Una Paz Más Alla de La Catedra

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UNA PAZ MÁS ALLA DE LA CÁTEDRA

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Parafraseando a Buda: “Más que mil palabras inútiles, vale una sola que otorgue paz.”

UNA PAZ MÁS ALLA DE LA CÁTEDRA La paz es uno de los temas hoy por hoy mencionados en nuestro país, se ha convertido en un proceso que se desarrolla paso a paso en la Habana, Cuba, y congrega a dos de los actores armados más importantes de Colombia. Dichos actores se han encaminado en la búsqueda de un posible acuerdo que más que ponerle fin a años de terror, sangre, pobreza y dolor, cree en la construcción de un mañana que gira en torno de un periodo de post-conflicto, de un futuro donde el dialogo triunfe sobre las armas. Cuando se piensa en la paz los temores por no alcanzarla o porque simplemente sea un juego de palabras e ilusiones surge en la mente de muchos colombianos, la seguridad de que la paz llegue a un país como Colombia donde la violencia ha dejado cicatrices y heridas que muy seguramente continúan abiertas debe proyectarse desde los mismos encargados de firmarla, de entes nacionales que dirigen la sociedad colombiana, de las universidades, entre otros. El verdadero reto que se construye al desarrollarse un proceso de paz radica en la forma como cada colombiano asuma el post-conflicto, es por ello la importancia que desde la academia se construya ambientes donde la paz más que un concepto será una vivencia. Para que la paz sea duradera y genere credibilidad tanto en el pueblo nacional como a nivel internacional debe tener bases fuertes de sinceridad, justicia, perdón y reparación a las víctimas que de cierta manera son todos los colombianos. La paz no son palabras bonitas que se firman en un papel, o promesas que ilusionan corazones, la paz son hechos que van mas allá de los directamente responsables de la guerra, hechos que comprometen a cada uno de los compatriotas a prepararse a un post-conflicto, un periodo donde la paz va estar bajo lupa y por ello se requiere de conciencia y compromiso de todos. La academia esta llamada a formar hombres y mujeres profesionales, que se encarguen de dirigir en un futuro la patria con conocimiento y valores ciudadanos, cada una de las carreras ofrecidas en la Universidad Industrial de Santander prepara y entrega a Colombia lideres en el ambiente económico, político, tecnológico y social, la UIS ha sido reconocida a nivel nacional por la formación de ingenieros capacitados para dirigir industria Colombiana e internacional, y es la Ingeniería Química una de esas carreras con amplio reconocimiento en el mercado por su versatilidad a la hora de desarrollar industria. Son las universidades los templos del saber, del conocimiento pero también el lugar donde se forman personas, los valores no pueden perderse en el momento que se entrega un titulo, un profesional completo está capacitado y es persona. La paz es un reto para la sociedad y las armas para afrontarla están a la mano, la academia es una de las entidades encargadas de recordar las armas como la justicia, honestidad, perdón, solidaridad, etc.

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Parafraseando a Buda: “Más que mil palabras inútiles, vale una sola que otorgue paz.”

La Cátedra Universitaria podría ser un espacio que nutra la creatividad y que devele el poder de la reflexión y de la crítica para potenciar nuevas ideas1 pero una cátedra que asuma el tema de la paz, convivencia y ciudadanía invita además a participar activamente y a compartir cada una de las ideas que en ella florezcan, porque no pueden ser ideas de 3 o 4 horas, sino ideas que perduren, se discutan y generen sentido de información en la comunidad universitaria. Una cátedra para la paz es una oportunidad para docentes, estudiantes y personal administrativo en general para prepararse ante las nuevas perspectivas que ofrece la paz y tomar conciencia que no es hacer la paz y surge el fin del conflicto, sino los efectos secundarios que la misma implica y para lo cual todos deben estar preparados. La academia debe guiar este tipo de cátedra hacia un ambiente de libre expresión, donde los pensamientos de todos sean tenidos en cuenta y se discutan ideas sin la necesidad de armas o amenazas pero que si apaguen el eco de las voces que solo quieren destruir la ilusión del pueblo colombiano de paz. Así como un ingeniero químico transforma la materia prima en un producto terminado o vigila el correcto funcionamiento de un proceso a nivel industrial, los estudiantes deben tomar su participación en una cátedra para la paz, transformando pensamientos guerreristas en pacifistas, tomando los diálogos de paz como la materia prima y moldeándolos para encaminar sus ideales de reconciliación hacia un post-conflicto, vigilando los logros obtenidos en el proceso de la Habana, analizando los objetivos adquiridos para el periodo post-guerra, porque la paz no es de unos cuantos sino de todos los colombianos. Es por ello que la cátedra no puede convertirse en el único momento para hablar de paz, todos los debates, discusiones, incertidumbres y conclusiones que allí nazcan deben transportarse a toda la comunidad universitaria, a cada uno de las escuelas, para que aparte de construir saber, se construya sociedad, se edifique paz. La paz que se construye en el claustro universitario está dotada de conocimiento, de ciencia, de sentido social y un gran toque de diversidad, diversidad que surge de los diferentes pensamientos y puntos de vista de los actores que ella congrega, esta cualidad no puede desaprovecharse y por el contrario debe cultivarse e incentivar en toda la comunidad universitaria. El post-conflicto es un periodo que Colombia vivirá y debe preparase, ahí es donde la academia se convierte en actor fundamental, en ese camino de preparación para afrontar la paz que se avecina y todo lo que ella conlleva. La academia es ese factor quizá silencioso a la hora de tomar parte por alguno de los actores involucrado en el

