UNA POllllCA 43 -...

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UNA POllllCA 43 ~\i:::IlACUUURA 19~ _Comité de dirección:

Carlos AltamiranoOsvaldo BonanoBeatriz Sarlo.

Cheques y giros a la orden de OSVALDOBONANO, Tucumán 1427, 20. piso,ot.207, Buenos Aires.

SUIARIO

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LOS LIBROS. Redacción y publici­dad: Tucumán 1427,20

Registro de la propiedad intelectual NO1.024.846. Hecho el depósito que marcala ley IMPRESOEN LA ARGENTINA

Informaciones 3Clara Galllnl, Antropolog(ae Imperialismo 9Eugenio Gastiazoro,La cuestión agraria 14Fichas:Bases del poder yanki enArgentina 18La ensel\anza técnica enArgentina 19Michellne Luccloni, China:de 'a ciudad a' campo 21Fulvlo Carpano, Hegel,estado y derecho 24Resenas 26Libros distribuidos en Bs. As. 29

Distribuidor kioscos, Buenos Aires:E. GentileLarrea 5043Villa Insuperable

Distribuidor en Córdoba:E.J. GrecoVélez Sarsfield 169Córdoba

Librerías: Tres Américas S.R.l.

INfORMICIONISLiteraturade las provincias

B.s.

Testimonio de este com­plejo de problemas es elmeritorio ensayo de AndrisFidalgo, Panorama de la li-

la euesti6n de una cul- teratura jujena, publicadotura nacional, y vinculadal por La Rosa Blindada re-COn ella la discusi6n de la cientemente. El (ndice detern6tica de la literatura ar- la obra con toda probabi-~tina, tiene que ver muy lidad sólo muestre al lectordirectamente con los rasgos porteño una esea.. decenaqUe una organizaci6n de la de nombr. conocidos (litoCUltura centralizada y dirigi- es, de circulaci6n nacional)dt desde Buenos Aires im- si se exceptúan algunos .-Prirni6 al proceso cultural critores y viajeros del sigloIrgentino, caracterizado agu- XIX -que no IOn jujeftos,d~ente por la contradic- por otra p"18-. De losci6n entre el interior y la grupos literarios mencion.CIpita1. La concentración dos, qu iz6s sea "Tarja" el: . editoriales. revistas y único que. en su momento,

lirIOs en Buenos Aires llegara ...r mencionlldo en~ a la literatura argen- Buenos Aires. La lecturatina que circula en los ma- del trabajo de Fidalgo -mi·....1••, se en18ft8 i!n las nuciosa recopilaci6n que,Uhiv.sidades y colegios, se como el autor lo declara,~iona en los medios se constituye en una tarea

,.. COrnunicaci6n, un aire previa a la de la cr(tica-~ que acepta con di· es indispensable en el cami·!k=ultades la produccibn del no de una cultura nacional'nterior, producción que que 18 haga Clrgo de losPar otra parte 1610 accede fen6menos de desarrollo de-• l. circulaci6n nacional sigual que caracterizan al~ndo es editada y difun- conjunto de la producci6n

IdI por los ceneles de cultural en la Argentina.~ Air. As(. la Iiter. Fidalgo apunte algunas con·

" argentina _ presentl elusiones: entre ell. la de~o la literatura portefta la 'debilidad' de la literatu-I 1, que se agregan un pu- ra jujefta. Al margen de~ de eteritores del in18- que parezca posible COtn-.

,_ I los que un concurso partir este juicio, no - ob-uwc""dese el CIIO de Mo- vio pregunblr. d6nde resi-:-•. Por ejemplo) convier· den las causas de .te debi-

en 'editables'. Los nú- lidad; la lectura del libro::- CUltural. y literarios que comentamos ilustra so-in ' te constituyen en el bre el c.kter no profesio-q:rkw Padecen los raIgOs nal de la gran mayoría derrart SOfocan a las '&Cono- los eecritores estudiados Y"..... regionales': si Buenos ello nos vuelve a remitir a..: no los absorbe en.. la cuesti6n del d..rrollo't eso. su vida .. efímera desequilibrado de la cultura" Penosa -cuando no im- argentin. Y la concentre-Olible- su aabiistencia ci6n de los mediol de pro-:"-ial. Basta recorrer el ducci6n ma18rial y circul.~ de revistes literarias ci6n de las manifestaciones..... Idas en las provincias culturales Y literarias.dea COnstatar las dificult. Finalmente, es preciso!'it de desarrollo de co- referirse al p~ qU~ los

"tes regionales. elementos folklbrlcos tienen

lOlll8ROS, Setiembre-Octubr. 1976

en literaturas como las delnoroeste argentino. FidalIOregistra, en un primer capl­tulo, la poesía an6nima tra­di cional, cuya influenciaestA sin duda praente enmuchos de los escritores ci­tados. En ellos, sin embar­go, la presencia de lo traeli­cional no alcanza a articu·larse en una propu.ta fir­me de literatura regionalpopular que debib esp••décadas, quizá hoy en lan..rativa de H6ctor T iz6n,para manifesterse. Ello tBm­bién tiene que ver con elcarActer dependiente respec­to de Buenos Air. quesigna I1I corrientes y lasmanifestaciones de la litera­tura regional argeritina ytambién con una 6ptica declase que suele llegar atransfonnar los elementosfolkl6ricos y tradiciona" envariantes del pintol'8lquilmoy del fo.lorismo.

Socialimperialismoen la India

Ultimamente, .. pren.de todo el mundo ha .....tredo un caso esc8nct.101Ode corrupci6n pol(tiCl: In­dir. Gandhi, jefe de EIt8dode la India, debi6 enfrenwles denuncia. de frMldeelectoral y corrupci6n d.1.. norma. democr6tic8;por razones que no •••can con evidencia 1Orte6-aunque tlHnporari.nen.­la situaci6n y .1v6 la lita­bilidad de un gobierno cu­ya politice • C*'8Cterizapor las excelentes relllCio...estableei.. con la Uni6nSov_tic. y, correlativamen­te, con el deterioro de l.relaciones con le Rep(iblic8Popular China y el Pak¡.t6n.

La historia de 8It8I

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"buenas relaciones" se re­monta a mediados de lad6cada del cincuenta, a los.. calientes de la guerrafria, aflos en los cuales Es­tados Unidos se habla lan­zado con resolución a laconquista de mercados ylOnas de influencia mésalié de .. propio patio tr.sero. Por aquel entonc..asegurarse la hegemonlasobre el Océano Indico r.presentaba una pieza impor­tan18 de una polltica irn~

rialista. En 1954, l. Indiase niega a formar parte dela OTASE; esta justa POli­ci6n antimperialista fue c.pitalizada en aftos ..cesivospor el régimen IOviético,que estrechó sus relacionescon la India y que hoy, en.. carécter de potencia 10­cialimperialista, hace que laIndia desempefte un papelcapital en una pollticaagresiva y de cerco en tor­no de la República PopularChina; en este sentido seimpulsen las tendencias ex­pansionistas de la gran bur­guesla hindú (que lndiraGandhi representa en alian­za con los grandes propie­_ios ruralas) a la que leproporciona armas que d.berAn apuntarse en contrade Pakistén, estado que laURSS ha convertido enenemigo "natural" de la In­dia.

Pero no es únicamentesobre el plano de las alian­zas pollticas y el aprovisio­namiento de armas que sedesarrollan las relaciones in­dosoviéticas; $Obre estosejes se apoya la penet,.ci6n econ6mica socialimpe­rial ista. E1 proceso de estapenetraei6n es complejo eiiultnltivo para las nacionesdependientes del TercerMundo. En la dtkada delcincuenta, la fracci6n nacio.nalista de la gran burguesl'ahidú ponla en el tapete deIUI nIIOC_iones con lasotras potencias capitalistas..s relaciones con la URSS.La URSS ..po explotar h.bllrnenta estos conflictos y

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sentar ..s primeras b...econ6m1cas: entre ellas, laimportante acerla de Bhilai,cabecera de puente de la"cooperación" indolOviética,a la vez que del deserro­110 dependiente de la indus­tria pesada hindú.

A través de los aftos lossoviéticos han impulsado laconstituci6n de un podero­so grupo pro-rqso en la in­dustria y las finanzas hin­dúes; al mismo tiempo, ladivisión producida, en1969, en el Partido delCongreso abriÓ el caminopara que buenos amigos dela URSS y ex miembrosdel P.C.!. ocuparan cargosdecisivos en el gobierno yel Estado: tal el caso devarios miembros del gabine­te en 1912, entre los quese inclulan Kumaramanga­lan, ministro de minas yacero, Ganesh, ministro definanzas y Mishra de co­mercio exterior.

En este I*'lodo, el co­mercio exterior de la Indiacon la URSS crece a rit­mos acelerados: del 2,2%del lOtal en 1966-67 hapasado al 10,2 en 1968~9

y al 13,8 en 1971; ymientras que entre 1960 y1970 el comercio exteriorhindú se multiplicó por2,3, los intercambios con laURSS se multiplicaron por240. Hoy la URSS es el

principal comprador de laIndia.

En lo que concierne ala ayuda soviética, la situa­ci6n a comienzos de la dé­cada del setenta era la si­guiente: en 1971 la Indiahabla utilizado 1610 un10% de los c~itos atadosque la URSS le habla 01Or­gado en 1969. Esto quieredecir que, desde ese aftola India -cuya situaci6n fi:naneiera es por otra partecatastrófica- reembolsa a laURSS mAs de lo que deeUa recibe (94 millones ded61ares contra 66 millonesen 1970-71). '

Por otra parte, el 10 deseptiembre de 1972 el 90­bierno de la India y leURSS firmaron un acuerdopor el cual se cre6 unaComisi6n Intergubernamen­tal para la COOl*'aci6nEco~mica, Cientlfica yTécnica, cuyo fin es el deorganizar la "complementa­rielad" de l. economlas delos dos paises. A la Indiaello le representa fabr~algunos produclOs que re.quieren una fuerte inversl6nde mano de obra e inter­venir en algunas etapas delprocesamiento de ProductosindUstriales reexportadosluego a la URSS. Tal elcalO del acuerdo COmercialfirmado en 1972 y que yase aplica en gran escala enla industria del algod6n: seimportan ooסס2 toneladasde algodón JOviético parasu transformación y las hi­lenclerras indias se ven obli­gadas a pagar un 15% mAsde lo que pegarlan a losproductores locales. Pero laURSS no 1610 obliga a "saliados a realiz. Comprasde ProdlllCtos que Podñanellos millnos aprovisiona.....también les COmpra ..~procklcciones para VenderlasmAs caro en el mercado in­ternacional, ast el caso delas nueces de caj6 hincti.que le URSS revende a losEstados Unidos, del " querevende a pa(.s europeosde los zapalOs que revend~

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en ~lgicL La extensi6n detales "negocios" soviéticosdespen6 tal inqu ietud entre~. mismos eliado., qua en~72 se design6 una comi­

li6n para estud iar· lo quees una pr6ctica uaJaI delCOmercio exterior soviético~ los paIses que hegemo­nlza.

Una buena parte de losCOnvenios indosoviéticos tie­nen que v. con la insta'.ci6n de industrias pesadasen la 1ndia. A partir de laleerfa d6 Bhilai, los .,viéti­COa impulsaron la instala­ci6n de otras plantas, cons­~cei6n que para la URSSSignifica un desemboque en"'nas de la industria a las~e quede definitivementllI~da, por la asistencia de­~ICa, la 1IIcnología, etc.,Itas plantas cu_tan a la"di. mucho mAs que las

COnstruidas por otras nacio­ne. capitalistas: por ejem-~o, la. refinería. de pe1rÓ­ÜO construidas por la~SS en Bareun y Koyeli,

, una capacidad de dos"'tllones de toneladas costa­ron 76 y 60 millones de~11Ir" respectivamente; lasdfinerr.. de Medrés y Hal­2Ya con una capacidad de,; millones de tonelades,d nstruidal por finnas occi­~ntales, in..mieron respee­de8Inente 21 y 25 millones

d61.r•.011'~o es de extraftar, porIler~ lado, que el socialim­8r "Iillno por boca de",~hnev se declare grenb,11O de la India y su 90­.~erno cUyo car6cter repre­~. e. suficientemente co­'1 ido. La via de desarro­,,0 de~ndiente elegida porIn IJObterno hindú tuvo co­t~ Consecuencia un acre­..' tarniento notable de la"1'",

I "" "a de las grandes. ma-Ilor Ent~e 1966 y 1968 elCon~taJe de la poblaci6n" IId.lda mAs all6 de und~"'bral de pobreza" pes6Cor 52 al 70% del total.116 ~I.tiv~ntll se desarro­~ '.I"steneia de las m.

especlalmeA. entre tri-

bus y nacionalidades del es­te del subcontinente, cuyalucha armada fue organiza­da por grupos marxistas le­ninistas. A estas insurreccio­nes ligui6 una represiónsangrienta, cuyo centro sesitu6 unos 150 km al sur

'de Calcuta. Miles de mili­tantes fueron muertos ymiles encarcelados. En losbarrios populares de Calcu­ta se colgaron cabezas deinSlrgentes a los tranvias.Las ejecuciones masivas noparecieron merecer la repu I­sa de los amigos soviéticos,que consideran a la Indiasu gran aliada para el dise­fto hegemonista y agresivode su politica en Asia.

CAMBOYAla derrotadel imperialismo

La lucha del pueblokhmer contra los opresoresextranjeros tiene u na largahistoria. En 1863, 1883,1884 Y 1923 se produjeronrevueltas campesinas de pe­lO contra el agresor fran­cés. Durante la década del40, un Frente Khemer 1118­rak organiz6 la lucha con­tra los fascistas japoneses yfranceses; uno de sus mAxi­mos dirigentes era un mon­je budista, religi6n que enCamboya tiene los rasgosfundamentales de una fepopu lar, "atea" .gún ladefinici6n de t86logos occi­dentales, y cuyos sacerdotesviven mezclados con elcampesinado colaborandoen las tareas de organiz.ció" de la producción y dela vida de ald..; _te rasgoparticular del budismokhmer fue cuidadosamenteestudiado y respet8do por101 revolucion.ios cambo­yanoL El Frente Khmer11896 a controlar un terciodel país en 1946 Y SUI be­•• de guerrilla fueron pr6c­tic8l11en18 11. mismal quesurgieron d.pu6s del golpede .tldo proinperillista deLon Nol.

En 1941 los franceseseligieron al prfncipe Sih.nuk como rey camboyanocon la intención de repetirviejos procederes coloniali.tas y convertirlo en unfantoche al servicio de ..sintereses. Sin embargo, lasposiciones independentistasde Sihanuk no tardaron enhacer aflorar lal primerascontradicciones respecto ala política di_fiada por elinvasor extranjero. Elpríncipe construyó unalínea neutralista en plenaguerra frIa, línea que 18

manifestó, irritando particu­larmente a los norteameri­canos que ya habian co­menzado su expansión apa­rentemente veloz y legurasobre el Extremo Oriente,durante la firma de losAcuerdos de Ginebra.

El imperialismo Ylnkiutiliz6 todo el lil18ma depresiones econ6mic8l, poli­ticas y militar. que suelepon.. en malt:ha ante losgobiernos y pueblos del

T..cer Mundo. Comenzócon la ..spensi6n de im­portantes rubros de la"ayuda" ext.ior a Cambo­ya. En _te sentido Sih.nuk respondió llegando arechaz.. totalmente la ayu­da en 1963 y explicandoque esa -ayuda" hablaabierto las puertaI a laCl'eaci6n de un '·Iobby pro­yanki en el pafs, que tr.bajebe pare sabotear suneutnlidMI"; fue precisa­mente sobre este grupo deamigos, socios y aUldosque los yankis • apoyaronpera dlr el golpe de _tadode 1970.

Pero ant. de 810 inten­taron una .rie de manio­bras política cuyo Óbjetivoera aisl.. a Sihlnuk, obli­garlo • la represi6n populary consolidar en el gob....­no, por medio de eleccio­MI freudulentll a la cam.rilla proyanki· de lon Nol.En 1968, UM campana pe­riodfltiCl orquestad8 por laCIA fue desatada con .1objetivo de oblipr 1 Sih.

toa la_OS, Setiembre-Octubre 1976 6

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nuk a dar eleeeiones ··Ii­br.", esto es a no interve­nir en la nominación delos candidatos del partidoen el gobierno. Sihanuk caeen la trampa y ello tienecomo resultado un parla­mento ultrareaccionario queen 1969 desemboca en elgobierno de Lon Nol - Si-rik Matak : se sucedieron.,tonces las medidas anti­nacionales, se anularon lasnacionalizaciones de la ban­ca y el comercio exterior,Camboya abrió sus puertasde par en par a los capi­tales extranjeros. La oposi­ción de Sihanuk a este giroduro meses para finalmentefracasar ante el golpe dees1ado producido por LonNol en 1970.

Durante todo este per(o-do complejo de resistenciay conciliación que se inau­gura en 1946, los patriotascamboyanos supieron com­binar todas -las tácticas,desde la lucha armada has­ta la participación en elgobierno real en los mo­mentos de mayor resisten­cia contra el imperialismoyanki. En ningún momentose descuidó la construcciónde sólidas bases campesinas,cuya seguridad y firmezafueron la primera garant(ade la resistencia que co­menzó después de las elec­ciones fraudulentas de1966, se acentuó en 1969y se hizo armada, generali­zando a la casi totalidadde la nación, después delgolpe de estado de 1970.Los patriotas camboyanosconsideraron que el aspectoprincipal del régimen de Si­hanuk era su voluntad deindependencia; no obstantedenunciaron en toda opor­tunidad las taras que ..b­sist(an, fruto complejo desiglos de dominación impe­rialista, la corrupción, lau..ra que pesaba sobre loshombros del campesinadopobre de Camboya. La po­I(tica desarrollada por elPracheachon (o "partidopopular" que, terminada la

resistencia contra los fran­ceses, organizó a los guerri­lleros que sal(an de la clan­destinidad, a obreros, inte­lectuales y cél11pesinos, alos cómunistas) fue la de"unir a todo el pueblo afin de llevar a cabo la lu­cha contra los imperialistasamericanos y sus vasallos".Al mismo tiempo y espe­cialmente a partir de 1963se denuncia a la camarillacontrarrevolucionaria deLon Nol y muchos de losmilitantes patri6ticos co­mienzan a retirarse hacialas aldeas campesinas envistas a preparar la resisten­cia contra el imperialismoque avanza sobre las posi­ciones neutralistas de Siha­nuk, quien en un momentoincorpora a su gobierno adirigentes como Khieu Sam­phan de decisiva participa­ción posterior en la guerrade liberación de C."boya.A partir de 1966 el replie­gue hacia las zonas ruralestiene como protagonistas a .toda una nueva generaci6nde intelectuales, maestros,etc., que comienzan a orga­nizar activamente la resi.tencia, contemplando en to­do momento de separar aLon Nol y los aliados delimperialiuno, de Sihanuk ye s p e r a n d o la situaciónoportuna para desencadenarla lucha armada, situaci6nclave que de ningtí n modopodla desvincular. de untrabajo que arraigara a lospatriotas revolucionarios en­tre las masas campesinas:"AI anochecer cinco o diezhombres, algunos de ellosdesarmados, entran en unaaldea donde, por lo gene­ral, son esperados por algu­nos campesinos con los que• puede contar. Las medi­das de .guridad son muydiscretas; como Imples via­jeros _ instalan en unacasa, o a vec. en la 'sala'de la pagoda, donde portradici6n la población de laaldea _ reúne para escu-char a aquellos que vienende otral tierras. Se charla,

se bromea, y luego se escu­cha a los campesinos quecuentan sus sufrimientos ysus humillaciones frente alos funcionarios policiales yadministrativos, se los ayu­da a que tomen una con­creta conciencia de las in­justicias que padecen. Lue­go, después de haber insi­nuado alguna sugestión so­bre los medios para prote­gerse de los agentes delEstado, después de habersaludado respetuosamente alsuperior del monasterio bu­dista, el pequeño grupoparte. La proxima visita delos rebeldes permitirá evo­car la corrupción y autori­tarismo de los grandesmandarines y de la camari­lla que está en el gobierno;se dejarán algunos docu­mentos contra el régimende Lon Nol y Sirik Matak;por el momento se evitanlos enfrentamientos con lastropas gubernamentales ytodos los esf,.erzos se con­sagran a trabajar en profu n­didad".

