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www.unperiodico.unal.edu.co [email protected] Bogotá D. C., n.º 171, octubre de 2013 Publicación de la Universidad Nacional de Colombia • ISSN 1657-0987 Equipo evitará daños en la piel por radioterapia Ciencia 17 Orinoquía, en la mira de los monocultivos Medioambiente 12 El mapa que dibujan los desplazados Sociedad 10 Apertura hacia el Pacífico no es un cuento chino Debates 4 6 Fotos: Andrés Felipe Castaño/Unimedios Los altos cargos del actual Gobierno tienen una reducida representación so- cial, geográfica y étnica de Colombia. Así lo indica un estudio que halló que el 73% de los funcionarios nacieron en cinco departamentos del país, con una presencia mayoritaria de bogotanos (50%). Es una élite que puede haber confundido sus propios valores e intereses con los de toda una nación. Élite de poder en Bogotá eclipsa la diversidad nacional 20 Música, naturaleza y luz en la arquitectura Apropiación del patrimonio El Museo de Arquitectura Leopoldo Rother de la Universidad Nacional de Colombia fue uno de los primeros edificios que rompió la composi- ción simétrica y canónica que predominaba en la primera mitad del siglo XX en el país.

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UN Periódico No. 171 - Universidad Nacional de Colombia ::: Unimedios

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www.unperiodico.unal.edu.co • [email protected]á D. C., n.º 171, octubre de 2013

Publicación de la Universidad Nacional de Colombia • ISSN 1657-0987

Equipo evitará daños en la pielpor radioterapia

Ciencia17Orinoquía, en la mira de los monocultivos

Medioambiente12El mapa que dibujanlos desplazados

Sociedad10Apertura hacia el Pacífico no es uncuento chino

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Los altos cargos del actual Gobierno tienen una reducida representación so-cial, geográfica y étnica de Colombia. Así lo indica un estudio que halló que el 73% de los funcionarios nacieron en cinco departamentos del país, con una presencia mayoritaria de bogotanos (50%). Es una élite que puede haber confundido sus propios valores e intereses con los de toda una nación.

Élite de poder en Bogotáeclipsa la diversidad nacional

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Música, naturalezay luz en la arquitectura

Apropiación del patrimonio

El Museo de Arquitectura Leopoldo Rother de la Universidad Nacional de Colombia fue uno de los primeros edificios que rompió la composi-ción simétrica y canónica que predominaba en la primera mitad del siglo XX en el país.

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171 octubre de 2013

Director: Jaime Franky RodríguezCoordinación periodística: Nelly Mendivelso Rodríguez Coordinación editorial: Carlos Andrey Patiño Guzmán

Comité editorial: Astrid Ulloa, Jorge Echavarría Carvajal, Horacio Torres, Luis Carlos Colón,André N. Roth, Juan Álvaro Echeverri, Álvaro Zerda

Diseño y diagramación: Ricardo González Angulo Corrección de estilo: Andrés Romero MahechaGestión administrativa: Jaime Lesmes Fonseca Impresión: CEET, Casa Editorial El Tiempo

Las opiniones expresadas por los autores y sus fuentes no comprometen los principios de la Universidad Nacional de Colombia ni las políticas de UN Periódico

Versión digital: www.unperiodico.unal.edu.co • Correo electrónico: [email protected] Teléfonos: 316 5348 y 316 5000, extensión: 18384 • Fax: 316 5232 • Edificio Uriel Gutiérrez, carrera 45 n.º 26-85, piso 5.º • ISSN 1657-0987

La actual disputa entre los militares y el presidente de Egipto tiene raíces en pugnas de vieja data. El carácter ambiguo de la sociedad, entre laica e islamista, y el intento saudita por mantener un orden geopolítico específico, son asuntos que el intento intervencionista de Estados Unidos, entre otras po-tencias occidentales, no pueden desconocer.

Carlos Alberto Patiño Villa,Profesor Titular

Director Instituto de Estudios UrbanosUniversidad Nacional de Colombia

La renuncia pública de Hosni Mubarak a su cargo, el 11 de febre-ro de 2011, originó dos contextos complejos de información en los medios de comunicación: por un lado se presentó como la segunda consecuencia exitosa de la llama-da “primavera árabe”, luego de la caída de Zine El-Abidine Ben Ali, dictador de Túnez; y por el otro, como un gran logro de la ciudada-nía anónima, que hacía una revo-lución directa y desarmada contra un dictador a quien los grupos de oposición se referían como “el fa-raón”.

Por momentos, el entusiasmo informativo puso en entredicho el papel de las Fuerzas Militares, co-mandadas y representadas por el Mariscal Mohamed Hussein Tan-tawi Soliman, que llevó a Mubarak a un callejón sin salida cuando le retiró el apoyo institucional a su Gobierno, dejándole como única opción la renuncia.

La dimisión de Mubarak se dio en medio de una gran revuelta po-pular, en su mayoría urbana, con escenario principal en la emble-mática Plaza Tahrir. Allí, el enfren-tamiento de miles de manifestan-tes contra el régimen no solo tomó forma de acción política, sino que, ante los intentos de la policía de desalojo y luego de los militares, se convirtió en un espacio de vio-lencia colectiva, promovida por el Gobierno, que no tuvo éxito en la intimidación de los opositores. Este proceso de represión guber-namental dejó decenas de muertos y centenares de heridos.

Es importante anotar que gran parte de la movilización estuvo animada, al parecer, por las redes de mezquitas, emisoras de radio independientes y el canal de tele-visión Al-Jazzera.

A partir de este contexto se pro-dujo un proceso de transición polí-tica con tres periodos diferentes: el primero corresponde al Gobierno presidido por el Mariscal Tantawi entre el 11 de febrero de 2011 y el 30 de junio de 2012. El segundo, a la conformación del gobierno de Mohamed Morsi, político visi-ble de los Hermanos Musulmanes, quien llegó al poder el 30 de junio a través de elección popular, luego de la victoria en segunda vuelta de las elecciones presidenciales. El tercer periodo comienza el 3 de ju-lio de 2013 con un golpe de Estado de las Fuerzas Militares –dirigidas por el general Abdul Fatah al-Sisi–, que nombran a Adli Mansur como presidente interino, con el apoyo político del llamado Frente de Sal-vación Nacional.

En contra

de las tendencias laicas

Estos hechos no son inconexos ni el resultado de cambios polí-ticos espontáneos; por el contra-rio, tienen un trasfondo complejo basado en la actitud ambigua de Egipto hacia su conversión o no en un país moderno. Asunto que

tiene como núcleo la alianza hecha en 1952 entre el Movimiento de los Oficiales Libres y los Hermanos Musulmanes para derrocar al rey Faruk I.

El apoyo de los Hermanos Mu-sulmanes fue clave, pues desde su creación, en 1928, habían impulsa-do una organización que actuaba “desde abajo” y empezaba a promo-ver una idea diferente de sociedad, construyendo redes de solidaridad y mecanismos de relación directa entre diversos sectores.

En dicho escenario, represen-taron desde su aparición pública una forma del fundamentalismo islámico, que dentro del sunismo se ubicaba en contra de tendencias laicas y seculares en la política y la sociedad, pero más allá, iban en contra del wahabismo –doctrina que sostiene la monarquía de Ara-bia Saudita–.

Sin embargo, ni durante el pe-ríodo de Gobierno del regente, des-de la caída de Faruk I hasta media-dos de 1953, ni durante el gobierno de Muhammad Naguib, el primer gobernante militar, las relaciones entre los Hermanos Musulmanes y los nuevos jóvenes revolucionarios, apoyados por la URSS, pudieron desarrollarse en un clima de enten-dimiento y acuerdos concretos.

Para los Hermanos Musulma-nes eran imposibles e inimagina-bles los actos que los nuevos gober-nantes pretendían: crear una co-rriente socialista de gobierno, dar lugar a una sociedad laica e impul-sar la creación de un nacionalismo

egipcio. Esta incompatibilidad hizo que durante el gobierno dictatorial de Gamal Abdel Nasser se diera una dura disputa en su contra y fueran ilegalizados y proscritos como or-ganización, lo cual conllevó a que sus actividades se ejecutaran en la clandestinidad política.

Tal situación incidió en las re-laciones con los palestinos, pues mientras la Organización para la Liberación de Palestina se relacio-nó directamente con el Gobier-no de los militares –lo que entre otras consecuencias animó algunas de las guerras árabe-israelíes–, la hermandad apoyó la aparición de otros grupos como Hamas, dentro de una línea de acción directa “des-de abajo”.

Odios profundos

La ilegalización que Nasser hi-zo de la organización tuvo un punto de no retorno cuando Sayyid Qutb fue condenado a la horca el 29 de agosto de 1966, acusado de recons-tituir la hermandad, prohibida des-de 1956. El giro político posterior, que permite ver cuán profundas son las distancias y los odios entre bandos y su plan revolucionario persistente y consolidado, ocurrió cuando los miembros de esta orga-nización se vieron involucrados en el asesinato de Anwar El-Saddat (el 6 de octubre de 1981), quien suce-dería a Nasser. En su lugar quedó Mubarak.

Al momento de su derroca-miento, en 2011, la hermandad era

el colectivo con mayor capacidad para ejecutar una revolución, su-perando a movimientos liberales, socialistas y organizaciones de De-rechos Humanos de carácter occi-dentalizante. Incluso a personajes sobresalientes como el diplomático Mohamed El-Baradei, entre otros. Igualmente, su capacidad de pene-tración y las redes de solidaridad construidas durante décadas le ha permitido contar con un respaldo que supera con creces cualquier presión que puedan hacer los cris-tianos, grupo numeroso pero mi-noritario en Egipto.

De esta forma, la intención del presidente Morsi de modificar la Constitución no era la locura de un Gobierno de paso, sino el intento de institucionalizar la revolución planeada por años. Al igual que el de los militares con la oposición a los Hermanos Musulmanes, pro-ceso que lleva décadas y que ubica al general Al-Sisi como figura clave en una disputa geopolítica tras-cendental, financiada por Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos y otras monarquías del Golfo Pér-sico.

La actual disputa egipcia no es producto de la coyuntura. Tie-ne raíces históricas entre las que sobresale el carácter laico de la sociedad y el intento saudita por mantener un orden geopolítico es-pecífico. Esto explica, entre otros asuntos, el estrecho margen de ma-niobra y comprensión de los acon-tecimientos por parte de EE. UU. y las otras potencias occidentales.

Internacional

¿una lucha por la modernidad?Egipto,

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Es necesario negociar con el ELNpara cerrar el ciclo de guerra

Décadas de conflicto interno han impedido la confrontación de ideas y el debate franco sobre los problemas nacionales. La previsible instalación de una mesa de diálogo con el ELN debe ser la oportunidad para sincerar al país. El reto, vencer la apatía de los ciudadanos ante los procesos de paz.

Daniel Alberto Libreros Caicedo,Integrante del Centro de Pensamiento

y Seguimiento al Diálogo de PazUniversidad Nacional de Colombia

Según los últimos hechos, pa-rece estar cerca la instalación de una mesa de diálogo entre el Go-bierno de Juan Manuel Santos y la guerrilla del ELN. Por un lado, está la liberación del ingeniero cana-diense Jernoc Wobert y los pronun-ciamientos realizados por miem-bros del grupo insurgente sobre el interés de dar inicio a un proceso de negociación política. Por otro, la aceptación de esa posibilidad expresada por el Ejecutivo.

Se suma la propuesta del ac-tual presidente de Uruguay, José Mujica, de ofrecer a su país como sitio en donde se desarrollen las conversaciones pacificadoras.

Los tiempos discordantes de las negociaciones con el ELN, en caso de concretarse el inicio de las mismas, obligan a la conformación de una mesa paralela a la que viene funcionando en La Habana. Las diferencias históricas igualmente lo exigen.

Mientras las Farc surgieron co-mo una guerrilla de autodefensa campesina, que giró a una ideo-logía comunista después de la eli-minación de los líderes de las gue-rrillas liberales en los albores del Frente Nacional, el ELN apareció en el escenario nacional acompa-ñando la apuesta guevarista de ex-tender la revolución cubana.

En sus inicios, logró incorporar a su organización la figura emble-mática de Camilo Torres, referente de un catolicismo radical que tuvo expresiones regionales y que cues-tionó el compromiso orgánico de la jerarquía eclesiástica con las elites dominantes. Además, ha focaliza-do sus propuestas en la denuncia a la política minero-energética de los gobiernos bipartidistas.

Agenda social

La negociación con el ELN es necesaria para cerrar el ciclo de guerra que ya completa varias décadas en el país y, por ello, a pesar de las particularidades de cada negociación, las mesas de-ben trabajar en la perspectiva de acuerdos comunes. Temas como Comisión de Verdad, Justicia tran-sicional, participación política de los insurgentes y la ratificación de los acuerdos, unifican las negocia-ciones.

Sin embargo, debe aceptarse que un tema tan relevante como el de la pacificación del país no está despertando en la ciudadanía el interés que merece. La ausencia de un gran movimiento político y social por la paz explica en gran medida esta apatía.

La fragmentación desafortu-nada de los partidos, los grupos sociales y la academia impiden que surja un movimiento de estas ca-racterísticas, que defina una agen-da social que abra un horizonte de transformación al actual estado de cosas, una agenda que vaya más allá de los puntos que discuten las partes en conflicto.

Lo más preocupante es que hay antecedentes regionales y es-fuerzos nacionales que han venido involucrando a franjas importantes de la sociedad en esta perspectiva pacificadora y que ahora no pue-den centralizarse en una propuesta colectiva.

A la fragmentación de la socie-dad deben sumársele las condicio-nes en que se desarrolla la negocia-ción de La Habana. El hecho de que a causa del calendario electoral ha-ya quedado signada por la eventual reelección del presidente Santos, la hace aparecer como parte de una estrategia electoral gubernamental y, más allá de ello, la limita en sus alcances.

Más de lo mismo

El país vive una profunda crisis institucional y social; el despres-tigio del Congreso y de los altos tribunales judiciales es cada vez mayor; los escándalos recurrentes de corrupción ofenden cotidiana-mente a los colombianos. El paro agrario confirmó la desesperanza de los habitantes de la Colombia

rural. El desempleo sigue siendo uno de los más altos de la región.

Sin embargo, el actual gobier-no continúa con la rutina de los an-teriores, profundizando el neolibe-ralismo e ilegalizando las protestas. Luego, el mensaje que se transmite a la ciudadanía es problemático. La invita a apoyar la negociación del conflicto para legitimar una apues-ta política que en el futuro inme-diato preservará el actual estado de cosas.

Por ello, para conseguir el mo-vimiento por la paz que demanda la oportunidad histórica de termi-nar con el conflicto interno, es ne-cesario asociarlo a la posibilidad de una transición posconflicto que transforme la institucionalidad en crisis y abra las posibilidades de un régimen político democrático. Este movimiento por la paz deberá lograr un acuerdo político amplio que involucre al Gobierno y al con-junto de los partidos, la Iglesia, los gremios económicos y las organi-zaciones sociales en la perspectiva de consensuar el instrumento y los contenidos de esta transición.

Obviamente, que este consen-so reformatorio no significa que se diluyan las fronteras ideológicas entre quienes lo pactan. Pues, no hay que descocer que las doctri-nas partidarias se han vaciado tras décadas de guerra interna que han impedido la confrontación de ideas y el debate franco sobre los proble-mas nacionales en un escenario realmente democrático; crisis que se ha agudizado con la mercantili-

zación de la política, propia de los tiempos que vivimos, asociada al clientelismo secular. Por todo esto, la transición posconflicto deberá reinventar la política y cuestionar los fundamentos de un neolibera-lismo cada vez más criticado.

La fórmula de la Asamblea Constituyente cumple con los re-quisitos del instrumento reforma-torio que exige la transición pos-conflicto. La dirección del ELN ha declarado que acompañará esta propuesta en la mesa de diálogos. El Gobierno, por el contrario, viene insistiendo en que este no puede ser el mecanismo para sellar la ne-gociación y ha presentado al Con-greso el proyecto de ley modifica-torio de la norma, que reglamenta los mecanismos de participación ciudadana.

Así, pone a los colombianos en la perspectiva de convocar el referendo aprobatorio en las elec-ciones parlamentarias o en las pre-sidenciales del año entrante. Del mismo modo, y cualquiera que sea la fecha y el mecanismo que se pacte para refrendar los acuerdos, debería incluirse la convocatoria con plazo definido de la Asamblea Constituyente, para abrir un perio-do preparatorio de la misma con reglas de juego claras.

En definitiva, la Constituyente lo que persigue es una transforma-ción de la sociedad y de la política, que va más allá de los acuerdos que se obtengan en las mesas de negociación.

La dirección del ELN ha declarado que acompañará una posible propuesta de Asamblea Constituyente en la mesa de diálogos.

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La reorganización política y comercial del mundo gira hacia el Índico y el Pacífico como tránsitos dinámicos de la economía. Al acuerdo Alianza del Pacífico, que enfrenta retos como el deficiente transporte ferroviario y fluvial, la carencia de puertos marítimos modernos y el atraso científico y tecnológico, el país tendrá que sumarle otros elementos: la construcción de relaciones con los países asiáticos; el reconocimiento de los procesos sociales, po-líticos, económicos y culturales de su propio Pacífico, así como la superación de la profunda desigualdad en que vive.

