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    Enriqueta FloresUNA NIA LLAMADA ERNESTINA

    EDITORIAL UNIVERSITARIA

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    ndice

    Mi c ompa era d e ba nco

    El barrio

    La hija del aventurero Juan Franc isc o

    La sep arac in

    La novela d e Ernestina

    El primer trimestre

    El regreso

    El fin de curso

    De nuevo juntos

    Ca mb ios imp ortantes

    De hiel y de m iel

    El c om ienzo del ad is

    La c arta

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    Para mi nieta BernardinVon Irmer Heller,

    historia de una nia queTal vez debi llamar

    Esperanz

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    MI COMPANERA DE BANCO

    Antes de q ue c ierta p ersona , que no p ued o nom brar, publique una nove len que yo aparezco como uno de los protagonistas, se me ocurri la idea dpasar en limp io uno s c hamusc ados APUNTES que empec a esc ribir c uandoobligado por las circunstancias, tuve que someterme a un trasplante muespec ia l. Como no se trata de un Diario d e Vida , no p ong o ninguna fec ha y a

    puedo saltarme un montn de semanas sin que nadie se d cuenta. Slo qutuve que ped irle a yuda a m i abuelita Merced es para q ue me c orrigiera las faltade ortogra fa ; como ella est en el sec reto y figura en mis APUNTES, no le quedotra alternativa que darse tiempo y armarse de paciencia para dejar lo escritms o menos claro y entendible, aunque me explic que ella no haba tenidvalor pa ra enmenda r c iertos pasajes en q ue la red ac c in no and ab a muy b ieque digamos. Yo le agradec la franqueza, porque voy a ser astrnomo y nescritor. As que ella se qued tranquila y yo muy contento de poder contac m o c ono c a Ernestina .

    Cuando uno no ha crecido lo suficiente, tiene que hacer todo lo que loma yores d ic en q ue se d eb e ha c er. Y lo p eo r es que no explic an, los grandes, larazones pa ra que uno no pong a los cod os sob re la mesa, se d eb a c omer toda lsopa y apagar la tele justo cuando viene el Jimn. Como yo tengo dohermanas harto mayores que van para solteronas, porque tienen como veintaos y nadie ha querido casarse con ellas todos me echan la culpa a mcuando aparece quebrado algn vidrio, se pierde del refrigerador alguna latde jugo o se d esc ompone la rad io d e la c oc ina como si la Rosa lba , la Toya o e

    ja rd inero no tuvieran m anos para tira r pied ras y ha c er tira las c osas; c la ro que, vec es, c asualmente hag o a lguna lesera , pero c on ta n ma la suerte q ue me p illaa l tiro; y lo p eo r es que no le p ued o e c har la culpa a Eyzaguirre que es el pe rrde la casa, con patente y collar porque las cosas que hace l tienen "suma rca y, aunque sea n barba ridades, mis herma nas se las c eleb ran siem pre q uno se haya comido sus zapatos o jugado con sus carteras. Fue as como sobrnadie de mi familia recay el delito de mi repitencia; todos incluso el ProfesoJefedecidieron que el nico responsable era yo, aunque todava no capt

    que, a l mismo tiem po, me tra ta ran de irresponsab le.Me llamaron la atencin como tres das seguidos no con palabras, sino con sumiradas de reprobac in, todos los de c asa ; y la ma m me d io unos c oscorroneb ien fuertes c uando , a l tra ta r de a minora r mi culpa , le p reg unt a l pap si acasl nunca haba repetido curso cuando estaba en la escuela; como se atorarcon el snguche que se estaba comiendo, no pudo contestarme; pero mmam me agarr de una oreja y me dijo que me quedara sin postre poinsolente. Felizmente nadie habl de dejarme sin ir a veranear a la casa de l

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    playa, porque supe por la Rosalba que ninguno quera quedarse en Santiago cuidarme. Pero el fantasma de mi repitencia se apareca a cada rato y lepena ba a mis padres ms que a nad ie. Entre e llos, se lamenta ban:

    Qu vamos a hacer con Ernesto? Los curitas son inflexibles: no admitealumnos repitentes...Yo me preguntaba que para qu me haban dejado repitiendo entonces,

    despus me iban a dejar sin matrcula; y lo peor era que en otros colegiotampoco me aceptaban segn se quejaba mi mam porque en eCertificado la nica nota decente era un solitario cuatro en Educacin Fsica, mram o p red ilec to.

    Para ser franco, yo no me preocupaba nada; al contrario: estaba felizpo rque me tendra que qued ar en c asa en p erpetuas vac ac iones. Pero a nad ile g usta ba la idea , pues la Rosa lba p id i a ume nto de sueldo si eso suced a y mhermanas d ijeron q ue e llas no p od ran soportarme. El asunto se a grav c uandoa fines de febrero, en la empresa notificaron a mi pap que deberrepresentarlos por un ao en Alemania y, como mi mam es casi la secretarip rivada de l, tend ra que a c om paarlo. Desde m i p ieza , los oa p reg untarse:

    Co n lo irresponsab le que e s este nio, hay que dejarlo c on a lguien que no slteng a pac ienc ia , sino que lo quiera y lo c ontrole mientras esta mo s ta n lejos...

    Y quin podr ser esa persona dispuesta a sacrificarse tanto tiempo? Ni coradar la enc ontra remos, ni pagndole todo e l oro de l mund o...

    Al verlos tan desalentados, lo coment con mi abuelita Mercedes; comella quiere muchsimo a su hijo, se qued pensativa. Claro que lo pens pocopues al otro da me comunicaron que yo me ira a vivir con ella a Maip. Ytodava tenia la secreta esperanza que en ninguna escuela quisieran admitirmepero una tal seora Fresia, amiga de la familia, se encarg de destruir milusiones. No fue el d a ms triste aqul en q ue mis papas se fueron en un inmensJumbo, sino aqul en que supe que me haban matriculado en un colegio qu

    quedaba, precisamente, cerquita de la casa de mi abuelita; y, como si fuerpo c o, no c ob raba n ni un peso. Durante mucho tiempo , esa amiga de la fam ilise c onvirti en m i peo r enemiga .

    Cuando lleg el segundo lunes de marzo, la Meiga que es la asesora dla casa me meti a la fuerza dentro del uniforme, me amarr como pudo lcorbata azul y me c olg de l homb ro mi nuevo bo lsn d e c uerina leg tima c odos cuadernos universitarios y un lpiz adentro. Con la ms convincente de susonrisas, mi abuelita me ob lig a a c ompaarla . Nunca ha b a imaginad o que u

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    colegio no tuviera enormes muros, escalinatas y portero con uniforme gris; larejas que rodeaban esta escuela se sostenan slo porque se apoyaban ebonitas y tupidas ligustrinas; el portn estaba abierto y cientos de alumnoentraban muy contentos, gritando y conversando; me di cuenta de que habmontones de nias, con ymper azul marino y blusas blancas, que parloteabacom o lorita s; hab a muc has seo ras jove nc itas con parvulitos que c hillaban ha rty unas "tas" de verde oscuro los reciban con besitos en las mejillas. Lo que m

    extra tambin fue ver que los nios no llegaban en auto con sus padres o eamarillos microbuses; todos venan a pie, como nosotros. Intrigado, le pregunt mi abuelita si dentro de esa escuela haba otra para mujeres y ella parespanto m o me c ontest q ue e l estab lec imiento e ra mixto; y que en la ta rdasistan los de Bsica, como yo, y en la maana los de cursos superiores. Ese fuun golpe muy duro. Cmo iba yo a poder acostumbrarme a tratar con niascuand o estaba prob ado que con mis p rop ias herma nas no nos entend amo s tamp oc o m e a vena c on m is p rima s y las tonta s amiga s de e llas? No a lc anc da rle ta les argumentos a mi ab uelita, po rque toc aron una c am pa na y una vomuy potente que sali por unos altoparlantes pidi que pasramos al palio formarnos; aunque me dio plancha, mi abuelita me tom de la mano, se fuderec ho a una o fic ina y a ll averigu que me toc aba en la sa la 18 y que d eb erubicarme con los chicos que estaban cerca de una escalinata de piedra. Posuerte el inspec tor que la a tend i le p id i ama b lemente que se retira ra , pero mabuelita me dijo que a las siete vendra a buscarme, aunque por la cara dpnico que puse debi calcular que ya no era un cabro chico y que sabreg resa r solo a la c asa.

    De mala gana, me form donde me corresponda. El que hablaba hizcallar; una nia con otro nio se pusieron cerca de la bandera para izarla; uprofesor alto y canoso empez a dirigir la Cancin Nacional; en cuanto soyeron los acordes, todos nos pusimos la mano derecha sobre el corazn y yemp ec a cantar c on toda la po tenc ia d e mi voz. Not c ierto mo vimiento entrlos compaeros, pero como los curas del otro colegio nos haban insistido qunada deba distraernos cuando cantbamos nuestro hermoso himno, no hiccaso. De pronto, sent que me daban un empujn y la chica que estaba a m

    izquierda me d ec a : Oye , no g rites ta nto que no som os sordos!No la tom en cuenta, aunque vi que una profesora se colocabd isimuladamente c erca de nosotros; c re or risitas entre las filas y c ierta inquietuque se calm con la presencia de la seorita. Despus habl el Director, recituna nia y el profe canoso dirigi el coro; despus supe que se trataba dehimno del lic eo . La voz nos p id i q ue sub iramos en orden a nuestras sa las, pe rnadie hizo caso y slo yo sub con calma, con ms ganas de irme que de otr

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    cosa. De nuevo, la misma nia que me haba hablado, se devolvi pardecirme:

    No seas pa jarn, si no sub es rp ido quedars sin asiento!Ni que fuera funcin de cine pens pero no me apresur. Al llegar a la sal18, me qued en la puerta; la profesora, que ya haba ingresado, al vermcohibido me p reg unt:

    Supongo que eres Ernesto, el alumno nuevo que viene de un colegio de LaCo nd es, ver dad? Pasa, pa sa...

    Me senta como la Mara Antonieta yendo al cadalso, segn lo haba visto euna pelcula; as que casi me arrastr hasta el escritorio de la maestra. Ella, comuc ha a ma b ilidad , me d io la b ienvenida y me p resent a l c urso.Lueg o, a l ver casi lod os los banc os oc upados, pregunt q uin d esea ba senta rsconmigo. Entonces, un nio de lentes con cara de mateo indic: Creoseorita Emilia, que como l se llama Ernesto debe sentarse al lado de lErnestina , pues son c asi toc ayos...

    Hubo risa genera l, m s a leg res cuando la a lud ida gritdesde a trs:

    Claro, que venga a senta rse c onmigo !

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    Era la misma c abrita que m e hab a hab lado en la fila y en la esc a linata . As queaunque hubiera desea do q ue nad ie q uisiera ser mi c ompa ero d e b anco , me fa senta r co n e lla c on una desgana visib le. Fue as c om o cono c a Ernestina . Msent en la dura silla y en vano busqu dnde guardar mi bolsn. Y ella, mucamp ante, me instruy:

    Tra lo a l suelo, d eb a jo de la mesa !

