Una nueva agenda de políticas culturales para el...

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Las principales razones de un firme compromiso en favor de la diversidad cultural y del diálogo intercultural Una nueva agenda de políticas culturales para el desarrollo y la comprensión mutua Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura

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Las principales razones de un fi rme compromiso en favor de la diversidad cultural y del diálogo intercultural

Una nueva agenda de políticas culturales para el desarrolloy la comprensión mutua

Organizaciónde las Naciones Unidas

para la Educación,la Ciencia y la Cultura

Las principales razones de un fi rme compromiso en favor de la diversidad cultural y del diálogo intercultural

Una nueva agenda de políticas culturales para el desarrolloy la comprensión mutua

Organizaciónde las Naciones Unidas

para la Educación,la Ciencia y la Cultura

Recapitulación en el interior

AgradecimientosEste documento se basa en en las aportaciones del Encuentro de Expertos de la UNESCO “Hacia un Nuevo Marco de Política Cultural – Pautas Conceptuales y Operacionales para Integrar la Diversidad Cultural y los Principios de Diálogo Intercultural” (ver Anexo II para la lista de documentos y autores) y se ha benefi ciado en gran medida de textos recientes escritos por el Profesor Arjun Appadurai. El documento ha sido elaborado y editado por Katérina Stenou, Directora de la División de Políticas Culturales y Diálogo Intercultural de la UNESCO (hasta abril 2011 y actualmente Directora de la Plataforma Intersectorial sobre una cultura de paz y no violencia), con una contribución signifi cativa de su colega Susanne Schnuttgen. Nuestro más sincero agradecimiento a todos ellos.

Índice

Introducción: por qué la cultura importa más que nunca 4

El contexto global: un paisajecultural en proceso de transformación 8

Nuevas confi guraciones socio-culturales 8Tendencias a la estandarización de pautas culturalesen el plano mundial y de diversifi cación cultural en el plano local 9

Relacionar la diversidad cultural yel dialogo intercultural: un círculo virtuoso 10

Por qué la diversidad cultural y el diálogo interculturalson fundamentales en tiempos de crisis global 10Cómo crear una auténtica relación entre diversidadcultural y buen gobierno cuando los sistemas actualesparecen poco dispuestos a aceptar la diversidad cultural 12Cómo crear un círculo virtuoso entre diversidadcultural y diálogo intercultural en un contexto detransformación social rápida y xenofobia 13

Replanteando el diseño de políticas culturales 15Principales objetivos y estrategias 16Un doble enfoque para la comprensión mutua ylas políticas culturales para el desarrollo 16

Nuevas necesidades y procesos operacionales 20

Anexo I: defi niciones 22

Anexo II: documentos de referencia 24

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Introducción: por qué la cultura importa más que nuncaEl mundo actual está marcado por múltiples crisis y por una creciente movilidad de personas que se ha visto acelerada por las políticas de libre comercio, el cambio climático y las nuevas posibilidades de comunicación. En este contexto, las transformaciones culturales y sociales están teniendo lugar con creciente rapidez, a menudo resultando en profundas ramifi caciones sociales. La creciente concienciación sobre la vulnerabilidad de la humanidad, así como la incertidumbre y el miedo ante el futuro, proporcionan un contexto favorable para el racismo, la xenofobia, la intolerancia, las violaciones de los derechos humanos y en ocasiones los confl ictos abiertos. Al mismo tiempo, las personas siguen deseando y luchando por su dignidad y por un futuro mejor, como han demostrado los últimos acontecimientos políticos que han tenido lugar en el Norte de África y en Oriente Medio.

En este cambiante paisaje cultural y político, donde la diversidad cultural está presente tanto “dentro” como “fuera” de toda sociedad, un nuevo debate ha surgido, desafi ando las políticas públicas. En este contexto, el poder de la cultura – en toda su diversidad – como prerrequisito de la paz, fuente de bienestar intelectual, emocional y espiritual y como recurso para el desarrollo socio-económico y la sostenibilidad medioambiental es más importante que nunca (ver recuadro). La reciente Cumbre sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio (Nueva York, septiembre 2010) reconoció el valor de la diversidad cultural para el enriquecimiento de la humanidad y la importancia de la cultura para el desarrollo, mencionando en particular su contribución para alcanzar los Objetivos del Milenio.

El poder de la cultura como prerrequisito de la paz, fuente de bienestar intelectual, emocional y espiritual y como recursopara el desarrollo socio-económico y la sostenibilidad medioambiental es más importante que nunca.

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Por qué la cultura está ganando relevancia en el debate político

1 La cultura trata sobre formas de ser, de saber y de relacionarse con los demás. Es a través de la cultura que damos signifi cado a nuestras vidas y desarrollamos una idea de quiénes somos. Como fuerza motriz de valores, la cultura garantiza una existencia intelectual, emocional, moral y espiritual más satisfactoria. En ese sentido, todas las culturas disfrutan de igual dignidad garantizados por los derechos humanos y por las libertades fundamentales; sin embargo, nadie puede alegar diversidad cultural para infringir los derechos humanos garantizados por el derecho internacional, ni para limitar su alcance.

2 La cultura es dinámica y cambia constantemente a través del diálogo y la interacción y es una ventana a nuevos horizontes, creando condiciones para la autorreflexión, la convivialidad1, la adaptación creativa y la anticipación.

3 La cultura es custodia de los valores de integridad, equidad, responsabilidad y transparencia, determina la vida pública y proporciona la base de confi anza entre ciudadanos e instituciones públicas. En este sentido, la cultura es un factor íntimamente ligado al buen gobierno y a la democracia.

4 La cultura es una fuente de identidad, pertenencia, ciudadanía, equidad y participación. Puede constituir una fuerza motriz que facilite la cohesión social o que, por el contrario, justifi que la exclusión social y la xenofobia. Por estas mismas razones, la cultura es fundamental para hacer frente a preocupaciones sociales en áreas como la salud, la educación, el urbanismo.

5 La cultura infl uencia nuestras opiniones sobre cuestiones de género y los respectivos roles. Por ello puede informar el debate en esta área a través del diálogo intercultural, marcando la diferencia entre prácticas sociales y culturales y superando las tensiones reales o percibidas en los debates sobre cultura y derechos humanos. Por lo tanto, la cultura juega un papel fundamental en la búsqueda de caminos sostenibles hacia la igualdad de género y la justicia.

6 La cultura confi gura las relaciones entre los seres humanos y la naturaleza y proporciona una gran reserva de sistemas de conocimiento y de experiencias vividas que es importante para la gestión de los recursos naturales. Por ello, constituye un aporte fundamental para la sostenibilidad medioambiental.

7 El patrimonio cultural en todas sus manifestaciones constituye un registro de incalculable valor de las experiencias y aspiraciones humanas que nutren nuestras vidas cotidianas. Por lo tanto, añade valor al ser humano y es por ello que merece ser protegido, realzado y transmitido para generaciones futuras.

8 La cultura es una fuente de creatividad, imaginación e innovación y constituye una fuerza motriz para nuevos diseños de vida sostenible así como un activo para el desarrollo económico. Por lo tanto, los bienes y servicios culturales que sirven de vectores de identidad, valores y significados, no deben ser tratados como meras mercancías o bienes de consumo a la luz de los intensos cambios económicos y tecnológicos actuales.

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1 Ver n.5, p.12

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Nuevas cuestiones que desafían la política cultural en la actualidad

1 Se necesitan nuevos modos de arraigo cultural para hacer frente a los temores y esperanzas suscitados por los nuevos paisajes culturales en la era de la globalización. Esto supone nuevos planteamientos de la política de la identidad (ya sea identidad lingüística, religiosa, indígena, etc.) con respecto a los derechos humanos.

2 Se necesita distanciarse de políticas esencialistas en lo relativo a culturas, civilizaciones y religiones que alimentan miedos, estereotipos y conducen a tensiones, violencia y confl icto en el seno de las sociedades y entre ellas.

3 Las políticas a menudo limitan el concepto de cultura (patrimonio material e inmaterial) a sus expresiones del pasado. Es importante que las políticas culturales consideren asimismo la capacidad de la cultura de regenerarse permanentemente a través de nuevas e infinitas formas creativas e innovadoras.

4 La “cultura digital” ocupa cada vez un espacio más amplio con nuevos contenidos culturales, audiencias, identidades virtuales y nuevas redes sociales. Mientras que las TIC juegan

un papel fundamental en la creación, producción, distribución, acceso y disfrute de los bienes culturales, pueden servir también para estandarizar, más que para diversificar los bienes culturales.

5 Han surgido nuevas formas de expresión cultural, particularmente a través de los jóvenes en contextos urbanos, a la vez que nuevos medios de comunicación (libros electrónicos, artes visuales, mangas, cómics, grafittis y nuevas expresiones musicales).

6 Los vínculos cada vez más reconocidos entre la protección de la diversidad cultural y de la diversidad biológica deben ser considerados en las políticas de desarrollo y comprensión mutua.

7 Hay una necesidad de fomentar la investigación y la enseñanza innovadoras en lo referente a los vínculos entre diversidad cultural y diálogo intercultural, desarrollo y paz: de los planteamientos especializados en un ámbito a la investigación basada en procesos y la selección de aptitudes transferibles.

