Trabajo, espacio y experiencia

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[Ide@s CONCYTEG 6 (77): Noviembre, 2011] ISSN: 2007-2716 Cómo citar: Garabito Ballesteros, G. 2011), “Trabajo, espacio y experiencia. El caso de los jóvenes obreros de Azcapotzalco”, Ide@s CONCYTEG, 6 (77), pp. 1255-1280. 1255 ISBN 978-607-8164-02-8 Trabajo, espacio y experiencia. El caso de los jóvenes obreros de Azcapotzalco Gustavo Garabito Ballesteros 1 Resumen En este artículo se aborda la relación entre el trabajo y el espacio en los jóvenes obreros de Azcapotzalco a partir de su experiencia cotidiana, destacando la importancia de estudiar a los jóvenes obreros en el contexto de la crisis manufacturera actual. Asimismo se reseña el desarrollo, auge y decadencia del entorno urbano industrial de la delegación de Azcapotzalco, en la ciudad de México y se analiza cómo influye este espacio en la construcción de la experiencia de trabajo así como otros ámbitos como la familia y la escolaridad. Palabras clave: trabajo, experiencia y vida cotidiana, significados del trabajo, entornos industriales y urbanos. Summary In this paper we analyze the relationship between the work and space of the Azcapotzalco young workers from their daily experience. Taking a major importance in the study of these workers inside of today’s working crisis context. Although, we focus in the development, the ups and downs of the industrial environment of the Azcapotzalco area (Mexico City), and is analyzed how the space in the construction affects the working experience as well as other subjects such as the family and academic studies. Keywords: work, experience and daily life, the meanings of work, urban and industrial environments. 1 Sociólogo laboral. Doctor en Estudios Sociales, línea de Estudios Laborales por la Universidad Autónoma Metropolitana, unidad Iztapalapa (UAM-I). Líneas de investigación: Trabajo y vida cotidiana, jóvenes y trabajo, fenomenología del trabajo. Miembro del Seminario de Investigaciones sobre Juventud (SIJ) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), de la Asociación Latinoamericana de Sociología del Trabajo (ALAST), de la Asociación Mexicana de Estudios del Trabajo (AMET) y del Círculo Latinoamericano de Fenomenología (CLAFEN). Correos electrónicos: [email protected] y [email protected].

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UAM Iztapalapa

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  • [Ide@s CONCYTEG 6 (77): Noviembre, 2011] ISSN: 2007-2716

    Cmo citar: Garabito Ballesteros, G. 2011), Trabajo, espacio y experiencia. El caso de los jvenes obreros de Azcapotzalco, Ide@s CONCYTEG, 6 (77), pp. 1255-1280.

    1255 ISBN 978-607-8164-02-8

    Trabajo, espacio y experiencia. El caso de los jvenes obreros de Azcapotzalco Gustavo Garabito Ballesteros1 Resumen En este artculo se aborda la relacin entre el trabajo y el espacio en los jvenes obreros de Azcapotzalco a partir de su experiencia cotidiana, destacando la importancia de estudiar a los jvenes obreros en el contexto de la crisis manufacturera actual. Asimismo se resea el desarrollo, auge y decadencia del entorno urbano industrial de la delegacin de Azcapotzalco, en la ciudad de Mxico y se analiza cmo influye este espacio en la construccin de la experiencia de trabajo as como otros mbitos como la familia y la escolaridad. Palabras clave: trabajo, experiencia y vida cotidiana, significados del trabajo, entornos industriales y urbanos. Summary In this paper we analyze the relationship between the work and space of the Azcapotzalco young workers from their daily experience. Taking a major importance in the study of these workers inside of todays working crisis context. Although, we focus in the development, the ups and downs of the industrial environment of the Azcapotzalco area (Mexico City), and is analyzed how the space in the construction affects the working experience as well as other subjects such as the family and academic studies. Keywords: work, experience and daily life, the meanings of work, urban and industrial environments.

    1 Socilogo laboral. Doctor en Estudios Sociales, lnea de Estudios Laborales por la Universidad Autnoma Metropolitana, unidad Iztapalapa (UAM-I). Lneas de investigacin: Trabajo y vida cotidiana, jvenes y trabajo, fenomenologa del trabajo. Miembro del Seminario de Investigaciones sobre Juventud (SIJ) de la Universidad Nacional Autnoma de Mxico (UNAM), de la Asociacin Latinoamericana de Sociologa del Trabajo (ALAST), de la Asociacin Mexicana de Estudios del Trabajo (AMET) y del Crculo Latinoamericano de Fenomenologa (CLAFEN). Correos electrnicos: [email protected] y [email protected].

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    1256 ISBN 978-607-8164-02-8

    Introduccin

    n Mxico, el largo proceso de

    reestructuracin productiva desde

    1982 hasta nuestros das, adems

    de producir cambios en los procesos

    productivos y de relaciones industriales (De

    la Garza, 2006) tambin ha impactado,

    fsica y espacialmente, el entorno

    industrial-urbano transformando la

    experiencia del trabajo y las interacciones

    sociales que son construidas cotidianamente

    por los sujetos. Es decir, las

    transformaciones estructurales del modelo

    econmico dominante permean la

    experiencia cotidiana de los individuos

    generando con ello procesos subjetivos que

    orientan y dan sentido a la accin social en

    un espacio dado. Un entorno industrial

    urbano de larga trayectoria como

    Azcapotzalco es un escenario pertinente

    para analizar cmo las transformaciones en

    el modelo econmico y productivo influyen

    o no en la construccin subjetiva de la

    experiencia cotidiana del trabajo. Histrica

    y tradicionalmente, la delegacin de

    Azcapotzalco, al noroeste del Distrito

    Federal, ha sido una zona industrial por

    excelencia, y aunque ahora su liderazgo en

    la rama de la manufactura ha decado de

    manera importante, no slo por un descenso

    generalizado del sector y su transformacin

    hacia la maquiladora en otras zonas del

    pas, sino tambin por el desarrollo

    econmico de los municipios vecinos

    Tlalnepantla y Naucalpan, an as sigue

    conservando sus caractersticas fabriles que

    se extienden a las colonias y barrios

    originalmente destinados para obreros.

    Estudios realizados en Azcapotzalco (Nieto,

    1997; Bazn, 1991; Sheridan, 1991;

    Villanueva, 1990; y Estrada, 1990), dieron

    cuenta de un entorno urbano que, a la par

    de su desarrollo industrial, tambin se

    caracterizaba por una mezcla de pueblos y

    barrios tpicos que han sido absorbidos por

    la actividad fabril, as como por las grandes

    unidades habitacionales que albergaban a la

    entonces poblacin obrera de la regin. Con

    la dinmica del proceso de reestructuracin

    productiva de las grandes empresas de las

    zonas industriales de la delegacin y un

    deterioro de las unidades habitacionales, el

    contexto urbano industrial tambin se ha

    transformado no slo fsicamente, sino

    tambin simblicamente a travs de la

    construccin que los sujetos realizan de su

    espacio de vida.

    A la par del decrecimiento industrial,

    tambin se ha dado una significativa

    disminucin poblacional. Ello no slo se

    debe al fenmeno demogrfico de familias

    con menos hijos, sino tambin a la

    expulsin de personas por la carencia de

    empleo en la zona; y, de manera inversa,

    este dficit poblacional repercute

    negativamente en las industrias que an se

    encuentran en la regin. A ello, le sumamos

    un importante deterioro urbano a causa de

    la contaminacin industrial, fbricas,

    bodegas y transporte de carga que invaden

    E

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    los espacios destinados a la vivienda,

    aumento delincuencial y la poca atencin

    de las autoridades. Sin embargo, la

    insercin de la poblacin joven de

    Azcapotzalco en las fbricas cercanas an

    se sigue dando bajo una lgica de tradicin

    y pragmatismo cmodo, como se ver ms

    adelante. Es decir, para los jvenes de la

    delegacin la opcin ms inmediata y

    cmoda para ingresar en el mundo laboral

    es la fbrica, dada la cercana con los

    hogares y por los requisitos que solicitan.

    Es en este contexto que nos interesa

    conocer cmo se construye la experiencia

    de trabajo a partir de la articulacin entre la

    actividad productiva, el mbito familiar y

    educativo, y la significacin de los espacios

    cotidianos no de manera aislada, sino

    dinmica y en una visin de conjunto. Es

    decir, analizar la experiencia laboral en su

    proceso de construccin subjetiva a partir

    de determinados contextos espaciales (la

    fbrica, el barrio, la casa) y en su

    interaccin con otros mundos de vida que

    influyen de manera decisiva para la

    eleccin de un empleo. As, lo que est en

    cuestin es estudiar cules son los

    componentes que llevan a los jvenes

    obreros de Azcapotzalco a optar por el

    trabajo fabril y no otro. Hasta qu grado y

    de qu manera influye la familia, el nivel

    educativo y la significacin del entorno

    para comenzar una carrera laboral en una

    fbrica. Con ello queremos aportar al

    anlisis de los procesos subjetivos en torno

    al trabajo, contribuyendo con una mirada

    distinta la larga tradicin de estudios

    obreros dentro del marco de los nuevos

    estudios laborales (De la Garza, 2007). Para

    ello, a partir de una perspectiva del

    construccionismo social (Gergen, 1996) y

    la fenomenologa social (Schtz, 1973) que

    busca justamente la construccin de la

    experiencia, se han realizado 16 entrevistas

    semiestructuradas a jvenes obreros que

    viven y trabajan en la delegacin de

    Azcapotzalco, ms 70 cuestionarios a

    jvenes obreros en Vallejo, as como

    observacin constante de los entornos

    industriales y barriales de la delegacin,

    destacando los detalles cotidianos y la

    relacin entre espacio urbano e industrial.

