Trilogía de ausencias Otros rasguños -...

89
Guillermo Heras Trilogía de ausencias Otros rasguños (Pesadillas de Sylvia) Prólogo de Carla Matteini

Transcript of Trilogía de ausencias Otros rasguños -...

Page 1: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

Guillermo Heras

Trilogía de ausenciasOtros rasguños

(Pesadillas de Sylvia)Prólogo de Carla Matteini

Page 2: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

1ª edición, 2012

Ilustración de cubierta: Silencio de Johann Heinrich Füssli (1800).

Reservados todos los derechos. No se permite reproducir ni

transmitir parte alguna de esta publicación, cualquiera que

sea el medio empleado, sin el permiso previo de los titulares

de los derechos de la propiedad intelectual.

© Editorial Anagnórisis

© Guillermo Heras, 2012

© Del prólogo: Carla Matteini, 2012

ISBN: 978-84-15507-08-6

Depósito legal: B-19086-2012

Page 3: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia
Page 4: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

De muñecas y sueños

Si una definición del teatro contemporáneo ha sido

unánimemente aceptada, es la de multidisciplinar. Este

concepto, que empezó a aplicarse ya en los años 70 con la

irrupción de las nuevas tecnologías, no deja lugar a dudas en

este siglo, cuando la actividad profesional transita a menudo

por todos los territorios de la práctica escénica. Muchos

dramaturgos jóvenes, más o menos «consagrados», dirigen

sus textos, a veces en todo el arco de la puesta en escena:

iluminación, espacio sonoro, escenografía, etc. ¿Intrusismo,

como se dudó al principio? No, más bien parece necesidad

de unidad, y de una coherencia que arrope y defienda la

identidad autoral.

Guillermo Heras lo ha sido prácticamente todo en

el mundo teatral: director de escena, gestor de un teatro

institucional tan rompedor y avanzado como el Centro

Page 5: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

Carla Matteini 4

de Nuevas Tendencias, iluminador y organizador de la

música (ahora se llama «espacio sonoro»), coreógrafo en

sus montajes, iniciador y director de una Muestra dedicada

a la promoción y divulgación de dramaturgos españoles

como la de Alicante… ¿hay quién dé más? Pues sí, parece

que la materia textual ha atraído poderosamente a Heras

en los últimos años, hasta tal punto de que su actividad

como dramaturgo es ahora casi incesante, y sus obras

se representan con éxito en otros países. Sus numerosos

textos son a veces algo oscuros, y nos preguntamos al leer

dónde quiere llegar el autor. Pues bien, a veces se aclaran y

otras no, pero que Heras llega donde quiere es evidente. Y

sin dar pistas.

Creo que lo más curioso, insólito y sorprendente de su

trabajo como dramaturgo es la carencia de un estilo. Críticos

y teóricos teatrales aún tratan de rastrear en los autores

contemporáneos un «estilo» identitario. Ante todo, habría

que ponerse de acuerdo sobre qué se entiende por «estilo»,

reconocible en algunos autores, más oscuro en otros. Si es

por las estrategias dramatúrgicas, en la escritura de Heras

Page 6: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

5 De muñecas y sueños

estas varían con total impudicia, la misma con la que utiliza

referentes y homenajes de manera transparente. Pero si

pensamos en una temática, casi una fijación que aparece,

subtextual o evidente, sí podemos reconocer una inquietud

ante un fenómeno que ha invadido todas las instancias de la

vida contemporánea: la violencia. No necesitamos ponerle

nombre ni apellido, sabemos que está, oculta o desafiante,

en todos los ámbitos, hasta en la calle, no solo en guerras,

gobiernos o mercados.

En Heras esa violencia es núcleo textual, muy

distinto en las dos obras que comentamos: poético y

con aliento clásico en Trilogía de ausencias, más realista,

aunque envuelto en un sueño-pesadilla, en Otros rasguños,

testimonio no disimulado de las angustias y neurosis de

nuestra contemporaneidad.

Trilogía de ausencias es para mí un cuento, perverso como

todos los cuentos, siempre llenos de violencia y engaños,

recordemos a Bettelheim. Podría ser un «remake» de uno

de los clásicos, con el viajero/cazador, un tanque/lobo, una

heroína-muñeca autómata, que revive al completarse en

Page 7: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

Carla Matteini 6

una imagen perturbadora. Es una visión parcial, pues el

breve texto es rico en imágenes y homenajes. Así, el diálogo

inicial de los dos ciegos, sintético y rápido, casi pinteriano,

imprime un ritmo al arranque que mutará al encontrarse

el viajero con un grupo de ciegos en una especie de poema

a lo Müller, pero con esos destellos de ironía tan típicos

del autor. Aquí ecos de Edipo, de Orestes, de ese mundo

clásico que siempre fascina a Heras, se mezclan con citas de

canciones, y con la narración del horror del mal, encarnado

en los tanques de Praga. ¿Qué busca el viajero? Sin él

saberlo, su novia-autómata, inquietante como la criatura

del Doctor Coppelius de E.T.A. Hoffman, será su Ítaca, y

reconstruida y completada cerrará el viaje y la espera.

Si Trilogía de ausencias tiene estructura de cuento, Otros

rasguños es más directa y amarga. Homenaje entregado a

Sarah Kane, su protagonista padece las mismas angustias,

el mismo dolor, y toda la historia parece formar parte de un

sueño de principio a fin. Sueño o pesadilla, según anuncia

el subtítulo. Enfermedad mental, violencia médica, miedo,

angustia y, sobre todo, soledad como marcas significantes

Page 8: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

7 De muñecas y sueños

del personaje, dolorosamente real en el caso de Kane, deso-

lada ficción en el de la Mujer del texto. Nos preguntamos

por los cuatro personajes-asesinos,-¿psicópatas?-, quiénes

son, por qué la Mujer los interroga sobre sus cuatro dife-

rentes pulsiones para matar. ¿Existen en la ficción, o son

proyecciones de la mente turbada de la mujer, casi unos

fantasmas que dialogan sobre «su» particular violencia?

En todo caso, la estrategia dramatúrgica es hábil y brillan-

te, con sus diversos planos: sueño-pesadilla que tal vez lo

englobe todo, el lugar mental donde están, a puerta cerrada

como el infierno de Sartre, esa doble utilización de la te-

rapia, sin que sepamos claramente si la Mujer es también

médico psicóloga o solo víctima, como se consideraba y era

Kane.

Este segundo texto nos es tal vez más próximo por

su conexión con prácticas médicas y con realidades tan de

hoy como son la depresión y la ansiedad, y el homenaje

a Sarah Kane flota en ese estado de delirio y ensoñación,

enriquecido por imágenes poéticas y hermosas metáforas,

como las del futuro.

Page 9: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

Carla Matteini 8

Trilogía de ausencias es un cuento pequeño y precioso

que desemboca en lo siniestro mediante la poderosa imagen

final. Otros rasguños es una crónica del malestar, emblema

del siglo, que acaba con el mismo ruego de Sarah Kane en

4.48 Psicosis: por favor, dejen la luz encendida. ¿Pesadilla o

triste ensoñación?

Heras, como casi siempre, escribe textos exigentes y no

hace concesiones ni ayuda al lector más de lo imprescindible,

para que busque y encuentre por sí mismo los secretos del

texto.

