Tráiler Obra de teatro escrita por Belén Caccia...

"Tráiler" Obra de teatro escrita por Belén Caccia Dramaturgia Binetti

1

Escena I

Vemos el interior de un viejo camarín tráiler apenas iluminado por una lámpara en un

rincón.

Una tabla de fórmica blanca sirviendo de apoyo a una cantidad exuberante de

maquillajes coloridos y espesos; polvos, cremas, pinceles, cisnes. Adherido a ella con

terminación desprolija, un espejo rodeado de foquitos de luz apagados. Frente a él, una

silla de madera plegable.

La decoración consta de posters de viejas funciones de circo en las paredes y unas

pequeñas fotos enganchadas en el marco del espejo.

Se escuchan murmullos y alguna voz de hombre que provienen de afuera; y con mala

calidad de sonido, como emitida por gastados parlantes, una grabación de orquesta de

Petrouchka de Stravinski. (Música utilizada en circos tradicionales)

En un rincón, un gastado sillón de cuerina marrón emparchado en algunas partes con

una cuerina de un marrón más oscuro sostiene un enorme abrigo gris de hombre.

Golpean la puerta desde afuera. Nadie atiende. Golpean más fuerte. Nada. Abren la

puerta. Afuera es de noche.

Entra una mujer de unos cuarenta y cinco años, bonita, con un aire fresco y poco

maquillaje y la sigue un hombre de cincuenta y tantos, buen mozo, con pantalón de

vestir gris, camisa blanca sin corbata y un pullover azul de buena marca.

Margarita - (Notoriamente preocupada) No está

Roberto - No te preocupes, Margarita

Margarita - juraría que vino directo para acá

Roberto - Debe haberse entretenido con algo, vamos

Margarita - (mira el sillón) Dejó su abrigo

Roberto - entonces quedate tranquila que va a volver, hace un frio espantoso

Margarita - Dios te escuche


2

Margarita pone la mano en el abrigo y encuentra el teléfono celular

Roberto - estoy seguro

Margarita - ¡Y esa negación que tiene con el teléfono!

Termina abruptamente la música (sale a cuchillo). Se escuchan unos acoples por el

parlante y luego silencio. De pronto, por la puerta se oyen martillazos y algún ruido de

rejas que se abren y cierran. Ambos lo toman con naturalidad. Ninguna reacción al

respecto.

Roberto - Quizá fue al baño

Margarita - No, Moyo y Campanita se fijaron

Roberto - Bueno, vos esperalo acá y yo voy a ayudar a terminar de desarmar

Roberto está por irse, Margarita lo toma del brazo. Roberto frena. Margarita lo mira a

los ojos, parece que va a decirle algo y no lo hace

Roberto - Lo vamos a encontrar

Luego sale y cierra la puerta. Margarita queda sola en el camarín. Se mira en el

espejo, prende los foquitos y notamos que sólo funcionan unos pocos. Se frota los

brazos por el frío. Se sienta en la silla de madera. Vuelve a mirarse en el espejo. Mira

las fotos adheridas, las toma de a una con sus manos, las mira con atención, sonríe con

ternura y vuelve a ponerlas una a una donde estaban.

Huele los maquillajes, por su reacción notamos que tienen olores fuertes, quizá son

viejos. Toma un polvo volátil sin querer aspira un poco, tose, vuela polvo sobre su

rostro, deja todo donde estaba.

Se para, se sacude el polvo que cayó sobre su falda, recorre el pequeño espacio, mira

los posters de la pared.

Sigue frotándose los brazos por el frio. Voltea y ve el abrigo sobre el sillón.

Margarita - la puta madre ¿dónde estás?


3

Margarita se asoma por la puerta, entra mucho frio, cierra rápidamente. Camina por el

lugar. De pronto se abre la puerta, Margarita se da vuelta sonriente, es Favio, un

hombre enano. Margarita se desilusiona.

Favio - Se lastimó Moyo. Feo, feo.

Margarita - ¿Qué pasó?

Favio - El bolas soltó la soga muy rápido y el poste le dio en la espalda. Roberto

lo llevó al pueblo.

Margarita - (se sienta lentamente en el sillón y susurra) que nochecita

Favio - ¿por qué? ¿Pasó algo más?

Margarita - ¿No sabías?

Favio - (titubea, se preocupa)...no

Margarita - No está. Después de la función, todos creímos que había venido para acá,

y nos quedamos tranquilos. Pero después de un rato no aparecía, vinimos

a buscarlo y ya no estaba.

Favio - (intenta consolarla, pero claramente no está convencido de lo que dice)

habrá salido a dar una vuelta

Margarita - ¿Qué decís? ¿Después de la función? ¿Maquillado y con su traje? ¿Y sin

su abrigo con el frío que hace? ¿Te volviste pelotudo, Favio?

Favio - Perdón, ya ni se lo que digo. Bueno, ahora con esto de Moyo, nos

tenemos que quedar más tiempo acá y si vuelve...

Margarita - (lo interrumpe) ¡No hables en potencial! "¡Cuando vuelva, decí!".

"¡Cuando vuelva!"

Favio - Bueno, si en vez de irnos ahora, tenemos que esperar a mañana, mejor.

¿No?

Margarita - (duda) si


4

Margarita agarra el abrigo que estaba sobre el sillón y lo abraza con la mirada

perdida. Favio se sienta en la silla y la mira hacerlo.

Se escucha una voz de hombre que grita desde afuera

Voz en off - ¡Favio!

Favio se baja de la silla, se para frente a Margarita, hace aparecer una rosa en un

truco de magia y se la da. Margarita la toma sin sonreír. Favio sale. Cierra la puerta.

Voz en off - dale loco, que falta bocha

Margarita con la flor en la mano, se recuesta como puede en el sillón, se tapa con el

abrigo gris hasta quedarse dormida.


5

Escena II

Se abre la puerta del tráiler, entra luz de día. Margarita despierta mantiene el silencio,

acurruca sus pies sobre el sillón.

Entra un hombre joven vestido de payaso, con los tiradores caídos hacia los lados de su

cuerpo, sin maquillaje que parece no haberla visto.

(El personaje de Margarita de la actualidad, presencia una escena de flash back de una

escena de los años 70s)

Payaso - (habla fuerte hacia afuera sin notar a Margarita en el sillón) ¡Vamos

Margarita! Que ya vienen a buscarte

Entra una nena de ocho años, con vestido y zapatitos de hechura barata pero prolijos y

en buen estado. Lleva una nariz de payaso y una peluca que le queda grande, puestos.

Margarita niña - ¡No vale! me dijiste que un día podría quedarme toda la

temporada

Payaso - (ríe mientras le saca tiernamente la peluca para después

ponérsela él mirándose en el espejo) y este no es el día,

señorita.

Margarita niña - ¿cuándo, entonces?

Payaso - Más adelante

Margarita niña - (Aun con la nariz de payaso puesta da un exagerado paso hacia

adelante) ¿ahora?

Ríen juntos. Payaso le muestra la palma de la mano, ella se quita la nariz y la deposita

en su palma, con expresión de puchero pero sin perder el buen humor. Payaso se

maquilla un poco y se pone la nariz. Margarita niña lo mira, toma una brocha y le

agrega color en una mejilla.

Se oye un auto acercarse y luego una bocina ronca. Ambos enderezan al mismo tiempo

sus espaldas, miran hacia afuera, se miran y ella corre a abrazarlo. El se quita la nariz,

se la da en la mano y le hace un gesto de silencio con su dedo índice tapando su boca.

Ella la toma, sonríe, y la esconde en su bolsillo. Se dirige hacia la puerta, frena, vuelve,


6

lo abraza breve pero fuertemente y sale corriendo. El payaso suspira, agarra otra nariz

de una cajita, la pone sobre la mesada de fórmica blanca y sigue maquillándose.

Se escucha el auto arrancar y alejarse. El payaso serio, en silencio, sigue con su tarea.

Margarita - (desde el sillón, suavemente) No dejes que se vayan

Payaso - (mirándose al espejo, desbastado) esta no es vida para una nena de

ocho años.

Margarita - por favor...salí por esa puerta, AHORA y andá a buscarla

Payaso - (sin mirarla) ¿y qué puedo hacer yo para darle una vida mejor?

Margarita - Ella te ama, eso es suficiente

Payaso - Si solo el amor bastara...

El payaso termina de maquillarse y sale. Margarita se levanta torpemente del sillón,

para ir detrás suyo pero justo entra Roberto.

Volvemos a época actual

Roberto - Moyo está mejor pero no puede hacer varias cosas por un tiempo.

Contratamos algunos peones del pueblo para que ayuden con el

desarme porque si no no nos vamos mas (nota que Margarita está

rara) ¿estás bien?

Margarita lo mira en silencio, confundida. Se asoma por la puerta, vuelve a entrar, se

sienta lentamente en el sillón y vuelve a tomar el saco gris entre sus brazos.

Margarita - Si, estoy bien

Margarita rompe en llanto.

Margarita - ¡No! no estoy bien. No podemos irnos sin él

Comienza a pegarle despacio, cansada, pero con angustia, en el pecho a Roberto con el

puño cerrado. Roberto se acerca a ella cada vez más hasta convertir esa agresión en un

abrazo. Ella se calma de a poco.


7

Roberto - Sabe el recorrido de pueblos mejor que nadie, lo armó él. Si quiere

encontrarnos, lo va a hacer, y no vas a pensar que le pudo pasar algo

malo (se acerca a ella y le toma los hombros delicadamente) ¡ey!

Marga... ¿te parece que yo dejaría que le pase algo?

Margarita no responde. Sale del tráiler secándose las lágrimas con los dorsos de sus

manos. Roberto le toma una muñeca para darle su pañuelo, ella mira el pañuelo, lo

mira a él, y se dirige al espejo para tomar un pañuelo de papel la caja, lo toma y se va

secándose con eso.

Roberto queda solo en el tráiler.


8

Escena III

Roberto se sienta en la silla de madera. Inclina su cuerpo hacia adelante apoyando sus

codos en las rodillas y se peina el pelo hacia atrás, barriéndose lentamente la cabeza

con las manos abiertas. Mira hacia el techo y deja caer sus brazos a los costados. Se lo

ve abatido.

Luego se pone de pie, y comienza a recorrer el espacio lentamente. Piensa, piensa.

Camina lento pero tenso, como un león enjaulado.

