TEXTOS ANALIZADOSMito de la caverna

TEXTO 1

- Imagínate ahora que, del otro lado del tabique, pasan hombres que llevan toda clase de figurillas de hombres y otros animales, hechos en piedra y madera y de diversas clases; y entre los que pasan, unos hablan y otros callan.- Extraña comparación haces, y extraños son esos prisioneros.- Pero son como nosotros. Pues en primer lugar, ¿crees que han visto de sí mismos, o unos de los otros, otra cosa que las  proyectadas por el fuego en la parte de la caverna que tienen frente a sí?- Claro que no, si toda su vida están forzados a no mover las cabezas.

Redacción 1/2{IDENTIFICACIÓN} En el presente texto (que corresponde a los momentos iniciales del mito

de la caverna, cuando Platón está aún describiendo dicha caverna y la situación de los prisioneros en ella) nuestro filósofo defiende que: los seres humanos viven engañados sin educación.

{EXPLICACIÓN} Para ello defiende dos tesis, conforme a las cuales puede dividirse el texto en dos partes. En la primera parte (línea 1 a 4) se defiende que hay falsos educadores. Platón habla de “hombres” situados al otro lado del tabique (línea 1) haciendo referencia a los sofistas o los políticos demagogos (que lejos de buscar el bien de los ciudadanos, solo persiguen su propio provecho), y dice de dichos hombres, que sostienen los objetos cuyas sombras son vistas por los prisioneros (líneas 1 a 4), queriendo con ello decir que engañan a los prisioneros, igual que los demagogos engañan a los ciudadanos con retórica. En la segunda parte (línea 5 a 9) se defiende que todos estamos engañados por esos falsos educadores. Para ello, Platón comienza comparando al hombre corriente con los prisioneros (línea 5 y 6), de los que dice expresamente que “son como nosotros”. Afirma que solo han visto sobras proyectadas (línea 6 a 8), o sea, que estamos inmersos en el engaño, hasta tal punto, que no distinguimos lo real de lo aparente, lo verdadero de lo falso, y nos hacen creer que conocemos la realidad cuando solo conocemos sombras. Y, continúa Platón, dicho engaño es producto de la acción continuada de los falsos educadores, que hacen que estemos “forzados a no mover la cabeza” (línea 9).

2/2Como se ve, Platón comienza ya aquí a dibujar su división de la realidad en grados, y el

conocimiento que le corresponde a cada uno. Así, el ser humano corriente habita la “caverna” (línea 8), que simboliza el Mundo de las cosas (sensibles), al que Platón atribuía los rasgos de material, cambiante, contingente, por oposición al Mundo de las Ideas (inteligible). Dentro de la caverna se advierten distintos grados de realidad: las “sombras proyectadas”, a las que Platón llama “imágenes” (eikasia), son los seres con el menor grado de realidad, y a ellos corresponde el grado más bajo de conocimiento, que es el conocimiento de los prisioneros y de los seres humanos corrientes, que Platón denomina “conjetura” (o “imaginación”). Aquellos que nos engañan, los sofistas o demagogos, gozan por el contrario de un conocimiento superior, que Platón llama “creencia” (pistis) y que tiene por objeto a las cosas naturales y/o artificiales, simbolizadas por los “utensilios y figurillas”. Pero aunque se trate de un grado superior de conocimiento, sigue siendo sensible y, por tanto, mera opinión (doxa), y no puede ser de otro modo, porque, para Platón, solo se obra mal por ignorancia, de manera que si los demagogos tuvieran conocimiento verdadero (episteme), no se comportarían como lo hacen.

TEXTO 2

- Examina ahora el caso de una liberación de sus cadenas y de una curación de su ignorancia, qué pasaría si naturalmente les ocurriese esto: que uno de ellos fuera liberado y forzado a levantarse de repente, volver el cuello y marchar  a la luz, y al hacer todo esto, sufriera y a causa del encandilamiento fuera incapaz de percibir aquellas cosas cuyas sombras había visto antes. ¿Qué piensas que respondería si se le dijese que lo que había visto antes eran fruslerías y que ahora, en cambio está más próximo a lo real, vuelto hacia cosas más reales y que mira correctamente? Y si se le mostrara cada uno de los objetos que pasan del otro lado del tabique y se le obligara a contestar preguntas sobre lo que son, ¿no piensas que se sentirá en dificultades y que considerará que las cosas que antes veía eran más verdaderas que las que se le muestran ahora?