    Me pareci chiste; pero hablaba en serio. En el otro colegio, cada pupitredebajo de la tapa, tena lugar suficiente para guardar los libros y el bolsnadems cada uno tena un estante metlico con llave para dejar la loncheralos guardapolvos y el buzo. Como no tena intencin de pasar por quedadoindiqu y le pregunt a la seorita dnde estaba la oficina en la que sguardaban las cosas. Mejor no lo hubiera hecho, porqueaparte ddesconc ierto de la p rofesora hubo un c hivate o enorme y un p eluc n c olorn spermiti d ec ir a tod a voz:

    Miren, "el Cond e" quiere tener ofic ina y esta nte !La seo rita Emilia , con autoridad , lo hizo c a lla r y tod os se qued aron mudo

    Ella sigui d ndo nos instrucc iones hasta que a c ab la hora y toc la c amp anaAl salir, la Ernestina me dijo muy ruborosa que las "casitas" para los varoneestaban por all ; co mo quise d emostra rle q ue e ra un gran d ep ortista , ap rovec hpara pedirle que me indicara dnde quedaba el gimnasio. Y ella, algasombrada, me explic que el patio donde nos habamos formado serva partodo: de cancha de ftbol, de basquetbol, para teatro, para jugar y para loactos cvicos.Qued mud o. Tan ensimisma do estaba que c uand o esc uch va rios hola"Conde "! no hice mucho c aso, pe ro c uand o unos c hato s me rod ea ron y seg uacon la provocacin, me dieron los monos y le pegu un solo combo al flaccolorn, que qued lona en el suelo c on sus dos me tros de la rgo.

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    Hubo alboroto, vino un inspector y me llev a la Inspectora General. Con lprctica adquirida donde los curas, antes de que el seor me retara, le pedd isc ulpas; co mo era nuevo, me perdon . Cuand o regres a la sa la , not c iertactitud de respeto entre los nios y miradas de franca admiracin entre lachicas. Slo la Ernestina m e rec ib i c om o t ig resa :

    C mo se te oc urri p eg arle a l Ca p it n Rojo?

    No sabes que l me d efiende siem pre?No alcanc a decir ni po, cuando dndome un empujn me comunicprc tic am ente que no d esea ba tenerme po r c ompa ero d e banco . Entonce s lp rofesora la a mo nest c on ha rta seve ridad y firmeza:

    Ernestina, si no mejoras la c onduc ta este ao lo pasars muy mal!Esa lg ica de los ma estros no pued o entend erla ; cuando uno se porta b ie

    en el colegio es cuando lo pasa ms mal y si no me creen, pregntenle a mprimo Quico, aunq ue no c reo que d en c on l, pues vive en Lo Curro y p or all n

    lleg a el Metro. El reto de la p rofesora a p lac a la Ernestina y yo aprovec h p a robservar a mis nuevos compaeros, porque ya me haba hecho a la idea dque estaba condenado a permanecer en esa escuela tan especial. Contveintic inco mujeres y a veinte va rones.

    Antes de despacharnos para la casa, la seorita tuvo la mala ocurrencide nombrar a los que repetamos ao para aconsejarnos que deberamoestudiar muc ho; all me d i c uenta de q ue en todas pa rtes les hab an dado c om

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    ta rro a los desc end iente s de e xtranjeros, po rque a c el John Gonz lez y la YanePrez haban quedado, como yo, pegados de curso. Cuando bamos saliendde la sa la , la Ernestina me advirti que si yo vo lva a ma ltra ta r a l Cap itnRojo me fuera b uscando otra c ompa era d e b anco ; le iba a contestar que mimp ortab a un rba no, cua ndo vi c on horror que m i abuelita vena subiendo pola escalinata. La Ernestina, que not lo que pasaba, reaccion muy rpido: Esc nd ete en la b ib liote c a ! Ven, yo te lleva r!

    La Ernestina me arrastr hasta un recinto bastante agradable, aunque aprincipio cre que se trataba slo de la antesala y no de la biblioteca del liceoporque no tena ms de cuatro o cinco estanteras; en el otro colegio ese lugaocupaba un piso completo. Como entrramos de sopetn, no vimos a ucaballero que nos pidi muy gentilmente que saliramos, pues an no estabatend iend o. Entonc es mi comp aera le pidi muy, pero muy za lame ramente:

    Ay, don Jos! Djenos un rat ito , mire que a lErnesto lo viene a buscar su abuelita y si los compaeros se dan cuenta se lcom ern a ta llas!

    Gracias a ella y a! seor bibliotecario, nadie se percat de lo sucedidoDesde ese minuto me sent comprometido con ambos, especialmente con mcompaera de banco; as que decid que en el futuro inmediato el coloresta ra a sa lvo de m is mamporros. Com o soy un c aba llero, se lo hice saber:

    Mira, desde ahora yo te defender de todos los que te molesten, as que dilal Capitn Rojo que no se meta conmigo ni que me ande poniendsob renombres... Y esto slo lo ha go p or ti, porque m e ha s ayudado... Grac ias!

    Y Ernestina , muy c olorada sobre sus mejillas morena s, se tom la basta de sdelantal y le hizo un nudo; tal vez se puso nerviosa, pero yo me sent muorgulloso p or ello e intu que me a cep taba .

    Y as fue c omo c onoc a Ernestina. Tina pa ra los amigos.

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    EL BARRIO

    Mi casa es decir, la casa de mi abuelita donde estaba viviendoestencima de una colina; todo Maip es as: lomajes muy suaves, casimperceptibles, pero que son deliciosos cuando t le subes a una bicicleta y tdeslizas por alguna calle; slo que yo tuve que esperar que vinieran a visitarnomis primos de Lo Curro para que me dejaran pedalear un rato. Porque suced

    que mi abuelita dice que ella tiene triple responsabilidad conmigo: por mpapas y por lo q ue le toc a c omo fa milia r m s c erc ano. Y yo soy siempre e l qume embromo, pues sigo sin hac er lo q ue ms me apetec e o deseo . Pero a tod olos c hicos nos pasa lo mismo, as que hay que aguardar ser grand e para rea lizalo que nos gusta; aunque de repente me asalta la duda si ser as, pues mabuelita jams anda en bicicleta o sale a chutear a la calle: tampocencumbra volantines ni se pone en la esquina a comadrear; en cambio andafanada pasando la aspiradora, desmalezando el jardn y haciendo cola parcomprar el pan amasado, pues dice que la Meiga no sirve para esome nesteres. A lo me jor no e s ta n b ueno lleg a r a ser adulto.

    AI principio yo quera colgar de un rbol a la amiga que me consiguimatrcula en ese liceo, una tal seora Fresia no es la esposa de Caupolicnsino de don Fulgencio pero ahora ya no deseo hacerlo, pues me hacostumbrado.Primero, porque tengo de compaera de banco a la Ernestina y ella es muymuy c hora y nada de tem erosa; seg undo, porque los c hiquillos son ms senc illoque los del otro colegio y no andan inflndose por leseras: que tengo un videpara m solo, que a yer me reg a la ron un c omputador, que e l fin de semana fui esquia r, que g an en el bo uling...Ac son bien sencillos, aunque harto avispados; hay dos que tienen auto edecir, sus papas y slo unos pocos poseen bicicleta; pero se la prestan a loque no tienen. El profe de Educacin Fsica organiz el otro da una cicletada yo fui. Lo pas el disloq ue d e b ien (ay, olvid que m i mam od ia esa pa labrejapero como ella est lejos no se va a enterar!); conoc todo Maip y hastllegamos a un lugar cercano del ro y all comimos naranjas y snguches; eso

    que todos tuvimos que poner lo que llevbamos sobre un mantel plstico y slcuand o el profe toc un pito, pudimos orde nad amente sac ar la po rc in que nocorrespond a ; as fue mejor, pues c ada uno c om i lo mismo , aunque yo vi que eflaquito Gmez miraba c on o jos muy ab iertos una reba nad a que sob r; pe ro nla sac. Eso si que me p erca t q ue e l p rofe se la o frec i d isimulad amente .

    La casa dond e vivo es b ien b onita , pero es c asi igua lita a las de los vec inoes una villa construida hac e p oc o y q ueda desgrac iad am ente a una c uad r

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    del liceo; digo esto, porque mi abuelita alcanza a or la campana de salida sabe que no me puedo demorar ms de diez minutos en llegar; por eso no hpodido ir a dejar a la Ernestina, que vive como a una legua de distancia; mcuenta q ue hay hasta vac as en un po trero c erc ano a su casa y que e n la noc hpasan c uatreros rob ndose e l ganado; c la ro q ue e llos no poseen anima les, slun pe rro q ue se llama Ac orde n, ya q ue lo ha lla ron enrollad ito c uand o un m ic rlo atropello; yo le cont de Eyzaguirre, mi pastor alemn, que come fideos co

    vitaminas y ga lleta s espec ia les; pa rec e q ue el Ac orden es ms feliz que el mopues nadie lo lleva al veterinario a vacunarse ni anda con collar ni tiene qupasar amarrado c uando lleg an visita s.

    Aunque la distancia de la escuela a la casa es breve, siempre cambio dvereda para ir ambientndome; me vengo saltando en un pie: de ida con ederec ho y d e vuelta, con e l izquierdo; y si a lc anzo, me detengo en e l quiosco dla esquina a mirar las tapas de las revistas; un da v a unos nios comprandc igarrillos y se lo c ont a Ernestina; entonc es ella me d ijo q ue haba que d ec rsela la seo rita Emilia . Tuve la ma la o currenc ia d e ha c erlo en la ho ra de Consejde Curso y los cabros me abuchearon; felizmente la profesora se puso de mparte y ha b l c om o d os horas de lo nefa sto q ue es fuma r y les orde n a los niode la Brigada del Trnsito que vigilaran esa esquina. Yo, por ser nuevo, npertenezco a ninguna brigada; la Ernestina es "verde"; le gusta la ecologa siempre a nda a l agua ite d e los que b ota n papeles a l suelo, que p isan el pa sto quiebran las flores o las ramas de los rboles; usa un distintivo en el brazo y ssiente muy orgullosa de haber elegido esa actividad, pues eso le permitrec orrer el ba rrio y d enunc ia r a l p rofe q ue ha c e d e jefe d e la Brigada Verdea la gente que quema hojas en la calle o bota la basura; dicen que el prximtrimestre voy a poder participar tambin... Estoy indeciso en lo que voy a elegiporque tengo que combinar mis intereses y aptitudes y ambos no se ponen dacuerdo o bien es mi abuelita la que la embarra; me explico mejor: a m minteresa sa lir a pa tiperrea r por el barrio y poseo c ond ic ione s de c aminante, perno me d a pe rmiso mi ab uela; me enc anta ra esc alar el temp lo, pe ro me ma reouna vez vi c mo unos hombres se sujeta ban con c uerdas y se enca rama ban poel costado de esa tremenda mole de concreto y ninguno se desnuc. Ah, otr

    d a voy a c ontar lo q ue suc ed i c uando la seorita nos llev a l Tem p lo Votivo a l Museo que hay a ll!

    En la otra esquina de mi calle hay un almacn; se llama "La Gloria" venden d e tod o: desd e lec huga s hasta c uad ernos; no se a semeja en nada a lodel otro barrio donde yo viva que tenan mamparas de vidrio, estanteralacadas y grandes vitrinas-congeladores; en La Gloria" atiende el dueo, ugordo muy simptico forrado en un guardapolvo blanco, y a veces l

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    acompaa la Chepita, su seora, que amasa ese pan que tanto le gusta a mabuelita ; aqu la ge nte viene con una lib reta y all le a nota n lo q ue c ompra y canadie paga lo que se lleva; no usan tarjetas de crdito por estos lados; ni faltque les hac e...

