Tesis de Roma- Tesis Sobre La Táctica Del Partido Comunista de Italia (1922)

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Amadeo Bordiga

"Tesis de Roma" Tesis sobre la tctica del Partido Comunista de Italia

I. Naturaleza orgnica del partido comunistaII. Proceso de desarrollo del partido comunistaIII. Relaciones entre el partido comunista y la clase obreraIV. Relaciones del partido comunista con otros movimientos polticos proletariosV. Elementos de la tctica del partido comunista extrados del examen de las situacionesVI. Accin tctica "indirecta" del partido comunistaVII. Accin tctica "directa" del partido comunista

Escrito:Por Amadeo Bordiga en 1922.Primera publicacin:DeRassegna Comunista, ao II n. 17 del 30 de Enero de 1922.Fuente:Buro Internacional por el Partido Revolucionario.Esta Edicin:Marxists Internet Archive, abril de 2002.

I.Naturaleza orgnica del partido comunista1. - El Partido Comunista, que es el partido poltico de la clase proletaria, se presenta en su accin como una colectividad operante con una direccin unitaria. Los mviles iniciales que conducen a los elementos y grupos de esta colectividad a encuadrarse en un organismo de accin unitaria son los intereses inmediatos que las condiciones econmicas suscitan entre los grupos de la clase trabajadora. Una caracterstica esencial de la funcin del partido comunista es el empleo de las energas as encuadradas para el logro de objetivos que, al ser comunes a toda la clase trabajadora y al estar situados al trmino de toda la serie de luchas, superan integrndolos los intereses de los grupos particulares y las reivindicaciones inmediatas y contingentes que la clase trabajadora pueda plantearse.2. - La integracin de todos los impulsos elementales en una accin unitaria se manifiesta a travs de dos factores principales: uno de ellos es la conciencia crtica de la cual el partido extrae su programa; el otro es la voluntad expresada en el instrumento con el cual el partido opera, su organizacin disciplinada y centralizada. Sera errneo considerar a estos dos factores, de conciencia y de voluntad, como facultades que puedan obtenerse o deban exigirse de cada individuo, ya que slo se realizan por medio de la integracin de la actividad de muchos individuos en un organismo colectivo unitario.3. -A la precisa definicin de la conciencia terico-crtica del movimiento comunista, contenida en las declaraciones programticas de los partidos y de la Internacional Comunista, al igual que a la organizacin de los primeros y de la segunda, se ha llegado y se llega a travs del examen y del estudio de la historia de la sociedad humana, de su estructura en la presente poca capitalista, desarrollados con los datos, las experiencias de la lucha proletaria real, y en la activa participacin en la misma.4. - La proclamacin de estas declaraciones programticas, del mismo modo que la designacin de los hombres a los que se confan los diferentes puestos de la organizacin del partido, resultan formalmente de una consulta democrtica en las reuniones representativas del partido, aunque, en realidad, deben entenderse como un resultado del proceso real que, al acumular los elementos de la experiencia y al realizar la preparacin y la seleccin de los dirigentes, da forma al contenido programtico y a la constitucin jerrquica del partido.

II. Proceso de desarrollo del partido comunista5. - La organizacin del partido proletario se forma y se desarrolla en la medida en que existe dada la madurez de la evolucin de la situacin social la posibilidad de una conciencia y de una accin colectiva unitaria en el sentido del inters general y ltimo de la clase obrera. Por otra parte, el proletariado aparece y acta en la historia como clase cuando toma forma precisamente la tendencia a dotarse de un programa y un mtodo comn de accin, y, por lo tanto, a organizar un partido.6. - El proceso de formacin y de desarrollo del partido proletario no presenta una marcha continua y regular, sino que es susceptible de atravesar, en los planos nacional e internacional, fases muy complejas y perodos de crisis general. Muchas veces se ha verificado un proceso de degeneracin, por el cual la accin de los partidos proletarios ha perdido o se ha ido alejando en vez de acercarse de su carcter indispensable: la actividad unitaria inspirada en las mximas finalidades revolucionarias; en esos casos, dicha actividad se ha ido fraccionando al dedicarse a satisfacer intereses de grupos obreros limitados o al logro de resultados contingentes (reformas), a costa de adoptar mtodos que comprometan el trabajo por las finalidades revolucionarias y la preparacin del proletariado para stas. Por este camino, los partidos proletarios han llegado a menudo a abrir las filas de su organizacin a grupos de elementos que no podan an situarse en el terreno de la accin colectiva unitaria y maximalista. Este hecho siempre fue acompaado por una revisin deformadora de la doctrina y del programa, y por un relajamiento de la disciplina interna, de manera que en vez de tenerse un estado mayor de jefes aptos y decididos para la lucha se entreg el movimiento proletario en manos de agentes encubiertos de la burguesa.7. - En una tal situacin, el retorno a la organizacin del verdadero partido de clase, bajo la influencia de nuevas situaciones y de los acontecimientos que incitan a la clase obrera a la accin, se efecta bajo la forma de una escisin de una parte del partido, que a travs de la controversia sobre el programa, de la crtica de las experiencias desfavorables de la lucha y de la formacin en el seno del partido de una escuela y de una organizacin con su jerarqua propia (fraccin), reconstituye la continuidad de vida de un organismo unitario fundado en la posesin de una conciencia y de una disciplina, de la que surge el nuevo partido. En general, este es el proceso que ha conducido desde la bancarrota de los partidos de la Segunda Internacional al surgimiento de la Tercera Internacional Comunista.8.- El desarrollo del partido comunista despus del desenlace de una crisis semejante, y bajo la reserva de posibles fases criticas ulteriores producidas por nuevas situaciones, puede ser definido, por comodidad de anlisis, como su decurso "normal". Presentando la mxima continuidad en la defensa del programa y en la vida de la jerarqua dirigente (por encima de las sustituciones personales de jefes infieles o desgastados), el partido despliega tambin el mximo de trabajo eficaz y til destinado a ganar al proletariado para la causa de la lucha revolucionaria. No se trata aqu simplemente de producir un efecto de orden didctico sobre las masas, y mucho menos de la veleidad de exhibir un partido intrnsecamente puro y perfecto, sino de obtener precisamente el mximo rendimiento en el proceso real mediante el cual (como se ver mas adelante) se efecta el desplazamiento de la accin de un nmero cada vez mayor de trabajadores del terreno de los intereses parciales e inmediatos al terreno orgnico y unitario de la lucha por la revolucin comunista, por medio del trabajo sistemtico de propaganda, de proselitismo y, sobre todo, de activa participacin en las luchas sociales. Slo cuando existe una continuidad semejante es posible no solamente vencer las vacilantes desconfianzas del proletariado hacia el partido, sino tambin encausar y encuadrar rpida y eficazmente las nuevas energas adquiridas tanto en el terreno del pensamiento como de la accin comunes, creando esa unidad de movimiento que es una condicin indispensable de la revolucin.9.- Por las mismas razones, debe ser considerado como un procedimiento completamente anormal el de incorporar al partido otros partidos o desprendimientos de partidos. El grupo que se haba distinguido hasta un determinado momento por una posicin programtica diferente y por una organizacin independiente, no aporta un conjunto de elementos tilmente asimilables en bloque, sino que viene a alterar la solidez de la posicin poltica y de la estructura interna del viejo partido, de modo que el aumento de efectivos numricos est lejos de corresponder a un aumento de la fuerza y de la potencialidad del partido, y podra alguna vez paralizar su labor de encuadramiento de las masas en lugar de facilitarlo.Es deseable que se afirme con la mayor rapidez que la derogacin de los dos principios organizativos fundamentales es inadmisible en el seno de la organizacin comunista mundial: no puede existir en cada pas ms que un nico partido comunista, y no se puede adherir a la Internacional Comunista ms que por la va de la admisin individual en el partido comunista del pas dado.