Esta política explica quecuando el golpe de estadocontra Sihanuk se produjo,la resistencia estuviera listay preparada para la luchaen todos los frentes. Laderrota del imperialismodespués de cinco aftos deguerra demostró la justezade la línea de los revolu­cionarios camboyanos: supol(tica de frente único an­timperialista, la tenacidadcon que 18 construy6 lafuerza propia V la direcciónde la lucha armada. HoyCamboya afirma, en unadeclaración suscripta enagosto de 1975 conjunt.mente con la República Po­pular China, al voluntad deresistir l6el coloniali."o, elimperialismo y el hegemo­nismo" en un marco políti­co, económico y militardonde "se vuelve cada vezm6s enconada la contiendapor la hegemonía mundialentre las ..pwpotencias".

ExplotaciónyankienMéxico

La frontera de MéxicoCOn Estados Unidos es es­cenario de un constanteflujo de radicación de in­dustrias de capital nortea­""ricano que llegan all(:r:afdas no sólo por las fa-Ilidades y exenciones iln­

Il?'itivas que ofreció el go­bierno del anterior presi­dente Dfaz Drdaz sinotambién por la sup~rexplo­1aci6n de mano de obra""xicana utilizada en las~as plantas. El desarro-o desequilibrado del cam­

Pa arroja miles de trabaja­dores rurales hacia los cen­tros urbanos o hacia las~Plotaciones rurales en losatados Unidos, que impor­

tlln mano de obra mexi­cena; la organizeción sindi­ce! de los braceros que tra­bBJaban en Estados Unidosen Condiciones infrahuma­llas, la presión popular quese . ,. ejerció a través de sus

slnd'IcatOS produjeron laP'escripción de mayores~ntroles sobre la inmigra­Ia~n golondrina al norte de

frontera. En 1964, el9obierno mexicano decidi6~ renovar los conveniosI e mano de obra agrfco­~ Ello, empero, significóla n más desocupación ens localidades de frontera.

rar Los Estados Unidos mi-On con atención un pro­:'0 de concentración de la

de tra que puso en manos'iosUn 16% de los propieta­tul ,el 51% de la tierra

tivable mexicana y ex-::a.1sa campesinos pobres al

l'Cado de trabajo' no de­IllProv h '.d ec aron la oportum-Id de 'l'fic' utí Izar en su bene-

tri: a un "ejército indus­"- de reserva" constituido...., ifde e ras que a mediados1"-la década del sesentaCiucI::' a alcanzar, en las6 SO% fronterizas, el 40

de la población

activa. En 1967 el en10ncespresidente Lyndon Johnsonconsidero un informe confi­dencial sobre la tensi6n po­Iftica y social en EstadosUnidos y México, en lazona de frontera; el infor­me aconsejaba la radicaciónde industrias en la zonamexicana.

Las industrias que se be­neficiaron con el nuevoplan fueron, en particular,las del vestido, electr6nicay juguetes. Entre los pione­ros figuraban monopolioscomo Litton Industries,Transitron, Motorola, Fair­child, Hughes Aircraft yGeneral Electric. De 72plantas cuya radicación seautorizó en 1967, se pasóa 147 en 1969, 273 en1972, 426 en 1973 y 665en 1974.

Tijuana, Nogales, CiudadJuArez y Nuevo Laredo,ciudades mexicanas confor­madas en el marco de lamás estrecha dependenciarespec10 de los EstadosUnidos, fueron la sede deesta nueva ola expansivadel imp..ialismo yanki. Los

inversores extranjeros apro­vecharon las facilidadesbrindadas por la existenciade parques industriales, bajarenta de la tierra, fuerzamotriz con tarifas reducidasy red de transportes yaexistente. Pero, el funda­mental atractivo de la in­versión radica en la diferen­cia entre los salarios paga­dos en Estados Unidos yen México: este da10 es es­pecialmente importante enel caso de plantas para elarmado de piezas y partes,operaciones sobre cuyo cos­to total la mano de obraincide en un 50% o más.Hacia fines de la décadadel sesenta el jornal que sepagaba en las ciudadesfronterizas mexicanas erade 3,52 dólares, mientrasque por tareas equivalentes,en Estados Unidos se paga­ba alrededor de 25 dólares,si la industria estaba radica­da sobre la frontera. Asfpor ejemplo, mientras queen la Motorola de Phoenix(EE.UU.) un operador demontaje percib(a 5.350 dó­lares anuales, en Nogales,sólo 300 km al sur, por elmismo trabajo un obreromexicano percib(a 1.060dólares, Sobre 1000 opera­rios, .Motorola, al instalarsu planta en México, rea­lizó economfas anualesequivalentes a cuatro millo­nes de d6lares. Por otraperte, la abundancia de mi­

no de obra mexicana, per­mite a las industrias yankiselegir entre los obreros másdiestros y mejor calificados;se prefieren en general lasmujeres jóvenes, entre 16 y22 años, solteras. E1 siste­ma de supervisi6n es fé­rreo; tres errores de arma­do en el curso de la jorna­da, en una planta electró­nica, puede significar eldespido de la obrera. Asíla productividad de estasindustrias radicadas en Mé­xico es entre un 25 a un40% superior a la de plan­tas gemelas en Estados Uni­dos, productividad inducida

lOS LlaROS, Setlembre-octubre 1975 7

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por un número tres o cua­tro veces mayor de supervi­sores que los empleados enlas plantas en territorionorteamericano.

Por otra parte, estasplantas fronterizas no signi­fican ni siquiera una fuentede trabajo estable en la zo­na. Según las oscilacionesdel mercado pueden cerrarsus operaciones o trasladar­se a regiones -incluso den­tro del mismo México­que ofrezcan condicionesaun más favorables. Entreoctubre de 1974 y abril de1975, 39 plantas abandona­ron la zona de frontera. Larespuesta de los obreros hacomenzado a hacerse sentir;últimamente guardias detrabajadores vigilan durantelas 24 horas las plantas ins-taladas: el imperialismo, co­mo los delincuentes, puededesaparecer en una sola no­che.

CINEfolkloreyexotismo

Cuando el cine argentinodescubre en la historia delas luchas populares o enlas leyendas, mitos, narra­ciones de la cultura folkló­rica campesina un reperto­rio temático y la posibili­dad de trabajar con esoselementos en el camino dela construcción de expresio­nes art(stico-culturales arti­culadas en torno a conteni­dos nacionales de repercu­sibn popular, no puede me­nos que ubicarse este pro­ceso en un marco globalque tiene que ver no 1610con las leyes económicasque rigen la produccibn ci­nematográfica, sino tambiéncon el proceso de afian­zamiento de preocupacionesy expectativa nacionales enamplios sectores. El públicoque aplaudi6 a Juan Mo­reira, La Patagonia rebeldeo Nazareno Cruz iluminó,para beneficio de produc..

tores y directores, unaperspectiva que ha comen­zado a adoptarse en algu­nos casos con cierta super­ficialidad e inconsistencia.

Tomar una leyenda po­pular, cargarla de peripeciasajenas a la trad ic ión en lacual esa leyenda se inscri­be, psicologizarla en unaclave reconocible para laburguesía y sectores de lapequeña burguesía urbana,dotarla de un fondo conlos paisajes y fastos que re­gistran las guias turísticas,no es una buena fónnula,por lo menos si con ella seaspira a lograr un productocultural que supere la exte­rioridad con que el "habi­tante de la ciudad" percibeel rnundo rural.

En efecto, la fórmuladesdeña u na condicióninexcusable que no desde­ñaron en cambio las pellcu­las de Olivera y Favio quemencionamos es dif(cilproponerse un cine popularde masas al margen de unaprofundización en el carác­ter de las tradiciones, loscontenidos, los recursos for­males, los procedimientos-dispersos e inconexos, sise qu ier&- a través de losque amplios sectores popu­lares reconocen o forjan losinstrumentos para la expre­sión de sus luchas, su h is­toria, su cultura. Este re­pertorio, que pensamos espeligroso pasar por alto, sepresenta heterogéneo y con­tradictorio; en él están pre­sentes buena parte de losconflictos que definen la fi­sonomla de lo popular ur­bano o ru ral.

Soslayar este punto con­duce a un desenlace infeliz:el exotismo de clara inten­ción comercial, la percep­ci6n exterior de lo folkló­rico, el pintoresquismo. Yprecisamente en esta encru­cijada se ubica u no de losúltimos productos de la olainaagurada ante el éxito dela obra de Leonardo Favio:La hora de María o el pá­jaro de oro de Rodolfo

Khun. La película toma co­mo pretexto la leyenda delYaciyateré, personaje fabu­loso con que en Corrientesse amenaza a los chicos: sisalen a la hora de la siestael Yaciyateré los perseguiráy castigará. Las variantesfolklóricas de esta leyendason sin duda innumerablesy es admisible que un es­critor urbano la utilice co­mo punto de partida paraun desarrollo narrativo. Loque resulta menos admisiblees la mescolanza inventadapor Gudiño Kieffer y fil­mada en Corrientes porKuhn. La historia de Ma­r(a, el maleficio con unSan La Muerte, la estancie­ra-hechicera que no sólojuega con vlboras en susaposentos sino que obliga ala chinita a un pacto deposesión por su marido-pá­jaro de oro, la muerte pormal de ojo del hijo de esaunión, son las peripecias deun relato en el que se in­tercala el carnaval correnti­no, el curanderismo, lasfiestas populares con cami­nata sobre brasas inclu ida,el velorio del angelito, et­cétera, etcétera. La exterio­ridad dél relato es tal quepor momentos la cámaraparece detener una miradade I'hombre blanco" sobrelas máscaras de los extras,campesinos de Corrientes.Ni Kuhn, ni Kieffer estu­vieron en condiciones deproponerse seriamente lareelaboración admisible dela leyenda. Asl el pinto­resquismo se convierte en elrasgo decisivo y ordenadorde una pellcula trivial don­de la superstici6n apareceya como una urareza", yacomo un rasgo propio yconstituyente de u na Co­rrientes convertida enIImundo primitivo".

B. S.

ANIROPOlOGIA I IMPIRIAllSMOCLARA GALLINI

El siguiente texto es un fragmento del libro de laantrop6loga italiana Clara Gallin~ Le buone

inteMioni, que próximamente publicará en ccutellanola editorial Galerna.

CDEn 1965 estalló, por primera

vez, un escándalo poll'tico queentre los diferentes investigadoressOCiales envolvió también a losantrop6logos. Se trat6 del famo­~o caso concerniente al proyecto

amelot, un plan de investiga­ción "cientffica" que ten (a como?bj~tivo principal y declarado laIndividualización de condicionesd~ guerrilla, en curso o poten­Cial, en América Latina. El pro­r~to había sido elaborado en

.,64 en el ámbito del SORO(SPecial Operation Research Offi­ce) y sus finalidades concretase~~n la prevenci6n o la interven­~I n en los focos de guerrillasrn estas regiones de historia par­tle~armente atormentada. Se tra­da , en pocas palabras, de uno~ los tantos instrumentos dis-

estos por los Estados Un idosPara extender su control militar~o~OI(tico. directo o indirecto,I . e buena parte del continente~~Inoamericano. La historia de

Os ultimas anos nos ensena~~!l'o la operaci6n logr6 sus ob­ra IVOS, por lo menos hasta aho­

, en gran parte.ta El proyecto Camelot se inser­nba coherentemente en un dise-o político preciso y, por su

~rte, debía asumir la funciónv: recolec~ar inform~ciones relati­eusI al objeto espeCifico sobre elinfa había que intervenir. En sueUforme . sintético -relativamentese em (StICO en el sentido de que'le empl.ea en él un lenguaje a laadz .s~c.oantropoIÓgico y técnico­••E~ln.strativo- se afirma que:'lest" pr~yecto Camelot es una in­te I~aclón cuyo objetivo es de­~rnlnar la posibilidad de estudioSOCiu,n modelo general de sistemaInfl a., que haga posible prever erne Ulr s~bre aspectos poh"tica­SOt7t~ sIgnificativos del cambiode ~ en el ámbito del desarrollopreCias naciones del mundo. Másprirn samente, sus objetivos son:tos .ro, ~ncontrar procedimien­eial ~ara Individualizar el poten­bito de gue~ra interna en el ám­tundo e . SOCiedades nacionales; se­do d' Identificar con mayor gra­un e terteza las acciones que

gObierno podría emprender

loaLIBROS, Setiembre-Oetubre 1975

para Quitar del medio las condi­ciones que sean Individualizadascomo origen de una potencialguerra interna; en fin, individua­lizar la posibilidad de prescribirlas características de un sistemapara obtener y usar las informa­ciones esenciales necesarias paralograr los dos objetivos arribamencionados.

"El proyecto es concebido co­mo un esfuerzo que se extenderáa lo largo de tres o cuatro anos,y será subvencionado con aproxi­madamente un millón o un mi­lIon y medio de d61ares porano. Es sostenido por el ejércitoy por el departamento de defen­sa y será dirigido con la coope­ración de otras agencias de go­bierno. Se proyecta una recolec­ci6n de gran cantidad de datosprimarios, sobre el campo, y lautilización extensiva de los datosde los que ya se dispone respec­to de las funciones sociales, eco­n6micas y poi (ticas. En este mo-mento, parece probable que laorientación geográfica de la in­vestigación se dirija hacia las re­giones de América Latina. Losplanes actuales exigen una agen­cia para esa regi6n".

Las "naciones modelo" quedebt'an estudiarse eran: Argenti­na, Guatemala, Bolivia, Colombia,El Salvador, Santo Domingo, Pe­rú, Brasil; los "casos especiales",México y Paraguay. Chile no es­taba previsto, y fue una casua­lidad que el escándalo estallaseaIle', con la revelación y luego ladenuncia en la prensa local delo que fue caracterizado comouna actividad de espionaje.

El caso provocó un revuelo.De él hablaron los diversos órga­nos de información, tanto deAmérica Latina como de EstadosUnidos y la cuestión alcanzó rá­pidamente los niveles más altosdel debate poll'tico. Por primeravez se obligó a Udestapar" públi­camente, un hecho que por lomenos desde hacl'a un decenio sehab.'a convertido en una prácticahabitual, bien conocida en elambiente de los poll'ticos y delos investigadores sociales, quehasta entonces hab.'an podidopermitirse ignorarla: la existencia

de instituciones dirigidas a la re­colección, para finalidades decla­radamente represivas, de informa­ciones cient.'ficas relativas a paí­ses extranjeros, y la consecuentedisponibilidad de un cierto nú­mero de investigadores socialespara avalar, con su contribuci6nactiva, operaciones de este g'ne­ro.

El caso Camelot fue un fraca­so. Pero si lo fue -y ello hayque senalarlo inmediatamente­no lo fue por cierto en virtudde una protesta un~nime y moti­vada por parte de sociólogbs yantropólogos, que participaron ennúmero muy reducido.. Nuna sepuso en discusión la legitimidadde emprender en el exterior ope­raciones de este tipo. Fueronmis Dien conflictos de competen­cias los que estallaron en el ni­vel del poder poh'tico. La diplo­macia chilena protest6 por nohaber sido informada; p.o elconflicto mayor fue el que sur­gió entre el ejército y el depar­tamento de estado, cada uno delos cuales se arrogaba el derechoexclusivo de ocuparse de opera­ciones en el exterior. 'El debatese amplió hasta alcanzar el- parla­mento y la presidencia: finalmen­te e' departamento de esbdotuvo la mejor parte y el proyec­to se anuló mediante una cartapresidencial.

Debemos a un óptimo trabajode Horowltz1 la recolección delmaterial documental, completadoa su vez por un cierto núm.ro de intervenciones de sociólo­gos y antropólogos en contra oa favor del proyecto. Por otraparte, el mismo Horowitz lamen­ta el hecho de que no se hayadado un verdadero debate acacM­mico,. o si lo hubo que hayaskJo tan limitado. La universidadno se expresó nunca oficialmen­te; en 1966, durante la reuniónanual de los miembros de laAmerican Anthropological Asso­ciation, se discutió sobre la cues­ti6n, pero no salió de alli unade€laración común, dado que fue~Io una minon'a radical la queIntentó poner en t'rminos poli.ticos el problema de la relaciónentre investigador y gobierno.

,

Horowitz imputa este apoliticis­mo generalizado del académico alhecho económico concreto de sudependencia respecto de las gran­des fundaciones que subvencio­nan la investigación y que, preci­samente por estar controladas fi­nancieramente por nombres comoRockefeller, Ford, etc., orientanla investigación misma hacia re­sultados de apoyo ideológico alestablishment. El problema, sinembargo, tiene ra(ces mucho máscomplejas, que se conectan contoda una actitud de la capa inte­lectual que, a fa Ita de mejorestérminos, estamos tentados dedefinir ligeramente como apoh'­tica. Las cosas, en térm inos másrigurosos, se plantean con mayorcomplejidad, si es verdad que-al menos entre los antropólo­gos- se distinguen actitudes rela­tivamente diferenciadas: -al n'gidorechazo de cualquier discurso po­I(tico, en cuanto no "científico"se le oponen a veces, minorita­riamente, actitudes cn'ticas carac­terizadas por formas de libertady desprejuicio individuales quetienen sus ra(ces en una tradi­ción de udemocracia" burguesa,de la cual los pueblos latinos só­lo tienen una lejanl'sima expe­riencia. Pero también esta liber­tad de juicio resultará ilusoriaante la prueba (poh'tica) de loshechos, en la dificultad compro­bada de llevar a fondo un aná­lisis poi (tico de esos m ismos he­chos.

