Tierras Pagadas a Precio de Sangre

7/24/2019 Tierras Pagadas a Precio de Sangre

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TIERRAS PAGADAS A PRECIO DE SANGRE

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Angel Arnaiz Quintana

TIERRAS PAGADASA PRECIO DE SANGRE

Testimonios y retratos delBajo Lempa usuluteco, El Salvador, CA


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Primera Edicin:Julio 2007. San SalvadorSegunda Edicin:Abril 2009. BarcelonaTercera Edicin:San Salvador 2012, (Financiada por

Ajuntament de La Garriga, Barcelona

Diseo, Maquetacin e Impresin:Impresos El Rosario, San Salvador, El [email protected]


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INDICE

Introduccin ............................................................................................ 8

Ubicacin: Centroamrica, El Salvador, Bajo Lempade Usulutn ..................................................................................13

Comunidad El Maro (y Las Mesas, Las Araas, La Casona) .................19 Don Santos ......................................................................21 Mara Santana .................................................................35 Teresa Rivas ....................................................................41 Don Manuel ......................................................................44 Don Chungo, don Hilario ...............................................50 Don Mauro .......................................................................54

Comunidad El Zamorn (y El Maro, Las Mesas, Las Araas).................67 Don Loncho y Nia Toa ................................................69 Doa Elena ......................................................................84 Don Lencho ...................................................................101 Leti ..................................................................................106 Yanira .............................................................................124

Comunidad El Cedro (y El Zamorn) .....................................................127 Ana ..................................................................................129 Efran ...............................................................................133 Mercedes ........................................................................137

Comunidad Salinas de Sisiguayo ...........................................................141 Nia Ciriaca ...................................................................143 Marta ..............................................................................148 Nia Rosa ......................................................................151

Comunidad San Juan del Gozo (y otras del occidente dela baha de Jiquilisco) .................................................................157

Gilberto ..........................................................................159

Comunidades Los Lotes (y Las Mesas) .................................................171 Santos Marta .................................................................173

Comunidad Mata de Pia .......................................................................179

Santo Marta .............................................................181


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Montecristo y El Limn (antes de la guerra) ...........................................187 Don Adn .......................................................................189

Comunidad Ciudad Romero ...................................................................195 Adriana ..........................................................................197 Noh Reyes ...................................................................199

Comunidad Nueva Esperanza................................................................229 Nia Elena ......................................................................231 Andreta .........................................................................235 Gloria ..............................................................................244 Armando ........................................................................293

Cntico del repatriado ..................................................307

Comunidad Nuevo Amanecer.................................................................311 Don Miguel ...................................................................313

Comunidad Amando Lpez ....................................................................323 Miguel Argueta ..............................................................325 Nia Conchita ................................................................341 Chanita ...........................................................................343

Comunidad La Canoa Octavio Ortiz ......................................................347 Mauricio .........................................................................351 Mirna ..............................................................................349

Comunidad El Presidio Liberado ............................................................355 Doa Tere .......................................................................357

Comunidad La Limonera ........................................................................367 Don Andrs ....................................................................371

Marina ............................................................................369

Comunidad La Plancha ..........................................................................375 Don Ventura ...................................................................377

Comunidad El Angel ..............................................................................385 Doa Carmen .................................................................387 Don Chico y Rosa Emilia ..............................................390 Gladis y Juan .................................................................396


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Estas tierras cuestan sangre, cuestan lgrimas, cuestan sacricio,

cuestan de todo! (Leti, El Zamorn)

Hemos logrado la tierra, con gran esfuerzo, con la sangre que muchos

derramaron, como mis hermanos.

(Mirna, La Canoa Octavio Ortiz)

Mucha gente muri para que nos dieran este pedacito de tierra y por eso

hay que cuidarlo.

(Chanita, Amando Lpez)

Tambin si tenemos las tierras, les digo yo, es por la lucha que hubo y

la guerra por eso se dio() nosotros luchamos para ver de que fuera deotro modo.

(Doa Elena, El Zamorn)

Las tierras de la foto de arriba son caales cortados esperando su crecimiento.La ganadera forma parte de la produccin familiar y cooperativa de la zona.

Ambas pertenecen hoy a la cooperativa de la comunidad Nueva Esperanza.


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INTRODUCCIN

Tierras pagadas a precio de sangre. La sangre que cay en sus casas, caminosy lugares de trabajo durante la larga noche de la miseria y la represin. De unaguerra nacida ante una situacin insoportable. As son las tierras habitadas hoy

por campesinos y campesinas del Bajo Lempa de Usulutn. Por eso no tienenprecio en dinero. Por eso no se pueden vender como una mercanca ms.Aunque haya inundaciones cada cierto tiempo porque abren las compuertasde la ltima presa del ro y sus aguas invadan toda la zona. Aunque quierancomprarlas para hacer campos de golf y abrir espacios para negocios tursticosen la baha de Jiquilisco, ms al sur, en benecio de unos pocos, como siempreaqu. La historia actual de estas tierras y sus gentes actuales son la historia

reciente de El Salvador, la historia de la segunda mitad del siglo XX. Por esoconocerla es romper la oscurana de la memoria, es romper el camino hacia elfuturo, es romper las cadenas del presente.

De la memoria nace la esperanza. Con este ttulo, la Comunidad NuevaEsperanza, una de las que pueblan hoy el Bajo Lempa de Usulutn, tienerecogidos los testimonios de su repatriacin desde el exilio-refugio en la vecinaNicaragua con la recuperacin de las tierras que hoy habitan y trabajan. Elorigen de la expresin, asumida por todos quienes hicieron posible este libro,

viene sin embargo de lejos, de la tradicin cristiana impulsada por ese gransabio que fue San Agustn de Hipona (Confesiones, libro X), hace ahorita unos1600 aos, hacia el nal del imperio romano, y que, por tanto, en su originalest escrita en latn: ex memoria spes. La esperanza como memoria del futuro.Esta es la conviccin que nos gua en esta hora y por la que ofrecemos esteesfuerzo.

Nada hay ms contrario a la cultura salvadorea dominante actual que mantenerviva la memoria histrica de su gente. Un signo de ello es que El Salvador hasido el ltimo pas del continente en tener estudios de historia vinculados a la

Universidad y eso ha sucedido en fechas bien recientes, al inicio de este sigloXXI. Y si las investigaciones y estudios histricos de todo tipo en El Salvadorestn al mnimo, los referidos al mundo campesino contemporneo lo estnms an, si cabe. En particular todo lo concerniente a la guerra de los aos80 - 1979-1991, que ha sido en gran manera una guerra campesina contra losgrupos terratenientes dominantes que les explotaban sin justicia ni compasin-, sobrevive en la memoria colectiva gracias al esfuerzo de unos cuantosempeados en que tanta sangre, dolor y sacricio derramados no queden enel olvido, ni tampoco, en lo posible, impunes. A este esfuerzo se unen estos

testimonios y retratos que hoy presentamos, bautizados con el nombre de


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Tierras pagadas a precio de sangre. Sangre humana, sangre derramada deinocentes vctimas y de los mejores hijos e hijas que ha dado la poblacin

de este pas. A ellos, a su memoria, a su ejemplo dedicamos este esfuerzo quehoy publicamos.

En el origen est el intento de retratar las gentes repobladoras de estas tierras,al comienzo de los aos 90, mediante algunas personas representativas porsu densidad humana con las que nos topbamos en nuestro diario andar. Al

poco de iniciar esta tarea nos dimos cuenta que la fuerza de los testimoniossobrepasaban cualquier otra indicacin aadida, que tenan un gran valor pors, por la riqueza de su lenguaje, por la importancia de los hechos relatados en

primera persona, por el sentimiento profundo que aquellos hechos mantenan

todava en el interior de muchas de ellas. Y de los posibles retratos pasamos ala recogida, lo ms el posible, de los testimonios. Y as los presentamos hoy,unidos, mezclados unos con otros.

Los testimoniosson eso, testimonios de lo visto y odo por los testigos delos aconteceres de esta parte de la tierra salvadorea y tambin vivido porellos mismos en su carne y en su espritu, desde los aos 60, cuando en el

pas se viva la gran explotacin de los terratenientes y la miseria rondaba portodos los hogares y vidas campesinas, hasta los tiempos recientes, en queesas tierras pasaron a ser propiedad de una numerosa poblacin necesitadade ellas. En medio, los acontecimientos dramticos de los doce aos de guerra,tal como se vivieron aqu, en estas tierras, desde las grandes haciendas a losbombardeos de los poblados existentes, desde las inundaciones casi diariasdel ro Lempa, promovidas por los grupos dominantes, hasta la repoblacincon los acuerdos de paz y aun antes y los primeros resultados logrados porestos nuevos pioneros campesinos y campesinas. La amistad y conanza quemuchos/as de los/las entrevistados/as mantienen, por distintos motivos, conel autor de las entrevistas facilita la profundidad de estas declaraciones. Lariqueza verbal de muchos de ellos al presentar su testimonio, pues platican en

mero lenguaje campesino salvadoreo, se ha conservado tal cual y es otro delos aportes que se ofrecen.

Los retratosse fundamentan tambin en esos mismos testimonios, pero existeun aporte del autor de estas pginas escritas al querer reejar lo que l mismove y comprueba de esos mismos testigos. Tiene un algo de creacin literariaque el lector tendr que divisar y saber apreciar. Pero el lector tiene que saberque siempre ese aporte del autor del libro y de las entrevistas va buscando

profundizar en la verdad de lo que dice el entrevistado, a partir de la propiaexperiencia acumulada en la vida diaria con los pobladores de esta parte de la


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ribera oriental del Bajo Lempa. De manera que puede considerarse un plus deriqueza testimonial que va en la construccin del libro.

En el libro estos aportes del autor se distinguen de varios modos de los purostestimonios, como por el cambio de tipo de letra, pero no siempre ser tanfcil separar el mero testimonio del testimonio unido con el aporte del autor.Con todas las diferencias del caso, tiene un algo con la lectura de ese libromayor que es el Quijote, en el que hay que entresacar siempre lo que el autordice como aporte propio y lo que dice el personaje, aunque con la sustancialdiferencia que, en el presente caso, no es una novela, sino testimonios detestigos, declarados con toda la sinceridad, y merecen ser tenidos en cuentacomo tales, y no son creacin del autor del libro, pues sus personajes son

vivos y reales y declaran por cuenta propia. En todo caso es un esfuerzosuplementario que pedimos al lector para que l tambin participe con sentidocrtico de la lectura de estas entrevistas.

