Una Aproximacion a La Situacion en El Magreb

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EL IMPERIALISMO SE “CARGA DE RAZONES”: UNA APROXIMACION A LA SITUACION EN EL MAGREB-SAHEL Desde hace unos pocos años, prácticamente desde 2011, venimos asistiendo a continuas referencias de prensa de acciones armadas llevadas a cabo por el Islam político en todo el África del NO y en franja subsahariana que conocemos como Magreb y Sahel, abarcando en el primer caso a cinco estados (Libia, Túnez, Argelia, Marruecos y Mauritania), y en el segundo a las regiones del norte de otros nueve estados (la franja del Sahel, desde Senegal, Malí, Níger, Chad, Sudán, y algo más al sur, Nigeria, Camerún, Gambia y Burkina Faso), es decir, nada menos que 14 estados africanos que se encuentran, en grado diferente, sometidos a una ofensiva que tiene aún el carácter más de “propaganda armada ideológica” que de guerra de posiciones convencional, pero que su influencia no hace sino aumentar, al mismo ritmo que vienen prosperando en un terreno ya puramente militar las corrientes hermanas yihadistas de Oriente Medio, en particular el EI. Mantener una posición correcta, que plantee un análisis desde una perspectiva verdaderamente revolucionaria, no es nada fácil. Aparentemente, se enfrentan “a muerte” el bloque imperialista occidental, capitaneado por los EEUU, ante un conglomerado de corrientes islamofascistas creadas, impulsadas, armadas y financiadas por el mismo bloque imperialista que ahora se lanza al ataque, en una auténtica “cruzada anti-islamista”. En este conflicto de intereses, resulta muy complejo discernir y separar las vertientes estratégico político-económico de las puramente

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Desde hace unos pocos años, prácticamente desde 2011, venimos asistiendo a continuas referencias de prensa de acciones armadas llevadas a cabo por el Islam político en todo el África del NO y en franja subsahariana que conocemos como Magreb y Sahel, abarcando en el primer caso a cinco estados (Libia, Túnez, Argelia, Marruecos y Mauritania), y en el segundo a las regiones del norte de otros nueve estados (la franja del Sahel, desde Senegal, Malí, Níger, Chad, Sudán, y algo más al sur, Nigeria, Camerún, Gambia y Burkina Faso), es decir, nada menos que 14 estados africanos que se encuentran, en grado diferente, sometidos a una ofensiva que tiene aún el carácter más de “propaganda armada ideológica” que de guerra de posiciones convencional, pero que su influencia no hace sino aumentar, al mismo ritmo que vienen prosperando en un terreno ya puramente militar las corrientes hermanas yihadistas de Oriente Medio, en particular el EI.

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EL IMPERIALISMO SE CARGA DE RAZONES: UNA APROXIMACION A LA SITUACION EN EL MAGREB-SAHEL

Desde hace unos pocos aos, prcticamente desde 2011, venimos asistiendo a continuas referencias de prensa de acciones armadas llevadas a cabo por el Islam poltico en todo el frica del NO y en franja subsahariana que conocemos como Magreb y Sahel, abarcando en el primer caso a cinco estados (Libia, Tnez, Argelia, Marruecos y Mauritania), y en el segundo a las regiones del norte de otros nueve estados (la franja del Sahel, desde Senegal, Mal, Nger, Chad, Sudn, y algo ms al sur, Nigeria, Camern, Gambia y Burkina Faso), es decir, nada menos que 14 estados africanos que se encuentran, en grado diferente, sometidos a una ofensiva que tiene an el carcter ms de propaganda armada ideolgica que de guerra de posiciones convencional, pero que su influencia no hace sino aumentar, al mismo ritmo que vienen prosperando en un terreno ya puramente militar las corrientes hermanas yihadistas de Oriente Medio, en particular el EI.Mantener una posicin correcta, que plantee un anlisis desde una perspectiva verdaderamente revolucionaria, no es nada fcil. Aparentemente, se enfrentan a muerte el bloque imperialista occidental, capitaneado por los EEUU, ante un conglomerado de corrientes islamofascistas creadas, impulsadas, armadas y financiadas por el mismo bloque imperialista que ahora se lanza al ataque, en una autntica cruzada anti-islamista. En este conflicto de intereses, resulta muy complejo discernir y separar las vertientes estratgico poltico-econmico de las puramente ideolgico-religiosas y tnicas, cada vez de mayor importancia, en el cual la voz del pueblo no existe. Brilla por su ausencia la posicin que represente los autnticos intereses populares, que plantee una salida o alternativa estratgica de lucha consecuente contra el imperialismo, a la vez que lleve a efecto una revolucin interna contra las clases, elites y sectas locales que nicamente pretenden para s todo el poder. Por tanto, se tratara de aportar algunos elementos para el anlisis sobre la significacin de las luchas actuales, y la necesidad de definir una estrategia para la revolucin, en el frica del NO y conjunto del Sahel. Elementos estratgicos a considerar.