La cultura, en toda su diversidad, debe ser entendida como una fuente de regeneración permanente para evitar el estancamiento y la degeneración de la humanidad.Ésta constituye un bien público para la

innovación creativa, la sostenibilidad, el

diálogo y el bienestar. Como tal, merece ser un

sector concreto que abarque el patrimonio, las

expresiones culturales y las industrias creativas.

Asimismo, la cultura necesita ser integrada

en todas las políticas públicas, tales como la

educación, el medio ambiente, medios de

comunicación, economía y salud. Sólo un

enfoque que englobe estas dos vertientes,

y sitúe a la cultura en el centro, puede hacer

frente de forma adecuada a retos presentes y

futuros.

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En vista de estos nuevos desafíos, las políticas culturales deben adaptarse para promover los ideales y las capacidades culturales necesarias para confi gurar un futuro común para la humanidad a todos los niveles. Este proceso implica movilizar el potencial creativo de las personas para promover el bienestar, la innovación y el pluralismo.

Debemos formular una nueva ética que aproveche y conecte los valores e ideales fundamentales de las diferentes matrices fi losófi cas. Estas deben ser compartidas y confrontadas con las visiones de los nuevos movimientos sociales y éticos con el fi n de crear sinergias positivas, así como nuevas formas y códigos éticos. Estos ideales incluyen, por ejemplo, compasión, convivialidad, hospitalidad, fraternidad y solidaridad, entre otros.

Los compromisos de la UNESCO en favor del fortalecimiento de la diversidad cultural, el diálogo intercultural, el desarrollo culturalmente sostenible y la conexión, en el sentido más amplio, entre cultura, derechos humanos y democracia, han sido claramente formulados durante el último decenio en documentos y convenciones importantes que nos remiten al inicio mismo del sistema de las Naciones Unidas y que se han intensifi cado en la última década2. En este aspecto, la Declaración Universal sobre la Diversidad Cultural aprobada en 2001 representó un auténtico hito. Comenzando el segundo decenio del siglo XXI, y más de una década después de la última reunión intergubernamental de alcance mundial sobre la elaboración de políticas en materia de cultura y desarrollo3, es un buen momento para refl exionar acerca de los cambios globales del último decenio y sobre cómo la UNESCO puede adaptar de modo creativo su política cultural4.

2 Ver página 27 para más información sobre las Convenciones

culturales de la UNESCO

3 Conferencia de Estocolmo sobre Políticas Culturales para el

Desarrollo (1998)

4 Véanse en particular las publicaciones de la UNESCO:

“Nuestra diversidad creativa”, informe de la Comisión

Mundial sobre Cultura y Desarrollo, 1995; los informes

mundiales sobre la cultura de la UNESCO (“Cultura,

creatividad y mercados”, 1998; “Diversidad cultural,

confl ictos y pluralismo”, 2000) y el Informe Mundial de la

UNESCO: “Invertir en la diversidad cultural y el diálogo

intercultural”, 2009).

Las dos preguntas que hemos de plantearnos son, en primer lugar: ¿Cuáles son las nuevas razones del fi rme compromiso de los Estados en favor de la cultura, el desarrollo y la comprensión mundial, desde el punto de vista de la diversidad cultural y del diálogo intercultural, en la época de la globalización que estamos viviendo? Y, en segundo lugar: ¿Qué nuevas opciones y estrategias de políticas se necesitan?

Este breve documento: i) proporciona un panorama general del contexto mundial y de sus repercusiones en un paisaje cultural que se está transformando en el mundo entero; ii) explica, en ese nuevo contexto, la aparición de las nociones de diversidad cultural y diálogo intercultural como bazas decisivas para el desarrollo sostenible y la comprensión mutua; y iii) propone una nueva formulación genérica para las políticas culturales.

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El contexto global: un paisaje cultural en proceso de transformaciónLa cultura está cobrando un nuevo signifi cado en el contexto actual de la crisis, del cambio climático y de las nuevas revoluciones de la información y de la comunicación. El aumento de la movilidad humana ha acelerado el ritmo de transformación social, trayendo consigo conexiones globales

entre actividades económicas, sociales, culturales y políticas sin precedente en la historia de la humanidad. Tanto el número como la intensidad de las relaciones de interdependencia están aumentado constantemente y volviéndose además cada vez más complejas.

Nuevas confi guraciones socio-culturales

La adaptación no es fácil para las sociedades. Está aumentando a todos los niveles tanto el sentimiento de incertidumbre con respecto al futuro como una nueva conciencia sobre la vulnerabilidad de las personas. La red de relaciones que solía estar fi rmemente vinculada a identidades de grupos, sociales, locales y culturales se ha convertido en algo cada vez más amplio, deslocalizado y estratifi cado. La imagen de la cultura como un espacio de vida

compartido y estable, apoyado por todos sus miembros en igual proporción y transmitido de generación en generación, corresponde cada vez menos a la realidad de comunidades que están conectadas por encima de fronteras locales y nacionales. En el plano local, son cada vez más numerosos los individuos y grupos que comparten el mismo espacio de vida con personas de distintos horizontes culturales, en particular en las grandes

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El nuevo paradigma cultural se refi ere al paso de la “fecunda diversidad de las culturas”, que según solía creerse coincidía con fronteras nacionales, a la “diversidad cultural” como resultado de procesos constantes de cambio e intercambio entre pueblos, ideas y actividades creativas, apoyados por el diálogo intercultural.

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ciudades en proceso de expansión. Los paisajes de las identidades de grupo se van deslocalizando cada vez más, a medida que las conexiones basadas en los medios de comunicación y la movilidad global hacen posible la creación de nuevas formaciones culturales, cambiando a su vez las nociones de tiempo y espacio. Las personas se identifi can cada vez más a menudo con más de un grupo y experimentan un sentimiento de múltiple pertenencia. Al mismo tiempo, existen

casos de afi rmación enérgica de la identidad de determinados grupos, no sólo entre pueblos o minorías indígenas, quienes, en muchos lugares, se enfrentan con la dura realidad de la injusticia social, sumada a una discriminación constante. Otros grupos afi rman también sus identidades, ya sea en base a vínculos primordiales compartidos como el género, la etnicidad, el idioma o la religión, o bien en convicciones adquiridas, como los derechos humanos o la protección del medio ambiente.

Tendencias a la estandarización de pautas culturales a escala mundial y de diversifi cación cultural en el plano local

Dos tendencias están presentes en este nuevo paisaje cultural: la estandarización de algunos patrones culturales en el plano mundial y una diversifi cación cultural en el plano local, ambas debidas al impresionante número de bienes y servicios culturales que circulan globalmente, a través de las industrias culturales transnacionales, las empresas internacionales y la cooperación para el desarrollo. Hay imágenes visuales universales, pautas uniformes de cultura popular y bienes de consumo que llegan a los más apartados rincones de la tierra. Este proceso, sin embargo, es complejo y no puede resumirse diciendo que una cultura globalizadora se limita a desplazar a una cultura local. Para que los conceptos mundiales puedan integrarse en el discurso cultural local, es indispensable que esos elementos externos tengan una posibilidad de arraigo en el plano local. A través de ese proceso, dichos conceptos se ven transformados y reinterpretados. Por tanto, la cultura mundial no es un “crisol” cultural; sino un sistema global de referencias, una especie de depósito o acervo en el que se almacenan múltiples modos de aceptación, rechazo o reinterpretación; un foro de discusión para debatir diferencias o identifi car convergencias.

Por ello, el paso de la cultura a la diversidad cultural es más complejo que la noción de un “mosaico de culturas” o de un “mosaico cultural mundial”. Las culturas ya no son consideradas como recipientes no expuestos a alteración, bien delimitados y cristalizados, sino creaciones transfronterizas que se intercambian en el mundo entero. Así, las culturas deben ser consideradas procesos y no productos acabados a fi n de poder comprender que todas las culturas son dialógicas por su propia

naturaleza. Por tanto, la diversidad cultural es una expresión intrínseca de la creatividad humana; y, lo inverso también es cierto: la diversidad cultural se convierte en una plataforma para intercambios y diálogos permanentes entre las culturas, desde el plano local hasta el plano transnacional, y en una fuente inagotable de creatividad humana, una fuente de oportunidades de innovación e invención ilimitadas, esenciales para el desarrollo sostenible y la comprensión mutua.

Las culturas son fuerzas motrices que establecen conexiones entre signifi cados, lugares donde de modo permanente se puede llegar al conocimiento de uno mismo, y donde se impugnan o aceptan las diferencias. No comprenden sólo las artes y las letras, sino también los modos de vida, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias, la protección y promoción de su rica diversidad. Todo esto nos enfrenta a un doble desafío: defender la capacidad creativa que se expresa a través de las distintas formas de cultura y velar por la coexistencia armoniosa de individuos y grupos con distintos orígenes culturales que viven en el mismo espacio, proporcionándoles un entorno propicio que les permita participar en la vida cultural que elijan.

En otras palabras, el nuevo paradigma cultural se refi ere al paso de la “fecunda diversidad de las culturas” (Constitución de la UNESCO), que según solía creerse coincidía con fronteras nacionales, a la “diversidad cultural” como resultado de procesos constantes de cambio e intercambio entre pueblos, ideas y actividades creativas, apoyados por el diálogo intercultural (véase en el Anexo I la defi nición de los términos utilizados).