Carla Matteini

Page 10: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

Trilogía de ausenciasde Guillermo Heras

Page 11: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

IPRIMERA AUSENCIA

Apenas un espacio blanco lleno de luz. En algún lugar una extraña

caja.

Ciego 1.- ¿Oyes el ruido del mar?

Ciego 2.- Confundes los sentidos?

Ciego 1.- Nunca me dejas imaginar.

Ciego 2.- Imaginar es tarea de idiotas.

Page 12: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

11 Trilogía De ausencias

Ciego 1.- Prefiero ser un idiota a estar continuamente

aburrido.

Ciego 2.- Te falta vida interior.

Ciego 1.- ¿Recuerdas Praga?

Ciego 2.- Los tanques.

Ciego 1.- La primavera.

Ciego 2.- Los versos de Vázquez.

Ciego 1.- «No hay lenguaje sin metáforas

Muerte es metáfora de la nada

No es la vida es la rosa

No es la Historia es el tanque

Page 13: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

guillerMo Heras 12

Ni siquiera Praga es Praga

Ni siquiera

Propiamente

Una sinfonía inacabada»

Ciego 2.- Una sinfonía que sobraba. Olvidar me resulta

cotidiano.

Ciego 1.- Una niña paseaba la muñeca.

Ciego 2.- Lloraba con su extraño mecanismo interno.

Ciego 1.- Pero no le caían las lágrimas.

Ciego 2.- Solo su monótono sonido.

Ciego 1.- Saliendo de sus entrañas.

Page 14: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

13 Trilogía De ausencias

Ciego 2.- La niña acunaba la muñeca

Ciego 1.- Y el tanque pasó sobre ellas.

Ciego 2.- Lo imaginas.

Ciego 1.- Dudo de las certezas.

Ciego 2.- Antes no dudabas.

Ciego 1.- ¿Antes?

Ciego 2.- De la entrada de los tanques.

Ciego 1.- Eran otros tiempos.

Ciego 2.- Para guardar en la memoria.

Page 15: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

guillerMo Heras 14

Ciego 1.- Tiempos de viejas sensaciones.

Ciego 2.- De canciones nostálgicas.

Ciego 1.- Gardel.

Ciego 2.- No habrá más penas ni olvido

Ciego 1.- Cadicamo.

Ciego 2.- Muñeca brava.

Ciego 1.- Celedonio Flores.

Ciego 2.- Mano a mano.

Ciego 1.- Homero Manzi.

Page 16: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

15 Trilogía De ausencias

Ciego 2.- El milagro.

Ciego 1.- Armando Portier. Y Homero Expósito.

Ciego 2.- Malena.

Ciego 1.- Tus ojos son oscuros como el olvido.

Ciego 2.- Tus labios apretados como el rencor.

Ciego 1.- La niña la arrojó con violencia al suelo.

Ciego 2.- Entonces… ¿Fue la muñeca?

Ciego 1.- Quizás.

Ciego 2.- Pero el tanque avanzó.

Page 17: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

guillerMo Heras 16

Ciego 1.- Especulas.

Ciego 2.- Oí el crujido.

Ciego 1.- Imaginas.

Ciego 2.- Alguien tomo los trozos de porcelana.

Ciego 1.- Deliras.

Ciego 2.- Desde entonces fue casi imposible recomponer su

rostro.

Ciego 1.- Sueñas.

Ciego 2.- La madre no abrió la boca.

Page 18: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

17 Trilogía De ausencias

Ciego 1.- Calló, como callaron muchos.

Ciego 2.- ¿Acaso un reproche?

Ciego 1.- Una constatación

Ciego 2.- Perra vida.

Ciego 1.- Anochece…

Ciego 2.- Me sigue admirando tu instinto.

Ciego 1.- También los animales olfatean la tormenta.

Ciego 2.- Pero nadie pudo parar los tanques.

Ciego 1.- Ni siquiera la muñeca de porcelana.

Page 19: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

guillerMo Heras 18

Ciego 2.- ¿Y la niña?

Ciego 1.- Pregunta estúpida.

Ciego 2.- Pudo salvarse.

Ciego 1.- Nadie se salvó.

Ciego 2.- Los restos de la muñeca.

Ciego 1.- Cuerpo amputado.

Ciego 2.- Pero sobreviviente.

Ciego 1.- A veces es preferible morir.

Ciego 2.- Me inquietas.

Page 20: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

19 Trilogía De ausencias

Ciego 1.- Acepta lo evidente.

Ciego 2.- Me niego.

Ciego 1.- Oíste el crujido.

Ciego 2.- La niña no gritó.

Ciego 1.- Había otros ruidos.

Ciego 2.- Se me olvidaron.

Ciego 1.- Demasiada confusión.

Ciego 2.- Demasiados tanques.

Ciego 1.- Podemos recordar otros momentos más agradables.

Page 21: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

guillerMo Heras 20

Ciego 2.- ¿Qué momentos?

Ciego 1.- Los que pasamos al borde del mar.

Ciego 2.- Nunca estuvimos al borde del mar.

Ciego 1.- Eres demasiado literal.

Ciego 2.- Te abandonas a tus sueños.

Ciego 1.- ¿No eras tú el que soñaba?

Ciego 2.- La madre ni siquiera pudo abrir la boca.

Ciego 1.- El tanque aplastó la muñeca.

Ciego 2.- Nunca ganaremos una guerra.

Page 22: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

21 Trilogía De ausencias

Ciego 1.- Ni siquiera una simple batalla.

Ciego 2.- Nosotros no tenemos tanques.

Ciego 1.- ¿Por qué esa obsesión con los tanques?

Ciego 2.- Porque aplastaron la muñeca.

Ciego 1.- Tienes otras.

Ciego 2.- ¿Y la niña?

Ciego 1.- Hubo mucha confusión. Tal vez huyó.

Ciego 2.- Pero la muñeca quedó destrozada.

Ciego 1.- Una baja de guerra.

Page 23: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

guillerMo Heras 22

Ciego 2.- ¿Cuántas muñecas se perdieron?

Ciego 1.- Olvídalo.

Ciego 2.- A veces siento esa tentación.

Ciego 1.- Debes abandonar los fantasmas.

Ciego 2.- Entonces solo nos quedarían imágenes vacías.

Ciego 1.- ¿Imágenes?

Ciego 2.- Vacías.

Ciego 1.- Como nuestros ojos.

Ciego 2.- No digas obviedades. Siempre nos quedarán los

Page 24: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

23 Trilogía De ausencias

recuerdos.

Ciego 1.- Y los restos de la muñeca.

Ciego 2.- Mejor sería desprenderse de ellos.

Ciego 1.- ¿Y si alguien viene a buscarla?

Ciego 2.- Podríamos mentirle.

Ciego 1.- Habría hecho un largo viaje.

Ciego 2.- Un auténtico viajero nunca espera encontrar el

horizonte.

Ciego 1.- Literatura.

Page 25: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

guillerMo Heras 24

Ciego 2.- Algo necesario.

Ciego 1.- Pero… ¿has pensado en ella?

Ciego 2.- ¡Calla! Puede oírnos.

Ciego 1.- Es muy susceptible.

Ciego 2.- Tiene motivos.

Ciego 1.- Será mejor dejarlo para otro día.

Ciego 2.- Sí, será mejor.

Ciego 1.- Vete a dormir. Tal vez el sueño calme nuestros

recuerdos.