1)La importancia estratgica del rea geogrfica del Sahel, franja sur del desierto del Sahara, est adquiriendo en los ltimos aos una relevancia que no est pasando desapercibida por el imperialismo, ni por el yihadismo. Detrs de la clsica imagen de pobreza y miseria, de los muertos de hambre, del puro desierto, sin ms, definido como el desvn del mundo, se encuentran realmente razones de inters geoestratgico muy importantes que hace que la presencia de Francia, EEUU, Inglaterra, Canad y Espaasin olvidar a Rusia y China (cada vez ms presente en la zona) sea cada vez ms intensa para mantener all la Pax imperialista. La posicin del imperialismo es la tradicional y clsica: control geoestratgico y militar, y por supuesto, petrleo, gas, uranio, pero y el islamofascismo?2)El incremento de la actividad blica por parte del yihadismo tiene profundas y complejas razones histricas y estratgicas. En primer lugar, el desierto del Sahara y la franja inferior o regin del Sahel abarca nada menos que una superficie del tamao de Europa, con ms de 9 millones de Km cuadrados de superficie, constituye por s mismo un inmenso laberinto en el cual los grupos armados yihadistas partidarios del Islam poltico pueden contar con amplias zonas de seguridad, donde pueden moverse con casi total impunidad: desde la mayor parte de frica del Norte, desde el mar Rojo, incluyendo partes de la costa del Mediterrneo, hasta el ocano Atlntico. Y hacia el sur, todo el Sahel, cinturn de sabana semi rida tropical que conforma las regiones que cubren el norte del frica subsahariana. En tales condiciones, son diversas las actividades que pueden desarrollarse lucrativamente: adems de una cierta facilidad para imponer la Shara a las poblaciones diseminadas mediante el terror, obtener buenos beneficios econmicos con actividades propias del gansterismo y la delincuencia comn: narcotrfico, contrabando de armas, trata de blancas, esclavitud. 3)Son importante los cambios operados en el mundo en la ltima fase de la llamada Guerra Fra que se inicia en el final de la 2 Guerra Mundial y que culmina en 1989, con la cada definitiva del proyecto social imperialista con base en la URSS. Con anterioridad, en el contexto de la apropia guerra fra, los estrategas del imperialismo occidental disearon la idea jugar con el fuego yihadista, apoyando a la insurgencia muyahidn afgana, pero yendo bastante ms lejos, participando en la creacin y usando sin escrpulo el guerrillerismo islamofascista de base sunn, con apoyos financieros de las potencias petroleras del Golfo, particularmente Arabia Saud, en la guerra de desgaste a la URSS en suelo Afgano (1978-1992). Desde el 11 S, hasta la actual guerra de Siria, pasando por los fracasados intentos de dominio directo de los bastiones afgano-iraqu, las frustradas Primaveras rabes, con los desastres de Libia y Egipto, tenemos todo un panorama aparentemente contradictorio de unidad-lucha entre el imperialismo de corte occidental y el yihadismo islamofascista. Esta realidad ha sido descrita por algunos autores como la estrategia de EL CAOS CREATIVO o EL CAOS SOSTENIBLE, ya puesto en prctica en la guerra sucia (llamada civil) en Argelia (1991-2002, que se sald con ms de 150 mil muertos), y de plena actualidad en Siria (que va ya por los 250 mil muertos), y antes en Afganistn (50 mil muertos contra los rusos ) y sobre 600 mil los muertos a partir de 2001 hasta el presente), e Irak (con ms de 1 milln de vctimas mortales). La estrategia de este caos sostenible, puesto en marcha por los Estados imperialistas occidentales, bajo direccin de la inteligencia militar del Pentgono y dems agencias de informacin, pasa por: 1 debilitar el apoyo de estos pases al bloque imperialista ruso-chino, 2 evitar una presencia militar directa, con el coste meditico que supone la prdida constante de vidas humanas occidentales (mejor que se maten entre ellos con la ayuda estimable de los drones). 3 facilitar una presencia militar puntual con bases estratgicas, en el terreno, garantizando el dominio geoestratgico zonal y el de acceso a los recursos de naturaleza vital para el funcionamiento presente del sistema productivo imperialista mundial (petrleo, uranio). La guerra sucia en Argelia entre el Estado nacional (producto de una modlica guerra de liberacin nacional contra el colonialismo francs) y el integrismo islamista (en la versin ms terrorfica y sanguinaria del GIA), ambos contra el pueblo, constituye la experiencia de referencia del modelo actual de prctica de terror impuesto en todo el oriente medio y frica noroccidental. Aunque el conflicto termin con la victoria del gobierno argelino tras la rendicin del Ejrcito Islmico de Salvacin y la derrota de 2002 del Grupo Islmico Armado, esta experiencia macabra se convierte en el ejemplo a seguir por todos los grupos islamofascistas que hoy nos muestran en internet de lo que son capaces, desde el norte de Siria a Nigeria y desde Marruecos hasta Afganistn. 4)Las guerras imperialistas occidentales impuestas a Afganistn, Irak, Siria, destinadas al debilitamiento de las alianzas antioccidentales en toda esta regin del planeta, tienen tambin su proyeccin a otras zonas de frica, las ms deprimida, dedicados a una mera supervivencia, pero que son capaces de germinar sobre la base de claros factores ideo-sociolgicos: el odio a occidente por su responsabilidad histrica en la situacin que padecen y como alternativa ideolgica a ese mundo occidental, visto como pozo de corrupcin, degeneracin y perfidia, perfecto ejemplo del mal. La batalla ideolgica est siendo ganada por el Islam poltico, a pesar de sus aberraciones, cuyos actos de barbarie son vistos como actos de herosmo, decisin, firmeza y actitud consecuente frente al espritu decadente del mundo y modo de vida occidental. Ello se traduce tambin en claros avances en el plano militar en todo el Sahel. La shara no se impone nicamente por la fuerza, hay elementos de connivencia, de aquiescencia en partes considerables de los pueblos de la zona, segn la influencia rabe que stos posean, pero que comparten ese concepto del mundo y, por tanto, favorecen un reclutamiento fcil hacia ideologas salvficas como el Islam en su versin ms radical, autoritaria y fascista. Ah tenemos justamente toda la regin del Sahel: Mauritania, Senegal, Guinea, Mali, Burkina Faso, Nger, Nigeria, Camern, Chad y Sudn. El mapa artificial de frica fue creado por el colonialismo occidental, tal como se defini en la Conferencia de Berln (1884 - 1885), entre las potencias colonialistas europeas y occidentales, bsicamente el Reino Unido, Francia, Alemania y Portugal, y de segundo orden, otros pases colonialistas como Espaa, Italia, Dinamarca, Blgica, incluyendo a Rusia y EEUU. Recordar que este modelo del reparto fronterizo de frica viene siendo mantenido por el neocolonialismo y el populismo nacionalista, que han seguido el modelo del Estado-nacin burgus imperialista despus de la 2 Guerra Mundial, generando permanente conflictos entre los Estados por continuas diferencias fronterizas, marcos siempre cuestionados por las ambiciosas lites locales en alianzas neocolonialistas. En estas condiciones, la lgica presencia multitnica en todas las regiones, agrupadas o separadas artificialmente por los Estados instaurados produce continuos enfrentamientos de tintes genocidas, alentados y azuzados por las lites y el propio imperialismo, entre los muchos ejemplos, La Guerra Civil de Nigeria, tambin conocida como Guerra de Biafra -6 de julio de 1967 a 13 de enero de 1970-, fue un conflicto armado poltico-tnico causado por el intento de secesin de las provincias del sudeste de Nigeria (Biafra), que dej 1 milln de muertos. O el caso ms reciente de Ruanda en 1994, con el intento de exterminio de la poblacin tutsi por parte del gobierno hegemnico hutu de Ruanda, donde el nmero de vctimas mortales se estima entre 500 mil y 1 milln. En ambos caos, el imperialismo occidental de turno asisti a tales acontecimientos dejando hacer, dejando pasar.5)Partiendo de estas condiciones histricas nos encontramos con la situacin actual en el NE de frica. Los pases del Magreb, principalmente Argelia, Mauritania y Marruecos, conocen la insurgencia desde el ao 2002, llevada a cabo por la milicia islamista Grupo Salafista para la Predicacin y el Combate (GSPC), aliado posterior de Al Qaeda del Magreb Islmico (AQMI) contra el gobierno argelino. En la zona del Sahel tenemos en el norte de Mali, el control de grupos armados fundamentalistas islmicos como Ansar Dine o Ansar al Din-(defensores de la fe), o AQMI (Al-Qaeda del Magreb Islmico, aliado ya con el GSPC). En el norte tambin de Nigeria, con la presencia inquietante del grupo fundamentalista islmico Boko Haram (traducido como anatema, o la educacin occidental es pecado), que pretende instaurar la Shara, empleando toda la violencia de la que es capaz y llegando a realizar ataques a iglesias y comunidades cristianas, que han causado decenas de muertos. Estos grupos estn apoyados por las poblaciones de origen rabe propias del norte de tales regiones y tiene como objetivo principal, no tanto cambiar el estatus de los Estados Nacin actuales, sino incorporar los territorios al proyecto imperialista del Califato, promocionado por el EI en Siria-Irak e instaurando la concepcin del mundo de la Shara. Esto vienen a significar, esencialmente, el intento fascista de modificar las costumbres, ritos, educacin, relaciones civiles, mbito de la justicia penal, en una palabra, toda la estructura poltica, ideolgica y moral de las poblaciones sometidas, tirnicamente, de tal manera que cualquier conducta contraria a este comportamiento conlleva la aplicacin implacable del aberrante cdigo penal islamofascista, particularmente a mujeres y nios. No es casual el significado de los nombres de los grupos islamistas operantes, ni el carcter simblico de sus acciones, como la destruccin del patrimonio cultural, rapto de nias, persecucin de comunidades religiosas diferentes, castigos ejemplares a mujeres, homosexuales, adlteras, etc. Como ha declarado expresamente Ansar Dine no nos interesa tanto el Estado Nacional en Azawad sino extender la Shara. 6)El cambio de poca tambin tienen sus manifestaciones en las luchas y conflictos armados en esta zona de frica, los movimientos de libracin nacional, configurados de acuerdo al modelo nacional-populista, posterior a la 2 GM, e influidos por un cierto concepto de socialismo con apoyos ideolgicos en la URSS, han ido perdiendo su razn de existir y aunque muchos de ellos contaban con una base popular importante, la situacin actual de la lucha contra el imperialismo las va arrinconando. Cada vez ms se van generando, en su interior, autnticos conflictos de identidad entre las corrientes nacionalistas clsicas, defensoras del Estado-nacin, y aquellas otras que se arrastran hacia la influencia ms pujante y victoriosa del Islam poltico. El ejemplo palestino es el ms evidente donde la OLP, ejemplo del modelo laico de guerra de liberacin nacional, creada en Jerusaln en 1964, a raz de una resolucin de la Liga rabe adoptada en su cumbre de El Cairo, inicialmente fue apoyada y controlada por el gobierno egipcio de Gamal Abdel Nasser, pero subordinndola a sus ambiciones de carcter abiertamente nacionalistas rabes. De este modelo, hemos pasado al de mayor implantacin e influencia, Hams, que se presenta asimismo como Movimiento de Resistencia Islmico, y se declara yihadista, nacionalista e islmico, teniendo como objetivo, definido en su carta fundacional, el establecimiento de un Estado islmico en la regin histrica de Palestina.Es sta la situacin que justamente viene afectando la lucha del El Movimiento Nacional para la Liberacin del Azawad (MNLA), con implantacin bsicamente en la regin norte de Mal, en la que se encuentra precisamente la localidad de Tombuct. La realidad es que la aparente fcil victoria del MNLA y la proclamacin unilateral de la autodeterminacin e independencia de la regin de Azawad, por un movimiento clsico de liberacin nacional, de inspiracin laica, con base tnica tuareg, se ha venido diluyendo, segn la situacin poltico militar en Mal, estabilizndose con la decisiva intervencin militar francesa y del imperialismo occidental (incluyendo al E. espaol), y las acciones cada vez ms eficaces de los grupos armados yihadistas (Ansar Dine, AQMI o MUYAO El Movimiento para la Unicidad y la Yihad en frica Occidental-). El factor tnico-religioso es claveEs curioso como el islamofascismo presenta la lucha contra occidente y la implantacin de la shara como los ejes principales de sus fundamentos de combate, y sin embargo la inmensa mayora de las vctimas se producen precisamente entre poblacin rabes y ms concretamente de religin musulmn, adems de otras etnias localizadas en el norte de frica. La represin y las acciones sectarias entre sunnes y chiitas, a travs de los grupos polticos-religiosos en que se apoyan han dejado (y continan hoy) miles y miles de bajas militares y civiles del conjunto de los pueblos de Oriente Medio. Lo mismo sucede con el contenido de las acciones armadas en el Sahel, son los pueblos de la zona, en particular mujeres y nios los que estn siendo particularmente discriminados, oprimidos y directamente masacrados. El caos sostenible se aplica aqu con decisin, vemos siempre la misma historia, como las lites locales, en alianza con el imperialismo dominante o alianza de ellos, favorece el enfrentamiento entre etnias y poblaciones de ascendencia religiosa diferente. Se ha constituido esto como una caracterstica de la poca. Lo cierto es que la situacin real es muy propicia para facilitar la manipulacin de los grupos humanos, que viven en todas estas regiones, por parte de las elites locales y el neo-imperialismo. De hecho, observamos como en la cultura eurocentrista se hace muy complicado entender el conjunto de situaciones que nos muestra la prensa en sus crnicas sobre los conflictos en Oriente Medio: el sanguinario enfrentamiento entre las comunidades chiitas y sunnes, la utilizacin del vocablo rabe para referirse a todo habitante del conjunto de regiones del norte de frica, al que se confunde igualmente como musulmanes, a los que se aaden lo de moros bereberes, tuaregs, etc., no se alcanza a comprender dnde empieza la lucha por la religin y se termina en una lucha por el pueblo o etnia de origen: La conclusin es que el factor ideolgico-espiritual adquiere en estas poblaciones una importancia central, permeables a ello por las condiciones concretas en que llegan al momento presente, arrojadas a la modernidad directamente por el colonialismo y neocolonialismo occidental, desde civilizaciones pre-modernas esencialmente agrcola-ganaderas. Lo cierto es que todos estos conflictos terminan en prcticas genocidas.

