irresponsabilidad frente al mismo? Esta idea de ciudad que impera está avalada

con toda una infraestructura y una racionalidad que la apoya y haciendo que esta

se concrete, porque como son racionalidades que predominan sobre lo que “debe

ser”, la gente la asume pero no se ve como los individuos que se hacen valer

dentro de estas dinámicas. Es decir que los ciudadanos en el sistema democrático

representativo “deciden” entre una u otra opción, pero no son ellos los que

participan en la construcción de espacio público.

Gobernar Bogotá, en este caso, fue durante mucho tiempo un acto de creación física, de construcción de obras públicas, encaminadas a mejorar el modo de vida de la ciudadanía; sin embargo, paulatinamente, este énfasis fue produciendo un abandono de los temas relacionados con la convivencia y la cultura en las diferentes administraciones de la ciudad, y genero desorden social y poca capacidad para reconocer lo urbano como espacio colectivo, en el que todas las personas deben encontrar pautas de convivencia y respeto. Bogotá seguía creciendo de manera acelerada, y no se proponían formas nuevas de relacionarse con el espacio público, ni de

ciudadanía, que dieran cuenta de la nueva ciudad. Es decir, lo urbano, como conceptualización y simbolización de las formas de habitar y construir la ciudad, de ser ciudadanos y ciudadanas… (Jaramillo, 2003, p.70).

Es de notar cómo la construcción de ciudad también es un proceso de

construcción de lo público como un escenario de diálogo, no dejando que esta

formación se dé verticalmente. Lo anterior implica considerar que el papel de los

gobiernos no sea protagónico, sino en el que se dé lugar a una construcción

ciudadana en la cual su relación con el espacio público podría mostrar otros

elementos que discutan el de desarraigo de los habitantes, por lo tanto, su

irresponsabilidad frente al mismo, hecho notable en cientos de lugares de la

ciudad.

Los que se ubica en mucho lugares de la ciudad es el irrespeto por los objetos

presentes en los espacios, poca capacidad para defenderlos y apropiarlos de una

manera responsable, la relación con el otro mediada por agresividad y competitiva

estructura de violencia cultural que se va heredando en las calles, en los

semáforos, en las intersecciones, cada día se sienten y escuchan los insultos y los

choques de los metales y el resonar de las sirenas que crean una atmosfera de

inseguridad. Teniendo en cuenta estos elementos, es notorio cómo se va creando

una idea de ciudad de manera individualista, lo cual hace que las personas

reproduzcan estas conductas competitivas, espacios que se cercan y privatizan

para el disfrute de unos pocos y la inversión en las zonas céntricas que

sobreponen los intereses particulares y no el “debe ser” del espacio público. Un

claro ejemplo es el sistema de transporte público de Bogotá, el cual funciona de

una manera eficiente en tiempo, pero poco adecuada para el respeto y dignidad

de las personas, es decir, que los ciudadanos en el sistema de gobierno actual

“deciden” entre una u otra opción de transporte, pero no son ellos los que

participan en la planeación y construcción de espacio público.

Los espacio urbanos están entrando en diversos procesos de privatización:

grandes centros comerciales que tienden a acumular diferentes funciones

urbanas, barrios residenciales cerrados al uso público, servicios de carácter

público privatizados como la salud o los mismos parques recreativos, e incluso la

privatización cada día más extendida de la fuerza pública. Esta tendencia

privatizadora tiende a sustituir, en ciertos campos, la relación objetiva entre el

Estado y los ciudadanos, lo que lleva a una relación secularizante en un contexto

democrático por la confrontación subjetiva entre grupos sociales (relación opaca,

imprevisible, angustiante). Los ciudadanos ven como poco a poco su derecho al

espacio público va desapareciendo para ser reemplazado por espacios

administrados por ciertos grupos que buscan intereses particulares.

Es importante entender cómo los fenómenos comerciales afectan el paisaje

urbano, incluso es fácil distinguir la diferenciación socioeconómica con solo mirar

la fachada de una casa, dándonos nociones de cómo el Estado ha configurado la

ciudad como una vitrina comercial para potenciarla económicamente, mas no

considera a su población en general. No se ve el espacio público como el lugar

donde se realizan actividades básicas, en donde las personas participan de la vida

cultural , donde se comparte con otros individuos, donde se juegan y se hacen

amigos y donde se puede concretar los derechos fundamentales: movilizaciones

libres, reunión o consolidación de grupos, diversión, protesta y disfrute de un

medio ambiente sano. Es en el espacio público donde se encuentran los símbolos

de la cuidad, es el lugar complementario a las viviendas y trabajos: zonas verdes,

vías, andenes y parques.

Los límites sobre lo público y lo privado, así como su interrelación, dan origen a

diferentes modelos de ciudad que vinculan ideales políticos, sociales y

económicos de las comunidades que las han habilitado. El espacio público y el

privado se transforman recíproca y permanentemente determinando relaciones

cotidianas que se dan en la ciudad. Vemos como las ciudades latinoamericanas

tienen ciertas condiciones de desorden y caos, características propias de estas

ciudades, sin embargo, estas se dan porque no hay una cultura hacia lo público

que corrija o funde sobre la ciudad el significado de lo colectivo, son las

administraciones de paso las que van forjando los destinos de la ciudad, planes de

desarrollo a corto plazo debido a la falta de diálogo entre los mismos participes de

las administraciones porque cada uno está defendiendo intereses propios,

económicos o ideológicos que pocas veces logran conciliarse.

Empero, la ciudad nace del pensamiento humano, de la capacidad de imaginar un

hábitat y no solo como una manifestación de poder. Hacer la ciudad es ordenar

espacios de relación, es construir lugares en la colectividad pensando en el futuro

y luego actuar para realizarlo; esta ciudad en la que habitan actualmente los

individuos es un proceso “frustrado” porque muchas veces se forja en la dicotomía

entre los ciudadanos en general y sus líderes. Pero es también una prueba de que

la conquista de la cuidad es una nostalgia de futuro, una conquista humana a

medio hacer.

Es la cuidad en su conjunto la que merece la consideración de espacio público, la

responsabilidad principal del urbanismo es producirlo, como un espacio funcional,

polivalente que se relacione con otros elementos, ordenando las construcciones y

las múltiples formas de movilidad y permanencia de las personas. Y así, asumir

también el espacio público como lo afirma Borja y Muxí (2001), como un espacio

político de formación y expresión de voluntades colectivas, el espacio de la

representación pero también del conflicto. Mientras haya espacio público hay

esperanza de revolución, o de progreso.

El espacio público es cualificado culturalmente para proporcionar continuidades y

referencias, hilos urbanos y entornos protectores, cuya fuerza significante

trasciende sus funciones aparentes; es decir, el espacio proporciona elementos de

identidad y de la memoria que trascienden en las generaciones y nuevas

sociedades, pues es una construcción de las costumbres y hábitos que se tejan en

la relación con el espacio y que van tomando importancia para las comunidades,

siendo dignas de la permanencia en los imaginarios de las personas. El espacio

público puede ser concebido también como instrumento de redistribución social,

de cohesión comunitaria, de autoestima colectiva, en la cual las personas al sentir

esta apropiación de sus espacios generan un sentido de identidad que hace que

los sujetos quieran defenderlos ante los avatares del tiempo y las

transformaciones. Lo anterior se da por una filiación de las personas con su

entorno que se va fortaleciendo con el crecimiento de la sociedad y por el interés

de compartir estos espacios e imaginarios.

Se ha de mirar el espacio público como un lugar de “socialización política”,

además los habitantes, que están en constante semantización del espacio, deben

ser realmente actores del mismo, pues el espacio público con todos sus

significados da elementos de articulación con la vida política, de la que en una

época los griegos se sintieran orgullosos. Ese espacio público que gracias al

leguaje lo hacen todos, es donde los ciudadanos se comunican, discuten y crean

consensos, para así tener una ciudad colectivamente construida. Lo anterior

implica entender esa relación entre ciudad y espacio público, entender cómo la

ciudad debería construirse desde lo público, desde del consenso, desde la

construcción dialógica, en el debate de sus integrantes; y no como se hace

actualmente desde lo privado que se privilegia los intereses particulares y que

generan dinámicas arbitrarias que terminan en una privatización encubierta de la

ciudad.

1.3. El espacio y lo urbano

Esta es una relación conceptual que reconoce el desarrollo del entorno, es por

esto que la perspectiva y aportes de Santos (2000), ayudan a percibir esta

problemática mediante una relación entre objeto y sujeto. Esta relación muestra un

escenario dialógico de unión, que no se puede pensar solo por medio de sus

partes, sin desconocer la afectación que se puede infringir al otro; por lo tanto

implica pensar en la reciprocidad de los elementos que construyen sistemas de

objetos y sistemas de acciones que interactúan para crear el espacio. Dicho un

espacio necesita del sujeto para conformarse, de lo contrario sería un simple

paisaje.

Cuando se dan los sistemas de objetos es importante tener en cuenta que estos

no son simplemente cosas tomadas del entorno y utilizadas en la cotidianidad del

hombre, sino que son transformaciones que este realiza a los objetos, ya sea de

manera física o simbólica; es decir, el sujeto no solo los toma por necesidad sino

que les está dando una funcionalidad, pensando qué hacer con ellos, dotándolos

de significado y es en este proceso, en el cual el sujeto los transforma para su

beneficio, construye una red de elementos que se relacionan intencionadamente

entre ellos. Este es un proceso en el cual los elementos pasan de ser la cosa a ser

objetos, por la acción humana, por el pensamiento y análisis que se hace de lo

que se tiene frente a sí.

