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------ESTUDIOS

UNITATIS REDINTEGRATIO A LA LUZDE LUMEN GENTIUM:

DINAMISMO DE CONCRECION y CREATIVIDAD

Hace cincuenta años fue aprobado por el Concilio Vaticano II el decreto sobreecumenismo Unitatis redintegratio. Conmemorar este evento es honrar la celebra-ción del Vaticano II, y la memoria del evento conciliar exige poner de relieve sudimensión ecuménica, pues sin Unitatis redintegratio no se puede entender ni laconvocatoria, ni el planteamiento ni el desarrollo ni la recepción del último Con-cilio. Hace diez años el Centro Ecuménico «Misioneras de la Unidad» y ACEMU«Asociación Centro Ecuménico» promovieron un Congreso con el título En el 40aniversario del Decreto «Unitatis Redintegratio», cuyas actas fueron publicadasen esta misma Revista l. Habiendo presentado en aquel momento la incidencia deldecreto en la vida de la Iglesia, en la presente ocasión me centraré en un tema másconcreto: analizar el decreto sobre ecumenismo a la luz de la constitución dogmá-tica sobre la Iglesia; veremos que la constitución dogmática reclama y desembocaen el decreto, porque UR inserta LG en la vida real (en la complejidad y pluralidaddel mundo cristiano) y a la vez la prolonga de modo creativo.

El año 1964 constituye un auténtico «milagro ecuménico?». En el tercerperíodo del Vaticano 11fueron promulgados el mismo día (el 21 de noviembre)tres documentos que sellaban la «apertura ecuménica'» del itinerario conciliar: la

I A él están dedicados los números 64-65 del volumen XXII de Pastoral Ecuménica delaño 2005. Recoge diversos testimonios y valoraciones desde varias Iglesias, y asimismo lasponencias que comentan los distintos capítulos del decreto y el proceso de recepción. Su lecturapuede ser de gran utilidad para iluminar nuestra exposición: Decreto «Unitatis Rcdintegratio».De su elaboración a su promulgación, P. Langa; Principios católicos sobre el ecumenismo,Santiago Madrigal; La práctica del ecumenismo, Fernando Rodríguez Garrapucho; Las iglesiasy las comunidades eclesiales separadas de la Sede Apostólica Romana, Santiago del Cura;Incidencia del decreto sobre el ecumenismo hasta su 40 aniversario, Eloy Bueno de la Fuente.

2 «Le rniraclc de l'Église» en 1964, es expresión de E Mauriac: M, Velati, Una difficiletransizione.Jl cattolicesimo tra unionismo ed ecumenismo, II Mulino, Bolonia 1966, 413 ss.

3 H, Roux, Le Décret sur i'oecuménisme «Unitatis Redintegratio» en Point de vue desthéologiens protestantes, Cerf, París 1967, 89,

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eonstitución dogmática sobre la Iglesia, acompañada por dos decretos de carác-ter ecuménico: el decreto sobre ecumenismo Unitatis redintegratio y el decretosobre las Iglesias orientales católicas Orientalium ecclesiarum; eran frutos gra-nados, aprobados de modo muy mayoritario", Además aquel año se iniciaron loscontactos con el Consejo Mundial de las Iglesias y el papa Pablo VI realizó dosviajes que hacían visible la salida al encuentro con los otros: en Tierra Santa elpatriarca de Constantinopla Atenágoras y en la India representantes de religionesno cristianas. El descubrimiento de los otros fue, según la lúcida observación deCongar", la gran novedad y el gran esfuerzo del Vaticano Il. Esos otros tienenrostros distintos": los católicos no latinos, los cristianos no católieos, los judíos,las religiones no cristianas, los que reivindican la autonomía del mundo secular,los explícitamente increyentes o ateos ... El decreto UR irá abriéndose camino,y afirmando su identidad, dentro de esta mirada a los otros? (en algún momentode su redacción incluyó incluso a los judíos, a los miembros de otras religiones,la libertad religiosa, hasta que fueron elaborándose documentos distintos),

En este proceso LG y UR juegan un papel fundamental e imprescindible, ydeben ser valorados en su mutua relación (sin olvidar OEcX) y en la lógica internadel Vaticano II9 evitando contraposiciones artificiales!", La redacción definitiva

4 UR tuvo 2137 votos a favor y 11 en contra; LG 2151 a favor y 5 en contra; OEc 2110a favor y 39 en contra.

s Le Concile, l'Église et", les Autres, LV 45 (1959) 74; actualmente en Santa Iglesia, Estela,Barcelona 1965,291-310; es llamativa la frecuencia con la que en Chrétiens en dialogue, París1963 habla de los otros: p. 13,21,23,55,60,61,65,67,144,157,158,160,162,171,173,176, 178 .. ,

" M. Velati, Los otros: ecumenismo y religiones, Conc 312 (2005) 495,7 En algún momento de su redaeción incluyó incluso a los judíos, a los miembros de

otras religiones, la libertad religiosa, hasta que fueron elaborándose doeumcntos distintos: E.Bueno de la Fuente, Reflexiones en el XL aniversario de las declaraciones «Nostra Actate: y«Dignitatis Humanea», Pastoral Ecuménica 22 ( (2005) 37-50.

< Maximos IV había solicitado a Juan XXIII que en la preparación de los textos inicialeshubiera personas que contribuyeran a eliminar el muro de separación entre Oriente y Occidente:L 'Église grecque melkite au Concite, Beyrout 1967, 17-1 R,

') BJ. Hilberath. Theologlscher Kommentar zum Dekret Über den Okumenismus UnitatisRedintegraüo, en Herders Thcologischer Kommentar zum Zweiten Vatikanischen Konzil, Friburgoi.Br. 205, 104-105: los redaetores de LG sabían que se estaba redactando UR, y dejaban paraél cuestiones que había que desarrollar, y por su parte los redactores de UR suponían las adqui-sicioncs de LG, que permitían justificar sus desarrollos; por ello resulta insuficiente considerarUR como «pastoral» si ello supone que no poseía presupuestos o preocupaeiones teológicos.

10 El observador E. Schlink, Das Ergebnis des konciliaren Ringens um den Okumenismusder romis-katholischen Kirche, KuD 11 (1965) 193 advierte contra el riesgo de contraponerel espíritu abierto del Decreto contra el 1itera1ismo cerrado de LG. En esta línea se mueve H.Küng, Libertad conquistada», Trotta, Madrid 2003, 456ss considera que en el capítulo tercerode LG acabaron imponiéndose Ottaviani y Tromp; por eso, aún con reservas, ve en UR nuevoscaminos y un nuevo futuro (p. 497, 518 y sobre todo 525).

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y el debate público se produjeron simultáneamente, por lo que hubo influenciasrecíprocas, ideas asumidas en LG cuando estaban ya consolidadas en UR", Anosotros nos interesa destacar fundamentalmente la dinámica íntima que conducede LG a UR, pues la constitución sobre la Iglesia establece el horizonte y los pre-supuestos dogmáticos que hacen posible UR y su propia potencialidad teológica.

Esta relación se suele entender como conexión entre el nivel doctrinal (LG,que por eso es constitución) y el nivel pastoral (UR, que por eso se sitúa enun nivel inferior, como decreto). Este pre-juicio debe ser precisado para evitarinterpretaciones desen focadas.

Por un lado, no se puede leer y valorar UR como mera aplicación de losprincipios establecidos en LG; en UR hay también una clara infraestructura(más aún, un potencial") teológico-dogmática, con claro desarrollo en un doblenivel: a) da concreción y vida a lo dicho en LG, que quedaría «incompleta» sino se hubiera hecho patente lo que de hecho significa en la palpitante pluralidadcristiana; b) hay un avance creativo en aspectos importantes, que se desplieganprecisamente cuando hay que valorar teológicamente a los otros cristianos. Elmismo Pablo VI señaló que LG debe leerse desde UR 13.

Por otro lado, se le califica a veces como pastoral para desvalorizar el alcancey las exigencias del ecumenismo. Frente a esta tendencia ha reaccionado confuerza el cardenal Kasper, para reivindicar el valor permanentemente válido deUR 14. En primer lugar indica que no hay pastoral que merezca tal nombre sin queesté fundamentada en la doctrina de la Iglesia, y tampoco puede haber doctrinaeclesial que sea mera teoría, carente de un objetivo pastoral. En segundo lugar, aun nivel más radical, hay que evitar que en realidad se esté cuestionando el mismoVaticano II precisamente por su carácter pastoral 15. La distinción entre conciliosdogmáticos y concilios pastorales resulta artificial y falsa, porque todo concilioes un servicio a la tarea evangelizadora de la Iglesia. La entraña ecuménica del

11 J, Feiner, Dekret üher den Okumenismus. Kommentar, en Das Zweite Vatikanische Konzil,LThK, Herder, Friburgo i.Br. 1967,44: en varios aspectos UR antecede a LG, pues esta recogeelementos que ya iban apareciendo en los diversos esquemas de U R,

11 No pretende sólo ofrecer reglas para las relaciones concretas, sino que plantea -conintención de resolver- cuestiones de gran envergadura, como la realidad eclesial de los otrosgrupos cristianos: F, W, Kantzenbach, Die okumenischc Frage nach katholischen Verstündnis,Zcitwcnde 38 (1967) 246.

13 Así se expresaba en el discurso de clausura de la tercera etapa conciliar, tras la aprobaciónde LG y UR: «doctrina explicationibus completa, in schemate de Oecumenisrno comprehensis»:AS 111/8, 914.

14 Die bleibende theologische Verbindlichkeit des Okumenismusdekrets en Wege zur Einheitder Christen, Friburgo i.Br. 2012, 169 ss.

15 o.c. 128,

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Vaticano II forma parte de su carácter pastoral" y por ello está presente en todossus textos, si bien se expresa con mayor nitidez en la lógica que une LO y UR;por ello UR debe ser interpretado conforme a los criterios hermenéuticos de losdocumentos magisteriales: habrá que distinguir dentro del documento diversostipos de afirmaciones, pero evitando juicios de carácter global (sobre todo si ellose orienta a su desvalorización o banalización).

Para comprender más adecuadamente el significado de UR comenzaremossituándolo en la lógica interna del Vaticano I1, de la que vive también LO. A conti-nuación señalaremos los principios ec1esio1ógicos de LO que suponen una aperturaecuménica o la exigen. Desde ahí percibiremos que UR recibe esa savia para darlemayor concreción y vitalidad en la relación directa con los cristianos no católicos.