En su recorrido ve el saco gris caído en el piso. Lo mira un instante, lo toma y lo pone

prolijamente en el sillón. Antes de soltarlo, dubitativo, se lo prueba. Se mira en el

espejo, y comienza a escuchar desde afuera, como saliendo desde los parlantes, la

música "Había una vez un circo" de Tito Rivero.

Roberto se queda inmóvil con el saco puesto, a un costado del sillón, parado contra la

pared.

Entran el Payaso con su traje completo, impecable y un joven de unos diecisiete años,

con bermudas de jean gastadas, alpargatas y la remera del mundial 78 puesta. El

Payaso venía hablando desde antes, el joven lo sigue.

(El personaje de la actualidad, presencia una escena de flash back de una escena de

1978)

Como en la escena anterior con Margarita, los personajes que ingresan al tráiler, no

notan su presencia.

Payaso - (al joven, riendo)... y me dice "quiero hablar con el dueño del circo, no

con el payaso" Imaginate la cara del tipo cuando le hago...

El payaso se para derecho, se saca la nariz y la coloca como sombrero de militar

debajo de su brazo sostenido por su torso y hace la venia con el otro.

Payaso - El payaso le presenta al dueño del circo, oficial. Mucho gusto en

conocerlo

Payaso estira el brazo para darle la mano, al estirar el brazo deja caer la nariz al piso,

entonces cuando el joven estira su brazo para darle la mano devolviéndole el saludo,


9

payaso la esquiva para agacharse a agarrar la nariz. El joven queda paralizado con su

mano preparada para un saludo que nunca recibe. Payaso una vez que tomó la nariz,

se incorpora y ríe. El joven preocupado, sonríe nervioso.

Payaso - (riendo) No falla. Misma reacción.

Joven - ¿Por qué hizo eso?

Payaso - por lo mismo que tengo chalupas en vez de zapatos y vos tenés esa

camiseta con la pelotita (se sienta y comienza a sacarse los zapatos de

payaso)

Joven - (no comprende la comparación) Usted usa chalupas porque es un payaso

Payaso - ¿Y vos usás eso porque...?

Joven - No le gusta el fútbol

Payaso - (se pone serio) No me gusta que me digan lo que tengo que hacer

Joven - No tendría que haberse burlado de él, no venía a hacer nada malo.

Solamente estaba buscando a esos chicos. Si usted le hubiera dicho que

los tiene acá, trabajando en el circo, todo...

Payaso se pone de pie y lo interrumpe en un grito seco. El joven se paraliza del susto.

Payaso - (gritando) A vos también te tengo trabajando en el circo, ¿Querés

que les diga que agreguen tu nombre en esa listita de morondanga?

Joven - (con miedo, dudoso) pero si yo no hice nada

Payaso - (se calma, comienza a sacarse lentamente la peluca, los tiradores...)

Moyo y Pablo son buenos pibes. Laburantes, con miedo, sin lugar a

donde ir

Joven - (ironiza, casi por lo bajo)...y mano de obra barata

Payaso - Robertito no me hagas arrepentirme de tenerte acá. Dijiste que querías

aprender todo del negocio del circo, bueno, lo primero que tenés que

aprender es que tiene más de familia, que de negocio.


10

Joven - Perdón, no quise ofender...

Payaso - ya se, pibe. Ya sé. (Se calma) Pero sos muy pichón y estos cosos se

aprovechan de los pichones como vos. Andá, sacate esa remera y ponete

una negra que hoy tirás cuerdas

Joven - (exaltado) ¿ya? Si. Gracias (torpemente lo va a abrazar, se arrepiente,

camina hacia un costado y tira sin querer algunos maquillajes de la

tabla de formica, se agacha a agarrarlos, y al pararse se golpea la

cabeza con la tabla dejando caer todo otra vez)

Payaso - (riendo) Andá, andá ahora, que si no, voy a tener que darte una de estas

Payaso le tira la nariz de payaso pegándole con ella en la espalda a Roberto joven

mientras sale. La nariz cae al piso.

Al abrir la puerta para que Roberto joven salga del tráiler, se escucha desde afuera la

canción del mundial de Ennio Morricone. Payaso piensa, suspira serio, escucha por un

instante, se asoma por la puerta y grita

Payaso - (hacia afuera) ¿es necesario escuchar esta canción cada cinco minutos?

La música sigue. El payaso sale enfurecido cerrando la puerta con un fuerte golpe.


11

Escena IV

Época actual

Roberto adulto, con el tapado aún puesto, lentamente se acerca a los maquillajes

caídos y comienza a juntarlos. Ordena. Toma la nariz de payaso del piso, la mira.

Entra Favio íntegramente vestido y maquillado de payaso pero sin peluca ni nariz

puestas, lo mira. Se quedan observándose un instante en silencio. Roberto deja

incomodo la nariz sobre la mesa de fórmica, incómodo, como si quemara.

Favio - Te queda grande

Roberto lo mira serio. No responde. Retrocede. Está perturbado con la situación, con el

comentario, con la presencia de Favio...

Roberto - Tenía frío y...

Favio - Muy grande

Ambos quedan en silencio un instante mas, en el que no se quitan la mirada uno del

otro. Roberto comienza a quitarse el saco y lo deja torpemente sobre el sillón.

Roberto - Viniendo de un ENANO resulta un poco extraño un comentario sobre el

tamaño de mi ropa.

Favio - Yo no comenté nada sobre TU ropa. Es importante que distingas qué es

tuyo y qué no en este lugar.

Roberto - bueno, el "payasito" está celoso

Favio - El hecho de que uses "enano" y "payaso" como insulto, comprueba que

no entendés nada.

Roberto - ¿No entiendo nada de qué?

Favio - de cómo son las cosas en este lugar

Roberto - Te recuerdo que este circo funciona porque funciona la boletería. Y soy

yo quien está a cargo.


12

Favio - La boletería funciona porque funciona el espectáculo. Que la gente quiera

vernos es mérito del viejo y los artistas que lo seguimos, no del que corta

boletos y hace cuentitas

Roberto - ¡ah! mostró los dientes el chiquitín. ¡Y ahora es un artista!

Favio - Te guste o no, me aplauden a mí, no a tus cuentitas en exel

Roberto - Y te guste o no, ese trajecito pomposo, tus clavas con luces led y la banda

en vivo, se pagan con mis cálculos hechos en exel...no con...

Entra Margarita. Ambos quedan en silencio.

Margarita - (a Favio) ¡estabas acá! Campanita tiene tu diávolo flúo en el coreto, andá

que te estaba buscando para dártelo.

Favio - ah, mi diávolo, si (agarra unos maquillajes del estante y sale) que

suerte... gracias.

Margarita - (risueña y fuerte hacia afuera)¡Claro que vas a tener que soportar su

reto!

Roberto - ¿qué es todo esto? ¿Por qué el enano se disfrazó?

Margarita - (lo corrige dulcemente) "Favio" se "puso su traje" porque va a salir con

el grupo a promocionar la función del fin de semana por los pueblos

cercanos.

Roberto - Pero si las funciones del fin de semana son lejos de acá, es una pérdida

de tiempo, un gasto extra de maquillaje, ¡un desgaste para todos!

Deberían seguir desarmando...

Margarita - Tranquilo, yo me ocupé. (Toma tiernamente la nariz de payaso que

estaba sobre el estante entre sus manos y la mira) Hasta que tengamos

novedades, nos quedaremos acá.

Roberto - Pero es zona de pueblos, hay solo una ciudad cerca, no va a venir ni el

loro


13

Margarita - Ya lo pensé, y la tormenta de la semana pasada hizo que mucha gente no

pueda venir así que aún tenemos público posible, más los que vuelvan...

Roberto - ¡Pero eso nos desajusta toda la gira! ya tenemos acordados los terrenos, y

la promoción. ¡Todo! (le saca la nariz de la mano y la vuelve a poner

sobre el estante) Marga, no se puede cambiar todo por un capricho, yo

entiendo lo que sentís pero...quedamos en que de estas cosas me iba a

ocupar yo.

Margarita - ¿Capricho? ¿Vos escuchas la palabra que usaste para lo que está

pasando?

Roberto - Hablás como si no me estuviera ocupando de nada

Margarita - No dije eso. Entiendo que vos tenés mucho ya con el accidente de Moyo

y el seguro, y esas cosas complicadas que yo no entiendo y no me gustan.

Dejame que me ocupe de la programación hasta que el viejo aparezca.

Roberto - No sé, no sé. Creo que tenemos que seguir adelante...

Margarita - Yo también lo pensé. Pero este es su circo y no puede irse sin él.

Roberto - (de pronto) ¡no! ¡Ya habíamos contratado peones para el desarme! ¡Qué

gastadero de dinero!

Margarita - (lo calma, los sienta lentamente en la silla) Hablé con ellos, no tienen

problema en desarmar cuando nos vayamos en lugar de hacerlo ahora.

Roberto - ¿cómo hiciste eso? son gente bruta, no es fácil negociar con ellos

Margarita - Solamente les conté lo que pasó. Adoran este circo, lo esperaron durante

años, cada verano desde que eran chicos. Muchos de ellos viajaban

quilómetros para poder verlo.

Roberto - Nunca entendí por qué el viejo se salteaba este pueblo en las

programaciones. ¡Es un éxito! Los viejos quieren volver, los jóvenes

quieren conocerlo...


14

Margarita - Por eso, no te preocupes. Vos lo convenciste a él de parar acá a hacer

función, dejame que te convenza yo ahora a vos de quedarnos un poco

más.

Roberto - Público va a venir... está bien. Lo que me preocupa son los peones con

horas extras

Margarita - Confiá en mí. Van a desarmar cuando haya que desarmar y nos van a

cobrar solo las horas que trabajen.

Roberto - Espero que no pidan más plata después, porque no hay

Margarita - Sos mal pensado a veces ¿eh? No se trata de dinero, se trata de afectos

Roberto - Y vos sos muy inocente Margarita. Pero bueno, ya está. Ya arreglaste vos

con ellos.

Margarita - No te enojes, estoy tratando de solucionar las cosas como puedo

Roberto - ¿y yo? ¿Te crees que me divierte estar sacando las papas del fuego a cada

rato y que nadie valore nunca todo mi esfuerzo?

Margarita - (rompe en llanto) Parece que te olvidaras del momento por el que estoy

pasando. Estoy muy triste, muy preocupada, desorientada, con toda esta

gente dependiendo de mi...

Roberto - De nosotros, Marga. No estás sola en esto. Todos estamos pasando un

mal momento y estamos preocupados por él. Yo estoy igual, mi vida.