La ausencia de investigacin histrica sistemtica de esta parte del mundocampesino que nos concierne obliga a valorar ms an los aportes testimonialesorales. Los documentos orales, verbales, hablados, de plticas, tienen valor

propio en la investigacin histrica y como tales hay que recibirlos. Pero, ennuestro caso, al no existir casi ningn otro aporte documental o grco hastatiempos bien recientes, actuales, quedamos ms exigidos como creador, enel rigor cientco recogido y trasmitido. Entre todos ellos los hay de diversacalidad en cuanto a ofrecer informacin mayor o menor, pero existen algunosque son valiosos por s mismos, por su densidad y calidad humana expresadas,y que deberan ser ledos y estudiados en todas las escuelas e institutos deEl Salvador, en particular de la zona. En conjunto destacamos los emitidos

por quienes hoy habitan en el poblado de El Zamorn o Zamorano, aunquebien pueden aadirse otros de otras comunidades. En fechas recientes se halogrado exhumar y enterrar restos de la gran matanza realizada por las fuerzasarmadas en La Quesera, al norte de nuestra zona, y aunque bastantes de sus

sobrevivientes habitan nuestra zona en la actualidad, no la hemos recogidoen cuanto tal por salir del lmite geogrco que nos hemos impuesto, el BajoLempa de Usulutn, desde el lmite sur del poblado de San Marcos Lempa, enla carretera litoral, como es Mata de Pia, hasta la baha de Jiquilisco.

Es claro que no estn todos los que son, esto es, que hay que recoger otrostestimonios para completar la visin de conjunto de las comunidades y queincluso en algunas de ellas faltan testigos privilegiados que tiene carctersingular. Tambin sabemos que tienen un carcter desigual en cuanto a sutratamiento y aportes. Pero estamos seguros que s son todos los que estn


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y que han puesto de su parte lo posible para relatar la verdad que han visto,odo y vivido. Por eso, aunque con grandes limitaciones, ofrecemos lo que hay.Es como un primer paso: si no se da, nunca se caminarn los otros diez milque hacen falta. Y como alguien dijo: Ms vale algo que nada. As que, sin ms,ah van con la esperanza de que otros/as sigan esta andadura de reconocernuestro ayer para poder enfrentar el maana y as vivir en la mayor plenitudnuestro hoy.

En varias entrevistas aparece citado el autorde ellas y del libro. Se hanmantenido porque se considera que as se mantiene el la intencin y laexpresin de los/las entrevistados/as en el momento correspondiente y no se

perjudica su pensamiento como ocurrira si se quitara. Damos fe que otras citas

acerca del mismo autor han sido eliminadas cuando no se han consideradonecesarias para la explicacin recogida, aunque esto sea un tratamiento algosubjetivo por parte del autor del libro.

Las comunidades actuales son asentamientos nacidos a partir de 1991, unao antes de los Acuerdos de Paz de El Salvador para dar n a la guerra,y sustituyen a los cantones y caseros previos existentes en el pas comodemarcacin territorial. En realidad los pocos caseros que existan alrededorde las grandes haciendas fueron destruidos durante el conicto armado, por loque incluso ellos son de nueva creacin, junto con los que han nacido nuevos

por completo. Las comunidades tienen forma jurdica propia de carctermunicipal, son las Asociaciones de Desarrollo Comunal (ADESCO) y a ellascomo unidades poblacionales nos referimos en este trabajo.

Proponemos estos testimonios y retratosen orden de antigedad de lascomunidades: las que estaban antes de la guerra de los aos 80, y las que sefundaron despus del 90, segn se fueron fundando en el tiempo. Las primerasestn ordenadas segn su incidencia en la actual disposicin de la zona delBajo Lempa de Usulutn, sin tener en cuenta sus orgenes ms primitivos,

sabiendo que han recibido numerosos nuevos pobladores y que ha cambiadoen profundidad la sonoma y estructura de las mismas respecto a su situacinanterior a la guerra. De las recientes, algunas vinieron casi juntas, como CiudadRomero y Nueva Esperanza o Amando Lpez y La Canoa Octavio Ortiz, perohay cierta continuidad entre ellas pues no son instantneas. Y aunque en elndice no guren algunas, s se puede conocer sobre otras comunidades comoLas Mesas o Las Araas en los testimonios de El Maro y El Zamorn o dediversos lugares de la parte occidental de la baha de Jiquilisco lindantes conla zona del Bajo Lempa, como Isla de Mndez o Corral de Mulas, entre otros.Las fotografas recientes presentadas estn realizadas por el autor del libro y


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de las entrevistas en el mes de mayo de 2007. Las fotografas referidas a larepatriacin proceden de diversas fuentes. Desde la laguna de San Juan delGozo y azulejos de casa de las Araas proceden de Gilberto Barrios.

Por ltimo, decir que este libro puede leerse, como esa obra paradigmticade la literatura indoamericana que es Rayuela de Julio Cortazar, de principioa n como cualquier libro o al revs, de n a principio, o comenzar por uncaptulo cualquiera aqu una comunidad, la que se preera- y seguir por otras,saltando pginas de adelante a atrs o viceversa, leyendo un testimonio oretrato y despus otro bien diferente de otra comunidad. El placer de la lecturay el inters suscitado dirn el orden elegido. Todos son vlidos. Lo importantees no quedar indiferentes ante tanta vida que transcurre a nuestro alcance.


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EL SALVADOR ENMESOAMERICA Y EL CARIBE

EL BAJO LEMPA DE USULUTNEN EL SALVADOR


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El Bajo Lempa desde el puente de San Marcos Lempa o Puente de Oro.Vista de norte a sur, hacia la desembocadura del ro.

A la izquierda la orilla oriental, departamento de Usulutn, municipio Jiquilisco.A la derecha la orilla occidental, departamento de San Vicente, municipioTecoluca.


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PUENTE DE ORO O DE SAN MARCOS LEMPAdesde el occidente, carretera litoral

viniendo desde Zacatecoluca, aeropuerto y San Salvador


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MAPA PINTADO DEL BAJO LEMPA

EN LA SEDE DE ACUDESBAL


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COMUNIDAD EL MARO OEL MARILLO(EM)


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COMUNIDAD EL MARIO O EL MARILLO

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Don Santos sonre siempre, tiene el pelo algo alborotado, un poco largo yenrizado, colocho, que le cubre en parte las orejas. Su salud es buena, aunquetiene que cuidarse. Le encuentro en su casa una tarde de lluvias, efectoslejanos del huracn Sarita que se encuentra en el golfo de Mxico, a puntode entrar por la costa del sur de Estados Unidos en el continente esta mismanoche. Est junto a una mesa llena de carpetas flderes - con documentos,unos encima de otros algo desordenados y hay alguna bolsa de plstico conrestos de chequeras, tratando de ordenar mejor todo aquello. Desde hace cincoaos es miembro de la ASE, la asociacin de padres y madres de la escuela

en el plan Educo presente en zonas rurales de El Salvador, y en la actualidad,viernes 23 de setiembre de 2005, es su tesorero. Antes, al nalizar la guerra,fue presidente de la comunidad El Maro durante ocho aos, en dos perodosde cuatro cada uno y tambin lo fue de la cooperativa de El Maro cuandofue fundada tras los Acuerdos de Paz. De esta segunda entrevista son lostestimonios que se presentan aqu a continuacin.Nacido en 1952, el 7 de noviembre, los primeros aos pasan en El JcaroLempa, departamento de San Vicente.

En aquel tiempo slo explotaban la madera. La zona se qued sin

vegetacin, despalada.

De la edad entre 5 aos y 6 estuve aqu en lo que es La Canoga. All mi mamera tortillera, trabajaba para la hacienda, era dispensaria de tortillas para todala gente que trabajaba en el campamento. Ella les daba tortillas para los trestiempos. Slo les daban dos tortillas a cada uno en cada tiempo, seis al da.Trabajaban como diez personas, porque eran por mancuernas que estaban. Yome acuerdo todava que eran como cinco aserraderos los que haba aqu, porel gran maderal que haba. Se dedicaban a explotar las montaas, a sacar el

gran maderal que haba entre La Canoga y por esa parte que ahora le dicen

DON SANTOS(EM 1)

Mataron a mi padre y a mis tres hermanos por

una invasin (del ejrcito salvadoreo, cuandosu familia viva en la otra orilla del ro Lempa),as que tom coraje y por eso me incorpor de

lleno a la organizacin


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Los Lotes, hasta topar por Las Araas.

All en Las Araas estuvo otro tiempo mi mam tambin porque haba otroaserradero. Estuvo all otro su ao. Despus fue de Constantino Novoa, perono recuerdo quin era el dueo entonces.

La madera la sacaban por la calle que vena all un lado apartado de sta pordonde ahora existe la borda. Sacaban la madera en carretas, les llamaban elloslas chingas, eran tipo gancho que iban sobre un eje de la carreta.

En aquel tiempo slo explotaban la madera. Era una explotacin de quererbotar toditos los montes. La zona se qued sin vegetacin, despalada. Yo me

acuerdo que en el 69 cuando estaba la guerra de Honduras vino aquel huracnSis que le decan y bastantes rboles se cayeron de esta montaa que ledecamos Nancuchiname, que era la nica que exista. Y de all los manglares,que quedaron como que les pasaran un trozo encima. Y la montaita delEspino, all por La Maroma. Y otra que quedaba all por La Zompopero, lamontaa La Granada. Esas eran las montaas que quedaban.

A partir de que limpiaron todas esas vegetaciones fue que sembraronalgodonales, potreros y caales. Los caales haba no en grandes cantidades,sino que era poco. Tambin trabajaban arrocelas.

Antes estaba la calle que iba por la orilla del Lempa

Esta calle la vienen construyendo en los 60. La construyen para sacar el algodn.Cuando yo ando por los 8 aos (1960) ya estn los algodonales. Entonces lacalle ya estaba hecha. Era para la produccin del algodn, del ganado y de lacaa. Cuando cortan la madera se cultiva el maz.

Antes estaba la calle que iba por la orilla del Lempa. Haba una metida por Las

Araas hasta all para sacar la madera. Terminaba antes de San Marcos poruna entrada que hay por La Papalota.

Nosotros pasbamos por aqu para ir a San Marcos y de all a Zacatecolucao Usulutn o San Vicente. Por la borda que est por Montemar, ah salamos.Venamos de la otra parte del ro para tomar los buses. All estbamos aislados;la nica salida que tenamos era ir para San Bartolo y de ah tomar el bus paraZacate; por la otra orilla caminbamos cinco leguas; por esta parte era legua ymedia.


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Siempre ha habido inundaciones. Tena yo 12 aos y en aquella parte de allhaba llenas, yo bien me acuerdo de pequeito que el ro siempre saltabay aquella parte de all eran mayores; aqu haba, pero era poquito, era msinundable all. Siempre saltaba, pero no saltaba como en la magnitud que salten el 69. En el 69 se rompi la carretera sta, all arribita del Zamorn, y inundtoda esta zona. Yo bien me acuerdo que los algodonales quedaron raspados.