1. LA ENTRAÑA ECUMÉNICAl7 DEL VATICANO 11:UN APRENDIZAJE18 QUE CONDUCE A UR

El decreto sobre ecumenismo no estaba previsto como tal en los prepa-rativos del Vaticano 11. Ni siquiera se podía suponer que hubiera una intensapreocupación ecuménica. Sin embargo el cardenal Kasper, al conmemorar elcuarenta aniversario de su promulgación, afirma que Juan XXIII dio el impulsoinicial y por ello puede ser considerado como padre espiritual del decreto sobreecumenismo!"; él quiso el Concilio y decidió su objetivo: la renovación en elinterior de la Iglesia Católica y la unidad de los cristianos". Esta doble finalidadacabará expresándose fundamentalmente en Lumen Gentium, pero sin UnitatisRedintegratio no respondería adecuadamente al segundo objetivo.

La convocatoria del Vaticano 11 inició la difícil transición del catolicismodesde el unionismo al ecumenismo". Fue significativo que el anuncio del papa

16 Comentando el texto elaborado por el Secretariado, al que aludiremos después, M,Vclati, Dialogo e rinnovamento. Verbal! e testi del Segretariato per lunita dei cristiani nel/apreparazione del concilio Vaticano 11 (1960-1962), II Mulino, Bolonia 20011, 77-79 observaque la tensión entre teología y pastoral tuvo que dar cuerpo a un nuevo concepto de pastoral,en el que los elementos doctrinales y prácticos se funden en el marco de nuevas categorías(que será la actitud típica del Vaticano 11).

17 Este aspecto, desde los momentos iniciales, lo he presentado en E, Bueno de la Fuente,La entraña ecuménica del Vaticano 11, Pastoral Ecuménica 23 (2006) 15-49.

IX Ya comenzada la discusión, dirá gráficamente rnons, Th. Muldoon: muchas de las cosasque sobre el ecumenismo han sido dichas en el aula se deben a personas que lo conocen másbien poco (AS 11/6, 343-344).

to cf. Ecclesia 3232 (2004) 1729.20 S, Manna, El ecumenismo de Juan XXIII, Diálogo Ecuménico 36 (2001) 209-214,21 cf. el claro título de la o.e, de M, Velati.

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tuviera lugar en la clausura del octavario por la unidad de los cristianos, con in-vitación expresa a los fieles de las «Iglesias separadas+» a participar en el evento.La biografía de Juan XXIlI le había acercado al problema de la desunión y a losintentos por restaurar la unión: su estancia en Constantinopla le puso en contactocon los orientales y sus años en París le permitieron conocer los primeros esfuer-zos ecuménicos también en el ámbito católico". La fuerza con la que insistió eneste tema pudo provocar expectativas desmesuradas o unilaterales; por eso sefue integrando más adecuadamente con el otro objetivo señalado: no se pretendede modo inmediato establecer plazos para la reunificación, sino crear las condi-ciones para que se pueda celebrar el reencuentro en el hogar del Padre común.De cara a la organización y al funcionamiento del proceso conciliar Juan XXIIItomó iniciativas novedosas e incluso arriesgadas. Erigió un Secretariado, bajola dirección de A. Bea24, para promover la unión de los cristianos, que iría asu-miendo un protagonismo decisivo en la autoconciencia de la asamblea episcopal.Su estatuto y sus competencias no resultaban precisos, lo cual provocó tensionese incomprensiones, pero a la vez le permitía más flexibilidad y creatividad. Era(al menos aparentemente) menos que una Comisión pero de hecho era más queun Secretariado, pues tenía capacidad de hacer propuestas y de redactar textosde trabajo y esquemas para los Padres conciliares.

Una tarea fundamental del Secretariado era gestionar la presencia de obser-vadores no católicos en el Concilie". Para ello pudo contar con los contactosprivados que habían ido anudando personas e iniciativas particulares". A pesar delas dificultades de diverso tipo, el deseo del Papa y la convicción del Secretarioconsiguieron un resultado positivo. De modo al menos analógico se les puedeconsiderar «miembros del Concilio» por la influencia que de hecho ejercierona fin de que la dimensión ecuménica fuera calando en el ánimo de los obispos

22 Juan XXIII se expresará en ocasiones conforme a la terminología de la época: habla-rá del retorno de los que separaron de la Iglesia Católica (7.5.1960), de regreso al rebañouniversal (1.4.1959) ... El cambio terminológieo será uno de los logros más visibles delproceso conciliar.

23 G, Alberigo, L 'ispirazione di U/1 concilio ecumenico: le esperienza del cardinale Ronca-lli, en Le deuxiéme Concile de Vatican (/959-/965), École Francaise de Romc, Roma. 1989,81-99,

24 Sería una de las figuras claves del Vaticano 11; cf. la biografía elaborada por su secretario:S. Schrnidt, Agostino Bea, cardinale del ecumenismo e del dialogo, San Paolo, Alba 1996,

25 E. Bueno de la Fuente, Los observadores no católicos en el Vaticano 11, Pastoral Ecu-ménica 28 (2011) 61-78 analiza detenidamente el proceso y las repercusiones.

", P. Langa, Participación de los teólogos en la elaboración de Unitatis Redintegratio,Diálogo Ecuménico 39 (2004) 315-356 analiza la procedencia de los teólogos que trabajaronen el Secretariado.

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-también incluso en los obispos orientales+-> y para que su «aprendizaje ecu-ménico» no se detuviera en una constitución doctrinal sino que avanzara hastaURo

En mayo de 1962, por tanto aún en el período preparatorio, un grupo de teó-logos que trabajaban con el Secretariado prepara un texto" sobre ecumenismoque será presentado en la séptima y última sesión de la Comisión Central (12-20de junio de 196229), aunque no sería entregado a los Padres". Dentro de la nuevalógica pastoral", lleva como título De Oecumenismo catholico con dos capítulos:sobre los principios del ecumenismo católico y sobre la práctica ecuménica";ofrece la base de lo que acabará siendo Unitatis Redintegratio; a la luz de suforma definitiva, dos observaciones dejan ver el camino que se recorrerá: a) no sehablará de «ecumenismo católico ?» sino de «principios católicos del ecumenis-mo»; b) se añadirá un tercer capítulo sobre las Iglesias y comunidades eclesiales;ambos aspectos indican la dinámica de concreción y creatividad de URo

Comenzado el Concilio, la cuestión ecuménica se hizo presente ya en la se-sión primera por medio de tres textos: a) el esquema De Ecclesia preparado porla Comisión Teológica, que incluía como capítulo undécimo De Oecumenismo;b) la Comisión para las Iglesias Orientales entregó su texto De Ecclesiae unitate:uf omnes unum sini; e) el texto del Secretariado (sólo los dos primeros fueron

27 N. Etelby, Les Églises Orientales Catholiques, París 1970, señala que muchos de ellosdebieron ir transformando muy lentamente su «uniatismo» en ecumenisrno, si bien el contactocon los ortodoxos constituía una excelente preparación.

2' M, Velati, Dialogo e rinnovamento ... 511: de este trabajo irán saliendo los materialesque son el origen del documento aprovado en noviembre de 1964,

2" Cf. Acta et Documenta Concilio Oecumenico Vaticano 11 Apparando, Series II(Praeparatoria) 1114, 785-812; se debatió juntamente con el capítulo XI del De Ecclesia. Ensu Relatio Bea se remite a la instrucción De Ecclesia Catholica para insistir en que «indolernsincere religiosam istius notionis hisce verbis laudavit», mencionando «afflante quidern SpiritusSancti gratia» (801-802), y alude a la asamblea del Consejo Mundial de Iglesias en Nueva Delhidestacando su compromiso ecuménico (p. 804), En su Relatio Ottaviani recuerda el modelo deluniatismo de los rutenos en el siglo XVI (p, 805), En el debate aluden varios intervinientes ala conveniencia de refundirlos.

)0 W. Becker, Das erste Schema des Sekretariates fúr die Einheit del' Christen: das PastoralDekret Über den katho/ischen Okumenismus van 1962, en Sapienter ordinare . Festgabe fürErich Kleineidam, Leipzig 1969, 371-391.

.11 M, Velati, Dialogo e rinnovamento ... 81; en p, 282 observa que, a diferencia de lo quesucede con el c. II del De Ecclesia, supone una experiencia ecuménica entendida como diálogoy conversión en la vida de los redactores.

" Acta et Documenta Concilio Oecumenico Vaticano 11Apparando 1112, 446-453; ya sepregunta «quaedam Ecclesiae bona seu elernenta etiam extra eius saepta inveniuntur».

33 La evolución terminológica es aquí también significativa; la simbólica obra de Congarde 1937 lleva como título Chrétiens désunis. Principes d'un «oecuménisme» catholique; la de1963 Chrétiens en dialogue llevará como subtítulo Contributions catholiques a l'oecuménisme.

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entregados impresos a los Padres en otoño de 1962 al iniciarse las asambleasconciliares ).

EL NUDO DEL PROBLEMA: HACIA UN CAMBIO DE PERSPECTIVA34

Para valorar el cambio de perspectiva es importante situarse en el punto departida del originario esquema De Ecclesia sobre todo en lo referente a la per-tenencia a la Iglesia". La posición rígida del texto se hace patente porque habíaendurecido las redacciones iniciales, más flexibles y abiertas.

Ese texto, sostenido por el Santo Oficio" a través de la Comisión Teológica,muestra su rigidez en el capítulo undécimo dedicado al ecumenismo: negabacualquier valor a las comunidades separadas en cuanto tales en el misterio desalvación; UR llegará a hablar de «iglesias hermanas» (expresión no usada porLG) , Y reconocerá la eclesialidad de las comunidades no católicas (con másdecisión y alcance que LG).

La fuerza de los obstáculos a superar" se percibe comparando la primeraredacción del esquema con el texto entregado a los Padres, en dos puntos: larelación entre la Iglesia y los cristianos individuales, y las relaciones entre la Igle-sia Católica y las comunidades separadas. Se hacen presentes las dos corrientesque van a confrontarse en el Vaticano 11y que ya se insinúan desde los estadiospreparatorios y concretamente en la subcomisión que redactaba estos textos: a)quienes eran favorables a reconocer la relevancia eclesial de los otros cristianosy por tanto excluían que fueran sujetos puramente naturales y humanos, pueseran sujetos de acciones sacramentales; b) aquellos que acentuaban el criterio dejurisdicción y por ello negaban una relación real con la Iglesia Católica a quienesse habían sustraído conscientemente a la jurisdicción y al magisterio del Papa. En

14 Hilberath, O.C, 103: las votaciones Irán mostrando un impresionante testimonio de un«okumenischen Lernprozesses» cuyo resultado será un cambio de perspectiva,

15 A. Acerbi, Due ecclesiologie. Ecclesiologia giuridica ed eclesiologia di comunionene/la «Lumen Gcntium», Dehoniane, BoJonia 1975, 503: »anche su questo punto fu il decretosull' ecumenismo ad esplicitare le consegucnzc».

