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TERAPIA FOTODINÁMICA EN EL TRATAMIENTO DEL ACNÉ Dra. Caroline Macharete Correa Tesis para la obtención del título de: Máster en medicina estética, cosmética y del envejecimiento fisiológico

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TERAPIA FOTODINÁMICA EN EL TRATAMIENTO

DEL ACNÉ

Dra. Caroline Macharete Correa

Tesis para la obtención del título de:

Máster en medicina estética, cosmética y del

envejecimiento fisiológico

Universitat de Barcelona IL3 Instituto de Formación

Continua

Uso de la Toxina Botulínica en el tratamiento de la parálisis facial

Sustentado por:

Dra. Daniela Iliana Espinosa Tavera

Asesores: Dr. Jaume Alijotas I Reig

Dr. Víctor García Giménez

Tesis presentada para obtener el título de Máster en Medicina Estética, Cosmética y del Envejecimiento

Fisiológico

Barcelona, España. Julio 2019

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Índice

1. Resumen ………………………………..…………………………………………….. 4

2. Abstract ………………………………………………………………………….…….. 5

3. Introducción

3.1. Terapia fotodinámica ………………………….……………………….………… 6

3.1.1. Mecanismo de acción ………………………………………………….….. 7

3.1.2 Agentes fotosensibilizantes ….………………………………………… 8-10

3.1.3 Fuentes luminosas …………………………………………………….. 11-13

3.1.4 Indicaciones de la TFD ……………………………………………….. 14-16

3.2. Acné vulgar

3.2.1. Epidemiología ……………………………………………………………. 17

3.2.2. Fisiopatología del acné vulgar …………………………………..…… 18-22

3.2.3. Clínica del acné y tipos ……………………………………..………… 23-25

3.2.4. Tratamiento del acné vulgar ………………………………………….. 26-27

3.2.5. Terapias de luz y láser en el acné ……………………….………….. 28-29

3.3. Terapia fotodinámica en el acné …………………………………………… 30-35

4. Objetivos ……………………………………………………………………………..… 36

5. Materiales y métodos …………………………………………………………………. 37

6. Resultados …………………………………………………………………………. 38-59

7. Discusión …………………………………………………………………..………. 60-77

8. Conclusiones …………………………………………………….……………………. 78

9. Posibles futuras líneas de trabajo …………………………………………………… 79

10. Referencias bibliográficas ………………..………..…………………………… 80-88

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Glosario

-5-ALA: 5-aminolevulinato

-5-FU: 5-fluorouracilo

-ECA: ensayo clínico aleatorizado

-IGA: “investigator global assesment” —> evaluación global del investigador

-IPL: ”Intense pulsed light" —> luz pulsada intensa

-IR: infrarroja.

-LED: "Light emiting diodes" —> Diodos emisores de luz

-MAL: Metiloaminolevulinato

-PpIX: protoporfirina IX

-QA: queratosis actínicas

-ROS: especies reactivas de oxígeno

-RUV: radiación ultravioleta

-TFD: Terapia fotodinámica

-UVA - radiación ultravioleta A

-UVB - radiación ultravioleta B

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1. Resumen

Introducción: El acné es una enfermedad cutánea altamente prevalente en

adolescentes y que puede persistir o aparecer en la edad adulta. La terapia

fotodinámica (TFD) es una técnica terapéutica que combina un agente

fotosensibilizante y una fuente de luz para inducir daño tisular a través de la

generación de un singlete de Oxígeno.

Objetivo: Valorar la eficacia y seguridad de la terapia fotodinámica en el tratamiento

del acné. De forma secundaria, se revisaron los efectos secundarias de dicho

tratamiento.

Métodos: Se realizó una búsqueda sistemática en PUBMED que incluía todos los

ensayos clínicos aleatorizados publicados en los últimos 10 años y que tenían como

objetivo valorar la eficacia de la terapia fotodinámica en el tratamiento del acné.

Resultados: Se encontraron 190 artículos en la base de datos, de los cuales

finalmente 17 cumplían los criterios de inclusión.

Conclusiones: La TFD se ha mostrado como una terapia eficaz en el tratamiento

del acné, con efectos secundarios generalmente leves.

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2. Abstract

Introduction: Acne is a highly prevalent skin disease in adolescents that can persist

or appear in adulthood. Photodynamic therapy (PDT) is a therapeutic technique that

combines a photosensitizing agent and a light source to induce tissue damage

through the generation of an Oxygen single.

Aims: To assess the efficacy and safety of photodynamic therapy in the treatment of

acne. Secondarily, the side effects of said treatment were reviewed.

Methods: A systematic search was carried out in PUBMED and included all the

randomized clinical trials published in the last 10 years, which the aimed was to

assess the efficacy of photodynamic therapy in the treatment of acne.

Results: 190 articles were found in the database, and 17 finally met the inclusion

criteria.

Conclusions: PDT has been shown to be an effective therapy in the treatment of

acne, with generally mild side effects.

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3. Introducción

3.1. Terapia fotodinámica

La terapia fotodinámica (TFD) es una técnica no invasiva basada en la interacción

entre un agente fotosensibilizante y una fuente luminosa con una longitud de onda

adecuada, para generar una reacción fototóxica terapéutica.

La indicación fundamental de la TFD son las queratosis actínicas y el cáncer

cutáneo no melanoma, y han sido el objeto de estudio inicial y fundamental de los

ensayos clínicos y donde se han estudiado sus mecanismos de acción

fundamentales y efectos secundarios, pero posteriormente se han propuesto otras

patologías en la que la TFD puede aportar efectos beneficiosos, como el

fotoenvejecimiento, el acné, la rosácea, hiperplásia sebácea, verrugas, etc (1-3).

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3.3.1. Mecanismo de acción

El agente fotosensibilizante se acumula de forma selectiva en el tejido patológico

que queremos tratar, como consecuencia de alteraciones celulares y enzimáticas,

de un metabolismo acelerado, o un acúmulo de substancias precursoras, por

distintos mecanismos. Durante la iluminación se produce una reacción fotodinámica

en presencia de oxígeno y, como resultado, la génesis de radicales libres

responsables de alteraciones moleculares y tisulares que provocan la destrucción

de las lesiones. También se produce un efecto sobre los vasos sanguíneos y una

modulación del sistema inmunitario. Estos fenómenos en su conjunto conducen a la

destrucción de las células diana (4). Para su mecanismo de acción la TFD precisa de

una substancia fotosensibilizante, una luz que la active y una “célula o tejido diana"

con suficiente oxígeno. Se producen reacciones fotoquímicas entre estos tres

componentes que conducen a la producción de radicales libres y generación de

especies de oxígeno reactivo (ROS) citotóxico y, en consecuencia, a la destrucción

de células y tejidos. A nivel celular, la vía mitocondrial es el mecanismo más

probable por el cual la TFD induce daño oxidativo en las células diana, lo que lleva a

la inducción de apoptosis (5).

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3.1.2. Agentes fotosensibilizantes

El fotosensibilizador en que se basa el uso de la TFD en dermatología es la

protoporfirina IX (PpIX), una molécula endógena que constituye una etapa

intermedia del ciclo de síntesis del grupo hemo, y es un fotosensibilizador eficaz que

se acumula particularmente en la piel fotodañada. El espectro de absorción de la

PpIX (Fig.1) tiene varios picos en la luz visible. El pico de máxima amplitud se

registra a 410 nm (corresponde a la franja de luz azul), pero también se observan

picos de menor amplitud a 505 nm, 540 nm, 580 nm y 630 nm (luz roja) (6).

En dermatología, el fotosensibilizador se usa en forma de precursores tópicos, los

que, tras aplicarlos en la piel, se absorben dando lugar a una mayor formación de

PpIX, responsable de la posterior reacción fototóxica.

El precursor más usado a escala mundial es el ácido 5-aminolevulínico (5-ALA). En

Europa y Australia se utiliza ampliamente también el metilaminolevulinato (MAL)

debido a un carácter más estable y más selectivo (3, 7, 8). Estos son las substancias

mas usadas de forma generalizada, y se han usado a distintas concentraciones

según el objetivo terapéutico buscado.

Otras substancias fotosensibilizantes han sido estudiadas, pero con un uso mucho

más restringido y limitado, no estando comercializadas para su uso en la TFD de

queratosis actínicas, pero se han empleado en varios ensayos clínicos y también

para el tratamiento del acné, como la clorofila, el ácido indol-3-acético, verde de

indocianina, y el sílice cubierto de oro (9).

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Figura 1: Espectro de absorción de la PpIX: pico de máxima amplitud se registra a 410 nm (luz azul), pero también se observan picos de menor amplitud a 505 nm, 540 nm, 580 nm y 630 nm (luz roja). Imagen adaptada de Vicentini y col. Terapia fotdoinámica (6) .

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Todos estos precursores de la PpIX son sustancias lipofílicas que atraviesa la

barrera cutánea y penetran en las células diana, donde se metaboliza en PpIX a

través del ciclo de biosíntesis del grupo hemo (Fig.2). Desde el punto de vista

fisiológico, las células del organismo son capaces de condensar en las mitocondrias

una molécula de glicina y otra de ácido succínico, para obtener el ALA gracias a la

ALA sintetasa. En el citoplasma, las moléculas de ALA originan porfirinas

intermedias. El último intermediario de este ciclo es la PpIX, que incorpora un ion

ferroso para llegar a la síntesis del grupo hemo. Las células displásicas de las

queratosis actínicas tienen un déficit de ferroquelatasa que permite la incorporación

de metales, y por ello presentan una acumulación selectiva de PpIX fluorescente y

fotosensible, que las hace un objetivo terapéutico selectivo.

Cuando se aplican en la piel los fotosensibilizantes (ALA, MAL, etc) se absorben y

se convierten a través del ciclo hemo intracelular en PpIX . Como se ha comentado,

en la piel con daño actínico se absorbe más selectivamente por las células con

displasia celular. En el acné, estos fotosensibilizantes se acumulan más en los

folículos y glándulas sebáceas, y además la colonización por propionobacterium

Acnes favorece el aumento de PpIX en las glándulas sebáceas hiperfuncionantes.

En el fotoenvejecimiento la TFD incrementa el colágeno tipo I, disminuye los

infiltrados inflamatorios y la elastosis solar, así como los marcadores de daño

actínico, Ki 67 y p53 (10, 11).

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Figura 2. Esquema simplificado de la conversión de los precursores en protoporfirina IX (PpIX) en las células diana. ALA: ácido aminolevulínic; MAL: metilaminolevulinato. Imagen adaptada de Vicentini y col. Terapia fotodinámica (6).

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La fotoactivación por luz a una dosis y longitud de onda adecuadas para PpIX forma

oxígeno singlete citotóxico y radicales libres, lo que provoca la destrucción de los

núcleos y las membranas celulares (12, 13).

Los agentes fotosensibilizantes pueden localizarse en lisosomas, mitocondrias,

aparatos de Golgi, retículo endoplásmico y membranas plasmáticas, por lo que los

efectos de la TFD son una consecuencia de la interacción de éstos con las células

dentro de los tejidos o tumores diana. Además, parece que el daño celular directo al

ADN de la TFD puede ocurrir a través de modificaciones del resto de guanina y de

roturas de la hebra en los sitios de uracilo y timina, mientras que la ruptura indirecta

del ADN se explica por inhibición enzimática debido a la producción de radicales

libres de oxígeno (3).

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3.1.3. Fuentes luminosas

Se han utilizado varias fuentes de luz, incluida la luz coherente e incoherente. La

longitud de onda de la fuente luminosa debe, por un lado corresponder al espectro

de absorción del fotosensibilizador y por otro lado tener una buena penetración en el

tejido diana. La penetración de la luz en el tejido depende de su longitud de onda

(Fig.3).

Como se ha comentado, la PpIX, tiene pico la excitación en la parte de luz azul con

un máximo de 410 nm, pero estas longitudes de onda logran una penetración muy

pobre en el tejido, de hasta aproximadamente 1 mm. En vista de esto, generalmente

se usa luz roja (banda de onda máxima 630-635 nm), ya que aunque el pico de

absorción de la PpIX sea algo más pequeño, estas longitudes de onda logran una

penetración mucho mayor, de hasta 6 mm (3, 4, 6).

La luz azul, que incluye la longitud de onda de 405 nm, excita eficientemente a PpIX

y se ha usado para la TFD, utilizando lámparas fluorescentes azules o dispositivos

con matrices de LED que pueden emitir en varias bandas de luz. Pero para su uso

en TFD, la luz azul, al penetrar poco en la piel, por su longitud de onda corta, se han

visto desplazados los aparatos LED de luz roja. La luz roja de 630 nm, por su mayor

penetrancia, ofrece una activación de la PpIX a niveles mas profundos (2, 3). Los

aparatos LED de luz roja son sencillos y asequibles, y se ha convertido en la fuente

más empleada para la TFD clásica, sobre todo en su aplicación fundamental en el

tratamiento de las queratosis actínicas y para el campo de cancerización, porque

permite una penetración hasta la hipodermis, aunque su uso se ha extendido a sus

otras aplicaciones terapéuticas (1).

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Figura 3. Profundidad de penetración de la luz según la longitud de onda. Imagen adaptada de Vicentini y col. Terapia fotodinámica (6) .

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Además de los aparatos LED de luz azul y roja, se pueden emplear otras fuentes de

luz, para inducir la activación de la PpIX. Históricamente, se utilizaron fuentes de

xenón filtradas o proyectores de diapositivas, después una gama de fuentes

fluorescentes, de haluro metálico y de filamento de tungsteno antes del desarrollo

de más baratas. Los LED por su simplicidad y economía, son ahora las fuentes

principales utilizadas en la TFD tópica, y se están llevando a cabo interesantes

desarrollos en el uso de fuentes de LED ambulatorias portátiles.

La luz pulsada intensa (IPL) es una fuente le luz incoherente que emite un espectro

de radiación de aproximadamente 500 a 1,200 nm, y permite usar filtros de corte

que permiten la personalización de las longitudes de onda entregadas, que en el

caso de la TFD suele emplearse sobre los 585 nm (14, 15). La IPL se ha usado como

fuente alternativa de luz artificial en la TFD, con buenos resultados, aunque no

parece ofrecer mejores resultados que los ofrecidos por la luz roja generados por los

mas económicos aparatos LED (2, 3).

Los láseres proporcionan dosis precisas de radiación de luz. Al ser fuentes de luz

colimadas, los láseres emiten energía a los tejidos objetivo en longitudes de onda

específicas elegidas para imitar los picos de absorción a lo largo de la curva de

porfirina. Los láseres utilizados en la PDT incluyen el láser de colorante pulsado

(PDL) de pulso corto (510 nm) o largo (585-595 nm), láser de vapor de cobre (511

nm), láser KTP (532 nm), láser Nd-YAG de frecuencia doble (532 nm), etc. Estas

fuentes de luz pueden ser tan efectivas para la TFD como las fuentes no coherentes

de luz artificial como los LED, pero mucho mas caras, complejas de operar, y con

resultados menos estudiados en TFD (2, 3).

En los últimos años diversos estudios han evidenciado que incluso la luz natural se

puede utilizar con éxito para la TFD, denominándose TFD con luz de día (TFD-D) (1).

En esta modalidad, no se precisa incubación, dado que los pacientes se exponen

habitualmente a la luz exterior tras la aplicación de fármaco, no precisa de

aparataje, y el grado de dolor es mucho menor con la TFD convencional (3). Se ha

demostrado en distintos estudios la efectividad de la TFD-D, y se ha incorporado a

la práctica clínica habitual el uso de la como alternativa al uso de fuentes de luz

artificial en el tratamiento de las queratosis actínicas (16, 17).

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La dosis de energía para la TFD, dependerá de la irradiancia de cada aparato (W/

cm2), y depende de la propia fuente de luz, y puede variar en función de la edad de

la lámpara, las condiciones generales de operación y la distancia desde la lámpara

hasta la piel diana. La dosis absoluta de luz usada para activar al fotosensibilizador

se conoce también como fluencia y se mide en J/cm2. El tiempo de exposición en

segundos necesario para administrar la fluencia especificada puede determinarse

dividiendo la fluencia por la irradiancia (3).

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3.1.4. Indicaciones de la TFD

La TFD se emplea desde hace más de 10 años como uno de los tratamientos de

elección para las QA y campo de cancerización (tejido adyacente con daño actínico

y áreas multifocales de displasia subclínica a la QA con capacidad potencial de

desarrollar otras QA y carcinomas escamosos), con respuestas del 86% de las

lesiones a los 4 meses, recurrencias inferiores al 20%, con unos resultados

cosméticos muy buenos (18). A la TFD como tratamiento de las queratosis actínicas

se le reconoce una fuerza de recomendación 1A (5).

La incubación con fotosensibilizante incrementa la producción de protoporfirina IX

(PpIX) selectivamente por las células tumorales con displasia, y la posterior

iluminación con una luz de longitud de onda y dosis adecuada, en presencia de

oxígeno, induce la fotooxidación y muerte de estas células.

La TFD en las queratosis actínicas obtiene mejores resultados que la crioterapia, el

ácido tricloroacético al 50%, el diclofenaco y el láser de CO2, y es comparable al 5-

fluorouracilo (5-FU) y al imiquimod. El ALA y el MAL tienen cifras de eliminación de

las lesiones de QA similares. Los carcinomas basocelulares superficiales responden

bien al TFD, con curaciones del 92-97% a las 12 semanas y una cifra de recidivas

del 9% a los 12 meses. La TFD es muy útil en la enfermedad de Bowen porque

puede usarse para tratar múltiples lesiones o placas extensas, y se consiguen

curaciones del 86-93% al año y 68-71% a los 2 años (3). En la tabla 1 podemos ver

las indicaciones en ficha técnica de los fotosensibilizantes actualmente disponibles

en el mercado.

Tabla 1. Basada en la ficha técnica de los respectivos productos.

METVIX® - MAL - metiloaminolevulinato

Tratamiento de queratosis actínica fina o no hiperqueratósica y no pigmentada en la cara y en el cuero cabelludo cuando otros tratamientos se consideran menos apropiados.

Solo para el tratamiento del carcinoma basocelular superficial y/o nodular, cuando otros tratamientos disponibles sean inadecuados debido a la posible morbilidad relacionada con el tratamiento y al mal resultado estético; como puede ser en lesiones en la zona media de la cara o de las orejas, en lesiones en piel muy dañada por el sol, en lesiones extensas o en lesiones recurrentes.

Tratamiento del carcinoma de células escamosas in situ (enfermedad de Bowen) cuando la escisión quirúrgica se considera menos apropiada.

AMELUZ® - ALA - aminolevulinato

Tratamiento de la queratosis actínica de gravedad leve a moderada en la cara y en el cuero cabelludo (grados 1 y 2 de Olsen; ver sección 5.1) y del campo de cancerización en adultos. Tratamiento del carcinoma basocelular superficial y/o nodular no susceptible de tratamiento quirúrgico debido a una posible morbilidad relacionada con el tratamiento y/o a un resultado estético deficiente en adultos

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Las aplicaciones del TFD en dermatología se han ampliado más allá de su primer

uso en el tratamiento de las queratosis actínicas y cáncer de la piel no melanoma.

Su desarrollo fuera de estas indicaciones ha sido muy aleatoria y empírica, basada

en sus posibles efectos moleculares y celulares. Las sustancias usadas en el TFD

pueden fotosensibilizar tejidos neoplásicos, inflamados y vascularizados; modular

procesos inmunitarios; localizarse en la unidad pilosebácea o eliminar bacterias.

Hay menor evidencia de calidad del uso de la TFD fuera de las queratosis actínicas,

con numerosas y variadas comunicaciones y ensayos clínicos que ofrecen niveles

de evidencia variables, pero en la actualidad los fotosensibilizantes comercializados

todavía no los han incorporado como indicaciones en su ficha técnica para estas

indicaciones variadas. De esta forma se han descrito aplicaciones TFD fuera de

indicación, pero con estudios controlados que demuestran su eficacia en queratosis

actínicas de zonas diferentes a la cara y el cuero cabelludo, incluida la TFD con luz

de día. También en la prevención del carcinoma epidermoide, en el tratamiento del

acné y del fotoenvejecimiento, y en algunas infecciones como verrugas vulgares,

condilomas acuminados, leishmaniosis, o tiñas de las uñas (2, 3).

La TFD con MAP o ALA se ha usado fuera de ficha técnica para el tratamiento del

fotoenvejecimiento (2, 3). Los ensayos clínicos bien diseñados basados solo en la

TFD son escasos, y muchos la comparan con aplicación de solo luz roja, IPL o PDL (19 - 21), pero la mayoría de estudios muestra una mejoría del fotoenvejecimiento con

la TFD (22), y se le atribuye una fuerza de recomendación de nivel A, con calidad de

evidencia 1 (5). En un estudio aleatorizado a doble ciego con placebo, también se ha

objetivado una mejoría del fotoenvejecimiento facial con TFD-MAL y luz de día (23).

Se ha observado una mejora de las líneas finas, la aspereza de la piel y la

hiperpigmentación moteada, y parece aumentar el depósito de colágeno y reducir la

elastosis (24, 25).

La TFD se ha usado también en el tratamiento de infecciones cutáneas, por

mecanismos no muy claros, por destrucción directa por los ROS generados, o por

activación de reacciones inmunitarias del huésped contra los microorganismos (2) (3).

Además, el TFD puede inducir la necrosis del tejido infectado; por ejemplo, en el

tratamiento de las verrugas o los condilomas, en que se ha demostrado mejoría en

varios ensayos clínicos (3, 26) - y se le atribuye en estas infecciones víricas una

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fuerza de recomendación 2 y un nivel de evidencia 1 (5). También se ha utilizado con

éxito en la leishmaniosis cutánea y en las onicomicosis (3).

Otra nueva perspectiva terapéutica de la TFD es el tratamiento del acné. El acné es

un trastorno muy frecuente en común en adolescentes y adultos jóvenes, de

patogenia multifactorial que incluye inflamación, producción excesiva de sebo y

obstrucción de la unidad pilosebácea, y crecimiento excesivo de Propionibacterium

acnes, en el que en muchas ocasiones los tratamientos estándares (retinoides

tópicos y peróxido de benzoilo, antibacterianos tópicos y orales e isotretinoína) son

insuficientes o pueden causar irritación, resistencia a los antibióticos, o efectos

secundarios (27). La TFD se ha visto eficaz en el acné en un gran número de casos

descritos, series de pacientes, y ensayos clínicos, algunos de ellos aleatorizados y

controlados (3, 9, 28, 29). Los precursores de fotosensibilizadores utilizados (los más

frecuentes ALA y MAL) se acumulan selectivamente en las glándulas sebáceas de la

piel y luego se incorporan a la vía de síntesis de hemo para producir cantidades

elevadas de PpIX, que se activa con la exposición a la luz adecuada (habitualmente

en la longitud de onda en la franja roja que penetra profundamente hasta las

glándula sebáceas). Se han usado dispositivo de LED de luz roja, IPL, luz de día,

PDL, etc… que emiten la energía para que en presencia de oxígeno, el

fotosensibilizador se active, genere ROS, y se teoriza que esto puede producir una

fototoxicidad selectiva en la glándula sebácea con disminución de su tamaño y la

función, y también efectos antiinflamatorios y de regulación de la respuesta inmune.

El uso de TFD con ALA y MAL en el tratamiento del acné, está todavía fuera de ficha

técnica pero los estudios indican una fuerza de recomendación B, con un nivel de

evidencia 1 (3).

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3.2. Acné vulgar

3.2.1. Epidemiología

El acné vulgar es un trastorno multifactorial originado en la unidad pilosebácea. El

cuadro clínico puede variar mucho, desde cuadros leves de acné comedoniano o

papuloso, cuadros moderados o inflamatorios graves. Es un proceso con una alta

incidencia, y solo en Estados Unidos calculan que cada año pueden afectarse 40–

50 millones de personas. Afecta más durante la época de la adolescencia, con una

incidencia de aproximadamente el 85% de los jóvenes entre 12 y 24 años de edad,

pero el acné puede persistir hasta la edad adulta, exacerbándose en ocasiones en

la tercera y cuarta década, especialmente en mujeres (30, 31).