Que los antropólogos, con ra­r as excepciones, constituyeronuna mayoría silenciosa frente alproyecto Camelot es un datoque, sin embargo, debe ser remi..tido más particularmente a unaserie de hechos nuevos, comoconsecuencia de los cua les elpropio papel de estos estudiososse hab(a transformado profunda­mente.

oEn la estructura capitalista es..

tadounidense, como es bien sabi­do, la explotación de clase asu ..me un doble aspecto: en el inte­rior se plantea sobre todo comoproblema étnico (negros, portorri­quenas, indios, etc.), en el exte­rior se configura con esas formasde hegemon,'a económica y cul­tural que en sus aspectos másrecientes se designan como neo­colonialismo. Especialmente porlo que concierne a estas relacio­nes con el exterior y con elmundo colonial, que son las quemás nos interesan aqut', se puedeafirmar globalmente que el apo­yo del antropólogo al sistemafue en un principio importante,aunque limitado sólo al nivelideológico. Las teor(as del relati­vismo cultural -según las cualescada "cultura" tendr(a un valor

10

en sa', incomparable con otrossistemas de valores- y las poste­riores referidas al cambio cultural-con la hipótesis de un pasajedesde modelos culturales "arcai­cos" a otros más umodernos"­habían convalidado sucesivamentelos diversos momentos de las re­laciones de fuerza internacionales,que mostraron entre las dosguerras una relativa contencióndei poder de Estados Unidos yluego, en la última posguerra, suavance masivo. El apoyo ideoló­gico era relativamente indoloro,y no afectaba el rol tradicionaldel antropólogo, que segu,'a -sien­do "libre" de operar dentro delos II'mites de la investigación decampo y de la enseñanza en lasaulas universitarias.

Este estado de cosas no durómucho, una vez que, al términodel conflicto mundial, el podereconómico estadounidense em-prendió el camino de la expan­sión neocolonialista. Las cosascambiaron en la medida en queel aparato de control interna­cional debla, por necesidadesobvias, hacerse cada vez máscomplejo y en la medida en quese volv(a cada vez más impor­tante la recolección de cualquiertipo de información sobre nacio­nes extranjeras, en particular so..bre aquellas que recién habíanpasado el proceso de descoloni­zación o estaban por emprender­lo. Se reconoce cada vez más laimportancia de la información,como instrumento de poder polí­tico y económico y ello se evi­dencia en el sentido opulento deuna dirección de investigación noselectiva, que prefiere la cantidada la calidad. Se considera, conmotivo, que sabiendo todo sobretodo ninguna novedad nos toma­rá de sorpresa.

Ante el expansionismo neocolo­níal los servicios del antropólogopasan a ser tan útiles como los deleconomista, el geólogo, el físiconuclear. El también está en con­diciones de proporcionar un ma­terial cognoscitivo que podrá tor­narse útil inmediatamente o másadelante. Y de aqul' las colabora­ciones con el gobierno.

En este sentido la instrumen­taci6n del antropólogo ha llegadodespués de la de otros colegas

en las llamadas "ciencias huma­nas". El sociólogo, en particular,ya antes de la primera guerramundial habl'a encontrado unempleo universitario oportuno,que al comienzo debía parecerleextremadamente gratificante porel doble motivo de las implica­ciones prácticas de una disciplinade la cual nunca estuvo ausentela aspiración a una incidenciasobre la realidad, y de las expec­tativas vincu ladas con la posibi­lidad de coparticipación en lagestión del poder politico yecO­nómico. Ya antes de la primeraguerra, la industria habia descu­bierto las "human relations" y ha­bia intentado su utilización a loSfines de controlar I~s masasobreras. En este sector, al so­ciólogo muy pronto se le agrega­ría el psicólogo, instrumentadopara los mismos fines (seleccióncel personal, mediación de con­flictos internos). Pero la 50ciolo­gl'a habl·a llevado adelante tam­bién la escalada hacia el poderpolitico: a la administraciónHoover, y más precisamente alos años 1930-32, se remonta lacreación de un President's Re­search Commitee on SocialTrends, comienzo de toda unarelación de colaboración entre lapresidencia y el "staff" de investi­gadores sociales y de la creaciónde relaciones análogas en el in­terior de los diversos departa­mentos del ejército, de la marinay los asuntos interiores, etc. Enestos mismos "staffs", a partir dela posguerra, encuentra ocupacióntambién el antropólogo, que deeste modo resutta involucrado enel mismo tipo de relaciones, de"pendencias y contradicciones quesus otros colegas. .

Para el antropólogo estadoun,'"dense, la era de la antropol09la"aplicada" habl'a comenzado enpleno conflicto bélico con unaoportuna fundación. Por "antro­pología aplicada" se entiende esesector particular de la disciplinaque comporta la posibilidad deformular análisis locales y planesde acción gubernativa, según loSpresuntos fines de contribuir ~Iprogreso econ6mico, sociat, poll~tico y cultural de la zona ,ecuesti6n. Mediante este trárnl~se ha agregado un nuevo Y e

caz instrumento a la complejat~cnica de las "ayudas norteame­ricanas" al exterior que le abrióSustancialmente a la gran naciónvencedora el ingreso a los merca­~os exteriores y en particu lar aOs de las zonas pobres.t Sostenida por el descubrimien­.? de la necesidad histórica del

cambio cultural", actualizadaUlteriormente con las teorl'as eco­~ómicas del subdesarrollo, la an-ropología aplicada tuvo en los

Estados Unidos un renacimientoaltamente significativo. Surgidaen Inglaterra en la década delveinte, habt'a sido entonces teori­zada y practicada para sostenerel viejo colonialismo británico y~U práctica del control indirecto.

n los Estados Unidos, que te­nran una situación pol(ticoadmi­nlstrativa muy diferente, se im­Portó durante la guerra, con unsentido de la oportu n¡dad verda­dera~ente notable, sí se tiene en~Uenta las consecuenc.ias de esteIIllPortante instrumento .práctico,u~a vez readaptado a las ex igen-

tC,las de un colonialismo de nuevoIPO.

~demás de este sector particu lar,v abren nuevos campos, cada~ más amplios, de utilización

¡Polrtica del antropólogo. A las~\#estigac io nes subvencionadast- r las fundaciones -que perpe­t~~n el ilusorio mito de la liber­r6 de investigación- se agrega­ci n bien pronto las investiga­inones. por contrato, que ligan al

\¡estlgador individual o en~~lIipo, a "as éxigencias de lasPa ersas instituciones estatales oderaestatales: desde los diferentesm partamentos hasta la ClA mis-a.')(i~ace un fenómeno nuevo: el

o del antropólogo.dinAI .ampliarse y complicarse laen;rnlca de clase en el exterior,Po e los paises dependientes oo tencialmente tales, o rebeldesla PO~~ncialmente tales, el eje dede utilización del especialista tien­lóg'a desplazarse del plano socio­tro~O a! más específicamente ~n­ren ?'6glco. O más bien: a dlfe­··Ci~la, del pasado, todas lasda nClas humanas" son emplea­Pr~ ahora en una suerte de gran

Yecto Camelot.delPOdemos situar la uescalation"los antrop61ogo entre el fin dede ~nos cincuenta y el comienzomad a década del sesenta aproxi­se aam,ente. En este per(odola dVlerte de manera progresivacionurgencia de reun ir informa­mat~ -:-cualquier tipo de infor­eOlon,n, sobre poblaciones ext\Ue\#a~a es en rebeli6n, sobre laslas IUch naciones africanas, sobre~Ill'ritaas de clase y polt'tlcas enIgnorará del Sur. Tampoco sede aUin las tensiones Internas:

los estudios sobre los

lOSl.18ROS, Setiembre-Oetubre 197&

grupos étnicos subalternos, sobrelos problemas de los "slums" y losconflictos raciales.

En la época del escándalo Ca­melot la apuesta está hecha, lospapeles ya están asignados.

En 1964, en ocasión del es­cándalo Camelot, se tuvo conoci­miento de la existencia de otrosproyectos de esa especie: dos deldepartamento de defensa, referi­dos respectivamente al Canadá dehabla francesa (proyecto Rebe­lión) y a la política agraria enColombia (proyecto Simpático),y uno del departament .) de mari­na (proyecto Michelson, por elnombre del cient(fico que lo di­rigia), éste último para el exa­men de ufinalidades y estructurasde finalidades" de Estados Uni­dos, URSS y China. Otrosdatos se encuentran, siempre se­gún Harowitz, en una tabla rela­tiva al balance, impresionante ensu consistencia, de los Fondospara las Investigac iones Sociales,presentados por los departamen­tos del ejército y del ARPA pa­ra 1965. El hecho de que ya apartir de la década del cincuentalos antropólogos hayan apoyadode manera considerable las másvariadas y brutales formas de in­tervención en Indochina y enAmérica del Sur, surge clara­mente también de la documenta­ción, recientemente divulgada porla contra información estudiantil.

Es imposible permanecer indi­ferente frente a discusiones comola sigu iente: "¿Podemos llegar asaber qué efecto tendrt'a sobre laactitud de los habitantes de lasaldeas una presión negativa comoel aumento de las fuerzas poli­ciales (locales) o el corte de lasorejas? "

No son preguntas retóricas si­no práctico-concretas, formu ladaspor un antropólogo en 1967 apropósito de una reunión de tra­bajo de un proyecto antiguerrillapara Vietnam, que se expresa ensus finalidades as": "Identificarun área donde se encuentren co­munistas activos. El gobiernorodea entonces el área en cues-

tión con el Cuerpo Defensa delas Aldeas (VDC: Village DefenseCorps) y env"a un contingentede tropas especiales a rastrillar lazona (técnica '09-'10). Pero loscomunistas con toda probabilidadse desplazan hacia las zonas ad­yacentes. Se concluye de elloque es necesario un esfuerzo re­presivo mayor".

Con esto no se pretende sos­tener que todos los antropólogosson de esta raza. No obstante,éste es el punto de referenciaque se debe mantener perma­nentemente fijo, toda vez que sequiera examinar el papel de laantropología norteamericana enla posguerra, ya sea en el nivelde la "aplicación" ya en el dela llamada investigaci6n "pura"(con este último término se sue­le indicar toda forma de investi­gac ió n exclusivamente teórica--en este caso llamada "de ba­se"- o de campo pero que ten­ga finalidades exclusivamente cog­noscitivas y no de intervenciónpráctica). De hecho, cuando lainvestigación opera en el ámbitode un sístema imperialista, sonrealmente imperceptibles las mo­dal idades de pasaje de la inves­tigación "pura" a la "aplicada",de la racionalización a la repre­sión.

M ientras en la década del cin­cuenta no existían estudios sobrelás poblaciones montanesas deTailandia, entre 1957 y 1967 secomputó la presencia de treintay cuatro investigadores de cam­po: antropólogos, lingüistas, estu­d ¡osos de ciencias poll'ticas, reali­zaban sus trabajos por lo generalbajo la forma de investigacionessu bvencionadas, .. independientes"y de contenido pol(ticamenteneutro. 5610 una minor(a estabafinanciada por el ARPA, comoinvestigaciones antiguerrilla. Lasrazones últimas tanto del desinte­rés precedente como de los nue­vos intereses son de orden poi 1'­tico militar: a partir de media­dos de la década del cincuentase temió (y los he~hos habr(ande demostrar que se trataba de

11

estudiosos. Sobre este punto nohay ninguna duda.

As{ fue que la ausencia dedenuncia enmascaró, apoyándola,una situación política de aecien'te avance económico de lo queluego se lIamar{a neocolonialís­mo. Estados Unidos interveníatambién militarmente en las dife'rentes partes del globo. pero lalconsecuencias de ello no repercu­Han en el interior de la nacióncon ex igencias y contribucionesde sangre consideradas excesivas.Incluso era bien visto defendersedel "peligro rojo" interviniendoen el exterior mediante su sisotema de "ayuda".

Todo parec{a desarrollarse dela mejor manera. La violenciaobraba a hurtadillas. Los antro­pólogos -"aplicados" o nO­pod{an tener la conciencia tran'quila.

oPor otra parte el silencio del

antropólogo encu bn'a la madU~a"

ción de una serie de contradlC"ciones (que a nuestro criterio nOhan explotado todav{a del todo),:las inherentes al papel del cientl­fico social y consecuentemente alos contenidos teóricos mismoSde la disciplina.

En el plano internacional, elrol del antropólogo hab¡'a variadOprofundamente respecto del pe'r{odo prebélico. El etnólogo dela época colonial depend{a ~elsistema según las formas pro~lasde ese per{odo. Su investigaciÓnestaba subvencionada por el gO­bierno y él como persona, unavez inmerso en la situación colO­nial, hallaba una red de apoyoSentre la burgues{a blanca residen"te, concretamente ligada a laexplotación económica de los re~cursos locales. Dentro de estorcondicionamientos, gozaba P~eotra parte de un cierto gradOautonom¡'a. Trabajando solo ~en grupos restringidos, gozaba d,las viejas libertades human{sticaS,además, su posición de "intel~;tual" le confer{a un status tOintegración • marginación respeede la elite colonial, predominan"temente burocrático-comercial, Yello le consenHa también la man~festación de actitudes cr{ticaSdisidentes. le

Ahora, con el cons;~erabli"progreso de la antropologla aP

n_

cada, la colusión y la depen?e Sda se h,!cen menos episódica;más directas y determinantes.~"antropolog¡'a se ha hecho cola 'a'racionista. Asistimos al m'Ís va;,s:do camuflaje de los p~pe ~toemisarios de la CIA, del eJércleno de otras organizaciones pued radisfrazarse de antropólog?S pa elhacer plausible su presencia enser"extranjero; el antropólogo a'l (arvicio del gobierno puede deC a

temores motivados) la posibilidadde que esas poblaciones, margina­les respecto de las zonas rurales,pudiesen ser campo fácil de pe­netración comunista. En fin, amediados de la década del sesen­ta, se arribó a la organización deun Thai Information Center, pro­visto de una rica biblioteca quereúne 150000 entradas, es decirprácticamente todo cuanto hasido escrito sobre los Thai monta­f'leses. Esta interesante historia hasido contada por Jones (1971),quien justamente comenta que"el conocimiento es poder": dequé poder se trata y cuál es lareal actividad de contraespionajede este centro de informacionesnos lo informa todav{a más do­cumentadamente el material reuni­do por Mastromattei.2

<DLa avanzada del antropólogo

era un dato aceptado. Hab{apoco que decir sobre el tema, ylas Hmidas denuncias llegabanante los hechos consumados,cuando la práctica colaboracionis­ta ya se había consolidado.

No faltaron tampoco las jus­tificaciones teóricas: fueron justa­mente las de la antropologíaaplicada. A excepción de rarasvoces de discrepancia sobre lasque volveremos, la antropolog{aapl icada estadounidense continuótriunfante durante las décadasdel cuarenta y cincuenta y raravez fue impugnada antes de lasegunda m itad de la década delsesenta, cuando la denuncia alrespecto comenzó a expresarseen términos más anal{ticos ymotivados. Las apologías deeste importante instrumento de"ayuda al exterior", sin embargose siguieron multiplicando, inclu­so en los manuales.

La relevancia que, tambiénen el nivel de la teorización, tu­vo durante todos estos años laantropología aplicada es tal queya de por sI' nos hace reflexio­nar seriamente sobre las dimen­siones del fenómeno del avancedel antropólogo como apoyopráctico utilizado junto con lasintervenciones militares directas oindirectas en las zonas "peligro-sas". .

Es posible que el emrleo delantropólogo hubiese sIdo inlr.ial­mente limitado o consider adomarginal, al menos si se atiendenlas indicaciones de los acadé·micos que sitúan en la décadadel sesenta el punto culminantey la crisis de las disciplinas an­tropológicas, con un análisis queen cierto modo (i pero con cuán·ta reticencia!) las vincula a laexpansión del imperialismo norte·americano. Pero ninguna rapidezde "escalatíon" justifica el largo si­lencio de toda una categoria de

Colección Teoríay Crítica

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Su propia profesión, o bien en­mascararla' para obtener un ma­Yor número de informaciones.De cualquier modo, se hace cadavez más difícil establecer el lImi­te exacto entre investigación YeSPionaje. La distancia que sepa­ra la antropología pura de laaplicada se hace cada vez mayorY el "staft" de los burócratas dela investigación aumenta continua­mente.

A su vez, el antropólogo purollncuentra cada vez más dificulta­des en la investigación de cam­r· Su presencia es rechazada en~nto signo tangible de una con­

tmuidad de los poderes colonia­les. En especial las nuevas nacio­nes africanas muestran serias reti­cencias para aceptar investigado­res extranjeros, y ello por moti­vos concretos de orden poll'ticoy cultural que no dejan de sub­raYar.

Desde el punto de vista deqUienes son objeto de la inve~ti­gación, incluso la investigaciónPura es percibida, con motivos,COrno un acto de colonialismo,Por el simple hecho de que toda~ gestión, desde el proyectoasta el usufructo, está en ma­

~os de extranjeros y en particu­~I de una nación que detenta laegemonía a escala mundial. Se

reChazan las premisas teóricas dea antropología (social y cultu­ral), que reducen a sistemas ce­rrados (clan, linaje, etc.) lo quefor el contrario posee una es­f~Uctura variadamente estrati-I~ada, sujeta a dinamismos de

dIverso género, a cambios históri­~os internos y, con la imposición;1 .colonialismo, externos: y esr ~Isamente la presencia de unég1men colonial lo que el antro­rlogO habrl'a ignorado sistemá-

Illcl~mente en sus análisis funcio­a Istas.

e En qué pueden desembocarestas .P?siciones -si en un neo-hauvtnlsmo o en una reflexión

autónoma de la función social~ la cultura- es difícil preverlov~n tan poca distancia, y estár Inculado con las posibilIdadesIl~al.es de maduración revolucio­l./Ia de un continente queViv~pez6 mal" y que hoy está

lendo todo el espectro de las

los LIBROS, Setiembre-Octubre 1975

experiencias posibles,3 negativaspero también positivas.

Si, frente a la desaparicióndel "primitivo", etnología y an­t r o pologl'a pudieron adaptarseactualizando su propio objeto enel sentido dt'l estudio del "cam­bio cultural", esta nueva reali­dad planteaba problemas no pen­sados, que encontraban inermes aquienes, por una tradición por lomenos centenaria de colonialismocultural, no podían sino estarfirmemente convencidos de quelos estudios debían ser realizadospor los blancos, mientras que losindlgcnas deblan soportarlos yproporcionar el material informa­tivo. El drenaje de las informa­cione. se cumplla de satélite ametropoli. según los mismos ca­nales del drenaje de las materiasprimas. La rebelión del ex co­lonizado planteaba, por primeravez, el problem<' del control dela información y por lo tanto elde su rrcnejo democrático. Tam­bién estas cuestiones il11 f:'ortan t1­simas fueron recibidas (y conrazón) escasa y tardl'amente porla cultura estadounidense: por elmomento era una de las tantascontradicciones cuya existencia seconocla, pero de las que se pre­ferIa no hablar.