En todo ese tiempo de los algodonales aqu haba viviendas en los drenos.Porque ellos queran estar cerca de las fuentes del trabajo. Y lo que elloshacan los ingratos terratenientes era sacar a la gente que no viviera en losdrenos, porque se iba a meter el cuche o la gallina, decan, y se iban a rascarlos cultivos.

Los ricos se comienzan a organizar para ponerse de acuerdo para hacer msgrande la ganadera, ya no sembrar tanto algodn, ya por el 68 o algo as,porque vean que ocupaban mucha gente. Entonces para no darles espacio ala gente donde tener su espacio para poder vivir para poder cultivar, entoncesellos comienzan a hacer las grandes haciendas para ganadera, all entoncescomienzan a sembrar zacate pangola que le decimos. Eran los espacios cercadel algodn donde podan ir a vivir la gente y ponerse a trabajar all. Ellos querancerrar ese espacio, ya no utilizar tanta gente para no dar ese espacio a la gentey no tener tantsimas cantidades de colonizadores. Entonces se dan cuenta losestudiantes universitarios de todo ese paquete que estaban armando los ricosy por eso vienen y hacen sus reuniones para poder quitarle esa posicin a losterratenientes. Los universitarios se dan cuenta de esa organizacin de losricos y ellos comienzan a planicar en la Universidad Nacional. Era por lo aos68, 70. Yo me voy a dar cuenta de esa situacin en ese tiempo, porque el dueode la hacienda en la que yo estaba, San Luis La Chengasola, se le fue decir esacosa, que ya haba esas organizaciones y que l iba a vender esa hacienda.

Me vine para ac. Me vine a topar con eso tambin, que la organizacin se

estaba expandiendo vamos a decir a nivel nacional del pas.

A la edad de 12 aos ya no pasaba en la casa, slo trabajando, desde las 6 dela maana hasta las 5 de la tarde

Don Santos cuenta sus idas y venidas por la zona en la parte de San Vicente,al otro lado del ro Lempa, junto a su madre, siempre buscando un trabajofavorable. Ella se acompa de un hombre cuando l tena unos de 7 aosy con ellos permaneci hasta cumplir los 20 aos. Con su padrastro no tuvobuenas relaciones: l le explot hacindolo trabajar sin medida.


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Cuando yo tena 12 aos, all por el 64, vivamos en El Jcaro. Porque cuandoel huracn Sis ya estbamos en Rancho Grande. All yo comienzo a sufrirconsecuencias de lo que es trabajo. A la edad de 12 aos ya no pasaba enla casa, slo trabajando, desde las 6 de la maana hasta las 5 de la tarde.Me mantenan a m jalando lea, porque mi mam era horneadora, le gustabahornear. Yo jalaba la leche en el lomo tambin. Me toc una vida de trabajoduro, me explotaron, me supieron explotar ya a partir de los 6 aos para achasta que tena 20 aos. Porque todava cuando tena 20 aos no poda yosalir a pasear por las tardes, ni nada, no es como hoy, por eso quiz la mayorade los muchachos hoy se han arruinado, porque no mantienen la rigidez de lospadres. Eso es lo que me mantuvo all: ms bien dicho una vida de esclavo.Entonces yo me fui de la casa, porque yo no aguantaba all. Me fui donde

una mi hermana, en San Luis La Chengasola, por El Playn, trabajaba en lahacienda. All mi cuado me apoy. Por eso yo tengo conocido que pasar slodel salario no se obtiene ningn futuro. Se va pasando, como aquella razn quedice: coyol quebrado, coyol comido.

Empezaron a tener problemas en el 78, ya en El Jcaro de vuelta. Narra susrelaciones con el P. David, prroco de Tecoluca. Santos llegaba a la celebracinde la Palabra de Dios, no a la formacin de los catequistas. Tambin cuentasu incorporacin a la vida poltica a travs del Bloque Popular Revolucionario.

Algunos amigos le motivaron a eso. No saba leer, ni escribir y eso ledesmotivaba. En una reunin les exigieron su compromiso: A m me dejaronen el rea de medicina. En el camino va a aprender a leer y escribir, le dijeron.En febrero del 78 le mandaron a prepararse en primeros auxilios. Entonces yaescuchaba que el escuadrn de la muerte se cruzaba por la comunidad, haba

persecucin: Apareci el primer muerto de la comunidad all en el RanchoGrande. As que tuvimos que salir. Tambin saqu el segundo nivel: aprender aanestesiar, poner los sueros, porque haba que prepararse para las guindas.

Dentro del comit de las FPL hubo envidias con su trabajo; en un momento

estuvo enfermo y malinformaron con mentiras a los jefes. Los jefes hacantres llamados y a los tres llamados esa persona ya no poda estar porque,segn ellos, si no se poda trabajar con ellos haba que ajusticiarlos. Los jefesinmediatos le animaron a salir. As que se vino para esta parte del Lempa a ElMaro, donde le incorporaron al Erp.

Se viene a El Maro porque ah estaba su mam. Viene con su segundacompaera, Rosita, que tena tres hijos de un matrimonio anterior y la nueva hijaque ha nacido. Era el ao 83. A la anterior compaera la dej porque durante elcurso de preparacin de primeros auxilios se fue con otro.


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Aqu se quedaba la gente ms valorosa

Por ah por el 84 me incorporaron los del Erp. Yo les dije que tena problemasporque tena familia. No hay problema, me dijeron, vas a trabajar en el rea deproduccin. As entr. En mayo del 84 ya empec a sembrar milpas para ellos.

Aqu haba tierras y se trabajaba en ellas. Estaban abandonadas.

En el 86 me sacaron del cultivo agrcola: No, me dijeron, usted est bueno paraque dirija a la comunidad.

Aqu se quedaba la gente ms valorosa. Haba gente en El Maro y haba genteen Las Araas y en Las Mesas. Ya para el 88 la gente de Las Mesas se tuvo

que salir tambin. Sali por el 87. Hubo problema all. Hubo un desembarquede los navales (infantera de marina de Puerto El Triunfo)de la fuera armada;llegaron como unos 18 efectivos militares para sacar gente de Las Mesas paramatarla; se dieron cuenta las fuerzas especiales del Erp y les tendieron unaemboscada y all les mataron a todos; por eso la gente de Las Mesas se fuerontodos, toditos; aqu a el Maro se vinieron a dormir unos cuando se fueron,all en Montemar tambin haba gente. Pero poquita haba en todos esos. ElZamorano tambin tena gente.

A m me tocaba coordinar con todos esos: con El Zamorano, con la gente deMata Pia, all haba unos pocos tambin. Cuando eran los momentos desabotaje que haba, a mi me tocaba convocar toda esa gente y formbamos unsolo bloque y nos bamos a hacer un sabotaje. Una de las misiones mas eracoordinar a la gente del Erp. Por ejemplo, bamos a la Cruzadilla de San Juana las algodoneras o a la carretera a poner cargas explosivas o a cortar la callecon toda la gente para tratar que el estado econmico del pas quebrara, porquequebrando la situacin econmica disminua la fuerza militar, se concentrabanah tratando de reparar y as la poblacin pasaba los meses tranquila. Nosotrostenamos que estar felices aqu, como que no habamos hecho nada.

Ahora, les digo yo, es bien favorable participar en reuniones, en un quehacerpoltico, no cuesta, porque uno sale de su trabajo y se dedica a eso, peroantes no era as, antes se dedicaba a su trabajo un ratito y lo ms pasabaenmontaado uno. Si no era por la persecucin de la fuerza armada era porquelos jefes le mandaban a llamar porque haba alguna tarea que ir a cumplir, ylas tareas eran de meses no eran de un par de das. Bueno, eso fue en el casomo. Porque esta mujer (seala a Rosita su compaera que est en la cocinacercana)qued sola muchas veces, hubo un tiempo que se qued sola tresmeses.


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Aqu la produccin slo era el maz. Y nos daban para ir a pescar a la lagunade San Juan. Al Lempa se poda ir cuando alguien quera, pero haba que iralerta porque al que hallaban en el Lempa los soldados lo mataban. Yo notena dinero para dejarle a la mujer aqu, nada. Quedaba sin nada con cuatrohijos. Pasbamos una vida terrible. Pero ya se consolida ms con la presenciade la Cruz Roja. A nales del 86 y 87 ya ellos traan alimentos. Ya nosotrostrabajbamos ms tranquilos. Todo eso a nosotros nos favoreci.

Que nadie se meta, Santos, porque queremos que lleguen los pobres aqu

Yo, voy a hablarle as, era le jefe mayor de todo lo que era el comit. En el comithabamos cinco personas, las otras cuatro eran mujeres: Leti, la nia Santana,

la Tomasita y otra que se llama Chavelita y vive ahora en San Hilario. AndabaPo Quinto, al que le llaman Pedro La Muerte, pero por ser tan machista no leaceptaron en el comit y le metieron en otro trabajo, le llevaron concentradoall a los manglares. La comadre Leti y la nia Santana se encargaban lo queera la alimentacin, yo ya me encargaba a veces de traslado de alimentacin,ir a sabotajes, convocar a la gente.

Nada de tener nosotros relacin con el otro comit que era de las Fpl. Ellosestaban aqu por el 87. No nos relacionbamos con ellos porque el boladode ellos era de malinformar a la gente. Sus jefes no se daban cuenta que losque tenan integrados aqu en ese comit eran un atajo de mentirosos. Yotuve que ir una vez a hablar con el comandante de ellos, y all s se dieroncuenta que yo les hablaba con la realidad (don Santos se extiende explicandoel caso).Al siguiente da lo sacaron al comandante y all muri. El se llamabael comandante Medardo.

Todo el tiempo, hasta que salimos a la otra punta, como dice el dicho, memantuvieron a m en coordinacin a nivel de la poblacin con la guerrilla, tantoa nivel del monte como a nivel de la guerrilla de San Salvador. Me tocaba a

m trasladarme por la ruta que a m me dieron los comandantes aqu: iba porSan Miguel a San Salvador. Era por el peligro. Porque a m me conoca muchagente. Mire, por eso es bien bonito llevarse con la gente. Se desertaba la gentede la guerrilla, tanto del Erp, como de las Fpl, como del Ertc, y fjese que yomuchas veces me topaba con ellos y nunca me pusieron el dedo. Me admiraeso. Nunca! Por ejemplo yo iba en el 87, el 88, les acarreaba dinero al Erp,del arzobispado, con la comadre Leti, y cuando queran dinero ellos slo memandaban una notita a la casa: necesitamos tanto de dinero a la casa. Que esos, en la misma notita les escriba: lleva tanto, con esto les queda tanto.


