1-7-2019 LA LIBERACION

DE LA

HUMANIDAD

MEDIANTE EL

FIN DEL

TRABAJO

Toni Serrano Peces

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INDICE

Resumen………………………………………………………………………………………………………2

Capítulo 1

Orígenes e historia del trabajo……………………………………………………………………………...3

Capítulo 2

Definición de trabajo………………………………………………………………………………………….5

Concentración CO2 en atmosfera y capacidad regeneración bienes de fondo………………………..9

Capítulo 3

La evolución del desempleo tecnológico…………………………………………………………………..10

5G, el elemento central de la cuarta revolución industrial y la lucha por la hegemonía………......... 15

Conclusiones

Respuesta desde el movimiento sindical…………………………………………………………………16

En el ámbito político…………………………………………………………………………………………17

Renta universal……………………………………………………………………………………………….18 En el ámbito de la negociación colectiva………………………………………………………………….22

Reflexión final………………………………………………………………………………………………...24

Referencias bibliográficas…………………………………………………………………………….........25

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•••• RESUMEN

La vida inteligente y racional se ha diferenciado del resto por su interés innato en descubrir el origen y el sentido de todo lo que le rodea y, por otro lado, la mejora desde un punto de vista personal o colectivo como sociedad, dependiendo del individuo, de sus condiciones de vida y la esperanza de la misma.

En ese sentido, el tiempo empleado desde los inicios de la humanidad para satisfacer nuestras necesidades, no solo desde un punto de vista de necesidades básicas para la vida sino también de las de ocio, ha sido mediante la obtención de recursos naturales y la transformación de los mismos para su posterior uso. Esto ha sido mediante lo que denominamos como trabajo.

El trabajo ha tenido diferentes formas a lo largo de la historia. El trabajo cooperativo primitivo para la subsistencia, el esclavismo, el trabajo asalariado, etc. Pero independientemente de sus formas, su relación con la sociedad o forma de gobierno, lo que está claro es que hasta a día de hoy es lo que más tiempo nos emplea en toda nuestra vida.

Algunos trabajos pueden llegar a suponer un beneficio sustancial para la humanidad, como podría ser el trabajo médico-científico o de innovación e investigación, que suponen una parte muy ínfima del tiempo empleado en el mundo del trabajo por parte de la sociedad actual. Esto es debido a diferentes motivos, que durante la tesis mencionaremos, pero uno de ellos y quizá el de mayor peso, es el tiempo que se emplea en el trabajo para la producción de bienes y servicios de consumo, en una lógica de mercado de relaciones mercantiles y contractuales, desde un principio de rentabilidad por la obtención de beneficios económicos.

Este trabajo pretende profundizar en la necesidad de un nuevo cambio cultural en cuanto al desarrollo del trabajo en la sociedad actual y futura que suponga un salto cualitativo tanto en la calidad y modo de vida, como en la obtención de respuestas, como al principio mencionábamos sobre nuestras ganas de saber y curiosidad innata, de todo aquello que nos rodea o se nos pueda plantear. Esa curiosidad humana ha sido el motor de conocimiento y lo que nos ha permitido poner el primer satélite en órbita, llegar a la luna, dar la vuelta al planeta, desarrollar antibióticos, hallar la tumba de Tutankamón, escribir novelas, indagar en la historia, construir un acelerador de partículas, descubrir los rayos X etc.

Como decía el físico Albert Einstein,” no poseo ningún talento especial, tan sólo una

curiosidad insaciable”. Alentaba a todo el mundo a no dejar jamás de hacerse preguntas. Porque ese es el motor del progreso de la humanidad, en definitiva, uno de los ingredientes principales o tal vez el principal que ha hecho que la humanidad haya llegado hoy a donde está.

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•••• CAPITULO 1

Orígenes e historia del trabajo.

Según fuentes de la Real academia de la lengua española, el origen de la palabra trabajo viene del latín “tripaliare”. El tripaliare era una herramienta con tres puntas que se usaba para sujetar a animales como bueyes y caballos para así poder herrarlos. Es decir, una herramienta de inmovilización para poder ser adaptado y de ese modo el animal pudiera ser utilizado para producir en beneficio de los intereses de su amo. Pero no acaba ahí la cosa. También era utilizado como instrumento de tortura para castigar a esclavos o prisioneros. Esto no era una característica aislada de la cultura Romana. En el caso de otras lenguas, como la germana o la eslava, viene de la palabra “arbeit”, cuya traducción significa esfuerzo y sufrimiento.En el caso de la lengua inglesa, proveniente del gótico “wrikan”, significa persecución.

Nos podemos hacer una idea del concepto que han tenido las diferentes civilizaciones en torno al trabajo. Incluso podríamos decir que ese concepto del trabajo ha sido inoculado en el pensamiento de antiguas civilizaciones mediante la religión. Por ejemplo, en la Biblia en el Génesis capítulo 3, se refleja de forma muy evidente que el trabajo fue un castigo divino por la desobediencia e indisciplina del primer hombre y mujer.

“Por haber escuchado la voz de tú mujer y comido del árbol del que yo te había prohibido comer, maldito sea el suelo por tu causa: con fatiga sacaras de él el alimento todos los días de tu vida. Espinas y abrojos te producirá, y comerás la hierba del campo. Con el sudor de tu rostro comerás el pan, hasta que vuelvas al suelo, pues de él fuiste tomado. Porque eres polvo y al polvo tornaras.”

Teniendo en cuenta que la Biblia es un libro sagrado común al judaísmo, cristianismo y el islam, su influencia fue prácticamente global.

Si nos remontamos más atrás, en la prehistoria, el trabajo se realizaba de forma natural y obligada por la necesidad de obtener de la tierra y los animales los productos necesarios para la subsistencia. El hombre primitivo pasó de actuar de forma individual, a recolectar frutos, cazar y pescar de forma colectiva, pasando de esta forma de un estado más animal a más humano y racional.

De forma natural, sin un interés de dominación de unos sobre otros, se comenzó a realizar el trabajo de forma colectiva, para el abastecimiento en iguales condiciones de todos los miembros de la comunidad.

En aquel momento, a pesar de vivir en comunidad e incluso comenzar a utilizar herramientas de trabajo cuya base era la piedra, no existía una división del trabajo más allá de la que sí que se estableció por el sexo o la edad.

A pesar de lo costoso y en consecuencia la escasez de productos, el reparto de los mismos era nivelado. Todos los miembros de la comunidad recibían una cantidad igual de producto independientemente de su participación en la obtención.

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Después, con el desarrollo de nuevas herramientas de trabajo a base de metal, la aparición del arado etc. la evolución fue mucho más rápida. También se comienza a hacer una distribución del trabajo. El pastoreo se separa de la agricultura y del trabajo artesanal.

Comienza a realizarse el intercambio por tribus de los productos que realizaban. La producción crecía exponencialmente y comenzaba a darse la sobreproducción. Es decir, lo que producía un trabajador era más que lo necesario para su subsistencia.

Esto, de forma muy resumida y simple, fue la clave del paso de un trabajo primitivo al esclavismo.

Mediante la aparición de la propiedad, se comenzó a establecer la clase dominante y la dominada. El hombre “libre” empezó a ver como algo indigno el trabajo y para ello aseguró su situación de privilegio sometiendo a una parte de la sociedad mediante la anulación de sus derechos. Reduciendo al individuo a un simple instrumento de trabajo al que se le daba lo estrictamente imprescindible para que no muriese de hambre y sed.