(La toma de la muñeca e intenta acercarla para que ella se siente en su

falda. Ella se resiste y suavemente se suelta de él pero se queda parada

al lado) No creas que no tengo sentimientos, es que mientras vos te

ocupás de los sentimientos, yo tengo la responsabilidad de que este circo

no se funda.

Roberto se para y abraza a Margarita, ella primero se resiste dejando los brazos

"colgando" hacia los costados.

Roberto - Pensá que parece que yo hablara sólo de dinero, pero estoy procurando

que toda esta gente siga teniendo trabajo, techo, comida...


15

Escuchando esto, Margarita cede y se deja abrazar, para un instante después,

responderle también el abrazo.

Margarita - Tengo miedo de que no vuelva

Roberto - Va a volver. Nos debe estar poniendo a prueba. Enfoquémonos en

pasarla.

Margarita - (ríe entre llantos) viejo loco

Roberto - ¡Eso! asoma una sonrisa

Margarita - Voy a ver cómo anda todo

Roberto - ¿Por qué mejor no vas y descansás un rato? , y yo voy a ver cómo queda

la gira después de esto... tranquila

Margarita sale. Roberto se vuelve a sentar en la silla, exhausto. Mira el abrigo sobre el

sillón

Roberto - (Al abrigo, serio) Viejo loco


16

Escena V

Entra Favio apresurado, ya sin traje de payaso puesto.

Favio - ¡Margarita! ¿Te parece que comamos algo antes de... (Ve a Roberto solo

parado junto al sillón y queda paralizado)

Roberto - ¡Si, claro! ¡Coman, tomen, límpiense las manchas de tuco en los trajes! Y

después trabajen. Que total en este circo sobra el dinero...

Favio - No. Sobraría si estuviera bien administrado

Roberto - Cómo se nota que no tenés idea de negocios...

Favio - No vos de circos, si lo llamás "negocios"

Roberto - Bueno, al grano, que estoy ocupado. ¿Qué querías preguntar?

Favio - Quería hablar con la dueña del circo, no con el...

Roberto - ¿estás a punto de decirme "payaso"?

Favio - ¡Jamás! te queda enorme esa palabra. Iba a decir el "boletero"

Roberto se enfurece.

Roberto - El enano sindicalista sigue diciendo lo que me queda grande. ¡Acá tenés

algo te queda enorme!

Toma el abrigo gris del sillón y lo arroja sobre Favio tapándolo por completo. Luego

sale enfurecido del tráiler.

Favio queda inmóvil unos segundos, y luego comienza a quitarse el enorme abrigo de

encima, deslizándose por el espacio hasta chocarse con el sillón. Asoma su cabeza y

queda semi tapado, "conquistado" por el olor y la textura del abrigo. Nostálgico.

Piensa. Escucha la puerta y corre a esconderse detrás del espejo y el estante totalmente

tapado por el abrigo.

(El personaje de Favio de la actualidad, presencia escondido bajo el abrigo, una

escena de flash back de una escena de los años 70s)


17

Una vez más, vemos entrar al payaso, ya esta vez sabemos que no notará la presencia

de Favio allí. Se escuchan de afuera voces de niños y adultos, y muy de fondo, se

escucha el Waltz No. 2 de Dmitri Shostakóvich.

Payaso tararea la música. Así como está, se sienta en el sillón. Se quita la peluca y la

nariz y comienza a quitarse las chalupas. Agarra una botella con agua de al lado del

sillón y toma.

Deja la botella a un costado y se recuesta como puede, con su gran tamaño, en el sillón

para disponerse a descansar. En eso entra un Favio joven por la puerta del tráiler, con

pantalones pata de elefante y camisa con chorera estilo flamenco. Su pelo abultado nos

remonta a los años 70s.

Favio joven - Perdón, ¿puedo pasar?

Payaso - ¡Claro hombre! pero ¿por qué pedís perdón? (ríe) ¿por tu vestuario?

Favio joven - (ríe también aunque algo asustado) no, por interr...

Payaso - Ya se, ya se. Tranquilo, te estaba cachando

Favio joven - Quería agradecerle una vez más por esta oportunidad

Payaso - ¿cuántos años tenés, pibe?

Favio joven - Cator... (Se corrige torpe) ¡Diecisiete para dieciocho!

Payaso - bueno, "cator-diecisit-ocho" sabes que tan pibe no podés laburar acá,

pero podés quedarte con nosotros, nos das una mano, y aprendés el oficio

hasta que tengas edad para laburar. Siempre que tus viejos, no tengan

problema.

Favio joven - Mis viejos el único problema que tienen soy yo

Payaso - ¿Vos sos un problema? Porque yo no quiero problemas acá ¿eh?

Favio joven - ¡No! yo no soy un problema señor. No. Solamente le decía lo que ellos

dicen...

Payaso - Vos andá y deciles que te den el permiso. Sin eso...no hay circo


18

Favio joven - gracias

Payaso - gracias hacen los monos

Favio joven - (temeroso, con una sutil sonrisa) y los payasos

Ambos ríen. Después de eso, Favio relaja un poco la tensión que sentía durante la

conversación.

Payaso - ¿y vos que sos?

Favio joven - ¿perdón?

Payaso - ¡dejá de pedirme perdón que me hacés sentir un cura!

Favio joven - ¿cómo qué soy? ¿No se ve? (levanta los brazos en cruz y gira resignado)

Payaso - ¿Una versión reducida de Nino Bravo?

Ambos ríen.

Payaso - (le señala la silla) Sentate. Venís a mí, (en tono casi de burla) "Quiero

sumarme al circo, siempre soñé con esto"... pero ¿qué querés hacer en el

circo?

Favio joven - siempre me dijeron "enano de circo", "fenómeno", "freak", y cuando vi

que venía un circo al pueblo, hace unos cuatro años... hice lo imposible

para que mis padres me dejen verlo.

Payaso - ¿nos viste?

Favio joven - Si. Tuve que escaparme, porque no me dieron permiso. Junté centavo a

centavo y vine sin que nadie se entere

Payaso - (orgulloso) ¿y qué te pareció?

Favio joven - Mágico. Sentí que acá todo era posible. Me di cuenta que ser un "enano

de circo" podría no ser algo malo. Vine al día siguiente para conocerlos,

para ver si podía hablar con ustedes y ya no estaban. Eso también me

pareció increíble. Desaparecieron como por arte de magia

Payaso - ¿y vos querés ser mago?


19

Favio joven - No. Digo... no sé. Se algunos trucos pero los tendría que practicar...

Payaso - (Se para, y comienza a narrar girando en torno a Favio) Me imagino a

Raúl, en plena función, repleta de niños mirando, con Clarence rugiendo

ferozmente en la jaula. Entonces toma su silla y su látigo, y de pronto

Clarence se las quita de un manotazo, y comienza a masticarle la pierna,

revoleando violentamente su cuerpo por toda la jaula, y golpeándolo

contra los barrotes, salpicando con sangre a los niños con sus madres

gritando de horror y suplicando. Y cuando Raúl se haya moribundo en

el piso, sus últimas palabras son "yo algo de domar leones sabía, pero

tendría que practicar..."

Favio está absorto y algo asustado. Payaso vuelve a sentarse y mira a Favio con una

sonrisa y sus manos entrelazadas detrás de su cabeza. Favio relaja un poco y sonríe

también.

Favio joven - creo que sé a dónde quiere llegar

Payaso - Lo importante es que sepas a donde querés llegar vos, pibe.

Favio joven - por ahora, con estar acá yo me conformo. Puedo aprender lo que sea. No

me importa limpiar, desarmar... nada de nada

Payaso - Eso sí que es un problema. Porque lo que necesitamos es gente a la que le

importe. Mirá, acá rico no te vas a hacer. Pero laburar... hay que laburar.

Pensá en qué podés sernos útiles, y yo pensaré cómo recompensarte por

eso

Favio joven - Vi que no tienen enanos y pensé que me había aceptado por eso...

Payaso - Tampoco tenemos mujer barbuda y si viene una le pediré que se afeite

para sumarse a esta compañía. Esto no es un show de freaks. Y ser enano

no es un talento. Si pensás eso...estás frito

Favio joven - ¿y qué podría hacer?

Payaso - lo que quieras. Sos un poco más corto que el resto, bueno. ¿Y de acá

(señalando el cerebro) ¿cómo estamos? ¿Sos enano de acá también?


20

Favio joven - no señor

Payaso - Entonces aprovechá que no todos lo saben. Que "el enano" sorprenda con

talento. Mirá bien, practicá, preguntá.

Favio joven - ¿No voy a resultar molesto?

Payaso - Acá todos te van a ayudar si ven que tenés ganas. Pero cuidado con creer

que la gente va a pagar por ver que tenés la cabeza grande y las piernas

cortas. Sobre todo cuidado con creer que es eso lo que querés mostrar de

vos.

Favio joven - ¿podría aprender de usted?

Payaso - Sumate al grupo mañana a las seis de la mañana. Después hay mate

cocido y bizcochitos para todos. Pero antes, nos encontramos para

entrenar. Un poco de clavas, algo de acrobacia... Ya vas a tener tiempo

para decidir tu disciplina. Los saltos de rana y los trotes dando vueltas a

la carpa son para todos por igual.

Favio joven - (sonriente, más confiado) ah, es como un entrenamiento militar

Payaso - (se para, de golpe e intimida con una reacción fuerte y seria) No. Como

gente de circo trabajando.

Favio joven - Perdón, si. Quise decir...

Payaso - Lo que uno quiere decir pierde importancia si uno dice una cosa distinta.

Favio joven - Si señor

Payaso - Andá a pedir ese permiso y no vuelvas si no lo tenés, que no quiero líos

por tu culpa

Favio joven - Si señor (sale)

Payaso - y dejá de decirme "señor" que me hacés sentir Matusalén

Payaso queda solo en el tráiler y se sonríe

Payaso - Estos pibes


21

Se escucha un golpe fuerte y un grito de mujer desde afuera, Payaso sale corriendo.

Payaso - (en off desde afuera) ¡pero más cuidado con estas cosas, que alguien se

puede lastimar!

Hombre - Se me cruzó el chico de golpe...no vi que...

Época actual

Las voces se desvanecen lentamente. Favio comienza a asomarse de debajo del tapado

angustiado. Se queda allí, sentado en el piso un instante. Después se para, deja el

tapado sobre el sillón y lo observa unos segundos.

Sale del Tráiler dejando la puerta abierta.