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En el 89 se queran meter los ricos aqu. Siguiendo las orientaciones de losjefes me decan: Que nadie se meta, Santos, porque queremos que lleguenlos pobres y despus si ellos hacen sus propios negocios que se metan, peroahora no.

Don Santos cuenta el incidente de la llegada de los terratenientes Enriquey Constantino Novoa y del juez de Jiquilisco junto las fuerzas armadas y elinformativo de ellos Copresa, un medio de comunicacin de las fuerzasarmadas. El recuerda que haba un compromiso del gobierno y el Fmln paraque no hubiera toma de tierras desde el 30 de marzo. Cmo le denominancomandante, que l acepta por motivos de autoridad, tambin la intervencinde Onusal para que se concentre con otros comandantes, la explicacin

de la utilizacin poltica de ese nombre que le dieron por parte de l mismodurante la entrevista para impedir la entrega de las tierras de El Maro a losterratenientes que llegaron, y como l era personal civil no armado: Hasta ahlleg la terquedad de los antiguos propietarios de quererse meter, sin que anteslos campesinos que podan formar parte de la tenencia de la tierra se quedaransin tierra, concluye don Santos sobre este episodio. Esa fue mi misin, yacuando estaba nalizando lo que era la guerra, antes de los acuerdos de paz.

Nosotros hemos valorado que organizados podemos hacer ms fuerza paraque nadie se nos vaya a meter en la propiedad

El 12 de marzo del 80 se form una cooperativa aqu en El Maro. Esacooperativa era administrada por el seor Lolo que ahora vive en El Zamorano.Se llamaba cooperativa El Consuelo. Hubo muchos problemas: haba gentede San Marcos que estaban administrando esta cooperativa El Consuelo;hubo mala administracin; la dejaron abandonada; slo trabajaron un ao. Laquisieron revivir, pero la dejaron abandonada despus. Slo la trabajaron el 86y el 87. Quedaron con deudas.

A partir de los Acuerdos de Paz de 1992 nosotros aqu, como comunidadEl Maro, organizamos nuestra cooperativa para una forma de la tenenciade la tierra segn las opciones que pona el Ista. Nosotros hicimos nuestraorganizacin y a partir de all hemos venido luchando siempre en lo que es laentrega de tierra a los beneciarios, a los tenedores. Y el Ista le ha entregado acada beneciario sus dos y media mz y su solar de vivienda, equivalente a las3 mz con las calles interiores.

Hemos tratado de fortalecer la cooperativa con un rea colectiva que son 127mz. All cada beneciario tiene otra mz adicional para que pueda trabajarla,


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con la indicacin de que el dueo es la cooperativa. Son 87 asociados losbeneciarios. En esa parte nosotros denimos dejar un rea de bosque que son17 mz y 16 mz de nca y 4 mz de vaguada. Esa rea colectiva lo tenamos antespor aqu por el lado del Potrern, que era un rea de 87 mz, pero con esto dela fuerza que estaban haciendo los de Adefaes (Asociacin de desmovilizadosde las fuerzas armadas)las quitaron para ellos, pero nosotros renegociamosnuestra posicin de tener un rea colectiva y la logramos, la logramos en unsitio mejor, ms frtil, con ms acceso al ro Lempa, ms acceso al bosquede Nancuchiname. Los de Adefaes reclamaban al Ista tierras porque no atodos les haban entregado tierras que les correspondan y concluyeron conentregarles esas que a nosotros nos haban dado. No les entregaron esas quetenemos nosotros ahora porque ellos no conocan. Nosotros recuperamos

ms tierras: recuperaron 87 mz y nos dieron 127. Denimos dejar un rea devaguada para que a nadie le tocara en una laguna, porque slo en las zonasms altas podamos trabajar. Nuestra posicin fue que nosotros pertenecamosal programa de la reforma agraria. No queran entregarnos la tierra porquedecan que El Maro no poda ser doble beneciario, pero les dijimos que desdeel 80 nosotros trabajbamos toda esa rea que dejamos como colectiva. Ylo que nos vali fue que dejamos un diagnstico sacado por el Ista; en esediagnstico decamos que ramos tenedores del Fmln, que pertenecamos atransferencia de tierra y que tenamos derecho a trabajar en la reforma agrariaporque estuvimos trabajando desde el 80 en esas propiedades. Lo discutieronla junta directiva del Ista y as fue como conseguimos esas tierras.

Pero no nos quedamos ah, porque hemos venido luchando por la escrituracinde todos los beneciarios a nivel individual y por las escrituras del rea colectiva.Hasta hoy en da slo me falta que escrituren 13 beneciarios a nivel individualy la escritura colectiva est por cerca de querer nalizar la escritura. A pesar deque ya tenemos cosas sensibles nos mantenemos en la organizacin por unaseguridad, porque nosotros hemos valorado que organizados podemos hacerms fuerza para que nadie se nos vaya a meter en la propiedad.

En relacin a si alguien ha vendido sus tierras, as se mantuvieron hasta queya comenzaron a entregar las primeras escrituras en el ao 97. Como al mesvendieron la primera propiedad. Pero el beneciario que vendi esa propiedadde l tuvo un costo: no participa del rea colectiva que tenemos y tambin lodestituimos de la membresa. Por eso se par un poco, pero hoy ltimamentehan estado otros compaeros vendiendo tambin y vamos a hacer lo mismo:hay que destituir a los que vendieron esas parcelas y darle el dinero que diopor la que tiene en colectivo, que son 1055 colones, ese es el 15 % de lo quele toc pagar, (son unos 130 $)porque en esa rea colectiva los miembros


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slo pagaron un 7 %, el otro 7 % lo dieron el grupo de Alemania a travsde Fundescam, que ah tambin particip usted. Que as pagamos la deudaagraria. Aqu terratenientes no se metieron. Se han querido meter pero no hanpodido.

Yo estuve cuatro aos de presidente a partir de la creacin de la cooperativa.Luego estuve otros cuatro aos de presidente: en el 96 estuve de presidente dela junta de vigilancia de la cooperativa. Ahora tengo 5 aos dirigiendo el centroescolar, lo que es la Ase. Estuve un perodo de dos aos de presidente y ahoraya llevo 3 aos de tesorero. Por eso estos papeles que ve usted aqu encimade la mesa, quiero ordenarlos un poquito.

La comunidad de El Maro hoy

En la comunidad hay dos miembros de Adefaes integrados porque seacompaaron con dos mujeres miembros de la cooperativa y as permanecen,no han dado muchos problemas.

El nico problema es que hubo uno que era cuatrero, robaba ganado a la gentede la misma comunidad. Ese vino del lugar que le dicen El Borbolln, aqu porel lado de San Miguel. Yo me di cuenta por el personal, y por n a saber qusinti que se fue para los Estados Unidos. Dej aqu a su mujer y a sus hijosabandonados. El lo contaba que robaba ganado. Hubo gente que le denunciy la polica muchas veces le par, verdad, y por un tiempo lo dej pero hoy deltimo se rob unos animales ms. Segn noticias se deca que lo buscaban, lobuscaban para matarlo, quiz por eso se fue para los Estados.

Las 87 mz que se dieron a Adefaes, ellos son del occidente, pertenecen allal occidente, no viven aqu, en ningn momento se vinieron aqu, le tuvieronmiedo a la propiedad. Vendieron, ahora las tienen los terratenientes, no squin es el dueo ahora, pero s que despus de los Adefaes la han vendido

dos veces.

En esta comunidad de El Maro 2 andamos un total de 74 familias, en El Maro 1me decan que son 22 familias y en La Casona casi viene quedando lo mismo,porque como han vendido algunos... han vendido los que son de Usulutn, losque viven ahora en La Casona unos son del lado de Tecoluca.

La Casona

La propiedad de la Casona, El Maro la estaba gestionando. Pero dijeron que


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nosotros no podamos obtener esa propiedad porque ya tenamos muchas.Entonces organic una cooperativa, en el ao 84, para unas 72 mz que son;yo haba organizado que con unas 22 familias se cubra todo eso; entramos enorganizarnos y ponen a un hermano de la Patricia para que fuera el presidentey ah pas un gran tiempo de presidente casi sin hacer nada, porque cuandoentr Mauricio me dijo que todo casi estaba igual. Mauricio se vino para aqupara La Plancha, pero como la propiedad ya no ajustaba para l se vino para LaCasona. Le quitaron 1500 colones a l, pero no a los otros. De all los demshan sido integrados por la Federacin, Fenacoa, que era quienes estabancoordinando entonces ah. As estuvieron estos de La Casona: quitando,metiendo socios. Algo tuvo que ver Fenacoa con esto de que entraran y salierangente porque aqu en El Maro as quisieron trabajar tambin y no le dejamos,

porque siempre trataban de meter con traiciones, gente que les interesaba aellos.

El Maro 1

Esos se llaman as por habilidad de ellos mismos, de decir que son el Maro1 porque viven en las primeras casas. Ese Maro 1 era una propiedad quenosotros tenamos tambin, pero con eso de los Acuerdos de Paz vinieron losde Copaz y ellos dijeron: Ustedes no se pueden integrar all porque ustedesno son del Ista, no son de las propiedades del Ista, estas son propiedadesprivadas. Por eso se constituyen all, porque es una propiedad privada, nohaban vendido ese pedazo. Entonces ah dejaron esos 22 beneciarios queson de los desmovilizados de la fuerza armada. Estos son de la zona deUsulutn y los que yo le mencion antes eran de la zona occidental. La mayorade ellos han vendido, pero algunos ah estn y la comunidad se mantieneporque han venido otros. Copaz con lo que es la Comunidad EconmicaEuropea (Unin Europea)era la que se encargaba de darles la ubicacin a losdesmovilizados de la fuerza armada, les pagaban a los propietarios, en el casode los desmovilizados del Fmln se encargaban ellos tambin. Pero en lo que

se llamaba base social del Fmln se encargaba el Ista y los de la ComunidadEconmica Europea se encargaban en caso de que la propiedad fuera privada.En el caso as como nosotros que no era una propiedad privada sino que eradel Estado se encargaba el Ista.

El nombre de El Maro 2 lo dimos por acuerdo del departamento de asociacionesagropecuarias. Investigando en el Centro Nacional de Registros vi que desdela pennsula de San Juan del Gozo hasta la carretera litoral todo es El Maro,todas fueron propiedad del Maro, as que El Maro fue una gran hacienda.