Estudios muestran que el 35% de las mujeres y el 20% de los hombres informaron

tener acné en sus 30 años, y a los 40 años seguían afectados un 26% y 12%

respectivamente (32, 33). Algunos grupos de pacientes, mas frecuentemente varones

caucásicos que tienden a tener una enfermedad noduloquística más grave que otros

grupos. Pacientes con trastornos endocrinos como el síndrome de ovario

poliquístico, hiperandrogenismo, hipercortisolismo y pubertad precoz, tienden a

tener un acné más severo que responde menos a la terapia estándar (31).

El papel preciso de la predisposición genética no es del todo conocido, pero se sabe

que el número, el tamaño y la actividad de las glándulas sebáceas se heredan, y la

prevalencia y gravedad del acné entre gemelos idénticos es muy alta. Hay una

incidencia familiar en el acné, especialmente en el noduloquístico, pero debido a la

prevalencia extremadamente alta del acné, es difícil atribuir su presencia

exclusivamente a factores genéticos (31, 34). El papel de la dieta es controvertido,

pero se ha relacionado más riesgo de acné con dietas hiperglicémicas (31).

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3.2.2. Fisiopatología del acné vulgar

La etiología del acné vulgar es compleja. La fisiopatología depende en cierta medida

de las manifestaciones clínicas, pero en general se asocia con cuatro factores:

1. Hiperplasia de la glándula sebácea con aumento de la producción de sebo,

influenciada por factores hormonales

2. Alteración del crecimiento y diferenciación de los folículos sebáceos e

hiperqueratinización folicular

3. Colonización del folículo por propionibacterium acnés.

4. Inflamación y respuesta inmune (Fig. 5) (35, 36). Además se ve influenciada por una

serie de factores (genéticos, hormonales, y de suseptibilidad individual)

Producción de sebo

La glándula sebácea se controla principalmente mediante estimulación hormonal.

Después de los 6 primeros meses de vida (cuando la producción de sebo es

relativamente alta), la tasa disminuye durante la infancia, y aumenta de nuevo en la

adrenarquia considerablemente. Aunque la composición general del sebo es la

misma en personas con o sin acné, las personas con acné tienen seborrea variable.

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Figura 4. Fases de la formación de las lesiones del acné. a. Comedón inicial: Hiperqueratosis y aumento de cohesividad de los comedocitos en la parte superior de la glándula sebácea. Estimulación de la producción de sebo mediada por andrógenos. b. Comedón tardío: Acumulación de queratina y sebo, pudiendo quedarse cerrado o abierto. c. Pápulo-pústulas inflamatorias: proliferación de P. Acnes desencadenando una respuesta inmune innata vía TLRs, provocando una inflamación moderada. d. Nódulo-quistes: marcada inflamación mediada por células T, puede conducir a lesiones por rascado. Imagen adaptada de Zaenglein y Thiboutot, Acné (cap 36) En: Dermatology. Bologna 2018. (31)

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Formación de comedones

Se cree que el microcomedon es el precursor de todas las lesiones de acné

clínicamente aparentes. Se forma en la porción superior del folículo dentro de la

porción inferior del infundíbulo, el infrainfundículo. Los corneocitos, que

normalmente se vierten en la luz del folículo y se extruyen, se acumulan debido al

aumento de la proliferación de queratinocitos foliculares y a un aumento en la

cohesión de los corneocitos, lo que lleva al desarrollo de un tapón hiperqueratótico y

un fenómeno de cuello de botella, con formación del microcomedón. El evento

incitante para la formación del microcomedon es desconocido, pero los datos

apoyan un papel supuesto para la interleucina-1α (IL-1α) (31, 37).

A medida que el comedón se expande, el lóbulo sebáceo sufre una regresión.

Debido a la apertura muy estrecha a la superficie de la piel, inicialmente hay una

acumulación de queratinocitos y sebo desprendidos sueltos. Con la expansión del

comedón, el contenido se empaqueta, creando concreciones laminares en espiral. A

medida que aumentan las fuerzas, se produce la ruptura de la pared del comedón

con la extrusión de la queratina inmunogénica y el sebo, y ello conlleva una

inflamación resultante (31).

Respuesta inflamatoria

Cuando un folículo involucrado con el acné se rompe, exuda queratina, sebo, P.

acnes y restos celulares a la dermis circundante, lo que provoca más inflamación.

Pero la inflamación no solo la provoca la ruptura del comedón, ya que también se ve

en fases más iniciales. En zonas propensas al acné, se ha demostrado que el

número de células T CD4 + y los niveles de interleucina-1 (IL-1) aumentan

perifolicularmente antes de la hiperqueratinización (37). El tipo de respuesta

inflamatoria determina la lesión clínica observada. Si predominan los neutrófilos

(típico de las lesiones tempranas), se forma una pústula supurativa. Los neutrófilos

también promueven la respuesta inflamatoria al liberar enzimas lisosomales y

generar ROS, y sus niveles en piel y plasma, pueden influir en la severidad del acné (38). La afluencia de linfocitos (predominantemente células T-helper [Th]) y células

gigantes de tipo cuerpo extraño, además de neutrófilos, produce pápulas, nódulos y

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Page 20: trabajo fin de master FINAL

quistes inflamados. El tipo de respuesta inflamatoria interviene en el desarrollo de

cicatrices, de forma que una respuesta inflamatoria específica tardía produce más

cicatrices (31).

Propionibacterium acnes y el sistema inmune innato

Propionibacterium acnes es un bacilo gram-positivo que se encuentra dentro del

folículo sebáceo (a veces junto P. granulosum). En adultos, P. acnes es el

organismo predominante en el microbioma de la cara y otras pieles sebáceas. Son

bacilos anaeróbicos y microaerófilos y producen naturalmente porfirinas

(principalmente coproporfirina III) que se observa fluorescente si iluminamos con

una lámpara de Wood. En su mayor parte, se considera que P. acnes es un

organismo comensal de la piel y no siempre un patógeno per se (39). Aunque los

estudios han documentado un aumento en los niveles de P. acnes en la piel facial

de pacientes con acné, la densidad de P. acnes no se correlaciona con la gravedad

clínica, y se ha atribuido a diferencias en la patogenicidad de cepas particulares de

P. acnes y respuestas variables del huésped a P. acnés (31).

La patogenicidad de P. acnes proviene de la liberación directa de lipasas, factores

quimiotácticos y enzimas que contribuyen a la ruptura del comedón, así como la

estimulación de células inflamatorias y queratinocitos para producir mediadores

proinflamatorios y especies reactivas de oxígeno (37). Las interacciones entre el

sistema inmune innato de la piel y P. acnes juegan un papel importante en la

patogénesis del acné. Un mecanismo es a través de los receptores Toll-like (TLR),

una clase de receptores transmembrana que media el reconocimiento de los

patógenos microbianos por las células inmunes (monocitos, macrófagos y

neutrófilos), así como por los queratinocitos (40, 41).

P. acnes produce porfirinas (principalmente coproporfirina III) que fluorescen con la

iluminación de la lámpara de Wood. En su mayor parte, se considera que P. acnes

es un organismo comensal de la piel en lugar de un patógeno per se. Aunque los

estudios han documentado un aumento en los niveles de P. acnes en la piel facial

de pacientes con acné, la densidad de P. acnes no se correlaciona con la gravedad

clínica. Debido a que P. acnes es casi omnipresente, pero no todos tienen acné, se

!20

Page 21: trabajo fin de master FINAL

han postulado diferencias en la patogenicidad de cepas particulares de P. acnes y

respuestas variables del huésped a P. acnes (39). La patogenicidad de P. acnes

incluye la liberación directa de lipasas, factores quimiotácticos y enzimas que

contribuyen a la ruptura del comedón, así como la estimulación de células

inflamatorias y queratinocitos para producir mediadores proinflamatorios y especies

reactivas de oxígeno. Las interacciones entre el sistema inmune innato de la piel y

P. acnes juegan un papel importante en la patogénesis del acné. Un mecanismo es

a través de los receptores Toll-like (TLR), una clase de receptores transmembrana

que media el reconocimiento de los patógenos microbianos por las células inmunes

(monocitos, macrófagos y neutrófilos), así como por los queratinocitos (41). TLR2

(que reconoce lipoproteínas y peptidoglucanos) se encuentra en la superficie de los

macrófagos que rodean los folículos del acné, y se ha descubierto que P. acnes

aumenta la expresión de TLR2 y TLR4 en los queratinocitos (40). Se ha demostrado

que P. acnes estimula la liberación de mediadores proinflamatorios (IL-1α, IL-8,

IL-12, factor de necrosis tumoral α [TNF-α] y metaloproteinasas de la matriz) a

través de la vía TLR2 (42, 43). La IL-8 induce reclutamiento de neutrófilos, la liberación

de enzimas lisosomales y la ruptura del epitelio folicular, mientras que la IL-12

promueve las respuestas Th1. También se ha demostrado que P. acnes activa la

proteína 3 receptora de tipo NOD de inflamasomas en el citoplasma de neutrófilos y

monocitos, lo que resulta en la liberación de IL-1β29 proinflamatorio. Además,

estudios recientes han demostrado que P. acnes estimula las respuestas Th17 en

las lesiones de acné (44). Por último, P. acnes puede inducir a los monocitos a

diferenciarse en dos subconjuntos distintos de células inmunes innatas: (1)

macrófagos CD209 +, que fagocitan y matan más eficazmente a P. acnes y cuyo

desarrollo es promovido por la tretinoína; y (2) células dendríticas CD1b + que

activan las células T y liberan citocinas proinflamatorias (45).

Influencias hormonales

Los efectos hormonales sobre la secreción de sebo son clave para la patogénesis

del acné. Los andrógenos se producen tanto fuera de la unidad sebácea,

principalmente de las gónadas y las glándulas suprarrenales, como localmente

dentro de la glándula a través de la acción de enzimas metabolizadoras de

!21

Page 22: trabajo fin de master FINAL

andrógenos como la 3β-hidroxiesteroide deshidrogenasa (17β-HSD) y 5α-reductasa.

Las células de la capa basal de la glándula sebácea y raíz del folículo piloso, tienen

receptores de andrógenosresponden a la testosterona y la 5α-dihidrotestosterona

(DHT), los andrógenos más potentes. La DHT tiene una afinidad de 5 a 10 veces

mayor que la testosterona por el receptor de andrógenos y se cree que es la

principal producción de sebo mediadora de andrógenos. Con el inicio de la

adrenarquia los niveles circulantes de DHEAS comienzan a aumentar debido a la

producción suprarrenal. Esta hormona puede servir como precursor para la síntesis

de andrógenos más potentes dentro de la glándula sebácea, induciendo un

aumento en la producción de sebo y el desarrollo inicial del acné comedonal (31).

!22

Page 23: trabajo fin de master FINAL

3.2.3. Clínica del acné y tipos

El acné aparece en las zonas con glándulas sebáceas bien desarrolladas, sobre

todo cara y tronco superior. Las lesiones de acné se dividen clásicamente en no

inflamatorias e inflamatorias según su apariencia clínica (31).

El acné no inflamatorio se caracteriza por comedones abiertos y cerrados. Los

comedones cerrados (puntos blancos) generalmente son pápulas pequeñas (~ 1

mm), del color de la piel, sin apertura folicular aparente o eritema asociado. Estas

lesiones pueden ser sutiles y apreciarse mejor con la palpación, estiramiento o

iluminación lateral de la piel. En contraste, los comedones abiertos (puntos negros)

tienen una abertura folicular dilatada conspicua que se llena con un núcleo de

queratina desprendida. La deposición de melanina y la oxidación de lípidos dentro

de los desechos pueden ser responsables del color negro. El acné inflamatorio se

caracteriza por pápulas, pústulas y nódulos de intensidad variable. Las pápulas

eritematosas suelen medir entre 1 a 5 mm. Las pústulas suelen ser del mismo

tamaño, y están llenas de material purulento blanco y flora normal, incluido P. acnes.

A medida que progresa la gravedad de las lesiones, se forman nódulos que se

inflaman, se endurecen y se vuelven sensibles. Los pseudoquistes del acné son

más profundos y están llenos de una combinación de pus y fluido

serosanguinolento. En pacientes con acné noduloquístico severo, estas lesiones

con frecuencia confluyen dando lugar a placas inflamadas que pueden incluir tractos

fistulosos.

Hay distintas clasificaciones del acné, pero habitualmente para ver los resultados

clínicos tiende a clasificarse como: 1) Acné leve: predominan comedones abiertos

y/o cerrados dispersos, con pocas lesiones inflamatorias; 2) Acné moderado:

predomminan las lesiones inflamatorias superficiales (pápulo-pústulas o

polimórficas) con algunos comedones; 3) Acné severo: numerosas pápulas y / o

pústulas grandes y / o nódulos múltiples (noduloquísticos) y lesiones profundas

(quistes), evidencia de cicatrización y / o afectación de áreas extensas (31).

Para evaluar la eficacia de los tratamientos en el acné, se han descrito más de 25

métodos diferentes, pero no hay consenso en cuanto a cuál debe usarse, y por tanto

a veces los ensayos clínicos son difíciles de comparar entre ellos (46 - 48). Durante

muchos años la escala más usada ha sido la de Leeds, que incluía una técnica de

!23

Page 24: trabajo fin de master FINAL

calificación que asignaba a los pacientes un grado de 0 a 10, y una técnica de

contaje de lesiones no inflamatorias e inflamatorias (49) y que después fue

modificada por O’brien en 1998 (50). La escala de cotización de las lesiones de acné

(ECLA) o 'Escala de puntuación de lesiones de acné' propuesta por Dreno y col. ha

demostrado una buena fiabilidad, pero no se correlacionan con las puntuaciones de

calidad de vida (51). Las escalas de evaluación global se basan en una escala

numérica para valorar la totalidad de la presentación clínica en una sola categoría y

son muy útiles para la práctica clínica, pero en los ensayos clínicos deben

combinarse con recuentos de lesiones como criterio más objetivo, contabilizando

lesiones inflamatorias y no inflamatorias (27). La FDA de EE. UU. propuso una IGA

(evaluación global del investigador) que representaba una evaluación cuantitativa

estática de la gravedad general del acné (52). Las guías europeas proponen una

clasificación clínica sencilla y útil en 4 grupos:

- Acné comedoniano

- Acné papulopustuloso leve – moderado

- Acné papulopustuloso severo / acné nodular moderado

- Acné nodular severo / acné conglobata

Otras medidas de la gravedad de acné se han basado en su impacto en el paciente (27). El acné tiene un impacto psicosocial innegable, y las personas afectadas tienen

una mayor probabilidad de autoconciencia, aislamiento social, depresión e incluso

ideación suicida. El impacto del acné en la calidad de vida puede medirse utilizando

índices de calidad de vida generales, específicos de dermatología o específicos de

acné, y hay grupos que desarrollan escalas específicas (53).

En la tabla 2 vemos varias de las distintas clasificaciones de acné que se han

empleado, lo que nos muestra la dificultad en la interpretación de resultados y

comparación entre los distintos ensayos clínicos.

!24

Page 25: trabajo fin de master FINAL

Tabla 2. Clasificaciones del acné (Tabla adaptada de Nast y col, 2012 (27)).

PUBLICACIÓN Acné ComedonianoAcné leve–moderado

papulopustuloso

Acné severo papulopustular , acné moderado

nodular

Acné severo nodular, acné conglobata

Pillsbury 1956 (54) – 1–4 2–4 2–4

Michaelsson 1977 (55) – 0–30 20–30 20 to >30

Cook 1979 (56) 0–1 2–4 6 8

Wilson 1980 (57) 0 2–4 6–8 8

Allen 1982 (58) 0–2 2–6 6 8

Burke (Leeds) 1984 (49) 0.5 0.75–2 2–3 3–8

Pochi 1991 (59) Leve Leve / moderado Moderado Severo

O’Brien (Leeds) 1988 (cara) (50) 1–3 4–7 8–10 11–12, nódulo-

quístico

Dreno 1999 (51) F1R1–5 F1Is1–4 F1Is4–5, F1Ip 1–4 F1Ip 4–5

Lehmann 2002 (46) Leve Leve / moderado Severo Severo

Gollnick 2003 (60) Leve comedonianoLeve papular–

pustular, moderado papular–pustular

Moderado nodular Severo nodular/ conglobata

Layton 2010 (53) – Leve Moderado Severo

Tan 2007 (61) – Leve: 0–5 pápulas–pústulas

Moderado: 6–20 pápulas–pústulas

Severo: 21–50 pápulas–pústulas, muy severo: >50

FDA’s IGA for acne vulgaris (52)

1- Casi blanqueado, eacasas NIL, no más

de 1 pápula

2- Leve: algunas NIL, pero no mas que algunas papulas o

pústulas.

3- Moderado: muchas NIL, algunas IL , no

mas de 1 nódulo

–4- Severe: up to many

noninflammatory and inflammatory lesions, but no more than a few nodular lesions

Nast (2012) Guías Europeas (27) Acné Comedoniano Acné leve–moderado

papulopustuloso

Acné severo papulopustular , acné

moderado nodular

Acné severo nodular, acné

conglobata

IL = Lesiones inflamatorias; NIL = lesiones no inflamatorias.

!25

Page 26: trabajo fin de master FINAL

3.2.4. Tratamiento del acné vulgar

El tratamiento temprano del acné es esencial para la prevención eritema y la

hiperpigmentación postinflamatoria, y de cicatrices. El tratamiento específico del

acné dependerá del grado de severidad del mismo y el grado de afectación que la

enfermedad produzca en la vida del paciente, y deberá ser individualizado. Como

norma general, en los acnés comedonianos y papulopustulosos será suficiente con

el tratamiento tópico, mientras que en el acné pustulonodular y noduloquístico se

suelen emplear también tratamientos sistémicos (27, 31).

Los tratamientos tópicos más frecuentemente utilizados en el acné son el peróxido

de benzoilo, los retinoides tópicos, antibióticos tópicos, combinaciones variadas, y

una miscelánea larga de productos como el ácido azelaico, la nicotinamida, el ácido

salicílico, alfahidroxiácidos, etc (31). El peróxido de benzoilo tiene actividad

queratolítica y antibacteriana, se encuentra en forma de limpiadores, geles y

lociones a varia concentraciones y su principal inconveniente es que puede provocar

irritación. Los retinoides son derivados de la vitamina A y su principal mecanismo de

acción es la normalización de la queratinización folicular, si bien también poseen

capacidad antiinflamatoria, siendo su principal efecto secundario la irritación y

descamación, especialmente al inicio del tratamiento. Los antibióticos tópicos

pretenden destruir al P. acnés, y los más usados son la clindamicina al 1-2% y la

eritromicina al 2-4% en diversos vehículos, siendo su principal inconveniente la

aparición de resistencias bacterianas en su utilización en monoterapia (62). Suelen

usarse también combinaciones de antibiótico tópico con retinoide tópico o con

peróxido de benzoilo, lo que reduce el riesgo de desarrollar cepas resistentes de P

acnes (63). Los tratamientos tópicos con retinoides sobre todo en el acné leve y

comedoniano se asocian con una reducción del 38% al 71% en los recuentos de

lesiones inflamatorias y no inflamatorias, y una reducción del 50% al 70% en el

recuento total de lesiones cuando se combinan de retinoides tópicos, antibióticos y

peróxido de benzoilo (35). Solo o en combinación, los retinoides tópicos se

consideran una terapia de primera línea para el acné vulgar inflamatorio comedonal

y leve a moderado, minimizando el uso de antibióticos para el acné vulgar (36). El

uso de agentes tópicos está limitado principalmente por irritación de la piel,

particularmente en pacientes que requieren múltiples agentes tópicos.

!26

Page 27: trabajo fin de master FINAL

Los tratamientos sistémicos empleados en el acné incluyen antibióticos, terapia

hormonal, y la isotretinoína. Los antibióticos más empleados en el acné son las

tetraciclinas (tetraciclina, doxiciclina y minociclina) y los macrólidos (eritromicina,

josamicina y azitromicina) (64). Están indicados para el acné inflamatorio moderado a

severo y para pacientes con acné vulgar inflamatorio que no han respondido o no

pueden tolerar combinaciones tópicas (35, 36). Los efectos secundarios de los

antibióticos orales incluyen malestar gastrointestinal (tetraciclinas, eritromicina);

fototoxicidad (doxiciclina); hiperpigmentación (minociclina); y erupciones alérgicas.

Otro problema importante que presentan los antibióticos, es el desarrollo de

resistencias bacterianas, por lo que se recomienda evitar tratamientos prolongados.

En mujeres con acné, especialmente afectas de ovario poliquístico, o que necesita

anticoncepción oral, puede ser útil la terapia hormonal, fundamentada en los

antiandrógenos (como el acetato de ciproterona en combinación con etinilestradiol y

la espironolactona). Actúan inhibiendo competitivamente la unión de los andrógenos

a los receptores para estos en la glándula sebácea, y son útiles en mujeres con

seborrea severa, alopecia androgénica, acné tardío, hipergonadismo o síndrome de

seborrea-acné vulgar-hirsutismo-alopecia (36). Entre los efectos secundarios incluyen

tromboembolismo (anticonceptivos orales con estrógenos) e irregularidades

menstruales o sensibilidad en los senos (espironolactona) (35).

La isotretinoína (ácido 13-cis-retinoico) es un derivado de la vitamina A con potente

acción antiacneica gracias a diversidad de efectos. Normaliza la diferenciación

epidérmica, inhibe la secreción sebácea en un 70%, es antiinflamatoria, e incluso

reduce el número de P. acnes. La isotretinoína está indicada en el acné inflamatorio

moderado a severo y el acné noduloquístico. Un curso de isotretinoína parece estar

asociado con aproximadamente un 40% de aclaramiento a largo plazo (32). Entre sus

efectos secundarios, están la xerosis generalizada de piel y mucosas,

fotosensibilidad, alteración de la función hepática e hipertrigliceridemia, y el factor

limitante en mujeres de su teratogenicidad (35).

!27

Page 28: trabajo fin de master FINAL

3.2.5. Terapias de luz y láser en el acné

Dado que muchos pacientes no responden a las terapias clásicas de acné, o

presentan efectos secundarios de los medicamentos tópicos y orales, o para

minimizar la resistencia bacteriana a los antibióticos, se han desarrollado múltiples

investigaciones para valorar los conocidos beneficios de la luz sobre las lesiones del

acné vulgar.

En uno de los primeros estudios (65) se evaluaron número de comedones, pápulas,

pústulas e infiltrados por índices de gravedad antes y después de la serie de

tratamientos con luz visible de "espectro completo", luz verde y luz violeta tres veces

por semana durante 7 semanas, en 30 pacientes con acné vulgar leve a moderado.