Habra que recordar aqu algunas cuestiones histricas para comprender en su justa medida la compleja y conflictiva situacin poltico-militar en los territorios del Magreb y Sahel. La expansin del islam: la poca dorada del imperio y la Tamazgha.

Expansin bajo Mahoma, 622632greg./111A.H. Expansin durante el Califato Ortodoxo, 632661greg./1140A.H. Expansin durante el Califato Omeya, 661750greg./40129A.H.

Desde una perspectiva eurocentrista suele denominarse como un todo el mundo rabe, desde la pennsula arbiga hasta el Atlntico, nada ms lejos de la realidad. La historia real nos muestra una situacin bastante ms compleja. La expansin musulmana, como proceso militar-poltico y econmico de naturaleza imperialista, se inicia y se desarrolla bajo el dominio de una ideologa religiosa, el Islam, de la misma forma y manera en como lo hace tambin el cristianismo, ya forjado como ideologa de poder desde Constantino. Mientras que las sociedades europeas conocen un proceso civilizatorio (filosfico, econmico y poltico) que desemboca en la revolucin burguesa, cuyas condiciones materiales comienzan ya a establecerse desde 1492 (y explota en Europa a partir de 1642 con la revolucin inglesa), el Islam poltico (aunque en poca moderna desarrolle el capitalismo y el imperialismo en sus pases) contina bajo dominio ideolgico religioso del Islam como fundamento o cosmovisin de sus sociedades, y como tal, sosteniendo una tendencia inherente al totalitarismo, al sectarismo, autoritarismo tan elemental como lo plantearan los seguidores del propio profeta Mahoma a partir del ao 632 d.d.e. Como sabemos, esa expansin se inicia en la pennsula arbiga tras la muerte del fundador y domina amplios territorios de Oriente Medio, frica, Europa, hasta la Pennsula Ibrica, y Asia (Filipinas). Respecto del Magreb y frica subsahariana, la expansin rabe-islamista alcanza este inmenso territorio a finales del siglo VII, durante el reinado de los Omeyas, en que la expansin por va terrestre llega hasta el Magreb. Este transcurso de expansin implica un proceso de asimilacin, en parte cultural, en parte tnico, econmico y social, modificando las estructuras y tradiciones de todos los pueblos asentados en este inmenso territorio, pero dejando bolsas importantes de poblaciones que han mantenido, hasta el presente, gran parte de sus identidades, incluyendo el idioma, sosteniendo una permanente beligerancia hasta el presente (sobre todo el Rif marroqu, la Kabilia argelina, los tuareg de Mal).