    Lo que aqu se presenta es parte de una

    investigacin ms amplia que concluy en

    una tesis doctoral.

    El presente artculo est divido en cuatro

    partes. En la primera de ellas, presentamos

    de manera breve el debate terico del cual

    parte esta investigacin, se expone

    puntualmente los principales conceptos

    tericos as como la estrategia

    metodolgica. Posteriormente se presenta

    algunas caractersticas esenciales del

    espacio objeto del estudio, la Delegacin

    Azcapotzalco, en la Ciudad de Mxico. El

    tercer apartado corresponde al anlisis de la

    informacin y experiencia de campo y en la

    ltima seccin se presentan algunas

    reflexiones finales.

  • Trabajo, espacio y experiencia. El caso de los jvenes obreros de Azcapotzalco Gustavo Garabito Ballesteros

    1258 ISBN 978-607-8164-02-8

    Punto de partida y conceptos de anlisis

    La problemtica que enmarca el presente

    artculo est constituida por varias

    dimensiones. La primera de ellas, de matiz

    terico, responde a la relativa ausencia de

    estudios sobre cultura y experiencia obrera

    en los ltimos veinte aos. Por lo menos en

    Mxico, parece ser que las investigaciones

    sobre las maquilas en la frontera norte y

    sur, y en algunos estados del centro,

    desplazaron la larga tradicin de anlisis y

    reflexiones sobre la cuestin obrera que iba

    desde los movimientos obreros sindicales

    hasta anlisis de cultura obrera y

    condiciones de clase.2 Esta situacin llama

    a un inters renovado por el estudio de la

    experiencia de clase (Thompson, 1977) y

    su relacin con el trabajo y la vida

    cotidiana. Ello implica reflexionar sobre las

    categoras del sujeto y el trabajo ms all

    del mbito productivo. En principio, la

    vivencia del trabajo, concreta en la

    actividad productiva, pasa por un proceso

    subjetivo del cual surgen reflexiones,

    decisiones y motivaciones que entrelazan

    este mbito con otras esferas, como la

    familia, la educacin y el tiempo libre. As

    el trabajo, como accin, est cruzado por

    deseos, necesidades y posibilidades que

    influyen en el proceso de dar sentido a

    dicha accin. Es la subjetividad la que 2 No hay espacio para comentar el desarrollo terico y emprico sobre los estudios obreros, un balance sobre los estudios obreros y de su cultura se pueden revisar en: De la Garza, 1986, 1989, 1992, 1997; Guadarrama, 1998, 2000; Novelo, 1984, 1999; y Novelo et al, 1986.

    media entre las estructuras y la accin

    social (De la Garza, 2005).

    Este inters por el anlisis renovado de la

    experiencia obrera, es particularmente

    relevante en este periodo de aguda crisis

    econmica y social que ha impactado

    gravemente a la industria manufacturera y a

    sus trabajadores. Precisamente, el cambio

    de los estudios de la conciencia de clase

    hacia los procesos subjetivos de dar sentido

    e identidad tuvieron lugar en otra crisis,

    aquella de a inicios de la dcada de los

    ochenta que condujo a la reestructuracin

    productiva en el seno de las polticas

    econmicas neoliberales (De la Garza,

    1992). No nos interesa comparar la crisis

    actual con aquella -ello sera materia de otra

    investigacin de carcter ms cuantitativo-,

    sino ms bien conocer cmo los jvenes

    trabajadores de barrios obreros, perciben y

    viven la presente cada de la manufactura,

    s les afecta o no. Se trata de estudiar cmo

    es la experiencia obrera en una pronunciada

    cada de la industria manufacturera.

    Es importante destacar los lmites y

    alcances de este estudio. An cuando la

    presente investigacin se antoja para

    discutir sobre la existencia o no de un

    nuevo sujeto-obrero, de un nuevo

    proletariado, o sobre los componentes de

    una conciencia de clase que responda a los

    tiempos actuales, nuestros intereses van por

    otra direccin. Lo que nos compete es

    conocer los procesos subjetivos y la

    construccin de una nocin ampliada del

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    trabajo que incluya la experiencia integral

    del obrero. El paso de las construcciones

    marxistas de la cultura obrera en su relacin

    con la vida cotidiana que provenan de la

    Escuela de Birmingham (Thompson,

    Hoggart, Willis, Goldthorpe, Lockwood) y

    su incorporacin de la subjetividad ha

    tenido ms impacto actualmente en los

    estudios de las identidades profesionales o

    de la cultura laboral (y no cultura obrera) de

    los sectores productivos ms dinmicos

    como la maquila o servicios, que en la

    manufactura clsica de tipo fordista-

    taylorista. Hoy da, el auge de los estudios

    sobre las identidades profesionales,

    imaginarios y representaciones sociales o

    procesos de significacin en el mundo del

    trabajo no abordan al sector manufacturero

    clsico (aunque s mucho al sector

    maquilador) sino servicios y empleos

    precarios.3 De ninguna manera

    consideramos negativo este nuevo auge rico

    y diverso de los estudios laborales, pero s

    creemos que es fundamental regresar a

    estudiar a la nueva generacin obrera de la

    manufactura clsica y sus experiencias de

    vida. Mxime cuando se trata un segmento

    cada vez ms reducido y en una larga y

    pronunciada crisis.

    Por otra parte, a pesar de que los estudios

    pioneros sobre la juventud, tanto en

    Inglaterra como en los Estados Unidos

    durante la posguerra, se enfocaron en las

    clases obreras (Morch, 1996) (Feixa, 1998)

    3 De la Garza et al, 2008, De la Garza 2009; Guadarrama y Torres, 2007; Pea et al, 2009.

    (Prez, 2008), ahora las investigaciones

    sobre la juventud y el trabajo han

    desatendido a los jvenes obreros. La

    mayora de estos estudios, tanto

    cuantitativos como cualitativos, se centran

    en empleos precarios no formales

    (prostitutas, lavacoches, meseros, entre

    otros), en trabajos juveniles tpicos

    (empleados de comida rpida, call centers,

    meseros de bares, DJs, entre otros) o en la

    relacin entre el aparato educativo y el

    mercado de trabajo.4 Por ello es importante

    atender las experiencias de vida de los

    jvenes obreros contemporneos en estas

    reas de conocimientos (estudios del trabajo

    y estudios sobre la juventud). As pues, nos

    interesa cmo los jvenes obreros atribuyen

    significados a sus acciones sociales en

    contextos parcialmente estructurados (el

    trabajo, la escuela, la familia, el espacio

    urbano) y cmo stos, a su vez, tambin

    influyen en las decisiones, acciones y actos

    de los sujetos. Es decir, la compleja

    interaccin entre estructuras, accin social

    y los procesos subjetivos de dar sentido en

    el mundo de la vida cotidiana (De la Garza,

    2006a). En este marco, las nociones trabajo,

    contexto de significados, configuracin de

    la experiencia, y espacios vitales, sern los

    ejes conceptuales que nos permitirn

    analizar y comprender con un mayor detalle

    de la experiencia de trabajo manufacturero

    y sus significados en la vida cotidiana en un

    4 Vase los trabajos de Abdala et al. (2005), Camarena, (2004) Higgins, (2001) Ibez(2005), Guzmn(2004) Jacinto, (2004), Pieck, (2001), Navarrete(2004), Muoz(2001), Machado (2007).

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    espacio urbano-industrial como lo es

    Azcapotzalco.

    Entendemos el Trabajo, en su dimensin

    vivencial, como el conjunto acumulativo de

    las experiencias de actividades productivas

    (remuneradas o no) en el transcurso de vida

    de un individuo. Lo distinguimos de

    empleo, en tanto que ste es un episodio

    especfico de la actividad productiva y es

    variable dentro de la trayectoria vital

    (empleos agradables, desagradables,

    empleos de aos o de meses, entre otros) en

    tanto que el trabajo es continuo, abarca los

    distintos empleos y est estrechamente

    relacionado con otros mbitos de vida como

    el familiar, el educativo y el del tiempo

    libre. Adems del anlisis del trabajo,

    tambin se debe considerarse el mbito del

    no trabajo. El no trabajo (que sera

    diferente al espacio del desempleo en tanto

    que ste implica la salida de un empleo,

    des-empleo) ser entendido ms que una

    esfera distinta al mundo laboral como un

    espacio de preparacin hacia el trabajo. El

    no trabajo como el espacio de vida donde

    las inquietudes por el trabajo adquieren

    importancia y donde el trabajo, la familia,

    los amigos y otros factores configuran

    acciones especficas para la bsqueda de

    empleo. En este sentido, esta nocin de no-

    empleo sera diferente tambin a la de

    socializacin para el trabajo, ya que sta, si

    bien habla de la apropiacin de significados

    del trabajo previos al empleo, no

    necesariamente supone la accin de buscar

    trabajo (Salles, 1999). As pues, el Trabajo,

    en tanto la trifurcacin ya expuesta, ser en

    lo sucesivo el concepto organizador de la

    experiencia significativa en una mediacin

    entre los contextos significativos en, desde

    y para el trabajo y la configuracin de la

    experiencia que articula otros mbitos de

    vida. Al referirnos al Trabajo, denotar las

    distintas caractersticas estructurales,

    significativas, de accin social y de poder

    que se desarrollan en l, pero que son

    particulares de cada experiencia biogrfica

    de los actores.