Page 26: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

25 Trilogía De ausencias

Ciego 2.- O puede que los convierta en realidad.

Ciego 1.- No seas iluso.

Ciego 2.- Solo optimista.

Ciego 1.- Buenas noches. No olvides despedirte de ella. Sabes

que luego se inquieta.

Ciego 2.- Jamás me lo perdonaría.

Un tiempo indefinido.

Page 27: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

II La Oscuridad

Un espacio abstracto.

Lento caminar de un grupo de ciegos

Crepúsculo anotado en el cuaderno de ruta

Al fondo, paisaje sin figuras

Naturalezas muertas, sombras extrañas

El viajero reflexiona

La mirada fija en un punto

Piensa en el paso fugaz del tiempo

En su salida precipitada de la gran urbe

Las huellas del pasado le parecen ajenas

Las mujeres que amó

Los libros que leyó

Page 28: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

27 Trilogía De ausencias

Una casa, unos muebles, unos cuadros

Materiales de derribo en la memoria

Solo un libro en la mochila

Emblemático

¿La vida es literatura?

El viajero saca la cantimplora

Bebe a pequeños tragos

Fugaz recuerdo de Edipo

¿Estamos lejos del pueblo?

La pregunta le inquieta

No sabe la respuesta

Ando sin rumbo, contesta

A su modo, usted también es ciego

Siente un escalofrío

Aún puedo ver el horizonte

El horizonte de nada es nada

El grupo de ciegos dio un paso atrás

El viajero, impasible, movió la cabeza

Los perros siempre olfatean la tormenta

Señor, ¿no sabe dónde está el pueblo?

Page 29: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

guillerMo Heras 28

Otra vez la misma pregunta

Taladró su cerebro

Su silencio desconcertó al grupo

Perdidos en ese espacio vacío

Empezaron a dar vueltas sin sentido

Círculos, circunferencias, círculos

Vueltas y vueltas sin eje

Ceremonia de derviches angustiados

Ante la mirada impasible del viajero

El baile imparable del grupo de ciegos

Coincide con el lento caer de la tarde

El viajero, ahora, vuelve a anotar

Cualquier rito le acerca a otras imágenes

Algunas son falsas

Nunca las vivió

Quizás son recuerdos cinematográficos

O lecturas de páginas lejanas

Apunta en el cuaderno

Otro día, en otro espacio, podrá recordar

Page 30: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

29 Trilogía De ausencias

Puesto que he de huir y en mi destierro

No he de ver a los míos, ni pisar mi patria,

O, en otro caso, he de casarme con mi madre

Y de matar a Pólibo, que me engendró y crió

¿No se puede decir que todo ha sido imaginado

Contra mí por un Dios lleno de crueldad?

¡Que no vea yo ese día, dioses

Y si es así que desaparezca de la vista de los hombres

Antes de tener que ver que cae sobre mí

La mancha de tal infortunio!

El grupo de ciegos, exhausto, paró de golpe

Estatuas de arena

Escuchan el viento

¿Adónde vuela mi voz llevada por el aire?

El viajero rememora otro pasaje del clásico

¡Ay de la oscuridad

Nube mía que estremece, que me envuelve indecible,

invencible, traída por el viento del dolor!

¡Como me atraviesa al mismo tiempo

el dolor de la herida y el terrible recuerdo!

Page 31: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

guillerMo Heras 30

Anochece. Sombras furtivas

El grupo de ciegos inmóvil

El viajero expectante

Perdidos sin sentido

Ceremonia cíclica de ecos primitivos

Las ciudades son un simple punto en un mapa

Los mapas un simple código de palabras

¿Cómo comprender la autentica altura del Kilimanjaro?

¿Y la extensión del Río de la Plata?

La ficción de la cartografía

La fricción con la realidad

El viajero tiene una nueva imagen

Recuerdos de Argentina

Aquel texto leído en un libro de teatro

No era Borges, no era Sábato

En la tapa ponía, Veronese

Apuntó aquel dato sin fecha

Ahora él veía a los ciegos

Y reflexionaba sobre la oscuridad

Page 32: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

31 Trilogía De ausencias

Ahora el grupo de ciegos sentado en el suelo

La conciencia del rumbo perdido

La resignación, los gritos ahogados

¿Podría un ciego representar a Edipo?

Lo verosímil de la vida

Lo inverosímil del teatro

Señor, no tenga pensamientos extraños

La voz, entre las sombras, le perturba

Ya no podía escribir

Si echaba a andar solo encontraría la noche

Si se quedaba allí solo escucharía preguntas

Señor, ¿qué hora es?

Tiré los relojes hace tiempo

Una extraña forma de ocultarse la verdad

La verdad no existe

Vuelve a engañarse

De pronto, otra vez, el silencio

Penetraba en sus oídos

Era más potente que un disparo

El viajero saca una linterna

Page 33: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

guillerMo Heras 32

El grupo de ciegos, inquieto, se levanta

Hacen extraños movimientos

La linterna ilumina sus caras

Terror interno, impasibilidad externa

¿Qué es lo que está pasando?

En primer lugar, comprender

Recuerde: no se trata de comprender

El placer no es menor cuando uno siente, adivina,

Sabe que al deseo se le tienden esas trampas

El cuerpo está con el rey,

Pero el Rey no está con el cuerpo

El goce es para cada uno, aún cuando lo ignore, una

certeza.

Su cerebro se desliza, lentamente, hacia la debacle

Lo que en un momento le pareció posible

Ahora se estaba convirtiendo en pesadilla

La oscuridad le penetraba

Aquellas figuras, antes certeras, se desvanecen

Fantasmas al acecho en su quietud amenazarte

Page 34: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

33 Trilogía De ausencias

No entendía, se inquietaba

El viajero intento pensar en el pasado

Aquellas lecturas

Mujeres aceitadas como ratas de barco

O el novio que vino del mar

De madre marina y padre tiburón

Que habían suscitado sus recuerdos

Se convierten ahora en un torbellino de nombres

De páginas de un autor

Gigante de ficciones pasadas

Y laberintos futuros

Joseph Cartaphilus, Azebedo Bandeira,

Juan de Panonia, Tadeo Isidoro Cruz,

Aaron Lowenthal, Isaac Laquedem,

Abejacán el Bojarí, Alejandro Villari,

Juan Crisóstomo Lafinur o Carlos Argentino Daneri

Pasean, furtivos, por su memoria encendida

Desgarrado territorio de máscaras

Apenas reconoce sus facciones

Entre el carnaval furioso de una cámara de espejos

Page 35: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

guillerMo Heras 34

Y allí, parado, sobresaliente

Apareció Abulcasím Al- Ashari, otro viajero

Le susurró al oído palabras ininteligibles

Sobre rutas imposibles de sus tierras marroquíes

Súbitamente, nuestro viajero, atravesó el espejo

Y su ensoñación se rompió en mil pedazos

La oscuridad le envolvió totalmente

Y ya no veía nada

Anduvo a tientas y comprobó que estaba solo

Solo en la inmensa llanura.

Arroja el cuaderno de notas

Y lanza un gemido melancólico.

Vivid donde el azar os lleve

Y encontrad mejor vida

que el padre que os dio el ser.

Ya no tiene certeza del camino

Por eso el viajero se echó a andar sin rumbo.

Esperaba que su instinto le guiara.