Para los geógrafos, los objetos constituyen la totalidad de las existencias en la superficie de la tierra, toda herencia de la historia natural y todo resultado de la acción humana que se objetivo. Los objetos son esa extensión, esa objetividad, aquello que se crea fuera del hombre y se hace instrumento material de su vida, en ambos caso una exterioridad (Santos, 2000, p. 62).

El sujeto que utiliza los objetos de la misma manera ve cómo estas nuevas

morfologías que le da el espacio por él construido, le exige que él mismo también

modifique su comportamiento; por lo tanto los nuevos objetos le obligan a laborar y

trabajar sobre su medio de una manera diferente a la que lo hacía cuando él no

había intervenido en el mundo, es desde este punto, en el cual se aprecia como el

espacio es dinámico en el accionar del sujeto que interviene en el trascurso

natural del planeta.

A lo largo del tiempo un nuevo sistema de objetos responde al surgimiento de cada nuevo sistema de técnicas. En cada periodo, existe también un nuevo ordenamiento de objetos. En realidad, no hay solo nuevos objetos, nuevos patrones, sino igualmente nuevas formas de acción. Debido a que un lugar se define como un punto donde se reúnen haces de relaciones, la nueva estructura espacial puede darse sin que las cosas sean diferentes o cambien de lugar. Cada estructura de lugar no es solo morfológico, sino

también funcional. En otras palabras, cuando existe cambio morfológica, junto a los nuevos objetos, creados para atender las nuevas funciones, permanecen viejos y cambian de función (Santos, p. 80).

Ahora bien, cuando se habla sobre esta categoría de espacio es notorio como

estas se han visto transformadas por la mano del hombre, porque él ha querido

aportar una serie de elementos para construir este nuevo objeto estudio. Dado que

inicia una búsqueda del proceso conceptualización del espacio, que para Lefebvre

(1983) es parte fundamental, ya que es una de las categorías más importantes del

espacio es la de urbanización y su influencia, es por esto, que se necesita conocer

y ver más allá de su génesis y entender su proceso actual, dinámica, influencia y

sobre todo explosión mundial.

En este orden de ideas Lefebvre (1983), alude a un tiempo y espacio de explosión

de este fenómeno, con la descripción de la sociedad urbana que surge de la

industrialización, de la sociedad caracterizada por un proceso de dominación y

asimilación de la producción agraria que está dada por diferentes procesos en

esta configuración. Por lo anterior el autor desea comenzar a esbozar el siguiente

paso a las sociedades postindustriales.

En esta elaboración y reconstrucción es totalmente válido comenzar a reconocer

como estas sociedades, desde las agrarias, pasando por las ciudades de

mercados, hasta las industriales y postindustriales, denotan cómo la configuración

de sociedad ha repercutido en la configuración de sus espacios, arquitectura, en

los objetos que la componen, en la formación de trazados y en construcción

misma de nuevos espacios. Es por eso que su enunciado alude a la que la ciudad

es lo inmediato, lo sensible, lo tangible, lo construido por el hombre; mientras que

lo urbano es la realidad social compuesta por relaciones que se construyen y

reconstruyen en el pensamiento y no una característica que le atribuyen a los

urbanistas franceses, más preocupados por las huellas tangibles que ha dejado el

hombre en la tierra.

Este es un proceso de clarificación entre la ciudad y lo urbano, en el cual es más

importante lo segundo como aspecto relacional, dialógico y reciproco entre

espacio y sociedad. Las ciudades cambian, así como las formas de apropiación y

significación de los sujetos; es decir, las representaciones de los sujetos y de la

manera cómo perciben su ciudad, la sienten y la viven configura las

transformaciones que se dan desde Grecia con sus ágoras, hasta las ciudades

actuales con sus Estados modernos. Las calles, los centros comerciales y las

fábricas se han transformado junto con sus sociedades, creando entramados

urbanos estrechamente ligados, dado que los aspectos simbólicos median con la

construcción física del entorno. Estas configuraciones de las sociedades urbanas,

de estas urbanizaciones completas, no están desconectadas de su pasado, y

mucho menos ahora de sus formas agrarias, pues las han trasformado y

aprovechado de manera más eficiente, produciendo cantidades de objetos y

artefactos que hace solo un siglo tal vez serían inimaginables.

Lo anterior sugiere una interdependencia sustentadora de la industrialización

constante, abastecedora, ahora no solo de la gran ciudad, sino también una red

urbana gigantesca que aglomera personas en cifras alarmantes como nunca antes

se han visto. Esto tal vez sería solo comparable con una onda explosiva, que

implica quedarse o a la espera de ser tocado por esta y siendo la ciudad tan solo

un nodo de su actividad, al acecho de su conurbación voraces un fenómeno de

gran importancia que incide en el cambio de la visión de espacio, antes

considerado elemento físico que buscaba ser entendido y de cierta manera

dominado, hasta llegar a transformarlo paulatinamente por una construcción

masiva de nuevos espacios.

Este es un fenómeno que empezó en el siglo XX con la fabricación de los

espacios, un ejemplo claro es la calle comprendido como el lugar que antes era el

sitio del encuentro y del dialogo, ahora por la superpoblación son solo sitios de

tránsito, de recorrido, pero no de disfrute; además, con la construcción masiva de

apartamentos se ve la necesidad de construir muchas más calles, más amplias,

con puentes, doble calzada y hasta de doble piso, pero ya no para el ser humano

sino para sus objetos mecánicos que sirven de medio de transporte, para el

desplazamiento de una manera más rápida, contaminante y ruidosa. Esta es una

trasformación urbana sin precedentes, una transformación del espacio.

Por eso es que es preciso evidenciar cómo juegan un papel importante las

acciones del hombre ejercidas sobre los objetos y como estos objetos a su vez,

tienen una gran influencia sobre el hombre, en reciprocidad y diálogo constante.

Esta relación evidencia su interrelación, intencionalidad y autonomía de sus

acciones, que no siempre han sido esquemáticas y racionales sobre su medio,

sino que muchas veces son estas acciones, las que generan resultados

inesperados por la voracidad de las nuevas construcciones urbanas.

1.4. Objeto de estudio

La recolección de la información se realizó en tres ciudades: Cali, Lima y León y,

estas fueron seleccionadas principalmente a petición del contratante. La selección

de las tres ciudades se dio al entender que son ciudades en pleno crecimiento, no

superior a los 4 millones de habitantes; por lo tanto las políticas y

recomendaciones producidas por la investigación serían más eficientes y tendría

mayor probabilidad de ser acogidas, en comparación con ciudades con masas

grandes. Por otro lado, las tres ciudades seleccionadas presentaron una serie de

acciones particulares del uso de la bicicleta, por lo que se consideran ciudades

con un gran avance en la temática y permiten tener un primer acercamiento para

identificar algunas características propias y así clasificar a las poblaciones y los

lineamientos que buscaba la encuesta.

Para iniciar hay que entender que cada una de las ciudades cuenta con unas

dinámicas e historias propias alrededor de la bicicleta; por lo tanto se ha generado

algún sentido de identidad con la bicicleta, como por ejemplo Bogotá (ciudad en la

cual se realiza la prueba piloto) que tiene una de las tradiciones ciclísticas más

antiguas del continente, pues en Colombia se creó su competición nacional en

1951, junto con una industria la Monark, que ayudó en el creciente fervor por este

deporte en dicha década.

Es importante para el proyecto determinar en qué características se encontraban

cada una de las ciudades en cuanto a estructuras, políticas, acciones y actores

que participan o no en el fomento en el uso de la bicicleta. Desde los años noventa

ciudades como Lima, Curitiba y Bogotá han venido generando una serie de

propuestas para el fomento de la bicicleta, como una apuesta de ciudad, como

una propuesta urbanística para muchos ambientalmente y organizativamente más

amigable con sus habitantes y como una alternativa en cuestiones de movilidad,

calidad del aire y disminución del sedentarismo. Esto impacta a muchas otras

ciudades que quieren reproducir o adaptar este tipo de propuestas; de ahí el

interés de la CAF por realizar un análisis de varias de las experiencias, así como

de otros lugares que apenas se asoman en estas líneas de fomento. Teniendo en

cuenta lo anterior, para la clasificar los lugares de uso de la bicicleta se tomaron

tres líneas:

Municipios con poca, o ninguna, tradición e intención de uso de la bicicleta

Ciudades con usuarios de la bicicleta en vías de disminución

Urbes recuperándose o iniciándose en el uso de la bicicleta

Se trabaja bajo estas tres líneas para entender cada una de las situaciones de las

ciudades en las cuales se realiza la investigación. Se pueden citar varios ejemplos

en los cuales existen lugares casi sin historia en el fomento del uso de la bicicleta,

lo cual al hacer el balance refirma el poco interés en este tema en muchas de las

ciudades de América y deducir que las acciones adelantadas casi no han

repercutido pues son aisladas, con poco seguimiento y poca voluntad por parte de

los entes políticos, técnicos y/o responsables del tránsito en cada una de ellas.

En el caso de León, se puede ver una ciudad con una que tiene historia con el uso

de la bicicleta y en donde este medio de transporte ha jugado un gran papel; sin

embargo ha venido disminuyendo su uso gracias a la irrupción en el mercado de

los automotores de bajo costo, como la motocicleta y los autos de segunda mano,

que están en un gran aumento en todo el continente. En esta ciudad han

empezado a darse acciones conjuntas para lograr mitigar este proceso, desde la

creación de un día en la semana en el cual sus trabajadores públicos no pueden ir

en ningún automotor, hasta la creación de entes de investigación y fomento como

lo es el Centro de Transporte Sustentable (CTS). Estas acciones han tenido gran

acogida, llegando a replicarse por varias ciudades de México.