    Por otra parte, la incorporacin de la

    espacialidad conlleva la significacin del

    espacio que los individuos hacen a travs de

    los recuerdos, los sueos y las vivencias

    estableciendo una relacin simblicamente

    importante entre espacio e individuo. Estos

    espacios se desarrollan como espacios de

    vida y espacios vividos (Merleau-Ponty,

    1993) (Nicol, 1996). Los primeros se

    refieren a los lugares recurrentes y a las

    trayectorias que los sujetos van

    estableciendo en su cotidianeidad material y

    objetiva, los segundos a cmo son

    significados los espacios de vida (Lindn,

    2006:46-48), es decir, el desdoblamiento

    espacial de lo material a lo simblico (como

    representacin significativa), y como un

    marco de referencia significativo que se

    transforma con el tiempo. Estos elementos

    espaciales son fundamentales dentro de un

    contexto ms amplio de la experiencia

    espacial, que rene tanto las prcticas, el

    conocimiento (acervo) y la subjetividad

    espacial, la cual no se remite a un solo

  • [Ide@s CONCYTEG 6 (77): Noviembre, 2011]

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    individuo, sino que puede ser social. Est

    nocin es sumamente importante, mxime

    cuando un espacio geogrfico como

    Azcapotzalco, histrica y

    antropolgicamente ha sido relacionado

    como una importante actividad fabril y

    obrera. Los espacios de vida estructurados

    fsicamente como lo es la fbrica, la unidad

    habitacional, el vecindario o el bar, se

    articulan en las trayectorias (recorridos)

    cotidianas y se significan en los espacios

    vividos integrando en la experiencia

    espacial distintos mbitos, el familiar, el

    laboral, y el del ocio.

    As, la configuracin especfica de la

    experiencia del Trabajo es la articulacin

    dinmica de una serie de experiencias

    afines y correlacionadas entre s y cumple

    una funcin interpretativa en la vida

    cotidiana. Dicha articulacin se da en dos

    sentidos simultneos: 1) en afinidad de

    experiencias determinadas por la

    recurrencia cotidiana de las mismas en un

    slo mbito de sentido ms o menos

    homogneo; y en este sentido conforma su

    trayectoria laboral y en 2) correlacin con

    otros mbitos de sentidos secundarios pero

    corresponsables con el primero. Esta

    dinmica interactiva es recproca aunque

    pueden variar sus grados de dependencia,

    conformando en conjunto el proyecto

    biogrfico laboral el cual no es

    necesariamente premeditado ni racional,

    sino que se va adaptando segn las

    prioridades, deseos, lmites y los elementos

    estructurales y coyunturales que se vayan

    presentando e implica una complejo dilogo

    retrospectivo y proyectivo. En este sentido,

    la configuracin de la experiencia de

    trabajo es espacio-temporal en tanto se va

    conformando por distintos espacios en un

    devenir constante. Es interpretativa (en

    contraste con la expresiva) en tanto que los

    sujetos pueden dar sentido a su Vida en

    marcos temporales ms extensos, en

    estructuras ms amplias (tales como las

    instituciones, el Estado, el trabajo, la

    religin, etc.), y en un sinfn de relaciones

    sociales intersubjetivas con un nmero

    indeterminado de actores. En tanto los

    sujetos pueden dar sentido a su Vida,

    tambin pueden compartir sus experiencias

    significativas (en tanto comprendo mi

    experiencia puedo compartirla con los

    dems). La configuracin total de la

    experiencia es el marco interpretativo que

    congrega, distingue, selecciona y cristaliza

    las diferencias experiencias significativas

    vivenciadas a lo largo del tiempo. As, para

    conocer configuraciones de experiencia

    especficos (como lo es el trabajo y su

    relacin espacio-temporal), es importante

    situarlo en la configuracin total de la

    experiencia (Schtz, 1973). En tanto que la

    experiencia es una forma de conocer el

    mundo en la vida cotidiana, tambin funge

    como un acceso al conocimiento desde el

    mbito de la sociologa, la ciencia poltica y

    la historia. As, para E.P.Thompson, en su

    anlisis histrico de la formacin de la clase

    obrera en Inglaterra, seala que: () la clase obrera cobra existencia cuando algunos hombres, de resultas de sus experiencias comunes (heredadas o

  • Trabajo, espacio y experiencia. El caso de los jvenes obreros de Azcapotzalco Gustavo Garabito Ballesteros

    1262 ISBN 978-607-8164-02-8

    compartidas), sienten y articulan la identidad de sus interesa a la vez comunes a ellos mismos y frente a otros hombres cuyos intereses son distintos (y habitualmente opuestos) a los suyos. La experiencia de clase, est ampliamente determinada por las relaciones de produccin en la que los hombres nacen, o en las que entran de manera involuntaria. La conciencia de clase es la forma en qu se expresan estas experiencias en trminos culturales: encarnada en tradiciones, sistemas de valores, ideas y formas institucionales. (Thompson,1977:XIII-XIV)

    Es decir, la experiencia de clase, si bien

    puede darse en contextos parcialmente

    estructurados (en el caso de Thompson, a

    travs de las relaciones de produccin) que

    le dan unidad, permite articular y recrear la

    realidad a travs de expresiones culturales

    que son afines a dichos contextos. En este

    sentido, la experiencia tambin es una

    expresin colectiva de una realidad social

    en particular5. Concluyendo, la experiencia

    funge no slo como una forma de conocer y

    compartir el mundo de la vida cotidiana,

    sino que adems pueden articularse

    experiencias afines en contextos

    determinados (ya sea por el espacio, el

    momento histrico, grupo etreo, tipo de

    actividad econmica) en una expresin ms

    o menos homognea de la realidad social y

    en cmo sta es interpretada por los actores.

    La experiencia congrega los distintos

    mbitos de la vida cotidiana para generar un

    sentido que permita la compresin de la

    realidad.

    As, la experiencia de trabajo no se limita

    slo a la actividad productiva, sino que

    explica y se explica por otros mbitos 5 Cfr. Illades (2008)

    distintos. As, como veremos ms adelante,

    la experiencia fabril est influida no slo

    por una eleccin personal, sino que adems

    convergen la escolaridad, la situacin

    familiar y el entorno espacial en una

    dinmica mutua. De esta manera, la

    experiencia de trabajo, no es slo el

    conocimiento ordinario adquirido en la

    esfera laboral, sino que se define tambin

    por la articulacin de los distintos mbitos

    que intervienen en ella. La experiencia de

    trabajo no slo responde a la pregunta de

    en qu y cmo trabajo? Sino que adems

    responde al por qu y para qu trabajo?

    Sujetos y espacio de anlisis: jvenes obreros

    Retomamos una concepcin de jvenes6

    como una construccin socio-histrica7 que

    refiere a aquellos sujetos que se encuentran

    en el trnsito de la niez a la vida adulta y

    que se caracteriza primordialmente por ser

    una etapa de iniciacin e integracin a

    experiencias distintas a las vividas durante

    la infancia y preparatorias para la edad

    adulta. Distinguimos tres procesos de

    6 Por cuestiones de espacio no podemos desarrollar la problematizacin de la nocin de lo juvenil ms all de discurso -an dominante- de la socio-demografa que lo encuadra bajo una determinada edad biolgica a partir de criterios que, bajo una premisa operativa de homogeneidad, delimitan rangos etreos y el paso a una concepcin socio-histrica que destaque rasgos culturales e identitarios. Este debate se puede seguir en (Prez, 2010, 2008,) (Urteaga, 2010, 2007) (Cuevas, 2006) (Esteinou, 2005) (Alpzar y Bernal 2003) (Bourdieu, 1990). 7 Castro, 2007; Cuevas, 2006.

  • [Ide@s CONCYTEG 6 (77): Noviembre, 2011]

    1263 ISBN 978-607-8164-02-8

    iniciacin e integracin: el trabajo, las

    prcticas sexuales y las actividades

    censuradas socialmente (cigarro, alcohol,

    drogas, violencias, etc.) Diferentes

    encuestas (IMJ, 2002 y 2005) sealan estos

    procesos de integracin entre los 14 y 16

    aos, pudindose extender hasta los 18. Sin

    embargo, en trminos de edad, se ubica a

    los jvenes entre los 12 y 29 aos de edad.

    Y salvo estas particularidades enunciadas,

    los jvenes presentan una compleja

    heterogeneidad por su origen tnico, su

    posicin econmica, educativa, social y

    geogrfica.

    Como se sealaba ms arriba, la deficiente

    relacin entre el aparato educativo y el

    mercado de trabajo ha sido la principal

    preocupacin de los estudiosos del trabajo

    juvenil8. En menor medida tambin se han

    desarrollado estudios de caso de corte

    cualitativo sobre los significados, la

    experiencia y las trayectorias laborales de

    los jvenes en distintas ocupaciones9

    predominando aquellas ocupaciones

    tpicamente juveniles tales como los

    empleados de restaurantes de comida

    rpida, cines, call centers, supermercados y

    tiendas comerciales entre otros. Sin

    embargo, en nuestra revisin del estado del

    arte, no encontramos estudios de caso

    especficamente sobre obreros jvenes. Si

    8 Entre muchos estudios sobre la desarticulacin entre los aparatos educativos y el mercado de trabajo podemos contar los de Alexim, 2006: Abdala, 2005; Weller, 2005; Pieck, 2001; Jacinto, 2004). 9 Cf. Machado, 2007; Ibez, 2005, Guzmn, 2004; Garabito, 2007.

    bien, en la Escuela de Birmingham, en

    Inglaterra se inici en la dcada de los

    sesentas una importante tradicin de

    investigaciones sobre la conformacin de la

    clase donde indirectamente se aborda la

    cuestin de la juventud obrera (Willis,

    1988; Hoggart, 1990; Thompson, 1977) en

    la actualidad no se atendido el anlisis de la

    experiencia de vida de los jvenes obreros.