Page 36: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

35 Trilogía De ausencias

Aunque en el fondo de su corazón

La inquietud le atenazó entre sus sombras.

Page 37: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

IIIEl reencuentro

En el espacio de la primera escena.

Viajero.- Me llegó la noticia de su búsqueda afanosa. Desde

aquel día en que abrí los ojos y ya no pude ver nada me he

entregado a la inútil tarea de intentar comprender. Todos

dicen que son imaginaciones mías. ¿Qué importancia

tiene? Ficciones. Laberintos. Fantasmas del pasado. Aquí

tienen estos trozos de una muñeca. Aparecieron en mi

mochila. No forman parte de mi vida. Oí rumores, escuché

murmullos, sentí una llamada... Por eso he venido. A

entregarles los restos de una memoria.

Ciego 1.- Nunca le estaremos lo suficientemente agradecidos.

Page 38: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

37 Trilogía De ausencias

Ciego 2.- ¿Estuvo usted en Praga?

Viajero.- Jamás.

Ciego 1.- No todo tiene que tener una explicación.

Viajero.- Desde aquel día vivo en oscuridad.

Ciego 2.- Acabará por asumirlo.

Ciego 1.- Si no lo hace, vivirá eternamente infeliz.

Ciego 2.- ¿Le asustan los tanques?

Viajero.- Como cualquier máquina de guerra.

Ciego 1.- Si no hubieran entrado los tanques en Praga, usted

no habría encontrado estos trozos de porcelana y nosotros

no la hubiéramos encontrado a ella.

Page 39: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

guillerMo Heras 38

Viajero.- ¿Una mujer?

Ciego 2.- Era una niña.

Ciego 1.- Salió corriendo.

Ciego 2.- Dejó la muñeca abandonada.

Ciego 1.- El tanque arrolló parte de su cuerpo.

Ciego 2.- Tuvimos muchos problemas para recuperarla.

Ciego 1.- Y siempre faltaron estos restos.

Ciego 2.- Ella ha estado siempre inquieta.

Ciego 1.- Mutilada.

Ciego 2.- Esperando este momento.

Page 40: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

39 Trilogía De ausencias

Ciego 1.- Ahora su rostro alcanzará su belleza original.

Ciego 2.- Ni siquiera la fuerza del tanque destruyó sus

encantos.

Ciego 1.- Solo los dejó mermados.

Viajero.- Ahora necesitaría mi cuaderno de notas. Intentaría

situar de una manera racional todo lo que me está pasando.

Sin duda puede que sea un sueño. O si lo prefieren una

pesadilla, pero necesito salir de ella.

Ciego 2.- Es curioso, también nosotros soñamos que

soñábamos.

Ciego 1.- Pero evidentemente la certeza es que usted está

aquí, que nos ha entregado nuestro preciado tesoro y que

nos vemos en la obligación, y el deseo, de agasajarle como

se merece la ocasión.

Page 41: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

guillerMo Heras 40

Ciego 2.- Es una lastima que no pueda verla, es de una belleza

sublime.

Ciego 1.- Ni siquiera Jacques de Vaucanson, Pierre Jacquet-

Droz, Jean-Frédéric Leschot o Wolfgang von Kempelen

pudieron soñar nada parecido.

Viajero.- No sé de qué me hablan.

Ciego 1.- Ustedes los viajeros pasan por la vida contemplando

paisajes, pero rara vez penetran en el alma de la gente.

Ciego 2.- Sus laberintos son como un cuadro estático en el

que cuando aparece el minotauro huyen corriendo con

tal de no averiguar la auténtica condición de esa singular

criatura.

Ciego 1.- Así es nuestra criatura, singular, admirable,

encantadora, plena de sensibilidad y seducción.

Page 42: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

41 Trilogía De ausencias

Ciego 2.- Aquel maldito tanque estuvo a punto de

arrebatárnosla.

Ciego 1.- Aquella estúpida niña la dejó abandonada a su

suerte.

Ciego 2.- Recogimos su cuerpo, palpamos sus extremidades,

recorrimos los pliegues de su territorio, arreglamos sus

más dolorosos desperfectos.

Ciego 1.- Pero nos faltaban estas piezas que ahora la

convertirán en un modelo ideal, irrepetible.

Ciego 2.- No podrá verla, pero podrá sentirla.

Ciego 1.- Como hemos hecho nosotros durante tanto tiempo.

En ese momento el ciego 1 se dirige a una caja que ha estado

presidiendo el espacio blanco y vacío. Abre un resorte y aparece una

muñeca/autómata con un aspecto raramente humano, pero cubierto

Page 43: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

guillerMo Heras 42

de porcelana y con claros signos de rupturas en parte de su rostro.

La imagen debe ser perturbadora y ambigua.

Ciego 2.- Aquí la tiene. Puede palparla con delicadeza para

que pueda imaginar cuanta perfección atesora su cuerpo.

Ciego 1.- Tantas veces lo hemos recorrido que sabemos

perfectamente donde rehacer sus fisuras.

El Viajero se acerca a la muñeca y con ciertos reparos palpa sus

brazos.

Viajero.- ¡Que tacto más extraño! Creo recordar un libro

que leí en mi juventud y que, de noche, me producía

mucho desasosiego. (Saca un libro y lee:) «Me resultan

sumamente desagradable todas estas figuras que no

tienen aspecto humano, aunque sin embargo, imitan a

los hombres, y tienen toda la apariencia de un muerte

viviente, o de una vida mortecina. Ya en mi más tierna

infancia, yo echaba a correr llorando cuando me llevaban

Page 44: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

43 Trilogía De ausencias

al gabinete de las figuras de cera, y todavía hoy no puedo

entrar en uno de esos gabinetes sin que me sobrecoja un

sentimiento horrible y siniestro. Tendría que gritar las

palabras de Macbeth: ¿Que miras con esos ojos que no

ven?, cuando contemplo fijas en mí, las miradas muertas,

quietas y vidriosas de todos esos potentados y héroes

famosos y asesinos y criminales. Estoy convencido de

que la mayoría de los hombres participan de este mismo

sentimiento, aunque no en tan alto grado como yo, no

tenéis más que ver como la multitud desfila en silencio

ante el gabinete de figuras de cera y hablan en voz baja y

no se oye una palabra siquiera, y no lo hacen por respeto

a los personajes importantes, sino que se ven obligados

a este pianissimo debido al efecto siniestro y misterioso

que reina allí»

Ciego 2.- Me alegra que conozca los clásicos.

Ciego 1.- Nunca se había demorado en los goces de la memoria.

Las impresiones resbalaban sobre él, momentáneas y vívidas; el bermellón de un alfarero, la bóveda cargada

Page 45: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

guillerMo Heras 44

de estrellas que también eran dioses, la luna, de la que

había caído un león, la lisura del mármol bajo las lentas

yemas sensibles, el sabor de la carne de jabalí que le

gustaba desgarrar con dentelladas blancas y bruscas, una

palabra fenicia, la sombra negra que una lanza proyecta

en la arena amarilla, la cercanía del mar o de las mujeres,

el pesado vino cuya aspereza mitigaba la miel, podían

abarcar por entero el ámbito de su alma.

Viajero.- ¿Se puede vivir solo con los recuerdos?

Ciego 1.- Se puede sobrevivir.

Viajero.- Entonces este último viaje no tendrá otro efecto

que la restauración de su muñeca.

