Testimonios de Mujeres Zetas, Narrativas de Violencia Alma y Juana

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    v8n9?utm_source=vicefbmx 

    Testimonios de mujeres zetas: Almaoctubre 22, 2015

     

    por Jorge Damián Méndez Lozcano; Ilustraciones por Alma 

     Alma (no es s Social de Baja California. Le achacan delincuencia organizada y el homicidio

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    del hijo de un militar veracruzano, a    . Las clases se la

    En las nalgas tengo un chingo de cicatrices. Son como boquit media de grue . Con un taladro le hace perforaciones para que noagarre aire y se frene al momento del im

    e grabansu nombre para que se marque en la piel de los que tablean; pinches piratones,¿no?

    div . Una noche nos llaman para quevayamos a una playa del puerto de Veracruz que de noche se quedatotalmente desierta. Iba con siete miembros de la operativa (sicarios), como ledicen al grupo de hombres enchalecados l .

    "¿Son todos o faltan?, porque vamos a revisar la camioneta", pregu

    . grupo de gente y ello . Salendel cuartel en grupos de hasta 70 cam .

    Uno de los mandos fue 

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    hasta las rodillas y que se jalen con las  para que al momento del tablazo no se les revienten del putazo. Las mujerestenemos que inclinarnos hacia enfrente y agarrarnos de las rodillas, porque conel impacto del tablazo nos podemos ir de boca y lastimarnos, o 

    ".

    Relacio nado s: Niños dealers en el DF  

    porqu ,por eso todos estaban ro ". Muy tem

    comiendo de quince a veinticinco tablazos.

    Pero tanto putazo tiene sus consecuencias: la piel se abre, supura pus y se tepega la ropa interior a la piel. Cuando te bajas e .

    Mi primera cica

    , en la Cruz Roja medieron cuatro puntadas.

    ,trabajaba con la delincuencia y andaba con un c

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    ".

    los Zetas.  .

    INICIO EN LOS ZETAS 

    ofrecido vend

    trasiego de droga era de los Zetas y que  nada.

    : campanear es segu .

    , pero entre drogando, por e enganchado de la piedra.

    constante  

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    .

    .

    de varias masticadas. El nacimi .

      ella y lo que quedara era mi comida.

    , bien atendidos. En ese tiempo los Zetas eran el brazoarmad "los verdes".

    Relacionado : Las bols itas de coca de los Zetas en Torreón  

    . "No, chamaca,tienes que vigilar a los guachos, a los militares; a los grises, los marinos, pues.S , porque sihablas te matan a ti y matan a tu familia. Cuando te decidas me llamas y yo teapadrino. Te voy a presentar con el jefe de plaza como mi recomendada. Voy aponer mi palabra por ti, as .

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    , el medicamento y la comidap . Fui co

      : "Haz lo que quieras, no me importa".

    .

    : iba muy arreglada ymaquillada; llevaba una solicitud de empleo, copia de la credencial de elector ycomprobante de domici .

    ; eso se paga con la muerte .

    r  .

    haciendo. Uno debe encontrar un lugar donde permanecer durante horas y almismo tiempo pasar desapercibida: una gasolinera, un puesto de aguasfrescas, un restaurante al aire l

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    alconear, pero en carro". 

    . Otra

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    reportando: "Ya brincaron fulana o sutana calle". Algo que me dio ventaja esque conozco Veracruz como la palma de mi mano. Ten

    .

      . Mientras    superiores y me usaban como ejemp ".

    ,

    terminaba siendo sospechoso que siempre el mismo carro anduviera cerca.Llevan c , ¡puta ma , o en ocasiones hablabas a la central y dec , chocando carros paraque se quitaran de mi camino.

    CASTIGOS CORPORALES 

    , sientes que te vas a desmayar. Otro castigoes ponerte a hacer sentadillas, pero tienes que , o te ponen a 

    de la Fuerzas Especiales), GANFEs (Grupo Anfibio de las Fuerzas Especiales),Chutas (Brigada de Fusi ). Por eso la disciplina militar con que nos trataban.

    VIDA FAMILIAR 

    , me tocaba despertar a 

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    .

     .