Al entrar a clasificar las ciudades de León y Bogotá se encuentran en la categoría

de urbes en recuperación o iniciándose en el uso de la bicicleta, pues son

ciudades que han venido ejerciendo variados y muy exitosos procesos de

fortalecimiento del uso de la bicicleta.

Sin embargo se debe hacer una claridad con Bogotá, que si bien es cierto, cuenta

con una de las ciclorrutas más emblemáticas del mundo, estas perdieron la

importancia en las alcaldías de 2004 al 2011 al no contar con un apoyo al fomento,

ni al mantenimiento de dicho sistema; por lo tanto el fomento del uso de la bicicleta

ha estado enunciado solamente en muchos de los discursos electorales, así como

de los intereses de los gobiernos de turno. Esta situación se hace aún más notoria

al ser la ciudad con el mayor número de grupos y acciones del continente

relacionadas con el uso de la bicileta, por lo cual la Secretaría de Movilidad (2013)

se dio a la tarea de recopilar las experiencias de la ciudad, encontrando más de 70

tipos que han venido movilizándose y haciéndose sentir casi cualquier rincón.

Cali es una ciudad con unas características aún más particulares, dado que no es

una ciudad con una historia ciclística, ni el uso de la bicicleta ha sido apoyado por

los entes de gobierno, aun cuando cuenta con el Plan Maestro de Ciclorrutas

(PLAMACIR) que hace un estudio que, crea lineamientos de fomento y plantea la

construcción de espacios para la bicicleta, pero el plan lleva sin ejecutarse desde

el 2004.

En este contexto, en Cali se da un crecimiento significativo de usuarios de bicicleta

debido a los deficientes servicios de transporte público con los que cuenta la

ciudad, que junto a la problemática que aqueja a muchas ciudades en crecimiento,

como lo son falta de planeación, políticas y entes especializados y por el uso de

los automotores, generan caos en la movilidad y ponen a la bicicleta como una de

las mejores soluciones. Junto con esto se da el creciente ánimo de los ciclistas

que han hecho que aparezca en el escenario urbano diferentes grupos que

realizan actividades culturales para impulsar y motivar el uso de la bicicleta; un

claro ejemplo es el grupo de los “Cicloamigos” que ya cuenta con no menos de

200 personas para recorrerla ciudad los miércoles en la noche o “En Bici Arte” que

con sus propuestas artísticas lograron convencer a cientos de jóvenes para que se

montaran en un “caballito de acero”.

Para todas estas ciudades es fundamental el papel que han tenido los grupos de

activistas en el fomento de la bicicleta que han venido apareciendo

espontáneamente desde la década de los noventas, realizando acciones para

ejercer presión hacia los gobiernos locales, poniendo en la agenda pública la

necesidad de espacios y condiciones apropiadas para el uso de la bicicleta, no

solo como una opción, sino como protagonista de la ciudad. Son muchos y

variados los grupos de ciclistas en América desde Chile hasta Estados unidos que

han empezado a tomar fuerza, marcando la emergencia de un rol activo de

pequeños grupos de ciudadanos en pro de la bicicleta; aun cuando muchos de

estos grupos se han mantenido en un número bajo, su persistencia e influencia

llega incluso a acciones políticas que permiten generar movimientos culturales y

simbólicos que perduran en la memoria de las personas, como es el caso de los

“furiosos Ciclistas” en Santiago de Chile quienes con su espacio de la “Cicletada

Nocturna” de los martes logaron que la experiencia fuera nombrada “Patrimonio

Cultural de la Ciudad”.

Estos procesos han ido en crecimiento y ha ganado la atención de los medios de

comunicación, así como la organización de comités internacionales para el

fomento de la bicicleta, tales como la Ciclovías Recreativas de las Américas

(CRAC) que fortalecen los lazos de diferentes actores en las ciudades y facilita dar

a conocer propuestas exitosas en la creación de espacios para el uso de la

bicicleta.

Como se ha notado, las acciones de fomento han venido de diferentes

direcciones, así como desde diferentes intereses, por lo cual, cabe que dentro de

la pasantía determinar tres sectores en el panorama mundial que han venido

impulsando y masificando el uso de la bicicleta:

Usuarios y comunidades

Sectores públicos

Industria y comercio

Estas caracterizaciones permiten entender el comportamiento de muchas

ciudades en su gran crecimiento. En la última década usuarios y comunidades que

promueven el uso de la bicicleta han planeado y desarrollado acciones desde su

propio seno, y debido gran aprecio por este medio de transporte, que les permiten

visibilizarse, como lo son en Cali los “Cicloamigos” y “En Bici Arte”, “Ciclopaseo de

los miércoles” (CPM) en Bogotá que hacen rodadas por las noches, las

ciclonudistas en Lima, además de numerosos bloqueos, tomas culturales y

muchas acciones más que hacen parte del múltiple universo de grupos y personas

que se han movilizado alrededor de este pequeño instrumento.

Son múltiples las visiones o miradas que estos grupos han dado a conocer y que

se pueden generar a través de la bicicleta, por lo tanto, este artefacto tan sencillo

a muchos les permite nuevos sentires en la ciudad y por eso les lleva a una

variedad de propuestas y acciones representan esa variedad de miradas y

personas que sienten la ciudad.

Desde los sectores públicos se dan increíbles propuestas como el CTS en León, la

red de Ciclorrutas de Bogotá, la creación en la Alcaldía de Lima de la Secretaría

de No Motorizados, entre otros que se encargan de realizar estudios, así como

planes de implementación e infraestructura para la inclusión de medios no

motorizados en la ciudad. Esto junto a muchas otras acciones se constituye en

emblemas y son de resaltar por el gran apoyo al fomento de la bicicleta, tanto así

que se han replicado en muchas ciudades del continente como acciones

necesarias para el desarrollo de ciudades “modernas”.

El sector industrial y comercial también ha tenido un papel protagónico en la

difusión de la bicicleta, pues progresivamente se han bajado los costos, así como

se han dado condiciones para la accesibilidad y para la compra de esta. De la

misma manera, las empresas del sector han invertido fuertemente en los medios

publicitarios para hacer visible este medio de transporte, además del apoyo a

deportistas nacionales, que con sus logros generan un efecto dominó en el

crecimiento comercial ejemplos claros han sido HA Bicicletas en Colombia y

Bennoto en México. La industria ha cambiado la visión de la bicicleta, pues ya no

solo se ve como un elemento de la cultura deportiva, sino también como un

elemento moderno; pues ha promovido la utilización de la bicicleta en personas de

sectores populares y/o periféricos de la ciudad dando a entender que su uso es un

concepto más urbano, es decir, parte de un nuevo discurso cosmopolita que lo

hace signo de cualquier ciudadano del mundo moderno que eleva de categoría y

hace de la bicicleta una herramienta mejor vista para el transporte en la ciudad.

El tema de la bicicleta poco a poco se ha tomado la atención de las personas en

miles de lugares, además de esto su fomento está cambiando, transformando y

ampliándose a nuevos horizontes. El uso de la bicicleta es visto desde nuevas

temáticas y sectores, lo cual diversifica sus acciones por todo el mundo, dándose

a través de las nuevas tecnologías de la información y comunicación, haciendo

que muchas personas en el planeta trabajen replicándolas o adaptándolas a sus

contextos específicos a un número de posibilidades.

Este ha sido el caso de las ciudades tomadas para la investigación, las cuales han

venido trabajando en este tema, ya no solo desde la movilidad, sino hasta en

temas de salud pues se observa como un beneficio que combate el sedentarismo.

Igualmente,, es un vehículo que no quema combustibles fósiles, y que gracias a

las seguidas alzas, toma más vigencia como un elemento amigable con el medio

ambiente, el cambio climático, eficiencia energética, urbanismo, entre otros.

El crecimiento de grupos urbanos es un tema que ha movilizado a la población

ciclista y que logra tener una mayor acogida gracias al uso de las tecnologías. Los

nuevos grupos se han movilizado a través de este diferentes medios de

comunicación, publicitando sus nuevas acciones y visiones como nuevo grupo,

interactuando con muchas otras comunidades del mundo, nutriendo sus propias

identidades, así como encontrando nuevos caminos que fortalecen su propia

identidad. Esta ampliación también ha permitido que procesos de diferentes

ciclistas del mundo se reconozcan y se fortalezcan mutuamente.

Esta interacción social es un proceso de creación en diferentes vías que se

construye con cientos de elementos que siguen alimentando las visiones de

ciudad, la forma en que se vive en ella, la posibilidad de romper sus barreras

físicas y simbólicas, aporta a comprender cómo se rueda por ella, cómo se apropia

y cómo se significa. Finalmente, el inicio de grupos culturales deja ver, a través de

sus acciones, vestimentas y en las mismas bicicletas que son adaptadas para sus

grupos como una parte de sus identidades.

II. METODOLOGÍA DE TRABAJO

2.1. Eje de problematización

A finales del siglo XX y principios del presente, los usuarios de la bicicleta han

tenido un crecimiento acelerado. El furor por este pequeño pero versátil vehículo

ha captado la atención de diferentes sectores de la población en las ciudades de

América, miles de personas ha utilizado este medio por diferentes razones, desde

económicas, deportivas, salud, hasta las artísticas y políticas.

De igual manera, aún existe una serie de problemáticas ligadas al uso de este

artefacto de dos ruedas, por eso una pregunta que orientó la pasantía fue ¿Cuáles

son las percepciones que tienen sobre el uso de la bicicleta los habitantes

encuestados de Bogotá y Cali?

