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CORTZAR COMO ANTROPLOGO LITERATO: Lecturas de Cortzar, una antropologa potica

CORTZAR COMO ANTROPLOGO LITERATO: Lecturas de Cortzar, una antropologa potica.

Cortzar como persecucin de la lucidez.

En Chile se ha producido una disputa respecto del origen de la antropologa potico/ literaria, en ella participan grupos de antroplogos agrupados bajo el Fondo Matta y que se denominan a s mismos antroplogos poetas (Alvarado 2001), y los antroplogos literarios, denominacin que escogimos para quienes han intentado un cruce entre antropologa y literatura, sin reclamar por ello la condicin escritores en su metalengua. La diferencia entre unos y otros guarda relacin con el inters por las formas estilsticas por parte de los primeros, el deambular entre literatura y antropologa por parte de los segundos, son autores como Sonia Montecinos, Andrs Recasens, Carlos Pia, que en nuestra opinin anan la bsqueda de experimentacin textual como recurso para profundizar la propia textualidad antropolgica, pero aquello que los distingue es la bsqueda terica.

Pensamos que en este esfuerzo, desde stos y otros antroplogos literatos (nos referimos a personas ms jvenes que han realizado desde este estilo sus tesis de licenciatura en antropologa en Chile o sus primeros trabajos profesionales), es de suma utilidad descubrir el libro: Cortzar, una Antropologa Potica de Nstor Garca Canclini, ello para reconocer las fuentes de sus desvelos, no por que constituya un hipertexto replicado, sino que la pregunta sobre la forma de unir lo literario y lo antropolgico resulta aqu antigua y manifiesta, de forma tal que es posible encontrar en este texto un punto de partida para la conformacin de una Antropologa Literaria, que no se confunda con la literatura ni coquetee permanentemente con la poesa. Ms que la defensa o la destruccin del canon antropolgico, vemos que la mutacin disciplinaria que la Antropologa Literaria significa, posee fuentes ms remotas de lo que sospechamos. As, nuestro intento, no es reconocer un origen sino evidenciar lo permanente de las preguntas.

Cuando Nstor Garca Canclini habla en su libro Cortzar, una Antropologa Potica de antropologa no lo hace, ni en el sentido antropolgico cultural, ni en el sentido kantiano como una preocupacin por el Hombre con mayscula, no obstante, lo hace ya fuertemente influido por el postestructuralismo y con un fuerte sello existencialista; sorprende que 40 aos despus este libro convoque la concepcin de la antropologa heideggereana del hombre como ser para la muerte (Heidegger 1951: 277), que se libera de la angustia frente a su fin inevitable mediante una existencia autntica, as la persecucin de la autenticidad es un esfuerzo escritural que Garca Canclini adjudica a Cortzar y que, no obstante su adhesin a Michel Foucault en su crtica cultural, no est dado dentro de los postulados del postestructuralismo ni del existencialismo sartreano: en esta obra sobre Cortzar el hombre que nos presenta Garca Canclini no es un esfuerzo intil, como tampoco es una entidad muerta o desaparecida en la tundra semitica del lenguaje, por el contario es desde lo simblico que el hombre debe ser elaborado o ms bien reelaborado, reconstruido (ello desde la lectura que hoy, 2009, hacemos); esta apelacin no deja de ser loable en tanto define un camino, que insistimos: hace cuarenta aos asume elementos del postestructuralismo pero no hace del nihilismo su fortaleza en la lectura de Cortzar, probablemente de manera indirecta en el humanismo de Sartre encuentra el esfuerzo casi desesperado por reelaborar el concepto de humanidad que le d un norte especfico al sujeto y al objeto de la enunciacin; esta tarea an no resuelta, tema candente de la epistemologa y la hermenutica contemporneas, requiri de una apelacin indirecta a Heidegger y su concepto de autenticidad.

Lo deslumbrante de la obra de Garca Canclini es que, siendo un individuo de su poca y particularmente de su generacin, se introdujese en preguntas de las postrimeras del siglo XX y diese atisbos de repuestas que tienen sentido en el siglo XXI, estando su preocupacin y centrndoce su proposicin la necesidad de una antropologa potico - literaria para poder seguir hablando del Hombre en ciencias humanas, ello desde una exgesis de Cortzar, no como coartada, sino como terreno textual concreto desde el cual anclarse y reflexionar.

Para ello requiere mostrarnos que verdaderamente existe una Antropologa Potica en Cortzar, porque; en su opinin este escritor es capaz de formular un humanismo crtico de la racionalidad moderna, pero que no renuncia a lo que la ilustracin puede aportarle: esto es el esfuerzo emancipatorio de la razn, que no es razn instrumental, sino que por el contrario es la capacidad de discernimiento que se expresa a partir de los smbolos y desde ellos hace posible emprender la construccin del humanismo tan aorado.