    , acalentar tortillas. Luego a recoger la mesa, lavar los platos . Me pelaba a cada rato porqueme tiraban carr  .

    o mole, por decir algo. Uno de chamaco juega en la mesa y de repente tiraalgo, creo  seguido de la secundaria los prefectos

    .

    Relacionado s: Diez asesin os m exicanos con temporáneos  

    Me fui a vivir a un cuarto de m

    http://www.vice.com/es_mx/read/diez-asesinos-mexicanos-contemporaneoshttp://www.vice.com/es_mx/read/diez-asesinos-mexicanos-contemporaneoshttp://www.vice.com/es_mx/read/diez-asesinos-mexicanos-contemporaneos

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    - , revisaba sus gana , unpoco enfermo de sus facultades mentales. El chiste: 

    estudiaba tercero de secundaria, no pude terminar.

    . El c para escribir s , Z-40.

    . Mataron casi a todoslos qu

    .

    levantado y golpeado a un  . Fuimos por la parejita a un cuarto

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    tantas patad , recibiendo golp .

    , vinieron a verme de la PGR y me aplicaronel protocolo de Estambul. Me desnudaron y me revisaron todo el cuerpobuscando cicatrices, aparte, me hicieron muchas preguntas para s ,por eso me quiero hacer cristiana, para superarlo todo.

    Testimonios de mujeres zetas: JuanaPor Jorge Damián Méndez Lozano (Agosto 12, 2015).

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    Juana está recluida en uno de los Centros de Reinserción Social de BajaCalifornia. En libertad perteneció al brutal cártel de los Zetas. Decapitaciones ydesmembramiento corporal como sello de la casa. En este relato, Juana nosnarra las distintas estaciones por las que ha transitado y que la han conducidode la libertad al encierro carcelario; del sexo servicio al halconeo, como lellaman en el argot del crimen organizado a las tareas de contraespionaje demilitares y policías.

    Si hay algo a lo que Juana le tiene miedo es a que le corten las orejas pedacitopor pedacito. Como si fueran páginas de periódico a que solamente se lesquiere recortar las erres. Su niñez no se asoma por ningún lado. Pareceríahaber abandonado el encierro del vientre materno siendo un adulto. Y una vezfuera del útero trabajó de cocinera, mesera, sexoservidora y halcona del Cártelde los Zetas. Nuevamente está encerrada; ahora en una cárcel fronteriza; enun estómago de piedra. Mientras pone en forma su narración, recuerdo unatétrica narración periodística. Se trata de la esposa de un empresario mexicano

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    a la que en su secuestro, y con la frialdad de una serpiente, su verdugo lepregunta: "¿Prefiere que le corte la oreja izquierda o la derecha?, dígame parasaber en cuál ponerle anestesia". Aunque se pagó el rescate, tres mesesdespués volvería a su hogar sin ambas.

    De la espesa neblina que es su memoria, Juana, recupera la mañana en queabrió la puerta de una casa de seguridad de la organización y vio a un hombretirado boca abajo sobre el piso de la sala. Rodeó al bulto como si se tratara deuna fogata y caminó hasta el patio trasero donde cuatro de sus cómplicesconsumían cigarros de mariguana y tabaco. Cuando estuvo frente a ellos lamiraron como si se tratara de una bola de humo, como la sombra que no es denadie. Luego todos fueron hasta donde estaba el hombre que para su sorpresase encontraba consciente. Lo interrogan, y lo que responde lo condena. Juanafinge que vomita al relatarme que le trituraron el cráneo con un mazo de aceropara romper concreto. Yo no voy a limpiar su puto cochinero; a ustedes les

    toca― espanto y tristeza—. Media hora después permanecería en una cantina, ebriade cerveza, escuchando salir de la rockola música tex mex y canciones de LosCadetes de Linares. Que le desintegren la cabeza con un mazo también le daun chingo de miedo, y tristeza.