Para lograr lo anterior se planteó el levantamiento de información que diera cuenta

de las características de las ciudades objeto de estudio relacionadas con las

acciones de grupos y colectivos que fomentan el uso de la bicicleta y asó poder

entender cuál ha sido la dinámica de crecimiento de cada uno de ellos en cada

ciudad. Por otro parte, se realizó la construcción de la herramienta de recolección

de la información que fue una encuesta que permitiera el registro de información y

la medición de algunas de las percepciones de los usuarios de la bicicleta.

Posteriormente, se realizó la aplicación de una prueba piloto de la encuesta en la

ciudad de Bogotá que permitiera reevaluar y poner a prueba el instrumento; así

como entender la dinámica de la recolección en información con la población

objeto. Posteriormente se hizo el levantamiento de información en la ciudad de

Cali.

2.2. Diseño de instrumento

La Fundación Ciudad Humana es una ONG que tiene un reconocido proceso e

investigación en desarrollo urbano, ordenamiento territorial, medio ambiente y

poblaciones urbanas; igualmente, cuenta con experiencia en la caracterización de

las mismas dichas temas. Esto significó un reto para la pasantía pues implicó un

desarrollo esfuerzos en el diseño metodológico del trabajo, pues debía

corresponder con la experiencia que orienta la consultoría e investigación de la

Fundación.

CAF contrata a la Fundación Ciudad Humana para adelantar un proceso de

análisis con los usuarios de la bicicleta en las diferentes ciudades de América

Latina. El interés en esta población se debe a que se ha vuelto un actor

fundamental de la movilidad y del desarrollo de las ciudades; además ha tenido un

gran crecimiento mezclado con el apoyo de sectores tanto públicos como privados

que la convierten en una población con fuerza política y transformadora del

espacio público.

Para realizar este análisis la Fundación planteó la construcción de un instrumento

para la recopilación de la información que fue una encuesta cerrada para ser

aplicada en tres ciudades: Cali – Colombia, León – México y Lima – Perú. Las

ciudades seleccionadas se encuentran en un proceso de crecimiento acelerado

del uso de la bicicleta según la CAF y presentan características específicas sobre

el uso de la bicicleta de acuerdo a cada ciudad.

La prueba piloto de la encuesta se realizó en la ciudad de Bogotá y posteriormente

se realizaron los ajustes que se consideraron importantes a la encuesta que

permitió facilitar el levantamiento de información en la ciudad de Cali por parte del

pasante.

La encuesta busca principalmente identificar algunas percepciones de los

biciusuarios sobre el uso de la bicicleta y una caracterización de los mismos a

nivel socioeconómico, motivo de uso de este medio de transporte, recorridos,

percepción de seguridad, infraestructura y problemas asociados a la utilización de

este medio. Finalmente, este instrumento busca identificar las problemáticas

prioritarias a resolver desde la perspectiva de los usuarios, los aspectos a mejorar

en la ciudad y las expectativas sobre el uso de la bicicleta en la ciudad.

Teniendo en cuenta que la población de biciusuarios es dinámica, es decir, que

por su condición se encuentran en constante movimiento, se plantea que la

recolección de la información sea a través de un instrumento corto, eficiente,

versátil, de fácil transporte y rápida aplicación en el trabajo de campo. En este

sentido, la encuesta con aplicación aleatoria se considera el método adecuado

para la recolección de información con individuos de la población presente en los

sectores seleccionados.

En la encuesta se tienen en cuenta varios ejes temáticos (Tabla 1) que fueron

discutidos previamente por la Fundación Ciudad Humana, hasta lograr unos

consensos de gran importancia para los integrantes del grupo de trabajo:

Tabla 1: ejes de la encuesta

EJES TEMÁTICOS ASPECTOS O VARIABLES A INDAGAR

Caracterización socioeconómica

Edad

Género

Estrato socioeconómico

Caracterización por uso del sistema (tipo de usuario)

Principal medio de transporte

Motivo de viaje: trabajo, estudio, negocios, citas médicas, otros

Cantidad de viajes (frecuencia diaria)

Duración de viaje/desplazamiento

Caracterización del modo alternativo o sustituto de transporte del usuario

Motivo de no uso

Percepción del estado general

Percepción y satisfacción Motivación de uso

Calificación de infraestructura,

seguridad vial y personal

Percepción de salud

Víctima de hechos negativos: robos, atracos, caída, acoso, otros

Mejoras y expectativas Sugerencias de los usuarios sobre mejoras

Identificación de accesorios

Tipo de bicicleta

Accesorios de seguridad

Sugerencias de mejora a la ciudad

Que aspectos mejoraría de la ciudad

Observaciones Anexo de observaciones en campo

Fuente: Discusiones grupo de trabajo FCH y analista estadístico.

Todos estos aspectos fueron de interés para la búsqueda de una información en

cada una de las ciudades, es por ello que las discusiones nutrieron en cada

momento la encuesta con los aportes de cada uno de los participantes.

Los especialistas y usuarios de bicicleta de la Fundación con sus experiencias

buscaban puntos generales para la recolección; por su lado la perspectiva

estadística fortaleció los lineamientos de la metodología matemática del

instrumento y esto se logró con el apoyo de un especialista estadístico y

econometrista que orientó el proceso, además de apoyar la planeación,

depuración y posterior tabulación.

Después de establecer los ejes temáticos necesarios para la definición de la

muestra de los biciusuarios urbanos en cada una de las ciudades, se estimó un

número de 1100 encuestas por ciudad con un margen de error de 100; es decir,

que se aplicaría un total de 1200 encuestas para lograr una recolección de

información representativa y significativa en cada ciudad.

La determinación de estos cálculos dio los lineamientos de la recolección de la

información dirigida por el especialista en estadística y formuló la estimación

poblacional sobredimensionada, ya que para el momento no existía una fuente

oficial y real que permitiera estimar el número de personas usuarias de la bicicleta

en cada ciudad, aunque existen aforos que hacen conteos de los vehículos en la

vía, el especialista sugiere no tomarlos en cuenta. Por tal motivo, se dio un

estimativo de actores en la vía para para llegar a la cifra de 1200 encuestas por

ciudad.

La muestra además se delimitó a usuarios de bicicleta mayores de 18 años y

menores de 64, como una población potencialmente usuaria de este vehículo.

Según las apreciaciones del especialista, la segregación permite una muestra por

rangos de edades según los parámetros del DANE, es decir, una selección y/o

clasificación de la población por edades y estratificación socioeconómica,

permitiendo medir los aspectos de interés de la población más detalladamente.

Dentro de las conversaciones que se mantuvieron con el equipo de trabajo para la

construcción de la encuesta, se vio la necesidad de contar con herramientas que

permitiera generar algunas líneas de información sobre la población de

biciusuarios de cada una de las ciudades, la percepción de los usuarios y su

relación con el contexto urbano.

2.3. Prueba piloto

Antes de iniciar el proceso de recolección de información en las tres ciudades, se

decidió hacer una prueba piloto para medir y afinar diferentes elementos de la

encuesta, como por ejemplo el grado de legibilidad de la misma y la metodología

matemática. Los ajustes a la herramienta de recolección de información se

hicieron para anticipar percances en la depuración de la información, descartar o

modificar preguntas relevantes en la investigación, entender las dinámicas de

recolección de la población, encontrar patrones de búsqueda de puntos

estratégicos y estimar los tiempos a tener en cuenta a la hora de la recolección de

la información.

Se estimó para la prueba piloto una recolección de 1200 encuestas, de tal manera

que permitiera hacer un ensayo de lo que sería un número igual al real a aplicar

en cada ciudad. La aplicación de la prueba se hace dentro de los horarios y con

las estrategias de búsqueda de lugares considerados de alto tráfico de bicicletas.

La realización de esta prueba fue hecha en Bogotá durante un mes, con un grupo

de quince personas que hacían la recolección de la información y estaban

ubicadas en cuatro puntos de la ciudad (mapa 1) que fueron la Avenida Ciudad de

Cali entre Calle 1 y Calle 13, Carrera 7 entre Calles 11 y 12, Campus de la

Universidad Nacional y Carrera 13 entre Calles 63 y 76.

Mapa 1: Bogotá – puntos de recolección de la información

Fuente: Cuaderno de trabajo del pasante – https://www.google.es/intl/es/earth/

En la prueba piloto también se encuentran parámetros de estimaciones de tiempo

y frecuencias que ayudan a dar pautas sobre la recolección de información en

campo, en esta se observan diferentes problemas en la formulación de la

preguntas debido a la poca legibilidad que indica la población encuestada. Así

mismo, la aplicación de la prueba piloto indica la necesidad de disminuir el número

de preguntas dado el tiempo que se debe invertir a las respuestas de las mismas.

La observación y trabajo en campo permitió identificar el comportamiento de la

“población ciclista” (término que se venía usando por la Fundación), permitiendo

evidenciar la aceptabilidad de la población para suministrar información (fotografía

1); además de ayudar a identificar los puntos de mayor interés en la encuesta,

tales como percepción de ciudad y problemáticas asociadas al uso cotidiano de la

bicicleta, en los cuales las personas buscan argumentar y alimentar su respuesta.

Fotografía 1: Prueba piloto Bogotá en el punto de Carrera 7 con Calle 21

Fuente: Archivo FCH - Claudia Castillo.

La ciudad de Bogotá por sus características de uso de la bicicleta se vio como un

buen escenario propicio para realizar y poner a prueba la encuesta gracias a su

gran crecimiento de biciusuarios, la gran diversidad de subgrupos asociados en el

interés por la bicicleta y por sus más de trecientos kilómetros de ciclorrutas que

permite ubicar puntos de recolección de información con facilidad.

