Un Pueblo Sin Tierra en Un Pais Con Historia

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DERECHOS HUMANOS ABG. MARIA DEL CARMEN GARCIA Cesar Alejandro Dávila Bonilla 41421133 LOS TOLUPANES: UN PUEBLO SIN TIERRA EN UN PAIS CON HISTORIA Los Tolupanes, una de nuestras etnias ancestrales, con riquezas culturales, tradicionales y naturales, se ubican principalmente en el departamento de Yoro y en dos Municipios de Francisco Morazán, contando con una población aproximada de 18,000 habitantes, distribuidos en 28 tribus. Es importante mencionar que también son conocidos como jicaques, pero que, los asentados en la Montaña de la Flor, sitio donde radica gran parte de la comunidad, prefieren llamarse Tolupanes, en vista de que la palabra Xicaque, de origen quiche, significa “salvaje” o “indio”, y los asentados en el departamento de Yoro, usualmente se les conoce y llama jicaques. Su lengua es el Tol, sus principales actividades son la agricultura y la caza con arco y flecha, la mayoría de ellos son católicos y solo en la Montaña de la Flor aún se conservan algunas creencias ancestrales de esta etnia. Actualmente, el cacique de la Tribu de la Montaña de la Flor es Anastasio Martínez, hijo varón mayor del quien en junio de este 2015 falleció Cipriano Martínez, ávido defensor y luchador de la defensa de su tierra y de su tribu.

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Caso CIADH Tolupanes

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DERECHOS HUMANOS

ABG. MARIA DEL CARMEN GARCIA

Cesar Alejandro Dávila Bonilla

41421133

LOS TOLUPANES: UN PUEBLO SIN TIERRA EN UN PAIS CON HISTORIA

Los Tolupanes, una de nuestras etnias ancestrales, con riquezas culturales, tradicionales y naturales, se ubican principalmente en el departamento de Yoro y en dos Municipios de Francisco Morazán, contando con una población aproximada de 18,000 habitantes, distribuidos en 28 tribus. Es importante mencionar que también son conocidos como jicaques, pero que, los asentados en la Montaña de la Flor, sitio donde radica gran parte de la comunidad, prefieren llamarse Tolupanes, en vista de que la palabra Xicaque, de origen quiche, significa “salvaje” o “indio”, y los asentados en el departamento de Yoro, usualmente se les conoce y llama jicaques. Su lengua es el Tol, sus principales actividades son la agricultura y la caza con arco y flecha, la mayoría de ellos son católicos y solo en la Montaña de la Flor aún se conservan algunas creencias ancestrales de esta etnia. Actualmente, el cacique de la Tribu de la Montaña de la Flor es Anastasio Martínez, hijo varón mayor del quien en junio de este 2015 falleció Cipriano Martínez, ávido defensor y luchador de la defensa de su tierra y de su tribu.

Históricamente, esta etnia, desde los tiempos de la colonia, se ha resistido ferozmente al sometimiento del que han querido ser objeto por parte de los que ellos llaman “ladinos”, refiriéndose a todos aquellos ajenos a su tribu, y, lamentablemente la situación actualmente no ha variado, salvo en que antes era a caballo y a mosquete, y ahora es a maquinaria, equipo pesado y AK-47 y, lo más grave, amparados en leyes aprobadas por nuestro Congreso Nacional.

La tribu vive un clima de inseguridad, intimidación y amenaza, desde que el ICF (Instituto de Ciencias Forestales) amparado en la Ley Forestal, áreas protegidas y Vida Silvestre, ha aprobado vario proyectos en tierras donde habitan los

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Tolupanes en el departamento de Yoro, lo que ha originado un conflicto que lleva cerca de dos años de estarse suscitando.

Amenazados, intimidados por sicarios, seguramente a las órdenes de transnacionales mineras y madereras, han sembrado el terror en la comunidad, asesinando a tres de sus miembros a sangre fría, desamparados por las autoridades que deberían escuchar sus denuncias e investigar estos hechos, ni localmente ni a nivel central el Estado de Honduras actuó diligentemente en estos hechos, por lo cual, a través del MADJ (Movimiento Amplio por la Dignidad y Justicia), se presentó la queja ante la CIADH, habiendo agotado el procedimiento local, ante la no respuesta del Ministerio Publico a las denuncias, amenazas y asesinatos que están viviendo.

El Estado, en la Constitución de la Republica garantiza que todos los hondureños somos iguales ante la ley, garantiza la vida, la libertad, el derecho a la tierra, entre otros y, no ha ejercitado las acciones para que estos les sean respetados a esta etnia, que son Hondureños como todos, con un historia y con una pertenencia a su tierra. Nuestro Estado ha sido directamente responsable de la violación de estos derechos, por acción al aprobar leyes que vienen a violentar los derechos inherentes y protegidos de las etnias, por omisión al no ejercer las acciones necesarias para proteger la vida y la integridad física de estos hondureños y por aquiescencia, al permitir que terceros, mineras y madereras, violenten estos derechos de estas comunidades.

Por tanto y para concluir, se debe de retomar instrumentos fundamentales, La Constitución de la Republica, La Declaración Universal de Derechos Humanos, La Convención para la eliminación de la discriminación racial, la Declaración de los Derechos de las Personas pertenecientes a las Minorías Nacionales, étnicas, religiosas o idiomáticas, y muchas otras más, que entre otros garantizan los derechos a la tierra, al mantenimiento de su lengua, de sus costumbres, a la salud, educación, y que obliga a los Estados a garantizar el cumplimiento de las mismas.

Por tanto, después de razonar y de vincular la situación que viven los Tolupanes con las Declaraciones, Convenciones, Constitución de la Republica y leyes especiales, es que concluyo, con mucha preocupación, que los Tolupanes hoy, son un pueblo sin tierra en un país con tanta riqueza histórica.

La Ceiba, Atlántida

6 de Diciembre del 2015