Una Prosa Para Analía (Antología)

8/16/2019 Una Prosa Para Analía (Antología)

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UNA PROSA PARA ANALÍA

San Cristóbal, 2008

Una Prosa para Analía

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Ahora que el tiempo y la distancia se han encargado delrecuerdo hasta convertirlo en un punto diminuto en el mapa de

nuestras vidas. Ahora que el pronunciar su nombre resultamonótono y extrañamente común. Ahora que aquello quefulguraba entre nosotros se deshizo en el aire de una mañanaindecisa, signada por efluvios de incertidumbre y miedo... Creoque ha llegado el momento de la catarsis la hora oportuna paraliberar aquellos sentimientos sutilmente solapados ba!o laadustez o la comicidad del d"a a d"a... #$nsimismamientos que elalma atesora al otro lado de su aparente vivacidad por temor aperderse en indecisiones innecesarias...%. $s hora de arrancar

desde el fondo una que otra duda, uno que otro desvar"o. &stedme comprender', Anal"a... desde el fondo imperturbable de sualma, s( que me comprender'.

Ahora, cuando acato la puntual certidumbre de su ausencia#aunque, para ser fiel a la verdad, la ausencia se transformó enotra cosa, digamos desazón, nostalgia...%, quiero hacerle sabermuchas cosas de m", de usted, de los dos. Confesiones quepuedan parecer un tanto triviales y hasta estúpidas, pero quepara m" guardan un valor profundo, que va m's all' de la simpleautovaloración o el cinismo...

)( que en este preciso momento est' a punto de huir de suoficina. *ue los o!os los tiene cansados de tanto documentolegal, de tantos relo!es de pared con la hora inexacta, de tantaintemperie del alma entre papeles archivados de modoalfab(tico. )(, adem's, que ha asumido el mismo aire de cadatarde+ ese aire de mu!er orgullosa y fr"vola. uedo imaginar laescena, desde mi oscuro patetismo, puedo entrever su esbeltafigura, sus manos delgadas y pequeñas dando alguna explicación

como te!iendo aforismos en el aire o siguiendo con unaindiferencia casi inconsciente la l"nea engomada de la ventanilladel bus... - sus o!os tenuemente cerrados por lo de la luz tanfuerte+ el sol plomizo de la cinco de la tarde. - su oficina all',abandonada, como un breve nav"o, despu(s de ocho horas y picode naufragios y papeles y sellos y estampillas como cromos,

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entre llamadas comerciales y una que otra tacita de caf(, entretr'mites burócratas automatizados y almuerzos de cinco minutos

aptos para el colesterol o la arritmia+ porque el tiempo, ya ve,no nos de!a receso... uedo evocar casi a la perfección #operfeccionando la realidad, que es otra de mis man"as...% eseadem'n de singular desprecio, si algún niño corchado de grasa seacerca a usted en procura de una monedita o un buen billete conel rostro de nuestros libertadores #algo que siempre me haresultado paradó!ico%. $sa es usted, señora m"a. As" como el mares el mar, y el cielo siempre es el cielo+ esa es usted. Ahora nome venga con enfados a destiempo.

magino que en este preciso instante se est' que!ando,porque la ruta est' demasiado embrollada para su gusto. orqueel chofer cincuentón con cara de hast"o la mira de soslayo,mientras que por su cabeza, cansada de tanto pavimento yciudad, seguramente se proyecte una escena del kama sutra. -usted que mira nuevamente el relo!, el tic tac de siempre,de!ando escapar en susurros una mentadita de madre sindestinatario concreto, como quien lanza una pedrada al centrode una manifestación estudiantil. /al vez esa pedrada lleve minombre, tal vez, por demasiado estúpido o por amargo y t"mido.orque de cuando en cuando me de!o pisotear por lo dem's,auto calific'ndome de m'rtir, a sabiendas de que eso no es m'sque un pobre recurso con el que me quiero negar a m" mismo mifalta de car'cter. &sted, m's que nadie, es testigo de las vecesen las que guard( silencio cuando deb"a hablar+ usted, que luegome lo gritó a la cara golpeando mi orgullo, que en m's de unaocasión me trató de cobarde, de poco hombre, porque la vida noes as", es mucho peor...

Como cada tarde, ahora sus pasos ligeros remontan laavenida del panteón. )úbitamente, su cara adquiere un haloplatinado cuando el sol del atardecer destella contra lasventanillas de un auto estacionado al borde de una acera y lagolpea de frente, sin clemencia. - de pronto su mundo esirrumpido por la indecencia de algún transeúnte impertinente

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que es abrumado por el s0ing cl'sico de sus caderas, por esetrasero de talante renacentista que usted exhibe detr's de un

bluy"n estrech, como quien no quiere la cosa...

1uego de gritarle poco hombre, cualquier hombre con algode orgullo no har"a otra cosa que estrellarla contra la pared, y leacariciar"a febril los pechos y la entrepierna, descargando todasu virilidad deshonrada en el punto exacto de su intimidad. -usted se defender"a como la loba que defiende sus cachorros,entre rasguños y gritos y empellones y mordiscos desesperados yhostiles. ero no fui lo suficientemente hombre para hacerlo y

de!( quietecitos los cachorros #l(ase sus pechos y suentrepierna...%, por temor a empeorar las cosas, asumiendo elpapel de machista frustrado que no va conmigo. $se es otroaspecto del cual quiero ocuparme un poco m's. ueda que as"usted termine de entender mi posición, mi filosof"a de vida, porrepetir un clich( demasiado repetido.