    Juana nació en el estado de Hidalgo. Por su seguridad debo olvidar la ciudaddonde creció. Tiene 28 años, pero por su apariencia podría ser la madre dealguien de esa misma edad. Ochenta y cinco kilos repartidos en un metro consetenta centímetros que se comunican por medio de una atronadora voz. En

    sus palabras: "Desde niña fui rebelde, drogadicta y alcohólica". Luego tuvo 15años y quedó embarazada de su primer esposo, dos décadas mayor que ella.Le gusta jugar futbol y los hombres con los brazos tatuados. Le molesta lahipocresía, el encierro y el sabor de los limones. Piensa que el dolor siempreestá ahí y que solamente es cuestión de que algo lo despierte. La etapa másfeliz de su vida fue la educación secundaria y el nacimiento de su hijo. En lacárcel está terminando la preparatoria y aprendiendo contabilidad de maneraautodidacta.

    JUANA 

    Sonará feo, pero me convertí en perro fiel del jefe, en algo más que un simplehalcón que vigilaba y reportaba los operativos policiales y militares. Ese trabajolo hacen taxistas, paleteros, despachadores de gasolina, agentes de tránsito,boleros, vendedores de piratería o cualquiera que trabaje o deambule en la víapública. Cuando andas en este tipo de actividad tienes que relacionarte conmucha gente para no levantar sospechas. Tienes que hacer relaciones paratener siempre un lugar donde perder el tiempo mientras vigilas. En las mañaname iba a un lugar donde venden pulque y me quedaba tres horas platicando; ome iba con unos amigos que trabajaban en una gasolinera, o a sentar al monte

    para vigilar desde ahí. En la noche me metía a un bar, y así me la llevaba hastaque se hiciera una jornada de trabajo; son tres turnos por cada 24 horas.

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    Cuando me castigaban me mandaban a halconear  al panteón, porque sabíanque le tengo mucho miedo a los cementerios.

    Relacionado: Torturadas por la guerra contra el narco  

    Hidalgo es de los Zetas. Del "Señor" (Heriberto Lazcano). Hizo una iglesia muygrandota en Pachuca: la de San Juan de los Lagos. Su casa colinda con elcuartel militar. Ahí hace unas fiestas muy grandes el 2 de febrero; a las que heido, pero para ser sincera no lo he visto en persona. "La última letra" controla elpenal y a la policía municipal y estatal. Hace dos meses hablé por teléfono conuna persona que me dijo que la fiesta se había hecho igual que siempre; lo que

    me hace pensar que si El Señor estuviera muerto no hubiera habido festejo.

    El primer año que yo fui a una de esas fiestas fue en 2008. Llevaba dinero parapagar la entrada y la cerveza, y mi amiga con la que iba me dijo: "Guarda tudinero, aquí vas a tomar hasta decir basta". Pregunté de quién era la fiesta yme dijo que de una persona muy importante, muy pesada; pensé que setrataba de un político que en ese tiempo estaba de candidato. A la mitad delfestejo se apagó la música y el del sonido nos pidió que todos diéramos lasgracias al gran narcotraficante, Lazcano; me saqué mucho de onda; en esetiempo yo todavía no trabajaba para la organización, pero conocía una que otra

    gente. Después nos pidió que brindáramos hacia el lado derecho levantandonuestra copa, volteando hacia una ventana en un tercer piso donde se veía unasilueta que brindaba con nosotros. Se supone que era Lazcano.

    Cobro de piso 

    El cobro de piso es a aquellos que venden algo ilícito, como a los bares yantros que venden droga, y como no saben de qué cártel es la droga que seestá vendiendo, pues le cobran piso a todos parejo; allá los contras son laMichoacana (La Familia Michoacana). El cobro de piso también se le hace a las

    farmacias que venden perico, que no es cocaína, sino unas pastillas quecompran los camioneros para que no les dé sueño; aunque en realidad sonpara bajar de peso. También pagan los que venden piratería, las tiendas decelulares, los tiangueros y a las cachimbas: que son cocinas y regaderas queestán en las orillas de la carretera y que es donde se bañan y alimentan loscamioneros; ahí también les venden perico.

    Yo trabajé en un bar donde les cobraban cinco mil pesos quincenales, peroentre más gana el negocio más se les cobra. Llega una persona y te dice:"Somos de los Zetas y tiene que pagar piso si quiere continuar con su negocio.

    Si no paga y no lo cierra, se chinga y lo matamos". Pero los que pagan piso

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    reciben protección. Solamente es cuestión de decir: "Fulanito se está pasandode lanza", y en ese momento llega la gente (sicarios) a resolver las cosas. 

