TESIS DOCTORAL PODER, VALORES Y … · Rodolfo Mondolfo y su crítica a la Teoría de Estado de...

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TESIS DOCTORAL PODER, VALORES Y DERECHOS HUMANOS (REFLEXIONES DESDE LA FILOSOFÍA HUMANISTA DE RODOLFO MONDOLFO) Autor: Jesús Víctor Alfredo Contreras Ugarte Director/es: Profesora Doctora Patricia Cuenca Gómez Profesor Doctor Eusebio Fernández García INSTITUTO DE DERECHOS HUMANOS "BARTOLOMÉ DE LAS CASAS" Getafe, 27 de enero de 2016.

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    TESIS DOCTORAL

    PODER, VALORES Y

    DERECHOS HUMANOS

    (REFLEXIONES DESDE LA FILOSOFA HUMANISTA DE

    RODOLFO MONDOLFO)

    Autor:

    Jess Vctor Alfredo Contreras Ugarte

    Director/es:

    Profesora Doctora Patricia Cuenca Gmez

    Profesor Doctor Eusebio Fernndez Garca

    INSTITUTO DE DERECHOS HUMANOS "BARTOLOM DE LAS CASAS"

    Getafe, 27 de enero de 2016.

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    TESIS DOCTORAL

    PODER, VALORES Y DERECHOS HUMANOS

    (REFLEXIONES DESDE

    LA FILOSOFA HUMANISTA

    DE RODOLFO MONDOLFO)

    Autor: Jess Vctor Alfredo Contreras Ugarte

    Director/es: Profesora Doctora Patricia Cuenca Gmez Profesor Doctor Eusebio Fernndez Garca

    Firma del Tribunal Calificador:

    Firma

    Presidente: RAFAEL DE ASS ROIG

    Vocal: MARA OLGA SNCHEZ MARTNEZ

    Secretario: ANTOLN SNCHEZ CUERVO

    Calificacin:

    Getafe, 27 de enero de 2016

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    A mi Marian.

    A mi Jess Rafael.

    A Paulina Flor de Mara, mi madre.

    A Jess Flix, el abuelo.

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    "Tan absurdo y fugaz es nuestro paso por el mundo,

    que solo me deja tranquila el saber que he sido autntica,

    que he logrado ser lo ms parecido a m misma que he podido"

    -Frida Khalo-

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    NDICE

    INTRODUCCIN 15

    CAPITULO I: BIOGRAFA INTELECTUAL

    DE RODOLFO MONDOLFO 35

    1. RODOLFO MONDOLFO EN CONTEXTO 40 1.1. Sus aos de estudio 42 1.2. La labor docente y acadmica de Rodolfo Mondolfo 48 1.3. El exilio de Rodolfo Mondolfo 52

    2. EL HUMANISMO DE RODOLFO MONDOLFO 65

    2.1. La centralidad del ser humano 68 2.2. El sujeto activo y voluntario en Rodolfo Mondolfo:

    intencionalidad e inmersin en la propia interioridad 84

    3. EL HUMANISMO MARXISTA DE RODOLFO MONDOLFO 99 3.1. El humanismo historicista de Rodolfo Mondolfo 100 3.2. Humanismo, necesidad y contingencia en la transformacin

    de la historia 103 3.3. La dialctica en la historia 108 3.4. Rodolfo Mondolfo: un revisionista del marxismo? 127 3.5. Rodolfo Mondolfo y la Revolucin Rusa 132 3.6. La polmica entre Antonio Gramsci y Rodolfo Mondolfo 140 3.7. Rodolfo Mondolfo y su idea humanista de progreso 159

    CAPTULO II: RODOLFO MONDOLFO

    EN DIALOGO CON OTROS AUTORES 169

    1. RODOLFO MONDOLFO Y LA IDEA DE PROGRESO DE GIORDANO

    BRUNO (1548 - 1600) 170

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    2. RODOLFO MONDOLFO Y SU CRTICA A THOMAS HOBBES (1588 - 1679) 193

    3. RODOLFO MONDOLFO Y SU ADMIRACIN A JEAN JACQUES ROUSSEAU (1712 - 1778) 199

    4. RODOLFO MONDOLFO Y SU CRTICA A TIENNE BONNOT CONDILLAC (1714 - 1780) 214

    5. RODOLFO MONDOLFO Y SU CRTICA A GEORG WILHELM FRIEDRICH HEGEL (1770 -1831) 231 5.1. Mondolfo: sobre Hegel en relacin a Niccol di Bernardo dei

    Machiavelli 238 5.2. La igualdad de los pueblos frente a su libertad 250 5.3. La funcin de la filosofa hegeliana: la reconciliacin 258 5.4. La moral subjetiva y la moral objetiva en Hegel 264 5.5. La vanidad que denuncia Hegel: lo que se esconde detrs; el

    idealismo absoluto 268 A) El supuesto odio de Hegel hacia el deber kantiano 268 B) El supuesto rechazo a un Estado confiado a la voluntad

    dirigida por las necesidades y, el mundo moral, al estmulo espontneo del sentimiento 281

    C) Sobre la vanidad del entendimiento 290 5.6. La idea y la realidad hegelianas 299 5.7. Lo contradictorio del fin ltimo en la filosofa hegeliana de la

    historia 305 5.8. El objeto de la filosofa de la historia como conclusin

    silogstica: la lgica hegeliana 329 5.9. Rodolfo Mondolfo y su crtica a la Teora de Estado de Hegel

    333 A) La religin en el Estado hegeliano 346 B) El individuo dentro del Estado hegeliano 350

    B.1) Hegel y la psicologa como espritu subjetivo 354 B.2) La autoconciencia hegeliana: estoicismo,

    escepticismo y conciencia desventurada 367 C) Los poderes pblicos en el Estado hegeliano 383 D) El poder del prncipe hegeliano 385 E) De la soberana conforme a lo interno 401 F) El concepto de voluntad interna en Hegel 402 G) El tercer momento del concepto: la voluntad o

    singularidad 410

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    H) La soberana y el monarca 417 I) El Poder Gubernativo: el funcionario hegeliano 428 J) La divisin del trabajo en el poder gubernativo 430 K) El Poder Gubernativo frente a los intereses particulares de

    los individuos 431 L) El poder Legislativo 447 M) La opinin o crtica pblica 458 N) Libertad de expresin, de comunicacin y de prensa, en

    Hegel 469 ) De la democracia en Hegel 475 O) La crtica de Mondolfo a la democracia de Hegel 496 P) Rodolfo Mondolfo: sobre Hegel y Rousseau, con respecto

    a la democracia 501

    CAPITULO III: DEMOCRACIA Y HUMANISMO EN RODOLFO MONDOLFO 505 1. MONDOLFO Y SU CONCEPCIN DE DEMOCRACIA 506

    2. LA RESPONSABILIDAD EN LA DEMOCRACIA 516

    3. LA DEMOCRACIA Y LA DIVISIN DEL TRABAJO 535

    4. DEMOCRACIA Y OLIGARQUA 544

    5. TEORA DE LAS LITES 546

    5.1. La circulacin de las lites en Vilfredo Pareto 549 5.2. La clase poltica en Gaetano Mosca 556 5.3. La ley de hierro de las oligarquas en Robert Michels 566 5.4. Michels y los lderes revolucionarios surgidos del pueblo 573 5.5. Pareto, Mosca y Michels: diferencias y coincidencias 576

    CAPTULO IV: DEL HUMANISMO DE RODOLFO MONDOLFO A LA EMPATA DEL RECONOCIMIENTO:

    EMPODERANDO EN VALORES 583 1. RECONOCIENDO EL SENTIDO DEL PODER HUMANO 585

    1.1. Poder, responsabilidad y libertad 591 1.2. El carcter universal del poder 611

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    1.3. El poder frente a la prdida de conciencia de los valores humanos 615

    2. RACIONALIZACIN Y PODER DOMINANTE. UNA CRTICA AL CAPITALISMO 628 2.1. La racionalidad con respecto del objetivo y la racionalidad

    objetivamente correcta 629 A) Racionalidad con respecto del objetivo 630 B) Racionalidad objetivamente correcta 631

    B.1) La accin racional con arreglo a valores 633 B.2) La accin racional con arreglo a fines 635

    2.2. Racionalismo e irracionalismo 638 2.3. Racionalizacin en Occidente 641 2.4. Origen histrico del racionalismo 650 2.5. La racionalidad formal y la racionalidad material (o

    sustantiva) de la economa 653 A) Racionalidad formal de la economa 655 B) Racionalidad material de la economa 658

    2.6. Racionalismo y capitalismo 664 A) Racionalismo y divisin de poderes 679 B) Racionalismo y direccin de las empresas 681

    2.7. Racionalismo y disciplina frente a la dominacin carismtica y tradicional 682

    2.8. Racionalismo y Estado 687 2.9. Racionalismo y administracin burocrtica 692 2.10. Racionalismo y carisma 702 2.11. Racionalismo y burguesa 706 2.12. Racionalismo y la lucha de unos contra otros 709 2.13. Racionalismo econmico y Derecho formal 712 2.14. El carcter impersonal del racionalismo econmico 717 2.15. Racionalismo y libertad 723

    3. CIMENTANDO EN VALORES PARA EMPODERAR EN DERECHOS Y AL DERECHO 730

    4. LA CONSCIENCIA HUMANA Y LA REALIDAD EN RODOLFO MONDOLFO 755

    5. TEORA DE LA EMPATA DEL RECONOCIMIENTO 766

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    CONCLUSIONES 795

    REFLEXIN FINAL 809

    OBRAS Y AUTORES CITADOS 811

    ANEXO: OBRAS COMPLETAS DE RODOLFO MONDOLFO 831

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    INTRODUCCIN

    Si nos detenemos un momento a pensar en la situacin actual de nuestras sociedades, seguro que no dejaremos de advertir la crisis econmica que estamos atravesando y que es motivo de preocupacin de la mayora de ciudadanos y de sus gobernantes. Sin embargo, nosotros, detenidos a pensar en la situacin actual advertimos un problema an ms acuciante, que es sobre el que nos ocuparemos en las pginas siguientes. En este trabajo vamos a delatar a una crisis mayor que afronta nuestra humanidad y que, a diferencia de la econmica, no viene siendo de mayor preocupacin para los ciudadanos y para los poderes gobernantes. Nos referimos al deterioro de la consciencia sobre los valores y derechos de la humanidad, al deterioro de nuestra capacidad de crtica, a la desidia frente a los poderes que someten, dominan y manipulan nuestro libre destino y nuestra autntica voluntad y, nos referimos, al desinters e indiferencia para asumir la responsabilidad activa que nos corresponde a todos, como productores de las estructuras que cimentan nuestras sociedades.