Ahora que tengo la posibilidad de situarme en el !ustolugar desde donde puedo analizarlo todo de modo ob!etivo, caigoen la cuenta de que, en el fondo de s", usted es de esas mu!erespara quienes un hombre que se respete debe ser m's que eso,debe ser un machista. - pensar que a veces exagero depusil'nime. 2ea usted, oh mi !oven señora, las contradiccionesde la vida. $n este punto de nuestra relación, el hast"o fuemellando toda posibilidad de unión, de convivencia. &sted,siempre festiva y luminosa, y yo, que no fui capaz de vencerme am" mismo. - el tiempo que fue un verdugo eficaz, que fueanegando con su pastosa presencia todo indicio de esperanza ysosiego. )( que no soy un tipo normal, si cabe la frasecita. 3eesos cuyos rasgos han sido estereotipados hasta el cansancio por

el cine holly0oodense+ de los que plantean y viven la vida desdeun plano meramente materialista, exento de todo 'pice demetaf"sica o espiritualidad. 4i caso es otro soy un rom'nticotrasnochado y no lo niego #y usted lo sabe muy bien...%, de losque se enternece como un niño ante los cl'sicos y no tan cl'sicosdetalles que estimulan al corazón, de los que creen en la

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dignidad del ser humano, m's all' de razas, credos, idiomas ygeograf"as. &n visionario para algunos+ un tonto para otros.

5a atravesado el elevado de la avenida independencia,caminando al comp's del tumulto de gente que retorna deltraba!o, y que desde ahora anhela estar en su casita frente a unabuena cena y una buena pel"cula de acción o telenovela rosa. -entonces la ciudad se torna bochornosa y cargante, hasta parausted, qui(n lo iba a pensar, Anal"a. orque en este mundo dondehan de existir otras tantas Anal"as, que como usted, fuman uncigarrillo tembloroso en el sillón de un boulevard cualquiera,

acaso pensando en algún asunto metaf"sico, acaso pensando enla cena de esta noche, usted, repito, se me anto!a única,irrepetible en sus gestos y en sus emociones... $n sus fantas"as yproyectos+ sus miedos platónicos y sus meditaciones demedianoche u oficina. 6nica como la u de esa palabra...

Al voltear la última esquina, el edificio número tres,fachada entre añil y blanco, se erige ante sus o!os con eseextraño toque familiar de todos los d"as, y lo siente tan suyo, tanparte de su cuerpo, que se le precisa una inefable prolongación

de su existencia. -a es como si percibiera la suavidad "ntima desu mueble favorito en contacto con su espalda y parece que todosu mundo se simplificara en ello, en esa cotidiana imagen t'ctil.78tro d"a m's+ otro d"a menos9, suspira, mientras se acomoda unracimo castaño tras el lóbulo de su pequeña ore!a derecha, quede cuando en cuando se interpone entre sus o!os y el mundo. $ntanto que otro chicle es triturado con cierta furtividad infantil,para menguar el aliento de la nicotina y evitar as" enfadosvespertinos...

6nica como la u de la palabra única. - pensar que hastahace poco me era un ser extraño, uno de los tantos de miles ymiles de seres desconocidos que trafican la ciudad #como la u dela palabra un'nime o humildad...%. &na rosa en medio de un gran

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rosal, como lo dir"a $xupery #or cierto, :&sted leyó elrincipito;%. As" es la vida, en fin, qu( le vamos a hacer...

ero qu( agobiante resulta reconocer que m's all' de estavida f"sica y de lo que somos pululen tantos sueños y tantas otrastentativas del alma. 1o que el silencio logra enquistar ytransformar en aparente olvido+ la t'cita imposibilidad que sematerializa en feliz mansedumbre o fatal desconcierto+ lo quequeremos y no podemos conquistar por miedo a ser o por meraaceptación de un destino fundamentado en disposicionessociales... orque usted no llegó a entender que detr's de esteasalariado público, de estos o!os levemente aindiados y miopes,

un ser sensitivo luchaba por sobrevivir, por ser algo m's que unaposibilidad...

5a rebasado el último peldaño. Ahora se encamina a lapuerta de su apartamento, 7o!al' que no haya llegadotodav"a...9 se dice a s" misma, en un murmullo casiimperceptible. - as" comienza la última parte del melodrama,cuyos protagonistas y espectadores son ustedes mismos... $ntreun mimetismo y otro, entre libretos sobre<actuados, carentes detoda ostensible improvisación, superfluos y banales, como elempleado de ferreter"a que despacha algún pedido rutinario o elginecólogo experto que examina un pubis como quien acude alteatro y se queda dormido. &sted la ama de casa que atiende asu esposo de modo e!emplar, porque no hay otra forma...orqueas" lo dicta la costumbre...- luego echar un vistazo a la alacenapara comprobar que todav"a queda algo de pasta, beber una tazade t( despu(s de la ducha para lo de la !aqueca tan seguida, yrevisar el correo electrónico antes de que (l regrese del traba!o,no vaya a ser que un poeta principiante con aires de intelectual

haya enviado una prosa autobiogr'fica con el t"tulo exacto de sunombre...

#septiembre de =>>?%La Cita

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Aqu" estoy otra vez, como siempre. 7&n caf( tinto, por

favor9. 7)", sin leche9. 7@racias9. Creo que son las doce ytreinta, m's o menos. o puede ser, otra vez la mismacancioncita cursi de siempre, las mismas caras, el mismo menú,y el relo! que no se cansa y la mesa de costumbre. /odo, comosiempre.

All' afuera, la muchedumbre de todos los d"as, sobre todoa esta hora los buhoneros y sus tiendas de barati!as y fritangas,los vendedores de compactos piratas y sus minitecas ambulantes,

el smog, el ruido de los automóviles, la bullaranga de losescolares que salen de las escuelas y los liceos... 7A la orden,señor9... 7@racias9. - la realidad pesa, pesa, y me abrumanuevamente.