    Halcones 

    Un halcón es básicamente el nivel más bajo del organigrama. Para ascender se

    pueden hacer varias cosas. Mi jefe que también había sido halcón, un día lo

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    agarran y le dicen que va a encargarse de todos los halcones de Pachuca. Nosé qué significa, pero a los jefes de halcones les dicen RT.

    Una reunión de trabajo de un grupo de halcones es muy equis. Las juntas quea mí me tocaron fueron en el estacionamiento de un OXXO. Me acuerdo de la

    última junta: nos hablaron como a ocho halcones y llegamos alestacionamiento. Mi RT me dice: "El que va llegando es el comandante delestado". Y como te digo que era como su perro fiel, nomás a mí me subió a lacamioneta con él comandante. Mi RT me presenta y le dice que yo soy unapersona con muchos contactos. Me asignan conseguir 50 halcones más. Encinco minutos se acabó la junta. Nomás nos dejaron dinero para pasaje,gastos, tarjetas para el teléfono y el sueldo que son seis mil pesos a laquincena.

    El reclutamiento de los 50 halcones lo hice con pura gente conocida; por

    ejemplo, dos chavos mariguanos, muy locos, que conocí en el bar dondetrabajaba. Les dije que había dinero y me preguntaron que cuánto ganarían.Nomás les expliqué que seis mil a la quincena más 1,500 de gastos y una fichade 500 para celular. La mayoría es gente drogadicta o gente muy necesitadade dinero que le va a entrar a lo que sea. El trabajo consiste en reportar cadahora lo que sucede por medio de mensajes del celular; pase o no pase nada,aunque se trate de la policía municipal, que es la que está comprada por laorganización. Pero si ves movimiento de militares debes marcar, ya no al RT,sino al comandante de la plaza, porque a veces los mensajes se atoran y nollegan; éramos 80 halcones, imagínate todos mandando mensajes al mismo

    tiempo. Si van entrando las ratas (Policía Federal), los verdes (militares) o laspanteras (patrullas estatales de Fuerza y Tarea) por la carretera a México ymiras que es una patrulla tras otra, debes marcar rápido. Si te apendejas y nohaces bien tu trabajo te putean, te tablean. Una vez me salvé de que metablearan: se me habían pasado unas patrullas por llegar tarde al punto devigilancia donde me tocaba estar; solamente reporté cuatro y habían entradocomo 16 a la ciudad.

    Un día me llamó mi RT para decirme que una de las halconas necesitabaayuda; había desobedecido una orden y la habían tableado. Necesitaba que la

    curaran. Tablear es cuando, con una tabla como de metro y medio de largo ycon tres hoyos, te pegan en las nalgas. Los hoyos se los hacen para que noagarre aire y se frene al momento en que te van a golpear. A esta mujer lehabían dado 15 tablazos. Fui al departamento donde vivía y la curé. Nuncahabía mirado la carne humana tan, no sé cómo decirlo, tan podrida, tan negra,tan abierta. No te miento: le abrí las nalgas para curarla y casi vomito del color,de cómo se veía. Estuvo cuatro días bocabajo porque no podía sentarse. Porsuerte nunca me tablearon; solamente una vez me dieron unos cachazos en lacabeza porque en lugar de irme a vigilar a la calle me había ido a dormir a micasa; ya me estaba dando por costumbre vigilar cuatro horas de las ocho que

    debían ser. En otra ocasión me amarraron durante dos días porque no quiseirme a vigilar desde un cementerio; me dan mucho miedo los panteones.

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    Cuando te amarran te dejan tirada en un cuarto atada de pies y manos; puedeser hasta una semana. Si la persona que está cuidándote es buena onda teayuda a ir al baño, sino, ahí tirada orinas y cagas. A veces te dan agua o untaco al día; a veces nomás una cobija.

    Inicio Zeta 

    Empecé a conocer a la gente de la organización a finales de 2008 cuandotrabajaba en un bar. Llegaba la gente (los Zetas) a cobrar piso, pero al principiono me daba cuenta de lo que hacían. En una ocasión la dueña del bar nos dicea mí y a una de mis compañeras: "Váyanse a sentar con esos tipos parareponer el dinero, porque me acaban de cobrar piso". Cobrar se hizo algonormal: llegaban, le cobraban piso a la señora y se ponían a pistear connosotras, las muchachas del bar. Entonces nosotras teníamos que sentarnoscon ellos a tomar cerveza, una tras otra para sacarles dinero de la venta de

    alcohol, de la rockola o bailando con ellos.