stos son, los denominados por los europeos, como bereberes (de trmino griego de barbaros), o como ellos mismos se denominan amazigh (en plural imazighen, y su lengua propia, tamazight: en su propia escritura: ), y a toda esta regin como Tamazgha, distribuyndose en grupos y zonas geogrficas claramente localizadas desde Egipto hasta el ocano Atlntico, entre los Estados nacin actuales de Argelia, Marruecos, Tnez, Libia, Mal, Nger, Mauritania y Egipto, adems de los ms de dos millones y medio de emigrados a Europa, con una poblacin actual total que se estima entre 25 y 45 millones de hablantes, con unos de alguna de las variantes de lenguas que tiene su origen en el tamazight, concentrndose especialmente en Argelia (Kabilia) y en Marruecos (Rif y Atlas). La lengua tamazight sufre en muchas regiones modificaciones introducidas por el rabe, como el hassana dominante en zonas de Argelia, Shara Occidental y Mauritania, y tambin en algunas zonas de Mal, Nger y Senegal. Hasta la conquista de las Islas Canarias, en el siglo XV, el mbito de los pueblos bereberes abarcaba tambin las islas Canarias, ya que sus aborgenes denominados genricamente guanches procedan de etnias imazighen. Prescindiendo de los procesos europeos y occidentales de constitucin de Estados nacin, bajo el influjo ideolgico de una religin dominante, tomando como base sociedades pre capitalistas agrcolas, ganaderas, comerciales, con dominio polticos de elites constituidas en torno a poderes dinsticos, y sobre todo, mediante la rapia colonial y neocolonial occidental de esta parte del mundo, no poda esperarse otro resultado que el caos actual de estados fallidos, artificiales y procesos complicados de asimilacin tnico-lingstica, que, a pesar de todo, prevalecen en determinados pueblos y comunidades, luchando por sus respectivas identidades, como hacen an hoy los tuaregs en Mal y los bereberes de la Kabilia argelina. Aunque la asimilacin rabe haya sido muy potente en toda la regin de la Tamazgha, la razn histrica nos ha de llevar a diferenciar claramente pueblos y culturas, con independencia de su grado de asimilacin o consciencia. Y esa realidad (evidencias por yacimientos arqueolgicos hallados en el Shara), nos lleva a considerar que ya exista presencia del hombre en esta regin al menos en el Neoltico, hacia unos 6 mil aos ane. De hecho, el calendario amazigh comienza en el ao 935 ane, con la dinasta Sheshonq I. Relatos de egipcios, griegos fenicios y romanos exponen antecedentes histricos de la regin de Tamazgha y de los pueblos imazighen. Incluso en las Islas Canarias, donde el proceso de asimilacin civilizatorio ha sido mayor, a partir de la colonizacin espaola iniciada en el 1402, ya estaban en ellas aborgenes de origen amazigh desde el siglo V ane, llegados del norte de frica, barajndose como una de las hiptesis que pudiera tratarse de tribus norteafricanas rebeldes a la ocupacin romana, lo cual ponen en evidencia de la existencia de continuas luchas y resistencias a los diferentes procesos de asimilacin social cultural de otras civilizaciones en el mundo amazigh. El hecho de que la conquista de Canarias culminara en 1496 por la corona de Castilla indica la dura resistencia militar ofrecida por los aborgenes amazigh de Canarias.Ampliando la perspectiva: el origen del mal.Analizar la actual situacin en el Magreb y Sahel, como parte de la situacin internacional hoy ms candente, de las contradicciones del post-imperialismo, de las estrategias de dominacin del imperialismo occidental en su conflicto con las corrientes islamofascistas potenciadas inicialmente por ste, del conflicto rabe-israel, etc., que nos estn llevando a un momento histrico de caos generalizado y sostenible en esta parte del planeta, requiere entender el pasado, al menos lo que se refiere a la historia de los cambios cualitativos generados en los planos polticos, econmicos y militares desencadenados desde la I Guerra Mundial. Existe un consenso generalizado en considerar a la I Guerra Mundial como el primer conflicto interimperialista por el reparto neocolonial del mundo, conflicto que tiene continuidad con la 2 GM, Guerra Fra, hasta el presente. Realmente ha existido, y existe, un continuo conflicto esencialmente blico desde que vivimos la poca del imperialismo capitalista desarrollado por los Estados nacin, en el cual, por momentos, se alcanzan ciertos compromisos transitorios, que nuevamente desembocan en enfrentamientos militares de diputa por la fuerza armada de zonas de influencia. En lo que se refiere a Oriente Prximo y el norte de frica, la I Guerra Mundial signific cambios trascendentales, con el surgimientos de nuevos estados tutelados por el imperialismo dominante en cada regin, de movimientos polticos de liberacin nacional inspirados en planteamientos neocoloniales, basados en el modelo Estado-nacin, contando con las polticas favorecedoras de la Sociedad de Naciones (1919). La configuracin actual, territorial, estatal, poltica y social de Oriente Medio y Norte de frica surge en el periodo que sigui a la gran guerra, y tiene continuidad con todos los conflictos blicos posteriores, hasta el presente, constituyndose, en trminos generales, como fenmeno o factor principal en la determinacin de los acontecimientos. Derecho internacional, Justicia, Paz y Prosperidad entre los pueblos, suena realmente a fuegos de artificio, a discurso justificativo, realmente hipcrita, utilizado por todos los contendientes imperialistas y elites opresoras de los pueblos oprimidos por ambos. Si profundizamos en aquellos acontecimientos centrales que estn en el fondo de la compleja situacin poltico-militar actual, observamos que la primera conclusin a considerar, y la ms importante, es la que se refiere justamente a los efectos de la I GM en la configuracin del mapa poltico actual, adquiriendo unas dimensiones diferentes a todas las guerras modernas desde el siglo XVIII, puesto que afect a la totalidad de la poblacin de las zonas dominadas por el imperio occidental (desde el mar Negro al mar Rojo), con la aparicin de factores relativamente novedosos, de muy graves repercusiones sociales, como la utilizacin masiva de reclutas forzados por parte de los Estados imperialistas, entre la poblacin de los pases oprimidos de las colonias y semicolonias, aniquilando a generaciones de jvenes y, por primera vez, se involucra masivamente a las poblaciones autctonas, que sufren igualmente los esfuerzo del mantenimiento de la maquinaria blica, con una sobreexplotacin en favor de la industria de guerra, incremento brutal del hambre y la miseria de los pueblos, por problemas de la escasez y fallos en los sistemas de produccin y distribucin de alimentos. Los muertos en las zonas de guerra (Egipto, Irn y el Imperio Otomano) suman ms de 5 millones entre los aos 1914-1923. El resultado geopoltico es la disolucin prcticamente total de lo que fue un imperio colosal, el Otomano, de una duracin de ms de 600 aos (1299-1922), abarcando a los pases actuales desde Turqua hasta Arabia. En la poca de mximo esplendor, entre los siglos XVI y XVII se expanda por tres continentes, parte del Sureste Europeo, Medio Oriente y el norte de frica, al oeste con Marruecos, al este con el mar Caspio y al sur con Sudn, Eritrea, Somalia y Arabia. Cierto es que, desde el siglo XIX, por el influjo del colonialismo europeo y el modelo liberal-burgus del Estado nacin, ya se desarrollan los procesos de constitucin de estados independientes, pero es justamente a consecuencia de la I GM cuando este vasto imperio acaba por liquidarse, sobre todo porque el imperio otomano eligi el bando perdedor en la guerra imperialista junto a Alemania y la Triple Alianza, creando bsicamente el marco geopoltico actual y el caos entre Estados artificiales, fronteras de conveniencia, pueblos divididos, etnias y culturas oprimidas y negadas, regiones devastadastodo lo que se encuentra hoy en la base de los conflictos. Como aproximacin a la situacin actual, observamos la estrategia final en la guerra fra, hegemonizada por el imperialismo USA, por la que se propusieron conseguir dos objetivos esenciales: debilitar a la potencia imperialista rival, la URSS, y al tiempo, hacer aicos el mundo rabe y sus proyectos ilusorios panarabistas, iniciados por Nasser, tan peligrosos para el status de dominio de occidente, y que tanto inspiraron a las lites de los pases rabe de mayor peso poltico-militar en Oriente Medio y aliados estratgicos de la URSS, Egipto, Siria, Irak e Irn. Para ello el imperialismo no dud en impulsar el enfrentamiento religioso-militar en todos estos Estados (artificialmente creados por el ste), fomentando el islam poltico, desde los Hermanos Musulmanes en Egipto, Al Qaeda en Afganistn, Primavera rabe y ms recientemente, Siria, con la idea perversa de mejorar su relacin de fuerzas en la regin, provocando la autntica carnicera que estamos viviendo, y la que est por vivir. El divide y vencers se ha convertido en que se maten entre ellos, y venceremos. El imperialismo occidental ha sido el contendiente ms inteligente hasta el momento, pues ha conseguido que se produzca un enfrentamiento a tierra quemada entre los pueblos rabes, entre los Estados, entre las corrientes religiosas musulmanas sunn y chi, adems de cristianos, judos, entre etnias, culturas, razas y en general all donde puedan explotar una diferencia o contradiccin social.