16 El votum del Santo Oficio pedía que se definiera: «Corpus Christi Mysticum, non tántumeschatologicum sed etiarn praesens cum Ecclcsia Catholica Romana essentialiter identificatur,neque ccclesias separatas et sectas cristianas complectitur tamquam suae actuaciones imperfectas(tota doctrina Ene. Mystici Corporis resumatur)»: Acta et Documenta Concilio OecumenicoVaticano 11Apparando 12, 5-6.

17 Sobre las dificultades de los primeros pasos cf. C. Soetens, El compromiso ecuménico dela Iglesia Católica, en G, Alberigo (ed.), Historia del Concilio Vaticano 11, vol. 111, Sígueme,Salamanca 206, 229 ss.; J-F. Arrighi, Les origines et les dificultés du décret sur loecuménisme,en Le deuxiéme Concile ... ed.cit. 607-614.

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este momento se impone la decisión de rechazar cualquier valor soteriológico alas comunidades «disidentes=» y cualquier vinculación con la Iglesia Católica".

Esta problemática se encuentra en íntima conexión con la cuestión de losmiembros de la Iglesia, a la cual estaba dedieado el segundo capítulo del DeEcclesia: De membris ecclesiae militantis eiusdemque necesítate ad salutem. Estecapítulo, redactado por Tromp, partía de la estricta identificación entre Iglesiay Cuerpo Místico, asumía un significado unívoco del concepto «miembro» ypor ello llegaba a una conclusión clara y rígida: miembros de la Iglesia «vereet proprie» son todos y solamente aquellos que por el bautismo, la profesión dela verdadera fe católica y el reconocimiento de la autoridad están unidos en suestructura visible con Cristo, que la rige por medio de su vicario. La alternativaresultaba tajante: o se es miembro o no. Si el sometimiento a la autoridad jerár-quicajuega un papel tan decisivo como la incorporación a Cristo por el bautismo,la consecuencia resulta inevitable: paganos y bautizados (no católicos) se encuen-

]K La primera redacción decía: La Iglesia, en camino hacia la parusía, aún siendo definiti-vamente una por el don que le ha sido otorgado, debe crecer continuamente en santidad; «estaunidad no es solamente exclusiva, sino en cierto modo también inclusiva. Efectivamente laúnica Iglesia, cuya mediación es necesaria para alcanzar la salvación, no sólo debe estar abiertatodo lo posible a todos los hombres conforme a la universal voluntad salvífiea del Mediador,sino que con mayor razón ha unido a sí, por su acción salvífica a aquellos en los que fuerade la Iglesia ha producido su efecto la gracia del Salvador, porque se les ha comunicado lavida de Cristo». Ello se debe a que «en esos bautizados actúa no sólo la fe, la esperanza y lacaridad, sino también la gracia bautismal y el carácter indeleble, que por su naturaleza em-pujan a la plena unidad en la comunión eucarística bajo el Romano Pontífice», La redaccióndefinitiva sin embargo rechazó este tipo de afirmaciones para insistir sobre todo en la situa-ción de privación de los cristianos separados y su influjo negativo sobre la manifestaeión dela unidad de la Iglesia, Dentro de esta lógica resultaba normal que se aprobara el método delproselitismo: AS 1/4, S2.

W La segunda redacción decía: «Pertenece a la catolicidad de la Iglesia atribuir pleno valora aquellos 'elementos de Iglesia', corno la Escritura, los sacramentos y los carismas, que encuanto bienes cristianos auténticos son propios no sólo de la Iglesia Católica sino de hechoexisten en las comunidades cristianas separadas, las cuales instrumentalmente cooperan a lacomunicación de tales bienes. Esas comunidades cristianas no tienen tal función en cuantoestán separadas, sino únicamente en cuanto de hecho, aún en la separación, conservan y honranelementos derivados de la Iglesia e intentan objetivamente coservarlos y honrarlos .. , Taleselementos de Iglesia constituyen objetivamente un vínculo con la Iglesia no sólo por parte delos individuos sino también de sus comunidades,

Efectivamente todos los elementos de Iglesia están vinculados entre sí de modo tal quecualquier parte de ellos incluye en cierto modo a los otros, tiende a la totalidad y por la accióndel Espíritu Santo impulsa a la reintegración en la unidad, Por ello la Iglesia no consideraesas comunidades cristianas como meras asociaciones profanas sino que reconoce su caráctersobrenatural y cristiano, si bien alterada por errores, en el grado en que de hecho conservan ointentan conservar los elementos de Iglesia ... De todas las comunidades cristianas disidentesse puede decir que en ellas los elementos de Iglesia producen habitualmente frutos de vidaespiritual, que la Iglesia de ningún modo desprecia».

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tran en el mismo nivel y en la misma situación (están simplemente ordenadosa la Iglesia -la Iglesia Católica visible- por un voto explícito o implícito"). Enesta redacción se había impuesto una corriente que posteriormente se mostrarácomo minoritaria tras el «proceso de aprendizaje ecuménico», que será rápidopero trabajoso,

EL DESBLOQUEO, UN ACTO ECUMÉNIC041

Como hemos visto, puntos centrales del De Ecclesia bloqueaban una aperturaecuménica, Paradójicamente la sensibilidad ecuménica en gran medida contri-buirá a rechazar y replantear ese punto de partida eclesiológico. Unitatis Redin-tegratio aparece como punto de llegada de una eclesiología renovada, Un rápidoaprendizaje provocará el abandono de la eclesiología contra-reformista y el pasoa Lumen Gentium" hacia UR,

En primer lugar se constatará la incongruencia de que existan tres textosde carácter ecuménico, El 16 de noviembre de 1962 se comenzó a discutir elesquema sobre las Iglesias orientales, de impostación occidental y latina", sibien matizaba la terminología (se hablaba de «hermanos separados») y subra-yaba lo que había en común con los cristianos separados de Oriente; se señalóla inconveniencia de que se hablara sólo de los ortodoxos y de que hubiera tresdocumentos sobre un mismo tema, El cardenal Bea propuso que se realizara

10 La raíz de la contraposición se encontraba en la opuesta valoración que se daba al ele-mento interno en orden a definir la Iglesia, Los que no admitían en los acatólicos ningun títulode gracia, aunque estuvieran bautizados, lo hacían porque definían la Iglesia (y por tanto lapertenencia a ella) desde el criterio exclusivo de sus elementos externos (en último término elpoder de jurisdicción), La Iglesia es en sentido propio visible, por lo que no se necesita ningunelemento interior para ser miembro, Trornp sostiene que «no toda unión con Cristo es unión enel Cuerpo de Cristo»; se podrá dar unión con los hermanos separados, pero no a título de comúnpertenencia a la Iglesia, La gracia de Cristo puede ser distribuida fuera del Cuerpo Místico, perode ahí no se deben sacar consecuencias excesivas; dado que la pertenencia «re» es necesariapero sólo de precepto divino, es suficiente reconocer una referencia por voto implícito. En estaposición se encontraban también G. Brinktrine y .1, lenton. En la posición opuesta, aunquecon diversos matices, se encontraban Journet, Philips, Congar. Cf A. Acerbi, o.c. 117-121.

41 O. Cullrnann, Sind unscre Erwartungcn erfüllt", en K,Rahner-O.Cullmann-H,Fries, Sindunsere Erwartungen erfüllt", Munich 1966, 35-66,

42 J.R. Vi llar, El paso decisivo: del primer esquema De Ecclesia a l.umcn Gentium. La«intuición» de Juan XXIII, Diálogo Ecuménico 35 (200 1) 304 ss,

4.1 Los estadios iniciales tuvieron la misma experiencia que el De Ecclcsia: las sugerenciasde la jerarquía oriental en los estadios preparatorios fueron acogidos por la Comisión Orientalpreparatoria, pero las autoridades del concilio limitaron su alcance: N. Edelby, en Les ÉglisesOrientales Catholiques, Cerf, París 1970, 57-58,

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una síntesis en la que convergieran los tres textos existentes. Esa tarea corrió acargo del Secretariado con ayuda de la Comisión para las Iglesias Orientales":retomó los dos capítulos inicialmente previstos en su documento (principiosdel ecumenismo católico, el ejercicio del ecumenismo) añadiendo un tercerodedicado a los cristianos separados de la Iglesia Católica, con un doble apartadopara distinguir entre las Iglesias Orientales y para las Comunidades aparecidasen Occidente a partir del siglo XVI). Con ello tenemos ya la estructura de lo queserá Unitatis Redintegrtio.

Se iba viendo que el ecumenismo era un horizonte global en el que no podíahaber compartimentos estancos: no sólo resulta insuficiente hablar de los orto-doxos sin hablar de los reformados, sino que no se puede hablar de la revelacióno de la eclesiología sin tener en cuenta las exigencias ecuménicas.

La «gran campanada?» que hizo visible el cambio de ruta se produjo el 14de noviembre de 1962, cuando se expresó la insatisfacción ante el esquema Defontibus revelationis. Factor decisivo del malestar fue la incomprensión y reti-cencias que suscitaba en los «hermanos separados». Cinco días después mons.De Smedt, obispo de Brujas, habló en nombre del Secretariado para explicar lascaracterísticas del método ecuménico, a fin de que los textos puedan realmentecontribuir a un mejor diálogo entre católicos y no católicos"; en esa lógicavalorará el esquema De Ecclesia reprochándole triunfalismo, clericalismo, ju-ridicismo" ... A lo largo de aquellas jornadas se había hecho oir también la vozde los orientales católicos, especialmente los melquitas con su figura señera elpatriarca Maximos IV En su lenguaje, en su teología, en su liturgia, se hacíanpresentes los otros. En ellos no sólo habría algo exótico que pedía tolerancia sinola riqueza de una tradición que hacía real la catolicidad de la Iglesia.

EI4 de diciembre de 1962 fue una jornada histórica en el devenir del Vati-cano: de cara a un «nuevo comienzo», el cardenal Suenens señalaba las grandescoordenadas de la arquitectura del edificio conciliar; propuso la idea directriz:el Concilio debía tener como tema central la Iglesia; esta reflexión debía abrirseen un doble nivel: a) la Iglesia ad intra, respondiendo a la pregunta «Iglesia,¿qué dices de ti misma?»; b) la Iglesia ad extra, es decir, 10 que la Iglesia debe

44 Como signo de la evolución que se operaba en el momento en que arranca directamenteel camino de UR conviene observar que la Comisión Oriental estaba persuadida de que elSecretariado debía ocuparse exclusivamente de los cristianos occidentales, cf. N, Edelby, o.C. 67.

45 J. Ratzinger, Salz der Erde. Munich 2005, 6a ed. 76, Ello iba unido a la autoconcienciade la asamblea conciliar, que se expresó en la solicitud de un mayor plazo para la votación delos miembros de las distintas Comisiones, con el fin de que se realizaran sobre la hase de unmejor conocimiento entre los obispos.