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Relacionar diversidad cultural y dialogo intercultural: un círculo virtuosoEn este contexto, es importante re-examinar las principales razones de un compromiso en pro de la diversidad cultural y del diálogo intercultural. Conviene hacer una observación esencial a este respecto: los benefi cios de la diversidad cultural

no son automáticos, y esto tiene consecuencias a la hora de elaborar políticas que deben ser reorientadas por un objetivo global si han de enfrentarse a los desafíos del desarrollo de nuestra época.

¿Por qué la diversidad cultural y el diálogo intercultural son fundamentales en tiempos de crisis global?

Hay dos razones principales para estrechar los vínculos entre diversidad cultural y desarrollo.

La primera concierne a la innovación. La economía actual, sustentada en el conocimiento,

la información y la educación más que nunca, ha dado lugar a dos visiones sobre la innovación. Una de ellas tiende a ver en la innovación un elemento endógeno de la economía, impulsado por la competencia, el conocimiento técnico y el cambio

Es de vital importancia disponer de orientaciones culturales independientes sobre los aspectos normativos primordiales de la riqueza, la productividad, el trabajo, el bienestar y el comercio para la identifi cación de enfoques futuros de desarrollo sostenible.

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tecnológico. La segunda visión hace hincapié en las fuentes exógenas de las grandes innovaciones que impulsan el cambio tecnológico y un mayor rendimiento. Los que mantienen esta segunda posición destacan el papel que desempeñan las ideas, los valores, las creencias y los símbolos como motores del cambio económico. No es necesario elegir entre ambas concepciones, con tal de que sepamos dar cabida a la segunda, que favorece la cultura como fuente y motor de cambios fundamentales en la tecnología y la economía. Si esta segunda concepción tiene alguna validez, signifi ca que la diversidad cultural es un laboratorio en el que se crean de modo permanente innovaciones valiosas, especialmente en los ámbitos en los que las nuevas ideas son esenciales. Uno de ellos es el de las tecnologías verdes, las energías no contaminantes y la reducción de la huella de carbono debida a los avances técnicos. En este ámbito decisivo, los nuevos instrumentos y nuevas técnicas resultan insufi cientes: se requiere una nueva visión completamente renovada de las relaciones entre las máquinas, el hábitat y la humanidad. Un pensamiento nuevo de ese tipo exige creatividad, imaginación y capacidad de captar nuevos tipos de vida y nuevos medios de existencia. La economía no puede producir estos nuevos diseños por sí sola, ya que se ocupa a fi n de cuentas de medios y no de fi nes. La mejor fuente de nuevas ideas sobre la relación entre medios y fi nes es la diversidad cultural, ya que permite una mayor fl exibilidad para el diseño de formas de vida basados en el diálogo.

El segundo argumento a favor del fortalecimiento de los vínculos entre diversidad cultural y desarrollo sostenible concierne la gestión del crecimiento económico. El crecimiento ha sido visto como un fi n (u objetivo) que no se sometía a examen y cuyo valor se daba por sentado, tanto para cada economía como para la economía mundial en su conjunto. Los economistas neo-clásicos, y los partidarios de la versión neo-liberal más reciente, suelen ver el crecimiento como algo

indiscutiblemente positivo, medido a través de indicadores clásicos como el Producto Nacional Bruto (PNB), el Producto Interior Bruto (PIB), la creación de viviendas, el aumento de los gastos de consumo, etc.. Suele pues verse en toda discusión sobre la cuestión de los límites del crecimiento o la reducción del crecimiento, el síntoma de una mentalidad anti-mercado, anti-capitalista o incluso anti-moderna. Sin embargo, numerosas catástrofes recientes de envergadura, como el desplome fi nanciero que hemos experimentado hace poco o la intensifi cación del calentamiento de la Tierra, están directamente relacionadas con gastos de consumo desenfrenado, fomentados a su vez por un aumento incontrolado de la deuda de los consumidores, una disminución imprudente de la reglamentación estatal de las actividades de los bancos y los mercados fi nancieros y una adoración cada vez mayor del “crecimiento” económico como ideal global. Las teorías de desarrollo económico han estado también dominadas por esa adoración desprovista de todo espíritu crítico, prestando escasa atención a la equidad, la participación, la sostenibilidad y la salud pública.

Esa atención que vuelve a prestarse al valor de la diversidad cultural pone de relieve la necesidad de fomentar un auténtico debate y de proporcionar una fuente independiente de normas sobre el carácter, la escala y los límites del crecimiento económico. No se espera que ese debate normativo se lleve a cabo en los círculos que se ocupan de la propia economía mundial, ni en las instituciones del mercado mundial, ni siquiera en el marco de las instituciones mundiales (como la Organización Mundial del Comercio), dominadas por orientaciones económicas. Por ello, es de vital importancia disponer de orientaciones culturales independientes sobre los aspectos normativos primordiales de la riqueza, la productividad, el trabajo, el bienestar y el comercio para la identifi cación de enfoques futuros de desarrollo sostenible.

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¿Cómo crear una auténtica relación entre diversidad cultural y buen gobierno cuando los sistemas actuales parecen poco dispuestos a aceptar la diversidad cultural?

La nueva confi guración socio-cultural de nuestra sociedad y las interconexiones a escala mundial requieren nuevos sistemas de gobernanza. Los acontecimientos recientes han provocado una crisis para algunos de los ideales que han contribuido de modo decisivo a configurar la política y las relaciones internacionales (tales como la libertad, la transparencia y la responsabilidad). Con estos ideales se esperaba alcanzar la igualdad y la solidaridad (fraternidad) mediante la victoria de la razón. En la era de la globalización, el mercado ha generado formas de transacción simbólica especializada que ponen en entredicho la responsabilidad e impiden la transparencia. El cambio tecnológico, en particular en el ámbito digital, parece crear más a menudo un apartheid económico y político que fomentar la participación y la colaboración. Si queremos resistir esa tendencia y hacer que, una vez más, la cultura y la democracia se conviertan en auténticos aliados, tenemos que favorecer y reforzar las reivindicaciones culturales que amplían el espacio de la democracia, en vez de limitarlo. Hemos tendido hasta ahora a actuar de modo defensivo a este respecto, al rechazar las reivindicaciones culturales que fomentan la intolerancia, la exclusión, el racismo y otras formas de discriminación fundada en el prejuicio. Ahora es fundamental dar un paso más, y promover de modo positivo las formas de diversidad y diferenciación cultural que puedan ampliar el ámbito de la participación política, más allá del de las élites tecnocráticas, políticas y financieras. Dicha intervención, en las condiciones del siglo XXI, exige un pensamiento nuevo sobre los medios de comunicación, la educación y la gobernanza..

Estas consideraciones nos llevan naturalmente a algunas observaciones sobre la diversidad cultural en sus relaciones con la gobernanza mundial. Sea cual fuere nuestro diagnóstico sobre las relaciones

que van a establecerse entre Estados nacionales tradicionales, agrupaciones regionales (como la Unión Europea y la ASEAN) y organizaciones mundiales (como la OMC, la Corte Penal Internacional, el FMI, etc.), podemos fácilmente observar que, en el mundo en que vivimos, la línea que separa los problemas internos y externos, los nacionales e internacionales, locales y mundiales, es a menudo borrosa y esquiva. En un mundo como éste, en el que las guerras civiles son a menudo caballos de Troya de luchas por el poder a escala mundial y en el que las estrategias mundiales se traducen a menudo en maniobras locales,

necesitamos conceptos de justicia, transparencia y paz que no sean ni agresivamente locales ni hipócritamente universales. El ámbito de la cultura – o, más exactamente, de la diversidad cultural – nos brinda una zona intermedia donde pueden surgir posibilidades de paz, diplomacia y coexistencia basadas en el respeto de la diversidad cultural, que se manifi esta en un espíritu de diálogo y que se ve animada por la visión del desarrollo.

El ámbito de la cultura – o, más exactamente, de la diversidad cultural – nos brinda una zona intermedia donde pueden surgir posibilidades de paz, diplomacia y coexistencia basadas en el respeto de la diversidad cultural, que se manifi esta en un espíritu de diálogo y que se ve animada por la visión del desarrollo

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¿Cómo crear un círculo virtuoso entre diversidad cultural y diálogo intercultural en un contexto de transformación social rápida y xenofobia?

Los valores de diversidad, desarrollo y democracia son sobre todo indispensables en lo que respecta a la cuestión de la convivialidad5. La igualdad y la libertad son ideales cuya realización es difícil, y hasta contradictoria, y la comunidad internacional los ha aceptado, aunque algunos países sigan todavía luchando para que se conviertan en realidad. Pero a veces parece que la igualdad y la libertad (para algunos) son amenazas y pueden destruir la convivialidad para la mayoría. La cultura es, a fi n de cuentas, un recurso que fomenta la convivialidad en el hogar, en la localidad, en la nación y en el mundo entero. La convivialidad no se refi ere a la identidad: se refi ere a una solidaridad en el marco de la diversidad sustentada por el diálogo intercultural. Sin embargo, se plantea una cuestión: ¿Cuál es exactamente el vínculo entre estos dos valores y los procesos de la diversidad cultural y el diálogo intercultural, y cómo se implican o apoyan mutuamente?