$ntre tanto, tú me espiabas en medio del tumulto en laacera de enfrente #arriba un sol de plomo, arde, que arde...%B*u( calor, di!o de pronto una mu!er, en la mesa contigua,ech'ndose aire con la lista del menú. 4e buscabas de mesa enmesa, con esa mirada saltona, mientras los comensales llegaban,se sentaban, discut"an algunos, re"an otros, se enamoraban,reñ"an, mandaban todo al cara!o, se manten"an silenciosos... /úme espiabas, est'tica en tu mundo #=D años, delgada, morena,o!os inquietos, cabello apresado en una cola% pendiendo entre laduda de asistir o no a mi encuentro. 3ubitativa, taciturna. Conese pantalón que tanto me gusta #sobre todo cuando te loquitas...% y aquella blusa clara, plegada tenuemente a tu figura.4e pensabas, me anhelabas, estabas excitada, con las me!illasresplandecientes... #Arde, que arde...%

-a llevo en la cuenta cuatro caf(s y un cachito de !amón yqueso. 5asta me ha dado tiempo de releer el diario las mismasnoticias, todo sigue igual+ ninguna esperanza, el mundo es unamierda... - aqu" no est's, como otras veces...

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Te recordaba desnudo. Tímido. Con los labios rojos y losojos aún más oblicuos que de costumbre. Dibujando poemas de

amor en el aire acondicionado de una pieza de motel cualquiera.Soñador loco. Como siempre.

4e espiabas, como un perfecto !oyeur . - la gente tetropezaba. Cuidado, vale. ermiso... 3os pasos hacia adelante,dos pasos hacia atr's. /e dispon"as a cruzar la calle. Ahora no...Ahora s". - arriba un sol de plomo derram'ndose inclemente, y,entre tanto, unas gotitas de sudor se alo!aban discretamenteentre tus senos #ay, 3ios m"o%. - la estúpida canción de

siempre... - yo sin ti.)on la una. $n la pequeña tele del local comienza el

absurdo melodrama la misma vaina de siempre amoresimposibles. rotagonistas flacas con las tetas abultadas desilicona. 1os tipos tienen unos cuerpos arrech"simos hormonasinyectadas por todos lados b"ceps, tr"ceps, pectorales, y seguroque el cosito lo tienen de adorno... #sonr"o solo, como un bobo,como siempre...%

:*u( estar's haciendo; -a tengo los dientes negros de tantacafe"na+ tengo gases y arrechera mezclada con algo de tristeza.BCónchale, vale

uede que alguien nos vea, pensaste, acomod'ndote elcabello, que se interpon"a de cuando en cuando entre tus o!os yel mundo una calle abarrotada, un sol intenso, un tipo medioloco esperando en un restaurante a alguien que no llega y que loesp"a desde le!os. obrecito, murmuraste. "#u$ harás% Se&uro

estarás que e'plotas. (h coraz)n. "#u$ ropa traerás% Se&uro laque a mí me &usta tanto* te conozco bobito. + por su puestoestarás bien a,eitadito y con &elatina en el pelo papito rico.Arrugaste la cara en una mueca imprecisa que no se sab"a si erade alegr"a o tristeza.

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&na y pico. Coño E la madre. - lo malo que soy yo paraesperar...

$l hombre dobló el periódico en dos, con ciertaparsimonia, y lo guardó en el bolso. )e levantó sin prisa, dirigióuna mirada seria al otro lado de los ventanales del restaurante yse esfumó entre el sopor de la tarde y la avenida atestada degente. #All' arriba el sol arde, que arde+ gira que gira, como enlos óleos de 2an @ogh...%.

1a !oven llegó a tiempo para ver el final de la telenovela,

se sentó como por un refle!o mec'nico, con la cabeza endirección a la pantalla del televisor, colocó el bolso sobre lamesa, movió a un lado el florero recargado de girasolesartificiales, pidió un cachito con !amón...

#febrero de =>>?%

Pesadilla



3os horas despu(s, una pesadilla lo despertó de golpe.

7:*u( pasó, papi;9 7o s(+ una pesadilla...9 72oy al baño978Iey9, di!o Catherine, d'ndole la espalda. )e levantó de lacama, aún sobresaltado, y se dirigió a tientas, entre laoscuridad, a la sala de baño. $ncendió la luz del espe!o. Jostezó,largamente, con un sonido gutural, desagradable. )e detalló lacara los o!os enro!ecidos, unas o!eras marcadas, una barba dedos d"as, una espinilla nueva. )e echó el pelo hacia atr's con lasdos manos+ luego, se rascó la panza con cierta morbidez#Cónchale, qu( malestar... murmuró.%

Al rato, se escuchó el rugido del agua ba!ar por el K.C..4ientras se sub"a el bo'er #regalo de matrimonio de una antiguanovia%, comenzó a silbar una vie!a canción de -ordano #creo queera 74anantial de Corazón9, la misma del taxista...%. Al cabo, seobservó nuevamente en el espe!o+ apagó la luz. Al salir de la salade baño, se detuvo en el umbral de la puerta, pues un mantoverde fosforescente en sus pupilas le imped"a definir las formascon precisión. Cerró y abrió los o!os reiterativamente, a fin deacostumbrarse de nuevo a la oscuridad. A los pocos momentos elefecto desapareció por completo. &n zarpazo de angustia yterror derrumbó sus sentidos. $l cuarto estaba completamentevac"o, desvenci!ado, polvoriento, en estado de abandono. i lacama con su mu!er, ni la mesita de noche en donde hab"ancolocado sus cosas #la corbata, las llaves, el hilo dental, elcelular atagonia sin saldo, la botella, los relo!es...%+ ni laspersianas, ni las perchas, ni la /2... ada, nada.

Corrió y se asomó r'pidamente por la ventana, sintiendo

una terrible conmoción, que le hac"a sudar fr"o. Con larespiración en un hilo, escrutó el horizonte. Afuera, un sol ro!oagigantado pintaba de carm"n la mañana y el mar caribeños,como todos los d"as.

$n la penumbra del parque del @ran 5otel unas puticasregateaban sus servicios, en un dialecto ininteligible, con algunos

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clientes embriagados, mientras se escuchaban a los le!os lasvoces chillonas y baritonales de los primeros pescadores, quienes

ofrec"an sus productos #7frescos y directicos der mar,señora...9%, mec'nicamente y con entusiasmo, como para uncomercial de televisión.