Ciego 2.- Se equivoca. Nuestra tranquilidad irá acompañada

de un bien balsámico para su alma.

Viajero.- ¿Podré recuperar mi vista?

Page 46: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

45 Trilogía De ausencias

Ciego 1.- Hay cosas que cuando se pierden son imposibles de

volver a encontrar.

Ciego 2.- Vuelva a recordar: «Cuando supo que se estaba

quedando ciego, gritó: el pudor estoico aún no había sido

inventado y Héctor podía huir sin desmedro»

Ciego 1.- «Ya no veré ni el cielo lleno de pavor mitológico, ni

esta cara que los años trasformarán».

Ciego 2.- Pero el destino le trajo hasta aquí y nosotros

debemos ser generosos.

Ciego 1.- Por eso a partir de ahora usted se convertirá en su

esposo.

Ciego 2.- Tómela de la mano. Ella da su consentimiento.

Ciego 1.- Usted le ha devuelto las partes que le faltaban desde

hace mucho tiempo.

Page 47: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

guillerMo Heras 46

Ciego 2.- Con ellas ha sellado un pacto eterno.

La luz se centra en una perturbadora imagen en la que el viajero,

después de un momento de indecisión, abraza a la muñeca y, poco a

poco, acaricia la cara de la misma hasta que sus dedos llegan a los

ojos de esta. Una lágrima se desliza por las mejillas del viajero.

Oscuro.

FIN

Page 48: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

Otros rasguños (Pesadillas de Sylvia)de Guillermo Heras

Page 49: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

I

Mujer en soledad.

una Mujer.- Todo el mundo dice que tengo mucho talento.

No me sirve de consuelo. ¿Por qué en la vida no nos

dejan elegir nuestros deseos? Mis sueños son mi

placer verdadero. Cuando despierto, nada de lo que

allí disfrutado, se hace tangible. Mi familia como una

prisión. Mi entorno oprimiendo mis deseos. No es

cierto que todo se pueda sublimar en la literatura. Esa

es una pequeña salida. Una válvula de escape ocasional.

Escribir sobre la felicidad no significa que eres feliz.

Perderme en el laberinto. Reírme del Minotauro cuando

lo encuentre.

Esperar.

Resistir.

Page 50: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

49 oTros rasguños

Caer.

Aguantar.

Mentir.

Soportar.

Estallar.

Escupir.

Odiar.

Despertar.

Y estar siempre en el mismo lugar. Parece que lo que

dices nunca se entiende. Eres tú y eres otra. Te escucho

mientras hablas y me reprochas mis actos. Tu severidad

se convierte en algo grotesco. Quieres imponerte a

fuerza de insistir en temas que nada significan para

mí. Soledad. Desierto. Muralla. Hueco. Criaturas con

nariz de caracol miran ensimismadas y brillan. Morir

es un arte. Si Otelo no hubiera sido negro quizás se le

perdonarían sus celos. Yo, blanca, ardo ante los machos

engreídos. Me desgarro porque sufro. Sola queriendo

estar acompañada. En silencio pero queriendo chillar.

Como gato he de morir siete veces. Morir es teatral.

Page 51: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

guillerMo Heras 50

Vivir, grotesco. Amar, un infierno. Tengo una

enloquecida docilidad para ocultar mi volcán interno.

Máscaras. Marido. Amante. Jaulas. Precipicios. Huyo

bajo los árboles invernales. Solo encrucijadas. Desde las

cenizas me levanto. Devoro hombres como el viento.

¿Por qué dicen que se ve al fondo un agujero oscuro? Yo

no lo he visto. Desafío al entendimiento. Me sumerjo en

bosques invisibles. Territorios de brujas que predicen

que nunca seré reina de Cawdor. Ruidos de abejas

reinas. Zumban. Escapan. Oigo sus melodías sin ritmo.

Aparecen tres terribles maniquíes sin rostro. Macbeth.

Ofelia. Próspero. Falstaff. Ricardo. Cabezas cortadas.

Rostros maquillados. Paisajes en ruina. Y corro, corro

desesperadamente hacia ningún lugar. Me vuelven las

canciones de soledad que me acompañaban en mis ritos

maternos. ¿La nariz, las cuencas vacías, los dientes?

Preguntas estúpidas. Las que pronuncian los otros.

Pronto, muy pronto, la carne que la tumba devoró se

sentirá bien en mí. Cirugía plástica. Trastornos. Tus

propias limitaciones te crucifican. Soy yo, soy yo, soy

Page 52: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

51 oTros rasguños

yo, soy yo, soy yo… El curso de la vida no es

suficientemente largo. Un hombre que se hace llamar

mi padre golpea, furioso, la puerta de mi cuarto. Miedo.

Con el tiempo aprendes a superar la angustia. ¿O no? Su

sombra, su presencia, su olor. El futuro es una gaviota

gris que con voz de gato susurra la partida. Vas hacia

la puerta, la abres y no hay nadie. ¿Dónde te escondes?

Esto no es un juego. Piensas otra vez el Minotauro pero

su figura está vestida con un traje gris y una corbata azul

marino. Los ángeles lloran pero sus lágrimas quedaron

congeladas. Y un golpe, y otro golpe, y otro golpe, y otro

golpe en mi cerebro. Aparece un anestesista vestido con

una bata verde. Me pinchan en el brazo. Ya no siento

dolor. Solo degradación. Tu cuerpo al servicio de un

diagnóstico. Tus venas como surcos apagados. No te

preocupes, todo saldrá bien. ¿Qué significa eso? ¿Dónde

está la bondad para tus ansias? Y vuelvo al sueño. Me

entrego a su ceremonia para sobrevivir un día más.

Volveré a pasear entre los árboles que conducen a la

casa solitaria de mi primera juventud. Allí los juegos

Page 53: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

guillerMo Heras 52

eran posibles. Inventaba personajes que me amaban. No

había castigos. No había enemigos. No existía el miedo.

Los colores se imponen como una especie de venganza.

Luego, la luna. Su resplandor magnético. Las sombras

de los cipreses ahora parecen figuras amenazadoras…

pero ahí no tienes miedo, sabes que es la pura naturaleza.

Pero por mucho que huyas hacia el pasado, el desfile

de batas blancas, de agujas clavadas, de diagnósticos

terribles, de voces en coro que pronostican un futuro

sin futuro, acaban por no significar nada en tu cuerpo.

Meditaré acerca de la normalidad. Sí, quiero llevar una

vida normal. Quiero amar, cocinar, pasear, viajar, leer,

follar, reír o llorar de placer. Y para eso escucho la voz

que me susurra al oído: “Tendrás que descubrir, aceptar

y aprender a convivir con tus verdades más duras, con

tu entorno del pasado y del presente y abandonar tus

sentimientos de culpa”. Y para ello me preparo. Quiero

hablar, quiero expresar, quiero dejar a un lado mi

soledad.

Page 54: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

II

Roberto y Mujer.

Mujer.- ¿Eres consciente?

roberto.- Todo ocurrió como en un sueño.

Mujer.- Aunque todo fue realidad.

roberto.- Quería escapar.

Mujer.- ¿Y por qué no lo hiciste?

roberto.- Siempre me miraba mal.

Mujer.- Figuraciones.

Page 55: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

guillerMo Heras 54

roberto.- No, no… me humillaba.