Si somos pesimistas, podremos recordar que algunas formas de identidad cultural son expresiones de la fragmentación, la frustración y el narcisismo en el mundo de hoy. Las formas de identifi cación cultural xenófobas, exclusivistas

5 El término “convivialidad” que empleamos en este texto

fue introducido por Ivan Illich. Se refiere a la ‘‘relación

autónoma y creativa entre las personas, y la relación de las

personas con su entorno ... en contraste con la respuesta

condicionada de las personas a las demandas que les

son realizadas por otros, y por un entorno artifi cial... En

cualquier sociedad, en la medida en que la conviavilidad es

reducida por debajo de un cierto nivel, ninguna cantidad de

productividad industrial puede efectivamente satisfacer las

necesidades que ella misma crea entre los miembros de la

sociedad (Herramientas para la Convivialidad, 1973).

y anti-inmigrantes han aparecido en contextos en los que las fuerzas de la globalización han producido inseguridad nacional, la erosión de las formas anteriores de confi anza social y un aumento de la inseguridad económica. Añádase a eso que los flujos de los medios de comunicación han

contribuido a los estereotipos negativos, a una atención excesiva prestada a disturbios y motines, y al miedo a marginales y extranjeros. Además, el que los inmigrantes ilegales y los refugiados en sociedades que brindan mayores oportunidades hayan afi rmado cada vez más sus derechos culturales ha suscitado, en part icular en Europa, combinaciones explosivas. Puede verse en todos estos casos que

los nuevos tipos de identifi cación cultural no son siempre el camino que lleva a la tolerancia o al pluralismo.

Eso signifi ca que debemos preguntarnos cuál es el tipo de diversidad cultural que lleva al diálogo intercultural, ya que no todo tipo de diversidad favorece ese diálogo. La respuesta es que debemos buscar y fomentar las formas de diversidad cultural que promueven la mirada interior o refl exividad, la capacidad de convivialidad, de establecer relaciones cordiales, y el ímpetu creador que hace que podamos cambiar los horizontes culturales existentes, ya que vivimos con el cambio y vivimos con los demás. Sin ese tipo de refl exividad, de capacidad de convivialidad y de apertura al cambio, el diálogo intercultural será o estéril o hipócrita. Vamos a examinar ahora estas propiedades de la diversidad una por una.

Si queremos fomentar la reflexividad interna, la diversidad cultural ha de incorporar un cierto grado de multiperspectividad epistemológica, es decir, de reconocimiento de que otros modos de ver el mundo, distintos del mío, pueden

La diversidad cultural y el diálogo intercultural están “íntimamente” vinculados, ya que ninguno de estos elementos puede

desarrollarse sin el otro

14 ��� Una nueva agenda de políticas culturales para el desarrollo y la comprensión mutua

ser legítimos. Algunas formas de diversidad y adscripción cultural van en sentido contrario y, de hecho, reprimen esa concesión relativista. Tenemos que hacer un esfuerzo deliberado para fomentar un tipo de conciencia cultural en el que todos los seres humanos reconocen que, según la célebre frase de Clifford Geertz, “ser humano es ser javanés”. Lo que Clifford Geertz quería dar a entender con ese aforismo es que si los seres humanos son distintos de los demás animales, es porque adoptan a lo largo de sus vidas una concepción del mundo específi ca y distinta a la de los pueblos que pertenecen a otras culturas. Si todos los seres humanos reconocieran que su humanidad y su particularidad cultural son inseparables, la intolerancia perdería su aliciente desde el principio. Por lo tanto, la UNESCO ha de fomentar las formas de diversifi cación cultural que incorporan explícitamente el reconocimiento de que todos tienen derecho a ser culturalmente diferentes.

Lo mismo puede decirse de la capacidad de convivialidad. No hay que dar por sentado que esa capacidad existe, hay que fomentarla y nutrirla conscientemente. Ser capaz de establecer relaciones cordiales y de desarrollarse plenamente en un mundo en el que hay que vivir con otros que no comparten los mismos compromisos culturales requiere la capacidad de distinguir entre el valor de la interacción social y los benefi cios de la uniformidad cultural. En otras palabras, “componérselas” con otra persona o con otro grupo no siempre supone la aceptación total de su concepción del mundo. De hecho, establecer una equivalencia entre conducta y creencia y pedir que los demás sean, en ambos casos, exactamente como uno, es un signo de fundamentalismo cultural. El mundo en que vivimos muchos de nosotros está lleno de adscripciones temporales, de asociaciones efímeras y de conexiones de tipo pragmático. Así es el mundo del migrante, del turista, del visitante, del viajero y del forastero: el rostro humano de la globalización. En esas condiciones, resulta poco realista e incluso peligroso, exigir conformidad cultural a otros durante situaciones de asociación temporal. Traduce una especie de religiosidad que no tiene cabida en el mundo actual, y confunde creencia compartida con solidaridad social. Nuestra capacidad de convivialidad se mide por nuestra disposición a crear mundos sociales parcialmente compartidos – en el trabajo, la política, el ocio y la información – con aquellos que no comparten nuestros supuestos culturales más preciados. Se trata de un requisito elemental para un pluralismo cultural práctico y cotidiano.

Por último, tampoco hemos de dar por sentada la disposición a cambiar los horizontes culturales propios, la adaptación creadora y la anticipación. La avalancha de nuevos tipos de información digital, la saturación de nuestras vidas por los medios de comunicación, la velocidad con que experimentamos cambios en lo que nosotros y nuestros hijos sabemos: todos estos aspectos constituyen rasgos destacados de la globalización, pero no siempre hacen que estemos más dispuestos a aceptar el cambio. La reacción ante la explosión de los medios de comunicación consiste a menudo en retirarse, desconectar y escoger la rigidez cultural, a veces como consecuencia de la pérdida de nuestras identidades culturales. Pero hay también procesos de adaptación creadora: podemos y debemos ver en ésta una capacidad cultural, y fomentarla y nutrirla por todos los medios posibles.

Estas observaciones sobre la reflexividad, la convivialidad y la adaptación creadora trazan un camino para crear un círculo virtuoso entre diversidad cultural y diálogo intercultural. Una mayor refl exividad es un aliado natural del diálogo intercultural, ya que crea el espacio que permite ver si existe algún fallo o déficit en el propio sistema cultural. Y, de igual modo, la capacidad de convivialidad es siempre benéfi ca para el diálogo intercultural, ya que brinda la oportunidad de entablar una conversación. Por último, cuando un sistema cultural está abierto al cambio creador, el diálogo intercultural es siempre bien acogido, ya que puede abrir el camino para nuevos modos y medios de vida. Y, lo que es aún más importante, la relación entre diversidad cultural y diálogo intercultural es una vía de doble sentido. El diálogo intercultural puede crear nuevos incentivos para fortalecer la refl exividad, puede fortalecer también la capacidad de convivialidad y puede brindar interesantes posibilidades de obtener en el exterior, nuevos bienes culturales y concepciones culturales adaptadas. Podemos afi rmar pues que, en la era de la globalización, es aún más necesario si cabe para la UNESCO buscar, señalar y fomentar las formas de diversidad cultural y diálogo intercultural que sean más capaces de fortalecerse y no de debilitarse mutuamente. Se trata de una precisión importante en materia de políticas, una precisión que puede tener consecuencias para las políticas, y para atender éstas no podemos conformarnos con lo que existe. En resumen: la diversidad cultural y el diálogo intercultural están “íntimamente” vinculados, ya que ninguno de estos elementos puede desarrollarse sin el otro.

Una nueva agenda de políticas culturales para el desarrollo y la comprensión mutua ��� 15

3Cultura es una fuerza motriz para el desarrollo sostenible y la comprensión mutua.

Replanteando el diseño de políticas culturalesLas razones presentadas anteriormente tienen consecuencias para las políticas sobre las nuevas tecnologías, las industrias culturales, la ciencia y la educación, así como la historia, el patrimonio, la paz y el diálogo, aspectos que han sido tradicionalmente los puntos fuertes de la política cultural de la UNESCO. En esta parte del documento destacaremos por consiguiente los principios, objetivos y estrategias esenciales, así como las nuevas cuestiones relacionadas con la cultura que suscitan un interés público cada vez mayor no sólo para el sector de la cultura per se, sino también para todos los sectores en los que se formulan políticas, reconociéndose que la cultura, como se ha dicho anteriormente, es una

fuerza motriz para el desarrollo sostenible y la comprensión mutua.6

6 Desde una perspectiva de políticas públicas, es importante considerar la cultura como poseedora de dos facetas, una como fi n en si misma y otra como medio para lograr otros fi nes. Como fi n en si misma, la cultura es el aspecto de toda sociedad que constituye un conjunto dinámico de sus valores más apreciados y distintivos, signifi cados, símbolos, y estilos. La cultura como medio es igualmente dicho conjunto visto como un catalizador, combustible o incentivo para el bienestar humano en todas las esferas, incluyendo la economía, la política y la responsabilidad medioambiental. Estas dos facetas de la cultura son, en realidad, dos caras de la misma moneda y la conexión entre ellas es lo que explica la indivisibilidad de la cultura en si misma y la cultura para si misma. Esta idea merece ser desarrollada en más profundidad en los debates sobre políticas culturales.