#Agosto de =>>?%

El Poeta

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1a rozó aquella mañana de abril. Lecuerda claramente sutez delgada, su cuerpo de mu!er tierno y sensual ba!o aquella

blusa blanca y aquel blue !eans desgastado. ara entonces nollegaba a los veinte años.

Ml por su parte, se dedicaba a sacar su grado universitario.o sospechó siquiera que aquel d"a cambiar"a por completo suexistencia. $ra m's bien t"mido, centrado en s" mismo, un tantosoñador. $n sus ratos libres escrib"a versos. $ra un poeta.

1a noche de aquel d"a me lo encontr(. 2agaba solitario por

la avenida principal, vestido de negro, muy lentamente. Comoadvirtiendo algo, como adivinando un suceso cercano.

NB$h, Fesús :*u( tal; Nle pregunt(.NBJien :- tú; Nme di!o, sin sorpresa, manteniendo su

caracter"stica tranquilidad. Como alguien que ha vivido m's deochenta años, como un abuelo, como un anciano. 5ac"a un mesque hab"a cumplido los veinticinco. 4e habló de aquellamuchacha. 1o hizo tiernamente. 1uego me di!o

Nunca podr' ser Nsu voz era clara, firme y convincente.4e estrechó la mano y siguió solitario como una sombra en lanoche.

$lla terminaba de sacar el bachillerato. Algo, algo como unhilo invisible e inquebrantable la un"a a Fesús ella mor"a por laliteratura, sobre todo, por la poes"a.

Ml me lo comentó. )us o!os oscuros fulguraban como nuncalo hab"an hecho, parec"a un niño rico en avidad. 1a muchacha

se llamaba ataly.asaron muchos d"as, (l se enamoró. $lla, una muchachanormal, realista, se de!aba impresionar y se fascinaba ante lapersonalidad misteriosa de Fesús. @uardaba en su mesita denoche una colección completa de sus me!ores poemas. $ran dospolos que se complementaban perfectamente.

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&na tarde me los consegu" !untos. Lealmente hac"an la

pare!a ideal. $stuve un rato con ellos. 4e contaron de un modopulcro y detallado sus planes 7B8rganizaremos una buenabiblioteca+ Bo &n restaurante...9 Ose contradec"an, re"an ysoñaban, ba!o aquel sol que lam"a lentamente los rosales de laplaza.

A los seis meses me enter( que se hab"an casado. Lecuerdoque tuve que marcharme con urgencia a Caracas a solucionar unasunto de familia y no pude estar presente en la ceremonia.

5an pasado diez años desde que lo supe. Fesús se hizo unpoeta famoso. $lla, a los cinco años de vida conyugal, loabandonó por un deportista.

$n este preciso momento estoy ho!eando su último libro.5e le"do el prólogo y los primeros veinticinco poemas, son muytristes. $l último que le" se llama 7unca podr' ser9, trata delamor imposible entre un poeta y una estudiante...

#Agosto de PQQ?%

Tardecitas sin café

“...el hombre vive en el tiempo, en la sucesión, y el mágico animal, en la actualidad, en la eternidad del instante.”

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Jorge Luis Borges.

La mujer se incorporó lentamente, sorteando el peso de laincertidumbre. Auera de la habitación se iniciaba, como cadama!ana, el ajetreo de mesitas rodantes, los llori"ueosintempestivos "ue romp#an bruscamente el silencio de lospasillos, los tra"ueteos de tacones "ue vienen y van al compás delas emergencias, porta$os, las voces lejanas o cercanas "uecomentan alg%n acontecimiento trivial, la consabida muerte de laancianita del &'(, apellidos de doctores pronunciados con cierto

aire teatral... )n in, un nuevo d#a aleteaba allá auera, tanprevisible y corriente, "ue Jesusa llegó a pensar "ue tal ve$ nopodr#a volver a vivir uera de ese recinto.

*e duele constantemente a nivel del páncreas, doctor. )sun dolor pun$ante "ue de cuando en cuando me hace cerrar losojos, nublándome la e+istencia. A veces, cuando menos lo espero,el dolor como "ue se ampliica y me invade todo el cuerpo. )nesos momentos me hago consciente del lugar donde estoy, sientoel tacto de la sábana, vieja sábana blanca -blanca/, y me

pregunto cuántas personas habrán padecido a"u#, cuántas habránsentido, como ahora yo, el ámbito glacial de estas cuatro paredes,esta incertidumbre "ue me empuja cada ve$ más al borde de ladesesperación, esta ansiedad permanente "ue me hostiga sintregua y "ue al paso del tiempo se agiganta y se iltra hasta por mis huesos... 0uándo terminará este 1arma, 2ios, cuándo podr3volver a mi casa, cuándo volver3 a acostarme en mi cama y har3el amor con mi marido nuevamente, cuándo volverán a"uellasplácidas tardes de caecito con leche y pan con "ueso, a la vuelta

del trabajo4 las conversaciones con 2amiana y su peculiar manerade arontar la vida, cuándo podr3 saludar a la se!ora 5lga ydiscutir3 con 6ablito a"uel asunto de su escolaridad...

0uando pas3 revista esta ma!ana la se!ora estabatran"uila, aun"ue por su puesto, con algo de dolor, pero eso es

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normal, se!or, no se preocupe... 2ijo "ue le dol#a a la altura delpáncreas, algo "ue me dejó un tanto preocupado4 además estaba

muy pálida... Anoche casi se nos va, la tensión casi le juega unamala pasada...