Mujer.- Dime que te sugiere esta frase: “Todo llega a creer

que existe cierto punto del espíritu en el cual la vida y la

muerte, lo real y lo imaginario, lo alto y lo bajo dejan de

ser percibidos contradictoriamente”.

roberto.- Demasiado intelectual.

Mujer.- No me engañes. Siempre has leído mucho.

roberto.- Para matar el tiempo.

Mujer.- ¿No valoras ese tiempo?

roberto.- Como tortura.

Mujer.- Entonces donde colocas tu frontera entre realidad

e imaginación.

Page 56: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

55 oTros rasguños

roberto.- En el cubo de la basura.

Mujer.- Escapas.

roberto.- Siempre que puedo.

Mujer.- ¿Y no piensas que puede ser cobardía?

roberto.- No me importan sus valoraciones morales.

Mujer.- ¿Por qué te crees diferente a los demás?

roberto.- Su pregunta es estúpida. Todos somos diferentes

a los demás.

Mujer.- Creo que estamos llegando a un punto sin salida.

roberto.- Me alegra.

Mujer.- Pero ella no tenía la culpa.

Page 57: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

guillerMo Heras 56

roberto.- Casualidad. No tuvo suerte. Estaba en el lugar

equivocado.

Mujer.- ¿No hubo rencor?

roberto.- En absoluto. Fue el azar.

Mujer.- Puedes retirarte.

II

Mujer y Alicia.

Mujer.- Así que nunca sabes controlar tus emociones.

aliCia.- A veces tengo dudas.

Page 58: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

57 oTros rasguños

Mujer.- Pero sigues adelante.

aliCia.- Primero me da placer. Luego sufro.

Mujer.- ¿Sientes dolor?

aliCia.- Sí.

Mujer.- ¿Sientes ira?

aliCia.- Sí.

Mujer.- ¿Sientes culpa?

aliCia.- No.

Mujer.- ¿Entonces?

aliCia.- Creo que la culpa es de los otros.

Page 59: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

guillerMo Heras 58

Mujer.- ¿Por qué?

aliCia.- Porque ellos me agreden, me perturban, me

molestan, me impiden ser yo misma.

Mujer.- ¿Y respondes atacando?

aliCia.- Hago lo que haría un niño que se siente acosado.

Mujer.- Pero ya no eres una niña.

aliCia.- No sé qué es ser un adulto.

Mujer.- Alguien que razona con madurez.

aliCia.- Eso sería renunciar a lo que realmente pienso.

Mujer.- Aunque causes dolor a los demás.

aliCia.- Igual que ellos a mí.

Page 60: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

59 oTros rasguños

Mujer.- ¿Te gusta hacer daño?

aliCia.- Me gusta sentir mi propio placer.

Mujer.- ¿Te gusta hacer daño?

aliCia.- Yo no lo siento.

Mujer.- ¿Te gustan los hombres?

aliCia.- Algunos.

Mujer.- ¿Te gustan las mujeres?

aliCia.- Algunas.

Mujer.- ¿Te gusta la violencia?

aliCia.- Me excita.

Page 61: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

guillerMo Heras 60

Mujer.- ¿Te gusta escribir?

aliCia.- Sobre todo poesía.

Mujer.- ¿Las guardas?

aliCia.- En un cajón con llave.

Mujer.- ¿Por qué no las enseñas?

aliCia.- No quiero que se rían de mí.

Mujer.- Eso es un prejuicio.

aliCia.- Aquel hombre se rió de mí.

Mujer.- ¿De tu poesía?

aliCia.- Sí. (Recita:)

En la plaza del mercado amontonan ramas secas

Page 62: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

61 oTros rasguños

Un matorral de sombras no es un buen abrigo.

Habito

Mi propia imagen de cera, el cuerpo de una muñeca.

El malestar comienza aquí: soy blanco de las brujas.

Solo el diablo puede con el diablo.

En el mes de las hojas rojas, me subo a un lecho de

[fuego.

Mujer.- Deberías enseñar tus poesías.

aliCia.- Solo cuando esté muerta.

Page 63: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

III

Mujer y Carlos.

Mujer.- ¿Fue un día de verano?

Carlos.- Sí. Recuerdo que hacía mucho calor.

Mujer.- ¿Fue lo que te perturbó?

Carlos.- Sobre todo fue estar rodeado de tanta gente.

Mujer.- ¿No te gusta la gente?

Carlos.- Me produce asfixia.

Mujer.- ¿Te ahogas?

Page 64: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

63 oTros rasguños

Carlos.- Es algo interior. Algo mucho más que físico.

Mujer.- Como una pesadilla…

Carlos.- Un sueño no es real… mi ahogo, sí.

Mujer.- ¿Sueñas con frecuencia?

Carlos.- Casi nunca me acuerdo de mis sueños.

Mujer.- ¿Intentas recordarlos?

Carlos.- ¿Para qué?

Mujer.- Su interpretación podría ayudarte.

Carlos.- No me hable como si esto fuera una película.

Mujer.- ¿Y que es esto?

Page 65: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

guillerMo Heras 64

Carlos.- Un vulgar interrogatorio.

Mujer.- Recuerda por que estás aquí.

Carlos.- Y no me tiene miedo.

Mujer.- ¿Emplearías otra vez la violencia?

Carlos.- Pelea

Disputa

Combate

Riña

Contienda

Mujer.- ¿A qué te remiten esas palabras?

Carlos.- Placer.

Mujer.- ¿Culpabilidad?

Page 66: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

65 oTros rasguños

Carlos.- Ninguna. Me defiendo.

Mujer.- ¿Y si no te han atacado?

Carlos.- Ellos siempre están dispuestos a hacerlo.

Mujer.- ¿Ellos?

Carlos.- La gente.

Mujer.- Hay muchos tipos de gente.

Carlos.- Yo no los distingo.

Mujer.- Quizás no te esfuerzas.

Carlos.- ¿Para qué voy a hacerlo? Amo la violencia.

Mujer.- ¿Y si se vuelve contra ti?

Page 67: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

guillerMo Heras 66

Carlos.- Pelea

Combate

Enfrentamiento

Sangre

Mujer.- ¿Y las cicatrices?

Carlos.- Trofeos de guerra.

IV

Mujer y Raquel.

Mujer.- ¿Te gustan los juegos de palabras?

raquel.- Me gustan los libros de cocina.

Page 68: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

67 oTros rasguños

Mujer.- Entonces ¿te gusta cocinar?

raquel.- No. Solo leer libros de cocina.

Mujer.- ¿Y novelas?

raquel.- Odio los cuentos y las narraciones.

Mujer.- ¿Y el teatro?

raquel.- Me parece obsceno.

Mujer.- ¿Por qué?

raquel.- Ver y oír un cuerpo de otro en un escenario

haciendo una representación de otros que no son ellos…

me repugna.

Mujer.- Tal vez no lo has entendido.

Page 69: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

guillerMo Heras 68

raquel.- ¿Y qué es lo que hay que entender?

Mujer.- Su sentido.

raquel.- No tiene sentido algo sin sentido.

Mujer.- ¿Juegas con las palabras?

raquel.- También leo poesía.

Mujer.- ¿Te calma?

raquel.- Me hace ver imágenes ocultas.

Mujer.- ¿Puedes decirme alguna de esas poesías que te

gustan?

raquel.- Solo porque estamos solas.

Mujer.- Adelante.