Las mejoras fueron del 14%, 22% y 30% para las fuentes de luz de espectro

completo, verde y violeta, respectivamente, y no se informaron efectos secundarios,

siendo mayor la mejoría en pústulas inflamatorias e infiltrados que en comedones no

inflamatorios. Estas observaciones llevaron a los autores a sospechar que el efecto

terapéutico de la luz fue causado por la erradicación de P. acnes por la destrucción

fotodinámica de las porfirinas en las células bacterianas. Mas tarde, Papageorgiou

y col. (66) compararon, en 107 pacientes, el uso en 4 grupos de a) luz azul de 415

nm; b) luz azul y roja mixta; c) luz blanca fría, y d) crema de peróxido de benzoilo al

5%, diariamente durante 4 semanas, y observaron que a las 12 semanas, las

lesiones inflamatorias de los pacientes tratados con luz azul y roja mixta mejoraron

un 76%, y las comedonianas en un 58%, con diferencias significativas con tratados

con luz azul, luz blanca o peróxido de benzoilo solo, lo que atribuyeron a los efectos

antibacterianos de la luz azul y los efectos antiinflamatorios de la luz roja. A partir de

aquí surgieron muchos estudios para valorar las fuentes de luz en el tratamiento del

acné (67), con ensayos clínicos con luz roja, azul, dispositivos láser, e IPL. Distintos

trabajos mostraron mejorías del acné inflamatorio con luz azul de 420. El

mecanismo de acción de la luz de banda estrecha de 420 nm pudiera ser la

destrucción eficaz de las células P. acnés (68 - 70). Algunos estudios han mostrado

que la fototerapia con luz roja mejora las lesiones del acné vulgar, disminuye la

producción de sebo (71) ,y demuestra mayores propiedades antiinflamatorias al

afectar la secreción de citocinas de los macrófagos, como el factor de crecimiento

de fibroblastos (72).

!28

Page 29: trabajo fin de master FINAL

Algunos estudios han mostrado que una combinación de fototerapia con luz azul y

roja es efectiva en el tratamiento del acné vulgar, mostrando una reducción en el

recuento de lesiones en alrededor del 80% a las 8 semanas después de 8 sesiones (73, 74). Sin embargo estos trabajos no han podido ser validados en revisiones

sistemáticas Cochrane posteriores (75).

Los láseres de 1320 y 1450 nm han demostrado eficacia para el tratamiento del

acné inflamatorio y disminución de las secuelas cicatriciales del acné al reducir o

destruir las glándulas sebáceas, que son uno de los factores patogénicos del acné. (76, 77). La eficacia del PDL de 585 nm utilizada sola es controvertida, con resultados

favorables variables (78, 79), y se ha descrito que la combinación de PDL con calor

podría reducir tanto las lesiones inflamatorias como las no inflamatorias (12).

También ha descrito la eficacia del láser KTP en el tratamiento del acné vulgar (80).

Vemos que se han probado muchas terapias basadas en la luz para el acné vulgar,

pero su efectividad y seguridad no están claras, ya que las revisiones con

metodología Cochrane realizadas, no se encuentran evidencias de calidad sobre el

uso de terapias de luz para el acné (75, 81), excepto en el caso de su uso combinado

con fotosensibilizadores para TFD, que pasaremos a revisar.

!29

Page 30: trabajo fin de master FINAL

3.3 TERAPIA FOTODINÁMICA EN EL ACNÉ

La TFD implica la combinación de un agente fotosensibilizante y una fuente de luz

activa en presencia de oxígeno, para iniciar reacciones químicas que ocasionan

daño celular o tisular. Los fotosensibilizadores más usados en dermatología como

ya se ha comentado son el ALA y el MAL, que se absorben preferentemente por las

células en proliferación o en zonas de inflamación, y son metabolizadas en porfirinas

endógenas fotoactivas incluida la PpIX, que en presencia de la fuente de luz

adecuada, se fotoactivan a un estado energético mayor produciendo ROS en forma

de singletes de oxígeno o radicales libres, provocando daño tisular y celular

induciendo necrosis o apoptosis, e indirectamente estimulando mediadores

celulares inflamatorios (67, 82).

La base teórica para el uso de ALA-PDT en el tratamiento del acné vulgar la

investigaron, entre otros, Divaris y col. (83) que, tras inyectar ALA por vía

intraperitoneal en ratones albinos, demostraron la fluorescencia roja característica

de PpIX presente en las glándulas sebáceas, y tras exponerlos a la activación de la

luz, comprobaron histológicamente una destrucción de las glándulas sebáceas.

El mecanismo de acción de la TFD en el acné no es del todo conocido, ya que no se

ha identificado un único cromóforo, pero el aumento de sebo, la proliferación de

bacterias, y la hipervascularización de la zona inflamada, se postulan que conllevan

una acción específica sobre las lesiones de acné y/o destrucción del folículo

pilosebáceo. Destacan dos mecanismos que soportan el uso de la TFD en el acné.

P. acnés como parte de su metabolismo genera protoporfirinas endógenas,

fundamentalmente protoporfirina III. Se sabe que la luz visible puede, incluso en

ausencia de un fotosensibilizador añadido, activar la porfirina natural producida por

el P. acnés, generando ROS y destruyendo las bacterias (84). Además el P. acnés, en

presencia de un agente fotosensibilizante usado para TFD, produce protoporfirinas

adicionales, especialmente pPIX, haciendo que la combinación más efectiva que la

luz sola (84). Otro mecanismo se daría por el acúmulo selectivo de los

fotosensibilizantes dentro de la glándula sebácea, que se incorporarían a la síntesis

de hemo para producir pPIX en cantidades elevadas dentro de dichas glándulas, y

que por la activación de la luz adecuada, iniciarían las reacciones ROS que

conllevarían su atrofia, disminución o destrucción (85). Además la TFD parece

!30

Page 31: trabajo fin de master FINAL

implicar cambios inmunológicos, modulando los receptores Toll-like (TLR)

transmembrana que median en el reconocimiento de los patógenos microbianos por

las células inmunes, y modulando las citocinas inflamatorias liberadas en el acné

(IL-1α, IL-8, IL-12, TNF-α, metaloproteinasas) (42, 43). Parece que la TFD realizaría

esta función inhibiendo la expresión de TLR-2 y TLR-4 por los queratinocitos y

macrófagos que rodean a las glándulas sebáceas, dismiuyendo la respuesta

inflamatoira provocada por el P. acnes y por la ruptura del comedón que tiene lugar

en en acné inflamatorio (40, 41).

El primer ensayo clínico informado que utiliza ALA-PDT más luz roja (550-700 nm)

en el tratamiento del acné vulgar fue informado por Hongcharu y col. (85), con un

ensayo clínico en el que evidencian por primera vez una mejora significativa en el

acné de la espalda entre 22 pacientes tratados con ALA al 20% y luz roja. Los

investigadores trataron a cada paciente en cuatro sitios. Un sitio fue tratado con ALA

(20%) y luz roja (550–700 nm); otro sitio con luz roja sola; un tercero con ALA solo; y

un cuarto sitio no fue tratado. Once sujetos recibieron un solo tratamiento y los 11

restantes fueron tratados cuatro veces. Se valoró la mejoría clínica, la síntesis de

protoporfirina, la tasa de excreción de sebo, la autofluorescencia de las bacterias

foliculares y los cambios histológicos antes y después del tratamiento. Las lesiones

de acné inflamatorio mejoraron durante 10 semanas después de 1 sesión de TFD, y

20 semanas después de 4 sesiones. Este estudio no solo demuestra una mejoría

clínica, sino también una reducción postratamiento de las tasas de excreción de

sebo, supresión de la fluorescencia bacteriana de la porfirina asociada con la

colonización de P. acnes en los folículos sebáceos y demostró una reducción y daño

causado a las glándulas sebáceas. Estos tres efectos, todos ellos postulados como

factores patogénicos del acné vulgar, se observaron solo en los sitios tratados con

ALA-PDT, más duraderos después de 4 sesiones que de 1 sesión.

Estos datos son controvertidos, ya que otros investigadores no han tenido iguales

resultados. Pollock et al. (84) realizan un estudio para demostrar la eficacia de la TFD

con ALA en el tratamiento del acné e identificar el modo de acción, observando

mejorías clínicas en el recuento de lesiones de acné, pero sin encontrar reducciones

en el número de P. acnes ni en la excreción de sebo, por lo que postulan que el

mecanismo de acción de la TFD sobre el acné, ha de ser distinto al daño celular

directo sobre las glándulas sebáceas o eliminando P. Acnes, como proponían otros

!31

Page 32: trabajo fin de master FINAL

estudios. De manera similar Hörfelt y col. (86) realizaron un estudio para determinar

la dosis de luz óptima para el tratamiento eficaz del acné con PDT e investigar si la

PDT reduce la excreción de sebo y la cantidad de P. acnes, pero no encontraron

reducciones significativas de P. acnes de excreción de sebo después de la PDT.

Pero con independencia del mecanismo teórico de acción, a partir de este momento

se realizan muchas publicaciones y ensayos para valorar la efectividad de la TFD en

el acné, usando distintas fuentes de luz, distintas substancias fotosensibilizanes, a

distintas concentraciones y pautas, por lo que se hace a veces difícil su

comparación o la valoración de sus resultados.

En 2005 se convocó una conferencia de consenso para revisar el uso de la TFD en

distintas enfermedades cutáneas (87), la mayor parte de cuyos participantes fueron

de USA, por lo que estuvo basada en experiencia con ALA, el agente

fotosensibilizador usado más ampliamente en ese país. En ese momento, el panel

de expertos, basados en su experiencia, propusieron que la TFD con ALA obtiene

sus mejores resultados cuando se usa para tratar el acné inflamatorio y quístico,

pero mejorías más modestas en el acné comedoniano (quizás algo mejores con

PDL como fuente de luz). También se comentaron pautas de optimización, como

incubar ALA en tiempos de 30 a 60 min, y pretratar antes con microdermoabrasión o

similar para mejorar resultados.

En una revisión bibliográfica de Riddle y col en 2009 (88), encuentran 21 ensayos

clínicos y series de casos, 8 de los cuales eran estudios randomizados (28, 84-86, 89-91).

Dados los resultados dispares hasta entonces, esta revisión encuentra que en la

mayoría de estos estudios se muestra una mejoría de las lesiones inflamatorias de

acné y del acné en general con el uso de la TFD, siendo superior la TFD al uso

exclusivo de luz, y sin relación con el tipo de luz empleada, pero tienen en cuenta

que en estos estudios no hay un consenso en el fotosensibilizante óptimo, el tiempo

de incubación, la fuente de luz, o la pauta de tratamiento, por lo cual hay que valorar

estos resultados de una forma cauta (88).

En una revisión basada en la evidencia sobre la TFD y acné que realizan Zheng y

col.(29) sobre un período de enero de 2000 a octubre de 2011, sobre 234 artículos

relevantes, extraen 14 ECR con niveles de evidencia. De los 14 ECA, 8 habían

usado ALA, 6 MAL y 1 ácido indol-3-acético (IAA). Las fuentes de luz incluyeron luz

!32

Page 33: trabajo fin de master FINAL

roja (7), PDL(1), IPL(3), LPDL (1) y luz verde (1). Los protocolos de TFD que

incluían los estudios eran ALA + luz roja, ALA + PDL, ALA + IPL, MAL + luz roja y

MAL + LPDL. En todos ellos se mostraron buenos niveles de eficacia en las lesiones

inflamatorias de acné. ALA +luz roja también mostró efectos sobre las lesiones no

inflamatorias y la secreción de sebo, y ALA + IPL y IAA + luz verde disminuyeron la

secreción de sebo. Los protocolos de tratamiento triple mostraron una gran mejoría

en las lesiones inflamatorias y no inflamatorias. Se puede observar mayor eficacia

cuando se aumentan la concentración de ALA, el tiempo de incubación, se

aumentan las sesiones de PDT, la dosis en la fuente de luz, se ocluye el

fotosensibilizador, o se combinan otros tratamientos con la TFD, aunque pueden

aumentar los efectos secundarios. Los efectos secundarios comunes de la TFD

fueron tolerables y transitorios en todos los trabajos. La revisión concluye que la

TFD muestra un grado de eficacia buena en el tratamiento del acné, con efectos

secundarios aceptables, y de esos estudios parecía desprenderse que ALA + luz

roja era la opción óptima (29).

Keyal y col. (92) realizan una revisión sistemática en 2015 sobre la TFD en el

tratamiento del acné. Los autores seleccionan un total de 36 ensayos clínicos entre

los cuales se realizaron 24 ensayos para ver el efecto de la TFD en el acné y 12

ensayos fueron estudios comparativos que compararon el efecto de la TFD con la

terapia con luz o láser solo. Entre los 24 ensayos que usaron PDT solamente, 1 era

un estudio retrospectivo, 14 ensayos clínicos sin control, 3 eran ensayos clínicos

con control, y 6 eran ensayos clínicos aleatorizados (ECA). De los 6 ECA, solo 1

estudiaba la eficacia clínica y el mecanismo de acción de la TFD (84). En este

estudio, a 10 pacientes con acné leve a moderado en la espalda, se les marcó

cuatro áreas con la misma superficie y gravedad, tratando aleatoriamente con TFD-

ALA, solo con luz, ALA solo o zona control no tratada. Se demostró una reducción

significativa en los recuentos de lesiones de acné inflamatorio después del segundo

tratamiento exclusivamente en la zona TFD-ALA. No se demostraron reducciones

significativas en el número de P. acnes o la excreción de sebo en ninguno de los

sitios, ni tampoco en la zona tratada con TFD-ALA, por lo que estos autores

sugirieron que el mecanismo de acción de la TFD no era el daño directo a las

glándulas sebáceas ni la muerte fotodinámica del P. acnes. Se identificaron otros 5

ECA (72) (89) (93) (94) (95) que investigaban la eficacia y seguridad de la TFD en el

!33

Page 34: trabajo fin de master FINAL

tratamiento de las lesiones de acné facial. Estos estudios usaron ALA o MAL tópicos

como fotosensibilizante, y varias fuentes de luz (luz roja, PDL o IPL). Los estudios

realizaban la TFD durante 2 a 4 sesiones a intervalos de 1 a 2 semanas. Los

resultados demostraron una mayor eficacia en el grupo de tratamiento con TFD, en

comparación con el control, así una mayor incidencia de efectos adversos, pero

éstos fueron transitorios, leves y se redujeron con el tratamiento repetido en la

mayoría de estos estudios. Sólo en uno de ellos se reportó que en 7 de 21 pacientes

en el grupo de tratamiento no recibieron una segunda sesión de TFD debido a los

efectos adversos (89). Los autores de la revisión concluyen que la TFD es una

modalidad de tratamiento efectiva para las lesiones de acné, pero las pautas,

concentraciones y tiempo de incubación del fotosensibilizante, y parámetros y tipos

de las fuentes de luz son muy variables y precisan mas estudios controlados (92).

Boen y col. (9) realizan en 2016 una revisión de ensayos basados en la evidencia

sobre TFD y acné. Los autores identificaron 69 ensayos clínicos, dos estudios

retrospectivos y cuatro informes de casos. De ellos, 7 de los ensayos clínicos eran

de alta calidad. Los fotosensibilizadores más utilizados y con mayor nivel de

evidencia fueron ALA y MAL, y ambos mostraron una respuesta similar. La luz roja

fue la fuente de luz más utilizada, seguida de lPL, mostrando resultados

comparables. Se describe una repuesta de las lesiones inflamatorias y no

inflamatorias a la TFD, siendo las lesiones inflamatorias las que muestran una

mayor mejoría en la mayoría de los estudios. Los eventos adversos asociados con

la TFD para el acné fueron leves e incluyeron dolor en la iluminación y eritema y

edema post-tratamiento. La TFD se ha demostrado segura fototipos cutáneos (III-

IV), aunque con un mayor riesgo de hiperpigmentación transitoria. Los autores

concluyen que la revisión apoya la TFD como un tratamiento eficaz para el acné,

como tratamiento complementario o alternativo en pacientes que no responden a los

tratamientos clásicos.

Barbaric y col. (75, 81) en 2016 realizan una revisión Cochrane de ensayos

controlados aleatorizados que evaluaron los efectos de las intervenciones basadas

en la luz para el acné vulgar, e incluyeron 71 ECA, con un total de 4211

participantes. La calidad general de la evidencia fue muy baja Se aplicaron la

metodología Cochrane, con extracción, análisis y síntesis de datos, así como la

evaluación del riesgo de sesgo y la calidad de evidencia utilizando el enfoque

!34

Page 35: trabajo fin de master FINAL

GRADE, pero los estudios eran muy dispares, con metodologías distintas, y se

revisaban una variedad de intervenciones (diferentes fotosensibilizadores, diferentes

longitudes de onda, fluidez, dosis de luz, número de sesiones, frecuencia de

aplicación), pacientes y grupos de comparación, lo que dificultaba su valoración.

Aunque la evidencia no fue concluyente y no se pudo combinar cuantitativamente,

con los estudios con un mayor número de participantes y de alto riesgo de sesgo, no

se encontraron evidencias de calidad sobre el uso de las distintas terapias de luz

para el acné (luz roja, luz azul, luz amarilla, PDL) solas frente a placebo u otros

comparadores control, excepto cuando la luz se combina con fotosensibilizadores

en forma de TFD.

Se identificó el mayor cuerpo de evidencia de calidad moderada al comparar TFD-

MAL y luz roja solamente, que no respalda el uso de TFD-MAL como terapia

estándar para el acné moderado a severo. Tampoco se respalda (evidencia de baja

y muy baja calidad) el uso de TFD-ALA al 20% activado por luz azul como terapia

estándar para personas con acné moderado a severo, ya que no se encontraron

diferencias con la luz azul sola. Sin embargo, sí hay la evidencia sobre el beneficio

del uso de dosis más bajas de ALA (15% y 10%), junto con modalidades de luz

distintas a la luz azul (luz roja, IPL, PDL). Esto se debe a que varios estudios

encontraron que el 20% de ALA tenía más efectos adversos (incluyendo ampollas),

mientras que los estudios individuales también encontraron que, por ejemplo, el

20% de ALA activado por la luz roja no era más efectivo que el 15% de ALA activado

por la luz roja, y el 10% de ALA activado por IPL fue más efectivo que IPL solo. Por

lo tanto solo se encuentran evidencias de calidad en el uso de la luz en el

tratamiento del acné, en el uso de TFD con distintas fuentes de luz, pero es una

evidencia limitada. Es por ello que estos autores comentan que, teniendo en cuenta

el costo de los tratamientos basados en la luz, y la falta de resultados a largo plazo,

no se pueden sacar conclusiones firmes de los resultados de esta revisión para

tomar decisiones en la práctica clínica, y hacen falta estudios más robustos, bien

planificados y con mayor número de pacientes, y con resultados a largo plazo.

!35

Page 36: trabajo fin de master FINAL

4. OBJETIVOS

El objetivo principal de este trabajo es: - Valorar la eficacia de la terapia fotodinámica, en cualquiera de sus modalidades,

como tratamiento del acné.

Como objetivo secundario: - Valorar los efectos adversos tras la aplicación de la terapia fotodinámica y

seguridad de dicho de tratamiento.

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Page 37: trabajo fin de master FINAL

5. MATERIAL Y MÉTODOS

Se realizó una búsqueda sistemática en Pubmed, aplicando filtros de palabras

clave, idioma, y año de publicación.

Palabras claves que se usaron fueron: “photodynamic therapy” OR

“photochemoteraphy” OR “pdt" AND “acne” OR “acne vulgaris”.

Criterios de inclusión - Manuscritos publicados en los últimos (entre abril de 2010 y abril de 2020). - Trabajos que evaluaron como objetivo principal o secundario la eficacia de la TFD

en el tratamiento del acné. - Ensayos clínicos aleatorizados. - Estudios en pacientes vivos, mayores de 18 años. - Publicaciones en Inglés, Castellano o Portugués.

Criterios de exclusión - Estudios que no abordaran de forma específica la eficacia de la TFD sobre el

acné. fueran ensayos clínicos aleatorizados. - Publicaciones que no tuviesen “Abstract”. - Trabajos ex-vitro, o modelos in-vitro que no evaluaran efecto directo sobre los

individuos. - Artículos que no evaluaran la TFD como tratamiento del acné

Inicialmente se encontraron 190 artículos en el período seleccionado y con la

estrategia de búsqueda anteriormente descrita, de los cuales:

- Se descartaron 14 por no tener Abstract.

- Se descartaron 120 trabajos que no eran ensayos clínicos aleatorizados.

- Se descartaron 39 por carecer de interés para el trabajo que se presenta.

En total se incluyeron 17 trabajos en la revisión sistemática, sobre los cuales

analizamos los resultados.

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Page 38: trabajo fin de master FINAL

6. RESULTADOS

Autores Descripción del estudioSeveridad

acné Cromóforo LuzN de la muestra Duración Resultados Efectos secundarios

Bissonnette et al. 2010 (96)

El objetivo era evaluar la seguridad y la eficacia de la TFD en pacientes con acné facial, empleando MAL tópica con o sin oclusión seguida de exposición a la luz roja. Se aleatorizan 44 pacientes para tratar media cara con MAL 80 mg/g en oclusión, otra media sin oclusión, y exposición a luz roja un grupo a dosis de 25 J/cm2 y otro a 37 J/cm2. Se realizaron 4 sesiones, una cada 2 semanas, y valoraciones a las 2, 4, 6, 10 y 18 sem. Objetivo primario, comparación lesiones inflamatorias (pápulas, pústulas y nódulos).

Variable 160 mg/g MAL

Luz roja N=44 (88 medias caras: 22 MAL sin oclusion+25 J/cm2, 22 MAL con oclusion+25 J/cm2, 22 MAL sin oclusion + 25 J/cm2, 22 MAL con oclusion + 25 J/cm2)

4 sesiones, una cada 2 semanas

A las 18 sem. de la 1a sesión de TFD-MAL, el % de lesiones inflamatorias se redujo en una media de 31.7, 59.4, 58.1 y 55.8 % para los grupos 25 J/cm2 sin oclusión, 25 J/cm2 con oclusión, 37 J/cm2 sin oclusión y 37 J/cm2 con oclusión. Disminución significativa de lesiones inflamatorias en todos los grupos excepto en el 25 J/cm2 sin oclusión. Sin diferencias significativas en las disminuciones de lesiones inflamatorias entre grupos oclusión o no oclusión. Disminución significativa respecto a basal de lesiones inflamatorias en grupos 37 J/cm2, con o sin oclusión.

Eritema y dolor post-irradiacion, leve y bien tolerado, y solo dos pacientes interrumpieron su participación debido a eventos adversos (erupción pustulosa y dolor).

Yin et al. 2010 (97)

El objetivo era evaluar la eficacia y seguridad de ALA-TFD en el tratamiento del acné moderado a severo en pacientes chinos e identificar la concentración adecuada de ALA tópico. Los 180 sujetos severo se dividieron aleatoriamente en cuatro grupos, que fueron tratados con concentraciones distintas de ALA (5%, 10%, 15% y 20%) en el lado derecho y placebo en el lado izquierdo. La eficacia se evalúa por la reduocción en el número de lesiones de acné inflamatorias y no inflamatorias, desde inicio a las 2, 4, 12 y 24 semanas tras última sesión. Los efectos adversos se registraron en cada visita de seguimiento.

Moderado / Severo

ALA al 5, 10, 15 y 20%

Luz roja N= 180 (360 medias caras) (180 medias caras tratamiento, 180 placebo)

4 sesiones TFD, 1 cada 10 dias

Reducción significativa en la puntuación del acné en todas las visitas de control en todos los grupos todos los grupos (p< 0.01). Diferencias significativas entre los cuatro grupos con diferente concentración de ALA, con una clara correlación positiva entre las puntuaciones de mejora global y la concentración de ALA (P <0,05), excepto entre los grupos del 15% y el 20% de ALA, a partir de las 12 semanas o más (P> 0,05). A la semana 24, las lesiones inflamatorias mostraron más mejoría que las lesiones no inflamatorias para las concentraciones de ALA al 10%, 15% y 20% (P <0,01), pero no en el grupo 5% de ALA (P = 0,132), ni tampoco mejoría de las lesiones no inflamatorias en el grupo de 5% de ALA en comparación el control.

