Todo Lo Que Dejamos Atrás

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Microficciones.

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Todo lo quedejamos atrás

Alejandro Bentivoglio

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Bentivoglio, AlejandroTodo lo que dejamos atrás. ‐ 1a ed. ‐ Ciudad Autónoma deBuenos Aires: 79/59 Ediciones, 2012.80 p. ; 20x14 cm.

ISBN 978‐987‐33‐1666‐1

1. Narrativa Argentina. 2. Cuentos. I. TítuloCDD A863

Fecha de catalogación: 26/12/2011

79/59 EdicionesBuenos Aires [email protected]

Diseño: Romina ReynaFoto de Portada: Constanza D'Agosto

© 79/59 Ediciones, 2012 © Alejandro Bentivoglio, 2012

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Prólogo

Cuenta una leyenda urbana que Paul McCartney, deThe Beatles murió físicamente en un aparatosochoque en el año de 1966, y que rápidamente fuereemplazado por un doble muy parecido a él y, conla misma voz, de nombre William Campbell. Fueeste hecho, fantasioso, casi literario que dio origena uno de los libros de Alejandro Bentivoglio (PaulEstá Muerto, Ed. Macedonia, 2011). Es ahora unafrase del libro Nuevo Elogio de la Locura de AlbertoManguel, lo que convoca otra colección de textosdel probablemente más prolífico autor de micro‐ficciones de la literatura. Manguel nos dice que:

Tal vez no haya ningún poema, por poderoso que sea,que pueda aliviar una pizca de dolor o transformarun solo momento de injusticia. Pero tal vez tam‐poco haya ningún poema, por mal escrito que esté,que no pueda contener, para su lector secreto y ele‐gido, un consuelo, un llamado a las armas, un res‐plandor de felicidad, una epifanía

Es esta cita la que sirve de contrapunto al otro epí‐grafe de este libro, un breve diálogo de la novelaAmerican Psycho de Bret Easton Ellis y que tam‐bién nos introduce al libro. Con ellas se nos mues‐

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tran las posibilidades de la literatura, las contradic‐ciones de la vida, de nuestras vidas. Vivimos en unmundo donde conviven lo elevado con lo frívolo ya veces sospechamos que ya no nos interesa quées verdad o qué no lo es o si quiera si existe unaverdad que puedan percibir nuestros sentidos Solopodemos soñar, decirnos: Imagínate que algo esverdad, imagínate que el hombre silencioso sen‐tado en una esquina del absurdo más ridículo, nosobserva a todos con una mueca de burla. Imagí‐nate que desde su cabeza se asoma una planta quecon un grito salvaje nos advierte: Al mundo se lecae el relleno por la costura rota.

A veces somos participes de este proceso, a veces nosdejamos aplastar por sus consecuencias, pero loexperimentamos en carne propia.

Pero Bentivoglio ve en la literatura el vehículo de lasupervivencia y ridiculiza ese lento y desgastanteproceso, el proceso de la monotonía, de las ofici‐nas, de los amores perdidos, de los suicidios des‐provistos de sentido; de tantas y tantas cosas quepor ser vistas comúnmente han dejado de notarsecon el tiempo. El mundo es un lugar indiferente,nosotros de alguna forma también lo somos, y ob‐servamos como vamos abandonándonos a lasmentiras, al desamparo de la inocencia, a la muer‐te de las esperanzas con la misma rapidez con laque se crea un ídolo falso; porque la historia decada uno también es una leyenda urbana.

Sin embargo, donde existe la desesperanza, tambiénexiste el humor negro que como un lucero del alba

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encendido por un Lautréamont concebido en lasentrañas de un Ambrose Bierce, nos conduce másallá de ese muro que nos es impuesto y que hapermanecido allí hasta que un Roger Waters se en‐cargó de dinamitarlo. Porque sí, más allá de loscontinuos epígrafes y referencias a canciones, lamusicalidad recorre toda la obra de Bentivoglio. Elarte mismo que surge desde el interior no solo delautor, sino de todos los lectores, a veces de formaconciente, a veces en un estado hipnótico, peroque siempre está allí para ser verdad y camino, be‐lleza que nos haga de puente de cambio. Que nospermite dejar de ser otro ladrillo anodino. Porquesolo podemos negarnos para luego afirmarnos.Llegar hasta el fondo para después emerger. Y enesta transmutación alquímica del ser, la literaturaes transformadora o no es nada. Piedra filosofalque nos incita: Seamos liberados de la indiferencia.Y es en esta literatura, en estos textos de luces,sombras y notable belleza, que Bentivoglio nospropone que al menos por unas cuántas páginasdejemos todo atrás, y nos invita a ser partícipes deun banquete, nos invita a saborear estos manjaresúnicos e irrepetibles que sí, quizás, no nos haganinmortales, pero sí nos recuerden que somos hu‐manos y que en nosotros existe más que la pulsiónde Tanathos, sí nos recuerden las maravillas quehabitan allí donde alguien pronuncia un verso, oentona una canción en la más calma de las noches.

Minerva Rodríguez & María Mercedes Schiavelli.

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In the past/ You’ll do anything/ To make your painlast/ Cause love without affection/ Is hate without

the pain/ Life is a connection

The Past, Korn

I’m such a stupid fuck/ Listening to my head and notmy gut/ Constantly thinking and thinking and thin‐king/ And thinking and thinking and thinking/ Nowwe waste our lives away/ Letting guilt lead the way

Let The Guilt Go, Korn

Wake me up inside/ Save me/ Call my name andsave me from the dark/ Wake me up/Bid my bloodto run/I can’t wake up/Before I come undone/Save

me/Save me from the nothing I’ve become.

Bring Me To Life, Evanescence.

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EL OTRO

Se despertó casi sin haber dormido. Fue hasta elbaño y se miró la cara en el espejo mientras se lalavaba. Lo imposible había sucedido, él no era él.Como en esas historias fantásticas, como en esasmalas películas en las que uno se despierta conel cuerpo cambiado.

–¡Al fin! –gritó él que no era él.

Y bajó a desayunar siendo ese otro que siempre habíaquerido ser.

HACIA ARRIBA

Apenas cabemos en el cuarto. Los parientes fueronlos primeros en ocupar una parte. Luego vinieronamigos y más tarde conocidos. Después gente quequizás sólo habíamos cruzado un instante en lacalle el día anterior.

Ya casi no quedan espacios utilizables para acomo‐darse y, con el transcurso de las semanas, los di‐versos idiomas y los nacientes dialectos dificultancada vez más la comunicación y, casi sin notarlo,vamos abandonando definitivamente la construc‐ción de la elevadísima, interminable terraza.

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AHOGARSE

Queda una sensación de ahogo que no quita nada. Yaún así vamos a la oficina y hacemos nuestro mo‐nótono trabajo y esperamos la hora del almuerzopara conversar un poco mientras fingimos saciarel hambre y reímos de esos chistes que sólo noso‐tros entendemos y luego volvemos a enterrarnosentre papeles y computadoras y viejos archivado‐res, que tratamos de mojar lo menos posible conesta agua que nos cae de los ojos, que nos chorreapor el traje de siempre, que nos inunda los zapa‐tos, que va dejando huellas sobre la alfombra.

JUEGO DE GIGANTES

Las piedras (o lo que nosotros creemos piedras) caencon una fluidez notable. Aplastan todo lo que en‐cuentran a su paso, sean automóviles, casas o des‐cuidados paseantes. La lluvia dura toda la noche ypor la mañana nos detenemos a ver el paisaje. Lamayor parte del pueblo quedó sepultada sin reme‐dio. Si miramos hacia arriba, vemos un enorme cu‐bilete que aún parece sacudirse un poco.

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LA AGITADA VIDA MODERNA

En el jardín, construyó una casa para los pájaros. Erapequeña pero ¿para qué podrían querer algo másgrande aquellas aves? La pintó con sencillez yluego se dio por satisfecho. Guardó las herramien‐tas y regresó a la casa.

Pero la puerta de acceso no se abrió. Miró por la ven‐tana. En el living, los pájaros veían televisión, có‐modamente ubicados en el sofá.

SORPRESAS TE DA LA VIDA

Todos los días me sorprende la llegada de algo nuevo.Puede ser un mueble corrido de lugar. Una alfom‐bra que dejó su sitio en el suelo para apoderarsedel techo. Una ventana que yo había dejado per‐fectamente cerrada y que ahora está abierta depar en par. Cosas simples, que quizás no le llamenla atención a otra persona pero que para mí signi‐fican mucho. Hoy, sin ir más lejos, me despertémuerto. Ahora apenas puedo controlar la emociónde ver qué me depara mañana.

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TODO LO QUE DEJAMOS ATRÁS

Somos los mismos. O eso creemos. Hablamos entrenosotros para comprobarlo. Y sí, somos los mis‐mos. Aunque no nos parecemos tanto. Gonzálezya no tiene barba. Pérez tiene el pelo diferente.Qué decir de Varela, el viejo Varela que ahora esun chico que no deja de molestarnos con sus bro‐mas. Estos cambios surgieron imprevistamente,apenas en el transcurso de unas horas. No preten‐demos quejarnos, a cada uno le toco algo diferenteen suerte. Pero sí, somos los mismos. Incluso Agui‐rre, el recio Aguirre, que trata de ocultar con la cor‐bata esos blancos, redondos pechos que le asomanbajo la camisa.

NOVEDAD DEL RECIÉN LLEGADO

La casa ya no está. Se dibujan los cimientos. Ondeanalgunas ruinas. Los vecinos se quejan, por el desor‐den que ha dejado todo este extraño movimiento.