    Como cinco cuadras ms all, hay una cancha de ftbol; todos lodomingos se repleta de jugadores de los distintos clubes, aunque nunca h

    venido e l eq uipo d el Colo Co lo, de la Ca tlic a o de la Unin Espaola ; a m nme dan permiso para ir; en cambio al Capitn Rojo, al John Gonzlez y aLautaro ancupil lo ms bien que les dan autorizacin para pasarse todo el den la cancha. La Ernestina, tal vez para consolarme, me dijo que yo no mperda nada, pues esos compaeros iban a trabajar; tenan que cuidar la ropde los que jugaban y de spus c onta r las c amisetas, ordenarlas, para llev rselas sus mamas que se ganaban unos pesos lavndolas; y todo eso era una taremuy desagradable, pues las camisetas, calcetas y pantalones quedabahechos una porquera, sudados y hediondos. Yo me acord que mi mam lpaga a la Toya para que veng a los lunes a lavar en la m quina nueva, esa c omil tec las y luc es, y que la Toya despus no ha c e na da; apena s sa le la ropa dla centrfuga, se pone a planchar con la radio puesta a todo lo que da; serbuen negocio que nosotros empezramos a lavarles todo a los del Club de Polque son menos cochinos. A mi abuelita le di la misma idea, pues ella podrganarse unos b illete s hac iend o lo que hac en las ot ras seo ras c on las camisetade los clubes; pero me dio una sola mirada y no segu aconsejndola. Y as squejan los grand es de q ue la p la ta no a lcanza !

    Tamb in ha y una b otica . No es muy g rande, pe ro b ien limp ia y todpintada de celeste; eso s que all hay que pagar con dinero y atiende efarmacutico y una seora de blanco; ah tambin trabaja en las maanas ucompaero mo, el Juanito Castro; hace el aseo, lava frascos, pesa boldo, tiloma nzanilla y los mete en b olsitas de p apel blancas; siem pre a nda muy oloroso menta, pues la patrona le regala pastillas. Me he dado cuenta de que en mcurso hay varios alumnos que trabajan; unos van a la feria y ayudan a llevabolsos en ca rretillas o desc argan los c amiones c on papas, me lone s o lo que sea

    entre las nias, slo tres trabajan cuidando guaguas o haciendo el aseo; lErnestina me confidenci estas cosas y me hizo jurar que no le contara a nadiestos secretos, aunque la seorita Emilia el otro lunes felicit a los compaeroque se ganan unos pesos en forma tan sacrificada y los nombr uno por unoClaro que yo ta mb in los ap laud a lgo a vergonzado, eso s; seg uro q ue si dec idconseguir una pega me van a decir que no... La Ernestina dice que a ella lgustara tener su propia platita, pero que con lo mucho que debe hacer en shog ar no le d a el tiempo. Yo lo nic o q ue hago es mi ca ma ; p rime ro me leva nt

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    y ec ho p ara a trs las cob ijas, abro la ventana y mientras me d ucho se va ea ire viciad o; eso me lo e nse la Tina que es muy entend ida en c onta minac inlo nic o ma lo es que la Meiga a leg a de lo lindo y desarma entero mi lec ho; dicque no s hacerlo bien... Pero, si no practico cundo aprender? Mi abuelitconsider la situac in y fue muy justa c uand o o rden a la Me iga que d ejara esactividad al que all dorma; reconozco que a m no me quedan las sbanaestiradas y las frazadas se me salen de los pies, pero me tengo que queda

    callado.

    Igua l que e n mi c asa del ba rrio a lto , aq u vienen a dejar el diario slo e l fde sem ana; el diariero es un c ojito que usa por Zapa to a lgo as com o un lustrn yen el otro pie, un calzado comn y corriente; le dicen "el Zancadilla", puecuand o a lguno lo mo lesta , cruza su pa ta ma la y lo hac e c aer; as que p refieredejarlo tranquilo; otro q ue viene a me nudo es don Ped ro, el ca rtero; como a qno hay buzn en la reja, toca una tromp etilla cuand o enfila la cuadra y as lod ose alertan y salen al tiro si trae cartas. Yo lo espero con ansias, pues cadsema na me lleg an notic ias del pa p o d e la mam .La p rimera ve z que se me oc urri lleva r un sob re a l c oleg io, los com paeros mrodearon muy curiosos; ninguno de ellos haba recibido nunca carta deextranjero y all se enteraron de que mis papas estaban en Alemania. Fuento nc es que la Ernestina , muy suelta de cuerpo , dijo:

    Yo lo sab a desde el princ ipio... Y el Ernesto me rega la las esta mpillas...Eso, para empezar, no era muy exacto; yo jams le haba dado algunestampilla, pues mi primo de Lo Curro es filatlico y se las guardo. Pero, para ndejar ma l a la Tina , de sde ese d a le doy las que sa len rep etidas y ella las pegen su cuaderno d e Histo ria .Con mi primo le voy a conseguir otros sellos y as la Tina podr jactarse dverdad.

    Lo que ms me gusta de este lugar son las calles empinadas desde lacuales siempre se divisa la enorme estructura del Templo Votivo. El seor curaese a migo d e mi abuelita q ue a vec es viene a verla d esde Vitac ura , d ice q ue e

    un privileg io vivir tan c erc a de un monumento que viene a ser pa ra Ma ip lo q ues San Pedro para Roma. Por eso yo afirmo que ningn barrio de Chile puedtener un ed ific io m s imp ortante q ue e l nuestro y con e so lo he d ic ho todo.

    Pero hay otras cosas que destacar en este barrio; est construido sobre lque fue el inmenso campo de batalla donde se gest la Independencia dChile; en alguna de estas colinas, se abrazaron O'Higgins y San Martn; ademshasta las c a lles m s a lejad as lleva n nom bres de h roe s que rea lmente lucharo

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    por la libertad en estos mismos lugares; o sea, que nosotros vivimos de la mancon la historia y eso no lo posee ningn otro sector. Estos hechos han logradque no me acuerde de mi otro barrio, aunque los cabros cuando me dice"Conde " me lo recuerdan; parec e q ue eso d e q ue ha ya vivido en Las Condes lehac e m ucha grac ia . Quizs influya ta mb in m i apellido gringo y mi pinta , porqucomo no soy mujer no puedo teirme el pelo negro ni andar con gafas oscurapara ocultar mis ojos celestes. Para que me dejaran de molestar con e

    sobrenombre y mi apariencia no fuera tan pirula, me hice unos agujeros en larod illeras de los pantalones y en los c od os de la c haq ueta ; mi abuelita Merced eno fue c ap i de a rreg la rlos y tuvo que manda rlos a parc har y zurc ir adond e uno

    japoneses. As s, por lo menos, que cuando me gritan "Conde" no es por mfac ha, sino p or mi antiguo b a rrio.

    Ah! Por primera vez en mi vida tuve ocasin de desfilar; fue para el Cincde Abril y nunca me haba sentido ms importante que cuando march en lp lanic ie d el Tem plo, frente a las autoridades. No me import que no a lc anzara salir en la tele, pero los nios contaron que en el diario local era seguro qusa ld ran nuestras fotos, po rque ramos los que mejor habamos desfilado.

    A la Tina le c onfi un sec reto : Oye le d ije, fja te q ue no ec ho d e menoni el otro colegio ni mi antigua calle; aqu me siento muy contento, pero nquiero que nadie lo sepa; si mi primo de Lo Curro llega a saberlo, se sentirconmigo, pues l est en Cua rto Me d io y siemp re m e a nda d ic iendo que debser fiel a mis races; as que ponte candado en la boca. Y la Ernestina masegur que callara para siempre, con tal de que yo le guardara otrconfidenc ia . Y yo p or supuesto que le jur silenc io ete rno. Lo malo es que ahorno p ued o c onta rla aqu, pues deb o m orir pollo; y es una p ena , porque e l sec retes harto b ueno.

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    LA HIJA DEL AVENTURERO JUAN FRANCISCO

    Para tod os los com paeros de m i c urso yo era siempre m otivo de p reocupa c inme hallaban disanto, pese a que me trataba de poner plomo de polvo parocultar mis pecas y aplacar el tinte rucio de mi cabello; no me sirvieron dmucho los parches ni zurcidos chinos; tampoco logr nada cuando de un sol

    puntapi dej abiertas las fauces de uno de mis zapatos o cuando me agarruna pulga que me enronch hasta las orejas. Todos los esfuerzos que hice pardisimular mi procedencia, fueron vanos. Hasta mi apellido gringo no mayudaba nadita. Sin embargo sucedi algo que me hizo sentir mejor. Dadespus de la c eleb rac in de la Ba ta lla d e Ma ip, lleg la nueva p rofesora dIngls, una Miss Martha no s cuanto. Hasta ah no ms llegu yo, pues no lentend nada de lo que habl; vea cmo hasta la Ernestina indicaba frenticpara contesta r, ella que se ha c a la lesa en to das las c lases; y para qu d ec ir dMister Mag , el ma teo de a nteojos, que c asi se a delantaba a las p reg untas de lMiss. Y cuando la seorita repar en m, sucedi lo mejor que poda habermpa sado : no supe nad a. Me interrog y q ued suma mente extraa da de q ue nme hubieran d ado ingls desde p rime ro b sico, pe ro tuvo que c reerme . Lo q uno cont fue que hab a e studiado a lemn.Ni a la Tina se lo confes.

    As que me pusieron a Mister Mag de monitor; con todo lo fachendosque es por natura leza , esta situac in lo hizo aparec er co mo seg uro candida to aPrem io Nobel.Reconozco que el chato no era tonto y que posea innatas condiciones dmaestro, pero andaba como detective, sin perder mi rastro ni un minuto; hasten "las casitas" me hablaba en ingls, explicndome el significado de las siglaW.C.: Water closed... Y me empec a aburrir. As que me puse de acuerdo cola Ernestina para ha lla r un luga r a c ub ierto d el tenaz mateo del curso. Como unsemana ta rd la Tina en d a r con e l esc ond ite idea l: ba jo los p ilotes de maderque sostienen la parte posterior de las tres salas de clases de los prvulosd isimulados por ma tojos de yerbabuena y enredaderas sa lva jes.

    As que en cuanto sonaba la campana para recreo, nos bamos a lobaos primero; a toda carrera, y perdidos entre mil alumnos, atravesbamos epatio y rpidamente nos metamos debajo de las salas; como ese sector estabdestinad o a los peq ues, ni uno solo d e ellos nos ac us.

    Tina no p udo ha ber ha llado lugar me jor: cua ndo e l d a estaba nuboso fro, sentamos un suave calorcillo sentados sobre las mullidas hojas secas; s

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    picaba el sol, el toldo natural de madera y las plantas silvestres nos daban lsensacin de tener aire acondicionado. Por supuesto que cuando lo comenttuve q ue exp lica rle a Tina c m o func iona el sistem a; pero ella me rep lic q uconsideraba ms econmico el brasero, siempre y cuando se tuviera lprecaucin de no dejarlo durante la noche. Entonces, cmo lo hacen parcalentarse los pies en la cama? Me explic que en su casa tenan unas botellade greda vidriada, repletas de piedrecillas minsculas, y que las calentaban e

    el mismo brasero; envueltas en lanas chombas viejas, por ejemplocalde ab an tod a la c am a, hasta e l otro d a.

    Durante el primer recreo, de miserables quince minutos, nos comamos lcolacin que yo traa; porque la Ernestina me inform que cuidaba mucho llnea, as que por eso jams andaba con comistrajos. As que, la primersema na, yo d evor solo lo q ue me ec hab an en la lonc hera; pe ro c omo no msenta bien comiendo mientras ella miraba, la presion tanto para que mayuda ra q ue no tuvo ms remed io q ue ac ep tar el yogur, una fruta y las ga lletaco n crema.

    Mira, Ernesto: si este mes subo aunque sea un gramo, no me podrconvenc er de que te ac omp ae a c omer tanta golosina...