    No pretendemos negarle importancia a la crisis econmica que hoy nos afecta, sobre todo a las consecuencias que provoca; sin embargo, estamos convencidos de que la mayor crisis que sufrimos es la de la desatencin a los valores y derechos humanos. Es ms, sostenemos que gran parte de responsabilidad de estas crisis econmicas se debe, justamente, a la irresponsabilidad, a la codicia y al hambre desmedido de riqueza que provoca la falta de consciencia y conviccin sobre la importancia de los valores humanos. Advirtamos que las crisis econmicas resultan inevitables, a la vez que necesarias para perpetuar el marco poltico y econmico que domina a nuestras sociedades. De hecho ellas -las crisis econmicas- se repiten una y otra vez, casi cclicamente, como si fueran indispensables para que estos sistemas y sus formas sigan imperando.1

    1 Podemos recordar la crisis de 1929, llamada La Gran Depresin o crack del 29, que se origin en Estados Unidos a partir del desplome de la bolsa el 29 de octubre de 1929, y que rpidamente se extendi a casi todos los pases del mundo. La depresin tuvo efectos catastrficos en casi todos los pases, ricos y pobres, donde la inseguridad y la miseria se transmitieron como una plaga, pues se derrumbaron la renta nacional, los ingresos fiscales, los beneficios y los precios. Luego fuimos testigos de la crisis del petrleo de 1973, tambin conocida como la primera crisis del petrleo, que comenz el 23 de agosto de 1973, a raz de la decisin de la Organizacin de Pases rabes Exportadores de Petrleo (que agrupaba a los pases rabes miembros de la OPEP ms Egipto, Siria y Tnez ms Irn) de no exportar

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    Para reflexionar sobre esta evidente crisis de valores humanos y liberarla de la desatencin provocada por la ceguera de muchos -a veces voluntaria y otras veces inculcada-, nos hemos decidido por un autor de suma relevancia cuando se trata de reflexionar sobre cultura, valores, derechos y humanidad. Es ms, su desarrollo filosfico cobra especial relevancia con el estado actual de nuestras sociedades. Nos referimos al filsofo italiano Rodolfo Mondolfo, quien fue un intelectual socialista y, ms precisamente, un socialista marxista2, que sin duda alguna guarda una inmensa importancia para los temas que proponemos en este trabajo. Adelantamos desde ya, que, Rodolfo Mondolfo, desde el ao 1939 desarroll su labor intelectual en la Argentina -pas al que tuvo que ir obligado por las leyes fascistas de la dictadura de Mussolini- en donde logr tambin un gran reconocimiento por sus obras y labor acadmica. Rodolfo Mondolfo fue un filsofo humanista, que dedic su vida a la filosofa de la cultura y de los valores, situando al ser humano en el centro de su reflexin; ello, justamente, fue la razn que nos decidi a adentrarnos en el humanismo de este autor italiano.

    ms petrleo a los pases que haban colaborado con Israel durante la guerra del Yom Kippur (Guerra de Israel con Siria y Egipto). Esta decisin incluy a Estados Unidos y a sus aliados de Europa Occidental. Por otro lado, la OPEP oblig a las compaas petroleras a subir los precios violentamente. El precio del petrleo se cuadruplic desde 1974. El aumento del precio unido a la enorme dependencia que tena el mundo industrializado del petrleo, provoc un fuerte efecto inflacionista y una reduccin de la actividad econmica de los pases afectados. En el ao 2000, nos volvemos a topar con otra crisis econmica: la crisis de internet del ao 2000, llamada la crisis de la burbuja puntocom, que caus gran un desmoronamiento econmico: cierre de empresas, quiebra de cotizaciones, billones de euros evaporados, inversores arruinados, etctera. La burbuja de las empresas puntocom (tambin llamada burbuja tecnolgica) fue una burbuja especulativa que abarc aproximadamente desde 1995 a 2001 (El punto lgido de la burbuja se produjo el 10 de Marzo del ao 2000). Luego nos lleg la crisis financiera de 2008 -y que an afrontamos- que se desat de manera directa debido al colapso de la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos, en el ao 2006, y que provoc aproximadamente en octubre de 2007 la llamada crisis de las hipotecas subprime. Las repercusiones de la crisis hipotecaria se evidenci de manera muy grave desde inicios de 2008, contaminando primero al sistema financiero estadounidense, y despus al internacional, provocando una profunda crisis de liquidez, y causando, indirectamente, otros fenmenos econmicos, como una crisis alimentaria global, diferentes derrumbes burstiles (como la crisis burstil de enero de 2008 y la crisis burstil mundial de octubre de 2008) y, en conjunto, una crisis econmica a escala internacional. 2 Fernndez, Eusebio, Marxismo, democracia y derechos humanos, Dykinson, Madrid, 2011, p. 81. Adems de ello, en esta misma pgina el profesor Eusebio Fernndez apuntar, sobre Rodolfo Mondolfo, que: "Nuestro autor habla de un humanismo marxista, que identifica con el humanismo realista, constituido por 'una

    exigencia universal de libertad y dignidad de la persona (...)'."

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    Especial significacin guarda la posicin que tiene Rodolfo Mondolfo sobre la plenitud de la existencia humana, con la que podemos explicarnos bien la importancia de este autor para la actualidad y para esta Tesis Doctoral. Sostiene Mondolfo que la plenitud de la existencia, nicamente se alcanza cuando se es dueo de su propio destino y cuando se puede tener libertad en la eleccin del propio oficio; cuando se tiene completa autonoma de accin y de orientacin de la vida y actividad, mejor dicho, cuando el ser humano tenga una autonoma que se refleje en la realidad y que no dependa de una clase dominante todopoderosa ni de un Estado mandams absoluto de la colectividad y de las personas; cuando no hayan poderes superiores que sometan a las personas a sus exigencias de dominio; la plenitud de la existencia y de la consciencia humana, en resumen, slo se logra con una sociedad dirigida por la voluntad autntica de sus seres humanos y segn sus propsitos; antes de todo esto, la plenitud de la existencia humana -y as lo sostiene Rodolfo Mondolfo- resulta imposible de alcanzar.3

    Desde esa voluntad autntica de la que nos habla Mondolfo, nosotros sostenemos que, los pases, las nacionalidades, los territorios, los sistemas educativos, econmicos y polticos, los Poderes en general, las industrias, los adelantos tecnolgicos, etctera, todos ellos, no existen por generacin espontnea ni sin la intervencin activa de un causante en particular. El productor o causante de todas estas creaciones y Poderes es, precisamente, el ser humano a travs de sus decisiones y capacidades. Todo tiene que sostenerse, necesariamente, en la consciencia y conviccin de que los valores y derechos humanos les son superiores y anteriores en importancia. Esta es una realidad objetiva e indispensable de entender y de atender; no es una entelequia subjetiva, potica o caprichosa.

    La codicia de riquezas o el hambre desmedida de poder, la desidia, la indiferencia, o la irresponsabilidad, no justifican la desatencin o la vulneracin a los valores y derechos humanos. Es ms, consideramos que ni siquiera lo justifican el tiempo y lugar histrico en el que se viva o se haya vivido: es responsabilidad de todo ser humano el tomar consciencia de su valor y el de todos los dems; el dejarse llevar por el entorno que nos rodea es caer en una

    3 Modolfo, R., El humanismo de Marx, traducido por Oberdan Caletti, Fondo de Cultura Econmica, Mxico DF, 1973, p. 56.

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    reprochable desidia, pues todos tenemos la capacidad de reflexionar sobre nuestras decisiones y sobre las que ejercen los dems.

    Por ejemplo, sin nos referimos al capitalismo como sistema -sobre lo cual tambin reflexionaremos en el cuerpo principal de este trabajo-, en principio sostendremos que el sistema capitalista como tal no es el problema, en sentido estricto. El sistema capitalista se convierte en un problema real, si los seres humanos que lo deciden, se descontrolan sin asumir lmite alguno, actuando como si todo valiera, cuando de conseguir mayores ganancias se trate. Es lo que en los conceptos weberianos se identifica como la irracionalidad del poder econmico. Creemos que el sistema capitalista se convierte en un problema cuando, quienes lo controlan, caen en la deshumanizacin de su gestin, para lograr proteger sus intereses econmicos y particularistas; cuando relegan el respeto a la humanidad, en favor de su riqueza desmedida. En este sentido, diremos que, en estricto, el problema no es el capitalismo como tal, sino su irracionalidad reflejada en el descontrol o deshumanizacin de quienes lo gestionan. Sin embargo, cabra preguntarse: es posible un capitalismo racional, equilibrado, controlado y humanizado, o es ineludible que este sistema sucumba a sus intereses, se deshumanice y termine aduendose de todo el Poder, en busca de saciar una inevitable e irracional hambre de riqueza? Esta cuestin la dejamos nicamente sentada, pues no pretendemos contestarla ahora, al no ser la materia central de este trabajo.

    Se dice que el capitalismo genera pobreza; sin embargo, nosotros precisaremos que son las decisiones de los seres humanos los que convierten al sistema capitalista en irracional y generador de pobreza. Sobre ello y frente a la pobreza econmica, nos preocupa ms la pobreza de consciencia y conviccin que genera el capitalismo, o cualquier otro Poder. La pobreza de nuestras convicciones, nos llevan a tomar y a aceptar decisiones que vulneran la dignidad de nuestra existencia humana. A veces decidimos sabiendo lo que hacemos (los poderes gubernamentales y econmicos, sobre todo) y, otras muchas, decidimos -hacer o aceptar- sin darnos cuenta que hemos sido inducidos a ello; y es que nos convierten en seres humanos manipulables, fciles de engaar y controlar. Nos creemos ejercer libertad, cuando realmente hay otros que estn decidiendo por nosotros. Esta es la pobreza que denunciamos y contra la que queremos despertar un espritu de lucha crtica y activa. Es cierto, tambin, que el ritmo extenuante que nos imponen los sistemas que