Pero aunque hacemos la denuncia a la policía, nosdicen que si la casa no quiere ser encontrada, ellosno pueden hacer nada. Además, difícilmente setrate de un rapto. Ella, como para no volver nuncamás, se llevó todas sus paredes.

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EL ESCRITOR

Todos los días escribe en su vieja máquina de escribir.Esa que ya no tiene nada de tinta. La que de nin‐guna manera va a tener un carrete que funcionesin trabarse. La que no tiene teclas. La que ni si‐quiera sirve como apoya papeles. La que perdió suoriginal color azul. La que hacía un ruido infernal,pero que ahora no hace ninguno.

Todos los días escribe en su vieja máquina de escribir,pero nadie quiere publicar sus constantes páginasen blanco. Sus editores le han dicho que sólo acep‐tarán más y más páginas rojas.

REVOLUCIÓN POPULAR

Por la noche, los revolucionarios tomaron la Casa de Go‐bierno y mataron a todas las autoridades. Ahora ellosson la voz de nuestro pueblo y ellos se van a encargarde que tengamos todas esas cosas que nuestros an‐teriores gobernantes no nos quisieron dar.

Por el momento no conocemos a ninguno de esostipos que seguro nos conocen tan bien, pero yacon el tiempo, estamos convencidos de que vamosa saber sus nombres, o al menos descubrir qué eslo que dicen que nosotros, el pueblo, queremos.

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SE CAE

Me saco los zapatos y los acomodo junto a la cama.Los dejo bien alineados, sobre la alfombra. Meacuesto y me duermo. Me despierto más tarde yme pongo los zapatos. Hago viajes en colectivo,paso el día en la oficina. Charlo, tomo café. Me voya dormir. Me saco los zapatos y los acomodo juntoa la cama. Los dejo bien alineados, sobre la alfom‐bra. Trato de no pensar en cómo mi cuarto y todoslos muebles se deslizan hacia abajo, trato de nopensar en lo torcida que está la casa.

Trato de pensar en que los zapatos me quedaron bienalineados, junto a la cama, sobre la alfombra.

RAÍCES

A medida que pasaba el tiempo, las letras iban ga‐nando un notable aspecto rupestre. Él, el escritor,poco podía hacer para enfrentarse a ese primiti‐vismo de las palabras que lo iba cercando con eltranscurso de los años. ¿Qué decirle a sus detrac‐tores? Esos que lo acusaban de ser poco menosque un bruto. Esos que ya le notaban las manospeludas detrás de cada oración, las ganas de tirarlos manuscritos por los aires y, sin más, subirse ala mesa entre gritos y golpes destemplados depecho.

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TAN ÍNTIMO

Lo que siento es inconfesable. Aunque la mayor partedel tiempo lo estoy confesando a cualquiera quequiera escucharlo. O que no quiera, creo que nohace diferencia que me escuchen por propia vo‐luntad o porque uso la fuerza. Mis fines justificanmis métodos, que todos sepan lo que siento, esaclase de cosas que no podría, por supuesto, con‐fesar a nadie.

Usted mismo, que lee esta confesión, mejor no semueva, siga leyendo y va a estar bien. No, el tipoque está detrás suyo apuntándolo con un revólverno le va a hacer absolutamente nada si usted sigueleyendo, así, bien atento y calladito.

DILATAR

Las espaldas las tiene bien amplias, para las alas. Nolas usa mucho, más que nada son para impresio‐nar. Es común verlo en las fiestas, estirándolas unpoco a pedido de los invitados. Según él, es unimán para las chicas.

Si toma mucho, tiene que encogerlas. Evitar que se lemanchen cuando se le va la noche, en un bañocualquiera, vomitando parte de las entrañas.

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MIEDO AL MEDIO

No quiero irme a casa. No tengo casa. Vivo en casasprestadas. Leo libros robados. Escribo de vez encuando cosas que parecen más ajenas que pro‐pias. Veo las letras escapándose por las hojas enblanco, como si no quisieran estar acá. No hablomucho con nadie. Camino por la calle como si tu‐viese adónde ir. Finjo que no soy un hombre solo.Tengo una mujer y tres hijas para mantener mi fa‐chada. Me dejo crecer el bigote para nadie sospe‐che nada de nada. Si alguien me pregunta algo,contesto con voz firme y clara que no sé nada, quenunca lo supe, que ya es tarde, que me voy a casa.A cualquier casa.

AUTOIGNICIÓN

Enciendo un cigarrillo, aunque yo no fumo. Lo man‐tengo entre mis dedos. Siento cómo se consume,pero no lo acerco a la boca. Conservo esa sensa‐ción cálida en la mano. El fuego quema al princi‐pio, pero cuando me gana los nudillos, me voyacostumbrando. El cuerpo tarda un poco más. Qui‐zás una media hora, quizás una hora, no sé. En elsopor, apenas siento el zapato que mi pisa, consumo cuidado, para apagarme bien y luego sealeja, cuando ya oscurece.

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REY ESCLAVO

Grito en silencio, tratando de percibir la textura demi propia voz. Aíslo esa sensación de piel ajenaque hay en mis exabruptos, no pienso en cómo micuerpo se aleja en medio del sonido. Quiero cerrarmis ojos, pero como toda exageración, mis párpa‐dos se extienden hasta cubrir mis pies. Así, en‐vuelto, en medio de la exclamación de unaemoción, me pregunto, ¿acaso en cada capullo deser hay conciencia de la forma o pasará otra vezque una autoproclamada mariposa no es más queuna inquilina de un huevo de mosca?

INMÓVIL

Cedo a lo inevitable, lo hago con la lentitud propia detodo lo leve. Siento, casi con curiosidad, cómocrece el pasto en el jardín. La ventana está cerrada.Así se quedará. Afuera me sorprende el movi‐miento de los pájaros, aún cuando siempre de‐testé sus cantos. Ahora están callados. Como si elúnico ruido aceptable fuese el del gas en la horna‐lla, completamente abierta.

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RESISTENCIA

Cuando llego a la mitad del puente, me doy cuenta queno quiero ir al otro lado y emprendo la vuelta. Peroal llegar a la mitad de la mitad, me acuerdo que ayer,cuando estuve en ese otro lado, me olvidé algo quees imprescindible para este lado, al que estoy regre‐sando. Entonces no me queda otra que darmevuelta y seguir en el sentido inverso. Hasta que llegoa la mitad de esa mitad que quizás sea todas las mi‐tades y me digo que por qué siempre tengo queestar necesitando cosas de este y del otro lado y mesiento en el puente, ya no sé en qué mitad. Esperono estorbar, pero ahora este y solo este es mi lado.

EL FORASTERO

El forastero dijo estar perdido. Le dimos alojamientopor unos días y él nos habló de su pueblo. De mon‐tañas, de bosques, casas y gente. Los días se hicie‐ron semanas, meses, años. El forastero siguiócontando historias sobre su querida tierra. A veces,incluso, le asomaba una lágrima en el recuerdo.Pero jamás quiso ver los mapas que le ofrecíamos.

Cuando murió lo sepultamos en nuestro cementerio,casi setenta años después de su llegada.

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HOMBRE QUE SE ENAMORA

Le miró las piernas. Estaban bien formadas. Llevabaunas ojotas que abarcaban sus pies pequeños,desnudos. Las uñas apenas destacaban el uso deesmalte. Levantó la vista hacia la pollera corta, porencima de las rodillas. Una pollera blanca y negraque hacía apenas intuir la calidad de unas diminu‐tas, tentadoras nalgas.

Luego la cintura, el tronco firme y estilizado, lasramas, las hojas verdes que apenas se disimula‐ban, el llamado de los pájaros en esa irresistible,sensual copa de árbol que tanto lo enloquecía.

NATURALEZA MUERTA

Se acuesta con todas sus modelos. Cada vez pintamenos. Le importa poco pero alguien tiene quepagar las cuentas. En las galerías siempre reclamansus trabajos. La gente piensa que es un dotado parael arte. Él no tiene una buena opinión de sí mismo.Nunca contrata dos veces a una misma modelo. Legusta la variedad en las mujeres, piensa que eso lomantiene vivo. De una forma fácil y placentera.

Sus críticos dicen que sus cuadros se parecen muchoentre sí. Que ya a sus cincuenta años podría dejarde pintar solo fruta y jarrones.

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LOS AGUAFIESTAS

En el aeropuerto, los aviones permanecían inmóvileshasta que los capitanes pedían a los pasajeros quesuspendiesen la incredulidad y tuviesen fe en queaquellos armatostes volarían a sus destinos.

Sin embargo, siempre había rotundos materialistasque rompían la magia sacando los brazos por lasventanillas y agitándolos de arriba hacia abajo conabsoluto frenesí migratorio.

EGOTRIP

Miro el techo con la paciencia del que nada espera.Construyo formas dentro las formas de la hume‐dad. De lejos percibo el ruido del tráfico. Algunasvoces se pierden antes de poder entender algunapalabra. Es uno de esos momentos que parece to‐talmente separado del constante fluir del tiempo.Apenas si me doy cuenta del instante en el que mehundo en el colchón, ese punto exacto en el cualtraspaso la cama y el piso y todos los demás pisosy el cemento y los sótanos y la tierra y el mundomismo, hasta cruzar el espacio todo y más tardecaer desde las estrellas hacia el cielo y despuéstraspasar la terraza, cemento y ladrillo y terminarotra vez en mi cama, donde veo la hora y me doycuenta de que otra vez llegaré tarde al trabajo.

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SE VAN

Me escondo en el armario. Espero a que me busquen.Pero mis familiares no me encuentran. Los escuchollamarme, pero sin mucha voluntad. Cuando pasanlas horas, sospecho que lo hacen a propósito. Quecon el tiempo transcurrido ya tendrían que habercubierto todos los posibles escondites de la casa.