Sensación de ardor pasajero, frecuente en ½ cara de ALA-TFD. 30/45 pacientes del grupo TFD-ALA-20% presentan quemazón severa en los primeros 4 min del 1er tratamiento, sin empeorar en posteriores. Eritema y edema leve frecuente en la ½ cara TFD-ALA, resuelve en 4 a 5 dias. Un caso de TFD-ALA-20% dolor, edema y ampollas. Hiperpigmentación, más frecuente a mayores concentraciones de ALA (resuelve: 2-3 sem. en grupos ALA 5% y 10%, < 3 mes en grupo de ALA 15%, y >3-6 mes en grupo ALA 20%)

Sadick et al. 2010 (98)

El objetivo era demostrar la eficacia y seguridad de la TFD con ALA 20% utilizando láser KPT 532 nm en el tratamiento del acné facial moderado-severo. Se aleatorizan medias caras de 8 pacientes para tratamiento con 5-ALA al 20% , y medias con vehículo control, y se irradia con laser KPT, 3 sesiones cada 3-4 sem, con controles a 3, 6 y 12 sem tras último tratamiento. Se valora la mejoría en el grado de acné con escala IGA de 0 a 4.

Moderado / Severo

20C% ALA Láser KPT 532 nm

N= 8 (16 medias caras, 8 con TDF-ALA con KPT) (8 medias caras solo KPT)

3 sesiones TFD , 1 cada 3 a 4 semanas.

El grado de acné basal de los pacientes es de 3,20 y mejora en global con tratamiento a 2,12 a las 12 sem (34% de mejoría). El uso de ALA con KPT mejora el acné en un 52% en comparación a un 32% que solo recibe KPT. En el apartado resultados se dice que a las 12 sem, la escala de acné mejora en un 39% en el lado ALA-KPT, y un 34% en lado solo KPT, no siendo significativos.

No se reportaron efectos adversos.

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Page 39: trabajo fin de master FINAL

Orringer et al. 2010 (94)

El objetivo era demostrar la eficacia de la TDF con 20% ALA empleando terapia con láser de colorante pulsado en el tratamiento del acné. Comparan: grupo medias caras con TFD-ALA+LCP con grupo control medias caras sin tratamiento. Se realizaron recuentos de lesiones de acné (pápulas, pústulas, quistes, comedones abiertos, comedones cerrados y máculas eritematosas) y una escala global de gravedad del acné (EGA) (escala 1 a 12), cada 2 semanas hasta la semana 16.

Variable 20% ALA LCP - laser colorante pulsado

N=44 (88 medias caras) (44 medias caras con TFD con LCP; 44 control sin tto.)

3 sesiones TFD, 1 cada 2 sem

A las 16 sem, las EGA mejoraron bilateralmente, siendo esta mejoría significativamente mayor en la piel tratada que en la piel no tratada. En cuanto al recuento de subtipos de lesiones de acné, disminuyeron en ambos grupos, pero sin diferencias significativas entre hemicaras tratadas y no tratadas, excepto en las máculas eritematosas. En subanálisis agrupando las lesiones, y clasificando pacientes como respondedores a la TFD, estiman un 30% de respondedores con respecto a la mejora en sus recuentos de lesiones inflamatorias, y solo 7% de repondedores en cuanto al las lesiones no inflamatorias.

No se reportan EA graves, el tratamiento fue bien tolerado, con EA leves y transitorios en zonas tratadas: 2 descamación leve, 2 hiperpigmentación postinflamatoria transitoria, 1 desarrolló una pequeña ampolla el día después del tratamiento. Todos resolvieron sin secuelas permanentes.

Mei et al. 2013 (95)

El objetivo era demostrar la eficacia y seguridad de la TFD con 5-ALA con ILP (Luz Pulsada Intensa). La eficacia se evalúa mediante la reducción en el recuento de lesiones inflamatorias y no inflamatorias en relación a estado basal (Mejoria clinica, significativa >75%, moderada 50-75%, leve 25-50%, sin mejora 025%). Los pacientes se evaluaron a a las semana 4,6, 8 y 12 del tratamiento. Se reportaron los efectos secundarios en cada tratamiento y visitas de control

Moderado / Severo

10% ALA IPL 420-950 nm

N= 41 (21 TDF con IPL) (20 control solo IPL)

4 sesiones TFD , 1 por semana.

A las 12 sem, reducciones significativas de recuentos de lesiones inflamatorias (83.6%) y no inflamatorias (57.5%) en el grupo ALA-IPL-PDT (69,8% y 33,4% en el grupo IPL-sola). Estas disminuciones fueron mayores en grupo ALA-TFD-IPL frente IPL-sola, para las lesiones inflamatorias, partir del 3er tratamiento, y en los controles a las 4 y 12 sem (p<0,05); y para las no inflamatorias, a partir de las 4 y 12 sem (p<0,05). Las reducciones medias del recuento global de lesiones del grupo ALA-TFD-IPL y del grupo IPL-sola fueron del 75,2% y 51,0%, respectivamente. Disminución en la reducción de lesiones globales entre grupo ALA-TFD-IPL frente IPL-sola partir del 3er tratamiento, y en controles a las 4 y 12 sem (p<0,05).

No se observaron eventos adversos graves. ALA-TFD-IPL e IPL-sola fueron bien tolerados. Dolor y eritema tras la irradiación IPL en ambos grupos, leve, con resolución espontánea.

Hong et al. 2013 (99)

El objetivo era demostrar la eficacia y seguridad de la TFD con MAL comparando luz roja e ILP (Luz Pulsada Intensa). Tras 3 h de MAL en toda la cara se irradió media cara con luz roja, y la otra media con IPL. Recuento del número de lesiones de acné inflamatorias y no inflamatorias por 2 dermatólogos cegados, antes y tras 4 sem del último tratamiento. EL grado de acné se evaluó con la clasificación de acné de Cunliffe. Registro de EA cada visita. Evaluación de dolor, eritema e hiperpigmentación con VSA de 0 a 10. Evaluación subjetiva por los pacientes con VSA de 10 a 0 (10 sin cambios, 0 sin acné).

Variable 160 mg/g MAL

Media cara Luz roja / Media cara IPL 530-750 nm

N=22 (44 medias caras) (22 medias caras TFD-MAL con luz roja, 12 medias caras TFD-MAL con IPL)

3 sesiones TFD , 1 cada 2 semanas.

Tras 1er tratamiento, reducción de lesiones inflamatorias en lado de luz roja >l lado IPL (-26% vs -17%, P = 0,008), tras la 4ª semana del 3er tratamiento, mayor reducción de las lesiones inflamatorias del acné en ambos lados (p<0.05), pero sin diferenciasentre lados (P = 0,545). A las 4 sem. la reducción media de las lesiones no inflamatorias del acné en ambos lados, sin diferencias entre ellos. En la semana 2 el grado de acné del lado rojo < lado IPL (P = 0.046), pero estas diferencias desaparecen a partir de la 4a sem. VSA de mejoría subjetiva mostró mejorías para ambos tipos de luz, sin diferencias entre ellas.

Después del 2o tratamiento, la puntuación de dolor para el lado de IPL fue más alta que la del lado de luz roja, pero esta diferencia desaparece a partir del 3er tratamiento. Un paciente en lado luz roja mostró eritema e inflamación considerables que duraron 2-3 dias. Resto sin efectos secundarios significativos, salvo eritema leve, sin diferencias entre los tratamientos.

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Page 40: trabajo fin de master FINAL

Song et al. 2014 (72)

El objetivo era demostrar la eficacia y seguridad de la TDF con clorofila-a y luz LED combinada azul-roja, el tratamiento del acné vulgar. La eficacia se evalúa mediante 1) escala de graduación de acné de Cunlife; 2) recuento de lesiones inflamatorias (pápulas, pústulas, nódulos y quistes) y no inflamatorias (comedones abiertos y cerrados); 3) excreción de sebo medida por sebómetro. De forma aleatorizada, se aplica clorofila-a en un grupo de medias caras, aplicando luz azul-roja solo en media cara Evaluaciones a la semana 2,4, y 6 semanas.

Variable Clorofila-a Luz LED combinada roja-azul

N=24 (48 medias caras) (24 medias caras Clorofila-a+TFD, 24 medias caras solo luz azul-roja)

1 sesión cada 3-4 dias, en 4 sem (total 8 sesiones)

Mejoras en escala severidad de acné en ambas hemicaras, significativamente mayor lado TFD-clorofila-a que en lado solo LED, a sem 4 (P=0.027) y 6 (P=0.022). Mejorías en ambas hemicaras en recuentos de comedones cerrados y abiertos, mayores en el lado TFD-clorofila-a que en el de solo LED (a las 4 y 6 sem, P=0.033 y P=0.014 para comedones cerrados y P=0.046 y P=0.011 para comedones abiertos) Mejorías en recuento de pápulas mayores en el grupo TFD-clorofila-a que en el de solo LED (P=0.047 y P=0.030 a sem 4 y 6). Mejorías a partir de la 2ª semana en recuento de pústulas, mayores en el grupo TFD-clorofila que solo LED (P=0.024, P=0.013, P=0.001 y P<.001 a sem 2, 3, 4 y 6) Sin diferencias estadísticamente significativas en los recuentos de nódulos y quistes entre las 2 modalidades. Disminución de sebo mas prominente en grupo TFD-clorofila-a frente a solo LED, a las sem 4 (P <.001) y 6 (P <.001)

Sin efectos secundarios remarcables, no dolor, no agravación de acné, ni hiperpigmentación residual.

Liu et al. 2014 (100)

El objetivo era demostrar la eficacia y seguridad de a) TFD-ALA al 5% con luz roja, b) IPL c) luz LED rojo-azul combinada en el tratamiento del acné moderado severo. Los 150 pacientes se asignaron aleatoriamente en 3 grupos para recibir en cada ½ cara los tratamientos a, b y c, y en la otra media control sin tratamiento. Valoración de resultados con recuento del número de lesiones de acné inflamatorias y no inflamatorias, hasta 3 meses del último tratamiento (tasa de mejoría, “curación” ≥ 90% de mejoría de las lesiones; “excelente” =60-89% de mejoría; “escasa” = 20-59%, “no efecto” <20%). Los pacientes de cada grupo se trataron con sesiones semanales hasta conseguir un aclaramiento de mas del 90% de lesiones.

Moderado / Severo

5% ALA en grupo A)

A)TFD luz roja 633 nm, B) IPL 420 nm, C) LED azul-roja 415 y 633 nm

N=150 (300 medias caras) (50 medias caras TFD-5ALA-luz roja, 50 medias caras IPL, 50 medias caras LED azul-roja, 150 medias caras control sin tratamiento)

1sesión semanal, hasta conseguir un aclaramiento > 90% lesiones

A 1 mes del inicio del tratamiento, el número de lesiones inflamatorias en las áreas tratadas fue menor que en las áreas de control no tratadas (P <0.05) en todos los pacientes, con mejorías completas o moderadas mayores en el grupo TFD-ALA (92%) que en los grupos IPL (58%) y LED (44%) (P < 0,01). Se requirieron 3 ± 1.52 sesiones de tratamiento TFD-ALA para un aclaramiento ≥ 90%, el doble para IPL (6 ± 2.15 sesiones, P <0.05) y el triple para el grupo de LED (9 ± 3.34 sesiones, P <0.01).

92% de pacientes (46/50) informaron dolor leve a moderado, eritema y edema después de cada tratamiento con TFD, mas intensas los primeros 2 a 3 días después del tratamiento, resolvieendo en 5 a 7 días. Dos (4%) pacientes, hiperpigmentación que resolvió en 1 mes. En los grupos de IPL y LED, 28/50 y 3/50 pacientes, eritema mínimo.

Chen et al. 2015 (101)

El objetivo era demostrar la eficacia y seguridad de la TDF con 5% ALA con luz roja en el acné moderado a severo. Comparan: grupo TFD-ALA+luz roja con grupo solo luz roja. Evalúan la tasa de reducción de las lesiones a las semanas 0, 2, 4 y 6 (“curación” ≥ 90% de mejoría de las lesiones; “excelente” =60-89% de mejoría; “escasa” = 30-59%, “no efecto” =0-29%) La tasa total de eficacia (TTE) fue el criterio de valoración principal del estudio = proporción de pacientes cuya evaluación de la efectividad por la tasa de reducción de lesiones fue de “curación” o “excelente”. Los EA se registraron durante todo el estudio.

Moderado / Severo

5% ALA Luz roja N=50 (25 TFD, 25 control luz roja sin ALA)

3 sesiones TFD, 1 cada sem

En el grupo de TFD, las TTE a las 2, 4 y 6 sem fueron de 54.2, 75.0 y 83.3%, mientras que en grupo control fueron 26.1, 43.5 y 56.5%, respectivamente. Al comparar grupo TFD vs control, diferencias significativas de mejor TTE para el grupo de TFD a partir de las 4 (P=0.050) y 6 sem (p=0.045).

En grupo TFD, 7 pacientes tuvieron ardor, dolor, eritema que mejoró en 1-3 días, 3 pacientes presentaron hiperpigmentación transitoria, 2 pacientes presentaron lesiones acneiformes agudas que se resolvieron. En grupo control 2 pacientes eritema y sequedad leves.

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Page 41: trabajo fin de master FINAL

Pariser et al. 2016 (102)

El objetivo era demostrar la eficacia y seguridad de la TDF empeando MAL en el acné facial severo. Evaluación a las 12 sem: 1) recuentos de lesiones estandarizados (inflamatorias: pápulas, pústulas y nódulos; y no inflamatorias: comedones abiertos y cerrados), antes y las 12 sem del primer tratamiento. 2) mediante escala IGA - el éxito del tratamiento se definió como una mejoría desde el inicio en IGA en ≥ 2 grados. Las evaluaciones de seguridad fueron para el dolor (escala analógica visual de 0 a 10 inmediatamente después de la iluminación), eritema (escala de calificación de cuatro puntos) y reporte de EA.

Severo 80 mg/g MAL

Luz roja 153 (100 TFD-MAL, 53 control con vehiculo+luz roja)

4 sesiones TFD , 1 cada 2 sem.

A las 12 semanas, la TFD-MAL tuvo una disminución significativamente mayor en el recuento de lesiones inflamatorias que los controles (-15.6 vs. -7.8, p =0.06) (porcentual -37.03% vs.- 16.2%, P=0.03); sin diferencia significativa en las lesiones no inflamatorias (-11.8 vs. -10.7, P=0.85)(porcentual -28.6% vs. -24.9%) . Las tasas de éxito del tratamiento fueron mayores en grupo TFD-MAL que en control (44% vs. 26%, P = 0.013)

Dolor en TFD-MAL > control, de baja intensidad, tolerable y manejable. Eritema moderado en 46/100 (46%) en grupo TFD-MAL (3/100 eritema severo) vs. 8/50 (15%) en el grupo control. La mayoría EA fueron en grupo TFD-MAL, transitorios y leves a moderados. 12/100 del grupo TFD-MAL (12%) se retiraron debido a eventos adversos locales en relación al tratamiento (6 por dolor). Hiperpigmentación transitoria en 2 pacientes.

Moftah et al. 2016 (103)

El objetivo fue estudiar la eficacia y seguridad la TFD con IPL usando AML en el acné vulgar de la espalda. Comparan ½ espalda tratada con TFD-IPL con AML, vs.otra ½ con solo IPL. Valoración inicial y al mes de la última sesión, por 2 dermatólogos independientes, con iconografía con la misma cámara digital, de: 1) recuento total de lesiones, no inflamatorias (comedones abiertos y cerrados) e inflamatorias (pápulas, pústulas, nódulos y quistes) 2) Escala de clasificación de gravedad del acné de Burton - la mejora se evaluó: mejora leve= cambio de 1 grado; moderada= 2 grados, y marcada= 3 grados. 3) Satisfacción del paciente con índice de discapacidad del acné de Cardiff (0 a 15). 4) escala visual dolor (0 a 10) y registro de EA.

Variable Azul de metileno liposomado (AML)

Luz pulsada intensa -IPL (550– 1200 nm)

N=35(70 medias espaldas) (35 medias espaldas TFD con AML+IPL, 35 control medias espaldas solo IPL)

3 sesiones TFD , 1 por semana.

El grupo PDT con AML tuvo una mejoría estadísticamente significativa en el recuento de lesiones inflamatorias versus control (-56.4 vs -34.1%, p<0.005) y de las lesiones globales (-48,18% vs. -26,97%, p<0.05), pero la mejora de las lesiones no inflamatorias no fue significativa (P = 0.231) en comparación con la mejora en el lado de IPL. Utilizando la escala de severidad del acné de Burton, la mejoría fue evidente en el lado tratado con PDT vs control (p<0.05). Hay una disminución significativa en la puntuación CADI después del tratamiento lo que indica una satisfacción significativa del paciente con el resultado del tratamiento en ambos lados (P<0.005).

Más dolor en el grupo PDT con AML que en los controles con solo IPL (severidad reportada promedio 7.8±1.44 vs. 4.64 ±1.97, respectivamente, P<0.005). El fotosensibilizador causó muy frecuente tinción, y también prurito y descamación.

Kwon et al. 2016 (104)

El objetivo fue evaluar la eficacia, la seguridad y los cambios histológicos en el acné facial mediante el empleo de TFD con luz de día empleando 1.5% 3-butenyl 5-aminolevulinato hidrocloride (ALA-bu). Se compara grupo con TFD-luz de día con ALA-bu vs. control con aplicación de vehículo, por dos investigadores a doble ciego con iconografía con la misma cámara digital, en visita basal y 2, 4, 8 y 12 semanas. Valoraciones: 1) recuentos de lesiones inflamatorias y no inflamatorias; 2) escala IGA de gravedad acné (0 a 5); 3) estudio histológico con escala inflamación 0 a 4; 4) en sem 12, test autoevaluacion subjetiva (escala analógica visual -VAS = 0 a 10) puntuando tanto eficacia como molestias.

Variable 1.5% 3-butenyl ALA (bu-ALA)

Luz de dia

N= 46 (23 aplican ALA-bu, 23 control con vehículo)

Aplicación del gel bu-ALA a dias alternos, durante 12 dias (exposición a luz de dia).

Reducción de lesiones inflamatorias en el grupo ALA-bu (-27,9% a 4 sem, -42% a 12 sem), sin significancia en el grupo control (-9,4% a las 12 sem), con diferencias entre grupos a partir de la 4a sem (P<0.05). Reducción las lesiones no inflamatorias en el grupo ALA-bu a partir de las 8 sem (-25,4% a 8 sem, -34% a 12 sem), con diferencias entre ambos grupos (P <0.05). Reducción significativa un 65,7% en el recuento de lesiones globales las 12 sem. en grupo ALA-bu (no significativa del 6,2% en controles), con diferencias significativas entre ambos grupos (p <0.05). Mayor disminución en la escala IGA de gravedad en el grupo ALA-bu frente vehículo a partir de las 8 sem. de tratamiento (p <0.05). Test de evaluación subjetiva de la eficacia de los pacientes mayor en el grupo ALA-bu (P <0.05).

Los grados de incomodidad subjetiva de los pacientes al aplicar el gel fueron ligeramente superiores en el grupo ALA-bu, aunque no fueron estadísticamente significativos. Cinco pacientes (21.7%) informaron eritema leve, sequedad y dolor en el grupo ALA-bu; de carácter leve y resolución en 2 días. No se reportan EA graves.

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Page 42: trabajo fin de master FINAL

Xu et al. 2017 (105)

El objetivo era demostrar la eficacia y seguridad de la TFD con 5-ala como complemento a la minociclina vs minociclina en monoterapia, en el tratamiento del acné. La eficacia se evalúa mediante 1) escala IGA <3, 2) tasa de reducción en el recuento stándar de lesiones inflamatorias y no inflamatorias, y 3) mejoría en el DLQI. Evaluaciones a la sem 2,4,6 y 8 del 1er tratamiento.

Moderado / Severo

5% ALA Luz roja N=95 (48 TFD+minociclina) (47 control - solo minociclina)

4 sesiones TFD, 1 por semana.

Grupo TFD+minociclina vs. Minociclina sola (control) a 8 semanas: 1) mayor reducción porcentual en el recuento de lesiones, tanto para lesiones inflamatorias (−74.4% frente a −53.3%; p <.001) como no inflamatorias (−61.7% frente a −42.4% ; P <.001). 2-) Mas pacientes con IGA≤2 al final del estudio ( 30/48 vs 20/47; P <.05). 3-) DLQI significativamente más bajo (4.4 vs 6.3; p <.001).

Eventos adversos fueron leves y manejables. No se informaron eventos adversos graves en ningún grupo. Algunos pacientes con TFD+minociclina presentaron dolor y eritema leves, transitorios. Un caso de hiperpigmentación autoresolutiva.

Kim et al. 2017 (106)

El objetivo era demostrar la eficacia y seguridad de la TDF con los de día en el acné moderado a severo y comparar los resultados con los de la terapia fotodinámica con luz diurna asistida por láser. Comparan: grupo F) la combinación Laser fraccional (FXL) + TFD con MAL vs grupo D) TFD con MAL sola, en el tratamiento del acné. La eficacia se evalúa mediante 1) tasa de reducción en el recuento de lesiones inflamatorias y no inflamatorias, 2) escala IGA severidad acné y 3) escala visual analógica subjetiva del paciente. Los pacientes se evaluaron a la semana 4,6, 8, y 16, los resultados se informan a la semana 8. Seguirdad: del reporte de EA y se evalúa dolor mediante escala visual analógica.

Moderado / Severo

160 mg/g MAL

Luz dia (90 min)

N=28 (14-FXL+TFD-luz dia) (14-solo TFD-luz dia)

2 sesiones TFD, semana 0 y semana 2. 2 pases de FXL-laser fraccional no ablativo de erbio.

En comparación al valor pre-tratamiento, el recuento medio de lesiones inflamatorias disminuyó significativamente en un 36.0% en el grupo D y en un 51.8% en el grupo F a las 8 semanas (P <.001), pero sin diferencias significativas entre ambos grupos. Las lesiones no inflamatorias disminuyeron un 16.5% en el grupo D y un 21.3% en el grupo F a las 8 semanas, reducciones no significativas, ni tampoco entre ambos grupos. El grado medio de severidad de acné (escala IGA) disminuyó significativamente en ambos grupos a las 4 semanas (p = 0,012), manteniéndose la mejoría hasta la semana 16, pero no diferencias significativas entre ambos grupos. La escala subjetiva de valoración no evidenció diferencias entre grupos.

No se observaron efectos adversos severos. Dos pacientes mostraron eritema mínimo después de la exposición a la luz del día. Puntuación de dolor grupo F > grupo D (p = 0,032) en primera sesión, diferencia que ya no es significativa a partir de la segunda sesión.

Zhang et al. 2017 (107)

El objetivo era evaluar la eficacia y reacciones adversas de la TFD-ALA con luz roja sobre el acné en comparación con TFD-ALA con IPL. Se aplicó crema de ALA al 5% en toda la cara (2 h.) y se irradió con LED luz roja media cara y con IPL la otra media. Se evalúa: 1) tasa de reducción en el recuento de las lesiones de acné, tanto inflamatorias como no inflamatorias a las 4 y 8 semanas. 2) Intensidad de fluorescencia de PpIX (espectroscopia) en las distintas lesiones de acné antes e inmediatamente después de cada sesión. En cuanto seguridad, se valoró después de cada sesión, el dolor mediante escala visual analógica de 0 a 10, el eritema mediante escala IGA 0 a 3, y reporte de los EA.

Moderado / Severo

5% ALA Media cara Luz roja / Media cara IPL 590-1200 nm

N=12 (24 medias caras) (12 medias caras TFD-ALA con luz roja, 12 medias caras TFD-ALA con IPL)

3 sesiones TFD , 1 cada 2 semanas.

El número total de lesiones de acné y lesiones inflamatorias del lado tratado con luz roja-PDT mostró una tasa de reducción relativamente mayor que la de IPL-PDT (P <0.05). Se observó una disminución significativa de la fluorescencia de PpIX solo para el grupo de luz roja (P <0.05). En las hemicaras del grupo ALA-TFD con IPL, las puntuaciones en escalas de dolor y eritema fueron mas bajas que en el grupo ALA-PDT con luz roja (P <0.05)

Puntuaciones de dolor en mitad tratada con TFD con luz roja > mitad con TFD con IPL (P= 0.002). Diferencias en los puntajes IGA para el eritema mayores para el lado de TFD con luz roja, a las 2, 4 y 8 semanas de valoración (P=0.005, P=0.002, P=0.014 respectivamente). En 4 pacientes, exacerbación transitoria de acné, con ambas fuentes de luz. En 2 pacientes, pigmentación transitoria leve en lado TFD-luz roja. No se reportan EA significativos.