    Esto se debe, por una parte, a la importante

    cada del trabajo industrial en relacin con

    el creciente sector servicios y por la otra,

    por el creciente inters por las expresiones

    culturales de lo juvenil a travs de lo que se

    le llama como contraculturas juveniles

    representados por toda una gama de

    representaciones identitarias tales como los

    maras, los punks, los emos, cholos, etctera

    ensombreciendo a otros sectores juveniles

    tales como los agrcolas, los jvenes con

    oficios (albailes, carpinteros, plomeros) y

    los obreros los cuales son analizados desde

    un situacin ocupacional y no tanto desde

    su condicin juvenil.

    A reserva de lo que se abordar ms

    adelante en relacin con el contexto de

    insercin laboral (contexto escolar,

    educativo, familia y espacial) de los jvenes

    entrevistados, un rpido anlisis, resultado

    del cruce de ocupacin y la edad, nos

    permite acercarnos de manera general a la

    participacin juvenil en el trabajo industrial

    en Mxico. A partir de los datos calculados

    por Camarena (2004:124) y de la Encuesta

    Nacional de Ocupacin y Empleo (ENOE)

    correspondiente al 2007 del Instituto

  • Trabajo, espacio y experiencia. El caso de los jvenes obreros de Azcapotzalco Gustavo Garabito Ballesteros

    1264 ISBN 978-607-8164-02-8

    Nacional de Estadstica, Geografa e

    Informtica (INEGI) se puede notar una

    interesante tendencia en las ocupaciones

    elegidas por los jvenes mexicanos en su

    primer trabajo: los trabajos de la industria,

    en particular los de ayudantes generales y

    peones, y en menor medida los de artesanos

    y obreros, son los ms elegidos como

    primer empleo entre los trabajadores

    menores de edad (menores de 14 aos y

    entre 14 y 17 aos); en contraste, las

    actividades de comercio registran un

    aumento conforme aumenta la edad de

    ingreso al primer empleo. Esto se explica

    en gran medida por la relacin entre el nivel

    educativo que priva en esa edad y los

    requisitos de esos puestos.

    De esta manera tenemos que el 10.5% de

    jvenes menores de 14 aos tuvieron como

    primer trabajo ser ayudantes o peones de

    industria (un 3.3 fueron obreros o

    artesanos) y un porcentaje igual en las

    actividades comerciales para la misma

    edad. Para el siguiente grupo etario, entre

    los 14 y 17 aos de edad, el porcentaje de

    ayudantes y peones aumenta a un 17.6% y

    de manera similar a un 16.6 % como

    empleados de comercio. Pero,

    aparentemente, los jvenes de 18 a 20 aos,

    no se interesan tanto por el trabajo como

    ayudante o pen como primer empleo

    (participacin del 10.3%), sino que

    prefieren las ocupaciones del comercio

    (19.5%). Tendencia que se consolida en el

    rango de los 21 y 24 aos de edad: los

    jvenes que fueron peones o ayudantes

    industriales son slo el 5.7% mientras que

    los laboran en el comercio se mantienen en

    un 18.2%. Lo anterior puede derivarse, en

    el caso de los ayudantes y peones obreros,

    del aumento progresivo en su capacitacin

    laboral y por lo tanto en una trayectoria

    laboral ascendente en los escaos

    jerrquicos, o, por lo contrario, en una

    salida de la ocupacin por los pocos

    ingresos o satisfacciones obtenidas en el

    mismo y las crecientes necesidades que

    viene con el aumento de los aos tales

    como casarse y criar a los hijos. En el caso

    de los comerciantes, es evidente cmo

    conforme aumenta la edad va

    consolidndose como una opcin

    conveniente. Es relevante el

    comportamiento similar que tienen tanto los

    servicios personales, los cuales son

    tradicionalmente relacionados con los

    jvenes (por incluir a empleados en cines,

    restaurantes, parques de diversiones,

    estilistas y otros), con los artesanos y

    obreros, los operadores de maquinaria y

    equipo y los vendedores ambulantes, lo que

    revela, nuevamente, la heterogeneidad de la

    participacin laboral de los jvenes. Es

    decir, que no hay propiamente ocupaciones

    tpicamente de jvenes.

    Centrando la atencin en el sector de

    jvenes trabajadores industriales, artesanos

    y ayudantes para el 2007, se puede apreciar

    que casi la mitad (53.3%) de los

    trabajadores de la rama son artesanos y

    trabajadores fabriles, una cuarta parte

    (25.6%) son ayudantes y peones y tan slo

  • [Ide@s CONCYTEG 6 (77): Noviembre, 2011]

    1265 ISBN 978-607-8164-02-8

    el 14.6% son operadores de maquinaria. En

    el Distrito Federal, el nmero de artesanos

    tiene una mayor importancia, pues asciende

    al 58%, en tanto que los ayudantes

    representan al 20% del total de trabajadores

    y los operadores de mquinas responden al

    11.4%. No obstante, cuando se ve a detalle

    la composicin de las distintas laborales

    desglosadas por ocupaciones ms

    especficas, puede notarse la misma

    tendencia que se encuentra tambin en el

    anlisis de Rosa Mara Camarena (2001).

    Entre los jvenes de 14 a 19 aos, hay una

    importante presencia tanto como ayudantes

    y peones industriales, como en el comercio

    y en los servicios personales. Pero

    conforme la edad aumenta, la participacin

    en como ayudantes en el sector industrial se

    ve disminuida de forma bastante visible (de

    un 59.9% a un 35.5%.).

    Por ltimo, queremos abordar sobre el

    importante nmero de jvenes trabajadores

    entre los 14 y 17 aos que no asisten a la

    escuela (por lo menos al momento de la

    entrevista). Tanto a nivel nacional como en

    el Distrito Federal, el sector industrial es el

    que ms jvenes no estudiantes rene en

    sus actividades. De este sector, son los

    operadores de maquinaria quienes ms

    jvenes en esta condiciones renen (el

    87.2%). Sin embargo, en el Distrito

    Federal, la distribucin de estos jvenes que

    no asisten a la escuela tiene una importante

    presencia en prcticamente todas las

    ocupaciones. As pues, el trabajo industrial

    tiene presencia en los jvenes como una

    opcin ante el primer empleo; esta

    posibilidad de empleo tiene particular

    importancia cuando se vive en un entorno

    industrial urbano como lo es Azcapotzalco.

    Veamos a continuacin algunas de sus

    principales caractersticas.

    Azcapotzalco: entre la decadencia y la restructuracin industrial

    Ser joven en un entorno industrial urbano

    genera un marco de significados laborales

    muy distintos al estudiante universitario

    que vive en una zona de oficinas y

    comercios. Adems de ser mayor la

    posibilidad de trabajar en una fbrica como

    obrero que en una oficina como office boy,

    los referentes en torno a la construccin

    significativa del trabajo responde a una

    tradicin familiar, histrica y valorativa

    muy peculiar. Por ello que la referencia

    espacial sea de capital importancia para el

    presente estudio.

    La Delegacin Azcapotzalco, al norte de la

    Ciudad de Mxico, sufri a partir de la

    dcada de los cuarentas un procesos de

    industrializacin urbana que no slo

    modifico el entorno geogrfico, sino la

    totalidad de la vida cotidiana en el lugar.

    As, en el contexto del proceso de

    localizacin industrial y crecimiento urbano

    de la Zona Metropolitana de la Ciudad de

    Mxico (ZMCM), el papel desempeado

    por la delegacin ha sido sintomtico de lo

  • Trabajo, espacio y experiencia. El caso de los jvenes obreros de Azcapotzalco Gustavo Garabito Ballesteros

    1266 ISBN 978-607-8164-02-8

    que pasa en el resto de la ciudad. Si el

    modelo proteccionista del Estado

    benefactor contribuy a que el Distrito

    Federal, de 1940 a 1970, fuese la entidad

    con mayor participacin en la industria a

    nivel nacional, ese mismo factor permiti

    que Azcapotzalco haya sido la delegacin

    con mayor participacin en dicho sector. Y

    si el cambio de modelo a partir de 1980

    afect sobre todo a la ZMCM, el impacto

    fue mayor sobre la delegacin. El constante

    proceso de transformacin de la

    urbanizacin industrial de Azcapotzalco

    sugiere un interesante espacio de anlisis

    sobre cmo los jvenes construyen su

    experiencia de Trabajo en un entorno fabril

    que, a pesar de su doble proceso de

    decadencia y reestructuracin, se impone en

    la experiencia espacial cotidiana.

    En Azcapotzalco, la industrializacin se

    impuso a una economa agrcola y ganadera

    que era suficiente para la regin, trabajar en

    fbricas, al inicio del proceso, ni siquiera

    era considerado como una alternativa para

    obtener ingresos. Al mismo tiempo que se

    edificaban las grandes plantas industriales,

    los habitantes de Azcapotzalco an

    trabajaban en los establos y en los jornales

    que quedaban y se divertan en fiestas

    campestres tpicas (Bazn, 1991). Pero el

    crecimiento urbano impuesto -en su

    mayora precario y desordenado-, violent

    la vida cotidiana en varias dimensiones:

    En su crecimiento poblacional causado

    sobre todo por las migraciones

    multitudinarias de trabajadores que

    habran de colonizar y prcticamente

    construir su residencia (fsica) para

    habitar (vivir) en torno a industria.