7on casi ocho meses. 5chos meses "ue se me antojaninterminables, ininitos. Los d#as han sucedido como en unapantalla de cine y yo del otro lado, como un espectador más4impotente, impasible. Abrumado por el hecho de no poder cambiar el rumbo de los acontecimientos... 8 tener "ue verla as#, tanpálida, tan otra persona, con las manos lánguidas y delgad#simas,

casi tan rágiles como si uesen de cristal, como si ante un bruscomovimiento... pero el doctor me ha dicho "ue no me preocupe y"ue pronto volverá a su vida normal... pero, -0uándo, doctor-0uándo podrá volver a su vida normal -0uándo podremosvolver a nuestra vida normal, Jesusa -0uándo

)n ocasiones pierdo la noción del tiempo4 no s3 si hoy esayer o ayer es hoy. A veces despierto y creo estar en casa, abrolos ojos en medio de la noche y me parece "ue estoy viviendo loya vivido... Los muchachos en la habitación de enrente

durmiendo como angelitos, la respiración ronroneante de 9aael, justo a mi costado derecho4 el canto de grillos y ranas palpitandodetrás de los jardines, irrumpiendo el ámbito de la casa en unaoleada monótona y pertina$4 el sonido intenso y eterno de la altanoche, la calle de los Abrojos : ; <= con Avenida )spa!a, ay, otrave$ la puntada de siempre, -"ui3n puede calmarme este dolor->ui3n ?7e!orita, por avor...@ La calle de los Abrojos... 9aaelestá "ue se grad%a, a pesar de haber sido siempre el más lojo,ah# va mi muchachote, en menos de un mes y será todo un

ingeniero... 6ero con *ario si "ue la pusimos no s3 "u3 le pasa aeste muchacho, "ue si mucho por"ue es mucho4 "ue si poco,por"ue es poco... y con la noviecita "ue tiene ahora, esa laca de

jugueter#a... Ayer me vinieron a visitar. :o creas "ue no me dicuenta de la e+presión de 7arita al verme en este estado, nisi"uiera disimuló4 despu3s de un breve saludo a rega!adientes,

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se despidió con una sonrisa demasiado eusiva para ser sincera,dijo "ue te esperaba auera, y salió meneando ese culito como si

uese la mism#sima miss universo4 no es por nada, mijo, pero mehubiera gustado "ue te "uedaras con Abigail, esa muchacha s#"ue val#a la pena4 pero en in, cada cabe$a es un mundo, "u3 levamos a hacer...

Luego del diagnóstico, tuvimos "ue internarla de inmediato.)staba muy mal la se!ora4 recuerdo "ue hasta le calculamos,como mucho, unos cinco meses de vida. La mayor#a depacientes, en las condiciones con "ue ue reerida a la cl#nica la

se!ora Jesusa, no resisten más de ese tiempo. Ayer estabatran"uila, comió medianamente bien, estuvo concentrada en latele como si no hubiese nada más importante. 7eg%n me contódespu3s una de las enermeras de guardia, la se!ora hab#adespertado aable y sonriente y hasta les hab#a contado algunashistorias sobre 9aaelito y *ario...

Ayer estuve pensando en la muerte, como si uera un malpresagio. )stuve recordando los %ltimos d#as de mi madre. Lamanera como paulatinamente ue perdiendo uer$as, para luego

irse apagando, imperceptible, serena, como las luces de losbarcos cuando se alejan del puerto hasta perderse en alta mar. Lamuerte, esa se!ora irremediable la "ue nunca alta, la "uesiempre está 8 pensar "ue nunca pude dedicarle el tiempo "ueella se merec#a4 nunca me interes3 en prodigarle esa dosis deaecto y ternura "ue de un modo callado siempre imploró, detrásde esa sonrisa mansa y esa manera tan calma de sobrellevar suinvariable destino4 no ui capa$ de sortear el cerco de rencor sordo y pun$ante "ue muy en el ondo de nuestras almas impidió

un acercamiento más "ue ilial4 le negu3 ese abra$o sincero "ueahora desanda conmigo en los vericuetos de una habitacióninsoportablemente blanca y sórdida y triste madre, madre m#aojalá e+ista un cielo donde pueda encontrarte, donde no te sientastan sola madre m#a, donde no te sientas tan

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Ayer el doctor me acrecentó la incertidumbre. *e e+plicó, de

una manera reposada y hasta didáctica, "ue Jesusa hab#adeca#do en un estado de letargo y ensimismamiento muypreocupantes. >ue me preparara para lo inevitable. Lo mejor enestos casos es mantener la calma, transmitirle a la paciente pa$,serenidad, mansedumbre. 73 "ue es di#cil, se!or 9aael, pero eslo %nico "ue puedo aconsejarle. :o "uiero crearle alsase+pectativas. 0omo usted muy bien lo sabe, lo del transplante eranuestra %ltima opción )l ascensor "uedó atrás, estoydescendiendo a un abismo "ue se llama planta baja, a un

subterráneo solo, aun"ue contaminado de pasos y smog y ruidoscotidianos y bochornos y parejas disparejas "ue transitan el caosdel atardecer y luces metálicas "ue resplandecen contra el cieloen una reverberación asi+iante. :o s3 por "u3 he remontado laavenida del cine y me he internado a una placita solitaria, endonde el verdor de los árboles y el canto de los pájaros le dan a laciudad un aspecto de espejismo. Cace treinta a!os Jesusa y yoestuvimos en este mismo lugar. 9ecuerdo la espesura de suscabellos reto$ando sobre sus hombros, sus ojos grandes yvivaces huyendo de los m#os4 a%n pervive en mi mente el helado

temblor de sus manos acariciando mi espalda, la temperatura desu respiración sosegada y violenta a la ve$, la latencia de supecho, alborotado y ebril

La intervención ue todo un 3+ito. Ahora lo "ue resta esesperar la recuperación. 0omo ya les e+pli"u3 ella necesitatran"uilidad y muchos cuidados

Llegamos a casa. 6arece "ue estuvi3ramos llegando a unlugar desconocido, nuevo para m#. Los muchachos han cambiadode lugar los muebles. Can pintado la sala y los cuartos, lasplantas del jard#n han crecido y ahora juegan altivas con el viento"ue baja de los páramos. Al primer vista$o, me parece "ue labiblioteca carece de los libros avoritos de 9aa Ay "u3 dolor