La ciudad cuenta con una gran cantidad los procesos de inclusión que la hacen

sobresalir en América Latina, reconociendo iniciativas que van desde líderes

sociales locales, hasta grandes políticas regionales de inclusión. Aun así, Bogotá

cuenta con una gran cantidad de problemáticas asociadas al uso de la bicicleta,

dado por una serie de características propias derivadas del trazado de sus

ciclorrutas, pues por el uso masivo de la bicicleta se pone a sus usuarios en

competencia con los peatones y esto crea una nueva dinámica de convivencia

conflictiva en los andenes.

La construcción de las ciclorrutas se desarrolla en Bogotá por tres entes de

gobierno diferentes que son el Instituto de Desarrollo Urbano (IDU), la Empresa de

Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB) y el Instituto Distrital de Recreación

y Deporte (IDRD) que no se articulan en esta actividad, ni planean conjuntamente

la red de vías para los usuarios de bicicleta. La desarticulación entre las

instituciones encargadas de las ciclorrutas permite ver la desconexión en varios

puntos, la falta de continuidad de las ciclorrutas consigo mismas y con otras, la

terminación sin señalización de las vías, así como distintas formas de vías,

calzadas y materiales.

Sumado a esto, las calles en Bogotá tienen una eminente prelación para los

automóviles, idea que la población apropia en el discurso y en las acciones, pues

cada vez que se ve a un ciclista en la calle los pitos de los carros no dejan de

sonar para apartarlo o sacarlo de la vía. Esta prelación genera dinámicas que van

desde lo físico, pasando por los imaginario que ponen al ciclista con un invasor de

la vía, porque se considera que no es su entorno natural y que esta ajeno, de

alguna manera, del sistema de transporte; finalmente, las está dinámica margina

el uso de la bicicleta como propuesta de movilidad.

III. RECOLECCION DE LA INFORMACION

Después de haber afinado el instrumento de recolección de información, se pasó a

la puesta en marcha en las ciudades foco de la investigación que inicia en Cali,

para esto se envía a la ciudad al estudiante para dirigir el operativo con un

directivo de la Fundación, teniendo en cuenta las siguientes fases:

Recolección en calle

Experiencia de la recolección de la información

Conclusiones del proceso

Para la recolección de la información en Cali se envía al grupo de trabajo, cuyo

proceso inicia con la búsqueda de una persona de contacto en la zona que le

ayude a la Fundación a conseguir el grupo de encuestadores. Se consolida un

grupo de 12 personas para dicha actividad en calle, para lo cual se hace la

capacitación a los encuestadores que dura un día (fotografía 2). El estudiante es

puesto como coordinador de los grupos de encuestadores quienes realizan las

encuestas en lapso de quince (15) días a la población ciclista que hay en la región.

Fotografía 2: Proceso de capacitación Cali

Fuente: David Rincón-archivo FCH

En la experiencia de recolección de información se toman elementos técnicos y

subjetivos para analizar el proceso en la prueba piloto y el proceso en Cali, para

así generar algunas reflexiones del proceso. Finalmente, en las conclusiones se

presentan acercamientos a elementos encontrados en el proceso final de

depuración y análisis de la información, tales como problemáticas de

infraestructura que aquejan a las ciudades, resultados mismos de la encuesta,

percepción de ciudad dada por los biciusuarios y percepciones alrededor del uso

de la bicicleta.

3.1. Recolección de la información en calle

Antes de iniciar el proceso de recolección de información en la ciudad de Cali, se

dejan claros algunos aspectos importantes, tanto para encuestadores como para

el estudiante-pasante para mejorar el proceso. Entre estos aspectos se encuentra

entender los alcances de la actividad que se ubican en la tabla 2 e indica la

descripción de las acciones frente al ejercicio de acopio de información.

Tabla 2: Proceso de capacitación y de trabajo en Cali

ACTIVIDAD DESCRIPCIÓN

Calibración del instrumento Realización de 20 encuestas para obtener el tiempo promedio de los encuestadores.

Calcular la unidad de esfuerzo vs tiempo

Con el promedio de encuestas se calcula el rendimiento de las personas por día, para lograr tener un estimativo de tiempo así como un espacio para contingencias.

Capacitación de los supervisores Estos se capacitaran en el manejo del formato y personal, toma de tiempos y seguridad de la información, distribución de puntos de muestreo, logística y procesos del operativo y la validación de los formatos.

Capacitación de los encuestadores Se dio información del proyecto para tener claras las intenciones de la encuesta para ser replicado en calle, así como el manejo del formato; igualmente se compartió el manejo de su estructura, sus preguntas, la forma de la lectura, preguntas críticas o que se pueden mal interpretar y preguntas con saltos. Se establecen unas reglas para la claridad en la información y el trabajo de recolección, como la legibilidad y la honestidad en el diligenciamiento de los formatos.

Acopio de información Durante los días del operativo, al finalizar la jornada se debe recolectar todo el material y debe ser revisado uno a uno cada formato para eliminar los defectuosos, dañados, ilegibles, incompletos o mal diligenciados.

Tabulación de la información Esta etapa se puede realizar en simultánea con el muestreo o una vez finalizado, pero debido al problema de estar en otra ciudad se decidió hacerlo al finalizar. Esto no es lo ideal dado

que este es el último nivel de filtración de los formatos y de presentarse fallas la base de datos podría bajar el número de encuestas, como efectivamente pasó, por lo cual se dio un número más alto de cuota por ciudad.

Análisis de información En esta última fase se tomó la matriz o base de datos y se corrió bajo unos programas buscando la calibración de la base, esto también para buscar los objetivos de la investigación que se dan de manera matemática.

Fuente: Cuaderno de trabajo del pasante.

Despues de presentar estos parametros, se les hace entrega a las personas de la

encuesta final que se depura después de la prueba piloto en Bogotá, la cual se

expone a continuacion (Formato 1), para luego realizar una socializacion que

permita entender los objetivos de la investigacion y la intencion de las preguntas

con la intención de evitar inconvenintes en la lectura y/o re-planteamiento de las

mismas en el proceso de recolección de nformación.

Formato 1: Encuesta de percepción del uso de la bicicleta

En el proceso de recolección de información se seleccionan los puntos que se

visualizaron con más tráfico en la ciudad de Cali representado en el mapa 2; en la

zona sur, cerca al sector universitario que cuenta con una de las pocas ciclorrutas

que hay en la ciudad; en la zona oriente como entrada y salida de las zonas que

se denominarían dormitorio de los trabajadores de la ciudad; la zona occidente

(Aguablanca y Siloé respectivamente) y en el centro de la ciudad se toma el

corredor vial cerca de la emblemática Iglesia de la Ermita. Estos puntos se toman

como puntos de referencia dado que son los lugares de mayor comodidad en el

uso para los ciclistas y por mayor posibilidad de recolección de la información.

Mapa 2: Cali – puntos de recolección

Fuente: Cuaderno de trabajo del pasante - https://www.google.es/intl/es/earth/

Las sesiones de recolección de información en Cali oscilan entre las seis (6) de la

mañana hasta las seis (6) de la tarde, cuya mayor afluencia se observó en la

horas picos; sin embargo como se requería una selección más equilibrada, se le

da más prelación a las horas valle, primero porque eran las horas de menos flujo

de usuario y se generaba la hipótesis que las personas tendrían más accesibilidad

para contestar la encuesta, segundo porque se quiere recolectar información de la

gran variedad biciusuarios de la ciudad como se demuestra en la fotografía 3, para

entender los comportamientos de la población en cuanto a usos y percepciones.

Fotografía 3: recolección en Cali sector Aguablanca

Fuente: Archivo FCH - David Rincón

La encuesta se aplica aleatoriamente, es decir, a personas al azar, intentando

cumplir una cuota de sexos que determinar la cantidad de mujeres en la vía, pues

se estima que en Cali existe un bajo uso parte de este sector; además se quiere

observar y entender las tendencias en las características del vehículo, la

personalización o gustos en el tipo de bicicleta como se puede notar en la

fotografía anterior.

3.2. Experiencia de la recolección de la información

El muestreo realizado hace referencia a una recolección aleatoria, simple y

representativa, la cual pretende capturar los rasgos más representativos de la

población de ciclistas urbanos de las ciudades de estudio. Para cumplir este

objetivo, se consideran las variables de género, edad y ocupación para entender la

distribución de niveles socioeconómicos y tipos de usuario; además se incorporan

las variables de percepción de salud, motivo de viajes, percepción de seguridad

vial y personal, para analizar la distribución del uso de la bicicleta y la motivación

de viaje. También se incluyeron variables de tipo de bicicleta, percepción de la

ciudad y aspectos a mejorar para buscar información sobre las características por

el uso de la bicicleta y tendencias de su uso; por último, la categoría de

prospectiva sobre el uso de la bicicleta para establecer las intenciones a futuro del

uso o el cambio por otro medio de transporte. El análisis de la distribución de

dichos rasgos permite identificar un perfil prioritario de ciclistas urbanos en las

ciudades estudiadas.

Dentro de la experiencia de la pasantía se logran evidenciar algunas líneas de

análisis del proceso de trabajo en campo, partiendo desde lo conceptual que

permite relacionar los elementos aprendidos con el trabajo realizado, pasando por

un elemento subjetivo de análisis debido a que el estudiante en el proceso podrá

contrastar sus propias hipótesis con las observaciones que se realicen. Este

proceso de análisis también incluye lo metodológico y lo técnico; el primero, ya

que este proceso exige la claridad en cada uno de los pasos del trabajo para

lograr depurar una base de información confiable; lo técnico porque permite

entender el carácter de la herramienta de recolección de información y para lograr

que se depure la base de datos cumpliendo con las exigencias de las agencias

financiadoras.