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Resumen de todo el proceso seguido con las tierras de El Maro hecho por donSantos

Los Dueas tenan una hacienda que llegaba hasta el mar, todo esto erapropiedad de ellos. El asunto fue cuando el Estado comenz a poner mano,para dejar estipulado a los Dueas hasta dnde iba a llegar. El seor que mecont la historia andaba de cadenero, midiendo con la cinta, l se llama donTimo Valencia, vive en Zacatecoluca, l estuvo mucho tiempo conviviendo connosotros y l se meti en esto de cadenero midiendo con los que andabanmidiendo de parte del gobierno. Estas medidas dice que fue en tiempo deMartnez (general Martnez presidente de El Salvador)a los propietarios. No eraque se las iban dando, sino que el bolado fue: las midieron, hasta aqu llegan

tantas mz hasta aqu las otras, despus vino gente ya y les dieron su pedazo,a los de La Canoga les dieron este pedazo, y as a los dems. A don Timo diceque le dejaban esa propiedad que es El Convento, que est en Las Araas,pero l no quiso: cunto vala esa propiedad que est en El Convento? Slovala, me dijo, 300 pesos. Y l como no tena dnde conseguir ese dinero. Msno pens, me dijo l, que slo con la madera hubiera sacado ese pago de esospesos, as me contaba. Porque aqu donde vivimos nosotros era de la niaBernarda Hueso. Por ejemplo, ese que tenemos nosotros que le conocemospor El Rico perteneca a Miguel Angel Rico. Segn tengo entendido yo porel libro del registro Finata se lo compra a los dueos y Finata despus se loentrega al Ista, lo coordina con el Ista para entregarla a nosotros.

Retrato (Carta 74 desde Nueva Esperanza 25 mayo 2003)

En esta carta les doy un retrato de un hombre bueno y luchador de lacomunidad de El Maro,o El Marillo, como algunos dicen, don Santos.

Cuando llegamos en los primeros das de abril del 91 a El Maro, en elBajo Lempa de Usulutn, don Santos organiz nuestra acogida, por unosquince das, tanto para las familias que venan de Panam como para las que

llegamos de Nicaragua, unas doscientas en total, que ya habamos pasadovarias semanas en el norte de Usulutn, antes de salir de nuevo y formar losasentamientos respectivos de Ciudad Romero y Nueva Esperanza, a unos 5 y6 km de El Maro hacia el este.

Don Santos en aquel entonces era eso, un organizador. As lo aceptabal y as lo reconoca su comunidad: era su dirigente principal. Tan es as queel Coprefa, el sistema de prensa de las Fuerzas Armadas de El Salvador, lehizo un reportaje casi al nal de la guerra llamndole Comandante Santosque apareci en algunos peridicos y medios informativos del pas. Pero no

era cierto: l nunca fue comandante guerrillero armado, el perteneca a la


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organizacin y luchaba en el frente social para que ningn campesino quedarasin tierra. El reportaje fue montado por los antiguos terratenientes de este lugar,de la zona de El Maro, en concreto por Enrique Novoa, que posea la propiedadde Montemar, y su pariente Constantino Novoa, que lo era de Las Araas,

porque queran recuperar su tierras ocupadas por familias campesinas, lo queno lograron.

Don Santos particip, s, en la organizacin, el Frente Farabundo Mart parala Liberacin Nacional, el FMLN, durante la guerra. Caminaba das enteros entreel volcn de Chinchontepec, en San Vicente, donde tena su base organizativa

poltico-militar, y el Bajo Lempa, donde resida con unas pocas familias en estelugar, El Maro, pues cinco familias nada ms llegaron a ser en el 83 debido ala represin.

Durante toda la guerra siempre haba llenas, inundaciones ocasionadas porel desborde del ro Lempa, el ms importante de El Salvador, que est a unaorilla de esta comunidad. En el 69 hubo una llena bien grande durante la guerracon Honduras el Huracn Sis se llamaba entonces y hubo otras muchasllenas, algunas con sol y polvo en las calles, pues eran provocadas por la CELpara que nos furamos de aqu. Durante la guerra abran las compuertas de la

presa para inundar todo porque se lo ordenaban las Fuerzas Armadas. Queranexpulsar a los guerrilleros. Decan que nosotros ramos guerrilleros, pero no loramos. S ramos base social de la guerrilla.

Hoy est algo enfermo, -entre camage y elote, me dice, y le tengo quepreguntar que es eso de camage-, con problemas de rin desde el 94. Perohace vida normal de campesino, aunque se cuida de grandes esfuerzos. Va acortar lea para lograr unos centavitos y poder ir al Rosales, al hospital pblicode la capital San Salvador. Por eso ha dejado de participar desde el 2001 enComunidades Unidas, organizacin campesina de la zona que ayud a crearen 1999, tras la gran llena, o sea, las tremendas inundaciones del HuracnMitch. Tambin particip en la formacin de la Coordinadora, otra organizacinde la zona que surgi con las inundaciones del 95.

Y as ha venido desde el 78, cuando se inici en el plan parroquial con el

cura de Toluca, en San Vicente, David Rodrguez. All se prepar en salud paraheridos y enfermos. Y de all a una organizacin de trabajadores del campo,Utcifeca, para la expansin, hasta involucrarse en las FPL, donde permanecihasta 1983.

Conoce bien toda la zona, las dos orillas del Bajo Lempa: de nio vivacon su mam en La Canoga, hoy La Canoa Octavio Ortiz, pues ella trabajabaechando tortillas para los aserradores de madera de un terrateniente, el Dr.Randn. Con su familia se traslada a la otra orilla, la de San Vicente, y estcon ella hasta que regresa a la zona, la de Usulutn, y se instala en Las Araasen 1983, ya independiente de la organizacin. Pronto pasara a El Maro y se


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conectara con el ERP, con el que milit desde entonces. Mantuvo siempre sumilitancia cristiana y siempre fue el a la lucha contra la injusticia y en favor delos ms desposedos de su pueblo.

Por aquel tiempo vive de sembrar en terrenos abandonados por los grandespropietarios. Ha venido de la otra orilla acompaado de su mujer, Rosita, y decuatro hijos de su compaera de vida, dos varones y dos mujeres, a los quecuida como suyos. En el 86 llegan numerosas familias de los refugios de laiglesia en San Salvador a poblar este lugar y ya en el 94 se hizo el reparto porsorteo de lotes para viviendas y de parcelas para trabajar, y eso es lo que halogrado y lo que tiene ahora.

El misterio de su vida lo resume as: Mataron a mi padre y a mis treshermanos por una invasin(del ejrcito salvadoreo, cuando su familia viva

en la otra orilla, la de San Vicente, por San Carlos), as que tom coraje y poreso me incorpor de lleno a la organizacin. A m no me sucedi nadaporque viva aparte de ellos. A partir de all fue que mi vida la entregua la organizacin y por eso lucho hasta terminar, no pens yo en irme.Mientras pronuncia estas palabras a don Santos se le humedecen los ojos, quese van poniendo rojizos, su habla se entrecorta, mira hacia lo alto. Tenemosque detenernos en la pltica un momento y nalizamos esta entrevista.

En la cocina de su casa almorzando


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Don Santos ayudando en el paso de vehculos y en el reparto de alimentos enEl Maro durante las inundaciones del huracn Sten, ao 2005


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Se llevaron a mi marido y apareci a los tres das muerto en otro cantn

Vivo en El Maro desde el 81. Antes viv en un cantn de San Agustn, ElJoval Arrozal, en la zona Angela que le dicen. Ahora tengo 48 aos. Al entrarel primer operativo (de las fuerzas armadas, los soldados) en el cantn sellevaron a mi marido y apareci a los tres das muerto en otro cantn msarriba, El Desparramo. Ya no haba gente en los cantones, no esperaban a lossoldados, se haban ido. Slo quedbamos otra familia, que eran los padres demi marido, que no queran dejarle solo, y nosotros. La gente se haba ido para

Tierra Blanca y all todos los das aparecan 2 o 3 muertos. Entonces, paraqu irse?, - deca l -, mira esa gente que va huyendo y los matan tambin,donde nos caiga la muerte all nos tiene que caer. Tenamos 4 hijos. Fui a ver siera l con otro hermano de l y con mi hijo mayor. Ya vimos que era l. Estabanhaciendo su sepultura unos hombres all.

Mara Santana no conoci a su mam. Cuando elle tena diez meses de edadfalleci, segn le deca su pap. Al cantn El Joval Arrozal llegaba una maestraque les daba 1, 2 y 3 grados. Durante tres aos repiti 3 porque ella quera

estudiar y no haba ms grados all. Sacaba buenas calicaciones, nueves ydieces, eso sin estudiar nada, slo con lo que escuchaba y aprenda en clase,todo se le quedaba. Cuando tuvo 15 aos fue para Tierra Blanca a hacer 4grado. All conoci al pap de sus cuatro hijos mayores. Y ya no estudi ms.Los hijos mayores de ella se quedaron sin aprender nada, pero los otros ms

pequeos siguen estudiando hasta la fecha en la escuela y el instituto de NuevaEsperanza.

Santana habla con un hablar claro, decidido, sentada a la mesa de su despachodel agroservicio de la asociacin cooperativa de mujeres ganaderas del Bajo

Santana, Mara Santana15 mayo 2004(EM - 2)

Quedamos solamente tres familias en El Maro.

Durante la guerra siempre hubo llenas en la

zona. No pasaban ocho das sin que viniera

la llena de regreso. Slo dentro del agua

pasbamos. Abran las presas (del ro Lempa)

para que salieran los guerrilleros de la

montaa, para ver si as los podan sacar.


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Lempa que ella atiende. De vez en vez nos interrumpe alguien que viene acomprar unas libras de concentrado, unos clavos, alguna medicina para losanimales. Le consultan a ella y ella los atiende con profesionalidad y esmero.

Anota en un cuaderno contable cada venta que hace. Es sbado por la maanay tiene ms tranquilidad que otros das, cuando la ocina de la cooperativa demujeres est abierta y a ella llegan, adems, las asociadas para recibir o pagarsus crditos o para explicarles algo relacionado con los proyectos concretosde la cooperativa. Est elegida para la junta directiva desde el principio dela cooperativa. Santana es una mujer sufrida y callada, ejecutiva y el a sus

planteamientos, a sus amistades, a su familia. Es una mujer que construyepas, construye comunidad, en medio de los pobres y, en especial, de lasmujeres campesinas.

