Tengo una espina clavada por Luis Alberto Sánchez

5/11/2018 Tengo una espina clavada por Luis Alberto Sánchez - slidepdf.com

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Tengo una espina clavadaLuis Alberto Sánchez



Durante una cena en Caracas, con motivo de la transmisión del mando

presidencial, un amigo y compañero de partido me dice: “Sabrás que

Arturo Sabroso murió”. Me quedé en suspenso. El añadió: “Sabrás queno pudimos sepultarlo como se lo merecía; se aceleró inesperadamente

el sepelio”. Se me presentó instantáneamente la figura de Sabroso, autor

de la letra de la “Marsellesa aprista”, que es la misma que adoptaron los

socialistas chilenos en 1932 cuando su partido era totalmente democrático.Estoy seguro de que Sabroso habría querido ser enterrado en medio de un

coro fraternal que hubiera entonado la “marcha fúnebre aprista”, compuesta por otro trabajador manual, el tranviario Lucas Cabello, y que él, Sabroso,

en oportunidades luctuosas, tocaba en su acordeón con los ojos llenos de

lágrimas. Tal vez presentía la orfandad de su tránsito final, él que sufrió porla justicia: cárcel, destierro, persecución y tortura.

No conozco figura más enhiesta en el campo de los trabajadores manualesque la de Arturo Sabroso Montoya. Había nacido allá por 1895. Estaba al borde de los ochenta. Perteneció a esa estupenda generación de

anarcosindicalistas que fueron la piedra angular de la transformación

revolucionaria del continente. Estaban saturados con las lecturas deBakunin, Kropotkin, Matilde Serao, Luigi Malatesta, Morote, Francisco

Giner. Eran la extrema izquierda del individualismo y el comienzo del

“societarismo”. González Prada presidía sus ensueños y sus reuniones.Había que lograr que el mundo tuviera una sola cabeza para cortarla de un

tajo. Amaban a la humanidad como a una mujer.



Disfrutaban de su amor como de un pecado nuevo. Fueron los que montaron

las primeras mutuales, las primeras agremiaciones revolucionarias.Estaban encandilados por el nihilismo ruso y el terrorismo mediterráneo.

Admiraban a Nakens, el dinamitero de las ideas. Celebraron la “ejecución”

de Canovas del Castillo. No se arrugaron cuando fracaso” el atentado contra

Alfonso XIII el día de su boda con Victoria de Battenberg. Querían la revolución con un individuo íntegro y pujante. Eran la vanguardia de “gran

transformación”, como dijo Haya de la Torre en su mensaje de la isla deSan Lorenzo en 1923. Anunciaban a Marcuse ese retrasado epígono de

Marx-Bakunin.

Sabroso se instaló en las Universidades Populares González Prada, en 1921,en su reducto textil de Vitarte, de acuerdo con las resoluciones del Congreso

de Estudiantes del Perú de 1920. Quien quiera conocer de veras la curva delmovimiento obrero de América, sobre todo en su vertiente peruana, deberá leer Replicas proletarias libro indispensable, escrito por Sabroso. Usaba

el seudónimo de Gavroche, como aquel pilluelo entusiasta y revolucionario

de Víctor Hugo. Gavroche, como le llamábamos en la intimidad, fue un vigía incansable de los derechos del obrero. Nadie conocía mejor que él la historia

proletaria de América Latina ni los códigos del trabajo.

En 1948 fue el primer secretario general de la ORIT. Su palabra decidía conflictos. A su autoridad moral y técnica no objetaban ni sus peores

antagonistas políticos. Era severo, estoico, fraternal y eficaz. Los últimos

años mellaron su entereza intelectual. Había sufrido demasiado y trabajadoen exceso. No siempre se resisten esas condenas del destino, esas duras

presiones de la adversidad. Moralmente les hizo frente. La parte física

suele rendirse antes que la moral. Desde 1970, ya más que septuagenario,empezó a decaer corporalmente.

Fue miembro del Congreso Constituyente del Perú en 1931, y exiliado por

esa causa en Arica en 1932. Debió ser senador en 1945. La vida política tiene altibajos: Sabroso irguió sobre ellos su señera figura ética, intelectual y

auténticamente revolucionaria. En la comisión política del APRA, a cuyas

sesiones asistió hasta 1972, su parca palabra tenía un valor intransferible.

Los diarios suelen divulgar necrologías de gentes que han publicado unoscuantos libros o tomado parte en unas cuantas acciones. Sabroso tenía un

caudal de artículos, un libro y una vida entera dedicada a los trabajadoresmanuales, de cuya vanguardia fue vocero insustituible. Hombre dulce y



modesto, ingenuo y ardidoso, tierno y combativo, siempre en su puesto

de trabajo y de lucha, representaba al cholo peruano en sus mas cernidascalidades, en su más honda significación humana.