    En una de tantas ocasiones en que nos sentábamos con los que cobraban pisome pidieron mi número de teléfono. Un viernes me hablan al celular y me pidenque les consiga ocho muchachas para una fiesta. El que me estaba hablando,dijo: "Mija, no te preocupes por cuánto nos vayan a cobrar, nosotros pagamoslo que sea". Por estar de diez de la noche a cinco de la mañana nos dieron 20mil pesos a cada una, y aparte, nos dieron de beber a más no poder; seenojaban si no tomábamos a la par de ellos. Eso sí, se metían cocaína comoanimales. Otra noche los tipos me piden prestada la casa para hacer una fiesta.

    Como agradecimiento me regalaron un tabique de cocaína lavada de fresa. Yalo iba a tirar el tabique a la basura, pero a los dos días me hablan para saber sitodavía lo tenía o me lo había retacado en las narices. "Yo ni me drogo, mejordenme dinero", les dije. Se llevaron el tabique y me dieron dinero.

    Relacionado : Las bols itas de coca de los Zetas en Torreón  

    En noviembre de 2010 fui de visita al pueblito de donde soy originaria. Fuiporque me había quedado de ver con una amiga. Íbamos para una fiesta,cuando le hablan por teléfono. Contesta y al colgar está muy nerviosa: —Ya meatoraron —me dice. Ella estaba viviendo con un amigo en común que es gay yque andaba trabajando con los Zetas. A mi amiga ya le habían ofrecido trabajo,pero no se quería meter en broncas porque trabajaba de policía municipal. —¿Por qué dices que ya te atoraron? —le pregunté—. Es que me estabahablando el encargado de aquí de los Zetas, quiere que vaya a verlo a unapollería en este momento.

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    De pendeja voy yo también a acompañarla. Llegamos y se baja un tipo gordode una camioneta. Lo primero que le dice a mi amiga es: —Mañana entregas tuuniforme a la municipal. No le preguntó si quería trabajar o si podía. Mi amigale dice que no quiere trabajar, casi le suplica. El cabrón al que le dicen, "ElBarrigón", le contesta: —No te estoy preguntando si quieres; necesito gente. Y

    súbete a la camioneta porque iremos a ver al comandante.

    Yo me quedé parada como mensa, sin moverme, viéndolos. De repenteescucho: —Tú también súbete a la camioneta, ya escuchaste cómo me dicen yno te puedes ir así nomás, tú también te vienes.

    Fuimos a un pueblo como a 30 minutos. Nos presentaron con el comandanteque me preguntó cómo me decían y le dije que "La Peque"; desde los treceaños había trabajado en las cachimbas y así me decían los camioneros. Todofue muy rápido. El comandante nomás dijo: —Está bueno, cabronas, mañana

    comienzan a trabajar, aquí están sus celulares; ahorita van a pasar a unagasolinera a recoger unos chips y unos cargadores.

    Me asusté mucho, le apreté la mano a mi amiga y le dije al oído: — Así de fácilya me embarqué, ya valí verga, ya soy Zeta. A mi hermano lo habían matadoese mismo año, meses atrás. Era chofer y no andaba en la malandrinada.Cuando empecé a trabajar con la organización supe por qué lo habían matado:andaba con una mujer que estaba casada con un policía que trabajaba para lagente (Zetas). El policía hizo toda la movida (asesinato) por debajo del agua;porque no está permitido matar por cuestiones pasionales, para hacer eso se

    necesita permiso. Levantas a la gente de la que tienes instrucciones, pero nopuedes hacerlo sin la autorización de los de arriba, de los jefes. Seré sincera:en su momento quise secuestrar al dueño de una gasolinera, pero tenía quereportarlo. No era nada más que yo me moviera con mi grupo y lo levantaracon el pretexto de que aflojara dinero; si hubiéramos hecho eso nos matan.Levantar sin permiso de la organización es como robarle a la compañía, comose le dice; dentro de la plaza todo lo que está ahí es de ellos. La compañía tepide lealtad y respeto.