16 ��� Una nueva agenda de políticas culturales para el desarrollo y la comprensión mutua

Principales objetivos y estrategias

Los principales objetivos y estrategias que se proponen a continuación deben convertirse en cuestiones fundamentales en todas las políticas para el desarrollo y la comprensión mutua. Sin embargo, no constituyen en modo alguno una lista completa, pueden ser revisados y ampliados en función de contextos específi cos. Algunos de esos objetivos pueden ser más pertinentes en un país que en otro, y exigen respuestas institucionales creadoras y fl exibles. Pueden corresponder a los ámbitos del sector de la cultura per se, de otros sectores o de un sector específi co que se ocupa de políticas para el desarrollo, o bien exigir nuevas formas de cooperación entre ministerios, agentes culturales y sociedad civil:

� Fomentar políticas innovadoras que promuevan las formas de diversidad cultural que facilitan el diálogo intercultural, la convivialidad y el desarrollo sostenible, con la idea de benefi ciar a todos los miembros de una determinada sociedad.

� Ampliar el espacio democrático para que abarque la diversidad y la interdependencia en la construcción de la ciudadanía en los planos nacional e internacional, así como en el ciberespacio, prestándose especial atención a los jóvenes de ambos sexos venidos de todos los horizontes culturales, velándose por el

derecho de toda persona a participar en la vida cultural que haya elegido.

� Prestar apoyo al pensamiento creador y a la investigación innovadora para analizar los vínculos entre la cultura y la crisis mundial, la diversidad cultural, el desarrollo y la coexistencia armoniosa.

� Prestar apoyo a las políticas locales, regionales y mundiales encaminadas al desarrollo para el bienestar en las que se establezca un vínculo entre consideraciones de índole cultural, social, económica y medioambiental (planteamiento para el desarrollo basado en cuatro pilares/dimensiones; políticas transversales y programas de desarrollo regional).

� Mejorar la cooperación internacional para las políticas culturales mediante el apoyo a los países en desarrollo para que consoliden sus instituciones culturales y formen a profesionales en el ámbito de la cultura; el fomento del compromiso de la sociedad civil, los profesionales y las redes; el incremento de las consultas y la coordinación entre ministerios de cultura, así como entre otros ministerios pertinentes, en los planos regional e internacional; la elaboración de datos e indicadores estadísticos, etc.

Un doble enfoque para la comprensión mutua y las políticas culturales para el desarrollo

a. Un nuevo examen del sector de la cultura per se

El sector de la cultura per se se ocupa de ámbitos de política relacionados con la cultura que abarcan una amplia gama de cuestiones, incluyendo tanto el patrimonio natural y cultural en todas sus formas materiales e inmateriales, como la diversidad de expresiones culturales (ver defi niciones en el Anexo I). Es un sector dinámico y en permanente transformación, en el que las nuevas tecnologías de la comunicación juegan un papel cada vez más

importante en la creación cultural, producción, distribución, consumo y disfrute, contribuyendo a la satisfacción y realización individual y colectiva. A esto hay que añadir la aparición de nuevos mercados de arte y comercio, de actores y redes culturales a nivel local y global, así como de nuevas formas de participación como resultado de la deslocalización y desmaterialización cultural. Los estudios e investigaciones innovadoras deben

Una nueva agenda de políticas culturales para el desarrollo y la comprensión mutua ��� 17

garantizar que las nuevas demandas reciban la atención que merecen. Los objetivos y estrategias de las políticas en esos ámbitos deberán ser examinados de nuevo teniendo en cuenta las transformaciones del paisaje cultural y los desafíos del desarrollo tratados con anterioridad. La lista de ámbitos de política que presentamos a continuación (apoyada por los marcos legales internacionales desarrollados por la UNESCO), abarca algunas cuestiones esenciales relacionadas con distintas áreas de creatividad cristalizadas en expresiones pasadas y continuamente reinventadas en el presente.

� PATRIMONIO: Prestar apoyo a la salvaguardia, el realce y la transmisión de todas las formas de patrimonio (natural y cultural, material e inmaterial) a fi n de que no se vean menoscabadas las capacidades de acceso a dicho patrimonio de las generaciones futuras; esto supone el reconocimiento de toda una gama de categorías del patrimonio, comprendidos los distintos sistemas de conocimiento, las prácticas culturales, los paisajes culturales y naturales, el patrimonio industrial, el turismo cultural, etc. Los temas centrales incluyen: ¿Qué es lo que hay que salvaguardar, mejorar y transmitir, y cómo hacerlo? ¿Cómo incorporar políticas del patrimonio en estrategias más amplias de desarrollo sostenible y cohesión social? ¿Hasta qué punto refl eja el patrimonio el intercambio y el diálogo intercultural? Existe un número importante de convenciones para la protección y promoción del patrimonio, tales como la Convención para la Protección de los Bienes Culturales en caso de Confl icto Armado (1954) (primer protocolo en 1954, segundo protocolo en 1999); la Convención sobre las Medidas que Deben Adoptarse para Prohibir e Impedir la Importación, la Exportación y la Transferencia

de Propiedad Ilícitas de Bienes Culturales (1970); la Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural (1972); la Convención sobre la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático (2001); y la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial (2003).

� EXPRESIONES ARTÍSTICAS Y CONTENIDOS CULTURALES: Velar por la disponibilidad y circulación de contenidos culturales diversificados, aprovechando también para ello las TIC, a fi n de que las personas puedan disfrutar de la mayor variedad posible de bienes y servicios culturales. Los temas centrales incluyen: ¿cómo pueden las políticas garantizar la complementariedad de los aspectos económicos y culturales del desarrollo y la cohesión social? ¿Cómo pueden facilitar la difusión de productos culturales endógenos y el acceso de los países interesados a los recursos educativos, culturales y científi cos disponibles en el mundo entero? Para ello, contribuir a la creación o consolidación de industrias culturales, principalmente en países en vías de desarrollo y de renta media, cooperar para la creación de las infraestructuras y aptitudes necesarias, promover el reconocimiento, los derechos y la movilidad de los artistas y creadores, establecer programas y relaciones de asociación para la investigación en el plano internacional, favorecer la aparición de mercados locales viables, y facilitar el acceso de los productos culturales de los países en desarrollo al mercado mundial y a las redes de distribución internacionales a fi n de permitir a las personas elegir con fundamento. La Convención sobre la Protección y la Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales (2005) es una herramienta fundamental en este ámbito.

b. La incorporación de la cultura

en las políticas para el desarrollo

La cultura, con su rica diversidad, es una fuente, una baza y una inspiración para el desarrollo. Es la cuarta “dimensión” o “pilar” del desarrollo, uno de los cuatro factores (cultural, social, económico

La cultura, con su rica diversidad, es una fuente, una baza y una inspiración para el desarrollo. Es la cuarta “dimensión” o “pilar” del desarrollo, uno de los cuatro factores (cultural, social, económico y medioambiental).

18 ��� Una nueva agenda de políticas culturales para el desarrollo y la comprensión mutua

y medioambiental) que se examinaron en la Cumbre de la Tierra (Johannesburgo, 2002). Pese a ello, ha sido hasta el momento la dimensión más descuidada en las estrategias destinadas a alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Sin embargo, las intervenciones a favor del desarrollo sólo tendrán sentido y serán efi caces si la cultura se convierte en parte integrante de todas las políticas públicas y acciones, ya se trate de educación, ciencias humanas y sociales, salud, economía, medio ambiente y medios de comunicación. La lista de ámbitos en que pueden aplicarse las políticas y de orientaciones estratégicas propuestas (que fi gura a continuación) no es exhaustiva, y deberá ser revisada y completada en cada contexto específi co de la región o el país:

� EDUCACIÓN: Promover la educación intercultural y en materia de derechos humanos, arte y patrimonio; promover la diversidad lingüística, comprendida la educación en la lengua materna; facilitar la enseñanza de la historia global y desde múltiples perspectivas; apoyar el reconocimiento y la valorización de los saberes locales e indígenas y las pedagogías en materia de suministro de educación en todos los niveles (formal y no formal, comprendidos los jóvenes y los adultos); promover los intercambios internacionales y la educación para el desarrollo sostenible, aprovechando también los TIC en una economía del conocimiento diversifi cada y abordar temas emergentes, tales como el concepto de “ciudadanía cultural/intercultural”, competencia intercultural, conocimientos culturales y mediáticos.

� CIENCIAS SOCIALES Y HUMANAS: Promover las investigaciones sobre los derechos humanos como garantía de la diversidad cultural, incluyendo temas como la confi anza, la inclusión, la participación cultural, la libertad de expresión y el respeto de las religiones/creencias. Investigar cómo los sistemas de gobierno pueden adoptar la diversidad cultural. Explorar cómo las políticas públicas democráticas pueden apoyar de forma más efi ciente las transformaciones pacífi cas sociales y cambios en las sociedades multiculturales.

� SALUD: Promover servicios de salud que tengan en cuenta las percepciones culturalmente específi cas de lo que son la enfermedad y el buen estado de salud, reconocer las medicinas locales, indígenas y sustitutivas con respeto a los derechos humanos y la contribución de las organizaciones de base confesional; fortalecer para ello las sinergias entre los distintos sistemas, ministerios y agentes del sector de la salud, especialmente para encontrar respuestas a desafíos apremiantes como la prevención y cuidado del VIH y el SIDA, la mortalidad infantil y materna, la malaria, salud reproductiva y la violencia en el hogar, y otras prácticas que se justifi can a menudo en nombre de la tradición y la diversidad cultural.

