Tratamiento quirúrgico de las complicaciones de las colostomías

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E 40-545 Tratamiento quirúrgico de las complicaciones de las colostomías E. Thibaudeau, A. Roch, F. Branger, J.-P. Arnaud En este artículo se revisan las distintas complicaciones de las colostomías y su trata- miento. Se dividen en dos grupos. Por una parte, las complicaciones precoces: necrosis del estoma, hemorragias, oclusiones, supuraciones periestomales y retracciones, que con mucha frecuencia requieren una reintervención de urgencia y que suelen ser secundarias a una técnica inadecuada; por otra parte, las complicaciones tardías: prolapso, estenosis, eventraciones periestomales, perforaciones estomales, hemorragias, así como tumores y seudotumores que son muy frecuentes, pero cuyo tratamiento no siempre será quirúrgico. © 2013 Elsevier Masson SAS. Todos los derechos reservados. Palabras clave: Colostomías; Eventraciones periostomiales; Prolapso ostomial Plan Introducción 1 Complicaciones precoces de las colostomías y tratamiento 2 Edema y necrosis del estoma 2 Retracción ostomial 2 Derivación incompleta 3 Hemorragias y hematomas 3 Evisceraciones ostomiales 3 Oclusiones 3 Fístulas 4 Supuraciones periestomales 4 Complicaciones tardías de las colostomías y tratamiento 5 Prolapso 5 Estenosis 6 Eventraciones periostomiales 7 Perforaciones ostomiales 12 Hemorragias 12 Tumores y seudotumores 13 Dificultades de adaptación de la bolsa colectora 14 Conclusión 14 Introducción La tasa de colostomías definitivas no ha dejado de disminuir en los últimos veinte nos [1] . La amputación abdominoperineal (AAP) fue durante mucho tiempo la intervención de referencia en el tratamiento de los ade- nocarcinomas de la porción media y baja del recto. La ponencia del 89. Congreso Francés de Cirugía [2] dedicada a los cánceres de recto tratados de 1976 a 1985 mostró que se realizó una AAP en el 79,2% de los casos de tumo- res de la porción baja del recto y en el 48,6% de los de la porción media. Las indicaciones de la AAP se han res- tringido progresivamente por varios motivos. En primer lugar, el mejor conocimiento de las exigencias oncológicas ha permitido una resección del tumor con unos márgenes cada vez más peque ˜ nos (margen inicial de 5 cm, luego de 2 cm y, por último, de 1 cm). Después, los avances técni- cos han permitido realizar anastomosis cada vez más bajas (utilización de grapadoras mecánicas, técnica de anasto- mosis coloanal, resección interesfinteriana). De hecho, en la encuesta prospectiva de la Association Franc ¸aise de Chi- rurgie de 2009 [3] , la AAP ya sólo se realizaba en el 28% de los tumores de la porción baja del recto y en el 3% de los tumores de la porción media. Sin embargo, hay muchas situaciones en las que se requiere la realización de una colostomía, ya sea defini- tiva o transitoria, terminal o lateral. La realización de una colostomía, que se considera una intervención sencilla, da lugar a una tasa relativamente elevada de compli- caciones (10-60% según las series [4–7] ) con una tasa de reintervención no despreciable. La mayoría, sino todas, las complicaciones se relacionan con una técnica inade- cuada, favorecidas en ocasiones por la obesidad o por la realización de una colostomía de urgencia en un contexto séptico. Con independencia del tipo de colostomía, hay que distinguir las complicaciones precoces que se producen durante el primer mes postoperatorio y las complicaciones tardías. En este artículo no se describirán ni las complicacio- nes de las colostomías perineales (cuyas indicaciones son excepcionales) [8] , ni las complicaciones médicas o cutá- neas, que se presentan en otras publicaciones. En cambio, EMC - Técnicas quirúrgicas - Aparato digestivo 1 Volume 29 > n 4 > noviembre 2013 http://dx.doi.org/10.1016/S1282-9129(13)65960-7

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Tratamiento quirúrgico de lascomplicaciones de las colostomías

E. Thibaudeau, A. Roch, F. Branger, J.-P. Arnaud

En este artículo se revisan las distintas complicaciones de las colostomías y su trata-miento. Se dividen en dos grupos. Por una parte, las complicaciones precoces: necrosisdel estoma, hemorragias, oclusiones, supuraciones periestomales y retracciones, que conmucha frecuencia requieren una reintervención de urgencia y que suelen ser secundariasa una técnica inadecuada; por otra parte, las complicaciones tardías: prolapso, estenosis,eventraciones periestomales, perforaciones estomales, hemorragias, así como tumores yseudotumores que son muy frecuentes, pero cuyo tratamiento no siempre será quirúrgico.© 2013 Elsevier Masson SAS. Todos los derechos reservados.

Palabras clave: Colostomías; Eventraciones periostomiales; Prolapso ostomial

Plan

■ Introducción 1■ Complicaciones precoces de las colostomías y

tratamiento 2Edema y necrosis del estoma 2Retracción ostomial 2Derivación incompleta 3Hemorragias y hematomas 3Evisceraciones ostomiales 3Oclusiones 3Fístulas 4Supuraciones periestomales 4

■ Complicaciones tardías de las colostomías ytratamiento 5Prolapso 5Estenosis 6Eventraciones periostomiales 7Perforaciones ostomiales 12Hemorragias 12Tumores y seudotumores 13Dificultades de adaptación de la bolsa colectora 14

■ Conclusión 14

� IntroducciónLa tasa de colostomías definitivas no ha dejado de

disminuir en los últimos veinte anos [1]. La amputaciónabdominoperineal (AAP) fue durante mucho tiempo laintervención de referencia en el tratamiento de los ade-nocarcinomas de la porción media y baja del recto. Laponencia del 89.◦ Congreso Francés de Cirugía [2] dedicada

a los cánceres de recto tratados de 1976 a 1985 mostróque se realizó una AAP en el 79,2% de los casos de tumo-res de la porción baja del recto y en el 48,6% de los dela porción media. Las indicaciones de la AAP se han res-tringido progresivamente por varios motivos. En primerlugar, el mejor conocimiento de las exigencias oncológicasha permitido una resección del tumor con unos márgenescada vez más pequenos (margen inicial de 5 cm, luego de2 cm y, por último, de 1 cm). Después, los avances técni-cos han permitido realizar anastomosis cada vez más bajas(utilización de grapadoras mecánicas, técnica de anasto-mosis coloanal, resección interesfinteriana). De hecho, enla encuesta prospectiva de la Association Francaise de Chi-rurgie de 2009 [3], la AAP ya sólo se realizaba en el 28% delos tumores de la porción baja del recto y en el 3% de lostumores de la porción media.