Paradójicamente esta etapa, donde nace la desigualdad social, fue una etapa de importante desarrollo, debido a que se ahondó en la división del trabajo y el trabajo de masas de esclavos permitió la construcción de sistemas más urbanos para la producción en masa (sistemas de regadío, presas, caminos etc…)

Esta situación tenía los días contados. Porque ante la configuración de una nueva clase social, mediante la propiedad y el esclavismo, el levantamiento era inevitable. Aun así, el esclavismo se ha mantenido incluso hasta día de hoy, pero de forma cada vez menor hasta llegar a algo residual.

Posteriormente vino el sistema feudal, que a pesar de que las condiciones de trabajo y explotación eran muy duras, ya no era igual al esclavismo. La sociedad se dividió en: los propietarios de la tierra, los señores feudales, la aristocracia y el clero y por otro lado los campesinos y artesanos.

Éstos últimos eran los que desarrollaban el trabajo y lo hacían en una situación de “semi- libertad” ya que, a diferencia del esclavismo, en esta etapa se les poseyó de algunos bienes como propietarios, lo que les hizo tener interés en perfeccionar sus herramientas y cuidarlas, desarrollando nuevos sistemas para mayor producción.

Por otro lado, el trabajo artesanal debía abastecer la necesidad de esas herramientas. Lo que contribuyó a la creación de la industria artesanal, favoreciendo el crecimiento de las ciudades y por lo tanto de centros de comercio. Esto fue la cuna del sistema capitalista de producción que posteriormente se instauraría.

El sistema feudal supuso un salto importante también en términos de desarrollo. No de igual manera que lo que supondría la posterior etapa del capitalismo, pero si tuvo su relevancia.

Al igual que ocurrió en el esclavismo, en el sistema feudal también se dieron intentos de levantamientos ante la clase opresora. El cambio de la mentalidad feudal a la burguesa vino dado principalmente por un cambio en los sistemas de producción. Se da una desposesión de los medios de producción del campesinado y se crea el capital, apareciendo así una nueva clase social de propietarios que sería la burguesía. En ese momento se podría decir que se da el cambio a lo que en el futuro será la democracia liberal. Principios basados en que los hombres, por el hecho de serlo, debían ser libres y tener unos mínimos derechos civiles.

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La creación de la máquina de vapor supuso un desarrollo sin precedentes. En Inglaterra, el hecho de que poseyeran abundante materia prima para el funcionamiento de la máquina de vapor (Carbón), representó un desarrollo aún mayor. Esto, unido a los cambios políticos e ideológicos que se produjeron, hizo que se pasara de una monarquía absolutista a una parlamentaria. Supuso, el auge de la burguesía al contar con la propiedad de los nuevos medios de producción y a su vez, la creación de una nueva clase social, el proletariado. El proletariado surge de la necesidad de mano de obra cercana a los centros fabriles en las grandes urbes y a la desposesión de los medios de producción primitivos y tierras de que disponía el campesinado.

Esta etapa se caracteriza por el crecimiento demográfico brutal. Esto se debe a la multiplicación de la producción tanto en la agricultura, como en la industria y también a la nueva forma de explotación que se va a dar en los centros urbanos. Centros urbanos a donde se ve obligado a emigrar el campesinado que ahora será el proletariado.

La división del trabajo es ya general. El trabajo artesanal es sustituido por la especialización mediante procesos de una única tarea, lo cual hace aumentar aún más la productividad.

La nueva clase social del proletariado coge conciencia de su situación de explotación y comienzan a organizarse en sindicatos, con demandas como el cartismo, que suponen el reconocimiento como sujeto político que ha de ser considerado y por lo tanto tener presencia en los parlamentos.

Este es el inicio de las nuevas relaciones en el mundo del trabajo que se mantendrá hasta la fecha.

• CAPITULO 2

Definición de trabajo.

Como se ha mencionado antes, ya desde el 900 ac, en la construcción de las ideas religiosas, se genera una imagen del trabajo como castigo divino. Lo cual podría hacer llegar a la conclusión de que ese es uno de los motivos de inicio por el cual, a lo largo de toda la historia, ha habido una continua lucha por la liberación del trabajo, mediante la explotación de una parte de la humanidad sobre la otra. Ya que la forma de creación del trabajo ha sido bajo un concepto de castigo y no de cooperación colectiva para cubrir las necesidades de la comunidad, como ocurría en el trabajo primitivo. Por lo tanto, la propia lucha de clases se sustenta en el principio de la liberación del trabajo. Incluso la propia lotería podría ser una demostración de cómo se crearon expectativas en forma de esperanza para el proletariado, apelando al factor suerte, para poder salir del castigo que suponía el trabajo.

No es hasta el surgimiento de la reforma protestante en Inglaterra en el que aparece un concepto diferente del trabajo. Donde Dios puede ser glorificado en cualquier tipo de trabajo honrado. También da una visión diferente en donde se permite la acumulación de riqueza, la propiedad privada y el cobro de intereses. Conceptos que, al final, facilitaron el desarrollo del sistema económico capitalista desde un punto de vista moral. En contraposición de lo que significaba en lo teórico el cristianismo, representado en su mayor parte por la iglesia católica, que no permitía el enriquecimiento mediante el trabajo produciendo más de lo que se necesitaba.

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Hay muchas definiciones sobre lo que es el trabajo. Incluso la definición podría ser diferente si se hace lo que es el trabajo en si actualmente y lo que sería una definición de trabajo según el ideal que creemos que debería ser.

Diferentes definiciones de trabajo:

“La ejecución de tareas que implican un esfuerzo físico y/o mental y que tienen como

objetivo la producción de bienes y servicios para atender las necesidades humanas.

El trabajo es por tanto la actividad a través de la cual el ser humano obtiene sus medios

de subsistencia por lo que tiene que trabajar para vivir o vive del trabajo de los demás”.

(Wikipedia)

“Se denomina trabajo a toda aquella actividad ya sea de origen manual o intelectual

que se realiza a cambio de una compensación económica por labores concretadas. A lo largo de la historia, el trabajo ha ido mutando de manera significativa en relación a la dependencia trabajador/capitalista, y en cierto modo, quienes realizan actividad laboral han ido conquistando a lo largo, sobre todo, del siglo XX, diferentes derechos que les corresponden por su condición de asalariados”. (definición.mx)

“Acción y efecto de trabajar. Ocupación retribuida. Cosa producida por un agente.

Cosa que es el resultado de la actividad humana. Operación de la máquina, pieza,

herramienta o utensilio que se emplea para algún fin. Esfuerzo humano aplicado a la

producción de riqueza, en contraposición a capital. Dificultad, impedimento o perjuicio. Penalidad, molestia, tormento o suceso infeliz. Producto de la fuerza por la distancia

que recorre su punto de aplicación. Estrechez, miseria y pobreza o necesidad con que

se pasa la vida”. (Real academia de la lengua española)

“El trabajo es el mismo hombre en su cuerpo y espíritu, y ello no es objeto posible

de un contrato de derecho privado”.

(Georges Ripert, jurista y político francés 1880-1958)

“La distinción entre trabajo y actividad no se busca en la naturaleza de la acción

cumplida. El trabajo se distingue de la actividad porque responde a una obligación, sea está suscrita voluntariamente o impuesta legalmente. Es necesario y alcanza (a que esto sea así) con que a un compromiso de actuar se adhieran efectos de derecho, para que esta acción sea calificada de trabajo. En definitiva, esta calificación se da dependiendo de un compromiso suscrito voluntariamente o de la ley, que consagra la utilidad social de ciertas tareas”. (Alain Supiot, jurista ,1948).

“Toda actividad humana transformadora que se ejerce en un sistema de derechos e

intercambios determinados, en un momento dado, y el tipo ideal de actividad esencialmente humana”. (Dominique Meda, socióloga francesa, 1962).

