topografia intervencion AVE

5/10/2018 topografia intervencion AVE - slidepdf.com

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Intensión y sospecha 2011

Hacia unatopografía de la

intervención social.

Alejandro Vázquez Estrada




I.a Puntos para partir, puntos para llegar.

“Las narraciones,al igual que las fábulas que aparecen en este libro,

están siempre inmersas en la historia y carecen de inocencia”

Arturo Escobar

Es un interés común de las investigaciones el tratar de precisar,

conceptualizar y definir el “objeto” que se pretende analizar o comprender

dentro del estudio. Dicha estrategia ha sido utilizada en las ciencias sociales

como un punto de partida necesario que permite al investigador tener un buen

rumbo en su pesquisa. Sin embargo, una de las grandes dificultades que

presenta esta tarea radica en la utilización de modelos conceptuales de

definiciones y categorías, que lejos de posibilitarnos una visión flexible para la

comprensión del hecho, suelen endurecerlo, ceñirlo, comprimirlo y esterilizarlo,

generando en virtud del análisis, un ente tan distinto al que sucede en la

realidad.

En esta seducción por definir y dar claridad al oscuro objeto del deseo ,

se suelen perder de vista distintas posibilidades para comprenderlo,

alternativas, que lejos de ceñir y acotarse a simples definiciones y miradas

cuadriculadas, brindan una perspectiva dinámica y constitutiva de frente al más

complejo y cambiante de los objetos/sujetos de investigación: el hombre.

La pretensión del presente capitulo es poder mirar desde múltiples

visiones la intervención social . Hablar más de contextos que de límites, más

que conceptos cerrados apelamos a la metáfora; vamos más por las

dimensiones que las tipologías y hablaremos más de procesos que de

instantes.

En este camino se pretende partir de una mirada que le pueda brindar a

la intervención algo del incesante movimiento que en ella existe. Un camino por

el cual esto se puede lograr, es hablando de los elementos que la conforman

no en términos estáticos a manera de inventarios y catálogos, sino más bien

describirlos como puntos de atracción y de formación de relaciones, mismas

que se mueven, cambian y reconfiguran a través del tiempo y de los escenarios

de acción.




Además de las relaciones que se establecen entre los elementos, se

abordan aquellas las dimensiones donde ellas fluyen y se movilizan. Dichas

dimensiones son: la discursiva, la cultural y las relaciones de poder, (Ruiz,

2005) a las cuáles se le añade la dimensión histórica. Esta añadidura nos lleva

al plano del movimiento y la trayectoria que ha tenido la intervención dentro de

los ámbitos de la vida cotidiana de aquellos que lo reciben, como entre aquellos

que desde alguna institución lo ejecutan, ya que la cotidianidad se encuentra

en múltiples, planos, desde el hogar y la escuela hasta la institución y la oficina

de gobierno.

I.b Los elementos que conforman la intervención y las dinámicas quelos mueven.

Por principio de cuentas apelamos a la necesidad de repensar las

estrategias y las formas que tradicionalmente utilizamos para la comprensión

de la realidad desde las ciencias sociales. Parece ser que en la actualidad

existen miradas que lejos de criticar las pretensiones positivistas del

conocimiento en cuanto a su necesidad de generar leyes y principiosuniversales, han decidido seguir adelante con dichos paradigmas y aceptar que

vivimos hoy ante la necesidad de comprender a los individuos, a las culturas y

a las sociedades como organismos congelados que se encuentran en la

estabilidad absoluta en medio de la ruta del evolucionismo unilineal envuelto en

medio del sueño de la razón y la pesadilla del consumo.

No obstante, estamos también en el tiempo donde esta necesidad de

búsquedas nos ha ido llevando a construir formas distintas de aproximarnos y

situarnos frente a lo social y lo cultural. Como lo señala Morin (1995), dichas

pesquisas nos han ido acercando a mirar la realidad desde una visión que

comprende a la sociedad y sus hechos como sucesos dinámicos, inestables,

complejos e irrepetibles; imposibles de guardar en pequeños cajones o en

esferas de cristal conceptual que más que brindarnos la seducción por el orden

y la estrategia, cortan la respiración a los sujetos, las culturas y las sociedades

vivas donde pretendemos incidir.




Es por ello que el presente ejercicio no pretende comenzar el camino

con una definición de intervención social desde el punto de vista plano que

disponga perímetros y fronteras para clarificar lo que está dentro y fuera de su

ámbito. Se pretende mirar a la intervención social como un sistema complejo

de relaciones el cuál habilita en su interior distintos elementos, mismos que

contienen una carga histórica, ideológica y pragmática en su manera de

comprenderse a sí mismos y de vincularse con los demás.

Aunado a esta consideración podemos señalar como puntos de partida,

que la intervención, presupone la reunión, el acercamiento y la tensión entre lo

distinto; es un espacio donde confluyen grupos y sujetos que proceden de

culturas y de identificaciones colectivas diversas y por lo tanto con miradas delmundo diferentes.

La lógica de la intervención establece una relación directa entre

interventores e intervenidos, la cuál está lejos de ser un vínculo estable donde

el interventor es el productor y ejecutor de las acciones, y el intervenido es

reducido a una entidad pasiva que recibe dichos discursos. En este vínculo se

genera un proceso reflexivo y activo en la manera en que los programas de

intervención fluyen, ya que los intervenidos son sujetos activos que actúantambién, bajo sus propios marcos de intencionalidad, operan bajo sus propias

estrategias y perciben la realidad de manera distinta al organismo interventor.

Este tipo de relación (reflexiva y recursiva) que se genera entre ambas

partes ha sido difícil de comprender desde la mirada interventora debido a que,

por más que se pretenda delinear al sujeto a intervenir como un “otro” activo y

participativo , se le escapa en infinidad de ocasiones que el intervenido tiene

una manera de interpretar y comprender el mundo de forma diversa a las

metas prefijadas por la intervención. Desde este horizonte (Gadamer, 1996)

podemos señalar un interés extra en nuestro acercamiento a los programas de

la intervención social. Este elemento lo constituyen todas las implicaciones

colaterales, imprevistas y emergentes que surgen de los programas a pesar de

que estos han sido juiciosamente planificados y proyectados. Es decir, nos

interesa observar como la intervención funciona como un espacio de poder

circulatorio –decentralizado, en palabras de Foucault- donde las metas

prefijadas “son siempre importantes pero nunca siguen exactamente el camino




imaginado de los planeadores” (Ferguson, 2002:402) y por ende modifican las

relaciones de poder entre los individuos y los colectivos.

Siguiendo la propuesta de Ruiz Ballesteros (2005), en un programa de

intervención podemos contemplar la presencia de los siguientes elementos:

Discursos . Se refiere a la dimensión comunicativa, es la manera en la

cuál se elabora un mensaje, se circula y se recibe. En los discursos se

plasma la intencionalidad de la relación, a la vez que genera diversas

implicaciones en cuanto a los vínculos que existen entre los componentes

de la intervención social. Los discursos son la expresión de las ideas y los

conceptos con los cuales se identifica y categoriza la realidad.Son también mecanismos lábiles que funcionan no sólo como un modo

de circulación de información, sino que además contienen relaciones de

poder, intencionalidades prefijadas y posibilidades de negociación.