III. Relaciones entre el partido comunista y la clase obrera10.- La delimitacin y definicin de los rasgos distintivos del partido de clase, que son la base de su estructura constitutiva en cuanto rgano del sector ms avanzado de la clase proletaria, no slo no impiden, sino que exigen que el partido deba estar estrechamente relacionado con el resto del proletariado.11.- La naturaleza de estas relaciones resulta del modo dialctico de considerar la formacin de la conciencia de clase y de la organizacin unitaria del partido de clase. Este conduce a una vanguardia del proletariado desde el terreno de los movimientos espontneos parciales, suscitados por los intereses de grupos, al terreno de la accin proletaria general; pero no lo logra negando aquellos movimientos elementales, sino integrndolos y superndolos a travs de la experiencia viva, incitando a su realizacin, tomando parte activa en ellos, siguiendo atentamente todo su desarrollo.12.- La obra de propaganda ideolgica y de proselitismo para la militancia poltica, que el partido realiza constantemente, es, pues, inseparable de la accin real y de todo el desarrollo del movimiento proletario. Es un error banal el considerar contradictoria la participacin en luchas por resultados contingentes y limitados con la preparacin de la lucha revolucionaria final y general. La existencia misma del organismo unitario del partido, con las indispensables condiciones de claridad programtica y de slida disciplina organizativa, aporta la garanta de que jams se atribuir a las reivindicaciones parciales el valor de fin en si mismas y de que se considerar la lucha para lograrlas slo como un medio para adquirir experiencia y entrenamiento para la til y eficaz preparacin revolucionaria.13.- El partido comunista participa, pues, en la vida de todas las formas de organizacin econmica del proletariado que estn abiertas a los trabajadores de toda fe poltica (sindicatos, consejos de fabrica, cooperativas, etc.). Una posicin fundamental para el til desarrollo de la obra del partido es la de sostener que todos los rganos de tal naturaleza deben ser unitarios, es decir, comprender a todos los trabajadores que se encuentran en una situacin econmica especfica. El partido toma parte en la vida de estos rganos mediante la organizacin de sus miembros comprometidos en los mismos en grupos o clulas ligados a su propia estructura. Participando en primera lnea en las acciones de los rganos econmicos de los que forman parte, tales grupos atraen hacia s y, por lo tanto, hacia las filas del partido, a los elementos que en el desarrollo de la accin han madurado para ello. Ellos tienden a conquistar en sus organizaciones el respaldo de la mayora y los cargos electivos, convirtindose as en la correa de transmisin natural de las consignas del partido. De esta forma, se realiza todo un trabajo que es de conquista y de organizacin, no limitado a la operacin de propaganda y de proselitismo o a las campaas electorales internas en las asambleas proletarias, sino desarrollado, sobre todo, al calor de la lucha y de la accin, ayudando a los trabajadores a extraer las experiencias ms tiles.14. - Todo el trabajo y el encuadramiento de los grupos comunistas tiende a dar al partido el control definitivo de los rganos dirigentes de los organismos econmicos y, en primer lugar, el de las centrales sindicales nacionales que se revelan como el mecanismo ms seguro de direccin de los movimientos del proletariado que no est encuadrado en las filas del partido. Considerando que su mximo inters reside en evitar las escisiones de los sindicatos y de los otros rganos econmicos, mientras su direccin est en manos de otros partidos y corrientes polticas, el partido comunista no establecer que en la ejecucin de los movimientos dirigidos por tales organismos sus militantes se comporten en oposicin a las disposiciones de stos en lo que se refiere a la accin, realizando, no obstante, la crtica ms abierta de la accin misma y de la obra de los dirigentes.15. - Adems de participar de esta manera en la vida de los organismos proletarios que surgen naturalmente por la presin de reales intereses econmicos, y adems de favorecer su extensin y fortalecimiento, el partido har esfuerzos para que su propaganda ponga en evidencia los problemas de real inters para los obreros que pueden dar lugar en el desarrollo de las situaciones sociales a nuevos organismos de lucha econmica. Con todos estos medios, el partido ampla y refuerza la influencia que por miles de lazos se extiende desde sus filas organizadas a todo el proletariado, aprovechando para ello todas sus manifestaciones y posibilidades de intervencin en la actividad social.16. - Sera totalmente errnea la concepcin que fundase el organismo de partido en la exigencia de una perfecta conciencia crtica y de un completo espritu de sacrificio en cada uno de sus adherentes considerados individualmente, y que limitase las capas de la masa ligadas al partido a uniones revolucionarias de trabajadores constituidas en el campo econmico con un criterio escisionista, y que incluyesen nicamente a los proletarios que aceptan determinados mtodos de accin. Por otra parte, no se puede exigir que a plazo fijo, o en la vspera del inicio de acciones generales, el partido haya llenado el requisito de encuadrar bajo su comando, o directamente en sus propias filas, a la mayora del proletariado. Semejante exigencia no puede ser presentada a priori prescindiendo del real desenvolvimiento dialctico del proceso de desarrollo del partido, y no tiene ningn sentido ni siquiera terico confrontar el nmero de proletarios encuadrados en la organizacin disciplinada y unitaria del partido (o bajo su influencia) con el nmero de proletarios desorganizados y dispersos, o que estn a la zaga de organismos corporativos incapaces de ligazn orgnica.A continuacin, se tiende a definir cules son y cmo pueden establecerse las condiciones que deben regir las relaciones del partido con la clase obrera, para hacer posibles y eficaces determinadas acciones.