“El trabajo como conjunto de actividades, remuneradas o no y a menudo poco

escogidas, que hacemos para satisfacer nuestras necesidades materiales y simbólicas

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que remiten tanto a la política pública -renta, sanidad, educación, cuidados, vivienda, etc…- como a los espacios de auto organización que puedan crearse y que puedan adquirir un papel crucial. De igual forma, aquellos recursos hacen referencia tanto a la economía productiva como a la reproductiva”.

(David Casassas, Filosofia política UB,1975).

“Los grandes cambios en curso que acompañan al agotamiento de la era fordista

marcan el ocaso del concepto de trabajo abstracto, sin calidad -la idea de Marx y el parámetro del fordismo- para que el punto de referencia de una nueva división del trabajo y de una nueva organización de la empresa sea el trabajo concreto y la persona que trabaja (…) el trabajo es un instrumento de autorrealización de la persona, un factor de identidad y de cambio”. (Bruno Trentin, jurista, sindicalista y político, 1926).

Podemos comprobar que en las diferentes definiciones hay cuestiones en común que aparecen, que, en principio, si comparáramos en base a lo que un diccionario o la definición de expertos en la materia en cualquier otra palabra, no se recogerían. Como en este caso, cuestiones que la definición simple de trabajo, aparentemente, no debería recogerlas en la traducción o definición simple. Por ejemplo, trabajador/capitalista, conquistas en mejoras del trabajo durante el siglo XX, infelicidad, penalidad, miseria, actividad transformadora en un sistema de derechos, es el mismo hombre en espíritu y cuerpo….

Partiendo de esto se puede llegar a la conclusión de que el trabajo tiene una relevancia mucho mayor de lo que supondría el simple hecho de trabajar. Afectando a muchos ámbitos de la vida y al desarrollo de la propia humanidad, tanto de manera colectiva como individual, a lo largo de la historia.

Teniendo en cuenta los inicios del trabajo, la definición que más se acercaría al sentido del trabajo en su origen seria la 1ª: La ejecución de tareas que implican un esfuerzo físico y/o mental, y que tienen como objetivo la producción de bienes y servicios para atender las necesidades humanas.

La segunda parte de la definición, ya deja claro, que la función del trabajo para cubrir las necesidades humanas no necesariamente ha de ser realizada por uno mismo: El trabajo es por tanto la actividad a través de la cual el ser humano obtiene sus medios de subsistencia por lo que tiene que trabajar para vivir o vive del trabajo de los demás.

Tal y como está expresado, casi todo el mundo podría entender que el vivir de los demás, en el momento actual, correspondería al capitalista poseedor de la propiedad de los medios de producción, el cual vive del dinero que le proporciona el trabajo de otros.

En la 2ª definición, hay una parte en la que se podría interpretar que el trabajo no sería necesariamente desarrollado por el hombre: Operación de la máquina, pieza, herramienta o utensilio que se emplea para algún fin.

En otra de las definiciones, la 8ª, el trabajo da una connotación personal de autorrealización del individuo. Lo cual quiere decir que el trabajo es lo que determina nuestra propia personalidad, quien somos y como somos: el trabajo es un instrumento de autorrealización de la persona, un factor de identidad y de cambio.

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Esto último supondría algo justo socialmente si los hombres y mujeres pudieran elegir en que trabajar, siendo algo que supusiera una motivación personal y además cumpliera con una función social. Tendría todo el sentido del trabajo como elemento de autorrealización y como creación de sociedades que trabajan de forma racional, cooperando en las necesidades de la propia comunidad. Pero sabemos que esta no ha sido, ni es, la realidad en la que se desarrolla el trabajo. Recogido también en otra de las definiciones: El trabajo como conjunto de actividades, remuneradas o no y a menudo poco escogidas.

Por otro lado, se puede llegar a la conclusión de que el trabajo es un elemento de injusticia debido a la explotación de unos sobre otros y por ello el trabajo ha supuesto un motivo de lucha, en la que se han tenido que conquistar derechos que limiten esa situación de explotación y por lo tanto, el trabajo ha de estar encuadrado en un marco de derechos para que sea calificado como tal: Quienes realizan actividad laboral han ido conquistando a lo largo , sobre todo, del siglo XX, diferentes derechos que les corresponden por su condición de

asalariados. Es necesario y alcanza (a que esto sea así) con que a un compromiso de actuar se adhieran efectos de

derecho, para que esta acción sea calificada de trabajo.

En resumen, el trabajo en sí, históricamente, ha supuesto un elemento de injusticia mediante la dominación y explotación de unos sobre otros. El trabajo se realiza por una cuestión de necesidades de abastecimiento, tanto de las necesidades básicas de subsistencia, como las simbólicas, de ocio o de lujo. El trabajo supone, en el menor de los casos, una forma de autorrealización y satisfacción personal, a la vez que permite el desarrollo y evolución como humanidad.

Los avances tecnológicos de los últimos siglos han creado un desempleo tecnológico que actualmente no está consiguiendo poder ser compensado con la implantación, cada vez más, de una sociedad de consumo que pretende aumentar brutalmente los consumos de bienes y servicios. Este avance tecnológico continúa creciendo exponencialmente cuantos más logros tecnológicos se dan.

Los avances tecnológicos se han dado en todos los sectores productivos del mundo del trabajo. En el sector agrario, en el de la industria, en el sector servicios, en el transporte, en la medicina, en el ámbito de las tareas domésticas, en las comunicaciones etc. Viéndose afectados trabajadores y trabajadoras de todo tipo, desde el de cuello azul como el de cuello blanco y el de cuello rosa.

La compensación, vía mayor consumo, del desempleo tecnológico, supone una lógica insostenible desde el punto de vista medioambiental. Se están dando problemas de emisión de gases como el CO2 que provoca el calentamiento global. Se están explotando los recursos naturales de forma que la capacidad de regeneración de la tierra no es suficiente para permitir el nivel de consumo actual. Hay caladeros que han desaparecido completamente. (A continuación, dos graficas con los datos de concentración CO2 en la atmosfera desde 1960 hasta el 2016 y el día y mes en que se han explotado los recursos naturales que la tierra es capaz de regenerar desde 1990 hasta 2017).

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Fuente de datos: Organización meteorológica mundial (OMM). Publicación del boletín anual del año 2018.

Fuente de datos: The Global Footprint Network

La siguiente grafica demuestra el mayor consumo mediante el continuo aumento de la producción de bienes y servicios, en este caso del reino de España como ejemplo, desde 1960 hasta 2014.

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Fuente de datos: Banco mundial BIRF-AIF

• CAPITULO 3

La evolución del desempleo tecnológico.

Según datos del Banco mundial y la organización internacional del trabajo, la tasa de desempleo a nivel mundial en el año 2018 se situó en el 5,5% de la población activa. En 2017 esa tasa estaba en el 5,6%, es decir, un total de 192 millones de personas. La previsión para el año 2019, encontrándonos ya en el mes de julio, es de que esa cifra aumente ligeramente en 1,3 millones más de personas.

Este dato puede parecer positivo en términos absolutos, dado que desde el año 2017 se está reduciendo el paro. Pero habría que tener en cuenta otros factores.

Una vez más, volvemos a hablar de un descenso del empleo mediante un aumento de la creación de bienes y servicios. En estos últimos años ha habido un aumento de la producción de los países desarrollados y en datos generales, podríamos comprobar cómo el descenso del desempleo mundial no es proporcional al crecimiento del PIB mundial. Es Decir, la creación de empleo no es contraria a la generación de desempleo por las nuevas tecnologías

Una vez superada la desaceleración de la economía desde el año 2007 y la recesión de los años posteriores, se han vuelto a dar crecimientos de la economía mundial desde el año 2017, de forma más significativa, como antes mencionábamos en los países desarrollados.