El proceso resulta provechoso para la observación y análisis en campo, así como

para la interacción con grupos de personas que permitieron enriquecer las

visiones de ciudad que se pueden hacer desde diferentes sectores de la

población. Debido a la caracterización de las ciudades, de los grupos, las

movilizaciones, así como de las acciones que se ha venido realizando desde las

comunidades y ciudadanos de sectores públicos y privados en diferentes ciudades

se permite ampliar la concepción que se han generado alrededor de la bicicleta.

Dichas percepciones dan cuenta del sentido de la ciudad, del espacio de

interrelación entre la población, la tecnología y las organizaciones, de una red de

relaciones que se tejen para crear ciudad para crear espacio público para los

actores de la ciudad y de la participación de los usuarios de la bicicleta para su

acción política. Todo lo anterior contribuye a seguir enriqueciendo las miradas de

ciudad.

La diversidad de contextos que se presentan en la ciudad genera una gran

variedad de identidades y grupos urbanos. Estos grupos se defienden por

intereses diferentes ya sea por su identidad cultural, reivindicación de derechos al

espacio público y de sus actores o acciones deportivas, cada uno de ellos busca

apropiarse y participar de ese espacio, por ello sus movilizaciones son cada vez

son más notorias e incentivan poco a poco el interés en la población por la

bicicleta como medio de transporte.

Este proceso permitió contrastar y encontrar una gran cantidad de grupos de

acuerdo a intereses propios sobre los usos de la bicicleta, lo cual permite

visualizar de primera mano estas propuestas, movilizaciones y actores. Los fixeros

o bicicletas de piñón fijo es uno de los casos más emblemáticos actualmente por

la simplicidad de las bicicletas, pero también se vintage, personas que utilizan

bicicletas antiguas con accesorios modernos, BMX deportistas urbanos extremos,

entre otros que buscan personalizar sus bicicletas para ser parte de una propuesta

de identidad de grupo.

En el trabajo en campo, a pesar de ejecutar solo una herramienta cuantitativa, se

puede contrastar con un análisis más cualitativo gracias al tiempo en calle y a la

dedicación para observar los diferentes actores de la vía que participaron en la

encuesta. Junto con esto, día a día se puede realizar una revisión de las

encuestas que permiten hacer un balance de las observaciones para así intentar

generar ciertas hipótesis sobre el trabajo. La observación de las diferentes

interacciones que se han dado alrededor de la bicicleta permiten entender cómo

se conforman diferentes grupos identitarios, cómo se forman ciertos aprecios por

diferentes espacios y topofilias; así cómo identificar miedos por otras topofobias

como se revela en las relaciones de clase o poder, espacios culturales e incluso

espacios de rebeldía, de confrontación, protesta o desobediencia.

Dentro de la encuesta se dio un punto para precisar el tipo de bicicleta que usa la

persona encuestada, esto más observaciones permiten estimar algunos tipos de

población. El tipo de bicicleta está definido por los intereses en la utilización e

intereses por este vehículo, algunos de los ejemplo de los grupos que se

identificaron fueron usuarios cotidianos que solo lo hacen como medio de

transporte por lo cual adaptan su bicicleta para realizar un recorrido eficiente. En

otros casos se ubican bicicletas de montaña o plegables con llantas lisas para

minimizar el esfuerzo, skaters o deportistas extremos que tienen bicicletas con

marcos robustos y llantas anchas para soportar los saltos, fixers o personas con

bicicletas personalizadas a partir de modelos antiguos de bicicleta de ruta; otras

son de deportistas de montaña y ruta con bicicletas especializadas y usuarios

ocasionales que cuentan con bicicletas deterioradas casi siempre de montaña de

bajo costo.

Al iniciar este proceso se presentó un problema metodológico para analizar y

lograr establecer una conexión entre la información recolectada y los referentes

teóricos, dada la falta de experiencia del estudiante en este campo. Esta situación

significó un gran reto para el trabajo, dado que al iniciar el trabajo, los

especialistas de la Fundación plantearon que el proceso debe tener el rigor del

método científico que le obligaban a contrastar las hipótesis con información

verificable y certera, minimizar lo más posible la franja de la especulación para

terminar con un producto que sea lo más representativo de la opinión en general

de la población y la información debía ser comprobable y verificable bajo un

soporte matemático dado por la metodología brindada por el estadístico; por esto

en el proceso se intentó dar claridad al estudiante de cada una de las fases del

proceso intentando prever los inconvenientes que se pudieran presentar.

El trabajo generó pautas de análisis de la población, como la segregación o

clasificación socioeconómica de la población, tipos de uso de la bicicleta (laboral,

deportivo, estudio, ocasional, compras u otros), sexo y edades de los usuarios.

Además, en la recolección de la información es de vital importancia considerar las

pautas para la consolidación de un proceso riguroso, desde la planeación

estratégica de los objetivos, la construcción de la herramienta de recolección de

información, la prueba y retroalimentación de la encuesta, tabulación de la

información, depuración de la información, análisis y conclusiones, así como un

retroalimentación constante dentro del proceso.

En esta práctica, la observación jugó un papel muy importante, dado que se

necesitaba no solo observar a los encuestadores para que recopilaran fielmente la

información consignada en los formatos, sino también ubicar las interacciones

propias de cada lugar que dejaban ver que, aun cuando es un espacio público,

existen contextos propios en cada ciudad y una segregación de poblaciones que

transitan los mismos espacios de la misma ciudad.

Finalmente, la depuración de la información permite comprender la importancia de

la consignación real y de manera adecuada de la información en cada una de las

encuestas por parte de las personas responsables, ahí jugo un papel importante la

capacitación y verificación diaria de los instrumentos y de los encuestadores dado

que en la tabulación se perdieron varias encuestas por algún tipo de error. Con

cada encuesta mal diligenciada, el estudio perdía peso y validez, pero al final se

logró permanecer en el rango estimado del especialista.

CONCLUSIONES DEL PROCESO Y RESULTADOS DE LA ENCUESTA

La ciudad es un espacio de aprendizaje que da cuenta de un proyecto y de una

intencionalidad. En este proyecto la calle, el parque y la ciclorruta son lugares de

significación por el uso y la utilidad que el ser humano le da, por lo cual genera

impresiones de él en sus memorias que median la relación que tiene con este

espacio y crea imaginarios de la ciudad.

La ciudad tiene una gran cantidad de elementos que la convierten en una

herramienta misma la transposición didáctica, porque ella es un libro abierto que

se puede leer de diferentes formas y desde diferentes ángulos que median entre el

sujeto y el espacio para construir conocimiento o saberes. Esto es posible

entendiendo cómo la dinámica social, cultural y política transforman e influyen en

el espacio urbano.

Para este trabajo, la bicicleta se presenta como un gran elemento, pues dada su

practicidad y simplicidad permite recorrer el espacio urbano, tener una relación

más cercana con este, poder entender cómo la ciudad es un objeto mismo de

aprendizaje y de saberes y comprender cómo se han generado varias cartografías

en las mentes que obvian muchos lugares de la ciudad, mientras que otros se

invisibilizan y otros se privilegian. Las diversas cartografías permiten descubrir un

panorama mucho más amplio de la ciudad que relaciona los objetos y los

elementos que la componen.

La bicicleta contribuye a fortalecer la relación de las personas con la ciudad, pues

permite que la recorran, la sientan, la vivan y que estas sean más cercanas con

ella. Esta relación permite lograr un sentido de pertenencia, un proceso práctico y

lúdico de aprendizaje del espacio, aprovechando los espacios que se vienen

dando para este tipo de movilizaciones. Además, esta relación desarrolla nuevas

percepciones y nuevas cartografías que permiten fortalecer sus conocimientos de

la geografía, la construcción política y la dinámica social e histórica de la ciudad.

Durante este trabajo emergieron tres aspectos centrales fruto del análisis con los

especialistas y el estudiante-pasante. En primer lugar se plantea el fomento del

uso de la bicicleta como un aspecto fundamental tanto para la institución

contratante como para el estudiante, porque se quiere evidenciar el estado en que

se encuentran las ciudades de América Latina y las acciones que posteriormente

se podrían realizar para fortalecer el uso de la bicicleta. En segundo lugar se ubica

la reapropiación por el aumento en el número de los ciclistas que se ha gestado en

cada una de las ciudades a pesar de sus diferentes problemáticas. En tercer lugar

está la percepción del uso de la bicicleta en el cual se evidencian las

problemáticas relacionadas con su uso en la ciudad y el derecho a la ciudad.

Finalmente, es importante mencionar que estos tres elementos tienen como eje

transversal la comprensión de la ciudad como espacio de educación, es decir

como un espacio que da multiplicidad de significados a sus habitantes.

Fomento

Uno de los primeros elementos que pueden emerger en la observación es la parte

física de la ciudad, en lo concreto es la infraestructura de cada lugar, entre lo que

se encuentran vías, ciclorrutas, pasos, semaforización, señalética, parqueaderos y

demás espacios. La infraestructura evidencia que se han desarrollado proyectos

en la ciudad relacionados con el uso de la bicicleta; sin embargo, al hacer un

balance sobre el fomento de su uso se hallar un panorama un poco preocupante.

Aunque son muchas y variadas las acciones que se han realizado entorno al

fomento de la bicicleta desde el sector público, en cada una de las ciudades

encuestadas es sentida la falta de interés por parte de los entes territoriales y de

gobierno como se puede evidenciar en la gráfica 1. La gráfica muestra que la

infraestructura sigue mostrándose como un aspecto fundamental para apoyar el

fortalecimiento del uso de la bicicleta.