Yo les compraba todo lo que ellos necesitaban: vveres, zapatos, medicinas

Nos vinimos a El Maro porque aqu viva un primo mo que nos mirbamoscomo hermanos, pues nos habamos criado juntos. Vinimos con mis suegrosa una casita por la carretera en Las Araas y all estuvimos como un mes. Medijo l: qu ests haciendo all, ahora mismo te vienes para ac con tus nios.Y me vine para ac en un camioncito que l tena. Al mes de haber venido lomataron tambin a l. Estuve un ao en Las Araas viviendo con una prima maque all viva. Mi prima tambin se fue porque aquello se estaba poniendo peor.Entonces me vine para El Maro, porque conoca a una gente que trabajabaconmigo en las algodoneras. Me qued en casa de un familiar que se haba ido.

Al ao me dijeron que me pasara a otra casa de otros familiares que tambinse fueron porque la guerra iba peor y me dijeron que la casa era mejor. Yoamor le haba puesto a aquella casa, pero luego tambin me pas a otra, puesaquella donde yo estaba era la cocina donde preparaban la comida para losguerrilleros. Me dijeron que fuera all porque estbamos ms cerca. Se fuerontodas las familias de all. Quedamos solamente tres familias en El Maro.

Durante la guerra siempre hubo llenasen la zona. No pasaban ocho das sinque viniera la llena de regreso. Slo dentro del agua pasbamos. Abran laspresas (del ro Lempa)para que salieran los guerrilleros de la montaa, paraver si as los podan sacar.

Yo les compraba todo lo que ellos necesitaban: vveres, zapatos, medicinas...Compraba en Usulutn y, si no, en San Salvador. En San Marcos (Lempa)casi no haba ventas y estaba el batalln (de las fuerzas armadas) y mirabantodo. En Usulutn me conseguan tela verde olivo y camuada, pero nunca mevieron.


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Una sola vez me detuvieron, ah por Los Mangos, donde Mata de Pia. Yopasaba las cosas en canastos que llevaba para ventas, en la parte de abajo,cubiertos con las cosas que compraba para vender. Sacaron todo y vieron quetena 1 caja de tirro, 3 cajas de 3 en 1, y 12 cajas de tubo lay que estabanprohibidas llevar, entonces no se poda llevar tirro y lo dems. Llegbamos condon Santos en la carreta y yo pensaba que ya iba a morir. Pero por radio a lossoldados avisaron que haba emboscada de guerrilleros. Yo deca que eranellos mismos y que as en balacera nos iban a matar. Yo dije que don Santosslo llevaba la carreta, que l no saba nada para que l se salvara y cuidarade mis cipotes si es que a m me mataban. Vimos unas luces al llegar a lacasa y ellos creyeron que eran los guerrilleros y se fueron. Pero eran mis hijosque estaban sacando un ganado del agua porque haba una llena. Luego los

guerrilleros desconaban de m, pensaban que algn negocio tena yo con lossoldados porque no me haban llevado ni me haban hecho nada.

Haba gente que vena de otros lados y se quedaba un mes, dos meses, y seiba

El ganado era de otro seor que viva en la casita donde vivo yo ahora. Ellostambin se fueron por la guerra y se llevaron el ganado para San Carlos Lempaporque eran de las Fpl. Esa casa era de gente que vivi all antes de la guerra.La casa est en la cuneta y por eso no tiene escritura.

Al terminar la guerra nos dieron una parcela de dos manzanas y media y unsolar. En el solar tengo una casita, pero es pequea de esas de duralita rosada,y con el temblor (terremotos de 2001)se han agrietado las paredes. En El Marorepararon casas despus del temblor, pero esa no porque no estaba habitada.

Durante la guerra hacamos milpa en esos terrenos solos que eran entonces,por donde ahora son los terrenos de El Zamorn. El agua llenaba las milpas,pero no llegaba a las mazorcas ni cuando se doblaban, porque buscbamos los

lugares ms altos. Entonces los terrenos no tenan dueo. Los dueos antiguosno podan llegar. Era parte de la gran hacienda de Nancuchiname, que venadesde San Marcos hasta topar con Sisiguayo por la otra parte. De donde yopara abajo pegada al Lempa era de un seor, Miguel Rico, y despus de unapellido Morales y otros dueos ms abajo. All para La Plancha decan queera de la viuda de Avalos, en Las Araas de un apellido Novoa, y as todo.

Haba gente que vena de otros lados y se quedaba un mes, dos meses, y seiba. Quedamos tres familias slo. Luego vinieron gentes ms permanentes.Hasta los Acuerdos de Paz (1992) que dividieron cada rea.


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Cuando llegamos en el 81 y en el 82 tambin esto eran algodoneras, hastala de Mata de Pia. Hasta all iba a trabajar yo caminando todos los das.Se terminaron porque le daban fuego a los tractores, al algodn. Luego iba atrabajar a las salinas de Las Gavetas. Al nal se fue el hombre y no nos pag.Tres meses nos dej sin pagar.

Entonces me dijeron que fuera con unos que iban a comprar camarn en carretaa la laguna de San Juan (del Gozo), a comprar semillas de maran, punches,cangrejos a La Guinea, por la Babilonia para adentro, por los manglares paraall. Todo eso estaba solo. Acompaaba en el viaje a una seora que me dejun canasto de camarn para que lo vendiera y le pagara el costo y las gananciasquedaban para m. Entonces me dijo que fuera a comprar hielo a Usulutn y

que lo vendiera. Venda minuta por la maana desde las 8 hasta las 2 de latarde, un quintal de hielo venda en la tienda de la seora. Yo con la hija deella comprbamos y entre medias metamos las cosas (para la guerrilla). A lamuchacha la denunciaron y entonces no poda salir. La seora se con en my me encargaba que le comprara todas las cosas que ella venda. Fue bajandolas ventas de la tienda y un da se fueron ella y su hija. Me dejaron algunascositas para que yo siguiera vendiendo. Entonces fue cuando los compas medijeron que yo les trajera las cosas de ellos.

La gente viajaba en carretas, a caballo o a pie

Yo criaba gallinas y cuches y los venda y de all compr una chiva a donLolo, que doce partos ha tenido, y compr unos novillos y una carreta para ir acomprar. Llegaba a San Marcos y all desyuntaba, en la casa de mi prima, quese haba ido del Maro, y all los dejaba comiendo, hasta la tarde, que volva decomprar en Usulutn. Cargaba la carreta y me vena. Como a las 4 o las 5 dela tarde sala de San Marcos. Los novillos caminaban ligeros, ganaba a otrascarretas, y llegaba a las 7 o las 8 de la noche. Salamos a las 3 de la maanapara llegar tempranito a San Marcos. La gente viajaba en carretas, a caballo o

a pie. Si compraban, cargaban en carretas y ellas venan a pie. En las lluvias,con carpetillas tapbamos para no mojarnos y que no se mojaran las cosas.

Mis hijos siempre han pasado solitos. Aqu tengo tres ms y uno, el primero,que se me muri, ocho en total. Pedro Antonio, que fund Codecosta, me deca:Crees qu puedes salir? Con 15 das del parto sala. Leti y doa Elena, de donLolo, me cuidaban los nios, porque ellas eran las encargadas de la comida delos compas en El Maro.


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Tras los Acuerdos de paz

Tras los Acuerdos de paz vino un programa de alimentos para los niosde la comunidad. Nadie quera ir a comprar de la comunidad. Iban variascomunidades. Yo iba todos los lunes a comprar a San Miguel y pasbamosrepartiendo en las comunidades. Eran Salinas de Cuchimonte, por San Hilariocreo que lo llaman, Nueva Esperanza, El Maro, Amando Lpez, Las Mesitas.

Despus comenz el grupo de prstamos de ganado para las mujeres. Las4 Maras nos llamaban, porque ramos cuatro que nos llambamos Mara:Mara Santana Guevara, Mara Nelly Gmez, Mara Elena Corts y MaraJess Marinero. Luego se form otro grupo de 7 mujeres en El Maro y otro

en El Zamorn. La Yanira era la que mova esto. Era con Codecosta, cuandocomenzaba Codecosta. Y as fueron creciendo los grupos en otras comunidades.Hasta 68 mujeres en todas las comunidades comenzamos. Al ao me dijo laYanira que trabajara con ella, que me iban a pagar, porque ella no poda visitartodas las comunidades. Yo no saba si poda hacer el trabajo, no crea. El papde mis otros hijos, los menores, me anim y me met. El proyecto de crditospara mujeres ha crecido. Hoy somos 263 mujeres asociadas. Con lo poquitoque sacamos vamos criando los hijos.

Hoy no hacemos milpa. Con el ganado que tenemos vendemos un chivo ycompramos el maz en diciembre cuando esta ms barato para ir comiendoen los otros meses. El maz no rinde, porque todo caro: un quintal de mazlo pagan a 100 pesos (colones salvadoreo)y el saco de abono cuesta 195.Sale mejor comprar animales y engordarlos. El problema es cuando los robano se muere uno. Adems he trabajado como promotora de la cooperativa demujeres y hoy estoy en la venta de productos en el agroservicio. Con eso hepodido mantener a mis hijos.

Soy de la directiva de la cooperativa de mujeres, vicepresidenta. Nos reunimos

para solucionar los problemas y ver cmo podemos salir mejor. Siempre con lagente hay descontentos por ms que haga uno para beneciar a todas. Yo veoque hemos venido trabajando bien desde los tiempos que iniciamos y piensoque podemos seguir as. Ahora depender de la gente que forme la nuevadirectiva, que sea gente responsable que pueda hacer seguir esta cooperativa,que cuando mi hija pequea que tiene ahora tres aos sea mayor pueda entrarcomo socia de la cooperativa, porque se benecia la gente cuando lo hemosnecesitado.


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Santana en el agroservicio y limpiando en las ocinas de la cooperativa demujeres Marta Gonzlez (Acamg)


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Teresa es una mujer tranquila, calmada, que inspira paz y conanza a quiense encuentra cerca de ella. Algo baja y un poco gordita, cara redonda y ojos

profundos y limpios. De poco hablar y comprometida con el trabajo, nos recibeen su casa de El Maro en las horas de la tarde, en una cocina sin paredes,de techo de lmina ennegrecida por el humo y con una hamaca al lado. Unahija barre el patio un poco ms all y una nietecita se acerca a contemplarnosdurante la conversacin. Un hijo vestido con camiseta roja y negra del equipoMilan salud rpido un momento y agarr la bicicleta que se encontraba all.

Su paz tal vez provenga de su infancia, en la que nunca le pegaron, nuncale chilearon, quiz por el abuelo que viva con ellos, que no permita que sumadre les cachimbeara a ninguno de ellos. Eran ocho hermanos, 4 varones y 4mujeres. El mal recuerdo que tiene es que cuando se acompa con Chungo,su esposo, con el cual vive todava y ha criado cinco hijos e hijas, entonces ssu padre la golpe fuerte, aunque ya tena 21 aos y a sus hermanas no lessucedi eso. Siempre se ha preguntado por qu lo hizo. Quiz porque no lesgustaba Chungo, comenta alguien presente en la entrevista. S eso debe ser,contesta ella.