    En su relacin con el espacio: se secan

    arroyos y ros como el ro

    Camarones, ahora avenida con el

    mismo nombre-, las fincas, haciendas

    y ranchos se fraccionan, y se

    comienzan a construir vecindades,

    casas y Unidades Habitacionales, las

    trayectorias espaciales se afectan por el

    desarrollo habitacional.

    Hay una transformacin importante en

    la apropiacin de los espacios a travs

    de la denominacin de los lugares: de

    los nombres originarios de los calpullis

    (Amantla, Xochimanca, Pochtln,

    Huacalco) a la nomenclatura mixta

    cristiana-indgena (El Rosario, San

    Juan Tlihuaca, San Bartolo

    Cahualtongo Santiago Ahuizotla, San

    Miguel Amantla San Francisco

    Tetecala) y, con la urbanizacin

    industrial, colonias con referentes

    fabriles (El Gas, Petrolera, Euzkady,

    Un Hogar para Cada Trabajador,

    Trabajadores del Hierro).

    En sus actividades diarias: el tiempo

    cotidiano, antes laxo y determinado

    por los ciclos naturales, despus se

    organiza por la jornada laboral. Los

    trabajadores agrcolas comienzan a

    desarrollar habilidades propias de las

  • [Ide@s CONCYTEG 6 (77): Noviembre, 2011]

    1267 ISBN 978-607-8164-02-8

    fbricas. La composicin interna de los

    hogares tambin se transforma, la

    familia disminuye, las prcticas

    reproductivas de la fuerza de trabajo se

    modifican (Sheridan, 1991), la mujer

    comienza a ingresar en los talleres, lo

    laboral invade lo domstico no slo en

    la relacin trabajo/ocio sino en

    tambin en proximidad espacial de las

    naves industriales y fbricas en los

    barrios y colonias, y en la

    contaminacin industrial resultante

    (Bazn, 1991).

    En suma, en la Ciudad de Mxico, pero

    sobre todo en la delegacin Azcapotzalco,

    se da el paso de lo rural a lo industrial y de

    ste a lo urbano (Lefebvre, 1983); slo que

    no se sucede uno a uno, sino que se

    sobreponen e incluso coexiste en la

    construccin del espacio. Por ello, para el

    caso de Azcapotzalco es que hemos estado

    refirindonos a una urbanizacin industrial,

    es decir, un proceso de desarrollo e

    intensificacin urbana a raz de la

    instalacin fabril; lo cual es un proceso

    distinto al de industrializacin urbana,

    donde dicha industria se establece en una

    infraestructura ya desarrollada, que se dio,

    en lo general, en la Ciudad de Mxico y en

    Guadalajara. Y como hemos visto, factores

    polticos y econmicos estructuran pero no

    determinan- la vida cotidiana de los sujetos,

    quines a su vez, reconstruyen en sus

    prcticas y procesos subjetivos, los espacios

    habitados.

    A partir de la dcada de los setentas, la

    reconstruccin del espacio rural va la

    urbanizacin industrial ahora pasa por otro

    proceso de reestructuracin totalmente

    opuesto, la descentralizacin industrial que

    ya ha generado un proceso de

    desindustrializacin de la Ciudad de

    Mxico y por supuesto, de Azcapotzalco.

    Dado que en el Modelo de Sustitucin de

    Importaciones la ZMCM fue la que

    concentr la mayora de dinmica

    econmica, la crisis de dicho modelo afect

    principalmente a esta ciudad. Y si este

    modelo econmico benefici el desarrollo

    urbano, social, poltico y econmico de la

    Ciudad de Mxico, el nuevo modelo

    exportador y de apertura comercial dentro

    del marco de las polticas neoliberales lo

    afectaran notablemente.

    As como la transformacin del Modelo de

    Sustitucin de Importaciones afect de

    manera central a la delegacin de

    Azcapotzalco por la urbanizacin industrial,

    el proceso de descentralizacin de la

    manufactura transforme especialmente a

    dicha delegacin, aunque presente matices

    diferentes a lo que en general pasa en la

    ZMCM, ya que el descenso de la actividad

    manufacturera es relativa y hay varios

    proyectos de revitalizar los parques

    industriales. En los ltimos veinte aos, la

    zona industrial de Azcapotzalco ha

    presentado importantes transformaciones en

    el nmero de sus unidades, personal

    ocupado, remuneraciones y tipo de

    industria que concuerdan con las tendencias

  • Trabajo, espacio y experiencia. El caso de los jvenes obreros de Azcapotzalco Gustavo Garabito Ballesteros

    1268 ISBN 978-607-8164-02-8

    de dispersin industrial y de concentracin

    de servicios en la ZMCM. Tal vez uno de

    los cambios ms importantes y particulares

    dentro de la delegacin es el cambio de

    industrias de la transformacin por

    industrias manufactureras ya que resulta

    ms barata su importacin. Con ello se ha

    dado una reorientacin de algunos rubros

    de la actividad industrial, por otros

    dedicados al comercio, servicios y vivienda,

    propiciando condiciones de desempleo y

    migracin de la poblacin por prdida de

    empleo. A pesar de ello, Azcapotzalco

    conserva su estrecha relacin industrial con

    los municipios de Tlalnepantla y

    Naucalpan, y con el corredor industrial

    Cuautitln Izcalli en el Estado de Mxico

    (Moctezuma, 2006) (Duhau y Giglia, 2008)

    (PDDA, 2006).

    A pesar del franco decrecimiento industrial,

    la delegacin Azcapotzalco an conserva

    el 40 por ciento del uso del suelo industrial

    del Distrito Federal; aportando el 15.04 por

    ciento del empleo industrial productivo y

    tiene reas con proyectos de desarrollo,

    tales como el ex-rastro de Ferrera, los

    Almacenes Nacionales de Depsito y la

    Terminal de Carga de los Ferrocarriles de

    Pantaco, las cuales, en conjunto, suman

    cerca de 150 hectreas, las que destinadas a

    proyectos de uso de alta tecnologa y

    servicios daran cabida a cerca de 20 mil

    empleos adicionales y an es destino de

    viaje para un sector especfico de poblacin

    trabajadora de la Zona Metropolitana del

    Valle de Mxico. Esta condicin se refleja

    en la movilidad de la poblacin en el norte,

    registrando las delegaciones Azcapotzalco

    y Gustavo A. Madero, conjuntamente, el 12

    por ciento de las trayectorias (PDDA,

    2006:8).

    Desde el ao 2000 se ha puesto en marcha

    siete proyectos de parques industriales de

    los cuales cuatro se concentran en

    Azcapotzalco: el Clster Vallejo, el

    Tecnoparque Azcapotzalco -presentado

    por la Asociacin de Industriales de

    Vallejo, Coparmex y Canacintra- el Parque

    Tecnolgico Educativo Milenio Ferrera y

    uno ms en Cuitlhuac. Con estos parques

    industriales, proyectados durante el sexenio

    foxista, se pretende darle un giro a Vallejo

    para pasar de la manufactura a la maquila

    de electrnica.10 As mismo, en el 2007, se

    construy de una planta de distribucin y

    maquila del corporativo Procter and

    Gamble, con una inversin de 100

    millones de dlares y cerca de 2 mil

    empleos temporales y permanentes11.

    As, las reas industriales actualmente

    ocupan 722.6 hectreas aproximadamente,

    siendo las ms importantes del Distrito

    Federal, representando en extensin,

    ligeramente superior, la quinta parte del

    territorio de Azcapotzalco (21.70 por

    ciento). Los polgonos se ubican en la

    colonia Industrial Vallejo con 377 mil 87

    hectreas y en las Unidades Territoriales

    San Salvador Xochimanca, Coltongo, Santo

    10 La Jornada, 02/02/2002 y 13/02/2002 11 La Jornada, 01/09/2007

  • [Ide@s CONCYTEG 6 (77): Noviembre, 2011]

    1269 ISBN 978-607-8164-02-8

    Toms, San Martn Xochinhuac, Santa

    Ins, Santo Domingo, Ampliacin

    Petrolera, Industrial San Antonio, San

    Miguel Amantla, San Pablo Xalpa, San

    Juan Tlihuaca, as como las diseminadas

    por todo el territorio que, en conjunto

    suman 344.73 hectreas (PDDA, 2006:15).

    Segn datos del Sistema de Informacin

    Empresarial Mexicano (SIEM), las

    empresas con un nmero de trabajadores

    entre 300 y 500 o ms, se concentran en

    grandes zonas industriales como Vallejo,

    con excepcin de empresas como

    Compaa Hulera Tornel, S.A. de C.V., que

    cuenta, para el 2007, con un nmero

    aproximado de 1,759 trabajadores y se

    encuentra en el barrio de Santa Cruz

    Acayucan, frente a el pequeo

    fraccionamiento industrial de Santa Luca.

    Empresas con entre 100 y menos de 300

    trabajadores se encuentran distribuidos en

    el resto de colonias y barrios. Destacamos

    lo anterior porque resulta interesante que

    las empresas medianas y pequeas que no

    pertenecen a las zonas industriales

    establecidas circundan dichas zonas

    incorporndose (o invadiendo) a los

    pueblos, barrios y colonias vecinas. A ello

    hay que agregarle las bodegas y almacenes

    que estn diseminados en zonas

    habitacionales, adems del gran nmero de

    enormes tractocamiones de carga de uno y

    hasta dos cajones estacionados que

    obstruyen las calles y avenidas del lugar.

    Otro grave problema subyacente al

    decrecimiento fabril es el abandono de

    viejas plantas industriales las cuales se

    convierten en focos de contaminacin

    industrial, como ya lo habamos comentado

    antes, o se rentan como bodegas para

    distribuir mercanca importada (Cf.