Diana Manrique Horta,Unimedios

Ahora que la Alianza del Pacífi-co (AP) se dio a conocer al mundo, el pasado 25 de septiembre en la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York, los desafíos que deberá afrontar Colombia no se centran solo en el ámbito económi-co. Así coincidieron los expertos re-unidos en Bogotá en la más reciente edición de Debates Universidad Na-cional de Colombia: ¿De qué Pacífi-co hablamos?, que realizó la Unidad de Medios de Comunicación de la UN (Unimedios).

El país requiere con urgencia de una política de Estado integral que potencialice esta región desde y para su población. “Es la hora de hacer un plan realmente estratégi-co, consensuado, creíble y compa-tible con el modelo de desarrollo que el país está implementando”, afirma el profesor Óscar Almario, docente de la UN en Medellín.

De igual manera, si las polí-ticas emprendidas no tienen en cuenta a las comunidades para convertir al Pacífico colombiano en un enclave competitivo den-tro del nuevo orden mundial, no se puede augurar que esta será una iniciativa exitosa, aunque los resultados económicos lleguen a demostrar otra cosa.

Los expertos mencionaron la importancia de conectar, primero, política, económica, social y cul-turalmente al Pacífico colombiano, luego a Colombia con esta región y después, ahí sí, al país con la ori-lla latinoamericana del conocido “Mar del Sur”, con el Asia-Pacífico y con el resto del mundo.

“El reto es multidimensional y debe desarrollarse simultánea-mente, sin perder de vista lo lo-cal y lo global”, asegura Benjamin Creutzfeldt, sinólogo y profesor del Colegio de Estudios Superiores de Administración.

Cambio de eje

La geopolítica mundial está cambiando de eje y Colombia ha tardado mucho tiempo en mover sus fichas. No es la primera vez que sucede, pues “uno de los aspectos que caracteriza negativamente la

Fortalezasy alcances de la AP

Los cuatro países (Colombia, Chile, México y Perú) totalizan una po-blación de 209 millones de personas con un PIB per cápita, en promedio, de 10 mil dólares. La AP cuenta con un PIB de 2 bi-

llones de dólares que representa 35% del producto de América Latina. Concentra el 50% del comercio

de América Latina con el mundo (1,1 billones de dólares). La Alianza atrajo casi 70 mil millo-

nes de dólares en Inversión Extranjera Directa en 2012. Otros beneficios que trae la

Alianza, además de la libre circulación de bienes y servicios, es el reconoci-miento a la cotización de pensiones entre los países miembros, la elimina-ción de las visas, el uso de oficinas de misiones diplomáticas conjuntas y la posibilidad de atraer a México a invo-lucrarse más en los asuntos del resto de América Latina.

Apertura hacia el Pacífico no es un cuento chino

política y el comercio exterior del país es su alto grado de ensimis-mamiento”, señala Diana Gómez, directora de la Cátedra China de la UN.

El lento pero constante giro desde el Atlántico al Pacífico es un hecho irrefutable. Los prota-gonistas son cuarenta países, que están liderados por China, la se-gunda economía mundial, cuyo crecimiento anual (7%) promete desplazar del primer lugar a Esta-dos Unidos en 2017 y convertir a Shangai en la nueva capital finan-ciera del mundo. Esto abre signifi-cativas posibilidades de desarrollo para las economías históricamente rezagadas.

“En este momento se cons-truye una arquitectura del orden internacional, a través de la cual se conforma un nuevo empodera-miento social y cultural que resulta clave para entender qué es lo que está pasando”, explica la profesora Gómez.

De ahí, que a diferencia de las formas de integración tradicional-mente conocidas y que buscaban agrupar fronteras geográficas, las que se promueven e impulsan en la actualidad se centran en la con-formación de bloques económicos como el BRICS (integrado por Bra-sil, Rusia, India, China y Sudáfrica) o el CIVETS (integrado por Colom-bia, Indonesia, Vietnam, Egipto, Turquía y Sudáfrica).

Para Sun Yi, consejero político de la Embajada de la República Popular China en Colombia, no se puede hablar solo de un giro del Atlántico al Pacífico, sino tam-bién de una rotación de los países

desarrollados hacia los países en desarrollo; estos últimos ganan ca-da vez mayor protagonismo. “Los emergentes empiezan a mantener relaciones más horizontales, es-pecialmente económicas, aunque en la toma de decisiones políticas tienen todavía una menor inciden-cia”, subraya.

Si Colombia desea tener un papel medianamente protagónico en este nuevo mapa geopolítico debe apoyarse en las experiencias de países como Chile y Perú, socios de la Alianza del Pacífico, o Brasil, que llevan la delantera en el ámbi-to latinoamericano.

Según las estadísticas, el 10% de las exportaciones de América Latina se dirige a ese destino y se prevé que se dupliquen en 2020. Asimismo, en 2011 el principal re-ceptor de la inversión extranjera directa (IED) fue Brasil, con 66.660 millones de dólares (43,8% del to-tal), seguido por México (19.440 millones), Chile (17.299 millones) y Colombia (13.234 millones).

La Alianza es una excelente oportunidad para América Lati-na, menciona Sun Yi. “El proceso de urbanización chino requerirá muchos insumos que esta región vende; creo que las dos regiones serán grandes protagonistas den-tro del cambio geopolítico que se está produciendo”, sentencia.

En opinión de la profesora Gó-mez, para que estas proyecciones sean posibles es importante que Colombia supere la dificultad his-tórica que ha tenido para asumir su frontera con el Pacífico, sumido en el olvido: “Es como si esa fronte-ra no existiera”.

Oportunidades, ¿para quién?

Aunque los expertos coinci-den en destacar que la AP es una oportunidad importante para que Colombia no siga alejada de la eco-nomía internacional, también han subrayado que este acercamiento debe hacerse de forma inteligente para no recaer en los errores co-metidos con otros acuerdos reali-zados.

Según el profesor Jorge Iván Bula, vicerrector general de la Uni-

Hong Kong, uno de los epicentros económicos de Asia.

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Debates

Cultura y biodiversidad

Los profesores Claudia Mosquera y Óscar Almario, coincidieron en afirmar que Colombia tiene que aprovechar la coyuntura que ofrece la Alianza del Pacífico para pensar no solo en el tema económico y político, sino también en el aspecto social y cultural de la región. “En estos territorios habitan afrocolom-bianos e indígenas que tienen que ser consultados y tenidos en cuenta, si de verdad se quiere promover un Pacífico con un desarrollo integral”, aseguraron.

El otro gran reto de Colombia es generar un desarro-llo sostenible que permita preservar la biodiversidad del Pacífico colombiano, una de las más importantes del mundo, donde, además de importantes parques naturales, existe una de las pocas selvas húmedas tropicales del planeta.

Para el profesor Almario, el país debe intentar rom-per con la prevalencia del modelo extractivista que no ha generando riqueza; por el contrario, está im-pactando negativamente en los recursos naturales de la región.

Apertura hacia el Pacífico no es un cuento chino

versidad Nacional de Colombia, acercarse al Pacífico requiere la búsqueda de un justo equilibrio que no afecte el sistema producti-vo nacional. “Se deben decidir los sectores estratégicos que se quie-ren proteger, los que se quieren aprovechar y lo que resultarán se-riamente afectados”.

A su vez, el profesor Ricar-do Mosquera Mesa, exrector de la UN, destaca que aunque el país ha mejorado en sus indicadores económicos, todavía debe afron-tar retos importantes para alcanzar una competitividad idónea en el mercado globalizado.

El primer destino de las ex-portaciones en el año 2012, con el 36,6% del total, fue Estados Unidos (USD 60.208 millones); seguido por la Unión Europea, con el 15,09%; y China, con el 5,6%. Por el lado de las importaciones (USD 58.632 mi-llones), el país del Norte participa con el 24%; China, con el 16,3%; México, con el 10,9%; y Brasil, con el 4,8%.

Una parte importante de esas exportaciones son commodities (alimentos, hidrocarburos, petró-leo y gas), es decir que se trata de un mercado basado en las materias primas, que está devolviendo al

país a una reprimarización que se verá profundizada con la entrada en vigor de los TLC.

El profesor Pío García, de la Universidad Externado de Colom-bia, destaca cómo el aparato pro-ductivo actual solo permitiría apro-vechar los TLC desde el extractivis-mo de los recursos naturales; esto implicaría efectos nefastos sobre el medioambiente. Al hacer refe-rencia a los postulados de Van Der Ploeg, en su libro La Maldición de los Recursos Naturales, se muestra cómo buena parte de los países con gran cantidad de recursos naturales sufren bajos niveles de desarrollo.

De igual manera, dice el profe-sor García, mientras bloques eco-nómicos como la ASEAN +6 (Aso-ciación de Naciones del Sudeste Asiático) se enfrentan directamente a los Estados Unidos y sus aliados en Asia, la AP se enfrenta con otras iniciativas regionales latinoameri-canas como la CELAC y el ALBA, que tienen una posición diferente de la que dicta Estados Unidos.

Más allá del ajedrez económi-co internacional y su incidencia en la conformación de la geopolítica actual, Jaime Rodríguez, secretario de Gobierno de la Gobernación de Nariño, y Hugo Arley Tobar, gober-nador encargado del departamen-to del Chocó, llaman la atención sobre la necesidad imperiosa de que la Alianza se convierta en una oportunidad real de desarrollo.

En opinión de Tobar, es nece-sario establecer políticas o acciones concretas desde un enfoque dife-rencial que conduzcan a una visión integral de la región y apuntalen al desarrollo; además, que se centren en el bienestar de la población. “Es-tas políticas deben descentralizarse porque usualmente se elaboran sin la gente del Pacífico”, afirma.

Cambios profundos

A su vez, el Secretario de Go-bierno de Nariño señala que este departamento ha vivido seis bo-nanzas económicas que no han dejado ningún efecto positivo en el nivel de calidad de vida de sus habitantes: las de la quinua, la ma-dera, la tagua, la coca, la minera y la del oro. Ahora se espera que esta séptima bonanza, la que promete llegar de la mano de los TLC y de la Alianza del Pacífico, sí traiga be-neficios.

En la misma línea se manifes-tó el profesor Óscar Almario, pa-ra quien la única posibilidad de una globalización sana es que la apertura al Pacífico signifique una relectura estatal y social sobre lo que ha significado esta zona para el país. “Si la apertura se va a basar únicamente en la construcción de unos puertos, esto no va a benefi-ciar la economía regional”.

Almario se pregunta: “¿De qué sirve, por ejemplo, conectar a Bue-

naventura con 500 puertos en el mundo, si la ciudad nada en la miseria y la exclusión social, con un sistema educativo precario y decadente y una corrupción galo-pante?”

Se requieren propuestas que partan de la comprensión geoeco-lógica del litoral colombiano. “Nuestro Pacífico no es igual al de Perú, Ecuador o Chile. Por ejemplo, nosotros tenemos una selva húme-da tropical; esto debe servir para abordar la situación de esta región desde su especifidad, sin dejar de lado a las sociedades asentadas en su territorio. Es decir, la AP debe convertirse en la oportunidad para que el Estado colombiano realice cambios profundos en los instru-mentos políticos que le den mayor protagonismo a los afrodescen-dientes y a los indígenas que habi-tan la región, pues el desarrollo no será una realidad si no se cuenta con ellos”, dice el experto.

La pronta negociación alcan-zada por los países implicados ha hecho que todavía la sociedad co-lombiana no termine de compren-der qué es la Alianza del Pacífico, ¿es un acuerdo comercial?, ¿es un tratado?, ¿qué significa Alianza?, ¿en qué beneficiará al ciudadano de a pie? De ahí que sea necesario y to-davía se esté haciendo un ejercicio pedagógico en diferentes ámbitos para intentar aterrizar una iniciativa que todavía parece etérea.

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Debates UN dedicó tres jornadas para analizar los problemas del Pacífico colombiano y tratar de descifrar por qué el país sigue ignorando esta importante región.

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Para mayor información consulte: www.debates.unal.edu.co www.prismatv.unal.edu.co www.unradio.unal.edu.co

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Élite de poder en Bogotá eclipsa la diversidad nacional

André-Noël Roth D., Profesor asociado

Departamento de Ciencia PolíticaUniversidad Nacional de Colombia

La labor que realiza la alta fun-ción pública no es estrictamente administrativa o técnica, sino que tiene un sentido político. Por ello, el rasgo sociológico de sus miem-bros no es indiferente y su estudio podría ayudar a entender mejor el talente y la acción de una presi-dencia.

No sería extraño considerar que las dificultades del Gobierno del presidente Juan Manuel Santos para percibir la realidad del país se deban, en parte, a la falta de repre-sentación de los diversos grupos, valores e intereses del país en la cú-pula político administrativa del Es-tado. Es algo que se evidenció con el manejo de las movilizaciones y las protestas sociales y campesinas que sacudieron a Colombia en las últimas semanas.

Si se admite que la alta admi-nistración pública no es un simple instrumento al servicio del poder, sino que dispone de una influencia política, entonces, en el caso de un régimen democrático basado en la representación, es pertinente pre-guntarse por su representatividad.

Para actuar a favor del “interés general” es deseable que exista en las instituciones una representa-ción equilibrada de los valores e intereses presentes en la sociedad colombiana. Esto permitiría limitar

el riesgo de que prevalezcan los puntos de vista de un solo grupo social (el que está en el poder) en detrimento del resto de la pobla-ción.

Así se evitaría lo que el so-ciólogo francés Pierre Bourdieu (1930-2002) llamó nobleza de Esta-do (Bourdieu P., La noblesse d’État, Paris: Éditions de Minuit, 1989), “que dice defender el acceso igua-litario a la educación, pero asegura su propia exclusividad a través de férreos mecanismos de selección y de sutiles filtros que distribuyen los lugares posibles: desde el modesto docente de primaria en un pueblo de provincia hasta el funcionario de alto rango en la administración pública o privada”.

Por eso, resulta pertinente co-nocer los procesos de socialización específicos (origen familiar, pro-cesos de formación y experiencias profesionales) a los cuales han sido expuestos los miembros de la fun-ción pública, ya que estos influyen en la adquisición de los valores y percepciones de los individuos.

Legitimidad política

El principio clásico de la sepa-ración de los poderes concibe a la administración pública, en tanto entidad sometida al poder ejecuti-vo, como un instrumento política-mente neutral.

Bajo cualquier régimen, los funcionarios del Estado deben li-mitarse a ejecutar las decisiones y

las orientaciones definidas por la autoridad legítimamente electa (en Colombia, el Presidente de la Repú-blica y el Congreso).

En este sentido, la administra-ción pública no tiene funciones le-gislativas, políticas o judiciales. La separación se corresponde a la de unos fines y unos medios. La políti-ca establece los fines y la adminis-tración define y pone en marcha los medios más eficientes, necesarios para alcanzar dichos fines.

Esta concepción general es compartida tanto por teóricos clá-sicos liberales como por marxis-tas, denegando a la administración cualquier legitimidad para actuar en un sentido político. Por esta razón, siempre se valora positiva-mente la competencia técnica de los funcionarios públicos y se mi-nimiza su rol político.

Sin embargo, existe una amplia literatura politológica internacional que muestra una realidad distinta. Con el aumento y la expansión de la actividad interventora o regu-ladora del Estado en la sociedad, la función pública aparece como una entidad que interviene en el proceso de creación legislativa, que produce normas (decretos, regla-mentos, resoluciones y directivas), que participa en los mecanismos de distribución o redistribución de recursos y que interviene activa-mente en las diferentes fases de las políticas públicas.

Es decir, no es un mero ejecu-tante de las decisiones, sino que

tiene un papel político activo en todo el proceso de decisión.

Lógicamente, en el marco de una estructura burocrática, los ni-veles jerárquicos superiores serán también los que disponen de una mayor influencia debido al poder de mando y control que ejercen, hacia abajo, sobre la actividad de los niveles inferiores de la pirámide y, hacia arriba, por su cercanía y acceso privilegiado al gobernan-te como legítimo decisor político. Mediante decisiones de carácter técnico y administrativo, la alta ge-rencia del Estado ejerce así una real influencia política.

¿Méritos o por discreción?

En Colombia rige un sistema de reclutamiento basado en el lla-mado spoils system (sistema de des-pojos en ciencia política), en donde las instituciones oficiales, y en par-ticular los altos cargos, quedan a la disposición del gobernante para que nombre a funcionarios de su confianza. Aquí se le conoce con el nombre de cargos de “libre nom-bramiento y remoción”.

Esta modalidad de contrata-ción se contrapone al sistema de reclutamiento basado en el concur-so de méritos y carrera administra-tiva que, en principio, tiende a pre-dominar en los sistemas políticos europeos.

Sin embargo, aunque concep-tualmente diferentes, estos mode-

Los altos cargos del actual Gobierno tienen una reducida representación so-cial, geográfica y étnica de Colombia. Así lo indica un estudio que halló que el 73% de los funcionarios nacieron en cinco departamentos del país, con una presencia mayoritaria de bogotanos (50%). Es una élite que puede haber confundido sus propios valores e intereses con los de toda una nación.