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    nos gobiernan, no nos dan tiempo, ms que para cumplir con sus trabajos y para intentar alcanzar sus conceptos de "xito" que nos inculcan desde pequeos durante toda nuestra vida. Nos quedamos sin el tiempo necesario para nosotros mismos, para nuestras familias, para reflexionar sobre todo lo que hay y para ejercer activamente nuestra capacidad de crtica. Caemos en una pobreza intelectual y personal, que el sistema de poderes nos ayuda a disimular bien -oportunista y convenientemente a sus fines- con cosas que son materiales y externas a nuestra calidad humanidad. As somos ms fciles de controlar. Se nos infunde que nuestra felicidad est supeditada a conseguir tal o cual cosa, o a satisfacer tal o cual antojo, o tal o cual viaje, etctera; se busca supeditar nuestra felicidad a una interminable y compulsiva actitud consumista. La pobreza intelectual y la de nuestra consciencia en valores humanos, es muy conveniente para aquellos irresponsables que manejan un Poder y lo conviertan en vejatorio, sobre todo si logran que las personas no sean conscientes de lo denigrante que resulta su pobreza de convicciones sobre el valor humano. Estos poderes necesitan seguir fabricando este tipo de pobreza, para que los ciudadanos no se den cuenta de su verdadera realidad; para que el poder, basado en un sistema de egosmos y privilegios, funcione sin reparos. Los Poderes, conducidos por seres humanos irresponsables, harn lo indecible para que el empobrecimiento intelectual y la falta o relativizacin de la consciencia y conviccin sobre el valor de los derechos humanos, se mantengan as en las sociedades, pues con ello logran que los ciudadanos no protesten ni se indignen, alzndose en su contra. Las consciencias inescrupulosas e irresponsables, se esfuerzan por esconder este empobrecimiento y degradacin de los valores humanos, para que el subyugado no se sienta tal, ni se sienta menospreciado y apartado de su valor humano y de sus derechos; se trata ms bien de que el ciudadano subyugado se sienta estimulado a seguir creyendo en el sistema y se sienta cmodo con su situacin. El esfuerzo de los Poderes inescrupulosos, no se centra en el respeto a los derechos humanos, sino que se centra en hacer que el control que se ejerce sobre nuestra personalidad no nos resulte desconsolador y, ms bien, nos sea satisfactorio. Se trata de convertirnos en ciudadanos insensatos y sumisos, con una actitud indiferente y con un pensamiento desidioso hacia la reflexin sobre nuestro verdadero valor humano.

    El Poder, cuando es ejercido por inescrupulosos e irresponsables seres humanos, usa todos los artificios posibles para mantener

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    engaados a los ciudadanos. Nos mantienen ocupados, distrados y sumisos. Engrandecen conceptos, ms all de su valor real, para inculcarnos, por ejemplo, sentimientos de pertenencia a una comunidad, para luego hacernos sentir diferentes o superiores al resto de comunidades, como si todos no formsemos parte de una misma humanidad. Esta es la tpica y simple estrategia del divide y vencers, o dicho ms claramente: enfrntalos y ms fcil los dominars. En el fondo lo que se busca es mantenernos en una actitud pasiva, para convertirnos en seres gregarios, es decir, en seres humanos que juntos con otros, seguimos ciegamente las ideas o iniciativas ajenas, y ello nos lo enmascaran para que parezca un librrimo ejercicio de nuestra voluntad propia. Se busca dominar nuestra voluntad en determinado sentido, persuadindonos a que aquello que se nos imponen desde fuera, lo sintamos como decisin propia. Se pretende que la confabulacin que busca anularnos, la veamos como algo que nos hace ms vigorosos; que aquello que realmente nos esclaviza, parezca que nos libera. Y si esto no es lo suficientemente efectivo, entonces, las imposiciones se intentan legitimar y solapar, fortalecindolas, con la idea del ser humano masa; es decir, inculcndonos la idea de que todo lo que nos imponen es lo correcto porque todos los dems lo aceptan como correcto, y si la mayora o todos aceptan lo mismo, entonces, nosotros tambin debemos aceptarlo. Nos inducen a suponer que lo contrario nos lleva a lo incorrecto, a lo raro o a lo inaceptable; pero en verdad, lo que realmente pasa es que la mayora o todos los dems que nos rodean, no son ms que otros que ya han sido subyugados por el mismo tratamiento ignominioso y vejatorio que se nos quiere imponer. Esto Rodolfo Mondolfo lo llama la cultura de masas, es decir, aquella cultura que hace del ser humano un autmata que renuncia a su pensamiento independiente y reduce su libertad y su accin a un estado pasivo de seguimiento y subordinacin a las masas.4

    Un ejemplo de ello, lo podemos encontrar en los medios de comunicacin, cuando estos son decididos por quienes los dirigen o por quienes influyen sobre ellos con su poder, para manipular a la opinin pblica, en un sentido o en otro. Los medios de comunicacin son el mejor instrumento moderno para manejar y doblegar nuestras consciencias y voluntades. Un buen ejemplo de 4 Mondolfo, Rodolfo, "Conclusiones sobre el marxismo, Marx y Engels". Manifiesto comunista, traducido por Alfonso Caldern, Universitaria, Santiago de Chile, 1971, p. XXVIII.

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    esto es cuando nos incitan a solidarizarnos de manera significativamente dramtica con las vctimas de una determinada desgracia, pero slo cuando sta afecta a uno de los Poderes o pases desarrollados que dominan el mundo. No piden lo mismo ni le dan el mismo dramatismo y cobertura a otras desgracias -que ya pueden ser anteriores y peores-, al parecer porque ellas afectan a lugares y pases no poderosos y no considerados desarrollados. Por supuesto, que llevados por el shock emotivo inducido por los medios, muchos se solidarizan con la desgracia de los poderosos, pasando por alto que realmente los estn manipulando, pues no caen en que no se les pidi lo mismo para desgracias anteriores y peores sucedidas en otros sitios. Al parecer, se busca tambin justificar y legitimar una violenta respuesta contra quienes se han atrevido a hacer dao al poderoso. Da la sensacin que se nos quiere inculcar que en el mundo hay muertos de primera y muertos de segunda, incluso de tercera y cuarta. Esto hace, en cierta medida, que sea entendible que a un ciudadano europeo le consterne ms una desgracia producida en contra de un pas poderoso, frente a una que se produce en un pas dbil y pobre y a la que no se le da la misma cobertura meditica. Nos es claro que la utilizacin tendenciosa de la opinin pblica por parte de los grandes medios de comunicacin, es ostensible. Por supuesto, que nuestra crtica no reprocha de ninguna manera, los actos de solidaridad que se quieran y se deban tener para cualquier desgracia producida en contra de cualquier lugar del mundo, sea el pas que sea; y estamos de acuerdo en que hay que rechazar todo tipo de ataque y vulneracin contra los derechos humanos, sin importar dnde se produzcan. Nuestra crtica se dirige hacia la manipulacin y al trato discriminatorio que dan a las noticias los medios de comunicacin y los Poderes que los deciden: implantan una gradacin de cobertura o jerarqua de importancia segn el lugar donde se produce la noticia, mas no por la mayor o menor gravedad de la noticia misma que se da. Pareciera que a lo producido en un pas pobre, los medios y los Poderes, le toman poco inters, le dan poca cobertura, lo acallan, lo solapan o lo minimizan, sin importar lo grave y recurrente que sea la noticia. Nos da esta sensacin sobre todo cuando vemos la enorme cobertura que s le brindan a un hecho grave cuando ste se produce en un pas desarrollado y poderoso; como si se buscara magnificar el reproche general, para dejarnos el mensaje claro de que la desgracia de un poderoso vale ms, que la de un pas que no lo es.

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    Todo esto que acusamos, sabemos que es delicado, pero tambin sabemos que es real. Nosotros sostenemos que es una consecuencia ms de la falta de consciencia sobre los valores humanos que nos corresponden a todos por igual, y que es de lo que tratamos en este trabajo. No es materia de innovacin ni un gran descubrimiento lo que denunciamos aqu como crisis de valores, pues los hechos y las evidencias estn all, ante nuestros ojos; slo tenemos que abrirlos y reflexionar, libres de manipulaciones, para advertir lo que nos pasa. De hecho podemos encontrar opiniones de algunos profesionales que detenindose a ver lo que ocurre en nuestras sociedades, construyen opiniones que resultan interesantes y muy relacionadas con lo que venimos diciendo. Usemos como ejemplo lo que escribe el periodista barcelons ric Lluent, el 14 de noviembre de 2015, cuando nos adverta de la manipulacin que hacen lo medios, quienes con su accin o inaccin edifican, entre las sociedades, murallas difciles de superar.5

    Todo lo anterior nos lleva a sostener, firmemente, que es el ser humano el propio responsable y actor de su debacle. El acusar a un sistema econmico o a una determinada poltica o tendencia de gobierno, resulta impreciso y abstracto, lo que nos lleva a tener una ceguera o perspectiva irreal y confusa del verdadero problema. Los pases, los gobiernos, los sistemas y los poderes de las sociedades, 5 Lluent, ric. "El peligro de ponerse la foto de perfil con el filtro de la bandera francesa." [en lnea]. My Way, el blog d'ric Lluent. Direccin URL: . [ltima consulta: 14 de noviembre de 2015]: "El silencio que impera o la frialdad a la hora de exponer cifras de muertos cuando se trata de

    un atentado que ha tenido lugar en el conocido como Mundo rabe contrasta con el

    dramatismo de la exposicin cuando se trata de un atentado en territorio europeo o

    norteamericano. Y aunque esta estrategia comunicativa es un modelo de xito a la

    hora de crear ciudadanos y sociedades de primera y de segunda, cada vez son ms

    los europeos que entienden que estn siendo man ipulados y que tratan de

    apartarse de la influencia de los grandes medios que con su accin o inaccin

    construyen muros entre sociedades que parecen infranqueables. (...) es apoyar una

    visin del mundo en la que slo preocupan las muertes de ciudadanos occidentales.

    Mediante este pequeo gesto se construye un muro ms en esta fortaleza del siglo

    XXI que es Europa, llena de sbditos muertos de miedo que regalan su sentido

    crtico a empresas e instituciones pblicas a cambio de un poco de sensacin de

    seguridad. En el Lbano, el Iraq, en Irn y en cualquier lugar del mundo, cuando

    estalla una bomba o cae un misil hay hermanos que sufren, padres y madres que

    se desmayan al conocer la noticia, amigos que buscan desesperados pistas para

    encontrar a compaeros de instituto o del trabajo. (...) una empresa global y con

    gestos como este lo nico que hace es establecer una estructura hegemnica de

    prioridades en la que los muertos occidentales preocupan y movilizan y las

    vctimas, por ejemplo, del atentado en Beirut (...), simplemente no cuentan (...).

    Validar esta visin del mundo me parece extremadamente peligroso. Ms si lo

    hacemos sin ni siquiera darnos cuenta."

    http://www.revistabiosofia.com/index.php?option=com_content&task=blogsection&id=17&Itemid=5http://www.revistabiosofia.com/index.php?option=com_content&task=blogsection&id=17&Itemid=5
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    no tienen existencia propia; son los seres humanos quienes les dan vida, son los seres humanos quienes los deciden, en uno u otro sentido. Por ello, es que en este trabajo, situamos en el centro de nuestra reflexin -y del problema- al ser humano, pero no slo por ser vctima de la vulneracin de sus derechos, sino tambin como responsable de estas vulneraciones, pues los poderes, gobiernos, medios de comunicacin, o sistemas que vulneran los derechos humanos o coadyuvan a vulnerarlos, en el fondo, no son ms que los mismos seres humanos, quienes conduciendo a estos poderes vulneran derechos; no son ms que seres humanos inconscientes e irresponsables de su propia humanidad.