Garca Canclini descubre en Cortzar una tica y una metafsica nuevas (Garca Canclini 17: 1968) esta metafsica es la de los smbolos que superan el nivel del significado definido desde el discurso filosfico de la modernidad, y a su vez esta tica, son quizs el aporte esencial a una antropologa potico literaria; el humanismo simblico de Julio Cortzar, no solamente se atiene a una tica sino que, segn Garca Canclini, habra siempre una bsqueda tica en el fundamento de la textualidad desde los primeros textos hasta los ltimos, se trata de una tica laica, de un ser para la muerte heideggereano, que en la autenticidad persigue la lucidez y as dicho lacanianamente: llega la lucidez del delirio en la coherencia de acontecimientos narrados a la manera de smbolos: como cualquier etngrafo Cortzar no puede narrarlo todo, pero lo que dice es smbolo, cuyo significado es polismico, pero nunca ticamente relativizante. De su metafsica nos caben dudas, ya que siendo su lectura heideggereana debera hablarse ms bien de una ontologa; en nuestra interpretacin lo vemos como un sentido de trascendencia que ms que metafsico sera filosficamente hablando una mstica laica, una mstica de lo fantstico.

Cuando Garca Canclini habla de unaexperiencia potica de lo humano (Op. Cit. 16), no solamente da cuenta de la metalengua del escritor Julio Cortzar, sino que define los trazos de algo que en paralelo haban estado desarrollando, en las dcadas anteriores, autores como Alfred Metraux, Claude Levis Strauss y Miguel Leiris, y que continuar la obra ms reciente de Marc Auge; quizs podemos hipotetizar que es el clima intelectual parisino el que hace a Cortzar pensar en una Antropologa Potica, pero antes de radicarse en Paris, Cortzar ya posee esos trazos; en su primer poemario, escudriado por Garca Canclini, casi secreto, firmado por Julios Denis, en una lnea formal muy influida por el Borges de los aos 30 (quien fue el primero que le publicara posteriormente un cuento en la mtica Revista Sur) Julio Cortzar une la narracin de lo fantstico con el detalle minucioso, sonetos clsicos, pero que dan cuenta de un esfuerzo que no es casual y que segn Garca Canclini va desarrollar en uno de sus libros finales: La vuelta al da en ochenta mundos, la influencia, para Graca Canclini excesiva de Gngora y Mallarme; experimentalismo y exceso, formas de un barroquismo que luego se fusionarn en su antropologa de lo fantstico y simultneamente de lo humano, un barroquismo casi etnogrfico, revelan una experiencia potica de lo humano que levantar lentamente una narracin tica y metafsica (para nosotros ms bien mstica), cuyo objetivo es para Garca Canclini, un intento antropolgico, no filosfico, diramos nosotros semiolgico, en el cual intenta unir el significado con el significante, pero ello recurriendo a un autor que recin hoy la antropologa reconoce, el lector; se trata de un humanismo que semiticamente se llena con el significante abierto a las experiencias (dicho gadamereanamente) de la tradicin del lector. Este humanismo se radicaliza para Garca Canclini en la apelacin al lector, quien completa la narracin.

En busca del realismo

El intento de reconocer, descubrir, identificar genealogas, guarda, sin duda, una relacin con la necesidad de reconocer un orden en lo real: sea cual sea esa la concepcin de lo real que se baraje o se intuya. Probablemente es por ello que en el plano de los estudios de la cultura y especialmente en las ciencias preocupadas de la significacin sean tan populares los conceptos tales como polifona, intertextualidad, palimpsesto. etc.

Nuestra aproximacin al libro Cortzar. Una Antropologa Potica, no surge de una bsqueda genealgica, ya que asumimos que ello estara lleno de eslabones perdidos, a la manera del romanticismo darwiniano, particularmente para la antropologa social misma; siendo curiosamente este libro probablemente el primer esfuerzo sistemtico por acercarse a este texto desde un horizonte antropolgico interdisciplinario, ello, no obstante, este libro ha sido objeto de una admiracin irrestricta, y lo que es ms importante, de una lectura sistemtica por parte de autores fundamentales de la historia y la teora literaria contempornea, hoy descubrimos en este texto de hace cuarenta aos preguntas que siguen sin respuestas pero que en 1968 no eran siquiera an suma de aseveraciones e interrogantes, formuladas en el horizonte europeo, antes de los estudios culturales, de las escrituras postcoloniales o hermenutico culturales, Nstor Garca Canclini dise una formulacin que desde el horizonte de los estudios literarios se proyect hacia una concepcin de lo real, donde lo real es una suma de significaciones, semiconscientes o francamente inconcientes, que escapan la lgica positivista de la comprobacin emprica, o a la lgica cartesiana de un pensamiento lgico para consigo mismo; Garca Canclini utiliza a Cortzar, escritor axial de ese momento que una compromiso poltico con la fantasa ms alucinada, para generar un texto que hoy redescubrimos, primero por que representa un conjunto de incertidumbres que desde hace cuarenta aos nos rondan, y tambin porque proporciona algunas respuestas que sin duda, son de utilidad heurstica en el proceso de conformacin de una Antropologa Literaria .