En el nivel teórico, todo an­daba bien. O al menos así loparecla. Se discutla sobre elcambio social, sobre la relaciónentre tradición y modernidad, serevisaba el funcionalismo descu­briendo la existencia de conflic­tos sociales, se digerla la luchade clases formu lando hipótesis desistemas que funcionaran inte­grando los desniveles. El número deestudiantes y graduados iba enprogresivo aumento. La antro­pología pareda la nueva cienciahumana en condiciones de reem­plazar al viejo clasicismo ofre­ciendo soporte teórico al ecume­nismo burgués.

Pero todo .esto tenIa (y tiene)un precio, y se lo pagaba (y selo paga)' con las contradiccionesdel colaboracionismo, de la buro­cratización de los cuadros, de lasdificultades de investigación. Enel nivel teóriCO, el precio es elde un fatigoso remachar sobrelas mismas posiciones. Los dosmayores representantes de la an­tropologla cultural -el democrá­tico Kluckhohn y el conservadorKroeber-- fracasaron; los jóvenesadeptos fragmentaron en una se­rie de estudios parciales y pre­tensiosos la realidad de una ca­rencia de carácter teórico. En1966, Peter Worsley se pregunta,justificadamente, si la antropolo­gía no ha llegado ya a su fin.El problema t's percibido másclara y razonadamente por losextranjero~ que denuncian la ina­decuación de la disciplina para

formu lar hipótesis teóricas decarácter general. Má~ adelante se­rá percibido también por losantropólogos estadounidenses:pero es sintomático que inclusoel estancamiento teórico comien­ce a ser denunciado (y muy oar­cialmente) recién en 1968.

Para que la antropología -yno toda, sino sólo una minonil"comprometida"- intentara sacu­dirse de este inmovilismo seránneceszrios los estallidos del na­palm.

1 Horowitz, "The rise and fall o: Pro­yect Camelot",· Tra...etions, 3 Stu.dies in th. Relationltlip b«w~ So­cial Science and Practical Politics.The MIT Press. Cambridege. Mass.

2 Mastromattei R.. Dieci antropologiper ogni guer,igliero. La crrtica IOcio­lógica. 25

3 Los estudiosos africanos enciencias sociales son pocos e inevita­blemente dependientes, en cuanto ala metodología, ae modelos euro-nor.teamericanos, por un lado Impugna­dos, por el otro no reemplazados toodav(~ por propuestas mUodológicasconVincentes.

El esfuerzo de reflexión a(tica(¡BÓrico-práctica) más interesante espreciso buscarlo, a nuestro entender,por el momento en otra parte, es de­cir en la tent'.ltiva de superación dela peligrosa ideolog(a de la negrotud,pera. un reexamen del sentido V lafunCión de una cultura africana ac­tual: véase la documentación de laConferencia Panafflcana de Dakar, de1968, que tullO por objeto el (oncep­to de cultlJrll. AII( estuvi;,r,.lO presen­tes las. más diversas po~iclo¡)e' lt?sclela ~aclonal.laudatoria ltodav(~ i.n elsentido de la negritud) a ),¡ aUI~l1tlca­

mente revolucionaria de los II1cv'm'('nt?s. de hber~ción de Angi);<\ ... :j,.,

Gu~nea-B'ssau. con importantes <l,

raciones del concepto de C"ultur;¡ I ,

tanteo

EUGENIO GASTIAZORO

Los debates sobre el carácterde la estructura económica argen­tina ponen de manifiesto una ga­ma de posiciones que, esquemá­ticamente, tienen que ver con elpeso que se adjudique al sectoragrario respecto del industrial ydel de servicios y con el caráctermás o menos determinante conque se considera dicho sector.Una I(nea de pensamiento econó­mico "tecnocrática" (uno de cu­yos representantes es, por ejem­plo, Aldo Ferrer) describe la es­tructura económica argentina se­gún el porcentaje en que parti­cipan en ella los tres sectoresmencionados: le corresponderíanasí un 13% al sector agropecua­rio, un 34% a la industria, un46% a los servicios; como laproporción de la industria en elproducto es similar a la de lospaIses más avanzados del mundo,se concluye apresuradamente quela Argentina tiene una economía"moderna" o avanzada. El desa­rrollismo, por su parte, intentauna descripción más precisa aldefinir la estructura como "agro­importadora": ello apunta a suconstitucipn como pa ís exporta­dor de productos agropecuarios eimportador de bienes industriales:se explica as( el carácter atrasa­do y dependiente de nuestraeconomía, lo cual es esencial­mente justo. Sin embargo el de­sarrollismo se equivoca al fundarsu caracterización únicamente so­bre el complejo de relaciones co­merciales con el exterior, despla­zando el punto de vista quearranca de las relaciones de pro­ducción internas e internacio­nales, determinantes de las pri­meras, puesto que las relacionescomerciales con el exterior noson autónomas del complejo derelaciones internas, cuyo efectoes que la Argentina compre cier­tos productos y venda otros.

La clave de la estructura eco­nómica argentina descansa, desdenuestro punto de. vista, sobredos rasgos: la dependencia res­pecto del capital imperialista yel latifundio. La cuestión nacio­nal y la cuestión agraria sonpues el eje de todo pensamientoeconómico que se plantee elconocimiento de los problemas ycrisis que aquejan a nuestro pa(sy sus soluciones reales. Imperla-

14

Iismo y grandes terratenienteslatifundistas fueron y son portanto protagonistas económicos ypolíticos de primera I(nea.

En tal sentido es que nosproponemos una caracterizacióngeneral del problema agrario ennuestro pare; y -habida cuentadel peso que las organizacionesagrarias han tenido y tienen enmomentos cr(ticos de la pollticanacional- intentaremos su brevecaraGterización e historia.

Las condiciones de la producci6nagropecuaria

El medio fundamental de laproducción agropecuaria es la tie­rra: así el problema de la tenen­cia y propiedad de la tierra con­figura en modo determinante laestructura agraria, sus nudos, lasprincipales contradicciones que espreciso resolver, y la evoluciónde la producción agropecuaria enla Argentina.

Desde la década de 1930, lasestadísticas enseñan que la pro­ducción agraria no ha sufrido, enlo cuantitativo, alteraciones deimportancia. Los altibajos se rela­cionan, principalmente, con lasvariaciones climáticas y, en se­gunda instancia, con las fluctua­ciOnes de precios. Casi lo mismoha ocurrido con la ganader(a: elaumento en el número de cabe­zas de ganado vacuno se debe,en lo fundamental, al retraimien­to en la cr(a de caballar y ovi­no; el rendimiento por hectárea,

en cambio, se ha mantenido es"table.

Algo pasa en el campo: lasnecesidades de la población, dela industria y también de las eX­portaciones han crecido en losúltimos cuarenta años según uOritmo que el campo ignora. .

Es indudable que en las últl'mas décadas ha tenido lugar uoaimportante incorporación de tec'nolog(a al agro, basada sobre io"versiones de los propios prodU~"tares y el apoyo que éstos recl'bieron por parte de gobierOOScuya poli'tica diagnosticaba 10esencial del problema agrario e,ola carencia de una tecnologlaadecuada. Esta tecnolog(a, si"embargo, afectó el nivel de ero¡pleo de la mano de obra rur~

porque su incorporación no sigol­ficó una extensión de las áreaSsembradas, ni redundó en uoaintensificación de la producciÓ

s60'

En este marco se produce no 'lo la disminución de la ocupa'ción de mano de obra sino taro'bién la subutilización de las roa'qu inarias, cuyo efecto es la 50"bremecanización del campo y lapersistencia de grandes exteo'siones sin cultivar.

En lo que respecta al uso dela tierra la situación puede resU'mirse con algunos datos básiCOf~:aunque dos tercios de la super l'cie del pa(s se consideran apt~Spara la producción agropecuarta(175 millones de hectáreas sobre278 millones), sólo un 10% sededica a la agricultura, mientraSque la mayor parte del resto SO"campos naturales de pastoreO,bosques o montes naturales. PO~otra parte, como la agricultu~erepresenta un 50 % del totalla producción agropecuaria, p~de afirmarse que sólo un 1\17"de las tierras aptas arroja el 5~de la producción, mientras q~_el 90% sólo produce el 50% ~ otanteo El nudo de esta situaCI~eradica en el uso y propiedad ela tierra, las posibilidCldes ~acceso que a ella tienen los ca ..pesinos, en una palabra las ba~roras impuestas por el latifun ~

Este, sin duda, es el proble ,central: ¿quiénes poseen Y diS':onen de la tierra en nueS 11'pa.'s? Por un lado existen gr'el!des extensiones territoriales .,tl'manos de pocas familias: pr

camente un 1,3% de los que elcenso denomina productores agra­rios dispone del 47,6% de la tie­rra, en explotaciones de más de5000 hectáreas. Este proceso deConcentración de la propiedadrural tiene como revés - de la tra­ma un elevadl'simo número deproductores que trabajan sobreparcelas mínimas cuyo producto,~n ,_ algunas zonas, no cubre lasnecesidades del campesino y sufamilia; parcelas que no admiten,por su reducida dimensión, mejo­ras técnicas las que, por otraparte, suponen inversiones de ca­pital que exceden las posibili­dades económicas de los campesi­nos pobres.

Ninguna consideración secun­daria puede ocu Itar la esenciadel problema agrario argentino:

en un polo de la propiedad agra­ria hay 413.269 hogares (cercade dos millones de habitantes)oCupando 19.483.047 hectáreas,mientras que en el otro polo,6868 familias (unos 30.000 habi­tantes) disponen de 99.523.354hectáreas.

A esta distribución extremada­mente desigual de la tierra seagregan los problemas de tenen­cia y acceso para un elevado nú­mero de pequeños y medianos~ropietarios que no disponen detierra propia; incluso muchoscampesinos ricos se encuentranen estas condiciones. Un 25% dela tierra es utilizada bajo distin­tas formas de arrendamiento, querepresentan la renta de un grupode grandes terraten ientes. Porello, la concentración de la pro­Piedad es au n mayor que la con­centración de establecimientosque arrojan los censos. Además,!os campesinos que producen ba­J~ arriendo y pagan rentas al la­~fundista se ven imposibilitadost e realizar inversiones importan-es, por falta de capital; las in­:~rsiones permanentes en tier~asi~nas arrendadas son tambiénq practicables, pues son campos

Ue Vuelven a manos del latifun-

lOS LIBROS, Setiembre-Octubre 1975

dista terminado el contrato.Los rasgos que ven imos carac­

terizando configuran la trabafundamental para la expansiónde la producción en el campo.Sus efectos se reflejan tambiénen la permanente expulsión demano de obra (obreros rurales ycampesinos) hacia la ciudad, y ~a

subutilización de las maquinariasy del potencial productivo de latierra. Los terratenientes, quedetentan el 75% de la tierraapta, se benefician con las gran­des rentas que arroja su condi­ción de monopolio real y, engeneral, desechan el beneficioque devengan'a la inversión mis­ma. Optan, de este modo, porlas producciones más extensivas,tal como la ganadera que es laque menos inversiones requiere ya la vez abre la posibilidad detrasladar rápidamente la tierra ala agricultura -mediante arrenda­tarios o contratistas por una co­secha- cuando los precios agra'­colas prometen una renta máselevada que los de la producciónpecuaria.

La "liberalización" de losarrendamientos, a través de laley Ragio de 1967, posibilitóuna aun más flexible disposiciónde la tierra por parte de los te­rratenientes. Ello resultó en ladisminución de las áreas sembra­das y desemboc6 en la ru ina demuchos pueblos del interior yaque los campesinos, compelidos aabandonar la tierra, debieronmalvender sus maquinarias y emi­grar. o resignarse a trabajar s61010 6 20 hectáreas cuyo precioestaba al alcance de sus, posibili­dades de compra. Proliferó esaforma moderna del trabajadorgolondrina: el contratista poruna sola cosecha.

Enfrentamos aqu,· el problemacrucial del agro argentino: elmonopolio de la tierra por partede la clase terrateniente, mono­poi io que se ejerce bajo la for-

_.. ----- -~. .-_....= -,&\

ma de grandes latifundios. Lasganancias de este sector tienensu ha se en la renta y la especu­laci6n, más que en la produc­ción; por tanto su polftica enmateria agraria es reducir almínimo la inversión en el campoy trasladar sus ingresos a otrossectores de la producción o a laespeculación.

En lo que se refiere a losproductores chicos y medianos,la mayor traba que frena la ex­pansión de la produc~ión resideen las dificultad para acceder ala tierra, cuyo precio determi­nado por la renta latifundista escada vez mayor.

Por su parte, los campesinospobres y medios atraviesan poruna situaci6n aun más grave.M ientras que los productoresagrarios recién mencionados tie­nen alguna posibilidad de capita­lizarse -y por tanto de adquirirmaquinaria y, en ocasiones, tierraaunque muchas veces lejos de laque están explotando-, los cam­pesinos pobres y medios difícil­mente puedan acumu lar un exce­dente; y en el caso que estaacumulación, por una conjunci6nde factores (precios, cosechas,etc.), sea posible, la dificultad deacceso a la tierra bloquea unautilización eficiente de los esca­sos recursos de capital. Por estavt'a se extendió y se extiende elminifundio cuyo efecto es, en elcurso de las generaciones, la emi­gración y el despoblamiento delas zonas rura les.

Los efectos de. latifundio nose limitan al agro sino que, porel contrario, repercuten sobre elc~njunto ~e. la económía argen­tina: restrlccl6n del mercado in­terno tanto de bienes de consu­~o como de producción; incapa­Cidad del sector agropecuario deabastecer holgadamente de pro­ductos alimenticios y materiasprimas industriales al mercado in­terno y a los requerimientos de

16

la exportación, etc.En este marco es preciso pen­

sar los graves problemas queaquejan a la producción agrariaargentina y que hoy han agudi­zado la lucha de clases en elcampo y las contradicciones en­tre los sectores agrarios y los in­dustriales. Estos conflictos tienensu traducción y expresión en lasentidades corporativas de los sec­tores agrarios que, a nuestro jui­cio, merecen ser analizadas en loque respecta a su historia, suposición actual en la crisis argen­tina y los intereses de clase delos que son portadoras.

Asociaciones gremiales del sectoragropecuario

La Sociedad Rural Argentina(SRA) es la asociación gremialagropecuaria más antigua del paísy, a pesar de ser una entidad deprimer grado con un reducidonúmero de asociados, siempre hatenido una gran influencia polí­tica y económica pues está inte­grada por los gran"des terratenien­tes cuyo peso económico y so­cial es decisivo, al disponer delo fundamental de la tierra. Sufundación data de la década delsesenta del siglo pasado y su de­sarrollo, con las contrad iccionesque el desarrollo del país ha sus­citado entre los distintos sectores

Editorial Galerna

Ultimas novedades

terratenientes, traducidas en lapugna y el desplazamiento deunos por otros, está estrechamen­te ligado al sector dominante enla estructura productiva del país.

El origen de las Confederacio­nes Rurales Argentinas (CRA) esmucho más reciente; surge a par­tir del nucleamiento de las socie­dades rurales de la provincia deBuenos Aires y La Pampa, qUE!conformaron la Confedtiación deAsociaciones Rurales de BuenosAires y La Pampa (CARBAP) enla década del treinta de este si­glo;' expresa a los terratenientesy grandes burgueses agrarios mar­ginados por la SRA. CRA esuna entidad de tercer grado queagrupa a las entidades de segun­do grado como CARBAP y lasotras Confederaciones (ver cuadroadjunto) que nuclean a las dife­rentes sociedades rurales del inte­rior del pal's.

A su vez, la Federación Agra·ria Argentina (FAA) surge delmovimiento campesino que en­frenta a lós terratenientes desdecomienzos del siglo XX y quereconoce en el "Grito de Alcor­ta" (1912), uno de sus hitosfundamentales. Es una asociaciónde segundo grado que se integracon filiales y entidades adheridas.Controla una parte importantedel sistema cooperativo agrario, através de la Federación Argentina

de Cooperativas Agrarias (FACA);se orienta según la política desectores de gran burguesl'a agra­ria, pese a que integra en su se­no gran número de campesinos,particularmente de la pampa hú­meda.

Adem~s de estas entidadesgremiales, cuya organización re­flejamos en el cuadro" adjunto,existen otras asociaciones no fe­deradas, entre ellas las de criado­res de ganados y granjas (leche,cerdos, aves, etc.) y de produc·tores agrl'colas. Y, fundamental­mente, las organizaciones quecon el nombre de ligas agrarias,movimientos agrarios y otrasdenominaciones similares hanadquirido en los últimos años ungran desarrollo, particu larmenteen el noreste argentino. Estasorganizaciones han agrupado asectores del campesinado pobre ymedio que como tales y en fun­ción de sus producciones espect'·ficas no son expresados por lasanteriores asociaciones; su in­fluencia se extiende hasta lapampa húmeda. Sin embargo,aún hoy la mayorl'a del campesi­nado pobre de nuestro pal's care­ce de organizacióp especl'fica; nose nuclea ni tampoco es expre­sado por prácticamente ningunade las asociaciones existentes.

Revista Comunicación y Cultura, No. 4

Sabbatini, Di Siena, Rossi-Landi, Melis,I1IuminatiDiccionario teórico-ideológico

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Richard GardnerEl libro para los chicos de padres separadosTercera edición

Osvaldo BayerLos anarquistas expropiadores,Simón Radowitzky y otros ensayos

Andreas MadsenLa Patagonia Vieja

Asencio AbeijónRecuerdos de mi primer arreo(Memorias de un carrero patagónico)

En todas las librerías y en Librería Galerna,Talcahuano 487 y Tucumán 1425, 35-8918,Buenos Aires.

EditorialGalernaTalcahuano 487,Tel. 35-8918Buenos Aires

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Entidades4 de 3er. grado

Entidedesadheridas

87.000 asociados

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F.A.A.Fed..aci6n

AgrariaArgentina

Entidadesde 1er. grado

Sociedades Ruraleslocales: 2.000 asociados

Sociedades Rural..locales: 5.000 asociados

Sociedades Ruraleslocales: 22.000 alociados

-

vo se ha desvirtuado en sus ,..------------::====-,objetivos: la mayor(a de las Aso­ciaciones se segundo grado sehan convertido en verdaderas em­presas comerciales bajo la direc­ción de los secto,-es de gran bur­guesía agraria que las controlan.Estos sectores, a través del sis­tema de gerentes (que son verda­deros empleados de la entidadde segundo grado) controlan elfuncionamiento de las coopera­tivas que se transforman así, enlos hechos, en sucursales de laentidad de segundo grado conver­tida en una gran empresa de ti­po capitalista. Situación que nallevado a exclu ir a la mayorladel campesinario pobre del movi­mie'1to cooperativo e incluso aimportantes sectores del campesi­nado medio.