Este descenso de la tasa de desempleo viene acompañado de un aumento de la temporalidad y la precariedad en el empleo. Poor lo que mucho del empleo generado no sustituye totalmente

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al empleo que se perdió en su momento, ya que el porcentaje de empleo en jornada completa e indefinido era mayor. A efectos de contar el porcentaje de desempleo, se tiene en cuenta como trabajador/a empleado aquel que tiene empleo, aunque éste sea de forma parcial.

Según estimaciones de la OIT, 1.400 millones de trabajadores, un 42% de todos los trabajadores ocupados, ocupan un empleo vulnerable. Si este dato lo trasladamos a los países emergentes, el dato aumenta al 46% del total de los trabajadores de esos países. Este dato se prevé que en 2019 siga creciendo.

Esto se traduce en que ha aumentado la pobreza laboral. En la mayoría de países del mundo, cada vez hay más casos en el que el hecho de tener trabajo no significa no ser pobre.

La OIT prevé que en el próximo año más del 40% de la población empleada se encuentre en una situación de pobreza laboral extrema.

Otro dato a tener en cuenta es que el desempleo juvenil es tres veces superior al de los adultos. Además, se está produciendo un envejecimiento de la población mundial, en la que se estima, que para el año 2030 habrá cerca de cinco personas mayores de 65 años por cada diez personas trabajando, lo cual, en el sistema actual de sostenimiento de las pensiones por jubilación será insuficiente para compensar la rápida expansión de la población de jubilados. (Fuente datos: Informe perspectivas sociales y del empleo en el mundo, tendencias 2018.OIT).

En estas dos graficas podemos comprobar cómo el descenso en el desempleo mundial no es proporcional al crecimiento continuo del PIB mundial.

Lo que puede tener su explicación en la introducción cada vez mayor de las nuevas tecnologías en el mundo del trabajo. Ya que, con el mismo número de trabajadores, la producción de bienes y servicios es mayor.

Evolución del desempleo mundial entre 1998-2018

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Crecimiento del PIB mundial entre 1998-2018 S Fuente de datos: OIT

E

Las nuevas tecnologías han afectado prácticamente a todos los sectores del mundo del trabajo. Esto, además, sumado a las eficiencias y aumento de la productividad, vía incremento de las tareas o vía reducción de las estructuras de empresa, ha hecho que el desempleo generado haya sido aún mayor.

Por ejemplo, la industria de la biotecnología es uno de los sectores emergentes que desde hace más de 20 años se plantea como sector generador de nuevos puestos de trabajo. Entre el año 1984 al 1994 se crearon alrededor de 97000 puestos de trabajo. Tan solo durante el 1993 se destruyeron más del doble en reducción de tamaño y estructura de empresas.

En el sector público de las administraciones también ha tenido una afectación importante en la destrucción de empleo. En las diferentes crisis cíclicas que se han ido dando, volvía a surgir, y cada vez con más fuerza por una implantación de la lógica neoliberal, la necesidad de ajuste del déficit. Esto sumado a los procesos de automatización y reducción de sus operaciones, suponía un importante número de trabajadores y trabajadoras que pasaban a engordar las listas del paro.

Por ejemplo, en Estados Unidos entre 1989 y 1993 más de 440.000 trabajadores de la industria de la defensa fueron despedidos. Otros 300.000 trabajadores uniformados con empleo en diferentes servicios armados y más de 100.000 empleados civiles fueron despedidos.

En el sector de la agricultura ha sido ejemplo también del cambio tecnológico y la utilización de la química en las formas de producir y recolectar. En 1949 tan solo un 6% del algodón en el sur de Estados Unidos se recogía de forma mecánica; en 1964 la cifra se había elevado hasta el 78%; ocho años más tarde, el 100% del algodón se recogía mediante máquinas.

En 1880 eran necesarias más de 20 horas por persona para cosechar 0,4 hectáreas de un campo de trigo. En 1916 la cantidad se había reducido hasta 12,7. Tan solo 20 años más tarde se requerían 6,1 horas por hombre. Las ganancias en la productividad de la agricultura

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fueron tan altas que en los años 20 la inestabilidad en el sector agrícola vino por una sobreproducción.

Las cosechadoras, los riegos manuales, la introducción de gran cantidad de fertilizantes nitrogenados y el uso de la modificación genética, con la creación de variedades hibridas, triplicaban la producción con muchísimos menos recursos.

La industria del automóvil es otro gran ejemplo de la evolución tecnológica.

En estados Unidos, Ford, en Detroit, fue la planta emblemática de las extensas operaciones de la compañía. La dirección de Ford decidió llevarse una buena parte de su producción lejos del lugar, a nuevas plantas automatizadas, en gran parte para debilitar el poder de los sindicatos. En 1945 la planta de River Rouge albergaba 85000 trabajadores. Tan solo quince años más tarde el número de empleos había descendido a menos de 30.000.

General motors ha eliminado desde 1978 hasta la actualidad más de 250.000 puestos de trabajo.

Actualmente, la industria del sector del auto no solo está afrontando una nueva oleada de automatización, sino que también está en un proceso de transición hacia la electro movilidad. Tecnología que supone un empleo de horas de fabricación menor al del coche de combustión. Dispone de menos componentes y de menor complejidad. Por lo cual, la reducción de empleo vendrá también de la destrucción de gran parte de las empresas auxiliares de componentes, las cuales verán eliminada su actividad.

Una de las marcas gigantes del auto, VW, ya ha anunciado que la automatización de los procesos de producción provocará un recorte de entre 5000 y 7000 trabajadores hasta 2023.Esta cifra no tiene en cuenta los empleos que se pueden perder por la implantación del coche eléctrico. Herbert Diess, consejero delegado de la marca, señalaba que el vehículo eléctrico puede generar una reducción de empleos de entre un 20% y un 30% en todo el grupo.

Otro sector ejemplo es el textil. No hay sector industrial con mayor identificación con la revolución industrial que este. En el 1700 la máquina de vapor cambió drásticamente la producción de los productos textiles. Durante las diferentes etapas posteriores, la automatización supuso una reducción de la mano de obra no cualificada a más de un 30%.

Los tiempos en los procesos de diseño también se han visto reducidos mediante la informatización de los mismos por la programación (CAD-CAM).

Sin embargo, actualmente, una parte importante de la industria del textil en occidente, ha preferido no invertir en automatizar los procesos y mantener la competitividad, derivando la producción a Asia o China, para abaratar los costes de producción mediante los bajos salarios y las condiciones precarias en esos países.

Durante más de cuarenta años, el sector servicios ha absorbido los trabajadores excedentes de las industrias manufactureras. La realidad es que las nuevas tecnologías han entrado en sectores que tiempo atrás hubiera sido impensable que lo pudieran hacer. Como muestra se podría poner el trabajo de recepcionista que está siendo sustituido por contestadores automáticos que tienen reconocimiento de voz.

Hoy estamos viendo como en el sector de la banca toda la digitalización y la gestión por internet hace innecesario mantener tantas oficinas físicas que son sustituidas por oficinas

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virtuales. Los grandes bancos españoles han prescindido de 83.000 empleados en la última década y la tendencia en los próximos años va a ser la misma.

Incluso los trabajos de creatividad y arte no son ajenos a que sean realizados por inteligencia artificial. En 1993 una editorial lanzó la primera novela escrita por un ordenador.

Actualmente el 50% de toda la música incorporada a los anuncios de televisión se realiza a través de sintetizadores dirigidos por programas informáticos. Se ha normalizado de tal manera que en la industria musical a los nuevos compositores de silicio se les conoce como “synths”, mientras que a los personales se les denominan “músicos acústicos”.

Es un diagnóstico claro de que no hay sector que no se vea, o se verá afectado en un futuro por la destrucción de empleo, sin posibilidad de que otros sectores absorban ese empleo perdido.