Sin embargo, hay muchas situaciones en las que serequiere la realización de una colostomía, ya sea defini-tiva o transitoria, terminal o lateral. La realización de unacolostomía, que se considera una intervención sencilla,da lugar a una tasa relativamente elevada de compli-caciones (10-60% según las series [4–7]) con una tasa dereintervención no despreciable. La mayoría, sino todas,las complicaciones se relacionan con una técnica inade-cuada, favorecidas en ocasiones por la obesidad o por larealización de una colostomía de urgencia en un contextoséptico.

Con independencia del tipo de colostomía, hay quedistinguir las complicaciones precoces que se producendurante el primer mes postoperatorio y las complicacionestardías.

En este artículo no se describirán ni las complicacio-nes de las colostomías perineales (cuyas indicaciones sonexcepcionales) [8], ni las complicaciones médicas o cutá-neas, que se presentan en otras publicaciones. En cambio,

EMC - Técnicas quirúrgicas - Aparato digestivo 1Volume 29 > n◦4 > noviembre 2013http://dx.doi.org/10.1016/S1282-9129(13)65960-7

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Figura 1. Necrosis isquémica por interrupción de los vasosmesocólicos. Necrosis por sección del meso en 1 y por ligaduraarterial en 2.

Figura 2. Necrosis isquémica por constricción a nivel del tra-yecto musculoaponeurótico.

se expondrán las novedades aparecidas respecto al artículoprecedente: cirugía laparoscópica para el tratamiento delas eventraciones periestomales, cirugía robótica y utiliza-ción de prótesis biológicas.

� Complicaciones precocesde las colostomías ytratamiento

La mayoría de las complicaciones precoces de las colos-tomías, cuya frecuencia se estima en un 10-60% [9–11], songraves porque requerirán una o varias reintervencionesque, al producirse en un paciente operado recientemente,conllevan diversos riesgos, con una mortalidad postope-ratoria elevada.

Edema y necrosis del estomaEsta complicación frecuente (1-14% de los pacien-

tes) [4, 5, 11–14] puede deberse a una desvascularización exce-siva del mesocolon, que provoca una «esqueletización»del extremo distal (Fig. 1) o a una isquemia que se producede forma secundaria y que puede deberse a una tracciónexagerada sobre un meso corto o por constricción a niveldel orificio parietal (Fig. 2). Las complicaciones isquémi-cas se ven favorecidas por la presencia de ateromatosis uobesidad.

Figura 3. Retracción del estoma por desinserción enterocutá-nea parcial.

La necrosis del estoma se manifiesta como una modifi-cación muy precoz del color, que pasa de un tono rosadoa un aspecto cianótico e incluso negruzco. El diagnósticose basa en la inspección frecuente del color del estoma,lo que requiere una visión directa del estoma fuera desu bolsa. Las lesiones isquémicas pueden ser únicamentedistales o extenderse en profundidad hasta la cavidad peri-toneal. Mediante la exploración local, ayudada con valvasy una iluminación correcta, se deberá evaluar la exten-sión en profundidad de la necrosis, que desciende siempremucho más abajo de lo que se cree. Cuando la isquemiaes poco pronunciada, puede experimentar una regresión,pasando por una fase de edema, aunque la consecuenciaserá la aparición de un tejido de granulación que puedeprovocar una estenosis subsiguiente. Cuando la isquemiaes total, existe un riesgo de que se forme un esfacelo y, portanto, de contaminación de la cavidad peritoneal.

La constatación de una modificación persistente de lacoloración del estoma obliga a realizar una reintervenciónprecoz:• si la isquemia se relaciona con una constricción a nivel

del orificio parietal de la colostomía, puede bastar conampliar dicho orificio;

• si la isquemia se asocia a un problema vascular delmeso, es obligatorio realizar una reintervención porlaparotomía con movilización intestinal y colocaciónde un nuevo estoma bien vascularizado;

• si la necrosis afecta a una colostomía con varilla, serecomienda transformarla en colostomía terminal trasla resección de la zona isquémica y cierre del extremodistal por aplicación de una grapadora de sutura auto-mática.El mejor tratamiento sigue siendo la prevención. Se

debe realizar una exteriorización sin tracción de un colonbien movilizado y bien vascularizado, evitar cualquier tor-sión y cualquier desvascularización excesiva del meso, asícomo verificar los latidos arteriales a nivel de los vasos delcolon.

Retracción ostomialEsta complicación grave (2-3%) siempre se relaciona

con la exteriorización «forzada» del colon a la espera deque los puntos de sutura colocutánea (o de la varilla encaso de colostomía lateral) basten para mantener la exte-riorización.

El colon se desgarra o se desinserta de la piel y tenderáa reintegrarse en la cavidad abdominal (Fig. 3).

Hay varios factores que favorecen esta complicación:• la obesidad y todas las causas de hiperpresión intraab-

dominal;• el íleo postoperatorio;• las complicaciones sépticas periestomales.

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El diagnóstico es fácil y el riesgo de retracción es previsi-ble desde la primera exploración postoperatoria: el estomaestá al fondo de un embudo y tracciona de la piel periesto-mal hacia la profundidad. La dehiscencia puede ser parcialo total.

Las retracciones precoces suelen ser graves. Exponena una inoculación del peritoneo si la colostomía es detipo directo. Cuando la colostomía es subperitoneal, pue-den provocar una celulitis del flanco izquierdo. En lasretracciones tardías después de la segunda semana, lasadherencias periestomales evitan el riesgo de peritonitisy la retracción se traduce sólo en un estoma en forma deembudo con una inflamación crónica de la pared.

Cualquier retracción, incluso parcial, requiere una rein-tervención que puede efectuarse por vía local si laretracción es parcial, con la esperanza de recuperar unalongitud suficiente de colon viable para su exterioriza-ción [9]. Si la retracción es más intensa, la intervenciónse efectuará por laparotomía o laparoscopia y consistiráen realizar una nueva exteriorización cólica sin tracción.En ocasiones, es necesario modificar la localización parie-tal de una colostomía terminal o transformar una ostomíalateral en ostomía terminal como en el tratamiento de unanecrosis estomal.

En este caso, el mejor tratamiento sigue siendo la pre-vención:• movilización suficiente del colon;• en caso de meso retraído imposible de alargar, es prefe-

rible recurrir a un estoma lateral terminalizado, porquede ese modo el meso «se presta mejor» a la exterioriza-ción.