    No le hice caso, pues as se tragara un cerdo diario asado en mantequillera imp osib le que e ngorda ra su delga dsima estruc tura c orpo ra l: es ms, yo c reque eso de hacer dieta le sentaba mal. Pero as son de pretenciosas las mujeresprefieren matarse de hambre antes que echar unas poquitas y sentadoracarnes; yo lo s porque mis hermanas se llevaban echndole sacarina al tpelado, comiendo lechuguitas con bisteques a la plancha y una naranjcuando se les ocurra que tenan un atisbo de rollos en la cintura. A vecescuando saba que la Rosalba haba hecho torta o kuchen, yo les deca muconvincentemente que me pareca que estaban ms gorditas; eso no fallabaas pod a com erme la rac in d e a mbas La Ernestina a vec es tra a a lguna c osapasas, alguna sop a ip illa "frita por ella misma" y me ob ligaba a no desp rec i rselaPero eso suc ed a muy a lo lejos. Como era de los ec olog ista s, insta l en el refug iun canasto p a ra los desperd ic ios y se p reocupa ba de va c ia rlo d isimulad ament

    en el tarro aceitero que tenan en el patio; adems, se provey de dos cajavacas de fideos para guardar all servilletas, dos vasos, un par de cucharas quyo ped prestadas y un mantel plstico, muy colorido. Pensando en que algda podra llover, almacen diarios en la otra caja y otro mantel usado desc olorido, p ero d e buen hule, sera nuestro improvisado paraguas. Y la verdaque estuvo ac ertad a la Tina , pues una ta rde en que te namos Educac in Fsicala nica asignatura que me interesaba, se larg a llover con truenos relmpagos; as que el inspector nos envi a la biblioteca, porque el patio

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    gimnasio estaba hecho un gran charco; como no se preocupara de efec tivame nte a lgunos estaba ' dios ah, Tina y yo, d isimuladamente , notrasladamos a nuestro refugio. Hasta all nos llegaba el ruido montono de llluvia matizado con los gritos de los pequeos que parecan gozar mucho con etemporal; las carreras de algunos nos daban la sensacin de que caminabasob re nuestras c abezas mil c iem pis; las voc es de las "tas" se perdan tota lmententre ta ntsimo ba rullo.

    Protegidos del viento, del agua y con los truenos perdindose en la lejana, nodimos cuenta de que ramos dos extraos personajes de algn cuento questa ba por esc rib irse.

    Porque t debes saber, Ernesto me confidenci Ernestina, que yo soescritora; todava no se lo he contado a nadie, pero llevo escritas como ciepg inas de una novela muy, pero m uy hermo sa y entretenida ; me jor que sa dRob inson Crusoe y Viernes...

    Y por qu es mejor? me a trev a p reg unta rle, a lgo tem eroso. Es mejor, tonto , porque es una histo ria verdadera... Pero la p rofesora d ic e que Rob inson vivi todo lo que le pas... Eso dice ella, pero la seorita Emilia no conoci a Robinson y no puede estatan segura de que sea cieno todito lo que cuenta... En cambio yo s que estoseg ura de to do...

    Puede saberse por q u a firmas eso? Claro! Yo slo c uento las aventuras de m i pap... De tu pa p? Por supuesto. Por eso mi novela es muchsimo ms importante que cualquierotra que tenga n en la bibliotec a de la esc uela . Y c uand o sea grande , la voy publicar.

    Qued c on la b oc a tan ab ierta , que Tina empez a interesa rse p or esacampanitas que tenemos por all donde se pierde el paladar. Cuando vi tacerca de los mos sus ojos neg ros, rea cc ion y le p ed que me c onta ra c m o ereso d e tener un pa p aventurero.

    Mira, Ernesto: antes tienes que jurarme que no se lo contars a nadie; siquiera a tu Diario de Vida. Porque es un gran secreto; ms grande que el qute c ont e l otro d a.

    Mucho me gustaba mi amiga, pero eso de que fuera tan aficionada meterme cosas de las que nunca podra decir nada a nadie, me pareca mu

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    contraproducente para mi digestin, pues terminara por atragantarme. As qule c ontest q ue si ella desc onfiaba de m, no me c onta ra na da .Para reforzar mi punto de vista, le aad que no poda caer en el pecado d

    jurar en vano; el seor cura se que a veces vena a ver a mi abuelita desdVitacura casi excomulg a mis hermanas por tener la mana de llevarsd ic iendo: Ay, Nene, te juro que Peric o Peralta tiene los ojos ms verdes que hvisto! Mira , linda , te p rom eto que te ves reg ia con e sa c hom ba lac re Te jur

    que no comer ms pan... Jrame que no saldrs con la Pochy, esa pesadaJuro, juro por todos los apstoles y mrtires que lo que te estoy contando no slo he dicho a nadie ms! Y yo te rejuro que primero muerta que abrir la bocaPor llevarse jurando por qutame all estas pajas, mis dos hermanas le cont la Tina haban estado a punto d e c ond ena rse. Y yo no estaba d ispuesto a irmal infierno. Se qued pensativa la Ernestina y cuando estaba yo dispuesto rec onsiderar, ella ha b l c a lma dame nte:

    Oye, Tito; yo no q uiero que te excom ulgue ese c urita amigo de tu a buelita , aque no te voy a pedir que jures por ahora, pero me vas a tener que prometeuna c osaLa verdad es que nunca podr entender qu diferencia hay para las mujereentre jura r y p rom ete r; pe ro la Ernestina parec e que lo saba muy b ien, pues moblig a aceptarle que deba guardar silencio hasta el 29 de febrero; slevantaba la mano derecha y asenta con la cabeza, estaba comprometido guardar silenc io hasta esa fec ha; sa lo as ella pod ra c onfiarme su g ran sec retoNo m e q ued otra alternativa que ac c ed er, pues el 29 d e feb rero no estab a taa lejad o y a unque los poc os meses que q ued aban se me ha ran aos, pudo mm curiosidad. No hic e ms que a lzar la ma no y b a ja r la c abeza , pa ra que la Tinse acomodara sobre el montn de diarios, pusiera los codos sobre sus rodillas sujetara su rostro entre las manos y se largara a hablar muy, muy despacito.Para poder or lo que me deca, me ech de bruces sobre otro montn d"Me rc urios" y me ap rest a c onocer la historia...

    Para que t sep as, mi pap se llama Juan Franc isc o y es grande, muc ho m alto que el seor Prez; cuando estuvo en China aprendi kara-te y habl

    muc hos id iomas; si t le preg unta s cmo se d ic e "buenos d as" o "buena s noc heen francs, ruso o italiano te lo dice al tiro; tambin sabe argentino o argelinojapons y rab e. Oye ! no pude resistir la tenta c in de interrumpirlaTu pa p sabe a lemn?

    Claro, pues, tonto! Cua lquiera q ue ha ya vivido en el sur hab la a lem n... perno te lleves interrumpind om e c on leseras, pues no voy a terminar ni para el d de San Blando... le d ec a que mi pap es poli... poli...

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    Slo p or ayuda rla , le espet :

    Es polica!... Poltico?... Poli... Polgamo! Te d ije q ue no me interrump ieras, as que no te c onta r na da ms...Y se qued amurrada. Los cabritos del Parvulario estaban cantando sobrnuestras cabezas y la lluvia haca gorgoritos afuera. Como tena muchexperiencia con mujeres, pues mis hermanas y mis primas a menudo hacan l

    mismo, me puse a silbar. Me mir la Ernestina como si quisiera traspasarme d ndome un solo sac udn, me rec ord;

    Qu se te olvid que aqu abajo no debemos meter bulla? 0 quieres qunos pillen?Me tuve q ue trag ar la ltima nota , pues la Tina sigui ha b lando muy d espac itocasi murmurando:

    Te deca que mi pap es po-l-glo-ta... Esa palabra quiere decir que es unpersona que puede conversar en muchos idiomas. Habla mejor el ingls que lMiss Ma rtha y que e l p rnc ipe Carlos de Ingla terra y cono c e m uchsima s pa labraen mapuche, en chilote y pa sc uense; pero a l no le gusta hac er a la rde d e esacosas, as que nad ie lo sabe: slo t. Cua ndo lleg ue d e su via je no se te vaya oc urrir p reg untarle na da...

    Y dnde anda tu pap? Ay!, perdona que te corte el hilo, pero necesitsaberlo...

    Est bien! Y as dicen que las mujeres noms somos curiosas. Mi pap debestar en Austria o en Australia, unos pases que estn sumamente lejos de Chileanda dedicado a guiar elefantes grises, de enormes orejas y colmillos blancosde puro marfil; echa sobre sus enormes lomos unas sedas muy finas y cojines y lecuelga una escalerita tejida por los indios; por ella suben tos turistas y mi paptira de una cuerda a los "Dumbos" y lleva de paseo a la gente; a l le pagamucha plata, en dlares-Pero como es muy bueno, se la da a los indiecitopob res. Y por qu no te m anda a ti los dlares me jor?

    C lla te! No sea s ignorante ... No sabes que e st p rohibido ma ndar p la ta po

    correo? Pero ahora creo que ya no debe estar en Austria o Australia; l no durmuc ho e n el mismo p as, porque le gusta la aventura...Tiene unos zapatones muy gruesos, usa bluyines y un casco igualito a los quusan los astrona uta s o los c orredores de Frmula Uno...

    Oye , no te ests tirando! Los c asc os na ' que ver... Y vas a saber t ms que yo? Y para que la cortes,mi pap tiene hartocasc os y aho ra los deb e esta r usando en a lgn ba rc o, de esos que na vegan po

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    el Amazonas, ese ro que dijo la seorita Emilia que es mucho, pero mucho mgrande que el Mapoc ho.

    Iba yo a c onte sta rle q ue tena c asi la seg uridad de q ue los elefantes vivaen la India o en frica y que los astronauta s posean unos c omp lic ad simos gorrocon visera, audfonos y conductos para el oxgeno, cuando escuchamos lcampana. Eso significaba que tendramos clases de Matemtica o Castellano

    para el caso de todas maneras estaba fregado, porque no haba hechninguna ta rea . Y no p or flojera , sino p orque ha ba tenido que ve r en la tele a ugringo que d a c ursos de jard inera y, c omo m i abuelita anda ba de c ompras, ylo vi por ella y hasta le tom a puntes.

    Cuando llegamos a la sala, ya todos los chiquillos estaban sentados; lseorita Emilia estaba pasando lista y, al vernos, nos dijo que mostrramos latareas... de Ciencias Naturales! Yo no S de dnde pudo sacar la Ernestina ucuaderno imp eq ue, con un g r fic o d e d os c olores, ind icando las c a loras de 10gramos de queso, 100 gramos de pescado crudo y 100 gramos de jugo dnaranja...Cuando lo vi, record que la semana anterior haba hecho esa tarea, pues mhaba comido el quesillo y bebido el jugo. La seorita Emilia me pidi la LibretdeComunicaciones y le escribi a mi apoderada es decir, a mi abuelaqudeb a vig ila rme m s, pues era irresponsab le y me ha b a sac ado un d os.

    Esa ta rde, c uand o sa limos de la escuela , la Tina me d ijo m uy seria :

    Oye, Tito : si segus ta n p orro, no va mos a ir ms a laCaverna del Oso Salvaje y yo no te voy a seguir contando las aventuras de mpap ni te vo y a em presta r mi nove la Tenis que jurarme que va s a estud iaha rto ... Ya , pues, jralo!No me q ued otra c osa que levantar la ma no d erec ha y asentir c on la c ab ezaMe fui saltando en el pie izquierdo, hasta que me tropec con un adoqun, mfui de bruces contra el suelo y qued sangrando. Pero como soy muy valiente

    no me quej y aguant el dolor. Unos compaeros que presenciaron eac c idente, me lleva ron hasta m i casa.La Me iga peg un solo g rito y m i abuelita sa li sop lada a busc ar a lc oho l, gasasvendas. Los pantalones quedaron sucios y mis rodillas pareca que haban sidraspadas con una lija de a c ero. Lo nic o b ueno fue q ue me o lvid d e entreg a ra mi apoderada la comunicacin. Y lo nico malo que me mandaron a lcama, pues estaba embarrado, empapado y me vinieron tres estornudoseguidos.