Por la mañana salgo del armario. No hay nadie en nin‐guna de las habitaciones. Los roperos están vacíos.Incluso la heladera. Los muebles desaparecierontambién. En la nota de despedida no hay mucha in‐formación, algo sobre diferencias irreconciliables,luego muchos renglones en blanco, como huidos.

LA SECUENCIA

El error comienza luego del acierto. Incluso mientraséste se está produciendo. La secuencia es tan in‐mediata que resulta casi imposible percibir dóndetermina uno y dónde empieza el otro. Muchasveces son confundidos y nadie se anima a rompercon esa confusión que nos hace felices.

No es la primera vez en este pueblo que la mañananos encuentra ebrios de alcohol, mujeres y felici‐dad, festejando la más rotunda de las derrotas.

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FATHER

Abro la puerta de mi casa y me detiene la policía sindarme tiempo a nada. Me interrogan durante días,pero no voy a decirles nada. Me amenazan con ha‐chas, con prenderme fuego. Pero no voy a confesar,tienen que entenderlo. Finalmente me sueltan,pero ya en la calle uno de los policías me grita queno podré escapar de la ley, que todos saben que yomaté al viejo artesano carpintero.

Le respondo que yo no lo hice, que soy inocente. Peromi nariz crece.

EL ENIGMA

No llego a ninguna parte, aunque camino. No memuevo aunque estoy corriendo tan rápido comopuedo. Escucho que gritan mi nombre, aunquenadie me dirige la palabra. No sé dónde estoy, aun‐que toda mi vida estuve acá. Escribo estas notas,pese a no tener manos.

No existe respuesta, porque no hay acertijo. Puedopensar que soy el silencio, pero entonces, ¿por quéaullo en la noche?

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THE ME SHOW

Con suficiente práctica es posible aislar la piel delmundo, también del músculo, del hueso que la con‐tiene. También, de ser necesario, puede estirarseesa piel para envolver un fuego encendido con des‐cuido, no exento de énfasis. Puede que las llamas laconsuman, puede que no. Pero ¿cómo no exhibirun orgullo casi infantil, casi ineludible, al mostrarleslas cenizas a nuestros amigos y allegados?

HISTORIA DE NINGUNA PARTE

El árbol cayó en el bosque en medio de un estruendoensordecedor que nadie pudo escuchar jamás por‐que no había nadie en el bosque. Ni hombres, nianimales, ni pájaros que pudiesen taparse los oídospara no enloquecer por semejante escándalo.

Esto lo sé porque me lo contó, entre susurros, ciertohombre mudo, curiosamente verborrágico quesólo parecía buscar el aplauso de un atento oyentecomo yo, el manco del pueblo.

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HEADSHOT

En temporada alta es común cazar amigos con unabuena escopeta que podemos adquirir por un pre‐cio módico en cualquier armería. Si la amistad essólida como el roble (más si se trata de una rela‐ción longeva), conviene utilizar un calibre másgrueso para evitarle el sufrimiento a la presa. Aúnmás, si estamos en presencia de una de esas amis‐tades en las que ha mediado incluso el contactoíntimo, es imprescindible (y notablemente caba‐lleroso), utilizar una mira telescópica.

LA INFALIBLE RECETA

Si la riegan, la muralla que nos separa del bárbaro in‐vasor (ese que nunca vimos pero que sabemos quesiempre acecha) crece durante la noche. El Empe‐rador se encarga personalmente de abastecernosde jarras y baldes para la dura tarea.

Lo único que nos pide, es que la sangre para el riegodiario sea aportada por nosotros, los súbditos.

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NADIE SERÁ EL MENSAJERO

Traemos flores para la oficina. No es sólo la búsquedade algo natural entre tantos archivadores, escrito‐rios y computadoras, sino también la necesidad deun bello aroma que tape la pestilencia de Gonzá‐lez. Es cierto que no es su culpa, pero es más có‐modo pensarlo así.

De otro modo, alguno de nosotros tendría que avi‐sarle a la gerencia de la muerte de González, de‐cirles que por favor retiren su cadáver de sucubículo, o que al menos laven esa mal oliente ca‐dena hundida en su ya putrefacto tobillo.

STAY

El cansancio es terrible. Apenas si puedo mover unmúsculo. Mi cuerpo parece pronto a derrumbarseen cualquier momento. Los demás están en una si‐tuación igual o peor que la mía. Los otros nosmiran con empatía y hasta admiración. Ante susojos somos prácticamente héroes.

Somos unos de los pocos que caminaron kilómetrosy kilómetros durante semanas, incluso mesespara llegar aquí. El lugar exacto del que jamás nosmovimos.

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EL PUEBLO GRANDE

Todas las casas de aquel remoto lugar eran exacta‐mente iguales. Era un pueblo silencioso, que gus‐taba más de la noche que del día. No necesitabangobernantes, tan solo unos pocos hombres que seocupara de ellos. Que impidieran el avance delbosque, que transportaran nuevos habitantes, quelimpiaran y que, quizás, leyeran de vez en cuandolos epitafios grabados en cada uno de los lúgubrespórticos.

LO QUE ESTABA

Lo que estaba era perfectamente visible antes de quedejara de estar. Era ese tipo de cosas que nadiepuede pasar por alto por mucho que se esfuerce.Es cierto que ahora cada uno quiere tener la ver‐dad sobre el asunto, pero no hay que creer todo loque se dice al respecto.

Ahora que no está, parece que era la mejor cosa delmundo, pero cuando estuvo al alcance de la mano,nadie quiso prestarle atención. Por eso, quizásmejor que no esté, capaz que era una porquería.Mejor olvidarlo, hacer como si nunca hubiese es‐tado ahí, justo encima de lo que sí está, eso que ninos tomamos el trabajo de mirar una vez en la vida.

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COMO CUALQUIERA DE NOSOTROS

Somos personas sencillas, nos gusta lo que a todos.Nos comportamos con educación y tranquilidadante cualquier situación. Cometemos crímenescomo todo el mundo, solo que con más discreción.No nos gusta llamar la atención y preferimos quenadie note que estamos ahí. Cuando es necesariosonreímos, cuando no, nos mantenemos serios.Nos gusta hablar de cualquier tema. Preferimosusar cuchillos y silenciador, como todo el mundo.

CELESTINO

Adentro de mí crece un hombre pequeño. Hablamucho todo el tiempo y no me deja dormir. Lepido que se detenga, pero eso sólo parece diver‐tirlo más. Le he dicho que salga, pero él dice queestá muy cómodo en mi interior. Que tiene todolo que necesita.

Hoy decidí comerme una mujercita que encontrécomprando fruta en el mercado. Desde entonces,lo único que escucho de mi hombre interior es untímido, tembloroso, sí querida, sí mi amor.

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HERE WE GO AGAIN

Nuestros placeres son mínimos, nos gusta que nospeguen, que nos traten como basura. Que nos hu‐millen y nos hagan sentirnos más miserables queesclavos, que prisioneros de las galeras.

Es por eso, que día tras día vamos a trabajar a la ofi‐cina. Que siempre, en toda elección, votamos almismo partido, al mismo Presidente. Que insisti‐mos en estar vivos.

OINK

Llorar le iba bien. Era casi lo mejor que hacía Gritaba,se agarraba los pelos, se sonaba furiosamente lanariz, no ahorraba ningún recurso. Todos se lo ha‐cíamos notar y la felicitábamos ante cada ataqueinfundado de llanto. Ella nos agradecía, obvia‐mente, con lágrimas en los ojos. La risa le costabaun poco más, especialmente por un extraño ruidoporcino que le salía luego de la segunda carcajada.

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LOS QUE ACECHAN TRAS LA VENTANA

Nadie dice nada, el mundo es cada vez más pequeño.Parecen estar cómodos con la reducción. Aunquecada vez estamos más apretados y ya es difícil darun paso sin estrellarse contra nuestro vecino. Nosabemos si esto se debe a que hemos perdido lavoluntad de quejarnos o si, por otro lado, yasomos tantos los pervertidos que es imposibledecir algo que nos evite este continuo apretujar‐nos, frotarnos, contra todas esas vecinas que antesdel achique del mundo ya veníamos codiciandodesde detrás de nuestros binoculares.

SYSTEM FAILURE

La historia que nos cuentan es un ensayo. Empiezamás o menos bien y luego se va desmejorandohasta que llegamos a un final muy mal construido.Los personajes son otro asunto. Algunos estánbien y otros son sencillamente patéticos.

En la vida real, nos decimos, estas cosas no pasan.Pero por las dudas, nos miramos al espejo y trata‐mos de reescribir todas cosas que pueden colocar‐nos en el grupo equivocado de personajes de estainterminable farsa.

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CADENA ALIMENTICIA

El traje de Superman tiene problemas de diseño. El deBatman se ve bien, pero probablemente sea incó‐modo a la hora de ir al baño. Cualquier tipo de cie‐rre quita importancia a los superhéroes. Losmalvados no tienen que fijarse en esas cosas. Pue‐den ser pelados o usar un bigotillo ridículo. Porqueademás, aunque Batman o Superman pueden en‐trar por la noche a nuestras casas y servirse algo denuestra heladera, seguro que va a ser el tipo del bi‐gotillo ridículo el que nos prometa llenar el freezercon mucha, mucha más carne de la que podemosrealmente necesitar.

EL MAYOR PLACER

Le decían a quién tenía que matar y él lo hacía. Era sutrabajo y era el mejor. Le complacía escuchar los gri‐tos, las súplicas a las que no prestaba atención.Usaba todo tipo de armas y nadie escapaba nuncacon vida.