    Las creaciones de nuestro mundo no se pueden sostener si le perdemos el respeto a los derechos de la humanidad, si no los atendemos, o los atendemos inoportuna o insuficientemente. Un pas, un Poder, un sistema poltico, un medio de comunicacin y, en general, cualquier creacin humana, funcionan por el ejercicio activo de la voluntad de los seres humanos. Un pas, un Poder, o un sistema poltico o econmico, no tienen sentido ni existencia propia, ni tampoco se deciden por s solos a una u otra accin: necesitan de la participacin activa de los seres humanos; somos los seres humanos los que le damos sentido y existencia; somos los seres humanos los que los decidimos en uno u otro sentido. Esto es as, porque los pases, los Poderes y los sistemas, son creados y echados a funcionar por la propia actividad del ser humano. Las creaciones de la humanidad, cobran sentido y existencia, en tanto la humanidad las produce y las reconoce como tales. Sin la voluntad y el reconocimiento de los seres humanos, no existiran pases, nacionalidades, ni sistemas de poder poltico o econmico. He aqu la evidencia ms patente de la importancia trascendental de nuestra humanidad, como tal. El no cuidarla, el no respetarla, a ella y a sus derechos, es casi un delirio pues nos llevar, ms tarde o ms temprano, al propio debacle humano y al desastre de nuestras propias creaciones. Todo redunda, repercute y se origina en el ser humano; no se puede perder la consciencia y conviccin del valor de ello. Al final, nos daremos cuenta que no podemos negarnos a nosotros mismos, no podemos negarnos siempre; por mucho que lo intentemos, la realidad que le brindemos al valor de nuestra humanidad es lo que decidir nuestro futuro y el de nuestra existencia. Llenamos y nos llenan la cabeza de otras preocupaciones e intereses, hacindonos creer que el inters por el valor y los derechos humanos de todos, es secundario o irrelevante cuando

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    nosotros no somos los directamente afectados. Nos inducen a renunciar, sin darnos cuenta, a la preocupacin por la dignidad humana de todos, como si esto nunca llegara a provocar consecuencias en nosotros; pero esto no puede durar para siempre. Nos imponen y nos inculcan conceptos de "xito" que nos distraen y nos desmerecen como personas, adems de perjudicar nuestra plenitud de vida -aquella que recordbamos antes y que explica muy bien Rodolfo Mondolfo- y la de nuestras familias.

    Antes todas estas patentes evidencias, desde este trabajo, exhortamos a todo ser humano de bien, a despertar, a abrir los ojos y a darse cuenta que el tiempo no espera. A veces nos creemos que luego tendremos todo el tiempo del mundo para empezar a conocernos o para tomar consciencia de los dems, o para estar ms con nuestras familias e hijos; sin embargo, el luego, suele ser demasiado tarde. Nos dejamos de conocer tanto que luego nos olvidamos quienes somos en realidad y nos perdemos en nosotros mismos y en todo ese ruido que nos llena la cabeza de engaos y banalidades, en todo lo que nos desmerece como humanos, es decir, nos perdemos en todo aquello que nos hace menos humanos, menos autnticos y que nos anula para nuestra plena existencia. El luego es ya muy tarde; el tiempo no espera, los hijos crecen, la familia se va, nos hacemos mayores y nuestras fuerzas, debilitadas en su consciencia de humanidad, tambin se nos van. El futuro de nuestras sociedades, de nuestros hijos, de todos los que vendrn y, en general, de la humanidad en su conjunto, depende de nuestras decisiones de hoy. Todo lo que sucede en nuestro mundo, al final repercute en todos, de una u otra manera, en uno u otro tiempo. La humanidad es nuestra mayor realidad, es la esencia que nos une a cada uno con todos los dems, en lo bueno y en lo malo; la indiferencia a ello, es nuestra mayor irresponsabilidad. Las creaciones de la humanidad no tienen valor por s mismas; somos los seres humanos quienes decidimos el valor que tendrn.

    No aceptemos y opongamos resistencia a toda realidad opresiva que se nos quiera imponer. Hay quienes ya lo hacen protestando en las calles, escribiendo, o desde las universidades, o tambin, desde los medios de comunicacin independientes; puede ser una resistencia organizada, a travs de plataformas, movimientos o, incluso, desde partidos polticos responsables y conscientes del problema; o puede hacerse simplemente desde la vida particular de cada uno, reflejndose esto, por ejemplo, en decidirse por la familia y ser

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    padres y madres que prefieren estar ms tiempo con sus hijos, menos en sus trabajos, y educarlos en valores; o en aquellas parejas que prefieren pasar ms rato juntos antes que todo el da en jornadas de extenuante trabajo; o en individuos que prefieren estar en donde su vocacin los determina y no en trabajos o puestos que nada tienen que ver con ello; o en intelectuales que prefieren tener una vida ms plena, porque valoran la riqueza de su tiempo para pensar, para escribir, para la crtica y para ser ms humanos, antes que convertirse en unos autmatas dedicados a una lucha interminable y agotadora por conseguir puestos, cargos, honores, reconocimientos y posiciones sociales que el sistema dominante impone como requisito para ser considerado un "triunfador exitoso" de la sociedad. En este sentido, Rodolfo Mondolfo, nos exhortar a mantener la consciencia viva sobre el peligro que implica caer en la cultura de masa, siendo la resistencia de la conciencia pblica la nica capaz de actuar eficazmente.6

    Cada uno de nosotros valemos mucho; somos dueos de nuestra vida y de nuestra humanidad; no debemos permitir ser denigrados, engaados y manipulados por ningn sistema o Poder que pretenda aprovecharse de nosotros para conseguir sus intereses egostas y de privilegio, o que simplemente, sus exigencias nos obliguen a deteriorar o a descuidar nuestro pleno desarrollo y el de nuestras familias.

    Luego de exponer los antecedentes y reflexiones que propician todo el desarrollo de este trabajo, nos introducimos ya a explicar qu hemos hecho y el por qu de los captulos que lo componen.

    Lo hemos dividido en cuatro captulos que intentan seguir un hilo conductor coherente y lgico, que nos lleven desde la reflexin de la filosofa mondolfiana a la verificacin y construccin de lo que queremos proponer. La hiptesis de trabajo que nos planteamos es la existencia de una crisis de valores humanos. Hemos desarrollado todo el trabajo buscando advertir de qu valores hablamos, de su vulneracin y del estado de crisis en el que se encuentran. Verificada nuestra hiptesis, hemos construido una propuesta de solucin, que consideramos indispensable y necesaria, y que ofrecemos, a todo parecer, para su reflexin o mejora. Exponemos nuestro punto de vista y hacemos una propuesta particular, pero lo que ms nos importa es despertar el inters por el tema y, por qu no decirlo,

    6 Modolfo, R., El humanismo de Marx, cit., pp. 132 y 133.

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    tambin por la gran obra humanista de la filosofa de Rodolfo Mondolfo.

    El ttulo de nuestro trabajo describe los temas que tratamos en la Tesis, adems de la intencin que proponemos para ellos. Podramos decir que Poder, valores y derechos humanos, son los temas y, De te fabula narratur, es la intencin que proponemos para esos temas. Todo ello, lo reflexionamos desde la visin y desarrollo humanista que, sobre esto, encontramos en la filosofa de Rodolfo Mondolfo.

    En el primer captulo de este trabajo, nos proponemos presentar a nuestro autor, Rodolfo Mondolfo, tanto en su vida personal y profesional, as como en lo relacionado con su obra y con el desarrollo humanista. Con este captulo hemos querido que quede clara la vida acadmica que desarroll Mondolfo, haciendo hincapi en algunos de sus datos personales que pudieron influenciar en su obra. Adems, hemos querido fijar los primeros conceptos esenciales que los que se enmarca el humanismo mondolfiano.

    En el segundo captulo, nos situamos en el dilogo que Rodolfo Mondolfo tuvo con el desarrollo de la obra de otros autores. Hemos elegido el dialogo con la obra de Giordano Bruno, de Hobbes, de Rousseau, de Condillac y de Hegel, pues consideramos que desde todos ellos se advierte bien la posicin humanista de nuestro autor. Veremos como en todo momento se refleja en Mondolfo una exigencia hacia la centralidad del ser humano, decidida por una voluntad activa y en constante movimiento. Si bien en la mayora de los casos, Rodolfo Mondolfo defendiendo su humanismo critica a la obra de estos autores, no es menos cierto que en el caso de la obra de Rousseau se esmera en halagos; esto lo notaremos tambin en un captulo posterior, cuando tratemos de la democracia en Mondolfo, ya que aqu retomamos a Rousseau para este punto especfico de la democracia en Mondolfo. El mayor contraste que podemos encontrar a la consideracin positiva que hace Mondolfo de la obra de Rousseau, lo advertiremos en la severa crtica que hace de la obra de Hegel. Ante semejante contraste y severidad advertida, nos volcamos a verificar dicha crtica situndonos ampliamente en el desarrollo de la filosofa hegeliana. Si bien es cierto que, con nuestras verificaciones, hemos llegado a negar alguna de las crticas de Rodolfo Mondolfo, tambin es cierto que todo ello nos ha mostrado el profundo compromiso humanista de nuestro autor, quien rechaza categricamente, todo lo que l cree un desmerecimiento a la centralidad del ser humano en la historia; sin embargo, reconocemos,

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    y ms con la experiencia adquirida en este trabajo, que Hegel es un autor que a veces puede ser interpretado de distintas formas, aunque nosotros nos hemos esforzado por ser lo ms objetivos posible y, por ello, nos adentramos considerablemente en su filosofa a efectos de lograr tambin una mejor y objetiva verificacin.

    En el tercer captulo nos hemos centrado en la visin que tuvo Rodolfo Mondolfo sobre la democracia, lo que nos ha llevado a revisar a otros autores que son tomados en cuenta por Mondolfo, para desarrollar su teora democrtica. Es en este captulo donde retomamos la figura de Rousseau, pues nuestro autor elabor su teora democrtica, en principio, desde el desarrollo rousseauniano. Luego, tambin nos hemos situado en autores como Robert Michels pues Mondolfo construye una crtica en torno a este autor para fijar ms aspectos de sus conceptos sobre la democracia. En general con este captulo pretendemos dejar al descubierto la posicin especfica de Mondolfo con respecto a los derechos y a los individuos dentro de la democracia, reparando siempre en ese humanismo que impregna a toda la filosofa mondolfiana.