Lógicamente la productividad de las empresas se ve incrementada de forma importante, sin embargo, la demanda se ve seriamente debilitada, fruto del alto desempleo y el subempleo que también se genera mediante economía informal o trabajo precario. La forma en que el capital encuentra la manera de compensar, para poder equilibrar así la oferta con la demanda ante la falta de empleo o empleo más precario, es con el crédito.

Por ejemplo, tan solo en los Estados Unidos, la deuda generada por el consumidor particular se incrementó en un 210% en la década de los años 60 y un 268% durante los 70. Según el informe de 1994 del Federal Reserve Board, las familias de clase media en aquel momento, estaban pagando cerca del 25% de sus ingresos a sus acreedores financieros.

Otro ejemplo, como muestra la siguiente gráfica, es la evolución de los salarios en relación a la productividad, en este caso de Bolivia entre los años 2000 a 2013.Los salarios se reducen en un 26%, mientras la productividad aumenta en un 49,3%. La conclusión es evidente, la única forma de mantener el aumento de la productividad dándole salida a los productos en el mercado, es mediante el aumento del crédito como compensación de esa reducción salarial.

Fórmula, que además de injusta socialmente, es insostenible en el tiempo si la destrucción de empleo se mantiene o si, pudiéndose frenar la destrucción de empleo aumentando la productividad con el mismo número de empleos, no se dan incrementos salariales.

Referencia bibliográfica: Jeremy Rifkin. Economista y sociólogo.

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Fuente de datos: Banco central de Bolivia.

• 5G, el elemento central de la cuarta revolución ind ustrial y la lucha por la

hegemonía.

Cada revolución industrial ha ido precedida y asociada a una tecnología concreta. En la 1ª revolución industrial fue la máquina de vapor. En la 2ª podría decirse que fueron los sistemas de transporte y de comunicación que permitieron la primera globalización. En la 3ª sería internet. En el caso de la 4ª revolución, estaríamos hablando de que la conectividad mediante el 5G será el elemento central de esta nueva transformación. El desarrollo de coches sin necesidad de conductor mediante ciudades conectadas en todos sus puntos, casas con sistemas de domótica que permita la interconexión de todos los aparatos, incluso con el exterior. La disponibilidad de gran cantidad de información en tiempo real que la puedan recibir los fabricantes de productos, la administración, las empresas, etc. adecuando de forma más fiable las necesidades del consumidor al bien o servicio que se le ha de ofrecer. La implantación del 5G y el internet de las cosas es la clave para el desarrollo de la economía digital y determinará la evolución de la industria.

La pérdida continua de poder comercial de Estados unidos y Europa con respecto a China, Rusia e India, se ha intentado contrarrestar con fórmulas como el acuerdo comercial del TTIP. Lo que suponía una ampliación de las privatizaciones, más recortes sociales, pérdida de derechos laborales y un incumplimiento de los compromisos medioambientales acordados en las diferentes cumbres. Es decir, ganar competitividad mediante la precarización de los salarios y las condiciones de trabajo y el ahorro en el gasto mediante el desmantelamiento del estado del bienestar. Todo ello, asegurado con organismos supranacionales sin ningún tipo de control democrático que anule la toma de decisiones a nivel nacional o europeo de los diferentes gobiernos y tribunales de justicia.

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Ahora, en esta ocasión, estamos viendo cómo se da una lucha por la hegemonía en formato de guerra fría. Las complicaciones por parte de EEUU al comercio internacional a algunos países, mediante la imposición o endurecimiento de los aranceles, como lo más reciente, la guerra tecnológica, estableciendo vetos a empresas chinas como Huawei y ZTE. En este marco, Las dos grandes potencias están luchando por la anticipación en el desarrollo y la implantación de la tecnología 5G que es evidente que transformará sustancialmente la economía de los países.

Desde Europa y el resto de potencias, se continua en una estrategia de adaptación a la trasformación irreversible de la economía bajo la misma lógica de siempre, aumentar en competitividad para ganar mayor cuota de mercado. En ese sentido, se acuerdan y establecen normativas tanto a nivel nacional como a nivel europeo, que no abordan el futuro desde una lógica, por un lado, de imposibilidad de compensar gran parte de los empleos destruidos y por lo tanto de caída de la demanda por pérdida de poder adquisitivo de la clase trabajadora, como por otro, de la necesidad de decrecimiento o por lo menos de no crecimiento por una cuestión de sostenibilidad medioambiental.

En marzo de 2018 el consejo europeo adopta las “conclusiones sobre la estrategia de política industrial de la UE para la competitividad, el crecimiento y la innovación”.

En diciembre de 2018 en España se aprueba el Real decreto para medidas urgentes

para el impulso de la competitividad económica en el sector de la industria y el comercio en España.

En febrero de 2019 el consejo de ministros en España ha presentado las directrices generales de la nueva política industrial española 2030:

o La mejora de la productividad y competitividad internacional o El incremento del peso de la industria en el PIB. o Aprovechar el potencial de digitalización como palanca competitiva

o El alineamiento de la política industrial española con la impulsada desde la UE. Es decir, hay una competencia mundial por la hegemonía comercial, en donde se establecen alianzas puntuales de intereses, pero nadie lo hace desde una perspectiva global ante una realidad futura de posible dumping social, por la pérdida de salarios ante la evolución tecnológica y el conflicto creciente capital-biosfera.

•••• CONCLUSIONES

Respuesta desde el movimiento sindical.

Es evidente que los datos demuestran la insostenibilidad del modelo económico y del propio mercado de trabajo como elemento de redistribución de la riqueza generada, y, por lo tanto, tampoco del sostenimiento del modelo social, mediante la financiación vía cotizaciones y/o tributación de las pensiones, sanidad, educación, dependencia…en definitiva, del estado social de derecho mediante la existencia del estado del bienestar.

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Difícilmente este desequilibrio de crecimiento exponencial, proporcional a la continua innovación tecnológica, podrá ser corregido por aquellos que funcionan bajo una teoría económica e ideológica de un modelo neo-liberal. En el cual, la individualización, la desregulación, la libertad de empresa en una economía de libre mercado, aplican una lógica a nivel trasnacional o nacional, funcionando con un objetivo principal por encima de cualquier otro. Aumento continuo de las ganancias, mediante la eficiencia en los procesos para abaratar costes y por lo tanto ganar mayor cuota de mercado.

La historia nos ha demostrado que cuando la desregulación impera, los mercados acaban autodestruyéndose. Aquellos que predican que el estado ha de mantenerse al margen de la política económica y el mercado, después piden que los estados les rescaten mediante políticas keynesianas para evitar el colapso del sistema. Para una vez, habiendo socializado las perdidas, no repartir el crecimiento. Recordemos la caída de Lehman brothers y con ello todo el sistema financiero como si de un castillo de naipes se tratase.

Por lo tanto, hay una necesidad de mecanismos de control y organizaciones que ejerzan de contrapoder. Que aseguren el equilibrio necesario ante el evidente conflicto de intereses que se dan dentro de los diferentes estratos sociales.

Ahí el movimiento sindical juega un papel fundamental. No solo desde la lógica de negociación colectiva, disputando el conflicto capital- trabajo en los centros de trabajo, sino de la propia participación política, reconociéndonos, por un lado, como agentes sociales que han de tener espacios de concertación con las administraciones públicas y organizaciones empresariales y por otro, nuestra legitimidad para incidir en la opinión política de la clase trabajadora, orientando su apoyo a las organizaciones políticas que mejor representen sus intereses en los diferentes parlamentos. En definitiva, no es otra que volver a hacer efectivo el derecho que reivindicó el movimiento obrero en el siglo XVIII, el “cartismo”.