Cuando uno de sus enemigos lo contrató para que sematara a sí mismo, él no dudó en aceptar el trabajo.Gritó con cobardía, suplicó como el mayor de los co‐bardes y luego con satisfacción se pegó un tiro.

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ESCLAVOS

Obedecemos todo lo que el amo dice. Sus órdenesson cumplidas sin demora y con la mayor preci‐sión. Nunca desfallecemos en nuestras tareas. Díatras día hacemos lo que se nos dice, incluso si esonos impide comer o dormir.

Si el amo se niega a darnos una faena, le decimos queno podemos estar sin hacer nada, que tenemosque servirlo. Si aún así se niega, lo apaleamoshasta que nos ordena hacer algo.

BON VIVANT

Soy un castor y mi trabajo es mantener la presa encondiciones. Sin embargo, no puedo estar todo eldía pegándole a los troncos con mi cola en formade paleta. Me gusta parar un poco y fumar un ci‐garrillo. Mis compañeros me echan en cara estafalta de profesionalismo. Pero ellos no entiendennada de la vida. A las chicas les gusta un tipo quesabe cómo fumar. Cómo hablarles. Yo sé hacer eso.Soy un castor de mundo. Y aunque si la presa ex‐plota, el agua se tragará a nuestro pueblo, ¿quéclase de vida es esta si no podemos soportar elApocalipsis con tal de seducir la más ardiente hem‐bra castor al menos por un par de horas?

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LILITH

Es hermosa. Lo sabe. Tiene un cuerpo que no sepuede olvidar. Seduce a cualquier hombre, aunquepor ahora hay uno solo. Eso es lo que ella se dicetodos los días.

Pero quizás no sea tan hermosa. Quizás Adán seapresa fácil. Quizás no la olvida porque todavía noexiste tiempo y todo transcurre en este presenteque nunca se va. Quizás hasta sea fea. Pero eso nole preocupa, porque Adán no tiene elección.

No entiende qué hace Dios jugando con esa costillade hombre.

DEMASIADO

Pensar en nosotros nos ocupa todo el día. A vecesmás. Nuestro ego es incontrolable y nuestra vani‐dad no tiene límites. Nos miramos en todos los es‐pejos y si nos encontramos en la calle nos decimosque somos los mejores que hayamos conocido.

Vista de afuera nuestra vida parece fácil y cualquieradesearía tenerla. Pero no todo es tan color de rosa.Si estamos en una habitación pequeña, basta res‐pirar para que nuestros pechos se inflen al puntode causarnos moretones.

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THE WAKE OF A DREAM

Cuando soñaba por las noches, se veía a sí mismocomo Clint Eastwood en Dirty Harry. Iba por losbares con su cara de piedra disparando sobre de‐lincuentes o sobre cualquiera que lo mirara mal.

Cuando despertaba se lavaba los dientes, desayunabay se ponía el traje. En la calle trataba de secarse latranspiración con un pañuelo y se aflojaba un pocola corbata. Ya en el trabajo se tomaba un yogurtdescremado.

MIRROR

Muchos días se parecen al que dejamos atrás. Lashoras son las mismas, cada una de las pequeñasmiserias, de esas frustrantes alegrías. Incluso aveces, si no tenemos el suficiente cuidado, pode‐mos ir caminando por esa misma calle que ya tran‐sitamos y chocarnos contra nosotros mismos quehoy vamos viniendo de mañana para ayer, total‐mente distraídos.

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DEAD BODIES EVERYWHERE

Mi habitación está llena de cadáveres que no piensoordenar. Ya bastante tengo con el estudio y el tra‐bajo. Puedo contratar una mujer que limpie, peroes difícil encontrar una que no se queje de lo duroque es remover los cuerpos, algunos incorruptosy algunos verdaderamente impresentables.

Sé que ante este desorden pesa la opinión de misamigos, de mis ocasionales amantes, que buscanen cada uno de mis actos una reafirmación delcomplejo de Edipo. Sin embargo, a la hora de laverdad, me rindo ante el inevitable levantar el te‐léfono y pedirle a mi madre que por favor, levanteestos cadáveres que su hijo ya no tiene ganas ni si‐quiera de patear.

MOEBIUS

Vuelvo siempre al principio, seguro de que jamás lleguéal final. O lo pasé de largo cuando venía por elmedio. Al final de cuenta, todo se parece demasiadoy si cuento las cosas con mis dedos, me encuentrocon que paso del número diez, quizás por repeticióny me sorprende menos esa constante secuencia queel hecho de percibir que hoy tengo tres manos osiete orejas.

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HISTORIA DEL LOCO

Entró al bar y empezó a pegar martillazos a todo loque se movía. Todos corrieron hacia fuera. Hubomuchos gritos y una mujer se olvidó su cartera ydejó caer sus zapatos de taco alto. La policía tardóbastante en reducirlo, pero finalmente se lo lleva‐ron. El bar estuvo cerrado un par de días.

El hombre con cabeza de clavo suspiró aliviado, peropor varias semanas no dejó de mirar por encimade su hombro.

SAHARA

El desierto gana el living. Basta abrir cualquier cajónde cualquier mueble para que se llenen los zapatosde arena. Si prendo la luz, el calor se hace insopor‐table. Por la noche la temperatura baja y tengoque buscar frazadas. Hace días que no veo a mimujer. A nuestros hijos les he dicho que la secues‐traron los beduinos que aterrorizan los cuartos delnorte, aunque ella luchó con ferocidad. Son chicospara comprender que no, que no se resistió, queiba riéndose, sacándose la ropa, que algunos memiraban de lejos y se burlaban.

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COYOTE

En mis sueños me desconozco. Lo sé, porque me lodigo. Me lo digo siempre y no me lo oculto. No po‐dría mentirme. O mentirle a ese que no soy. Meparezco, eso sí. Pero el parecido no basta, porqueme reconozco ajeno

Cuando me despierto es más sencillo. Me levanto, melavo la cara, me peino con cuidado la barba, mepongo mi mejor vestido y salgo haciendo mucho,pero mucho ruido con mis tacos altos.

EL BUEN DEGENERADO

La psicología no sirve con un exhibicionista como yo.No hay problemas en mis atributos físicos. Notemo a las mujeres. No temo a los hombres. Megusta un buen sobretodo y nada abajo. Correr des‐nudo por la calle. Sentir que el viento es mi únicacompañía.

Prefiero las plazas, porque el verde de los árboles re‐salta el vello de mi pecho. No me resisto, tampoco,al asfalto. Si es invierno, me pongo también unasmedias, algo sencillo, pero que no desentone conel tono semi bronceado de mi cuerpo desnudo.Algo que no provoque el horror en la gente a laque me expongo impunemente.

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MIEDO

Tengo miedo de todo. De todos. La vida moderna measusta. Los crímenes, las atrocidades del ciuda‐dano común me producen pánico. Aunque mu‐chos sienten mi ausencia, yo no puedo evitarlo.Me cuesta salir de mi casa para trabajar. Las ma‐dres me lo recriminan y los padres me dicen quesoy un cobarde. No, les digo, soy un producto delhorror ajeno, de la maldad que sembraron.

¿Cómo esperan que asuste a los chicos? Como hom‐bre de la bolsa que soy debo confesar que ya nopuedo dar un paso sin temer un robo, un aten‐tado, un apaleamiento hacia mi persona por partede vulgares criminales callejeros.

SANGUINARIO

Muestra las manos cerradas y nos dice que tenemosque elegir. Algunos opinan que sería convenienteoptar por la derecha, otros proponen la izquierda.El hombre con las manos cerradas sonríe. Hay mo‐mentos en los que parece elevarse unos cuántoscentímetros por encima del suelo. La mayor partedel tiempo nos mira como si ya supiese lo quevamos elegir.

Como si quisiera decirnos que la elección no importa,que las dos manos traerán las mismas sorpresas.

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LA CABEZA

Emerge del suelo, de pronto. Es una cabeza perfecta‐mente formada. Me acerco temeroso de lo quepueda hacer, de una nueva manifestación incom‐presible. La cabeza me mira silenciosa. Siento queel mundo que conocía ha desaparecido, que luegode este evento fantástico nada puede volver a serigual, que yo ya no soy el mismo tampoco.

Comprendo entonces que lo único que me queda porhacer es cubrir la cabeza con un mantel blanco,luego ponerle arriba una lámpara, digo, algo queno llame la atención de los vecinos o de amigosque decidan visitarme de improviso.

DIABÓLICO

Ensayó bien lo de la risita satánica. Es experto en lamentira y la trampa. Día tras día mejoran sus habi‐lidades en el vicio y la maldad. Somos muchos losque lo admiramos y nos preguntamos cuál será susecreto.

Él se muestra humilde con la verdad (quizás porque engeneral le es ajena) y contesta que no se trata de lagran cosa. Que apenas le basta con usar su traje deGerente General dos números más chico de lo ne‐cesario.

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EN EL CAMPO

En el campo la vida es más fácil. Trabajo todo el día,eso es cierto, pero luego, en la noche, cuandonadie me ve, me subo a lo más algo del granero ysalto. Algunas veces caigo con violencia al piso,como si mi cuerpo pesara mil kilos y hago un ruidoenorme, inapropiado en la calma del campo. Otrasveces me deslizo suavemente, flotando por algu‐nos minutos.

En la ciudad, por otra parte, a cada salto tengo quesoportar esas gentes que miran para arriba, quemurmuran con espanto. Que ya buscan con la mi‐rada al policía más cercano.