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Page 43: trabajo fin de master FINAL

En total se han seleccionado 17 estudios, en el periodo 2010-2020, que cumplían

las características reseñadas. Hay que tener en cuenta que la TFD es una técnica

relativamente reciente, especialmente para su uso en acné, y que las pautas de uso,

tipo de substancia fotosensibilizante y concentración del producto empleado, tiempo

de incubación, tipo de luz, comparación con placebo u otros tratamientos, entre

otros muchos factores, pueden ser fuente de una gran variabilidad, como se

muestra en los estudios seleccionados. La forma de valoración de los resultados

también difiere entre los estudios, si bien la mayor parte utilizan la mejoría o

reducción en el recuento de lesiones inflamatorias, no inflamatorias y totales, y las

mejorías en una escala de evaluación por el investigador (IGA).

Todos ellos valoran los beneficios de la TFD en el acné, 9 de 17 en acné moderado

a severo, 2 de 17 en acné severo, y 6 de 17 en grados variables de acné.

La mayor parte valora los resultados en el acné facial, solo 1 estudio (103) lo hace en

acné de tronco.

Nicklas et al. 2019 (108)

El objetivo era demostrar la eficacia y tolerabilidad de ALA-TFD versus gel de adapaleno más doxiciclina oral en pacientes con acné facial moderadamente severo. Objetivo primario: reducción desde el estado basal en el recuento de las lesiones de acne, tanto inflamatorias como no inflamatorias a las 6 semanas, valorado por 2 investigadores. Objetivo secundario: misma evaluación a las 12 semanas, junto con la mejora en la escala global de severidad de acné, escala de valoración subjetiva del paciente, y reducción del área facial afecta de cicatrices o hiperpigmentación. Seguridad: reportan los EA según momento de aparición y resolución (puntuaciones 0 a 3), y el dolor con escala visual analógica de (0 a 10).

Moderado / Severo

20% ALA Luz roja N=46 (23 -TFD) (23- gel adapaleno + doxiciclina oral)

2 sesiones TFD , separadas por 2 semanas.

Reducción porcentual media en el recuento de lesiones no inflamatorias (P = 0.013) y las lesiones totales (P = 0.038) a las 6 semanas fue significativamente mayor en el grupo que recibió PDT. A las 12 semanas hubo una mayor reducción de las lesiones inflamatorias en el grupo PDT con 84% vs. 74% para el grupo doxiciclina más adapaleno (P = 0.020), así como en la reducción de las lesiones totales con 79% vs. 67% respectivamente (P = 0.026). Puntuaciones de la escala Global de mejoria, de la valoración subjetiva de los pacientes, y de mejoria de cicatrices basales fueron mayor en el grupo de TFD, pero sin resultados significativos.

No se observaron EAs graves para ninguna de las terapias. Tras la primera sesión de TFD se presentó eritema frecuente autoinvolutivo en pocos dias (intenso en 35%), edema facial (35%), erupción micropustulosa leve (78%). El grupo de doxiciclina + adapaleno reportaron casos de dolor abdominal, nauseas y vómitos, que obligaron a suspensión tratamiento oral en 1 paciente a la semana 4.

Zhang et al. 2020 (109)

El objetivo era demostrar la eficacia y seguridad de TFD con 5% ALA versus 10% ALA en el acne severo. El objetivo primario era la reducción, desde el estado basal, en el recuento de las lesiones de acne, tanto inflamatorias como no inflamatorias a las 12 semanas, y a las 4 semanas como objetivo secundario. En cuanto seguridad, se reportaron los EA, el dolor mediante escala visual analógicade 0 a 10, y el eritema e hiperpigmentación mediante escalas 0 a 4 (0, ausente, 1 leve, 2 moderado, 3 severo).

Severo 5% ALA y 10% ALA (medias caras)

Luz roja N=23 (46 medias caras) (23 medias caras TFD-ALA al 5%, 23 mediaas caras TFD-ALA al 10%)

4 sesiones TFD , separadas cada 10 dias

La disminución de las lesiones inflamatorias en el grupo de ALA al 10% fue mayor que en el grupo de ALA al 5% tanto en la semana 4 (79.2% vs 62.5%, P = 0.009) como a la semana 12 (88.5% vs 78.3%, P = 0.018). La disminución en el recuento de lesiones no inflamatorias entre los dos grupos no fue estadísticamente significativa. La tasa efectiva en el grupo de ALA al 10% fue significativamente mayor que en el grupo de ALA al 5% (95.7% vs 69.6%, P = 0.02). Concluyen que la TFD con ALA al 10% fue más efectiva para el acné severo que la TFD con ALA al 5%.

No se observaron diferencias significativas en las puntuaciones de dolor entre los dos grupos, excepto en la primera sesión de tratamiento, en que 10% ALA era algo mas dolorosa. Eritema y otros efectos adversos fueron leves y bien tolerados.

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Page 44: trabajo fin de master FINAL

La mayor parte de los estudios emplea ALA como substancia fotosensibilizante para

la TFD (11 estudios, con 480 pacientes). 4 estudios (120 pacientes) utilizan ALA al

20%; 1 estudio (45 pacientes) ALA al 15%; 3 (89 pacientes) ALA al 10%, 6 estudios

(203 pacientes) utilizan ALA al 5%, y un estudio usa una fórmula modificada de ALA

(ALA-bu) con 23 pacientes. El MAL es estudiado en 4 estudios (194 pacientes, 144

de ellos con MAL 160 mg/gr, y 50 pacientes con MAL 80 mg/gr). En 2 estudios

clínicos se emplean substancias fotosensibilizantes menos comunes (Clorofila-a, 24

pacientes; y Azul de metileno liposomal, 35 pacientes).

EL tipo de luz empleada para la TFD también es variado, y algunos estudios

comparan 2 fuentes de luz. La mayor parte de los estudios utilizan fuentes LED,

sobre todo de luz roja (9 estudios, con 477 pacientes) o combinada roja-azul (1

estudio, 24 pacientes).

En segundo lugar se emplea fuentes de luz pulsada intensa (IPL) (4 estudios con 90

pacientes). 2 estudios (51 pacientes) valoran el uso de TFD con luz de día, y otros 2

otras fuentes (láser colorante pulsado – LCP - 1 estudio con 44 pacientes; laser

KPT, 1 estudio con 8 pacientes).

Se suelen emplear entre 2 a 4 sesiones de TFD, separadas entre 1 y 2 semanas,

aunque hay mucha variabilidad en los protocolos, y en el tiempo de incubación de

los productos.

Detallamos los resultados de los estudios clínicos aleatorizados que hemos

seleccionado:

En un estudio de Bissonnette y col. (96) evalúan la la seguridad y la eficacia de la

TFD en pacientes con acné facial, empleando MAL tópica con o sin oclusión

seguida de exposición a la luz roja. Se aleatorizan 44 pacientes en grupos iguales

para tratar media cara con MAL 80 mg/g en oclusión, otra media sin oclusión, y

exposición a luz roja un grupo a dosis de 25 J/cm2 y otro a 37 J/cm2. Se realizaron

4 sesiones, una cada 2 semanas, y valoraciones a las 2, 4, 6, 10 y 18 sem. El

objetivo primario era la comparación de las lesiones inflamatorias (pápulas, pústulas

y nódulos). A las 18 semanas después del primer tratamiento con TFD-MAL, el

porcentaje de lesiones inflamatorias se redujo en una mediana de 31.7%, 59.4%,

58.1% y 55.8% para los grupos 25 J/cm2 sin oclusión, 25 J/cm2 con oclusión, 37 J/

cm2 sin oclusión y 37 J/cm2 con oclusión respectivamente. El número de lesiones

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Page 45: trabajo fin de master FINAL

inflamatorias disminuyó significativamente en todos los grupos excepto en el 25 J/

cm2 sin oclusión. No hubo diferencias significativas en las disminuciones de

lesiones inflamatorias entre grupos oclusión o no oclusión si no se tenían en cuenta

la energía. La media de lesiones inflamatorias disminuyó significativamente respecto

a nivel basal en los pacientes que recibieron 37 J/cm2, con o sin oclusión. Como

efectos adversos se reportan eritema y dolor post-irradiacion, leves y bien tolerados,

y solo dos pacientes interrumpieron su participación debido a eventos adversos

(erupción pustulosa y dolor). Los autores concluyen que la TFD con MAL a 80 mg/g

sin oclusión es también efectiva, como lo es en oclusión, siempre que se usen

energías de 37 J/cm2, reduciendo el número de lesiones inflamatorias en pacientes

con acné vulgar facial, y presentando una buena tolerancia.

Yin y col. en 2010 (97) realizan un estudio para investigar la eficacia y seguridad de

TFD empleando ALA en el tratamiento del acné moderado a severo en pacientes

chinos e identificar la concentración adecuada de ALA tópico en esta población.

Toman una muestra de 180 pacientes con acné facial moderado a severo, que

fueron divididos aleatoriamente en cuatro grupos, cada uno de los cuales fue tratado

con una concentración diferente (5%, 10%, 15% y 20%) de ALA, en las lesiones

faciales de acné en el lado derecho y el agente placebo en el lado izquierdo como

control. Cada paciente fue tratado una vez cada 10 días durante cuatro sesiones. El

número de lesiones de acné inflamatorias y no inflamatorias se contaron al inicio y

en las semanas 2, 4, 12 y 24 después del último tratamiento. Los efectos adversos

se registraron en cada visita de seguimiento.

Después de 24 semanas, cada lado tratado con ALA-PDT con las diferentes

concentraciones de ALA mostró una mejoría clínica significativa en comparación con

el lado de control tratado solo con luz roja (P <0 ,01). Estos autores encuentran

diferencias significativas entre los cuatro grupos con diferentes concentraciones de

ALA de forma que el número de lesiones de acné inflamatorias y no inflamatorias se

redujo significativamente en las cuatro visitas de seguimiento, con una clara

correlación positiva entre la eficacia (puntuaciones de mejora global) y la

concentración de ALA (P <0,05). Estadísticamente, se evidenció una clara

correlación positiva entre las puntuaciones de mejora global y la concentración de

ALA (P <0,05), de forma que más pacientes tratados con 20% de ALA que con 15%

o 10% de ALA lograron un aclaramiento completo.

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Page 46: trabajo fin de master FINAL

A la semana 24, las lesiones inflamatorias mostraron más mejoría que las lesiones

no inflamatorias para las concentraciones de ALA al 10%, 15% y 20% (P <0,01),

pero no en el grupo 5% de ALA (P = 0,132), ni tampoco mejoría de las lesiones no

inflamatorias en el grupo de 5% de ALA en comparación el control.

Aunque una mayoría de pacientes presentaron eritema y ardor o quemazón

inmediatamente después de las sesiones, la mayoría de los pacientes mostraron

buena tolerancia a la terapia TFD con ALA, siendo más intensos los síntomas al

aumentar las concentraciones de ALA. La hiperpigmentación, que se informó como

un efecto secundario común, más frecuente y persistente a mayor concentración de

ALA, en su mayoría se desvaneció gradualmente durante semanas o meses, siendo

más prolongada entre 3 y 6 meses en el grupo de ALA al 20%.

En base a estos resultados, estos autores concluyen que el aumento de la

concentración de ALA parece ser beneficioso para mejorar los resultados, pero

teniendo en cuenta la efectividad y la seguridad, se sugiere TFD-ALA con 10% o

15% de ALA como tratamiento ideal para el acné moderado a severo en pacientes

chinos (en su mayor parte con fototipos cutáneos III-IV de Fitzpatrick) para un

equilibrio entre grado de eficacia y efectos adversos.

Sadick y col. en 2010 (98) realizan un estudio cuyo objetivo era demostrar la eficacia y

seguridad de la TFD con ALA 20% utilizando láser KPT 532 nm en el tratamiento del

acné facial moderado-severo. Sobre 8 pacientes se aleatoriza el tratamiento a

medias caras con 5-ALA al 20% , y media con vehículo control, y se irradia con laser

KPT, 3 sesiones cada 3 a 4 semanas, con controles a 3, 6 y 12 semanas tras último

tratamiento. Se valora la mejoría en el grado de acné con escala IGA (evaluación

global del investigador) de 0 a 4. Se reportan los EA.

El grado de acné basal de los pacientes es de 3,20 y mejora en global con

tratamiento a 2,12 a las 12 sem (34% de mejoría). El uso de ALA con KPT mejora el

acné en un 52% en comparación a un 32% que solo recibe KPT. En el apartado

resultados se dice que a las 12 semanas la escala de acné mejora en un 39% en el

lado ALA-KPT, y un 34% en lado solo KPT, no siendo significativos.

Orringer y col (94) llevan a cabo un estudio demostrar la eficacia de la TDF con 20%

ALA empleando terapia con láser de colorante pulsado (LCP) en el tratamiento del

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Page 47: trabajo fin de master FINAL

acné. Es un estudio aleatorizado realizado en la universidad de Michigan, en

pacientes de razas variadas, con acné. Sobre una muestra de 44 individuos, se

hace un estudio comparando medias caras aleatorizadas, a 44 mitades les aplicaron

TFD-ALA con LCP, mientras que en el grupo control de 44 medias caras no

recibieron tratamiento. Se realizaron recuentos de lesiones de acné (pápulas,

pústulas, quistes, comedones abiertos, comedones cerrados y máculas

eritematosas) y una escala global de gravedad del acné (EGA= 1 a 12), cada 2 sem.

hasta la semana 16. Se registraron los efectos adversos.

A las 16 semanas, las calificaciones globales de severidad del acné mejoraron

bilateralmente, siendo esta mejoría significativamente mayor en la piel tratada con

TFD-LCP que en la piel no tratada. En cuanto al recuento de subtipos de lesiones

de acné, disminuyeron en ambos grupos, pero no o hubo otras diferencias

significativas entre hemicaras tratadas y no tratadas, excepto en las máculas

eritematosas. Las lesiones inflamatorias disminuyeron mas en las hemicaras

tratadas en las primeras semanas, pero este efecto no se mantuvo a la semana 16

en visita final. Agrupando las lesiones, y clasificando pacientes como respondedores

a la TFD, estiman un 30% de pacientes respondedores con respecto a la mejora en

sus recuentos de lesiones inflamatorias, y solo 7% de los pacientes en cuanto al

recuento de lesiones no inflamatorias. No se reportan EA graves, el tratamiento fue

bien tolerado, con EA leves y transitorios en zonas tratadas: reportaron 2 casos de

descamación leve, 2 casos de hiperpigmentación postinflamatoria transitoria, y 1

caso desarrolló una pequeña ampolla el día después del tratamiento. Todos

resolvieron sin secuelas permanentes.

Mei y col. en 2013 (95), realizan un estudio aleatorizado para evaluar la eficacia y

seguridad de la TFD con luz pulsada intensa (IPL) de 420–950 nm en pacientes

chinos con acné moderado a severo. Incluyen 41 pacientes, que se asignan

aleatoriamente a un grupo de ALA-TFD-IPL y otro grupo de IPL-sola (control).

Utilizan una crema de ALA al 10%, y después de 1 hora de oclusión, y

posteriormente todos los pacientes fueron iluminados con IPL, realizando 4

sesiones, 1 por semana, y controles a las 4, 8 y 12 semanas después de las

sesiones. Se realizó el recuento de lesiones de acné inflamatorias, no inflamatorias

y globales, y se reportaron los eventos adversos.

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Page 48: trabajo fin de master FINAL

En este estudio documentan que la TFD con ALA10% y uso de IPL como fuente de

luz, tiene efectos más potentes sobre el acné vulgar que el tratamiento con solo IPL

(grupo control). Después de 4 tratamientos y un seguimiento de 12 semanas, la

media de reducción de los recuentos globales de lesiones de acné en ALA-TFD-IPL

el grupo fue del 75.2%, y solo 1 de 21 pacientes no tuvo mejoría en el acné. A las

12 semanas, las reducciones significativas de los recuentos de lesiones

inflamatorias y no inflamatorias en el grupo ALA-IPL-PDT fueron (83.6±4.1)% y

(57.5±6.8)% respectivamente, y de (69,8±4,6) y (33,4±6,8) en el grupo IPL-sola.

Estas disminuciones para las lesiones inflamatorias no fueron significativamente

mayores en grupo ALA-TFD-IPL frente a la IPL-sola hasta la 4ª semana y se

mantuvieron hasta los controles de la semana 12 (p<0,05). Las reducciones en las

lesiones no inflamatorias tampoco fueron significativamente mayores en grupo ALA-

TFD-IPL frente a la IPL-sola hasta el 3er tratamiento, y se mantuvo en los controles

a las 4 y 12 sem (p<0,05). No fue sino hasta tres sesiones de tratamiento que la

mejora de las lesiones globales en el grupo de IPL mas ALA fue significativamente

mayor que en el grupo de solo IPLy se mantuvo hasta la semana 12 (P<0.05).

Tanto el tratamiento con IPL como el tratamiento con IPL más ALA fueron bien

tolerados y ningún paciente se retiró del estudio debido a los efectos secundarios.

Todos los pacientes describieron un dolor punzante y ardiente durante la iluminación

IPL y el enrojecimiento de la piel después de la iluminación, que se puede aliviar

rociando con agua fría. En tres pacientes del grupo IPL más ALA, se observó

eritema transparente y erupciones acneiformes monomórficas el día después de

cada tratamiento, y que se resolvieron en 1-2 días espontáneamente. No se observó

vesiculación, descamación, formación de costras ni pigmentación, ni otros efectos

adversos graves.

Hong y col. en 2013 (99) realizan un ensayo clínico, aleatorizado a medias caras y

doble ciego, sobre 20 sujetos para demostrar la eficacia y seguridad de la TFD con

MAL (metil aminolevulinato) comparando luz roja e ILP (Luz Pulsada Intensa). Se

aplicó crema de MAL en toda la cara, con incubación de 3 horas, y se irradió media

cara con luz roja, y la otra media con IPL (530 y 750 nm, 8-10 J/cm2, 2,5 ms), de

forma aleatorizada para el primer tratamiento. Se realizaron 3 sesiones, separadas

por 2 semanas, y se tomaron fotografías digitales estandarizadas. Dos

dermatólogos independientes, cegados a la condición del sujeto, contaron el número

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Page 49: trabajo fin de master FINAL

de lesiones de acné inflamatorias y no inflamatorias en ambos lados antes de cada

tratamiento y cuatro semanas después del último tratamiento. El grado de acné se

evaluó con la clasificación de acné de Cunliffe. Se registraron los efectos adversos

en cada visita. El dolor también se evaluó mediante una escala analógica visual de

0 a 10, al igual que el eritema y la hiperpigmentación. Los pacientes evaluaron su

mejoría subjetiva usando una escala analógica visual de 10 a 0 (10 sin cambios, 0

sin acné).

A pesar de que tras el primer tratamiento se redujeron las lesiones inflamatorias en

lado de luz roja, más que en el lado IPL (-26% vs 17%, p=0,008), a la 4ª semana

tras tercer tratamiento, reducción media de las lesiones inflamatorias del acné fue

más importante, pero similar en ambos lados (-69,5% luz roja, -72,0% IPL, P <0,05),

sin diferencias significativas entre los dos tratamientos (p=0,545). A las cuatro

semanas después del último tratamiento, la reducción media de las lesiones no

inflamatorias del acné fue del 43.4% en el lado tratado con luz roja y del 46.3% en el

lado tratado con IPL (p<0.05), sin diferencias entre ambos lados. En la semana 2 el

grado de acné del lado rojo fue significativamente menor que el lado IPL (P = 0.046),

pero ya no hubo diferencias a las 4 semanas en cuanto a la mejoría del grado de

acné entre ambos tratamientos. La escala analógica visual para evaluar la mejoría

subjetiva mostró mejorías para ambos tipos de luz, sin diferencias entre ellas.

Después del segundo tratamiento, la puntuación de dolor para el lado de IPL fue

más alta que la del lado de luz roja, pero esta diferencia desaparece a partir del 3er

tratamiento. Un paciente en el lado luz roja mostró eritema e inflamación

considerables que duraron 2-3 dias. El resto no mostraron efectos secundarios

significativos, salvo eritema leve, sin diferencias entre los tratamientos. Los autores

concluyen que tanto la TFD-MAL con luz roja como con IPL son modalidades

efectivas y seguras en el tratamiento del acné. La luz roja mostró un tiempo de

respuesta más rápido que IPL, pero después de múltiples sesiones, ambas fuentes

de luz demostraron resultados satisfactorios similares.

Song y col. (72) realizan un estudio aleatorizado a simple ciego, de cara dividida para

evaluar la eficacia de la TFD clorofila-a el tratamiento del acné vulgar. Con una n=

24 sujetos, se sometieron de forma aleatorizada para ser tratados de medias caras

con TFD con clorofila-a aplicada sin oclusión, e irradiación a los 30 minutos con LED

azul-roja, y compararon con medias caras tratadas solo con LED azul-roja. Hubo

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Page 50: trabajo fin de master FINAL

reducciones estadísticamente significativamente mayores en la escala de

graduación de acné y de los recuentos de lesiones después de la TFD PDT con

clorofila-a en comparación con la fototerapia LED de control, con respecto a los

recuentos de comedones y pápulas desde la semana 4, y los recuentos de pústulas

disminuyeron ya desde la semana 2. Sin embargo, no hubo diferencias

estadísticamente significativas en los recuentos de nódulos y quistes entre 2

modalidades. Hubo una disminución de sebo mas prominente en grupo TFD-

clorofila-a frente a solo LED, a partir de las 4 semanas. Los autores encuentran

efectos secundarios escasos y leves, por lo que lo proponen este tipo de TFD como

eficiente y segura para el acné.

Liu y col. (100) realizan un estudio aleatorio para valorar tres métodos de fototerapia

para el tratamiento del acné vulgar en pacientes chinos, uno de los cuales era la

TFD con ALA al 5% y luz roja. Con una muestra de 150 pacientes con acné facial

moderado a severo, se les asigna aleatoriamente en 3 grupos iguales, para que

media cara reciba a) TFD-ALA al 5% con luz roja, b) IPL c) luz LED combinada rojo-

azul, y la otra media cara no recibió tratamiento (control). Se valoraron los

resultados realizando recuentos del número de lesiones de acné inflamatorias y no

inflamatorias, a 1 mes y hasta 3 meses del último tratamiento. Se valoraron las

tasas de mejoría como: “curación” >90% de mejoría de las lesiones; “excelente” =

60-89% de mejoría; “escasa” = 20-59%, “no efecto” <20%. Los pacientes de cada

grupo se trataron con sesiones semanales hasta conseguir un aclaramiento de más

del 90% de lesiones. Se reportaron los efectos secundarios en todos los grupos.

Al primer mes del inicio del tratamiento, el número de lesiones inflamatorias en las

áreas tratadas fue menor que en las áreas de control no tratadas (p<0.05) en los 3

grupos de pacientes. Las mejorías calificadas como completas o moderadas fueron

significativamente mayores en el grupo TFD-ALA (92%) que en los grupos IPL (58%)

y LED (44%) (p<0,01). Para alcanzar un aclaramiento de más del 90% de lesiones

se requirieron 3 ± 1.52 sesiones de tratamiento TFD-ALA, necesitando

aproximadamente el doble de sesiones para IPL (6 ± 2.15 sesiones, p <0.05) y el

triple de sesiones para el grupo de LED (9 ± 3.34 sesiones, p<0.01). En cuanto a

efectos secundarios, el 92% de pacientes (46/50) informaron dolor leve a moderado,

eritema y edema después de cada tratamiento con TFD, más intensas los primeros

2 a 3 días después del tratamiento, resolviendo en 5 a 7 días. Solo 2 de 50

!50

Page 51: trabajo fin de master FINAL

pacientes (4%) presentaron hiperpigmentación que resolvió en 1 mes. En los grupos

de IPL y LED, 28/50 y 3/50 pacientes respectivamente presentaron un eritema

mínimo que desapareció en 2 horas. Los autores concluyen que los 3 modos de

tratamiento con luz mejoran el acné, siendo superior la TFD-ALA con luz roja, pero

con mayores efectos secundarios, aunque son de carácter leve y transitorio.