Filiales35.000 asociados

Sociedad.. Ruralaslocales: 8.000 asociados/L..-------'

Sociedades Rurales~ locales: 10.000 asociados

~L-.--_---I

C.R.A.Confederaciones Rurales Argentinas

Fed..ción deSociedades Rurales

de la Patatonie

Confederación deSoc:iedades Rurales

del Litoral

CARBAPConfederación de

Asociaciones Ruralesde Buenos Air.

y La Pempa

ConfHeraci6n deAsodac:1ones Rurales

3ra. Zona

CARCLOConfedenlción de

Asociaciones Ruralesdel Centro y Litoral

081t8

S.RA.Sociedad Rural

Argentina11.000 asociados

Entidad..de 2do. grado

"

Entidlldes gremiales agropecuarias

El movimiento cooperativoagra'rio

El desarrollo del movimientoCooperativo agrario está estrecha­mente ligado en sus or(genes conel movimiento gremial campesino,particularmente con aquel delque surge la FAA. Hoy se en­cuentra mucho más extendidoqUe éste, sobre todo en la re­gión pampeana. En el conjuntodel país y a través de unas1300 cooperativas que se nucleanen distintas asociaciones y fede­raciones de segundo grado (vercuadro adjunto), integra unos360.000 asociados, en su mayo­n'a campesinos medios y ricos.De todas maneras, y en granmedida, el movimiento coopera ti-

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~.: CONAOE. Plenclonal d. O..rrollo 1970-74. Volumen 3. Sector Agropecuerio. Bs. Ai..... 1970. -_-:..-_:::~..ILJ

los LIBROS, Setiembre-Oetubre 1975 17

FICHAS

Trink

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Como un resultado de este proce­so, en cuya base está la penetracióndel capital estadounidense y su do·minio de la estructura productiva in­terna, particularmente en la industria,aumenta año a año nuestra dependen­cia financiera respecto de los EstadOSUnidos: por capital llegaba a los2.100 millones de dólares al 31 dediciembre de 1973, lo cual obliga aunos 135 millones de dólares anualespor intereses, actualmente. A ello se

...agrega la deuda con los llamados or-ganismos internacionales (Fondo Mo­netario Internacional, Banco Mundialy Banco Interamericano de Desarro­110), controlados en lo fundamentalpor el capital estadounidense, que al31 de diciembre de 1973 se acercabaa los 850 millones de dólares; estadeuda, a su vez, implica una salidaanual por intereses del orden de los40 millones de dólares.

,------------------------------I .La penetración del capital. mono: BASES DR PODER propia.s in.versiones yanki~ en el país,

pohsta de las grandes potencias esta que Implican un drenaje anual deI ~rechament~ ligada ~ nuestra ~o~di- VANKI EN LA fondos po~ utilidades y divid.en~osI clon de pals dependiente, oprimido 1" muy supenor al monto que se mVler·

por el imperialismo. Hasta la segunda ARGENTINA te. As(, por ejemplo, en 1972 mien-I guerra mundial predominaba sobre tras hubo un ingreso neto por inver·

Inuestro país el imperialismo inglés, siones directas estadounidenses de 25cuyos capitales habían penetrado y expande, fundamentalmente automoto- millones de dólares, dichas inversiones

I controlaban gran parte del aparato res e industrias conexas; luego, ya ra- representaron una salida por benefi-

Ieconómico-financiero interno (desde dicados en el país, invertirán en sec- cios de 70 millones de dólares (fuen-los ferrocarriles hasta el aanco Cen- tores nuevos. te: Departamento de Comercio de losI traO. Con posterioridad a la segunda ~ Estados Unidos, Surve~! of Current

Iguerra mundial, y particularmente des- . ~ Business, setiembre de 1973). A ellopués de 1955, el imperialismo yanki El dominio del capital yanki en la debe agregarse las salidas por regalías

I pasó a ser hegemónico tanto por la Argentina se centra fu ndamentalmente (royalties), además de los intereses de

Icolocación que logró entonces en el en la industria manufacturera, donde la creciente deuda externa con losmundo capitalista como por su pene- controla resortes claves de diversas ra- Estados Unidos.

I tración económica creciente en la que mas. Ello condiciona su desarrollo y,

Ilas llamadas inversiones directas ocu- a la vez, le permite apoderarse de lospan un papel fundamental. recursos y subordinar numerosas em-

I El capital estadounidense, simultá- presas de capital nacional. En el casoneamente con su expansión imperialis- de la rama automotriz, por ejemplo,

I ta en todo el mundo, comenzó a pe- el imperialismo yanki controla impor-

I netrar en nuestro país desde comien- tantes empre~s terminales (comozos de siglo. Entonces era secundario Ford, Chrysler V General Motors)' aI respecto de 'os capitales británicos y partir de las que subordina la indus-

I su expansión se produjo sin violentar tria de partes. En el caso de la quí-el esquema de desarrollo que nos im- mica y petroquímica, mediante em-

I ponía nuestra dependencia de !nglate- presas como PASA y Union Carbide

I rra. As( invirtió en frigoríficos, luego controla insumos fundamentales de laen teléfonos y en alguna empresa de industria plástica. Lo mismo sucedeI electricidad. Aprovechando el período con los laboratorios Squibb y Lepetitde auge de la economía agroexporta- que manejan los insumos críticos deI dora, en la década del veinte, comen- la industria farmacéutica, o con em·

Izaron a radicarse empresas yankis presas químicas como Ducilo, por cuyoproductoras de bienes de consumo in- intermedio se controlan los insumosdustrial, como la General Electric fu ndamentales de la industria textil(productos eléctricos), en 1923, o la de sintéticos.Esso. la penetración del imperialismo en

el país, condiciona todo el desarrolloc:='1 1,.,~1VI"'e'V de la industria que se transforma en

.;;;;;;;;1&.1...,,., I ~A altamente dependiénte del exterior,tanto en materia de capitales comode insumos y bienes de equipo. Enel caso del capital yanki, ello ha pro­vocado un permanente desbalance enel comercio con los Estados Unidos,pues la Argentina se ve ob ligada acomprar allí mucho más de lo quepuede vender. Este desequ ilibrio co­mercial llega actualmente a los 200millones de dólares anuales. De estaforma, año a año aumenta el endeu­damiento y por consiguiente tambiénnuestra dependencia financiera. Alefecto del comercio, derivado de ladependencia de nuestro desarrollo in­dustrial, se agrega el efecto de las

El primer gran salto se produceen la década del treinta cuando seinstalan diversas industrias manufactu­reras: Sudamtex (textil) que se radicaen 1933 V Ducilo (química) en 1937.Con posterioridad a 1955, en el pe­rlado de hegemonía del capital esta­dounidense en nuestro país, se produ­ci'" una nueva gran expansión particu­larmente en la industria automotriz yconexas -neumáticos- y en la quími­ca y petroquímica. Los imperialismosrival. de Estados Unidos, ahora se­cundarios respecto de él en nuestropa(s, procurarán penetrar en forma

. similar a la de los yankis en relación

I con Inglate~a .des~e comienzos de si· GOO I EA II a'o, es dee.. sin Violentar el esquema

impuesto por el dominio yanki y, ,

l además, en los rubros en que éste se fIIII'~~

-~------------------------~-18

Papel e imprentaCelulosa

VidrioCristalerías Rigolleau

Limpieza y cosméticosGillette

Productos eléctricosStandard Electric

LaboratoriosSQuibbLepetit

CigarrillosNoblezaMassalin y CelascoPicardo

CementerasCía. Arg. Cemento Portland

BebidasCoca ColaPepsi Cola

TextilesDuciloSudamtexProductex

AutomotoresFordChryslerGeneral MotorsEaton ICSA

Químicas y petroquímicasPASA

Union CarbideElectroel orIpako

-----------------------------Algunas de las principales empreSé!S Minería Tractores Alimentaci6nyankis o con participación del capital Minera Aguilar John Oeere Insayanki en la Argentina, por rama de Cargillproducción (entre las 150 empresas Petroleras Caucho Refinerías de Maízmás importantes del país), son: Esso Good Year

Amoco FirestoneCities Service

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La formación de técnicos de nivelmedio en esas especialidades requiereel cumplimiento de un plan de estu­dios cuya duración promedio es de 7años (aunque hay carreras de 5 y 6añoS>, pero el ca NEl entrega tam­bién certificados de auxiliar técnico(carreras de 1 a 4 años de duración),o bien de operario especializado o ca·lificado, y certificado de aptitud pro­fesional a los alumnos de los cursosde formación de operarios (Que porlo general duran dos años).

Esta información no pretende serexhaustiva: se trata de ofrecer un pa·norama global de las característicasde la modalidad Que sirva como mar­co de rl'tl'rencia para algunas conside­raciones en torno al rendimiento deeste sector del sistema educativo, ypara alumbrar la relación existenteentre ese rendimiento y la contribu­ción que realiza el sistema educativoa la reproducción del capitalismo de­pendiente.

Anora bien, ¿cuál es el interésQue presenta el conocimiento de lastasas de rendimiento de la enseñanzatécnica industrial?

En primer lugar, se trata de undato que nos permite determinar, des.

FERNANDO MATEO

LA ENSEÑANZATECNICAEN ARGENTINA

La expansión de la enseñanza téc­nica industrial de nivel medio en elinterior del sistema ed ucativo argen­tino, y su articulación diferenciada en .la órbita del ap'arato del Estado, tie­ne lugar a partir de 19511 con lacreación del Consejo Nacional deEducación Técnica (CON El).

Sin embargo, la organización delcurriculum de la modalidad, así como evolucionado la cantidad de alumnossu inserción en la política educativa matriculados, el personal docente em·global comparten un rasgo del sistema pleado y los establecimientos dedica-educativo argentino: constituyen res- dos a la modalidad, entre 1956 ypuestas pragmáticas a exigencias ina- 1970. Asimismo se advierte que, aplazables del aparato productivo. Es- pesar de perder importancia en eltas exigencias se corresponden con el conjunto de la enseñanza media, entipo de desarrollo dependiente y de· el interior de la modalidad la canti-formado que caracteriza al capitalismo dad de alumnos matriculados ha cre-en la Argentina. Pero este carácter cido sin altibajos desde 1959, y algodependiente y deformado no involu- análogo ha ocurrido con los docentescra necesariamente un raquitismo y el número de establecimientos.cuantitativo en la enseñanza técnica la centralización a través delindustrial. Hacia 1972, por ejemplo, y CONET implicó la unificación de to-en relación con la evolur;ión de la dos los tipos de establecimientos exis-matrícula, el peso cuantitativo de esta tentes (Escuelas Industriales, Fábricas,modalidad dentro de la enseñanza de Capacitación y Perfeccionamiento)

. media era considerabll' -la matrícula bajo la denominación de Escuelas Na-representaba el 16,6% de la matrícula cionales de Educación Técnica, y,total de la enseñanza media- y ten- posteriormente, la creación de las Mi-día a recuperar el puesto privilegiado siones Monotéfllicas y de Extensiónque había alcanzado durante la época Cultural.peronista (21,1%), aunque en la fase Entre la gran variedad de sus es·actual del desarro 110 capitalista los pecializaciones, la enseñanza técnicaContenidos, orientaciones Y objetivos industrial incluye: mecánica, construc-se insertan en una formación econó- ciones civiles, comunicaciones, meta-mico-social profundamente modificada. lurgia, electricidad, mecanismos elec-

Por otra parte, conviene tener en trónicos, química, minería, textiles,cuenta, como ya señalamos, Que re- ferrocarriles, aviación, construccionescién hacia 1958 se produce la crea· navales, elaboración del petróleo, artesción del CONET como organismo gráficas, y otras como ebanistería, oroCentralizador y homogeneizador de la febrer~a, c~rt~ernbre y talaba.rte~ía,tnodalidad a escala nacional. En el herrena artlstlC8, topografía, optlca,CUadro I se puede apreciar cómo han etc•

.-.._----------------------------LOS LIBROS, Sltiembre-Oc:tubre 1975 19

Cuadro 111. Enseñanza media. Tasa de desereión, permanencia promedio y nivel educativopromedio alcanzado por los desertores de 18 cohort. teórica. (1966/1967)

1 No entramos aqu ( a analizar la5pecualiaridades de la estructura pro­ductiva argentina, en la que es posi­ble profundizar esta orientación, dis·aiminando mercados de trabajo sepa­rados segú n se trate de la industriade capital nacional, predominantemen­te de pequef'as y medianas empresas,de escasa complejidad tecnológica, ode empresas ligadas al capital mono­polista de d isti ntas procedencias, degran tama"o y tecnológicamente muydnarrol'adal.

----------,· lidad residual de la modalidad técnica,industrial, dentro de la orientación Igeneral del sistema educativo a repro­ducir las condiciones del desarrollo Icapitalista dependiente.

Esa utilidad residual estaría dada Ipor el nivel educativo promedio que Ialcanzan los desertores. (Véase Cuadro111). Si bien existe una masa de de-Isertores muy numerosa en todo el ni-

Ivel medio, los desertores de escuelastécnicas industriales poseen un nivelleducativo específico, es decir, no sólo I1 año y 3 meses, sino 1 año y 3meses de un tipo de formación muy Ideterminada, que los hace más útiles Ipara la industria que los desertoresde otras modalidades, pues están en Iuna mejor situación (en lo relativo aconocimientos técnicos muy rudimen-Itarios y a disposición y práctica para Iel trabajo manual) para competir enel mercado de trabajo. Desde luego, Iesta hipótesis debe entenderse en unnivel macrosocial, puesto que la califi­cación que puede obtener un desertorde la escuela técnica industrial en elplano individual (comparado con unjoven que no ingresó a la escuela me­dia, o es desertor del bachillerato), setraduce en una descalificaci6n social,una descalificación del obrero colec­tivo, y por lo tanto, una elevacióndel nivel general de exigencia de cali­ficación individual en el mercado detrabajo)

ca de los matriculados en 1° año en1966/1967, se comprueba que al ter­minar el seRundo año de estudios, lamitad de los alum nos matricu lados yadesertó y que al llegar al 7° año losdesertores ascienden al 70,6% (véasecuadro 11). En cuanto a la "produc­ción de egresados", 7 de cada 100inscriptos en 1° año, egresan en 3°año (algún tipo de certificado de auxi­liar), 13,1 egresan en 6° y sólo 3 en7°. El total de egresados (29,4%) eselocuente demostración de la inefica­cia de la modalidad para cumplir conlos objetivos que le fija la políticaeducativa. Agreguemos en este senti­do, que los datos que hemos utiliza­do no sirven sólo para el año consi­derado, ya que se trata de una ten­dencia: en efecto, la deserción en lacohorte de 1963-64 fue estimada porla fuente que utilizamos en 70,1%,en la cohorte del cuadro 11, 1966/67,fue del 70,6% y en la de 1968/69aumentó al 72,6%.

Ahora bien, estas cifras no d.e­muestran solamente la ineficacia glo­bal del sistema en relación con suspropios objetivos; a nuestro modo dever, los datos disponibles nos permi­ten adelantar la hipótesis de una ut¡~

Cuadro 11. Enseñanza técnica industrial. Rendimiento definitivo de lacohorte teórica de atumnos que ingresan a 10. año (1966/1967).

Deserci6nAños de Supervivencia A nivel de Acumulada Egresadosestudio cada año

10. 100,0 33,9 33,9 0,320. 65,8 16,6 50,5 1,430. 47,8 4,5 55,1 7,040. 36,3 6,4 61,5 4,050. 25,9 3,4 64,9 0,660. 21,9 4,4 69,3 13,170. 4,4 1,4 70,6 29,4TOTAL 70,6 29,4

Fuente: Ministerio de Cultura y Educación, "Rendimiento cuantitativodel nivel medio", Ss. As. 1974, pág. 51.

de un punío de vista cuantitativo, enqué proporción cumple la educacióntécnica con los objetivos que le fijala política educativa dictada por lasclases dominantes.

En segundo término, se trata deuna variable que, correctamente defi­nida y categorizada, adquiere unaenorme importancia en'c la determina­ción del nivel general de formación ycalificación técnica del conjunto de lafuerza de trabajo. De otra parte, en­tra indirectamente en la construcciónde variables relacionadas con la natu­raleza y alcances relativos del pasajede grandes masas de obreros de unasramas a otras de la producción, ycon el funcionamiento del mercadode trabajo.

Aqut' nos vamos a limitar a seña­lar algunas conclusiones relacionadascon el primer aspecto mencionado.Tomando los indicadores más corrien­tes para la medici6n del rendimiento,es decir, promoción, repetición, aban­dono y egreso, en un año determina­do, 1966-1967; para los distintosaños de estudio, las tasas de aban­dono son muy altas, sobre todo si seconsideran las cifras relativas a losalumnos matriculados en cada año deestudios. Conviene señalar tambiénque los repitientes, en 2°, 3° Y 4°año superan el 1~ de los matricula- E..eftlnu mlllil corrientedos de su respectivo año. Las cifras (.) (b) (e) (d) (e) Industrill

de promoción parecen bastante altas Tasa de deserci6n' 49,0 51,0 38,5 43,3 42,2 70,6 Ien los primeros cinco años (hay que Permanencia promedio2 2,8 3,0 2,2 2,6 2,5 2,5 .1recordar que muchas de las carreras N¡vel educativoduran 6 años, y de ahí que haya un promedio alcanzado2 1,5 1,7 1,0 1,4 1,3 1,3 I57,6% de egresados en 6° año) peroel carácter engañoso de este dato se 1 Expresado en porcentaje I

1Expresado en añosdisipa cuando en lugar de hacer un (a) 8achillerato Icorte en el tiempo, tomando un solo (b) Bachillerato especializado Iaño para analizar, se organizan los (c) Ncrmal

datos en una secuencia temporal. En (d) Comercial . 9~

efecto, considerando la cohorte te6ri- (e) Subtotal Fuente: Id. ant., p. . .•

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El texto que aquí presentamos ha sido estractado del artículo Procesorevolucioftlrio y organizaci6n del espacio en China - Hacia el fin de la separa·ci6n entre las ciudades y el campo, redactado por Micheline Luccioni (Depar­tamento de Sociología, Universidad de París VIII, Vincennes)

181018561950

Comuftls populares runles

de las zonas rurales que permite elarrivo de nuevos habitantes. A partirde 1960 se afianza el movimiento dedesurbanización que ya en 1969 tuvouna tasa del 14% y cuyos dos rasgosprincipales fueron los desplazamientosmasivos de trabajadores urbanos hacialas zonas rurales, y la ocupación delas regiones periféricas por millonesde pioneros.