DIARIO DE EVA

Adán siempre se está quejando de lo que cocino. Diceque está harto de esos yuyos, esas plantas amar‐gas que no saben a nada. Por eso hoy le cociné unpastel de manzanas. De esas manzanas tan jugo‐sas, tan rojas que él siempre mira desde lejos,como deseando.

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El LIBRO DE MI MADRE

Según un libro que mi madre consultó, cuando mecreyó enfermo, no es normal que me quede des‐pierto toda la noche. Eso es lo que me ha dicho,que los chicos de mi edad no pueden dormir du‐rante el día. Yo le digo que quizás el libro tengarazón, pero yo no puedo hacer nada al respecto.Ella me ha respondido que quizás podría pasar esopor alto, pero el libro también dice que no es po‐sible que un chico de mi edad nunca quiera comernada nunca. No lo sé.

Yo no quiero ser una decepción para ella, pero en ver‐dad a veces me pregunto qué dirá el libro que mimadre consulta acerca de mis afilados colmillos, ode cómo me excito al ver el cuello de algunasdamas demasiado sonrosadas.

THE CORRIDOR

Al final de un corredor desnivelado, se ve una luz, unaluz plena que casi opaca la vista. Detrás de la luz,hay un hombre pequeño que ahora quita el bombi‐llo y agarrando su escalera, se marcha por el desni‐velado piso del corredor, permitiéndonos descubrirno sólo que el corredor en realidad no existe, sinoque, para horror propio y ajeno, nosotros sí.

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¿POR QUÉ NO PUEDO SER COOL?

Quizás la cara no me ayuda. O mi forma torpe de en‐trar a cualquier reunión. Esa manía de uno usar laropa correcta. De decir todo de forma atropellada.La manera de no sentirme a gusto en ningunaparte. Mi gusto por la tierra, el amor de tirarme alpiso y arrastrarme hasta que la ropa se hace jironesy salgo desnudo de cualquier casa, de cualquier pa‐lacio y persigo caminos que no lleven a ningunaparte donde puedan encontrarme. La tentación detirarle los sombreros a cualquier caballero digno demi aprecio, o de mi desprecio da igual.

O la simple costumbre de morderle los tobillos a lasmujeres con sandalias plateadas.

FACIAL

Suspendo mis impresiones, vacilo. Quedo como unmanuscrito en blanco. Algunos dicen que se sos‐pechan terribles escritos en la forma de mi man‐díbula. Algunos me llaman obsceno. Las mujeresmayores retiran a los chicos de mi presencia. Yome abstengo de verbalizar algo. Dejo que la tintavuelva a fluir por mis venas y luego permito quemis cejas den rienda suelta a su innata, desenfre‐nada grosería.

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SOPOR

Hay días muertos que se quedan amontonados de‐bajo de la cama, adentro de los cajones, en la ropasucia que tiramos sin decoro en cualquier tacho.Si vienen las visitas no tenemos ganas de ocultar‐nos y quizás una amiga nuestra, una muy íntima sesiente en el sofá con gran incomodidad, porquebajo sus pies laten fines de semana y viernes demelancolía. Pero ya no vamos a buscar excusaspara limpiar, los vamos a dejar ahí, hasta que undía tratemos de abrir la puerta del departamentoy descubramos que no se puede, porque hay tan‐tos lunes apretados que ya no se puede empujarmás y entonces dejemos la llave, ahí metida en lacerradura, y nos vayamos sin mirar atrás. Como sifuera un día de vacaciones cualquiera.

REPETIR

Escribe y todo se reproduce tal cual en el mundo.Cada cosa, con su punto y su coma. Cada lugar escreado de la nada, por su mano.

Pero luego, la soberbia de la paradoja, el escritor es‐cribe: el escritor escribe: el escritor escribe: el escri‐tor escribe. Y ya nada vuelve a pasar en el mundo.

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GOTA

Ella me conoce bien, pero no me dice nada. Ni si‐quiera me saluda. Me evita con tanta eficacia queni siquiera puedo decir que la haya visto algunavez. No me llama, tampoco manda cartas. A vecesla confundo con cualquier tipo de analogía. Medigo que es la vida, que es la muerte. Pero no, nosé su nombre, no sé quién es. Pero igual me co‐noce bien.

Y cuando estoy medio dormido, medio despierto, medoy vuelta en la cama y casi me parece verla, peroella no dice nada. Tampoco entonces.

EL ARTE EMOCIONAL

Le gusta llorar cuando la ven. Si está en la casa, sola,prefiere reírse fuerte, aún cuando se trate de unaterrible desgracia. El público siempre reacciona asus llantos destemplados. Lo suyo es un arte y noson pocas las veces que llegan los aplausos.

Si se encuentra con un público duro, grita, tiembla, sesacude, incluso arroja cebollas.

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HIJO PRÓDIGO

Para escoger mi nombre mis padres consultaron unadivino. Él les dio toda clase de consejos y ellos vol‐vieron a casa un poco tristes porque no habíacosas buenas en las palabras de aquel viejo char‐latán. Eso no me impidió llegar a este mundo. Yque mis padres decidieran ponerme un nombresencillo, uno con el que pueda sentirme a gusto.

Por eso le digo, buen hombre, no sé qué tanto mi‐rarme. ¿Acaso mi nombre le parece raro? No, tam‐poco es extraño que haya nacido en la hora sextadel sexto día del sexto mes del año. Así que porfavor, le pido que no sea como tanto otros, previ‐sibles curiosos, que se quedan mirando grosera‐mente esas dos protuberancias con forma decuernos en mi frente.

CAOS

Las cosas nunca están donde las dejo. Me levanto porla mañana y todo está fuera de su sitio. Paso elresto del día volviendo las cosas a su correspon‐diente lugar. Pero es inútil, el caos me agobia pocashoras después. Lo peor, sin dudas, es cuando sur‐gen esos agotadores días en los que hay más cosasque lugares, o más lugares que cosas. En fin, la tí‐pica asimetría de lo fantástico.

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IR Y VOLVER

Regreso, aunque sospecho que nunca me fui. Temoencontrarme ahí, sentado, mirándome llegar otravez. Preguntándome por qué volví. Sabiendo queprobablemente no me dignaría a responderme.Pero no, no estoy ahí, sumido en la espera. La sillaestá vacía, el lugar silencioso. Ahora me siento yespero. Esta vez temo que no regrese, que hayadicho algo que pudiese haberme molestado.Nunca toleré esas personas que hacen demasiadaspreguntas, digo, personas como yo.

RIDERS ON THE STORM

Sueltan mi mano y caigo sin remedio. Siento mi cuer‐po deslizándose inevitablemente hacia abajo. Lue‐go dejo de sentirlo y comprendo que no tengoningún cuerpo que caiga. Me enceguecen las lucesde una ciudad lejana. El tipo de construcción queantes hubiese llamado hogar. Finalmente ya nocaigo ni pienso nada. No hay luces ni ciudad. Escu‐cho el rumor del jabón, de las manos que se lavan,que luego se secan en una toalla blanca. Que ladejan un poco sucia, como con machas de sangreseca.

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LA ÚLTIMA VANIDAD

En el último cuarto de una casa sombría vive un hom‐bre cuyo nombre no conozco. Es un hombre senci‐llo, que no molesta a nadie. Al menos eso dicen lasgentes del barrio. Yo no salgo mucho, pero puedoescuchar los murmullos que vienen de la calle. Notengo televisión, ni radio. Paso el tiempo sumidoen mis propios pensamientos. Que son muchos yvariados. A veces pienso que podría comprarme unespejo y saber cómo soy, cómo es mi cara.

Pero pienso que la luz de la ventana es demasiadopobre para verme bien. Además, quizás otros pue‐dan interpretar la presencia del espejo como unacto de vanidad, indigno de sencillo hombre sinnombre que vive en el último cuarto de una casasombría.

EL MÁS ALLÁ

La sesión comienza con los pases característicos. Lamédium pronto entra en trance. Su voz se hace másgrave, llega de pronto el mensaje de ultratumba.Anuncia eventos, asegura el amor de los que estánlejanos, las mismas cosas de siempre. Se hace tardey los testigos se marchan. Vuelven a sus tumbas, asus silenciosos mausoleos. La esotérica voz de losvivos ha sido demasiado para una noche.

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KRYPTONITA

Aunque sospecho que existen diversas formas de es‐tructurar la memoria, creo que lo más accesible esel formato sueño. Cada cosa que se aleja (lo quese acerca mantiene una franja borrosa, pero aúnasí cierto tinte optimista lo salva del destierro), vasiendo captada por una oscilación onírica que yanunca desaparecerá, solo se irá incrementando.Por eso existen eventos que no parecen haber ocu‐rrido nunca, o más aún, que parecen haberle ocu‐rrido a cualquiera menos a nosotros. Quizásdesarmar la estructura solo nos permita descubrirla presencia real de esos otros, que están ahí, ennosotros.

Despertar, entonces, y ver que la cama está llena degente que no conocemos, pero que no tenemosvalor como para despedir sin un afectuoso saludoo una vianda para el camino.

CARTA AL PADRE

El cachetazo le voló la mitad de los dientes.

–Es por tu bien –dijo el padre.

Él hijo asintió. Guardaba todo su amor en el puño ce‐rrado que ya iniciaba el camino a demostrar suafecto.

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COSAS DE CHICAS

Con esmero se quita el maquillaje. Lo hace tratandode no cometer los mismos errores del pasado. Sa‐biendo que aunque los otros no le digan nada, ellasiempre se va a estar juzgando a sí misma. Nopuede ser como sus amigas, ¿dónde están sus ami‐gas ahora?, que no se preocupaban por cosas comoesa. Que no vivían pensando todo el tiempo en quéropa se iban a poner. Que decían que no les impor‐taba lo que la gente dijera de ellas. No, ella nopuede y por eso luego se pasa la crema hidratantey piensa que mañana la van a mirar en la calle. Sí,como en otros tiempos, cuando no tenía que usarese antiestético bastón, cuando las arrugas se disi‐mulaban en una sonrisa. Cuando el pelo no estabatan blanco, tan corto.