46 AS 1/3, 184-187.47 AS 1/4, 142-143.

20 [126] Rev. Pastoral Ecuménica, 93

realizar a favor de los otros, Y con la mirada puesta en los otros se indicaba lanecesidad de abrir un amplio abanico de diálogo: en el seno de la Iglesia, en elencuentro con otros cristianos y con el mundo en general". De este modo UnitatisRedintegratio encontraba su sentido y su ubicación. Pero ello no podía realizarseal margen de la autoconciencia de la Iglesia, que debía incluir a los otros. Poreso vamos a detenemos en los aspectos más importantes de Lumen Gentium paramencionar posteriormente los desarrollos de Unitattis Redintegratio.

2. LUMEN GENTIUM: UNA ECLESIOLOGÍA DE COMUNIÓN

La constitución dogmática sobre la Iglesia es el texto que de modo para-digmático expresa la autoconciencia de la Iglesia en un momento de cambiohistórico, como resultado de la confrontación entre dos concepciones eclesioló-gicas: el paso de una eclesiología jurídica a una eclesiología de comunión; asílo resumiría más tarde el cardenal Suenens, uno de sus grandes protagonistas,sintetizando un juicio que se ha hecho general". A nosotros nos interesa ponerde relieve los presupuestos y los dinamismos ecuménicos, que permitan en-marcar mejor la originalidad de URo LG muestra un carácter abierto y flexible,susceptible de lecturas enriquecedoras desde la interacción con nuevos lectoresy nuevos contextos.

La dimensión ecuménica se percibe ya desde su planteamiento inicial y des-de su arquitectura interna. Propone una reflexión sobre la Iglesia que superalos estrechamientos confesionales mediante el recurso a la fuente bíblica y ala globalidad de la Tradición en toda su hondura y amplitud, La comunión y lacatolicidad brotan espontáneamente de la perspectiva histórico-salvífica y del suenraizamiento trinitario".

La Iglesia se concibe a sí misma como misterio en el seno del Misterio delDios Trinidad que, a partir del amor fontal del Padre, se expresa en el envío delHijo y del Espíritu. El anuncio del Reino y el acontecimiento pascual, prota-gonizado por el Hijo bajo el aliento del Espíritu, da origen a la Iglesia, que nose coloca por ello en el centro sino en el servicio a la misión que arranca de laTrinidad. Al verse como germen del Reino de Dios y al constatar que no alcanzarásu perfección más que en la gloria del cielo, reconoce su provisionalidad y sucondición peregrina y por ello la necesidad de permanente purificación. Desdeesta lógica de fondo quedan superados muchos bloqueos anti-ecuménicos y se

4X AS 1/4, 223-224.49 Recuerdos y esperanzas, Valencia 2000, 143.50 S. Madrigal, Lumen Gentium y ecumenismo, Pastoral Ecuménica 23 (2006) 179-215.

Rcv. Pastoral Ecuménica, 93 [127] 21

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hace posible el despliegue de enormes potencialidades ecuménicas. Señalaremoslas más importantes y prometedoras.

1.- La eclesiologia de comunión, de honda raigambre oriental", constituyeuna piedra angular de la eclesiología conciliar, con enorme potencial ecuméni-co: los siete primeros números de LG encontrarían fácil consenso entre los nocatólicos, y además permiten entender que esa comunión se realiza en gradosdiversos. La categoría christifidelis" pasa a primer plano: el ser cristiano sebasa en la participación de los bienes salvíficos, en la inserción en la vida delDios trinitario. Esta dimensión mistérica coloca en su justo lugar la dimen-sión externa y jurídica, como expresión y sacramento. Con ello la tradicionalproblemática de los miembros desactiva la fuerza de las aristas con las que seplanteaba desde la eclesiología societaria e institucional; la comunión puedeencontrar grados diversos de realización en los cristianos y en los grupos cris-tianos en cuanto tales.

2.- La imagen Pueblo de Dios, cuya revalorización dará origen a un «girocopernicano» al dedicarle el capítulo segundo antes de hablar de la estructurajerárquica, contrapesa el predominio anterior de la imagen Cuerpo de Cristo.Pueblo de Dios pone de relieve la inserción de la Iglesia en la historia, su carác-ter peregrinante y la diversidad de miembros dentro de una unidad que se basaen el bautismo. Este Pueblo tiene la vocación de hacerse presente entre todoslos pueblos y de invitar a todos a la comunión trinitaria, es decir, la Iglesia escatólica y tiene vocación de catolicidad.

La comunión y la catolicidad incorporan en su seno diversas Iglesias parti-culares con sus respectivas tradiciones; y destacan el dinamismo de la unidad: «aesta unidad pertenecen de diversas maneras o a ella están destinados los católicos,los demás cristianos e incluso todos los hombres» (LG 13).

3.- En virtud de este dinamismo de comunión y de catolicidad la Iglesiareconoce que está unida a todos los cristianos en razón del bautismo por el queestán unidos a Cristo; además por la veneración de la Escritura, por la oración,por la unión en el Espíritu Santo, e incluso en ocasiones por el episcopado y ladevoción a la Madre de Dios; aunque no se dé la comunión bajo el sucesor dePedro, ello no impide que se pueda reconocer a otras «Iglesias y comunidadeseclesiásticas» la celebración válida de sacramentos.

4.- Al conjugar la dimensión visible y la invisible de la Iglesia, recurre a la«analogía nada despreciable» del misterio del Verbo encamado (LG 8), e intro-duce la afirmación que ha sido considerada como presupuesto y puerta abierta

" Aparece con claridad en OEc 2,52 A.J, Perez Martíncz, Elfiel cristiano en la enseñanza del Concilio Vaticano 11y Sil

recepción en la eclesiologia española postconciliar, Madrid 2014, 29 ss.

22 [128] Rev. Pastoral Ecuménica, 93

del ecurnenismo, pero a la vez como la cruz del diálogo ecuménico=: frente a laanterior identificación entre Cuerpo Místico e Iglesia visible introduce una mati-zación de la que se deducen consecuencias innegables: «Esta Iglesia, constituíday ordenada en este mundo como una sociedad, subsiste en la Iglesia católica,gobernada por el sucesor de Pedro y por los obispos en comunión con él». El estde las primeras redacciones da paso a la expresión subsistit in", En virtud de estadistinción es posible establecer la siguiente constatación: «Fuera de su estructuravisible pueden encontrarse muchos elementos de santificación y de verdad que,como dones propios de la Iglesia de Cristo, empujan hacia la unidad católica».La apertura se hace más patente: los «elementos de santificación», por tanto deeclesialidad, no son atribuídos directa e inmediatamente a la Iglesia católicasino a la Iglesia de Cristo. Es lógico que la citada variación terminológica hayadado origen a debates inacabables, pero asimismo a avances indudables en eldiálogo ecuménico.

5.- La presentación de la Iglesia como sacramento obliga a reconocer la in-adecuación permanente entre la gracia de la que vive y su manifestación externa;la visión de la Iglesia desde el Reino y desde su vocación escatológica permitepercibir la distancia entre su realidad histórica y mundana y aquello a lo queestá llamada; por ello también la eclesiología católica (aunque resulte muy pocodesde el punto de vista reformado) debe asumir la necesidad de purificación de laIglesia, a fin de que refleje de modo adecuado su ser más profundo, «La Iglesia,abrazando en su seno a los pecadores, es a la vez santa y siempre necesitadade purificación, y busca sin cesar la conversión y la renovación» (LG 8). No seaplica a la Iglesia el principio protestante «sirnul iustus et peccator» y se evitaconscientemente el término «reforma». Pero la aspiración de aggiornamento ad-quiere una nueva perspectiva, especialmente relevante de cara a la reunificaciónen el hogar del Padre: en el número dedicado a la relación con los otros cristianosla Iglesia «anima a sus hijos a purificarse y renovarse para que la señal de Cristobrille con más claridad en el rostro de la Iglesia» (LG 15). La renovación de laIglesia y la preocupación ecuménica brotan a la par de la eclesiología.

53 W. Kasper o.e. 155;.1. Ratzinger, como Prefecto de la Congregación de la Fe, afirmabaque «en la diferencia entre "subsistit" y 'est' descansa todo el problema ecuménico»: OsservatorcRomano (4.3.2000) 7,

54 Resulta hasta paradój ico que la propuesta de este cambio procediera de S, Trornp, comoha mostrado A. von Tauffcnbach, Die Bedeutung des subsistir in (LC 8). Zum Selbstverstdndnisder katholischen Kirche. Herbert Utz Verlag, Munich 2002; con más detalles de la reunión enque se propuso, para excluir otras hipótesis, Chi a proposto per primo il subsistit in", en J.Ehret (ed), Primato Pontificio ed episcopado, LEY, Roma 2013, 515-535, Para la interpreta-ción del texto no es suficiente la intención, precisada a posteriori, de quien lo propuso, sino elsentido de su inserción en la reflexión conciliar.el sentido objetivo.

Rev, Pastoral Ecuménica, 93 [129] 23

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6.- La comunidad concreta adquiere una gran relevancia teológica, sobrela base del bautismo y de la eucaristía; el sacerdocio común de los fieles y laasamblea eucarística permiten reajustar el tradicional clericalismo católico asícomo su visión universa1ista: todos los bautizados tienen una igual dignidad yuna responsabilidad compartida, la centralidad de la comunidad eucarística debeser recuperada; aunque en LG no resuenan con toda su fuerza las adquisicionesde Sacrosanctum Concilium 41 y 4255, se perciben sus ecos.

7,- La iglesia locai" recupera su relevancia eclesiológica yen consecuenciala Iglesia es presentada como «cuerpo de las iglesias» (LG 23) o «comuniónde iglesias» (AG 19), expresión típicamente oriental"; la iglesias son contem-pladas en LG desde la perspectiva del ministerio episcopal, por lo que debe serenriquecida con la eclesio1ogía eucarística de SC (presente en LG 26

5H), con el

dinamismo misionero de Ad Gentes (la comunidad cristiana se va desarrollandohasta alcanzar el rango de iglesia local que se inserta en la comunión de igle-sias), con la defensa de las diversas tradiciones o ritos o iglesias particularesen Orientalium Ecclesiarumi", A pesar de la imprecisión terminológica entreiglesia particular e iglesia local, el Vaticano 11 supera definitivamente la visiónuniversalista, centralizada y homogénea de la Iglesia, a veces concebida comouna inmensa diócesis regida por el Papa, del que los obispos no son más quedelegados o vicarios.

ji Afirma que «la principal manifestación de la Iglesia tiene lugar en la participación plenay activa de todo el pueblo santo de Dios en las mismas eelebraciones litúrgicas, especialmenteen la misma Euearistía». Incluso las parroquias «en cierto modo representan a la Iglesia visible

establecida por todo el mundo».56 De modo general hablaré de «iglesia» (con minúscula) para referirme a lo que normal-

mente se entiende como diócesis y de «Iglesia» (con mayúscula) para la Iglesia Católica, laIglesia de Cristo o los grupos de comunidades o denominaciones no católicas en su conjunto,

17 Así se expresa N. Edelby, o.e, 154, Esta terminología de LG es un signo de una actitudecuménica que se sitúa en el nivel previo a las «divisiones».