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los tienden a parecerse debido a que se suele exigir para los cargos sometidos al “sistema de despojos” unos requisitos mínimos en mate-ria de formación profesional.

La evidencia del centralismo

El grado de representatividad de la alta función pública puede mirarse desde características gene-rales de la población colombiana como el género, la pertenencia ét-nica y el origen geográfico.

En este sentido, la administra-ción de Santos muestra una leve sobrerrepresentación masculina (58%). También, una amplia su-brepresentación de las minorías étnicas: solo un 3% pertenece a poblaciones indígenas o afrodes-cendientes, a pesar de que confor-man más del 14% de los habitantes del país (según datos oficiales del DANE, 2005).

Otro desequilibrio notorio es el origen geográfico de sus miembros. En efecto, el 73% nacieron en cinco departamentos del país, con una presencia mayoritaria de nacidos en Bogotá (50%); siguen Antioquia (8%), Atlántico (5%), Cundinamarca (5%) y Valle del Cauca (5%).

La formación profesional es sin duda un elemento clave, no so-lo en adquisición de competencias profesionales sino también en tér-minos de formación de valores. Esa característica puede mirarse desde dos perspectivas: la institución de formación y el área de estudio.

Así, se evidencia que el 87% de los funcionarios en cargos pú-blicos de decisión son egresados de una universidad privada en Bo-gotá. Más llamativo es que el 54% proviene de dos instituciones en particular: los Andes y la Pontificia Universidad Javeriana. El otro 12% proceden del Externado y el Rosa-rio. Esto significa que solo cuatro centros de educación superior aca-paran el 66% de esos puestos. ¡Es prácticamente un oligopolio!

La participación de la Univer-sidad Nacional de Colombia se li-mita a un pobre 4%, al igual que la de la Escuela Superior de Adminis-tración Pública (ESAP).

En cuanto al área de forma-ción profesional en pregrado, se evidencia que los altos funciona-rios del Gobierno nacional estu-diaron principalmente Derecho (45%), seguido por el área econó-mica (Economía y Administración de Empresas) con una participa-ción de 24%; luego aparecen con nivel similar de participación las ciencias políticas y administrativas (y afines), así como las ingenierías con un 10%.

Finalmente, es importante se-ñalar que la gran mayoría de estos funcionarios poseen un título de posgrado (89%). De los 88 funcio-narios que se encontró informa-ción, una parte importante (40%) ha realizado estudios avanzados en el área de las ciencias políticas y administrativas, seguido por el área de las ciencias económicas (26%) y el Derecho (25%). Es de anotar que la mayoría hizo sus es-tudios posgraduados en el exterior (53%), principalmente en Estados Unidos (24%).

Estos datos permiten mostrar cómo el perfil de la alta función pública nacional es muy poco re-presentativo del país: se caracteriza por estar adscrita a la élite bogota-na y a las cuatro más reconocidas y costosas universidades privadas de la Capital; además, por funciona-rios que han tenido la posibilidad de cursar programas de posgrados en el exterior. Gracias a estos datos, se puede intuir que son personas que provienen de familias de altos ingresos económicos.

La reducida apertura a la diver-sidad social, geográfica y étnica del país indica entonces que los pues-tos de decisión en el país (ministe-rios, departamentos administrati-vos y oficinas administrativas de la presidencia y la vicepresidencia) se caracterizan por un alto grado de elitismo y homogeneidad social.

Como efecto de habitus (un concepto con el que Bourdieu se refiere a la percepción que con-diciona la forma de obrar, pensar y sentir asociados al origen y po-sición social) podría ser que esta nobleza gubernamental haya ter-minado por confundir sus propios valores e intereses con los de todo un país.

La investigación tomó como universo de la Alta Función Pública a los dos primeros niveles administrati-vos (personal de libre nombramiento y remoción), de veintidós dependencias administrativas pertenecientes al Gobierno nacional. Se tomaron en cuenta 16 minis-terios, 4 departamentos administrativos y las adminis-traciones de la Presidencia y de la Vicepresidencia de la República, para un total de 104 funcionarios.

Universidad de pregrado

Áreas de estudios (pregrado)

45%

10%

8%

3%

10%

Derecho

24%Ciencias

Económicas

Ciencias Políticasy Administrativas

Ingenierías

HumanidadesOtras

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8 Entrevista

Keynes y la resurreccióndel pensamiento económico

John Maynard Keynes fue uno de los más influyentes economistas del siglo XX. ¿Qué vigen-cia tiene hoy su pensamiento teórico frente a crisis como la de Europa? El historiador en economía Robert Skidelsky, profesor emérito de la Universidad Warwick (Reino Unido), se ha encargado de descubrir la figura de Keynes para las nuevas generaciones.

Steven Navarrete Cardona,Departamento de Sociología

Universidad Nacional de Colombia

La Gran Depresión económica de los años treinta del siglo XX pu-so en crisis el modelo capitalista: la gente dejó de creer en el sistema financiero, el empleo colapsó, mi-llones de personas se empobrecie-ron, el comercio mundial se redujo drásticamente y los gobiernos fue-ron incapaces de controlar la espe-culación de los sectores privados.

La teoría keynesiana se convir-tió, para muchos países, en un para-digma que estimuló la formulación de nuevas políticas que evitaran una nueva debacle mundial como la del año 1929. Lo que propuso su autor, John Maynard Keynes (1883-1946), fue un modelo que les per-mitiera a las economías afrontar los periodos de recesión (reducción de consumo, inversión, empleo y producción de bienes y servicios) y salir con el menor daño posible.

Sus postulados toman vigencia a propósito de crisis actuales, como la que vive Europa. Quien se ha en-cargado de rescatar el pensamiento keynesiano es el destacado historia-dor en economía Robert Skidelsky, profesor emérito de la Universidad Warwick (Reino Unido) y ganador de prestigiosos premios como el de literatura Lionel Gelber, de la Uni-versidad de Toronto.

Sin duda, su obra biográfica sobre Keynes, que comprende tres grandes volúmenes (1983, 1992 y 2000 –el último traducido hace al-gunos meses al español–), se cons-tituye en la reconstrucción históri-ca más rigurosa que se ha realizado sobre el más trascendental econo-mista del siglo pasado.

El reconocido economista habló para UN Periódico sobre la importancia del pensamiento de Keynes en la actualidad.

Economía

en su contexto

UN P: Su biografía de Keynes se ha convertido en referencia in-dispensable para conocer el legado de este economista del siglo XX. ¿Por qué vale la pena hoy que los jóvenes aprendan sobre él y su trabajo?

Robert Skidelsky: Espero que la biografía sobre Keynes y otros grandes del área reviva el interés por la historia de las ideas eco-nómicas, al ubicarlos de manera adecuada en sus marcos sociales y económicos. La historia del pensa-miento en esta área prácticamente ha desaparecido de los principales planes de estudio. Pero la economía no es como la física, con sus leyes universales. La mayor parte de su conocimiento no es acumulativo,

Robert Skidelsky, economista británico.

pero si contextual, por lo cual debe ser estudiada en su contexto.

UN P: ¿Es posible retornar al estado de bienestar Keynesiano?

R. S.: El estado de bienestar keynesiano combina dos cosas distintas: el nivel de empleo y la distribución de las oportunidades de ingreso y de vida. Su apuesta económica involucra la primera de ellas, pero su teoría se puede am-pliar –y era– para incluir el tema de la llamada economía del bienestar.

UN P: ¿Las ideas de Keynes si-guen vigentes?, esto teniendo en cuenta el auge de los enfoques de la economía macroeconómica y la aparición de nuevos temas en la economía como el medioambiente.

R. S.: Keynes afirmó que “a lar-go plazo todos estamos muertos”, pero creo que él todavía está muy vivo. Cuando estalló la crisis eco-nómica en el año 2008, la mayoría de los gobiernos respondieron de una manera instintivamente key-nesiana al aumentar la demanda. Pero después se olvidaron de él, y se embarcaron en políticas de

“austeridad” y de “consolidación fiscal”. Pero en gran parte del mun-do desarrollado, estas políticas no han dado lugar a la recuperación. De hecho, cinco años después, el PIB está creciendo solo a la mitad de la tasa del año 2007.

UN P: ¿Cuánto tiempo podrá resistir un país como Reino Unido a la crisis europea?

R. S.: Reino Unido y la Euro-zona se encuentran aproximada-mente en la misma situación de lo que yo llamo la “semidepresión”, y es difícil ver que la nación britá-nica se pueda recuperar mientras que la zona euro se concentra en la consolidación fiscal y bancaria a expensas del crecimiento y el préstamo.

UN P: ¿Son indicados los pla-nes de recorte del gasto público para terminar con la actual crisis económica?

R. S.: Los recortes en el gasto público en las condiciones actuales no son el camino correcto, ya sea para hacer crecer la economía o, incluso, reducir el déficit. Cuando

el sector privado está aumentan-do su ahorro, el gobierno debería aumentar, no reducir, su gasto. Si busca incrementar su ahorro en estas circunstancias, el efecto neto será una reducción en el nivel de actividad económica a través de lo que Keynes llamó la “paradoja del ahorro” y, por lo tanto, una reducción de los ingresos propios del gobierno.

UN P: ¿Cuál es la razón para que el resto de los países de la Unión Europea dependan fuerte-mente de Alemania?

R. S.: Alemania cuenta con la situación financiera y económica más fuerte en la Unión Europea. Sin embargo, su política, que obli-ga a la austeridad en los países me-diterráneos, es negativa tanto para dichos países como para Alemania, porque al reducir la actividad de la zona euro en su conjunto, priva a los acreedores y deudores de los mercados de exportación de los cuales depende su crecimiento.

UN P: ¿Cómo afecta la actual crisis a los países latinoamericanos?

R. S.: Cualquier desaceleración o reversión de crecimiento en los países desarrollados obliga a frenar el crecimiento en América Latina. El fracaso de la Eurozona o de EE. UU. para recuperarse, sumado a la desaceleración en China, bajarán los precios que los países de Amé-rica Latina reciben por las exporta-ciones de productos básicos y, por lo tanto, va a golpear sus tasas de crecimiento, convirtiéndose así en un círculo vicioso.

UN P: ¿Qué deben hacer los paí-ses europeos para salir de la crisis?

R. S.: Se debe revertir (o des-acelerar) la consolidación fiscal, cancelar la deuda generalizada e invertir en infraestructura.

UN P: Hace algunos meses murió Margaret Thatcher, la “dama de hierro”. ¿Por qué algunas perso-nas celebraron su muerte?

R. S.: Porque fue una líder muy divisiva: cortó el bienestar, destro-zó los sindicatos, redujo el gobier-no local y permitió un aumento del desempleo a su nivel más alto desde 1930. Así que fue odiada por la izquierda, aunque existió una gran admiración por su coraje.

UN P: ¿Qué deben hacer los ciudadanos del común para en-frentar la crisis financiera? ¿Guar-dar el dinero debajo del colchón?

R. S.: Disfrutar de sus ahorros: los precios son más bajos de lo que podrían ser en un año o dos, por lo que ahora es el momento de comprar. Recuerde: mis gastos son sus ingresos. Si todo el mundo au-menta su gasto se creará un círculo virtuoso, los ingresos de todos van a crecer y más ahorro estará dispo-nible para pagar la deuda.

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Hospital UN, solidario e investigativoLina Leal,

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El 3 de marzo de 1989, en el Aeropuerto El Dorado de Bogo-tá un grupo de sicarios disparó contra Ernesto Samper Pizano –en ese momento senador y precandi-dato liberal a la presidencia–. En tan solo 17 minutos el político fue trasladado al antiguo Hospital de la Caja de Previsión, ubicado en el actual Campus Santa Rosa de la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá. Allí recibió los cuidados necesarios y sobrevivió.

La desaparición del centro hospitalario en el año 2000 dejó un enorme vacío de atención en salud en el occidente de la ciudad, sector que pese a su enorme extensión solo cuenta con dos hospitales de nivel II, Engativá y Fontibón, que atienden especialidades básicas para 348.159 y 174.172 personas respectivamente.

En la localidad de Kennedy, en el suroccidente y con cerca de un millón de habitantes, se ubica uno de nivel III, que atiende diferen-tes especialidades para población vulnerable del régimen subsidiado (alrededor de 170.000 personas). A ellos se suman clínicas privadas como Palermo, o entidades para pacientes particulares como Cols-anitas o la Policía.

Por cuenta de esta falta de cobertura en el occidente de la ciudad, la UN trabaja en el resta-blecimiento de un Hospital propio de nivel III (el único de la zona, que distaría del de Kennedy por alrededor de seis kilómetros), que se ubicará en los 37.544 metros cuadrados del campus Santa Rosa, localizado junto al corredor vial de la calle 26 (o Avenida El Dorado) y al trazado del tren de cercanías o metro, en un área estratégica para la atención de emergencias.

El decano de la Facultad de Medicina, Raúl Sastre Cifuentes, uno de los mayores promotores del proyecto, dice que el hospital atenderá entre 391.000 y 558.450 pacientes al año en esa zona de la capital. "Este centro es indispen-sable para el sistema hospitalario, cuya oferta se concentra en el sur y en el oriente”, puntualiza.

Además destaca que este es uno de los proyectos medulares del Plan Global de Desarrollo 2013-2015 de la Universidad, por lo cual se trabaja de forma meticulosa pa-ra cumplir con los más altos están-dares de calidad, tanto en atención como en formación académica.

230 camas para población vulnerable

En el año 2007, el Departa-mento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) realizó un estu-dio de la proyección demográfica para prestar un servicio adecuado a la población bogotana en los hos-pitales. Determinó que la cantidad adecuada sería de por lo menos 1,7 camas por cada 1.000 habitantes.

Tres años más tarde se develó que la capacidad instalada era de 11.250 camas, lo que muestra un déficit de 1.268. Para este año, según aproximaciones de Sergio Suárez, ingeniero industrial y eco-nomista encargado del modelo fi-nanciero del Proyecto del Hospital UN, el déficit estaría entre 1.500 y 2.000 unidades.

Las localidades de Engativá, Fontibón y Kennedy, que tienen el 29,6% de la población de Bogotá, serán unas de las beneficiadas con el Hospital de la UN, cuyos estudios de factibilidad fueron realizados por la Agencia Expor-tadora de Hospitales Digitales de Corea.

Salud

HospitalUniversitario de la UNNivel de atención III y IV

EngativáNivel de atención II

FontibónNivel de atención II

Localidad de Teusaquillo

Clínica San Rafael

San Juan de Dios

San Ignacio

Barrios Unidos

Hospitales universiatriosHospitales públicos en el occidente

Norte

Sur

Oriente

Occidente

348.159

174.172Número de personas

que atendería anualmente

348.159

174.172

170.000

De 391.000 a 558.450

Occidente de KennedyNivel de atención III

En mayo del próximo año, el Hospital de la Universidad Nacional de Colombia abrirá sus puertas en el occidente de Bogotá. Se tra-ta de un proyecto que atenderá, principalmente, población adulta con males crónicos de alto y bajo costo. Al año beneficiará entre 391.000 y 558.450 pacientes.

El Hospital de la UN aportará un 29% de camas adicionales a la red hospitalaria de nivel III que posee la red distrital para pacientes de Bogotá. Inicialmente, tendrá 16 camas de cuidados intermedios, 29 para cuidados intensivos y 185 de hospitalización general, para un total de 230. También se abrirán 42 consultorios de consulta exter-na y ocho quirófanos, así como farmacia, laboratorio e imágenes diagnósticas.

Para los adultos mayores y enfermos crónicos

Según el DANE, existe una re-ducción de la población adulta jo-ven en edades entre 15 y 35 años, que está explicada por la emigra-ción internacional y por el efecto de la sobremortalidad masculina –considerando los roles del hom-bre en la fuerza de trabajo y facto-res de violencia, entre otros–.

Asimismo, la fecundidad se ha reducido drásticamente, lo que significa casi cuatro hijos menos por mujer entre los años 1950 y 2000. De otro lado, el índice de envejecimiento total nacional es de 20,5; y en Bogotá es del 21,0. Lo anterior evidencia que la población colombiana vive un alto proceso de envejecimiento.

Esta población desarrolla en-fermedades crónicas con facilidad. Según la Organización Mundial de la Salud, se trata de padecimientos de larga duración y de progresión lenta que, en 2008, le arrebataron la vida a 36 millones de personas, de las cuales el 29% era menor de 60 años de edad. Prevalecen las cardiopatías, los infartos, el cáncer, los males respiratorios y la diabetes, que constituyen el 63% de las muertes en el mundo.

En Colombia, el Centro de Proyectos para el Desarrollo (CEN-DEX) de la Universidad Javeriana develó en el 2008 que entre las

diez primeras causas de muerte, las enfermedades isquémicas del corazón ocupan el primer puesto, seguidas de las cerebrovasculares, crónicas de las vías respiratorias inferiores, diabetes mellitus, neu-monía, hipertensivas, cáncer de estómago, homicidios, cáncer de tráquea, bronquios y pulmón y la insuficiencia renal.

Esto indica la magnitud de la carga que debe soportar el sistema de salud. Algunas enfermedades son crónicas y todas están consi-deradas como de alta complejidad técnica y de alto costo.