Derivación incompletaSe observa en las colostomías laterales cuando existe

una pérdida precoz de la varilla con imposibilidad de reco-locarla. En tal caso no hay un espolón suficiente paragarantizar la derivación total de las heces, de modo quela colostomía es inoperativa. Se puede proponer una rein-tervención quirúrgica por acceso local para terminalizarla colostomía.

Hemorragias y hematomas

Esta complicación (2%) [15] puede deberse bien a unahemorragia por simple irritación de la mucosa, bien auna lesión a nivel de un vaso del meso, en especial enla pared posterior de una colostomía lateral, de modo quela hemorragia se produce en ocasiones sólo en la cavidadperitoneal, o bien a una lesión de los vasos epigástricos anivel del trayecto parietal, lo que produce un hematomacon el riesgo de isquemia por compresión.

El diagnóstico no plantea problemas cuando lahemorragia proviene de la mucosa o de la sutura colo-cutánea. En caso de lesiones de los vasos epigástricos conaparición de un hematoma parietal, el diagnóstico se rea-liza por la palpación periestomal y puede complementarsecon una ecografía parietal.

Un procedimiento de hemostasia local suele ser sufi-ciente, pero un hematoma parietal voluminoso requiereuna intervención por vía local, lo que conlleva un riesgopara la vitalidad de la ostomía. La mejor prevenciónconsiste en asegurar una hemostasia adecuada del colonexteriorizado y del trayecto parietal.

Evisceraciones ostomialesSe observan en el 1-2% de los casos de complicacio-

nes precoces y se producen siempre cuando el orificiomusculoaponeurótico es demasiado amplio. Pueden versefavorecidas por una pared hipoplásica o por una hiperpre-sión abdominal.

Figura 4. Evisceración paraestomal.

El diagnóstico es sencillo cuando las asas están exte-riorizadas (Fig. 4), pero más difícil si la evisceración estácubierta, en cuyo caso se manifiesta por un cuadro deoclusión aguda.

La intervención se debe realizar de urgencia. En tal caso,hay que reintegrar el intestino delgado viable y ajustar elorificio musculoaponeurótico con varios puntos de hilode reabsorción lenta. Si la vitalidad del asa eviscerada esbuena, una simple vía de acceso periestomal será sufi-ciente por lo general. Es posible transponer la ostomía enlugar de «realizar un cierre a demanda» del orificio mus-culoaponeurótico. Algunos autores proponen utilizar unaprótesis parietal reabsorbible fenestrada cuando se realizauna reintervención por la línea media [16].

La mejor prevención de esta complicación consiste enadaptar bien el calibre del orificio parietal al calibre intes-tinal y realizar una subperitonización del estoma.

OclusionesLa oclusión (0,5-7% de los casos) puede localizarse en

el intestino delgado y/o el colon y responde a diversosmecanismos (Fig. 5):• incarceración de un asa de intestino delgado a través

de la dehiscencia coloparietal de una ostomía directa.Este accidente se evita mediante la subperitonizacióndel colon;

• incarceración de un asa de intestino delgado a niveldel orificio musculoaponeurótico, lo que provoca unahernia interna;

• torsión axial del asa exteriorizada;• obstáculo a nivel del trayecto parietal: orificio dema-

siado estrecho, trayecto en S del colon, compresión delos extremos de una colostomía lateral con varilla.El síndrome oclusivo carece de aspectos específicos.

Cuando existe un obstáculo parietal, el estoma puedeadoptar un aspecto edematoso. En presencia de esta com-plicación, siempre hay que comenzar por realizar un tactodel estoma que, además de su utilidad diagnóstica paradetectar anomalías del trayecto parietal, en ocasionestiene un efecto terapéutico. El tratamiento es el de unaoclusión intestinal postoperatoria.

La prevención de esta complicación consiste en:• subperitonizar, si es posible, el trayecto intraabdominal

del colon exteriorizado;• cerrar cuidadosamente la dehiscencia coloparietal en

caso de estoma directo;• llevar la ostomía a un segmento cólico fijado para evitar

la torsión de un segmento móvil subyacente.

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Figura 5. Oclusión tras colostomía.A. Por incarceración de un asa de intestino delgado en la discontinui-dad coloparietal.B. Por estenosis parietal.C. Por torsión intestinal sobre la colostomía terminal.

FístulasSon infrecuentes y suponen menos del 1% de las com-

plicaciones. En caso de colostomía lateral, uno de losprincipales riesgos de lesión cólica es la perforación delborde mesocólico del colon en el momento de la aber-tura del mesocolon para colocar la varilla. Esta situaciónse observa sobre todo cuando el colon está distendido ydebilitado por una oclusión. Hay que asegurarse de quela fenestración pasa por el meso y no por el colon, pin-zando el borde del colon entre el pulgar y el índice, parapercibirlo adecuadamente.

Las fístulas también pueden relacionarse con la fijacióncólica, en la mayoría de las ocasiones debido a puntos per-forantes y necrosantes, que provocan un desgarro cólico.Estos puntos perforantes pueden producirse durante lasutura de la dehiscencia coloparietal, a nivel de la suturacoloaponeurótica (inútil y peligrosa) o a nivel de la suturacolocutánea. Dependiendo de su localización, la fístulapuede causar un absceso intraperitoneal con riesgo deperitonitis, un absceso subcutáneo periestomal o una fís-tula colocutánea.

Un absceso intraperitoneal requiere como mínimo unaevacuación con drenaje y, en ocasiones, una resección del

colon con transposición de la ostomía. Las fístulas colo-cutáneas se tratan simplemente mediante desbridamientocomo las fístulas anales típicas.

La prevención consiste en evitar cualquier sutura sero-músculo-aponeurótica y en realizar un afrontamientocolocutáneo con puntos estrictamente extramucosos.

Supuraciones periestomalesAparte de las fístulas, que suelen deberse a una supu-

ración local, engloban la sepsis parietal y la sepsis de laincisión de la laparotomía. Pueden producirse durantela manipulación y la exteriorización cólica o durantela realización de una ostomía durante una intervenciónséptica. El diagnóstico de supuración es evidente. Puedemanifestarse por un dolor periestomal en la palpación,acompanado de fiebre o de leucocitosis. La evolución deesta infección siempre deja secuelas en forma de tejidofibroso, que puede provocar de forma secundaria una este-nosis.

Las supuraciones periestomales tienen en ocasiones unaevolución benigna con tratamiento antibiótico asociadoa curas locales y a una bolsa colectora adecuada. En la

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Figura 6. Prolapso por la colostomía.A. Colostomía terminal.B. Aspecto del prolapso en una colostomía terminal.C. Colostomía lateral.D. Aspecto en sección del prolapso estomal en una colostomía lateral.

mayoría de las ocasiones, requieren una incisión-drenaje,de modo que la incisión debe situarse fuera de la superficiede aplicación de la bolsa colectora.