IV. Relaciones del partido comunista con otros movimientos polticos proletarios17. - Por estar organizada en otros partidos polticos, o bien por simpatizar con stos, una parte del proletariado es especialmente reacia a encuadrarse en las filas y en torno al partido comunista. Todos los partidos burgueses tienen adherentes proletarios, pero aqu nos interesan sobre todo los partidos socialdemcratas y las corrientes sindicalistas y anarquistas.18. - Debe desarrollarse una crtica incesante de los programas de estos movimientos, demostrando su insuficiencia para la emancipacin proletaria. Esta polmica terica ser tanto ms eficaz cuanto ms pueda demostrar el partido comunista que las crticas a tales movimientos hechas desde hace tiempo por l, y desarrolladas segn sus propias concepciones programticas, son confirmadas por la experiencia proletaria. Por esta razn, en dichas polmicas no se debe enmascarar la divergencia de mtodos, no slo respecto a los problemas del momento, sino tambin a los desarrollos ulteriores de la accin del proletariado.19. - Por otra parte, esas polmicas deben reflejarse en el campo de la accin. Participando en las luchas de los organismos econmicos proletarios dirigidos por los socialistas, sindicalistas o anarquistas, los comunistas no se negarn a acompaar la accin de los mismos, salvo en el caso de que el conjunto de la masa se rebele espontneamente; pero demostrarn cmo, en un momento dado de su desarrollo, esta accin se vuelve impotente o utpica a causa del mtodo errneo de los dirigentes, mientras que con el mtodo comunista se habran conseguido mejores y ms tiles resultados para los fines del movimiento general revolucionario. En la polmica, los comunistas distinguirn siempre entre los jefes y las masas, atribuyendo a los primeros la responsabilidad de los errores y de las culpas, y no dejarn de denunciar con igual vigor la obra de aquellos dirigentes que, aunque puedan tener un sincero sentimiento revolucionario, propugnan una tctica peligrosa y errnea.20. - Un objetivo esencial del partido comunista es el de ganar terreno en el seno del proletariado, incrementando sus efectivos y su influencia en detrimento de los partidos y corrientes polticas proletarias disidentes. Este objetivo debe ser alcanzado con su participacin en la lucha proletaria real, sobre un terreno que puede ser simultneamente de accin comn y de recproca oposicin, a condicin de no comprometer jams la fisonoma programtica y organizativa del partido.21. - Para atraer a los proletarios que pertenecen a otros movimientos polticos, el partido comunista no puede emplear el mtodo de constituir en el seno de esos grupos fracciones organizadas de comunistas o de simpatizantes comunistas. En los sindicatos, como es lgico, este mtodo se aplica para realizar un trabajo de penetracin, sin el propsito de hacer salir de los sindicatos a los grupos comunistas que estn all organizados; pero aplicado a los movimientos polticos, semejante mtodo comprometera la unidad orgnica del partido, por las razones ya mencionadas a propsito del desarrollo de su organizacin.22. - En la propaganda y en la polmica, ser oportuno tener en cuenta que en las filas sindicalistas y anarquistas militan muchos trabajadores que estaban maduros para la concepcin de la lucha unitaria revolucionaria, y que han sido desviados slo como reaccin a las pasadas degeneraciones de los partidos polticos guiados por los socialdemcratas. La aspereza de la polmica y de la lucha contra los partidos socialistas ser un elemento esencial para reincorporar a aquellos trabajadores en el terreno revolucionario.23. - La evidente incompatibilidad que existe entre pertenecer al partido comunista y adherir simultneamente a otro partido poltico se extiende, adems, a aquellos organismos que, aunque no tengan nombre y organizacin de partido, poseen tambin carcter poltico, y an a todas las asociaciones que hacen de la aceptacin de tesis polticas dadas la base para la adhesin de sus miembros, como es en especial el caso de la masonera.

