Texto: Miguel Ángel Mesa.Presentación: Asun Gutiérrez.Música: Grieg. La Mañana.

Felices quienes al despuntar el día saborean una dulce gratitud Felices quienes al despuntar el día saborean una dulce gratitud por el día que comienzapor el día que comienza..

Felices quienes se despiertan con tiempo suficiente para contemplar cómo sale el sol y cómo se desplaza lentamente por su vida.

Felices quienes experimentan la compañía de los demás

como una hermosa aurora que les alumbra y les da calor.

Felices quienes con la primera Felices quienes con la primera luz del día se regalan una luz del día se regalan una

sonrisa,sonrisa,disfrutan lentamente con los disfrutan lentamente con los

alimentos del desayuno alimentos del desayuno y salen así contentos hacia su y salen así contentos hacia su

trabajo diario.trabajo diario.

Felices quienes creen que la amistad es, en cada encuentro, un nuevo amanecer que les invita a gozar inmensamente de la vida.

Felices quienes se dejan sorprender por el estallido de la primavera,

las primeras nieves, el calor estival o la caída de las

hojas como el amanecer de algo

diferente. 

Felices quienes se mantienen confiados en los inviernos de la vida, Felices quienes se mantienen confiados en los inviernos de la vida, quienes esperan con la certeza de que el mañana será mejor, quienes esperan con la certeza de que el mañana será mejor, quienes luchan y se esfuerzan para que despunte un alba más bello.quienes luchan y se esfuerzan para que despunte un alba más bello.

Felices quienes no creen en la palabra Felices quienes no creen en la palabra definitiva, en el punto final, en la última definitiva, en el punto final, en la última

señal, señal, en la noche sin término, en la noche sin término,

porque esperan contra viento y mareaporque esperan contra viento y marea que llegará el anhelado amanecer. que llegará el anhelado amanecer.

  

Bienaventuranzas del Amanecer Felices quienes al despuntar el día saborean una dulce gratitud por el día que comienza. Felices quienes se despiertan con tiempo suficiente para contemplar cómo sale el sol y cómo se desplaza lentamente por su vida. Felices quienes experimentan la compañía de los demás como una hermosa aurora que les alumbra y les da calor. Felices quienes con la primera luz del día se regalan una sonrisa, disfrutan lentamente con los alimentos del desayuno y salen así contentos hacia su trabajo diario. Felices quienes creen que la amistad es, en cada encuentro, un nuevo amanecer que les invita a gozar inmensamente de la vida. Felices quienes se dejan sorprender por el estallido de la primavera, las primeras nieves, el calor estival o la caída de las hojas como el amanecer de algo diferente. Felices quienes se mantienen confiados en los inviernos de la vida, quienes esperan con la certeza de que el mañana será mejor, quienes luchan y se esfuerzan para que despunte un alba más bello. Felices quienes no creen en la palabra definitiva, en el punto final, en la última señal, en la noche sin término, porque esperan contra viento y marea que llegará el anhelado amanecer. Miguel Ángel Mesa

(Estas bienaventuranzas forman parte del libro "Bienaventuranzas de la vida", (Estas bienaventuranzas forman parte del libro "Bienaventuranzas de la vida", que saldrá publicado en Septiembre por la Editorial PPCque saldrá publicado en Septiembre por la Editorial PPC))