Frente a esto, el Hospital de la UN proveerá servicios a la po-blación adulta con males crónicos de alto y bajo costo. Según afirma el doctor Hernando Gaitán Duar-te, director científico del proyecto: “muchas instituciones que prestan servicios de salud priorizan las en-fermedades de alto costo –cáncer, infarto de miocardio, artritis, etcé-tera–, que requieren medicamen-tos o equipos costosos, así como altas dosis de atención, debido a que son más rentables, por lo que otro tipo de enfermedades no reci-ben la atención necesaria”.

Se trata de patologías que no resultan beneficiosas económica-mente para las instituciones, como problemas respiratorios, diabetes, trastornos psiquiátricos o neuro-lógicos, etc. En este sentido, la UN plantea un Hospital rentable so-cialmente, pero también sosteni-ble, pese a que atenderá enferme-dades de alto costo.

El decano Sastre señala que con la apertura del Hospital uni-versitario se realizará un aporte muy importante a los habitan-tes del occidente bogotano, con nuevos espacios, altos niveles de complejidad médica para pacien-tes con enfermedades crónicas y un enfoque social. “Es un Hospital para la gente”, dice, y añade que en consecuencia no existe ningún tipo de propuesta, enmarcada en el Proyecto de Renovación Urbana del CAN, que resulte más conve-niente para la Institución y para la zona.

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Regiones expulsorasde población

Andina centralFrontera con VenezuelaMontes de MaríaPiedemonte llaneroMagdalena medioZona bananeraFrontera con EcuadorPacífico centralPacífico sur

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Principales municipiosreceptores de población

El mapa que dibujanlos desplazados

Sociedad

Alberto Fernández R.,Unimedios

El mapa de Colombia está cambiando y no es precisamen-te por las aspiraciones de Nicara-gua sobre el mar territorial. Se está transformando a causa del des-plazamiento forzado, el drama de millones de personas obligadas a dejar sus hogares por causa de la violencia.

Es un cambio silencioso, pero drástico. Los flujos de migrantes internos, pese a que no hacen tan-to ruido, pueden ser más contun-dentes que un fallo de la Corte In-ternacional de Justicia en La Haya. En este caso, inciden directamente sobre la forma como se distribuye la población en el territorio, cam-biando drásticamente su configu-ración.

Consciente de ello, Nubia Yane-th Ruiz, profesora del Departamen-to de Sociología de la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá, rastreó 1.470.443 casos de despla-zados entre los años 2000 y 2004. El resultado de su trabajo es una ima-gen nítida de la nueva y compleja geografía humana del país.

Rostros del desplazamiento

No hay certeza de cuántos son los desplazados. Los datos oficiales dicen que esta población ronda los tres millones y medio de personas, mientras que las cifras de las orga-nizaciones no gubernamentales los aproximan a los cuatro millones.

Aunque divergentes, la profe-sora Ruiz asegura que estos nú-meros revelan cómo la migración forzada se ha convertido en un enorme drama humanitario.

Esas dimensiones hacen que tenga múltiples caras. Principal-mente, la investigadora habla de

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un fenómeno con rostro infantil. Se refiere a que el 46% de los casos analizados corresponden a meno-res de quince años. Muchos de ellos, huérfanos.

Pero también tiene un marca-do rostro femenino. El 23% de los casos de migración forzada son de mujeres entre los 15 y 49 años, una población en edad reproduc-tiva y productiva. La mayoría son viudas.

La tendencia, según la pro-fesora, muestra que “las mujeres salen de sus lugares de origen en compañía de los menores (4,2 en promedio por cada madre), mien-tras que los hombres jóvenes y adultos migran en menor propor-ción porque mueren o se vinculan directamente al conflicto armado”.

Dichas características reper-cuten en la estructura familiar. Es así como el 5,12% de los hogares desplazados están constituidos so-lo por personas menores de quin-ce años. Entretanto, las mujeres llevan la jefatura del 79% de las familias, donde solo hay un adulto y varios niños.

El problema, puntualiza Ruiz, es que “la orfandad y la viudez hacen que el riesgo de pobreza sea casi inminente entre estas fa-milias”.

Distribución poblacional

Una de las principales impli-caciones de la migración forzada es el abandono de áreas rurales. Si bien este fenómeno se presenta en todos los municipios del país, se identifican diez zonas que ex-pulsan el mayor volumen de po-blación.

Estas son el Urabá, los Mon-tes de María, la zona bananera, la frontera con Venezuela –a la altura de Norte de Santander y Cesar–, el Magdalena Medio y una zona an-

dina con municipios del suroriente de Antioquia, el norte de Caldas, el norte de Cundinamarca y el sur de Tolima.

En la lista también figuran la zona fronteriza con Ecuador, que abarca la totalidad de Putumayo y Caquetá; el piedemonte llanero, correspondiente a las estribacio-nes de los Andes en Meta, Casana-re y Arauca; el centro de la región pacífica, con territorios al sur de Antioquia y centro de Chocó; y la costa sur del Pacífico, con muni-cipios de Nariño, Cauca y Valle del Cauca.

La profesora Ruiz manifiesta que estas regiones se caracterizan por tener tierras aptas para la ex-plotación agroindustrial, poseer abundancia de recursos naturales o estar ubicadas estratégicamente en el territorio nacional desde el punto de vista político y militar.

La otra gran implicación es la concentración de población en áreas urbanas. La investigación evidencia que cerca del 80% de los desplazados se establecen en tan solo 125 municipios.

“Si bien, en volumen absoluto los mayores receptores son las cua-tro grandes ciudades –Bogotá, Me-dellín, Cali y Barranquilla–, en tér-minos relativos es mayor el impacto de la población desplazada sobre las ciudades intermedias”, explica.

Hace alusión a que en ciu-dades como Sincelejo, Montería, Valledupar, Ibagué, Neiva, Pasto y Villavicencio la población se ha duplicado al aceptar estos flujos migratorios. Esto significa una fuerte presión sobre el territorio, los recursos y la infraestructura de dichos municipios.

La profesora señala que “las ciudades intermedias los acogen mejor. Generalmente, cuando es-

tas personas deciden ir a una ciudad grande es porque cuentan con una red de apoyo y han realizado tres o cuatro movimien-tos previos”.

Y cuando finalmen-te lo hacen, tienden a establecerse en los mu-nicipios periféricos de estas urbes. Allí les es más fácil encontrar si-

tios donde vivir, apoyo social y puestos de trabajo.

Estrategias del mercado

Para Ruiz, el problema de fon-do radica en que la sociedad se ha adaptado al desplazamiento. Esto porque posibilita la acumulación de tierras para su explotación a tra-vés de proyectos agroindustriales.

La investigación muestra que desde La Violencia de los años cin-cuenta diferentes actores se han beneficiado con el abandono de tierras, por lo que, incluso, han propiciado el desplazamiento de sus habitantes.

“Desde 1990 ha existido una apropiación de tierras muy impor-tante por parte de fuerzas para-militares, guerrilleras y multina-cionales, para el desarrollo de ac-tividades de alta magnitud como los monocultivos, la ganadería de extensión o la explotación minera”, especifica.

Por otro lado, el sistema de mercado se beneficia con este fe-nómeno, pues incrementa la oferta de trabajadores dispuestos a inter-cambiar su mano de obra por sa-larios desfavorables en las zonas urbanas.

Por ejemplo, los cultivos de flores han absorbido una gran can-tidad de las mujeres desplazadas que llegan a municipios periféricos de Bogotá como Mosquera, Funza y Soacha. La profesora explica que “el valor de la mano de obra baja cuando la oferta sube, por lo que contratar esta población significa mayores ganancias para la indus-tria floricultora”.

Es así como la migración forza-da se ha vuelto funcional al capita-lismo, con claras consecuencias so-bre la distribución de la población en el territorio. Los desplazados es-tán dibujando un nuevo mapa.

Una investigación de la Facultad de Ciencias Humanas muestra cómo los migrantes internos han configurado una nueva y compleja geografía humana en Colombia. Mientras el campo está quedando deshabitado, las ciu-dades intermedias enfrentan la sobrepoblación.

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El suelo en Colombiaestá desprotegido legalmente

Se estima que el 80% de la región andina está afectada por la erosión y que el 74% del territorio nacional es susceptible a fenómenos de compactación (disminución de la capa-cidad de sostener vida vegetal). Un estudio detallado halló que falta legislación y hacer cumplir normas ambientales para preservar el suelo.

Giovanni Clavijo Figueroa,Unimedios

El suelo es un recurso tan co-mún para la mayoría que pocos se detienen a analizar su importancia para la vida. De hecho, en Colom-bia no existe una ley o un decreto que lo proteja, debido a que por ser parte implícito de los ecosistemas pasa a un segundo plano. No obs-tante, su destrucción trae graves consecuencias a corto, mediano y largo plazo.

Una de sus mayores amenazas es la construcción de carreteras. Aunque en el país se exige el Es-tudio de Impacto Ambiental (EIA) antes de emprender estos proyec-tos, en la práctica las firmas de ingeniería solo cumplen con dos de las cinco exigencias que trae la norma.

Así lo evidenció Doralba Adie-la Álvarez Castrillón, investigadora de la Escuela de Geociencias de la Universidad Nacional de Colombia en Medellín. Asegura que no se ha considerado incluir la ciencia de suelos en los proyectos que in-tervienen grandes extensiones de tierra.

En la práctica, dice, no existe una definición legal que permita una rigurosidad científica y técnica en su caracterización al momento de elaborar y presentar un EIA.

El origen

Las recomendaciones sobre la implementación de estudios de impacto ambiental, dentro de las declaraciones internacionales so-bre medio ambiente y desarrollo, tienen su origen en Estados Uni-dos, que posteriormente tomaron forma en las Cumbres de la Tierra (Conferencias de Naciones Unidas sobre el Medio ambiente y el De-sarrollo) de Estocolmo, en 1972, y, más recientemente, de Río de Janeiro, en 1992.

Colombia, por su parte, ra-tificó su interés en aplicar estos acuerdos, por lo cual expidió la Ley 99 de 1993 (Ley General Ambiental de Colombia), que incluye el con-cepto de EIA. La experta indagó, en su tesis de maestría, sobre la verdadera aplicación de la norma en el país y si verdaderamente se cumplen los lineamientos que de-be tener un estudio de impacto ambiental.

En efecto, halló una falencia grande al respecto, porque los es-tudios suelen quedar incompletos, ser inadecuados para los propósi-tos de cuidado del recurso e, inclu-so, representar un riesgo latente a la hora de emprender obras de ingeniería.

Cinco factores clave

Pero ¿en qué radica la impor-tancia del suelo como recurso na-tural? Según la investigadora, es el elemento más importante de los ecosistemas terrestres por ser há-bitat de millones de microorganis-mos y macroorganismos, posibili-tar el desarrollo de la vegetación y soportar las construcciones y ser materia prima para el crecimiento económico de una nación.

Por eso, es indispensable tener en cuenta los cinco factores forma-dores que lo originaron: el clima, el material parental (rocas o sedi-mentos), los organismos, el relieve y el tiempo.

En el primero, por ejemplo, las variables de temperatura y hume-dad imprimen un efecto en la tasa de meteorización química del sue-lo; esto significa que agentes como el oxígeno o el dióxido de carbono intervienen en la adherencia de los minerales que le dan su calidad para soportar vida.

Los microorganismos juegan un papel fundamental en la frag-mentación, transformación y tras-ladación de materiales orgánicos, al aportar considerables cantida-des de biomasa al suelo, producto de la descomposición de la materia orgánica.

El factor tiempo es crucial. El suelo adquiere sus propiedades a lo largo de un periodo de cientos y miles de años, por lo que des-truirlo sin pensar en lo que se está echando a perder, es un pecado ambiental que desequilibra la ar-monía natural.

“Es claro que si los profesiona-les encargados de elaborar los di-seños para la construcción de vías tuvieran en cuenta estos factores formadores del suelo, ayudarían a proponer proyectos más armóni-cos con el ambiente y a la im-plementación de medidas técnicas sostenibles en el tiempo”, afirma Álvarez.

Vacío normativo

Cuando la experta empezó a examinar los términos de referen-cia del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible para la ela-boración de un Estudio de Impacto Ambiental en la construcción de carreteras, así como la metodoló-gica general para la elaboración de los estudios ambientales, detectó que no hay claridad del porqué y para qué son utilizados estos re-sultados.

“En realidad, al momento de intervenir un suelo no conocemos nada de su origen; por eso, se im-plementan medidas inadecuadas de manejo”, dice. Por otro lado, un factor extra que ayuda a este vacío normativo es que los pedólogos (experto en estudiar el suelo en su ambiente natural) y los edafólogos (que analizan la relación del suelo con las plantas) son pocos en el país, y los que ejercen lo hacen desde el punto de vista agrológico y generalmente son mal remune-rados.

Futuro gris

Al revisar las acciones reali-zadas en Colombia en cuanto al

objetivo de crear una ley específica en esta área, se encuentra que, de acuerdo al informe que presentó Minambiente en 2006, los esfuer-zos para la conservación y protec-ción de los suelos siguen siendo muy pobres, pues los procesos de transformación, fragmentación y pérdida de estos por actividades humanas van en aumento; esto se constituye en una de las principa-les causas directas de su degrada-ción.

En el informe se presentan ci-fras y datos preocupantes sobre el estado del recurso edafológico a nivel nacional, tales como que el 16,95% del territorio nacional se encuentra afectado por la desertifi-cación. El 78,9% de las zonas secas del país presentan diferentes ni-veles de desertificación, derivados principalmente de la erosión y la salinización.

Además, el 74% del territorio nacional es susceptible a fenóme-nos de compactación, lo que re-dunda en la disminución de la ma-croporosidad del suelo (una baja capacidad de aireación y oxigena-ción); esto hace inviable la regene-ración forestal.

También se resalta que alre-dedor del 80% de la Región Andina está afectada por erosión, siendo la principal causa las actividades agropecuarias con tecnologías in-adecuadas y sin tener en cuenta la aptitud de uso del suelo.

Por lo anterior, dice la magís-ter, es importante que los legis-ladores empiecen a introducir el concepto de suelo desde la ciencia, para así darle la importancia que este recurso edafológico encierra.

Los estudios de suelos en Colombia, por lo general, quedan incompletos cuando se desarrollan proyectos viales.

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Orinoquía, en la mira de los monocultivos

Río Arauca, uno de los principales afluentes del Orinoco. El morichal es uno de los ecosistemas más especiales de la Orinoquia.

Tortuga morrocoy (Chelonoidis carbonaria)

Guacamayo rojo(Ara chloropterus)

Mono capuchino (Cebus capucinus) Palma de Moriche (Mauritia flexuosa)

Por sus altos niveles de humedad, los llanos orientales colombianos son pie-za fundamental en el ciclo hidrológico de una extensa región al nororiente de América del Sur. Aún así, los proyectos agroindustriales que impulsa el Gobierno amenazan el equilibrio de esta zona biodiversa.

Alberto Fernández R., Unimedios

Las aguas del río Orinoco, junto a sus numerosos afluentes, dan vida a las extensas llanuras del oriente de Colombia. Esas que, a simple vista, cautivan por el verde que se desvanece en el horizonte y los infinitos tonos naranja de sus atardeceres.

Pero estas imágenes son apenas un atisbo de sus abun-dantes riquezas naturales. La Orinoquia es un complejo de ecosistemas que, además de tener una alta biodiversidad, revisten una importancia que sobrepasa las fronteras colom-bianas.

La región es la zona más hú-meda de la macro-unidad geo-gráfica que conforma junto a los llanos venezolanos, las áreas abiertas de las Guayanas, parte del cerrado brasilero y los llanos del Beni, en Bolivia.

Allí se pueden encontrar zo-nas con montos cercanos a los 1.800 milímetros de precipita-ción anual hasta las que presen-tan más de 4.000 milímetros.

“Ambos valores son muy grandes en comparación con los 1.500 milímetros del promedio suramericano”, señala Orlando Rangel, del Instituto de Ciencias Naturales (ICN) de la Universi-dad Nacional de Colombia en Bogotá.

Esto implica que los llanos aportan una cantidad significa-tiva del vapor de agua con el que inicia el ciclo hidrológico de

toda la macro-unidad. Es decir, sus particularidades climáticas le dan un papel central en el equilibrio ecológico de todo el nororiente de América del Sur.

Pero la alta disponibilidad de terrenos planos y de fácil me-canización tiene a esta región en la mira de los monoculti-vos para la producción de bio-combustibles. Estos proyectos agroindustriales atraen grandes inversores, pero a la vez efectos devastadores sobre los ecosis-temas.

Potencia en biodiversidad

La Orinoquia colombiana dista de ser homogénea. En ella se identifican tres paisajes: el piedemonte, que corresponde a las estribaciones de los Andes; la llanura aluvial, sujeta a las crecientes de los ríos, y la altilla-nura o sabanas no inundables. Ellos son habitados por especies únicas.

El profesor Rangel explica que la humedad de la región permite una mayor expresión de la biodiversidad, que ha sido sis-temáticamente estudiada por el ICN en los últimos veinte años.

El inventario de la riqueza vegetal, culminado por el bió-logo Vladimir Minorta, registra 4.897 especies de plantas con flores. “El paisaje más variado es el piedemonte con 3.427 es-pecies, seguido por la altillanura con 2.414 y la llanura aluvial con 1.212”, especifica.