Establecen una dimensión tangible del contacto entre las partes a veces

como elemento de solidaridad y ayuda mutua y en otras muchas el discurso

funciona como una nube de ficción que cubre el calor de las intenciones de

dominar o controlar al otro. Focucault (1978) desarrolla perfectamente estaidea al señalar que el discurso es una práctica, es estructurada y tiene

efectos mucho más profundos que la simple circulación de información.

Dentro de un programa de intervención, por ejemplo, el discurso que es

elaborado desde la entidad productora tiende a ejecutar diversas

dimensiones que van desde los especialistas que diseñan el programa

desde un escritorio , pasando por el personal ejecutante hasta el momento

de aterrizarlo al campo de la intervención. En este proceso de circulación de

mensajes se suele modificar el contenido discursivo de los programas

porque se tiene que aclarar y traducir el significado de su presencia frente al

otro. La dimensión discursiva es uno de los elementos que nos ofrecen un

atractivo campo de acción en el estudio de las intervenciones, debido a que

los discursos dichos de una manera simple y llana, generan relación

(Gadamer, 1996).

Conceptos . Son las elaboraciones categóricas con las cuales se

objetiva la percepción de la realidad. Los conceptos están plenamente




relacionados con los discursos y funcionan para traducir y sintetizar

múltiples interpretaciones respecto a lo social y cultural; aparecen dentro de

la intervención social como herramientas de trabajo para la comprensión de

las características que distinguen, fragmentan a los unos y a lo otros. Este

sistema conceptual genera un armazón interpretativo que apriorisa,

prescribe y orienta las relaciones. Los conceptos suelen ser utilizados como

referentes al proceso histórico, económico y político de las sociedades.

Muchas veces son utilizados de forma instrumental con lo cuál la

ambigüedad, la parcialidad y la relatividad con la que se utilizan, va

totalmente ligada a una intencionalidad que en muchas ocasiones genera

posiciones encontradas en cuanto a su significado. Un ejemplo claro de elloson los conceptos como globalización, identidad, desarrollo o pobreza, a los

que desde políticos hasta académicos de diversas corrientes han utilizado

de manera tan diversa y relativa que hoy en día, resulta cada vez más

complicado tener una idea clara a lo que hacen referencia, (Touraine,

2006).

Objetos. Los objetos en el marco de una intervención social se

entienden como la categorización, la comprensión y la sistematización delotro. En otras palabras es el desplazamiento de los sujetos y la emergente

creación de unidades especificas de análisis con fines operativos. En este

planteamiento el sujeto despojado de personalidad y subjetividades,

aparece como una unidad que prescribe mayores posibilidades de control y

manejo. En la creación de los objetos también se observan los tipos de

relaciones que se dan entre los componentes que participan en un

programa de intervención. Los intervenidos suelen ser objetivados y

sistematizados para ser estudiados o analizados, la entidad interventora

legítima sus objetos mediante el uso de la palabra registrada en papel, los

conceptos emanados de la academia y de agentes profesionales para la

cristalización de dichos sujetos.

“La nación mexicana, presenta un panorama social altamente diversificado. Los pueblos indígenas son quienes más contribuyen con su patrimonio a la riqueza de la nación.

Estos pueblos están integrados por más de 12 millones de personas, que constituyen más de la décima parte de la




población mexicana, distribuidos en cerca de 20 mil localidades, representan la mayor riqueza de la nación y son los que más aportan en recursos humanos, naturales,territoriales y culturales, a pesar de ser los más pobres de

los mexicanos”… (Comisión Nacional para el Desarrollo delos Pueblos Indígenas (CDI); información general sobre lospueblos indígenas de México)1.

Sin embargo, la entidad de intervención y el personal que realiza

las intervenciones también se convierten en objetos desde el punto de

vista de los intervenidos, ya que también se suele conceptualizarlos y

objetivizarlos . La estrategia que ellos utilizan es la discursiva, -a

diferencia de la institucional que está basada en la escritura- misma que

esta constituida desde el ámbito del conocimiento cotidiano.

“Las personas que vienen de la INI o ¿cómo se llama ahora? siempre vienen a vernos, nos dicen que participemos, yo creo que eso está bien porque nos traen cosas y nos invitan a sus proyectos, son buenas gentes aunque a veces no les entendemos o los proyectos no funcionen” (Don Maximino,San Pablo, Tolimán; Semidesierto queretano)

Ejemplos de objetivación los encontramos en abundancia en las

ciencias sociales cuando se habla de sujetos o de colectivos. En

antropología por ejemplo y en el ámbito de la intervención social, se

suele endurecer a los sujetos a tal grado que muchas veces se pierde la

heterogeneidad de estos grupos y el dinamismo con el cuál se van

reconstituyendo (Carmagniani, 1997) y autoorganizando (Capra, 2006).

Esto sucede cuando se utilizan categorías tan amplias como los

indígenas , los pobres , los marginados o los excluidos . Se puede pensarque actualmente los programas de intervención del Estado funcionan

como grandes maquiladoras, donde la producción de objetos, aparece

como la vía donde se puede expandir el poder estatal burocrático

(Ferguson, 2002)

Instituciones. Son aquellos grupos organizados y normativizados que

trabajan desde el Estado y las organizaciones de la sociedad civil en la

planeación, la gestión y la realización de programas de intervención social.1 http://www.cdi.gob.mx/index.php?id_seccion=3




Las instituciones provienen de una intencionalidad política y económica que

orienta las prácticas de sus agentes. En México, existen varias instituciones

que han sido creadas para el tratamiento de las intervenciones en relación

con los grupos indígenas del país, las cuáles van desde la Secretaria de

Salud, hasta la creación de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los

Pueblos Indígenas (CDI); instancia especializada que tiene la misión -de la

nación- para trabajar específicamente con los grupos étnicos del país.

Dichas instituciones contienen programas de atención específica para los

indígenas, los cuáles están orientados con manuales operativos, mismas

que el personal ejecutor tiene que tomar como base para dirigir sus

prácticas. Teóricamente las instituciones tienen que ver con el reflejolegislativo que se expresa en la Constitución mexicana. Sin embargo,

muchas veces estos principios no son aterrizados a la práctica debido a las

justificaciones omnipotentes inherentes al institucionalismo: la falta de

recursos económicos y de participación activa de la gente atribuido muchas

veces a su “condición de pobreza”.

“Atender las carencias y rezagos para mejorar las condicionesde vida y apoyar el desarrollo económico de las comunidades y pueblos indígenas es un mandato constitucional, pero también es un imperativo para lograr avances sustanciales en los esfuerzos que se realicen para combatir la pobreza en el país.Mientras permanezcan los rezagos en las regiones indígenas no solamente crecerá la desigualdad social y de ingresos, sino que el objetivo de erradicar efectivamente la pobreza no será alcanzable”... Programas de la Comisión Nacional para el Desarrollode los Pueblos Indígenas; introducción, documento interno; 2007.

En México, las instituciones son los espacios generadores del

personal que se dedica a la ejecución de programas de intervención, ya

que muchas veces no tienen la formación académica especializada en el

campo de intervención. Sin embargo, éstos se han ido formando con la

práctica a lo largo del tiempo, como es el caso de la Comisión Nacional

para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas en el estado de Querétaro,

la cuál durante más de veinte años tuvo como personal ingenieros

veterinarios y técnicos agrónomos que muchas veces se veían limitados

en el momento de comprender el porqué los participantes de sus




programas de intervención no acudían a sus reuniones cuando éstas

coincidían con la realización de fiestas patronales o de peregrinaciones

regionales, o porqué algunos de sus proyectos de transferencia de

tecnología no rendían los resultados esperados. Importante resaltar que

muchas veces pensamos a la institución desde la idea de la estructura y

la estática, y es por ello que es trascendente pensar a las instituciones

como dinámicas y heterogéneas, entidades que cambian y se

complejizan de manera recursiva con la sociedad.