� ECONOMÍA: Reconocer y apoyar la contribución de los recursos culturales, como el patrimonio y la creación, y las industrias culturales, a la economía local, nacional y mundial, incluyendo la “economía de la inteligencia”, respetando tanto los derechos de propiedad intelectual como la noción de bienes públicos; fomentar el pluralismo, comprendido el reconocimiento de los medios de vida locales e indígenas como fuente de ingresos, empleo y subsistencia; promover el debate y la refl exión sobre la regeneración de los valores y normas predominantes en materia de riqueza, productividad, bienestar, etc., introduciendo concepciones y perspectivas económicas sustitutivas.

� MEDIO AMBIENTE Y CIENCIAS NATURALES: Reforzar las sinergias con los conocimientos locales/indígenas para la protección del medio ambiente, el aprovechamiento sostenible de los recursos naturales y las cuestiones de la adaptación y la atenuación de las consecuencias en el contexto del cambio climático. Promover la refl exión crítica sobre el impacto de las tradiciones y las acciones correspondientes en las personas y el medio ambiente. Explorar cosmologías y fi losofías antiguas, así como valores relacionados con las interconexiones existentes entre distintos modos de vida, tales como la armonía, para encontrar nuevas formas de conservar tanto la diversidad cultural como la biológica.

Desarrollar nuevas pedagogías sobre la relación entre humanidad-cultura-naturaleza y la sostenibilidad de la tierra desde un enfoque holístico.

� C O M U N I C A C I Ó N / M E D I O S D E COMUNICACIÓN: Promover contenidos culturalmente y lingüísticamente diversifi cados para la sociedad del conocimiento, mediante: el fomento del pluralismo en los medios de comunicación y el desarrollo de servicios comunitarios, lingüísticos y para minorías de radio, televisión pública e Internet; la digitalización de archivos, museos y bibliotecas y facilitación del acceso a dichos contenidos; a través de la investigación sobre las relaciones entre la cultura y su difusión en los medios de comunicación y de los nuevos servicios de comunicación; fortaleciendo los medios de comunicación nuevos y tradicionales y apoyando la producción y distribución local/nacional; la creación de sistemas de fi nanciación innovadores y el fomento de la complementariedad entre iniciativas públicas y privadas; y el apoyo al acceso a las nuevas tecnologías. A este respecto, investigar cómo promover mejor las sinergias entre los medios

de comunicación tradicionales y las nuevas formas de redes sociales.

� DESARROLLO URBANO, DIVERSIDAD CULTURAL Y COHESIÓN SOCIAL: Hoy en día, más del 50% de la población vive en entornos urbanos, confi gurando espacios de gran diversidad de personas con distintos referentes culturales, que a veces dan lugar a tensiones entre la identidad cultural y la ciudadanía. Como consecuencia, las ciudades se han convertido en laboratorios de los éxitos y los fracasos de las políticas para la cohesión social. La vida pacífica y sostenible en las ciudades requiere que las políticas culturales y políticas sociales estén vinculadas, a fi n de favorecer la convivialidad, gracias al auténtico diálogo intercultural.

Las personas que utilicen este marco podrán añadir otros ámbitos teniendo en cuenta las transformaciones locales y globales, así como las nuevas dinámicas y articulaciones necesarias entre tradición y modernidad, identidades culturales y ciudadanía, diversidad y valores universales, por citar algunas de las inquietudes compartidas por todas las sociedades.

20 ��� Una nueva agenda de políticas culturales para el desarrollo y la comprensión mutua

Nuevas necesidades y procesos operacionalesLa visión de la política cultural que hemos propuesto en lo que antecede, que reconoce la indivisibilidad de la cultura y el desarrollo y particularmente, en el mundo actual, la indivisibilidad de la diversidad cultural, el diálogo intercultural y el desarrollo, requerirá enfoques innovadores para la elaboración de políticas culturales. Los Estados tendrán que reconocer e integrar temas de diversidad cultural en sus agendas políticas, mostrando también liderazgo político en el diálogo intercultural. Esto será esencial para evitar que la diversidad cultural sea manipulada e interpretada con fi nes demagógicos. Este enfoque requerirá: reflexionar sin convencionalismos, fortalecer e inventar planteamientos interministeriales confiables y abarcar la amplia gama de partes interesadas que están desempeñando un papel en la puesta en marcha de programas relativos a la cultura y el desarrollo.

Mientras que se observa un cambio en el papel del Estado (especialmente en el contexto de la

globalización y la crisis mundial), es el Estado el que debe liderar la creación de un contexto en el que otras partes interesadas, como la sociedad civil, puedan comprometerse con la acción pública a favor de la cultura. Por ello, es importante considerar los nuevos papeles de los distintos actores en lo relativo a varios ámbitos relacionados con la aplicación del nuevo programa de políticas culturales y evaluar las posibilidades de otros enfoques de gobernanza, nuevas formas de asociación y planteamientos con múltiples actores. Destacamos a continuación algunas de las necesidades y procesos operacionales:

� CAPACITACIÓN: Fortalecer desarrollo de capacidades en la planifi cación y el diseño de proyectos culturales teniendo en cuenta las nuevas necesidades en materia de aprendizaje/formación, especialmente las competencias interculturales considerando debidamente la diversidad local, contribuyendo a la creación

... refl exionar sin convencionalismos, fortalecer e inventar planteamientos interministeriales confi ables y abarcarla amplia gama de partes interesadas que están desempeñando un papel en la puesta en marcha de programas relativos a la cultura y el desarrollo.4

Una nueva agenda de políticas culturales para el desarrollo y la comprensión mutua ��� 21

de condiciones favorables que apoyen el diálogo intercultural y la convivialidad. Elaborar prototipos de materiales de formación y crear una red de especialistas e instituciones especializadas para ampliar la divulgación. Fomentar las aptitudes administrativas y de gestión financiera y el establecimiento de relaciones de asociación, sobre todo con la sociedad civil y el sector privado.

� PLANTEAMIENTOS CON MÚLTIPLES PARTES INTERESADAS: Promover nuevas modalidades de procesos participativos con múltiples partes interesadas para elegir entre opciones de política de modo mejor informado y más consensual, optimizando así la actuación de los distintos agentes/profesionales del ámbito de la cultura, y reconociendo al mismo tiempo las distintas funciones y el valor añadido que corresponden a cada una de ellas:

� Diálogo estructurado con representantes/organizaciones de la sociedad civil;

� Método abierto de coordinación mediante grupos de trabajo sobre cuestiones temáticas;

� Diálogo intersectorial;

� Establecimiento de vínculos explícitos entre organizaciones del ámbito de la cultura (tanto en el marco estatal como fuera de él), organizaciones que se ocupan de la diversidad cultural (sobre todo de la sociedad civil) y organizaciones dedicadas al desarrollo sostenible (también, en este caso, en el marco estatal y fuera de él, ONGs, movimientos sociales, organizaciones benévolas, etc.).

� GOBERNANZA INNOVADORA PARA LA CULTURA: Promover nuevas disposiciones y procesos institucionales destinados a promover la concertación y a delegar responsabilidades, competencias y fondos, especialmente a nivel local. En otras palabras, democratizar los enfoques de gobernanza cultural y disuadir las tendencias a dictar el contenido cultural:

� Establecer equipos de trabajo nacionales u otros mecanismos apropiados sobre la diversidad cultural y temas específicos relacionados con la cultura de interés público. Dichos mecanismos deben ser diseñados como partenariados creativos entre el Estado y la sociedad civil;

� Adoptar enfoques flexibles para la descentralización de fondos que satisfagan las necesidades tanto de las instituciones bien establecidas como de iniciativas culturales locales diversas;

� Fomentar la creación de nuevos mecanismos de financiación para la cultura que proporcionen un impulso a los distintos actores culturales, incluyendo los emprendedores culturales.

� U N A N U E VA E S T R AT E G I A D E COMUNICACIÓN: Creación de nuevos mecanismos de debate público, formación de la opinión y sensibilización que destaquen los vínculos entre políticas culturales nacionales e internacionales en lo que respecta a la diversidad/identidad cultural y el diálogo intercultural para el desarrollo sostenible. Puede consistir en la organización de un Foro nacional para la diversidad cultural y el desarrollo.

� REMODELAR LAS INFRAESTRUCTURAS CULTURALES: Remodelar las infraestructuras culturales para adaptarlas a los nuevos contenidos y objetivos de las políticas culturales.

� NUEVOS TIPOS DE ASOCIACIÓN: Fomentar nuevas formas de colaboración transnacional:

� Entre regiones;

� Entre ciudades / de lo local a lo local (Agenda 21 de Cultura 2004);

� Privada-pública – asociaciones con la sociedad civil y el mundo universitario.

� LEGISLACIÓN: Adaptar las legislaciones nacionales a los nuevos instrumentos normativos internacionales que proporcionan las convenciones de la UNESCO en el ámbito de la cultura. Establecer mecanismos de reglamentación para traducir los nuevos instrumentos normativos en estrategias operacionales y efi caces.