DE LA CIUDADAL CAMPO

sas, el ejemplo de la primera comunapopular ''Sputnik'', en el Hunan, noes aprobado oficialmente por el Co-mité Central del Partido ComunistaChino hasta el 22 de diciembre de1958, luego de una primera fase deexperimentación. Popularizada a traváde directivas flexibles, la iniciativapodrá luego generalizarse en el con­junto del país. El apoyo oficial delPartido consagra la victoria de lalínea revolucionaria sobre la derechis­ta, que preconiza el reagrupamientode población en la rrJi6n urbana yel distanciamiento de posiciones socia­listas en el campo. Según Liu Shao·shi y los representantes de esta línea,conviene reservar las inversiones e loscentros industriales y fomentar el de­sarrollo de ciertos polos prioritarios.

Mao Tsetung por el contrario, fe­vorece un desarrollo más lento perodistribuido con mayor uniformidad.Alienta el reagrupamiento de las fun·ciones económicas, educativas, y mili'

De 1949 a 1957, la presi6n de las tares en las células de base campe-masas va a influir sobre algunas for- sinas, con el objetivo principal demas de adaptaci6n del marco espacial convertirse en unidades capaces dea las necesidades de un modo de vi- abastecerse, administrarse, industriali-da más colectivo. La organización de zarse y defenderse por sí mismas, yla vida colectiva, tanto política como "contar con sus propias fuerzas". Elsocial, se hace sobre todo en los lu· cuadro 2 muestra el rápido aumentogares de producción, a partir de los del número de comunas y de su po-cuales se inicia una transformación blaci6n durante el año 1958.del espacio en una sucesión de cortas Se trata además de crear una or-redes de comunicación (que el traba- ganización de la vida social má co-jador recorre a pie o en bicicleta des- lectiva, mediante equipos comunesde el lugar de trabajo) ligadas entre tales como escuelas, hospitales, casas-sí por una red de transportes colec- cuna, refectorios, talleres de costura,tivos urbanos. cantinas, clubs, cines, teatros, etc. Se

Pesa a lo señalado, la ruptura con establecen progresivamente, según lasla organización tradicional e imperia- prioridades propuestas por cada co.lista del espacio no se evidencia clara- muna y no de acuerdo a una erono·mente sino a partir de 1958, cuando logía impuesta_ La propiedad de loslas comunas populares rurales ya son medios de producción y de la tierrauna respuesta histórica a las exigen- recae en la comuna.cias políticll-8COnómicas del campo. Tomemos el ejemplo de una comu-Fruto de una iniciativa local de ma- ni, en el Sechuan, creada en 1958,

Gr6rico 1. Evoluci6n de la POblea6n urbeftl en chiftl 1948 ·1911

e00.¡¡ ..~ !IR1:o.J:Iet I

Espacio y revoluci6n

Una característica esencial del de­sarrollo de nuevo tipo que se ha afir­mado en el curso de la lucha de cla·ses en China es el establecimiento deuna relación dialéctica (única en lahistoria) entre la desurbanización y elcrecimiento econ6mico, donde el de­sarrollo de las fuerzas productivas yano ocasiona de modo inevitable uncrecimiento urbano. La redefinicióndel curso de la industrialización enlas zonas rurales y el comienzo deuna ocupaci6n total del territorio ba­jo la forma de unidades medianas ca­paces de atender por sí solas y enconjunto, 18s funciones de produc­ci6n, de administración, de defensamilitar y de la vida colectiva (que en1958 abarcaban el 99% de la pobla­ci6n rural, la que a su vez representael 80% de la población total! son lasrespuestas dominantes a las contradic­ciones heredadas entre las ciudades yel campo, y entre los sectores deproducción y las jerarquías del anti­guo régimen. A su vez la eliminaciónde rasgos generalmente aceptadoscomo índices de progreso (tales comoel aumento de los medios de trans­pOrte individuales) conduce en China,en un plazo mediano, a una redefini­ción completa de la relación entreprogreso tecnol6gico y modo de vida(v6ase cuadro 1 y gráfico 11.

En el año 1960 se llega al másalto nivel de urbanización en China,y en el mismo año se inicia una ten·dencia a la desurbanización. Hasta1952 se observa un crecimiento urba­no incontrolado, en relaci6n con lasnecesidades de reorganización econó­mica del país. A partir de 1953 lataza de urbanización aumenta perocon un ritmo decreciente. Entre 1958y 1960 se asiste esencialmente a untrastrocamiento de la relación pobla·cional entre los diversos sectores dela producci6n, radistribución de lasfuerzas campesinas y reorganización

lOS LIBROS, Setiembre-Octubre 1975 21

CUADRO 1. EVOLUCION DE LA POBLACION URBANA EN CHINA, 1949 • 1969

Año Población Crecimiento Población Crecimiento de Población Crecimiento de Poblacióntotal global de urbana la población rural la población urbana en %(Millares) la población (millares) urbana % (millares) rural % de la

% poblacióntotal

1949 541.670 57.650 484.2001951 563.000 2.00 66.320 7.50 496.650 1.31 11.11953 587.960 2.29 77.670 8.43 510.290 1.41 12.51955 614.650 2.14 82.850 1.59 531.500 2.24 13.61957 656.630 3.20 92.000 7.10 564.630 1.30 14.21960 18.5

'11969 14.0

Fuentes: Morris B. Ullman, Ciudades de China Continental, 1953-59, U.S.Oficina de censos, Washington, DC 1961Michele Radiere, Evolución de la población urbana en China, Art. inédito París 1971. Franz Schurmann, Ideología yorganización en China Comunista. Keith Buchanan, Transformación de la tierra. China, 1970, pág. 384. Han Suyin, Laplanificación familiar en China. La nueva China, París No. 1 1971.

res o pequeños sectores de produc­ción. Una forma muy frecuente decomuna popular urbana está centradaen torno a escuelas o establecimientossuperiores. Algunas cubren un sectorterritorial preciso, la comuna o muni­cipalidad.

El establecimiento de las comunaspopulares urbanas es más complejoque el de las rurales, se está en pre­sencia de una combinación más varia­da de clases y sólo se ha resueltoparcialmente el problema de los inte­lectuales aún no reeducados. En un

Comunas populares urbanas

cuelas primarias con 2630 alumnos, 8secundarias con 1670, y 4 clfnicas.

para evaluar el carácter complementa­rio de los elementos que la compo­nen:

Población: 56600 (14560 hogares).Superficie: 18000 acres cultivados,

sobre todo con arroz, trigo, legum­bres, tabaco, papas, etc.

Ganadería: 35000 cerdos, 2500bueyes, 15 vacas.

Posee 5 tractores y una gran va­riedad de pequeñas industrias, 250 ta­lleres que ocupan a 3750 obreros.Administra 286 cantinas, 282 casascuna, 119 jardines de infantes, 39 es-

En 18 meses, de 1958 a abril de1960, 6 millones de trabajadores, el80% mujeres, integran estas nuevasunidades de producción, las comunaspopulares urbanas, administrativas,económicas, políticas y sociales. Deestos trabajadores, 314000 están em­pleados en empresas barriales o decalle, denominadas industrias popula-------------- -------------

IUICIONIB PUI8l0Casilla de Correo 4624, Correo Central

teoría y políticaPublicación del Comité CentraJ delPartido Comunista Revolucionario de

la Argentina

distribuye Año VI - N0 15 Abril-Octubre 1975

• Cerlos Echagíie, El otro imperialismo 88,00 $

• China hoy. Diez respuestas a diez cuestionesfundamentales. 32,00 $

• Vietnam: guerra de liberación. Historia delPartido de los Trabajadores de Vietnam.50,00$

• Polémica China· URSSCartas enviadas por el Partido Comunista de Cllina

al PCUS 100,00 $-Eugenio Gastiazoro, Argentina hoy.

Latifundio dependencia y estructura declases. 96,00 $En prensa: Mao Tsetung: Textos inéditos.

Economía, filosofía y política.

Sumario

EditorIal: El pueblo quiere y puede derrotar alos golpistas.

Enseñanzas de la gran lucha obrera de Ford.Porqué la crisis no se resuelve sin revolución,

por Hugo Páez.El otro imperialismo, por Carlos Echagüe.El socialimperialismo y la FFAA, por A. MontieLi Viva la lucha de los pueblos indochinos!De donde provienen las ideas correctos, por

Mao Tsetung.

Pídala en quioscos

22

CUADRO 2. AUMENTO DEL NUMERO DE COMUNAS RURALES DURANTE 1958

Número Población campesina % de población Número dede de las comunas total campesina familias porcomunas (en millones de comunas

familias) (promedio)

EI nuevo espacioy sus determinaciones

(el estado es responsable de su man­tenimiento) por cantidades que repre­sentan aprox imadamente entre el 3 y

el 7% del salario mensual medio deun obrero.

Una med ida esencial se refiere ala adecuación de la vivienda a lascondiciones económicas y técnicas delmomento V también al nivel de vidade la población. Se ha emprendidouna campaña para economizar el cos­to de los materiales y la mano deobra, sin perjuicio de la calidad nidel modo de elaboración del proyec­to, que pasa por estas fases: encuesta'de masa, discusión de síntesis, retor­no a las masas, ex perimentación ygeneralización.

4.3284.6624.7814.6144.637

30.448.165.39899.1

Los datos que se han ido propor­cionando señalan las tendencias encurso en la República Popular China.Ellas expresan, sin duda, el lugar pre­eminente de la política en el conjun­to de la sociedad china y por ello enlas formas de distribución y empleosocial del espacio. El modo de ocupa­ción y de organización del espaciotiende a transformar de manera rad ¡.cal el conjunto de las relaciones deseparación y dependencia entre lasciudades y el campo que caracteriza­ban al viejo régimen. Se observa estatransformación no sólo en el planode la liquidación de la oposición eco­nómica entre clases sino también ensu acción sobre las contradicciones se­cundarias y las diferenciaciones fun­cionales y sociales, en el sentido deuna tendencia a la desaparición de lasseparaciones entre esos dos polos.

Como lo. ha demostrado la GranRevolución Cultural Proletaria que hapotenciado las tendencias menciona­das, la experiencia china es histórica­m~nte inédita en lo que atañe a laaplicación de medios para resolver lascontradicciones entre trabajo manuale intelectual, y entre ciudad y cam­po.

Período

Fin agosto 1958 8.730 37.78Principio septiembre 1958 12.824 59.79Mitad septiembre 1958 16.989 81.82Fin septiembre 1958 26.525 121.94Fin diciembre 1958 26.578 123.25

considerablemente: hay 2000 auto­buses en Pek{n, 12 veces más que en1949. Los hospitales, servicios públi­cos, teatros, centros de reunión paralos trabajadores, etc., fueron instala­dos en el sur de la ciudad, y la zonaindustrial (q u{micas, curtiembres} enel SE para evitar la polución, pues elviento sopla del NO y en este senti-do corre también el agua.

Se ha evitado realizar nuevas cons­trucciones urbanas en los mejorescampos en torno a la ciudad, cuyocultivo asegura una parte de la ali­mentación local. La agricultura recibeabonos de lo's excrementos humanosy se beneficia con agua y electrici­dad.

En China el promedio para 1964sería de 7 m2 de vivienda por habi­tante, y recientemente ha ascendido a8,5 m2 (sin contar las instalacionessan itarias).

Actualmente cada familia tiene engeneral su casa, y só lo se crean cen­tros de habitación reagrupados en lasregiones nuevas o cuando se constru­yen nuevos centros industriales agríco­las. Los dormitorios comunes no exis­ten en el campo, salvo tal vez enobras de desmonte, antes de la cons­trucción de alojamientos definitivos.En cada comuna, las prioridades ex­presadas por las masas, determ inan lasformas de control del problema de lavivienda.

En los centros urbanos el departa­mento típico de una familia obreracomprende, según datos de 1964, 2 ó3 dormitorios, cocina, placards, aguacorriente, electricidad, bañ o y a vecesbalcón, lo que representa un progreso'considerable (barrio típico de Tsao­yang, en las afueras de Shanghai).

las viviendas son parte del planeconómico·estatal y prácticamente to­das son construidas por el estado,son propiedad de la nación y perte­necen al pueblo entero. Todas depen­den de la gestión unificada de las or­ganizaciones del estado encargadas dela administración de viviendas y delas autoridades locales; son alquiladas

informe sobre las industrias de calle(Renmin R¡bao, 8 de febrero de1960) se habla de reagrupamiento yreorganización, y el término comunaspopulares urbanas cubre una realidadalgo diferente. Las ciudades obreras ylos com ités de barrio parecen ser laforma de evolución de estas comunas.

La ciudad obrera de Pangtu, cons­truida en 1959 en terrenos baldíosde Shanghai, distrito de Chapei, cons­ta de 129 edificios donde se alojanlas familias de obreros que trabajanen 15 fábricas cercanas. En total,3600 hogares' con 16000 personas.Las construcciones son simples: pare­des de ladrillos blanqueados con cal,agua, gas, pisos en las habitaciones,escaleras de cemento, y electricidaden todas partes.

El comité de barrio cumple un pa­pel importante en la creación de ser­vicios colectivos destinados a mejorarla vida cotidiana de las masas organi­zando el estudio político y la vidacolectiva.

Estas comunas configuran una eta­pa de desaparición de los artesanos ytrabajadores independientes, y van portanto en el sentido de la eliminaciónde las supervivencias capitalistas. Hanpermitido integrar a las mujeres a laproducción ubicándolas en condicionesaptas para la toma de conciencia po­Ihica, han participado en la integra­ción y en el desarrollo de la produc­ción de las pequeñas empresas, con laayuda de las medianas y las grandes;y han acelerado la transformació n delas antiguas ciudades de consumo encentros de producción. Según un in­forme de Mao que data de 1949:"La tarea principal para fortalecer elPoder popular es transformar las ciu­dades de consumo en ciudades deProducc ión".

En Pek ín, inmensas superficies deoficinas han sido transformadas en vi­viendas, lo que constituye uno de losIll~dios utilizados para limitar el creci­Ill~ento urbano y permitir el desplaza­flllento de trabajadores intelectualeshacia el campo. Así han sido desocu­P!ldos 260000 km2 en 1958. EstaCifra es enorme si se considera quee?tre 1949 y 1956 toda la construc-Ción d " P k'f e VIViendas nuevas en e InUe de 3660000 km2.

los transportes han aumentado

Algunos datos sobre organizaci6nespacial y vivienda-----------------------

lOS l·IBROS, Setiembre-Octubre 1975 23

ESTADO YIIRECHOFULVIO CARPANO

G. W. F. Hegel, Principios de Ié.fllosof(a del derecho; traducción deJuan Luis Vermal; Buenos Aires,Sudamericana, 1975, 392 págs.

Los Principios de la Filosofía delDerecho de Hegel -primer traba­jo de envergadura del períodoberlinés (1818-1831) a la vezque última obra sistemática pu­b I i ca d a en vida del autor(1821)- representan la elabora­ción más lograda de la problemá­tica jurídica y política que ofre­ce, a nuestro juicio, el hilo con­ductor para la comprensión delsignificado histórico de la filoso­Ha hegeliana} El interés por lo~

temas allí tratados es una carac­terística constante de toda laproducción filosófica de Hegel,desde los escrito~ juveniles hastasus últimas lecciones en la Uni­versidad de Berlín2 -un interéspermanentemente avivado por losacontecimientos históricos que ja­lonan su vida: la RevoluciónFrancesa, las campanas napoleó­nicas, la Restauración3 y, funda­mentalmente, la posibilidad deconsolidación bajo la férula pru­siana de un Estado nacio",1 ale­mán que constituyera la "realiza­ción" del Espíritu de la época.Los Principios exponen, entonces,la estructura del Estado "cristia­no-germánico"4, punto final del"camino de Dios por el mundo"-como leemos en el Agregado alparágrafo 258-, síntesis de dosmovimientos históricos y de susrespectivas manifestaciones ideol6­gicas (como lo indica el segundoUtulo de la obra): por un lado,el "Derecho Natural", es decir,la moderna teoría poll"tica (siglosXVII y XVIII) que refleja elproyecto liberal-burgués, en ma­yor o menor medida "democrá­tico"; por otro, la "Ciencia delEstado", esto es, la doctrina tra­dicional (desde los clásicos gre­co-romanos hasta Christian Wolff,a través de la EscolásticaS) y suconexión con determinadas formashistóricas, como las monarquíasabsolutistas, revigorizadas por los

24

canones de la Santa AlianLd.Si las peculiaridades del mo­

mento histórico permiten enten­der el espíritu que anima la pro­puesta hegeliana, es en cambiosu Lógica -su concepción idealis­ta del movimiento dialéctico dela "Totalidad"- la que se con­figura como el "instrumento teó­rico" del cual se vale Hegel paraintentar tan arduo sincretismoentre lo antiguo (la tradiciónaristotélica que privilegia "el to­do" sobre "las partes") y lo mo­derno (el individualismo o "ato­mismo" burgués), manipulandocategorías e Instituciones fuerade sus contextos espedficos(piénsese, por ejemplo, en la co­presencia de un sistema corpo­rativo y de una representaciónparlamentaria!) para poder pre­sentar el todo articulado comoculminación del proceso de auto­desarrollo de la Idea6 • Sobre elparticular, los parágrafos relativosa la Sociedad Civil y al Estadopresentan los motivos de mayorinterés de la obra.

Con el primero de estos dosconceptos Hegel describe "elcampo de batalla del interés pri­vado individual de todos contratodos" (Observación al parágrafo258), la t(pica sociedad modernade la "libre concurrencia", quenace con la Revolución Industrialy tiene en el egoísmo del pro­ductor privado y en la anarqUl"adel mercado su principio motor.Antes que en Hegel, ésta ha sidoobjeto de análisis del pensamien­to político liberal -al menos ensu s .. pri n c i pi os fi 1056ficos"(Locke y Kant, por ejemplo)-,de la "Escuela Escocesa" (Hume,Ferguson, Steuart, entre otros) y,especialmente, de la incipienteEconomía Política (en la Obser­vación, al parágrafo 189 Hegelmenciona expresamente a Smith,Ricardo y Say). Sin embargo,dos características distinguen lanoción hegeliana: 1) mientrasque en las doctrinas precedentes"sociedad civil", y "Estado" seconfunden en un único concep­to, Hegel los diferencia clara­mente, de modo de asignar a laSociedad Civil la mera funciónde momento necesario en el in­terior de la totalidad ética -peronada más que "momento" y,como tal, subordinado a la uni­versalidad del Estado-; 2) deeste modo, Hegel cree poderconciliar el principio (moderno)de la propiedad privada con laexigencia (tradicional) de "totali­dad" representada por el Estado:el interés individual no sería asíni rechazado ni abolido sino sim­plemente "superado" (en el sen­tido hegeliano del término') porel interés general. Las institucio­nes históricas que permitirían talconciliación son los "estamen-

tos", las "corporaciones", la PQIL­cía y la Administración de laJusticia, la representación parla­mentaria.