EEn el presente texto, que corresponde al momento narrativo del comienzo de la liberación del prisionero, nuestro filósofo defiende que la educación es un proceso o camino de ascenso de la ignorancia a la sabiduría que entraña grandes dificultades. Para ello defiende dos tesis, si bien el texto puede dividirse en tres partes. En una primera parte (línea 1 a 2), Sócrates propone a su interlocutor una nueva situación, a saber: la “liberación” del prisionero, que simboliza el inicio del proceso educativo. La metáfora de las cadenas que emplea Platón muestra su idea de la educación como “liberación”, en la que se pasa de la “ignorancia”, que es esclavitud, a la sabiduría, que es libertad; y el filósofo es el “liberado” (línea 3) que recorre el camino de aquella a ésta. Además, como las “cadenas” simbolizan el cuerpo y los sentidos, que nos retienen en el engaño, puede ya verse aquí que la educación es ascesis: un proceso de purificación, en el que gradualmente se abandona lo corporal sensible. En la segunda parte (línea 3 a 6), se presenta la educación como un proceso doloroso (línea 4) y de difícil adaptación, donde el educando es “incapaz” (línea 5) y hay que “forzar” u obligarle a seguir (línea 3), y aquí Platón parece estar pensando en Sócrates, como el maestro que te obliga a mirar hacia la verdad con toda su crudeza. Concretamente se habla del paso de la mera “conjetura” a la “creencia”, donde el educando ya no tiene frente a sí meras sombras, sino los propios objetos físicos, “aquellas cosas cuyas sombras había visto antes” (línea 5 a 6), y se da a entender que se necesita tiempo para que la mente se acomode a la nueva situación. Por último, en la tercera parte (línea 6 a 12) continuando con la idea de la difícil adaptación, se defiende que la educación es un proceso confuso, que exige reconocer que lo que hasta el momento se consideraba verdadero (el conocimiento sensible) no es auténtico conocimiento, y que ello provoca desconfianza y rechazo, existiendo siempre la tentación de volver atrás. Concretamente, en el paso forzado de la “conjetura” a la “creencia”, el liberado no creería que los objetos físicos son más reales que sus imágenes, sino que al contrario, pensaría que éstas son más reales que aquellos. Y no le resultaría fácil, tendría “dificultades” (línea 11) para cambiar su forma de concebir la realidad, a la que está tan habituado, y por eso se resistiría.

TEXTO 3- Y si a la fuerza se lo arrastrara por una escarpada y empinada cuesta, sin soltarlo antes de llegar hasta la luz del sol, ¿no sufriría acaso y se irritaría por ser arrastrado y, tras llegar a la luz, tendría los ojos llenos de fulgores que le impedirían ver uno solo de los objetos que ahora decimos que son los verdaderos?- Por cierto, al menos inmediatamente.- Necesitaría acostumbrarse, para poder llegar a mirar las cosas de arriba. En primer lugar miraría con mayor facilidad las sombras, y después las figuras de los hombres y de los otros objetos reflejados en el agua, luego los hombres y los objetos mismos. A continuación contemplaría de noche lo que hay en el cielo y el cielo mismo, mirando la luz de los astros y la luna más fácilmente que, durante el día, el sol y la luz del sol.- Sin duda.- Finalmente, pienso, podría percibir el sol, no ya en imágenes en el agua o en otros lugares que le son extraños, sino contemplarlo como es en sí y por sí en su propio ámbito.

ACTIVIDAD: COMPLETAE

En el presente texto, que corresponde al momento narrativo en el que el prisionero avanza en el conocimiento de las Ideas, nuestro filósofo defiende que [¿Qué defiende?]. Para ello Platón sostiene[¿Cuántas?] tesis, y el texto puede dividirse en [¿Cuántas?] partes. En la primera parte (líneas [¿Cuáles?])…. En la segunda parte…

e

Redacción 1/2En el presente texto, que corresponde al momento narrativo en el que el prisionero abandona el conocimiento

sensible para avanzar en el conocimiento inteligible, nuestro filósofo defiende que la educación es un proceso gradual con niveles de dificultad cada vez mayores, en el que se asciende de lo más sencillo y fácil de conocer, pero menos verdadero, que es lo sensible, hasta lo más complejo y difícil de conocer, pero más verdadero, que son las Ideas y, especialmente, la Idea de Bien. Para ello Platón sostiene dos tesis, pudiéndose así dividir el texto en dos partes. La primera parte (líneas 1 a 6) trata del paso del conocimiento sensible al inteligible, que Platón simboliza mediante la metáfora de la luz: “antes de llegar hasta la luz del sol” (línea 2) el prisionero se encuentra aún en la penumbra del interior de la caverna, es decir, en el conocimiento sensible, pero “tras llegar a la luz del sol” (línea 3), alcanza el exterior de la caverna, donde ya sí hay auténtico conocimiento, que ahora tiene por objeto lo inteligible. Pues bien, Platón defiende que este paso de la doxa a la episteme entraña enormes dificultades , es como dice Platón, “una escarpada y empinada cuesta” (línea 1). El prisionero, que simboliza al alumno o educando, sufre (línea 2), se irrita (línea 3) y es eventualmente incapaz (línea 4) de continuar su educación, debido en parte a que ésta es ascesis, o sea, que exige luchar contra los sentidos, deseos, pasiones y hábitos, que tienen su origen en el cuerpo, y debido también en parte a que exige cambiar la forma de mirar. Es por esto, que el prisionero-educando debe ser forzado, y lo es por alguien que no es mencionado explícitamente en el texto, a saber: el maestro filósofo, idealmente Sócrates, que obliga (línea 1) al alumno a su educación.