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    Esa noche tuve temperatura y la Meiga, refunfuando, se levant do

    veces a darme una horrenda tisana con limn y una aspirina. Mi abuelita, muasustada, no me dej levantarme y llam al doctor. Segua lloviendo a chuzos tuve que quedarme en cama. Hacia las siete de la tarde, todo estaba oscuro la lluvia c a a lenta mente ; toc a ron e l timbre y a pa rec i e n mi pieza la Ernestina .

    Te tra igo las ta rea s que d io hoy la seorita ... Tambin e sta ba preoc upadapues los chiquillos contaron que te diste un soberano porrazo... Te puedayuda r en algo?

    Mi abuelita le trajo a la Tina una ta za de leche muy ca liente con un q ueq uy ella se lo com i m uy lenta me nte; cua ndo ya se d esped a , le tuve q ue a dvertque le haban quedado unos bigotes blancos muy sentadores... Nos remos qued de volver al otro d a.

    Yo amanec muchsimo mejor, pero como an el tiempo estaba muhmedo tuve que seguir en cama. En la tarde volvi Ernestina. Estaba algcohibida y no acept ni siquiera un cafecito. Cuando se iba, al fin y al cabo yera de noc he y ella viva en el ca mp o, me p as un c uad erno.

    Esc nd elo! Le lo solito, que no te ve a nad ie! Chao!

    Como poseo el espritu investigador del cientfico, o sea la curiosidapositiva, abr al tiro el misterioso cuaderno. Claro que cuidando que nadie spercatara. Eran unas cincuenta pginas, escritas con letra muy pequea, parejy ordenada; en la primera hoja, un hermoso dibujo de una selva y la silueta dun hombre con casco y rifle o algo parecido. Con maysculas, estaba escritoNOVELA: "HISTORIAS MARAVILLOSAS", escrita por "La hija del aventurero JuaFrancisco".

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    LA SEPARACIN

    Empez para m una etapa absolutamente diferente; perd de un golpe todomis hb itos y el gusto por muc has cosas.Slo conserv el deseo, siempre insatisfecho, de comer panqueques calienterellenos con crema pastelera. Y todo se debi a la estupenda y entretenidnovela de Ernestina; desde la primera lnea me atrajo tanto, que ya no m

    interesaron las aventuras de Jimn o la de los Gatos del Espacio. Mi abuelitasiempre tan observadora, me pregunt la causa de que ya no anduvierpidiendo permiso para encender el televisor o para comprar revistas de monoscomo mi mam me haba requete encargado que nunca deba mentir, tuvque explicarle que estaba muy entretenido leyendo unas maravillosas historiaspor suerte no me p id i q ue le pa sa ra el lib ro p ara revisarlo; pa rec a que c onfiaben m. Eso s que me recomend q ue, po r ningn motivo, deb a dejar de hac emis ta rea s y estud ia r. Como no me lo hizo p rometer, le c ontest que s.

    Pero esta ba ta n metido en las inc reb les hazaas del pap de la Ernestinaque consider una prdida de tiempo repasar malcras archisabidas: ms quma l, estaba rep itiend o c urso y sa lvo el Ing ls me saba tod o d e m em oria ; ecuanto a las tareas, el Flaquito Gmez tena muy retruena voluntad y me laprestaba para c op ia rlas, slo q ue no siem pre las hac ia b ien. Durante la mayorde los rec reo s, seg uimos yend o c on la Tina a la Ca verna del Oso Sa lva je, a lGruta Encantada o a la Guarida del Extraterrestre, nombres que le daba ella nuestro refugio secreto debajo de las salas de los prvulos. All, medimasticando un snguche o una sopaipilla, la Ernestina me iba contestanda lguna s preg untas y ac la rndo me las duda s que m e surg an d e la lec tura de snovela. Fue as como me enter que don Juan Francisco de nio haba sido bosc aut y ha ba partic ipado en el yam bor m s grande de lod os los sig los; po r esrazn tena tanta experiencia en armar puentes con cordeles hechos de lianasencender fuego slo con frotar ramitas y aturdir mosquitos con el humo de uenorme c igarro c onfec c iona do c on yerbas que slo l c onoc a ; la Tina mac la r q ue su pap hab a sido m arinero y q ue p or eso le era ta n fc il via ja r dun lado a otro, pues haba hec ho a mistades hasta en la Tierra del Fueg o y en e

    Polo Norte; si no tena para pagar pasaje, iba a donde el jefe del puerto, lpeda trabajo y al tirito se lo peleaban los capitanes de barcos: entonces, elega el que ms le convena segn fuera para Venecia o Pars. Como yo nestaba tan seguro de qu clase de navos navegaban por el Sena, se lpregunt a mi pap en una carta, pero todava no me Hiniesta. Pero la partque ms me entusiasm fue la del encuentro de don Juan Pancho con uplatillo volador y de la amistad que hizo con unos pigmeos transparentes, dojitos mviles y que a d ivinaban el pe nsamiento ; ellos venan d e va c ac iones a l

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    Tierra c ada c ien a os (de los aos de e llos, me ac la r la Tina ); com o eran m usimpticos, quedaron de venir a buscar a donjun Pancho y a toda su familipara ir a conocer su lindo planeta de cristal. Yo estaba realmente interesado eel asunto y me a trev a p reg unta rle a la Ernestina si yo pod ra pasar por primo della y as poder viajar al espacio. Pero la Tina no pudo darme una respuestapues haba que esperar que regresara su pap y que los enanitos spresentaran; pero eso s tendra yo que jurar que guardara silencio par

    siempre; como el asunto me interesaba de verdad tuve que aceptarle lcond ic in, aunq ue esa noc he estuve insomne p ensando cm o m e las a rreg la rpara sa lir de Chile sin que m i familia se p erca ta ra . Cuando se lo hice saber a mamiga , me c ontest muy seg ura :

    Y por qu te hac es prob lemas? Cuando lleg ue e l mo me nto, lo m s prob ab les que los p igm eos de vidrio dejen en tu c asa a un dob le igua lito a ti y no ha brni roc ha que t a ndas en o tros mundos.Esta posibilidad tan racional me hizo pensar en lo maravilloso que sera que loextraterrestres vinieran pronto, pues as otro Ernesto podra asistir a la escuelarecibir los coscorrones y comer el asqueroso bacalao al horno que mi abuelitcocinaba todos los viernes. Esa noche rele las pginas en que se relataba laventura espacial y so que los dos con Ernestina bamos en un cohete hechde a c ero remontand o la estra tosfera y que aba jo, como un g lob ito a zul y oro, lTierra g iraba cada vez ms lejos...

    Pero e l primer enc uentro no fue c on seres de vid rio, sino de ca rne y huesoel Jefe de Estudios y la seorita Emilia me citaron durante un recreo a la oficinaall, con el Libro de Clases abierto en cada asignatura, me leyeron las notaobtenidas; segn el seor, .si yo segua as, con calificaciones psimas, ibderechito a la segunda repitencia; eso significaba que tendra que irme a otrcolegio, pues yo no le poda quitar el lugar a otro nio de veras interesado eestudiar. Con ms rapidez de lo que remontara el vuelo un platillo de lopequeos seres, imagin cmo sera mi vida en otro establecimiento lejos de lTina , sin ninguna Gruta , sin c ompaeros c omo el G mez, el Lauta ro o MsteMa g. Porque e n esos mo me ntos hasta el c leb re m ateo me pa rec a simp tic o

    y para qu decir que sent un nudo en la garganta con slo pensar en que nvera ms a l Ca p it n Rojo o a Juanito , el Botica rio. Y pa ra que ha b la r de la ta ndque me esperaba en casa; capacito que mis papas se vinieran de Alemanislo pa ra darme Una fleta olmp ica . Y mi ab uelita , qu a c titud tomara?Realmente era ella la ms perjudicada. As se lo hice saber al Jefe de Estudiosquien m e p id i explic ac iones.

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    Si a m me va mal, seor, en este colegio, mis papas van a disgustarsmuchsimo con mi abuelita; ella se responsabiliz de m, me consigui matrculaqu y no pued e d esilusiona r ni a su hijo (m i pap) ni a su yerna (m i mam)...

    Nuera, se dice, no yerna... acot la seorita Emilia que siempre era mufijada en c mo nos expresbamo s.

    Parece que me hallaron razn y comprendieron la terrible situacin en qu

    ellos haban metido a una seora tan simptica y buena como era m abuelitaseguramente les servir de experiencia para otra vez y el Jefe no se pondr hurguetea r las nota s mas o de ot ro nio. Pero la seoritaEmilia meti las patas; le cont al caballero que yo no era nada de tonto, sindemasiado irresponsab le, pues en m i ca sa no m e fa ltaba nad a y, sin em bargoen lo nico que me llevaba era conversando con m compaera de bancocopiando las tareas y mirando cmo volaban las moscas. En eso revelignorancia, pues si me distraa el vuelo de los insectos era slo porque tena questar a tento a la lleg ada de los hombrec itos del espac io. Pero tuve q ue c a lla r ac ep ta r tamaa injustic ia , pues no p od a reve la r el sec reto de la Tina . Lo m alestuvo en la decisin que tomaron junto con la Orientadora; porque hasta lhicieron venir para saber qu haba que hacer para ayudarme a mejorar mcalificaciones. Esta seora, muy canosa y con unos dientes blanqusimos, mtrat de lo ms bien y me dijo que me iba a estar observando, que por ahornadie le dira nada a mi apoderada, pero yo tena que asumir los resultados dmis actos:

    T. Ernesto , eres ya mayorc ito ; gozas d e e xc elente sa lud , tiene s buena rop a, talimentas muy bien y en tu casa no falla nada; adems, Dios te ha dotado dinteligenc ia y te ha hecho na cer en un hogar muy b ien c onstituido y c ulto.Sabes t cuntos alumnos de este liceo poseen todas esas ventajas? Caninguno, fjate. Hay nios y nias que trabajan para poder adquirir sus tileescolares o parte de su ropa; la mayora carece de comodidades mnimas tienen hasta que compartir la cama con un hermanito; a veces se vienen clases sin haber almorzado... Y pese a tantsima dificultad, son estudiosos, saplican y tratan de obtener buenas calificaciones; o, por lo menos, hace

    esfuerzos para no repetir ao. As, Ernesto, creemos que t no tienes ningunexcusa v lida que justifique tu flo jera.Pero, como no desea mo s perjudica r a una p ersona inoc ente tu ab uelita poahora slo depender de ti el que esta situacin tan ingrata se solucione; tvam os a dar nuestro apoyo, pero t tend rs que e star c onsc iente de que e l xitdep end er e n un 90% de ti mismo, d e tu p rop io esfuerzo... Yo teng o un Lib ro dComp romisos en m i ofic ina; c uand o t c onsideres que e res c apaz de ha cer tutareas solo, sin tener que pedrselas a otro compaero para copiarlas; cuand

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    ests dispuesto a atender en clases sin distraerte, ni distraer a nadie y estdecidido a estudiar y a cumplir todas tus obligaciones escolares, slo entonce

    y siem pre que lo desees puedes pasa r por mi oficina a firmar el com prom isoAs quedar una constancia de tus buenos propsitos y cuando los hayalogrado, gracias a tu esfuerzo y perseverancia, yo pondr una nota escrita"Ernesto venc i las d ific ultades y cumpli c on lo conve nido"; y pond r mi firma mi timb re...

    Y cuntos "c omprom isos" tengo que firmar? Slo el primero. Los compromisos posteriores los contraers t solo con prop ia conc iencia.