Prácticas profesionales. Es la ejecución de los programas creados

teóricamente por los órganos de intervención. Aparecen también como la

traducción en el terreno físico y vivo de las estrategias creadas para lograralternativas de intervención. Las prácticas son realizadas por mandos

ejecutores, los cuáles son la cara de la institución frente a los intervenidos.

Es en este nivel cuando la diversidad se encuentra frente a frente, los

profesionales suelen caer a los contextos de intervención con informaciones

al respecto del otro, con expectativas en relación al éxito de su programa y

con una historia de vida que matiza sus decisiones cuando se encuentran

enfrentados con el ámbito de la intervención. Comúnmente, la institución leconfiere a los profesionales la responsabilidad de ser sus agentes para la

circulación de los mensajes y de los símbolos, mismos que sirven de base

semántica para la justificación de sus intencionalidades.

Podemos pensar que es en la práctica donde la tensión entre otredades 2

se masifica debida a que el profesional funciona como puente entre lo

discursivo-proyectado por la institución y las expectativas y acciones con las

cuáles los sujetos intervenidos participan. En múltiples programas de

intervención es en el nivel de los profesionales donde existe un buen rango

de acción individual en cuanto a la ejecución de estos programas, debido a

que en este nivel existe la posibilidad de generar procesos diversos de

participación de los colectivos, aunque los lineamientos generales de la

institución no lo hayan considerado. Son los profesionales los que contienen

2 Partimos de la idea de Auge (1999) donde habla de la necesidad de comprender a la

sociedad y a la cultura como un entramado de relaciones que se generan entre identidades,otredades y alteridades. Dicha posición nos faculta para comprender no solo las miradas de loscolectivos, sino el cruce de ellas.




la dimensión normativa y conceptual de los programas, pero a su vez tienen

también la práctica, el conocimiento cara a cara con el otro y la dimensión

humana. Es por ello que a veces, a pesar de la mala planeación

institucional de los programas, el profesional puede generar procesos

emergentes sobre la marcha de la práctica que logran modificar

intensamente el resultado de la intervención.

“Aquí es muy difícil comenzar el trabajo con las comunidades,muchas veces nos mandan a la guerra sin fusil, sin recursos,sin apoyos, sin nada, sin embargo cuando uno comienza a trabajar en las comunidades, puede hacer cosas interesantes,cosas que le llamen a la gente, hacer bien las cosas a pesar de que desde la institución no lo reconozcan, porque según ellos, para eso trabajamos” (Técnico de la CDI; región delSemidesierto queretano)

En cuanto a las prácticas relacionadas con los intervenidos, éstas

parten de la experiencia que se tenga alrededor de las intervenciones y

la manera en la cuál se han involucrado en ellas. El acercamiento, eldesconocimiento y la participación activa a dichas prácticas, genera un

tipo de prácticas diferenciales entre los intervenidos, lo cuál provee un

marco interpretativo que orienta su actuar.

“Pues uno cuando va comenzando a trabajar en losprogramas, pues uno no sabe lo que tiene que hacer, a uno le da pena, no le gusta hablar y sólo uno se concreta a escuchar y no decir nada. Pero ya cuando uno se va sintiendo en confianza y va trabajando, ya uno comienza a quitarse la vergüenza y le dan ganas de participar y bueno,aunque uno no haya ido a la escuela, aunque no sepamos algunos leer y escribir bien y con todas nuestras limitaciones pues nos damos cuenta de que se puede aprender y pues aunque al principio lo hagamos mal, pues ya poco a poco vamos mejorando”. (Habitante de la comunidad de SanPablo, región del semidesierto queretano)

Parafraseando a Pérez y Argueta (2002) no todos losagentes de intervención son iguales entre ellos hay una




heterogeneidad enorme que va desde el compromiso absoluto con

la población y su trabajo hasta aquellos que se han aprovechado

de su posición y la han utilizado para legitimar y aumentar las

relaciones de poder en las comunidades intervenidas.

Percepciones. Son las interpretaciones diferenciadas que tienen los

sujetos inmersos en un programa de intervención social. Cada una de

éstas se genera dependiendo de las expectativas, las experiencias, las

formas y estrategias en las cuáles los sujetos se van desenvolviendo a lo

largo del proceso de intervención. Las percepciones reciben la información

y la traducen respecto a los hechos que suceden en el ámbito de locotidiano. Sin embargo, la percepción no es una fotocopia de la realidad

sino todo lo contrario: es una visión fragmentada, dividida, traducida y

aterrizada del mundo de lo visible y lo audible. Son construcciones

dinámicas que van cambiando según los diversos escenarios y contextos

históricos. Por ejemplo, en un programa de intervención respecto a

programas de salud en los sectores indígenas, es indispensable conocer

cuál es la percepción que tiene la gente alrededor de la salud y laenfermedad, debido a que los programas en este rubro pueden o no tener

significado para ellos, debido a que el planteamiento de salud generado

desde la institución puede ir en contra de los principios interpretativos de las

comunidades. Ejemplo claro es el caso de la etno-medicina otomí que

funciona desde una visión sistémica de los órganos del cuerpo vinculado

directamente con la comunidad y el mundo, con lo cuál un dolor de cabeza

puede ser el reflejo no sólo de un malestar físico sino de un desequilibrio

anímico, provocado por la trasgresión de alguna costumbre, una pesadilla,

la respiración del mal aire o la irrupción a un lugar sagrado. Cuando un

medico alópata institucional llega y no conoce la percepción de la gente de

la comunidad respecto al tema –salud-, ni la tecnología ni los medicamentos

brindarán los resultados deseados desde su visión de salud.

Más allá de este listado de elementos y las características internas que

contienen cada uno, podemos observar que estos componentes atraviesan por




un proceso de transformación constante, lo que implica toda una serie de

cambios en los matices de las relaciones que se pueden generar a lo largo del

tiempo. Las relaciones entre interventores e intervenidos son matizadas por

una multiplicidad de intenciones y se orienta por una gran variedad de

sospechas. Entre los unos y los otros existe un flujo simbólico reflexivo, mismo

que actúa como reconformador de las relaciones de poder que se establecen

en las intervenciones. Es por ello que la mirada que se pretende realizar en la

comprensión de la intervención tiene que entender este hecho como un

sistema complejo. Dicha óptica nos posibilita la percepción conceptual de la

intervención y nos sugiere búsquedas para encontrar un camino para lograrlo

de manera técnica y concreta.Pensar la intervención social de tal forma, nos posibilita no sólo a la

comprensión de los elementos ensimismados en sus particularidades, sino que

nos pone en la proyección de entenderlos en cuanto a las formas en las cuáles

se vinculan o relacionan dentro del sistema, observando así, un proceso de

afectaciones e implicaciones que generan resultados alternos, percepciones

paralelas, ambigüedades imprevistas y todo tipo de contingencias que se

ubican “fuera” de los esquemas prefijados para los programas de intervención.De esta manera estamos frente a un fenómeno social que se presenta

difícil de abordar desde una mirada que intenta solamente definir cuántos y

cómo son los elementos que en él aparecen, o que pretenda ir mas allá de la

superficie y se pregunte respecto al resultado que se consigue en virtud de la

suma, o la resta de dichos elementos.