Un ejemplo claro es Cali, una ciudad que hasta la fecha tiene 25 kilómetros de

ciclorruta, de 340 que deberían tener según el PLAMACIR. Esta situación en la

ciudad ha sido un aspecto determinante para los grupos que fomentan la bicicleta,

al punto que como estrategia de visibilización logran movilizar a más 500 personas

una noche a la semana y generar presión a los gobiernos locales. Este tipo de

acciones demuestran que la población ciclista necesita protección y reguardo de

sus derechos por parte de los gobiernos.

De igual manera, se podría hablar del caso de Lima que actualmente presenta una

escasa red de ciclorrutas, semaforización y señalética, aun cuando es una de las

pocas ciudades que cuenta con entes de gobierno especializados en la temática.

Esta situación permite aseverar que es sentida la falta de voluntad política de los

gobiernos de las ciudades latinoamericanas, pues vuelcan sus voluntades a los

proyectos que giran en torno al automotor u otros proyectos de movilidad que

tienen mayor prelación.

Lo anterior se muestra en los resultados de las encuestas, pues allí se la

información recolectada muestra que la percepción de seguridad e infraestructura

es bastante baja. En Cali más del 35% de la población encuestada sugiere que el

aspecto más importante a mejorar es la seguridad personal y el 24% la

infraestructura, en cambio para Bogotá es la cultura ciudadana con un 28%.

Además, es importante resaltar que como con la gran variedad de espacios que

existen en las ciudades para la movilidad de la bicicleta, la población usuaria de

este vehículo pone en segundo lugar la infraestructura para elementos para

fortalecer su uso. Esto corrobora las primeras aseveraciones sobre las

problemáticas que aquejan a los ciudadanos al respecto, pues la falta de

infraestructura forja una barrera muy fuerte que se basa en un esquema de

prioridades de la ciudad que no ubica al sujeto como el punto de mayor interés; es

decir, que en un orden de prioridades de la ciudad debe estar primero el peatón

por su nivel de indefensión y en último lugar el automóvil, pero en las políticas

públicas se plantea de manera contraria, pues se prioriza la cultura del automotor

y este se privilegia de manera exponencial frente al peatón o al biciusuario.

Gráfica 1: Aspectos a mejorar en el fomento de la bicicleta

Fuente: Archivo FCH

En las ciudades del estudio se encuentra un hecho que merece ser resaltado

(aunque se ampliará más adelante) que es el desuso de los implementos

adecuados de seguridad para un ciclista de manera generalizada. Solo en Bogotá

el uso del casco logra ser significativo con un 64% (grafica 6), en el resto de las

ciudades no les interesa este aspecto, lo que reafirma el estado de inseguridad

que enfrentan los ciclistas; además evidencia la falta de cultura ciudadana, pues

es frágil en el ejercicio de los derechos y especialmente deberes.

El incumplimiento del deber de usar los implementos adecuados para la seguridad

aumenta el riesgo de los ciclistas por el irrespeto que otros actores urbanos tienen

entre ellos y que son evidentes en las diferentes acciones agresivas e

individualistas que se presentan en la calle, por ejemplo los cierres imprudentes de

los automóviles, la disputa de los andenes con los peatones y la escasa

señalización que se da para este vehículo, dejándolo en una sentida

marginalización y exclusión.

Lo anterior se puede evidenciar en la gráfica 1, pues muestra que la cultura

ciudadana es uno de los factores que sobresalen en cada una las ciudades

encuestadas como elemento esencial para el fomento del uso de la bicicleta.

Reconocer este fenómeno es dar el primer paso para socavar sobre las formas

cómo la violencia ha permeado estas comunidades y cómo ha fallado el ejercicio

de respeto y tolerancia en las ciudades. Analizar este fenómeno lleva a entender

cómo la otredad no está siendo reconocida en muchas de las ciudades del

mundo, pues en ellas el proceso de individualización es una constante y hace que

la calle se convierta en un nuevo escenario de conflicto.

Al reconocer esta problemática se debe empezar a cuestionar cómo se han venido

gestando los procesos políticos y sociales del espacio urbano y cómo se está

construyendo el espacio público. Estas reflexiones son importantes para producir

reflexiones alrededor de estas dinámicas y desarrollar nuevas acciones que

fortalezcan en cada uno de los actores de la ciudad una actitud más tolerante que

lleve a reconocer los derechos del otro, incluyendo el derecho mismo de la ciudad.

Reapropiación

Múltiples y variados fueron los elementos incluidos en la encuesta que permitieran

dar cuenta de la percepción de ciudad que compone la visión que los ciudadanos

están construyendo de ella. Allí se ubica el sus interés de los biciusuarios en la

mejora de los espacio públicos, pues esto podrían generar acercamientos, afectos

y apropiaciones de acuerdo con las relaciones que se establecen en la ciudad.

Aun cuando las personas demostraron en la encuesta su sentido temor en el uso

de la bicicleta, son cada vez más los que optan por ella como un medio importante

de transporte, dado que en la mayoría de las ciudades los ciclistas empiezan a

usarla desde hace poco menos de tres años (gráfica 3). La población

mayoritariamente usuaria esta en edades entre 21 y 40 años (el 56%); para el

caso de Bogotá representan el 47% en el rango de edad de 21 a 30 años;

mientras que en Cali es 34% y en su mayoría es población estudiantil y el 21% en

el rango de edad de 31 y 40 años representa personas trabajadoras de estratos

económicos 1, 2 y 3.

La bicicleta es históricamente en Cali es un instrumento de trabajo para las

comunidades de bajos recursos, pues el 49% usan la bicicleta como medio de

trabajo y el 54% de los encuestados la considera la fuente principal de ingresos.

Gráfica 2: Edades de los usuarios

Fuente: Archivo FCH

Gráfica 3: Antigüedad en el uso cotidiano de la bicicleta

Fuente: Archivo FCH

Por otra parte, como se muestra en la gráfica 3, el 54% de los encuestados usan

la bicicleta como principal modo de transporte hace 3 años o menos y suelen

usarla más de 5 días a la semana (59%), principalmente para ir a trabajar (59%) y

estudiar de lunes a viernes en un 18%. Esto muestra cómo este vehículo provee

facilidades para el desplazamiento, versatilidad y libertad para lograr una mejor

movilidad.

Gráfica 4: Distribución motivo de uso de la bicicleta

Fuente: Archivo FCH

Así mismo, también se puede observar que la ciudad de Cali se convierte en la

ciudad con la población más antigua en el uso de la bicicleta, a pesar que no

cuenta con una red de ciclorrutas, ni espacios apropiados. Cali muestra cómo

este vehículo logra sortear un sin número de dificultades para abrirse campo en el

escenario urbano, dándose como una de las mejores maneras de movilización;

sumado a esto, el 35% de la población considera que la bicicleta es la opción más

rápida, el 30% la ve como la forma de transporte más económica (Gráfica 4).

Igualmente, la percepción de salud entre los usuarios es muy aceptable, es decir,

los biciusuarios sienten que cuenta con un buen estado de salud derivado del uso

de la bicicleta. En Bogotá el 71% de la población considera que su buen estado de

salud es por el uso de la bicicleta, mientras que en Cali esta cifra llega al 59%,

aportando significaciones que median en la percepción de ciudad que van

fortaleciendo su accionar como usuarios.

Estos datos nos brindan algunos elementos para realizar comparaciones y

entender por qué a pesar del temor que se da ante el uso de la bicicleta, la

población ciclista viene en aumento por todo el mundo y su masificación ha

logrado que las políticas públicas pongan en sus grandes proyectos lugares

privilegiados a la movilidad en bicicleta.

La población mundial está tomándose y apropiándose del espacio público a través

de otras formas, como la bicicleta, para dar a entender que la ciudad es de todos.

El mensaje es que no importa el medio de transporte, sino sus habitantes y sus

deseos de construir ciudad y hace que el espacio realmente sea público; por lo

tanto, se está dando una acción política sobre ruedas.

Percepción

La percepción del ciclista es prácticamente el eje central de la encuesta, en la cual

se hace constante referencia a las visiones y problemáticas que evidencia de su

ciudad, por lo cual en varias de las ciudades hubo una gran colaboración como fue

el caso de Bogotá y Cali.

Uno de los elementos de percepción de uso de la bicicleta en la encuesta nos

muestra cómo mejorando la seguridad en el desplazamiento por la ciudad, se

rompería una de las barreras más fuertes que impide potenciar su uso en todas

las ciudades. En las conversaciones con los usuarios, es sentido el temor

generalizado que se da en las calles por los hurtos y robos a los que está

expuesta esta población (gráfica 5).

Tabla 5: Problemáticas que frenan el uso de la bicicleta

Fuente: Archivo FCH

El biciusuario Bogotano percibe que la inseguridad y la accidentalidad son los

factores que más afectan su desplazamiento casi en la misma medida; mientras

que en Cali, el problema de la seguridad ocupa un lugar más significativo (48%) ya

que la ciudad desde hace décadas es un escenario de violencia por el paso de

diferentes actores del conflicto armado colombiano. Las huellas de violencia que

permean la sociedad hacen que sus ciudadanos se armen guiados por un

inconsciente colectivo y a esto se suma la actual formación de grupos

delincuenciales dentro de la ciudad que logra generar un sentimiento de temor

generalizado como se evidencia en la fotografía 4. La imagen evidencia que los

biciusuarios heredan ese proceso de violencia y lo repiten armándose y

estableciéndose como actores prestos a responder de manera negativa a las

agresiones violentas.