En términos generales, el investigador señala que la Ori-noquia está dominada por dos formaciones vegetales contras-tantes: bosques y, en mayor pro-porción, sabanas. En ambas se observa gran diversidad.

“Los bosques van desde los siempre verdes, con hojas todo el tiempo, hasta los caducifo-lios, que en algún momento se quedan sin ellas. Las sabanas van desde las secas hasta las que permanecen inundadas la ma-yor parte del año”, detalla.

Todo este amplio territorito –correspondiente a los depar-tamentos de Arauca, Casanare, Meta y Vichada– es atravesado por grandes ríos que corren ha-cia el oriente hasta depositar sus aguas en el gran Orinoco.

José Iván Mojica, profesor del ICN, revela que estos afluen-tes tienen dos orígenes prin-cipalmente. Los que nacen en la Cordillera Oriental y en su trayecto transportan ricos sedi-mentos andinos, como los ríos Guaviare, Meta y Arauca, y los que brotan de las zonas bajas y tienen aguas pobres en nu-trientes, como los ríos Tuparro, Vichada e Inírida.

Esta variedad de ecosiste-mas se refleja en la fauna. Los estudios del grupo de investi-gación en Biodiversidad y Con-servación dan cuenta de cerca de 700 especies de peces, 650 de aves, 120 de reptiles, 110 de mamíferos y 45 de anfibios.

Es por todo ello, concluye Rangel, que “la Orinoquia co-

lombiana es, por unidad de área, la parte más rica de toda la macro-unidad“. Más aun si se tiene en cuenta que existen vastos terrenos que todavía no se conocen a profundidad.

La última frontera agrícola

Desde los tiempos de la co-lonia, pero con mayor fuerza a partir de los años cincuenta del siglo XX, los llanos colombianos han sido alterados visiblemente. La tendencia es aumentar el uso de la tierra y explotar los recur-sos naturales con consecuencias negativas para los ecosistemas y la biodiversidad.

Por ejemplo, la ganadería extensiva y la explotación fores-tal han sido actividades tradi-cionales en la región, al punto que prácticamente han desapa-recido los bosques nativos del piedemonte y especies foráneas han desplazado los pastizales naturales de las sabanas.

A esas actividades, reciente-mente se han sumado los culti-vos mecanizados como el arroz, la explotación de hidrocarburos, la minería en los límites con la Amazonia y los monocultivos en la altillanura.

“En cincuenta años hemos pasado de una intervención mí-nima –derribar el bosque con hacha y sembrar pasto para ga-nadería– a una muy fuerte”, dice el profesor Rangel. El problema de esta última, agrega, es que al ser tan invasiva los procesos de

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Orinoquía, en la mira de los monocultivos

El morichal es uno de los ecosistemas más especiales de la Orinoquia. Iguana verde (Iguana iguana)

Palma de Moriche (Mauritia flexuosa) Arauco (Anhima cornuta) Chigüiro (Hydrochoerus hydrochaeris). Martín pescador amazónico(Chloroceryle amazona)

Orinoco, el padre de los ríos

El río Orinoco, que en lengua indígena quiere decir 'padre de los ríos', pese a estar bordeando el país es el padre de los Llanos Orien-tales. La Orinoquia colombiana corresponde a cerca del 35% de los 1.080.000 km2 que abarca la gran cuenca compartida con Venezuela.

“Es la segunda cuenca hidrográfica más importante en América del Sur, después de la del río Amazonas que tiene cerca de 7 millones de km2”, indica José Iván Mojica, profesor del Instituto de Ciencias Natu-rales (ICN) de la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá.

Su desembocadura en el océano Atlántico fue descubierta por Cristóbal Colón en el año 1498, mientras que su origen en el Cerro Delgado Chalbaud, en medio de la selva venezolana, fue explorado en el año 1951.

Tiene una longitud de 2.150 km aproximadamente y una descarga anual promedio de 36.000 m3 por segundo, lo que convierte al Orino-co en el tercer río más caudaloso del mundo. “Una parte importante de los ríos que nutren la cuenca tienen su origen en la Orinoquia colombiana”, señala Mojica.

Literalmente, los ríos Guaviare, Meta y Arauca nacen en la Cor-dillera Oriental de los Andes colombianos y nutren al Orinoco. Sus aguas de color lechoso y ricas en sedimentos aportan gran parte de sus nutrientes.

Tras la confluencia con el río Apure, ya en territorio venezolano, sus grandes tributarios drenan del macizo guayanés. Se trata de ríos de aguas oscuras, muy puras pero poco fértiles, que van diluyendo la

inyección de nutrientes que obtienen de los de origen andino.

“El Orinoco es una zona de con-fluencia de aguas de la cordillera y del escudo guayanés, lo que le da una gran riqueza y diversidad al río”,

resalta el profesor. Esto es evidente en las cer-

ca de 780 especies de pe-ces, tanto ornamentales

como de consumo, que se registran en el cauce principal del río y en las planicies que este inunda en Colombia y

Venezuela.

recuperación y restauración son más exigentes y costosos.

La situación de la altillanura es particularmente preocupante. Has-ta hace no mucho considerada un territorio baldío, para el Gobierno es “la última frontera agrícola” del país. Su idea es desarrollar grandes proyectos agroindustriales, básica-mente monocultivos, en esta pla-nicie de al menos seis millones de hectáreas entre Meta y Vichada.

Estos suelos han sido mejora-dos con cal para eliminar su acidez y altos niveles de aluminio, y enri-quecidos con yeso y roca fosfórica para hacerlos más productivos. Es-to, gracias a la inversión de grandes grupos nacionales y multinacio-nales.

Los resultados ya son visibles. Entre Puerto López y Puerto Gaitán (Meta), por ejemplo, se cuentan abundantes plantaciones de cau-cho, pinos y eucalipto con fines fo-restales; maíz, soya, caña de azúcar y palma de aceite.

Pero su implementación está lejos de ser sostenible. Al contrario, originan costos altos y quizás irre-mediables para el ambiente. “Esta-mos arrasando algo de lo cual no tenemos ni siquiera idea”, dice el investigador Minorta.

La amenaza de la palma de aceite

De todos los monocultivos, Rangel y Minorta coinciden en que el de la palma de aceite es el que tie-ne los efectos más graves sobre los ecosistemas. No obstante, es uno de los que más crece en el país.

Según cifras del Ministerio de Agricultura, el área cultivada fue de 452.000 hectáreas en el año 2012 y se proyectan unas 600.000 para el año 2014.

Sus efectos ya son palpables, especialmente sobre los bosques nativos. Minorta pone de ejem-plo el departamento del Cesar, que

“perdió su cobertura vegetal bá-sicamente por la explotación del carbón y la implementación de cultivos de palma de aceite”.

En la Orinoquia, además de arrasar los bosques, preocupa el avance de esta especie de palma originaria de África en detrimento de los morichales. Estos palmares nativos toman el agua, utilizan una parte para sus procesos fisiológi-cos y devuelven la otra porción a la atmósfera. Así se renueva la canti-dad de vapor de agua y continúa el ciclo hidrológico.

Por ello, advierte Rangel, “la desaparición de los morichales tendría un impacto muy fuerte sobre el clima de toda la macro-unidad geográfica”.

La disponibilidad del agua y el equilibrio de los ecosistemas acuá-ticos también se ven afectados. Así lo evidencian las investigacio-nes de Carmenza Castiblanco, del Instituto de Estudios Ambientales (IDEA) de la UN.

“El efecto más directo y visible está relacionado con la agricultura de riego”, señala. El uso de sus aguas en los cultivos reduce los caudales de ríos, lagos, lagunas y ciénagas, al punto de causar su desaparición en la temporada seca.

Asimismo, las desviaciones de cauces y la construcción de in-fraestructuras destinadas a retirar agua para fines agrícolas causan alteraciones graves a la estructura hidrológica y a los ciclos reproduc-tivos y migratorios de especies.

El profesor Mojica advierte so-bre los efectos que tienen los fer-tilizantes y plaguicidas utilizados en la agroindustria. Se sabe que grandes cantidades terminan en los ecosistemas por acción de dre-naje, con consecuencias sobre la salud de los seres vivos.

Todas estas transfor-maciones finalmente se traducen en pérdida de la biodiversidad, la ma-yor de las riquezas de la región. La Orinoquia está en la mira de los monocultivos y su conse-cuente devastación.

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En Antioquia descubren tres plantas nuevas para la ciencia

Científicos de la UN en Medellín registraron nuevas especies botánicas que desde ya podrían estar en peligro de desaparecer por la continua amplia-ción de la frontera agrícola.

Mónica Escobar Mesa,Unimedios

Para Jorge Vélez es todo un honor y una recompensa a su de-dicación saber que hoy figura en el mundo como uno de los descubri-dores de tres especies de plantas en Colombia.

Este “ratón de herbario”–como él mismo se denomina– se caracte-riza por imprimir una gran pasión a su labor científica, la cual desarrolla en el Herbario Gabriel Gutiérrez Vi-llegas de la Universidad Nacional de Colombia en Medellín.

Allí, precisamente, quedarán las colecciones originales de los especímenes que halló, años atrás, en sus expediciones por varias zo-nas de Antioquia, en donde reco-lectó y fotografió las plantas.

Todo se dio cuando este in-geniero agrónomo, estudiante de Maestría en Ciencias Biológicas, empezó a dialogar con los inves-tigadores Javier Garzón y Fabio González, del Instituto de Ciencias Naturales de la UN en Bogotá. Por entonces, ellos revisaban la taxo-nomía para Colombia del género Burmeistera.

“Yo había tomado muestras en diferentes sitios del país; entonces, empezamos a revisar las fotogra-fías que tenía, la literatura especia-lizada y toda la historia botánica del género”, dice Vélez.

Así, luego de rastrear, analizar y comparar morfologías entre las muestras que poseía y las existentes en otros herbarios, llegó a una con-clusión indiscutible: tres especies de la familia Campanulaceae eran desconocidas por la ciencia y se en-cuentran exclusivamente en Colom-bia, dos de ellas solo en Antioquia.

En peligro

La primera fue nombrada Bur-meistera antioquensis. Recibió es-te nombre científico porque solo crece en bosques alto andinos, en

Burmeistera luteynii. Crece en áreas de páramo por encima de los 3.300 metros sobre el nivel del mar.

Burmesitera bullatifolia. Su nombre científico se refiere a la superficie arrugada de sus hojas y su corola pubescente.

Burmeistera antioquensis. Con hasta 30 centímetros de altura, es una de las especies más pequeñas del género, pero a la vez más llamativas por la coloración de sus flores.

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límites con ecosistemas de páramo en el municipio de Sonsón, en el oriente antioqueño.

“Las expediciones botánicas en Colombia llevan más de doscientos años; en ese tiempo solo hemos en-contrado una especie nueva en esta región, por lo que podría estar en grave peligro de extinción, debido a que se encuentra entre el bosque andino y el límite de la frontera agrícola”, señala el experto.

Vélez sostiene que el hallazgo es un aporte al conocimiento de la flora nacional, ya que Colombia es un país megadiverso en plantas, que tiene todavía mucho por re-velar. Sin embargo, destacó que se debe luchar, con vehemencia, con-tra el deterioro de los ecosistemas, dado que existen muchas joyas na-turales que aún no se conocen. Lo grave es que el daño ambiental va mucho más rápido que los descu-brimientos científicos.

Las otras dos especies fueron halladas en una expedición y hasta hace poco no tenían un nombre científico asignado. Se trata de Bur-meistera luteynii, conocida hasta el momento solo en la Cordillera Oc-cidental, entre los departamentos de Antioquia y límites con Risa-ralda, y Burmesitera bullatifolia, encontrada en Chocó y Valle del Cauca.

“Se caracterizan por el color de las hojas, la pubescencia (las vellosidades), el color de los frutos y las flores bastantes vistosas en dos de ellas. Esto nos permitió, además de poderlas conocer en el campo, concluir que eran especies no descritas por la ciencia”, agrega el investigador.

El reconocimiento

El proceso de reconocimiento internacional de los especímenes comenzó en 2010 con la corrobo-ración de las muestras; no obs-tante, solo hasta el pasado mes de junio de 2013 la revista botánica

especializada Brittonia, del Jardín Botánico de Nueva York, hizo la publicación.

El artículo incluye una des-cripción morfológica detallada y el nombre científico que va a ser único para esa especie. Luego de la publicación, este queda registrado para la ciencia y se puede consul-tar en bases de datos de nombres científicos de plantas, en las que se espera ingresen próximamente.

Más allá

del descubrimiento

Según se ha determinado, el género al que pertenecen las espe-cies descubiertas es tan grande que se estima en unas cien el número que hay en el mundo, de las cuales más de cincuenta pueden existir en Colombia; esto refuerza la tras-cendencia del hallazgo.

Estas crecen cerca a bosques, quebradas y zonas más o menos bien conservadas, por lo que se podría explicar su tardía clasifica-ción y poco conocimiento. Vélez

asegura que las que poseen flores vistosas tienen bastante potencial ornamental, por lo cual sería ideal tratar de estudiar y cultivar algunas especies para jardines.

Mauricio Sánchez, profesor del Departamento de Ciencias Fo-restales de la UN en Medellín, dice que en el caso de una especie nue-va como la que se encuentra en peligro “es casi que una obligación de cualquier Estado propender por su protección”.

En ese sentido, asegura que el descubrimiento de especies es frecuente en los países del trópico, pero esto depende de la calidad de la investigación, pues hay zonas en Colombia, como la Amazonia o el Chocó biogeográfico, poco explo-radas, ya sea por la falta de recur-sos económicos o por situaciones de inseguridad.

Sánchez resalta: “El que se en-cuentre una especie nueva en una zona de frontera agrícola indica la ausencia de inventarios y estudios en botánica”.

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Bagre rayado y pez jetóna pocos pasos de la extinción

La presión pesquera, la concentración de población y el deterioro del hábitat son algunas causas que ponen en peligro de extinción a varias especies de peces de agua dulce en el país. El riesgo se ha duplicado en los últimos diez años.

Leidy Castaño,Unimedios

En los puertos de Girardot (Cundinamarca), Honda (Tolima), La Dorada (Cal-das) y Puerto Berrío (Antio-quia) la desazón es la misma: menos peces para el sustento diario de miles de familias. Por supuesto, esto no es noticia; desde hace más de una década agonizan varias especies que habitan en el río Magdalena.

La situación más compleja la afronta el bagre rayado del Mag-dalena (Pseudoplatystoma mag-daleniatum), especie que solo se encuentra en Colombia y ya entró en la categoría de peligro crítico de extinción.

En el norte del país, en la cuen-ca del río Ranchería, otro animal único en su tipo corre el mismo destino: el pez elefante de rostro largo (Ichthyoelephas longirostris), también conocido como jetón, je-tudo y pataló.

La conservación de estos y otros peces es urgente, debido a que hacen parte de la biodiversi-dad acuática nacional, así como del sustento económico y la super-vivencia de muchas comunidades a lo largo y ancho del país.

De las 1.435 especies que tiene Colombia, en estos momentos 81 tienen algún grado de amenaza de extinción. En el año 2002, la cifra llegaba a 42. “En un lapso de diez años se ha duplicado el número de especies de agua dulce que están en peligro”, asegura el biólogo Iván Mojica, investigador del Instituto de Ciencias Naturales (ICN) de la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá.

Demanda incesante

Debido a su escasez, el bagre rayado tiene un elevado valor co-mercial, lo que implica una alta demanda pesquera. Cabe destacar que el 80% de la población co-lombiana vive en la cuenca del río Magdalena, la única donde habita el pez.

El círculo se agrava por la contaminación y degradación de las aguas en las que vive, como también por la captura de ejem-plares cada vez más pequeños que todavía no han entrado en su etapa reproductiva. El profesor Mojica manifiesta que lo anterior ha lle-vado al empobrecimiento genético y a una previsible extinción de la especie.

Y es que menos peces signifi-can menos apareamientos y más endogamia (cruzamiento entre in-dividuos de ascendencia común).

Otro factor en contra del bagre es que la excesiva demanda impide que pueda realizar su migración anual de forma satisfactoria, en la época conocida como subienda.

“Mientras el caudal es alto, to-dos los peces se dispersan en la cuenca del Bajo Magdalena y es difícil capturarlos. Pero cuando lle-gan la subienda y el verano, y las ciénagas se contraen, empiezan a nadar río arriba; en ese momento comienza la pesca masiva”, descri-be el biólogo.

El 80% de la captura ocurre en esa época. El problema radica en que se interrumpe el regreso de las hembras a los lugares de desove y, por consiguiente, se trunca el surgimiento de una nueva genera-ción.

Los peces regados por la cuen-ca se reúnen y terminan confina-dos en las ciénagas, donde los hu-manos tapan sus salidas de escape. Los que logran evitar la primera re-dada posiblemente caerán en otro sitio durante su trayecto al sur.

Mojica insiste en la necesidad de que las autoridades ambientales hagan cumplir las vedas de pesca y regulen la comercialización. Tam-bién es indispensable apoyar la in-vestigación científica de la biología de la especie. Solo así podría ser rescatada.