Ha quedado claro en muchos ejemplos a lo largo de la historia de las

sociedades y las culturas, que las matemáticas lineales procedentes de la

tradición cartesiana, no pueden ser los caminos por los cuáles se pretenda

comprender la realidad social, ni mucho menos planearla y definirla en su

totalidad. Esto ejemplificado en programas de intervención, se relaciona con lo

siguiente: pensemos que un programa es definido en espacio y tiempo, está

cabalmente financiado y coadyuvado con todos los medios tecnológicos

posibles, y en el momento de aterrizarlo a la “vida real” se olvida de contemplar

la experiencia que los intervenidos y los interventores han tenido en cuanto a la

intervención social, por ello tratamos de insistir en la idea de proceso como una




óptica que nos brinda el movimiento y la transformación que se va

desencadenando en un tiempo y un espacio concreto. Este detalle se puede

presentar como un obstáculo o una ventaja, obstáculo en el sentido que la

experiencia está mediando a la relación misma, y ventaja en tanto que se

pueda comprender que las experiencias como hechos históricos son la

expresión de la memoria del tiempo y que por lo tanto orientan más no definen

la interpretación de la realidad.

Se sugiere una mirada a la intervención social no como un hecho

unidimensional que rige a cada uno de sus elementos bajo la lógica de la

causa y el efecto. La intención es mirarla como un cuerpo multidimencional que

trasciende en tiempos y espacios, pensemos que los elementos que lacomponen se movilizan en dimensiones diversas (en tiempo pasado respecto a

la experiencia y en tiempo futuro en relación a las expectativas), en ritmos

distintos y en destinos que no van ligados a la evolución unilineal.

Bajo esta comprensión, la intervención social se ve como un hecho

social que reúne las características de ser único, complejo, inestable y cargado

de incertidumbres.

Desde estas peculiaridades, este abordaje necesita una aproximaciónflexible y abierta (Ruiz, 2005) que más que congelar o disecar el hecho, nos

permita observarlo en movimiento. Para ello se necesita dar el salto que va de

la simple enunciación estática de elementos que conforman la intervención

social, para poder llegar a una visión dinámica de las relaciones que se

constituyen y se mantienen en constante transformación. Estas energías -que

mueven a dichos elementos- se relacionan directamente con tres

características fundamentales que presentan los sistemas complejos (Capra,

1996: 98) y que es necesario observarlos como metáforas posibilitadoras para

la comprensión de los programas de intervención social.

Autoorganización. Se refiere a la posibilidad que tienen estos sistemas

para “la creación de nuevas estructuras y nuevos modelos de comportamiento”

(Capra, 1996: 103). Lo anterior traducido en un programa de IS se representa

en la manera en la cuál los elementos al interior del programa van resolviendo

las contingencias que se puedan cruzan en el proceso, estableciendo cambios

no sólo a nivel funcional sino también estructural que impliquen una




transformación de lógica y sentido. Un ejemplo de ello se puede observar en

aquellos programas de intervención que han desencadenado procesos

organizativos alrededor de un barrio, que han comenzado con labores

relacionadas con el cuidado del medio ambiente y la educación y que sin

embargo, en algún momento del proceso, la entidad interventora deja de lado

el apoyo. Es entonces cuando la organización barrial se encuentra en la

encrucijada de ir hacia dos posibles escenarios, por un lado reconstituir y

reconfigurar sus formas y sus metas para seguir adelante y por otro asumir que

su agrupación es inoperante para cualquier otro tipo de experiencia de trabajo.

En la autoorganización se observa un elemento clave para la

comprensión de los programas de IS, porque esta característica nos habla deuno de los grandes mitos que ha construido la intervención a lo largo de la

historia, el cuál comprende al sujeto como un ente incapaz de organizarse por

sí solo y mantener dicha organización. En la realidad esto sucede de manera

distinta, ya que esta hipótesis se piensa a partir de un tipo de pensamiento que

establece ciertos criterios para definir que es “organización”.

Y si se parte de la idea que define a la organización como un colectivo

creado desde la intervención para la realización del trabajo común vinculado con la creación de alternativas en beneficio del colectivo , se pierden de vista

las distintas dimensiones participativas de los sujetos que forman parte de este

colectivo, ya que en los programas de intervención social se suele atomizar

demasiado al sujeto, y se le deja de apreciar como parte activa del contexto

cultural de donde proviene; extrañamente, se le comprende únicamente como

un ente que surge cuando la intervención ha llegado a su vida y que es ajeno a

todos los campos simbólicos de la vida cultural a la cual pertenece.

Para ejemplificar lo anterior abordaré el caso de las mujeres indígenas

de la comunidad de San Ildefonso Tultepec, municipio de Amealco, en el

estado de Querétaro, las cuales durante tres años trabajaron en programas del

Instituto Nacional Indigenista (hoy llamada Comisiona Nacional para el

Desarrollo de los Pueblos Indígenas) en lo referente a la elaboración de

artesanías en tela, hasta que dicha institución les retiró el apoyo por no ser un

grupo representativo.3 Sin embargo, las mujeres siguieron adelante con su

3 Con representativo se referían a numeroso ya que eran cinco mujeres las involucradas.




trabajo y comenzaron a invitar a niñas de otras comunidades a participar con

ellas, luego encontraron la posibilidad de gestionar con la municipalidad un

apoyo para un nuevo proyecto de tradición oral mediante el bordado de textiles ,

y actualmente ya han formado una cooperativa de venta de artesanías la cual

tiene tres puntos de venta a nivel nacional4.

Lejos del equilibrio. “En estos sistemas [complejos]… es necesario un

flujo constante de una diversidad de materia y energía, con lo cuál se posibilita

la generación de nuevas estructuras y nuevos modelos de comportamiento”

(Capra, 1996: 103). Esto lo podemos observar en la gran heterogeneidad

cultural de los participantes que confluyen en un programa de IS y en las

intencionalidades que cada uno de ellos tiene al respecto. Si además de pensarque en ello, está representada una amplia gama de particularidades, asumimos

que cada una de ella conlleva diversos discursos, múltiples objetivos y

diferentes estrategias, podemos comprender fácilmente que un proceso de

intervención puede ser modificado por factores emergentes, que pueden

modificar lo ya construido y establecer nuevas estructuras. Por ejemplo, un

programa de intervención de servicios básicos de salud en una comunidad

indígena

5

, abarca desde los médicos planeadores y administradores yecónomos de la institución, hasta los médicos o técnicos ejecutantes de estas

estrategias. De ahí podemos observar la comunidad o grupo de trabajo y en

ésta, a su vez, observar una gran diversidad en cuanto a nociones de salud-

enfermedad propias de su cultura.