Chen y col (101) realizan un estudio para demostrar la eficacia y seguridad de la TDF

con ALA al 5% y luz roja en el acné facial moderado a severo, mediante un estudio

aleatorizado en una población de raza china. Un total de 50 pacientes se dividieron

aleatoriamente en un grupo de terapia y un grupo de control. En el grupo de terapia,

los pacientes fueron tratados con 5% de 5-ALA durante 1.5 h, seguido de 20

minutos de luz roja, una vez por semana un total de 3 semanas; mientras que el

grupo de control, tan solo con la misma pauta de luz roja. La eficacia se evaluó

mediante recuentos de lesiones de acné en las semanas 0, 2, 4 y 6. La eficacia

clínica se evaluó calculando la tasa de reducción de las lesiones para cada tipo de

lesión (“curación” ≥ 90% de mejoría de las lesiones; “excelente” = 60-89% de

mejoría; “escasa” = 30-59%, “no efecto” =0-29%). La tasa total de eficacia (TTE) fue

el criterio de valoración principal del estudio y se definió como la proporción de

pacientes cuya evaluación de la efectividad por la tasa de reducción de lesiones fue

de “curación” o “excelente”. Los efectos adversos se registraron durante todo el

estudio.

En el grupo de TFD, las tasas totales de eficacia TTE a las 2, 4 y 6 sem fueron de

54.2%, 75.0% y 83.3%, mientras que en grupo control fueron 26.1%, 43.5% y

56.5%, respectivamente. Al comparar grupo TFD vs control, diferencias significativas

de mejor TTE para el grupo de TFD a partir de las 4 (p=0.050) y 6 sem (p=0.045).

En grupo TFD, 7 pacientes tuvieron ardor, dolor, eritema que mejoró en 1-3 días

aplicando compresas salinas. 3 pacientes presentaron hiperpigmentación transitoria,

2 pacientes presentaron lesiones acneiformes agudas que se resolvieron. En grupo

control 2 pacientes presentaron eritema y sequedad leves. No se reportaron efectos

adversos graves. Lo autores concluyen que la TFD con 5ALA y luz roja es efectiva y

segura en el tratamiento del acné facial moderado a severo, y recalcan la buena

tolerancia de la concentración que ellos usan del 5%, con un tiempo de incubación

relativamente corto de 90 min, con pocos efectos secundarios y mayor tolerancia y

adherencia.

!51

Page 52: trabajo fin de master FINAL

Pariser en 2016 (102) realiza un estudio para demostrar la eficacia y seguridad de la

TFD usando metil aminolaevulinato tópico (MAL) como fotosensibilizador en el acné

facial severo, en un estudio multicéntrico aleatorizado, a doble ciego, y con control

de vehículo sobre 153 pacientes. Se realizaron 4 tratamientos, separados cada 2

semanas, con MAL 80 mg g-1 (n = 100) en el grupo tratamiento, y aplicación del

mismo vehículo sin MAL para el grupo control (n = 53), con una incubación de 90

min bajo oclusión, y posterior iluminación con luz roja. La evaluación se realizó

mediante recuentos de lesiones estandarizados de lesiones (inflamatorias: pápulas,

pústulas y nódulos; y no inflamatorias: comedones abiertos y cerrados), que se

realizaron antes de cada tratamiento y 12 las semanas después del primer

tratamiento; y mediante el IGA (investigator global assesment), de forma que el éxito

del tratamiento se definió como una mejoría desde el inicio en IGA en ≥ 2 grados a

las 12 semanas. En las evaluaciones de seguridad se valoró el dolor (escala

analógica visual de 0 a 10 inmediatamente después de la iluminación), el grado de

eritema (escala de calificación de cuatro puntos) y se reportaron los efectos

adversos.

A las 12 semanas, la TFD-MAL tuvo una disminución significativamente mayor en el

recuento de lesiones inflamatorias que los controles (-15.6 vs. -7.8, p =0.06)

(porcentual -37.03% vs.- 16.2%, P=0.03); sin diferencia significativa en las lesiones

no inflamatorias (-11.8 vs. -10.7, P=0.85)(porcentual -28.6% vs. -24.9%) . Las tasas

de éxito del tratamiento fueron mayores en grupo TFD-MAL que en control (44% vs.

26%, P = 0.013). Se evidenció una escala de dolor mayor en TFD-MAL que en

grupo control, generalmente de baja intensidad, tolerable y manejable

interrumpiendo momentáneamente la iluminación (6/100 pacientes interrumpen

tratamiento por dolor). Eritema moderado después de la primera iluminación en 46

(46%) pacientes en el grupo TFD-MAL vs. 8 (15%) en el grupo control (3/100

pacientes TFD-MAL presentaron eritema severo). Hubo dolor o eritema similar con

los tratamientos sucesivos. La mayoría de EA fueron en grupo TFD-MAL,

transitorios y leves a moderados. 12 pacientes del grupo TFD-MAL (12%) se

retiraron debido a eventos adversos locales en relación al tratamiento (6 por dolor).

Hiperpigmentación transitoria en 2 pacientes. Los autores concluyen que la TFD con

MAL tópico 80 mg g 1 y luz roja puede ser prometedora para el acné vulgar severo.

!52

Page 53: trabajo fin de master FINAL

Moftah y col en 2016 en un estudio en El Cairo (103) realizan un estudio para evaluar

la eficacia y seguridad la TFD con IPL usando como substancia fotosensibilizante el

azul de metileno liposomal (AML) en el acné vulgar de la espalda. En un estudio

aleatorizado a medios cuerpos sobre 35 pacientes, comparan el tratamiento de

media espalda tratada con TFD-IPL previa aplicación de AML con incubación de 60

min, con el control de media espalda tratada solo con IPL, 1 vez por semana, 3

sesiones. La valoración la realizan 2 dermatólogos independientes y realizan

iconografía usando la misma cámara digital. Se valoran los siguientes ítems: 1)

recuento total de lesiones en ambos lados de la espalda, no inflamatorias

(comedones abiertos y cerrados) e inflamatorias (pápulas, pústulas, nódulos y

quistes); 2) Escala de clasificación de gravedad del acné con la escala de Burton -

el grado de mejora de la gravedad del acné se evaluó: mejora leve, un cambio de 1

grado; moderada, 2 grados, y marcada, 3 grados; 3) Satisfacción del paciente con

el Índice de discapacidad del acné de Cardiff (CADI) (escala numérca de 0 a 15); 4)

escala visual dolor (escala de 0 a 10); 5) Se registraron los efectos adversos.

Todos los pacientes experimentaron una reducción estadísticamente significativa

(P<0.005) en el número de lesiones totales, inflamatorias y no inflamatorias. Sin

embargo, la comparación de ambos lados reveló que el lado TFD mostró una

mejoría tanto en las lesiones inflamatorias como en las lesiones totales (P <0.005),

lo que fue estadísticamente significativo, pero la mejora de las lesiones no

inflamatorias no fue significativa (p=0.231) en comparación con la mejora en el lado

de IPL. En cuanto a las puntuaciones iniciales con la escala de severidad del acné

de Burton, la mejoría fue evidente en el lado tratado con TFD ya que cuatro

pacientes (11.5%) mostraron una mejoría marcada y solo 3 pacientes no mostraron

cambios. Sin embargo, en el lado tratado con IPL, un paciente (2.8%) mostró una

mejoría marcada y 12 pacientes no mostraron ningún cambio (p<0.05). Hubo

también una disminución significativa en la puntuación CADI después del

tratamiento lo que indica una satisfacción significativa del paciente con el resultado

del tratamiento en ambos lados (P<0.005). Se evidenció más dolor en el grupo PDT

con AML que en los controles con solo IPL (P<0.005), pero en todo caso tolerable.

El fotosensibilizador causó muy frecuente tinción de la piel (92%), y también prurito

y descamación. Los autores concluyen que la TFD con AML e IPL, es más efectivo

que la IPL sola, para el acné de la espalda, es una técnica segura, con un dolor y

!53

Page 54: trabajo fin de master FINAL

efectos adversos tolerables, y por tanto una herramienta terapéutica a tener en

cuenta para pacientes con acné que no responden, no cumplen, presentan

contraindicaciones para el tratamiento convencional, o son resistentes a los

antibióticos.

Kwon y col. En 2016 (104), realizan un ensayo clínico multicéntrico aleatorizado a

doble ciego, para evaluar la eficacia, la seguridad y los cambios histológicos en el

acné facial mediante el empleo de TFD con luz de día empleando 1.5% 3-butenyl 5-

aminolevulinato hidrocloride (ALA-bu). De una muestra de 46 pacientes, se compara

un grupo (23 pacientes) tratado con TFD-luz de día con ALA-bu, con otro grupo

control al que solo se le aplica vehículo, con valoración basal y a las 2, 4, 8 y 12

semanas por dos investigadores a doble ciego con iconografía utilizando la misma

cámara digital. Se valoran los siguientes ítems: 1) recuentos de lesiones

inflamatorias y no inflamatorias; 2) grado gravedad de acné valorada por el

investigador - escala IGA (0 a 5); 3) estudio histológico con escala inflamación 0 a

4; 4) en la semana 12, los pacientes contestaron unas autoevaluaciones subjetivas

(escala analógica visual -VAS = 0 a 10) puntuando tanto la eficacia como las

molestias relacionadas con la exposición al sol y las aplicaciones de gel.

Se encuentran los siguientes resultados: Reducción significativa en recuento de

lesiones inflamatorias en el grupo ALA-bu (-27,9% a las 4 semanas, -42% a las 12

semanas), sin significancia en el grupo control (-9,4% a las 12 semanas), y con

diferencias entre los grupos a partir de la 4ª semana (p<0.05). Reducción

significativa de las lesiones no inflamatorias en el grupo ALA-bu a partir de las 8

semana (-25,4% a la semana 8, -34% a semana 12), con diferencias significativas

entre ambos grupos a favor el grupo ALA-bu (p <0.05). Reducción significativa un

65,7% en el recuento de lesiones globales las 12 semanas en grupo ALA-bu (no

significativa del 6,2% en controles), con diferencias significativas entre ambos

grupos (P <0.05). Diferencias significativas en favor de la TFD con ALA-bu en la

reducción de la escala valoración IGA de gravedad, a partir de las 8ª semana de

tratamiento (P <0.05). Test de evaluación subjetiva de la eficacia de los pacientes

mayor en el grupo ALA-bu (P <0.05). Los grados de incomodidad subjetiva de los

pacientes al aplicar el gel fueron ligeramente superiores en el grupo ALA-bu, aunque

no fueron estadísticamente significativos. 5 pacientes informaron de eritema leve,

sequedad y dolor en el grupo ALA-bu; de carácter leve y resolución en 2 días. No se

!54

Page 55: trabajo fin de master FINAL

reportan efectos adversos graves. Los autores concluyen que esta modalidad de

TFD con luz de día empleando ALA-bu, es efectiva y además bien tolerada para el

tratamiento del acné, especialmente para las lesiones inflamatorias.

Xu y col en 2017 (105) realizan un estudio aleatorizado con para demostrar la eficacia

y seguridad de la TFD con 5-ALA como complemento a la minociclina en el

tratamiento del acné moderado-severo. Incluyen 95 pacientes con acné facial de

moderado a severo ( ≥3-4 escala IGA = Investigator Global Assessment) fueron

tratados aleatoriamente con TFD + minociclina (n = 48), o minociclina sola (n=47).

Todos los pacientes tomaron clorhidrato de minociclina 100 mg / día durante 4

semanas, mientras que los pacientes en el grupo de minociclina+TFD también

recibieron 4 sesiones de TFD con 1 semana de diferencia, realizando valoraciones

antes del tratamiento y a las 2, 4, 6 y 8 semanas después de la inscripción. Se

utilizó una solución al 5% de ALA, incubando 90 minutos. Para valorar la eficacia se

valoró la reducción del IGA al menos en 2 grados (0,1,2), la reducción en el recuento

de las lesiones inflamatorias y no inflamatorias, y las mejorías en el índice de

calidad de vida dermatológica (DLQI).

El tratamiento con TFD + minociclina ofreció, a las 8 semanas, a una mayor

reducción en el recuento de lesiones versus la minociclina sola, tanto para lesiones

inflamatorias (reducción del 74.4% frente al 53.3% en grupo control; p <0.001) como

no inflamatorias (reducción del 61.7% frente a un 42.4% del grupo control; p

<0.001). Un mayor número de pacientes tratados con TFD+minociclina alcanzaron

una puntuación de IGA≤2 al final del estudio (semana 8: 30/48 vs 20/47 en grupo

control; P <0.05). Los pacientes tratados con TFD + minociclina obtuvieron DLQI

más bajo a las 8 semanas (4.4 vs 6.3 del grupo contrl; P <0.001). No se informaron

eventos adversos graves en ningún grupo. Los eventos adversos fueron leves y

manejables. Algunos pacientes con TFD + minociclina presentaron dolor y eritema

leves, transitorios, y 1 caso presento hiperpigmentación que resolvió en 6 meses.

Los autores concluyen que, en comparación con la minociclina sola, su combinación

con TFD con 5% ALA mejoró significativamente la eficacia clínica y la calidad de

vida en pacientes con acné facial moderado a severo.

Kim y col. en 2017 (106) hacen un estudio aleatorizado para evaluar la eficacia y

seguridad de la TFD con luz de día (TFD-LD) en el acné moderado a severo, y

!55

Page 56: trabajo fin de master FINAL

comparar los resultados con la TFD-LD asistida previamente por láser. Para la TFD

utilizan una crema de MAL a 180 mg/g, con oclusión de 30 min, y exposición a la luz

de día 90 min, un total de 2 sesiones, separadas 2 semanas. Comparan en una

muestra de 28 individuos, un grupo F(n=24) = la combinación de 2 pases previos de

Laser fraccional (FXL) (Laser Erbio fraccional 1550 nm, 2 pases, densidad 50 spots/

cm2 y fluencia 20 mJ/cm2) + TFD con MAL versus un grupo que llaman D(n=24)=

TFD con MAL sola. La eficacia se evalúa mediante 1) tasa de reducción en el

recuento de lesiones inflamatorias y no inflamatorias, 2) escala IGA severidad acné

y 3) escala visual analógica subjetiva del paciente. Los pacientes se evaluaron a la

semana 4,6, 8, y 16, los resultados se informan a la semana 8. En cuanto a la

seguridad, se reportaron los efectos adversos y se evaluó el dolor mediante escala

visual analógica.

En comparación con el valor inicial, el recuento medio de lesiones inflamatorias

disminuyó significativamente en un 36.0% en el grupo D y en un 51.8% en el grupo

F a las 8 semanas (P <0.001), pero sin diferencias significativas entre ambos

grupos. No hubo diferencias significativas en las puntuaciones de lesiones no

inflamatorias. Los grados medios de severidad del acné en ambos grupos

disminuyeron significativamente a las 4 semanas (p=0,012), y los efectos

beneficiosos duraron 16 semanas, pero tampoco se hallarlo diferencias significativas

entre ambos grupos. No se observaron efectos adversos severos. Dos pacientes

mostraron eritema mínimo después de la exposición a la luz del día. Puntuación de

dolor grupo F > grupo D (p=0,032) en primera sesión, diferencia que ya no es

significativa a partir de la segunda sesión. Los autores concluyen que la TFD con luz

de día empleando MAL muestra respuestas clínicamente buenas especialmente en

las lesiones inflamatorias y es bien tolerado en pacientes con acné moderado a

severo, pero el pre-tratamiento con laser fraccional no ablativo no aporta mas

efectividad.

Zhang y col. en el 2017 (107) realizan un estudio para evaluar la eficacia y seguridad

de TFD con ALA al 5% empleando luz roja sobre el acné moderado a severo en

comparación con TFD con ALA empleando IPL. Se incluyeron 12 pacientes en un

estudio aleatorizado, prospectivo y a caras divididas. Se aplicó crema de ALA al 5%

en toda la cara con 2 horas de incubación, y se aplicó LED de luz roja de banda

estrecha (633nm, 108 J/cm2) en un lado de la cara; y se aplicó IPL (590-1200 nm,

!56

Page 57: trabajo fin de master FINAL

15 -17 J/cm2) en el otro lado. Se administraron tres sesiones de tratamiento con un

intervalo de 2 semanas y se realizó un seguimiento de 8 semanas. Se valoraron: 1)

Intensidad de fluorescencia de PpIX en las lesiones de acné de comedones,

pápulas inflamatorias, pústulas y nódulos / quistes, antes e inmediatamente después

de cada sesión utilizando fluorescencia espectroscópica. 2) la tasa de reducción en

el recuento de las lesiones de acné, tanto inflamatorias como no inflamatorias a las

4 y 8 semanas. 3) En cuanto seguridad, se valoró después de cada sesión, el dolor

mediante escala visual analógica de 0 a 10, el eritema mediante escala IGA 0 a 3, y

se reportaron los efectos secundarios.

El número total de lesiones de acné y de lesiones inflamatorias del lado tratado con

TFD-luz roja mostró una tasa de reducción relativamente mayor que la de TFD-IPL

(p<0.05). Se observó una disminución significativa de la fluorescencia de PpIX solo

para el grupo de luz roja (p<0.05). Las puntuaciones de dolor fueron

significativamente mayores en los lados tratados con TFD con luz roja que en los

lados con TFD con IPL (p=0.002). Se observaron diferencias significativas en los

puntajes IGA para el eritema entre los dos lados, mayores para el lado de TFD con

luz roja, a las 2, 4 y 8 semanas de valoración (p=0.005, p=0.002, p=0.014

respectivamente) En 4 pacientes hubo una exacerbación transitoria de las lesiones

de acné, con ambas fuentes de luz, que remitieron en 2 semanas. En 2 pacientes

se observó una pigmentación transitoria leve en lado TFD-luz roja, que desapareció

en 4 semanas. No se reportan efectos adversos significativos. Con estos resultados

los autores sugirieron que tanto la luz roja como la IPL son efectivas para ALA-PDT

en el acné vulgar. La ALA-PDT con luz roja puede lograr una mejor eficacia

mediante el foto-blanqueo más efectivo de la protoporfirina IX (PpIX), con una mayor

efectividad en la reducción de lesiones inflamatorias, mientras que la IPL puede

lograr menos reacciones adversas y una mejor tolerancia.

En un estudio muy reciente, Nicklas y col. en el 2019 (108), realizan un estudio sobre

46 pacientes para demostrar la eficacia y tolerabilidad de TFD-ALA versus gel de

adapaleno más doxiciclina oral en pacientes con acné facial moderadamente

severo, utilizando un método aleatorio diseño de estudio controlado con investigador

cegado. La mitad de los pacientes recibieron dos sesiones de TFD separadas por 2

semanas (ALA 20% incubado 1.5 horas antes de la irradiación con luz roja) y 23

pacientes recibieron doxiciclina 100 mg /d más gel de adapaleno al 0.1%. Ambos

!57

Page 58: trabajo fin de master FINAL

grupos, a partir de la 6ª semana, siguieron con gel de adapaleno al 0.1% como

terapia de mantenimiento hasta las 12 semanas. El objetivo final primario fue la

reducción de las lesiones de acné, tanto inflamatorias como no inflamatorias, en el

seguimiento de 6 semanas, que fue evaluada por 2 investigadores cegados a la

intervención. Objetivos secundarios fueron la misma evaluación a las 12 semanas,

junto con la mejora en la escala global de severidad de acné, mejoría de la escala

de valoración subjetiva del paciente, y reducción del área facial afecta de cicatrices

o hiperpigmentación, todo ello a 12 semanas. En cuanto a la seguridad, se

reportaron los efectos adversos según su momento de aparición y resolución en

relación a cada sesión (puntuaciones 0 a 3), y el dolor con escala visual analógica

de 0 a 10.

Loa autores reportan un beneficio de la TFD con ALA en el tratamiento del acné.

Encuentran una reducción porcentual media en el recuento de lesiones no

inflamatorias (p=0.013) y las lesiones totales (p=0.038) a las 6 semanas fue

significativamente mayor en el grupo que recibió TFD. A las 12 semanas hubo una

mayor reducción (-84%) de las lesiones inflamatorias en el grupo TFD vs. 74% para

el grupo doxiciclina más adapaleno (p=0.020), así como en la reducción de las

lesiones totales con 79% vs. 67% respectivamente (p=0.026). Puntuaciones de la

escala global de mejoría IGA, de la valoración subjetiva de los pacientes, y de

mejoría de cicatrices basales fueron mayor en el grupo de TFD, pero sin resultados

significativos entre los grupos. Los autores concluyen que la TFD con ALA al 20% y

luz roja, es un prometedor tratamiento alternativo para el acné inflamatorio

moderado a severo, con una efectividad mayor que la combinación de doxiciclina y

gel de adapaleno para reducir las lesiones no inflamatorias y totales a las 6

semanas. También describen unas reducciones significativamente superiores a las

12 semanas en la combinación del grupo TFD cuando continúan con el gel de

adapaleno, tanto en lesiones totales, inflamatorias y no inflamatorias.

Zhang y colaboradores (109) en un reciente estudio aleatorizado controlado a medias

caras, comparan la eficacia y seguridad de la TFD con 5% de ALA versus 10% de

ALA en el tratamiento del acné severo. En un grupo de 23 pacientes se asignan

aleatoriamente para recibir PDT con luz roja, empleando 5% de ALA o 10% de ALA

en el lado izquierdo o derecho de la cara, realizando 4 sesiones separadas por 10

días, valorando resultados a las 4 y 12 semanas. El objetivo primario era la

!58

Page 59: trabajo fin de master FINAL

reducción, desde el estado basal, en el recuento de las lesiones de acné, tanto

inflamatorias como no inflamatorias a las 12 semanas, y a las 4 semanas como

objetivo secundario. Tasas de reducción de >90%, se consideran curación; entre

≥60% y ≤90 muy buenas; entre ≥20% y <60 buenas; y de <20% de reducción son

consideradas malas. La tasa de efectividad (TE) se calcula en función de tasas de

curación y buena respuesta, respecto al total. El dolor, eritema y otros efectos

secundarios se evaluaron en cada visita.

Estos autores encuentran que la disminución de las lesiones inflamatorias en el

grupo de ALA al 10% fue mayor que en el grupo de ALA al 5% tanto en la semana 4

(79.2% vs 62.5%, p = 0.009) como en las visitas de seguimiento de la semana 12

(88.5% vs 78.3%, p = 0.018), mientras que la disminución en el recuento de lesiones

no inflamatorias entre los dos grupos no fue estadísticamente significativa en cada

visita de seguimiento. La tasa efectiva en el grupo de ALA al 10% fue

significativamente mayor que en el grupo de ALA al 5% (95.7% vs 69.6%, p=0.02).

No se observaron diferencias significativas en las puntuaciones de dolor entre los

dos grupos, excepto en la primera sesión de tratamiento. Estos autores por lo tanto

concluyen que la terapia fotodinámica con ALA al 10% fue más efectiva para el acné

severo que la TFD con ALA al 5%. No se observaron diferencias significativas en las

puntuaciones de dolor entre los dos grupos, excepto en la primera sesión de

tratamiento, en que 10% ALA era algo más dolorosa. Eritema y otros efectos

adversos fueron leves y bien tolerados.