V. Elementos de la tctica del partido comunista extrados del examen de las situaciones24. - Con los puntos precedentes se han establecido los criterios generales que regulan, en funcin de la naturaleza misma del partido comunista, sus relaciones organizativas con otras instancias del proletariado. Antes de abordar los trminos propiamente tcticos de la cuestin, es necesario detenerse en el anlisis de los elementos resolutivos de cada problema tctico, y que estn dados por el examen de la situacin momentnea que se atraviesa. El programa del partido comunista contiene una perspectiva de acciones sucesivas relacionadas con la sucesin de las situaciones, segn el proceso de desarrollo que generalmente se les atribuye. Existe, pues, una estrecha conexin entre las directivas programticas y las reglas tcticas. Por consiguiente, el estudio de la situacin aparece como un elemento integrador orientado a la resolucin de los problemas tcticos, dado que el partido haba previsto ya en su conciencia y experiencia crtica un cierto desenvolvimiento de las situaciones y, por tanto, ya haba delimitado las posibilidades tcticas correspondientes a la accin a desarrollar en las distintas fases. El examen de la situacin permitir controlar la exactitud del planteamiento programtico del partido; el da en que este examen impusiese una revisin sustancial, el problema sera mucho ms grave que los que pueden resolverse gracias a una simple conversin tctica, y la inevitable rectificacin de la visin programtica no podra dejar de tener consecuencias seras sobre la organizacin y la fuerza del partido. ste debe, pues, esforzarse por prever el desenvolvimiento de las situaciones para imprimir en ellas ese grado de influencia que le es posible ejercer; pero la conducta de esperar las situaciones dejando que ellas, de modo eclctico y discontinuo, den las indicaciones y las sugestiones, es un mtodo caracterstico del oportunismo socialdemcrata. Los partidos comunistas suscribiran la ruina de la construccin ideolgica y militante del comunismo si se viesen constreidos a adaptarse a l.25. - El partido comunista alcanza su carcter unitario y tiende a la realizacin de todo un proceso programtico en cuanto agrupa en sus filas a aquella parte del proletariado que, al organizarse, ha superado la tendencia a moverse nicamente por los impulsos inmediatos determinados por las restrictas situaciones econmicas. Los movimientos de conjunto del partido dejan de estar inmediata y determinsticamente influenciados por la situacin especfica para pasar a depender de sta en forma racional y voluntaria, pues la conciencia crtica y la iniciativa de la voluntad, que tienen un valor muy limitado en los individuos, son realizadas en la colectividad orgnica del partido; tanto ms cuanto que el partido comunista se presenta como precursor de esas formas de asociacin humana que, al haber superado la informe organizacin econmica presente, adquieren la facultad de dirigir racionalmente (en lugar de soportar pasivamente) el juego y las leyes de los hechos econmicos.26. - Sin embargo, el partido no puede emplear su voluntad e iniciativa en una direccin caprichosa y en una medida arbitraria. Los lmites dentro de los cuales debe y puede fijar la una y la otra le son impuestos precisamente por sus directivas programticas, como tambin por la posibilidad y oportunidad de acciones que se deduzcan del examen de las situaciones contingentes.27. - Del examen de la situacin se debe extraer un juicio sobre las fuerzas del partido y sobre la relacin entre stas y las de los movimientos adversarios. Sobre todo, es necesario preocuparse por juzgar la extensin de la capa del proletariado que seguira al partido si ste emprendiese una accin y trabase una lucha. Se trata de formarse una nocin exacta de las influencias y de los impulsos espontneos que la situacin econmica determina en el seno de las masas, as como de la posibilidad de desarrollo de estos impulsos por efecto de las iniciativas del partido comunista y del comportamiento de los otros partidos. Las influencias de la situacin econmica sobre la combatividad de clase del proletariado son muy complejas, segn estemos en presencia de un periodo de creciente florecimiento de la economa burguesa o de un periodo de crisis y de recrudecimiento de sus consecuencias. El efecto que estas fases ejercen sobre la vida organizativa y sobre la actividad de los organismos proletarios es complejo y no puede ser examinado tomando solamente en consideracin la situacin econmica en un momento dado, para deducir entonces el grado de combatividad del proletariado, ya que se debe tener en cuenta la influencia ejercida por todo el desarrollo de las situaciones precedentes, con sus oscilaciones y variaciones. Por ejemplo, un periodo de florecimiento puede dar lugar a un potente movimiento sindical, que en una crisis sucesiva de empobrecimiento puede ser rpidamente llevado a posiciones revolucionarias, conservando a favor del xito revolucionario la extensin de su encuadramiento de masas. O bien, un periodo de empobrecimiento progresivo puede dispersar de tal modo al movimiento sindical que en el periodo sucesivo de florecimiento ste sea incapaz de ofrecer materia suficiente para un encuadramiento revolucionario. Estos ejemplos, que podran ser invertidos, "sirven para probar que las curvas de la situacin econmica y de la combatividad de clase son determinadas por leyes complejas; la segunda depende de la primera, pero no se asemejan en la forma". En determinados casos, al ascenso (o descenso) de la primera puede corresponder indistintamente el ascenso o el descenso de la segunda.28.- Los elementos integrantes de esta investigacin son muy variados. Ellos consisten en el examen de las tendencias efectivas a la constitucin y al desarrollo de las organizaciones del proletariado, y en el anlisis de las reacciones incluso psicolgicas que producen en l las condiciones econmicas, como tambin las mismas actitudes e iniciativas sociales y polticas de la clase dominante y de sus partidos. En el campo poltico, el examen de la situacin ha de completarse con el anlisis de las posiciones y fuerzas de las distintas clases y partidos respecto al poder del Estado. En este aspecto, se pueden clasificar en fases fundamentales las situaciones en las cuales el partido comunista puede tener que actuar, y cuya sucesin normal lo lleva a reforzar sus efectivos y, al mismo tiempo, a precisar cada vez ms los lmites de su tctica. Estas fases pueden ser indicadas as: poder feudal absolutista - poder burgus democrtico gobierno social demcrata - interregno de guerra social en que se vuelven inestables las bases del Estado - poder proletario en la dictadura de los consejos. En cierto sentido, el problema de la tctica no consiste solamente en elegir la buena va para una accin eficaz, sino tambin en evitar que la accin del partido rebase sus lmites convenientes, replegndose en mtodos que corresponden a situaciones superadas, lo que provocara como consecuencia la detencin del proceso de desarrollo del partido y un repliegue en la preparacin revolucionaria. Las consideraciones que siguen se referirn sobre todo a la accin del partido en la segunda y tercera de las fases polticas mencionadas.29. - La posesin por parte del partido comunista de un mtodo y de una conciencia crticos, que conducen a la formulacin de su programa, es una condicin de su vida orgnica. Por ello, el partido y la Internacional Comunista no pueden limitarse a establecer la mxima libertad y elasticidad de tctica, confiando al juicio de los centros dirigentes previo examen de las situaciones la ejecucin de la misma. No teniendo el programa del partido el carcter de un simple fin a ser alcanzado por cualquier va, sino el de una perspectiva histrica de vas y fines ligados entre si, en las situaciones sucesivas, la tctica debe estar en relacin con el programa; por ello mismo, las normas tcticas generales para las sucesivas situaciones deben estar precisadas dentro de ciertos lmites que no son rgidos, pero que son cada vez ms precisos y menos oscilantes a medida que el movimiento se refuerza y se aproxima a su victoria general. Slo un criterio semejante puede permitir aproximarse cada vez ms a la mxima centralizacin efectiva en los partidos y en la Internacional para la direccin de la accin, de modo que la ejecucin de las disposiciones centrales sea aceptada sin resistencias, no slo en el seno de los partidos comunistas, sino tambin en el movimiento de masas que ellos han llegado a encuadrar. No debe olvidarse que en la base de la aceptacin de la disciplina orgnica del movimiento est la iniciativa de los individuos y de los grupos (dependiente de las influencias de la situacin y de sus desarrollos) y en un progreso continuo y lgico de experiencias y de rectificaciones del camino a seguir para conducir ms eficazmente la lucha contra las condiciones de vida impuestas al proletariado por el actual orden social. Por consiguiente, el partido y la Internacional deben exponer sistemticamente el conjunto de las normas tcticas generales, para la aplicacin de las cuales podrn llamar a la accin y al sacrificio a las filas de sus adherentes y a las capas del proletariado que lo entornan, demostrando cmo tales normas y perspectivas de accin constituyen la va inevitable para alcanzar la victoria. Es, pues, una necesidad prctica y organizativa, y no el deseo de teorizar y esquematizar la complejidad de los movimientos que el partido podr ser llamado a emprender, la que conduce a establecer los trminos y los lmites de la tctica del partido. Precisamente por estas razones muy concretas, el partido debe adoptar decisiones que parecen restringir sus posibilidades de accin, pero que son las nicas que garantizan la unidad orgnica de su obra en la lucha proletaria.