Supongamos que después de un proceso de trabajo de algunos meses,

la participación del grupo intervenido se ve menguada en casi su totalidad, por

lo cuál el técnico ejecutor se pregunta el por qué de este hecho. Cuando se

articula al resto de la realidad comunitaria, se da cuenta que dentro del tema de

salud en lo tocante a la salud reproductiva genera demasiada controversia

tanto al interior del grupo como también dentro de los hogares de los

beneficiarios, los cuales optan por dejar de lado el proceso de intervención

debido a que este tema les ha traído múltiples tensiones en cuanto a que viene

4 Más información en “El trabajo organizativo con mujeres indígenas en San Ildefonso,

Tultepec”; Cruz Rangel, Edith. Amealco, Querétaro 2004, documento interno CDI. 5

Programa de atención a la salud entre las poblaciones indígenas del semidesierto queretano;Documentos normativos, CDI-2006




a trastocar las relaciones tradicionales de género y a pesar de tener un buen

trabajo organizativo en otros temas de la salud, la personas participantes en

dicho programa, optan por la tranquilidad de no participar.

En este tipo de escenarios la contingencia forma parte del día a día, ya

que el pensar que un programa de intervención es un espacio de creación de

equilibrio es una falsa idea debido a que la intervención surge como un espacio

artificial creado para enganchar, en primer término, a los intervenidos pero

según se vaya desencadenando el proceso, tiene que ir transformándose en

cuanto a supuestos y estrategias, y es en la medida que pueda ir captando las

distintas ópticas de la sociedad y cultura donde se va desenvolviendo, que

podrá ir generando caminos para que los sujetos participantes le vayan dandosentido y significado a la intervención desde una óptica menos artificiosa y

externa.

Interconectividad no-lineal. “Se traduce físicamente en la creación de

diversos caminos y escenarios… fuera de un orden cartesiano y lineal” (Capra,

1996: 103-106). Lo anterior se expresa en la multiplicidad de acciones,

discursos, efectos y expectativas que se pueden generar al interior de un

proceso de intervención. Si bien puede ser iniciado con fines prefijados, (loscuáles están articulados a una serie de indicadores tanto cuantitativos como

cualitativos) las relaciones y la integración de los participantes de este proceso

establecen una recursividad intensa con los objetivos prefijados, hecho que

genera una emergencia de posibilidades, mismas que no son etapas evolutivas

ni unilineales (por ejemplo dejando de lado el camino de la pobreza al

desarrollo ), sino que ellas tienen la posibilidad de saltar, de invertir o de

generar en dimensiones distintas las formas de llegada a estas metas

prefijadas o también tienen la posibilidad de construir metas distintas.

Dicho elemento es necesario para no peder de vista las dimensiones de

la vida cotidiana de los intervenidos, ya que el entendimiento de ello va

desplazando el supuesto de que la organización comunitaria surge de los

programas de intervención.

Este tipo de estrategias han sido tomadas con gran éxito por algunas

denominaciones evangélicas situadas en distintas regiones indígenas en

México, las cuáles han tenido que llegar a la comunidad mediante el




aprendizaje de su lengua para luego establecer sus procesos de intervención

evangelizadora. En muchos lugares esto les ha funcionado a la perfección

debido a que la iglesia católica se ha negado progresivamente a que existan

manifestaciones de la etno-religión , y cuando las poblaciones observan este

tipo de intolerancias se van con quienes puedan darle espacio a alguna

expresión de su cultura.

Con la revisión de este apartado pretendo comprobar que la

comprensión de un programa de intervención, tiene que ir más allá de las

posibilidades estáticas que nos brinda una evaluación o un diagnóstico de

resultados. La intención es llegar a conocer cómo se dan y se transforman las

relaciones al interior y al exterior de los programas son las dinámicas quemuchas veces desencadenan procesos distintos a los planeados o alteraciones

las metas prefijadas, pero que sin embargo, lejos de ser entendidos como

fracasos, pueden ser contemplados como campos críticos que sirven para

redefinir las formas y las estrategias como se ha proyectado y aplicado la

intervención.

I.c Las relaciones al interior de un programa de intervención.

En la relación que se establece entre los interventores e intervenidos, el

vínculo que los articula es mediado por discursos y conceptos que funcionan

como vehículos por donde viajan las estructuras retóricas que sugieren,

orientan y dirigen acciones con las cuales las otredades intercambian mensajes

para lograr un proceso pedagógico que pueda transformar instancias

cotidianas. Al interior de un programa de IS, podemos observar una gran

diversidad de discursos y argumentaciones respecto a la existencia de estas

acciones, pero sin duda alguna, la esfera del poder y las relaciones políticas,

son los matices que están presentes en cada mensaje que es emitido,

circulado y traducido por los distintos componentes dentro del proceso.

Otra de las principales características del fenómeno discursivo al interior

de las relaciones provocadas por una lógica de intervención es que es un

proceso vivo y en constante transformación. De manera multidireccional,

reflexiva y recursiva, las palabras van estableciendo la mediación entre los




componentes, el discurso circula mucho más rápido que las acciones y por lo

tanto se moviliza y transforma. Los procesos de resignificación de estos

discursos, la comprensión de ellos en un ámbito de lo cotidiano y la aplicación

a tradiciones culturales distintas, son aspectos sumamente interesantes que se

muestran en las relaciones constituidas por procesos de intervención social.

“Es que aquí es difícil hacer entender a la gente que tiene que cambiar y organizarse para salir de la pobreza, no podemos decir eso porque la gente se ofende, lo que uno dice cuando está presentando ante la comunidad la justificación de un proyecto, es que el proyecto le traerá beneficios para mejorar su forma de vida y para ser mejores evitar la palabra pobreza porque pues eso de ser

pobres pues si, algunos no tienen dinero, pero tienen familiares que trabajan en Estados Unidos y cuando les mandan dinero viven mejor que uno…” (Técnico de la CDI; Región del semidesiertoqueretano)

Entre los discursos que podemos encontrar dentro de la trama de

investigación de un programa de intervención se vislumbran dos enormes

canales comunicativos que habilitan una gran variedad de relaciones.

El primero de estos canales es aquel donde circulan las ideas, los

conceptos y las metas prefijadas. Es el discurso interventor caracterizado por

tener un orden formalizado y normatizado muchas veces en planes o diversos

documentos que guardan el registro, las estrategias, la lógica, y las etapas que

moldean las acciones. En estos planes se contempla también el macrodiscurso

institucional desplegado en la triade táctica de la misión, la visión y las

estrategias para realización/profesionalización de sus compromisos.

Estos discursos orientadores, están plasmados en manuales operativos,

líneas de base o lineamientos institucionales, los cuáles son circulados entre

los distintos niveles de trabajadores y colaboradores mediante una gran

diversidad de estrategias6.

6 Por ejemplo la misión de la CDI es la siguiente: “Orientar, coordinar, promover, apoyar,

fomentar, dar seguimiento y evaluar los programas, proyectos, estrategias y acciones públicospara alcanzar el desarrollo integral y sustentable y el ejercicio pleno de los derechos de lospueblos y comunidades indígenas de conformidad con el artículo 2º. de la Constitución Política

de los Estados Unidos Mexicanos”. (Documento interno CDI sobre la institución.)




El contenido de los discursos institucionales tiene diversas estrategias

de circulación entre los profesionales y el personal ejecutor de los programas.

En el caso del programa de intervención que se está etnografiando,

podemos observar dos dinámicas. La primera consiste en un curso de

capacitación, donde los profesionales a desarrollar trabajos de intervención

dirigidos a poblaciones indígenas, toman un curso de capacitación donde se

movilizan todo tipo de afirmaciones e imágenes respecto a las tareas que

tendrá que realizar. Aquí se les explican quienes son sus poblaciones objeto,

dónde se encuentran localizados, cuáles son las metas prefijadas de la acción,

así como también se exponen las estrategias y metodologías para lograr que

las actividades realizadas a lo largo del proceso tengan una secuenciacoherente con la meta. Finalmente se les capacita para la realización de

evaluaciones de las acciones realizadas.