La mejor prevención de esta complicación es una buenapreparación preoperatoria del colon cuando puede rea-lizarse y la exteriorización del colon cerrado mediantegrapado. La abertura cólica y la sutura colocutánea debenser la última etapa de la intervención y realizarse despuésdel cierre de la incisión de la laparotomía.

� Complicaciones tardías delas colostomías y tratamiento

Estas complicaciones siguen siendo frecuentes y apa-recen en cerca del 25% de los casos, con una tasa dereintervención que varía según las series del 13 al 33% [17].

ProlapsoEl prolapso estomal es una complicación frecuente (2-

10% de los casos). Puede ser de dos tipos: o bien afecta sóloa la mucosa, presentándose en forma de una evaginaciónmás o menos grande, pero que no produce molestias, obien afecta a toda la pared cólica, en cuyo caso constituyeuna auténtica complicación (Fig. 6) [6, 18].

La presentación del prolapso difiere si la colostomía esterminal o lateral.

En el primer caso, el prolapso forma una invaginacióncolocólica que se exterioriza y que está compuesta por doscilindros, uno interno y uno externo que se presenta por

su cara mucosa. Entre los dos cilindros se sitúa la serosa delcolon y, en ocasiones, un asa de intestino delgado puedeincarcerarse y provocar una estrangulación.

En el segundo caso, cuando la colostomía es lateral, elprolapso puede afectar a los dos orificios de la ostomía yadopta un aspecto de T donde los dos orificios están másalejados entre sí cuando la rama transversal de la T es másgrande. Por lo general, el asa distal es la que muestra unmayor prolapso.

Los elementos que favorecen la aparición de un pro-lapso son los siguientes:• un orificio parietal demasiado grande con un orificio

cutáneo demasiado estrecho, contra el que chocan lasondas peristáltica cólicas;

• una localización del estoma en un asa larga y móvil;• una localización proximal de la colostomía.

Se han implicado otros factores, pero sin argumentosobjetivos: ausencia de fijación del meso, fijación parietalinsuficiente, aparición de un hematoma, trayecto directodel colon, etc. [6, 19–21].

El prolapso puede producirse de forma súbita duranteun esfuerzo, pero se suele constituir progresivamente ysólo provoca molestias funcionales moderadas. Por logeneral, sólo se operan los prolapsos amplios que impi-den una adaptación adecuada de la bolsa colectora y losprolapsos complicados con un estrangulamiento.

Pueden emplearse varias modalidades de tratamiento:• fijación transluminal transcutánea: después de la reduc-

ción del prolapso, el colon se fija a los planos parietalescon puntos en U apoyados en una pequena torunda.Esta técnica, descrita por Mayo, debe reservarse a lospacientes ancianos y desnutridos [22];

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Figura 7. Tratamiento quirúrgico de un prolapso en una colostomía terminal por resección.A. Desinserción colocutánea de la ostomía.B. Sección del meso.C. Nuevo afrontamiento colocutáneo tras resección cutánea.

• la resección del segmento prolapsado por un accesoperiestomal es el procedimiento más empleado (Fig. 7):una escisión mucocutánea periestomal permite la libe-ración del colon, que se recorta a unos 2 cm por encimadel plano cutáneo. Después de esta resección se realizaun nuevo afrontamiento mucocutáneo. Se recomiendarealizar una fijación del colon a la aponeurosis. Losresultados inmediatos son buenos, pero la tasa de reci-diva a largo plazo se acerca al 60% [23];

• en caso de prolapso voluminoso en un estoma directoen pacientes con buen estado general y con una espe-ranza de vida prolongada, es preferible realizar unacolopexia por vía intraperitoneal mediante subperi-tonización del colon tras la reducción del prolapso.Wedell [24] ha propuesto, tras la reducción del prolapso,rodear el segmento móvil del colon a lo largo de 30 mmcon un material protésico que se fija al peritoneo parie-tal. Esta técnica se utiliza muy poco;

• en caso de estoma lateral, se puede proponer la trans-formación en colostomía biterminal según la técnicade Bouilly-Wolkmann. También es posible terminalizarla ostomía mediante grapado del extremo distal, cuyoborde antimesentérico se lleva a la piel en el mismositio que el colon proximal, tras retirar una parte de lasgrapas, lo que crea una mínima fístula mucosa (Fig. 8).Esta técnica permite un restablecimiento posterior dela continuidad mediante un simple acceso local;

• en caso de prolapso necrosado, se recurre a un trata-miento por vía intraperitoneal;

• en muchos pacientes, la colostomía, tanto si es termi-nal como lateral, se realiza con fines paliativos. Debidoa que el prolapso es una de las complicaciones másfrecuentes, su tratamiento debe ser sencillo y rápido.Por este motivo, en muchos artículos recientes [25–27], sedescribe un tratamiento por una vía electiva con rea-lización de un grapado con una grapadora GIA, lo quepermite un tratamiento sencillo y rápido, con una dura-ción limitada de la hospitalización y una morbilidadbaja. En estas técnicas, el extremo del prolapso estomalse sujeta con una pinza de Babcock y se realiza un gra-pado lineal vertical a ambos lados del prolapso, hastaalrededor de 2 cm de la piel, de modo que el segmentoprolapsado se transforma en dos colgajos semicircula-res, uno anterior y otro posterior. A continuación, seefectúa un grapado horizontal en el pie de cada colgajo.La hemostasia se realiza mediante puntos separados dehilo reabsorbible [25] (Figs. 9 y 10).La mejor prevención de esta complicación consiste en

realizar:

• una colostomía terminal subperitoneal;• una colostomía en un asa cólica fija;• un orificio parietal con un calibre adecuado al diámetro

del colon.

EstenosisLa estenosis del estoma puede ser de dos tipos: cutánea

o aponeurótica.Las principales causas de estenosis son:

• un mal afrontamiento mucocutáneo durante la realiza-ción del estoma [5, 21];

• una resección cutánea o aponeurótica insuficiente;• un retraso de la cicatrización colocutánea relacionado

con una lesión inflamatoria periestomal.El tacto a través del estoma permite establecer el diag-

nóstico con facilidad, así como precisar el grado y el nivelde la estenosis.

Esta estenosis se tolera bien durante mucho tiempo,pero acaba por provocar una ectasia fecal, causante deprocesos fermentativos y de dolor. También obstaculiza larealización de irrigaciones cólicas y dificulta llevar a cabouna colonoscopia del segmento proximal.

La estenosis requiere un tratamiento cuando se vuelvesintomática [23, 28].