BURN

El fuego quema al principio, pero luego uno se acos‐tumbra, como todo. No importa cuánta leña seagregue. Llega un punto en el que se empieza atener frío, un frío intenso que nos envuelve todoel cuerpo y que empieza a congelarnos, para luegoquemarnos. Hasta que también nos acostumbra‐mos y después no sentimos ni frío ni calor, ni nada.

Ahí es cuando el infierno empieza a hacer efecto.

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ISSUES LIST

No pensar en nada. Ni siquiera en esto. Estar flotandosobre una superficie que pasa del líquido al sólidocon la misma facilidad. Sabernos nosotros, sospe‐charnos otros. Ser lo que alcanzamos a ser. Dormirsin ser saciado. Despertar ocultando el sueño quellevamos encima. Reírse cuando se abre unapuerta, milagro de la física y el picaporte. Temblarde miedo cuando algo se cierra, intuyendo quenunca más volverá a abrirse.

THE BEGINNING OF THE END

Desde mi ventana veo el principio del fin. No es comolo cuentan. No hay luces ni grandes explosiones.Los gritos son mínimos, apenas los imprescindi‐bles. Parece un día como cualquier otro, solo quemás caluroso. El ventilador funciona mal y el ruidode las paletas es insoportable. El fuego se extiendediscretamente por la ciudad. Los terremotos casini se sienten. Es tarde, pero no tengo sueño. Mereconforta pensar que mañana puedo llamar altrabajo y decir que no voy. Que comí algo que mecayó mal y que mejor me quedo en cama el restodel día.

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ME & ME

Por las noches me convierto en otra persona, en otroser completamente diferente al que soy durante eldía. Mis amigos le restan importancia a este fenó‐meno. Ellos simplemente no pueden aceptar estametamorfosis diaria contra la que no tengo la másmínima defensa. Pero yo no puedo negar lo que mepasa. Soy dos hombres que conviven en este cuerpoy lo más terrible es ser conciente de esto que mesucede.

Mientras es de día, soy yo. Por las noches (casi nopuedo escribirlo por el horror que me producehasta pensar en ello), también.

LOS INVASORES

Presionó el botón del fin del mundo, pero nada suce‐dió. Lo volvió a presionar con todas sus fuerzas,pero tampoco. En el bunker de su irreconciliableenemigo, pasaba exactamente lo mismo. Ellos nolo sabían, pero las ratas se habían comido los ca‐bles que activaban los botones.

Sí, esas ratas cada vez más grandes. Las que viven enlas casas de cualquiera de nosotros, las que se re‐producen más y más rápido. Las que ahora nosmiran con rencor, nos muestran los dientes feroces.

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NADA SALVA

No participo del optimismo de los otros árboles.Saber que mis hojas van a volver cada primaverano es más que un triste consuelo. ¿Cuántos mesespasan entre el frío y el calor? ¿Acaso es seguro quetodo regresará a su estado habitual?

Además, ya estoy harto de este asunto de los ciclos. ¿Porqué empezar todo de nuevo cuando mi frondosa copaes notable y mis flores son la envidia de todo el bos‐que? No lo tolero más y quizás sean mis años.

O que estamos en pleno verano y hoy cayó la primerade mis hojas invernales.

ALL MESS UP

Me corto en pedazos antes de que otro lo haga. Escierto que no me sale tan bien como esperaba y quequizás hubiese sido mejor contratar algún profesio‐nal. Pero cualquiera puede ver que mis cortes nodejan de tener algo íntimo, algo artesanal, el tipode mutilación que no dejaría indiferente a una per‐sona de bien.

Mi mujer, no satisfecha con mi arte, asegura que nolimpiará el desastre. No la culpo, soy de esos inca‐paces de cortar rectamente por una ordenadalínea de puntos.

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SOLO ESPERAR

El movimiento de ponerse los anteojos tiene un me‐canicismo emparentado también con el de moverlos ojos de una línea a la otra para leer el diario ysuspirar aburrido de que las noticias sean siemprelas mismas. Luego el evento de la tostada que‐mada, el café frío, la manteca derribada sobre elpantalón nuevo, las cuentas sin pagar pegadas conun imán en la heladera. El griterío de los chicos. Lacerteza de que el auto no tiene nafta suficiente nipara llevarlos al colegio. La esposa que nos diceque se hace tarde y sí, le sospechamos un romancecon otro, uno nunca demasiado digno. Pero no, nodinamitamos la casa, ni ponemos veneno en nin‐guna parte. El lugar común del literario remate sor‐presivo no será nuestro escape. Ya sabemos que alfinal, el colesterol alto hará el trabajo necesario.

PROBLEMAS DE LA CONVIVENCIA

Blancanieves se comió la manzana y cayó al piso, dor‐mida, muerta, lo que fuera. La vieja la miró y son‐rió satisfecha. El trabajo estaba hecho. Desdeadentro de un ropero, los ya hartos enanitos, mi‐raban a ver si el dinero que le habían pagado habíavalido realmente la pena.

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OTRO DÍA MÁS

Me pongo los zapatos y dejo escapar un ligero, casi in‐voluntario suspiro. En la penumbra del cuartopienso que el día ha sido demasiado largo. Escuchoel rumor de los vecinos. Se presiente el aroma decomida casera, aunque no en mi departamento desoltero. Ahogo la resignación de ver que mis mediasse rompieron otra vez. Con desgano tomo el alicate.Me emparejo como puedo esos tornillos que measoman entre los dedos, las tuercas, cables que flo‐recen bajo mis uñas.

EL CARNAVAL

La farsa siempre es completa y perfecta en sus mani‐festaciones. Parece real. Parece lo único real. Na‐die sabe si es partícipe o espectador. Por supuestoque algunos denuncian su falsedad. Sin embargo,esto también es parte de la farsa. Con el tiempo,cualquier detalle sobresaliente pasa a ser absor‐bido y entonces, la farsa continúa.

Lo único que de vez en cuando nos hace vacilar es unarisa destemplada durante un momento solemne,un llanto que nos viene de la nada, quizás enmedio del mejor chiste que nos hayan contado.

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MELANCOLÍA

Las cortinas permanecen cerradas. Desde afuera pa‐rece una habitación común y corriente. Tal vez solosea molesto el olor a humedad. Desde adentro, elexterior parece inalcanzable. El ocupante puedequitarle el polvo a los libros, sentarse en un sofá,junto al fuego que se va extinguiendo. O puedeacostarse, formular un deseo.

Los de afuera nunca sabemos si se cumple o no. El queestá adentro siempre se va antes o después de quenosotros hayamos llegado o nos hayamos ido.

MASCARADA

En la madrugada de mis ideas intento buscarle los res‐quicios al silencio. Las tentaciones del blanco que vie‐nen y se van. Pienso a veces en la inmovilidad de todolo que puedo comprender, comparándola con la ve‐locidad de todo lo que no comprendo. En esos díasse escuchan terribles caídas, caídas de objetos sinforma que derrumban el piso y arrastran todo tras desí. Mi memoria palpitando, las llegadas imprevista delos vecinos.

Luego el acontecer de la mañana, el continuo desper‐tar y tener que barrer todo lo que quedó tirado.Saber que arreglar el piso no arreglará nada. Mu‐darse tampoco.

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A DAY AT THE OPERA

La tragedia surge en el momento menos pensado. Po‐demos estar parados esperando para cruzar unacalle y ahí, de pronto, se escucha una músicaenorme, desmesurada, potente, y una mujer poli‐cía entona un aria. Queremos mantenernos almargen, pero la garganta se nos llena de palabrasen italiano que no comprendemos. Y cantamos, nosabemos qué, pero sí, es una tragedia porquetodos se conmueven y los chicos que bajan del óm‐nibus escolar nos acompañan con el coro. Hastaque el semáforo cambia de luz y nos aplauden,cómo nos aplauden. Pero no hay tiempo para unbis, tenemos que correr al trabajo, tarareando, es‐quivando al jefe, al que no le gusta la ópera, sen‐tarnos. Quitarnos el maquillaje entre tantoexpediente atrasado.

LOS AMARGOS

Los fuegos artificiales estuvieron bien. Pero no somosde los que se impresionan fácilmente. La orquestahizo lo suyo. Los miles de extras tampoco fueron algoque no pudiésemos considerar como espectacular.Y no, tampoco aplaudimos más que tímidamentecuando los artistas explotaron todo el pueblo hastasus cimientos solo para impresionarnos.

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BLEED

Tengo postales en mi cabeza. Imágenes condensadas.Fragmentos de lugares en los que nunca estuve. Sa‐ludos de parientes o amigos que no podría recono‐cer, que por más que me esfuerce no recuerdo.

Una letra movida que no es la mía, que tal vez no seala de nadie más, diciéndome cosas que no en‐tiendo para nada. Aún cuando todas están escritasen un lenguaje perfectamente comprensible, casi,casi humano

INSOMNIA

El insomnio no se detiene nunca. No duermo jamás.Paso los días con los ojos en blanco, yendo de unahabitación a otra. No salgo nunca de la casa, ya nonecesito alimentarme. Miro de vez en cuando porla ventana. El mundo es cada día más blanco. Devez en cuando me acuesto y pienso que estoy dor‐mido. Pienso que sueño. Me imagino que llevo unavida común y corriente. Luego, en ese sueño fin‐gido, pienso que soy un hombre que no duermenunca, me pienso vagando de habitación en habi‐tación, en una casa cuya puerta nunca es abierta,desde cuya ventana se ve un mundo cada día másblanco.