Page 70: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

69 oTros rasguños

raquel.- Y mi hija, mírala tumbada bocabajo en el suelo

Una marionetilla sin hilos, pataleando

[desesperadamente por desaparecer.

Porque es una esquizofrénica.

Da miedo verla así, con la cara roja y blanca.

Y todo porque arrojaste sus gatitos por la ventana

A una especie de pozo de cemento

Me siento atontada y lenta por culpa del

[somnífero de ayer

La humareda de la cocina, la humareda del

[infierno

Flota sobre nuestras cabezas, dos oponentes

[ponzoñosas,

Nuestros huesos, nuestros cabellos

Yo te llamo huérfana, huérfana. Estás enferma.

Mujer.- Algo triste.

raquel.- Más triste es la vida.

Page 71: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

guillerMo Heras 70

Mujer.- ¿Por eso lo hiciste?

raquel.- Eras parte del problema.

Mujer.- ¿Y ahora ya no lo sientes?

raquel.- Ahora se ha trasladado. Yo soy el problema.

Page 72: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

V

Roberto, Alicia, Carlos, Raquel. Unos personajes sentados.

Parecería que están en torno a lo que pudiera ser una sesión de

terapia. Algo similar a las tópicas reuniones de unos «alcohólicos

anónimos». Luz escasa. La mujer en un rincón.

roberto.- Huyes. Parece que el silencio sería la solución.

Mentira. Estás en otro lugar y todo parece una

fotografía de un paisaje anterior. Recuerdas como

desgarraste aquella piel que se ofrecía suave, dulce para

la caricia. Te irritó y tomaste el cuchillo. Punto y aparte.

Hilillos de sangre. Oyes el primer chillido. Golpeas su

mandíbula. Cae de golpe. Ahora puedes actuar despacio,

con delectación. Música de Scarlatti. La hoja afilada

dibuja figuras abstractas sobre su geografía. El fluir de

Page 73: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

guillerMo Heras 72

la sangre te excita y notas como tu polla se endurece. El

último corte limpio, preciso, seguro es sobre su yugular.

Se ha ido sin sentir nada. Un tránsito placentero. Un

chorro de semen.

aliCia.- Siempre dudé de sus decisiones. Era guapo, amable,

el número uno de la clase. Las muchachas se lo comían

con la mirada. Yo me hacía la fuerte. Le evitaba. Un día

se organizó una fiesta. Allí estaba él, altivo y seguro

de sí mismo. Pasó cerca de mí. Me ignoró. Le vi a lo

lejos. Estaba besándose apasionadamente con la rubia

a la que siempre desprecié desde el silencio. Bebían.

Bailaban. Yo solo miraba. La noche avanzaba lenta. Casi

de madrugada toda la gente estaba muy borracha. Era

el momento. Me acerqué a él y le dije cualquier tontería.

No se extrañó de nada. Me miró de arriba abajo para

comprobar si le merecía la pena añadir en su canana una

conquista más. Dudó. Rápidamente le puse la mano en

la polla. Se rió abalanzándose sobre mí. Hice un quiebro

y salí corriendo. Me siguió. Aquel jardín donde se

Page 74: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

73 oTros rasguños

celebraba la fiesta era espeso y oscuro. Llegamos cerca

del gran árbol. Se bajó los pantalones y aparecieron unos

horribles calzoncillos que no hacían juego con el estilo

que se le suponía. Estaba muy borracho. Me escondí

detrás del árbol. Me intentó seguir pero trastabilló y

cayó con rotundidad. Tomé el trozo de tronco que antes

había preparado y se lo estrellé contra su cabeza. Quedó

inerte, pero su pene aún estaba fuertemente empalmado

así que me bajé las bragas y yo misma me inserté en su

miembro. Subí y bajé varias veces hasta que sentí que

aquello se desmoronaba como un castillo de arena. Su

imagen era ridícula. Me puse a gritar. Lo que vieron

fue a una muchacha llorando desesperadamente, con

sus muslos ensangrentados por el feroz desvirgamiento

que un desaprensivo y guapo muchacho había cometido

minutos antes. Nadie se extrañó de que la cabeza

del mismo estuviera echa añicos. La muchacha en su

desesperación no había controlado sus emociones.

Carlos.- El calor, fue el calor. Salí a la calle y vi como la

Page 75: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

guillerMo Heras 74

gente enloquecida gritaba consignas. Por un momento

pensé que solo era una manera de sacar tanta tensión

como se había acumulado en los últimos días. Cuando

pasaron al lado de mi puerta no pude contenerme, fue

como un imán. Me uní a la muchedumbre y entoné sus

cánticos con más vigor que ellos mismos. Era como una

borrachera. Cada vez más y más gente. La atmósfera se

cargaba y la energía del grupo parecía incontrolable. De

pronto alguien lanzó una consigna. Fue como la mecha

que haría estallar el polvorín. Como una sola persona

nos dirigimos al supermercado de una importante

cadena transnacional. Cierto que los cierres estaban

echados y dentro tres guardias de seguridad esgrimían

sus pistolas. De nada sirvió, el cierre cayó después de

varias embestidas y aunque los guardias lanzaron varios

tiros al aire, nada más vieron que la multitud se lanzaba

sobre ellos, corrieron a refugiarse detrás de las cajas

registradoras. Todos estábamos como enloquecidos

y ante el panorama de la enorme superficie llena de

alimentos, ropas o electrodomésticos se oyó un bramido

Page 76: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

75 oTros rasguños

general que pronto se convirtió en aullidos desesperados

de lucha por el botín. ¿Por qué me vi peleando por aquel

estúpido utensilio que nunca habría pensado comprar?

Nunca lo sabré. Lo que sí sé ahora, es que la furia me

embargó de tal modo que cuando sentí aquellas manos

queriéndome arrebatar mi trofeo cogí un destornillador

que había tirado en el suelo y se lo clavé en pleno cuello.

El chorro de sangre que salió disparado se me estrelló

directamente en la cara. Su cuerpo cayó como un

muñeco roto y empecé a patearlo con saña. En aquella

ceremonia de confusión nadie parecía acordarse de nada

ni de nadie. A lo lejos se oyeron las sirenas de los coches

de policía. Fue la señal para una nueva estampida. Corrí

hacia las destrozadas puertas y luego calle abajo en una

huída desenfrenada. Al llegar a aquel parquecillo me

paré y vi que no me seguía nadie. Muy a lo lejos se oían

los ecos de una batalla urbana. Entonces pude ver como

en mi mano derecha aún conservaba el trofeo por el que

había matado a aquel infeliz: una simple y espantosa

Tostadora Multipan.