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*e asomo al ba!o y me percato de "ue tambi3n altan suspastillas, ojalá "ue est3 bien Los muchachos me lo dijeron

apenas salimos del hospital, papá tuvo "ue viajar con urgencia auna entrevista de trabajo ojalá logr3 conseguir el puesto,siempre ha so!ado

9a%l *ár"ue$, septiembre de D''E, ebrero de D''F

Ella no sabía besar

$lla no sab"a besar. )us dientes mord"an mi lenguabruscamente, mientras sus o!os, un tanto entreabiertos,contemplaban el mundo desde una perspectiva fragmentada,cubista un o!o cerrado por aqu", una ventana abierta por all',

1



unos arbustos endebles tras cuyas ramas reposaba una lunaadormilada y ro!iza... $lla no sab"a besar, mas cada noche,

nuestros pasos se encontraban con puntualidad religiosa en eltraspatio de su casa, mientras su hermano mayor se perd"a entrelos vericuetos de una pel"cula de acción y sus hermanasconversaban del pasado con esa intensidad cansina con queevocamos tiempos perdidos... Aún su olor a !abón camay perviveen mi memoria+ la latencia de su pecho resonando sobre el m"o+la brusca adolescencia cuya algarab"a nos hizo ir y venir, una yotra vez, tras los mismos pasos... $ntonces, una voz era capaz deprovocar temblores de in(dito fulgurar+ una canción agui!oneaba

el alma, azuzaba la imaginación, creaba un 'mbito indiscernibleen donde ella emerg"a, impetuosa y p'lida, con toda la tarderendida a sus pies...

1a conoc" en el liceo. $n una (poca en que era precisosoñar para evadir responsabilidades y negarnos a comprenderque la vida no era precisamente lo que soñ'bamos... &na (pocaen que la infancia se iba quedando hu(rfana en el recodo delayer. 3e despertares amodorrados, de investigacionesdocumentales para la profesora de biolog"a, quien nos esperabacon una sonrisa providencial entre pipetas y vasos deprecipitados y un microscopio antiqu"simo, tal vez de la (poca de@ómez. - luego de cada clase de 5istoria, la recocha de fútbolen los patios verdes, en donde era prohibido hacerlo, y el gritodel vigilante que no se hac"a esperar, estos muchachos del coño!ale... - nuestras sonrisas que se mezclaban en la hu"da finalhacia la cancha de la calle nueve...

$ra la (poca en que todos soñ'bamos con ser 4aradona o

Hranco de 2ita o el gal'n circunspecto de la telenovela de lasdiez... orque mientras sonaba la canción de moda en la radio dela cocina yo la recordaba con los o!os como perdidos en otromundo y mis hermanas que no sab"an nada de lo que meocurr"a... sólo @uillermo y Fuan que descubr"an conmigo los pro ylos contra de un amor contrariado y de una muchacha que no

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sab"a besar, y de un periodo de nuestras vidas en que era precisore"r hasta la saciedad para escapar de la incertidumbre de vivir...

1a incertidumbre de vivir. $sa desazón inexplicable que nosabarca y nos determina. $se querer lograr lo imposible, mientrasque lo posible se nos escapa de las manos como agua o arena.$ntre caminos intrincados que se cruzan o se ale!an, donde elrecuerdo es necesario, donde el dolor es una llama a fuego lentoque nos calcina progresivamente+ donde la felicidad, un recuerdograto que de cuando en cuando pone la piel de gallina y nos hacerepetir una mueca de sobrecogedora mansedumbre...

orque con los años, aquello que soñamos no es m's queuna multiplicación de conformismo y rutina+ rutina que corroe lailusión, que sobrepasa con creces el 'mbito de lo anhelado, deaquello que relampaguea en los o!os por un instante nada m's...

Cuando ella no sab"a besar, el tiempo no pasaba tan deprisacomo ahora. Lecuerdo las caminatas por las calles oscuras,despu(s de misa. - sus palabras sobrecogedoras adornadassubrepticiamente con algo de atrevimiento y sensualidad. - lastareas de ingl(s o los e!ercicios de matem'tica o las reunionesdel grupo !uvenil en que nos mir'bamos de reo!o, mientras elp'rroco nos aburr"a con el mismo sermón de siempre, porque esnecesario cumplir con los mandamientos y ser coherentes connuestra cristiana rectitud ... - luego el cansancio y el deseoexistencialista de que la noche nunca acabase y los besos cadavez m's profundos y la alta noche con sus ranas y sus mitos y elsueño de abrazarnos para siempre prolongado hasta los primerosdestellos del alba...

orque la evocación es una fuente de inagotable poes"a+porque es necesario dar un vistazo a nuestro pasado paracomprender el presente, porque aquellos recuerdos setransmutan y se convierten en prosas o cartas que a destiempoalcanzan a su destinatario concreto... 5eme aqu", con un deseo

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absurdo de contigRidad, de ser ayer y hoy, de poder atravesaresa tercera dimensión que como un agu!ero espacial se interpone

entre nuestras vidas... orque no quiero llegar al final de estasl"neas, porque tengo miedo y una certeza de olvido que como ungarfio indetenible me arrastra al fondo mismo de laexasperación+ porque siempre he de recordar, con algo deternura, sus labios de primitiva candidez, su lengua que se met"aen mi boca de manera brusca y hostil, como el n'ufrago que seaferra a su tabla salvadora o el licenciado que llegapuntualmente al traba!o por miedo a ser despedido... orque alotro lado de la ciudad, en el traspatio de su casa, su hi!o mayor

!uega fútbol con un balón desinflado, !usto ba!o las sombras delmismo 'rbol en que en aquel tiempo una luna llena dorm"a y sesonro!aba, cuando aún no sab"amos besar, y nuestras manoste!"an, temblorosas y en silencio, la aventura de vivir...

Laúl 4'rquez, octubre de =>>?