!59

Page 60: trabajo fin de master FINAL

7. DISCUSIÓN

El acné es un trastorno dermatológico muy común, que se calcula que afecta a un

9% de la población, que afecta a casi todos los adolescentes en mayor o menor

grado, y que puede prolongarse hasta la edad adulta (30, 110). El acné tiene

presentaciones clínicas pleomórficas, con lesiones no inflamatorias (comedones

abiertos y cerrados) e inflamatorias (pápulas, pústulas, nódulos y quistes) y puede

dejar cicatrices desfigurantes que causan angustia psicológica significativa (31).

La patogénesis es multifactorial e incluye inflamación, producción excesiva de sebo

y obstrucción de la unidad pilosebácea, seguida del crecimiento excesivo de

Propionibacterium acnes (34, 37). Distintas investigaciones han demostrado que P.

acnes degrada los triglicéridos, e induce la producción de citocinas, pudiendo inducir

inflamación en la piel al activar el receptor Toll-like TLR-2 y TLR-4, que a su vez

desencadenan una mayor producción de citocinas inflamatorias como la interleucina

IL-1, IL- 8 e IL-12, inflamación y degradación de la matriz extracelular (40 - 43).

El tratamiento estándar del acné incluye el uso de retinoides tópicos y peróxido de

benzoilo, antibacterianos tópicos y antibióticos orales e isotretinoína (31).

Aunque en cada paciente hay que individualizar un tratamiento, las pautas actuales

del tratamiento del acné moderado a severo recomiendan el uso de antibióticos

orales más retinoides tópicos y / o peróxido de benzoilo para y evaluar la respuesta

a los antibióticos a las 6-8 semanas para limitar la aparición de resistencias en el

Propionibacterium acnes y otras bacterias (110, 111). También recomiendan el uso de

terapia de mantenimiento con una terapia tópica como los retinoides cuando un

paciente ha respondido al tratamiento (31).

Todos estos tratamientos pueden en ocasiones ser irritantes, y a veces la

adherencia es baja por su pauta diaria. Los antibióticos usados en el acné a veces

precisan de cursos largos, y pueden ser dar lugar a resistencias antibacterianas y

efectos indeseables. La isotretinoína, por su efecto teratogénico requiere un control

estricto en mujeres, y puede presentar efectos adversos (27). Esto ha promovido las

investigaciones en tratamientos alternativos del acné con el uso de distintos

dispositivos de luz y láser, y la aplicación de la terapia fotodinámica (28).

En el año 2000, Hongcharu y col. (85) demostraron por primera vez una mejora

significativa en el acné de la espalda de 22 pacientes tratados con TFD con ALA al

20% y una fuente de luz roja, con mejorías de las lesiones inflamatorias que

!60

Page 61: trabajo fin de master FINAL

persistían hasta 12 semanas después de una sesión y 20 semanas después de

múltiples tratamientos. A partir de ese momento, se han publicado numerosos

artículos, series de pacientes y ensayos clínicos sobre el uso de la TFD en el acné (88, 112, 113). La TFD se basa en el uso de un fotosensibilizador (los más empleados

son precursores de la PpIX, el ALA y el MAL), que en combinación con un láser o

una fuente de luz de banda ancha y en presencia de oxígeno, se activan y generan

ROS induciendo una fototoxicidad selectiva. Se desconoce el mecanismo exacto de

acción de la TFD para el tratamiento del acné. Se hipotetiza que la PDT disminuye

el tamaño y la función de las glándulas sebáceas, tiene efectos antiinflamatorios y

regula la respuesta inmune, incluso disminuyendo la expresión de TLR-2 y TLR-4 (83)

(84, 87, 114). La TFD también podría tener un efecto antimicrobiano sobre el P. acnes,

aunque los datos son más controvertidos.

Se han realizado distintas revisiones que demuestran la eficacia y seguridad de la

TFD en el acné. En ellos se evidencia que faltan medidas de resultado

estandarizadas, y que en muchas ocasiones los estudios no tienen el suficiente rigor

o calidad, ya que se comparan distintos fotosensibilizantes, a distintas

concentraciones, con distintos tiempos de incubación, se utilizan distintos tipos de

fuentes de luz e intensidades, y distintos protocolos de aplicación. Dada esta poca

uniformidad de los estudios y protocolos, y aunque en general la TFD se muestra en

muchos estudios como efectiva en el tratamiento del acné, se ha recomendado

realizar estudios más rigurosos, con series más amplias y un seguimiento a más

largo plazo (9, 75, 92).

Es por todo ello que consideramos interesante realizar esta revisión actualizada

sobre las publicaciones en los últimos 10 años que fueran ensayos clínicos

aleatorizados (ECA), para realizar una puesta al día sobre las evidencias sobre la

efectividad y seguridad de la TFD en el acné.

Como se ha comentado en los resultados, en el periodo febrero-2010 a

febrero-2020, seleccionamos 17 ensayos clínicos que cumplían las características

de ECA.

De manera general todos los estudios, aunque son muy heterogéneos en cuanto a

su metodología, medición de parámetros de mejoría, fuente de luz y energía

empleada, y del tipo, concentración y pauta de aplicación del fotosensibilizador

utilizados, concluyen que la TFD produce una mejoría del acné, con excepción del

!61

Page 62: trabajo fin de master FINAL

estudio de Orringuer con TFD con PDL que mostró unos resultados muy modestos e

inconsistentes (94).

Los fotosensibilizadores más utilizados fueron ALA y MAL, que son de los que se

dispone de mayor evidencia científica. El ALA es el fotosensibilizador que le avala

una mayor experiencia en número de ensayos, tal y como comprobamos también en

nuestra revisión de TFD y acné en los últimos 10 años (11 de 17 estudios, con 480

pacientes). Las concentraciones de ALA usadas fueron diversas (ALA 20%, 4 ECA,

n=120; ALA 15%, 1 ECA, n=45; ALA 10%, 3 ECA, n=89; ALA 5%, 6 ECA, n=203).

De manera general, parece que la efectividad, pero también los efectos secundarios

van relacionados con la concentración de ALA y su tiempo de incubación, además

de la luz empleada.

El estudio más robusto de los analizados sobre ALA al 20% de los ECA incluidos es

el de Nicklas y col. en el 2019 (108) para demostrar la eficacia y tolerabilidad de la

TFD-ALA al 20% con una incubación de 90 min y luz roja (23 pacientes) versus

controles con gel de adapaleno más doxiciclina oral (23 pacientes) en el acné facial

moderado-severo. En él se evidencian una mejoría significativamente mayor en los

pacientes tratados con TFD con ALA al 20%, con una reducción en el recuento de

lesiones no inflamatorias y las lesiones totales, a las 6 semanas, y más evidente a

las 12 semanas, lo que concuerda con otros estudios (85). Los autores refieren que

no se observaron EA graves, si bien reportan que tras la primera sesión de TFD se

presentó eritema frecuente (intenso en 35%) aunque autoinvolutivo, edema facial

(35%), erupción micropustulosa leve (78%). Estos efectos pueden ir ligados a esta

alta concentración (20% de ALA), y si bien no son graves a nuestro parecer pueden

ser muy molestos para los pacientes y un factor limitante para el uso de esta terapia

en el acné. Los otros 2 estudios incluidos con ALA al 20% de Orringer y col (94) y

Sadick y col (98) muestran datos más inconcluentes o con metodología mas

cuestionable, y además están realizados con LCP y láser KPT 532 nm.,

respectivamente.

Yin y col. en 2010 (97) llevan a cabo el mayor ensayo aleatorizado, para comparar la

eficacia y seguridad de distintas concentraciones de ALA (5%, 10%, 15% y 20%) en

acné moderado a severo en pacientes chinos, con fototipos distintos de los

caucásicos (III y IV). Parece un estudio robusto, con una muestra grande de 180

!62

Page 63: trabajo fin de master FINAL

pacientes, en el que además realizan un estudio a medias caras con lo que evitan la

variabilidad entre pacientes, aplicando en la otra media cara la misma crema

vehículo sin ALA lo que facilita la comparación con placebo. En la valoración de

resultados realizan un recuento por un lado de las lesiones inflamatorias

(comedones inflamatorios, pápulas, pústulas, nódulos y quistes) y de las no

inflamatorias (comedones) realizando esta la labor simultáneamente 3

dermatólogos, con una escala de mejoría de las lesiones en base a su reducción.

También recogen efectos adversos y los puntúan en escala numérica. En su

conjunto nos parece un buen estudio, con una “n” de pacientes considerable, y más

teniendo en cuenta que el control son las propias medias caras contralaterales. La

principal debilidad que vemos en el estudio, es el sesgo poblacional, compuesto por

individuos de raza china de fototipos III y IV, que limitaría la extrapolación de

resultados a otros grupos de población de piel más clara. Todas las concentraciones

mostraron reducciones estadísticamente significativas en los recuentos inflamatorios

en comparación con el nivel basal. A las 24 semanas, los grupos de 15 y 20%

tuvieron una mejoría mayor en las lesiones de acné inflamatorio que los grupos de 5

y 10% (pero sin diferencias entre los grupos del de 15 y 20%). No hubo efectos

adversos graves, pero los más molestos y persistentes (dolor, eritema,

hiperpigmentación transitoria) fueron más intensos con ALA al 20%. Por lo tanto, el

estudio demostró que aumentar la fuerza del fotosensibilizador puede aumentar la

tasa de eliminación del acné, pero a su vez puede provocar más dolor relacionado

con el tratamiento y efectos adversos. Dado que los grupos ALA de mayor

concentración mostraron una mayor mejoría que los grupos de menor concentración

(p <0,01) (excepto entre ALA 20% vs. ALA 15% ), tanto para las lesiones

inflamatorias como para las lesiones no inflamatorias, y el que las concentraciones

de ALA más elevadas al estaban asociadas a más efectos adversos, los autores

proponen concentraciones intermedias con 10% o 15% de ALA como tratamiento

ideal para la TFD para el acné moderado a severo, teniendo en cuenta el equilibrio

entre eficacia y efectos adversos, en su población de pacientes con fototipos altos.

Esto concuerda con los resultados de Mei et al. en 2013 (95), con buena respuesta a

la TFD con ALA al 10% e iluminación con IPL, que describe una mejoría significativa

de las lesiones inflamatorias y no inflamatorias frente al control con solo IPL a las 4

y 12 semanas. Estos autores consideran la concentración de ALA 10% con

!63

Page 64: trabajo fin de master FINAL

incubación corta de 1 hora, como una pauta óptima para el acné considerando el

equilibrio entre la eficacia, los efectos secundarios y la aceptabilidad de la TFD para

los pacientes.

Otro estudio del año 2000, estudia las concentraciones óptimas de ALA en el

tratamiento del acné (109) comparando la eficacia de la TFD con 5% de ALA versus

10% de ALA con luz roja en un estudio a medias caras en 23 pacientes con acné

severo. Nos parece un estudio con un buen diseño, a doble ciego, de modo que ni

pacientes ni investigadores conocían el tratamiento empleado, y el diseño a medias

caras nos elimina sesgos entre distintos individuos. Pero hay que tener en cuenta

que su “n” no es grande (solo 23 pacientes) y que solo tratan acné severo, a

diferencia de otros estudios que incluyen también el moderado. Estos autores

encuentran mejores resultados en disminución de las lesiones inflamatorias de acné

en el grupo de ALA al 10%, sin diferencias en las no inflamatorias, y tasas efectivas

de tratamiento totales también mejores con 10% ALA que con 5%. Parece que los

efectos adversos fueron tolerables y sin diferencias entre ambos grupos, excepto

por más dolor en el grupo del 10% en la primera sesión, aunque tolerable. Otros

autores ya habían mostrado la superioridad de 10% ALA frente a 5% ALA en el

acné. Ma y col. (115) habían realizado un estudio piloto para investigar el efecto de la

TFD con diferentes concentraciones de ALA para el acné moderado a severo,

concluyendo que la TFD que usaba ALA al 10% era más efectiva para las lesiones

inflamatorias y no inflamatorias que la que usaba ALA al 5%.

La TFD con ALA al 5% para acné se evalúa por si solo en otros 4 estudios de

nuestra revisión, con 135 pacientes, en todos ellos con buenos resultados. El

estudio clínico de Liu y col. (100) para valorar tres métodos de fototerapia (150

pacientes, distribuidos en 3 grupos de TFD-ALA al 5% con luz roja, IPL y luz LED

combinada rojo-azul) para el tratamiento del acné en pacientes chinos, nos parece

interesante por su número de casos, y la comparación a medias caras con placebo.

Sin embargo, el reporte de los resultados es muy escueto, sin tablas que registren

los datos, la valoración se hace solo solo al 1 mes del inicio del tratamiento, periodo

muy corto a nuestro punto de vista. En los métodos refiere control a 3 meses, pero

no aparecen datos. Los autores concluyen que los 3 modos de tratamiento con luz

mejoran el acné, siendo superior la TFD-ALA con luz roja, pero ésta presenta

!64

Page 65: trabajo fin de master FINAL

mayores efectos secundarios, aunque son de carácter leve y transitorio, pero más

intensos, molestos y duraderos que el del IPL o LEDs. A pesar de su efectividad,

los autores cuestionan el uso rutinario de la TFD en una patología como el acné, ya

que el dolor, además de su mayor costo económico, podrían ser un factor limitante.

Estos autores señalan que, aunque se requirieron casi el doble de sesiones de IPL

que de TFD-ALA para lograr la una mejoría notable de las lesiones de acné, la

eficacia general fue similar y los efectos adversos fueron leves, y plantean la IPL

como una opción de tratamiento más útil para el acné por sus menores efectos

secundarios.

En 2015, Chen y col (101) demuestran en un estudio aleatorizado sobre 50 pacientes

de raza china, la eficacia y seguridad de la TDF con ALA al 5% y luz roja en el acné

facial moderado a severo, comparando con un grupo control que son tratados con

solo luz roja. Como crítica del estudio, señalar que al no ser un tratamiento a medias

caras, pueden haber sesgos de distinta respuesta individual a la terapia, y que se

centra en población china de fototipos altos. Tampoco se especifica en el estudio si

las valoraciones clínicas las hizo el mismo investigador, o si este o éstos estaban o

no cegados respecto a saber qué tratamiento había realizado cada paciente, lo que

podría influir en los resultados. Los autores concluyen que la TFD con ALA al 5% y

luz roja es efectiva en el tratamiento del acné facial moderado a severo, con

reducción significativa en los recuentos de lesiones, y si bien los efectos

secundarios de eritema y dolor son mayores que el grupo control de luz roja, estos

fueron leves y transitorios, y recalcan la buena tolerancia de la concentración de

ALA al 5% con un tiempo de incubación corto de 90 min, ya que se mostró bien

tolerado y ello podría llevar a una mayor adherencia al tratamiento. En un estudio

con 12 pacientes de Zhang y col. en el 2017 (107) también comprueban la eficacia de

la TFD con ALA al 5% en el acné moderado, tanto empleando IPL como luz roja,

siendo más efectiva cuando se usaba luz roja. Yang y col. (116) realizan un estudio

clínico con 75 pacientes chinos con acné severo tipo conglobata, para ver la eficacia

de la TFD con 5%ALA y luz roja, y un grupo de control (n = 40) para recibir una

máscara de medicina herbal china más luz roja. Los pacientes en ambos grupos

recibieron tratamiento oral con doxiciclina y gluconato de zinc y metronidazol tópico.

La eficacia se evaluó con respecto a la disminución en las puntuaciones de los

síntomas, la tasa de curación y la tasa de respuesta a las 2 semanas después del

!65

Page 66: trabajo fin de master FINAL

tratamiento final. Sus resultados muestran una mejora significativa del acné

conglobata con TFD con ALA al 5%. Pero hemos excluido este trabajo de la revisión,

ya que no aleatorizan los pacientes a tratar, sino que les dejan escoger tratamiento

a los pacientes. Además, los dos grupos de pacientes tomaron antibiótico oral y

tópico, y la valoración de resultados se hizo tan solo a las dos semanas. Comentar

aquí que este trabajo fue incluido por Boen y col. (9) en su revisión de artículos

basados en la evidencia, pero consideramos ha de ser excluido por su metodología.

Xu y col en 2017 (105) realizan un estudio aleatorizado con para demostrar la eficacia

y seguridad de la TFD con ALA al 5% y luz roja, como complemento a la minociclina

en el tratamiento del acné moderado-severo. Parece un buen estudio, con una

muestra relativamente grande de 95 pacientes que aleatorizan en dos grupos

similares, tratamiento y control. Como debilidades, queremos señalar que las

evaluaciones de resultados las realiza el mismo investigador, que además no parece

que sea cegado al tratamiento recibido por cada paciente, y que el grupo de

pacientes al que no se aplica ALA, no se le aplica un vehículo sin ALA. Hay que

señalar que el estudio valora la TFD con 5% ALA como complemento a la

minociclina, y no como terapia única. Como se detalló en apartado de resultados, el

tratamiento con minociclina + TFD, respecto al grupo control que solo tomó

minociclina, produjo una mayor reducción porcentual los recuentos de lesiones de

acné a las 8 semanas, tanto en lesiones inflamatorias (p<0.001) y como no

inflamatorias (P <0.001). La reducción significativa de las lesiones inflamatorias se

observó incluso de una forma temprana, a partir de la semana 2 y persistió hasta el

final del estudio. Estos hallazgos, sobre todo en cuanto a mejoría de lesiones

inflamatorias con la TFD son consistentes con otros estudios que muestran datos

similares (113, 115), no así la reducción de lesiones no inflamatorias que se reporta

como significativa en menos estudios (91, 117). Los efectos adversos como dolor y

eritema fueron leves y manejables. Estos autores concluyen que, para la población

china estudiada con acné moderado-severo, la TFD con 5% ALA añadida a la

minociclina, es más efectiva que el uso de solo minociclina.

El MAL fue el segundo fotosensibilizador más ampliamente usado en los artículos

seleccionados de nuestra revisión (4 estudios con 194 pacientes, 144 de ellos con

MAL a 80 mg/gr, y 50 pacientes con MAL a 180 mg/gr). MAL es un éster del ALA que

presenta una mayor lipofilia, por lo que se espera que penetre mejor y más

!66

Page 67: trabajo fin de master FINAL

profundamente en el objetivo diana, al aumularse más selectivamente en las

glándulas sebáceas debido a esta solubilidad en lípidos. MAL se convierte en

protoporfirina IX (PpIX) (99). Todos los picos de absorción de PpIX están dentro del

espectro visual de la luz del día, y ésta puede alcanzar múltiples cromóforos a

diferentes profundidades (104), y se postula una correlación entre la mejor respuesta

en las lesiones inflamatorias de acné, por su mayor fluorescencia de porfirina, lo que

sugiere una mayor absorción de MAL en lesiones inflamatorias (89).

Hay pocos estudios comparativos entre ALA y MAL en acné (112) (113). Un ensayo

aleatorizado a medias caras, comparó ALA con MAL con TFD con luz roja,

observándose una mejoría del 59% en las lesiones de acné inflamatorio a las 12

semanas tras el tratamiento en los 2 grupos, pero TFD-ALA se asoció a efectos

adversos más graves que TFD-MAL, quizás por el acúmulo menos selectivo del ALA

en la piel normal (89). En el seguimiento a largo plazo, las fuentes de luz roja no

coherentes han mostrado buenos resultados al usar MAL para el tratamiento del

acné (86, 89, 90).

Hong y col. en 2013 (99) realizan un ensayo clínico, aleatorizado a medias caras y

doble ciego para demostrar la eficacia y seguridad de la TFD con MAL a 160 mg/gr,

en 12 pacientes, usando TFD con luz roja e ILP, y encuentran una mejoría

significativa tanto las lesiones inflamatorias y no inflamatorias del acné con ambos

tipos de luz. Estos resultados son comparables otros estudios previos de TFD

convencional con MAL, como el de Hörfelt y col. (118) que con dos sesiones de MAL-

PDT usando luz roja que también reportan disminuciones en el recuento de lesiones

inflamatorias a las 4 y 12 semanas en el acné moderado a severo en comparación

con el placebo. El estudio de Bissonnette y col. (96) evalúan la TFD empleando MAL

tópica a 80 mg/g, con o sin oclusión, e irradiación con luz roja, en un estudio a

medias caras aleatorizado. Hacen 4 grupos, unas medias caras con o sin oclusión,

aplicando 2 dosis distintas de luz roja, 25 J/cm2 y otro a 37 J/cm2. Tiene la fortaleza

de ser un estudio aleatorizado a medias caras, pero el defecto de no incluir un

control sin tratamiento. Además, utiliza pacientes con distintas severidades de acné,

con lo que la variabilidad es mayor. El número de lesiones inflamatorias disminuyó

significativamente en todos los grupos excepto en el 25 J/cm2 sin oclusión, sin

diferencias significativas en las disminuciones de lesiones inflamatorias entre grupos

oclusión o no oclusión si no se tenían en cuenta la energía. La media de lesiones

!67

Page 68: trabajo fin de master FINAL

inflamatorias disminuyó significativamente respecto a nivel basal en los pacientes

que recibieron 37 J/cm2, con o sin oclusión. Como efectos adversos se reportan

eritema y dolor leves y bien tolerados. Por lo tanto, estos autores recomiendan la

TFD con MAL a 80 mg/g, sin oclusión, y luz roja a energías de 37 J/cm2, por ser una

pauta efectiva para el acné y presentar una buena tolerancia. Pariser y col (102)

también reportan buenos resultados con TFD con MAL tópica a 80 mg/g y luz roja.

Cabe recalcar que es un estudio multicéntrico, realizado en USA, sobre individuos

con fototipos variados I a IV, con una muestra relativamente grande aleatorizada, y

diseñada a doble ciego, y con control de vehículo, con lo que nos parece un estudio

bastante robusto. Se realiza sobre pacientes con acné severo, y tanto los

tratamientos como las evaluaciones en el recuento de lesiones inflamatorias

(pápulas, pústulas y nódulos) y no inflamatorias (comedones abiertos y cerrados), y

en la escala IGA de severidad de acné, se realizaron a doble ciego, por personal

entrenado independiente, y con toma de fotografías con el mismo sistema

fotográfico estandarizado, antes y en los controles. Los mismos autores señalan las

limitaciones de su estudio para consensuar la evaluación de la gravedad del acné,

utilizando la calificación IGA recomendada por la FDA, y el recuentos de lesiones

inflamatorias y no inflamatorias. Nos parece un buen estudio, con una buena

sistemática y diseño. En este estudio demuestran disminuciones significativas de las

lesiones inflamatorias de acné en el grupo de TFD con MAL (n=100) respecto al

grupo control con vehículo (n=53), con efectos secundarios leves, tolerables y

manejables, por lo que concluyen que la TFD con MAL tópica a 80 mg/g y luz roja

puede ser una terapia prometedora para el acné, y proponen más estudios para ver

su eficacia a largo plazo. Otro estudio realizado por Kim y col. en 2017 (106) obtiene

buenos resultados con una crema de MAL a 180 mg/g, con una oclusión corta de 30

min, utilizando TFD con luz de día, con respuestas favorables de las lesiones

inflamatorias de acné facial, con una buena tolerancia.

Otros 2 estudios utilizan cromóforos distintos del ALA y MAL. El estudio de Song y

col. (72), evalúan la eficacia y seguridad de la TFD en el acné utilizando un

fotosensibilizante no habitual, la clorofila-a, e irradiando con LED rojo-azul

combinada. Es un estudio con un reducido de pacientes (24) pero con la ventaja de

ser a medias caras. No lo comparan con vehículo, sino con no aplicación de

tratamiento en la otra hemicara. Usan un fotosensibilizador no habitual, la clorofila-a

!68

Page 69: trabajo fin de master FINAL

sin oclusión, parece que con buenos resultados y escasos efectos secundarios.