Ese control y participación política se ha de realizar de forma global. Evitando que la actuación en clave local o nacional suponga estar en una situación de debilidad ante el capital. Ya que nos acaba confrontando a los trabajadores de diferentes nacionalidades, debido a un sistema globalizado que permite a las empresas la deslocalización de su actividad a otros territorios. Aprovechando las peores condiciones salariales o una legislación más laxa que permite mayor margen de beneficios con peores condiciones de trabajo o una menor fiscalidad.

En el ámbito político.

Actualmente estamos asistiendo a procesos de desposesión jurídica de los derechos que defienden los intereses colectivos. Primando, en contraposición, los derechos individuales, los de libertad de empresa y los de la propiedad privada.

La crisis del año 2008 fue utilizada como una excepcionalidad social que justificaba un estado de excepción sobre el derecho social, utilizando el déficit y la deuda como disciplina. Eso “justificaba” esa desposesión de derechos constitucionales de las clases populares.

La existencia de ciertos tratados internacionales, tanto a nivel europeo como mundial, en los que se crean organismos supranacionales que quitan soberanía y competencias a los estados- nación, obliga a desarrollar una acción sindical de carácter sociopolítico a esos mismos niveles.

Que el sindicalismo siga funcionando en clave nacional, ya no tiene la misma efectividad que podía tener antes de la configuración de la comunidad europea o de los acuerdos de comercio a nivel internacional.

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La propia constitución española, en su art 96 CE, permite ceder soberanía. (Los tratados internacionales válidamente celebrados, una vez publicados oficialmente en España, formarán

parte del ordenamiento interno. Sus disposiciones sólo podrán ser derogadas, modificadas o suspendidas en la forma prevista en los propios tratados o de acuerdo con las normas generales del Derecho internacional)

De ahí la necesidad de generar o potenciar las ya existentes estructuras del sindicalismo a nivel europeo y mundial. Para incidir en que se establezca una regulación en los diferentes niveles que armonice los derechos laborales y sociales, evitando esa competencia entre los trabajadores de diferentes nacionalidades.

La construcción del estado social de derecho después de la segunda guerra mundial, estableció el trabajo como elemento de cohesión social mediante la redistribución de la riqueza. Para ello, debían acompañar al trabajo unos derechos intrínsecamente relacionados. Que en el caso de España y de la mayoría de los países de la unión, están recogidos en la constitución. La libertad sindical y a organizarse, la negociación colectiva y la participación de los trabajadores en los medios de producción.

En resumen, la constitución o el estado social de derecho tenía la intención de des mercantilizar el trabajo, convirtiéndolo en un derecho que cohesiona socialmente, genera riqueza, pero su función es primordialmente social. De ahí la potenciación del trabajo como un derecho en los diferentes ordenamientos jurídicos de la mayoría de países.

Pero actualmente, la lógica con la que se pretendía utilizar el trabajo como elemento de cohesión social y reparto de la riqueza, perderá el sentido por el alto desempleo tecnológico. Aquellos ordenamientos jurídicos que expresen de forma más primordial un modelo liberal, protegiendo los derechos individuales de las empresas en una economía de libre mercado, estarían en la misma situación ante la decreciente demanda de productos en el mercado y ante la poca capacidad de compra de la potencial masa de consumo que es la clase trabajadora. Es decir, la afectación es global por la lógica del modelo económico de la oferta y la demanda.

Por lo cual, desde la izquierda social y el movimiento sindical, se debe participar de la configuración del nuevo orden mundial que obligadamente se habrá de hacer más tarde o más temprano. Así, la forma de sustituir el trabajo como garantía de derecho de unas condiciones de vida digna y de elemento de cohesión social, sería establecer una renta universal que sustituyese la función que hoy debe garantizar el salario. Las diferentes ayudas sociales condicionadas existentes hoy en día, no están creadas para realmente realizar una función de sustitución del salario de forma macro.

Existen diferentes estudios realizados y experiencias aplicadas que demuestran la viabilidad de la aplicación de una renta universal.

El ejemplo más hablado es el de Finlandia. Pero hay muchos más casos como en Canadá, Holanda, Escocia, Namibia, Kenia….

El economista Daniel Raventós, junto a Jordi Arcarons y Lluis Torrens, han realizado estudios simulando la aplicación de una renta universal sobre un territorio concreto. Demostrando la total viabilidad de la misma.

La aplicación de dicha renta universal se realizaría a través de una reforma fiscal.

Es decir, poniendo un tipo único del 49%, el cual combinado con la renta básica sería complementada como forma de aplicar la progresividad fiscal.

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De esta forma se verían beneficiadas un 75% de las personas. Ante un 25% de las rentas más altas que se verían, o en la misma situación o perjudicadas.

Este método sería mucho más garantista en cuanto a la progresividad que recoge nuestra constitución con el sistema actual.

Al hablar de una renta no condicionada, supondría eliminar o simplificar toda la estructura burocrática-administrativa de control del cobro de las diferentes prestaciones actuales condicionadas.

Esta renta, al ser universal y no condicionada, sustituiría el resto de prestaciones y subsidios actuales (desempleo, becas, rentas de inserción, pago a los reclusos…).

Se eliminarían todas las bonificaciones y deducciones actuales.

Incluso se podrían buscar formas alternativas para financiar la renta básica y así, aun subiendo el tipo único, hacerlo en menor cuantía, con impuestos adicionales del tipo ambiental, a la riqueza, al patrimonio, armonizar el impuesto de sucesiones y donaciones en todos los territorios, mejora en la lucha contra el fraude fiscal, eliminar los topes en la cotización a la seguridad social….

Es decir, además de la subida a un tipo único, que aumentaría los ingresos, estaría el ahorro que supondría la eliminación de las actuales ayudas y controles administrativos y la creación de nuevos impuestos más justos socialmente y medioambientalmente hablando.

El logro de la renta básica universal no condicionada supondría el poder conseguir asegurar que, por el mero hecho de ser ciudadano, se tengan cubiertas las necesidades básicas para una vida digna. Erradicando así la pobreza. Y la mejor demostración sería que el resultado de ese estudio reduciría el índice de GINI a cotas similares a países como Dinamarca.

Como apunte, también en aras de conseguir una sociedad más libre y justa, contribuiría a una mejora en materia de igualdad de género, ya que habría una trasferencia de hombres a mujeres. Que, en el caso de este estudio de simulación, 431.000 mujeres recibirían una trasferencia de renta de hombres.

Algunos de los argumentos más simples utilizados contra la aplicación de una renta básica son, la fuga de capitales que provocaría, el fomento de la pereza y la vagancia, el efecto negativo sobre los precios, el salario, la economía, la productividad, la competitividad…Dichos argumentos se acaban desmontando rápidamente mediante los datos empíricos de las experiencias puestas en práctica.

Las experiencias han demostrado que en los lugares donde se ha probado no ha habido una fuga masiva de capitales. Lo que sí está demostrado, es que el modelo irreal actual de “pleno empleo” con desregulación y con menor intervención del estado, ha supuesto la deslocalización, el aumento del desempleo, la desigualdad etc. También estas experiencias pilotos han demostrado que la renta básica ha supuesto un elemento dinamizador de la economía. Ya que al tener la tranquilidad de tener el futuro asegurado se fomenta la iniciativa personal en proyectos empresariales. Más el aumento del consumo debido a la existencia de liquidez en las personas.

El estudio del que aquí hablamos se ha realizado tomando una muestra de casi 2 millones de IRPFS aportados al instituto de estudios fiscales.

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Se podría dar una prestación, al menos, a lo que está establecido, para evitar el umbral de la pobreza para el caso de las personas mayores de edad y algo inferior para los menores de edad.