    En el cuarto, y ltimo captulo, y luego de todo el desarrollo anterior -siempre impulsados por la reflexin de las lecciones humanistas de Rodolfo Mondolfo- hemos vertido la confirmacin de nuestra hiptesis que es la preocupacin principal de este trabajo. Hemos hecho una diagnosis y luego una prognosis sobre el problema planteado, para finalmente terminar con una propuesta desarrollada a travs de lo que hemos llamado la teora de la empata del reconocimiento, siempre desde nuestra perspectiva de la unidad humana y de la necesaria consciencia y conviccin sobre la superioridad de los valores y derechos humanos. Mondolfo entiende al ser humano como alguien provisto de voluntariedad, colocndolo en el centro de la historia como eje motor o productor de ella misma, es decir, de la realidad. En ese sentido, y con el entusiasmo de esa idea, hemos recogido el evidente rol protagnico que Mondolfo le reconoce al ser humano dentro de la realidad, para construir y proponer nuestra propia teora humanista de centralidad y protagonismo activo.

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    Como lo adelantramos antes, Rodolfo Mondolfo, se vio obligado a exiliarse en la Argentina en el ao 1939, y es ah donde se estableci hasta su muerte en el ao 1976.

    Rodolfo Mondolfo, si bien, en Italia, dedic parte de su obra al socialismo y al marxismo, ante la dictadura de Benito Mussolini, tuvo que hacer un giro en su desarrollo intelectual, dedicando su obra al anlisis de filosofa clsica, pues ste resultaba un tema ms neutral, para la Italia de esa poca, Luego, ya en la Argentina retoma su labor sobre el marxismo, aunque sin abandonar su inters por los clsicos de la filosofa griega.

    Es en la Argentina donde se queda a radicar Rodolfo Mondolfo desde el ao de 1939, hasta que fallece en el ao 1976. Fueron 37 aos de residencia en la Argentina, y casi hasta el final de sus das se mantuvo activo en su labor intelectual. El reconocimiento en el mundo intelectual y acadmico que alcanz en ese pas, fue y es de mucho prestigio. Rodolfo Mondolfo, tuvo tal vnculo con la Argentina, que sus restos estn sepultados all, y no en Italia.

    Todo ello, despert en nosotros un necesario inters por vincularnos con el ambiente acadmico e intelectual en el que se desenvolvi nuestro autor, luego de su salida obligada de Italia, durante casi cuatro dcadas.

    As nos decidimos y fuimos aceptados para hacer una Estancia de Investigacin en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires - Argentina. Esta Facultad fue de nuestro inters, en razn a que pertenecemos, profesionalmente, a la carrera de Derecho y nos dedicamos a la vida acadmica de la Filosofa del Derecho. La Estancia la realizamos durante el mes de junio del ao 2015.

    Si bien fijamos como centro de operaciones la Facultad de Derecho de la citada universidad argentina, decidimos movilizarnos por otros claustros y ambientes acadmicos argentinos, donde sabamos que podramos encontrar informacin sobre la obra de Rodolfo Mondolfo.

    De esta forma, desarrollamos actividades tanto dentro como fuera de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, todo ello con el fin de conseguir la mayor y mejor informacin para nuestro tema de investigacin. Podemos dar cuenta de nuestro trabajo exhaustivo en las siguientes bibliotecas:

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    1. Biblioteca Central de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires.

    2. Biblioteca Nacional de Argentina "Mario Moreno". Aqu adems, anunciando la envergadura de nuestra investigacin, se nos otorg la Credencial Oficial de Investigador, con la cual logramos tener acceso a documentos, an ms inditos y preciados.

    3. Biblioteca Nacional de Maestros.

    4. Biblioteca del Congreso Argentino.

    5. Biblioteca Central "Augusto Ral Cortzar", de la Facultad de Filosofa y Letras de la Universidad de Buenos Aires.

    6. Biblioteca "Emilio Ravignani" de la Facultad de Filosofa y Letras, de la Universidad de Buenos Aires.

    7. Biblioteca de Literatura Argentina "Ricardo Rojas", de la Facultad de Filosofa y Letras de la Universidad de Buenos Aires.

    8. Biblioteca del "Doctor Alejandro Korn" del Instituto de Filosofa, de la Facultad de Filosofa y Letras de la Universidad de Buenos Aires.

    9. Biblioteca de la Asociacin Italiana Dante Alighieri de Buenos Aires. En esta institucin, en una habitacin exclusiva, se guarda la biblioteca completa que fue propiedad de Rodolfo Mondolfo y que l decidi donar a esta institucin antes de morir. Debemos reconocer y agradecer las facilidades que se nos dio para poder ingresar y revisar libremente esta exclusiva habitacin pues sta an no era de acceso al pblico. Claro est, que se permiti nuestro ingreso luego de acreditar nuestra investigacin y la universidad de donde provenamos.

    10. Biblioteca de la Facultad de Filosofa y Letras de la Universidad Nacional de Cuyo, de la ciudad de Mendoza. Esta biblioteca merece una muy especial mencin, pues tanto la Directora de la biblioteca como las dos seoras Bibliotecarias

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    que trabajan all, nos brindaron una ms que generosa atencin profesional. Es una biblioteca que, sabiendo el autor que trabajbamos as como el Doctorado al que pertenecemos, dedicaron muchas horas para ayudarnos a ubicar un gran nmero de material bibliogrfico pertinente. Al final, hubo un material que nos fue imposible ubicar, pese a que las dos seoras bibliotecarias buscaban anaquel por anaquel y libro por libro, pero por alguna razn, el material no estaba en su sitio. Nosotros mismos, al ver el esmero que se nos brindaba, nos ofrecimos a ayudar en la bsqueda (pues los anaqueles eran de acceso restringido). Las horas pasaron y tampoco logramos ubicar ese material que y dimos por perdido. Sin embargo, la diligente atencin fue de tal esmero, que das despus, cuando ya habamos vuelto a Buenos Aires, nos escribieron informndonos que el material bibliogrfico haba sido ubicado y, digitalizndolo hoja por hoja, nos lo enviaron en un archivo adjunto. Ante esta esmerada profesionalidad y compromiso acadmico e intelectual demostrado, no podemos ms que felicitar, reconocer y agradecer enormemente, desde este trabajo, la atencin brindada por esta distinguida biblioteca de la Facultad de Filosofa y Letras de la Universidad Nacional de Cuyo, de la ciudad argentina de Mendoza.

    Asimismo, durante nuestra Estancia de Investigacin, hemos recorrido y buscado arduamente bibliografa en el nutrido mundo de libreras que ofrece la ciudad de Buenos Aires. La Avenida Corrientes y sus calles aledaas han sido testigos de nuestro inters acadmico, durante varias semanas. Especial mencin a la Librera Huemul y a la Librera de vila. Ambas cuentan con instalaciones realmente impresionantes, dedicadas principalmente al libro antiguo y usado. Todo un tesoro para quien trabaja temas de autores cuyos libros estn ya descatalogados e imposibles de conseguir en bibliotecas y en el mercado ordinario. De las bibliotecas citadas, ms la enorme pluralidad de libreras que ofrece la ciudad de Buenos Aires, hemos relevado valioso material bibliogrfico, revistas y peridicos, que no se pueden encontrar en Espaa con facilidad, y que en muchos casos llega a ser imposible de conseguir dada la antigedad y la no reedicin, desde hace muchos aos, de la mayora de las obras de Rodolfo Mondolfo escritas por l y sobre l. La forma en la que nos hemos hecho con el material

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    bibliogrfico relevante, ha sido a travs de una investigacin y bsqueda en cada una de las bibliotecas citadas y en cada una de las libreras del centro de Buenos Aires. Hemos debido de obtener copias de las obras y de las partes que resultaban provechosas para nuestro trabajo de investigacin, otras veces hemos digitalizado el material bibliogrfico, en otras hemos debido tomar apuntes, y en otras muchas, hemos debido de adquirir directamente el material encontrado. El material citado, sustantivamente, nos sirvi para completar el estudio de la filosofa humanista de nuestro autor, adems de la informacin referida a sus datos biogrficos y bibliogrficos, as como para determinar las circunstancias de lugar y tiempo histrico que lo rodearon. En este sentido, cabe destacar los peridicos de la poca de la llegada de Mondolfo que dieron noticia de ello, y algn otro diario que curiosamente, por esas mismas fechas, haca gruesa y negativa crtica sobre la llegada de judos a la Argentina. La Estancia de Investigacin nos ha permitido tener una clara idea del reconocimiento que alcanz el trabajo acadmico e intelectual de Rodolfo Mondolfo dentro de la Argentina. Todo esto nos permiti entender con mayor claridad la enorme importancia de nuestro autor, logrando una mejor y sustantiva explicacin sobre su trabajo. Nos resulta pertinente mencionar, tambin, nuestra participacin en algunos eventos acadmicos de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, como por ejemplo el Seminario Brasil-Argentina "Sociedad, Democracia y Derechos Sociales", o la Mesa Redonda "Dictadura Romana. Mito o Realidad". Por otro lado, en nuestro nimo de contactar con todo lo relacionado al filsofo Rodolfo Mondolfo, tambin referiremos nuestra sensible visita a su tumba en el Cementerio Israelita de La Tablada, a las afueras de Buenos Aires. All, adems fuimos testigos de que el maestro Rodolfo Mondolfo se encuentra sepultado al lado de su esposa Augusta Algranati, quien ocup un papel muy importante en la vida personal y profesional de este gran filsofo italiano.