La importancia estratgica del Magreb: la retaguardia.Tamazgha es la denominacin amazigh de la regin que coincide con la que hoy se denomina por los rabes Magreb, y que significa lugar donde se pone el sol. Tradicionalmente se ha llamado Magreb a la regin del Norte de frica que comprende los pases de Marruecos, Tnez y Argelia, posteriormente se ha incluido tambin a Mauritania, Shara Occidental y Libia y, finalmente, etnias de origen amazigh que estn presentes en la mitad norte de Mal y NE de Nger, incluso en Egipto. Cuando se usa el trmino Magreb, para denominar un territorio, se olvida la existencia de una realidad superpuesta, la existencia de una contradiccin y conflicto existente en ese territorio: la dominacin rabe, frente a la cultura dominada amazigh, que a lo largo de la historia se rebela y lucha y, en muchas otras, se limita a sobrevivir en los reductos donde se localizan. De hecho, no existe algo parecido a una cultura bereber, o una etnia bereber, sino que existen hoy da localizadas ms de 24 comunidades tnicas de origen amazigh repartidas entre todos estos territorios, aunque la inmensa mayora se encuentre entre Marruecos (10) y Argelia (7), manteniendo entre todas ellas peculiaridades culturales y matices diferenciados en el lenguaje. En Canarias, donde la pervivencia de la etnia amazigh es residual, sin embargo se encuentra muy presente en la toponimia y en algunos elementos culturales (la isla de La Gomera debe su nombre a un pueblo amazigh que an pervive en Marruecos, los Ghomara, y de igual forma sucede con decenas de pueblos canarios).Ciertamente, la confrontacin interimperialista en Medio Oriente, contando con el histrico conflicto rabe-israel, y a su vez, entre stos y las elites locales, desde Turqua a Irn, y desde Kurdistn, Siria a Afganistn, Irak e Irn, hasta los pases del Golfo (Arabia Saudita, Emiratos rabes, Kuwait, Omar, Qatar y Bahrin), deja un rastro de situaciones heterogneas contradictorias, con pases que sobreviven en la miseria en continuo conflicto blico, y otros, los dueos del petrleo, gobernados por regmenes monrquicos ultra reaccionarios, en los que se practica un modo selectivo de shara con ejecuciones pblicas por motivos morales rebanando cuellos sin que se escandalice occidente (en estos casos, salvo que el cuello sea de un occidental), y practicando una forma de esclavitud racista con la mano de obra extranjera. En todo este territorio el imperialismo occidental (USA-UE) practica la estrategia del caos sostenible, con la connivencia de los imperialismos rivales Rusia-China, hasta que la situacin adquiera un equilibrio favorable para resolver las disputas mediante la confrontacin directa inter-imperialista, cuestin no descartable. Constituye, por tanto sta, la zona del mundo donde se alcanza el mayor riesgo de conflicto blico generalizado, y todo ello, por una razn, est en juego el control de las fuentes energticas de los prximos decenios, bsicas para el funcionamiento del mundo industrial.Las zonas colindantes de Oriente Medio, como el Magreb, constituyen hoy an la retaguardia de la confrontacin interimperialista/elites locales/islamofascismo, an hoy no son vitales en materias primas, salvo en cuestiones puntuales como el uranio o los fosfatos, pero s en cuanto al control geoestratgico, como antesala de Europa. Sin embargo, esto no descarta las acciones armadas, diferenciadas segn la capacidad y zona: de verdadera guerra de posiciones, como la que estamos viendo en el Sahel, o los actos simblicos de terrorismo, como el reciente de Tnez. Acontecimientos inquietantes a considerar

1.Una noticia reciente anuncia que el Estado Islmico (EI) extiende sus tentculos hasta el frica negra. El grupo acepta la afiliacin de Boko Haram en una alianza que prev impulsar la captacin de combatientes en plena guerra contra el yihadismo. Ya lo deca el principal rgano de propaganda del Estado Islmico (EI), la revista Dabiq, la prioridad de un musulmn es emigrar al califato; si no puede, debe jurar lealtad al califa Ibrahim. Primero, para mostrar fidelidad, y, segundo, para llenar los corazones de los infieles de dolorosa agona. 2.En este contexto, la posicin geopoltica de Canarias y el Espaa, no es la misma, Espaa es Europa, Canarias es frica. Canarias se encuentra a escasos 160 Km de las costas Marroques y Saharauis, pero en un contexto territorial africano. Aunque Gibraltar se encuentre a algo ms de 14 Km, la zona geoestratgica es cualitativamente diferente, difcilmente, salvo en la propaganda del EI, que alcanza El Al-ndalus, mucho tendran que cambiar las cosas para que las columnas de yihadistas atravesaran el Estrecho. Lo cierto es que los numerosos grupos guerrilleros yihadista campan a sus anchas por todo el Sahara y el Sahel, y han demostrado en sus acciones que pueden estar en las costas atlnticas de Mauritania o Marruecos, desde Mal o Argelia en menos de 24 horas. Cierto es que la situacin en las ciudades neocoloniales de Ceuta y Melilla no tiene discusin, es cuestin de tiempo, ms bien poco, para que se produzca su reintegro territorial en Marruecos, forzado por el apoyo condicional del yihadismo que ya se encargar de poner una situacin patas arriba en dichas plazas. 3.Esta realidad es perfectamente conocida por el Estado espaol, que ya est enviando fuerzas militares desde Canarias a colaborar con las propias de Mal, y la UE-(EEUU/Canad, que estn aportando mucha de la logstica), pero es particularmente la potencia dominante en la zona, Francia, la que refuerza continuamente su presencia militar en el conflicto, participando directamente en los combates (Operacin Serval). A la par del incremento de la presencia espaola y francesa en el Magreb, se extiende la cobertura militar imperialista occidental hasta la ONU, forzando as una mayor implicacin internacional en toda la zona del Sahel, cuyo mando es ahora el que dirige formalmente las operaciones de combate contra el yihadismo. Este es un gesto como demostracin de que occidente se est tomando muy en serio el avance continuo en el Sahel de los grupos cada vez ms vinculados al proyecto del Califato del EI. 4.El islam poltico viene ejerciendo una creciente labor de penetracin ideolgica en todo occidente, en particular en Europa. Bien a travs de sus proyectos ideolgicos (la red de mezquitas, proyectos educativos, presin democraticista en la sociedad civil sobre el respeto de la identidad y cultura rabe, con agrupaciones de apoyo a inmigrantes, proselitismo en barrios marginales, crceles, etc.) o directamente promoviendo del fundamentalismo islamista a travs de medios propios de informacin y propaganda: en el Estado espaol, y pensando para toda la audiencia de habla hispana, existe la TV chiita iran HispanTV, promotora de Fort Apache, plataforma ideolgico-poltica de Pablo Iglesias, o la TV de la vertiente sunn, que nos viene de la mano del canal saud Crdoba TV.5.Tambin existe la conexin del yihadismo, puro e ntegro, con el crimen organizado y las mafias internacionales. Es ampliamente conocida como la historia del comercio rabe de esclavos est relacionada con la prctica de la esclavitud en el mundo islmico, principalmente en Asia Occidental, frica del Norte, frica Oriental y algunos lugares de Europa (como la pennsula ibrica, el sur de Italia durante el perodo de dominacin musulmana, del Imperio otomano). Hoy da, es una prctica bastante comn en algunos Estados con presencia islamista en el Sahel, el secuestro de mujeres y nias para ser vendidas en el mercado rabe de trata de mujeres, a la que se han apuntado los grupos yihadistas como Boko Haram, que justifica como ejemplarizantes en el terreno educativo la accin del secuestros, en un caso, nada menos que a 200 nias, muchas de ellas violadas y/o vendidas, sucedida el 14 de abril de 2014, en la localidad nigeriana de Jibik, o el caso reciente del secuestro de ms de 500 mujeres y nios en Damasak, en el estado norteo de Borno (Nigeria), por el mismo grupo islamofascista, noticia difundida por la prensa internacional el 25 de marzo de 2015.