Más conciencia menos presión

El científico asegura que más que represión se requieren cam-pañas de concientización. “Como biólogo no puedo llegar a una co-munidad y decirle no pesque más o se va para la cárcel”. Al contrario, la protección debe ampliarse a las personas, con nuevas alternativas económicas y de supervivencia.

El bagre podría dejar de enca-bezar la lista de peces a punto de desaparecer con una simple acción: permitir que su ciclo natural de mi-gración, reproducción y desove se cumpla durante dos temporadas seguidas. Una hembra pone cerca de 800 mil huevos; si bien, la mayor parte no se desarrolla por diversos factores naturales, con una porción que prospere se podría repoblar el Magdalena.

Otra estrategia sería seguir el ejemplo de las grandes flotas pes-queras de España, Portugal, Fran-cia y Canadá que dan un subsidio a los pescadores para que no captu-ren; una alternativa que merma la presión pesquera y permite recu-perar la población de peces ame-nazados.

Riesgo en el río Ranchería

La segunda especie en peligro es el pez elefante de rostro largo o jetón, único en Colombia y en el mundo. Su pariente más cercano está en el río Guayas, en Ecuador. En este caso, los mayores riesgos son la contaminación de su hábitat por la minería, la erosión y la defo-restación.

Prefiere aguas rápidas, limpias, claras y bien oxigenadas; es poco usual capturarlo en las ciénagas de la parte baja. En el Magdalena se distribuye desde la región de Neiva en el Huila, hasta la zona del Cesar, y aunque no participa de la subienda, efectúa desplazamientos cortos hacia los tributarios cuando las aguas son menos turbias, du-

rante los meses de verano. En el río Ranchería habita desde la zona de piedemonte hasta cerca de su desembocadura al mar Caribe, en Riohacha.

Sin caudal

La cuenca del río Ranchería es pequeña; se baña de ríos y quebra-das de la Sierra Nevada de Santa Marta. Llega hasta La Guajira a una zona desértica y ahí disminuye el caudal por infiltración en los sue-los. En verano, no llega al mar, pues se forma una barrera de arena. Con todo y esto, en el año 2010 se cons-truyó la represa El Cercado, que al regular los caudales del Ranchería, disminuyó el hábitat acuático del río e impactó directamente al pez jetón.

El profesor Mojica se pregunta: ¿Por qué crearon una represa en un caudal tan pequeño y en una región desértica? El debate sigue abierto. Lo cierto es que la construcción de la represa fragmentó las poblacio-nes de la especie e interrumpió sus desplazamientos a lo largo del río.

Los peces que quedan aguas arriba se desconectan de los otros; se convierten en poblaciones dife-rentes y no se pueden recombinar genéticamente.

Por lo pronto, no se conocen medidas de conservación y por ser una especie emblemática del país, se requieren medidas urgentes de defensa y manejo. Se considera prioritario iniciar estudios sobre su biología y ecología, pero además extender la protección a los ecosis-temas que habita.

Bagre rayado del Magdalena(Pseudoplatystoma magdaleniatum)

Pez elefante de rostro largo(Ichthyoelephas longirostris),también conocido como jetón, jetudo y pataló.

En alerta

En el Libro rojo de peces dulceacuíco-las de Colombia (2012), una iniciativa del Instituto de Ciencias Naturales de la U.N. en asocio con el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, el Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt, la WWF Colombia y la Universidad de Manizales, se estableció que entre las 81 especies listadas, una está extinta; otra, en peligro crítico; cuatro, en peli-gro; 48, en estado vulnerable; 24, casi amenazadas; y tres, en preocupación menor. La especie extinta es el pez graso de la Laguna de Tota.

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Con residuos de podaproducen energía eléctrica

Por cada kilogramo de materia verde se pueden producir hasta 354 litros de biogás. Este es el logro de ingenieros ambientales que proponen aprovechar los desechos orgánicos y evitar que termi-nen contaminando las fuentes hídricas y los suelos, como sucede hoy en Colombia.

Jeinst Campo Rivera,Unimedios

La disposición final de los resi-duos sólidos urbanos es uno de los principales problemas ambientales que enfrentan las ciudades. En paí-ses en desarrollo, como Colombia, urgen alternativas de aprovecha-miento que sean sostenibles.

Según el Ministerio de Am-biente, Vivienda y Desarrollo Rural, el país produjo 25.079 toneladas de desechos en el año 2008, pero solo el 2,4% fue aprovechado por las cadenas productivas. En contraste, Alemania reutiliza hasta el 62%, de acuerdo con datos de la Agencia Europea de Medio Ambiente.

De hecho, uno de los objetivos en el viejo continente es reutilizar el 50% de las basuras para el año 2020. Es una meta que ya comien-zan a cumplir varias naciones de la Unión Europea. En Colombia, si bien existe una amplia normativi-dad al respecto, no hay planes ni metas claras.

Biodegradables por aprovechar

Dentro de las montañas de re-siduos que se producen a diario, la mayor parte corresponde a restos orgánicos que provienen principal-mente de actividades domésticas, como resultado del procesamiento y consumo de alimentos, así como del mantenimiento de parques, jardines y espacios verdes.

La profesora Luz Stella Cada-vid, doctora en Ingeniería Ambien-tal de la Universidad Nacional de Colombia en Palmira, señala que por su naturaleza biodegradable estos materiales producen gases de efecto invernadero y lixiviados (aguas tóxicas) que pueden llegar a contaminar las fuentes hídricas, el suelo y el aire.

Sin embargo, estos elementos orgánicos podrían tener un destino beneficioso para el ambiente si se aprovecha su potencial intrínseco, pues cada tallo, hoja verde o cásca-ra es el resultado de un proceso de fotosíntesis que ha concentrado la energía de los rayos de sol.

Ese poder energético se pue-de recuperar a través de métodos de combustión, pirólisis (descom-posición química de la materia orgánica) y digestión anaerobia (descomposición del material bio-degradable con el uso de micro-organismos). Esta última ha sido ampliamente aplicada en Europa, Estados Unidos y algunos países asiáticos.

Potencial verde

En la UN en Palmira, con el objetivo de impulsar la conciencia del reciclaje e incentivar investiga-ciones en el área, la coordinación del Sistema de Gestión Ambiental (SGA) trabaja en el manejo integral de los residuos sólidos producidos en sus distintos campus; a la fecha, el nivel de aprovechamiento llega al 40%.

La profesora Cadavid, direc-tora del SGA, asegura que uno de los recursos orgánicos que aún no

Ciencia y tecnología

se aprovecha son los restos que quedan de la poda de los prados, árboles y demás zonas verdes de los campus. Solo en la sede Palmira se producen hasta dos toneladas por mes.

En ese sentido, la docente di-rigió el proyecto de investigación de la estudiante de Ingeniería Am-biental Vanessa Bolaños Valencia, que evaluó el potencial de metano (CH

4) en ese tipo de desechos. Para ello, empleó la metodología Poten-cial Bioquímico de Metano (PBM), a través de la digestión anaerobia.

El metano es un hidrocarburo que es la fuente de energía conte-nida en el biogás (El CH

4 constituye hasta el 97% del gas natural).

La investigación se dividió en dos fases. La primera, un experi-mento en el que se determinó el potencial bioquímico del metano. La segunda, la optimización de la generación de biogás en función de los sólidos totales contenidos en el material vegetal.

Luego de sesenta días de se-guimiento y análisis se encontró que el máximo potencial de bio-gás alcanzado fue de 354 litros por kilogramo de materia verde; y el

máximo potencial de metano de 230 litros por kilogramo”, afirma la estudiante Bolaños.

No obstante, uno de los pará-metros importantes para la aplica-ción del proceso fue determinar la concentración de sólidos totales en el digestor anaerobio. Se halló que con una concentración del 4% se obtiene una mayor producción de combustible.

Un buen ahorro

La investigación incluyó una proyección del valor máximo teó-rico de producción de biogás si se aprovechara el 100% de los resi-duos generados.

Vanessa Bolaños explica que cada kilogramo podría generar 2,12 kilovatios por hora (kWh). Y te-niendo en cuenta que la eficiencia de conversión a energía térmica y eléctrica es de alrededor del 50% y 30% respectivamente, por cada kilogramo se podrían obtener 1.06 kWh de energía térmica efectiva y 0.64 kWh de eléctrica”.

Según los cálculos de las inves-tigadoras, con esas dos toneladas de materia verde que se producen

en la sede Palmira se pueden obte-ner 671 metros cúbicos de biogás (671.000 litros) por mes y producir 1.208 kWh de energía eléctrica (se encenderían 42 bombillos de 80 vatios, funcionando 12 horas con-tinuas).

Electricidad propia

El proyecto, según la profesora Cadavid, representa no solo una oportunidad de aprovechamiento de los residuos para la Sede, sino también para Palmira y otras ciu-dades del país, que podrían dar una buena disposición final a los restos vegetales y generar electrici-dad propia.

“Palmira genera aproximada-mente 217 toneladas de desper-dicios de poda al año. De aprove-charse, podrían generar 230 MWh de energía térmica o 140 MWh de energía eléctrica. Esta última po-dría utilizarse para iluminar 18 ki-lómetros de carretera y así el mu-nicipio ahorraría hasta 45 millones de pesos al año”, dice la experta de la UN.

que sirven para prender 42 bombillos de 80 vatios

por 12 horas continuas

se obtienen671 m3 de biogás

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17Ciencia y tecnología

Equipo evitará daños en la piel por radioterapia

Un nuevo dispositivo de desviación magnética es capaz de apartar y cuantificar la presencia de elec-trones contaminantes que afectan la salud de la piel de pacientes sometidos a radioterapia.Leidy Castaño,

Unimedios

La radioterapia externa con rayos X es una de las modalidades de tratamiento contra el cáncer (junto con la quimioterapia y la ci-rugía) en la que se complementan la física y la medicina al servicio de los pacientes oncológicos. Sin embargo, el uso inadecuado de la radiación médica puede ocasionar efectos secundarios.

Jhonnatan Osorio Moreno, ma-gister en Física Médica de la Uni-versidad Nacional de Colombia en Bogotá, desarrolló un dispositivo que aparta los electrones contami-nantes del haz de rayos X, para así medir, indirectamente, qué partí-culas secundarias se emiten en las dosis aplicadas a los pacientes.

Cuando este haz es generado se produce una radiación electro-magnética que afecta a los electro-nes del átomo o molécula, altera su composición y origina un proceso llamado ionización. Esta radiación ionizante posee energía suficiente para afectar el funcionamiento de las células.

Generalmente, los electrones pueden destruir el ADN celular, pero su poder de penetración está limitado por su energía cinética (es decir, es proporcional a la ve-locidad con la que viajan), que en el caso de la radioterapia hace que prácticamente estos se detengan en las capas iniciales de la piel.

Ahora bien, las personas siem-pre están expuestas a la radiación, ya sea por fuentes naturales, como el suelo, el agua o la vegetación, o artificiales, como las utilizadas en medicina. De esta manera, a me-dida que aumenta su uso, también lo hacen los posibles peligros para la salud.

Caracterizar las partículas

Todas las partículas que ten-gan carga eléctrica y estén en mo-vimiento pueden ser desviadas y controladas a través de un campo magnético. La fuerza que controla estas partículas y que es generada por el campo magnético se llama fuerza de Lorentz.

Un ejemplo son las auroras boreales en las regiones polares del planeta. Estas son producidas por el movimiento de partículas cargadas provenientes del espacio exterior y desviadas por el campo magnético de la Tierra, que prote-ge de esta forma a los individuos de posibles daños en su ADN.

En el ámbito de la radiotera-pia, los electrones contaminantes pueden impactar la piel y causar efectos colaterales como descama-ción, eritemas (quemaduras) su-perficiales y efectos de dilatación de los vasos sanguíneos.

Según el experto, “la labor del físico médico es caracterizar las

Dispositivode desviación

magnética

propiedades físicas y dosimétricas (medida de la energía por unidad de masa) del haz de radiación, para entregar un tratamiento de calidad que garantice que la dosis prescrita por el médico radio-oncólogo sea administrada correctamente”.

Mayor precisión

Para cuantificar la presencia de los electrones dañinos, el in-vestigador diseñó un dispositivo magnético capaz de apartarlos del haz de rayos X. Para esto utilizó la fuerza de Lorentz. Esta es ejerci-da por el campo electromagnético sobre una partícula cargada o una corriente eléctrica.

La dosis absorbida pudo cuan-tificarse al comparar las medicio-nes dosimétricas del haz con y sin la presencia de electrones. Para el experimento se utilizó un maniquí de agua y una cámara de ioniza-ción, equipos usados habitualmen-te en los centros de radioterapia.

Así, la medición se puede rea-lizar sin la necesidad de recurrir a complejos sistemas como los de-tectores de yoduro de sodio o ger-manio hiperpuro, especializados en medir y analizar detalladamen-te el espectro del haz de rayos X.

En total, fueron realizadas 96 mediciones dosimétricas para si-

mular las diversas condiciones de haz en un tratamiento habitual. Los campos irradiados en el expe-rimento fueron de 10x10, 15x15 y 20x20 centímetros cuadrados.

Estas dimensiones se reali-zaron basadas en los protocolos de calibración de las máquinas (aceleradores lineales –linacs–) usadas para irradiar a los pacien-tes. Dependiendo del caso clínico, un paciente puede necesitar una irradiación de un campo pequeño –por ejemplo para tratar glándulas salivares– o de uno grande –para enfermedades como el cáncer de pulmón–.

Por la gran diversidad de tu-mores, los aceleradores lineales pueden adaptar el campo de tra-tamiento a cualquier condición clínica: varios tamaños de campo, acercar o alejar la fuente de irradia-ción del paciente o utilizar diversos accesorios que ayudan a adaptar mejor la forma del haz de rayos X a la forma geométrica del tumor.

Por esta razón, en las medicio-nes se usaron diferentes distancias y se consideraron diversos acceso-rios adicionales para manipular el campo de irradiación; en particu-lar, se usaron cuñas que atenúan el haz de manera irregular y bandejas de acrílico que se utilizan en blin-dajes personalizados.

Menos radiación

Los resultados obtenidos mostraron una clara evidencia del aumento de la contaminación (entre el 8% y el 12%) cuando se aumentaba el tamaño del campo irradiado.

Esto se debe a que el efecto mecánico-cuántico de la interac-ción de los electrones con la mate-ria depende fuertemente del rango de energías en el que los electro-nes son generados. Por esta razón, electrones con bajas energías tie-nen menos probabilidades de lle-gar hasta la superficie del paciente, pero si el campo de irradiación es más grande, existe más probabili-dad de crear un mayor número de electrones.

Debido a que la mayoría de los centros de radioterapia del país mantienen en uso equipos de co-baltoterapia y aceleradores con-vencionales (linacs), el aporte de esta investigación al campo de la radioterapia consiste en brindar un criterio cuantitativo adicional a la hora de evaluar los efectos colaterales que tienen las diversas técnicas de tratamiento sobre el paciente y su calidad de vida du-rante y después de estar sujetos a la irradiación.

Con el dispositivo se pueden apartar los electrones contaminantes del haz de rayos X, para así medir, indirec-tamente, qué partículas secundarias se emiten en las dosis aplicadas a los pacientes.

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18 Ciencia y tecnología

Colombia tendrá normapara predicción de rayos

En el transcurso de dos años y medio murieron 119 colombianos por rayos y 291 re-sultaron heridos. Es latente el riesgo que existe en el país por este fenómeno natural, debido a que es uno de los territorios donde más se originan tormentas eléctricas. Ante la ausencia de una legislación para detectarlos y prevenirlos la UN le entrega al país una noema de protección contra rayos.

Leidy Castaño, Unimedios

Colombia se encuentra en la zona con mayor actividad de rayos del mundo. El conocimiento cien-tífico que tiene el país sobre este fenómeno natural podría mitigar el peligro; incluso, los desarrollos tecnológicos alcanzados permiten soñar con tener una directriz y le-gislación claras para detectarlos y prevenirlos.

Para ello, expertos de la Uni-versidad Nacional de Colombia en Bogotá trabajan en la norma de Protección contra Rayos - Sistemas de Alerta de Tormentas, que en principio estaba dirigida al sector aeronáutico, pero que ahora puede ser retomado por una amplia gama de sectores civiles y oficiales.

Según datos de la empresa Keraunos –una de las principales entidades que monitorea y estudia rayos en América Latina–, en el país se estima que ocurren cerca de cien muertes al año por esta causa. Si se considera que por cada deceso hay nueve heridos, el nú-mero de afectados puede rondar las mil personas.

Entre el 2010 y junio de 2013, los reportes oficiales contabiliza-ron 410 afectaciones por rayos: 119 fallecidos y 291 heridos, cifra que según los expertos se queda corta frente a los casos que no se regis-tran.

Los rayos traen nefastas con-secuencias para el sector eléctrico, para la navegabilidad aeronáutica y para la vida en general; estar en un parque o montar bicicleta du-rante una tormenta puede costarle la vida a cualquier persona en el campo o la ciudad.

“El 26,8% de las muertes ocu-rre en espacios abiertos (parques y escenarios deportivos); el 13,7% cuando las personas se refugian debajo de los árboles; el 8,1% du-rante la práctica de deportes acuá-ticos, actividades de pesca y en playas, y el 5% durante cursos de golf”, explica Daniel Aranguren, doctor en Ingeniería de la Univer-sidad Nacional de Colombia en Bogotá.