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    Finalmente, en esta introduccin, slo nos queda testificar nuestro ms profundo reconocimiento a nuestros Directores de Tesis: Profesora Doctora Patricia Cuenca Gmez y Profesor Doctor Eusebio Fernndez Garca, quienes desde su calidad acadmica y experiencia profesional, han sabido darnos una de las mejores guas para la elaboracin y desarrollo de esta Tesis Doctoral, durante todo el largo camino que ha implicado llegar a la meta que hace aos nos propusimos. De igual forma, nuestro testimonio y reconocimiento a la excelencia de nuestra distinguida Universidad Carlos III de Madrid, la que a travs del Instituto de Derechos Humanos "Bartolom de Las Casas", nos ha permitido, en nuestros casi diez aos de formacin en la materia -pasando y superando todos los postgrados que imparte-, forjarnos una slida consciencia, compromiso y preparacin sobre los derechos humanos. Reconocer y agradecer tambin la encomiable labor acadmica e intelectual que impulsa la Fundacin Gregorio Peces-Barba, quien mediante el Seminario Permanente Gregorio-Peces Barba y el Seminario de Tesis Doctorales del Doctorado en Estudios Avanzados en Derechos Humanos, nos brinda la oportunidad, a los Doctorandos, de dictar Conferencias previas a la defensa final de nuestras Tesis, en la que compartimos y debatimos de nuestros avances, con experimentados especialistas y compaeros de la materia. Particularmente, la experiencia result especialmente importante para la mejora metodolgica del desarrollo que aqu presentamos. Asimismo, no podemos dejar de agradecer a la Agencia Espaola de Cooperacin Internacional Para El Desarrollo (AECID) por la beca internacional que nos concedi en su momento y que nos permiti solventar gran parte de los gastos de toda nuestra formacin en derechos humanos. El mbito de los Derechos Humanos, es el mbito ms noble del Derecho, pues busca -nada ms y nada menos- que la sociedad en su conjunto viva en el mejor de los mundos posibles, donde sus integrantes se relacionen despojados de discriminaciones que atenten contra el desarrollo de su dignidad, libre y autntica. El empoderarnos en la conciencia de la superioridad de los valores humanos es, y debe ser siempre, el objetivo primordial a inculcar por

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    todos los que nos dedicamos a esta noble materia; aqu o all por dnde vayamos o nos quedemos, allende los mares o aquende de ellos. La empata de reconocernos en el otro como si furamos nosotros mismos (porque lo somos) es el paso fundamental que nos lleva a una humanidad ms justa y a que todo funcione, tan eficiente como debe. Es mi propuesta de Tesis; es mi tema de vida: Valores, Poder y derechos humanos. Los valores cimentan al Poder y, luego, este Poder respeta a los derechos humanos; es cimentar para respetar o, mejor dicho, es fomentar el respeto a los derechos humanos desde las estructuras morales que lo cimentan, y no slo desde las coyunturas legales que nos obligan.

    Madrid, enero de 2016.

    Jess Vctor Alfredo Contreras Ugarte

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    PODER, VALORES Y DERECHOS HUMANOS

    (REFLEXIONES DESDE LA FILSOSOFA HUMANISTA

    DE RODOLFO MONDOLFO)

    CAPITULO I: BIOGRAFA INTELECTUAL

    DE RODOLFO MONDOLFO7

    Rodolfo Mondolfo, es un autor italiano que parece no ser lo suficientemente conocido dentro del mundo de la filosofa del derecho.

    Rodolfo Mondolfo, por su ascendencia juda, tiene que establecerse en Argentina desde el ao 1939, radicando all hasta el ao en que muri en 1976. Como lo adelantramos en la introduccin, fueron las leyes fascistas de la Italia de Benito Mussolini de 1938, lo que oblig a Mondolfo a viajar a la Argentina.

    En Argentina destaca por sus obras y por su labor sobre la filosofa antigua y es quizs ste el tema con el que se hizo ms conocido. Sin embargo, cuando an resida en Italia, en sus primeros aos de labor acadmica, Rodolfo Mondolfo dedic gran parte de su obra al estudio del marxismo y del comunismo, siempre desde su lnea humanstica.

    Es interesante el dato, sobre la poca en que Mondolfo se traslada a la universidad de Turn a ensear en la ctedra de Historia de la Filosofa, entre 1910 y 1913, pues es cuando empieza a colaborar en la revista italiana Critica Sociale, y decimos que es interesante, porque fue en esta revista donde Mondolfo expres su pensamiento en innumerables artculos que luego desarrollara en sus obras. En 1912 public Il materialismo storico in Federico Engels y, en el 1913, una serie de artculos sobre socialismo y filosofa.

    En 1922 se empe en una enrgica actividad de oposicin cultural e ideolgica al fascismo. Public obras de discusin poltica y de lucha antifascista, incluyendo, en 1923, la tercera edicin de Sulle 7 Los datos bibliogrficos anotados y ordenados aqu, principalmente son extrados de Pr, D., Rodolfo Mondolfo, tomo I, Losada, Buenos Aires, 1967, y de Pucciarelli, E., Rodolfo Mondolfo. Maestro insigne de filosofa y humanidad, Kessinger Publishings, Milton Keynes, 2010.

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    orme di Marx. Mondolfo tuvo un perfil intelectual caracterizado fuertemente por aspectos poltico-ideolgicos, siendo adems integrante del Partido Socialista. Sus opiniones marcaban distancias del leninismo y se inclinaban a favor de una concepcin humanista del marxismo, entendindola como una filosofa de la libertad dentro de una perspectiva reformista de la lucha poltica.

    En los aos treinta colabor en la Enciclopedia Italiana, dirigida por Giovanni Gentile, tocando muchos de los temas relativos al marxismo y a la historia del movimiento obrero. En estos aos Mondolfo se ocup sobre todo del estudio de la filosofa antigua, dedicndose en particular a la traduccin y a la puesta al da, bibliogrfica, filolgica y crtica de la monumental filosofa de los griegos en su desarrollo histrico de Eduard Zeller: E. Zeller: La filosofa dei Greci. I Presocratici, vol. I: Origini, caratteri e periodi della filosofia greca

    (1932).

    La filosofa antigua irrumpi en su vida cuando Mondolfo ya estuvo prximo a los cincuenta aos, cuando ya era un reconocido profesor de Historia de la Filosofa en la universidad de Bolonia; es en los aos veinte cuando Mondolfo surge como especialista de la filosofa clsica. En 1928, Mondolfo escribi Sntesis histrica del pensamiento antiguo, un breve texto de ochenta pginas que termin incorporado en su otra obra de 1929: El pensamiento antiguo. Es con estas dos obras con las que a Mondolfo se le llega a considerar un conocedor de la filosofa antigua.

    Al parecer Mondolfo decide cambiar su lnea de desarrollo intelectual dado el rgimen poltico que se haba establecido en Italia por esos aos y que a l le era desfavorable. Parece ser un acto de prudencia por el que da un giro a los temas de sus obras y se estaciona en la filosofa antigua que es un tema que puede ser visto como ms neutral. Se puede decir que Mondolfo contribuy, como pocos, a imponer el uso de la lengua italiana y espaola en el campo de la filosofa clsica.

    Cuando por las leyes raciales dictadas, tuvo que abandonar la enseanza universitaria y, en 1939, fue obligado al exilio debiendo trasladarse a la Argentina, antes de su destierro, Rodolfo Mondolfo dio vida, con Giuseppe Tarozzi, a un Crculo de Filosofa cuya sede se fij en Bolonia. La idea de este Crculo era dar lugar al pensamiento libre y a la libertad de la crtica social y poltica. Generalmente se

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    trat de discusiones filosfico-cientficas alejadas de la cultura idealista que lamentablemente se haba asentado en aquellos aos.

    El marxismo de Mondolfo se calific como humanismo. La forma en que Mondolfo entenda al marxismo exclua a este movimiento histrico de perspectivas meramente materialistas-deterministas o idealistas-subjetivistas. En el ao 1925 Mondolfo abandon la investigacin de recorrido marxista y se volc en el estudio del mundo de la Grecia antigua. En este mbito, Mondolfo cambi la historiografa; ense como la idea griega del infinito se anticipaba en muchos aspectos a la idea moderna. La tesis universalmente reconocida afirmaba que los griegos no tuvieron la idea del infinito, sin embargo, Mondolfo evidenci lo contrario afirmando que los griegos tuvieron una necesidad profunda de saber qu es lo que est ms all de los lmites humanos y de su imperfeccin. Mondolfo consider al marxismo como el resultado inevitable de la filosofa moderna; el pensamiento griego fue en cambio la raz verdadera y la fuente perenne de la filosofa moderna, y, por lo tanto, no se puede especular que sta ltima fuera la anttesis de la filosofa griega, s, acaso, su continuidad y desarrollo.

    Con la cada del fascismo y el fin de la guerra, Mondolfo volvi varias veces a Italia, en dnde fue reincorporado como profesor universitario de la ctedra de Historia de la Filosofa de la universidad de Bolonia. Pese a esto, no volvi a restablecer nunca ms su residencia en Italia. En estos aos Mondolfo public nuevos estudios de historia de la filosofa antigua, revis y reedit viejos trabajos y colabor en revistas y peridicos, muy especialmente en la revista italiana Critica Sociale.

    El 02 de junio de 1968, Rodolfo Mondolfo, recibe del doctor Paolo Tallarigo, Embajador de Italia, la Gran Cruz de la Orden al Mrito de la Repblica Italiana.

    Como anotramos, Rodolfo Mondolfo, muri en Buenos Aires el ao 1976, el 16 de julio.

    Entonces, si bien es cierto que desde que se estableci en Argentina, Rodolfo Mondolfo, destac por su labor y por sus obras sobre la filosofa antigua, tambin lo es, que esto no era una innovacin para l. Encontramos que por el ao 1925, Mondolfo escriba La negazione della realt dello spazio in Zenone di Elea, y Veritas filia temporis in Aristotele. Antes, en el ao 1897, Mondolfo,

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    a los 22 aos de edad, sustentaba su Tesis sobre cuestiones de la psicologa de Descartes.

    Otros de sus primeros trabajos versaron sobre Condillac (1902) Hobbes (1903) y Helvetius (1904). Su inters sobre el marxismo y el comunismo se reflej inicialmente en trabajos de 1909, como Tra il diritto di natura e il comunismo, o La Filosofa del Feuerbach e le critiche del Marx.

    Rodolfo Mondolfo al estar exiliado en la Argentina desde el ao 1939 -lejos de la intolerancia fascista de la Italia de ese entonces-, retoma su acercamiento con los temas sobre Marx y el comunismo, aunque en mucho menos grado. Es en Argentina donde, en el ao 1940, se publica su obra de de 362 pginas: El materialismo histrico. Luego, en 1942, public En los orgenes de la filosofa de la cultura, inspirndose en el trabajo del profesor de la universidad de Buenos Aires, Francisco Romero: Los problemas de la filosofa de la cultura, cuya obra provocaba una activa crtica por los estudiosos de ese entones. Algunos aos despus, Mondolfo, publica algunos escritos sobre el socialismo como Evolucin del socialismo (1955) y El materialismo histrico en Engels y otros ensayos (1956).

    La lista de la bibliografa que compone la vasta obra de Rodolfo Mondolfo, aunque data de tiempos lejanos, tiene gran relevancia histrica y actual, por la importancia de su anlisis humanista.

    En trminos generales podemos precisar que la gran parte de sus estudios sobre la historia antigua los desarrolla desde su exilio en la Argentina, mientras que en lo que respecta a sus estudios sobre el marxismo y el leninismo, los desarroll en la primera parte de su vida, cuando an resida en Italia. Debemos reconocer que algunas de sus obras sobre la filosofa griega y romana, slo estn disponibles en algunas bibliotecas de Espaa; muchas otras son imposibles de encontrar, debiendo acudir al mercado anticuario, tanto nacional como internacional, en busca de un mejor resultado.