IR «El obispo, cualificado por la plenitud del sacramento del orden, es el 'administradorde la gracia del supremo sacerdocio', sobre todo en la eucaristía que él mismo celebra omanda celebrar y por la que la Iglesia vive y se desarrolla sin cesar. Esta Iglesia de Cristoestá verdaderamente presente en todas las legítimas comunidades locales de fieles, unidas a suspastores, Estas, en el Nuevo Testamento, reciben el nombre de Iglesias, ya que son en efecto

en su lugar el nuevo Pueblo de Dios».59 Este reconocimiento sin embargo también requirió esfuerzo; como señala N. Edelby, o.e.

140-141 en Occidente preferían hablar de «ritos» ya que la expresión «Iglesia particulam provocabaresonancias de separatismo; en Occidente sigue existiendo la tendencia a identificar «Iglesia latina»con «Iglesia universal» (p. 161) y existe una enorme resistencia a reconocer que la Iglesia occidental,a pesar de que en número sea muy grande, es una Iglesia partieular (p. 157,252).

24 [130] Rev. Pastoral Ecuménica. 93

Este planteamiento encierra también un enorme potencial ecuménico'". LG23 no sólo afirma que la Iglesia universal existe en y a partir de las iglesias par-ticulares sino que además presenta al obispo como representación/representantede su iglesia. La iglesia concreta no es una «parte» sino una portio de la Iglesia(LG 23, ChD 1161), lo cual permite reconocer a cada iglesia su existencia comorealización de la catolicidad de la Iglesia (LG 13); en esa lógica se atribuye a laacción de la Providencia la dinámica histórica que ha ido reuniendo a diversasiglesias en grupos organizados, en los que las antiguas Iglesias patriarcales sonconsideradas como madres que engendraron a las otras como hijas (LG 231>2).

8.- La eclesiología de LG también otorga notable protagonismo al EspírituSanto. Desde la sensibilidad oriental se sigue reprochando el déficit neumatoló-gico de la teología y la espiritualidad occidentales; también por ello LG seguiríasiendo demasiado latina, No obstante representa un gran avance respecto a lasituación anterior: por el planteamiento trinitario e histórico-salvífico, por laimportancia de los bienes salvíficos que permiten dar toda su consistencia a laeclesiología de comunión; así se contrapesa la visión unilateralmente societariao jurídica. Otro aspecto encierra relevancia ecuménica: el ministerio ordenado(incluso el del Romano Pontífice) es presentado como principio y fundamentovisible de unidad (LG 23) ya que el fundamento radical, si bien invisible, es elEspíritu Santo.

3. UNITATlS REDlNTEGRATlO: LA EXPLICITACIÓN ECUMÉ-NICA DE LG

Hemos señalado los núcleos de LG con mayor contenido e implicacionesde carácter ecuménico (el tema ecuménico sólo se hace concreto en LG 15 alpresentar las relaciones de la Iglesia Católica con los hermanos separados),LG no desarrolló ulteriores concreciones porque los redactores que trabaja-

6" Tanto entre ortodoxos como entre reformados se da prioridad a la iglesia local o particularasí como a la federación o unión entre ellas, Esto condieionará el modo de entender la unidada la que apunta el movimiento ecuménico (no tanto una unidad institucional o unión orgánica)sino una comunión conciliar, red de comunidades locales o familias de confesiones.

61 En ocasiones, como en la edición de la Conferencia Episcopal Española, se traduce«portio» en ChD II como «parte», perdiendo así el contenido teológico que habría quesalvaguardar: la iglesia local no es una circunscripción administrativa sino realización vital

de la Iglesia.62 Desde el punto de vista oriental esas afirmaciones resultan muy pobres, pues no se

reconoce toda la importancia de los patriarcados; signo de ello es además que en Ch D no seles menciona,

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ban en el esquema De Ecclesia sabían perfectamente que al mismo tiempose estaba preparando el esquema De Oecumenismo, y por ello dejaban paraeste último el tratamiento de los aspectos ecuménicos de la eclesiología, Dehecho, como sabemos, fueron promulgados conjuntamente'", Por ello, comoseñaló el mismo Pablo VI, es lógico que la doctrina sobre la Iglesia de LGdeba ser interpretada a la luz de las explicaciones y desarrollos de UnitatisRedintegratio=,

A lo largo del debate y de la reflexión van a ir aflorando con fuerza trescuestiones de largo alcance: cuál es la relación exacta entre Cristo y la Iglesiao entre la Iglesia de Jesucristo y las concretas Iglesias empíricas; cuál es larelación entre lo que ya ha sido dado a la Iglesia y el objetivo ecuménico dela comunión plena; qué significan exactamente «Iglesia» y «comunión». Eneste horizonte de problemas se irán fijando para evitar falsas interpretacioneso acusaciones de falso irenismo las convicciones católicas del ecumenismo:la unidad no está dada en fragmentos, a partir de los cuales haya que edificarla Iglesia de Jesucristo, sino que esta es ya real en la Iglesia Católica (lo queincluye la comunión visible en la fe, los sacramentos y los ministerios apostó-licos de gobierno), Desde esta base se va a ir desplegando la opción católicade compromiso ecuménico; pero las cuestiones indicadas serán el marco delas tensiones del desarrollo postconciliar.

1,- UR asume la perspectiva trinitaria e histórico-salvífica, a partir de lacual coloca de modo más directo y consciente en el centro la idea de comu-nión", con una mención expresa a la eucaristía" y sobre todo al Espíritu Santo,al cual se atribuye la comunión y la unidad en la diversidad: «El Espíritu Santo,que habita en los creyentes, y llena y gobierna a toda la Iglesia, realiza esaadmirable comunión de fieles y une a todos en Cristo tan íntimamente que es elprincipio de la unidad de la Iglesia. El es el que obra la distribución de graciasy servicios, enriqueciendo a la Iglesia de Jesucristo con diversos dones» (UR2). El carácter primario de esta afirmación queda patente si observamos queesa acción del Espíritu es el presupuesto dentro del cual se presentan los rasgos

h] G, Dejaifve, La Magna Charta de Vatican 11:la Constitution Lumen Gentium, NRTh 87(1965) 8; J, Willebrands, The Ecumenical Movement, Its Problems and Driving Force, One inChrist II (1975) 218.

64 En la alocución que dirigió con aquella ocasión: AS 111/8, 914,65 G. Thils, Le décret conciliaire sur l'eocuménisme, NRT 87 (1965) 239, cuando no se

había convertido en idea dominante, señala con lucidez que la eclesiologia que se desprendede UR 2-3 es una eclesiología de comunión (y cita las obras de referencia de Hamer y Hertlingsobre el tema),

66 W. Kasper, o.e, 133ss observa que lo dicho sobre la eucaristía en SC 47 y en LG 3, 7 ...se encuentra ya en UR «vo ll zurn Tragen».

26 [132] Rey. Pastoral Ecuménica, 93

típicamente católicos y la herida de las divisiones: la dimensión neumatológicade la comunión abraza tanto las particularidades legítimas eomo las heridasque deben ser curadas'". El protagonismo y la acción del Espíritu permitiráuna comprensión menos rígida de la unidad según el modelo de la Trinidad:«El modelo y principio supremo de este misterio es la unidad de un solo Dios,Padre e Hijo en el Espíritu Santo en la Trinidad de personas» (UR 2).

Esta novedad fue positivamente valorada por el testimonio de quien actuabacomo portavoz de la sensibilidad oriental, Maximos IV6x: «Por primera vez,aunque de modo tímido, pero abierta y oficial, ahora encontramos una verda-dera teología de la Iglesia que es ante todo un misterio de comunión del Padrey del Hijo en el Espíritu que, salida de la resurrección de Cristo y difundidaincesantemente por el Espíritu vivificador, a través de la divina liturgia, entodos los miembros del nuevo Pueblo de Dios». Esta novedad resaltaba contoda su fuerza cuando todavía no se había comenzado a debatir LG. No obs-tante UR y su eclesiología de comunión reclamaban una ulterior concreción,Por eso el mismo patriarca solicita que se dé respuesta positiva a lo que habíasido pedido por la Conferencia Panortodoxa de Rodas: establecer un diálogopermanente y en plano de igualdad entre los hermanos ortodoxos y católicos.Desde su condición de puente entre dos mundos cristianos indicaba las poten-cialidades que se abrían.

2.- Los nuevos presupuestos eclesiológicos daban carta de ciudadanía alecumenismo en la Iglesia Católica, con una valoración positiva del movimientoecuménico contemporáneo; se sitúa a la Iglesia Católica en el marco de esa ini-ciativa ecuménica, por lo que el título del capítulo dejará de ser «principios delecurnenismo católico» para ser «principios católicos del ecurnenismo»; quedaratificado que no hay un ecumenismo católico distinto, paralelo o alternativo.

LG no había tocado directamente el tema, por lo que se hacía necesariotomar posición ante un fenómeno que se había desarrollado fuera del ámbitocatólico. Muchos obispos expresaban sus reservas ante iniciativas de diálogo yde encuentro bajo las que se sospechaba un irenismo peligroso para la identidadcatólica; sigue influyendo la Instrucción del Santo Oficio Ecclesa Catholica(20.12.194969); así había iniciado una tímida apertura" (por primera vez el Ma-

67 A la luz de UR 3 la pluralidad procede de los dones del Espíritu, por lo que la acciónde este no se produce pcr accidcns, como sostenían algunos Padres conciliares (Ruffini, Arribay Castro, Bueno Monreal).

6X AS 11/5, 543.64 Esta es la fecha de la firma si bien L 'Osservatorc Romano lo publicó el I de marzo de

1950,711 El aspecto positivo (pues el período anterior estaba dominado por posiciones más ta-

jantemente negativas) es el que señala Y. Congar, Diario de un teólogo (/946-1956), Madrid

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gisterio católico?' sitúa el movimiento ecuménico «bajo la inspiración de la graciadel Espíritu Santo»), pero con cautelas: «Los fieles no intervengan en aquellasreuniones sin un especial permiso de la autoridad eclesiástica ... Donde no pa-rezca que haya esperanza de buenos resultados o existan especiales peligros,se mantendrán prudentemente alejados de estas reuniones; y éstas deberán sersuspendidas a tiempo o deberán hacerse terminar poco a poco?».