Las dilataciones instrumentales con bujías de Hegar sonuna técnica clásica, pero provocan recidivas a menudomás graves que la estenosis inicial. La incisión simple dela estenosis, así como las incisiones radiales periorificialesson insuficientes, porque provocan una nueva estenosis.En la práctica, si se produce una estenosis cutánea, se deberealizar una escisión cutánea completa. Es posible llevara cabo una resección periestomal circular o semicircunfe-rencial bajo anestesia local, dependiendo de la disposicióndel anillo de esclerosis (Fig. 11).

Beraldo ha propuesto una técnica de plastia en W paralas estenosis de origen cutáneo [29]. La técnica se basa enla escisión de triángulos cutáneos con nueva fijación de laostomía al nivel de los vértices mediante poliglactina de3/0. Ninguno de los cinco pacientes descritos en el estudiorecidivó (mediana de seguimiento de 12,5 meses).

La técnica de Goligher [30], que consiste en una resec-ción cutánea de 25-30 mm con liberación hasta el planoaponeurótico del colon permite una exteriorización satis-factoria de éste.

A continuación, se efectúa una resección de la antiguasutura colocutánea con la zona de necrosis y se realiza unnuevo afrontamiento colocutáneo.

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Figura 8. Tratamiento quirúrgico de un prolapso en una colostomía lateral por termi-nalización de ésta.A. Sección del intestino y exteriorización de los dos segmentos cólicos por el mismo ori-ficio.B. Nuevo afrontamiento colocutáneo del segmento intestinal proximal y abertura mínimadel segmento distal para crear una fístula mucosa.C. Aspecto final.

Figura 9. Grapado vertical del prolapso.

En caso de estenosis aponeurótica, se debe reconstruirtoda la ostomía (Fig. 12).

Para evitar la estenosis periestomal, se debe efectuar unasutura mucocutánea de entrada, con una abertura cutáneasuficiente y una abertura aponeurótica cruciforme ade-cuada al calibre del colon. La exteriorización cólica se debeefectuar sin tracción en un colon bien vascularizado.

Eventraciones periostomialesLa eventración periostomial es una complicación muy

frecuente de las colostomías [31–33], en especial en lascolostomías izquierdas y terminales. Su incidencia es del

Figura 10. Grapado horizontal de los dos colgajos del pro-lapso.

10-50%, según los estudios. Suele tolerarse bien por lospacientes.

Los factores que favorecen su aparición son un orificiomusculoaponeurótico demasiado amplio, así como todoslos factores de hiperpresión intraabdominal. Las compli-caciones propias de las colostomías, como las infeccioneso las estenosis, también dan lugar a eventraciones [29].Los trayectos subperitoneales durante el paso parietal noevitan la aparición de una eventración en las colosto-mías, pero disminuyen su incidencia [18, 30, 34, 35]. El pasodel colon a través de los músculos rectos del abdomenpermite reducir la aparición de estas eventraciones [36, 37].

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Figura 11. Tratamiento de estenosis del estoma por reseccióncutánea periestomal.

Devlin [38] ha establecido una clasificación de los dis-tintos tipos de eventraciones periestomales, según laposición del saco: intersticial, subcutánea o intraestomal.Las implicaciones terapéuticas de esta clasificación sonescasas. Se debe diferenciar sobre todo la simple aplasiaparietal correspondiente a una tumefacción de la paredque rodea el estoma en bipedestación de una auténticaeventración con creación de una protrusión periestomaldurante los esfuerzos de tos [30]. La mayoría de estas even-traciones aparecen en los primeros 2 anos [23, 28, 36, 37, 39] trassu realización y la evolución natural es igual a la de todaslas eventraciones, hacia el aumento de la protrusión, loque dificulta progresivamente la adaptación de la bolsacolectora.

Gracias a los progresos llevados a cabo en los acceso-rios de los estomas, muchas de estas eventraciones sonbien toleradas por los pacientes y no requieren interven-ción [28, 30, 40–42].

La indicación quirúrgica sólo se planteará en los pacien-tes sintomáticos, es decir, en aquellos que presentendolor, episodios de incarceración de asas digestivas, tras-tornos del tránsito y dificultades de adaptación de la bolsacolectora que puedan provocar complicaciones cutáneasde tipo irritación. Por el contrario, no debe rechazarseuna intervención por el pretexto de unos resultadosmediocres, porque el riesgo de estrangulación no es des-preciable [43].

Figura 13. Tratamiento quirúrgico de las eventraciones peries-tomales mediante rafia según la técnica de Thorlakson: trazadode la incisión a distancia del estoma.

Tratamiento de las eventraciones sintransposición ostomialPor acceso directo sin prótesis (rafia según la técnicade Thorlakson)

Esta técnica sencilla consiste en una incisión periesto-mal situada a 5 cm de la unión colocutánea (Fig. 13). Elsaco aponeurótico se diseca a continuación y los bordesmusculoaponeuróticos se aproximan con puntos separa-dos de hilo no reabsorbible (Fig. 14).

Sin embargo, esta técnica expone a tasas muy elevadasde recidiva, por lo que no se puede aceptar como técnicade referencia [23, 37, 42, 44–46].

Por acceso directo con prótesis preaponeuróticaAnte los resultados terapéuticos tan decepcionantes

de los las eventraciones periestomales por rafia directa,muchos equipos, en especial Rosin y Bonardi [36], y des-pués Abdu [39], han propuesto la colocación de unaprótesis parietal para reforzar la pared (Fig. 15). En todaslas reparaciones de eventraciones periestomales, la cirugíase lleva a cabo después de una preparación del colon y deadministrar una profilaxis antibiótica.

Figura 12. Tratamiento de la estenosis estomal por resección cólica.A. Trazado de la incisión periestomal.B. Resección cólica.C. Nuevo afrontamiento colocutáneo.

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Figura 14. Sutura de la dehiscencia aponeurótica mediantepuntos separados según la técnica de Thorlakson.

Se debe realizar una incisión circular en el perímetrodel estoma, a 2 cm de éste, y después se liberan los bor-des aponeuróticos, así como el saco peritoneal. Los bordesaponeuróticos se aproximan alrededor del perímetro delcolon elevado mediante puntos de hilo no reabsorbible.Después, se coloca una malla de polipropileno o de poliés-ter, con un orificio en su centro, alrededor del colon y sefija a la pared y al colon con varios puntos separados. Acontinuación, el colon se vuelve a fijar a la piel con pun-tos separados de hilo reabsorbible, tras lo que se deja undrenaje aspirativo en contacto con la prótesis.