    Tanto en sus obras sobre la filosofa antigua, como en las que trata sobre determinados personajes, o como en las referidas al marxismo, encontramos siempre un discurso de mensaje humanista. Es as que, desde las reflexiones de su humanismo, pretendemos dar sustento a la idea final de esta obra: la necesidad actual de reflexionar sobre el empoderamiento del ser humano en sus valores, para desde all retomar la crtica hacia la organizacin de nuestra sociedad actual.

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    El enfoque de este autor resulta muy relevante para la idea del empoderamiento humano, pues desde l se logra rescatar grandes reflexiones sobre la importancia de alcanzar una subjetividad autntica y reflexiva, enlazada dialcticamente con la historia y en busca de un espritu humano, libre y dignificado; conceptos hoy ms necesarios que nunca, frente al fracaso de los sistemas polticos de Estado que ms que una crisis econmica, han propiciado una verdadera crisis de valores sociales e individuales.

    Podemos hablar, por un lado, de un humanismo individualista y, por otro, de un humanismo social. El humanismo individualista coloca su mayor inters en las actitudes individuales y, sobre todo, en la perfeccin interior, tanto en el orden de la sensibilidad como del espritu. El humanismo social, en cambio, le otorga privilegio a la sociedad concibiendo al ser humano como un ente histrico y social. Ambos humanismos coinciden en demandar justicia y libertad, entendindolas a stas como situaciones o circunstancias necesarias para sostener y afirmar la dignidad del ser humano; as, el humanismo individualista pone su nfasis sobre el individuo, y el social, sobre la sociedad. En este sentido, entonces, podemos situar a Rodolfo Mondolfo, dentro del humanismo social. El humanismo de Mondolfo es:

    () una direccin antropocntrica que va a la

    persona por el camino de la sociedad y que pone

    especial cuidado en la afirmacin de la accin

    sobre la mera teora. Es un humanismo de

    inspiracin moral, aunque no descuida sus races

    histricas pero en ningn caso invocara la

    tradicin para encerrarse en ella y obstruir el

    camino del futuro, es un humanismo activo y

    progresista que no descuida la incidencia de los

    factores materiales en la vida humana y las

    variaciones que registra la historia, como resultado

    de la misma actividad del hombre.8

    8 Pucciarelli, E., Rodolfo Mondolfo. Maestro insigne de filosofa y humanidad, cit., p. 18.

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    1. RODOLFO MONDOLFO EN CONTEXTO9

    Rodolfo Mondolfo naci en Senigallia el 20 de agosto 1877. Senigallia es un municipio de la provincia de Ancona, en la regin de Marcas, Italia.

    Rodolfo Mondolfo tuvo un hermano, Ugo Guido, con quien se dice que llevaba una muy buena relacin ya que coincidan en sus ideales y sentimientos de solidaridad. Ugo Guido Mondolfo, fue un escritor conocido de su poca, adems de dedicarse a la vida pblica de su pas.

    Fueron los padres de Rodolfo Mondolfo, doa Gismonda Padovano y don Vito Mondolfo.

    En los primeros aos de Rodolfo Mondolfo, Senigallia era una ciudad pequea de unos 20.000 habitantes. Actualmente, tiene unos 44.000. Senigallia, durante la infancia de Mondolfo, fue muy visitada por personas de toda Italia quienes acudan para aprovechar la excepcin aduanera de la que gozaba esa ciudad. Gracias a ello la ciudad adquiri un colorido cosmopolita, que haca de sus meses de verano, unos de playas abarrotadas de turistas.

    Es relevante, en esta parte, referirnos a la persona de Augusta Algranati, esposa de Mondolfo desde el ao 1907, con la que tuvo cuatro hijos. Augusta Algranati tuvo una activa influencia y relevancia en la vida acadmica de Mondolfo. Augusta Algranati fallece antes que Mondolfo, por lo que nuestro autor termin muy afectado acadmica y personalmente. Augusta Algranati fue adems de su esposa, su compaera en el ejercicio profesional y acadmico y, por supuesto, viaj a la Argentina con l y sus tres hijos. La esposa de Mondolfo, Augusta Algranati, ocup un espacio muy importante en la vida de Mondolfo -con ella se cas el 25 de junio de 1907, cuando Mondolfo ejerca la docencia en la Universidad de Padua-. Su esposa se haba doctorado en medicina; a ella se deber la traduccin castellana de un libro alemn de pediatra La neurosis de la infancia, adems del Herclito de Spengler, otro de La edad heroica de la ciencia de W. A. Heidel y otra traduccin de La ciencia de la lgica de Hegel. Esta ltima traduccin la hizo en colaboracin con su esposo Rodolfo Mondolfo. 9 Recordemos que este captulo lo estamos desarrollando con los datos bilbiogrficos proporcionados por Pr, D., Rodolfo Mondolfo, tomo I, cit., pp. 9 a 50, y de Pucciarelli, E., Rodolfo Mondolfo. Maestro insigne de filosofa y humanidad, cit., pp. 9 a 24.

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    Rodolfo Mondolfo tena cuatro hijos en su matrimonio, pero el menor de ellos falleci en el ao 1918 por culpa de la epidemia de gripe que azot Europa al final de la Primera Guerra Mundial. Esto es algo que tambin es importante tener en cuenta de la vida de Rodolfo Mondolfo, pues es una de las primeras impresiones de su vida. Con ello, podemos entender mejor la sensibilidad humana y social adquirida por nuestro autor; lgicamente, la prdida de un hijo causa un profundo dolor en todo padre. Ugo, Lucio y Silvano eran sus otros tres hijos; todos eran profesionales y fue con todos ellos y con su esposa, con quienes emigr a Argentina.

    Luego, Rodolfo Mondolfo experimentar una segunda impresin brusca en su vida: cuando tena 53 aos de edad, el 30 de octubre de 1930 se producir un gran terremoto que acabar con el tipo de vida que vena llevando nuestro autor en Senigallia. El terremoto sacudi la costa centro-norte de la regin de Marcas y tuvo su mayor efecto, precisamente, en Senigallia. La mayora de la poblacin se salv gracias a un rugido premonitorio que ocurri antes del sismo principal y los habitantes pudieron huir al aire libre. Pese a ello, desgraciadamente, muchas familias se quedaron sin hogar y fueron alojados en barracas y tiendas de campaa.

    La tragedia que provoc el sesmo hizo que la economa de la zona, en particular el turismo, prcticamente se extinguiera, a pesar de las ayudas que se dieron. En Ancona, especialmente en los distritos ms populosos, como Senigallia, los habitantes se encontraron con sus casas destruidas debiendo, por ello, salir de ellas, para buscar alojamiento en el campo, en improvisados campamentos, colonias marinas, chozas, tiendas de campaa y vagones de ferrocarril.10

    Como consecuencia del terremoto, la casa de Rodolfo Mondolfo, ubicada en el centro de Senigallia, no fue la excepcin y tuvo tambin que ser derribada. Sus tres pisos se vieron reducidos a uno. Es un dato interesante, pues apenas nueve aos despus del funesto terremoto, Mondolfo tiene que abandonar Italia.

    La tercera impresin en la vida de nuestro autor, se produce en el ao 1950, que es cuando muere su esposa. Luego, en el desarrollo

    10 Patrignani, G. "Terremoto del 30.10.1930, Marche settentrionali (Senigallia)" [en lnea]. La Valle del Metauro. Banca dati sugli aspetti naturali e antropici del bacino del Metauro, 01 de enero de 1999. Direccin URL: http://www.lavalledelmetauro.org/standard.php?lingua=it&id_sezione=21&id_sottosezione=10&id_sottosottosezione=&record=299. [ltima consulta: 19 enero 2010].

    http://www.lavalledelmetauro.org/standard.php?lingua=it&id_sezione=21&id_sottosezione=10&id_sottosottosezione=&record=299http://www.lavalledelmetauro.org/standard.php?lingua=it&id_sezione=21&id_sottosezione=10&id_sottosottosezione=&record=299
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    de este trabajo, en el apartado sobre el exilio de Rodolfo Mondolfo, veremos lo que nos dej l sobre esta impronta de su vida.

    1.1. Sus aos de estudio

    Fue en Senigallia donde Rodolfo Mondolfo realiz sus primeros estudios de nio y de adolescente, tanto los bsicos como los de secundaria. Estudi en el Liceo de la ciudad, lugar donde predominaban las enseanzas del latn y del griego. Es llamativo referir que cuando Rodolfo Mondolfo iniciaba sus aos de liceo, Ugo Guido, su hermano, los estaba terminando. Ugo Guido se inclin primero por los estudios histricos en la Universidad de Florencia y luego por los de Derecho en la Universidad de Siena. El tener en cuenta esto puede resultar importante para entender mejor a nuestro autor, dado que Ugo Guido influir mucho en los nimos humansticos de Rodolfo, quien tomar el ejemplo de su hermano mayor, ms que el de su propio padre. Rodolfo Mondolfo alcanzar a su hermano en la Universidad de Florencia, aunque aqul le llevaba tres aos de adelanto. Las situaciones que le impuso la naturaleza, la educacin de tendencia humanstica que se imparta en el Liceo donde estudi, as como la influencia fraterna, son situaciones que marcan el camino de vida de nuestro autor y desde muy temprana edad. Rodolfo Mondolfo curs materias obligatorias y algunas que eran nicamente opcionales de sus estudios de filosofa y letras. Finalmente, se decide por los estudios de Historia de la Filosofa y, en 1895, se apunta al Instituto de Estudios Superiores Prcticos y Perfeccionamiento de Florencia. Adems, en Florencia, se adhiri al Partido Socialista Italiano. Nuestro autor se doctor, en noviembre de 1899, bajo la direccin de Felice Tocco un profesor de Historia con quien su hermano mayor haba hecho tambin el Doctorado-. A la vez que estudiaba el Doctorado en filosofa, Mondolfo estudiaba en la Escuela de Magisterio a fin de obtener la habilitacin para la enseanza, tambin llamada venia docendi. Estos estudios, que le duraron dos aos, le valieron para impartir docencia. El diploma que