Ausencia

Ayer 2erónica se trasladó a la ciudad de )an Cristóbal a finde adquirir unos zapatos de la última colección de invierno. )alióde su casa a eso de la siete de la mañana en su flamante -ord Hiesta =>>S, color blanco. ba vestida de !ean y zapatos de tenis,con el pelo recogido en una cola de caballo, que se mec"acoquetamente, al viento de la mañana. Casi se sab"a de memoria

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3ecidió dar una vuelta m's. )e dirigió a un restaurante decomida china le encantaba el arroz frito, las lumpiasT Aunque

hab"a decidido empezar una dieta, pues ya los rollitos de suabdomen se notaban demasiado para su gusto, no pudo resistir latentación de probar el combinado U P, su favoritoTnesperadamente el cielo oscureció. &na llovizna repentinacambió el clima del mundo. $ntonces su ausencia se hizo m'spesada, casi corpórea. 3e pronto le dolió el alma, en unrelampagueo de nostalgia. 1e inquietaba sentirse como unn'ufrago en medio del oc(ano, sin (l+ sin sus risas y !uegos entretanta gente seria y refinada. $xtrañaba a ese lobo infantil que la

hac"a sentirse diferente, única ella en todo su esplendor+ ellasin visos superpuestos, ella sin m'scaras, sin debe<ser<as"+ ella,en toda la extensión de su sensualidadT

$l d"a siguió su rumbo invariable. 2erónica hizo un adem'nde fastidio que el bombero de la gasoliner"a interpretó como unasúbita expresión de desprecio. ero no era as". A pesar de suaspecto de niña insufrible, 2erónica era una persona muyhumana+ sensible hasta los tu(tanosT 1entamente, unas gotitasde sudor brotaron de su frente, blanco palacio de plata, cofre depensamientos y ensoñaciones peregrinasTsus zapatos laacompañaban, ya no eran dos+ eran tres. $ros le dio paso aHranco, y los destellos de la memoria la abrumaron sin piedadT

S)lo importas tú01ntre tanta &enteS)lo importas tú0 2asta el punto que a mí mismo

Se me ol!ida que tambi$n e'isto0

$l automóvil del año cruzó una esquina atestada de

buhoneros y vendedores de compactos piratas. 3entro de (l ibantres elementos unidos por un lazo inquebrantable. $l recuerdo dealgo los un"a+ la sombra largu"sima de una historia inolvidable,algo que se hab"a vuelto cotidiano, como beber caf( cadamañana. 2erónica suspiró despu(s de todo. )e preocupó un pocoal suponer que habr"a un atasco terrible de regreso a casa. /omó

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el celular con un movimiento mil veces repetido, revisó losúltimos mensa!es. )e acordó que deb"a comprar las pastillas del

mes. - el minutero del relo! segu"a cruzando mil veces el númerodoce cuenta indetenible, que no cura nada, que por elcontrario, profundiza la oquedad, la rabia permanente frente aun destino escrito por alguien desconocido, un camino dif"cilpero inevitable como respirar y morir, as" viv"a 2erónica.

Cuando decidió cruzar la avenida en busca de la calle de suinfancia, sintió el peso del arrepentimiento. Cadaarrepentimiento tra"a consigo un nuevo deseo de obrardesaforadamente, y por ende, de volverse a arrepentir. /al y

como el ciclo del agua en la naturaleza, en el corazón de2erónica giraban constantemente las mismas ideas, los mismosdeseos, a veces incumplidos+ las mismas prerrogativas de mu!erlocuaz, moderna, que afronta en silencio la certeza de que (l novolver' a ocupar el vac"o de su sombra+ de que (l no volver' arozarla, ni tan siquiera con el tacto de su respiraciónT

Atardece sobre la ciudad. 1uego de visitar a sus hermanas+de comentar lo que deb"a comentar+ de mostrar los zapatos quehab"a visto por la tele, y que ahora eran suyos, 2erónica debeemprender via!e, debe irse pronto, si quiere evitar mane!ar denoche. A pesar de ser una profesional estrella, de habersegraduado con las me!ores notas de la facultad, 2erónica erafr'gil como una niña ante la oscuridad, ante la sola idea deconducir de noche. $so era algo que odiaba, as" como a veces seodiaba a s" misma, por estúpida, por blandengue, por permitirque los dem's se metieran en su vida y decidieran por ellaT

:or qu( no me regres( m's tempranoT; se preguntó,

observando con detenimiento las cabezas de los ocupantes de unfiat uno que se hallaba frente a ella, y que como su auto, era uneslabón m's en esa cola de la siete de la noche en la troncalnacional D. 5ab"an cosas que la exasperaban verdaderamenteuna de esas era formar parte de una cola automovil"stica. -a elrelo! le advert"a que llevaba as" m's de una hora, movi(ndose a

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paso de morrocoy. 3e pronto sintió ganas de llorar. )e contuvocon todas sus fuerzas, pero no pudo evitarlo lloró con un llanto

reposado, como si evitara que alguien la viera, a pesar de estarsola. $ntre tanto, el reproductor le daba vida a esa canción, esacanción que aún la apesadumbraba+ esa canción que en algúnmomento de su vida constituyó un himno+ el fondo musical de lam's ardua de sus historias. &na canción que era como una drogaterrible que la emocionaba y la exasperaba a la vez, y que laremontaba inevitablemente, a unos brazos a!enos, a una bocadistanteT

3esde ese para!e de la ruta, 2erónica pod"a divisar las lucesde su pueblo #ella prefer"a llamarlo 7pequeña ciudad9T%. )utel(fono se hab"a descargado apenas saliendo de )an Cristóbal,por lo que llevaba m's de tres horas sin comunicarse con (l#3ebe estar que echa chispas, pensó, sin inmutarse%. Al poco ratodetuvo el auto frente a la casa. 1as luces del cuarto estabanencendidas. @uardó los discos compactos en sus respectivosestuches, se acomodó nuevamente la cola de caballo, luego semiró la cara en el espe!o retrovisor, a fin de desprender con susdelgados dedos, las últimas cenizas de las l'grimasT

Laúl 4'rquez, P= de febrero de =>>V!23 a"#s $%s&'(s $% la &arti$a $%l )a%str#, *'li# C#rt+ar, a la %t%rni$a$---.