Page 77: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

guillerMo Heras 76

raquel.- Mi tía era odiosa. Tardes y tardes escuchando sus

historias sobre la guerra civil. Los mártires fusilados

por los rojos, las iglesias quemadas y saqueadas por

turbas encorajinas por el mismo demonio, la abnegación

de los falangistas, el indomable carácter del llamado

Caudillo. Nunca conocí a mis padres. Ella dice que se

fueron a América, pero alguien, una vez en clase me

dijo que mejor los buscara en Rusia. Da igual. Cuando

se crece en el vacío nunca tienes horizonte. Para mí el

tiempo siempre fue una medida equivocada. Era como

si no pasara, un espacio suspendido. Continuamente

oyendo los consejos y las prédicas de mi tía. ¿Tenía que

estarle agradecida por haberme criado? Los mensajes

siempre iban en esa dirección. Apenas hablaba. Me

llamaban autista. Y los discursos a mí alrededor me

iban taladrando el cerebro, aunque nunca se me oyera

una queja. Hasta que un día cayó en mis manos una

novela. Era la historia del gran amor de un tipo que

está tan ciego por una mujer que no siente como ella le

va envenenando poco a poco. Y así fue como trasladé la

Page 78: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

77 oTros rasguños

lejana narración a mi vida cotidiana. En el desván donde

pasaba largas horas entre muebles y trastos viejos fui

diseñando la estrategia a partir de encontrar dos piezas

claves para mi plan: un libro de cocina y un paquete

con un matarratas que según el prospecto que contenía

era de un valor infalible. A partir de aquel día empecé

a preparar a mi tía toda una variante de platos sacados

del recetario olvidado. Con una calculada precisión fui

poniendo pequeñas cantidades del raticida en los platos

que ella engullía, ajena al envenenamiento progresivo

que iba sufriendo. Fue cuestión de pocos meses. Una

noche sentí como gritaba. Decía que se quemaba por

dentro, que se le desgarraban las entrañas. Yo le di un

vaso de agua al que, lógicamente, había añadido una

última dosis del veneno. Murió una hora después. Una

fatalidad, dijeron, ya que ahora sí me quedaba totalmente

sola.

Carlos.- Paisajes.

Page 79: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

guillerMo Heras 78

raquel.- Es difícil avanzar.

roberto.- Treinta y seis escalones separaban los pisos.

aliCia.- ¿Es más limpio un corte de cuchillo o un golpe de

hacha?

raquel.- El veneno es más aséptico.

Carlos.- Pero la sangre es más excitante.

roberto.- No quiero que me llamen loco.

raquel.- No estás loco.

aliCia.- Habrá que acostumbrarse a vivir con los ruidos.

Carlos.- ¿Qué ruidos?

aliCia.- Los de las puertas cerrándose.

Page 80: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

79 oTros rasguños

roberto.- Podríamos salir y todo dejaría de oírse.

raquel.- Nadie nos espera ahí afuera.

aliCia.- A mí, sí.

Carlos.- Mientes.

aliCia.- No sé mentir.

roberto.- Un juego.

raquel.- Mentir.

roberto.- Huir.

aliCia.- Reír.

Carlos.- Sentir.

Page 81: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

guillerMo Heras 80

raquel.- Ya no quedan puertas.

roberto.- ¿Por qué las cerraste?

aliCia.- Para no poder salir.

Carlos.- En la plaza del mercado amontonan ramas secas.

roberto.- Un matorral de sombras no es un buen abrigo.

aliCia.- Habito mi propia imagen de cera, el cuerpo de una

muñeca.

raquel.- El malestar comienza aquí: soy blanco de las

brujas.

Carlos.- Solo el diablo puede con el diablo.

aliCia.- En el mes de las hojas rojas, me subo a un lecho de

fuego.

Page 82: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

81 oTros rasguños

roberto.- Es fácil culpar a la oscuridad: la boca de una

puerta, el vientre de la bodega.

aliCia.- Han apagado mi bengala.

raquel.- Una dama vestida de negro me tiene encerrada

en una jaula de loro.

Carlos.- ¡Qué ojos tan grandes tienen los muertos!

aliCia.- Vuelco mi intimidad con un espíritu peludo.

roberto.- El humo da vueltas desde el pico de este frasco

vacío.

raquel.- Si soy pequeña no puedo hacer daño.

aliCia.- Si no me muevo, no tiraré nada. Es lo que dije,

sentada bajo la tapa de un bote, diminuta e inerte como

un grano de arroz.

Page 83: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

guillerMo Heras 82

Carlos.- Madre de escarabajos, suelta la mano.

roberto.- Volaré por la boca del cirio como polilla que no

se quema.

raquel.- Devuélveme la forma.

aliCia.- Estoy dispuesta a interpretar los días que copulé

con el polvo a la sombra de una piedra.

raquel.- Mis tobillos se iluminan.

aliCia.- Asciende la luz por mis muslos.

raquel.- Envuelta en toda esta luz, estoy perdida, perdida.

roberto.- Y no poder despertar.

Carlos.- Soportar el gran silencio.

Page 84: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

83 oTros rasguños

aliCia.- Despertadme de una vez.

roberto.- Estás despierta.

aliCia.- No es posible.

Carlos.- Aquí todo es posible.

raquel.- Suena a cuento.

roberto.- A un mal sueño.

aliCia.- Voy a abrir la puerta.

Silencio. Nadie se mueve.

Carlos.- Meditaré sobre la normalidad.

aliCia.- Volveré a dormir.

Page 85: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

guillerMo Heras 84

raquel.- El futuro es un buitre gris.

roberto.- Un tigre sin cabeza.

Carlos.- Dragones atravesados por flechas de cristal.

raquel.- Un león dormido.

aliCia.- ¡Basta! El último que salga que apague la luz.

Oscuro.

Page 86: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

VI

Mujer. Al fondo, casi una sombra, el analista.

Mujer.- Veo una península rodeada de agua. Las olas rompen

violentamente sobre la playa. En la península hay una

palmera torcida hacia el agua. Una mujer está abrazada

al tronco y se inclina todo lo posible sobre el agua. Un

hombre trata de alcanzar la tierra. Finalmente, la mujer

se acuesta en el suelo, se aferra con la mano izquierda

a la palmera y tiende cuanto puede la derecha hacia el

hombre que está en el agua, pero sin alcanzarlo.

Con esto me caigo del lecho y me despierto. Tenía quince

o dieciséis años cuando me di cuenta de que yo misma

era esa mujer, y desde entonces no solo he compartido

la angustia de la mujer por el hombre, sino que a veces

también aparezco como espectadora

Page 87: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

guillerMo Heras 86

indiferente, contemplando la escena. Al despertarse mi

interés por el sexo masculino –entre los dieciocho y

veinte años– trataba de reconocer el rostro del hombre;

pero jamás pude lograrlo, pues la espuma de las olas

solo dejaba ver la nuca y la parte posterior del cráneo.

Estuve comprometida dos veces; pero según la cabeza

y la forma del cuerpo, no se trataba de ninguno de mis

novios. Pasado el tiempo y estando una vez tratándome

en el sanatorio, en un momento de efecto de los fármacos

vi el rostro del hombre, que desde entonces aparece

en todos los sueños. Es el médico que me trataba en

el sanatorio y que, si bien me resulta simpático, no me

atrae para vínculo alguno.

Sigo soñando, sigo con mis voces internas, sigo

con mis pesadillas. Me duermo y se me aparece la

serpiente camuflada entre rocas negras. Me despierto

sobresaltada para volver a dormir con un dedo doblado.

Ahí lo primero que vi fue el puro aire y las gotas que se

elevaban en rocío puras como espíritu. Había muchas

piedras alrededor, densas y sin expresión.

Page 88: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia

87 oTros rasguños

Por favor, enciendan la luz… no quiero dormir a oscuras.

Oscuro.

FIN

Page 89: Trilogía de ausencias Otros rasguños - anagnorisis.esanagnorisis.es/wp-content/themes/journalized/images/libros/Trilogia_de... · todos los cuentos, siempre llenos de violencia