    Me g ust la seorita O rienta dora; pero lo q ue no me a grad na d ita fue q umi profesora de c urso d etermin q ue d eb a c amb iarme de p uesto y senta rme eel primer banco, junto a la Rosita, una nia gorda, callada y casi tan estudioscomo Mster Mag. Como soy bien hombre, disimul el dolor que me produjo urasgn que sent m s a rriba del estmago, por a ll dond e e mpieza el corazn; me hubiera dado un infarto en menudo lo que se habra metido la seoritEmilia ... Aunque e l dolor no se me a quiet, intent una sem isonrisa para anima r la Ernestina que ha b a qued ado com o m om ia , inmvil, co n los ojos fijos mirandal vaco. Al tomar mis brtulos el bolsn de legtima cuerina, la lonchera y ecojn alcanc a susurrarle a la Tina que en el recreo me esperara en la GrutEncantada.Luego, con paso firme, me fui a sentar junto a la chupadita Rosa. Pero mdesgrac ias slo estaban comenzando; co mo yo desp lazaba a Moreno, un chicmiope, hubo que ha c er otros camb ios; l se a com od en e l luga r del Jos Prey ste tuvo que irse ms atrs y el Capitn Rojo qued sin banco; as que lseorita le orden que se acomodara junto a la Ernestina! Mi primera reaccifue sa lta r c omo un tigre d e Benga la sob re el infame colorn y dejarlo ap lanadcontra el piso; pero mi ng el bueno (todos los nios tene mos un angelito q ue noprotege y nos sopla al odo, aunque no lo sintamos, lo que debernos hacea lgunos d ic en q ue eso e s la conc ienc ia ) me hizo rec orda r mis buenos prop sitoy me contuve, aunque no pude evitar mirar hacia atrs: all, en el sitio que y

    oc upara junto a Ernestina , esta ba el gigantn, con su pelo c olor zanahoria y unsonrisa de o reja a ojo, porque tiene la boc a chuec a; pa ra aminorar mi infortuniome agrad la actitud de mi amiga que no se movi ni mir a su nuevo impuesto compaero. Pero segu de malas; a continuacin nos toc clases cola Miss Martha quien, al verme sentado casi encima de su escritorio, tuvo lpsima ocurrencia de sacarme al pizarrn y me pidi que escribiera lopronombres. A mis espaldas senta un chivateo nada de estimulante, pueninguno se a treva a sop la rme y sin em bargo ca lc ulaba que to dos estaba

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    ind ic ando, fren tic os por sa lir ad elante a dem ostra r sus c onoc imiento s del ing l"Es necesario que haya un milagro pens en esos momentos para que mbaje alguna cercana idea que tenga que ver con los pronombres". Pero, aparecer, no era momento para que desde el Cielo me cayera alguninspiracin; con la tiza en la mano, con el inmenso pizarrn negro frente a mslo atin a reflexionar que si no me saba los pronombres en mi propia lenguacmo me los podran exigir en un idioma desconocido para m? Si al meno

    hubiera estado c erca don Juan Franc isc o, el polglota , pod ra hab erme sac addel apuro; o si slo hubieran bajado dos o tres extraterrestres para dejar a udoble que me suplantara, las cosas no se habran puesto color de hormiga.Porque la Miss fue implacable y me puso un uno, muy colorado y estiradito; yadems, determin q ue tend ra q ue qued arme durante el rec reo a rep asar esadificilsimas partes de la oracin nada menos que en compaa del inefablMster Mag, que se ofreci encantado para tan despreciable misin. As fucom o no p ude c omunic arme con la Tina y vi, por el rab illo d el ojo, c mo elarguirucho colorn se las ingeniaba para escoltarla como si ella no hubiersab ido c aminar sola.

    Mientras viva, rec orda r e se d a c omo uno d e los peo res; cua ndo e l ma teMag sali un rato rumbo a las "casitas", sent una desesperacin callada y unrabia terrible conmigo mismo, pues si no hubiera sido tan porro ninguna de esacosas me habran sucedido; y, en ese mismo minuto, firm con mi conciencia ecom promiso de estud ia r, de ser el mejor a lumno, p ara que me volvieran a senta

    junto a la Ernestina . Porque esta ba seg uro de que la Orienta dora se lo ped ira la seorita Emilia cuando yo fuera a mostrarle la Libreta de Notas con purosietes... o cincos... o cuatritos; pero, y de ello tena la certeza, sin ningn dos tres. As que, de inmediato, me puse como contratado a memorizar los famosopronombres y, de Ilapa, hasta los escrib en mi cuaderno con una letra cursiving lesa q ue ha ba a prend ido c on los curas.

    Slo a la ta rde siguiente p ude enc ontra rme c on laErnestina en la Gruta Encantada; los dos estbamos cabizbajos, tristes y ntuvimos nimo para hablar de su pap Juan Francisco ni de los enano

    transparentes.Entonc es suc ed i a lgo muy espantoso: la Tina se puso a llorar.

    Yo tengo la culpa de todo lo que est pasando, Tito! Yo soy la responsablpor haberte d istrado con mis histo rias... Mejor que no nos veamos ms aqu hastque ambos mejorem os las nota s, pues yo tengo unos "treses" por ah que si no lpong o tinca se c onve rtirn en "pa tos"...

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    No le doy a ningn hombre estar en semejante situacin, pues no hallabqu hacer; senta que los ojos me picaban y que un moquillo pugnaba poabandonar mi nariz, as que saqu el pauelo de reserva que siempre mpona la Meiga en el bolsillo superior de mi vestn, se donde va pegada linsignia del liceo y se lo pas por los prpados mojados a la Ernestina y, dpaso, hice que se sonara. Se tranquiliz algo y yo, con todo el poder dconvencimiento que crea poseer, le dije que era tonto eso de no visitar ms l

    caverna o la g ruta o el subsuelo d e las sa las de los prvulos, ya que c on esta r ebancos distantes era ms que suficiente; adems, en los recreos y metidos allpodramos hasta estudiar o repasar las lecciones; por un tiempo bien podamoolvidarnos de las aventuras de su pap y de los misteriosos habitantes deespacio...

    No, Ernesto, me contest c on una voz firme eso sera por dos o tres ta rdey luego volveramos a lo mismo: t a contarme tus impresiones de lo ledo o p reg untarme d eta lles de a lguna a ventura de m i pap y yo le seg uira la ond a terminaramos olvidados de nuestros deberes. No y no. Lo mejor es que no noveamos ms aqu ni conversem os de or cosa que no sea de nuestros estud ios...

    Al verla tan empecinada, le expliqu que sera suficiente con aprovechabien el tiempo estudiando en nuestras casas y con atender en clases, puestque yo estab a sentad o c on la go rdita m s c allad a q ue esperab a c onoc er y ntena mo do de d istraerme ; y en c uanto a ella me refera a Tina teniendo pocompaero de banco a un gallo rodailan, cogote pelado, sin sesos, erimposib le que se d istrajera.Algo desconcertada con m pronunciacin britnica, se repuso pronto y smostr inflexible. Entonces me di cuenta de que la delgaducha aparentemente dbil nia, posea una voluntad a toda prueba y se mmostraba fuerte e insobornable; porque hasta le ofrec la coleccin desta mpillas a lem anas que te na destinadas para el Quic o (m i p rimo de Lo Curroa eso le agregu mi lonchera y un matapiojos disecado, pero fue intil. Nacept ningn regalo. Simplemente me agreg que durante algn recrepod ramo s conversar un poc o, que p od a q ued arme c on su novela , pero q ue nme prestara la segunda parte la ms interesante, me dijo hasta que n

    hubiramos mejorado todas nuestras calificaciones. Como considerara questaba exagerando al decir "todas", intent convencerla de que me estabpidiendo imposibles... No podra dejar Ingls y Castellano para el prximtrimestre? Entend su muda respuesta con ver la mirada penetrante dem oled ora que m e d io. Como en e se p rec iso m ome nto toca ran la c am pa nacada uno sali del escondite por su cuenta y ella corri ms que yo para irse forma r en e l pa tio, en la fila de las nias.

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    Nunca antes haba estado yo ms atento en clases que durante las dohoras siguientes; la seorita Emilia casi se colapso cuando me vio indicar, commalo de la cabeza, para salir adelante a ubicar en el mapa los paralelos y emerid iano d e G reenwich, los trp icos y otras baga telas superfc iles; tam bin mofrec para acarrear los mapas hasta la biblioteca con el chico Ubilla, un nipeq ueito, alegre y simp tic o q ue se ha ba incorporad o rec ientem ente a l c ursoNo pude dejar de m ira r de reo jo a la Ernestina para captar si tanta ded ic ac in l

    haba impresionado; pero, para mi desdicha, slo vi cmo el Cabeza dZanahoria estaba mirndola c on sus dos ojotes de p ollo d ormido .

    Fue en el ltimo recreo, cuando empezaba a oscurecer y corra uviente c illo fro y c ortante, que logr ha b la r c on la Tina . Y antes de q ue p ud iera ycomenzar con la perorata que le tena preparada, muy seria y decidida maclar:

    yeme, Ernesto: es mejor que nos separemos como muy buenos amigos c uand o lleg uemos a ser los mejores a lumnos del curso, slo e ntonc es vo lverem oa ir a la Gruta Encantad a-.. La fec ha d ep end er de c ada uno d e "nosotros" y deempeo q ue le p ong amo s...Cha to!

    No a lc anc a dec irle na da. Ella sa li c orriend o, quizs para que no la vierllorar. Porque mientras me hablaba, su voz se oa temblorosa y sus pupilabrillaban... O tal vez se las vi as, porque de mis propios ojos unas lgrimas muva roniles trata ban de sa lir.

    As fue c omo Ernestina y yo nos separamos.

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    LA NOVELA DE ERNESTINA

    Durante varias semanas, que me parecieron aos, me dediqu slo poner a l d a traba jos ele investiga c in q ue te na pend ientes desde abril, a hac ecuanta ta rea me daban, pasar en limp io unos cuadernos borradores suma me ntenredados y a estud ia r mis lec c ione s. No d igo q ue me fuera el hiper disloq ue dbien, pero empec a tomar fama de responsable y, cuando obtuve el prime

    siete en Matemtica por unos gr fic os de b arras c on e l rend imiento d el curso poasigna tura , slo c on ve r la c arita de sa tisfac c in de la Tina d i por bieempleados todos mis afanes; slo que el ingls segua siendo mi tormento y nac huntab a una; a vec es se me c onfunda c on el alemn y la seorita Ma rtha, sea la Miss, me encajaba ms ejercicios y le deca a Mster Mag que debintensificar su ayuda. Como mi abuelita se empezaba a preocupar por tantded icac in a los lib ros, crey q ue e ra nec esario tonifica rme y me embuti unavitaminas c on jugo de naranjas, al desayuno. El nico resp iro que m e d i fue releela novela d e m i amiga . Como e l tiempo seg ua siend o fro no ha y que o lvidaque estbamos en invierno y en Maip me acostaba tempranito y all, muabrigado, me puse a c op ia r pa ra m las pa rtes ms interesantes de las aventurade don Juan Francisco. No se me ocurri sacar fotocopias, que habra sido mrpido, pero con el ejercicio logr, sin duda, mejorar mi caligrafa. Aqu vaalgunas pginas seleccionadas segn mi gusto, aunque todas las que escribiErnestina va len la p ena .