VI. Accin "tctica indirecta" del partido comunista30. - Cuando falten las condiciones para una accin tctica que, por estar encaminada al asalto del poder burgus con las fuerzas de que dispone el partido comunista (y de la cual se hablar ms adelante), se puede definir como directa, el partido, lejos de restringirse a un puro y simple trabajo de proselitismo y de propaganda, puede y debe ejercitar una influencia propia sobre los acontecimientos a travs de sus relaciones con y presiones sobre otros partidos y movimientos polticos y sociales, pugnando por determinar desarrollos de la situacin en un sentido favorable a sus propias finalidades y de modo que se consiga apresurar el momento en que sea posible la accin revolucionaria decisiva. Las iniciativas y actitudes a adoptar en tal caso constituyen un delicado problema, en cuya base es necesario establecer la condicin de que aqullas no deben de ningn modo estar ni aparecer en contradiccin con las exigencias ulteriores de la lucha especfica del partido, de acuerdo con el programa que l es el nico en defender y por el cual el proletariado deber luchar en el momento decisivo. Toda actitud que cause o comporte el paso a un segundo plano de la afirmacin integral de aquella propaganda, la cual tiene no slo valor terico, sino que es, sobre todo, extrada de las posiciones cotidianamente asumidas en la real lucha proletaria y que continuamente debe poner de manifiesto la necesidad de que el proletariado abrace el programa y los mtodos comunistas, toda actitud que del logro de determinados resultados contingentes trate de hacer ya no un medio para ir ms all, sino un fin en s mismo, conducira a un debilitamiento de la estructura del partido y de su influencia en la preparacin revolucionaria de las masas.31. - En la situacin histrico-poltica que corresponde al poder democrtico-burgus, se verifica, en general, una divisin del campo poltico en dos corrientes o "bloques", de derecha y de izquierda, que se disputan la direccin del Estado. Por lo general, al bloque de izquierda adhieren ms o menos abiertamente los partidos socialdemcratas, coalicionistas por principio. El desenvolvimiento de esta lucha no es indiferente al partido comunista, sea porque ella versa sobre puntos y reivindicaciones que interesan a las masas proletarias y que concentran su atencin, sea porque su desenlace con una victoria de la izquierda puede allanar realmente la va a la revolucin proletaria. Al examinar el problema de la oportunidad tctica de formar coaliciones con los elementos de izquierda, y queriendo evitar todo apriorismo falsamente doctrinario o tontamente sentimental y puritano, se debe tener ante todo presente que el partido comunista dispone de una iniciativa de movimiento en la medida en que es capaz de seguir con continuidad su proceso de organizacin y de preparacin, del que recaba esa influencia sobre las masas que le permite llamarlas a la accin. El partido no puede proponerse una tctica que responda a un criterio ocasional y momentneo, creyendo poder ejecutar a continuacin cuando dicha tctica aparezca sbitamente superada una brusca conversin y cambio de frente, transformando en enemigos a sus aliados de ayer. Por consiguiente, si no se quieren comprometer los vnculos con la masa y su fortalecimiento para el momento en que su manifestacin ser mas necesaria, se deber seguir, en las declaraciones y en las actitudes pblicas y oficiales, una continuidad de mtodo y de objetivos en estrecha coherencia con la propaganda y preparacin ininterrumpida de la lucha final.32. - Para preparar ideolgica y prcticamente al proletariado para la lucha revolucionaria por la dictadura, una tarea esencial del partido comunista es la crtica despiadada del programa de la izquierda burguesa y de todo programa que quiera extraer la solucin de los problemas sociales del marco de las instituciones burguesas democrticas y parlamentarias. En su mayor parte, el contenido de los desacuerdos entre la derecha y la izquierda burguesa conmueve al proletariado slo en virtud de falsificaciones demaggicas, que naturalmente no pueden ser desbaratadas con un puro trabajo de crtica terica, sino que deben ser atacadas y desenmascaradas en la prctica y al calor de la lucha. En general, las reivindicaciones polticas de la izquierda (que no tienen en absoluto la finalidad de dar un paso adelante para poner el pie sobre un escaln intermedio entre el sistema econmico y poltico capitalista y el sistema proletario) corresponden a condiciones de mejor funcionamiento y de defensa ms eficaz del capitalismo moderno, tanto por su contenido intrnseco como por su tendencia a dar a las masas la ilusin de que las instituciones presentes puedan ser utilizadas para su proceso emancipador. Esto concierne tanto a las reivindicaciones de extensin del derecho de voto y de otras garantas y perfeccionamientos del liberalismo, como a la lucha anticlerical y todo el bagaje de la poltica "masnica". Las reformas legislativas de carcter econmico o social no tienen otro valor: o su realizacin no se verificar, o slo conseguir verificarse en la medida en que lleguen a crear (y con la intencin de crear) un obstculo al empuje revolucionario de las masas.33. - El advenimiento de un gobierno de la izquierda burguesa, o incluso de un gobierno socialdemcrata, pueden ser considerados como un inicio de la lucha definitiva por la dictadura proletaria, pero no en el sentido de que su obra le creara premisas tiles de carcter econmico o poltico, y menos an con la esperanza de que concederan al proletariado una mayor libertad de organizacin, de preparacin y de acin revolucionaria. El partido comunista sabe y tiene el deber de proclamar, en virtud de razones crticas y de una sangrienta experiencia, que estos gobiernos no respetaran la libertad de movimiento del proletariado hasta tanto ste los reconociese y los defendiese como sus propios representantes, mientras que responderan con la ms feroz reaccin a un asalto de las masas contra la mquina del Estado democrtico. Por ende, es en un sentido muy distinto que el advenimiento de tales gobiernos puede ser til: es decir, en la medida en que su obra permitir al proletariado deducir de los hechos la experiencia real de que slo la instauracin de su dictadura puede provocar una verdadera derrota del capitalismo. Es evidente que dicha experiencia podr ser