Es sintomático que el jovenMarx, desarrollando una crítica-rica de implicancias ulterJores­al Estado de los "principios" ydenunciando simultáneamente elcarácter arbitrario y a·científicode la dialéctica especulativa, hayaaccedido -a través de la exposi­ción que hace Hegel- a la com­prensión del nexo que corre en­tre el mundo de la propiedadprivada (y, por consiguiente, dela desigualdad y la explotación)y el de la "Política" (entendidacomo la esfera de los "derechoSciviles", de la formal y vacía"igualdad de los ciudadanos antela ley").S Porque la presenc'ia demotivos que aparecen como unainvoluci6n9 respecto de las pro­puestas teóricas más avanzadasde la burguesía! o no llega aocultar el esp'"ritu moderno de laarquitectura política hegeliana: elcarácter burgués de su doctrinaes confirmado por la estructurasistemática y por el desarrolloconceptual mismo de la "Filoso"fía del Derecho"_

Hegel identifica "subjetividad"y "propiedad privada", santifican­do así a esta última como unacondición natural, eterna, propiadel hombre en cuanto hombre.Asimismo, no se limita a expO­ner la rp.alidad contemporánea(aunque fuera en un incómodouniforme prusiano) sino que enél prevalece aquella motivaciónética personal (su proyecto bur­gués "conservador") que lo em­puja a proponer una (ilusoria)superación del principio "subje­tivo" de la Sociedad Civil en elprincipio "substancial" del Esta­do. Un correcto tratamiento deesta cuestión, por el contrario,debe concluir tanto en la distin­ción entre "individuo" u "hom­bre" por un lado, y "propietari~privado" por el otro, como as'también en la comprensión queel Estado burgués (o sea aquellaesfera totalizante encargada desalvaguardar el "interés general",en la cual todos los hombresparticipan como "ciudadanoS"con iguales derechos y deberescualquiera fuera su condición s~"

cial), es realmente tan poco u.n~iversal como la Sociedad C'VImisma (donde, en cambio, eStransparente la desigualdad Y lalucha ,de intereses persona.les~mAs aun, que la universalldaformal de aquél (el "cielo" de la"política", de la abstracta igual­dad jurídica) es funcional a .Iadesigualdad real de ésta (la "tle"rra" de la "economía" de la IIJ­cha entre clases explotadas yexplotadoras). Esta tarea, se eO'tiende. está más allá del horizoll'

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10 Pensamos en primer lugar en Rou·sseaU; pero valga también, en estecaso. el mismo Locke y, eh general,la tradición constitucionalista Iliberal)inglesa Y francesa.

8 Nos referimos a la Critica de laFilosof(a del Estado de Hegel. datableen 1843, que representa el primercombate teórico del joven Marx conla filosofía. En espal'lol existen dosversiones de esta obra (Buenos Aires,1946 -inutilizable- y México. 1968)pero. pese a ello, no ha merecido es­pecial atención por parte de los intér­pretes, situación que no es peculiardel ámbito hispanoparlante. ya que esmérito casi exclusivo del filósofo ita·liano Galvano Delia Volpe el haberllamado la atención sobre la importa­ncia de este trabajo juvenil de Marx,dando lugar a una corriente de pensa­miento que ha continuado. desarro­llado y modificado en ciertos casossus pautas interpretativa, (Bedeschi.Cerro ni, Colletti, Merker, Mario Rossi,etc.).

11 Véase lo Colletti. Ideologia e5ocl.... Bari, 1970. p. 129 y siguien­tes. .pecialmente p. 284 y siguientes.

9 En particular, el "espíritu cor­porativo": el sistema de estamentos(Stande) gremios, comunas. etc.. conla función ética de armonizar la par­ticularidad individual con la universe­lidad estadual. de integrar la SociedadCivil en el Estado. Pero considéresetambién la concepción hegeliana delmatrimonio y de la familia en gene­ral, su juicio sobre "quien debe hacerla constitución" (Observación al pto.273) y sobre "lo que sebe el pue­blo" (Observaciones a los ptos. 301 y308); la justificación de la monarquíahereditaria Y del hecho de que los jun­k.s sean senadores por nacimiento;el "mayorazgo" (un régimen feudalde propiedad de la tierra) como fun­damento del Estado.

final (la unidad recompuesta luego .de

la "escisión") se revela como el suje­to -único y absoluto- de todo elproceso y. consecuentemente, las fasesprecedentes como meros "momentos"o "figuras" que dicho sujeto ha dadoa sí mismo para "mostrarse" (hacerexplícito lo implícito; devenir "para­sí" de lo "en-sí") en la totalidad desus articulaciones. Nos permitimos re­comendar una lectura atenta de laObservación al pfo. 256 y del pfo.262: el Estado, aunque "históricamen­te" proviene de los momentos prece­dentes (familia y sociedad civill. enrealidad (esto es, para la especulación,para la verdadera filosofía o idealis­mo) se revela como el "fundamento"(Grund) o sujeto que ha determinadoel proceso desde el comienzo; el Es­tado "es lo primero, dentro del cualla familia se desarrolla en sociedadcivil y es la idea misma del Estado(1 ) que se separa en estos dos mo­mentos" (p. 2821.

6 Véanse: Prefacio (p. 12); pará­rafos 31 y 32; Observación al pfo.41; Agregado al pro. 260; pto. 272;

~bservación al pfo. 279; Observaciónapto. 302.

" 1" Calificar la "Aufhebung" comoe !~inación-conservación" no revela~IClentemente la riqueza del movi­lale~o.. t~picame nte especu Iativo. deció • ecItaclón hegeliana. La "supera-

n' tiene lugar porque el resultado

1 la publicación de una versióncorrecta y completa de este importan­tfsimo escrito de Hegel colma así unalaguna inexplicable dentro de la lite­ratura filosófica hegeliana disponibleen lengua española.

te dentro del cual se mueve He­gel: luego de estudiar cr{ticamen­te la teoría hegeliana del Estado(y a través de ella la doctrinapolítica burguesa), Marx dedicarálos restantes cuarenta años de suvida a la investigación y formula­ción de la ley de movimiento dela moderna Sociedad Civil.

2 Los escritos juveniles "teológi­cos" (así llamados, tal vei restrictiva­mente, por su editor Nohl -un discí­pUlo de Dilthey que en 1907 cuidóla publicación de estas obras de ju­llentud de Hegel, tan importantes pa­ra entender la génesis del pensamien­to del filósofo-) son ilustrativos dela amplitud de los intereses del jovenHegel; en Jena (1801-1807) Hegel pu­blicó el famoso artículo sobre el"Derecho Natural" que junto con elCOntemporáneo, pero inédito, "Siste­ma de la Eticidad", preanuncian laobra de madurez en sus I{neas funda­mentales. También en Jena Hegel de­sarrolló en sus cursos una completaFilosofía del Derecho que será siste­matizada en los parágrafos 483 a 552de la Enciclopedia (Heidelberg, 1817)y en los Principios.

3 La derrota de Napoleón y elSUcesivo Congreso de Viena (septiem­bre 1814 - junio 1815) sel'lalan elCOmienzo de la política reaccionaria yantirrevolucionaria tendiente a "restau­rar" los sistemas feudales tardíos yabsolutistas que habían sido barridosPor el Código de Napoleón, por lalegislación civil impuesta en los terri­torios ocupados por las tropas france­sas. Gestor principal de esta Restau­ración fue, recordemos, el cancilleraUstríaco Metternich: su país, junto~n Rusia y Prusia, constituyó el bas­tión de la reacción post-napoleónica.

4 Véanse los parágrafos 358 Y~9, y también el capítulo correspon­

diente en las Lecciones sobre la Filo­IOfla de la Historia.

11 s cfr. Manfred Riedel, Studien zu1;ee1s RechtlphilOlophie, Frankfurt,69.

loa l IBROS, Setiembre-oetubre 1975 2&

Friedrich Engels, Ludwig Feuerbach y el fin de lafilolOfía clásica alemana, Buenos Aires, La Rosa Blin­dada, 1975, 123 págs.

Friedrich Engels y Georgi Plejánov, Ludwig Feuerbachy el fin de la filolOfía clásica alemana; Notas alLudwig Feuerbach, Córdoba, Cuadernos de Pasado,y Presente, No. 59, 1975, 168 págs.

Con un intervalo muy breve entre sí, Qajo elsello de La Rosa Blindada, primero, y de Pasadoy Presente, después, aparecieron estas dos nuevasedicwnes del famoso escrito de Engels. A mbas inclu­yen también otros trabajos, algunos del mismo En­gels, además del complemento ya tradicional de las"Tesis sobre Feuerbach", de Marx.

Como es sabido, el ensayo de Engels desempeñóun papel importante en la constitución teórica delmarxismo, así como en su difusión, sobre todo enel perlodo que sucedió a la muerte de Marx. Juntocon el Anti-Dühring, Del sociali8lno utópico al socia­li8Ino científico y El origen de la familia, la propie­dad privada y el Estado, formó parte del grupo deobras que cimentó el prestigio teórico de Engels enel movimiento obrero socialista. El motivo inmediatode su redacción fue la aparición de un libro sobreL. Feuerbach, circunstancia que Engels aprovechó

como ocasión para exponer en sus l(neas funda·mentales ~ concepción materialista dialéctica de lahistoria y del mundo que haMa contribuido a ela·borar junto con Marx, como órgano te6rico delproletariado. Pero fue la ocasión también para trazarun ajuste de cuentas con Hegel (y, en genera~ conel ciclo filosófico burgués iniciado en Alemania porKant), por un lado y con el materialismo naturalistade Feuerbach, por otro. Este ajuste de cuentas im­plicaba el reconocimiento de la "deuda" teórica dela nueva concepción respecto de Hegel y de Feuer·bach, así como la ruptura radical que la separabade ambos y cuyo referente práctico era la indepen­dencia, ideológica y política, de la clase obrera.

Hay dos temas en el escrito de Engels que ten­drán larga incidencia en el desarrollo posterior delmarxismo. El primero es la distinción, que se volvióclásioa, entre método y sistema en el interior de lafilosofla hegeliana, el método como "lado" subversivode dicha filosofía, el sistema como su "lado" con­servador. Se trata de una cuestión que integra unaproblemática más vasta y, sin dudas, fundamental:la de las relaciones entre el marxismo y Hegel. Almargen de sus versiones más o menos académicas,los debates /sobre esta problemática dentro del mar­xismo han tenido siempre significación políticO,dado que conciernen al carácter dialéctico, materÍIJ­lista y de clase del marxismo. El tema se planteóen cada ocasión en coyunturas históricas específicasdesde el punto de vista político e ideológico, y sóloen el contexto de esas coyunturas puede ser aferro­do plenamente el sentido teórico y práctico de los

Director:Torcuato S. Di Tella

DESARROLLO ECONOMICO

Revista de Ciencias SocialesPublicación trimestral delINSTITUTO DE DESARROllOECONOMICO y SOCIAL (lOES)

Volumen 15 Julio - Setiembre 1975 No. 58

REVISTADE CIENCIASDE LAEDUCACION

Articule.

SERGIO BITAR: Los oligopolios internacionales en laindustria. Algunos efectos sobre las economías la·tinoamericanas.

HEBE M. C. VESSUR': La explotación agrícola fami­liar en el contexto de un sistema de plantación:un caso de la provincia de Tucumán.

LEOPOLDO J. BARTOLOME: Colonos, plantadores yagroindustria. La explotación agrícola familiar enel sudeste de Misiones.

LUCIO G. RECA y NICOLO GLlGO VIEL: Evolu­ción de estructuras agrarias en la Argentina. Estu­dio de un caso en la provincia de San Juan.

HORACIO TORRES: Evolución de los procesos deestructuración espacial urbana. El caso de la ciu­dad de Buenos Aires.

EDUARDO L1ZANO: Integración económica entrepaíses en vías de desarrollo.

Cr(tlCl de Libros· Informaciones - R_fta BlbllogrMiCII

28

número 13 -14

SEELlGMAN, MaríB T.rtlSB G. d.: Empirismo yespiritUl'Iismo; dos orientaciones en la ciencia de la educación.RISO, alga: les deformaciones en los profesoredos foromadores de maestros primarios.ANADON, MBlú - ARGUMEDO, MBnu.1 y otros: Anéli'sis ideológico de textos escolares.F/NKEL, Saf8 R.M. d.: Hegemonía y educación.SOR/ANO, M.re: Escuela y lectura.C/POLATTI d. FANTINO, A". MBríB . LE/DERMAN,Pi". d• . LOSO d. PARACHE, María Inh • ROLDAN,G/sdys: Orientación vocacional: sobrldeterminaci6n.COUREL, Raú/: Problemática pare la orientaci6n voca­cional: la ideologización del campo.SRA va, Hletor: los recursos financieros de la educaci611.YAPUR d, CACERES, C/oti/d,: Aportes para une ac­tualización de la teoría didáctica.

COMENTARIOS DE LIBROS ......

diferentes posICIOnes. Así, la especificidad y la auto­nomía te6rica del marxismo debió afirmarse, en de­terminados momentos, contra la tendencin a disolverel carácter materinlista de la dialéctica de Marx, a1uJcer de ésta una mera prolongación de la dialécticahegeliana y cuya novedad radÍl:arfa en que el mismoinstrumento metódico se aplicaría a las "cosas" yno ya a las "ideas". En este sentido, la edición deLa Rosa Blindada incluye un texto fundamental deEngels: se trata de un fragmento de una de lasrecensiones que escribiera pora llamar la atenci6nsobre Contribución a la crítica de la economía polí.tica, el primer trabajo de Marx en que tomabanforma los descubrimientos decisivos del laborioso pe­ríodo que haMa abarcado prácticamente la décadade 1850. En dicho escrito, Engels explica que sibien la dialéctica hegelinna constitufa el "materiallógico" más rico de que disponía Marx como ante­cedente teórico, era "absolutamente inutilizable" talcomo se presentaba, dado su carácter idealista. Demodo que la elaboración del método correspon­diente a la "concepción del mundo más materialistaque todas las precedentes" tenía como requisito" dante to o... someter el método de Hegel a unacrítÍl:a profunda" (véase pág. 104 a 107 de la edi­ci6n mencionada).

Sin embargo, no sólo las variantes hegelianízanteshan representado una tentativa de revisi6n de la sus­tancia teórica del marxismo. Este fue, y es, tambiénel sentido de buena parte de las Uamadas corrientes"anti-hegelianas" del marxismo, que tienden a negartoda filiLlción entre el marxismo y Hegel (tal vez elcaso extremo lo constituya el althusserianismo, parael cual lo que Marx habría tomado de Hegel seríaúnicamente una supuesta visión de la historiLl como"proceso sin sujeto"). Es evidente que en este casolo que está en cuestión es la función misma de ladiLlléctica en la doctrina marxista. Y no nos refe­rimos a su papel más o menos retórico dentro deUn discurso. I Nos referimos a su función como ins­trumento teórico, orgánicamente vinculada con lasignificaci6n conceptual de base que la idea de dia­léctica comporta, como idea de movimiento o pro­Ceso de la "cosa'~ movimiento o proceso que sedesarrolla a través de contradicciones. En suma setrata de esa concepción metódica que en su ''figuraracional", como decía Marx, es "por esenciLl criticay revolucionariLl".

Por último, el otro tema planteado por Engels enLudwig Feuerbach... es el que se refiere a la "re­lación entre el ser y el pensar", como cuestión cen­tral en torno a la cual se ordenan las diversas es­cuelas de filosofía y permite discriminar las dos p~­siciones fundamentales: el idealismo y el materlO­lumo. Para Engels, y para el marxism?, la relaci6~entre aquellas dos instancias en las diferentes POSI­

ciones filos6ficas no es simétrica, siempre una prece­de a la otra y es condición de existencia de '~otra. En e&te sentido, son materiLllistas aquellas POSI-

1 Es lo que sucede con los trabajos del filósofo ;tali~~oG. Delia Volpe, pera cuya interpretación -de co~e e~plns­te- del marxismo es superflua toda noción de dialéctica: Vla conservación del término parece más bien una concesiónvtrbel a la tradición.

lOS LIBROS, Setiembre-oetubre 1975

ciones que afirman la prioridad del ser respecto delpensamiento o conciencia. Y anexo a dicha cuesti6nva el problema de la posibilidad del conocimientoobjetivo y sus premisas. Veinte años más tarde enMaterialismo y empiriocriticismo, Lenin retoma;á ydesarrollará ambas tesis, convirtiéndolaJ en uno delos ejes de su polémica contra los qale pretend(an" 1 d"" 1 .poner a la· e marxISmo amputándole su caráctermateriLllistao

CARLOS AlTAMIRANO

Eugenio Gastiazoro, Argentina hoy. latifundio y tlflo

tructura de clases, Buenos Aires, Ediciones Pueblo,1975, 234 págs., 3a. ed.

Comentar la tercera edición de una obra no le

justificaría si no fuera que, como en este CtuO, lareelaboración llevada a cabo por el autor nos ponefrente a un nuevo libro. Si bien permanece inalte­rada la concepci6n principal de las ediciones anterio­res -a saber la ubÍl:ación de la Argentina comopaú dependiente y oprimido por el imperialismodentro del conjunto de las naciones que integran elTercer Mundo- los avances realizados en la caracte·rización de la estructura de clases de nuestro paú yde la función que cumple en él la disputa interim­perialista nos muestran un nuevo estadio dentro delannlisis de /as contradicciones de la sociedad argen­tina.

La contradicción principal que cruza su realidades, como lo señala GastiLlzoro, "la que enfrentn alimperialismo, la olÍ/5Drqu(a terratienente y al grancapital a ellos asociado, con la clase obrera, loscampesinos pobres y medios, la pequeña burgues(aurbana, la mayoda de los estudiantes e intelectualesy los sectores patri6ticos y democráticos de la bur­guesía urbana y rural" (pág. 224). Esta contradic­ción es producto del desarrollo histórico de nuestrasociedad y se basa en las trabas objetivas que seoponen a su progreso: la estructura terratenientesobre la propiedad de la tierra y el dominio delimperiLllismo en la industria del paú, lo cual es lac~nsecuencia d~ la ~li~nza de la oligarqu(a terrate­niente con el ¡mperlOllSmo; el inglés en primer 1y ahora el yanqui. ugar

Es por eso que el libro ha sido dividido en tres

27

parles: una dedicada a estudiar el problema agrarioy a determinar 14 contradicción principal en esecampo, otra que investiga el desarrollo industrial y laconcentración capitalista, donde se ponen de mani­~esto las causas del desarrollo deformado del capita­lIsmo en la Argentina y una tercera, donde avanzán­dose sobre la estructura de clases se investiga elpapel que desempeña cada una y los proyectos queposeen. Gast~oro demuestra en este aspecto queen la ArgentIna sólo hay dos alternativas reales encuan~o al. ~ontenido y practicabilidad: el proyectodel unp~'UJllSmo, los terratenientes y la gran burgue­sia ?~ocUJda a ellos, o el proyeeto del proletariado.Par~lendo de la situaci6n descripta por Gastiazoro sedefine In· etapa presente de la revolución en la Ar­gentina, la cual ha de ser una revolución democrá­tica de nuevo tipo, la que ha de romper con los

relfOl de la estructura pre-capitalilta que traban elprogreso de nue,tro campo y las cadeoos que nosatan al imperialismo, que caultJn el desarrollo defor­mado de nuestra industria .. y nos oprimen y sojuz­gafL

El análÚlis del libro deja en claro que los cam­bios estructurales que necesita la A rgentina para del­plegar el progreso de sus fuerzas productivas actual­mente trabadas, s610 podrán lograrse a través de larevolución y no por medio de reformas paulatinas.E,te camino debe basarse, por otra parte, en laspropiIJs fuerzas, ya que la A~entina no puede nid~be .atars~ ~l proyecto hegemónico de otra, poten­CIO' ImperUJlutas, dado que -al no atacar ningunode eso, proyecto, la, e,tructura, fundamentales que

28

traban el progreso de nuestro pa(s- estdn destinadasa perpetuar la situación actual y acentuar aún' máslos rasgos del sistema. Es as( como la lucha por laindepende neia determina el carácter de las alianzasque el proletariado como clase ha de establecer conlos otros sectores de la sociedad. Es aqu(, donde-como señaláramos al pincipio- se avanza en lacaracterización de las clases sociales y por ,obretodo en la de la burgues(a nacional.