Fotografía 4: Mensajero armado

Fuente: Archivo FCH- David Rincón

Del mismo modo, se puede ver como a pesar que sobresale la accidentalidad

como una de las problemáticas que más frena el uso de la bicicleta, junto con la

inseguridad (Grafica 5), también se ve una gran cuota de irresponsabilidad por

parte de los usuarios de la bicicleta al no usar con regularidad los implementos

que protejan su integridad física. En este caso, Bogotá es una de las pocas

ciudades que se ha preocupado en el uso del casco; por su lado, el 55% de los

encuestados en Cali han sufrido algún tipo de accidente de tránsito, lo que genera

una situación inquietante al no entender si no existe una preocupación por su

propia seguridad personal o que los bajos recursos obliguen a estas personas a

no priorizar el uso de los implementos de seguridad aún conscientes del riesgo de

exponer su integridad.

Si bien es cierto que la percepción de inseguridad y accidentalidad es bastante

alta, es así mismo importante retomar la idea de la reapropiación, ya que a pesar

de esta percepción negativa de ciudad, el uso de la bicicleta sigue en aumento.

Tal vez este fenómeno se encuentre ligado al fracaso en varias ciudades de sus

sistemas de transporte público, percepción bastante notoria en Bogotá, Cali y

Lima, en las cuales es frecuente esta queja.

Gráfico 6: Implementos de seguridad

Fuente: Fundación Ciudad Humana

Otro aspecto de violencia en las calles a considerar es su afectación a las mujeres

usuarias de la bicicleta. En la mayoría de ciudades encuestadas la población

femenina es mínima, solo en Bogotá se logra llegar a un 25% de representación,

en comparación con los hombres (75%), en Cali esta cifra es más inequitativa con

un 91% de hombres y 9% de mujeres. Este hecho se corrobora en el proceso de

observación, en donde se evidencia la falta de mujeres en la vía. El número

reducido de mujeres que se moviliza en bicicleta, en muchos casos, es motivado

por ese ejercicio de la violencia que se repite a diario en las ciudades

latinoamericanas y que especialmente genera un sentido temor en las mujeres.

La percepción de inseguridad, accidentalidad y violencia son un freno al uso de la

bicicleta, por lo cual se han venido dando el nacimiento de nuevos movimientos

que desean proteger a las mujeres, respaldando y mostrando las problemáticas.

Kos nuevos movimientos buscan presionar a los gobiernos locales en la

implementación de medidas de seguridad que den prelación a esta población.

Grafica 7: Comparación de género en los ciclistas 2013-2014

Fuente: Fundación Ciudad Humana

El proceso de fomento del uso de la bicicleta es largo y requiere acciones en

diferentes esferas de las ciudades e incluso en el país, como por ejemplo planes

nacionales que impacten en la sociedad. Así mismo, los interés de los grupos de

biciusuarios no han encontrado un camino común con los entes de gobierno, los

cuales muchas veces no hacen un empalme en las acciones que se desarrollan en

cada período y por el contrario se muestran acciones con elementos aislados. De

la misma forma, la industria y el comercio tampoco ha sumado un papel

preponderante en este campo, han sido oleadas de inversión en automotores y no

consideran planes para el sector de usuarios de bicicletas.

Han sido ciudades como México que han hecho coincidir una gran cantidad de

actores que en el último lustro han tomado las banderas del fomento de la

bicicleta, aun cuando es una de las ciudades que mayor crecimiento de compra de

automotores tiene en la región.

En este contexto es que instituciones como la CAF ha querido que se investigue y

promueva en América la construcción de encuestas de percepción sobre el uso de

la bicicleta y así poder priorizar elementos que muestran barreras para la difusión

de su uso. De la misma manera, es importante darle prioridad al tema de la

seguridad porque es un aspecto trasversal en cada una de las ciudades, pues han

sido afectadas por distintos fenómenos que bridan algunas experiencias negativas

para usuarios y no usuarios, como por ejemplo hurtos, accidentes o la falta de

personal de seguridad que protejan a los ciclistas.

Un problema constante en nuestras ciudades, cuya percepción de inseguridad

está reforzada por la falta de protección por parte de los entes de gobierno, es la

insuficiencia en los espacios propios para el uso de la bicicleta, como por ejemplo

la ausencia de ciclo-estacionamientos y la falta de cultura ciudadana.

A pesar de lo anterior, hoy en día existe una verdadera oportunidad de impulso al

uso de la bicicleta en América Latina y esto se muestra en las encuestas

realizadas porque se destaca un incremento importante de usuarios en los tres

últimos años. Esta nueva ola de usuarios es relativamente joven, utilizan la

bicicleta principalmente para ir a trabajar o estudiar y quieren seguir usándola

como su principal medio de transporte.

Las mentalidades han cambiado y la motivación del uso de la bicicleta no es

únicamente económica, ya que hoy en día los usuarios son de todos los niveles

económicos. Actualmente las nuevas tecnologías han mediado para que emerjan

nuevos grupos guiados por identidades culturales y movilizaciones que brotan

espontáneamente en muchas ciudades de Latinoamérica, guiadas por el interés

en poner a la bicicleta como un actor determinante de la movilidad de la ciudad.

Para la mayoría de los usuarios, la bicicleta es ante todo un modo de transporte

rápido y eficiente, pero a la vez se ha convertido en un nuevo elemento de

movilización por la afinidad y sentimiento evocados por temas de salud y cuidado

del medio ambiente. La afinidad con la bicicleta como medio de transporte lleva a

los usuarios a conocer y reconocer los diferentes lugares del espacio, culturas,

personas y objetos presentes en la ciudad. Un elemento común que también

convoca el uso de la bicicleta es el reconocimiento del otro, el acercamiento, la

construcción de lazos y caminos, gracias a la afinidad con este pequeño artefacto.

Es importante resaltar la utilidad del ejercicio comparativo, tomando como punto

de partida Bogotá, hacia otras ciudades como Lima y Cali. Estas ciudades fueron

visitadas por el autor, así como también se realizó el acercamiento e indagación

de las ciudades de León y México D.F., las cuales permiten realizar una mirada

más profunda sobre las problemáticas de la bicicleta, las posibilidades que se

pueden dar a través de este medio de transporte y finalmente integrar propuestas

al desarrollo de la ciudad.

Aprendizajes

En el proceso de observación se pueden realizar las comparaciones que se

consideren para entender cómo se pueden generar una multiplicidad de

movilizaciones sociales y culturales en cada uno de las ciudades, las cuales

permiten entender cómo la ciudad va transformándose para dar espacio a estas

manifestaciones.

Además, es importante resaltar cómo las ciudades visitadas por el autor, que es

bogotano, permiten enriquecer su quehacer investigativo, así como también su

proceso de formación como docente. Igualmente, es importante notar cómo en

cada ciudad se teje una gran variedad de lazos sociales, culturales y también

políticos que se entrelazan para formar una ciudad única e irrepetible, que junto a

estas historias y experiencias, se va forjando un camino totalmente distinto al de

cualquier ciudad.

Por lo anterior, hay que tomarse la tarea de recorrer cada espacio y volver la

ciudad en ese objeto de aprendizaje. Comprender la ciudad implica iniciar en su

propio ser y solo esto permitiría entender las dinámicas y herramientas que se

pueden o no utilizar en el proceso de mediación educativa.

La educación va desde distintos ángulos y herramientas, por lo cual la bicicleta

para el autor es un medio de aprendizaje, una forma recorrer la ciudad, de

acercarse de otra manera a su entorno, de generar nuevos procesos son los

jóvenes, niños, ancianos y toda persona que desee montarse en este vehículo.

Siendo su pasión, para el autor sentarse y mover en este artefacto de dos ruedas

genera nuevas experiencias, tanto para él como para los grupos con los que ha

podido trabajar.

De la misma manera queda la semilla y el interés por buscar nuevas formas de

utilizar la bicicleta como medio de aprendizaje. Este artefacto que ayuda a una

movilización más eficiente y placentera, también permite generar la relación con

el espacio urbano, que ha venido tomándose el espacio público para generar

nuevas apropiaciones de la ciudad, esa ciudad que ha logrado entender esta

nueva lectura que se le está haciendo por parte de los nuevos usuarios ciclistas.

Esta experiencia dio al autor la oportunidad de relacionar distintos aspectos

personales y profesionales con el objeto de trabajo de este documento. Al viajar

por distintas ciudades el autor logra reconocer otros ejercicios de comunidades

alrededor de la bicicleta y ubicar nuevas problemáticas que se vienen dando en

otras ciudades, logrando leer nuevos espacios urbanos. Este ejercicio es útil en la

medida que le permite observar su propia ciudad de una manera distinta,

utilizando el ejercicio académico para poner en valor e incluso aprender de su

práctica.

Para finalizar nace una inquietud en el quehacer del autor, que consiste en el

trabajo por el reconocimiento del otro. Dentro del desarrollo de las actividades se

vio como es urgente para todas las ciudades un trabajo pedagógico y educativo en

el reconocimiento de la otredad; este trabajo dio una reflexión a las herramientas

que se podrían usar y gestar en las aulas y en las calles para lograr recuperar el

tejido social, el cual se encuentra en una profunda división producto de las

diferentes dinámicas, que incluso se podría atrever a aseverar, que empiezan

desde la misma escuela. Al no lograr una opción para las problemáticas que los

niños traen desde sus hogares, las repiten en nuevos escenarios, para luego en

su adultez continuar realizándolas en las calles.

Esta es una dinámica de construcción del espacio público de una manera violenta,

en la cual sus actores están desbocando sus aflicciones en las calles, irrumpen en

los espacio de otros y deslegitimando al otro. En este proceso también se ha visto

cómo la bicicleta ha logrado promover la movilización de cientos de personas en

las ciudades, llevando al autor a pensar que este vehículo también es una

herramienta pedagógica que podría ayudar en la reconstrucción de los lazos

sociales: por lo tanto se queda con la inquietud de buscar y nutrirse de las

experiencias vistas para dar nuevos procesos educativos.

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