� C R E A C I Ó N Y D I F U S I Ó N D E CONOCIMIENTOS SOBRE LOS NUEVOS ÁMBITOS DE POLÍTICAS: Seleccionar y utilizar instrumentos de referencia/autoridades, como la investigación puntera en este campo, las cartografías o inventarios culturales participativos, análisis de datos desglosados, buenas prácticas/experiencias fructuosas y otras narraciones/estudios clave.

22 ��� Una nueva agenda de políticas culturales para el desarrollo y la comprensión mutua– Anexos

Anexo I

Defi nición de los términos utilizados

La CULTURA abarca, además de las artes y las letras, los modos de vida, las maneras de vivir juntos, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias (UNESCO, MONDIACULT, 1982 y la Declaración Universal de la UNESCO sobre la Diversidad Cultural, 2001). Es también una fuerza motriz que establece conexiones entre signifi cados, un lugar donde de modo permanente puede llegarse al conocimiento de sí mismo, y se impugna o acepta la diferencia.

La DIVERSIDAD CULTURAL se manifi esta en la originalidad y la pluralidad de las identidades de los grupos y sociedades que forman la humanidad. Al ser una fuente de intercambio, innovación e imaginación, la diversidad cultural constituye el patrimonio común de la humanidad, y se refi ere a la multiplicidad de formas en que se expresan las culturas de los grupos y sociedades, estableciendo así nuevas formas de diálogo, transformando las opiniones y creando vínculos entre individuos, sociedades y generaciones en el mundo entero. La diversidad cultural ha sido también defi nida como el estado de diferencias sistémicas y seguidoras de un patrón en los hábitos, productos y disposiciones a través de fronteras sociales, las cuales pueden cambiar en el tiempo. Dicho de otro modo, la diversidad cultural un proceso constante (podría ser llamado diversificación cultural) que apoya, amplifi ca y regenera todas las culturas a través del tiempo y el espacio.

El DIÁLOGO INTERCULTURAL fomenta la disposición a poner en cuestión las certidumbres establecidas y basadas en determinados valores, apelando a la razón, la emoción y la creatividad para encontrar nuevos modos de entendimiento.

Al hacerlo, va más allá de la simple negociación en la que, lo que está en juego, son intereses esencialmente políticos, económicos y geopolíticos.

La CIUDADANÍA CULTURAL se refiere al sentimiento de pertenencia, participación e identifi cación que provee los elementos simbólicos de la ciudadanía política y es también capaz de transformarse, modifi carse y adaptarse a la luz de nuevos retos y oportunidades.

Las EXPRESIONES CULTURALES son, según la Convención de 2005 sobre la Protección y Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales, las expresiones resultantes de la creatividad de personas, grupos y sociedades, que poseen un contenido cultural. Otros conceptos esenciales al respecto se defi nen también en la Convención de 2005:

� Las actividades, bienes y servicios culturales se refi eren a las actividades, los bienes y los servicios que, en el momento en que son considerados desde el punto de vista de su calidad, utilización o finalidad específicas, encarnan o transmiten expresiones culturales, independientemente del valor comercial que puedan tener. Las actividades culturales pueden constituir una fi nalidad en sí mismas, o contribuir a la producción de bienes y servicios culturales.

� El contenido cultural se refi ere al contenido simbólico, la dimensión artística y los valores culturales que emanan de las identidades culturales o las expresan.

A1

Una nueva agenda de políticas culturales para el desarrollo y la comprensión mutua – Anexos ��� 23

� Las industrias culturales se refi eren a todas aquellas industrias que producen y distribuyen bienes o servicios culturales, tal como se defi nen en el párrafo correspondiente, más arriba.

El PATRIMONIO CULTURAL es una amplia categoría que abarca las formas materiales e inmateriales del patrimonio. En las convenciones internacionales relativas a la protección y salvaguardia del patrimonio se proporcionan defi niciones de los términos utilizados:

� Patrimonio cultural material: Al ser la distinción entre patrimonio material e inmaterial más reciente, la definición de “patrimonio cultural” que encontramos en la Convención para la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural (1972) se refi ere a lo que hoy llamamos “patrimonio material”: i) los monumentos: obras arquitectónicas, de escultura o de pintura, elementos o estructuras de carácter arqueológico, inscripciones, cavernas y grupos de elementos, que tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista de la historia, del arte o de la ciencia; ii) los conjuntos: grupos de construcciones, agrupadas o reunidas, cuya arquitectura, unidad e integración en el paisaje les dé un valor universal excepcional desde el punto de vista de la historia, del arte o de la ciencia; iii) los lugares: obras del hombre u obras conjuntas del hombre y la naturaleza así como las zonas, incluidos los lugares arqueológicos que tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista histórico, estético, etnológico o antropológico.

� Como las defi niciones cambian, en 1992 se añadió la categoría de los paisajes culturales, que quedó definida en las Directrices Prácticas (Anexo 3) para la aplicación de la Convención del Patrimonio Mundial de 1972. Dichos paisajes se dividen en tres categorías principales: i) el paisaje claramente defi nido,

concebido y creado intencionalmente por el hombre, como los paisajes de jardines y parques creados por razones estéticas, que con frecuencia (pero no siempre) están asociados a construcciones o a conjuntos religiosos o monumentales; ii) el paisaje que ha evolucionado orgánicamente, fruto de una exigencia originalmente social, económica, administrativa y/o religiosa y que ha alcanzado su forma actual por asociación con su entorno natural y como respuesta a éste; y iii) el paisaje cultural asociativo, caracterizado por la fuerte evocación de asociaciones religiosas, artísticas o culturales del elemento natural, más que por huellas culturales tangibles, que pueden ser insignifi cantes e incluso inexistentes.

� El Patrimonio Cultural Inmaterial, según la Convención de 2003 para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, se refi ere a los usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas – junto con los instrumentos, objetos, artefactos y espacios culturales que les son inherentes – que las comunidades, los grupos y en algunos casos los individuos reconocen como parte integrante de su patrimonio cultural. Este patrimonio cultural inmaterial, que se transmite de generación en generación, es recreado constantemente por las comunidades y grupos en función de su entorno, su interacción con la naturaleza y su historia, infundiéndoles un sentimiento de identidad y continuidad y contribuyendo así a promover el respeto de la diversidad cultural y la creatividad humana.

El DESARROLLO se entiende no sólo desde el punto de vista del crecimiento económico y la sostenibilidad medioambiental, sino también como un medio de acceso a una existencia intelectual, afectiva, moral y espiritual más satisfactoria, en armonía con la naturaleza y con las culturas (adaptación a partir de la Declaración Universal de la UNESCO sobre la Diversidad Cultural de 2001).

24 ��� Una nueva agenda de políticas culturales para el desarrollo y la comprensión mutua– Anexos

Anexo II

Documentos de referencia

Lista de los documentos de la reunión de expertos “Hacia un nuevo marco para las politicas culturales” (UNESCO, Julio 2009)

Los documentos detallados a continuación fueron realizados por encargo de la División de Políticas Culturales y Diálogo Intercultural de la UNESCO para la reunión de expertos «  Hacia un nuevo marco para las políticas culturales: orientaciones conceptuales y operacionales en vista de la integración de los principios de diversidad cultural y diálogo intercultural  », que tuvo lugar en la UNESCO en julio del 2009. La síntesis de estos documentos ha sido preparada por David Throsby, Universidad Macquarie, Sydney, Australia, con la contribución de Paul Nchoji Nkwi de la Universidad de Yaundé, Camerún, y de la UNESCO.

Appadurai, Arjun, Antropólogo, Profesor Goddard de Medios de Comunicación, Cultura y Comunicacion, Universidad de Nueva York, Comments on the Global Synthesis

Ayuntamiento de Barcelona (en nombre de Ciudades y Gobiernos Locales Unidos [CGLU]): Actualización del informe: “Políticas locales para la diversidad cultural”

Nivón Bolán, Eduardo, Profesor de Antropología, Universidad Autónoma Metropolitana, Mexico: Diversidad y Creatividad: Los Nuevos Referentes en Políticas Culturales en América Latina

Duxbury, Nancy et al., Directora Ejecutiva, Centro de Conocimiento en Cultura y Comunidades, Universidad Simon Fraser, Canada : Towards

a New Cultural Policy Profile: A Canadian Contribution

European Network of Cultural Administration and Training Centres (ENCATC): Towards a New Cultural Policy Profi le – A UNESCO Conceptual and Operational Framework

Iwabuchi,Koichi, Profesor, Escuela de Estudios Liberales Internacionales, Universidad Waseda, Japón: Cultural policy and the challenge of cultural diversity in Japan:Beyond brand nationalism, into public dialogue

Kwok, Kian-Woon, Profesor Asociado y Vice-Decano, Escuela de Humanidades y Ciencias Sociales, Universidad Tecnológica Nanyang, Singapur: Cultural Diversity and Intercultural Dialogue: Towards a New Cultural Policy Profi le (with Refl ections and Lessons from Asia)

Nafaa, Hassan, Profesor y Presidente del departamento de Ciencias Polit icas, Universidad del Cairo: Cultural Diversity and Democracy in the Arab World

Nchoji Nkwi, Paul, Profesor, Departmento de Antropología, Universidad de Yaounde I, Camerún: a) Policy Responses to Cultural Diversity Challenges in Africa Conceptualization and Methodology (outline): b) Towards a New Cultural Policy Profile: A View from Africa (paper) con contribuciones de los autores mencionados a continuación:

