Teoría Crítica Reproductivista, Bourdieu, Pierre. Y la Educación humanista, en P. Freire.

Se denomina teoría crítica reproductivista, como el término lo indica, a la teoría que reproduce y perpetúa, mediante la educación, la estructura social preexistente con sus cualidades y estratos que la componen. Esta teoría entiende a la educación a través de la sociedad en la que está inmersa.

El aspecto educativo de esta teoría es la reproducción de las desigualdades sociales, a través de la reproducción cultural, que es ejercida por aquellos que poseen la fuerza material y la cultura a reproducir, es decir, es ejercida por los grupos dominantes.

La educación domesticadora es aquella que busca “alinear” y además

“alienar” a quien recibe esa educación, transformándolo en objeto de manipulación por parte de los educadores quienes responden a las estructuras de dominación social.

La educación humanista es la que produce la integración del individuo a su realidad social, ayudándolo a que pierda el miedo a la libertad. Esta educación transforma la realidad del individuo que se alfabetiza, pues al hacerlo se hace consciente, es decir, que mientras es analfabeto su consciencia está oprimida.

La diferencia entre captación mágica de la realidad y captación crítica de la misma radica en la aprehensión que el sujeto hace de la realidad circundante, esto quiere decir que habrá un alto grado de incorporación de las problemáticas sociales en la consciencia del individuo que es capaz de captar la realidad social tal como ésta se presenta. En cambio, aquel ser humano que no intente captar las cualidades sociales circundantes será víctima de una captación mágica que le proporcionará una consciencia ingenua desaprendida de sentidos auténticos de los sucesos sociales. Es por ende una consciencia artificial, que no es coincidente con la realidad social.

El procedimiento del educador según la concepción humanizadora debe ser

proteger y amparar al más débil, suplir las necesidades básicas intelectuales del que menos tiene, otorgar una educación de excelencia a quien no pueda pagarla, puesto que la educación de excelencia no debe ser patrimonio de unos pocos adinerados.

La finalidad del educador, según esta concepción, es mostrar a cada alumno como valioso, importante en sí mismo y poseedor de cultura. Es decir que tiene la capacidad de crear y generar modificaciones independientemente de la realidad que lo envuelva.

La educación puede y debe ser liberadora, según Freire, porque ésta

constituye el instrumento básico que posee la sociedad para despertar su espíritu crítico, que la lleva a un cambio de mentalidad y de actitud. La educación es liberadora, según el autor, porque el fin de la educación es “formar” un ser humano libre, abierto a la posibilidad de pensar libremente, capaz de transformar su realidad y “crear” una sociedad más inclusiva.