    "EL ENCUENTRO CON LOS EXTRATERRESTRES. Mi pap no q uiere q ue se sep a que logr contactarse con los enanitos del planeta de cristal, porque los de la NASmeteran sus narices. As que me pidi que slo lo escribiera para m y parcuando ya no fuera peligroso que se supiera; claro, porque la gente ignorantpod ra pensar que l estaba loc o. As que yo gua rdar este c ap tulo un par daos o ms antes de darlo a conocer. Me contaba mi pap que l habcaminado todo el da por unos senderos desconocidos, buscando una veta doro; mirando hacia los puntos cardinales, que son cuatro, no se vea alma epena : slo desierto, montes ba jos del co lor del ca f c on leche o del ulpo y mulejos, un hilo de luz roja que l crey que era el sol que se ocultaba. Se puso e

    ponc ho neg ro y se enc asquet una go rra b oliviana, po rque empezaba a he rir efro; deca que durante la noche hasta la barba se le salpicaba de polvo dnieve , tan he lad as son las horas antes del am anec er po r a ll en e l norte c hilenoque es el desierto ms rido del mundo. Como era precavido, se comi unopanes c on e mbutidos y queso d e c abra que traa en sus a lforjas; lueg o, envue lten la gruesa manta, se haba dispuesto a dormir; pero no pudo hacerlo, pues eespectculo de las constelaciones era tan maravilloso que sus ojos no poda

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    dejar de a dmirarlo. Mi pap , c uand o lleg a de a lguno d e sus via jes, me a c onsejsiempre:

    Hijita ma , nunca te acuestes sin ha ber mirado el c ielo; aunq ue est nub ladot sabes que all arriba lucen los luceros ms bellos, las estrellas ms hermosaslos astros ms esplendorosos; y todo ello fue creado por Dios para ti, hacmillone s de millone s de aos, y la luz de ellos te lleg a desde el lejano pasado po

    un milagro de sab idura .Hijita ma , nunca te o lvides de m ira r la tierra c uand o te leva ntes c ada ma anaporque siempre encontrars que Dios ha hecho crecer para ti algunyerbabuena , a lguna flor.

    Estaba mi pa p, Juan Franc isc o, co ntemplando e l c ielo c uando vio q ue llucec ita roja que titilaba en el horizonte se iba agrand ando hasta c onvertirse eun globo slido, cada vez ms plido, como conformado de telas sutiles qureflejaban una luz interior muy brillante. La esfera no era demasiado grandepodan caber en ella unos cinco o seis hombres de la tierra. Como a valientnad ie le gana a mi pa p, se inco rpor a l tiro y se p uso a lerta ; pero p or dentro, tena la c erteza de q ue nada malo le suced era . El globo transparente, hec ho dun extrao material delicado, se pos sobre la arena muy suavemente al mismtiempo q ue se o a una msica sideral, desc ono c ida pa ra los odos huma nos.Entonces, una lonja del aparato se desprendi y qued inmvil flotando en eaire; desde su interior vio varas figuras diminutas, de cuerpeados frgiles, quapenas tocaban el piso con su andar etreo. En un instante estuvierorodendolo, curiosos, alegres y conversadores; sus voces sonaban cantarinas mi pap entenda todo lo que hablaban por telepata, o por lo menos as lcrey l. Los ojitos que posean giraban en 360 grados y parecan tener lfac ultad d e ob servar simultnea me nte hac ia a delante y hac ia a trs.Aunque estaban hechos de una materia translcida, no se vean ni venas huesos ni vsceras; lo ms asombroso era su capacidad de agrandarse achicarse, aunque dentro de lmites que iban entre la estatura de un nio ddoce aos y una abejita. Para conversar con mi pap, crecieron y se sentaroen cojines areos, semejantes a plsticos inflados que surgieron como por art

    de magia. A donjun Francisco se le fue el fro; se senta clido el ambientegracias a un desconocido aparato que emita rayos blancos, deliciosamentagradables, desde la cpula del globo. La primera pregunta que surgi en lmente de mi pap fue de dnde provenan esas creaturas y qu deseaban. Nhab a a lc anzad o a formulrsela , c uand o ya tena la respuesta por boc a d e unde ellos, aunque c arec an de lab ios o a lgo parec ido:

    A menudo visitamos esta regin por lo plcida, bella, incontaminada... Es lprimera vez que nos encontramos con un hombre, aunque ya los conocemo

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    desde hace millones de siglos, cuando slo existan animales salvajes y lohuma nos hab itaban en c avernas... Nuestro luga r de origen e s un p laneta hec hde c rista les muy p uros, que o b liga n a que, tanto nosotros como tod o lo que norodea, sean igualmente libres de impurezas concretas o inmateriales... Socristales poderosos, dotados de innumerables cualidades y regidos por lVoluntad Suprema de un Dios nico... Nos duele ver que en este planeta hayguerra, miseria, odio; que la naturaleza est desapareciendo bajo caminos d

    concreto y gases asfixiantes que van matando lentamente y que casi nadie spreocupe, salvo unos pocos que an aman las flores, las nubes v que sabeapreciar el canto de un pajarito o el leve ronroneo de un gatito... La civilizacinsin el amor a Dios y a todo lo creado por l, slo lograr desaparecer. T tpreguntas qu deseamos y slo podemos responderte que t, que viajas tanto conoces a tanta gente, hagas t pequea pero grande a los ojos de Dioscontribuc in: ac ta siempre b ien, no c auses dao a la naturaleza y do nde vayasiembra alegra, armona y bondad. Si cada ser humano actuara as, este bellp laneta sera el pa ra so q ue a l p rinc ip io d e los tiempos fue...

    Para mi pap actuar como se lo pedan los extraos seres no era ningsacrificio, pues siempre fue bueno, optimista y generoso; adems, amaba todlo creado. El me ense a observar las hormiguitas en su laborioso quehacer ydesde entonc es, temo q ue a l c amina r pued a p isarlas y destruirlas sin querer; y si anda con esc op eta es slo p ara asusta r a los band idos, nunc a para ma ta r. Loextraterrestres adivinaban el pensamiento y casi se adelantaban a los hechospor eso le informa ron a mi pa p que ellos andaran siempre c erc a y que cuandl lo deseara, vendran de nuevo y hasta podran llevarlo a l y a su familia viajar hasta ese lejano planeta donde habitaban. Y nadie se dara cuenta menos los de la NASA de Peldehue que todos andaban viajando por eespacio, pues ellos dejaran unos dobles guaios en Maip. Con esa promesalos transparentes hombrecitos se fueron achicando y sus soportes plsticodesaparecieron; luego se metieron en su mquina voladora y se fuerovelozmente, hasta c onfund irse c on las estrellas.

    De tod a la aventura , lo q ue ms imp resion a mi pa p fue que entre esto

    diminutos seres todos eran iguales en categora; ninguno era ms que el otro eso se deba a que cada uno se rega por su conciencia y slo practicaban ebien".

    La Ernestina, cuando todava nos reunamos en la Gruta Encantada, mac la r c iertas dudas relac iona das con esta aventura de don Juan Franc isc o; fuas como comprend que fuera tan necesario conservar en el ms sagradsecreto la presencia de los enanitos, pues los hombres malvados podra

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    inventar armas en su contra para exterminarlos; tambin entend que ecualquier momento ellos los extraterrestres podran aparecerse por la casde la Ernestina y llevrsela a pasear; as que le ped que no me dejarab andonad o y m e m etiera como p rimo o a lgo as; pero la Tina me c ontest q ucuando vinieran ELLOS (no haba que olvidar que slo bastaba que su pap ldeseara) les dira la verdad: que yo era su mejor amigo y que quera que lac om paara a l p laneta de c rista l. Y era seg uro q ue a c ced eran si se les dec a l

    verdad ... Esa seg uridad , po r lo menos, me hizo esta r ms tranq uilo y esperanzaden que alguna tarde o alguna noche o tal vez de madrugada emprendera mansiado viaje espac ia l.

    Lo que ms me llamaba la atencin en la novela de la Ernestina era svocabulario, la montonera de comas, puntos y signos que meta. Cmo lhaca si no era ms que una nia? De las faltas de ortografa no me dabmucha cuenta, pero calculo que deba haber muchas. Ella, arriscando scombada nariz, me contest que primero lea lo que tena escrito sin puntuacialguna; luego, donde naturalmente haca pausas para respirar, colocabcom as; si su voz ba jaba espont nea me nte y la idea estaba c ompleta , pona upunto y empezaba la p a lab ra siguiente c on mayscula ; si lo q ue q uera e xpresaera triste o alegre, usaba los signos de exclamacin; en cambio si erapreguntas, colocaba los signos de interrogacin. Y cuando hablaban lopersonajes su pap u otros nada ms fcil que escribir lo que contaban euna lnea nueva, metiendo delante y al final de lo que decan, unos guionechiquititos.Y para no cometer demasiados errores ortogrficos, consultaba un diccionarimuy grande que el seor de la biblioteca le haba prestado por un aoentonces miraba y remiraba la palabra y la copiaba sin ningn mote, porqucopiar no era ninguna gracia; slo los nios distrados y flojos copian mal..Tamb in se p reo cupaba de no rep etir los trminos y, pa ra ayudarse, consultablas pginas de un d icc iona rio d e Sinnimos y Antnimo s que se ha ba sacado dpremio el ao pasado por ser la mejor alumna en Castellano. Consider que senovelista era a lgo d emasiado traba joso, pero no ec h en sac o roto lo q ue ha c la Tina para esc rib ir ta n bonito y en forma tan entretenida .

    Ah!, olvidaba dejar en claro que tambin me llam la atencin el hechde q ue a vec es la Tina esc rib a llamando "mi pap" a don Juan Franc isc o y eotros captulos contaba lo que le suceda como si no lo conociera. Ella mexplic q ue esa falla tc nic a la c orreg ira c uand o pasa ra en limp io su nove la slo entonces estudiara cul forma quedaba mejor; pero, que por ahora, ellnarraba segn su estado de nimo y como le resultaba ms espontneo. Y, a lme jor, los ed itores no iba n a ob jeta r nad a y se la iba n a public ar ta l c ual, pue

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    no siempre eran tan fijados como yo. Como haba odo decir a mis papas qulos escritores tienen sus rarezas y son muy, pero muy su... (aqu busqu ediccionario) susceptibles o quisquillosos, me guard mis opiniones y dej que lTina resolviera los problemas de redaccin sola o con sus editores. O con lseorita Emilia , pues siem pre a ndaba la Tina c onsultndola sob re c mo usar estverbo , c ul Tiempo o Mod o p areca m s ad ec uad o; por eso c reo que este a y el venidero le van a seg uir dando e l p remio e n

    Castellano. Y, para seguir con mi asunto, otra aventura que me encant fue lde los aparecidos, aunque durante tres noches seguidas tuve que dormir con lluz de m i velad or enc end ida , no por miedo, sino p a ra sorprender a los espec tros

    "EL ENCUENTRO CON LAS ALMAS EN PENA. Don Juan Franc isco, c uando reg resa Ma ip despus de a lguno de sus via jes, lo p rimero q ue ha c e d espus de b esa r su hijita y abrazar a toda la familia, es irse al Templo Votivo a dar gracias a lVirgen por los favores recibidos. Esa devocin lo salv, sin duda, de una de lams espeluznantes aventuras que le toc a ra vivir.