Se han propuesto muchas variantes de esta técnica.Por ejemplo, Leslie [41] recomienda una incisión en Lmayúscula situada a unos 10 cm del estoma y, a con-tinuación, realiza un despegamiento de este colgajocutáneo-subcutáneo y del saco aponeurótico que es másfácil si se usa una incisión circular. El saco aponeurótico sediseca y los bordes aponeuróticos se aproximan mediantepuntos separados de hilo no reabsorbible. Mediante dosláminas de malla de polipropileno o de poliéster se rodeael colon, que se vuelve a fijar a la piel (Fig. 16).

Tekkis et al [47] han propuesto una segunda variante deesta técnica, en la que se debe realizar una incisión peries-tomal. Después de la disección del saco y la aproximaciónmuscular para estrechar el orificio del estoma, se colocauna prótesis de polipropileno o de poliéster, rodeandoel orificio parietal a lo largo de 270◦. En esta técnica esimportante que el colon y la prótesis no estén en contacto,dejando un espacio de 2-3 mm entre ambos.

Sin embargo, esta técnica por vía local presenta incon-venientes, porque en ella se coloca una prótesis superficialen posición preaponeurótica en una posición potencial-mente séptica. Los resultados publicados son escasos y esdifícil hacerse una idea de los resultados a largo plazo dela técnica.

Por acceso directo con prótesis profundaEn esta técnica, la prótesis se coloca entre dos planos

musculoaponeuróticos [48, 49], lo que permite disminuir elriesgo séptico a nivel de la placa.

En una primera etapa, la colostomía se desinserta y secierra de forma temporal con grapas. A continuación, seefectúa una disección amplia entre el plano peritoneoa-poneurótico por detrás y el plano musculoaponeuróticopor delante. La hemostasia debe ser cuidadosa. El planoposterior se cierra dejando sólo una abertura para el pasodel colon. Después, se debe colocar una amplia próte-sis fenestrada alrededor del colon, fijándola con puntosseparados de hilo no reabsorbible o mediante grapas al

plano posterior. En la mayoría de los casos, la prótesissuele situarse por delante de la aponeurosis posterior ypor detrás del músculo recto del abdomen, pero tam-bién se puede situar por detrás de la aponeurosis anteriory por delante del músculo recto del abdomen [48]. Todoslos autores coinciden en decir que la malla debe ser muygrande y sobrepasar al menos en 5 cm los bordes del ori-ficio parietal. A continuación, se cierra el plano anteriorpor delante de la prótesis, dejando sólo un orificio para elpaso del colon, que se vuelve a abrir y se fija de nuevo ala pared.

Respecto a la elección de la prótesis, suele tratarse deprótesis de poliéster o de polipropileno. Cada vez se usanmás las nuevas «bioplacas» (de tipo colágeno acelular),que permiten reducir los riesgos de sepsis a partir de laplaca [50].

Por acceso transperitoneal sin prótesisEsta vía de acceso sólo tiene utilidad en caso de otras

complicaciones asociadas a la eventración (incarceraciónde asas de intestino delgado, retracción, estenosis, per-foración). El tratamiento de una doble complicación poruna única vía de acceso amplia, sin transposición estomalpara no multiplicar los riesgos, parece estar justificado [51].

La maniobra fundamental de esta técnica es la realiza-ción de un paso subperitoneal del colon. No obstante, apesar de esto, el riesgo de recidiva sigue siendo elevado [4].

Por acceso transperitoneal con prótesisEl objetivo de esta técnica es evitar el acceso local de la

ostomía, que parece potencialmente contaminante, parareducir los riesgos sépticos antes de la colocación de laprótesis.

Sugarbaker [45] ha descrito una técnica en la que el sacoherniario no se diseca. Este autor realiza una viscerólisisde las asas adheridas al saco herniario, tras lo que obturael orificio aponeurótico con una prótesis que se sutura a laperiferia de los bordes aponeuróticos, pasando a modo depuente por encima del colon. Sin embargo, esta técnicano es recomendable, pues es preferible disecar y resecar elsaco aponeurótico antes de la colocación de la prótesis.

Esta última puede situarse a nivel intraperitoneal [51–53] oextraperitoneal, lo que evita las posibles adherencias conlas asas de intestino delgado.

Cuilleret [54] recomienda usar un acceso medial pararesecar el saco de eventración, tras lo que se refuerza el ori-ficio aponeurótico mediante la colocación de una prótesissubperitoneal (Fig. 17).

Por último, Kasperk [55] ha propuesto la colocación deuna prótesis no reabsorbible retromuscular preperitonealmediante una técnica idéntica a la de las eventracionesabdominales. Se debe realizar un acceso de la eventraciónpor vía medial, disecar el saco de eventración y resecarlo.A continuación, se efectúa un despegamiento entre la caraposterior del músculo recto del abdomen y la aponeuro-sis posterior, para insertar ahí la prótesis no reabsorbible,que debe ser amplia y con una hendidura para el pasodel colon. La prótesis se fija a la aponeurosis posterior conpuntos separados de hilo no reabsorbible. Los planos apo-neuróticos pre y retroprotésicos se cierran a continuación.

Desde la aparición de las prótesis «compuestas de doblemalla», susceptibles de reducir considerablemente los pro-blemas asociados a las adherencias, algunos autores [56, 57]

recomiendan la colocación de las mallas a nivel intrape-ritoneal.

Por acceso transperitoneal por vía laparoscópicaEl tratamiento de las hernias paraestomales por vía lapa-

roscópica se ha evaluado en muchos artículos [58–62]. Sehan descrito dos técnicas en la literatura: la de Sugarba-ker [52] y la de «la cerradura» [63].

En ambas técnicas, el paciente se coloca en decúbitosupino y la mano contralateral al estoma se puede situar alo largo del cuerpo. El trocar óptico se introduce en el ladodel abdomen contrario a la eventración. Los trocares de

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Figura 15. Tratamiento de una eventración estomal por acceso directo con colocación de prótesis.A. Trazado de la incisión.B. Colocación de la prótesis en posición preaponeurótica.C. Aspecto tras la fijación de la prótesis con el drenaje colocado.D. Aspecto final tras el cierre cutáneo.

trabajo se sitúan a ambos lados del trocar óptico y su ubi-cación es variable según la localización de la colostomía.La viscerólisis de todas las adherencias entre el intestinoy la pared anterior del abdomen se realiza paso a pasopara identificar con precisión la localización del asa ascen-dida y de su mesocolon. Se puede inflar el balón de unasonda de Foley en el orificio del estoma para facilitar sulocalización por vía laparoscópica [64].

En la técnica de la «cerradura» [63], una placa fenestradade doble malla se introduce a nivel intraabdominal y sesitúa alrededor del colon ascendido. Se puede fijar conpuntos separados o con grapas. La placa debe sobrepasaral menos en 5 cm los bordes aponeuróticos.