“Asistimos a varias reuniones para capacitarnos y mejorar nuestrotrabajo, llegaron gentes de distintas dependencias, antropólogos y gente de la Universidad, nos hacían muchas preguntas y una de ellas era muy graciosa, era sobre que son los indígenas, todos nos reímos, porque nosotros trabajamos con ellos y sabemos quienes

son y como son porque ya te nemos años de trabajar con ellos…” (Técnico de la CDI; Región del semidesierto queretano)

La otra forma como circula el planteamiento estructural que está detrás

de la acción futura, es por medio de manuales o lineamientos de trabajo, los

cuáles son distribuidos al personal ejecutor confiándole total autonomía en

cuanto a la comprensión y aplicación de tales ideas7. Para el caso de los

agentes de intervención de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los

Pueblos Indios, existen distintos documentos como reglas de operación,

manuales técnicos y líneas de base que orientan y dirigen sus prácticas. En el

documento llamado Reglas de Operación 2007 que es un texto normativo que

se difunde entre el personal de intervención de todas las delegaciones y

centros regionales a nivel nacional, se mencionan diversas orientaciones

respecto a la quiénes son los posibles usuarios de las intervenciones. Por

7 Más delante profundizaremos sobre estos dos procesos de construcción de conocimiento ylas implicaciones que cada uno de ellos tiene al interior de nuestro caso seleccionado.




ejemplo en el programa para la obtención de apoyos para albergues

estudiantiles indígenas.

El primero de los requisitos es ser indígena:

“determinándose como tal aquellos que cumplan con alguno de lossiguientes criterios: I). Que se reconozca a sí mismo como integrante de un pueblo Indígena.II). Que su lugar de procedencia sea una zona eminentemente Indígena, determinada en base a los Indicadores Socio- Económicos de los pueblos indígenas de México, publicados por el INI-UNDP-CONAPO en 2002, elaborados por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Consejo Nacional de Población (Conapo) y el INI que se encuentra disponible en la dirección electrónica: http://www.cdi.gob.mx/ index.php?id_seccion=91III). Que sea reconocido, mediante escrito libre, por los miembros o autoridad de una comunidad indígena, cuando no tenga arraigo en la misma.IV). Que hable o entienda una lengua indígena” (Reglas de operación,2007: 69)

Continuando con la dimensión de los interventores, podemos localizar

varios niveles de articulación que existen entre sí, donde cada uno tiene una

tarea específica en cuanto a la realización de sus actividades en el escenariode la intervención social.

En un órgano institucional, los programas de intervención están

representados por tres instancias. En la de mayor jerarquía se encuentran los

mandos directivos, los cuáles son seguidos por los especialistas

administrativos a los que le sigue el personal ejecutor de los programas. Cada

una de estas instancias tiene una apreciación particular respecto a sus

acciones dentro de un programa de IS a realizar. Los directores, los

administradores y los ejecutantes tendrán una diversidad de interpretaciones

no solamente de las líneas directrices del papel que desempeñan dentro de un

programa de intervención, sino que a su vez ellos tendrán el compromiso y la

labor de socializar su interpretación en contextos de acción.

Un ejemplo de ello es cuando llegan los profesionales a un área de

trabajo y establecen interacción con un grupo o colectivo comunitario,

comenzando a plantear en sus discursos, la necesidad de que la gente cambie




sus formas tradicionales, estableciendo que el cambio es una vía para

encontrar mejoras en su estilo de vida.

“Pues uno llega y le dice a la gente que tiene un proyecto, laverdad uno no tiene que decir mucho, cuando a uno lo conocen ya que trabaja en la CDI pues la misma gente se acerca para pedir,para ver que les vamos a dar, el problema viene cuando le tenemos que decir a la gente que ya no vamos a dar nada, sino que ellos tienen que trabajar junto con la institución para salir adelante, eso es difícil de hacerles ver porque siempre la gente estaba acostumbrada a pedir y a recibir, ahora ya mucha gente no quiere participar porque les decimos que ahora tienen que trabajar con nosotros ” (Técnico de la CDI; Región del semidesiertoqueretano)

Pensando en este escenario, el personal ejecutor tiene que hacer mano

de múltiples habilidades; asume el reto de encontrar los vehículos para que el

grupo de trabajo pueda “comprender” los contenidos y las metas del programa

de intervención. Pensemos en todos aquellos proyectos de tecnificación

agropecuaria en los cuáles la idea de la modernización mediante el uso de la

tecnología tiene que articularse con los usos y costumbres locales. Este es uno

de los desafíos del trabajo cotidiano del agente de intervención, el hablar de laimportancia de la innovación, sin que ello resulte una comparación que no

genere relaciones de poder asimétricas.

El personal interventor constantemente tiene que enfrentar todas las

contingencias que surgen, ya que por un lado quiere convencer y movilizar a la

gente para su participación porque está de por medio su trabajo y su

reconocimiento, pero por otro sabe que la participación activa de la comunidad

implica un compromiso mayor en cuanto a una capacidad inventiva y práxica

de los fenómenos que se van desencadenando.

Es en este intercambio discursivo, cuando comienza la vida real 8 de un

programa de intervención, cuando las identificaciones preestablecidas entre el

interventor y el intervenido mantienen un canal de intercambio, del cuál pueden

derivarse los elementos suficientes para organizar diversas actividades

8Podemos afirmar en el caso de la intervención social que realizan las instituciones en México,

que la mayoría de sus intervenciones surgen in-vitro, esto quiere decir que son creadas yproyectadas desde un laboratorio donde los especialistas aportan la información para generarel modelo “mas adecuado” a la sociedad a intervenir.




constructivas para ambas instancias, o también pueden existir las bases para el

fracaso de la intervención. Es aquí donde comienza a ser mucho más evidente

que cuando hablamos de intervención hablamos también de un proceso, el cuál

es ejecutado en un tiempo determinado pero que trasciende más allá del

tiempo presupuestado para su realización.

Además de estar trabajando para una institución, los profesionales

también expresan diversos tipos de compromisos, siendo los más frecuentes

aquellos ligados al apego y afecto a la comunidad y el compromiso personal de

realizar el proyecto con la mayor calidad y en el mejor ambiente posible.

Brevemente podemos observar que en la instancia ejecutora, su actuar

es mediado tanto por información “protocolar o formal” como también por unagran emergencia de resolución de situaciones no planeadas.

En el manejo de discursos podemos observar que un concepto o una

idea comprendida de manera errónea en relación con los fines prefijados de la

institución ejecutora, puede generar duda o desazón entre los intervenidos, los

cuáles, en situación de confusión, optaran por no cuestionar lo que no está

claro.

“Aquí llegan… [El personal de CDI] con los proyectos, nos apuntanen las listas, nos hacen reuniones, traen a los técnicos, el problema que hay muchas veces, tiene que ver con que los técnicos a veces piensan que la gente de aquí es tonta que no entendemos, eso muchas veces hace que uno no pregunte que nos quedemos con dudas, que nos de pena preguntar, porque luego uno se siente tonto aunque no lo sea.” (Habitante de la comunidad de San Pablo,región del semidesierto queretano)

Los discursos por donde circula la información que delinea las relaciones

están además, moldeados y organizados por la experiencia de trabajo que los

profesionales tienen al respecto del tema. La experiencia no sólo debe de

comprenderse como herramienta de conocimiento empírico y fuente

inspiradora para la creación de alternativas diversas ante escenarios adversos,

ella debe de ser comprendida como una posibilidad que puede generar vicios e

inoperancias, ya que la experiencia brinda en muchos casos la sistematización

de conocimientos adquiridos en casos particulares y la aplicación homogénea y

aleatoria a circunstancias específicas.