Redacción 2/2Una vez que el educando alcanza “las cosas de arriba” (línea 7 y 8), que simbolizan el Mundo de las Ideas,

entramos en la segunda parte (líneas 7 a 17), donde Platón trata del paso de la dianoia a la noesis y defiende que es un proceso gradual de dificultad creciente en el que hay que “acostumbrarse” a mirar de otra manera para ver. Así, en el nivel más bajo dentro del Mundo de las Ideas se encuentran los objetos matemáticos, simbolizados en el texto por las “sombras” y las “figuras y objetos reflejados”, y su acceso corresponde al nivel más bajo de episteme llamado “dianoia”, que es el más fácil de alcanzar. En segundo lugar se encuentran las Ideas, cuyo conocimiento se corresponde con el nivel más alto de episteme llamado “noesis”. Dentro de las Ideas, el texto establece una jerarquía: primero vendrían las Ideas comunes, representadas por los “ mismos” y después las Ideas superiores, representadas por los objetos del cielo, como “los astros y la luna”, y éstas son más difíciles de conocer que aquellas. En último lugar, se encuentra el “sol”, es decir, la Idea de Bien, que es la Idea suprema, culmen del proceso educativo.

TEXTO 4- Pues bien, querido Glaucón, debemos aplicar íntegra esta alegoría a lo que anteriormente ha sido dicho, comparando la región que se manifiesta por medio de la vista con la morada-prisión, y la luz del fuego que hay en ella con el poder del sol; compara, por otro lado, el ascenso y contemplación de las cosas de arriba con el camino del alma hacia el ámbito inteligible, y no te equivocarás en cuanto a lo que estoy esperando, y que es lo que deseas oír. Dios sabe si esto es realmente cierto; en todo caso, lo que a mí me parece es que lo que dentro de lo cognoscible se ve al final, y con dificultad, es la Idea de Bien. Una vez percibida, ha de concluirse que es la causa de todas las cosas rectas y bellas, que en el ámbito visible ha engendrado la luz y al señor de ésta, y que en el ámbito inteligible es señora y productora de la verdad y de la inteligencia, y que es necesario tenerla en vista para poder obrar con sabiduría tanto en lo privado como en lo público.

Redacción 1/2En el presente texto, que corresponde al momento narrativo en el que se nos dice cómo debe interpretarse el mito de la caverna que se acaba de contar, Platón defiende que la Idea de Bien, a la que se llega mediante un arduo proceso educativo, es el principio último de todo, fundamento de la realidad, el conocimiento y la virtud. Para ello Platón trata dos puntos, que permiten dividir el texto en dos partes bien diferenciadas. En la primera parte (líneas 1 a 5) se nos dice cómo debe entenderse el mito de la caverna, comparando sus elementos con los de la alegoría de la línea, expuesta “anteriormente” (línea 1), en el libro VI de la República. Primero establece que el mundo físico-sensible es como el interior de la caverna (línea 2) y que por tanto –interpretamos nosotros-, se trata de un mundo que, por particular y cambiante, es menos real y de él solo cabe la opinión (doxa). Después establece que el Mundo ideal-inteligible es como el exterior de la caverna (líneas 3 a 4), y que por tanto –interpretamos nosotros-, al contrario que el anterior, se trata de un mundo que, por universal e inmutable, es más real y de él hay autentico conocimiento (episteme). Por último, establece que la educación o acceso cognitivo del alma al mundo ideal-inteligible es como el ascenso por la ladera de la caverna (líneas 3 a 4, igualmente), y que por tanto –interpretamos nosotros-, se trata de un proceso difícil y doloroso, y que supone el paso de la ignorancia, del que desconoce y vive sin reflexionar en el mundo sensible, a la sabiduría, del filósofo, que conoce lo Ideal-inteligible.

Redacción 2/2Dentro del mundo ideal-inteligible se encuentra la Idea de Bien, de la que trata en la segunda parte (líneas 5 a 9). Aquí se afirma que el Bien está localizado “al final” (línea 6), queriéndose decir con ello que es la Idea suprema o de mayor valor en el orden jerárquico del Mundo de las Ideas. Además se afirma que es causa de la existencia (línea 7) y de la inteligibilidad (línea 8) de todo: como dijo en Fedón, lo mismo que en el exterior de la caverna el sol da un orden a las cosas y nos permite que las veamos al iluminarlas, así la Idea de Bien ordena el Mundo ideal y hace que sus componentes, las Ideas, sean inteligibles, es decir, que puedan ser conocidas por los que han sido educados en la dialéctica. Finalmente, en concordancia con el intelectualismo moral, se afirma que el Bien es condición necesaria de la virtud (línea 8 a 9), un requisito para saber obrar bien en la vida, tanto en el ámbito público (política) como en el privado (ética).