El aporte de Garca Canclini es innegable para el estudio de la cultura latinoamericana, desde su obra Las culturas populares en el capitalismo, libro que lo hizo internacionalmente conocido, hasta su texto Culturas hibridas. Estrategias para entrar y salir de la modernidad, que gener una alternativa frente al concepto de sincretismo latinoamericano, el cual estaba excesivamente unido, en su opinin al plano de las formas religiosas, no obstante, la obra de juventud que aqu analizamos , que data del ao 1968, parece hurfana, o a lo menos aislada del resto de su produccin. Es posible pensar que se trata de una obra cuyo fin era cimentar la carrera de un estudioso de la literatura que luego se convierte en antroplogo, pero ello es reproducir el estancamiento en compartimientos disciplinarios que tanto dao ha hecho a las ciencias humanas latinoamericanas, por el contrario hay aqu una serie de seales para una ruta que desembocar en sus obras posteriores; pero para nosotros lo fundamental en lo referido al concepto de realidad y donde lo imaginario y lo fantstico no se separan de la realidad, como esencia del texto de Cortazar para Garca Canclini, sino que forman parte de ella, asumiendo que muy cartesianamente, aunque parezca contradictorio, es desde el pensamiento desde donde es posible dar cuenta de lo real, pero un pensamiento que captura destellos del inconciente y desde all organiza la cosmovisin de los personajes de Cortzar.

La homologa entre pensamiento y realidad no se da en un terreno de certidumbres lgicas y empricas, sino en el desdoblamiento desde la narracin de lo cotidiano hacia la sorpresa: Garca Canclini descubre que en lo profundo Cortzar es un gran realista, pero un realista de un tipo que solamente una antropologa potico literaria es capaz de contener.

Independientemente del boom de la literatura latinoamericana, y de la disputa con Jos Mara Arguedas respecto de si acaso es posible seguir siendo latinoamericano en Paris y escribir superando esta disyuntiva, en Cortzar, ya sea en Buenos Aires o en Europa, el realimo incluye, baraja y asume una dimensin de lo real donde se adicionan elementos: lo fantstico, sea la crueldad como teatro de sombras o sea lo onrico, incluso la duda, la falta de caracterizacin de un personaje o de una situacin convierten a su narracin en una narracin prototpica que supera el plano de la realidad etnogrfica clsica para ser una suerte de estereotipos de lo real , donde lo fantstico es la sumatoria de experiencia e imaginacin, convertida esta sumatoria tanto en vivencia como en recuerdo, pasado presente y futuro, como tambin lo posible y lo imaginario, son parte de esa concepcin de lo real de Cortzar que caracterizada por Garca Canclini an nos deslumbra.

Garca Canclini dej pistas que no fueron seguidas: lo fantstico como una dimensin de lo real explorable en el examen de lo simblico, una tica de la narracin que supera lo religioso pero da cuenta de una mstica de la mirada antropolgica, y la conjuncin entre los ritos de la mirada, la escritura y la lectura para rehacer lo real en cada interpretacin de lo que el antroplogo aporta.

Este modo de narrar, fiel a la realidad pero simultneamente cuidadoso en la expresin, posee un contexto pragmtico definido desde la tradicin novelstica francesa y el surrealismo, donde arte y ciencia dialogan desde la dcada del 20, lo que en opinin de James Clifford guarda relacin con la experimentalidad de la literatura francesa de la primera mitad del siglo XX. Ello se expresa en lo que el mismo Clifford ha definido como el surrealismo etnogrfico. Vemos as a Lvi-Strauss dentro de un contexto social y generacional, reunido en torno a la Escuela Normal Superior y al Museo del Hombre, instancias en las cuales confluyen personalidades como Michael Leiris, George Bataille, Jean Paul Sartre, Simone de Beauvoir, Alfred Metraux, y Lvi-Strauss.