A2

Una nueva agenda de políticas culturales para el desarrollo y la comprensión mutua – Anexos ��� 25

a. Isaac Nyamongo, Director del Instituto de Estudios Africanos, Universidad de Nairobi, Kenia: UNESCO Cultural Profi le Project: East Africa - A Cultural Profi le of Kenya

b. Shahid  Vawda, Director, Departmento de Antropología, Universidad Witswaterands, Africa del Sur: Cultural Profiling: Cultural Policy and Legislation in South Africa (Draft)

c. Edlyne Anugwom, Departmento de Antropología, Universidad de Nigeria, Nsukka: Cultural Profi le of West Africa

d. Estevao Filimao, Universidad Mondlane, Maputo, Mozambique: Policy Responses to Cultural Diversity Challenges in Africa - An Inception Report and Preliminary Remarks

e. Ammar Kessab, Investigador, Universidad de Angers, Francia: Profils des politiques culturelles en Afrique du Nord en général et au Maghreb en particulier

Pascual, Jordi, Coordinador, Comité de Cultura de United Cities and Local Governments (CGLU): Cultura y desarrollo sostenible: ejemplos de innovación institucional y propuesta de un nuevo modelo de política cultural

Razlogov, Kirill, Director, Instituto Ruso para la Investigacion Cultural del Ministerio de Cultura de la Federacion Rusa: Towards Transculturalism in a Transformation Society - Refl ections upon Strategic Directions of Cultural Policy in the CIS Countries

Rezk, Leila, Directora de “Dialogue XXI”, Líbano : Vers une nouvelle orientation des politiques culturelles: L’expérience du monde Arabe

Teaiwa, Katerina Martina, Responsable de convocatorias de Estudios del Pacífi co, Escuela de Asia y del Pacífi co, Universidad Nacional de Australia: Cultural Policy Profi le: Pacifi c

Throsby David, Profesor de Economía, Universidad Macquarie, Australia: Global Synthesis of papers commissioned by UNESCO for the Expert Meeting ‘Towards a New Cultural Policy Framework – Conceptual and Operational Guidelines to Integrate Cultural Diversity and Intercultural Dialogue Principles’(UNESCO, julio de 2009)

Van der Veer, Peter, Director, Instituto Max Planck para el Estudio de Diversidad Religiosa y Etnica: Intercultural Dialogue and its Linkages with Cultural Diversity and Policies for Development and Social Cohesion: A Background Paper

Weiming,Tu, Profesor de Historia China y Filosofía y Estudios Confucianos, Universidad de Harvard y Universidad de Peking, EEUU/China: Intercultural Dialogue: Cultural Diversity and Ecological Consciousness

26 ��� Una nueva agenda de políticas culturales para el desarrollo y la comprensión mutua– Anexos

Selección de publicaciones y documentos del sector de la cultura de la UNESCO

UNESCO, 2011, Cultural Diversity and Education for Sustainable Development – A Policy Dialogue Brief, documento UNESCO.

UNESCO, 2011, Guía sobre políticas en favor de las industrias culturales y creativas (disponible en inglés y español).

UNESCO, 2011, Cultural Diversity Lens, adaptado de la versión original de 2004 (disponible en inglés y francés).

UNESCO, 2011, Cultural Diversity Lens: E-Learning Tool (disponible en inglés y francés).

UNESCO, 2010, A Cultural Approach to HIV Prevention and Care: E-Learning Tool (disponible en inglés).

UNESCO, 2009, Informe Mundial de la UNESCO: Invertir en la diversidad cultural y el diálogo intercultural.

UNESCO, 2009, Witnesses to History – Documents and writings on the return of cultural objects (disponible en inglés).

UNESCO, 2008, Diversidade cultural e livre-comércio: antagonismo ou oportunidade? Author: Alvarez Vera-Cíntia, edited by UNESCO Office Brasilia and Instituto Rio Branco (disponible en portugués).

UNESCO 2007, UNESCO and the Issue of Cultural Diversity: Review and Strategy, 1946-2007, edited by Katérina Stenou (disponible en inglés y francés).

UNESCO 2007, Mainstreaming Principles of Cultural Diversity and Intercultural Dialogue in Policies for Sustainable Development - Final Communiqué

of the Proceedings of the International Seminar (disponible en inglés, francés y árabe).

UNESCO 2006, Innovative Policies for Heritage Safeguarding and Cultural Tourism Development: Proceedings of the International Conference (disponible en inglés y ruso).

UNESCO 2006, New Stakes for Intercultural Dialogue (disponible en inglés y francés).

UNESCO 2005, Cultural Diversity and Globalization: The Arab-Japanese Experience, a Cross-Regional Dialogue (disponible en inglés).

UNESCO/UNEP, 2003, Cultural Diversity and Biodiversity for Sustainable Development. Proceedings of the Highlevel Roundtable held on 3 September 2002, World Summit on Sustainable Development, Johannesburg, (disponible en inglés y francés).

UNESCO, 2003, La déclaration universelle de l’UNESCO sur la diversité culturelle, Série Diversité culturelle n°2: commentaires et propositions, édité par Katérina Stenou (disponible en francés).

UNESCO, 2003, Language Vital i ty and Endangerment - Report of the Ad Hoc Expert Meeting (disponible en inglés).

UNESCO, 2003, The UNESCO Universal Declaration on Culture Diversity, Cultural Diversity Series n°1, edited by Katérina Stenou, UNESCO (disponible en inglés y francés).

UNESCO, 2000, Informe Mundial sobre la Cultura: Diversidad cultural, confl icto y pluralismo.

A2 Seguido

Una nueva agenda de políticas culturales para el desarrollo y la comprensión mutua – Anexos ��� 27

UNESCO, 1999, Towards a Constructive Pluralism, Report UNESCO Paris, January 1999 (disponible en inglés y francés).

UNESCO, 1998,¿A favor o en contra de los derechos culturales?: Compilación de ensayos en conmemoración del cincuentenario de la declaración universal de los derechos humanos.

UNESCO, 1998, Informe Mundial sobre la Cultura: cultura, creatividad y mercados.

UNESCO, 1996 & 2001, Atlas of the World’s Languages in Danger of Disappearing (UNESCO Paris, 1996 and 2001) (atlas interactivo disponible on-line).

UN/UNESCO, 1995, Nuestra diversidad creativa: Informe de la Comisión Mundial sobre Cultura y Desarrollo.

Instrumentos normativos de la UNESCO

Convención sobre la protección y la promoción de la diversidad de las expresiones culturales, UNESCO, 2005.

Recomendación sobre la promoción y el uso del plurilingüismo y el acceso universal al ciberespacio, UNESCO, 2003.

Convención para la salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial, UNESCO, 2003.

Declaración Universal de la UNESCO sobre Diversidad Cultural, UNESCO, 2001.

Convención sobre la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático, UNESCO, 2001.

Recomendación sobre la Salvaguardia de la Cultura Tradicional y Popular, UNESCO, 1989.

Recomendación relativa a la condición del artista, UNESCO, 1980.

Recomendación relativa a la participación y la contribución de las masas populares en la vida cultural, UNESCO, 1976.

Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural, UNESCO, 1972.

Convención Universal sobre Derecho de Autor, revisada en París el 24 de julio de 1971, UNESCO, 1971.

Convención sobre las Medidas que Deben Adoptarse para Prohibir e Impedir la Importación, Exportación y la Transferencia de Propiedad Ilícitas de Bienes Culturales, UNESCO, 1970.

Declaración de los Principios de la Cooperación Cultural Internacional, UNESCO, 1966.

Convención para la Protección de los Bienes Culturales en caso de Conflicto Armado y Reglamento para la aplicación de la Convención, UNESCO, 1954.

Para mas información:

UNESCO1 rue Miollis75732 París Cedex 15, FranciaEmail: [email protected]

Organizaciónde las Naciones Unidas

para la Educación,la Ciencia y la Cultura

En tiempos de cambio e incertidumbre,

la diversidad cultural tal vez jamás ha

sido tan esencial como fuente de

identidad para cada mujer y cada

hombre, como fuente de resiliencia y

renovación para nuestras sociedades,

como fuente de innovación y creatividad

para el desarrollo. La promoción de

la diversidad cultural y el diálogo

intercultural es un medio muy poderoso

de propiciar acercamientos y sentar

las bases de la paz. Es también una

fuerza para el desarrollo y la condición

para que las comunidades locales y

los gobiernos, así como la comunidad

internacional, formulen mejores

políticas de desarrollo. Éstas son las

promesas que encierra la Declaración

Universal de la UNESCO sobre la

Diversidad Cultural, las promesas de

que ninguna sociedad se repliegue en

el miedo y de que no se permita que

surjan las culturas de la exclusión. Tal

es la responsabilidad de los líderes y

los gobiernos. Más fundamentalmente,

es la responsabilidad de cada uno

de nosotros, todos los días. La paz

se construye cada día, mediante

actos individuales, aun modestos,

que reconocen la diversidad y sacan

provecho de su riqueza para abrir

nuestras sociedades a ideas frescas y

nuevos horizontes para vivir juntos.

Irina Bokova, Directora General de la UNESCO, con motivo de la celebración

del 10º aniversario de la Declaración Universal sobre la Diversidad Cultural,

2 de noviembre de 2011