utilizada eficazmente slo en la medida en que el partido comunista haya denunciado previamente tal fracaso, y conservado una slida organizacin independiente en torno a la cual el proletariado podr reagruparse cuando est obligado a abandonar a los grupos y partidos cuya experiencia gubernamental haba sostenido en parte.34. - Por consiguiente, una coalicin del partido comunista con partidos de la izquierda burguesa, o de la socialdemocracia, no slo daara la preparacin revolucionaria y hara difcil la utilizacin de una experiencia de gobierno de izquierda, sino que prcticamente tambin retardara en general la victoria del bloque de izquierda sobre el de derecha. Ambos bloques se disputan el favor del centro burgus, que se desplaza hacia la izquierda en virtud de la conviccin justa de que la izquierda no es menos contrarevolucionaria y conservadora que la derecha, y de que propone concesiones (en gran parte aparentes y en pequea parte efectivas) para frenar el apremiante movimiento revolucionario contra las mismas instituciones que tanto la derecha como la izquierda aceptan. Por lo tanto, la presencia del partido comunista en la coalicin de izquierda le quitara a ste un squito mayor (ante todo sobre el terreno de la lucha electoral y parlamentaria) que l le aportara con su apoyo, y con una poltica semejante se retardara probablemente la experiencia en vez de acelerarla.35. - Por otra parte, el partido comunista no descuidar el hecho innegable de que las reivindicaciones sobre las que gira la agitacin del bloque de izquierda atraen el inters de las masas, y de que en su formulacin corresponden a menudo a sus exigencias reales. El partido comunista no sostendr la tesis superficial del rechazo de tales concesiones porque slo la conquista revolucionaria final y total merecera los sacrificios del proletariado; esta proclamacin no tendra ningn sentido, dado que, sin lugar a dudas, el proletariado pasara entonces al squito de los demcratas, quedando bajo su control. Por consiguiente, el partido comunista invitar a los trabajadores a aceptar las concesiones de la izquierda como una experiencia, sobre cuyos resultados expresar claramente todas su previsiones pesimistas y la necesidad de que el proletariado no ponga en juego su independencia organizativa y poltica, para no salir arruinado de esta situacin. El partido comunista instar a las masas para que exijan de los partidos de la socialdemocracia (que garantizan la posibilidad de realizacin de las promesas de la izquierda burguesa) el mantenimiento de sus compromisos; y con su crtica independiente e ininterrumpida se preparar a recoger los frutos del resultado negativo de tales experiencias, demostrando cmo toda la burguesa est, efectivamente, enrolada en un frente nico contra el proletariado revolucionario y cmo los partidos que se dicen obreros, pero que sostienen la coalicin con parte de la burguesa, no son ms que sus cmplices y agentes.36. - Las reivindicaciones expuestas por los partidos de izquierda y, particularmente, por los socialdemcratas, son a menudo de tal naturaleza que es til instar al proletariado a moverse directamente para conseguirlas, dado que si la lucha fuese emprendida pondra inmediatamente en evidencia la insuficiencia de los medios con los cuales los socialdemcratas se proponen realizar un programa de medidas benficas para el proletariado. El partido comunista agitar entonces esas mismas reivindicaciones, subrayndolas y precisndolas como bandera de lucha de todo el proletariado, impulsndolo hacia adelante para forzar a los partidos que hablan slo por oportunismo a enrolarse y empearse en la va de la conquista de los mismos. Ya se trate de peticiones econmicas, o incluso de carcter poltico, el partido comunista las propondr como objetivos de una coalicin de los organismos sindicales, evitando la constitucin de comits dirigentes de lucha y de agitacin en los cuales l estara representado y comprometido al lado de otros partidos polticos. Ambas normas responden al objetivo permanente de mantener la atencin de las masas en el programa comunista especfico, como tambin la propia libertad de movimiento para la eleccin del momento en que se deber ampliar la plataforma de accin y desbordar a los otros partidos que se han mostrado impotentes y han sido abandonados por las masas. As entendido, el frente nico sindical ofrece la posibilidad de acciones de conjunto de toda la clase trabajadora. De estas acciones, el mtodo comunista no podr ms que salir victorioso, por ser el nico susceptible de dar un contenido al movimiento unitario del proletariado y por estar libre de toda responsabilidad respecto al trabajo de los partidos que exhiben por oportunismo y con intenciones contrarrevolucionarias su apoyo verbal a la causa del proletariado.37. - La situacin a la que nos referimos puede tomar el aspecto de un asalto de la derecha burguesa contra un gobierno demcrata o socialdemcrata. Tambin en este caso, la actitud del partido comunista no podr ser la de proclamar su solidaridad con gobiernos semejantes, ya que no se puede presentar al proletariado como una conquista a defender un orden poltico cuya experiencia ha sido acogida y seguida en el intento de acelerar en el proletariado la conviccin de que este orden no est hecho a su favor, sino con fines contrarrevolucionarios.38. - Podr suceder que el gobierno de izquierda deje a organizaciones de derecha, a bandas blancas burguesas, llevar a cabo sus hazaas contra el proletariado y sus instituciones, y que no slo no pida el apoyo del proletariado, sino que, adems, pretenda que ste no tenga el derecho a responder con la organizacin de una resistencia armada. En tal caso, los comunistas demostrarn cmo no puede tratarse ms que de una complicidad efectiva, ms an, de una divisin de funciones entre el gobierno liberal y las fuerzas irregulares reaccionarias: la burguesa entonces ya no discute si le es ms conveniente el mtodo del adormecimiento democrtico y reformista o el de la represin violenta, sino que emplea los dos al mismo tiempo. En esta situacin, el verdadero y peor enemigo de la preparacin revolucionaria es el ala liberal del gobierno: sta ilusiona al proletariado diciendo que lo defender en nombre de la legalidad, para as llegar a encontrarlo inerme y desorganizado, y para poder postrarlo en pleno acuerdo con las bandas blancas, el da en que el