Trabajo nº4 mi historia

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Trabajo Nº 4 – Mi historia Actividad: escribir una historia corta desde la que se pueda generar un STORYBOARD para un futuro STOPMOTION. Mi historia Había una vez un mundo muy raro, un mundo que estaba lleno de paquetes. Había paquetes de todos colores, paquetes grandes, chicos; paquetes gordos, flacos; paquetes con forma de corazón, de estrella; paquetes redondos y cuadrados. Todos los paquetes venían con etiqueta, el que decía “flores” crecía y crecía, y cuando se hacía muy grande explotaba en mil semillas que luego en la tierra se transformaban en hermosas flores. El que decía “estrellas” también crecía y crecía, pero muy rápido, y cuando era lo suficientemente grande, se rompía y llenaba el cielo de millones de puntos brillantes. Pero un día, apareció un paquete diferente, un paquete raro, pequeño y sin etiqueta. Todos lo miraban y nadie sabía de donde había salido tan peculiar paquete, era diminuto, del tamaño de un ratón. Al principio, todos pensaron que no iba a crecer, todos los días lo iban a mirar y el paquete seguía igual. Muy ansioso, el mago le hizo hechizos de todos los colores, los conjuros más hermosos, pero no creció. Apuradas, las sirenas le cantaron, pero nada. Y así pasó el tiempo, y el paquete seguía igual. Astuta, la sabia lo abrazó, ella decía que ese paquete para crecer, necesitaba amor. Entonces, todas las noches le contaba cuentos, todas las

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Trabajo Nº 4 – Mi historia

Actividad: escribir una historia corta desde la que se

pueda generar un STORYBOARD para un futuro STOPMOTION.

Mi historiaHabía una vez un mundo muy raro, un mundo que estaba lleno de paquetes. Había paquetes de todos colores, paquetes grandes, chicos; paquetes gordos, flacos; paquetes con forma de corazón, de estrella; paquetes redondos y cuadrados. Todos los paquetes venían con etiqueta, el que decía “flores” crecía y crecía, y cuando se hacía muy grande explotaba en mil semillas que luego en la tierra se transformaban en hermosas flores. El que decía “estrellas” también crecía y crecía, pero muy rápido, y cuando era lo suficientemente grande, se rompía y llenaba el cielo de millones de puntos brillantes.Pero un día, apareció un paquete diferente, un paquete raro, pequeño y sin etiqueta. Todos lo miraban y nadie sabía de donde había salido tan peculiar paquete, era diminuto, del tamaño de un ratón. Al principio, todos pensaron que no iba a crecer, todos los días lo iban a mirar y el paquete seguía igual. Muy ansioso, el mago le hizo hechizos de todos los colores, los conjuros más hermosos, pero no creció.Apuradas, las sirenas le cantaron, pero nada.Y así pasó el tiempo, y el paquete seguía igual.Astuta, la sabia lo abrazó, ella decía que ese paquete para crecer, necesitaba amor. Entonces, todas las noches le contaba cuentos, todas las mañanas lo despertaba con mimos, y así, el paquete día a día fue creciendo.Un día, cuando el paquete ya no entraba en su casa, la sabía tuvo que acampar con él en el bosque, porque era tan grande que ni en el pueblo podía estar.Pasaron los meses y la sabia, con su paciencia, seguía cuidando de ese paquete distinto, sin etiqueta. Hasta que una mañana de verano, ese paquete indefinido, explotó en un millón de colores, cantando muy alegre.¿Quieren saber qué traía ese paquete? Niños de todos los colores, de todas las edades, grandes y pequeños, juguetones y haraganes, distraídos y atentos, divertidos, graciosos, pero sobre todo felices, porque el amor de la sabia había sido tan grande que convirtió a esas pequeñas semillas en niños tan distintos y alegres que daba gusto verlos jugar, reír y cantar.Y así, ese nuevo grupo de seres, llenó el mundo de canciones, de sonrisas y de sueños de colores, y los habitantes de ese planeta aprendieron, que no importa tanto cómo se vea el paquete o qué nombre lleve, sino el cariño y amor que se le de para que crezca grande, fuerte, y algún día llene su mundo de palabras hermosas y sonrisas alegres.