Una mirada sobre la adolescencia

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UNA MIRADA SOBRE LA ADOLESCENCIA Los videos revisados, nos muestran cómo los jóvenes visualizan las conductas de los adultos: como una barrera que impide el entendimiento entres estas dos generaciones; es decir, el cómo los dos personajes que en ese momento juegan un importante papel en la vida del adolescente (padres y maestros), se cierran o se “ajustan” a su papel de autoridad moral, dando por hecho que lo que ellos digan es ley aunque se caiga en el anarquismo, al no permitir ningún acercamiento con el joven ya que desde el punto de vista de alguien que es “autoridad”, el “subordinado” no merece ningún respeto, explicación; ni se le acepta ninguna sugerencia y mucho menos establecer un diálogo. Es por eso entonces, que a los jóvenes no les queda otra opción que el criticar y ridiculizar a esa autoridad que se muestra incompetente o temerosa de enfrentar los cuestionamientos de los adolescentes. Este aislamiento de los adultos, propicia creo yo, la necesidad de los jóvenes de identificarse con otros que ya han pasado por lo mismo pero que han logrado ya formar grupos o núcleos y para ser aceptados por ellos tienen que adoptar las conductas, los modos de hablar, vestir, etc. con el fin de sentirse identificados con alguien más. Situación que puede tornarse peligrosa si los padre y los maestros, no vigilan o supervisan el tipo de amistades que sus hijos y estudiantes frecuentan, ya que con el afán de pertenecer a un grupo, nuestros jóvenes pueden incurrir en conductas antisociales.

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UNA MIRADA SOBRE LA ADOLESCENCIA

Los videos revisados, nos muestran cómo los jóvenes visualizan las conductas de los adultos: como una barrera que impide el entendimiento entres estas dos generaciones; es decir, el cómo los dos personajes que en ese momento juegan un importante papel en la vida del adolescente (padres y maestros), se cierran o se “ajustan” a su papel de autoridad moral, dando por hecho que lo que ellos digan es ley aunque se caiga en el anarquismo, al no permitir ningún acercamiento con el joven ya que desde el punto de vista de alguien que es “autoridad”, el “subordinado” no merece ningún respeto, explicación; ni se le acepta ninguna sugerencia y mucho menos establecer un diálogo.

Es por eso entonces, que a los jóvenes no les queda otra opción que el criticar y ridiculizar a esa autoridad que se muestra incompetente o temerosa de enfrentar los cuestionamientos de los adolescentes.

Este aislamiento de los adultos, propicia creo yo, la necesidad de los jóvenes de identificarse con otros que ya han pasado por lo mismo pero que han logrado ya formar grupos o núcleos y para ser aceptados por ellos tienen que adoptar las conductas, los modos de hablar, vestir, etc. con el fin de sentirse identificados con alguien más.

Situación que puede tornarse peligrosa si los padre y los maestros, no vigilan o supervisan el tipo de amistades que sus hijos y estudiantes frecuentan, ya que con el afán de pertenecer a un grupo, nuestros jóvenes pueden incurrir en conductas antisociales.