Según el investigador y profe-sor Horacio Torres Sánchez, las es-tadísticas de vuelos muestran que en el mundo cada avión comercial es impactado por rayos una vez ca-da tres mil horas de vuelo y al me-nos una vez por año. En Colombia, un avión es impactado en periodos inferiores a las mil horas.

Las tormentas eléctricas son una de las principales amenazas para la seguridad aérea, no solo por las turbulencias y el congelamien-to, sino también por los impactos directos de rayos a aeronaves en vuelo, que si bien no afectan la se-guridad en el momento del impac-

La UN ha desarrollado varios proyectos para preparar a las comunidades frente a las amenazas de los rayos. Se destaca el sistema de emisoras de alerta temprana, en el departamento de Boyacá.

to, si producen ciertos daños que acarrean costos elevados, debido a que es necesario realizar paradas de operación obligadas, por tareas de inspección, reparación y man-tenimiento.

Para enfrentar este problema, el profesor Torres y el ingeniero Aranguren desarrollaron un equi-po que permite predecir la caída de rayos con media hora de anticipa-ción. El trabajo lo llevaron a cabo en el grupo Programa de Investiga-ción sobre Adquisición y Análisis de Señales (PAAS) de la UN.

Es mejor prevenir…

Los aeropuertos, con sus ope-raciones en rampa que involucran un gran número de personas al aire libre y manejo de combustibles, entre otros, comúnmente están ex-puestos a riesgos muy elevados por la actividad de rayos.

Por eso, luego de años de in-vestigación y desarrollo tecnoló-

gico, un grupo de ingenieros de varias universidades y empresas conformaron uno de los comités de normalización del Icontec, que trabaja en una norma enfocada al sector aeronáutico.

“La norma busca mitigar el impacto del rayo y sus costos. Con criterios de predicción y preven-ción que garanticen que no existe peligro de accidentes en las ope-raciones de despegue y aterrizaje en tierra”.

La normativa está acorde al es-tándar internacional, pues se trata de un sistema de alerta que pro-porciona información en tiempo real sobre las tormentas eléctricas, lo que permite implementar medi-das preventivas.

Proporciona, además, los re-querimientos básicos para sen-sores y redes que recogen infor-mación precisa de los parámetros relevantes, ofreciendo información en tiempo real de tasas y rangos de ocurrencia de rayos. Igualmente,

describe la aplicación de datos re-cogidos por estos sensores y redes en forma de alertas y datos histó-ricos.

Asimismo, aplica para el uso de información de sistemas de alerta de tempestades (equipos que proporcionan información en tiempo real) sobre la actividad eléctrica atmosférica, con el fin de tomar medidas preventivas en los momentos oportunos.

De esta manera, el sector ae-ronáutico del país contará con una descripción general de los sistemas de alerta de rayos y electrificación de tormentas, directrices para mé-todos de alarma y procedimientos para determinar la utilidad de la información.

El profesor Torres dice que la norma puede prevenir accidentes y muertes de personas que se en-cuentren realizando labores al aire libre por mantenimientos, depor-tes, competencias, agricultura o conciertos, etc.

Riesgo real

Para evidenciar el grado de vulnerabilidad de las personas an-te los rayos, el profesor Torres re-cuerda que el pasado viernes 6 de septiembre se presentó una fuerte tormenta eléctrica en Barranquilla, que además de causar la suspen-sión por hora y media del partido de la Selección Colombia frente a Ecuador, ocasionó la muerte de una persona.

“La fatalidad ocurrió en las cercanías del estadio Metropolita-no; lo que significa que cerca de 50.000 espectadores estuvieron en riesgo de ser impactados”, destaca el experto.

Agrega que los organizadores del espectáculo detuvieron el par-tido no por los rayos sino por la lluvia, cuando debería ser lo con-trario. Una norma como la que es-tructuran los investigadores de la Universidad permitiría evitar estos errores.

El documento contempla el almacenamiento, el procesamien-to y el transporte de sustancias pe-ligrosas (inflamables, radioactivas, tóxicas o explosivas) y la preven-ción en determinados entornos o actividades con especial riesgo de descargas electrostáticas.

De igual manera, operaciones donde la continuidad de servi-cios básicos es muy importante: telecomunicaciones; generación, transporte y distribución de ener-gía; servicios de salud y de emer-gencia.

El objetivo primordial es sal-var vidas, por eso se espera que diversas organizaciones apoyen y se apropien de esta normativa, que además protege viviendas e infra-estructuras.

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Ingenieros químicos desarrollaron un dispositivo que genera energía ambientalmente sostenible, al utilizar polvo de óxido de zirconio, óxido de níquel y manganita de lantano con estroncio. Si bien, las celdas se utilizan desde hace décadas, esta propuesta –a la espera de patrocinio– mejora su funcionamiento.

Lina Leal,Unimedios

Cuando la tripulación del Apo-lo 11 viajó a la luna en 1969 porta-ba celdas de combustible. Se trata de artefactos electroquímicos que a partir de hidrógeno y oxígeno generan energía eléctrica. Pueden durar hasta veinte veces más que una batería convencional y operar continuamente sin ciclos de carga y descarga, y con menos contami-nantes para el medioambiente.

Durante cerca de cuatro dé-cadas, estas han sido utilizadas apenas en campos como la as-tronáutica. De cualquier manera, frente a los problemas ocasionados por la explotación de petróleo y ante los avances tecnológicos, se han ido popularizando; diferentes países del mundo como Alema-nia y Estados Unidos prueban es-ta tecnología para proveer energía eléctrica a vehículos o a proyectos residenciales.

Pero ¿por qué en Colombia aún no se comercializan ni se de-sarrollan? Marco Fidel Suárez, pro-fesor del Departamento de Quími-ca de la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá, explica que el uso de estos dispositivos enca-recen los productos; además, en la actualidad prevalecen otras tecno-logías difundidas en el mercado, lo que significaría cambiar patrones de consumo ya definidos.

Por ejemplo, ya empresas co-mo Codensa o EPM importaron algunos carros eléctricos y, con el apoyo de la Fundación Clinton, entraron en circulación los prime-ros taxis de este tipo en Bogotá; así como plantas de abastecimiento de hidrógeno. En los celulares, si bien podrían extender sus cargas de días a meses, resultarían tres o cuatro veces más costosos, debido a su fabricación por empresas en el exterior.

En Colombia comienzan a dar-se pasos importantes para cambiar esa realidad. Jaime León Aguilar Arias, profesor del Departamento de Ingeniería Química de la UN, logró desarrollar un proceso que permite producir celdas de com-bustible nacionales. Aunque estas inicialmente son producidas en laboratorio, el proceso puede ser escalado a la industria.

Una escena eléctrica

Para comprender el proce-so que se produce al interior de las celdas de combustible habría que compararlas con un teatro, en donde están el público, los prota-gonistas de la obra y el telón que los separa.

A diferencia de una batería, las celdas no requieren re-cargas sino flujos constantes de hidrógeno.

Tecnología nacional revolucionará las celdas de combustible

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En el escenario se presentan los dos actores protagónicos: el oxígeno y el hidrógeno. Fuera del teatro los dos reaccionan de forma violenta si se encuentran, pero allí adentro logran controlar su rela-ción con el fin de ofrecer un buen espectáculo (la corriente eléctrica es clave en la buena relación).

En esta obra el telón se llama electrolito y juega un papel fun-damental, debido a que separa los dos espacios que tiene este teatro químico por donde se mueven los electrones que originan la corrien-te eléctrica. Entonces, por un lado está el “público” (el ánodo) y por otro los “actores” (el cátodo).

En el lado del ánodo, frente al público, el personaje hidróge-no disgrega sus electrones produ-ciendo electricidad; esto lo logra haciendo que el público aplauda y mande sus buenas energías (traba-jo eléctrico) al oxígeno, el cual está detrás del telón (cátodo), lo que ha-ce que este se llene de valentía para atravesar el telón y se fusione con su pareja escénica, el hidrógeno.

“Esencialmente, la labor prin-cipal de la celda es generar electri-cidad, pero de esta fusión se obtie-ne también agua de alta calidad, la cual es un subproducto del pro-ceso”, explica el profesor Aguilar. Aclara que es prioritario retirar esa humedad constantemente para que la celda funcione de manera

correcta. En el caso del Apolo 11, el agua fue usada para el consumo de los astronautas.

Diseño más eficiente

A la fecha, son varios los desa-rrollos logrados desde las primeras celdas elaboradas en 1969. Actual-mente, el ingeniero Aguilar diseña el dispositivo del electrolito utili-zando polvo de óxido de zirconio; para el ánodo usa óxido de níquel y para el cátodo manganita de lanta-no con estroncio.

Con las partículas de polvo conforma una pasta –para lo cual emplea técnicas de suspensión quí-mica en medio líquido–, que luego se convierte en una lámina o una cinta flexible. Este producto se lleva a un horno en donde se obtiene la celda en forma de una pieza de ce-rámica. Tanto en el procesamiento como en la operación de las cel-das hubo elementos novedosos en la investigación, los cuales fueron evidenciados por tres prestigiosas publicaciones internacionales.

Según el ingeniero, el zirconio utilizado es atípico en la construc-ción de este tipo de tecnología y ha resultado más resistente. También asegura que, comúnmente, las cel-das se sujetan del electrolito o “te-lón” porque así resultan más fáciles de producir, pero esto encarna un problema debido a la resistencia

que se genera en el canal para la trayectoria. En cambio, en este di-seño, se soportan en el ánodo, lo cual mejora la eficiencia.

“Tenemos un método con el que podríamos competir en el mundo en la producción de celdas cerámicas de combustible de alta temperatura”, sostiene el investiga-dor, y añade que también existe la posibilidad de crear modelos a ba-ja temperatura. En América Latina existen grupos que han intentado producirlas, pero no lo han conse-guido, por lo que se sigue depen-diendo de la importación a un alto costo económico.

De este modo, el desarrollo del profesor Aguilar es una alternativa de menor costo, con mejor resisten-cia para producir energía de manera más eficiente y con menor daño al medioambiente, pues el uso de un componente como el hidrógeno produce menos emisiones contami-nantes que la quema de gasolina.

En este sentido, la producción propia de estos artefactos, según el profesor Suárez, resulta esencial para el ingreso al mercado mundial, pero también para su inserción en nuestro medio. No obstante, agre-ga: “Se necesitan políticas de Es-tado para regular e implementar su uso y comercialización. Por eso, tenemos que ser conscientes de que estas tecnologías pueden be-neficiarnos en muchos aspectos”.

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20 Apropiación del patrimonio II

El Museo de Arquitectura Leopoldo Rother de la Universidad Nacional de Colombia fue uno de los primeros edificios que rompió la composición simétrica y canónica que predominaba en la primera mitad del siglo XX en el país.

Carlos Niño Murcia, Profesor de la Facultad de Artes

Universidad Nacional de Colombia

Un edificio es un bien patri-monial si cumple dos condiciones: una gran cualidad espacial y tec-tónica y haber albergado hechos significativos. Algunos cumplen solo el segundo requisito, si bien pueden ser modestos en su arqui-tectura: allí nació o murió alguien importante o sucedió un evento extraordinario.

Con respecto a la primera con-dición es difícil definir su valor, pues calificar la calidad bordea el terreno de lo subjetivo. Aun así, la calidad existe, la tienen la cúpula de Brunelleschi en Florencia, el Partenón de Atenas y el Altes Mu-seum de Berlín, entre otros. En nuestro medio, el Capitolio Nacio-nal, la ciudad de Cartagena, incluso ¡la plaza de mercado de Girardot!

Sin duda, el actual Museo de Arquitectura Leopoldo Rother de la Universidad Nacional de Colombia cumple, y con creces, los dos re-quisitos. De origen prosaico, entre 1946 y 1949 surgió para la imprenta universitaria y sus rotativas, junto a los enormes rollos de papel y toda su noble función divulgadora. Su tarea primordial: generar cono-cimiento y difundirlo a sus estu-diantes y al país.

No obstante, en 1952 la im-prenta fue trasladada e integrada con otras similares del Gobierno; el edificio fue adaptado para el Instituto de Psicología. Poco des-

Música, naturaleza y luz en la arquitectura

En el Museose conservan

1.422 documentosrelacionados

con la vida y obradel colombo-alemán

Leopoldo Rother.

pués, allí empezó (1956-1964) la carrera de Filosofía, programa fundamental que ha enseñado al país a pensar y ha dado luces para comprender el mundo y a la na-ción. Asimismo, en el lugar nació en 1986 la Maestría de Historia del Arte y de la Arquitectura, donde se ha reflexionado sobre la expresión artística y la construcción de nues-tro entorno. Ha sido un espacio de gestación, luminoso y propiciador de hechos significativos en la Uni-versidad.

A partir de 1964 sirvió como Biblioteca del campus, al reunir las colecciones dispersas en las facultades (en la sala en que an-tes se imprimían libros se cumplió entonces el rito de la lectura y la indagación). Por esos días, en la parte posterior y en un semisóta-no, despachó el almacén de pape-

les e implementos para ejercicios de dibujo de los arquitectos en ciernes y, por supuesto, atendía por igual a otros estudiantes, de diversas carreras y modalidades de enseñanza.

Por último, desde 1986 ha sido sede del Museo de Arquitectura, el primero de su especie en nuestro medio, donde cumple a cabalidad su labor con exposiciones, archivo, conferencias y otros actos acadé-micos exaltados por la belleza del edificio.

Trazos orgánicos

De vuelta al primer requisito –la calidad arquitectónica–, el edi-ficio ha tenido mucha suerte en las intervenciones sucesivas que se le han realizado como consecuen-cia de sus valores y potenciales

iniciales. Se suman unas manos sensibles que lo han intervenido con acierto.

En sus materiales, se apartó del color blanco de los edificios de la Ciudad Universitaria e irrumpió con lenguajes expresivos, de arci-llas y volúmenes variados y sin la composición simétrica y canónica de antes.

Por fuera sobresalen las cásca-ras curvas del volumen, como las corazas de un rinoceronte, orgáni-cas y libres, en una danza formal dispuesta al sol y a los transeúntes. Tal dinámica se complementa con los remates curvos de los muros que reconfirman su aspecto ana-tómico. Estos no llegan hasta las cubiertas con el fin de permitir ventanales completos, que dejan pasar raudales de luz. Las paredes son gruesas y con vacíos para res-

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Libertad y Orden

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El edificioes Bien de Interés Cultural

de Carácter Nacionaldesde 1995

y es una de las obras maestras

de la arquitecturamoderna

en Colombia.

El Museode Arquitectura

tiene 643metros cuadradospara exposiciones

relacionadascon esta área

del conocimiento.

pirar –a manera de chimeneas–; de esta forma impiden que el am-biente interno se humedezca y da-ñe el papel almacenado para la imprenta.

La planta se organiza sobre una trama doble: una retícula orto-gonal que rige la disposición gene-ral y otra inclinada doce grados so-bre la primera que contiene parte de las escaleras, el portal de acceso y algunos muros. Al articular las dos tramas se despliega la notable espacialidad del edificio.

Lo vemos en la escalera, que se desliza entre las redes geométricas con fluidez de serpiente. Se conto-nea y avanza como volando sobre la tierra, por entre hojas, charcos, piedras y desechos del bosque. Su-be como rampa desde el vestíbulo y se revuelve para tomar una es-calera recta contenida en la otra retícula.

Esta rampa antes daba acceso a las rotativas y luego, en reformas sucesivas, el piso se levantó un poco. En la sala, la serpiente esca-lonada pasa veloz por las rampas que llevan a las oficinas y luego re-gresa al vestíbulo primero con gran plasticidad. Este juego de rampas y escaleras es uno de los principales eventos del recorrido, que como en toda arquitectura moderna es la razón de ser de sus espacios y secuencias.

Sus valiosos detalles son mu-chos: las barandas inclinadas de las escaleras, que abren y aceleran aún más el flujo (en particular las de las escaleras del tercer piso con palatinas pareadas que abrazan las gradas); las columnas internas de sección ovalada, que agilizan las fuerzas y los movimientos; las vigas en el techo que lo sostienen, cur-vándolo con gracia; las ventanas de perfil metálico y sus ingeniosos mecanismos de apertura…

Al compás de las formas

De nuevo afuera, la fachada sigue un especial ritmo musical de vanos y llenos: si las columnas de cemento definen intercolumnios con pilastras menores que forman una secuencia 1:3:1, y si entre estos llamamos “a” el espacio vidriado menor, “b” la pilastra menor y “c” la columna mayor, leemos enton-ces un ritmo c:a:b:aaa:b:a:c que se repite luego en ocho compases.

Su diseñador, Leopoldo Ro-ther, fue más que un aficionado a la música, tocaba chelo con pericia y prefería la música del siglo XX, en sus sonoridades y modulacio-nes que buscan enriquecer el pen-tagrama y dilatar las posibilidades de componer más allá de la forma clásica. Eso es esta fachada: luces y pilastras, mayores y menores, mú-sica de concreto y ritmos arquitec-tónicos.