Con formato: Sin espaciado,Justificado, Interlineado: 1,5 líneas


22

Escena VI

Se escucha desde afuera la música de "Corteo" de Cirque du Soleil. Se asoma Moyo, un

hombre delgado pero fibroso, piel aceitunada, pelo rubio algo canoso, de esos a los que

es imposible adivinarles la edad. Quizá cincuenta.

Moyo - (desde la puerta) ¡Favio! (espera) Petiso, ¿estás vestido? (entra con

dificultad en una pierna y tomándose la espalda con la mano por un

dolor lumbar y nota que no está) ¡uf!

Se asoma Roberto y al ver a Moyo dentro, entra apresurado y cierra la puerta

Roberto - ¿qué hacés acá? tenés que guardar reposo

Moyo - Estoy buscando a Favio, porque dijo que nos quedamos más tiempo y

quería saber si terminar de desarmar o qué...

Roberto - Eso era mientras vos hicieras reposo, si seguís pelotudeando el seguro no

cubre nada así que nos vamos igual. Además esas cosas me las preguntás

a mí, no al enano. Andá a cuidarte.

Moyo - Pero ¿quién desarma?

Roberto - contratamos gente del pueblo, va a ser un gasto extra, pero tenemos que

cuidar a los nuestros

Moyo - Ya estoy, no te preocupes. Si querés levantamos y vamos así no jodemos

la programación

Roberto - Ya se jodió. Tenemos que quedarnos este fin de semana (Roberto se

sienta en el sillón, claramente preocupado y suspira mirando al techo)

tuve que reprogramar, así que ya está

Moyo - ¿por mi?

Roberto - No, quedate tranquilo

Moyo - (deduce resignado) todavía no apareció...

Roberto asiente con la cabeza, también resignado


23

Roberto - No se qué hacer

Moyo - ¿Y si nos dividimos entre todos para buscarlo?

Roberto - Te digo lo que va a pasar. Reúno a toda la compañía, les anuncio que el

viejo desapareció. Todos lloran, se angustian, no ensayan, no salen a

promocionar el circo, se desajusta todo el espectáculo ( comienza a

imitar el modo de caminar del viejo) y en cualquier momento aparece

él como si nada, contando uno de sus" fabulosos cuentos" que explican

por qué desapareció, todos se ríen, y hasta le festejan la gracia. La

función se suspende por falta de público y yo soy el que tiene que ajustar

los números.

Moyo - Pero ¿y si le pasó algo?

Roberto - (piensa, recapacita) tenés razón (se para, se pone su abrigo) Hasta ahora

porque no quise hacer más quilombo del que ya hay...

Moyo - Si, pero mejor hacer algo

Roberto - Si. Voy al pueblo a hacer la denuncia. Pero te pido que por ahora no le

digas nada a nadie

Moyo - (se exalta) ¿Denuncia? ¿En la policía? ¿Vos decís, denunciar en la

policía que el viejo desapareció?

Roberto - Yo no termino de entender. Me convencés de que le pudo haber pasado

algo, te digo que voy a hacer lo más lógico que es hacer la denuncia ¿y

ahora te parece que no es para tanto? ¿Explicame qué querés que haga?

¿Publico la foto del payaso en las cajitas de leche como en las películas

yankees?

Moyo - El viejo no se lleva bien con la yuta

Roberto - Tiene un mambo con los uniformes, ya se. Pero no voy a proponer que

vaya a jugar un picadito con los canas. Voy a hacer que sirvan para algo,

que es encontrar a un viejo que desapareció.


24

Roberto está a punto de salir y justo entra Favio, al ver que están Roberto y Moyo

dentro, amaga con volver a salir. Moyo lo llama de un grito desde adentro sin moverse.

Tanto Roberto como Favio, quedan dentro del tráiler con Moyo.

Moyo - ¡Favio!

Favio entra resignado

Favio - (a Roberto reclamándole en tono sínico) él tendría que estar haciendo

reposo, no sé si sabías que se dio un flor de golpe laburando

Moyo - Si, pará calentón. Vine porque quise

Favio - bueno. Andá a descansar. Estás en tu derecho.

Favio se para frente a Roberto mirándolo a los ojos fijamente, con el pecho en alto

Roberto - ¿Por qué insistís en creer que soy un negrero? Yo también le estaba

diciendo que haga reposo, y que no se muestre por ahí caminando para

que pueda cobrar el seguro

Favio - Yo me preocupo por su salud y vos por su plata. Cada quien a lo que le

importa

Roberto - ¿Vos en serio crees que yo me estoy haciendo rico con este circo con olor

a naftalina? ¿Que lo que me importa es solamente la plata?

Favio - No sé. Yo no me casé con la hija del dueño.

Roberto - (irónico) ¡Muy bien! ¡Algún día ibas a tener que aceptarlo! Vemos un

progreso por acá

Moyo incómodo, trata de alivianar la situación entre ellos

Moyo - Bueno ya está ¿no? ya se dijeron todo lo que tenían para decirse...ahora

vamos a...

Favio - ¿A seguir fingiendo que respetamos al "futuro jefe"? (a Moyo) ¿Cuánto

tiempo hay que jugar a que está todo bien para que no nos reemplace por

un asiático?


25

Roberto - ¡Y después el que no entiende nada soy yo!

Favio - a ver...explicame. ¿Qué tengo que entender?

Moyo - (intenta calmar a Favio) loco, en serio...

Roberto - (a Favio) No te preocupes. Los orientales no son amenaza para vos. Ellos

son acróbatas, no payasos apolillados quedados en el tiempo

Favio - Siento recordarte, que este "payaso apolillado", es el último discípulo del

payaso que fundó este circo

Roberto - ¿Y a esta altura, no tendrías que haberle transmitido vos también tus

"geniales conocimientos" a alguien más y dedicarte a jugar a las bochas

en una plaza de una vez?

Favio - Todavía funcionan mis números. La gente me ama

Roberto - ¿Te creés que el viejo no está a tiempo de preparar a alguien con menos

años y más talento que vos?

Favio - ¿qué sabrás vos de talento?

Roberto - Se que si yo lo tuviera, no seguiría haciendo la misma mierda que me

enseñaron hace treinta años

Favio - atención, atención, alguien acaba de admitir que no tiene talento

Roberto - ¿Para resbalarme con una cáscara de banana o meterme en una valija

chiquitita? No gracias. No lo tengo.

Ahora... ¿Para programar una gira de espectáculos, seleccionar nuevos

artistas, mantener a este circo en vigencia? Si, ese talento si lo tengo.

¡Visión, renovación, capacidad de auto crítica, evolución!

Favio - El circo es tradición

Roberto - Me cago en la tradición. Si fuera por vos, nos hubieran comido los

bichos.

Favio - Yo era el segundo del viejo. El me había puesto a cargo


26

Roberto - Y por algo te sacó. Estabas a cargo de un león anciano y una elefanta

chiflada, y esas viejas de defensa del animal respirándonos en la nuca.

Campanita colgando del trapecio poco más que con su dentadura postiza,

y un grupo de jubilados en calzas hablando de las glorias pasadas del

circo.

Moyo - ¡bueno muchachos, ni calvo ni con siete pelucas! No estábamos tan mal

pero había que modernizarse un poco, adaptarse a los tiempos que

corren...

Favio - (a Moyo) ya te vendiste, vos no eras así

Moyo - Ninguno de nosotros éramos así. Pero el tiempo pasa, y hay que aceptar

las cosas como son

Favio - (señalando a Roberto con el dedo índice) Si este no se hubiera casado

con Margarita...

Roberto - ¿Qué? ¿Te habrías casado vos?

Favio - ... el viejo jamás te hubiera dado el lugar que te dió

Roberto - Pero resulta que me casé. Y estoy a cargo. Y vos seguís acá porque

Margarita me lo pidió. El viejo te tiene pena, cariño, no sé. Si no, estarías

durmiendo abajo de un puentecito donde van los enanitos que no sirven

para nada y creen que son Marcel Marceau

Roberto sale.

Favio - (a Moyo) ¿ves que no entiende nada? Marcel Marceau era mimo. No

payaso.


27

Escena VII

Moyo y Favio en el tráiler en silencio incómodo. Se sientan Moyo en el sillón, Fabio en

la silla. Suspiran. Fabio husmea entre los maquillajes.

Favio - Yo vine acá porque me dijeron que me estabas buscando

Moyo - Si, pero ya fue

Favio - Pero ¿por qué era?

Moyo - Para saber si querías que desarme, que me vista para la ronda de

promoción, o qué

Favio - ¿y ya no querés saber?

Moyo - No. Ya me dijo Roberto que me quede piola, para cobrar el

seguro

Favio - Claro, y si lo dijo él...

Moyo - No empieces, petiso. El chabón es infumable, pero sabe lo que

hace

Favio - Si, con la guita de la boletería

Moyo - Nunca se quedó con un peso ajeno

Favio - Ahí pensamos diferente. Para mí, cualquier peso que este cobre

por algo del circo, lo está robando. ¡Si ni siquiera le gusta el

circo!

Moyo - No es necesario que le guste. Maneja los números. ¡Y entre vos y

el viejo estaban haciendo un bardo! Ahora mirame. Me accidenté

y cobro un seguro. ¿Me querés decir cuando en nuestras vidas por

no laburar alguno de nosotros?

Favio - No sabía que eso era tan importante para vos

Moyo - (se mira en el espejo, y le habla a Favio mientras se lleva los

dedos de una mano a sus propias patas de gallo, comisuras de los


28

labios...) Ya no somos pibes, Favio. Hay que pensar en eso. Llega el

momento en el que somos nosotros los que tenemos que cuidar del

viejo...

Favio - Él no está gagá, Roberto quiere meternos en la cabeza...

Moyo - Todavía no. Pero tenemos que darle permiso para que pueda si quiere. O

si lo llama la parca...

Favio - (se toca el testículo izquierdo alarmado) ¡Salí boludo!

Moyo - Roberto no me dijo nada de eso. Es algo que pienso yo

Favio - Mientras el viejo esté vivo...

Moyo - Tenemos que mantener al circo vivo. Nosotros ocupémonos del

espectáculo que el pibe ese se ocupa de las cuentas. Dale petiso, si nunca

nos gustaron los números a nosotros (ríe) ¿Te acordás cuando recién

llegaste? ¿Que entre Raúl y Marito te sacaron todos tus ahorros con esas

apuestas?

Favio - (ríe avergonzado pero con nostalgia) era un pibe...

Moyo - Eras un nene de mamá y nunca viste la trampa

Favio - Ese turro de Marito... (Ríe)

Los dos se quedan pensando entre sonrisas, hasta que el silencio los lleva a ponerse

serios, nostálgicos y entrando en el umbral de la tristeza

Moyo - Marito...