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SOLO UN PEQUEÑO MORDISCO

Nado con todas mis fuerzas, nado con y contra la co‐rriente. Me deslizo por el agua como si fuera otropez. Agito mis brazos y mis piernas. Boqueo, respirolas olas, asimilo la espuma. Doy saltos por encimade la superficie, chocándome con el reflejo del sol,Luego me hundo hasta lo más profundo, viendodesde allí el brillo que parece llamarme, ahí, en lomás alto. El pequeño gusano que me incita a bus‐carlo, que me incita a morder sin remedio.

EL MUNDO NOS SONRÍE

Todo tiene una explicación, aunque parecería que no.Es una explicación de lo más sencilla y cualquierapuede esgrimirla. Al principio no convence a nadie,pero más tarde se nos hace perfectamente lógica.Incluso con el tiempo se la recomendamos a todoel mundo. Quizás haya algunos que se nieguen aaceptarla y nos insulten, nos tilden de ignorantes,de absolutos imbéciles. Pero la culpa no es nues‐tra, es de ellos que no entienden algo tan sencillo.Mejor dejarlos, mejor no decirles nada, mejor se‐guir convenciéndonos entre nosotros, sí, conven‐ciéndonos todo el tiempo que esto se explica así,que no hay fallas, que no tenemos dudas, no, nin‐guna. Para nada.

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DEMOLIENDO

Rompemos todo, hasta que no queda pedazo sobrepedazo. El polvo cubre el aire y nos duelen lasmanos y los brazos. El silencio después de todo noshace sentir incómodos. Nos sentimos demasiadoraros, todos ahí, con los martillos en descanso sinsaber qué hacer.

Por suerte González tiene la idea de darme un marti‐llazo y otro. Y otro.

PEEPING TOM

Tengo la sensación no demasiado infundada de que meestán mirando. De que me están mirando muy fijo. Lohacen desde todas partes y a cualquier hora. Lo hacecualquiera, sin la menor discreción. Yo les devuelvo lasmiradas. Si me molestan mucho, los sigo hasta la casa.Los miro desde la ventana. Los miro cuando estánsolos o acompañados. Miro a esos serios hombres ves‐tidos de traje y corbata o ya con su piyama que memiran, que no dejan de mirarme mientras se levantandel sofá y me gritan y quieren seguramente golpe‐arme. Los miro todos, a esas mujeres desnudas que sebañan con lentitud, que luego me ven, que no dejande mirarme mientras gritan y buscan un marido, unforzudo, alguien que me mire, me mire y me quiera in‐sultar, apalear, arrestar solo para seguir mirándome.

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ASÍ HABLÓ

El último pensamiento se abre paso hasta quedar ala intemperie. Pasa sus primeros momentos cre‐yéndose único y original. Luego llega y le llega lanoche. Hace frío y ningún otro pensamiento comoél aparece para hacerle compañía. Pretende vol‐ver, pero no hay donde. Camina entonces sinrumbo, evitando esos otros pensamientos que lollaman desde lejos. Diciéndose que él no se reba‐jará a juntarse con todos ellos, que jamás seráparte de todo ese indignante sentido común.

NOT ME

Una noche que no es ninguna noche me visita de vezen cuando. Una noche que abarca todo, que es loque solía ser, que camina lejos de mí cuando todolo cerca es demasiado inalcanzable. Una nocheque deja sus cenizas bien acomodadas en un rin‐cón. Que es pulcra, que apenas se soporta. Unanoche que se detiene, que luego se mueve y se es‐conde. Una noche repentina en la que no soy ni unadentro ni afuera. Una noche que entra por la ven‐tana, mientras duermo, que me despierta con unasuavidad salvaje, desenfrenada. Que no se vacuando llega el sol. Una noche que ya no recuerdo.

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EL CANTANTE

Cantaba como un perro. Siempre. Iba de bar en bar,apabullando a todos los que lo escuchaban. Gri‐taba desaforado, se entregaba a la falta de armo‐nía sin preocuparle lo más mínimo. Incluso seolvidaba la letra, iba a destiempo. La orquesta quelo acompañaba era mucho peor. Su espectáculoera tan terrible que atraía multitudes para insul‐tarlo, para tirarle botellas. Tanta gente que las en‐tradas se agotaban y noche tras noche había queagregar funciones.

BLANCA

Me siento diferente. Al menos hoy. No quiero hacer lode siempre. No quiero repetirme con esa rutina queme agobia, que nos agobia a todas, aunque ningunatenga la voluntad o la fuerza para decirlo. Siempre,siempre estar comiendo lo mismo, de la mismamontaña maloliente. Siempre yendo de acá paraallá sin sentido. Hoy quiero cambiar. Sí, ya lo tengodecidido. Hoy nada de agitar mis alas como una si‐cótica. Hoy no me voy a reventar la cabeza contrael vidrio. Hoy no me voy a estar frotando las patastodo el tiempo. Hoy no voy a quedarme en la pared,arriesgándome a que cualquiera me estrelle una re‐vista enrollada encima. Hoy, basta de porqueríapara mí. Hoy, caviar.

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SHE

Usa tacos altos. Lo suficiente como para no tener con‐tacto con el mundo. Lo que ella dice se escuchapoco, por la altura. Desde la lejanía y con binocula‐res se puede percibir su belleza. Sus pretendientesdeben ascender a ella, bajar no es lo suyo. De nadavale buscar un hacha para menguar la distancia.

En su premeditado desprecio, ella reforzó los tacoscon el más duro, el más frío metal.

LO QUE TEMO VER

Lo que temo ver se me aparece en los lugares menospensados. Puedo entrar al departamento de un co‐nocido o estar pidiendo un café en un bar, lo quetemo ver está ahí, saltándome encima, manchán‐dome la ropa, ensuciándome los zapatos. Es incon‐trolable y descortés. Es innecesario, también.Porque soy lo suficientemente hábil como para ce‐rrar los ojos al escuchar ese rugido descomunal queemite todo lo que no quiero ver cuando va a aba‐lanzarse sobre mí. Sin embargo, tampoco puedoquejarme. Estos imprevistos suelen ser un buentema de conversación en las reuniones sociales yno sería la primera vez que lo utilizo para seduciralguna mujer considerablemente impresionable.

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LA INCOMODIDAD APARENTE

Se suele confundir la eternidad con algo que dura parasiempre. Pero no, la eternidad se limita a conjugartodo el tiempo en un punto. Es un error común,como todos los errores que no nos tomamos el tra‐bajo de corregir. Tampoco importa la corrección,porque hablamos de algo tan indescifrable como laexistencia de lo improbable.

Lo que más miedo nos da de la eternidad es que, en‐cima, dure aún quince minutos más de lo previsto.

OUTSIDER

Tengo ojos chicos, pero no por eso veo menos. O sí.Todo va disminuyendo cuando hay menos luz. Yo nome inquieto demasiado. Creo que no hay muchopara ver. O lo que veo no me afecta demasiado. Enuna habitación oscura me siento cómodo. Si prendola luz, me vuelvo extraño y busco refugio en el ar‐mario. Desde ahí veo todo otra vez, diciéndome queno hay nada malo con mis ojos. No son ellos que meimpiden ver el mundo, tampoco mi corazón dimi‐nuto, el que llevo bien apretado, como temeroso,en mi puño cerrado.

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TODO LO QUE DE NUEVO DEJAMOS ATRÁS

Lo que dejamos atrás ya no está ahí cuando quere‐mos regresar. Nunca. Basta darse vuelta para com‐probarlo. Lo que sea, objetos, personas. Si nosdamos vuelta, todo lo que está detrás puede darsepor perdido. Por eso conviene llevar lo indispen‐sable encima, en un bolso o una mochila. Una car‐tera práctica para las damas.

Los que quieran conservar la vida deben tomar unasola precaución, nunca, pero nunca entrar a laCasa de los Espejos en la Feria del pueblo.

LOS REYES MAGOS

No va a venir nadie. Así que no sé por qué estamosesperando. No nos movemos, no hablamos. Cadatanto, sin embargo, alguien mira el reloj, alguiensuspira. No falta el gracioso que da un golpecito enel suelo para hacernos creer que se trata de lapuerta. Pero solo es un momento, luego del lincha‐miento necesario del inoportuno volvemos a nues‐tros puestos, como los chicos muy bien educadosque somos, ocupantes pasajeros de este jardín deinfantes modelo.

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CAÍDA DE LO QUE ARDE

La tarde iba cayendo lentamente. Lo hacía sin gracia,sin la elegancia del que elige destruirse a sí mismoen un acto de amor y posesión. Esta era sin lugar adudas una tarde cobarde, de esas que se consumenhasta que ya nadie las soporta. Esas tardes quenadie quiere ver. Con un sol patético, que disminuíahacia la noche que se iba haciendo evidente. Unade esas tardes que nos dan vergüenza ajena, quenos hacen ocultar la cara si somos adultos. Que noshace correr rápido a casa si somos chicos. Esas tar‐des que no le deseamos a nadie, ni a nuestro peorenemigo. Esa era la tarde que se nos venía encima,como pidiendo permiso para seguir, para perseguir‐nos un poco el llanto. Ese llanto crudo que dejatanta humillación, tanta falta de coraje.

LOVE OF MY LIFE

Me besa apasionadamente. Me arranca los labios, merevienta los dientes. Canibaliza mi lengua. Se metefuriosamente por mi esófago. Explota mis huesos,traspasando mi carne, disolviéndome en infinitospuntos que no se unen más que para volver a se‐pararse, para cobrar nuevas formas que quizás noreconozca al verla, pero que construirán el nuevoaire que respiraré.