Ahora que una reglamentaria cavidad, formada de cal y cemento, se ha

tragado el ataúd donde reposa en perpetua serenidad. Quisiera decirle,

ya que no estuve cerca de él en la hora de las injustificables ausencias:“Viejo Gavroche, contigo se nos va parte importante de nuestra historia,

de esta terca juventud con que tratamos de honrarte y de imitarte, porencima de retaceos mezquinos que nunca provinieron de tus compañeros

y amigos, que no podrán prevalecer sobre los sistemáticos errores de

aquellos a quienes tú, repitiendo amados términos evangélicos, solíasllamar sepulcros blanqueados, es decir, fariseos de la lucha social, fariseo

de otros sentimientos más íntimos y, necesariamente, más nobles. Viejo Arturo, con tu malicia y tu candor, tu acordeón y tu máquina de hilar, tucorazón y tus manos: Salud”.

Cuaderno de Bitácora. 25-11-1974

Fuente:

HENDERSON, Donald C. (selección y edición). Perú visto por L.A.S.

historia y vida política. Artículos del Cuaderno de Bitácora de Luis

Alberto Sánchez, Editorial Pachacútec, 1990, pp. 193-195

Nota:

Colecciones Especiales - Centro de Documentación de CC. SS. de la

Pontficia Universidad Católica del Perú

Colección Arturo Sabroso Montoya

Esta colección perteneció al sindicalista limeño Arturo Sabroso Montoya (1895-

1968) miembro destacado del Comité de Lucha por la Jornada de 8 horas en1919, militante y fundador del Partido Aprista Peruano, de la Federación de

Trabajadores en Tejidos del Perú y director del periódico gremial “El obrero

textil”. Representó al Perú en el Congreso Interamericano Sindical en México

y fue delegado nacional ante la ORIT de la que fue su presidente en 1951.Su acervo comprende una biblioteca personal de 2350 libros sobre

temas sindicales, políticos, cooperativismo, comunismo, socialismo y aprismo y un archivo de 2431 documentos como correspondencia,



documentos personales, cartas, artículos periodísticos, actas sindicales,

información sobre sindicatos, fotografías, trabajos y comunicados.El Archivo Imperialismo forma parte de la Colección Sabroso y consiste

en una colección de revistas y boletines sobre temas laborales, sindicales y

políticos comprendidas entre los años 1938 -1973 de edición principalmente

latinoamericana. Este archivo contiene 271 títulos de publicaciones seriadas.

Hablilla:

Un antiaprista dijo, hace algún tiempo, que el c. Sabroso escribió nuestra

Marsellesa “copiándola, casi al pie de la letra, de la Marsellesa

Anarquista.” Al respecto, incluimos ambas letras para comprobar qué de verdad tiene lo expresado por ese personaje:

MARSELLESA APRISTA

Contra el pasado vergonzante

nueva doctrina insurge ya;

es ideal, realidad liberanteque ha fundido en crisol la verdad.

Tatuaremos con sangre en la Historia

nuestra huella pujante y triunfalque dará a los que luchen mañana

digno ejemplo de acción contra el mal.

¡Peruanos, abrazadla nueva religión

¡La Alianza Popular

Conquistará la ansiada redención!

Que viva el APRA, compañeros!

Viva la Alianza Popular!Militantes puros y sinceros:

Prometamos jamás desertar.

reafirmemos la fe en el Aprismo

que es deber sin descanso luchar,la amenaza del Imperialismo

a los pueblos quiere conquistar.¡Apristas: a luchar!



¡Unidos a vencer!

¡Fervor, acción, hasta triunfarnuestra revolución!

MARSELLESA ANARQUISTA A la revuelta, proletario;

ya brilla el día de la redenciónque el sublime ideal libertario

sea el norte de la rebelión (bis).

Dignifiquemos del hombre la vida,en un nuevo organismo social,

destruyendo las causas del malde esta vil sociedad maldecida.

¡A la revolución!

¡Obreros, a luchar!

Con decisión a conquistarnuestra emancipación

No más al amo gobernante

por vil salario queremos servir; ya no más la limosna humillante

ya no más suplicar ni pedir (bis).

Que al pedir pan, por haber acosado,el proletario con potente voz,

le contesta mortífero y feroz

el fusil del verdugo uniformado.¡Obreros, a luchar! etc.

Los privilegios de la burguesía

aniquilamos con brazo tenaz, y los antros de la tiranía

sean pasto de fuego voraz (bis).

No quede en pie el Estado y sus leyes,

que siempre al pueblo, feroz esclavizó, y la ignorancia caduca conservó

con sus patrias, sus dioses y sus reyes.¡Obreros, a luchar!, etc.

Tengo una espina clavada por Luis Alberto Sánchez

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