En la técnica de Sugarbaker, la placa no es fenestraday se sitúa a nivel de la eventración. Se fija en tres de suscuatro lados y el colon realiza un trayecto en S por debajode ésta, lo que equivale a una «seudosubperitonización».

Varios estudios [63, 65] han confirmado la factibilidad deestas dos técnicas, pero muestran una tasa de recidiva a

largo plazo mayor con la técnica de la «cerradura», por loque su preferencia se decanta por la de Sugarbaker.

Tayar [66] propone la realización laparoscópica del trata-miento de la eventración periestomal asistida con el robotDa Vinci.

Este autor realiza una «laparoscopia abierta» en el cua-drante abdominal diametralmente opuesto al estoma, conla colocación del trocar óptico de 12 mm del robot, eintroduce bajo control visual los dos trocares de trabajo aambos lados del trocar óptico. La intervención comienzapor la liberación del contenido de la eventración, quese reintegra en la cavidad abdominal. A continuación,se introduce una prótesis de doble malla por un trocarde 12 mm Versastep, que después servirá de acceso parael ayudante. Esta placa está prefenestrada para el estomay su tamano sobrepasa en 5 cm a los bordes del defectoaponeurótico de la eventración. A continuación, se fijamediante dos círculos de puntos exclusivamente intraab-dominales de hilo no reabsorbible trenzado: el primero en

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Figura 16. Técnica de Leslie.A. Trazado de la incisión en L a distancia de la colostomía.B. Aspecto de la prótesis tras fijación al plano preaponeurótico.

el cuello de eventración y el segundo en el borde libre dela prótesis. Los puntos están distanciados 1,5 cm. Esta fija-ción se realiza reduciendo el neumoperitoneo a 8 mmHg.

Esta técnica aprovecha las ventajas de la laparosco-pia para solventar varios de sus inconvenientes: fijaciónmediante una sutura intracorpórea sin tachuelas ni suturatotal, reducción del riesgo de infección de la placa, asícomo posición ergonómica y cómoda del cirujano.

Tratamiento de las eventraciones contransposición ostomial

Suele realizarse por vía transperitoneal medial, pero enocasiones se puede efectuar por un acceso electivo [40, 67, 68],con o sin colocación de prótesis. En todos los casos, unestomaterapeuta debe determinar la nueva posición delestoma en la etapa preoperatoria por para garantizar lamáxima comodidad posible del paciente.

Reparación sin prótesisPara algunos autores, constituye la solución ideal y sen-

cilla, sobre todo en caso de malposición del estoma [10, 16].Implica desmontar el estoma existente, reparar la eventra-ción mediante el cierre por planos del orificio del estomay reconstruir la ostomía, bien a nivel homolateral o biencontralateral, lo que parecería menos sujeto a recidivas [23].

Esta intervención suele realizarse por vía medial, peropresenta los inconvenientes de ser larga, con una visce-rólisis minuciosa, de provocar un íleo postoperatorio yde poder complicarse con una eventración por la cicatrizmedial. Algunos autores recomiendan realizarla por unavía electiva con conversión por vía medial sólo si surgendificultades quirúrgicas. En caso de urgencia, ante unaeventración estrangulada, se debe realizar una laparoto-mía medial [38, 40, 68].

Reparación con prótesisEsta técnica fue propuesta por Alexandre y Bouillot [67]

(Fig. 18) para paliar los inconvenientes de otros modos dereparación y aprovechar sus ventajas:• acceso local;• recolocación de la ostomía;• refuerzo parietal mediante prótesis.

Después de localizar previamente la situación de lafutura ostomía, la intervención comienza por la desinser-ción de la colostomía, que se cierre mediante un grapadolineal. A continuación, se realiza una nueva desinfeccióndel campo quirúrgico, con cambio de guantes. El saco deeventración se diseca después y su contenido, así como elcolon se reintegran en la cavidad abdominal, tras compro-bar que el colon podrá llegar al nuevo sitio de la ostomía.El plano de inserción de la futura prótesis se libera acontinuación por el orificio del estoma. Se sitúa entre laaponeurosis posterior de los músculos rectos del abdomenpor detrás y el músculo recto por delante. Este despega-miento debe ser amplio, a nivel de la línea blanca externa,que se debe seccionar. El despegamiento se continúa entrelos músculos oblicuo interno y músculo transverso pordetrás y el músculo oblicuo externo por delante. A nivelinterno, el despegamiento debe continuarse hasta la líneablanca medial y debe sobrepasar ampliamente el sitio dela futura colostomía extendiéndose hacia abajo y haciaarriba todo lo posible.

A continuación, se cierra el plano aponeurótico pos-terior y se coloca una amplia prótesis de poliéster en elplano de despegamiento previamente realizado, fijándolacon puntos separados de hilo reabsorbible. El plano apo-neurótico anterior se cierra dejando un sistema de drenajeaspirativo en contacto con la placa. Los planos subcutáneoy cutáneo se cierran acto seguido.

La nueva ostomía se realiza a continuación en el sitioescogido, pasando a través de la prótesis. El colon se recu-pera en la cavidad abdominal y se asciende por el orificioprotésico-músculo-aponeurótico. A continuación, se fijaa la aponeurosis a la piel después de retirar las grapas.

Elección de la técnicaNo existe consenso en cuanto a la elección de la téc-

nica. Algunos autores proscriben la colocación de prótesis,debido al riesgo séptico, por lo que deben optar porun acceso local o una vía transperitoneal. El acceso porvía transperitoneal se asocia a una tasa de recidiva quepuede llegar al 30% [23, 36, 40, 46, 48, 69]. Por tanto, parece queen ausencia de prótesis, es preferible realizar un trata-miento de la eventración por un acceso local y utilizar lavía medial sólo si existe una enfermedad estomal asociada.

El refuerzo protésico parece ser la única técnica que per-mite una reparación sólida a largo plazo; es indispensablesiempre en las recidivas [18]. Parece preferible colocarla lomás profundamente posible entre dos planos musculareso a nivel intraperitoneal para limitar los riesgos sépticos.La técnica por laparoscopia parece viable, según la técnicade Sugarbaker.

El polipropileno es el material protésico más utili-zado, aunque la implantación de mallas de poliéster ode politetrafluoroetileno no parece perjudicial. En caso deimplantación intraperitoneal, se deben preferir las próte-sis compuestas de doble malla para limitar los problemasde adherencias.