El libro añade todav{a otras virtudes a las yaseñaladas. Su estilo claro y la sencillez y correccióncon que son expuestos los fundamentos de la teorlamarxista muestran una preocupación pedagógica delautor que coincide con lo que expresa en el pró­logo. Esta es una de las diferencias más notablesrespecto de las ediciones anteriores. Por otro ladose hn logrado una mayor rigurosidad cient(fica en laexposición de los diferentes problemas, ,obre todoen lo que atalle a la determinación de cltue, ysectores sociales. El libro se caracteriza ademlu poru.oo gran profusión de datos elaborados con preci­31ón par~ apoyar las tesis del au tor. Es por e,o quese constItuye en una obra que sin abandonar la exac­titud necesaria, es accesible- a todo tipo de público.Es esto lo que la convierte en un instrumento des­tacable en la lucha que lleva el proletariado porsacudir el yugo oligárquico-imperialista.

JUAN CARLOS CINTIDNI

liBROS DISTRIBUIDOS II BUIIOS AlBISAGOSTo-SEPTIEMBRE DE 1975

CIENCIASSOCIALES

tuc Bo Itansk i10& USOs sociales del cuerpo

raduc .,B Clon de Arturo Armadal~~I')O.s Aires, Periferia,

pago

~ ~Uckminster Fullerp",Cie l. utopía.l' Pectiva de le humanid.t~ tadUcción de8~Uardo J. Prieto45;OOs Aires, Troquel.

Pág.

"'~rc' I'el la Echenique..... 810. matemáicoa de la'Pli\lct~ra .pecial urbe..:~ C8~lOnea en,,~tC8 Latina~rnp'l .de '.aCión de trabajosQu ~IOS autores~8flos Aires, Ediciones Síap,

Pág.

J~nle Carlos Ferrar;Iaact""!'efa y la crisis delBu Ir ''''Per_'~~~ires, Siglo XXI,

JGrge~n Habermas:c:::.de ....tim.d6n M

'lc:tUCC'Ó mo --dfoJoa, Lu'. n de

'S Etcheverrv

Buenos Aires, Amorrortu,175 pág.A partir del conceptoweberiano de 'legitimación',Habermas -continuador de laescuela de Francfurt- analizael modelo de crisis delcapitalismo tard (o, las tendenciasque la generan, paradesembocar en tesis (vinculadascon 'a temática de la alienacióny el ·1in del individuo') que

desarrollan lo que el autordenomina una "toma departido en favor de la razón".

Margaret MeadLa antropologfa y elmundo contemporáneoTraducción deAlfredo LlanosBuenos Aires, Siglo XX,160 Jl6g•

M. Sabbatini, G. Di Siena,F. Rossi-Landi, A. MeUs,A. IlIuminatiDiccio..rio te6rico·ideol6gicoTraducción deBeatriz SarloBuenos Aires, EditorialGalerna, 230 pág.Primer di<:cionario de suti po editado en nuestropaís. Los trabajos que incluyefueron publicados por primeravez y traducidos de la revistaitaliana Ideologie e incluyenotas informativas sobre laproducción de sus au~~res.

Corporativismo, Oarwln.smosocial, Guevarismo, ProgresotecnolÓgico, Racismo,

Revolución cultural, sonalgu nos de los temaspresentados con untratamiento excelente.

~ ECONOMIA ~

=. J. DavisInvestigación de mercadosTraducción de E. N.Gugelmeier Mart(Buenos Aires, El Ateneo,192 pág.

Gene K. Groff yJohn MuthPlaneamiento y controlde producciónTraducción de AnlbalCarlos LealBuenos Aires, E I Ateneo,356 pág.

Octavio lanniEstado y planificaci6necon6mica en BrasilBuenos Aires, Amorrortu,276 pág.

Leonardo TomasettaParticipaci6n Y autogesti6nTraducción deMarino Ayerra Red!'nBuenos Aires, AmorrortuEditores, 310 pág.

EDUCACION

Francisco GutiérrezPedegogla de la comunicaci6nBuenos Aires, Humanitas.160 pág.

Reina ReyesDrama en la educeci6nBuenos Aires, AlfaArgentina, 118 pág.

ENSAYOS

Andrés FidalgoPanorama d. laliteratura j ujeñaBuenos Aires, La RosaBti ndada, 191 pág.

FILOSOFIA

Leszek KolakowskiLa Pl'8I8ncie del mitoTraducción deCristóbal Piechocki

JBuenos Aires, AmorrartuKolakowski elabora un

~l'a"OS, Setiembre-Oetubre 1.7& 29

Pacho O'OonnelLa ",ucci6n d. la hijad.1 port.oBuenos Aires, Siglo XXI,138 pág.Cuentos del autor de dCopai donde, en nombre •una literatura que incorpOr'el lenguaje coloquialportel'lo. se propone ciertafacilidad chata y al mismotiempo segura en sus efectO'y efectismos: al lector se "propone cuentos de finalsorpresivo, un pocoescandalosos, atenuadoSinvariablemente por latrivialidad.

Alfredo PippigMorad~ ....B'.Jenos Aires, Sudam.iCl '388 pág.

Andreas MadsenLa Patagonla vI.JeBuenos Aires, Galerna,220 pág.

Federico MoreyraLos reosBuenos Aires, Ediciones dela Flor, 202 pág.En el camino de L.tumba de Medina, la Florreedita el éxito de públicodel realismo naturalista queelige como tema el barriO ylas experiencias juvenilesV maralnales

Osvaldo FasoloEl hombre que yo Invent'Buenos Aires, RodolfoAlonso Editor, 79 pág.~

Silvina OcampoAutobiografra d. lraneBuenos Aires, EditorialSudamericana, 120 pág.

Arturo CarreraOroBuenos Aires, Sudamerical18,94 pág.

Juan GelmanObra po6tic.Buenos Aires, Corregidor,420 pág.OSlde Vlolln y otracu8ltlona (19561, suprimer libro, hastaRelaclon. (19731, toda laproducción de uno de lospoetas más importantesde Amáríca latina.

" pubiicada en 1949 V puntode pertida -reconocido ono- de buena parte de la'nueva narrativalatinoamericana'. El prólogoproporciona un estimablemarco histórico-cultural.

LITERATURALATINOAMERICANA

Thomas WisernanLa i",l_ rom6ntic.Traducción deFloreal MazíaBuenos Aires, Sudamericana,328 pág.

Alejo CarpatierEl reino d. ... mundoEstudio preliminar deFlorlnda Frledman deGoldbergBuenos Aires, Librer(a delColegio, 170 pág.Reedición, en una coleccióncuyo objetivo es la escuelamedia, de la fundamentalnovela de Carpentier,

Angel BonominiLibro d. ioI CIlIOS

Buenos Aires,Sudamericana, 110 pág.

Varios autoresla mejor ciencia ficción d.los aRol 60Buenos Aires, EdicionesOronte, 348 pág.

John Osborne yAnthony CreightonEpitafio pera George DillonBuenos Aires, Sudamericana,98 pág.

la traduccfón de Mallarmápor Gorbea es sumamentecuidadosa; un prólogo y unacronolog(a completan laedición biligüe.

Leonor CalveraMi c:ua en .. ciudadBuenos Aires, Oead Weight,80 pág.

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presenta aqu í una cuidadaselección.

LITERATURAEUROPEA

YNORTEAMERICANA

Stéphane MallarméPo.laTraducción V prólogo deFederico GorbeaBuenos Aires, EdicionesLibrerías Fausto, 204 pág.Desde sus primeros poemashasta "Un golpe de dados"

William D. BlamkenshipLadro... d. uniformeBuenos Aires, Sudamericana,257 pág.

Matthew G. LewisEl monjeTraducción deFloreal Mu(aBuenos Aires, Edicioneslibrer(a Fausto, 363 pág.Con prólogo de Jaime Restque ubica a El monje en elcontexto de la narrativainglesa de su siglo, se editaen castellano un clásico dela novela gótica, donde elpacto satánico es el hiloconductor de un extensorelato muchos de cuyoselementos -la imaginacióntruculenta no es el menorde ellos- preanuncian elromanticismo y, al mismotiempo, inaugura el caminode los grandes lixitospopulares de la literaturamoderna.

Henrv BauchauEl regimiento negroTraducción deJosé BiancoBuenos Aires, Sudamericana,370 pág.

James KirkwoodPo"atll: tu uno BId muertoITraducción deFloreal MazíaBuenos Aires, EditorialSudamericana, 234 pág.

oligárquico-portuaria,(aboriosemente forjada porRosas, abordados en unensayo que proponeexclusivamente el ángulopolhico-militar y no vacilatampoco en incurrir en elanecdotario.

Joseph ConradEl negro del "Narciso"Traducción deFloreal Maz(aBuenos Aires, Ti41mpoContemporáneo, 181 pág.

HISTORIA

Leszek KolakowskiVigenei8 y caducidad d. latradiciona cristia.....Traducción deRamón BilbaoBuenos Aires, Amorrortu",153 pág.Breve ensayo sobre Erasmo,Pascal, Teilhard de Chardin,la R.forma, en un marcofilosófico e histórico queafirma la comunidad detradición cultural entre elcristianismo y las posicionesantifideístas y ateas.

Luis C. Alén LascanoLa Argenti.. ilusionada.1922·1930Buenos Aires, La Bastilla,392 pág.Alveer y la segundapresidencia de Yrigoyen en unensayo que aborda desdealgunos ejes de historiacultural (MaRln Fierro y lavanguardia, el tango, BoedoV Floridal hasta cuestionescapitales como la delpetróleo o la política exterior,desda una óptica yrigoyenistay con cierta propensión alenfoque period(stico de loslos tarnas tratados.

ensayo sobre el mitoconsiderado como actitudfundante del hombre;analiza las relaciones entremito y conocimiento, mito yvalores, mito y naturaleza,etc. Aunque la obra delfilósofo polaco pretendainscribirse en el marco delracionalismo crítico, esinnegable el peso detendencies irracionalistassobre ella.

R. O. P.fte I E. OuhaldeF.Upe V...... contra .1Imperio bridnicoUn extenso apéndicedocumental cierra labiografía politica V militar delcaudillo, a propósito de laque se desarrollan núcleosimportantes de la historiaargentina del siglo XIX: lapenetración británica y lapolitica portella, entre otros.

Julio Horacio RubeHacia C-os 1850·1862Buenos Aires, la Bastilla,281 pág.Dos al'los capitales de nuestrahistoria, en cuyo transcursose desmorona la hegemonía

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J'REVISTAS[

O...rollo Econ6micoRevilte de CiencIM So."Número 58, wl. 15,julio..tiembre 1975Publicación del Instituto deO.-rrollo Económico ySocial, Buenos Aires.

Cuad.nol de cristianismoY sociedadNúmero 16, Editorial TierraNueva, Bu~s Air••

ComuniQlci6n y culturaLe comunicaci6n muiva enel proceso poltticoIatinoeR*'icMoNúmero 4Buenos Aires, EditorialGalernaContiene entre otros ensayos:"La investigación sobrecomunicaci6n masiva", porHéctor Schmucler; "Haciala formación de los aparatosideológicos del estadomultinacional", por Armand~attelart; "Educaciónpopular por televisión" porCarlos Alberto Douhourq.

Estudios InternllCio.1eINúmero 29, enero-marzode 1976Buenos Aires•

AsemalNúmeros 5 y 6, setiembrey octubre de 1975Buenos Aires, Daría Canton

Mepf6nRevista interdisciplinaria deestudios latinoamericanosTort:lQ 1, Número 1, junode 1975Buenos Aires, Centro deEstudios Latinoamericanos.

NexoNúmero 2, julio de 1975,Buenos Aires.

ReencuentroNúmero O, octubre de 1975Publicación del Centro dePracticantes del HospitalNeuropsiquiátrico Provincial,Córdoba.

relato de su experiencia conun grupo de niftas, en laI(nea de que "mejor queescribir sobre la técnica escontarla". La autora agregacomentarios, a propósito deejemplos concretos, acerca desus concepciones máigenerales en materia detécnica.

Que desempefta la imaginación,manifestado en los estadosoníricos. Las ascensiones ydescensos, guiados por elterapeuta, por la vía dellenguaje olvidado de loimaginario, propondfánrealizar la unidad ps(quicadel sujeto, ayudándolo asituar su vida vivida enrelación oon su vida so ftada.

Nicole FabreEl tr.ngulo rotoPsicot.apill de niños por....efio dirigidoTraducción deJorge A. ZarzaBuenos Aires, Amorrortu,176 pág.Nicole Fabre, discípula deDesoille, aplica a suspequeros pacientes, el métodoterapéutico del ensueftodirigido_ El texto presenta uninforme acerca de la marchade la terapia en estoscasos canaetos.

María E. SirlinUna eXl*iencill t••p6utice.HiltOl'iI de un grupo daniftos de 5 anosBuenos Aires, Amorrortu,200 pig.Sirlin ofrece aquí un v(vido

Carlos L. Sastrea.. plicologl., red ideol6giceBuenos A ires, TiempoContemporáneo, 216 pág.Sastre importa razonamientos,de la vanguardia &uropes qUtt,luego de la consabida 'pocade furor, va no sonsostenidos ni por sus propiosinventores. El texto de Sastreno responde a ninguno delos verdaderos problemas dela psicolog(a en nuestro pa(s;es Que, más alld de algunosjuegos verbales, tampoco selo propone.

Pacho O'OonnellTeorCa y t6c:nice de lapaicot..pia gru..1Buenos Aires, Amorrortu,240 pág.O'Oonnell sostiene que elgrupo psicoterapéuticoreproduce inevitablemente lascaracter(sticas del macrogruposocioeconómico. Hay quehablar entonces deUtransformación" y no de"curación": nadie puedeser "sano" si se adapta a unasociedad capitalista ydependiente. O'Oonellaitica la ortodoxiapsiooanalrtica en dos puntos:su enfoque fundamentalmenteindividual e intraps(quioo(incluso en et encuadre grupal)y su énfasis casi exclusivo enla psicop¡tología.

PSICOLOGlA

Robert OesoilleLecciones sobre ensueftodirigido en psicot.apiaTraducción deJorge A. ZarzaBuenos Aires, AmorrortuEditores, 242 pág.El ensuefto dirigido proponerecuperar el papel esencial

Morag CoateMa .116 de la raz6nCr6nica de una experiencie....,.1 de locuraTraducción deLeandro WolfsonBuenos Aires, Amorrortu,208 pág.Con un prólogo de RonaldO. Laing, el texto es unrelato en primera personadel tránsito de la autora porel mundo de lo irracional.El libro nos muestra, conla carnalidad de lo vivido,el otro lado de I laesqu izofrenia: elsufrimiento humano, Que seoonvierte en un llamado deatención a los terapeutas.

Pedro Urra VelosoLa guerra del bananoDe la Mamita Yunai ala UPEBBuenos Aires, Tierra Nueva,90 pág.Breve panorama quecomprende desde los orígenesdel imperialismo bananero conla United Fruit, hasta elexamen de las condicionesactuales de tres nacionescentroamericanas, Honduras,Costa Rica y Panamá,signadas por el monocultivoy la dependencia.

Pro y contra de ItaipCITraducción deNeiva MoreiraBuenos Aires, Corregidor,328 pág.EI ensayo se propone unaindagación sobre la cuestiónenergética en lo que concierneal aprovechamientohidroeléctrico del Paraná ysus consecuencias políticasy económicas sobre la Cuencadel Plata. Traza la historiade los tratados bilaterales ymúltiples entre Argentina,Paraguay y Brasi I y analizalos intereses imperialistasyankis que se mueven entorno a los proyectos derepresas.

POLITICA

Ii'ctor Romeoloa rlos que nos habitanBueno - .E. s Aires, Burnichon.,d1tor, 62 pág. Poemario1Ultrado por Hugo Pereyra.

Ernesto Sábato~fttoIogla

~1t:lo preliminar dea' tlly Mart ínezeoUtnoI Aires, Librería del

legio, 164 pág.

~Iltolog(a de sus tres novelesde fragmentos de sus

Pretensiosos ensayos. El~Iogo se limita a exponerin¡ resumen de los juiciosCIUePro~entes y extravagantes..... "tu8n a Sábato como..all es -filóto altor y profundo

fo.

Ftu~n T- .~ Izzlani8u lin lunes ni 101.1e;nos Aires, Siglo XXI,

Pág.e, aUgelUac:i de la serie negra"0_ta la primera tanda de"'tr lal POliciales argentinas,-,: .las que se inser ibe esta

ción de Tizziani.

t:: Mauro de Vasconcelos~nf"'on. de Fray

tu •192"':u~ires. El Ateneo.

~

ROdolfo RabanalEl -..nado~8ueno A-200 s Ires, Sudamericana,

pág.

~'ll8R08, Setiembre-Oetubre_1976

~Ciria~OI Y podw en l.''-no 1.... mod.... (1930-1946)le r:~ Aires, Ediciones de

i lit r, 414 pq.. Ciri':"8 ed!ci6n del ensayo de~l ' PUbhcado por primera~i:n 1964, uno de cuyosDra Os es ordenar eldttoteto POl(tico argentinotr'ill~ la revoluci6n delI"'a,,- 8 través de la O'cada, ' hasta 1943 y el~: de Per6n. En sule tern: .Plrte, el autor aborda~, Pert~Ica sociol6gica de."Po idos pOI (ticos y losft"" s de POder, Iglesia,~1\A.l.8s Armadas, CGT

I"IUrac· ,IOnes empresarias, etc.

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T...He d. lUla'ipci6n. 12 números: Argemine. S 380.00. Am6rice. USS 13; V{a a'r8l. u$S18. Europe. USS 15; V{a A'rea U$S 21. Cheques y giros a la orden de: OSVALDO.BONANO. Tucumán 1427. 20. piso. oto 207. Buenos Aires. ..•••••••••••••••••••••••••