La confianza generada por múltiples experiencias en campo, -deficientes

o eficientes en cuanto a los resultados de la intervención- puede ser

reproductora ciega de errores o posibilitadota genuina de aciertos. Es por ello

que el conocimiento cotidiano del pasado y del presente del agente de

intervención forma parte importante dentro de las relaciones que establece con

la institución, con sus similares y con la población intervenida.

Otro elemento que está mediando la práctica de los profesionales en la

intervención proviene de la invención de la población a la cuál se tiene que

intervenir.

“Si me pregunta qué es un indígena, pues yo digo que es gentecomo uno, sólo que tiene muchas más necesidades y muchas más dificultades para salir adelante, pero eso no es su culpa, lo que pasa es que muchas veces al indígena se le discrimina porque habla su lengua o porque se piensa que es tonto y no sabe, pero no, la verdad no es gente tonta es gente muy capaz y trabajadora” (Técnico de la CDI; Región del semidesierto queretano)

En esta creación de la población tipo , se establecen los criterios que

conforman los perímetros del programa, a veces estos son asociados con una

base territorial, otras aludiendo a características al respecto de identificaciones

colectivas, etnolingüísticas, económicas, de género o todas juntas.

“Pues aquí los indígenas son los que viven en las comunidades decobertura, los criterios tienen que ver con la lengua y sus tradiciones, aunque ya muy pocos hablen la lengua pues todavía se les contempla como indígenas, porque provienen de estas comunidades” (Técnico de la CDI; Región del semidesiertoqueretano)

Es en este tipo de ejercicios se puede observar la filosofía en la cuál se

basa la intervención social, no sólo como acción pragmática y política sino

también como forma de pensamiento, porque la creación de categorías y

criterios se encuentra indisociables a ella. Es por ello que se presenta la tarea

de definir al otro, si es hacia los pobres , o las mujeres pobres , o las indígenas

mujeres pobres , o las indígenas mujeres pobres con VIH que viven en la

frontera ; progresivamente la institución y los profesionales comienzan con una

obsesión de construir al otro mediante una acuciosa disección de la realidad

que suma y resta rasgos culturales, sociales y biológicos para posteriormente




insertar al sujeto en féretros conceptuales, chapados por conceptos morales

asociados con paternalismos y beneficencia.

Una de las características que tiene este proceso de creación de

modelos de población es que la participación activa de los intervenidos es casi

nula, la cuál probablemente vaya aumentado según su apropiación e inserción

en las actividades que progresivamente se van desencadenando, pero de inicio

es desde la mirada de las instituciones que se generan y formalizan las

desigualdades como problema a resolver.

Esta característica le brinda a la institución la posibilidad de “maniobrar”

de forma concreta sobre una sociedad cambiante, heterogénea y compleja,

pero sin duda alguna, esta ventaja funcional y pragmática termina siendo unavenda ontológica y un corsé epistemológico que inevitablemente va cayendo

ante los ojos y la respiración de la realidad.

En el rubro de los beneficiarios, está el otro caudal donde se mueven

también conceptos, objetos, discursos e intenciones.

Es en este ámbito donde podemos comprender la multivocalidad de los

conceptos, ya que en muchas ocasiones ideas como desarrollo, bienestar o

pobreza son nociones sembradas por los procesos de intervención y queprogresivamente van formando parte de lo propio en la elaboración de

discursos.

“Eso del desarrollo está bien, imagínese a quién no le gustaría salir de la pobreza, yo creo que si uno tiene que aprender cosas para salir de estos problemas pues bienvenido, el asunto es que uno no es pobre porque quiere sino porque en comparación con la gente de las ciudades o con los que viven en Estados Unidos, uno siempre va a hacer pobre porque aquí el dinero no sobra” (Habitante de la comunidad de San Pablo, región del semidesiertoqueretano)

En múltiples ocasiones al momento de diseñar un programa de

intervención, el punto de vista del sujeto participante se obvia, así como

también, se obvia su historicidad dentro de programas de IS y se evade todo lo

que tenga que ver con implicaciones negativas o beneficios surgidos de la

participación con las instituciones u órganos interventores. Sin embargo, la




población que participa no olvida, ni obvia, ni sublima estos puntos de vista

producto de las experiencias previas.

“Yo ya no quise seguir trabajando con CDI, lo que pasa es que nonos hablan claro, dijeron que nos iban a ayudar para hacer una micro empresa de maíz, y pues hicieron el proyecto y todo, el problema fue que pedimos un crédito para el financiamiento y cuando nos empezó, a ir mal ellos nos dejaron caer, yo por eso no me meto más en sus proyectos, en vez de ayudarnos nos perjudican más, mejor no hacemos nada con ellos y seguimos trabajando” (Habitante de la comunidad de San Pablo, región delsemidesierto queretano)

El conocimiento directo de causa genera una interpretación quecategoriza y caracteriza al proceso, lo cuál a veces puede retribuir en grandes

ventajas y en efectos constructivos en beneficio de interventor e intervenido,

pero otras muchas también repercuten en grandes polémicas y fracasos.

Es por eso que la comprensión de un programa de una IS debe de

preguntar sobre la experiencia que tiene la población participante, la cuál

también tiene un carácter diverso y cambiante.

Las exégesis que los intervenidos tienen respecto a la intervención, losinterventores y su propio autoanálisis de por qué están inmersos dentro de este

tipo de relaciones, genera distintos tipos de expectativas que van a estar

jugando un papel incidente en cuanto a la realización de los trabajos de

intervención. Y es el discurso el vehículo perfecto para que se circule por las

colectividades, en esta instancia, la de la población se puede observar desde el

nivel de conocimientos que tienen respecto al tema y la manera en la cuál

gradualmente van cambiando sus opiniones al respecto. Esto sucede debido a

que el discurso no es una construcción neutra o vacía de significados, es tanto

una herramienta semántica de comunicación de sentidos, como también un

medio performativo que sugiere, anima y habilita modificaciones tanto en la

construcción de las ideas como en la expresión de ellas y las acciones que las

acompañan.

Entre la población intervenida podemos categorizar la existencia de tres

tipos de macrodiscursos que circulan por el colectivo. Pensemos que en un

estrato se encuentran aquellos que son transmitidos por los especialistas




comunitarios, los cuáles son aquellos individuos que se han involucrado con

anterioridad en programas de IS y que su experiencia les ha servido para

adquirir conocimientos y herramientas en materia de gestión, administración y

consecución de recursos para la promoción de este tipo de acciones.

