Trabajo y Alienación Integradora Politica

2
Trabajo y alienación: el cambio en las formas y la permanencia de un sistema Para Marx, una de las características del capitalismo moderno consistía en su “horizonte mundial”. Esta idea queda ya consignada en El manifiesto comunista, libro escrito hace poco más de 150 años. El carácter global del capitalismo, posibilitó el despliegue de lo que Marshall Berman llama “la primera cultura global que existió”. Después de esta corta introducción, viene la pregunta específica por el trabajo en todo este proceso de expansión del capitalismo y la cultura. Un argumento ampliamente utilizado por los movimientos marxistas del siglo XX, era que, en la sociedad burguesa, los trabajadores se veían arrastrados a la pobreza y la miseria. Aunque, como afirma Berman, “ha habido tiempos y lugares donde era absurdo negarlo”, por el contrario, “en otros tiempos y lugares… esto se veía con dificultad, y los economistas marxistas realizaban extraños giros dialécticos para que las cifras cuadraran”. ¿Qué es entonces, en relación con el trabajo, aquello que hace que nos opongamos al capitalismo? Principalmente, un problema que Marx ya pensó en el siglo XIX y que, aunque tenga nuevas formas, sigue planteando en esencia los mismos interrogantes. Nos referimos a la alienación y sus consecuencia y a las tensiones que soportan los trabajadores “integrados” al sistema ocupacional de las sociedades contemporáneas. Ahora bien, recordemos que para Marx la alienación del trabajo asalariado es fundamentalmente un extrañamiento del obrero frente al producto de su trabajo y frente al proceso de trabajo. La alienación del trabajo atrofia el cuerpo a la vez que degenera el “espíritu”. Esto es así debido a que la actividad que el trabajador realiza es una actividad rutinaria, mecánica, que no requiere de él destrezas especiales. ¿Qué es lo que permanece vigente de las reflexiones de Marx en torno a la alienación del trabajo asalariado, aun en las condiciones actuales de extrema complejidad? Ante todo, la denuncia de que el hombre, en la sociedad capitalista, importa como obrero y no como hombre, hasta el punto de convertirse en un objeto-mercancía sujeto a las leyes implacables del mercado. Situaciones tan poco racionales como el desempleo y la miseria aparecen bajo la fría luz de las inconveniencias del sistema. Las relaciones sociales se “naturalizan”, se vuelven oscuras y opacas. Distintos autores, aun con diferentes enfoques y perspectivas, coinciden en afirmar que a lo largo de las tres últimas décadas se han dado una serie de cambios significativos en la

description

Politica y Ciudadania

Transcript of Trabajo y Alienación Integradora Politica

Page 1: Trabajo y Alienación Integradora Politica

 Trabajo y alienación: el cambio en las formas y la permanencia de un sistema

Para Marx, una de las características del capitalismo moderno consistía en su “horizonte mundial”.  Esta idea queda ya consignada en El manifiesto comunista, libro escrito hace poco más de 150 años.  El carácter global del capitalismo, posibilitó el despliegue de lo que Marshall Berman llama “la primera cultura global que existió”.  Después de esta corta introducción, viene la pregunta específica por el trabajo en todo este proceso de expansión del capitalismo y la cultura.  Un argumento ampliamente utilizado por los movimientos marxistas del siglo XX, era que, en la sociedad burguesa, los trabajadores se veían arrastrados a la pobreza y la miseria.  Aunque, como afirma Berman, “ha habido tiempos y lugares donde era absurdo negarlo”, por el contrario, “en otros tiempos y lugares… esto se veía con dificultad, y los economistas marxistas realizaban extraños giros dialécticos para que las cifras cuadraran”.  ¿Qué es entonces, en relación con el trabajo, aquello que hace que nos opongamos al capitalismo?  Principalmente, un problema que Marx ya pensó en el siglo XIX y que, aunque tenga nuevas formas, sigue planteando en esencia los mismos interrogantes.  Nos referimos a la alienación y sus consecuencia y a las tensiones que soportan los trabajadores “integrados” al sistema ocupacional de las sociedades contemporáneas.Ahora bien, recordemos que para Marx la alienación del trabajo asalariado es fundamentalmente un extrañamiento del obrero frente al producto de su trabajo y frente al proceso de trabajo.La alienación del trabajo atrofia el cuerpo a la vez que degenera el “espíritu”.  Esto es así debido a que la actividad que el trabajador realiza es una actividad rutinaria, mecánica, que no requiere de él destrezas especiales. 

¿Qué es lo que permanece vigente de las reflexiones de Marx en torno a la alienación del trabajo asalariado, aun en las condiciones actuales de extrema complejidad? Ante todo, la denuncia de que el hombre, en la sociedad capitalista, importa como obrero y no como hombre, hasta el punto de convertirse en un objeto-mercancía sujeto a las leyes implacables del mercado.  Situaciones tan poco racionales como el desempleo y la miseria aparecen bajo la fría luz de las inconveniencias del sistema.  Las relaciones sociales se “naturalizan”, se vuelven oscuras y opacas.Distintos autores, aun con diferentes enfoques y perspectivas, coinciden en afirmar que a lo largo de las tres últimas décadas se han dado una serie de cambios significativos en la organización del trabajo y en la constitución de la estructura ocupacional de las sociedades industriales.  Alain Touraine y Daniel Bell, ambos autores en la década de los 70,  muestran cómo las sociedades occidentales industrializadas sufren cambios en la constitución de la estructura ocupacional, dándose un desplazamiento de la producción de bienes a la producción de servicios.  Esto no quiere decir que el trabajo fabril desaparezca, sino que se observan tendencias hacia una mayor participación del sector de los servicios.Para Bell, “el concepto de “sociedad post-industrial” subraya el carácter central del conocimiento teórico como eje alrededor del cual se organizarán la nueva tecnología, el crecimiento económico y la estratificación de la sociedad”.  Alain Touraine comparte estas y otras reflexiones con Bell.  Sin embargo, aclara que “no se intenta afirmar que una sociedad postindustrial es la que, habiendo alcanzado determinado nivel de productividad, y, por tanto, de riquezas, puede liberarse de la preocupación exclusiva de la producción y convertirse en una sociedad de consumo y de tiempo libre”.  Ahora bien, Manuel Castells, en el primer tomo de su obra La era de la información, recoge y critica los postulados de la teoría clásica del postindustrialismo, aportando, a partir de un análisis muy detallado de la evolución del empleo en los países del G-7, consideraciones muy importantes sobre los cambios en la organización de los sistemas ocupacionales.  No viene al caso exponer en detalle la importante reflexión adelantada por Castells a partir de una 

Page 2: Trabajo y Alienación Integradora Politica

documentada observación empírica. Nos limitaremos a mencionar algunos rasgos que el autor considera comunes de las sociedades informacionales:

1) Desaparición del empleo agrícola2) Descenso del empleo industrial3) Ascenso de los servicios4) Diversificación creciente de las actividades de los servicios como fuentes de trabajo5) Importancia decisiva de los puestos profesionales, ejecutivos y técnicos6) Formación de un proletariado de “cuello blanco”7) Estabilidad relativa del empleo en el comercio minorista8) Incremento de los niveles más bajos y elevados del sistema ocupacional9) Mejora relativa de la estructura ocupacional, como consecuencia del crecimiento de la 

cuota asignada a las ocupaciones que requieren mayor preparación