Favio - Qué cagada, ¿no? parecía buen pibe

Moyo - Era un tipazo el Marito

Favio - Andaba siempre con Álvaro, haciendo bromas

Moyo - ¡Estaba muerto con Campanita! ¿Te acordás?

Favio - Decime alguien que no estuviera muerto con ella...


29

Hacen un segundo de pausa, recordando la belleza de Campanita en su juventud

Moyo - (ríe) Yo creo que aprendí a tirar cuerda para mirarla desde abajo

Favio - Yo me acuerdo cuando la vi por primera vez, (hace un gesto con las

manos como tomando un hermoso trasero con ellas) ella estaba

cocinando de espaldas, hacía más frío que hoy. Me pidió que le alcance

la sal, y cuando me acerqué a dársela se dio vuelta, y me miró. Yo me

quedé duro con la sal en la mano, viendo el vapor del frío que le salía de

la boca y subía hasta esos ojos como transparentes, increíbles...no me lo

olvido más

Moyo - (ríe) Resultaste un poeta, petiso

Favio - (ríe también) Si, (irónico) ¡como Álvaro!

Moyo - ¡Que tipo ese! no la dejaba tranquila... laburando era una luz, buen

amigo, compinche... pero con las minas...un desastre

Favio - No sé cómo lo aguantaba, pobre Campanita. ¡Le decía cada cosa!

Moyo - Ella siempre supo ponerlo en su lugar

Favio - Qué raro que una mina como ella nunca se haya casado, ni nada. ¿No?

Moyo - No se... habrá "picoteado" por ahí sin que sepamos nosotros ¿no?

Favio - Si, puede ser. Éramos pibes y ni nos daríamos cuenta si salía por ahí en

algún pueblo...

Moyo - Álvaro y Marito lo hubieran sabido, porque la perseguían por todos lados

Ambos ríen. Y después de un rato se quedan en silencio con la mirada perdida, serios,

pensando en ellos.

Favio - Yo siempre tengo la esperanza de que un día, nos den la noticia de que

están vivos. Que se escaparon de los ratis... que se fueron... no sé... a

vivir a otro país...

Moyo - Yo a veces prefiero pensar que se murieron rápido. Que no sufrieron.


30

Favio - Yo a veces prefiero no pensar...

Moyo lo interrumpe con violencia

Moyo - ¡No! eso nunca. Por culpa de eso de "no pensar" perdimos a Marito, a

Álvaro y a otros tantos. Lo mínimo que les debo a ellos es seguir

pensando, si no, todo fue al pedo.

Favio - (algo temeroso, intenta calmarlo pero no encuentra argumento) No digo

"no pensar" de "no pensar" digo no pensar en eso para que no nos duela

Moyo - Si no pensamos duele más. Creeme. Mirá Roberto, piensa que todo pasó

porque "andábamos en cosas raras" o "nos metíamos en política". ¿Te

gustaría pensar así?

Favio - ¿Ves lo que te digo? Si sabés que el tipo piensa así, ¿por qué siempre lo

defendés?

Moyo - Porque es un buen tipo. Piensa distinto. Es medio hueco en algunas

cosas. Pero gracias a él no nos arruinamos.

Favio - De algún modo sí nos arruinamos. Arruina el arte del viejo, la tradición

del circo, la vida de Margarita...

Moyo - Si Margarita fuera tan infeliz no seguiría con él. Además eso no tiene que

importarnos, es cosa de ellos. Y por más que no te guste, nunca tuvimos

tanto público desde sus cambios

Favio - No, claro. Si pusiera minas en pelotas también quizá vendría más gente,

pero yo hablo de otra cosa... además a vos te veo preocupado también,

por más que digas

Moyo - Si, pero es por otra cosa

Favio - ah perdón Moyito, yo estoy con lo mío y no sabía que tenías problemas

¿querés contarme? ¿Puedo ayudarte en algo?

Moyo - Roberto se fue al pueblo a denunciar que el viejo no aparece.

Favio - (se altera) ¿a la cana?


31

Moyo - si

Favio - (no puede esconder cierto placer en imaginarse lo que sucederá)

¡Cuando el viejo vuelva lo mata!

Moyo - ¿Lo paramos? No sé qué hacer

Favio - (duda) No. Dejalo. Que se haga cargo de sus actos. Igual hay que ver

cuánta pelota le dan en la comisaría del pueblo cuando...

Se entre abre la puerta del tráiler. Ambos quedan estáticos esperando a ver quién es.

Entra Campanita. Una mujer mayor, delgada. De contextura física fibrosa, tez blanca,

ojos pequeños y claros y cabello entre canoso y rubio muy corto y escaso. Con

vestuario colorido de acróbata de piernas y mangas largas y un abrigo sobre él.

Campanita - ¿Escuché "comisaría del pueblo"? ¿Qué pasó con la comisaria del

pueblo?

Favio - Nada, que Roberto fue para algo...

Campanita - (se pone muy nerviosa, tiembla) Moyo, agarrá la camioneta, vamos al

pueblo a buscarlo

Moyo está por salir del tráiler a obedecerle sin preguntar. Favio se queda estático sin

hacer nada. De pronto Campanita tiembla aún más, y se le doblan las piernas hasta

casi caer al piso. Favio hace lo posible por atajarla

Favio - ¡Moyo!

Moyo vuelve rápidamente, entre los dos la colocan sobre el sillón, le aflojan el abrigo.

Campanita ya está casi desmayada. Moyo la está acomodando

Campanita - (muy débil) Estoy bien, vayan a parar al pibe

No le hacen caso. Favio busca torpemente algo sobre la mesada, toma un frasquito de

vidrio marrón y lo acerca al rostro de Campanita.

Moyo - (ve el frasquito y lo corre con el brazo) ¡Mastix, pelotudo! ¿La querés

intoxicar?

Favio - No, para que huela algo fuerte nada más, para que se despierte


32

Moyo - Buscá algo para abanicarla y llamá a Margarita

Campanita - (Débil, sin incorporarse) A la comisaría no

Moyo y Favio se miran preocupados por la salud de Campanita. Moyo le hace señas a

Favio de que salga a hacer lo que le pidió. Favio deja el frasquito de Mastix en la

mesada y sale. Moyo le sirve un vaso con agua y la ayuda a re incorporarse en el sillón

para tomar. Ella toma un sorbo y rechaza el resto. Moyo se sienta en el brazo del sillón

a acompañarla sin entender y sin preguntar.

Escena VIII

Entra Roberto al tráiler. Campanita sigue sentada en el sillón, ahora llora. Moyo solo

la acompaña en silencio.

Roberto - ¿Pasó algo?

Moyo - ¿Fuiste al pueblo?

Roberto - No. Están los pibes arreglando el auto. (Por Campanita) ¿Qué le pasa?

Campanita, al escuchar que Roberto no fue al pueblo, suspira y se calma un poco.

Moyo - No sé, creo que le bajó la presión o algo. Favio fue a buscar a Margarita

Roberto - Pensé que la iba a encontrar acá. No está por ningún lado. Pero además

Margarita hizo un curso de enfermería, no es médica. Esta mujer está

mal.

Moyo - Pero siempre sabe decirnos qué hacer

Roberto - Bueno, igual por ahora no nos queda más que Margarita para que la vea.

Cuando aparezca

Moyo - ¿habrá ido al pueblo? o a buscar al viejo...

Roberto - No. A menos que haya ido caminando. Algún enfermo nos reventó las

gomas.

Moyo - ¿"Las" gomas? ¿Las cuatro?


33

Roberto - Las ocho

Moyo - ¿?

Roberto - Las cuatro de la camioneta, las cuatro del auto y las dos de repuesto.

Todo en llanta.

Campanita - (se altera aunque sigue estando realmente muy débil) ¡no!

Moyo - ¡Ah no, si la gente está completamente loca!(se acerca a Campanita y le

toma las manos) Tranquila, lo vamos a arreglar

Campanita - Ustedes no entienden...

Roberto - (la interrumpe) Si llegó a ser el enano ese para que no nos vayamos...

Moyo - Pará loco, que Favio puede ser un personaje, o tener ciertas diferencias

con vos, pero nunca haría nada que dañe nada de este circo. Además

estuvo todo el tiempo acá conmigo.

Campanita - (se pone muy nerviosa pero sin energía en el cuerpo) No se peleen entre

ustedes, tenemos que estar más unidos que nunca. Volvió

Roberto mira a Campanita que prácticamente se desmaya

Roberto - Che, no podemos dejarla así, tenemos que hacer que la vea alguien...

Campanita - (semi consciente) es él

Campanita se acomoda lentamente en el sillón.

Moyo le toma la mano, y se la besa como un caballero. Roberto se agarra la cabeza y

gira en su propio eje hasta volver a mirar a Campanita

Roberto - Mujer, no nos asustes. ¿Qué sentís?

Moyo le toma el pulso, le acaricia la frente y le hace señas a Roberto de que está bien.

Comienza a escucharse por los parlantes del circo, desde afuera, el Himno Nacional

Argentino en una vieja grabación orquestada. Moyo y Roberto se miran muy

extrañados.


34

Moyo - ¿y eso?

Moyo toma el saco gris del payaso y lo usa para tapar a Campanita que sin abrir los

ojos lo huele con placer y se acurruca a descansar. Salen ambos del tráiler muy

extrañados por el audio de los parlantes, cerrando la puerta al salir.

Deja de escucharse el himno. Entra el payaso al tráiler una vez más, esta vez vestido de

traje y corbata marrones, con un sombrero.

Estamos nuevamente en un flash back a los años 70´. Campanita sonríe al verlo, y se

acomoda en el sillón en silencio como quien va a ver una buena película.

El payaso está furioso, camina por el tráiler, tira el sombrero intentando embocar en el

perchero pero cae al piso, y junto a un grito ensordecedor tira de un manotazo todos

los maquillajes de la mesada al piso.

Payaso - (grita) ¡aaaaaaaaaaah! (y rompe en llanto)

Se escucha una voz de mujer desde afuera

Voz en off - ¿Estás ahí? ¿Puedo pasar?

El payaso mira el desastre que hizo y se para firme mirando la puerta. Se seca las

lágrimas y cambia su actitud de dolor a una que pareciera demostrar el enojo más frío

y duro

Payaso - No, estoy ocupado

La puerta se entre abre, la mujer vuelve a hablar

Voz en off - es un minuto

Payaso - (impaciente, de mal modo. Con violencia) Bueno. ¿Qué?