1 RIOS, Clara, ALZATE, María, RAIGOZA, Nicolás. Cátedra Universitaria: Ética, estética y política en el

marco de las ciencias [en línea]. Antioquia: Universidad de Antioquia, 2010 [fecha de consulta: 20 de Enero de 2015]. Disponible en: <http://www.udea.edu.co/portal/page/portal/bibliotecaSedesDependencias/unidadesAcademicas/FacultadCienciasExactasNaturales/BibliotecaDiseno/Archivos/General/CatedraUniversitaria.pdf>

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Parafraseando a Buda: “Más que mil palabras inútiles, vale una sola que otorgue paz.”

proceso de paz pero determinante en el momento de concientizar en la necesidad de pensar que el periodo post-guerra apremia y no será nada fácil afrontarlo. Temas como el narcotráfico, las victimas, el perdón, entre otros, no están lejos de la conciencia de la comunidad universitaria, son hechos que de una u otra manera afectan tanto a estudiantes, docentes como directivos, y merecen ser tratados mas allá de una discusión limitada por las letras y recalcan la necesidad de traer a colación hechos que dejen huella en el recinto universitario. La propuesta de la cátedra para la paz, convivencia y ciudadanía apunta a un ambiente de vivencias, donde el dolor, la pobreza, las victimas y la sangre no se quede solo en cifras, se requiere que todos los asistentes sientan estos aspectos como propios, se toquen fibras de corazones y se despierte la necesidad en cada uno de los participantes de renunciar a la guerra, se rescate el deseo de paz que muchas veces se pierde por los tropiezos que sufre el proceso de la Habana, siendo tarea de todos no permitir que la paz se convierta solo en un deseo y no en una realidad. Como cátedra se requiere una visión más global de los factores participantes, las discusiones deben surgir de las escuelas, la participación requiere puntos de vista de docentes, administrativos, estudiantes de ciencias, ingenierías, idiomas, es decir, de toda la comunidad universitaria, todos están en la capacidad de aportar, dirigir y disertar temas relaciones con la paz y el post-conflicto al que se llegaría si se firma la tan anhelada necesidad. No se puede predecir que el periodo de post-conflicto sea sencillo para el país o no, lo que se puede decir es que no será fácil, porque el periodo de guerra ha sido doloroso y cruel, el proceso ha tenido alti-bajos y varios enemigos, lo que permite imaginar que el periodo post-guerra requiere ciudadanos comprometidos y letrados respecto a estos temas que requieren interés y exigen una preparación para los mismos. No es lo mismo hacer la paz, que vivir el tiempo que procede a ella, problemas como el narcotráfico, hurto, homicidio, bombas, armas, entre otros, no tienen fin con la firma del proceso, están latentes en Colombia y a nivel mundial, son factores que afectan la tranquilidad de la ciudadanía y pueden llegar a ser el detonante para el surgir de nuevos grupos armados o la reencarnación del que está firmando el proceso. Es un futuro cruel pero posible y en manos de los colombianos esta que no suceda, es claro que el conflicto no se terminara por unas firmas, simplemente hay que saber manejarlo, y nadie está preparado para ello, por ende, hay que comenzar un trabajo arduo desde la academia donde se informe y discutan temas que puedan ser un dolor de cabeza para la paz generando soluciones a los mismos. En conclusión, la academia es una eslabón para la paz, para el periodo de post-conflicto que preocupa a muchos Colombianos pero que ha concientizado a pocos, la cátedra para la paz en una universidad debe ser el motor a un pensamiento

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diferente, critico y conciliador, debe pasar de las letras a las acciones, porque la paz va mas allá de un proceso, de una firma o de una cátedra.