CLAVES ESTRATGICAS EN UNA PERSPECTIVA REVOLUCIONARIALas luchas llevadas a cabo en la mitad norte de Mal, entre finales del 2011 y julio de 2012, en las zonas de Gao, Kidal y Tombuct, que son las tres principales ciudades del desrtico norte de Mal, han puesto en evidencia la fragilidad de la situacin poltico militar en toda la regin del Sahel y las posibilidades reales de que esta regin acabe bajo dominio de la shara islamofascista. La situacin adquiere tal complejidad que es preciso comprender previamente las diferentes variables que intervienen en la situacin, y luego extraer aquellas lecciones precisas para la realizacin de planteamientos estratgicos de naturaleza autnticamente revolucionaria. 1 Aproximacin a la situacin actual.La debilidad poltico-militar de las elites mandantes de los Estados del Sahel, Mauritania, Mal Nger y Chad, bsicamente sostenidos por las potencias neocoloniales europeas, particularmente Francia, crean las condiciones de una crnica debilidad del Estado para controlar con eficacia los territorios respectivos. En este contexto, en una crisis econmica, social y poltica creciente, el 22 de marzo de 2012, el Presidente de Mal es expulsado del poder mediante un golpe de estado militar, como intento de las elites por recomponer su liderazgo, dirigido por el autodenominado Comit Nacional para la Restauracin de la Democracia y el Estado. El vaco de poder fue aprovechado, inicialmente por el MNLA, con el apoyo de la islamista Ansar Dine, para tomar en solo tres das el territorio del norte de Mal, incluyendo las tres principales ciudades Kidal, Gao y Tombuct. De hecho, el 6 de abril de 2012 el MNLA proclam la independencia de toda esta regin denominada Azawad, de aproximadamente 820 mil Km cuadrados y una poblacin aproximada de 1.3 millones de habitantes, con una densidad de poblacin inferior al 1,5. El MNLA, como grupo poltico-militar, tiene un asentamiento fundamental en las tribus tuaregs de la etnia amazigh, aunque fundado en 2011 a partir de la fusin del Movimiento Nacional del Azawad (MNA, Mouvement National de lAzawad) y Movimiento Touareg en el Norte de Mal (MTNM, Mouvement Touareg du Nord Mali), las rebeliones tuaregs en demanda de la autodeterminacin se han venido produciendo continuamente, y con rebeliones armadas en momentos concretos desde 1990, en 2006, 2007, y a partir del 2011, ya con el MNLA y apoyo estimable del Coronel Gadafi.

2 Las contradicciones de la poca afloran. La relacin entre el origen tnico, la religin dominante y las reivindicaciones poltico-territoriales, en el conjunto de la zona de Mal, denominada Azawad, es de tal complejidad que desde una ptica eurocentrista simplista no se alcanza a comprender apenas nada de lo que ocurre y por qu. En la regin de Tombuct, solamente, existen nada menos que 13 tnicas diferentes, siendo la dominante la tuareg, con un 57%, luego la songhay en un 26%. Sin embargo en la regin de Gao, los songhay son el 46 %y la tuareg el 35%. Adems est la influyentes fulani, el pueblo nmada ms grande del mundo, con 40 millones distribuidos entre 18 pases africanos, y los bambara del sur de Mal de creciente influencia en esta regin, procedente de etnias y culturas centroafricanas. Respecto de las creencias, la religin dominante es la que se corresponde con la rama sunn del islam, incluyendo prcticas pre-islmicas de tipologa ritual, sobre todo en aquellas donde domina de forma prevaleciente la influencia de raza negra por localizarse en las regiones ms al sur del Sahel, como sucede entre los fulani y entre los bambara que practican una versin del islam llamada Malikite en un 72%, conjuntamente con prcticas rituales de la tradicin pre-islmica, en un 27%. Lo cierto es que la base ideolgica mayoritaria es el islam en una versin adaptada histricamente a sus costumbres tradicionales. El hecho de que factores internacionales como los resultados no previstos de la primavera rabe, con el fortalecimiento del yihadismo, la creciente influencia de grupos provenientes de Argelia o Libia como AQMI, y la propia influencia de la situacin de la lucha internacional contra el eje del mal, con las sorpresivo avances del Estado Islmico, ha trado como resultado evidente el desarrollo de una lucha de lneas, de carcter interno en todos los grupos poltico-militares de tendencia laica frente a los claramente confesionales pro-islam poltico. Y a su vez, entre los grupos ya definidos claramente partidarios de una u otra versin ideolgica, no podemos olvidar que la guerra sucia ms cruenta y fratricida es la que se desarrolla entre los herederos del FLN argelino y el GIA, (1991-2002) como ya hemos visto antes.