Entra Campanita joven. Una mujer de treinta y cinco años, muy hermosa. Con una

figura perfecta envuelta en una pequeña malla colorida y brillante de acróbata.

Maquillaje fuerte con sombras combinadas con el traje violeta y turquesa y pestañas

postizas negras y largas que resaltan sus pequeños ojos claros.


35

Se para frente a él, erguida, segura, y pisa sin querer alguno de los maquillajes tirados

en el piso fingiendo que no lo hizo. Como si el tráiler estuviera perfectamente

ordenado.

Campanita joven - Fuiste

Payaso - Niegan todo

Campanita joven - (estoica, como un soldado) Ya sabías que iban a negarlo

Payaso - Si. Pero tenía que jugar esa carta

Campanita joven - Van a aparecer

Payaso - Tengo que pensar cómo. Estoy seguro de que se los llevaron ellos

Campanita joven - (asegura con firmeza) Se los llevaron ellos

Payaso - (reacciona desconfiado) ¿Qué supiste? Estás rara

Campanita joven - Vos no hagas más nada. Por favor, esta vez dejame a mi

Payaso - ¡No! Vos no podés acercarte siquiera al pueblo.

Campanita joven - Creo que puedo ayudar

Payaso - Yo vi la cara con la que te miraba ese Gutiérrez.

Campanita joven - ... (deja por un instante su actitud estoica y mira al suelo)

Payaso - (le levanta dulcemente el mentón con el dedo índice y le habla

calmado y dulcemente como a una niña) Vos también te diste

cuenta. Es un tipo peligroso. No se jode con esta gente.

Campanita joven - ...Gutiérrez...

Payaso - Después de que vino al circo, quedó como obsesionado, preguntó

por vos mil veces, sería un peligro que te acerques a él

Campanita joven - (temerosa) El comisario Gutiérrez....

Payaso - (impaciente, tratando de controlar el volumen de su voz que

desea subir hasta llegar al grito) ¿Qué te hizo?


36

Campanita joven - (sin mirarlo a los ojos) ¡No! ¡No, Nada! No me hizo nada...

Payaso - ¿Entonces?

Campanita joven - Me mandó a llamar

El payaso se da vuelta abruptamente y mira a los ojos a la Campanita del presente en

silencio por un instante. Campanita del presente lo mira y le sonríe, el payaso no

reacciona ante este gesto. Queda inmóvil, congelado, mirándola fijamente. Está

pensando qué hacer y controlando no dejarse vencer por un impulso violento.

Payaso - (Susurra) Te llega a hacer algo a vos y...

Campanita joven - (le pone la mano en el hombro dulcemente) Quizás puedo

persuadirlo de que me diga dónde están los pibes. A lo mejor si

voy, charlo con él y cambia de opinión, (comienza a

entusiasmarse con un tono aniñado y torpe) o puedo encontrar en

su oficina o en la comisaría, o donde sea que nos encontremos,

alguna prueba de dónde están los chicos.

Payaso - (sonríe conmovido mirando a Campanita del pasado y se da

vuelta dándole esa sonrisa a la Campanita del presente) Mucha

película de los súper agentes vos...en la vida real esas cosas no

suelen salir bien... de verdad es muy peligroso

Campanita Joven - No puedo quedarme con los brazos cruzados. El tipo me dio una

oportunidad de acercarme a él, quizá puedo usarla para ayudar a

los pibes...

Payaso - Campanita, ¿vos crees que te invitó a charlar y tomar el té? ¿Qué

va a ser gentil y caballeroso? ¿Crees que van a conversar un rato

antes de que (hace un gesto de ataque animal levantando los

brazos como garras sobre la cabeza de Campanita asustándola

levantando también la voz) TE SALTE ENCIMA COMO UN

ANIMAL?

Campanita joven - (retrocede aturdida y compungida) Me asustás

Payaso - ¡GUTIÉRREZ TIENE QUE ASUSTARTE! No yo


37

Campanita joven - Pero vos siempre decís que si nos dejamos asustar por estos

tipos...

Payaso - (le grita muy cerca del rostro) ¡Pavadas! digo pavadas. Vos te

quedás acá. Algo se me va a ocurrir

Campanita joven - (llora con los brazos caídos al costado del cuerpo, encogiéndose

de a poco pero parada frente a él) Yo quiero ayudar

Payaso - (la abraza con actitud paternal) Ya sos de gran ayuda,

Mujer. Sos la alegría de este circo. Te necesitamos con nosotros,

para que nos cuides, para que nos cuentes tus historias

inentendibles, esos chistes sin remate... (Suelta el abrazo y la

mira tiernamente. Ambos sonríen) y cuando los pibes vuelvan

sanos y salvos, van a querer comer tus guisos de lentejas. No

puedo arriesgarme a quedarnos sin tus guisos de lentejas.

¿Entendés?

Campanita joven - (Resignada pero con media sonrisa entre sollozos asiente con la

cabeza) mmm

Payaso - (Le da su pañuelo) Yo me ocupo. ¿Confiás en mí?

Campanita del presente responde en vos alta

Campanita - Más que en nadie en todo el mundo

Campanita del pasado solo hace un gesto de resignación con los hombros y responde

en volumen muy bajo

Campanita joven - ahá

Payaso - Este pueblo es peligroso. No le digas al resto todavía, pero

desarmamos después de la función y esta noche saltamos directo a

Córdoba.

Campanita joven - ¿Ni siquiera hacemos los otros pueblos cercanos?

Payaso - Mandá a decir con su mensajero que mañana lo vas a ver


38

Campanita - ¿pero no me dijiste que...?

Payaso - ¡Claro que nunca irás! es para ganar tiempo

Campanita - ¿y se van a ir todos por mí?

Payaso - Somos una compañía. Este pueblo estará prohibido en el itinerario

de ahora en más

Campanita - Por mi culpa

Payaso - Un día no habrá más pueblos prohibidos. Te lo prometo

Campanita - ¿Nadie más sabe de esto? ¿Nos vamos así nomás?

Payaso - No sabemos hasta dónde llega el poder de Gutiérrez. No puedo

arriesgar al resto

Campanita joven - ¿y Marito y Álvaro?

Payaso - Yo voy a encargarme de encontrarlos. Pero tengo que alejarte a

vos de acá urgente.

Campanita joven se acerca a él lentamente mirándolo a los ojos. Aunque son solo tres

pasos, se puede ver cómo su caminata se torna algo sensual. Coloca las palmas de su

mano en las solapas y la corbata del payaso y se acerca lentamente mirándolo a los

ojos

Campanita joven - Nadie me cuidó nunca así

Payaso - (le toma las manos suavemente) no lo hago por vos, lo hago por

mi

Payaso, siendo tan alto, baja la cabeza para hablarle de cerca dando la sensación de

que la va a besar. Campanita joven se relaja y levanta la vista esperando ese beso.

Campanita joven - (susurra) ¿por vos?

Payaso - (tiernamente) Acabo de perder a mi hija. Dejé que se la lleven

lejos. No puedo perderte a vos también. Sos como otra hija para

mí.


39

Campanita joven- (algo enojada, lo suelta y se aleja unos pasos hacia atrás,

tratando de disimular su molestia por ese comentario) Un poco

grandecita para ser tu hija, ¿no? ¿Que en jardín de infantes te tomaste

muy en serio el juego de la casita?

Payaso - (ríe) Nunca fui a jardín de infantes, pero no te ofendas, no te dije nada

malo. No me parece momento además de...

Campanita joven - NO. Ya se...

Payaso - Bueno, vos andá a calentar, preparate para la función pero por favor

quedate siempre cerca de alguien, a la vista. No te alejes de Raúl o de

Moyo. ¡Moyo! ese es pichón pero es vivo, va a saber cuidarte ¿sí?

Campanita joven - (Mientras se dispone a salir, ironiza) Si "papi" (con el tono de

siempre, repentinamente) ¿No querés que te ayude a ordenar esto,

primero? (Refiriéndose a los maquillajes en el piso)

Payaso - (sonriente) No, gracias. Tengo que aprender a hacerme cargo de

mis actos.

Campanita sale. Payaso se queda mirando el lío del tráiler. Se escucha una voz de

hombre de afuera

Voz en off - ¡Jefe! ¿Anda por ahí?

Payaso - Si ¿qué pasa?

Entra Moyo joven, y mira el desastre del piso.

Moyo joven - Dice Raúl que Mara está rara otra vez. Quiere saber si la prepara

o no para hoy

Payaso - Decile que ahí voy a ver

Moyo joven - ¡Le digo! (de dispone a salir)

Payaso - ¡Moyo!

Moyo joven - ¿sí?


40

Payaso - Mantenete cerca de Campanita. No la pierdas de vista ¿sí?

Moyo - (sonríe nervioso) ¿Campanita la trapecista?

Payaso - No, ¡Campanita la elefanta! Si, Campanita. No es un laburo muy

difícil el que te pido ¿no?

Moyo - (se pone serio) No señor, perdón

Payaso - Vamos. Yo voy a ver a Mara, pobrecita. Tendríamos que

habernos asegurado de que sea un elefante macho. Las mujeres

traen muchas complicaciones.

Ambos salen. Campanita del presente queda risueña mirando la puerta con una

sonrisa. Luego se levanta como queriendo seguirlo. Al pararse, vuelve a marearse e

intenta agarrarse de la mesada blanca sin éxito cayendo al piso y tirando con ella las

pocas cosas que allí arriba quedaban.


41

Escena IX

Vuelve a escucharse el himno en los parlantes. Otra vez estamos en el presente. Entra

Margarita del presente al tráiler y al ver a Campanita tirada en el piso, intenta

levantarla.

Margarita - (grita) ¡Ayuda!

Campanita - shhhh ayudame vos a sentarme en el sillón

Margarita la ayuda a sentarse y Campanita le hace señas de que cierre la puerta.

Margarita la cierra y vuelve a ella.

Margarita - No se qué está pasando. Están todos reunidos en la carpa, empezaron a

pelearse, se gritan. Unos contra otros... y vos acá solita sintiéndote

mal...mi papá que no aparece...

Campanita - Margarita, yo sé quien rompió las gomas

Margarita - (se altera) ¿Rompieron las gomas? ¿De la camioneta? (no entiende de

qué está hablando) ¿Qué?