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    obtiene en esta Escuela, coincide con la fecha en la que se le proclama Doctor. En Florencia, entre 1895 y 1899, los estudios que realiza Mondolfo, tanto de filosofa como de letras, reciban la influencia predominante de ese tiempo, es decir, el de la filosofa positiva y la reaccin de los que retornaban a la filosofa kantiana (neokantianos) y a la filosofa hegeliana (neohegelianos). Adems, en la poca de Mondolfo, en los estudios humansticos, se llevaba el predominio de los modelos alemanes; por ello, a los que se dedicaban a esta materia, se les inculcaba el deber de tener que aprender bien el idioma alemn. La mejor prueba de ello la encontramos en traducciones que luego nuestro autor ha hecho directamente del alemn, en obras como la Ciencia de la Lgica de Hegel11. Este fue el tiempo del triunfo del positivismo sobre las actividades cientficas y culturales. All por el ao 1880 y siguientes, los mayores dilemas de la Italia de esa poca eran puramente prcticos y para personas tambin prcticas. Las preocupaciones de ese tiempo se limitaban a la organizacin econmica, a la educacin y a la salubridad. En ese entonces, la filosofa positivista era suficiente para satisfacer las necesidades del conocimiento. Sin embargo, hacia 1895, cuando Mondolfo empezaba sus estudios filosficos en Florencia, el positivismo encontraba sus primeras crticas dentro de Italia. Los neokantianos, los neohegelianos y los neotomistas, le dedicaban una apasionada crtica a los presupuestos y contenidos de la filosofa positivista. Ricardo Miceli relata bien la realidad de estos ltimos aos del siglo XIX:

    Toda Europa se hallaba entonces dedicada a la

    investigacin positiva, glorioso legado del

    pensamiento renacentista, y las ideas de Darwin,

    sostenidas con amplitud de documentacin en la

    obra El origen de las especies, aparecidas () en

    1859, se preparaban para ejercer su influencia en

    todas las ramas de lo conocido; desde la historia a

    la psicologa; desde el derecho a la pedagoga.12

    11 Recordemos que esta traduccin la hizo conjuntamente con Augusta Algranati quien fuera tambin una importante profesional, adems de su esposa. 12 Miceli, R., La filosofa italiana actual, Losada, Buenos Aires, 1940, p. 20.

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    Al lado de las inclinaciones positivistas, nuestro autor conoci tambin las posiciones neokantianas, las que gozaban, de igual forma, de reconocidos representantes dentro de la Universidad de Florencia. Felice Tocco profesor de Historia de la filosofa- fue uno de los que influy mucho en Rodolfo Mondolfo. Tocco fue un renombrado historiador de la filosofa que le dio tres aos de enseanza a Mondolfo. Fue un tipo muy instruido en las ramas de la historia de la filosofa, por lo que, en este mbito, se le consideraba uno de los ms importantes. Durante los aos 1898 y 1899, Mondolfo estudia filosofa terica con el profesor Giuseppe Tarozzi, quien fue discpulo de Roberto Ardig. Pese a que Mondolfo no lleg a ser discpulo personal de Ardig, la influencia que ejercieron sobre l las ideas de este personaje, se hicieron notar en sus estudios universitarios de Florencia. Para entender a Roberto Ardig, hay que tener en cuenta primero, el concepto de Filosofa como ciencia general y complejo de ciencias especiales que tena Herbert Spencer (y los positivistas en general). Para l la filosofa no tendra un objeto propio, sino que se reducira a la sntesis de los resultados de las ciencias particulares:

    Es el producto final de la operacin que comienza

    por una simple recopilacin de observaciones, que

    contina por la elaboracin de proposiciones ms

    amplias y ms desligadas de casos particulares, y

    termina en proposiciones universales. Para dar a

    la definicin su forma ms sencilla y clara,

    diremos: el conocimiento vulgar es el saber no

    unificado; la ciencia es el saber parcialmente

    unificado; la filosofa es el saber completamente

    unificado. () El objeto esencial de la filosofa es

    la unificacin completa del conocimiento, ya en

    parte unificado por la ciencia.13

    13 Spencer, H., Los primeros principios, Comares, Granada, 2009, pp. 89 y 104. Herbert Spencer agrega adems en la primera de estas pginas: Tal es, al menos el sentido que debemos atribuir a la palabra filosofa, cuando la usemos. Con esa

    definicin, aceptamos todo lo comn a los diversos conceptos antiguos y modernos

    de la voz filosofa, y desechamos todo lo diferente y lo que excede los lmites de la

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    Por su parte, Ardig14, sin apartarse totalmente de esta idea, la cambia en dos sentidos: por un lado, se propone encontrar un lugar para algunas ciencias filosficas especiales que tienen como objeto el hecho psquico, sea tomado como hecho individual (lgica, gnstica15, esttica), sea tomado como hecho social (tica, ciencia de la justicia, economa); y, por otro lado, defiende que la filosofa no se limita a recoger los resultados de las otras ciencias particulares, sino que trata de impulsar el proceso inductivo hasta el ltimo lmite, recogiendo as el principio supremo del ser. Ardig tena una gran habilidad para registrar las experiencias interiores; es por ello, que los datos, hechos o fenmenos que estudia son de los de la experiencia interna. Para Ardig, esos datos son construidos por la actividad sinttica del yo, que l llamaba de autosntesis. Los datos externos, los de la experiencia exterior, son de igual forma construidos por la actividad sinttica del yo en la heterosntesis. El yo y el no yo, el sujeto y el objeto, el yo y la naturaleza se obtienen de la actividad sinttica del espritu, que funciona con los datos que provienen de lo indistinto. Spencer se haba referido al ignoramus o ignorabimus, es decir lo incognoscible. Ardig se refiere al indistinto. l critica la doctrina de Spencer sobre el incognoscible, y afirma que el todo s es cognoscible, aunque inagotable y, con ello, tambin siempre desconocido. Este todo es indiferenciado, cada vez se va mostrando ms como es, aunque no pueda mostrarse completamente, y da lugar a una serie de relaciones cognoscitivas que son verdaderas y que nunca agotan su posibilidad y capacidad de ser conocidas. En la doctrina de lo indiferenciado la evolucin es concebida por l

    inteligencia humana. En suma, nos ceimos a dar a esa palabra el sentido preciso

    que tiende a prevalecer en la actualidad. Desde este punto de vista, la filosofa

    presenta dos formas distintas, de las cuales se puede tratar separadamente. Por

    una parte, puede tener por objeto las verdades universales, no citando las

    particulares sino como comprobacin y aclaracin de aqullas. Por otra, partiendo

    de las verdades universales como de principios admitidos, puede abordar las

    particulares, interpretndolas por las universales. En ambos casos hemos de

    estudiar las verdades universales; pero en el uno hacindolas desempear un papel

    pasivo y en el otro un papel activo; en el uno son los productos los instrumentos de

    la ciencia; a lo primero lo llamaremos filosofa general; a lo segundo, filosofa

    especial. 14 Ardig, R., La morale dei positivisti; Relativit della logica umana; La coscienza vecchia e le idee nuove; Empirismo e scienza, Draghi Angelo, Padova, 1908, pssim. 15 Viene de gnosticismo, que es una doctrina filosfica y religiosa de los primeros siglos de la Iglesia, mezcla de la cristiana con creencias judaicas y orientales, que se dividi en varias sectas y pretenda tener un conocimiento intuitivo y misterioso de las cosas divinas.

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    como un indefinido proceso de autodistincin. Sin embargo, esto no debe permitirnos olvidar que uno de los ms insistentes esfuerzos de Ardig ha sido precisamente el de unir proceso psquico y proceso fsico16 y, fundamentalmente, la sensacin con la naturaleza. Es la identificacin, o identificacin intentada, entre sensacin (en sentido amplio) y ser. El anlisis de Spencer y de Ardig, discurren por distintos caminos. Spencer se iniciaba de lo indistinto a lo distinto, de lo homogneo a lo heterogneo; esta forma de anlisis haca complicado el lograr explicarse de qu manera resultaba lo ltimo de lo primero. Spencer desarrolla su idea de una interpretacin general de la realidad basndose en el principio de la evolucin. Segn Spencer, la filosofa tiene como objeto el conocimiento de la evolucin en todos los mbitos de la realidad dada, pero en nada equivalente a la realidad absoluta. La realidad dada se ubica en la sucesin de los fenmenos y, la ciencia, debe ceirse a lo relativo (lo positivo), ya que el absoluto es incognoscible. De esta forma resulta que la evolucin es la ley universal que conduce y gobierna todos los fenmenos en tanto que manifestaciones de lo incognoscible (algo que no es una realidad material o espiritual, simplemente es algo que resulta imposible de concebir, de comprender o de poder formarse una idea, y nicamente puede aludirse a ello como el fondo ltimo de la realidad universal). La evolucin es una realidad que se encuentra sometida a una ley universal, y sta es la que pone a disposicin los primeros principios del saber cientfico. Filosofa y ciencia deben ponerse en manos del conocimiento de la evolucin, dentro de una realidad no trascendente. As, Spencer imputar y emplear su concepto de ley universal a todos los aspectos de la realidad. En la evolucin no existe finalidad, todo equilibrio supone un punto de partida para una nueva desintegracin. El universo al completo se encuentra sometido a un ritmo constante y eterno con incesantes cambios y, toda disolucin (que pueda parecer un supuesto final) nicamente resulta siendo un mero movimiento de compensacin y equilibrio:

    () la evolucin es una integracin de materia

    acompaada de una disipacin de movimiento,

    16 Ardig, R., La psicologia come scienza positiva, Viviano Guastalla, Mantova, 1870, pssim.

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    durante las cuales, tanto la materia como el

    movimiento an no disipado, pasan de una

    homogeneidad indefinida e incoherente a una

    heterogeneidad definida y coherente. () el

    cambio de una simplicidad confusa en una

    complejidad distinta, en la doble distribucin de la

    materia y del movimiento, es a la vez una

    concentracin de materia y una disipacin de

    movimiento; por consiguiente, la evolucin, o sea

    la redistribucin de materia y de movimiento no

    disipado procede de una coordinacin difusa,

    homognea e indeterminada a una coordinacin

    concentrada, heterognea y determinada.17

    Por el contrario, el anlisis de Ardig se inicia de lo distinto (autosntesis y heterosntesis) para luego llegar a lo indistinto, que no resulta siendo algo absoluto, real, oscuro o difcil de entender, aunque s desconocido (como en Spencer), sino que resulta siendo un concepto lmite al igual que la cosa en s kantiana. Estas ideas s que influyen sobre Rodolfo Mondolfo, pues para l, conocer es tambin relacionar. Como lo refiere el profesor Diego F. Pro, otros de los que influy sobre Mondolfo, aunque indirectamente, fue Francesco Acri18 a quien nuestro autor sucedi en la ctedra de Historia de la Filosofa. Acri fue un profesor de Bolonia cuya forma de ensear no tena como finalidad, simplemente, el trasladarle la ciencia al futuro profesor de filosofa, como si dicho futuro profesor estuviera hueco o vaco. Acri buscaba crear virtud propiciando en el criterio de los discentes determinadas ideas propias y principales que sujeten y susciten bajo su dependencia, a muchas otras ideas, cual semillas que se desarrollan en el t