    Hiernaux, 1998) (Moctezuma, 2006:334).

    La estructura espacial de Azcapotzalco es

    muy interesante. La delegacin se ha

    caracterizado por entremezclar en su

    territorio tres tipos fundamentales de

    espacios urbanos: a) Viejos pueblos y

    barrios (originalmente ganaderos y

    agrcolas) que fueron absorbidos por el

    desarrollo urbano e industrial, tales como

    San Miguel Amantla, Santiago Ahuizotla;

    San Pedro Xalpa, San Andrs y El Barrio

    de San Andrs. b) Colonias obreras

    desarrollados durante el proceso de

    industrializacin entre 1930 y 1950, como

    la Reynosa Tamaulipas, El Arenal,

    Clavera, y c) grandes Unidades

    Habitacionales desarrolladas durante en la

    dcada de 1970 y 1980, como El Rosario,

    Tlaltilco, Presidente Madero y Miguel

    Hidalgo, por mencionar algunas.12 Resulta

    interesante como estos distintos espacios

    (pueblo y barrios, colonias y U.H.) urbanos

    se entrelazan con fronteras difusas. As

    mismo, las U.H. se entretejen con pueblos y

    barrios tradicionales y con colonias ms

    urbanizadas como es el caso, al centro

    oriente, de las Unidades Habitacionales San

    Juan Tlihuaca y Rosendo Salazar, las cuales

    estn al interior del que fuera el pueblo San

    12 (Sheridan, 1991:16-17) (Nieto, 1997:72-123) (Moctezuma, 2006) (Duahu y Giglia, 2008)

  • Trabajo, espacio y experiencia. El caso de los jvenes obreros de Azcapotzalco Gustavo Garabito Ballesteros

    1270 ISBN 978-607-8164-02-8

    Juan Tlihuaca, la primera al norte y la

    segunda al sur. Tambin nos encontramos

    con antiguos barrios que han sido

    totalmente absorbidos por el territorio

    industrial. Tal es el caso del Barrio de las

    Salinas, Santa Cruz de las Salinas y el

    Barrio de Huautla de las Salinas que

    prcticamente han desaparecido salvo por

    algunos callejones en medio del complejo

    industrial de Vallejo.

    Es evidente que Azcapotzalco atraviesa por

    una transicin entre el retroceso y abandono

    de su condicin industrial y el rescate de la

    misma, a travs de la reestructuracin de su

    planta industrial. Resulta interesante que

    esta situacin de deterioro econmico

    manifieste otros signos que van ms all de

    la esfera productiva, el aumento de la

    delincuencia y la marginalidad en las zonas

    industriales y perifricas a stas, bodegas y

    pequeas fbricas diseminadas por toda la

    delegacin, que an cuando siguen

    operando, es evidente su descuido;

    numerosos tractocamiones que invaden

    calles y espacios urbanos de vivienda; y una

    enorme refinera que se impone no slo por

    su presencia fsica, sino por su presencia

    qumica contaminante. Estas imgenes

    urbanas si bien son imponentes para el

    forastero, muy posiblemente sean

    cotidianas para los residentes, recordando

    su pasado industrial y su desarrollo incierto.

    Es difcil estimar la decadencia o no de la

    vigencia y funcionalidad fabril de Vallejo a

    simple vista. Si bien es cierto que no

    tenemos un punto de referencia visual del

    auge industrial de hace tres dcadas, la

    heterogeneidad entre los diferentes tipos de

    industria, a juzgar por su apariencia, es muy

    contrastante: por una parte, hay una cuantas

    industrias saludables y con una esttica

    moderna, caracterizadas por un acceso

    visual a la planta y las oficinas, con

    fachadas bien pintadas y libres de graffiti,

    con amplios jardines verdes y bien

    cuidados, personal de vigilancia en las

    entradas y un flujo regular de personal

    interno y proveedores. Muestra de ello son

    las fbricas Siemens -con varias plantas en

    la zona-, Helvex, Nokia, Vitro y el

    tecnoparque, por sealar algunas.

    Por otra parte, estn viejas fbricas activas,

    muchas de ellas enormes y totalmente

    amuralladas con bardas de ms de tres

    metros de alto, que evocan los tiempos de la

    gran industria. El ejemplo ms

    representativo lo es la legendaria fbrica de

    cables de acero y cobre Condumex, pero

    tambin hay otras que, aunque de menor

    tamao, tambin tienen este aspecto

    totalmente cerrado, podemos contar a

    Pepsico, Sabritas, Gamesa, Cemex, Azor,

    Maizoro, Procter and Gamble y Wyeth

    entre otras.

    Tambin encontramos otras fbricas,

    descuidadas, pero an en actividad, muchas

    de ellas carecen de nombre, algunas tienen

    jardines descuidados o altas bardas

    descoloridas, un claro ejemplo de ello es

    una gran fbrica, sin nombre, que se

    encuentra en la esquina de la Calzada

  • [Ide@s CONCYTEG 6 (77): Noviembre, 2011]

    1271 ISBN 978-607-8164-02-8

    Vallejo y el poniente 128, la cual parece ser

    que slo es utilizada una fraccin de la

    misma, tambin podemos contar a

    Cosmticos Mara -nos enteramos del

    nombre adentro de la empresa-, la acerera

    Formacero o la fbrica Koblens, entre

    muchas otras. Tambin hay que considerar

    pequeas fbricas y almacenes que estn

    dispersos en toda la zona industrial. Por

    ltimo, numerosas fbricas totalmente

    abandonadas con cristales rotos, paredes

    cubiertas por inteligibles graffiti, cortinas

    metlicas y tubos de aire acondicionado

    totalmente oxidados y con montculos de

    basura orgnica y fierros retorcidos en sus

    patios.

    Todas estas edificaciones fabriles estn

    distribuidas de manera heterognea entre

    las enormes manzanas divididas por las

    amplias calles y viejas vas de tren

    prcticamente en desuso -aunque un par de

    veces nos toc observar el paso del tren

    entre las fbricas, probablemente para

    recoger basura y metales viejos-. As

    conviven empresas an vigorosas y otras

    totalmente vacas o en espera de ser

    rentadas como bodegas. Conforme

    explorbamos Vallejo, pudimos reconocer

    entre trabajadores que entraban o salan de

    trabajar (entre las 16:00 y las 18:00 horas),

    ya sea en solitario, pares o numerosos

    grupos -como los empleados de Gamesa,

    Femsa o los de Procter and Gamble,- los

    que salan a comer, tambin en pequeos

    grupos, otros empleados, a juzgar por la

    vestimenta, aparentemente mandos medios

    o profesionistas nunca se les vio con los

    obreros por cierto- y los desempleados, sus

    papeles en la mano, deambulando en las

    calles-.

    A pesar de estos problemas, Azcapotzalco

    sigue siendo la principal zona industrial de

    la Ciudad de Mxico, en tanto produccin

    como en ingresos y poblacin ocupada, y la

    caprichosa distribucin entre pueblos

    urbanizados, barrios, colonias y Unidades

    Habitacionales an se entrelaza con

    fronteras difusas. Los jvenes de

    Azcapotzalco podran estar inmersos en un

    espacio urbano que dista mucho de ser

    homogneo, es posible que la disputa que

    se da a nivel institucional entre

    reestructurar la industria de la regin o

    continuar con su deterioro, tambin se

    presente en el joven al momento de iniciar

    la bsqueda de su trabajo.

    Experiencia obrera

    En los jvenes obreros entrevistados, la

    relacin espacial con el trabajo result ser

    capital para la comprensin de su actividad

    laboral. Las difusas fronteras entre el

    espacio domstico y barrial con el industrial

    naturalizan el trabajo fabril como la

    opcin ms inmediata para laborar justo

    despus de terminar los estudios de

    secundaria. Varios de los entrevistados

    referan cmo desde la infancia recuerdan

    los ruidos y olores de las fbricas cercanas,

    as como el ir y venir de los obreros -ya

  • Trabajo, espacio y experiencia. El caso de los jvenes obreros de Azcapotzalco Gustavo Garabito Ballesteros

    1272 ISBN 978-607-8164-02-8

    describimos brevemente los espacios

    industriales y urbanos lneas ms arriba-.

    Crecan y convivan en estos entornos

    fabriles los cuales conforman el escenario

    cotidiano de su trayectoria vital. La

    presencia cercana de los centros de trabajo

    hace de las fbricas el referente laboral

    inmediato en los jvenes de Azcapotzalco.

    Esto no se debe slo a su cercana espacial

    y biogrfica (en tanto la convivencia con

    estos entornos desde su niez) sino tambin

    a la construccin de redes de familiares,

    vecinos y amigos que permiten una

    insercin laboral directa a estos lugares.

    La insercin laboral de los jvenes en las

    zonas industriales cercanas ha sido

    motivadas precisamente por los amigos o

    familiares que ya laboraban ah o, en el

    peor de los casos cuando necesitaban

    empleo, slo acudan a dichas zonas. Diego,

    uno de los entrevistados, nos relataba al

    respecto: pues slo era cosa de darme una

    vuelta por Vallejo a ver qu encontraba, o

    preguntarles a los trabajadores que andaban

    por ah si saban si haba algn trabajo o

    algo. Casi siempre haba vacantes como

    ayudante general, por eso no me

    preocupaba13.