Campanita - No importa eso, no tendríamos que haber vuelto a este lugar

Margarita - Pero si hacía mil años que no venían y la gente está feliz

Campanita - Hace muchos años, antes de que vos vuelvas, tu papá se ganó un

enemigo muy poderoso acá, bueno, todos nosotros

Margarita - ¿Él? ¿Un enemigo? ¡Imposible! Si estaban todos felices de que haya

decidido venir. ¡Me lo dijeron! Tenían el mejor de los recuerdos

Campanita - No tenemos tiempo para discutir como los otros. Nosotras tenemos que

hacer algo para recuperar a tu papá y lo antes posible, si es que estamos a

tiempo

Margarita - ¿Decís que pudieron hacerle algo al viejo?

Campanita asiente con la cabeza


42

De pronto, termina el Himno Nacional Argentino que se escuchaba en los parlantes y

se escucha un acople seguido de una voz de hombre adulto

Voz parlante - ¡Adela Stern! presentarse con urgencia en la entrada de este circo.

Margarita - ¿Y eso?

Campanita - Tengo que ir

Margarita - No te movés de acá sin decirme qué pasa

Campanita - Me quieren a mí. Ya tu papá me salvó una vez, ahora voy a salvarlo yo

Margarita - ¿Sabés quién es el que habla?

Campanita - Si. La persona que sabe dónde está tu papá

Voz parlante - Sola. Sin trucos.

Margarita - No se te ocurra ir

Campanita - Hace años tendría que haber ido

Margarita - ya deben estar los pibes yendo a cagarlo a trompadas

Campanita - Espero que no, es un tipo muy peligroso, o solía serlo

Margarita - pero...

Voz parlante - Si veo que se acerca alguien más en lugar de Adela Stern, este

payaso viejo va a atrapar una bala con los dientes

Campanita intenta levantarse pero aun está muy débil. Margarita la ayuda pero no está

segura de querer hacerlo

Margarita - Entonces lo tiene con él ahí, en la cabina

Campanita - ¿Entendés por qué tengo que ir? Se lo debo a Marito y a Álvaro y ahora

tu viejo está pasando por esto por mi culpa.

Margarita - Vos n tenés la culpa de nada


43

Campanita - El tipo me quiere a mí, no puedo dejar que más gente la pague para

salvar mi pellejo (se cae al piso débil)

Margarita - Esto es una locura (agarra a Campanita y la pone en el sillón

nuevamente) ¿Hace cuánto tiempo este tipo no te ve?

Campanita - No se... vos recién te habías ido a Buenos Aires con tus tíos...

Margarita - No podés ir

Campanita - Tengo que ir, entendeme, los segundos son domingos

Margarita - Si, pero no podés pararte siquiera

Campanita - (llora) Tengo que ir

Margarita - (piensa y reacciona de golpe quitándose la blusa) Dame tu catsuit y tu

abrigo. Si el tipo está loco no se va a dar cuen...

Campanita - (la interrumpe) Olvidate, nunca funcionaría. Treinta años de obsesión no

olvidan una cara

Voz parlante - ¡Adela Stern! última llamada. SI ME PLANTÁS ESTA VEZ, EL

PAYASO MUERE

Campanita intenta acercarse a la puerta del tráiler casi arrastrando, Margarita la

agarra para que no lo haga. Las dos terminan sobre los maquillajes del piso

arrastrándose en una lucha débil y patética que se acerca cada vez más a la puerta

hasta que el sonido de un disparo las congela al instante.

Luego, el silencio total.

Después de unos segundos, Margarita se re incorpora y comienza a ayudar a

Campanita a sentarse en el sillón pero no tiene la fuerza necesaria. La abraza. Se

quedan quietas mirando a la puerta, aterradas.

Se escucha la voz de Moyo que grita

Moyo - (Gritando) ¡Margarita! ¡Margarita vení!

Margarita - ¡Moyo!


44

Margarita sale corriendo del tráiler. Campanita queda sentada en el piso exhausta.

De afuera, se escuchan gritos y murmullos.

Al rato, entra al tráiler Moyo, con los ojos hinchados y rojos y la mirada desorbitada

en silencio unos segundos.

Moyo - El viejo está bien.

Campanita - Dios mío, ¿qué pasó?

Moyo - Favio está herido. Paró una bala que era para el viejo

Campanita - ¿Gutiérrez....?

Moyo - Muerto. Y el petiso está muy mal...

Mira a Campanita y la toma suavemente en sus brazos. Ella ayuda agarrándose con los

brazos al rededor de su cuello. Están dirigiéndose a la puerta...y son interceptados por

Margarita que entra corriendo al tráiler, con la respiración agitada, llanto en el rostro

y sangre en la ropa y empieza a buscar destempladamente por todos lados. Entre los

maquillajes tirados, en el almohadón del sillón, en los bolsillos del saco gris... tira todo

por todos lados torpemente, hasta que encuentra el celular del payaso y aprieta los

botones violentamente

Margarita - Sin batería... ¡SIN BATERÍA!

Entra Roberto al tráiler lentamente, en silencio, le toma las manos a Margarita y la

abraza fuertemente.

Roberto - Ya está

Margarita rompe en llanto y abraza a Roberto. Campanita y Moyo lloran también

abrazados, Campanita aun en brazos de Moyo

Margarita - (llorando) ¿Por qué? No es justo

Moyo - Si Favio no se hubiera puesto en el medio, tu viejo no contaba la historia

Roberto - Y al loco ese le quedaban muchas balas todavía...

Moyo - pero después tu viejo se encargó de que no pueda usarlas...nunca más


45

Margarita - ¿papá le...? (hace señas de disparar un arma)

Roberto - (mira a Moyo para que deje de decir lo que está diciendo) ¡El enano! el

enano fue un héroe. Salvó a tu viejo, nos salvó a todos...

Margarita - Vamos a ver papá

Moyo - Si. Murió como un héroe

Roberto y Margarita salen abrazados. Moyo y Campanita se miran

Campanita - ya no hay más pueblos prohibidos

Moyo sonríe. Salen ambos también. Queda el tráiler vacío. Volvemos a los años 70´. Se

escucha en los parlantes la canción "Había una vez un circo" Entra Favio joven,

atraviesa el tráiler, toma el saco gris que Margarita dejó tirado detrás del sillón, se lo

pone. Le queda perfecto. Se mira en el espejo y camina hacia la puerta silbando la

canción que se escucha.

Antes de salir del tráiler, apaga la luz y cierra la puerta.

Fin


46

Escenas, diálogos o situaciones quitadas en el proceso de escritura:


47

ESCENA IX

Voz parlante - ¡Adela Stern! última llamada. ÚLTIMA LLAMADA

Campanita intenta acercarse a la puerta del tráiler casi arrastrando, Margarita la agarra para

que no lo haga. Las dos terminan sobre los maquillajes del piso arrastrándose en una lucha

débil y patética que se acerca cada vez más a la puerta hasta que un disparo las congela al

instante.

Después de unos segundos, Margarita se re incorpora y ayuda a Campanita a sentarse en el

sillón. La abraza. Se quedan quietas mirando a la puerta, aterradas.

Al rato se escucha por el parlante la voz del payaso agotado

Payaso - Estoy bien

Margarita - (feliz) ¡Papá!

Margarita y Campanita sonríen. Se escucha por el parlante pero más de lejos. Quedó el

micrófono abierto y se escucha la conversación de la boletería

Payaso - llamen urgente una ambulancia

Moyo - ¡No!

Margarita deja suave pero rápidamente a Campanita y se dispone a salir corriendo del tráiler.

Entra Roberto a toda velocidad

Roberto - (Muy nervioso busca en el sillón esquivando a Campanita) el celular de tu viejo

Margarita - ¿qué pasó?

Roberto - hirieron al enano que se hizo el héroe (sigue buscando por todos lados) ¡el

teléfono! ¿Me ayudás?

Margarita - (busca) ¿mi papá?

Ambos buscan entre los maquillajes tirados en el piso, debajo de Campanita, en los bolsillos

del saco...

Roberto - Está bien. Un loco le quiso pegar un tiro y Favio se puso adelante (Encuentra el

teléfono, aprieta los botones bruscamente) sin batería la puta madre

(tira el teléfono al piso y sale corriendo del tráiler)

Margarita - Entonces ES un héroe.

Margarita corre detrás suyo. Campanita se queda llorando sentada en el sillón. No puede

levantarse por la debilidad. Se acurruca cubriéndose con el tapado gris del payaso. Suspira


48

ESCENA QUITADA

Volvemos a otro flash back de los años 70´s. Entra Campanita joven en un alto estado de

ebriedad

Campanita joven- (le habla al tráiler vacio) shhho te amo (mira para todos lados y le

habla a Favio joven que viene detrás) uuuh shhhhhh no está (ríe)

Entra Favio joven también borracho

Favio joven- uuuuh que macana, bueno, vamos a buscar otro vinito

Campanita joven- No, no. Yo te aposté a que le decía y le digo

Favio joven - Le decís mañana

Campanita joven- yo lo espero acá

Favio joven - ¿querés ganarme la apuesta o querés decírselo nada más?

Campanita joven - sos un pelotudo, Favio. Ganar la apuesta

Favio joven - no me importa, vámonos, se va a enojar si nos ve así

Campanita joven - ¿así cómo?

Favio joven - un poco... (Ríe) contentos

Campanita joven - vos estás contento, yo no estoy contenta. Mirá (dobla su pierna

derecha apoyando su tobillo sobre su rodilla izquierda, manteniendo

el equilibrio) hago el cuatro

Favio joven - aaah de una gimnasta no sirve, tenés que hacer algo más difícil

Campanita joven - Entonces lo voy a mirar y le voy a decir "ssssshoooo te amo" Eso voy a

hacer

Favio joven - eso es fácil

Campanita joven - Eso será fácil para vos

Favio joven - Yo lo voy a mirar y le voy a decir "vos me salvaste la vida a mi" eso le

voy a decir

Campanita joven - (ríe) eso es cualquier cosa, pelotudo


49

Favio joven - ¿por qué me decís pelotudo? vos nunca decís malas palabras

Campanita joven - ahora sí. Mirá "pelotudo"

Ambos ríen tambaleantes

Favio joven - Yo aprendí a vivir en este circo

Campanita joven - (se burla) yo aprendí a vivir en este circo

Favio joven - ¿Sabés lo que es que la gente se dé vuelta a mirarte por la calle cuando

tenés cinco años y digan "ay mirá, un enanito"? ¿Sabés lo que es que

las chicas en el colegio te cuenten de todos los chicos que les gustan y

nunca ser uno de ellos? ¿Que tus viejos no tengan fotos tuyas en

ningún porta retratos? ¿Que te exijan ser más inteligente que

los demás para contrarrestar tu apariencia y que no te salga?