Pero no la amo.

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REBELDES

No nos importa nada. Nada en general y nada en par‐ticular. Vamos por la vida pateando latas y piedras.Nos resistimos a la autoridad, pero ni siquiera porconvicción. Pasamos años en prisión, fingiendohaber cometido crímenes que ni nos ocuparíamosen cometer.

Salimos libres años después, ya viejos. Volvemos a lavida que conocíamos, pateando latas y piedras.Pero ya son mucho más pesadas que antes, muchomás duras y ahora comienza a importarnos.

FORMAS DE LA FORMA

El aire se llena de cuchillos. Algunos caen a tierra,otros se quedan ahí, en lo más alto, obligándolesa buscarles formas. A pararnos y decir: ahí vemosuna cara, ahí vemos una afilada oveja. Puede pa‐recer tonto este entretenimiento, pero somosparte de un pueblo chico, donde nunca pasa nada.Quizás los forasteros se apresuren a juzgarnos, po‐demos entenderlos. Pero también comprenderánluego, por qué a esos que recién llegan a moles‐tarnos con sus prejuicios, nunca le avisamos queya viene, pronto, una nueva tormenta.

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GUÍA DEL VIAJERO

El camino no lleva a ninguna parte, pero eso no seaverigua hasta mucho después. Si cruzamos a al‐guien que viene de regreso, es probable que no semuestre muy amable y que conteste con evasivasante preguntas directas. Descubrir que el caminono conduce a ninguna parte suele ser motivo deconfusión y vergüenza para esos que vuelven.Saben que tendrán que mudarse del pueblo paraevitar la burla de los desaprensivos de siempre,que nunca podrán volver y que el resto de susvidas recordarán ese sabor amargo del final del ca‐mino. Final al que, por otro lado, nunca se llega.

BLIND DAY

No soy una persona crédula. No creo más que en aque‐llo que la ciencia puede comprobar sin lugar a dudas.No dejo viajar mi imaginación como los incurablessoñadores o como los exasperantes poetas.

De más está decir que no considero que el tercer ojoque apareció hoy en mi cara tenga nada de sobre‐natural. Sostengo, por el contrario, que debe tra‐tarse de alguna clase de malformación genética.Nada que cualquier doctor no pueda curar conpastillas y ejercicios adecuados.

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THE DEAD OF MODERN LITERATURE

Escribo siempre lo mismo. Me repito hasta el har‐tazgo. Siempre los mismos argumentos, las mis‐mas historias. La originalidad no asoma nunca pormis escritos. Mis párrafos se suceden en una sordacadena de igualdades. Me hago apóstol del auto‐plagio al punto convertirme en espejo de mímismo. Me multiplico sólo para ser el mismo encada palabra, en cada página que va pasando.

Escribo siempre lo mismo. Me repito hasta el har‐tazgo. Siempre los mismos argumentos, las mis‐mas historias.

HUÉRFANO

Santa Claus nunca le trajo regalos a Bruno. Él intentabaportarse bien, pero eso tampoco funcionaba con elviejo barbón. Finalmente decidió esperarlo al ladode la chimenea de uno de sus amigos. Cuando elgordo bonachón bajó, no tuvo tiempo de saber loque le pasó. Bruno le dio la paliza de su vida. El viejoquedó boqueando, escupiendo sangre y dientes.Bruno lo miró con desprecio. Pensó preguntarle porqué nunca había recibido un regalo, pero ningunarespuesta le hubiese bastado.

Prefirió volver a su casa, exhausto, pensando con ascoque Santa se parecía demasiado al padre de su amigo.

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DESPUÉS DE LA SEÑAL

No recibo llamadas. Nunca. Todo el tiempo estoyjunto al teléfono esperando, pero no sucede nada.A veces salgo a la calle y le pago a desconocidospara que me llamen. Pero ellos se llevan mi dineroy nunca cumplen con su palabra.

El otro día, finalmente, decidí llamarme y dejarme unmensaje en el contestador. Algo que pudiese ter‐minar con esta inútil espera. Pero antes de que lamáquina se accionara, una voz que reconocí comola mía me dijo que por favor no me molestara más,que nunca volviese a llamar.

MILK IT

Los átomos se ocultan, no forman nada discernible.No hay cuerpos, la materia se deshace, ya nadachoca, nada se repele entre sí ni se atrae. Los pla‐netas, las estrellas, todo queda a la expectativa.

La voz habla otra vez, la voz paternal, maternal, quetodos ellos reconocen. La que les dice que hay quevolver, se terminó la hora de juego, hay que tomarla leche de regreso en casa. Es cuando el BigCrunch.

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A tout le monde/ A tout mes amis/ Je vous aime / Jedois partir / These are the last words/ I’ll ever

speak / And they’ll set me free.

A Tout le Monde, Megadeth

Are you ready to live?/ Are you ready to die?/ All Ido is give/ Am I wasting my time?/I am ready to

live/ /I am ready to die/ All I do is give/ Am I was‐ting my time? (No)/ Yes I’m ready to live (No)/Yes

I’m ready to die (No)/ All I do is give (Ahh)/ Am Iwasting my time? (No I’m not!)

Are You Ready To Live?, Korn

Why must we fall apart to understand how to fly?/ Iwill find a way/ Even without wings/ Follow yourheart / Till it bleeds/ As we run towards the endof the dream/ I’m not afraid/ I push through the

pain/ And I’m on fire/ I remember how to breatheagain

End Of The Dream, Evanescence

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Índice

Prólogo .............................................................. 5El otro ................................................................ 11Hacia arriba ........................................................ 11Ahogarse ............................................................ 12Juego de gigantes .............................................. 12La agitada vida moderna .................................... 13Sorpresas te da la vida ...................................... 13Todo lo que dejamos atrás ................................ 14Novedad del recién llegado ................................ 14El escritor .......................................................... 15Revolución popular ............................................ 15Se cae ................................................................ 16Raíces .................................................................. 16Tan íntimo .......................................................... 17Dilatar ................................................................ 17Miedo al medio .................................................. 18Autoignición ...................................................... 18Rey esclavo ........................................................ 19Inmóvil .............................................................. 19Resistencia .......................................................... 20El forastero.......................................................... 20Hombre que se enamora .................................. 21Naturaleza muerta ............................................ 21Egotrip ................................................................ 22Los aguafiestas .................................................. 22Se van.................................................................. 23La secuencia ........................................................ 23Father .................................................................. 24

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El enigma ............................................................ 24The me show ...................................................... 25Historia de ninguna parte .................................. 25Headshot ............................................................ 26La infalible receta .............................................. 26Nadie será el mensajero .................................... 27Stay .................................................................... 27El pueblo grande ................................................ 28Lo que estaba .................................................... 28Como cualquiera de nosotros ............................ 29Celestino ............................................................ 29Here we go again ................................................ 30Oink .................................................................... 30Los que acechan tras la ventana ........................ 31System failure...................................................... 31Cadena alimenticia ............................................ 32El mayor placer .................................................. 32Esclavos .............................................................. 33Bon vivant .......................................................... 33Lilith .................................................................... 34Demasiado ........................................................ 34The wake of a dream .......................................... 35Mirror.................................................................. 35Dead bodies everywhere .................................. 36Moebius ............................................................ 36Historia del loco ................................................ 37Sahara ................................................................ 37Coyote ................................................................ 38El buen degenerado .......................................... 38Miedo ................................................................ 39Sanguinario ........................................................ 39La cabeza ............................................................ 40Diabólico ............................................................ 40

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En el campo ........................................................ 41Diario de Eva ...................................................... 41El libro de mi madre .......................................... 42The corridor ........................................................ 42¿Por qué no puedo ser cool? .............................. 43Facial .................................................................. 43Sopor .................................................................. 44Repetir ................................................................ 44Gota .................................................................... 45El arte emocional .............................................. 45Hijo pródigo ........................................................ 46Caos .................................................................... 46Ir y volver ............................................................ 47Riders in the storm ............................................ 47La última vanidad .............................................. 48El más allá .......................................................... 48Kryptonita .......................................................... 49Carta al padre .................................................... 49Cosas de chicas .................................................. 50Burn .................................................................... 50Issues list ............................................................ 51The beginning of the end .................................... 51Me & me ............................................................ 52Los invasores ...................................................... 52Nada salva .......................................................... 53All mess up ........................................................ 53Solo esperar ...................................................... 54Problemas de la convivencia .............................. 54Otro día más ...................................................... 55El carnaval .......................................................... 55Melancolía .......................................................... 56Mascarada .......................................................... 56A day at the opera .............................................. 57

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Los amargos ...................................................... 57Bleed .................................................................. 58Insomnia ............................................................ 58Solo un pequeño mordisco ................................ 59El mundo nos sonríe .......................................... 59Demoliendo ........................................................ 60Peeping Tom ...................................................... 60Así habló ............................................................ 61Not me ................................................................ 61El cantante .......................................................... 62Blanca ................................................................ 62She .................................................................... 63Lo que temo ver ................................................ 63La incomodidad aparente .................................. 64Outsider ............................................................ 64Todo lo que de nuevo dejamos atrás .................. 65Los reyes magos ................................................ 65Caída de lo que arde .......................................... 66Love of my life .................................................... 66Rebeldes ............................................................ 67Formas de la forma ............................................ 67Guía del viajero .................................................. 68Blind day ............................................................ 68The dead of modern literature .......................... 69Huérfano ............................................................ 69Después de la señal ............................................ 70Milk it ................................................................ 70

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