3 Los paradigmas estallan: la versin MNL/Yihad en los procesos de liberacin Por tanto, debemos aadir a estas circunstancias el fracaso de los movimientos de liberacin nacional, segn el modelo FLN argelino, impulsados por sectores radicalizados de la pequea burguesa con aspiraciones de burguesa nacional, en el contexto de la guerra fra, con el apoyo de la social imperialista URSS, que la experiencia ejemplarizante de Argelia (1954-1962), despus de dejar ms de 500 mil muertos, ha puesto en una evidencia el absoluto fracaso, como alternativa para alcanzar una independencia nacional o autodeterminacin fuera del dominio neocolonial. Ninguno de los pases que la ha desarrollado procesos de incidencia sobre la base del Estado nacional, particularmente en toda frica, desde los aos 60 ha conseguido ir ms all de una nuevas relaciones neocoloniales, principalmente con las antiguas potencias coloniales. Al tiempo, sin embargo, los proyectos yihadistas van alcanzando una mayor dimensin y prestigio entre las mentes frustradas del mundo rabe, pues entienden que es la nica ideologa capaz de enfrentarse al imperialismo occidental y dar autntico sentido al mensaje religioso que profesan.Es en estas circunstancias cuando se produce un acontecimiento propio de la nueva poca, que va a dar un giro esperado- a la situacin de la proclamada Estado independiente de Azawad por los tuaregs del MNLA: la Batalla de Gao, entre el MNLA, modelo clsico laico, y el islamista Movimiento para la Unicidad y la Yihad en frica Occidental (MUYAO), junto a su aliado Ansar Dine, en el norte de Mal, entre el 26 y 27 de junio de 2012. Ya, para el 28 de junio tambin pasan a control de stos las localidades de Tombuct y Kidal, con lo cual las tres mayores ciudades de la regin del Azawad, quedan bajo el control de Ansar Dine y sus aliados islamistas del MUYAO, que se afanan inmediatamente por imponer la shara de la forma en que magistralmente expone la pelcula Timbuktu. En las noticias de referencia del 13 de junio, se explica literalmente que, aunque ambos grupos alcanzaron un principio de acuerdo para la creacin de los que denominaron el Estado Islmico de Azawad, su distinta visin sobre la aplicacin de la ley islmica, hizo fracasar sta a las pocas horas de su anuncio/Ansar al Din, que defiende una interpretacin rigorista del Corn, llama a la implantacin de la ley islmica y se muestra en contra de la independencia del norte de Mali/Nosotros seguimos manteniendo nuestra posicin y rechazamos cualquier radicalismos religioso, subray Ag Mohamed (MNLA) a Efe, que agreg que ms all de este punto estn abiertos al dilogo/Por su parte, el MNLA tiene una visin ms laica de la poltica y se niega a renunciar a la autodeterminacin de Azawad.De hecho se constata la existencia de protestas contra el MNLA, que comienzan el 26 de junio de 2012, en la ciudad de Gao, donde la poblacin mayoritaria no es tuareg, sino perteneciente a los grupos tnicos subsaharianos como songhay y fulani. Las crnicas comentan que los manifestantes se oponan a los rebeldes tuareg y la particin de Mal. Al parecer hubo represin del MNLA sobre la poblacin que utiliz banderas tanto malienses como islamistas. De hecho, France 24 inform que muchos pobladores locales apoyaban a los islamistas como consecuencia de su oposicin a los nacionalistas tuareg y a la secesin del Azawad.Estas reseas lo explican todo. Y son muy sintomticas, porque pone en evidencia el conjunto de factores que estn influyendo en la situacin, en primer lugar, el principal lder del grupo Ansar Dine, Iyad Ag Ghaly, fue uno de los principales lderes de la rebelin Tuareg de los aos 1990, y es familia del comandante del grupo islamista AQMI Hamada Ag Hama, directamente relacionado con los grupos yihadistas financiados por los saudes y organizados por los EEUU en su estrategia de desgaste a la extinta URSS, vinculados como es sabido y reconocido por los propios USA, a Al Qaeda. En segundo lugar, no es cierta la imagen de Ansar Dine como mercenarios yihadistas provenientes de Argelia. Toda esta cuestin es bastante ms compleja, puesto que Ansar Dine tiene arraigo en ciertas zonas del Azawad por varias razones, porque su base principal se encuentra entre la tribu de los Ifora de la parte sur del Azawad y porque representan la defensa de un islam ntegro y radical, como proyecto en ascenso y prestigio en el mundo musulmn. Sin embargo en Tombuct y Kidal los manifestantes son mayoritariamente mujeres y jvenes que protestan contra los yihadistas que implantan la shara.La situacin bajo controlpor ahora La situacin vara, desde julio de 2012 a enero de 2013, el yihadismo domina el territorio, pero desde enero de 2013 a enero de 2014, se desarrolla la Operacin Serval con la intervencin directa de Francia y coordinacin de la ONU, con la recuperacin de los enclaves principales de estos territorios. Pero a pesar de los avances militares, que han significado el control de las zonas claves y estratgicas, el territorio es inmenso y las tropas anti-yihadistas son vctimas de repetidos ataques, sin dominar por completo ste. Finalmente, el 20 de febrero de 2015 se firm en Argel un acuerdo para un alto el fuego inminente, entre el Gobierno de Mali y las milicias sublevadas que controlan la parte meridional de este pas africano. Una de las consecuencias de estos acontecimientos es una escisin de Ansar Dine, que parce querer combinar un mensaje yihadista con otro nacionalista, denominado Movimiento Islmico de Azawad (MIA), pidiendo a las autoridades francesas y malienses el fin de las hostilidades y un dilogo poltico inclusivo. En una poca anterior, se identificaba cualquier lucha contra el imperialismo como inherentemente revolucionaria, la autoproclamada izquierda revolucionaria, el populismo radical nacionalista pequeo burgus y, en general, todo el radicalismo proletarista de vanguardia, tan ingenuo como ineficaz contra el Estado y el Capitalismo de las ltimas dcadas del siglo pasado, aplaudi frenticamente el guerrillerismo nacionalista pro sovitico, desde Vietnam, hasta Cuba y Venezuela. Hoy, luego de las amargas experiencias histricas que han puesto en cruda evidencia las respectivas naturalezas neocolonialistas estatistas como culminacin de todos los procesos victoriosos (Cuba, Argelia, Guinea Bissau, Angola, Etiopa, Eritrea), por no hablar de los procesos de inspiracin directamente marxista (URSS, RPCH, Vietnam, Corea), todos estos regmenes polticos, han terminado en dictaduras burocrtico capitalistas de la peor especie, oprimiendo y explotando a sus propias poblaciones con el control estatal. Han dejado de ser un referente vlido para orientar las luchas anticoloniales y constituir referentes para las elites locales neocoloniales del post imperialismo, las aguas han vuelto a su cauce, la referencia ser a partir de ahora la que ha sido siempre, hasta el que liberal-proletarismo infundi otro tipo de expectativas en el siglo XX: el islam. El conflicto entre el MNLA y ANSAR DINE son la representacin prctica y contempornea del cambio de poca, de cmo no se puede vencer, al imperialismo y a las elites locales en favor de un proceso revolucionario que merezca dicho nombre, y que signifique un decidido impulso en la lucha contra el imperialismo y el neocolonialismo, y a la vez contra el estado y el capitalismo, compitiendo en ello con el islamofascismo, desde el paradigma liberal proletarista del Estado nacin. Eso ya es el pasado, plenamente fracasado. Hasta tanto no se realice un profundo cambio de cosmovisin por parte de los movimientos de liberacin nacional, estaremos condenados a observar como las corrientes sustentadas en la ideologa del islam-poltico, en toda frica y Oriente Medio y el Asia musulmana, sern las que polaricen la lucha antiimperialista, cuyos avances en Afganistn, Irak y Siria son ya ms que evidentes, diramos, incontrolables por el propio imperialismo occidental. No se puede vencer al enemigo con sus mismas armas: la superacin del paradigma dominante, elemento clave en la lucha de los pueblos en una perspectiva revolucionaria.El anlisis poltico-histrico concreto que hemos esbozado hasta el momento nos permite concluir y comprender como aquellos procesos de lucha por los objetivos de la liberacin nacional, conforme al modelo de los movimientos tradicionales hegemonizados por las clases medias de los pases oprimidos por el neocolonialismo, bajo la inspiracin socialista prosovitica de los aos 60, no han cosechado ms que rotundos fracasos. El error esencial del paradigma dominantes es que se basa en el objetivo estratgico de conquistar el Estado nacional, es decir, entender que autodeterminacin e independencia equivala necesariamente a la constitucin de un Estado nacional, sin comprender que en tal objetivo se encontraba precisamente el problema estratgico bsico, que no es posible la liberacin de los pueblos bajo la tutela y poder de un Estado, eso se corresponde con el paradigma del liberal-capitalismo y proletarista, bajo la doctrina teolgica del nacionalismo. El Estado es la negacin de la liberacin y autodeterminacin de los pueblos. Y el nacionalismo es la ideologa que lo justifica. Hemos observado igualmente que el Islam poltico se comporta idnticamente como una ideologa nacionalista, las elites dominantes que en cualquiera de sus variantes usa y abusa de l tratan, de igual manera su instrumentalizacin para alcanzar un poder estatal desde el cual explotar y oprimir al mayor nmero posible de personas. Si bien el objetivo estratgico no consiste en justificar el derecho del ejercicio del poder estatal en fronteras determinadas (y cuestionadas por todos sus vecinos), como el nacionalismo clsico, sus aspiraciones son an peores pues pretende, como tal principio estratgico, la expansin territorial y la subyugacin de todos los pueblos que ya estuvieron bajo la dominacin del antiguo imperio islamista, el Califato, desde Arabia hasta la Pennsula Ibrica, al estilo puramente nazi del derecho de la raza elegida dominar Europa. En este caso, la religin elegida es la titular de semejante derecho. Una de las caractersticas esenciales del momento es el nivel de dominacin ideolgica que existe sobre las capas populares de los pueblos oprimidos neocoloniales de Oriente Medio y frica, de tal manera que apenas son capaces de distinguir entre una corriente ideolgico-poltica de otra, ambas perversas: el nacionalismo clsico de liberacin nacional y el nacionalismo teocrtico del islam poltico. En este punto es justamente donde debemos hacer una aproximacin a alternativas verdaderamente revolucionaria que han de pasar necesariamente por plantear una autntica revolucin anticolonialista, anticapitalista y democrtica.