Lo novedoso y original de UR, señala uno de los observadores no católicosen el Vaticano 11, es que constata y recoge un movimiento surgido fuera desus fronteras (con referencias bastante claras y actuales 73), y no para proponerun ecumenismo católico sino para incorporarse al ya existente". La valoracióntiene también un presupuesto neumatológico: «El Señor de los tiempos ... hacomenzado a infundir con mayor abundancia en los cristianos separados entre síel arrepentimiento y el deseo de la unión ... y también entre nuestros hermanosseparados ha surgido un movimiento cada día más amplio, con ayuda de la gra-cia del Espíritu Santo, para restaurar la unidad de todos los cristianos» (UR 1).El n. 4, remitiéndolas también a la inspiración del Espíritu Santo, enumera lasiniciativas y esfuerzos englobados en el «Movimiento ecuménico», las cuales «seordenan a fomentar la unidad de los cristianos»; destaca la oración y el diálogo,que debe ser realizado desde el método ecuménico (que ya había ido penetrandoen la asamblea conciliar). La Iglesia Católica no se considera al margen, y debeevitar la impresión de generar una especie nueva de ecumenismo; se trata, comoseñala mons. Morcillo, de presentar «nuestros principios católicos en el actualmovimiento ecuménico"?».

La búsqueda común de la unidad declara superada la idea de retorno de losotros a la casa propia (que aún afloraba, como indicamos, en las declaraciones deJuan XXIII). Como indica el título del decreto, el objetivo es restaurar la unidad(unitatis redintegratiov. No se les invita a retornar a un «sistema» previo, sino a

2004, 167, pues reconoce la existencia de conferencias ecuménicas, incluso valora favorable-mente la hipótesis del envío de observadores católicos, si bien establece que los obispos noson competentes para ello,

71 Para situarlo en su contexto y en sus precedentes cf. J, Cruz Arranz, La InstrucciónEcclesia Catho/ica de /949, Pastoral Ecuménica 23 (2011) 11-22,

n Se refiere expresamente a laicos no preparados y a reuniones que traten temas relacionadascon la fe y la moral; más que prohibidas, requieren una autorización previa de la jerarquíaeclesiástica competente; quedan fuera de esta normativa las colaboraciones que correspondenal campo social o a la catequización de no cristianos.

7J Se perciben las referencias a la confesión de fe aprobada por la Asamblea de NuevaDelhi en 1961: invocar al Dios Trinidad y confesar a Jesús como Señor y Salvador (UR 1),

74 H, Roux, O.C. 93.75 AS 11/5, 606-607,

28 [134] Rev, Pastoral Ecuménica, 93

un enriquecimiento recíproco". Esta inflexión sin embargo no tenía fácil acogidaen los exponentes más cualificados de la minoría conciliar".

3.- La preocupación ecuménica no puede ser una actividad secundaria oañadida sino que acompaña la vida entera de la Iglesia y de cada cristiano,La renovación de la Iglesia, y por ello «los diferentes aspectos de la vida dela Iglesia, por los cuales se realiza ya esa renovación ... deben ser consideradoscomo prendas y augurios que presagian felizmente los futuros progresos delecumenismo» (UR 7). Los misioneros, por ejemplo, deben adoptar una actitudecuménica (UR 10) para afrontar la evangelización del mundo (como repetiráAG 6 Y 15). Especial hincapié se pone en la enseñanza de la teología (UR 10),que debe hacer penetrar en la conciencia de todos los cristianos la sensibilidadpara evitar las incomprensiones y la superar las divisiones.

4.- En la presentación de las causas y los procesos de las divisiones URadopta una actitud nueva, más objetiva, con reconocimiento incluso de los pro-pios errores y responsabilidades. La mirada no se fija sólo en los otros sino enella misma. Por eso no tiene reparo en decir: «pedimos perdón a Dios y a loshermanos separados» (UR 7); se reconoce la propia culpa (UR 14). Se invita ala Iglesia no sólo a la renovación sino a una «reforma permanente» (UR 67X). Seha desplegado la nueva sensibilidad, que llega al reconocimiento de la propiaculpa y a la petición de perdón. La Instrucción Ecclesia Catholica hablaba de«defectus catholicorum» y de «culpae Reformatorum '?». Lumen Gentium habíaevitado el término, a pesar de que empezaba a ser utilizado por Pablo V]X°.En eldebate conciliar algunos reprochaban una excesiva complacencia en el modo dehablar de los no católicos: 133 obispos solicitaron que se eliminara la referenciaa la culpa de los católicos, y otros 25 una formulación en términos más cautos,

76 Desde el punto de vista católico, a la luz de lo dicho, la Iglesia una es ya real enla cornmunio de iglesias locales, pero la unidad no crece exclusivamente a partir de lacomunicación, sino que está ya previamente dada: W. Kasper, o.e, 159,; dentro de la perichoresisentre ambos niveles la unidad de la Iglesia tiene primacía respecto a la diversidad de iglesiaslocales (ibid. 160).

J7 L,M, Carli publicó un año después de la promulgación de UR La Chiesa a Concilio,Milán 1964, donde seguía defendiendo el ccumenismo como regreso de las Iglesias separadasa la comunión de la «única Iglesia de Cristo», la Católica (pp, 178-195),

7X UR 6 remita al concilio V de Letrán, un concilio de reforma, expresión frecuente en losconcilios medievales, por lo que no se trata de una terminología propia del siglo XVI. Como«Reformkonzil» valoró K. Barth el Vaticano 11:Ad limina apostolorum, Zürich 1967,

79 AAS 42 (1950) 144,so En su discurso a la curia romana (21,12.1963), hablando de la decisión de modernizar las

estructuras jurídicas y de profundizar en la espiritualidad, ve a la misma curia «a la vanguardiade la continua reforma de la que la Iglesia tiene continua necesidad en cuanto es una instituciónhumana y terrestre».

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5,- Desarrollo fundamental de UR respecto a LO es la valoración del estatutoeclesiológico de los no católicos aplicando a ellos el criterio que LO aplicaba alos católicos. LG 14 reconoce una diferenciación en la situación de los católi-cos respecto a la Iglesia: están plenamente incorporados" a la sociedad que esla Iglesia aquellos que, teniendo el Espíritu de Cristo, aceptan íntegramente suconstitución y todos los medios de salvación establecidos en ella y están unidos,dentro de su estructura visible, a Cristo, que la rige por medio del Sumo Pontíficey de los obispos, mediante los lazos de la profesión de fe, de los sacramentos,del gobierno eclesiástico y de la comunión», Si se habla de una «incorporaciónplena» se está reconociendo una «pertenencia no plena», en función de los di-versos elementos que constituyen la realidad eclesial.

UR 3 recoge esta dialéctica para aplicarla a los no católicos: «Los que creenen Cristo y han recibido ritualmente el bautismo están en una cierta comunión,aunque no perfecta, con la Iglesia Católica» Hay obstáculos para la «plena co-munión'" eclesiástica», pero no obstante, «justificados por la fe en el bautismo, sehan incorporado a Cristo», y en consecuencia portan con todo derecho el nombrede «cristianos» y son reconocidos por los catól icos como «hermanos":». El pasorespecto a LO, como observa W, Kasper, radica en que el reconocimiento de esaeclesialidad no se funda eclesiológicamente sino cristológicamente'". La cuestiónno se cierra sin embargo al nivel existencial o subjetivo del creyente, en el ámbitode la gracia, sino que debe abrirse al nivel objetivo, sacramental e institucional.

6.- UR avanza con decisión" hacia el reconocimiento de la eclesiaiidad delas agrupaciones no catolicas" repercutiendo incluso en OEcx7• LG 15 había

<1 H. Fries, El significado ecuménico del Vaticano 11, Diálogo Ecuménico 25 (1990) 36." La referencia a «plena» va sedimentándose paulatinamente, pues no se encontraba en

el esqucma de 1963.Xl En el aula conciliar hubo voces que pedían cambiar o matizar la expresión «comunión no

perfecta» de los acatólicos: así el obispo de Bari mons. E. Nicodemo: dado que están fuera dela Iglesia está fuera de la comunión con la Iglesia; por ello está fuera de lugar hablar comuniónaunque se matice que no es perfecta: AS 11/5, 685.

84 W. Kasper, o.c. 89: no se da ciertamente la participación en la plenitud católica; por esola afirmación no se centra en que están incorporados en sentido amplio a la Iglesia Católicasino en que están incorporados a Cristo (y por ello a su Cuerpo, en un dinamismo que apuntaa la plena comunión).

xc H. Fries, art.cit. 37 habla incluso de «antagonismo» respecto a Mvstici Corporis, quesostenía que quienes viven separados en la fe o en la autoridad no pueden vivir en un mismoEspíritu o en el mismo Cuerpo Místico.

S" B, Lambert, La Constitución desde el punto de vista católico del ecumenismo. en G,Baraúna (ed.), La Iglesia del Vaticano 11, Juan Flors, Barcelona 1966,11, 1206 señala que esuno de los puntos en los que más claramente UR va «más lejos» que LG, pues devuelve todosu sentido a una doctrina renovada de la Iglesia.

N7 Inicialmente este texto no reconocía como iglesias propiamente dichas a las Iglesias

30 [136] Rcv. Pastoral Ecuménica, 93

mencionado la «unidad por muchas razones» con los cristianos no católicosgracias al «bautismo, por el que están unidos a Cristo»; sólo incidentalmente"se alude a las instituciones a las que pertenecen: «reciben en sus propias Iglesiaso Comunidades" eclesiales otros sacramentos»; el Espíritu actúa en ellos, perono se precisa si esas «Iglesias y Comunidades» son medio o instrumento de laacción del Espíritu. Algunos Padres pretendían limitar la cuestión a reconocerun aspecto positivo" , pero evitando hablar de una mediación salvífica de talescomunidades".