La obertura es la pérgola, refu-gio actual de muchos estudiantes que hacen de ella su "parche" y su querencia. Una columnata ligera y blanca como la fachada sigue la trama ortogonal hasta plegarse y encontrar el pórtico del acceso. Este irrumpe en otro sentido, se inclina y gira con la retícula para resaltar por contraste la puerta. La entrada a este maravilloso edificio es ejemplo cimero del patrimonio de la Universidad y manifestación palpable del papel de la arquitec-tura: albergar de modo adecua-do las funciones para las que fue construido y ser ambiente y luz que exalta y dignifica la vida.

Por eso, lo preservamos con afecto, pues enaltece nuestra expe-riencia universitaria. Además, ha sido útero fértil de varios legados que la UN ha dado a Colombia. Fo

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Unimedios y la Dirección de Patrimonio del Ministerio de Cultura entregan el se-gundo artículo del Proyecto de Apropia-ción del Patrimonio Arquitectónico (APA). El fin es redescubrir los edificios de la UN, bienes culturales de la nación, para el dis-frute de toda la sociedad.

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Primer inventario de parásitos en cultivos de Maracuyá

Siete géneros de gusanos microscópicos, que ocasionan daños internos y externos en las raíces de las plantas de maracuyá, fueron identificados en 28 variedades de esta fruta. Los patógenos producen la pérdida de hasta la mitad de los cultivos. Ahora que se conoce al “enemigo”, se podrán plantear estrategias de control.

Jeinst Campo Rivera,Unimedios

El maracuyá, también cono-cido como parchita, parcha o ye-llow passionfruit, es la especie que produce mayor rentabilidad eco-nómica dentro de las 570 que per-tenecen al género Passiflora, que se distribuye por el trópico americano (Colombia tiene la mayor diversi-dad silvestre y cultivada, principal-mente en las montañas andinas).

A pesar de que la fruta es ori-ginaria de la región amazónica, fue descrita por primera vez en 1932 en la isla de Hawái (EE. UU.), por el botánico Olsen Degener; desde allí se extendió a otras naciones tropicales del mundo. Hoy se loca-liza en regiones desde el nivel del mar hasta las que rondan los 1.350 metros de altura.

A comienzos de la década del sesenta fue introducida al país a tra-vés del departamento del Valle del Cauca. Hoy es el tercer productor mundial con cerca de seis mil hec-táreas cultivadas y un rendimiento de 92 mil toneladas en el año 2012. El 75% de la cosecha se exporta a Europa como jugo concentrado y el resto se comercializa en mercados locales como fruta fresca.

Poderosas plagas

No obstante este buen panora-ma, el cultivo de maracuyá enfren-ta plagas que merman su produc-tividad. Hongos, bacterias, virus y nematodos fitoparásitos reducen hasta en un 50% las cosechas y oca-sionan grandes pérdidas económi-cas para los productores.

“El aumento en la incidencia y severidad de pestes como la mosca del ovario o el botón floral, sumado a enfermedades como la secadera o marchitez vascular, la mancha de aceite, la roña y el virus del mosaico de la soya, incrementan el deterioro de las plantas. Como consecuencia, crece el uso de tratamientos quími-cos que van en contra de la salud humana y del medioambiente”, se-ñala Jhon Ocampo, docente de la Universidad Nacional de Colombia en Palmira.

Los nematodos son un grupo de diminutos gusanos cilíndricos

que representan una de las prin-cipales plagas tanto en animales como en plantas. Los que atacan al maracuyá han sido poco estu-diados; de hecho, los diagnósticos fitosanitarios actuales son, por lo general, de carácter empírico, pues dependen de la observación visual que haga el campesino, lo que pue-de conllevar a un mal tratamiento.

Ocampo sostiene que al momento de alimentarse estos organismos utilizan su boca lar-ga, delgada y puntiaguda (llama-da estilete) para ocasionar daños internos y externos en las raíces de las plantas. Algunos del género Meloidogyne spp. pueden estar aso-ciados con hongos del suelo como Fusarium spp.

La ingeniera agroforestal Ro-cío Alexandra Ortiz, estudiante de la Maestría en Fitopatología de la Universidad de Caldas e investiga-dora del proyecto, explica que en Colombia son escasos los estudios relacionados con nematodos fito-parásitos en las especies cultivadas del género Passiflora.

“Se deben desarrollar estrate-gias de manejo debido a la impor-tancia del cultivo para miles de familias. Además, es vital indagar sobre el efecto de estos seres mi-croscópicos en el sistema radicular (el conjunto de raíces) y en la parte aérea del arbusto, al igual que en su componente genético”, dice la profesional.

Por ello, los ingenieros em-prendieron un proyecto, respalda-do por el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, para identificar y cuantificar los nematodos pre-sentes en la Colección Nacional de Maracuyá establecida en la Granja Luker, en el municipio de Palestina (Caldas).

El hallazgo

El trabajo científico comenzó con el establecimiento de un banco de germoplasma de maracuyá en octubre del año 2009, se sembraron 28 variedades de diferentes proce-dencias, organizadas en bloques de 3 x 3 metros.

“Para el ensayo, se recolecta-ron tres muestras de raíces y tres de suelo, de cien gramos cada una,

que fueron depositadas en bolsas plásticas y analizadas en el Labo-ratorio de Fitopatología de la Uni-versidad de Caldas”, afirma Óscar Adrián Guzmán, profesor auxiliar de la Facultad de Ciencias Agrope-cuarias de la institución caldense.

La extracción de nematodos se realizó con un método que con-siste en licuar las raíces en agua potable, tamizar el jugo resultante varias veces y centrifugarlo hasta obtener una muestra depurada en donde se pueda contabilizar los or-ganismos patógenos. Según el pro-fesor Ocampo, a cada una de las 28 muestras se les aplicó el mismo procedimiento para establecer las diferencias y variaciones de infes-tación de parásitos.

Así, se pudieron identificar sie-te géneros de nematodos fitopará-sitos: Rotylenchulus spp., Helico- tylenchus spp., Radopholus spp., Meloidogyne spp., Tylenchus spp., Aphelenchoides spp. y Trichodorus spp. De acuerdo con la clasifica-ción científica, estos pertenecen principalmente a la clase Secernen-tea, al orden Tylenchida y la familia Hoplolaimidae.

El estudio puso en evidencia que todos los suelos y todas las raíces de las variedades tenían pre-sencia de nematodos parásitos. Las principales especies halladas fue-ron de los géneros Helicotylenchus spp. y Rotylenchulus spp., con una incidencia entre el 100% y el 75%, respectivamente.

También se concluyó que la planta de maracuyá tiene una va-riabilidad genética que la ha hecho tolerante a estos patógenos. “Lo-gramos identificar las accesiones (variedades) AntFla03, CalFla03, CauFla01, CauFla02 y HuiFla06 con tolerancia a uno o dos de los géne-ros Helicotylenchus spp., Rotylen-chulus spp. y Meloidogyne spp. re-portados en la investigación”, afir-ma Alexandra Ortiz.

Esta aparente tolerancia es fundamental para desarrollar pro-cesos de fitomejoramiento en el maracuyá y en la búsqueda de va-riedades más tolerantes a los pro-blemas fitosanitarios que permitan un mejor desarrollo del cultivo y una reducción de los tratamientos químicos para su control.

Agro

Son miles de nematodos que afectan las raíces de las plantas.

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Se realiza teniendo en cuenta la importancia de hacer seguimiento a las diferencias y coherencias que hay entre la Ley Estatutaria y la Ley Ordinaria en el proyecto gubernamental de Reforma a la Salud, y los acuerdos y desacuerdos que estas representan para el Sistema de Seguridad Social en Salud del país.

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MOISÉSWASSERMANExrector de laUniversidad Nacionalde Colombia

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La Constitución contempla destinaciones especí�cas de recursos públicos para �nanciar el sector de ciencia, tecnología e innovación. La Universidad Nacional de Colombia hará seguimiento a la gestión pública que hasta el momento se ha hecho de estos recursos y su correspondencia entre los proyectos y las prioridades regionales del país.

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Historiografía y planificación urbanaen América Latina

Editora Isabel Duque FrancoFacultad de Ciencias Humanas, sede Bogotá

Universidad Nacional de Colombia

El presente libro surge en el marco de la octava edición del Ciclo de Conferencias en Geografía “Las ciudades en el Bicente-nario. Historiografía y planificación urbana en América Latina”, realizado en Bogotá en octubre del 2010. Esta obra recoge algunos de los trabajos presentados en el evento con el propósito de poner en discusión diferen-tes aproximaciones y desarrollos teóricos y metodológicos en torno a la historiografía y la planificación urbana en América Latina. La publicación, en su conjunto, aporta ele-mentos de reflexión en torno a algunos de los debates recientes sobre la teoría y práctica del planeamiento urbano.

Territorio y catolicismo en Colombia:Antioquia, siglos XVII-XX

Beethoven Zuleta RuizEditorial Universidad Nacional de Colombia

Colección Obra SelectaUniversidad Nacional de Colombia

Esta obra aborda la formación de las instituciones sociales en Colombia, en el período histórico del siglo XVII al siglo XX, a partir de una (re)interpretación de cor-te historiográfico y socio-antropológico de conceptos problemáticos como los de la propiedad, la posesión, la regla, la norma, la moral, la legalidad y la ilegalidad de los actos, el mestizaje, el territorio, y el carácter seglar y ontogénico del poder pastoral.

La tesis de Werner Jaeger, expuesta en Paideia, sobre las consecuencias que trae la destrucción violenta de una tradición cultu-ral, es retomada para mostrar la eficacia de la metodología religiosa para provocar la de-cadencia de las culturas nativas, mediante la disolución de sus normas y hábitos de vida.

Compiladoras y Editoras Diana Zulima Urrego Mendozay Julieth Amparo Vega Oviedo

Facultad de MedicinaMaestría en Medicina Alternativa, sede Bogotá

Universidad Nacional de Colombia

Hace casi 7.000 años surgió en la antigua China un sistema médico fundamentado en la con-cepción del ser humano como un elemento integrado con la natura-leza, relacionado consigo mismo, con la tierra, con el cielo y con el universo. La Maestría en Medici-na Alternativa de la Universidad Nacional de Colombia presenta este libro, desarrollado en el área

de la Medicina Tradicional China, como fruto de la participación e interés de cada uno de los au-tores dentro de las actividades desarrolladas y propuestas. Surge como respuesta ante la necesidad de establecer criterios unificados, como escuela, frente a aquellos aspectos que se consideran cen-trales para el progreso académico de esta área.

La medicina tradicional China:un abordaje desde los sistemas

médico complejos

Reseñas

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Marta Traba: mirando a la modernidad

Cultura

En noviembre se cumplirán treinta años de la desaparición física de “una de los cinco intelectuales más importantes del país”. No obstante, su pensamiento sigue vivo: su obra es un clásico al abordar la historia del arte latinoamericano de la segunda mitad del siglo XX.

Alberto Fernández R.,Unimedios

Debajo de un tupido flequillo, un par de ojos almendrados conec-tados a un lúcido cerebro lograron que un país se interesara por la entonces incomprendida moder-nidad. Esa mirada e inteligencia fueron las principales herramien-tas de Marta Traba, la mujer apa-sionada que escribió intensamente para que Colombia se abriera al arte de vanguardia.

Llegó en 1954 a Colombia, en ese entonces un país profunda-mente conservador y provinciano. También fue el momento en que empezaba a abrirse campo una ge-neración de importantes artistas, liderada por Alejandro Obregón, Guillermo Wiedemann, Eduardo Ramírez Villamizar, Édgar Negret, Fernando Botero, Enrique Grau y Antonio Roda. Casi desde enton-ces, Traba se dedicó a la crítica de arte.

“Es ahí donde ella cumple un papel brillante”, asegura el historia-dor Álvaro Medina. Se refiere a que esas manifestaciones de moder-nidad –que iban desde la abstrac-ción pionera de Ramírez Villamizar hasta la voluminosa figuración de Botero– tenían resistencia. Traba se encargó de desbaratarla con su labor semanal en diferentes me-dios de comunicación, al explicar la razón de ser de esas obras que algunos veían con sospecha.

¿Crítica o historiadora?

Traba conquistó Bogotá con su crítica inteligente, rigurosa y ra-dical. Su peso intelectual hizo que le encomendaran la organización de exposiciones y la selección de artistas colombianos para even-tos internacionales. 1960 fue un año clave, cuando escogió obras de Obregón, Wiedemann, Ramírez Vi-llamizar y Botero para la Bienal de México, saliéndose de la tradición de enviar muchos artistas con una obra cada uno. Medina considera que “es el primer gran hito de la curaduría en Colombia”.

Pero aunque acertada, esta decisión generó una de las mu-chas polémicas que protagonizó. El pintor Ignacio Gómez Jaramillo movilizó a sus compañeros de ge-neración para rechazar la decisión. El episodio derivó en una enco-nada enemistad que Traba selló al desestimarlos en Historia abierta del arte colombiano (1974).

En este libro escribió: “Enfras-cados en el entusiasmo superficial de los muralistas mexicanos por todo lo que era social y popular, fácilmente se auto-asignan el pa-pel de revolucionarios cuando sus obras se refieren a la suerte y penu-rias de los obreros (Pedro Nel Gó-

Marta Traba fotografiada por su hermano Alberto Traba en 1970.

mez y Alipio Jaramillo), a los temas humildes, sin ‘rango’ dentro de la pintura académica (Ignacio Gómez Jaramillo), o a la exaltación de la historia general o privada de los colombianos (Luis Alberto Acuña). Ninguno de ellos va más adelante del cambio de apariencias y de la renovación de los temas”.

Aquí entra en juego su faceta como historiadora del arte. Para Medina, ella fue una crítica de di-mensiones históricas, aunque co-mo historiadora es muy criticable. Sin embargo, reconoce que hizo aportes a esta disciplina.

Entre los métodos de investi-gación está evaluar qué pensaron los contemporáneos de los artistas. En el caso de los pintores nacio-nalistas, “si al menos se hubiera citado a sí misma, ella no hubiera escrito ese párrafo. Como crítica reconoció ciertos valores en algu-nos de esos artistas en los años

cincuenta, pero a raíz del enfrenta-miento rompe con ellos y comien-za a negarlos. Un historiador no puede hacer eso”, afirma.

Pero también es cierto que Traba evolucionó a lo largo de su vida. Aunque mantuvo ciertos ar-gumentos, revalidó y cambió ra-dicalmente algunas posiciones y planteamientos sobre la aprecia-ción del arte.

Ivonne Pini, profesora de la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá, dice que es discutible afirmar que no era historiadora: “Muchas de las posturas que ella toma se vuelven un modelo de análisis historiográ-fico”.

Por ejemplo, tuvo mucho peso cuando sostuvo que la moderni-dad en Colombia empieza con fi-guras como Obregón, Botero y Ra-mírez Villamizar. Según Pini, “du-rante bastante tiempo esa postura

se mantiene como referencia de análisis”. Hasta que aparecen los historiadores jóvenes, quienes hoy están revisando estos juicios.

Poderosa intelectual

No existen dudas de que Traba fue una gran pensadora. Incluso, Medina dice que se trata de “una de los cinco intelectuales más im-portantes del país”. Fueron únicas su manera de pensar, la claridad de su escritura y su capacidad de reflexión, herencias de su tempra-no interés literario y formación en filosofía y letras en su natal Argen-tina.

Una intelectual con gran po-der. En los años sesenta, ella es-timuló la irrupción de una nueva generación de artistas y reconoció como sus miembros más talento-sos a Luis Caballero, Carlos Rojas, Santiago Cárdenas, Pedro Alcánta-ra Herrán y Beatriz González.

En esa misma década, Traba pone en funcionamiento el Museo de Arte Moderno de Bogotá, que tuvo su primera sede en la UN. No es casualidad, pues la Universidad fue uno de los frentes por donde entraron las nuevas ideas al país. Bajo su dirección fue un espacio de experimentación y una plataforma para pensar el entonces inexplora-do arte latinoamericano.

La profesora Pini explica que los planteamientos de Traba son de referencia obligada cuando se ha-bla del arte latinoamericano, sobre todo en los años sesenta y setenta. En este sentido cobra relevancia su libro Dos décadas vulnerables en las artes plásticas latinoamericanas 1950 - 1970, publicado en 1973.

“Las teorías de Marta Traba son importantes para mirar el arte de la región como una realidad muy compleja, con situaciones muy distintas dependiendo del país, en la que no cabían modelos únicos”, resalta Pini.

Siendo directora nacional de Divulgación Cultural de la UN, Tra-ba fue censurada por manifestar su rechazo a la ocupación militar de la institución en 1968. A los pocos años salió del país y comenzó un periplo que la llevó por Montevi-deo, Caracas, San Juan de Puerto Ri-co, Washington, Barcelona y París.

Un viaje que terminó inespe-radamente cuando se aprestaba a volver. En 1983 fue invitada al Pri-mer Encuentro de la Cultura His-panoamericana en Bogotá, pero el avión en el que viajaba se acciden-tó cerca de Madrid, España.

Su desaparición fue física. Después de treinta años, su pensa-miento sigue vivo en esa vasta obra que es indispensable para enten-der un importante periodo del arte colombiano y latinoamericano.