La equivalencia establecida sería por miembros de la unidad del hogar:

Escala de equivalencia = 1 para el primer miembro mayor de 18 años + 0,5 para resto de personas mayores de 14 años + 0,3 para personas menores de 14 años

En el siguiente cuadro se detallan los tipos resultantes por tramo en el estudio de aplicación de renta básica en la ciudad de Barcelona. Habría supuestos en los que se requeriría financiación externa que se obtendría, como antes mencionamos, de un impuesto sobre la riqueza a un tipo del 1% que se aplicaría al 5% superior más rico del conjunto del estado.

Además de lo mencionado antes sobre la supresión de toda la estructura burocrática administrativa para controlar los requisitos de prestaciones condicionadas. De una forma

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teórica, se podría casi asegurar que esto conllevaría, por la erradicación de la pobreza, a la reducción de forma sustancial de la delincuencia y una parte de los problemas de salud mental, derivados de los problemas económicos. Haciendo innecesario el mismo volumen de policías, jueces, prisiones, atención a la salud mental….

Más cuestiones al margen de la renta universal.

Otro de los aspectos que se deberían tratar de forma paralela, tanto en la negociación colectiva bilateral entre empresarios y trabajadores, como en la concertación social, sería la obligación de que las empresas mantengan las cotizaciones en base al nivel de facturación y beneficios. Evitando que, aun teniendo mayores ganancias, se vean reducidas las cotizaciones a la seguridad social debido al menor número de trabajadores necesarios empleados por la automatización.

Llegados a este punto se puede correr el riesgo de que se dé la fragmentación de la sociedad entre aquellos que “sostienen” con su trabajo el sistema actual y los que sean vistos como subsidiarios que viven sin la necesidad de trabajar.

Por eso, todo este cambio de transformación social debe ir acompañado de un reparto equitativo del trabajo existente. Por ese motivo ni siquiera deberíamos hablar de legislar para establecer una reducción de jornada en 35 o 32 horas, o las que fueren, sino una continua adaptación de la jornada a la realidad de necesidad de trabajo humano en cada momento.

Esto implica la continua reconversión o adaptación de los trabajadores de un sector a otro. Para conseguir esa mayor polivalencia y facilidad de adaptación a nuevos puestos de trabajo, sería necesario establecer un modelo de formación continua que amplíe los conocimientos del conjunto de la población activa. Al disponer de mayor tiempo libre y con unos ingresos garantizados, la lógica actual de que la formación ha de ser fuera de la jornada laboral para no reducir la productividad y muy concretamente, desde la lógica empresarial, la especialización para el aprovechamiento al máximo del trabajador a la hora de desarrollar la tarea que le corresponderá en la división del trabajo, cambiaría. En un mundo con un trabajo humano a la mínima expresión, en donde la productividad y el beneficio lo genera principalmente la tecnología, liberaría al trabajador en el conflicto de todo tiempo de trabajo remunerado ha de ser estrictamente para producir. Actualmente lo más similar sería el modelo de formación dual.

Otra cuestión necesaria que va obligadamente vinculada a la nueva era tecnológica es el cambio de modelo energético a energías renovables y limpias.

La dependencia actual del petróleo y del carbón va en sentido contrario a la necesidad urgente de reducir las emisiones de CO2 y por lo tanto evitar el calentamiento global.

Esto puede ser aprovechado, más allá de la necesidad obligada por cuestiones de supervivencia del propio planeta, como sector generador de empleo ante la destrucción del empleo en prácticamente el resto de sectores. Por ejemplo, en el caso del reino de España, el consejo de ministros aprobó en el mes de febrero el “marco estratégico de energía y clima” con piezas claves como son, el anteproyecto de ley de cambio climático y transición energética, el plan nacional integrado de energía y clima (PNIEC) 2021-2030 y la estrategia de transición justa, que supondrá poner en marcha medidas generadoras de entre 250.000 y 364.000 nuevos empleos de calidad. Las inversiones en renovables generarán entre 102.000 y 182.000 empleos durante esta década. El PIB aumentará entre 19.300 y 25.100 millones entre 2021 y 2030. El marco permite ahorrar 75.379 millones de euros hasta 2030 por la caída de importaciones de combustibles fósiles. Habrá mayor recaudación fiscal y ahorro para financiar las políticas de

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protección social. Por no hablar de que con la mejora de la calidad del aire se evitaría la muerte prematura de más de 2.000 personas en 2030.

Por otro lado, la transición energética, el cambio a la electro movilidad y las construcciones eficientes y sostenibles, supondrán en un primer momento un factor generador de empleo. Ya que se deberá cambiar todo el parque de vehículos de combustión, rehabilitar los edificios antiguos y desmantelar las antiguas centrales nucleares.

La idea mencionada en diferentes ocasiones, fuerza que todas las medidas se deban aplicar desde una lógica global. Por ejemplo, tengamos en cuenta que el objetivo de reducir las emisiones de CO2 impulsado por la UE no puede hacerse efectivo sin el consenso de todos. China supone el 30% de emisiones, EEUU el 15% y EU el 9%.

Resumiendo, habría que abordar cuatro objetivos prioritarios:

• Aplicación renta universal no condicionada. • Reducir la jornada de trabajo por ley mediante una fórmula de reparto del mismo con un factor de revisión periódico en base a la evolución tecnológica. • Modelo de formación continua para toda la población activa. • Transición energética.

En al ámbito de la negociación colectiva

En ocasiones no sabemos si lo acertado es modificar la ley. Adaptándola a lo que es ya normalidad en la sociedad. Como podría ser el caso de aquello que se materializa en la negociación colectiva entre patronal y sindicatos, que precisamente tiene rango de ley. O primero legislar desde el poder político para acabar “imponiéndose por ley” al conjunto de la sociedad, entre ellos también las patronales.

En ese sentido, experiencias como las 35 horas en Francia, parecen demostrar que medidas de este tipo, si no se aplican de forma global, o por lo menos de forma homogénea a los países de tu entorno y no tienen un consenso social suficiente, acaban siendo boicoteadas por los que no les interesa por cuestiones ideológicas. Acabando siendo revertidas cuando hay un cambio de color político en los gobiernos.

A pesar de ello, la experiencia francesa demostró que el PIB creció en un 2,5% durante los años en los que se aplicó, no disminuyendo la competitividad. El empleo aumentó notablemente. Si bien es cierto que tan solo un 18% de las empresas acabaron reduciendo, en la práctica, a 35 horas.

Lo cual nos hace llegar a la conclusión de que los sindicatos han de mantener la independencia de los partidos políticos. Pero no han de ser indiferentes, sino al revés, influyentes en la vida política.

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Cualquier intento de legislar en favor de los intereses de los trabajadores o cualquier negociación en el ámbito de las empresas que mantenga el éxito continuo para los trabajadores, en términos de favorecer a estos en el conflicto de intereses, acaba tarde o temprano, sufriendo un retroceso o incluso la derrota total, que sería el cierre o la deslocalización, o la derogación de leyes en el caso de hacerlo a través del poder legislativo en cuanto se produce un cambio de gobierno progresista a conservador.

También hay que tener en cuenta que el hecho de que las empresas sean de capital extranjero, como en el caso del reino de España, en donde el 25% del valor añadido que se genera en el país procede de empresas multinacionales con capital externo en sectores estratégicos (industria manufacturera, automoción, biotecnología y agroalimentación, el sector de suministro de energía eléctrica, gas, a vapor y aire acondicionado), influye a la hora de desarrollar la acción sindical en beneficio de los trabajadores/as en contraposición del inversor extranjero.

Esto es debido al carácter global e internacional que ha adquirido el capital. El cual nos obliga, por el hecho de continuar desde el movimiento sindical con la lógica de los años 60,70 y80 en clave nacional, a afrontar el conflicto capital-trabajo en una situación de debilidad que acaba traduciéndose en una competencia entre trabajadores de diferente nacionalidad por rebajar las condiciones salariales y sociales. Involucionando en derechos conseguidos durante décadas de luchas.