UR explicitará" que los «vínculos de unidad» con las personas son comunión(aunque no plena) entre las Iglesias; son varios los elementos que se requierenpara la plena pertenencia, pero aún sin llegar a ella punto «se pueden encontraralgunos, más aún, muchísimos y muy valiosos, fuera del recinto visible de la

orientales no católicas, por lo que el cardenal Künig se remite a IR para reclamarlo: N. Edelby,o.e. 84; la referencia sc repitió en otras ocasiones, ihid. '! 1-91.

xxAdemás de LG y UR, se mencionan en OS 40; OT 16; ACj 15.,,, En los anteproyectos se designaha a los grupos salidos de la Reforma como "hermanos

separados», «comunidades separadas», «comunidades de cristianos». La búsqueda de laterminología más adecuada había sido su intentada por Y. Congar, Note sur les mots 'Confession',Église', 'Communion', Ir 23 (1950) 3,:\(,; ahora en Cristianos en dialog«. Estela, Barcelona1967, 225-251. En el debate conciliar algunos, como Vcrhneven, consideraba insuficiente«comunidades» y solicitahan que se las considerase como iglesias en sentido amplio (AS 1115,827), un grupo de obispos franceses optaba por «comuniones» ya que «comunidades» no eraun término cspccificamcntc cristiano (AS 11/5, 920s); papel importante lo jugó Künig al sostenerque eran «comunidades cristianas y cclcsialcs» ya que por los elementos de santificación queposeían ejercían un papel de mediación (AS 11/5, 554). Pablo VI autorizó el envío del textocon la propuesta de Konig. Posteriormente la Relatio justificaba su uso a los ortodoxos porqueconservaban un episcopado válido y celebraban la eucaristía en plenitud, mientras no era eseel caso de los grupos surgidos de la Reforma, además de que algunos de los grupos no seaplicahan a sí mismos la designación de iglesias (entre los occidentales se podría aplicar alos veterocatólicos dado que mantenían el episcopado legítimo) (AS 111/2,335). el', la Re/afiosohre LG 15 en AS 111/1, IX9 Y 204,

')11 Se prctendía por ejemplo que la eficacia no proviene de las comunidades como tales sinode la situación subjetiva de sus miembros, por lo que la eficacia de los «elementos» dehe servinculada a la Iglesia Católica:AS 111/2, 851; X53-856; 864-X65; 867-868; 896; 897,

91 Ya desde la fase antcprcparatoria algunos obispos habían propuesto considerar lasagrupaciones cristianas en el contexto de los «vestigios de Iglesia»: ADA 11/2, 493, 499,

'" En el debate sobre LG algunos obispos habían sugerido la perspectiva señalando la par-quedad del texto presentado: «Comuniones christianac ab ecclcsia seiunctae in mundo existuntnon ut societatcs profanae sed ut instrumenta secundurn varios grados defectiva, quipus Dcushomines salvos facit et santificat» (t Mons. Baudoux: AS 11/2, 71); C. Butler proponía esta adi-ción: «Neque praterrnittendum est quod hi discepuli Dornini, tarnen inter se in cornmunitatibusvel cornmunionibus aut etiarn ecclesiis coniunguntur. Hae communitates vel ecclesiae non suntsocietates mere naturales, quia ex principiis evangelicis ideo supernaturalibus, quambis incorn-pletis, exstant. Itaquae socialis et visibilis naturae ecc1esiae aliquo modo extra se reflectitur inhis cornrnunionibus» (AS 11I1, 462).

Rev. Pastoral Ecuménica, 93 [137] 31

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Iglesia católica»; por ello las «acciones sagradas» que celebran «pueden sin dudaproducir realmente la vida de la gracia y deben ser consideradas aptas para abrirel acceso a la comunión de la salvación» (n. 3). Y de modo aún más nítido":«Las mismas Iglesias y comunidades separadas, aunque creemos que padecendeficiencias, de ninguna manera carecen de significación y peso en el misterio dela salvación. Porque el Espíritu de Cristo no rehúsa servirse de ellas como mediosde salvación» (aunque se matiza que su «virtud deriva de la misma plenitud degracia y verdad que fue confiada a la Iglesia católica'?») (UR 3).

La terminología de los «elementos» no resulta del todo suficiente, pero superala teoría de los «vestigia Ecclesiae» utilizada de modo restrictivo por Calvino'"y asumida en la misma línea por la apologética católica posterior. No obstanteel recurso a los elementos tiene un aspecto positivo" que es el que se desarrollóen el concilio: ninguno de los elementos vive aisladamente sino en conexión conotros, lo cual permite referirse a las Iglesias en cuanto tales".

Como son varios los elementos y no son poseídos por todas las Iglesias oComunidades en la misma medida", se habla de grados diversos de comunión.

'1) La idea se encontraba ya en los presupuestos de LG: algunos obispos habían intentadofrenar el reconocimiento del papel salvífico reduciéndolo a los sacramentos celebrados en la Iglesiay no a éstas en cuanto tales, y por ello proponían el siguiente modo: «En estas comunidadesse conservan medios de salvación que el Espíritu Santo no ha dejado de usar ... ». La ComisiónTeológica respondió: «Dondequiera que existan medios válidos de salvación, los cuales, comoacciones comunitarias, caracterizan a aquellas comunidades en cuanto tales, es cierto que clEspíritu Santo se sirve de dichas comunidades como medios de salvación» (AS 111/7,36).

Y4 Este término «católica» se introdujo a raíz de la intervención de Pablo VI que mcncio-narcrnos más adelante, para recoger las peticiones de la minoría,

"5 lnstitutio IV c.2 (que trata sobre la distinción entre la Iglcsia verdadera y la falsa) n.11-12: sólo vcía en la «Iglesia papista» huellas o residuos, recurriendo incluso al ejemplo deledificio en ruinas; no obstante no se trata de una exclusión tajante: «nous nc nions point que lesÉglises sur lesquelles il (el papa, el anticristo) domine par sa tyrannie, ne derneurent Égliscs»;sobre todo Dios «a voulu que le Baptesme y sois derneuré pour temoignage dicelle alliancc».

'l. E. Lamirande, La sigrnfication ecclesiologiquc des communautés dissidentes et la doctri-ne des vestigia Ecclesiae, Istina 10 (1964) 25-58 intentaba incluso valorar de modo dinámicolos «vestigia» con la intención de ofrecer datos para las discusiones conciliares, pues en los«elementos» indica que hay «quelque chose de l ' Église», por tanto no son mero agregado debautizados; deja en el aire hasta dónde debe llegar el reconocimiento como Iglesias,

'17 LG también suponía esta idea, como expresa la Relatio: «Las comunidades que tienen suorigen en la separación que tuvo lugar en Occidente, no son simplemente una suma o conjuntode individuos cristianos, sino que están constituídas de elementos sociales y eclesiásticos quehan conservado de nuestro patrimonio común, y que les confieren su carácter verdaderamenteeclesial. En estas comunidades está presente, aunque imperfectamente, la única Iglesia de Cristo,en una manera semejante a su presencia en las Iglesias particulares, y por medio de sus elementoseclesiales la Iglesia de Cristo está presente, en algún modo, operando en ellas» (AS IlI/2, 335),

vs La Comisión redactora se abstuvo conscientemente de indicar una enumeración de loselementos que se requieren para los diversos grados: AS 111/4, 14,

32 [138] Rev. Pastoral Ecuménica, 93

Esta diversidad de grado es lo que provoca la distinción entre «Iglesias» y «Co-munidades». Esta distinción no debe oscurecer lo que hay en común, como seve en un doble matiz del título «De Ecclesiis et de Communitatibus ecclesialibusa Sede Apostolica Romana seiunctis»: se opta por «seiunctae» porque suavizala idea de separación; «eclesiales» sustituye al previo «eclesiasticae», dado queeste adjetivo se solía aplicar a temas de carácter jurídico o disciplinar; y el tér-mino eclesiales permite entenderlas incluso, según la Relatio, «quasi tamquamin Ecclesiis particularibus'?».

7.- Esta comunión graduada da pie para incorporar a las Iglesias y Comu-nidades/Comuniones en la visión de la Iglesia como communio ecclesiarum; sibien con la distinción señalada. UR dedica la primera parte del capítulo tercero alas Iglesias Orientales y la segunda parte a las Iglesias y Comunidades eclesialesseparadas de Occidente.

Respecto a las primeras 101J se habla de «Iglesias particulares o locales» (en-tre las que merecen mención explícita las Iglesias patriarcales) sin que la faltade comunión con el sucesor de Pedro anule la capacidad sacramental recibidade los apóstoles y que permanece tras la separación I!JI; debido los «elementoseclesiales- que poseen, es posible establecer unas relaciones fraternas, como lasque caracterizan a Iglesias hermanas (UR 14102), terminología que ya se estabautilizando en las relaciones ecuménicas!" y que aquí alcanza mayor grado deoficialidad. Esta expresión puede ser objeto de diversas interpretaciones'P' y ha

'1'1 AS 111/2,334-335: aunque de manera imperfecta opera y actúa la Iglesia de Cristo «in hiscoetibus unica Christi Ecclesia, quasi tamquam in Ecclesiis particularibus, quamvis imperfecto,pracsens et mediantibus elernentis ccclesiasticis aliquo modo actuosa est».

100 D. Salachas, Las Iglesias orientales y ortodoxas en los decretos conciliares UnitatisRedintegratio y Orientalium Ecclesiarum, Diálogo l-cuménico 39 (2004) 507-536,

101 AS 111/7, 679-680,1112 El texto latino pide conservar «fraternas illas in fide i caritatisquc communione neces-

situdines, quae inter Ecclesias locales, ut inter sorores vigere debent»; la traducción castellanade la edición que seguimos debilita el sentido: «relaciones fraternas en comunión de fe yearidad que deben tener vigencia, como entre hermanos, entre las Iglesias locales»; estatraducción parece referir «entre hermanos» a los cristianos, cuando en realidad se refiere alas Iglesias.

10.1 Los textos se encuentran en Al encuentro de la unidad. Documentación de las relacio-nes entre la Santa Sede y el patriarcado de Constantinopla (1958-1972), BAC, Madrid 1973.El patriarca Atenágoras en una carta al cardenal Bea del 12.4.1962 (p. 16) había expresadosu deseo de un «acercamiento de las Iglesias hermanas»; y en un telegrama a Pablo VI del27,3,1964 (p. 49-50) comunica sus deseos de Pascua para «las Iglesias hermanas de Occiden-te»; el mismo Papa responde el 19,5, 1964 (p. 54) deseando a la «Iglesia hermana» la alegríade la resurrección»,

104 Tratando de referirlas sólo a las Iglesias en el momento previo a la separación o a las re-laciones entre Iglesias particulares orientales con lo cual su alcance ecuménico quedaría reducido,

R¡;:v. Pastoral Ecuménica. 93 [139] 33

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dado origen a un prolongado debate'?', pero en cualquier caso se trata de unade las formulaciones más vanguardistas del ecumenismo conciliar. Por la lógicamisma de la expresión se aconseja incluso alguna especie de communicatio insacris (UR 15106).

Respecto a las escisiones surgidas en Occidente se reconoce la enorme dife-rencia de situaciones, por lo no se puede aplicar a todas la misma designación.En función de los «elementos» que posean serán reconocidas como Iglesiaso como Comunidades; entre estas hay que contar de modo especial aquellasque «por defecto del sacramento del orden, no han conservado la sustanciagenuina e Íntegra del Misterio eucarístico» (UR 22). No obstante, dado que elbautismo produce la incorporación real a Cristo y que en la celebración de laCena conmemoran su muerte y resurrección y dado que «profesan que en lacomunión de Cristo se significa la vida», queda abierta (aunque sin respuesta)la cuestión: ¿no hay base suficiente para usar el término Iglesia en sentidoanalógico?, ¿se podría decir que la Iglesia de Cristo «subsiste» también enotras Iglesias cristianas':"?