-Cuntos aos lleva en la cooperativa de mujeres Acamg?

- Como once aos hace las cuentas - s, comenzamos en el 93. Nosotrosvivamos bien adentro. Nos llamaron a una reunin con Yanira, queestaba dando clases en El Maro bajo los palos de mango, y particip

junto con otras doce gentes de aqu. Por n quedamos siete mujeres.Nos dijeron que nos organizramos para trabajar con crditos.

- Y cmo fue el comienzo?- Yo con miedo me met. Nunca haba estado enjaranada ni en las tiendas,

y cuando le dije a Chungo l me apoy en esa decisin, me dijo queestaba bueno.

Teresa Rivas21 abril 2004

(EM - 3)

La amistad es lo mejor, porque vale ms la

amistad que el dinero


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- De cunto fue el crdito?- Fueron 2500 colones (unos 280 dlares). Compramos dos chivos y los

engordamos. Como estaban bonitos uno lo dej para buey y vend elotro y con eso compr dos terneritas.

- Cmo est hoy con el ganado?- Ahora tengo diez animales propios: una yunta de bueyes y cuatro

vacas paridas. Pero en este tiempo he vendido ganado para pagar lainstalacin de la luz, para pagar la tierra nuestra y la de mis hijos, loque nos tocaba pagar, para comer tambin, porque aqu no hay trabajo,para alguna enfermedad que nos da yo digo que si no estuviramosmetidas en el crdito a saber cmo nos fuera.

- Alguna familiar ms est en la asociacin?

- S, una hija ha entrado hace poco, cuando ha tenido la edad. Y dosnueras, compaeras de mis hijos.- Y otros benecios de la cooperativa?- Cuando dan los excedentes de la cooperativa, adems de las

aportaciones para la cooperativa, le queda a una sus chitas para lacasa.

- Slo dinero recibe de la cooperativa?- Yo cuando entr en la cooperativa no andaba en ninguna reunin y

ahora he salido bastante a reuniones, tengo bastantes relaciones conpersonas que una no conoce, nunca habamos estado asociadas encooperativa y ahora conocemos cmo es una cooperativa de mujeres.

- Usted tambin es de la directiva de la cooperativa?- Aqu en la comunidad nunca haba estado en una directiva y cuando

se est en una directiva se ve cules son los problemas, qu le falta ala cooperativa y que no es fcil llevar una cooperativa y los trabajos deuna cooperativa, porque a una persona que no tiene estudios no se lehace fcil.

- Qu es lo difcil que ve usted de la cooperativa?- Que hay que hacer informes, proyectos, buscar asesoras, que no es

fcil hacerlo cualquier persona. Y cuando hay beneciarias que lescuesta pagar, porque hay que ir a visitarlas a ver qu les pasa.- Lo mejor de estos aos?- La cooperativa nos ha ayudado en lo econmico, pues nunca hubiramos

tenido ayuda del gobierno o de otros. Y las capacitaciones. Y conocer aotras personas de aqu de la zona y tambin de fuera. Porque la amistades lo mejor, porque vale ms la amistad que el dinero.

La guerra la pas como las hormigas locas, que salen con sus huevecillosde un lado para el otro cuando llegan las inundaciones. Las invasiones de la


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fuerza armada obligaron a su familia a guindear por lo manglares y por otrossitios, a cambiar de residencia, a huir de un lado para otro. Vivan al otro ladodel ro Lempa, en El Jcaro. Cuando los primeros bombardeos mataron a suhermano mayor se fueron para otros lugares de la orilla occidental del Lempacomo Taura, El Pacm, San Nicols. All naci su quinta hija, la ltima. Tambinse vinieron para esta otra orilla, a El Maro, y se regresaron de nuevo para all,

pues vivan bajo un palo de mango y su padre trabajaba unos das s y otrosdas no. A otro hermano tambin lo mataron las fuerzas armadas: le tendieronuna emboscada entre un rebao de ganado y le lanzaron una granada que leestall en mitad el pecho. Otro hermano varn se march para los EstadosUnidos y all vive.

Ms tarde, cuando llegaron los Acuerdos de Paz de 1992, se vinieron pararecibir tierras a esta orilla, en El Maro, y aqu se siente bien. Su esposo no esmachista, ni fuma, ni toma, ni se le ve mujerear. Lleva con l ya va para 30 aosy se mantienen unidos, lo cual pocos hogares alcanzan esto en la zona. Slosu tercer hijo le hace sentirse mal en ocasiones, porque anda tomando y ella se

preocupa mucho cuando es muy noche y no regresa a casa.

En El Salvador, cuando perdi el partido Fmln en las ltimas elecciones, nole gustaba ni or msica, ni ver tele, porque si este otro hombre ganaba asaber cmo ir a pasar en la salud, en las privatizaciones, en el Tlc (o Tratadode libre comercio con Estados Unidos), porque vamos al fracaso todos lossalvadoreos. Y de la guerra de Irak se pregunta por qu ser que hasta lossalvadoreos han ido para all, para qu las tropas de aqu hasta all.

Esta es Teresa Rivas, de El Maro, Bajo Lempa, fundadora con otras mujeres dela cooperativa Acamg y hoy una de sus miembros del consejo de administracin.


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La guerra aqu la he pasado, en El Maro

Cuando termin el conicto me qued aqu, no sal para ningn lugar. Yo vineaqu a la zona porque yo soy sanvicentino (del departamento vecino de SanVicente, a la otra orilla del ro Lempa, lindante con Usulutn),de San Bartoloabajito, un lugar que queda aqu, verdad, por Soledad, y nos vinimos para ac.La guerra aqu la he pasado, no me mov de aqu, juntos pues, la guerra aqu lahe pasado. Yo la he pasado porque me han puesto boca abajo, me han puestocul (culata de arma)en el pecho, y averigundome cosas y yo contestndoles.Yo nunca me humill a callarme, yo siempre habl mi derecho. El comandanteBurgos me dijo que un mes me iba a tirar adelante de sus tropas. Entoncesaqu haba otro batalln en El Maro y nos mandaba llamar. Yo con Miguel

estbamos all, cuando lleg ese comandante con su ejrcito que saliera; fuellegando que le quit los anteojos al Lachio y le marc en el ojo; de ah le dice aMiguel: No has vuelto a perder tu atarraya para que te la pague, le dijo; buenoluego fue llegando donde m, porque a m me denunciaron: T me las vas apagar todas. Esto y esto le dije yo, porque nos haban dicho que no tenan queestar molestando ustedes ya, le dije yo, nos haban dicho que no cubriramosnada pero lo que usted dice yo no hice. Esto fue como a mediacin de la guerra.

Aqu pas toda la guerra, del comienzo a la terminacin.

Don Manuel habla comindose el nal de las palabras, como acelerando suterminacin, y veces no se le entiende muy bien. Ha posado su inconfundiblesombrero de paja ya ajado, gastado, sobre una mesita cercana, en compaade una botella de plstico vaca y tumbada, de una radio medio cubierta porun trapo para evitar el polvo, un cuaderno de cubierta azulada y otros enseresmenores. La mesita est junto a la puerta de entrada a la casa de bloquesde cemento y teja, de las donadas por alguna ong en la zona, en el pequeo

porche que antecede a la habitacin nica. Ah, sentados en sillas de plsticoya viejitas, la ma reforzada con unas tiras de plstico porque est quebraday se abrir en un momento dado, realizamos la entrevista. Los kikiriks de un

Don Manuel13 abril 2005

(EM - 4)

A nosotros nos buscaba como a un garrobito o

a un venado para comer


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gallo de pelea encerrado cerca, en un rincn de la cocina, interrumpen sincesar la conversacin. Otros pollos de pelea, tambin encerrados en jaulasgrandes se ven algo ms lejanos y tambin se les oye, aunque ms suave:

Son de mi hijo, - me dice don Manuel -. Ese gallo ya lo va a echar a peliar (sic)pronto. Los pollos los vende y le pagan bien.

Llegada a El Maro

Antes de la guerra yo estaba en San Marcos Lempa, en el mentado Gallineroque le dicen, de San Marcos Lempa arribita. Como uno de pobre no tienedonde trabajar, yo buscaba donde trabajar, y all encontr trabajo y all estuve.Quiz como unos doce aos estuve all antes de la guerra. Cuando empez la

guerra all estaba yo y all yo no me mov para ninguna parte. Yo baj para aqudespus que haban botado (la guerrilla)el Puente de Oro (sobre el ro Lempa,entre San Marcos Lempa y San Nicols Lempa),como a los dos meses deeso fue que yo me tir por el ro a salir aqu. Porque me haban llevado para elotro lado all, con las cositas, y, puestos all, tena ya ocho das de estar ally me dijeron que viniera aqu, que aqu saliera. Me dijeron que me fuera devuelta con la gente all, pero yo me senta dbil de comida y todo. Entoncesme dijeron que viendo las necesidades del Lempa me viniera por San Agustn,pero me qued. Eso fue por el 82. Aqu estaba la gente con que estbamos

juntos, pues, haba un grupito aqu y otro grupo all y con gente de nosotrosnos combinbamos pues. Aqu tena yo una hermana, aqu en El Maro, y unasobrina y por eso yo vena de all. Y la otra familia que tena se haba salido yapara el pueblo. Y yo que estaba aqu apoyando.

Esto fue tremendo aqu!

Entonces tena una compaera y dos hijos. Yo me vine con ellos. Ahora vivoslo con ese cipote que vive aqu conmigo. Yo he sufrido que mire, l venade 3 aos y la muchachita de 4 aos. Mi compaera muri en la zona, cuando

comenz la cosa seria se muri. Yo no me contaba con vida, yo me contabaterminado. A nosotros nos han buscado como a un garrobito o a un venado paracomer, as nos han buscado a nosotros. Nosotros estamos aqu por el poderde Dios. Rodeaban la casa de uno y ah le daban, rodeaban el monte y ah ledaban. Esto fue tremendo! Unos pobres muchachos, el mentado Chepe conotro hermano y la hermana, que tenan los viejitos en la cama enfermos, los doscon calentura, al otro da que salieron los pedazos andaban los chuchos. Estoque le estoy contando no es mentira, le estoy contando la pura realidad. Ellase llamaba Mara Portillo y l se llamaba Ins Corts. Esto fue por all arriba.