proletariado se encontrase por fuerza en la necesidad de luchar contra el aparato legal que preside su explotacin.39. - Otra hiptesis a considerar es aquella en que el gobierno y los partidos de izquierda que lo componen invitasen al proletariado a participar en la lucha armada contra el asalto de la derecha. Esta invitacin slo puede preparar una trampa, y el partido comunista la acoger proclamando que las armas en las manos de los proletarios equivale al advenimiento del poder y del Estado proletarios, y la destruccin de la mquina tradicional, burocrtica y militar del Estado, ya que sta no obedecer jamas las rdenes de un gobierno de izquierda llegado al poder con medios legalistas cuando ste llamase al pueblo a la lucha armada, y dado que slo la dictadura proletaria podra dar estabilidad a una victoria sobre las bandas blancas. Por consiguiente, no deber proclamarse ni practicarse ninguna "lealtad" hacia un gobierno de tal gnero y, por sobre todo, se deber indicar a las masas el peligro de que la consolidacin de su poder frente al levantamiento de la derecha o a la tentativa de golpe de Estado entraar la consolidacin del organismo que se opondr al avance revolucionario del proletariado (cuando ste se imponga como la nica va de salida) si el control de la organizacin armada estatal permaneciese en manos de los partidos gubernamentales democrticos, es decir, si el proletariado hubiese depuesto las armas sin haberlas empleado en derrocar las actuales formas polticas y estatales, contra todas las fuerzas de la clase burguesa.

VII. Accin "tctica directa" del partido comunista40. - Hemos considerado el caso en que la atencin de las masas es captada por los postulados que los partidos de la izquierda burguesa y de la socialdemocracia formulan como objetivos a ser conquistados o defendidos, y tambin los casos en que el partido comunista los propone a su vez, con mayor claridad y energa, al mismo tiempo que realiza una crtica abierta de la insuficiencia de los medios propuestos por los otros para realizarlos. Sin embargo, en otros casos, las exigencias inmediatas y urgentes de la clase obrera (tanto de conquista como de defensa) encuentran impasibles a los partidos de izquierda y a los socialdemcratas. Si no dispone de fuerzas suficientes para llamar directamente a las masas a la lucha por esas conquistas, a causa de la influencia que los socialdemcratas ejercen sobre ellas, el partido comunista, evitando ofrecer una alianza a los socialdemcratas, antes bien proclamando que ellos traicionan incluso los intereses contingentes e inmediatos de los trabajadores, formular esas reivindicaciones de la lucha proletaria invocando el frente nico del proletariado, realizado sobre el terreno sindical, para su materializacin. De este modo, el frente nico sindical encontrar en su puesto a los comunistas que militan en los sindicatos y, por otra parte, el partido tendr la posibilidad de intervenir si la lucha tomase otro rumbo, contra el cual inevitablemente se alinearan los socialdemcratas y algunas veces los sindicalistas y anarquistas. Por el contrario, el rechazo de los otros partidos proletarios a efectuar el frente nico sindical por estas reivindicaciones ser utilizado por el partido comunista para destruir su influencia, no slo con la crtica y la propaganda que demuestren cmo ese rechazo revela una verdadera complicidad con la burguesa, sino, sobre todo, con la participacin en primera lnea en las acciones parciales del proletariado que la situacin no dejar de suscitar sobre la base de esos objetivos por los cuales el partido habra propuesto el frente nico sindical de todas las organizaciones locales y de todas las categoras. El partido comunista obtendr, as, la demostracin concreta de que los dirigentes socialdemcratas, al oponerse a la extensin de las acciones, preparan su derrota. Naturalmente, el partido comunista no se limitar a esta tarea de cargar sobre los otros la responsabilidad de una tctica errada, sino que, con extrema sagacidad y estricta disciplina, inquirir si no ha llegado el momento de pasar por encima de las resistencias de los contrarrevolucionarios, cuando en el desarrollo de la accin se determine una situacin tal en el seno de las masas que stas seguiran, contra toda resistencia, un llamamiento a la accin del partido comunista. Semejante iniciativa slo puede ser decidida centralmente y es siempre inadmisible que sea tomada localmente por organismos del partido comunista o por sindicatos controlados por los comunistas.41. - Con la expresin de tctica "directa" se indica ms especialmente la accin del partido en una situacin que le sugiera tomar de manera independiente la iniciativa de un ataque al poder burgus destinada a abatirlo o a asestarle un golpe que lo debilite gravemente. Para poder emprender una accin semejante, el partido debe disponer de una slida organizacin interna que le proporcione absoluta certeza de una estricta disciplina a las disposiciones del centro dirigente; adems, el partido debe contar con la misma disciplina de las fuerzas sindicales que dirige, de manera que pueda estar seguro de que gran parte de las masas lo seguir, y tiene an necesidad tanto de un encuadramiento de tipo militar de cierta eficacia, como de todo un equipamiento de accin ilegal (sobre todo de comunicaciones y enlaces incontrolables por parte del gobierno burgus) que le permitan conservar con seguridad la direccin del movimiento en la previsible situacin de ser puesto fuera de la ley por medidas de excepcin. Sobre todo al tomar una decisin de accin ofensiva, de la cual puede depender la suerte de un prolongado trabajo de preparacin, el partido comunista deber basarse en un estudio de la situacin que no slo le asegure la disciplina de las fuerzas que l encuadra y dirige directamente, que no slo le haga prever que los ligmenes que lo unen a lo vivo de la masa proletaria no se rompern en la lucha, sino tambin que le garantice de que su influencia entre las masas y la amplitud de la participacin del proletariado en el movimiento irn creciendo progresivamente en el curso de la accin, ya que su desarrollo podr despertar y dar eficacia a tendencias naturalmente difundidas en las profundas capas de la masa.42. - No siempre un movimiento general iniciado por el partido comunista con la intencin de derrocar el poder burgus podr ser anunciado abiertamente con este objetivo. Salvo en el caso de excepcional precipitacin de las situaciones revolucionarias que subleven al proletariado, la consigna de trabar la lucha podr referirse a reivindicaciones fundamentales que no son todava la conquista del poder proletario, pero que en parte son realizables slo a travs de esta victoria suprema, pese a que las masas los vean como exigencias inmediatas y vitales, y en parte son objetivos limitados. En la medida en que son realizables por un gobierno que no es todava el de la dictadura proletaria, dejan la posibilidad de detener la accin en un cierto punto que conserve intacto el grado de organizacin y de combatividad de las masas, cuando aparezca imposible continuar la lucha hasta la meta sin comprometer, con su desenlace, las condiciones de reemprenderla eficazmente en situaciones ulteriores.43.