Al margen de la respuesta que se dé a estas cuestiones, el sentido objetivode la communio ecclesiarum, al incluir también a las Iglesias no católicas, sig-nifica una realización más plena de su catolicidadr": cada una de esas Iglesiasaporta sus riquezas, y además se supera la «herida» que la división provoca enla Iglesia Católica, ya que esta, por su realidad sacramental, humano-divina, nopuede expresar en totalidad y de modo incólume la gracia del Dios Trinidad. Elecurnenismo debe ser visto desde la plenitud de la comunión más que desde unaidentidad que se afirma por exclusiones'?". En esta perspectiva UR 4 desarrolloLG110•

8.- UR permite una comprensión más adecuada y precisa de subsistit in, ladiscutida expresión de LG 8. Su significado se ha aclarado al ver su funciona-

105 S, del Cura Elena, art.cit. 114ss; P. Rodrigucz-Lk.Villar, Las «Iglesias y comunidadeseclesiales» separadas de la Sede Apostólica Romana. Diálogo Ecuménico 39 (2004) 537-623.

1111, Lo indicado en UR 8 se precisa en UR 15. En OEc 27 se amplía de modo más directoy explícito,

101 En esta línea FA, Sullivan. El significado y la importancia del Vaticano II de decir.a propósito de la Iglesia de Cristo, no «que ella es», sino que ella «subsiste en: la Iglesiacatólica romana, en R. Latourelle (cd.), Vaticano /1. Balance y perspectivas, Sígueme,Salamanca 1989, 612 ss.

10X G, Thils, art, cit. 227 presenta la ecumenicidad intrínsecamente emparentada con lacatolicidad; p. 235: la sanas reformas son valoradas como progreso en la catolicidad,

111') La «unidad en la diversidad» admite por tanto grados de diversidad, a fin de que puedaentrar en comunión la integridad de la tradición cristiana (AS 111/ 680-683),

1111 Cf. LG 3, 15, 19, H, Doring. Grundriss der Ekklesiologie. Zentrale Aspekte deskatholischen Selbstverstandnis und ihre okumenischen Relevanz; Darrnstadt 1986, 180,

34 [140] Rey. Pastoral Ecuménica, 93

miento y recepción en el campo ecuménico, pues la sustitución de est por sub-sistit in abre el espacio para valorar los elementos eclesiales fuera de la IglesiaCatólica; a la vez que ratifica la identidad de la Iglesia Católica 11 I, no cierra laposibilidad de hablar de «subsistencia» de la Iglesia de Cristo en las otras Iglesiasy comunidades eclesiales'".

UR ofrece una clave para precisar cómo exactamente la Iglesia de Cristosubsiste en la Iglesia Católica'!'; ofrece la mejor descripción de todos los tex-tos conciliares para calificar la unidad que Cristo dio a su Iglesia: siendo unacomunión de fe, esperanza y amor, cuya causa principal es el Espíritu Santo, laIglesia debe estar unida también en la profesión visible de la fe, en la celebraciónde los mismos sacramentos, en la concordia fraterna; para ello existe el tripleministerio de la Palabra, de los sacramentos y de gobierno. Esa unidad, segúnUR 4, subsiste de modo indefectible en la Iglesia Católica. Ninguna separaciónha significado la pérdida de tal unidad. La Iglesia Católica sigue existiendo contodos aquellos dones con los que Cristo la ha dotado,

Esto no significa que dichas propiedades se encuentren en ella en estadode perfección escatológica, y por lo mismo tampoco que haya conseguido laplenitud de su catolicidad, Y tampoco excluye que una comunidad no católicapueda realizar la res, es decir, la comunión con la Trinidad, si bien no conla plenitud de medios que se encuentran en la Iglesia Católica. La Iglesia deCristo por tanto «subsiste» también en otras Iglesias cristianas. En esta línea,analógica pero real, se debe entender la afirmación de UR 13: hay Iglesias enlas «que las tradiciones y estructuras católicas siguen subsistiendo (ex partesubsistere perguntt, perspectiva en la que ocupa un lugar especial la Comuniónanglicana».

9.- Es lógico que se subraye la necesidad del diálogo y para ello aporta uncriterio de gran transcendencia, la jerarquía de verdades 114: no sólo para unmejor conocimiento recíproco sino para una más adecuada valoración y paradespejar los obstáculos de cara a la unión visible 115; el criterio, introducido a

111 Todavía en la respuesta a los últimos modos insiste el Secretariado en que «ex tototexto ciare apparet identificatio Ecclesiae Christi curn Ecclesia catholica; ciare affirmatur solarnEcclcsiarn catholicam esse veram Ecclcsiarn Christi»: y en este punto apela a que, siendo eldecreto de carácter pastoral «potest et debet doctrina in Constitutione dogmatica . De Ecclesia'fuse exposita ct in decreto De Oecurnenismo non repetenda» (AS 111/7, 12-15; 336; 694),

1I2 P.Rodríguez-J,R,villar, art.cit. 603ss 605 lo excluyen porque los elementos no garantizanuna presencia equiparable a la subsistencia que se da en la Iglesia Católica,

11.1 F,A. Sullivan, art.cit. 610-612.114 Una de las claves metodológicas para el desarrollo del diálogo, que es considerada por

J. Bosch, junto con el reconocimiento de la eclesialidad, los dos puntos más destacables deUR: Cien fichas sobre Ecumenismo, Monte Carrnelo, Burgos 2004, 191,

115 U. Valeske, Hierarchia veritatum. Theologigeschichtliche Hintergrunde und mogliche

Rev. Pastoral Ecuménica, 93 [141] 35

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última hora en la redacción final!", será muy eficaz y ha sido muy valorado porlos no católicos: «Al comparar las doctrinas han de recordar (los teólogos) queexiste un orden o 'jerarquía' de las verdades de la doctrina católica, puesto quees diversa su conexión con el fundamento de la fe cristiana» (UR 11117). Estaafirmación encuentra ya un precedente en la distinción, usada por Juan XXIII,entre el depósito de la fe y su modo de expresión, si bien contaba con reflexionesteológicas previas!". En UR se perfila como criterio hermenéutico: no todas lasverdades tienen la misma conexión con el núcleo del misterio cristiano, y porello hay que evitar que los no católicos elaboren su figura del catolicismo a partirde aspectos secundarios aunque desde el punto de vista externo ocupen un granespacio. Este criterio no implica negar el carácter vinculante de verdades de fe nisomete su obligatoriedad al consenso teológico, pues la referencia irrenunciablees la revelación. No obstante ha servido para facilitar el camino de los diálogosecuménicos'!", que han conducido a los acuerdos más significativos, que el año1964 parecían impensables.

CONCLUSIÓN

Hemos comprobado que la dinámica interna del Vaticano 11 no sería com-prensible sin la instancia y la preocupación ecuménica. Este aliento se condensóen el documento más significativo del concilio, la constitución dogmática sobrela Iglesia, pero esta a su vez reclamaba lo que acabaría siendo Unitatis Redin-tegratio, que fue experimentando una continua profundización a la largo de suredacción 120. Los dos textos deben ser leídos en su mutua relación, pues su com-posición se realizó en un diálogo y en un estímulo permanente. Por eso el decretoUR encierra un potencial teológico que debe ser reconocido en su peculiaridad.

Konsequenzen eines Hinweises im Okumenismusdekret des 11. Vatikanischen Konzils zumzwischenklrclichen Gesprách, Munich 1968,

116 Gracias a la propuesta presentada por Konig el cinco de octubre de 1964, aceptada el11.11.1964.

117 La primera referencia, de gran eco y profundidad, en el aula conciliar procede delarzobispo de Gorizia A. Pangrazio el 25,11.1963 (AS 11/6, 32-35); ya en el verano de aquelaño S, Ferraz propuso distinguir diversas fases de cara a la unidad, constituyendo el primerpaso los «aspectos fundamentales» de la fe (AS 11/5, 891).

'" C.J, Dumont se preguntaba ya en 1952 Y a-t-il une hiérarchie de valeur entre les veitésde foi", incorporado en Les voies de l'unité chrétienne, París 1954, 157-161.

11<) El diálogo deberá realizarse «par cum pari» (UR 9, 11).120 En las sucesivas redacciones se fueron acentuando aspectos típicos de la sensibilidad

ecuménica: importancia del Espíritu y de la eucaristía, reconocimiento de la propia culpa, elvalor sa1vífico de las otras agrupaciones cristianas, dimensión misionera del ecumenismo ...

36 [142] Rev. Pastoral Ecuménica, 93

La mejor prueba de esta consistencia de UR es que estuvo en el centro de lamayor tormenta que se produjo en el proceso conciliar, en la «semana negra"!»,juntamente con otro de los puntos candentes de LG (la colegialidad, que daríaorigen a la Nota Explicativa). El aprendizaje era una tarea difícil, por lo quehasta el final hubo grupos que intentaron desactivar o matizar las cuestiones olas afirmaciones más novedosas!" (hasta el punto de poner en peligro su aproba-ción), A pesar de todas las dificultades se logró un texto en el que nadie hubierapensado tres años antes 123.

Eloy BUENO DE LA FUENTE

121 L.A.G, Tagle, La «semana negra» del concilio Vaticano 11,en G, Alberigo (ed.) o.e. IV,Sigueme, Salamanca 2007, 357-416.

122 Un estudio detallado del contenido y de las propuestas de Pablo VI, realizado sobrela base de los diarios de Willebrands, lo ofrece M. Velati, L 'ccumenismo (/1 concilio: PaoloVI e lapprovazione di Unitatis Redintegratio; Cristianísimo nella Storia 27 (2005) 427-476;prescindiendo de las inteneiones y motivaciones reales del Papa, hay que reconocer la gravedaddel hecho, dado que ya se había realizado la votación en el concilio; por eso los redactoresdel Secretariado procuraron que quedara claro de dónde procedía la iniciativa. A nosotros nosinteresa señalar los puntos controvertidos porque afectan a la lógica de UR: no hay que decirque la Iglesia católica reconoce a todos los eristianos como auténticos discípulos, sino que esose puede decir sólo de algunos; habría que decir que casi todos (no, por tanto, todos) aspirana la unidad visible; habría que precisar que los bienes salvíficos existen de hecho en otras co-munidades cristianas, pero que de derecho pertenecen a la Iglesia Católica; es equívoco decirque la plenitud de gracia ha sido concedida a la Iglesia sin más, se debería decir «a la IglesiaCatólica»; no se deben contraponer las conversiones individuales y la unión de las Iglesias; seconsidera excesivo atribuir el movimiento ecuménico al aliento del Espíritu; habría que evitarla impresión de que las comunidades de la Reforma surgen corno una escisión en el seno de laIglesia Católica pues fueron de heeho separación de la Iglesia Católica; se muestran reticenciasal reconocimiento de una eclesialidad en sentido propio fuera de la Iglesia Católica ... No nosdetenemos en detalles y en el destino de las enmiendas aceptadas porque va más allá del marcode nuestro trabajo y no afecta al núcleo de la exposición,

m y. Congar, Préface a L 'Oecuménisme. Les Églises Orientales, Centurion, París 1965,169,

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