Estudios previos que las combinaciones de luz azul y roja pueden ser efectivas en el

tratamiento del acné vulgar (73, 74). Los picos de absorción de clorofila-a son 430 nm

y 662 nm, por lo que la combinación de luz azul y roja podría maximizar la eficacia

de la clorofila-a en la TFD. Un solo estudio piloto investigó la eficacia de la PDT de

clorofila en 4 sujetos con acné, observando una disminución del número de lesiones

de acné, y satisfacción del paciente (119). EL mecanismo de acción de la clorofila-a

en la TFD no es del todo conocido, la clorofila activada por la luz podría producir

intermedios ROS con a daños directos en los tejidos, inflamación e inactivación de

varios microorganismos. Para algunos autores, la clorofila-a podría tener algunas

ventajas sobre otros fotosensibilizadores como ALA o MAL, ya que al degradarse

rápidamente con la luz de día, los pacientes pueden exponerse sin problemas tras

las sesiones, y al absorber fuertemente las bandas de ondas azules y rojas, e iniciar

reacciones fotodinámicas sin metabolismo adicional. Parece que los resultados del

estudio de Song y col. (72) sugieren que la PDT con clorofila-a podría ser una

modalidad de tratamiento eficaz y bien tolerada para las lesiones de acné, pero la

experiencia hasta ahora es escasa y se precisarán de estudios controlados con

otras terapias TFD y otras terapias anti-acné estándar para su validación.

El estudio de Moftah y col. en 2016 (103), valora el uso de un hidrogel tópico al 1% de

azul de metileno liposomal (AML) tras incubación de 60 minutos en media espalda,

sobre el acné troncal de 35 pacientes, irradiando con IPL como fuente de luz. Los

lados tratados con TFD, mostraron mejorías significativamente mayores en los

recuentos de lesiones inflamatorias y lesiones totales, en comparación del grupo

control. Este es uno de los escasos trabajos que valora la efectividad de la TFD en

la espalda. Se trata de un estudio aleatorizado, con un método e ítems de valoración

correctos, pero consideramos que tiene algunas debilidades. No especifica que los

investigadores estén cegados al tratamiento que valoran en cada lado. Incluye

varios grados de acné, con una muestra relativamente pequeña, y el estudio se lleva

a cabo en el Cairo, con una mayoría de individuos incluidos de fototipos III-IV y V, lo

que puede dar lugar a que los resultados no se puedan reproducir si usamos formas

de acné más graves, o en poblaciones de piel más clara. Además, utiliza una

substancia fotosensibilizante poco usada en general, por su efecto en teñir la piel

!69

Page 70: trabajo fin de master FINAL

que no suele agradar a los pacientes, por lo que no es un procedimiento de uso

frecuente.

En cuanto a las fuentes de luz empleadas en la TFD para el acné son

fundamentalmente LEDs de luz roja (9 estudios, con 477 pacientes) o combinada

roja-azul (1 estudio, 24 pacientes), seguidos de la luz pulsada intensa (IPL) (4

estudios con 90 pacientes), luz de día (2 estudios con 51 pacientes), LCP (1 estudio

con 44 pacientes) y KPT (1 estudio con 8 pacientes). Las glándulas sebáceas

faciales son parte de la unidad folicular y están ubicadas aproximadamente a 0.5 a

1.0 mm de la superficie cutánea. Debido a la ubicación profunda de las glándulas

sebáceas, la estimulación del fotosensibilizador para el tratamiento del acné

requiere fuentes de luz con longitudes de onda lo suficientemente largas y con

suficiente irradiancia para inducir los efectos fotodinámicos en ellas (113). Las

porfirinas tienen su banda de absorción máxima en el espectro de luz azul, la banda

de Soret (405-415 nm), pero la luz azul penetra poco en la dermis in vivo. En

contraste, la luz roja es una longitud de onda que penetra profundamente y puede

inducir reacciones de PDT en toda la dermis a más de 2 mm de profundidad. Las

fuentes de luz roja de onda continua de amplio espectro o no coherentes (85, 89, 118)

han mostrado mejores resultados en estudios de seguimiento a largo plazo

utilizando ALA o MAL para el tratamiento del acné.

Varios estudios utilizan solamente la luz roja para la TFD con distintas

concentraciones de ALA (89, 96, 97, 101, 102, 105, 107-109) y con MAL en acné moderado a

severo, y obtienen todos ellos buenos resultados.

La combinación de luz roja y azul también ha sido empleada en el tratamiento del

acné (73, 74). Song y col. (72) utilizan un fotosensibilizante no habitual, la clorofila-a,

que presenta picos de absorción de 430 nm y 662 nm, e irradia con LED rojo-azul

combinada, lo que podría maximizar su eficacia.

La luz pulsada intensa (IPL) es una luz incoherente que emite un espectro de entre

500 a 1,200 nm, y permite usar filtros de corte que permiten un corte de las

longitudes de onda entregadas, que en el caso de la TFD suele emplearse sobre los

585 nm (14, 15). La luz pulsada intensa (IPL) se ha utilizado como un dispositivo no

láser para el tratamiento del acné. Dos mecanismos principales pueden subyacer en

la efectividad de IPL (120). En primer lugar podría haber lo que algunos han

!70

Page 71: trabajo fin de master FINAL

denominado efecto fotodinámico natural, al absorber las porfirinas endógenas

producidas por P acnes la luz emitida por el IPL, y producir ROS y destrucción de

las bacterias (15). También estaría el propio efecto fototérmico, basado en una

fototermólisis selectiva que afecta las glándulas sebáceas y sus vasos sanguíneos,

disminuyendo así la producción de sebo (121).

La IPL se ha usado como fuente alternativa de luz artificial en la TFD, con buenos

resultados, aunque no parece ofrecer mejores resultados que los ofrecidos por la luz

roja, que además son aparatos más económicos (2, 3, 5, 95), documentan que la TFD-

ALA 10% con IPL de 420–950 nm, tiene efectos más potentes sobre el acné vulgar

que el tratamiento con solo IPL, después de cuatro tratamientos y un seguimiento de

12 semanas. Como ya se ha comentado, un estudio de Moftah y col. en 2016 (103),

que usa IPL en acné de espalda lo consideramos poco relevante, por su

metodología, y por el uso de AML, substancia fotosensibilizante poco valorada en

TFD, de mecanismo de acción poco conocido, y que tiñe la piel. Hong y col. en 2013 (99) comparan la TFD con luz roja versus ILP (utilizando MAL a 160 mg/gr) en

pacientes asiáticos. Se aplicó crema de MAL en toda la cara, con incubación de 3

horas, y se irradió media cara con luz roja, y la otra media con IPL (530 y 750 nm,

8-10 J/cm2, 2,5 ms) De los 22 pacientes inicialmente seleccionados, los 2 primeros

se sometieron a TFD con luz roja, a una dosis total de 37 J/cm2, dosis utilizada

otros estudios en pacientes caucásicos, pero presentaron dolor, eritema severo y

edema considerable hasta cinco días después del tratamiento, e hiperpigmentación

post-inflamatoria, por lo que estos dos pacientes fueron descartados del estudio, y

se redujo la dosis del estudio a 22 J/cm2, siendo esta tolerada por los 20 pacientes

restantes, pero nos hace dudar de la metodología descrita en el trabajo como de

doble ciego. Los autores describen como tanto las lesiones inflamatorias y no

inflamatorias del acné se redujeron significativamente en ambos lados, mejorando

más las inflamatorias que las no inflamatorias, pero sin diferencias significativas

entre ambos tratamientos. La única diferencia fue que el lado de la luz roja mostró

una mejor respuesta que el lado de IPL después del primer tratamiento, pero los

resultados se igualaron después. No se observaron efectos adversos graves

después del tratamiento, excepto eritema intenso en 1 paciente con luz roja. Estos

autores concluyen que la TFD-MAL con luz roja e IPL son modalidades efectivas y

seguras en el tratamiento del acné. La luz roja mostró un tiempo de respuesta más

!71

Page 72: trabajo fin de master FINAL

rápido que IPL. Después de múltiples sesiones, ambas fuentes de luz demostraron

resultados satisfactorios similares. Los autores sugieren que, dado el fototipo de los

pacientes asiáticos, es aconsejable una reducción de la dosis total de luz roja

cuando se realiza TFD-MAL en acné, en comparación con fototipos caucásicos.

Zhang y col. en el 2017 (107) realizan primer estudio prospectivo y de rostro dividido

que compara la luz roja con el IPL para TFD con ALA en el acné vulgar. Estos

autores indican que ambas fuentes de luz son seguras y efectivas para el

tratamiento del acné moderado a severo en la práctica clínica y cada uno de ellos

tiene sus propias ventajas. La luz roja puede lograr una mejor eficacia, logrando una

mayor respuesta en la mejoría de las lesiones inflamatorias que la IPL. Pero la IPL

mostró menos reacciones adversas y mejor tolerancia. Por lo tanto, proponen que la

TFD con IPL tiene el potencial de convertirse en una fuente de luz alternativa para

TFD con ALA para el tratamiento del acné vulgar en el futuro, por su buena

tolerancia, y proponen que otros estudios puedan centrarse en la indicación y los

parámetros de la técnica.

Wanitphakdeedecha y col en 2020 (122) en un estudio randomizado a medias caras

combinan lo que ellos llaman TFD con IPL con un producto tópico activo (crema que

contiene licocalcona A, L-carnitina y decanediol) aplicado posterior. Encuentran una

mejoría de las lesiones de acné inflamatorias y no inflamatorias tras el IPL, que fue

significativamente mayor en el grupo que recibió la crema activa posterior. Es un

estudio interesante, para optimizar unos resultados buenos que puede ofrecer la IPL

en el acné, pero no consideramos este estudio como de TFD como titulan sus

autores, ya que esta se basa en la aplicación previa (no posterior) de un agente

fotosensibilizante, que se estimula por la luz, es por ello que lo excluimos de nuestra

revisión.

La luz de día es otra de las fuentes de luz empleadas para la TFD del acné, en

nuestra revisión es empleada en 2 estudios con un total de 51 pacientes (104, 106).

Kwon y col. en 2016 (104), realizan un ensayo clínico multicéntrico aleatorizado a

doble ciego, que es el primero en evaluar la eficacia terapéutica y la seguridad de un

fotosensibilizador tópico contra el acné mediante el empleo de TFD basada en luz

del día. Emplean una modificación del 5-ALA, el 3-butenyl 5-aminolevulinato

hidrocloride (ALA-bu), a una concentración baja del 1,5%. Tanto las lesiones

inflamatorias como las no inflamatorias disminuyeron progresivamente durante el

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Page 73: trabajo fin de master FINAL

período de estudio. Se observaron reducciones sustanciales y significativas del 58%

en las lesiones inflamatorias y del 34% en las lesiones no inflamatorias en la

semana 12 final. Además, no se informaron efectos secundarios graves, excepto

una sensación de calor leve y sensación de ardor en un 20% de los pacientes

incluidos, que fue transitorio y tolerable, siendo la frecuencia y el grado de efectos

secundarios menores que los de la TFD convencional. Aunque el grado general de

mejoría no superó el régimen convencional, estos autores recalcan que la

disminución de las lesiones inflamatorias fue comparable con los retinoides y

antibióticos tópicos, terapias de primera línea en el tratamiento del acné leve a

moderado, muchas veces asociados a efectos secundarios como irritaciones y

resistencia a los antibióticos. Por lo tanto, demuestran la eficacia y seguridad de la

TFD con luz de día en el acné y proponen que su régimen con este

fotosensibilizante a baja concentración (1,5% ALA-bu) podría ser una alternativa o

una opción terapéutica complementaria a los tratamientos convencionales para

pacientes con acné moderado-severo. Además con este régimen la satisfacción

subjetiva al usar este gel era alta, por lo que conseguían una mayor adherencia,

necesaria en el tratamiento. Kim y col. en 2017 (106) hacen un estudio aleatorizado

para evaluar la eficacia y seguridad de la TFD con luz de día (TFD-LD) en el acné

moderado a severo, y comparar si pueden mejorar los resultados pretratando

previamente con un láser fraccional no ablativo, para intentar realizar una ablación

superficial del estrato córneo para lograr una mayor absorción del MAL, con

períodos de incubación más cortos, utilizando una crema de MAL a 180 mg/g, con

oclusión de 30 min. Si bien estos autores no encuentran diferencias significativas

entre los dos grupos, es decir no encuentran ventajas en el pretratamiento con láser

fraccional previo a las sesiones de TFD con luz de día, si que en ambos grupos

reportan una mejoría de los grados de severidad de acné y de las lesiones

inflamatorias con la TFD con MAL y luz de día, a las 4 y 8 semanas, sin cambios

significativos en las lesiones no inflamatorias.

Otros tipos de láser se han usado de un modo mas puntual para la TFD en el acné,

como el Láser de Colorante Pulsado (LCP) y el láser KPT. Orringer (94) valoran el uso

del LCP en la TFD. Incluye todo tipo de acné (leve a severo) lo que en una muestra

no muy grande de 44 pacientes puede ser un factor limitante. Además el grupo

control no recibió tratamiento, mientras que en las hemicaras tratadas se aplicó

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Page 74: trabajo fin de master FINAL

LCP+ALA. Como el LCP “per se” puede tener efecto en el acné, en el caso de una

mejoría franca no hubiéramos podido determinar si era solo por el IPL o la

combinación. Estos autores encuentran tan solo una mejoría clínica global medida

por el investigador (IGA) mayor para la TFD-IPL que para los controles sin

tratamiento, pero sin embargo, aunque los recuentos de lesiones inflamatorias

disminuyen en los primeros controles, no hay diferencias significativas el recuento

de lesiones individuales inflamatorias y no inflamatorias de acné en los controles

finales, a pesar de la mejoría clínica, por lo que sugieren la realización de mas

estudios y usar otros parámetros. Un estudio de Sadick y col. en 2010 (98), evalúa la

eficacia y seguridad de la TFD con ALA 20% utilizando láser KPT 532 nm en el

tratamiento del acné facial moderado-severo. Aunque lo hemos incluido en la

revisión, no nos parece un artículo con un nivel de evidencia aceptable. La

evaluación del acné se hace solo con una valoración global del investigador de 0 a

4, pero no usa el recuento de lesiones como hacen la mayoría de investigaciones

sobre acné. El número de pacientes es muy bajo (solo de 8), y no muestra ninguna

tabla con los resultados de las puntuaciones, sino que solo se citan en el texto de

forma incompleta, con datos dispares entre el resumen y el apartado de resultados.

Estos autores reportan una mejoría del acné en ambos lados tratados con láser

KPT, observando resultados mejores en las medias caras tratadas con TFD-ALA-

KPT sobre las que solo se trataron con KPT, aunque estas diferencias no fueron

significativas, quizás por el tamaño de la muestra.

Estudios comparativos con otras terapias de acné. Aunque hemos visto que hay

mucha bibliografía y ensayos clínicos para evaluar la eficacia de la terapia

fotodinámica para el acné, faltan estudios que usen las terapias recomendadas

actuales como comparadores activos. De los artículos seleccionados, tan solo el

estudio reciente de Nicklas y colaboradores del 2019 (108) compara la TFD con ALA y

luz roja, con un tratamiento clásicamente establecido para el acné, como es una

pauta de gel de adapaleno más doxiciclina oral. El trabajo parece tener un buen

diseño, ya que los pacientes fueron evaluados al inicio del estudio, en las semanas

6 y 12 tras el inicio del tratamiento por dos dermatólogos a doble ciego, que

contaron de forma manual el número de lesiones faciales inflamatorias (pápulas,

pústulas y nódulos) y no inflamatorias (comedones abiertos y cerrados) en las

distintas zonas de la cara, tomando fotografías estandarizadas con cada visita. El

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Page 75: trabajo fin de master FINAL

objetivo primario de eficacia fue la valoración de la reducción desde el inicio en el

recuento total de lesiones inflamatorias y no inflamatorias en la 6ª semana.

Objetivos secundarios, fueron la reducción desde el inicio en total recuento de

lesiones inflamatorias y no inflamatorias en la semana 12, usando terapia de

mantenimiento. Otros objetivos secundarios fueron la mejora en la evaluación global

de la gravedad del acné, la evaluación subjetiva de pacientes y la reducción del área

facial comprometida por la cicatrización del acné y la hiperpigmentación, todos ellos

evaluados a las las 12 semanas. Todos los efectos adversos se registraron

detalladamente en cada sesión de PDT y en cada visita de seguimiento (6 y 12

semanas para ambos tratamientos). Estos autores encuentran una mayor mejoría a

las 6 semanas, en recuento de lesiones globales y las no inflamatorias en el grupo

sometido a TFD por encima del tratamiento clásico. Esto difiere de algunos estudios

que da una mayor efectividad a la TFD en las lesiones inflamatorias. A partir de las

12 semanas, ya encuentran una mayor mejoría tanto en inflamatorias como no

inflamatorias, pero hay que recordar que en el diseño todos los pacientes a partir de

la semana 6 siguen un tratamiento de mantenimiento con gel de adapaleno. En

términos de mejoría global, un 74% de los pacientes en el grupo ALA-PDT

mostraron una mejoría marcada en la semana 12 (estaban claras o casi libres de

lesiones faciales), en comparación con 30% de los pacientes en el grupo de

doxiciclina más gel de adapaleno (p=0.056). Un paciente en cada grupo no mostró

ninguna mejora a las 12 semanas y ambos pacientes fueron tratados posteriormente

con isotretinoína. Los mismos autores comentan que todos estos resultados pueden

estar limitados por el reducido tamaño de la muestra, y también por el corto periodo

de seguimiento, dado el riesgo de recaída del acné al finalizar las sesiones de TFD,

pero es de los pocos estudios que se realizan con un tratamiento estándar del acné.

Como comentan los autores, y de acuerdo con la literatura revisada, parece que un

tiempo de incubación mas corto del ALA (90 minutos, en lugar de 3 horas) se asocia

a menor dolor y eritema que otras pautas previas, y a que este régimen con estos

parámetros sea bien tolerado por los pacientes.

De los artículos seleccionados en esta revisión, y de la revisión de la bibliografía

en cuanto a los conocimientos actuales de la utilidad de la TFD en el acné, vemos

que la TFD se demuestra efectiva en la mayor parte de los estudios, por encima del

uso de fuentes de luz sin fotosensibilizante, mejorando especialmente las lesiones

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Page 76: trabajo fin de master FINAL

inflamatorias de acné, y mostrando mejorías clínicas globales de acné. La TFD en el

acné está asociada a efectos secundarios, fundamentalmente eritema y dolor,

generalmente leves, pero que pueden condicionar su uso rutinario.

No hay protocolos establecidos para la TFD en acné, y no hay un consenso en el

fotosensibilizante óptimo, el tiempo de incubación, la fuente de luz, o la pauta de

tratamiento, por lo cual hay que valorar estos resultados de una forma cauta.

Los agentes fotosensibilizadores más usados fueron el ALA y el MAL, en general

con buenos resultados en la TFD del acné, pero variables en función de las

concentraciones del producto, tiempo de incubación y fuentes de luz.

La efectividad de la TFD en el acné está influenciada por concentración del

fotosensibilizante, evidenciándose mejorías clínicas especialmente de las lesiones

inflamatorias con concentraciones más altas de fotosensiblizante, pero ello se

asocia también a mayores efectos secundarios, especialmente eritema, dolor y

discromías. En general estos efectos secundarios son tolerables, pero pueden ser

una limitación en el uso rutinario de la TFD en el acné, al haber otras alternativas

terapéuticas eficaces. Es por ello que predomina la tendencia al uso de

concentraciones intermedias o bajas de ALA o MAL en la TFD del acné, teniendo en

cuenta el balance efectividad-efectos secundarios.

La luz roja fue la fuente de luz más utilizada, seguida de luz pulsada intensa y la luz

de día, todos ellos con buenos resultados. Otras fuentes de luz usadas (LCP o láser

KPT) ofrecen resultados más discutibles. Hay pocos estudios que comparen la luz

roja con IPL, pero parece que la luz roja es más efectiva, aunque puede ir asociada

a mas efectos secundarios, usualmente bien tolerados. Varios estudios muestran

prometedores resultados con la TFD con luz de día.

De los artículos seleccionados se desprende que la TFD es un tratamiento eficaz

para el acné, y puede convertirse en una alternativa o tratamiento complementario

para el tratamiento del acné moderado a severo, especialmente en pacientes que no

han respondido a la terapia tópica, antibacterianos orales, y no son candidatos para

la isotretinoína. Se necesitan más estudios para evaluar los fotosensibilizadores

óptimos, las fuentes de luz, los tiempos de incubación y la cantidad de tratamientos

para el uso de PDT en el acné. Por lo tanto su uso como alternativa a los

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Page 77: trabajo fin de master FINAL

tratamientos estándar del acné dependerá de optimizar pautas de tratamiento con

concentraciones, incubación, y tipos de luz que sean efectivos, pero a la vez

minimicen los efectos secundarios, y abaraten los costes.

Puntos fuertes y débiles de esta revisión

Como puntos débiles de la revisión presentada debemos destacar que se trata de

un estudio descriptivo basado en la revisión de estudios que incluían pacientes en

ensayos clínicos aleatorizados, pero no hemos utilizados herramientas estadísticas

por lo que no podemos conocer con exactitud el valor del mismo.

También hemos de tener en cuenta que las fuentes de luz y los cromóforos en los

estudios incluidos son muy diversos y se emplean diversas pautas de

administración, concentración y protocolos, lo que hace difícil el estudio comparativo

entre ellos.

Faltan también estudios comparativos con otros terapias estándar de tratamiento del

acné que permitieran comparar la eficacia, eficiencia, costes y tolerabilidad con la

TFD.

Como puntos fuertes se trata de una revisión extensa, y que incluye 17 estudios con

un total de 744 pacientes incluidos y con nivel de evidencia 1A (ensayo clínico

aleatorizado), realizados en diferentes países y que se publicaron en los últimos 10

años, y parece que en las conclusiones la mayor parte de los estudios muestran una

buena efectividad y tolerancia en el tratamiento del acné. Además, se trata de de

una aplicación novedosa de la TFD que ofrece posibilidades de tratamiento com

escasos efectos secundarios.

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Page 78: trabajo fin de master FINAL

8. CONCLUSIONES

- La TFD con ALA y MAL se ha mostrado como una terapia efectiva en el

tratamiento del acné, especialmente en la disminución de las lesiones

inflamatorias de acné moderado a severo.

- La TFD en el acné está asociada a efectos secundarios leves, fundamentalmente

eritema y dolor.

- La concentración del fotosensibilizante está asociado a una mayor efectividad,

pero también a mayores efectos secundarios, por lo que concentraciones

intermedias o bajas, parecen más idóneas para la TFD en el acné, teniendo en

cuenta el balance efectividad-efectos secundarios.

- En la actualidad no hay un consenso sobre el fotosensibilizante, concentración,

pauta de aplicación y fuente de luz idóneas para la TFD en el acné, y hay escasos

estudios que comparen la TFD del acné con terapias estándar, por lo que se

evidencia la necesidad de más estudios.

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Page 79: trabajo fin de master FINAL

9. POSIBLES FUTURAS LÍNEAS DE TRABAJO

La TFD se muestra como un tratamiento efectivo y bien tolerado en el tratamiento

del acné, pero creemos que serían necesarios reliazar estudios multicéntricos

aleatorizados con grupos más amplios de pacientes, tratando de homogeneizar el

tipo de cromóforo, fuente de luz y tiempo de exposición que permitieran elaborar

protocolos especificos.

Sería interesante también realizar estudios comparativos de la TFD con otros

tratamientos estándares del acné, tanto para ver su eficacia como tratamiento único

o bien como tratamiento adjuvante, así como otros parámetros importantes en la

decisión de aplicar un tratamiento u otro (tolerabilidad, costes, contraindicaciones).

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Page 80: trabajo fin de master FINAL

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