- Ni siquiera debe excluirse que el partido comunista considere oportuno lanzar directamente la consigna de una accin an sabiendo que no se trata de llegar hasta la conquista revolucionaria suprema, sino slo de conducir una batalla de la cual el adversario salga con su prestigio y su organizacin quebrantados y el proletariado material y moralmente reforzado. En tal caso, el partido llamar a las masas a la lucha, formulando una serie de objetivos que podrn ser aquellos a los que realmente apunta, o que aparecern ms limitados que los que se propone alcanzar en el caso de que la lucha se desarrollo con xito. Sobre todo en el plano de la accin del partido, dichos objetivos debern ser pergeados gradualmente de modo que la conquista de cada uno de ellos constituya una posicin de posible reforzamiento para el sostn de luchas posteriores, evitando al mximo la tctica desesperada de lanzarse a la lucha en condiciones tales que slo el triunfo supremo de la revolucin constituya la probabilidad favorable, mientras que en el caso opuesto exista la certeza de la derrota y de la dispersin de las fuerzas proletarias por un periodo imprevisible. Los objetivos parciales son, pues, indispensables para conservar el control seguro de la accin y su formulacin no est en contradiccin con la crtica que debe hacerse de su contenido econmico y social cuando son considerados por las masas no como ocasiones de lucha, como un medio de encauzarlas hacia la victoria final, sino como finalidades de valor intrnseco y sobre las cuales podran detenerse despus de haberlas conquistado. Naturalmente, siempre es un delicado y tremendo problema el de fijar los fines y los limites de la accin, y es con la experiencia y con la seleccin de sus dirigentes que el partido se templa para esta suprema responsabilidad.44.- El partido debe evitar hacerse y propagar la ilusin de que en una situacin de estancamiento de la combatividad del proletariado sea posible provocar el despertar de las masas para la lucha gracias al simple efecto del ejemplo dado por un grupo de audaces que se lance al combate e intente golpes de mano contra las instituciones burguesas. Las razones por las cuales el proletariado puede levantarse de una situacin de depresin hay que buscarlas en el real desenvolvimiento de las situaciones econmicas; la tctica del partido puede y debe contribuir a este proceso, pero con una obra mucho ms profunda y continua, que no sea el gesto clamoroso de una vanguardia lanzada al asalto.45.- No obstante, el partido se servir de sus fuerzas y de su encuadramiento para realizar acciones bien controladas en su proyecto y en su ejecucin por parte de grupos armados, de organizaciones obreras y de multitudes, que tengan valor demostrativo y defensivo con la mira de dar a la masa la prueba concreta de que con la organizacin y la preparacin es posible enfrentar ciertas resistencias y contraataques de la clase dominante, sean como imposiciones terroristas de grupos reaccionarios armados o como impedimentos policacos a determinadas formas de organizacin y de actividad proletarias. El objetivo no ser el de provocar una accin general, sino el de llevar nuevamente a las masas deprimidas y desmoralizadas hacia el ms alto grado de combatividad, gracias a una serie de acciones que se articulen para despertar en ella los sentimientos y la necesidad del contraataque.46. - El partido evitar absolutamente que en tales acciones locales se llegue a la infraccin de la disciplina interna de los organismos sindicales por parte de los rganos locales y de los comunistas que militan en ellos, puesto que stos no deben llegar a la ruptura con los rganos centrales nacionales dirigidos por otros partidos, debiendo, como ya ha sido dicho, servir al partido como puntos de apoyo indispensables para la conquista de los mismos. Sin embargo, cuando las masas respondan espontneamente a las provocaciones burguesas, el partido comunista y sus miembros las seguirn ofrecindoles activamente todo su apoyo, rompiendo incluso con la disciplina de inaccin y de pasividad de los dirigentes de los sindicatos reformistas y oportunistas.47.- En la situacin que es caracterstica del momento en que el poder del Estado es quebranto en sus bases, y en que est por caer, el partido comunista (que estar en pleno despliegue de sus fuerzas y de agitacin de las masas en torno a sus consignas mximas) no dejar escapar la posibilidad de influir en los momentos de equilibrio inestable de la situacin, aprovechando para ello todas las fuerzas momentneamente concomitantes en la direccin de su accin independiente. Cuando el partido est bien seguro de conquistar el control del movimiento en cuanto la organizacin tradicional estatal haya cedido, podr recurrir a acuerdos transitorios y contingentes con otros movimientos que dispongan de fuerzas en el campo de la lucha, sin hacer de tales alianzas un motivo de propaganda ni una consigna del partido para las masas. En todos los casos, el xito ser la nica medida tanto de la oportunidad de haber accedido a tales contactos, como tambin para efectuar el balance que inmediatamente se deber extraer. La tctica del partido comunista no est dictada por preceptos tericos o por preocupaciones ticas y estticas, sino slo por la real proporcin de los medios al fin y a la realidad del proceso histrico, segn la sntesis dialctica de doctrina y de accin que es el patrimonio de un movimiento destinado a ser el protagonista de la renovacin social ms vasta, el conductor de la guerra revolucionaria ms grande.