    Ese d a de a b ril hab an estado c eleb rando e l c umplea os nmero siete de la hijde don Juan Francisco; la torta, con siete enanitos de chocolate portando unvelita, haba causado admiracin entre los chicos invitados; esa tarde hubmucha algazara, pitos, serpentinas y juegos; todos quedaron tan cansados, qucuando acab la fiesta se fueron a dormir. La casa qued silenciosa y hasta eAcorden, el perrito guardin, se ech sobre su cojn. Hacia la medianocheunos quejidos muy lastimeros atravesaron el silencio de la noche y despertaron don Juan Franc isc o.Temiend o q ue hub ieran a sa ltado a a lgn vec ino, sin despertar a na d ie, slevant en puntillas; como estuviera helando, se puso su poncho y se arm cosu escopeta para espantar a los malhechores. Al salir, los quejidos aumentaron parecan provenir de muchas personas y no de una como l crea. Dejndosllevar por las voces, se fue alejando de su casa; como el vecino ms cercanestuviera en direccin contraria, pens que quizs hubiera habido algaccidente y apresur el paso, no importndole que sus zapatones se hundieraen las ac eq uias o p isaran sob re el barro y las p ied ras. La osc uridad c ubra todo e

    campo, pero hacia el poniente vease un resplandor blanquizco, justo desddonde procedan los gemidos. Siempre creyendo que eran personas qunec esitaban auxilio, corri m s que a nduvo, pese a las d ific ulta des del terreno ; allega r al luga r, los lastime ros quejidos se hic ieron m s tristes y p otentes.Por suerte el corazn y el valor de d on Juan Franc isc o e ran a tod a prueb a , pueotro se habra desmayado o muerto all mismo; quienes as se lamentaban eramuchsimas mujeres, sin carne, slo con sus calaveras vertiendo por las cuencade sus ojos lgrimas incontables; llevaban unas tnicas desgarradas, apena

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    blancas; con los brazos alzados buscaban a sus hijos. Sonaban los huesos de ladesdichadas cuando se arrastraban para escarbar en la tierra y, al no hallanada, su llanto ha c ase ms c onm ove dor y espantoso.Don Juan, entendiendo a medias lo que pasaba, dese saber ms; sabia queran madres, pues pod a or sus voc es llamando a sus hijos muertos, pero a n ncomp renda tod o.Entonces, con su acostumbrado valor, se acerc a una de las mujeres y l

    p reg unt q uines eran, qu d esea ban, de d nd e venan...

    Somos las madres de los soldados muertos el 5 de abril de 1818. Ellos erarea lista s y nunc a sus restos vo lvieron a la p a tria lejana , Espaa .En cada aniversario, nosotras regresamos des de el Ms All a buscarlos parquedarnos con ellos por una eternidad... Pero ninguna ha encontrado a su hij

    jams.

    Mucha pena le dio a don Juan Francisco al escuchar tan trgica razn ycomo siempre deseaba ayudar al prjimo as fuera vivo o difunto, consol a lmujer c on esta s sab ias pa labras:

    Seora, usted y todas las otras madres deben descansar en paz; sus hijomurieron como hroes y la tierra donde dejaron la vida los acogigenerosamente bajo el protector manto de la Virgen del Carmen, patrona dChile. Mire hacia la distancia... Ese gigantesco templo fue alzado parconmemorar a los cados en la Batalla de Maip; es un lugar de oracipermanente y de peregrinacin, construido sobre la sangre de chilenosespaoles y a rgentinos que d ieron la vida por su idea l. La Ma dre d e Dios vela p osus hijos y por todos nosotros. No b usquen ms, no lloren ms! Rec en, slo rec enDios te sa lve Ma ra , llena eres de grac ia ...

    Entonc es los esqueletos de las madres se fueron juntando a lred ed or de doJuan Francisco y desde sus mandbulas desdentadas surgi la ms bella de laoraciones; lentamente sus osamentas fueron diluyndose en el amanecesombro; slo qued una mujer gimiendo y araando la tierra. Las dems s

    fueron en p az a esperar el da de la Resurrec c in.Dicen que hasta hoy, cada noche del 5 de abril, se escucha el llanto de esmadre que an espera hallar a su hijo; y hay quienes cuentan que elldea mb ula por el vasto c am po de ba talla de da y de noc he de cualquier da mes del ao. Y eso fue, porque no quiso rezar como lo aconsejara don JuaFrancisco".

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    Esta historia me impac t muchsimo y ms impresiona do me sent c uando lcom ent con la Ernestina en nuestro escond ite, pues ella me c onfidenc i q ue amismo en el liceo los auxiliares, algunos maestros y hasta alumnos habasentido el llanto de esa madre a plena luz del da; y en la noche, en algunasalas desocupadas, se escuchaba el arrastrar de huesos y los gemidos de lmue rta . As que p a ra ayudarla , haba que rec ita r el Ave Mara ; slo c on e l rezo eespritu se a leja . Pero no pa ra siem pre: c ua lquier d a ha sta yo m ismo podra ver

    or al espectro. Por precaucin, nunca dejo de rezarle a la Virgen antes ddormirme o c uando teng o q ue sa lir a l patio o a l ja rd n despus de la p uesta desol. Porque, la verda d , me d a julep e.

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    EL PRIMER TRIMESTRE

    Tod o e l lic eo andaba c onvulsiona do p or el trmino del primer trimestre. Yo mpreguntaba cul poda ser la razn de tan desatinada medida y no daban lanotas nada ms que a fines de ao, eso s que despus de Navidad. Porquhasta a seorita Emilia, siempre serena y alegre, pareca haber cambiadoandaba con el bolso negro repleto de Informes, pruebas y cuanto cachure

    ac umulan los p rofesores para entrega r las ca lific ac ione s justas y no tena muc htiempo para conversar en los pasillos; los otros profes andaban aceleradosacando promedios y yo casi me fui de palabras con el seor de Religin, pueme puso una B; segn l, apenas me daba una S, pero por misericordia mha ba sub ido a BUENO p ara estimularme a ser ms estud ioso y d evoto . Yo sigo scomprender la lgica de los mayores: Por qu no me puso un MB si tantdesea ba anima rme a ser mejor? Y para qu d ec ir lo que me suced i e n Inglla Miss reconoci el esfuerzo de Mster Mag y le puso un siete! Y el chato se lsac por ser mi monitor y yo, que lo soport como diez semanas, apenas msaqu un 3,5 o sea , la mita d , c om o si mi esfuerzo no merec iera el dob le. Seg n lMiss, las notas rojas que haba acumulado al principio haban sido las que mhab an ec had o a p erde r el promed io,En Ma tem tic a apena s ob tuve un 4, pero c reo que fue justo, pues slo a l fina l lpuse tinca. En las otras asignaturas anduve regular: entre 4 y 4,8 no ms. Slo eEducacin Fsica me luc con un siete; ese profe es de lo mejor: no le importa sun nio no tiene equipo o est resfriado, pues lo c ita para ot ro d a y le ensea loejercicios; claro que hubo varios compaeros que se sacaron un siete, pero esno lo supo mi abuelita. Ella, como es algo entrada en carnes y no sabe ni trotasiquiera, cree que obtener tan alta calificacin es un gran mrito. La Ernestintiene c lases de Gimna sia c on una seorita muy linda y todas las c hic as del cursse c reen la Com anec hi, pues se e jerc itan en pasos muy c ircenc es o a c rob tic olo que las hace andar en puntillas y con aires de diosas. Ninguna de ellas ecapaz de sa lta r ni un c a jn de los ms ba jos o d e c orrer los mil metros sin pa rar; de jugarse un partido de beibiftbol y meter seis goles al hilo. Por suerte sohombre y no tengo que asistir a clases de Gimnasia, aunque la profesora epreciosa: pa rec e un had a .

    Una vez se lo c om ent a la Tina y me c onte st que lo nic o q ue va la era lcalidad de las personas y no su fsico y que un alumno jams se debe fijar en lapariencia de sus maestros, pues ellos nunca ponen las notas o ensean a lacaras bonitas; para ellos todos los alumnos son iguales. Yo le rebat: Si todofuramos iguales para los maestros a todos nos pondran las mismas notas y yoparticularmente, no estara sufriendo las de Quico y Caco por esa causa. LErnestina me dio una de esas miradas suyas cargadas de lstima y, moviendo smorena c ab ec ita, slo me c ontest:

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    Es que nunca has odo hablar de las diferencias individuales? Para lprofesores somos alumnos, observan nuestra conducta, valoran nuestro esfuerzy analizan los resultados y despus de mucho, mucho cavilar y conversar entrellos y con la seorita Orientadora, nos colocan las notas; claro que tambiprom ed ian to das las c a lific ac ione s del trimestre...

    Yo m e q ued c a llado; la Tina hab laba as, porque le hab an p restado en lbiblioteca un folleto sobre "El Profesor Jefe" y la gorda Rosita le haba pasadotro sob re una materia enredadsima: "C mo eva luar a l a lumno". Por eso las dohablaban tan sabihondamente y tenan esos aires magistrales. (Yo tambima nejo a lgunos voc ab los b ien e leva dos, pues se los esc uch a l p rofe de Relig iy l me dio una explicacin bien entendible; quizs esa curiosidad ma me valila B y me libr d e la S, o sea, del Sufic iente).Y a propsito: Porqu si la S tiene ese significado, la consideran mediocre reg uleq ue no m s? Sufic iente d ic e uno c uand o no quiere c omer m s porotocon mote o tragar otro plato de pantrucas, pues quiere decir que es bastanteEn las no ta s deb iera ser igua l.

    A med ida que p asaban los d as, el revo lute en el liceo se fue a c rec enta ndo ; nico que estaba de lo ms contento era el chico Ubilla: como l habingresad o ta rde, no lleva ra nota s. Tom a punte menta l de eso, pues mientram s a trasado entrara a c lases a l ao siguiente , meno s tend ra que e stud ia r y, dllapa , me p rem iaran sin ca lific a rme. Lstima que m i abuelita o m is papas ta l veno lo aprobaran, pues siempre elloslos grandes por all por febrero andadiciendo o comentando con sus amistades: Por Dios, cundo empezarn lac lases para que los nios dejen d e fregar! Y a uno lo mete n en m arzo, sea c omsea , a l coleg io.

    Pero yo no haba olvidado mi compromiso. La verdad es que habtrabajado como chino, sudado como beduino y sufrido como negro parprog resar a lgo y, as, pod er reunirme d e nuevo c on m i amiga en la Gruta; ya d ijque la c uestin no sa li b ien, pues los cuatritos abunda ban y ya me ima ginab

    la c ara que p ond ra mi abuelita c uando rec ib iera e l Informe trimestra l. Todanunciaba que ese acontecimiento nefasto se acercaba como inconteniblava lanc ha ; la seo rita Emilia nos esc rib i la Comunic ac in en la p iza rra y la firmuna por una: los apoderados deberan asistir a reunin el primer lunes de junio, las 18 horas; por lo tanto, los alumnos tendran clases hasta las 17:30.Quizs solatoso en dar estos pormenores, pero resulta que esas minivacaciones mcayeron c omo rega lo na video: log r c onvencer a la Tina d e q ue fuera a tomaonc e c onm igo. As que, po r p rime ra vez, yo la e sc oli ha sta mi c asa; caminand

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    a su lado, hice alardes de mi agilidad para andar en un solo pie, silbar commarinero y disparar piedras a diez metros; pero ella pareci no notar tantsimhabilidad, pues andaba muy compuestita, como si fuera sola y no en tasimp tic a c ompaa . Antes d e lleg a r, nos enc ontramo s c on m i abuelita que ibpara la reunin m uy perfumada y con e l pa raguas azulino en la ma no, se q ule c om pr m i pap en Ita lia . Yo m ir p a ra arriba y no hall rocha de q ue fuera llove r; pero la Tina , que a ob servad ora no se la g ana c asi nad ie, me explic:

    Oye, Tito, las seoras usan muchas cosas slo como adorno. No viste que eparaguas le hace juego con sus ojos y con el abrigo? Adems, si la salen asaltar tiene con qu aporrear a los cogoteros... Si yo tuviera un paraguas, mgustara que fuera con hartas florcitas, de diferentes colores, pues me imaginarestar en plena primavera bajo la lluvia... Y. tambin, me combinara cocua lquier tra je.

    Fue esa una tarde inolvidable. No por el queque con pasas y los "calzonerotos" que nos sirvi la Me iga , sino porque p ud imos c onversa r c omo una hora , sque nad ie nos interrumpiera; le mo str mis c uadernos un a lto as de grande ella me a lab la p ac ienc ia pa ra pasa r en limp io ta ntas pginas. Y, natura lmenteno p od a faltar el c onsejo:

    Mira, Tito, es mejor hacer las cosas bien la primera vez para no tener quperder horas y horas en rehac erlas.Eso me lo ense mi pap cuando entr a primer ao; cada tarea, el aseo duno, una costura, el barrido, un ejercicio