Ejemplos a estudiar, ejemplos a seguir: el MNLA/PKK.Hoy, la experiencia histrica que se est viviendo en el proceso de autodeterminacin de los pueblos del Kurdistn, en el curso de la lucha contra el islamofascismo del EI, el Estado Turco y el imperialismo occidental, constituye la puesta en prctica de un renovado planteamiento sobre la autodeterminacin de los pueblos oprimidos, justamente en una situacin geoestratgica vital, donde se est dirimiendo las luchas ms sangrientas por el control de posiciones de poder esenciales para el imperialismo (bsicamente el occidental), disputado por las elites islamofascistas. La Carta de Presentacin de la Constitucin proclamada por los cantones de Rojava, dice: Nosotros los pueblos de las reas con autodeterminacin democrtica; los kurdos, rabes, asirios, sirios, turcomanos, armenios y chechenos, por nuestro libre albedro, nos comprometemos a garantir la justicia, la libertad, la democracia y los derechos de las mujeres y los nios, de conformidad con los principios de equilibrio ecolgico, la libertad de las religiones y creencias y la igualdad, sin discriminacin por motivos de raza, religin, credo, doctrina o de gnero, para lograr el tejido poltico y moral de una sociedad democrtica, para poder funcionar con el entendimiento mutuo y la convivencia con la diversidad y el respeto por el principio de la autodeterminacin y la autodefensa de los pueblos. Esta declaracin, que ya forma parte de la historia viva, de la realidad poltica actual, est inspirada en los principios del Confederalismo Democrtico impulsado por el PKK, segn la definicin de su lder histrico Abdullah calan. Los planteamientos estratgicos del Confederalismo Democrtico contienen un nuevo paradigma de la revolucin, se basan en la experiencia histrica de la revoluciones proletaristas a nivel mundial, de la profunda autocrtica de sus propias de luchas por el Estado nacional Kurdo, y por la reflexin sobre las nueva condiciones de situacin mundial, como planteamiento de superacin del Capitalismo y del Estado nacin. Ello constituye una nueva concepcin de la revolucin, superadora de la eminentemente estatista, pro-capitalista, burocrtica, jerarquizante y destructora del medioambiente de los proyectos fallidos de base marxista. Se avanza sobre el terreno, de manera ejemplarizante, y est sirviendo de estmulo y ejemplo para los procesos de lucha por la libre determinacin de los pueblos de Oriente Medio, frica, y del mundo entero. Sus principios inspiradores, que vemos reflejados en la Carta de Presentacin de Rojava, atacan directamente al corazn de la reaccin mundial, promoviendo su anttesis: Democracia directa, y horizontalidad en la gestin poltica, libertades civiles de la tradicin democrtica (libertad y no discriminacin por razn de sexo, creencias, razas, etnias, el equilibrio ecolgico, autogestin de la economa, etc.). Este Programa estratgico es incompatible con el proyecto imperialista de imposicin de un modelo de Estado liberal-burgus en todo el Oriente Medio, como mecanismo de manipulacin y dominio (en alianza con las elites locales), o el planteamiento aberrante del islam poltico, de naturaleza fascista en su vertiente ms radical. Hoy ms que nunca, las pueblos oprimidos del mundo miran con respeto y admiracin el desarrollo de un proceso revolucionario en el Kurdistn, desde las comunidades indgenas de Amrica Latina que se enfrentan al genocidio del capitalismo salvaje del populismo izquierdista, hasta los pueblos africanos masacrados por el islamofascismo, pueden ver cmo en los planteamientos de un nuevo concepto de revolucin, de carcter integral, en que el elemento esencial es la construccin de experiencias concretas de democracia sin Estado, de economa basada en los principios de la autogestin y el auto sostenimiento, con respeto del medio ambiente, con derechos civiles y garanta de la igualdad, de la diversidad tnica y cultural, en particular de las mujeres y de los nios, y con el derecho a la autodefensa ante la agresin imperialista neocolonialista o el despotismo de las elites locales. Si, efectivamente, los procesos de lucha actuales, toman como inspiracin tal programa estratgico, la situacin mundial podr conocer cambios cualitativos de una importancia histrica para el futuro de la humanidad. Nota metodolgica.Las informaciones sobre hechos y circunstancias concretas que se citan en el artculo se encuentran localizadas en decenas de noticias de agencias de informacin generalistas y especializadas, tanto del estado espaol, como internacionales, evaluadas mediante el cruce de sus contenidos para extraer elementos comunes que aporten el mayor ndice de veracidad. Bibliografa especficaEL CONFLICTO ARABE ISRAEL. Una visin no estatoltrica. Jos F. Durn Velasco. Ed. Bsforo libros. Hospitales de Llobregat). 2009.EL CONFLICTO ARABE ISRAEL. T. G. Fraser. Ed Alianza Editorial Ed Madrid 2010.CONTRA EL ISLAM. Laura Navarro. Ed. Almuzara. 2008.LA REVOLCIN ISLAMICA EN OCCIDENTE. Ignacio Olague. Ed. Guadarrama 1974.SER KURDO. Jacqueline Sammali. Ed. Txalaparta. 1999.SUNES Y CHIES. Los dos brazos de Al. Javier Martn. Ed. Catarata. 2008.EL CAOS SOSTENIBLE. El conflicto cotidiano en Oriente Medio. Jordi Raich. Ed. Atalaya. 2012.MONOGRAFA: EL ISLAMISMO RADICAL EN ESPAA. HOJA DE RUTA HACIA LA PAZ EN EL KURDISTN (Los problemas de la democratizacin en Turqua y los modelos de solucin en el Kurdistn). Abdullah calan. Ed. Txalaparta. 2012.CONFEDERALISMO DEMOCRTICO. Abdullah calan. Ed. International Initiative. 2012.Artculos relacionadosELEMENTOS PARA LA DEFINICIN DE UNA ESTRATEGIA REVOLUCIONARIA PARA LA LIBERACIN DE LOS PUEBLOS OPRIMIDOS EN EL ESTADO ESPAOLhttp://karlosluckas.blogspot.com.es/2014/02/elementos-para-la-definicion-de-una.htmlEGIPTO-SIRIA: LA CARA REAL DEL JUEGO ESTRATEGICO IMPERIALISTAhttp://karlosluckas.blogspot.com.es/2013/09/egipto-siria-la-cara-real-del-juego.htmlREBELIN TUAREG EN MAL: Las mujeres tuareg plantan cara a los islamistashttp://karlosluckas.blogspot.com.es/2012/06/rebelion-tuareg-en-mali-las-mujeres.htmlALGUNAS NOTAS SOBRE EL ARTCULO "UTILIDADES DE LA ISLAMOFOBIA"http://karlosluckas.blogspot.com.es/2012/12/algunas-notas-sobre-el-articulo.htmlCOMENTARIO A "CULTURA AMAZIGH E IDENTIDAD TNICA", DE GUILLERMO ALONSO MENESEShttp://elsabiocinico.blogspot.com.es/2013/02/comentario-cultura-amazigh-e-identidad.html