    Es interesante resaltar que an con la

    importante cada del empleo manufacturero

    en Mxico y en el Distrito Federal, en

    13 Es interesante resaltar que an con la importante cada del empleo manufacturero en Mxico y en el Distrito Federal, en Vallejo las ofertas de empleo para puestos de ayudantes generales eran relativamente abundantes segn lo pudimos constatar en los recorridos por esta zona industrial.

    Vallejo las ofertas de empleo para puestos

    de ayudantes generales son relativamente

    abundantes segn lo pudimos constatar en

    los recorridos por esta zona industrial. En

    un cuidadoso recorrido podan encontrarse

    algunas vacantes, sobre todo como

    ayudantes generales, y en menor medida,

    como auxiliares de almacn o

    transportistas. No obstante, dicha oferta es

    muy errtica. Un da se exhiben vacantes y

    al da siguiente ya estn ocupadas, o en

    empresas donde no haba puestos

    disponibles, en cuestin de das ya

    comenzaban a solicitar personal. As

    mismo, desempleados que recorran las

    calles de Vallejo sealaban que hay que

    estar tocando puertas y preguntando en las

    fbricas a los trabajadores, porque luego s

    hay chamba aunque no tengan los carteles.

    Esta fluctuacin de empleo en la zona

    obliga a los desempleados regresar a la

    zona varias veces a la semana.

    Hay que destacar que Azcapotzalco, a

    diferencia de otras delegaciones de la

    Ciudad de Mxico, slo cuenta con dos

    pequeas plazas comerciales, un slo cine y

    muy pocos cafs y restaurantes, de tal

    forma que el mercado de trabajo ms

    abundante y directo lo conforman las zonas

    industriales y las fbricas diseminadas entre

    las colonias. Adems de la oferta espacial

    del mercado de trabajo, los referentes

    familiares, de vecinos y amigos que han

    trabajan en las fbricas, influyen en la

    eleccin del trabajo pues ofrecen un mayor

  • [Ide@s CONCYTEG 6 (77): Noviembre, 2011]

    1273 ISBN 978-607-8164-02-8

    conocimiento de las actividades y las

    condiciones de trabajo.

    Otro factor espacial que determina la

    incorporacin en la actividad fabril son las

    ventajas pragmticas que tiene vivir cerca

    de las factoras. El ahorro al no gastar en el

    transporte pblico (a pe o a bicicleta son

    los medios ms comunes para desplazarse

    al lugar de trabajo, en los casos de mayor

    distancia, slo basta un camin), ni

    tampoco en alimentos ya que es posible

    regresar a comer al hogar y de nuevo a la

    fbrica. Por las mismas razones, hay

    tambin una mayor disposicin de tiempo,

    poder levantarse ms tarde que los

    compaeros que viven ms lejos

    (conocimos muchos trabajadores de Vallejo

    y San Antonio que residen en Tlanepantla,

    Ecatepec, Cuautitln y otros municipios del

    Estado de Mxico, y que tienen que cubrir

    distancias de hasta hora y media), regresar

    ms temprano a la casa y disponer de

    mayor tiempo libre para el descanso o el

    ocio. En el caso de las obreras, este

    componente de economa del tiempo es de

    gran importancia para el cuidado de los

    hijos y la atencin del esposo.

    El arraigo territorial a la delegacin que los

    entrevistados expresaban tambin es de

    destacarse. Se les pregunt si les gustara

    cambiar de domicilio y un importante

    nmero de ellos respondi que no, que ah

    haban nacido y que no les interesaba

    cambiar. Ah tenan a su familia y su

    trabajo, no vean la necesidad de cambiarse.

    Si bien podran desplazarse a otra colonia,

    no lo haran a otra delegacin o a un estado

    vecino. Uno de los obreros entrevistados

    pas un tiempo trabajando en la fronteriza

    ciudad de Tijuana, sin embargo nunca se

    interes por cruzar la frontera para trabajar

    en los Estados Unidos, nos deca: Ahora

    s que es de uno no?, el querer es poder,

    aqu se puede si uno quiere, pero si uno es

    huevn no? [donde sea ser huevn-le

    respondo-] pues s, la verdad no?.

    As pues, la relacin espacial cotidiana

    entre el trabajo y el entorno barrial est

    entre cruzado por varias dimensiones: la

    biogrfica, en tanto los imaginarios

    construidos desde la infancia sobre los

    espacios cotidianos. La pragmtica, en

    cuanto a la comodidad y ahorro que les

    ofrece tener empleo constante cerca del

    hogar y la referencial en cuanto a la

    constitucin de redes sociales que permiten

    un rpido acceso a las vacantes fabriles.

    Si bien la construccin de la experiencia

    laboral desde el ngulo espacial ofrece

    ventajas notables, las condiciones de

    trabajo dentro de la fbrica estn muy lejos

    de ser favorables para los trabajadores. La

    oferta de trabajo en las zonas industriales de

    Azcapotzalco est compuesta

    predominantemente por puestos de

    ayudante general. Esta vacante, la ms

    baja en la jerarqua del trabajo industrial, es

    de gran flexibilidad, pues el obrero es

    entrenado en distintas habilidades y a

    capricho es transferido de una actividad a

  • Trabajo, espacio y experiencia. El caso de los jvenes obreros de Azcapotzalco Gustavo Garabito Ballesteros

    1274 ISBN 978-607-8164-02-8

    otra.14 El salario mensual15 va de los $ 2 mil

    500 pesos (mexicanos) a los 3 mil 200 en

    las empresas mejor pagadas, con una

    jornada de ocho horas diarias; sin embargo,

    el minsculo salario los obliga a cubrir

    jornadas de hasta 12 horas diarias para

    cubrir con las necesidades diarias. En su

    mayora, se rolan los turnos, es decir, un da

    es jornada nocturna, al siguiente vespertina,

    y al siguiente diurna, lo cual resulta ser muy

    desgastante para el trabajador. Los

    sindicatos son de proteccin y los obreros

    entrevistados nos decan que no conocan a

    los delegados sindicales y que tampoco

    haban sido convocados para alguna

    asamblea.

    A partir de las narraciones realizadas por

    los obreros entrevistados, la actividad de

    trabajo cotidiana es percibida por ellos

    como muy montona y aburrida: llenar

    envases plsticos de lquidos cosmticos,

    introducir propaganda en bolsas de frituras,

    atornillar, soldar circuitos, entre otros y en

    otros casos -sobre todo en el caso de los

    hombres-, muy intensivas y con alto riesgo

    para la salud, fundicin de metales a altas

    temperaturas, envasado de alta precisin de

    productos qumicos y farmacuticos, carga

    de pesados cables de cobre entre otros. No

    14 Esto lo pudimos constatar cuando ingresamos a varias empresas, so pretexto de emplearnos, y nos explicaron en qu consista las actividades del ayudante general. 15 Aqu nos referimos al salario mensual, pero la paga es usualmente semanal (entre $500 y 620 pesos mexicanos a la semana), lo cual es visto por los obreros como ventajoso, pues sus necesidades son inmediatas y no tiene ni el tiempo ni el dinero como para ahorrar.

    en pocas veces, nos referan los

    trabajadores de hacer sufrido accidentes y

    enfermedades derivadas de la actividad

    laboral. Una de las obreras entrevistadas,

    Alicia, despus de trabajar un corto periodo

    en Vallejo se emple en una tienda de ropa,

    pero cerro a los pocos meses que ingres y

    tuvo que regresar al trabajo fabril porque

    en estos trabajos no te piden experiencia,

    y pues es ms fcil que pueda entrar ()

    envaso y etiqueto los productos () es un

    trabajo fcil pero muy aburrido pero con

    mucha gente chismosa. Alicia rechaza la

    idea de seguir siendo obrera, porque quiere

    superarse, ser mejor, no quedarse en lo

    mismo. En contraste, Luis, un joven

    obrero de 19 aos que lo obligaron a

    trabajar porque embaraz a su novia, l

    sacaba y cortaba lo rollos de tela de doce

    mquinas en una fbrica a la esquina de su

    casa:

    me gustaba mucho porque ah s me traan en chinga () no me gusta aburrirme porque me da hueva (sic) y me salgo () y las maquinotas estaban bien grandotas, bien chidas, aunque luego no haba trabajo y me ponan a limpiar, y me aburra mucho.

    Y si bien en la mayora de los casos cuentan

    con la seguridad social elemental: seguro

    mdico, aportaciones para vivienda y vales

    de despensa; pudimos notar importantes

    cambios en las de por s ya precarias

    condiciones de trabajo. Empresas de

    Vallejo -Gamesa y Sabritas, por sealar

    algunas de las ms importantes- han

    comenzado a emplear personal por contrato

    temporal (contratos de un solo mes por un

  • [Ide@s CONCYTEG 6 (77): Noviembre, 2011]

    1275 ISBN 978-607-8164-02-8

    cuatrimestre o menos), trabajo por hora o

    por cuota de produccin y contratos va

    tercerizacin a travs de agencias de

    empleo externas. Ello como respuesta a la

    aguda cada de la produccin manufacturera

    a nivel nacional. Esta flexibilizacin en los

    mecanismos de contrato han afectado

    sensiblemente a las madres trabajadores.

    Para ellas, a pesar de los bajos salarios que

    se pagan en las fbricas, la seguridad social,

    la estabilidad en el empleo y los horarios

    fijos eran una gran ventaja en comparacin

    con otros empleos en el sector de servicios -

    a su juicio, mucho mas inestable y con

    caprichosos horarios-, ya que podan

    organizar y planear el cuidado de los hijos y

    las actividades del hogar.