Envíame un mensaje, por favor

erd" el celular. Creo que fue ayer, en casa de 4ónica. 4i

mam' siempre me lo di!o, un d"a de estos vas a botar esecelular+ vaya man"a la tuya de cargar siempre ese celular en lamano+ :acaso no puedes guardarlo aunque sea un momento en elbolso; Ahora, :cómo llego mañana al liceo sin mi celular; 4eimagino a la estúpida de Warem presumiendo con su 3okia

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aniñado, haciendo que habla, ri(ndose como una idiota con eltel(fono pegado a la ore!aT

4i pap' me lo regaló el d"a de mis quince años. &nassemanas antes me preguntó, sin muchos rodeos, y hasta con vozsolemne :*uieres una fiesta o un celular; Claro que el celular,di!e emocionada. Fusto el d"a de mis quince y luego de que encasa me partieran una torta de ahuyama que me hizo la t"a Losa,mi pap' me entregó la bolsita. Al fin, 3ios m"o, pens(, mientrascargaba el aparato. Aunque no es de los caros, de esos quetienen c'mara y todo, me gusta+ para qu(, el vie!o se botóT $sa

noche no pude dormir a cada rato me paraba a ver mi celular.1o tocaba, le"a el instructivo por en(sima vez, le limpiaba lafr'gil pantallita que aún segu"a cubierta por una delgad"simal'mina de pl'stico adhesivo, de esas que se adhieren confacilidad a ciertas superficiesT

erd" el celular. Ahora me pregunto cu'ntos mensa!es mehabr'n enviado. :1eonardo me habr' escritoT; Jueno, aqu"estoy. 5asta ahora nadie se ha dado cuenta. 1as muchachas mesaludaron como siempre, los muchachos tambi(n, y nada, nadiese ha percatado de la ausencia de mi celular. BCónchale, qu(aburrimiento

4i pap' me preguntó que por qu( diablos no hab"a sidocapaz de responderleT 1e di!e, cuid'ndome de ser muy natural,que lo que pasa es que el celular estaba descargado+ a ver si locargas, para algo te lo compr(, me reprochó, todo serio. )",pap', tranquiloT #1eonardo tambi(n estar' que echa chispas,pero, en fin, mañana le explico todo y caso cerrado.%

Apenas pude, me escap( de clases y me fui para donde4ónica. 1uego de la ch'chara habitual, le pregunt(, como la queno quiere la cosa, que si por casualidad el celularT ada de nada#ahora s" empec( a sentirme un tanto como desesperada, por supuesto en el primero que pens( fue en pap'T%

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5ace dos d"as que estoy sin mi celular. :3ónde podr' estar;

:Acaso 4ónica me mintió y lo guardó para ella; o, no creo+ ellaes mi me!or amigaT adem'sT $n fin, tengo que de!ar de pensartantas tonter"as. $l hecho es que estoy sin celular, mientras quemis compañeras se la pasan !odiendo con sus celulares en lasclases deT qu( chimbo, valeT

4am' me abrazó como hace tiempo no lo hac"a. 1uego medi!o casi al o"do, como si fuese un secreto gracias, mi amor, yotambi(n te quiero muchoT $stuvo muy melosa, mam', durante

el almuerzo. Aprovechando esa circunstancia me anim( aconfesarle lo de mi celular, pero en esas llegó pap' todomalencarado y como quien dice se me aguó el guarapo.

Amanece, mi tercer d"a sin. Jueno, or lo menos 1eo mecomprendió. 1o que s" me dio rabia fue ese comentario burlón. 8sea, mi amor, que debes estar toda aburrida :ah; -a, bobo, de!ade ser as", valeT 4ónica no estaba en casaT

$sa noche mi pap' estuvo todo raro. 4e empezó apreguntar cosas que nunca me hab"a preguntado. Adem's, (lnunca se ha metido de lleno en mis cosas, y de repenteT laverdad me asustó #:ser' que ya se ha dado cuenta;, pens(, unpoco nerviosa%

4am', por su parte, volvió a ser la misma de siempre.Cariñosa, pero no tanto como el d"a anterior+ qu( pasar'T

5oy estuvo insoportable. 4e trató con desd(n+ me trató

como si en el fondo me odiara. 5asta pude escuchar que dec"acositas por lo ba!oT Al fin le pregunt( que qu( le pasaba, peroevadió la pregunta. 4e abrazó, pero lo sent" m's bien fr"oT :*u(te pasa, papi; regunt( nuevamente+ me respondió que nada, yluego me di!o que ten"a que hacer no s( qu( cosa donde Laúl y

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me de!ó con un extraño sentimiento+ me dieron ganas de llorar,pero me contuve de hacerloT

$sa noche a la hora de la cena, sent" una tensión extrañaen torno a la mesa. 4i pap' m's callado que de costumbre+ mimam' simulaba que estaba tranquila y que todo estaba bien,pero algo me dec"a que eso no era as"T

4e acost( intranquila. /engo que hablar con 4ónica.Cónchale, no creo que me haya delatado, de todas manerasmañana tempranito voy a buscarlaT

$l celular estaba donde 4ónica. 1a señora que plancha loencontró deba!o de la cama de 1eonardo. $staba descargado. 1opuse a cargar de inmediato. Al cabo, lo revis(. Apenas un solomensa!e sin leer. $ra de pap'. -a lo sabe todoT Ahora no s( qu(voy a hacer y con esta regla que no me ba!aT

Laúl 4'rquez, febrero de =>>S

ÍNDICE

&na prosa para Anal"a=

1a citaV

2



esadilla

P>

$l poetaPX

/ardecita sin caf(PD

$lla no sab"a besar

=>Ausencia

=X

$nv"ame un mensa!e, por favor=V

30

Una Prosa Para Analía (Antología)

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