Aqu comenc a trabajar organizado por parte del Frente, cuando nos decan


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que tenamos que hacer algo lo hacamos. Ya cuando los hijos estaban unpoco ms creciditos, tena otra hija en San Salvador y me dijo que los mandarapara all. Es que yo fui perverso y tuve otros cinco hijos con otra seora (se reun poco). En total tengo siete hijos. De los varones me han matado dos, unocay con el movimiento, por La Quesera. El muri en un tat, ahogado; venade tarea y lo mandaron a sacar las cosas que haba all y estaba envenenadoaquello; otro muchacho que estaba con l se meti a sacarlo y all qued juntocon l tambin; dos en el mismo sentido.

Cuando yo vine aqu casi deshabitado haba, casas poquitas, por la escuelahaba como tres casitas ah, y ah abajo un mentado Corts, y nosotros queestbamos ac. Esa era la gente que haba, no ms. Por aqu estaba la

Santana tambin, aqu se manejaba la mujer esa. Una poca gente. Pero enun tiempo que el ejrcito no vena se recuper. Empez haber gente, habergente, haber gente. Nosotros nos ubicamos en la cooperativa para tomarfuerza y entonces agarramos fuerza nosotros, que ya poco nos molestaban.Siempre un poco escondidos, porque entonces estaba fregado, pero segnagarramos fuerza fuimos buscando las tierras tambin por derecho. Todo estoqued abandonado. Las tierras de abajo donde estbamos nosotros eran de unmentado Constantino Novoga o Novoa. El vino cuando ya estaba todo calmadoy ms que estaba con un grupo de soldados, y yo haba sacado un voladoviejo que tenan all y dijo: Tmenle una foto a ste, dijo; l se molest porquepens que la casa estaba limpia, estaba sola, pero all estbamos cinco, y semolest porque vio que haba gente all y no quera que hubiera gente all. Yno nos pudo sacar. Ya no volvi ms.

Estaba el ejrcito por ah y haba que llevarles comida (a los guerrilleros delFrente), ah nos metimos, siempre estaban ellos. Por la voluntad de Diosestuve en muchas partes de dicultad, pero yo, mire, nunca agarr un fusil, nolo permiti el Seor, aunque por momentos me obligaban. El Seor no permitique me atacaran, porque si me atacaban tena que contestar yo, porque estaba

un resto de gente. Yo estaba haciendo posta defendiendo a la gente en ElMaro. Al traquear yo el arma, la gente se corra y si no ah quedaba. As portmi arma yo, pero nunca me top con el ejrcito.

Una vez estaba pescando con ese cipote que tengo aqu conmigo por LaGaveta. Y nos ponen un can ah, ah por la escuela, y mire si ah nomasitome cae el primer caonazo a m. As cay cerquita el primer caonazo. Y trasde aqul otros. Tres que nos aventaron! El primero nos sali as con el cipotea los otros nos tiramos a una borda que haba all. Y pasaron. Al siguiente daya me toc a m, ya saba el maestro que me haba escapado de matar. Qupena que te ibas a morir, me dijo. No haba gente, le dije, yo andaba pescando.


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Bueno, en sta no te pas nada, sta es la suerte que tuvieron.

Esto fue tremendo aqu! Unas balaceras ah. Estaba yo en la casa, mire,durmiendo que haba llegado de trabajar, cuando un cipote sobrino mo estabaen la calle haciendo un mandado y cuando fue a darse cuenta se top con lasfuerzas armadas; entonces ese cipote, mire, fue a meterse en la casa y comoyo viva en un cuartito en que estaba con l; y llegan tres o cuatro soldados yle dicen a mi hermana: Solo usted vive aqu (en tono de dar una orden);ahest el cipote, le dice ella, y hay ms hombres, est mi hermano durmiendotambin; Que salga en un minuto o, si no, le tiro una granada!; ni me puse loszapatos, ni nada, as me levant; fue llegando a la puerta y me dice: Y el fusildonde lo tienes? Trelo ya!; yo fusil no tengo, le dije yo, si gusta mire donde

estaba durmiendo yo; Pasa, me dijo; fue pasando y un culatazo me dio; y meapuntaron con el fusil, pero no me tiraron; cuando ya haba caminado me dijo:Vaya, nos va a acompaar, me dijo; entonces le digo yo: Carajo, estaba yo enmi habitacin descansando, le digo yo, que haba venido de trabajar, y ustedme habla slo para golpearme, yo estaba solo descansando, yo no tengo nadade culpa; se par, me agarr de la mano: Vete a dormir pues, me dijo, y meavent de vuelta; yo no dorm en toda la noche, yo pens que iban a volver parasacarme, y no sala porque si me topaba con ellos me quebraban por la calle.Viera, si era tremendo, oye!

A veces la misma gente de la comunidad le ponan el dedo con el ejrcito y laguerrilla. Y la guerrilla no se daba cuenta, no investigaba nada y se llevaban aesa pobre gente. Eso fue casi todo el tiempo durante la guerra. Si cometa unerror alguien que no les gustara a ellos o una cosa que no queran, aunque nofuera, les sacaban para una tarea y no volvan, les dejaban a saber dnde.

Aqu en esta calle (la central de El Maro y de toda la zona) hay cuerposenterrados de los que mataron las fuerzas armadas, otros que cayeron ibana enterrar sus cuerpos afuera. Las fuerzas armadas te agarraban por ah, oalguien que vena por la noche aqu a la comunidad, te capturaban las fuerzas

armadas a la misma gente de aqu. Hay varios: ah cerca hay uno, all por laescuela cay otro como tres o cuatro cuerpos quedaron ah en la calle, decompaeros de aqu. En la noche las fuerzas armadas mandaban a explorar ala guerrilla, mandaban dos a explorar a ver cmo est, llegaban en lo oscuro,cuando miraban los bultos ni les preguntaban, ni les hablaban, ms que ah lesdisparaban. As caan los compaeros. Eso pas en ese tiempo as. Si nosotrosvivimos es porque Dios nos ayudaba.

Nos metan el agua para darnos carrera

Muchas llenas hubo ese tiempo. Por aqu cuando salamos por las veredas,


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mire, hasta aqu (se seala la rodilla),con una estaca todo el tiempo mientrasestaba lloviendo. Entonces s que haba llenas. No ve que yo perd dos cosechasde trabajo, aqu perd una de ellas ya doblada la milpa y ms abajo perd otracantidad lo misma, al cumplirse el ao. Nos metan el agua para darnos carrera,soltaban el agua de la presa. Todava esa llena que hubo de ltimo, a los de loscaales les pagaron una cantidad de billetes, y nosotros que perdimos toditopor completo, no nos dieron pero ni un cinco. Y los caales les pagaron perolos caaverales no perdieron, porque la caa la cortaron todito despus quepas el agua.

Esto slo de hacendados era, como de una familia de hermanos era esteMarillo, de los Novoga era. Estas tierras se las compraron a ellos al nal de

la guerra. Porque la guerra era por la tierra, verdad, porque la pobre genteah viva en esas cunetas haban hecho unos bigaditos as y ah ponan losranchitos as. Si le miraban tantito adentro uno enseguida, tas, llamaban a laguardia y lo llevaban preso a uno. Entonces, la gente en vez de eso, empezel movimiento, empez el movimiento, pero se llev el movimiento por lasinjusticias de los ricos. As como despus vendieron, hubieran vendido antesno hubiramos llegado a eso, pero como no queran

Al terminar la guerra

Al terminar la guerra ya se meti la Cruz Roja y dejaron de molestarnos anosotros. La Cruz Roja vino a ayudarnos y nos decan que si algn trato injustorecibamos podamos denunciarlo.

Cuando termin la guerra el coronel que sali vino a darnos la tierra a nosotros,slo pagando cien pesos (colones salvadoreos) por la escritura. Yo de miparte, dijo, les voy a dar a ustedes para que trabajen, yo les voy a dar, laguerrilla no les va a dar lo que no tienen. Dio como cien escrituras a todos losque estbamos aqu. Ah tengo la escritura yo. Fuera bueno que me las viera

para ver cmo est ese asunto, porque dicen que la escritura no vale nada, quenos van a venir a sacar porque estn hechas por l. Nos dieron todas las tierrasde los Novoga parceleadas, como cien parcelas dieron.

La vivienda vino con una ayudita. Nos dieron los materiales. La mano de obra lapona uno. Aqu la hice con un hijo mo que trabajaba aqu. Mi familia me visita,no estoy tan solo. Mi hermana est en San Salvador, y tengo otro hijo y otra hijaen La Papalota.


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El Maro, as como estamos hoy, estamos perdidos

El Maro as como estamos hoy estamos perdidos. Est credo El Maro porquetodos lo tienen a su manera y sin ordenacin no hay nada. Y aqu es lo que nosfalta. Porque no estamos organizados. Estamos en la cooperativa pero cadaquien jala para donde tiene voluntad l. Cuando nos llaman slo somos unospoquitos llegamos a alguna reunin, a un trabajito, los dems no hacen nada.

Aqu ha venido mucha gente que no participan, trabajan en su tierra, su casa,pero en colectivo no. Ah hemos estado para ir a un cerco. Yo he ido cuatro das,otros han ido dos das, otros han ido un da, otros ningn da. Es que el ganadoest botando la borda porque no hay cerco. Es que aqu estamos mal ubicados.No es como antes al comenzar, estbamos todos puestos all con qu fuerza!,

hoy no. Hay familias que tienen cuatro parcelas y ellos tienen donde trabajar,pero los que hemos alcanzado una manzanita de tierra, yo tengo una parcelitaaqu, son los que estamos unindonos ms. Entonces esas familias no quierencolaborar, no quieren, no quieren, no quieren. Estamos mal por eso.

Los jvenes, la organizacin de ellos slo es el ftbol, esa es la organizacinde ellos. Y aunque les diga uno: Es bueno, les digo yo, que ustedes estn enestas cosas, pero si no dedican ni media hora a las cosas de Dios, Dios lesva a castigar porque no le obedecen, les digo yo, porque aqu todos somoscristianos les conviene or siquiera una vez a la semana la palabra de Dios. Yale digo estamos mal aqu. O estaremos en muchas partes as.

Bien s los milagros que me hizoDesde cipote mi mam me llevaba a las iglesias. Me llevaba al pueblo de SanVicente. A las cuatro de la maana me despertaba y deca: Manu, Manu,vamos a la misa. Y salamos a la misa a las 4 de la maana en San Vicente.Y yo he seguido as siempre, no me he olvidado de Dios. Porque bien s losmilagros que me hizo: Pas tres das,mire, con mis dos nios, que como all

me pasaba el ejrcito, como aquella casa(seala a la casa vecina, a una distanciacomo de treinta metros), metidos en unpedacito de monte. Y el campo de aviacinde helicpteros estaba como de aqu a (lacasa de)la Santana. Tres das en aquelpedac

Tierras Pagadas a Precio de Sangre

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