Campanita joven - (Hace puchero algo exagerado y ríe) No. Pero sé lo que es que te

metan en un barco cuando sos bebé, para salvarte de un país donde

mataron a toda tu familia porque si, y que te críen dos mujeres viejas

que te enseñan a ocultar que sos judía por las dudas. Y que ese país

que te da refugio, entre en un estado xxxxxxxxxxxxxxxx

Entra el payaso vestido con pantalón y camiseta blanca secándose la cara con una toalla. Al

verlos a ellos dos en el tráiler se para serio al lado de la puerta en silencio. Muy serio.

Favio y Campanita jóvenes lo miran avergonzados en silencio y de pronto se les escapa un risa

que no pueden contener

Favio joven - (a Campanita joven) Dale, decile

Campanita joven - No, vos decile primero


50

OPCIÓN ESCENA VII

Favio - (ríe avergonzado pero con nostalgia) era un pibe...

Moyo - Eras un nene de mamá y nunca viste la trampa

Favio - Ese turro de Marito... (Ríe)

Los dos se quedan pensando entre sonrisas, hasta que el silencio los lleva a ponerse serios,

nostálgicos y entrando en el umbral de la tristeza

Moyo - Marito...

Favio - Qué cagada, ¿no? parecía buen pibe

Moyo - Era un tipazo el Marito

Favio - ¿Viste que hay gente que dice que los desaparecidos no existen? ... Me

gustaría pensar así a veces

Moyo - ¿te volviste pelotudo enano? eso es no pensar. Es ser pelotudo del todo

Favio - Lo mejor que podemos hacer es no pensar...mira ellos como terminaron por

pensar demasiado

Moyo - ¡No! eso nunca. Por culpa de eso de "no pensar" perdimos a Marito, y a

los otros. Lo mínimo que les debo a ellos es seguir pensando, si no, todo

fue al pedo.

Favio - (algo temeroso, intenta calmarlo pero no encuentra argumento) No digo "no

pensar" de "no pensar" digo no pensar en eso para que no nos duela

Moyo - Si no pensamos duele más. Creeme. Mirá Roberto, piensa que todo pasó

porque "andábamos en cosas raras" o "nos metíamos en política". ¿Te

gustaría pensar así?

Favio - ¿Ves lo que te digo? Si sabés que el tipo piensa así, ¿por qué siempre lo

defendés? ¿Como sabemos que no fue él el que los vendió?

Moyo - Porque es un buen tipo. Basicamente es suficiente para respetar la

familia que armó el viejo. Piensa distinto. Es medio hueco en algunas cosas.

Pero gracias a él no nos arruinamos.


51

Escena II

Se abre la puerta del tráiler, entra luz de día. Margarita despierta mantiene el silencio,

acurruca sus pies sobre el sillón.

Entra un hombre joven vestido de payaso, con los tiradores caídos hacia los lados de su

cuerpo, sin maquillaje que parece no haberla visto.

(El personaje de Margarita de la actualidad, presencia una escena de flash back de una escena

de los años 70s)

Payaso: (habla fuerte hacia afuera sin notar a Margarita en el sillón) ¡Vamos

Margarita! Que ya viene a buscarte tu mamá

Entra una nena de ocho años, con vestido y zapatitos de hechura barata pero prolijos y en buen

estado. Lleva una nariz de payaso y una peluca que le queda grande, puestos.

Margarita niña: No quiero ir con ella, es aburrida

Payaso: los padres no tienen que ser divertidos, tienen que ser padres

Margarita niña: Vos sos divertido

Payaso: solo cuando estás vos. Cuando te vas, son un payaso malo que le pega

a los niños

Margarita niña: Si me pudiera quedar toda la temporada... sabría si decis la verdad

Payaso: Más adelante

Margarita niña: (Aun con la nariz de payaso puesta da un exagerado paso hacia

adelante) ¿ahora?


52

Escena V

Se escucha desde afuera la música de Corteo de Cirque du Soleil. Se asoma Moyo, un hombre

delgado pero fibroso, piel aceitunada, pelo rubio algo canoso, de esos a los que es imposible

adivinarles la edad. Quizá cincuenta.

Moyo: (desde la puerta) ¡Favio! (espera) Petiso, ¿estás vestido? (entra con dificultad

en una pierna y tomándose la espalda con la mano por un dolor lumbar y nota

que no está) ¡uf!

Se asoma Roberto y al ver a Moyo dentro, entra apresurado y cierra la puerta

Roberto: ¿qué hacés acá? tenés que guardar reposo

Moyo: Estoy buscando a Favio, porque dijo que nos quedamos más tiempo y quería

saber si terminar de desarmar o qué...

Roberto: Eso era mientras vos hicieras reposo, si seguís pelotudeando el seguro no

cubre nada así que nos vamos igual. Además esas cosas me las preguntás a mí,

no al enano. Andá a cuidarte

Moyo: Ya estoy, no te preocupes. Si querés levantamos y vamos así no jodemos la

programación

Roberto: Ya se jodió. Tenemos que quedarnos este fin de semana (Roberto se sienta

en el sillón, claramente preocupado y suspira mirando al techo) tuve que

reprogramar, así que ya está

Moyo: ¿por mi?

Roberto: No, quedate tranquilo

Moyo: Margarita...

Roberto asiente con la cabeza, resignado

Moyo: Otra vez... ¿No te parece que después de treinta años podemos dejar este

jueguito?

Roberto: Cuando vayamos a Buenos Aires voy a buscar otro especialista

Moyo: ¿No pensaste en sentarte a hablar con ella?

Roberto: Cada mañana

Moyo: ¿y?

Roberto: Pero cuando se despierta como siempre, parece que ya la última vez fue la

última de todas. Y no vuelvo a pensar en eso hasta que vuelve a pasar...

Moyo: (se acerca dulcemente, le pone la mano en el hombro) Roberto, yo creo que

deberías...


53

Roberto: (lo interrumpe rompiendo en llanto, entrando en un estado de ira) vos no me

vengas a hablar del deber. (Se burla) "Yo creo que deberías".

Yo creo que ustedes, pendejos pelotudos jugando a salvar a la patria, deberían

haberse quedado en el molde hasta que pase la tormenta, pero tenían que ser

"los héroes del orto" y ponernos en peligro a todos

Moyo: (decepcionado, en calma) Nunca entendiste nada

Roberto: (se calma) parece que esa es la frase del día

Moyo: No podemos tener esta discusión cada vez que Margarita tiene un brote.

Hay que curarla a ella, no enfermarnos nosotros

Roberto: Nosotros estamos enfermos hace rato

Entra Favio, al ver que están Roberto y Moyo dentro, vuelve a salir. Moyo lo llama de un grito

desde adentro sin moverse

Moyo: ¡Favio!

Favio entra resignado

Favio: (a Roberto) él tendría que estar haciendo reposo, no sé si sabías que se dio un

flor de golpe laburando

Moyo: Si, pará calentón. Vine porque quise

Favio: bueno. Andá a descansar. Estás en tu derecho.

Favio se para frente a Roberto mirándolo a los ojos fijamente, con el pecho en alto

Roberto: ¿Por qué insistís en creer que soy un negrero? Yo también le estaba diciendo

que haga reposo, y que no se muestre por ahí caminando para que pueda

cobrar el seguro

Favio: Yo me preocupo por su salud y vos por su plata. Cada quien a lo que le importa

Roberto: ¿Vos en serio crees que yo me estoy haciendo rico con este circo de mierda?

¿Que lo que me importa es solamente la plata?

Favio: No sé. Yo no me casé con la hija del dueño.

Roberto: (irónico) ¡Muy bien! ¡Algún día ibas a tener que aceptarlo! Vemos un progreso

por acá

Moyo incómodo, trata de alivianar la situación entre ellos

Moyo: Bueno ya está ¿no? ya se dijeron todo lo que tenían para decirse...ahora vamos

a...

Favio: ¿A seguir fingiendo que respetamos al "jefe"? (a Moyo) ¿Cuánto tiempo hay

que jugar a que está todo bien para que no nos reemplace por un asiático?

Roberto: ¡Y después el que no entiende nada soy yo!


54

Favio: a ver...explicame. ¿Qué tengo que entender?

Moyo: (intenta calmar a Favio) loco, en serio...

Roberto: (a Favio) No te preocupes. Los orientales no son amenaza para vos. Ellos son

acróbatas, no payasos apolillados quedados en el tiempo

Favio: Siento recordarte, que este "payaso apolillado", es el último discípulo del

payaso que fundó este circo

Roberto: ¿Y a esta altura, no tendrías que haberle transmitido vos también tus "geniales

conocimientos" a alguien más y dedicarte a jugar a las bochas en una plaza de

una vez?

Favio: Todavía funcionan mis números. La gente me ama

Roberto: ¿Te creés que si el viejo estuviera vivo, seguiría haciendo la misma mierda que

te enseñó hace treinta años?

Los tres hacen silencio. Favio, al escuchar esa frase, se pone nervioso, alerta y mira hacia la

puerta. Moyo también se incomoda

Favio: El circo es tradición

Roberto: Me cago en la tradición. Si fuera por vos, nos hubieran comido los bichos.

Favio: Yo estaba a cargo

Roberto: Estabas a cargo de un león anciano y una elefanta chiflada, y esas viejas de

defensa del animal respirándonos en la nuca. Campanita colgando del trapecio

poco más que con su dentadura postiza, y un grupo de jubilados en calzas

hablando de las glorias pasadas del circo.

Moyo: ¡bueno muchachos, ni calvo ni con siete pelucas! No estábamos tan mal pero

había que modernizarse un poco, adaptarse a los tiempos que corren...

Favio: (a Moyo) ya te vendiste, vos no eras así

Moyo: Ninguno de nosotros éramos así. Pero el tiempo pasa, y hay que aceptar las

cosas como son

Favio: (señalando a Roberto con el dedo índice) Si este no se hubiera casado con

Margarita...

Roberto: ¿Qué? ¿Te habrías casado vos?

Favio: ... Jamás hubiera quedado a cargo del circo

Roberto: Pero resulta que me casé. Y estoy a cargo. Y vos seguís acá porque Margarita

me lo pidió, si no, estarías durmiendo abajo de un puentecito donde van los

enanitos que no sirven para nada y creen que son Marcel Marceau

Roberto sale.

Tráiler Obra de teatro escrita por Belén Caccia...

Documents

Transcript of Tráiler Obra de teatro escrita por Belén Caccia...