    El caso de Vanessa, una obrera de la

    colonia Coltongo, a una cuadra al sur de

    Vallejo, comenz a trabajar en las fbricas

    vecinas:

    porque en las empresas buenas no te permiten quedarte mucho tiempo, como tres meses o por contrato () y ms que nada por el seguro, porque ya tena a mis hijos. Preguntamos que cmo haba marcado el trabajo obrero en su vida, a lo que nos respondi: pues ser que ya me acostumbr, pero s busco otra cosa, como superarme () pues ahorita como est la situacin pues ahora s que en lo que sea, pero despus s me gustara seguir estudiando [terminar tu prepa], s, para conseguir algo mejor () si me qued en un trabajo como esos [-se refiere al sector servicios-] y si mi hijo se enferma a dnde corro?, ya me ha pasado. Y quiero sacar mi casa, muchas cosas () ora, en una tienda de ropa, pues es prcticamente hasta el domingo, y eso tambin es una desventaja.

    Otra entrevistada, Yessica, de 25 aos y con

    preparatoria trunca se lamentaba de la

    misma situacin. Se senta imposibilitada

    de trabajar porque no encontraba un empleo

    flexible que le diera el tiempo suficiente

    para atender a sus dos hijos. En los trabajos

    de medio tiempo no contaban con Seguro

    Social, necesario para sus hijos, y en las

    fbricas donde s tena esta prestacin eran

    muchas horas y no poda cuidar de sus

    hijos. Esta situacin la frustraba mucho.

    Estos testimonios expresan muy bien la

    articulacin de la familia con el trabajo es

    uno de los acontecimientos que ms

    influyen en el ingreso al trabajo obrero. En

    una importante mayora de los

    entrevistados, el ingreso al mundo laboral

    fabril se da al trmino de la educacin

    secundaria y al embarazo del primer hijo -y

    el sucesivo matrimonio-. Nos referimos a

    hombre y mujeres que tienen su

    primognito entre los 16 y 18 aos. Ello los

    orilla a truncar sus estudios de bachillerato

    y trabajar en puestos de muy baja

    calificacin (la secundaria es el mnimo

    requerido para trabajar como ayudante

    general) con pocas posibilidades de

    ascenso. Y si bien algunos terminan sus

    estudios secundarios y bachilleratos en

    escuelas abiertas o en el Sistema de

    Educacin para Adultos, muy pocos han

    logrado cambios notables en sus tempranas

    trayectorias laborales. Con todo ello, son

    sobre todos las mujeres las qu ms se

    lamentan de su condicin obrera, pues tiene

    que lidiar con la doble jornada laboral ms

    la jornada de trabajo domstico que les es

    impuesta por su situacin de madre y

  • Trabajo, espacio y experiencia. El caso de los jvenes obreros de Azcapotzalco Gustavo Garabito Ballesteros

    1276 ISBN 978-607-8164-02-8

    esposa. Le preguntamos a Vanessa: [Qu

    te hace feliz?] que mis hijos estn bien y

    yo estar bien con ellos, qu toda mi familia

    est bien [qu es lo que ms te

    preocupa?] pus no tener a dnde llegar,

    ahorita s tengo, maana quin sabe, mi

    mam no me va a durar toda la vida.

    Consideraciones finales

    El paso del trabajo fabril al de servicios -y a

    la inversa- conlleva cambios importantes en

    la percepcin que se tiene del trabajo. Por

    una parte, tenemos a trabajadores que

    sienten que los servicios son aburridos, de

    poca calificacin, con horarios flexibles que

    entorpecen otras actividades -familiares y/o

    de ocio-, y que requieren de ciertas

    habilidades como la simpata y el trato con

    las personas, cualidades que no creen tener.

    El compaerismo y solidaridad en la

    fbrica, en oposicin al estrs y constante

    competencia en los servicios es otro factor

    que marca una diferencia para nuestros

    entrevistados. Adems de la importante

    valorizacin que se hace de la proteccin

    social, en un clculo donde es preferible

    tener un menor sueldo pero con

    prestaciones que lo inverso, sobre todo en

    los y las jvenes trabajadores con hijos.

    Por otra parte, es interesante que aquellos

    que estn conformes con el trabajo fabril no

    se sienten preocupados por encontrar otro

    empleo. Sin problemas entran y salen como

    ayudantes generales, si preocuparse por

    obtener un trabajo distinto. Ms que un

    orgullo obrero, pareciera que nos

    enfrentamos ante un pragmatismo obrero,

    en un entorno fabril con una vieja tradicin

    obrera en decadencia. Es decir, el trabajo

    industrial es lo ms fcil de conseguir, est

    cerca del hogar, requiere de poca

    escolaridad y no es necesario tener

    experiencia de trabajo. Con ello no

    queremos dar a entender que estos jvenes

    sean mediocres, sino ms bien, que el

    entorno espacial y los mbitos familiar y

    educativo privilegian lo fabril por encima

    de otras oportunidades, dndole centralidad.

    La experiencia de trabajo en Azcapotzalco,

    tiene lugar en la fbrica y en el hogar. Sin

    embargo tambin se da una percepcin

    opuesta, sobre todo en las mujeres. Existe

    un desprecio por trabajo obrero, como algo

    mediocre, montono, esclavizante y sin

    futuro. Una condicin de la que habr que

    luchar para superarla, una presencia de la

    condicin obrera por oposicin y negacin

    (Bonfil, 1987). Situacin difcil, cargada de

    sentimientos de impotencia, pues pareciera

    que la educacin, los hijos y el mismo

    espacio se impone y determina el trabajo

    fabril si bien no como la nica opcin, s

    como la ms factible. Pareciera que entre

    los residentes de Azcapotzalco, existe de

    manera latente un destino obrero que hay

    que aceptar o superar. Con todo, pareciera

    que hay una relativa aceptacin (o acaso

    resignacin) casi natural de las condiciones

    del trabajo fabril: bajos salarios, trabajo

    extenuante y montono, jornadas que

  • [Ide@s CONCYTEG 6 (77): Noviembre, 2011]

    1277 ISBN 978-607-8164-02-8

    requieren de horas extras para aumentar el

    suelo, ausencia total de sindicatos u otras

    organizaciones. Eso es lo que hay, se acepta

    o se deja.

    Es evidente que la experiencia del trabajo

    obrero tiene una importante carga de

    gnero. Para los varones, la iniciacin

    laboral con la entrada a la paternidad se da

    casi de manera simultnea, e incluso, para

    los jvenes no padres, el trabajo les prepara

    para su paternidad. Esta iniciacin doble,

    casi ritual, construye su masculinidad de

    una forma tradicional y, ms que ser un

    camino de la adolescencia a la adultez,

    pareciera ser el paso del nio al hombre.

    Ser obrero contribuye a una construccin de

    s como el Hombre fuerte, rudo, proveedor,

    trabajador y sin preocupaciones. En el caso

    de las mujeres, an cuando los

    entrevistados relataban mayoras femeninas

    en las fbricas, ser obrera se contrapone a

    ser madre. Hay en estas trabajadoras un

    sentimiento de frustracin y de negacin

    del futuro por su actividad en la

    manufactura. La fbrica les garantiza

    proteccin social para sus hijos, pero no

    una mejora real de su situacin social

    entonces qu hacer? En los jvenes

    entrevistados existe una oposicin entre el

    estudio y el trabajo. Rara vez se logra la

    simultaneidad entre estas dos actividades,

    ya sea porque no se tienen los recursos para

    seguir estudiando o porque no se tiene el

    tiempo debido al trabajo. Esto genera un

    conocido crculo vicioso, pues al no poder

    continuar con sus estudios, quedan

    constreidos al mercado como ayudantes

    generales, y el este puesto no genera ni los

    ingresos ni las condiciones para seguir

    estudiando. Mxime cuando se tienen

    esposa(o) e hijos a quienes alimentar. Este

    crculo vicioso puede llevar a la exclusin

    social, pues las oportunidades de superar su

    condicin se cancelan mutuamente.

    Se puede ser madre, padre, obrero, obrera

    y joven al mismo tiempo? La mayora de

    nuestros entrevistados s se identifican

    como jvenes, pero no es algo que estuviera

    en cuestin, pero al narrar su experiencia

    previa al trabajo, s diferenciaban

    tajantemente su juventud, caracterizada

    como andar en el desmadre, en las fiestas,

    sin trabajar, sin preocupaciones. Tambin

    toman su distancia respecto a los otros

    jvenes (hermanos y amigos). Esos chavos

    despreocupados que no piensan en su

    futuro. No cabe duda que estos trabajadores

    relacionan directamente el trabajo con la

    madurez y la responsabilidad, pero ello no

    los opone a su visin de lo que es joven.

    En todo caso, su condicin juvenil parece

    estar ms dada por su edad y su salud que

    por sus prcticas culturales o de ocio. La

    experiencia obrera nos ha revelado una

    compleja articulacin entre el trabajo, la

    educacin, la familia y el entorno barrial.

    Lejos de darse una relacin de causalidad

    directa, nos encontramos con una

    articulacin multifactorial orientada

    fundamentalmente por el trabajo. As, el

    trabajo sigue siendo la columna vertebral en

    la constitucin de la vida, dotando de

  • Trabajo, espacio y experiencia. El caso de los jvenes obreros de Azcapotzalco Gustavo Garabito Ballesteros

    1278 ISBN 978-607-8164-02-8

    sentido la accin de los sujetos y de la

    necesaria identidad que permite una

    comprensin de una compleja realidad

    social. Con ello, el trabajo deja de ser

    solamente la actividad productiva para

    convertirse en un articulador trascendente

    en la vida de las personas. Ello nos exige

    una mirada amplia que permita comprender

    la vida cotidiana en toda su complejidad.

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