“Nosotros ya llevamos un buen tiempo tr abajando para la CDI,desde que era la INI, y pues todo ha estado muy bien, los proyectos han ido haciendo cosas muy buenas que han mejorado las condiciones, bueno es como todas las cosas, a veces más difícil otras más fácil, pero siempre trabajando” (Delegado de lacomunidad de San Pablo y miembro del Consejo de Pueblos Indiosde Querétaro)

A ellos les sigue el corpus de la comunidad, que ha tenido relación con

los programas de intervención, pero que se ha mantenido en un nivel de

participación regular a lo largo de los procesos. Estos usuarios conocen de

manera empírica y vivencial lo que es una lógica de intervención sus etapas y

sus formas pero aun no han desarrollado facultades para utilizarlas de manera

autónoma para desencadenar y dirigir y replicar sus experiencias.

Finalmente se encuentran aquellos que no han participado nunca en un

programa de intervención, los que se van integrando a la experiencia, los que

sólo han recibido por medio de mensajes y discursos de otros, la referencia de

este tipo de programas. En esta breve tipología podemos observar que todos

los perfiles contienen una experiencia, algunos han sido directamente de los

procesos y otros la han construido de manera indirecta. Sin embargo, en un

programa de intervención, convergerán en un espacio esta diversidad de

opiniones, interpretaciones y representaciones.

En la relación que surge entre interventores e intervenidos, observamos

un nivel de complejidad muy vasto debido entre otras cosas a la convergencia

de los múltiples elementos y su progresiva afectación de los unos y otros. Un

espacio de IS es un campo abierto de encuentros identitarios, de discursos y

prácticas, de expectativas de lo diverso y de la capacidad de negociación o

transición al cambio.

Inclusiones y exclusiones. El tránsito entre el ser y el deber se r, los

macrodiscursos del Estado con las realidades de la cotidianidad, los fines




preestablecidos y la cultura viva y cambiante. Todos estos elementos y

escenarios conforman enormes campos de tensión respecto a las acciones a

realizar, dejar de lado las prácticas de la tradición o de la costumbre y

comenzarlas a sustituir por lo que recomiendan los especialistas, entre una y

otra instancia, entre uno y otro cambio, se crea un espacio propicio por donde

los intervenidos se reconstituyen y se autoorganizan, se modifican y

transforman en lo cotidiano, al mismo tiempo que guardan elementos de su

cultura que desean salvaguardar para otros tiempos. Podemos señalar que un

programa de intervención tiende a generar dinámica, relaciones y una

circulación de elementos simbólicos y significados que van cambiando a la

comunidad y que progresivamente van habilitando la comunidad de los intervenidos.

I.d Las dimensiones de la intervención social.

Siguiendo con la propuesta de Ruiz Ballesteros (2005) en cuanto a las

dimensiones para “poder penetrar a las intervenciones sociales, estas podrían

ser: el contexto cultural en el que las intervenciones tienen lugar, la produccióndiscursiva que se genera a su alrededor (y que las incluye), y las relaciones de

poder en las que la intervención se enmarca” (Ruiz, 2005:196).

Los escenarios que cada una de estas dimensiones configuran, generan

posibilidades amplias de la comprensión del fenómeno, siendo cada una de las

tres anteriores, vitales para una comprensión transdimensional del tema.

Sin embargo, me parece necesario agregar una dimensión extra: la del tiempo,

ya que una lógica de intervención es un proceso que tiene un tiempo detrás y

delante de la ejecución. Esta idea nos permite comprender el movimiento que

existe entre los elementos que la conforman, así como la relación entre

interventores e intervenidos y la manera como se van transformando a lo largo

del tiempo.

Pensar en estas dimensiones nos posibilita el camino para no hablar de

manera plana sobre los resultados esperados o los procesos establecidos de

los programas, sino que nos de profundidad respecto a la articulación de la

forma y el fondo de lo que subyace y rodea el proceso.




Si pensáramos en omitir la dimensión cultural del análisis de un

programa de intervención o la dimensión política en la que está sumergida, nos

quedaríamos ante la imposibilidad de observar las formas en las cuáles las

relaciones, tanto en un nivel microdiscursivo-cotidiano como macrodiscursivo-

institucional o nacional, generan procesos de la tensión y negociación en

cuanto al cambio y a las posibles resistencias que se tengan a este.

Podemos afirmar que en cualquier programa de IS se generan este tipo

de dinámicas porque en este espacio la idea de modificar y transformar al otro,

para integrarlo de manera efectiva a los intereses de la entidad interventora, es

un afán que se va manteniendo como constante aunque también posibilita que

los agentes y ejecutores de la institución se moldeen y afecten en relación conla comunidad intervenida.

Dentro de los contextos políticos y culturales donde se inscriben estos

procesos, es a veces mucho más tangible hacer un análisis de las instituciones

en cuanto a la comprensión de los discursos, de los conceptos y las

metodologías ejecutoras de los programas. Esto se debe a que los

lineamientos, los fines y las metas prefijadas, así como las líneas operativas

con las cuáles el personal ejecutor realiza estos programas, se encuentran porescrito o están definidos de antemano, mucho antes de comenzar una lógica

de intervención.

Por el lado de los intervenidos, tenemos también los mismos escenarios

y situaciones similares, aunque están expresadas de modo distinto al que lo

hace el ámbito institucional, en la mayoría de veces sistematizadas en la

oralidad, hecho que los profesionales de la intervención tienden a obviarla y

hasta pensar su inexistencia . Dicha consideración ciñe de una forma violenta el

papel que los intervenidos tienen en al interior de las intervenciones, dado a

que se elimina su historicidad, su participación política en procesos similares,

así como su percepción y expectativas respecto a la intervención. Se diluyen

en un vacío que a la larga puede establecer deserciones, pérdidas de

expectativas y una anulación progresiva a participar en tales dinámicas, con lo

cuál se generan los efectos contrarios en cuanto a las metas prefijadas por los

programas.




Finalmente podemos apuntar el conocimiento de los elementos que

aparecen en un programa de intervención, así como las dinámicas que los

ponen en movimiento las relaciones e intencionalidades que existen entre las

instancias participantes y las dimensiones en las cuales tanto interventores

como intervenidos se movilizan. Todo esto nos da la posibilidad de comprender

este fenómeno como un proceso que tiende a crear un espacio donde surja el

intercambio de información, la transmisión de conocimientos y la mediación

cultural de manera reflexiva y multidimensional, donde intervenidos e

interventores son afectados el uno al otro en el afán de búsqueda de caminos

para encontrar alternativas para la realización de tareas. Sin la pretensión de

generar una definición para poder objetivar a la intervención social, pienso quepodemos comprenderla a nivel metafórico y geométrico como un fractal que en

su interior contiene todo un sistema de interacciones ente múltiples elementos

orientados por la dimensión cultural y política de sus contextos. A su vez estas

estructuras se encuentran articuladas a otro sistema de relaciones mucho más

amplio, por el lado de las instituciones, vinculado fuertemente al Estado nación

y la sociedad; y por el lado de los usuarios a una dimensión estrechamente

ligada a la sociedad y la cultura de ese entorno. En estos canales imbricadosentre si, se expresan ideas e informaciones que avanzan en secuencias y

ritmos distintos, que continuamente atraviesan por las fronteras de lo ajeno y lo

propio. La intervención social establece un espacio de negociación de la

cultura. La tensión que se genera en la resistencia al cambio y la posibilidad

por cambiar, aparece como acelerador -en algunas veces- o retardante -en

otras tantas-, del cambio de significado que tienen los símbolos en la cultura.

Pensemos también que la lógica de la intervención plantea un especio que

ofrece nuevas certezas y certidumbres a la vez que genera una pertenencia a

un grupo que se convierte en una comunidad.

topografia intervencion AVE

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