Han conseguido aprovechar algo que era uno de los principios fundacionales del movimiento sindical, el internacionalismo, en beneficio del capital y del mercado.

Tenemos formas de organizar, en calve global, el conflicto capital -trabajo, realizando un reparto solidario del trabajo mediante la armonización de las condiciones de trabajo. Hoy en día los comités europeos y mundiales tienen poca relevancia en materia de negociación colectiva. Funcionan más con carácter informativo que funcional.

La OIT es un organismo el cual obliga a todos aquellos países que suscriben los tratados a cumplirlos; habiendo 187 países dentro de la organización. Precisamente la OIT fue creada por la necesidad de una paz duradera, la cual, como elemento principal para darse, era el trato decente a los trabajadores.

Debido a la transformación que está sufriendo el mundo del trabajo, la consideración de trato decente a los trabajadores debería ser ampliada a un colectivo más universal. El de los ciudadanos.

Volviendo al ámbito de la negociación colectiva, una de las fórmulas para ir amortizando la pérdida de puestos de trabajo en las empresas, es establecer como reivindicación principal en la negociación de los convenios la reducción de la jornada de trabajo. Al igual que se estableció en 1866 en el congreso de la asociación internacional de los trabajadores. La forma de materializar esa reivindicación debería ser con fórmulas que vayan reduciendo la jornada proporcionalmente a la aplicación de eficiencias que impliquen reducción de puestos de trabajo. De esta forma, el aumento de la productividad y el beneficio, es repartido en forma de mantenimiento de empleo y mayor tiempo libre, con sus plantillas.

Actualmente, la mayoría de empresas con representación sindical organizada dentro de la empresa tienen acuerdos en materia de eficiencias y optimización de recursos que recogen que la aplicación de los mismos no implicara el despido sino la recolocación del trabajador/a que

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vea afectado su puesto. Esto podía tener sentido en otro momento de la historia, pero no en el actual. Ese sobrante acaba produciendo un excedente que en el momento que tiene una dimensión considerable acaba en un proceso de expediente de extinción de contratos.

•••• Reflexión final

Los datos de evolución del desempleo y la necesidad de buscar formas alternativas al salario, como forma de mantener el sistema económico y productivo actual, demuestra la inviabilidad de mantenernos como hasta ahora, en donde nos dirigimos a una posible sociedad postindustrial. El nuevo modelo es irreversible. La clave es que en función de cómo lo afrontemos se traducirá en una cosa u otra.

Evitar que todas las eficiencias, tecnológicas o no, acaben traduciéndose única y exclusivamente en un aumento de los beneficios de los accionistas, es una labor que solo la va a poder realizar el movimiento obrero concienciado y organizado. Si lo dejamos en manos del propio capital y los gobiernos limitados ante la influencia del poder económico, lo que tendremos, será una nueva crisis cíclica, tanto económica como medioambiental, la cual puede tener efectos irreversibles para el planeta y la humanidad.

En el siglo XVIII pensarían que era una utopía trabajar 8 horas diarias. Pero la clase trabajadora tomó conciencia de su situación, se organizó, luchó y lo materializó. Hace poco hemos celebrado el centenario de la huelga de la canadiense que supuso la instauración en 1919 de la jornada de 8 horas por ley.

Es el momento de tomar las riendas, empoderar a la ciudadanía y dar un nuevo salto cualitativo en la evolución de la humanidad.

El mayor tiempo libre permitirá la autorrealización, el trabajo comunitario, de investigación, de conocimientos, mayor cohesión social, dedicación al trabajo de cuidados para nuestros hijos y mayores mejorando nuestro vínculos y relaciones familiares, la ampliación de conocimientos mediante el tiempo para el estudio…. Introducir este funcionamiento supondrá con el paso del tiempo cambiar los valores que actualmente prevalecen como hegemónicos en la sociedad. El trabajo para el enriquecimiento, la acumulación de capital para la explotación y la especulación, el racismo, la xenofobia, un sistema jerárquico vertical en el ámbito de la empresa, de las instituciones, se convertirá en un sin sentido.

Tenemos los mimbres para realizar una transformación de la sociedad a un estado superior de justicia social, de sostenibilidad medioambiental, de convivencia, de respeto. Cuando miremos atrás nos daremos cuenta de que primitivo era nuestro sistema.

LA LIBERTAD DE LA PERSONA NO SE TRATA DE PODER HACER LO QUE QUIERA, SINO QUE NO LE DEBAN OBLIGAR A HACER LO QUE DEBE.

SOMOS PROPENSOS A JUZGAR EL ÉXITO POR EL INDICE DE NUESTROS SALARIOS O EL TAMAÑO DE NUESTROS AUTOMOVILES, EN LUGAR DE POR LA CALIDAD DE

NUESTRO SERVICIO Y LA RELACIÓN CON LA HUMANIDAD. (M.Luther King)

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Referencias bibliográficas:

Jeremy Rifkin. El Fin del trabajo.

Daniel Raventos, Jordi Arcarons, Lluis Torrrents. Una propuesta de financiación racional y justa.

Informe perspectivas sociales y del empleo en el mundo, tendencias 2018. OIT

Proyecto ITEMS . CCOO Industria , fundación 1º de mayo.

Banco central de Bolivia.

The Global Footprint Network.

OIT.

Organización meteorológica mundial (OMM). Publicación del boletín anual del año 2018.

Banco mundial BIRF-AIF.

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- Hola, buenas tardes. ¿Pizzería Renato?

- No, señor. Esto es Pizzería Google. - Disculpe, me habré equivocado de número… - No, señor. Google la ha comprado y le ha puesto su nombre.

- Ah, perfecto. Pues me gustaría hacer un pedido. - Muy bien, señor López. ¿Desea su pedido habitual?

- ¿El habitual? ¿Sr. López? ¿Me conoce? - Según nuestro identificador de llamada, las últimas 12 veces, usted nos ha pedido la pizza 4

Quesos individual. - Exacto, esa es la que quiero. - ¿Puedo sugerirle esta vez que pruebe nuestra pizza Vegetal con ricotta, rúcula, berenjena,

calabacín y tomate seco? - No, gracias. Odio las verduras.

- Ya, pero le convendría más. Su nivel de colesterol no está muy bien. - ¿Perdone? ¿Cómo sabe usted eso?

- A través de nuestra suscripción profesional a la Guía Médica Online. Disponemos de los resultados de sus análisis de sangre de los últimos 5 años. - Pero no me gusta esa pizza, odio la verdura. Además, ya estoy en tratamiento y estoy

tomando la medicación adecuada.

- Sr. López, sabe que no toma la medicación con regularidad, hace ya 5 meses que compró una

caja de 30 pastillas en Farmacia Otero García. Y no ha vuelto a comprar más… - Eso no es cierto, he comprado más en otra farmacia.

- Pues no aparece en el extracto de su tarjeta de crédito… - Porque pagué en efectivo. - Pues según su saldo, no dispone de apenas efectivo en cuenta…

- Tengo efectivo en casa. - ¿En serio? Pues no lo ha declarado en su última Renta… ¿Está reconociendo que declara

menos de lo que gana? Eso es un delito, Sr. López. - Pero, *¡¿QUÉ COJONES…?!* ¡Basta ya! Estoy harto de Google, Facebook, Twitter, WhatsApp, Instagram y su puta madre… Voy a irme a una isla desierta sin Internet, donde no haya móviles, ni teléfonos… *¡Y nadie pueda espiarme! - Lo entiendo, caballero. Pero recuerde que debe renovar su pasaporte, lo tiene caducado

desde hace 3 meses...