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Figura 17. Tratamiento de una eventración paraestomal según latécnica de Cuilleret por vía medial.A. Reintegración del intestino herniado por un acceso medial y aber-tura del peritoneo periestomal.B. Cierre de la dehiscencia muscular.C. Colocación de la prótesis, seguida del cierre del peritoneo, lo quepermite la subperitonización del colon y de la prótesis.

El mejor tratamiento sigue siendo la prevención:• escoger bien la localización del paso del colon, que debe

realizarse a través de los músculos rectos del abdomen;• calibrar bien el orificio del estoma.

Algunos autores recomiendan un tratamiento preven-tivo de las eventraciones mediante la colocación de unaprótesis en posición preperitoneal [70, 71]. En un metaa-nálisis de Wijeyekoon [72], que englobó tres estudiosprospectivos aleatorizados, en los que se comparó ungrupo con refuerzo protésico frente a un grupo están-dar, se demostró una reducción significativa de la tasa deeventración periestomal: 12,3 frente al 54,7% (p < 0,002).

Perforaciones ostomialesCorresponden a perforaciones del colon que se sitúan

justo a nivel proximal de la ostomía. Son infrecuentes(1/555) [73] y en la mayoría de los casos son de origentraumático tras la introducción de una cánula durante lasirrigaciones del colon.

Los factores que favorecen la aparición de perforacionesson:• la existencia de una angulación intestinal subperitoneal

o subcutánea;• la eventración periestomal;• las enfermedades inflamatorias causantes de una fragi-

lidad de la pared.

Desde el punto de vista clínico, la perforación se mani-fiesta por dolor de aparición súbita durante la irrigación,con recuperación incompleta del líquido de irrigación.

Puede ser subperitoneal con evolución hacia unasupuración periostomial o bien intraperitoneal con conta-minación de la cavidad intraperitoneal, lo que requiere larealización de una laparotomía para lavado y la recons-trucción dela ostomía tras la resección del segmentoperforado.

HemorragiasHemorragias por lesiones de la mucosa

Corresponden a hemorragias mínimas, cuyo origen sesitúa a nivel de la mucosa de la colostomía. Suelen sersecundarias a traumatismos locales menores, sobre tododurante las irrigaciones.

Hemorragias por la ruptura de varicesostomiales

Las varices ostomiales se deben a una hipertensión por-tal. Se acompanan de un cortocircuito portosistémicoque comunica la red venosa mesentérica inferior y lared sistémica con las venas de la pared abdominal. Sonmás grandes cuando la cirrosis se asocia a una colangitisesclerosante, lo que suele ser frecuente en la rectocolitisulcerohemorrágica [74].

12 EMC - Técnicas quirúrgicas - Aparato digestivo

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Figura 18. Reparación por vía local con colocación de una prótesis profunda y transposición de la ostomía según la técnica de Alexandrey Bouillot.A. Incisión por vía local periestomal.B. Desinserción de la ostomía y cierre temporal para limitar el riesgo séptico.C. Colocación de la prótesis en caso de transposición homolateral.D. Colocación de la prótesis en caso de transposición contralateral.E. Esquema del sitio de colocación de la prótesis. 1. Posición de la ostomía; 2. posición de la placa: retromuscular, preaponeurótica.

Su incidencia es del 27,3% de los pacientes con hiper-tensión portal [75] y la incidencia de la hemorragia es del1% [74, 76].

El diagnóstico de las varices ostomiales es clínico, conaparición de un aspecto blanquecino de la piel peries-tomal, seguido de la aparición de varicosidades que danlugar a un aspecto de «cabeza de medusa».

En el estoma aparecen varices submucosas. Las primerashemorragias se producen pasado un tiempo después de lacirugía.

El tratamiento de urgencia ante un síndrome hemorrá-gico varía dependiendo de la cuantía de la hemorragia:• hemostasia simple por compresión, que puede com-

plementarse con sustancias vasoconstrictoras como laadrenalina;

• hemostasia mediante sutura, ligadura o escleroterapia.El tratamiento de urgencia sólo soluciona el problema

agudo, pero no es un tratamiento de fondo de las varicesostomiales, por lo que no previene las recidivas a largoplazo [74].

Se puede proponer un tratamiento preventivo de lasrecidivas en caso de hemorragias reiteradas.

Los distintos tipos de tratamientos son los siguientes:• tratamientos quirúrgicos locales, cuya eficacia es tem-

poral:◦ desconexión mucocutánea periestomal con resec-

ción a demanda del estoma y nueva reinsercióncutánea con o sin transposición cutánea;

◦ desconexión portosistémica transestomal con unagrapadora EEA, como se ha propuesto a nivel delestómago para las varices esofágicas [77];

• tratamiento de la hipertensión portal:◦ derivación portosistémica por derivación intrahepá-

tica por vía transyugular [78];◦ trasplante hepático;

• embolización de las varices por inyección percutáneade adhesivo biológico [79].

Tumores y seudotumoresLos seudotumores son los más frecuentes: quistes de

retención mucoide, seudopólipo hiperplásico, tejido degranulación periestomal, granuloma por hilo de sutura,etcétera. Su tratamiento consiste en cuidados locales.

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Los tumores verdaderos son infrecuentes. Pueden ser deorigen digestivo [80] (pólipo degenerado, nódulo de carci-nomatosis, etc.) o parietal (sarcoma, basocelular).

El tratamiento consiste en todos los casos en la resec-ción en monobloque de la pared y del intestino, seguidade la transposición del estoma.

Dificultades de adaptación de la bolsacolectora

Las ostomías mal situadas, cuya localización no se hadeterminado antes de la cirugía, pueden provocar dificul-tades de adaptación de la bolsa colectora y causar lesionescutáneas, que dan lugar a incomodidad e incluso a dis-capacidad para el paciente. El único tratamiento eficaz ydefinitivo es la transposición de la ostomía después deescoger previamente su localización adecuada.

� ConclusiónLa realización de una colostomía, tanto si es definitiva

como transitoria, no debe considerarse un procedimientosencillo. Puede complicarse en gran medida y dar lugar asecuelas funcionales muy invalidantes para el paciente.

El mejor tratamiento del conjunto de las complicacio-nes de las colostomías sigue siendo la prevención, con unatécnica de realización muy rigurosa.

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E. Thibaudeau.A. Roch.F. Branger.J.-P. Arnaud ([email protected]).Service de chirurgie viscérale, CHU d’Angers, 4, rue Larrey, 49933 Angers cedex 09, France.

Cualquier referencia a este artículo debe incluir la mención del artículo: Thibaudeau E, Roch A, Branger F, Arnaud JP. Tratamiento quirúrgicode las complicaciones de las colostomías. EMC - Técnicas quirúrgicas - Aparato digestivo 2013;29(4):1-15 [Artículo E – 40-545].

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