    Después me enteré que a la esposa y al policía asesino de mi hermano los

    habían descuartizado y quemado. Una tarde que nos reunimos me pregunta elcomandante: —¿Sabes dónde está tu hermano?, ¿está completo?, ¿lo ― ― dónde irle a llorar, a dónde llevarle una flor; aparte saben que no lo torturaron.En cambio la familia de ese fulano y fulana andan huyendo, y no saben dóndequedaron tirados los restos.— ¡Qué a toda madre, pinche consuelo! , pensé,pero no dije nada.

    ZETA 

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    Te estaba contando cómo fue mi inicio. Después de presentarnos con elcomandante nos dirigimos a recoger los cargadores y los chips a la gasolinera;luego nos fuimos a la casa de mi amiga a cargar los celulares. Como a las doshoras nos marcan y nos pasan unos números de teléfono y nos dicen a quién yqué tipo de cosas debemos de reportar. A los cuatro días nos vuelven a hablar,

    pero ahora para recoger cuatro mil pesos para cada una, mientras nos llegabanuestro pago: seis mil pesos a la quincena más 1,500 para gastos y fichas desaldo para celular.

     A cada una nos ubicaron en un punto de Pachuca. Yo elegí trabajar de noche.Con lo del asesinato de mi hermano había tenido problemas con un agente dela PGR, al que yo acusaba de encubrir al asesino. Me tenía amenazada demuerte y yo me andaba escondiendo. Me mandaba mensajes por celularconstantemente; me decía que me iba a chingar. Subieron tanto de tono lasamenazas que mis papás, mi hijo, mi hermana y mis sobrinos nos fuimos

    huyendo al DF. Estando allá en la capital me manda mensajes el cabrón ése yme dice que ya sabe que estoy escondida en la delegación Tláhuac; ¡putamadre! , nos tuvimos que ir a esconder a Tlaxcala. Duramos meses ahí hastaque me harté de huir y de estarle jodiendo la vida a mi familia por mi culpa;ellos andaban conmigo porque yo tenía miedo de que al no encontrarme a míse vengaran con ellos. Cuando supimos que las cosas estaban más tranquilasen Hidalgo, nos devolvimos y conseguí un cuerno de chivo. Le marqué al tipode la PGR y le dije: —Ya me regresé y ya sabes dónde estoy, cuando quierasnos partimos la madre en el topón. —Me sentía segura porque comencé unarelación con un agente de Fuerza y Tarea, la que es la Policía Estatal de

    Hidalgo; aunque él nunca supo que era Zeta, lo supo hasta mi detención. Alfinal las amenazas se acabaron, al puto que me amenazaba lo terminaronrafagueando en Reynosa, Tamaulipas.

    Me detuvieron una tarde después de haber comido carne con chile; eran comolas tres de la tarde. Ese día estuvo muy agitado. Toda la mañana hubo señalesde que algo iba a pasar. En la mañana cuando iba a comprar para desayunar,me encuentro en la calle a un tipo de la organización masticando el chip de sucelular. Le pregunté por qué lo hacía y me contestó que había muchomovimiento del ejército y la policía. Sospechaba algo malo; regularmente uno

    tiene que borrar los mensajes de entrada y salida del celular, pero a él no lebastaba eso, se quería tragar su chip.

    Mi RT siempre me decía que lo que yo debería guardármelo. Yo era halcón,pero hacía otras cosas que no puedo contar. El día que me arrestaron, mehabía hablado para pedirme que me fuera a la casa de seguridad. Cuandollegué supe que era una pendejada para lo que me quería. Todo el asunto eraque le cocinara carne en salsa verde para unas gentes que estaban de visitapor unas hora, antes de irse a un enfrentamiento a Tula de Allende. La comidano alcanzó y me dio mil pesos para que fuera al mercado a comprar bisteces y

    longaniza para otros sicarios que venían en camino y que también iban a tirarputazos. Voy al mercado, compro la comida y cuando ya iba de regreso recibo

  • 8/18/2019 Testimonios de Mujeres Zetas, Narrativas de Violencia Alma y Juana

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