Tema 5: Industrialización y sociedad en la España del ... · los señores tenían jurisdicción...

13
Tema 5: Industrialización y sociedad en la España del siglo XIX La población La economía Transformaciones en la agricultura La industrialización La sociedad Cambios sociales Movimiento obrero La población española en el siglo XIX En el siglo XIX, la población creció resultado de la disminución de la mortalidad, acompañada del mantenimiento de la natalidad. La reducción de la mortalidad se debió a la mejora en la dieta alimenticia, las mejores condiciones higiénicas y los avances médicos. Luis Pasteur en su laboratorio, por Albert Edelfelt. El siglo XIX revoluciona la medicina: la asepsia, la medicina preventiva y el diagnóstico por imagen suponen un salto cualitativo en los resultados que la ciencia médica puede ofrecer. El golpe definitivo a las enfermedades infecciosas (tras las vacunas y la asepsia) lo dará Alexander Fleming a comienzos del siglo XX con el descubrimiento de la penicilina, el primer antibiótico

Transcript of Tema 5: Industrialización y sociedad en la España del ... · los señores tenían jurisdicción...

Tema 5: Industrialización y sociedad en la España del siglo XIX

La población

La economía

Transformaciones en la agricultura

La industrialización

La sociedad

Cambios sociales

Movimiento obrero

La población española en el siglo XIX

En el siglo XIX, la población creció resultado de la disminución de la mortalidad, acompañada del

mantenimiento de la natalidad.

La reducción de la mortalidad se debió a la mejora en la dieta alimenticia, las mejores

condiciones higiénicas y los avances médicos.

Luis Pasteur en su laboratorio, por Albert Edelfelt. El siglo XIX

revoluciona la medicina: la asepsia, la medicina preventiva y el diagnóstico por imagen suponen un salto cualitativo

en los resultados que la ciencia médica puede ofrecer. El golpe definitivo a las enfermedades infecciosas (tras las

vacunas y la asepsia) lo dará Alexander Fleming a comienzos del siglo XX con el descubrimiento de la penicilina, el

primer antibiótico

En el interior del Hospicio General de Viena puede verse la estatua de

un hombre sobre un pedestal que representa al profesor Ignaz Semmelweis. Bajo la efigie se ha colocado una placa

con la inscripción: «El salvador de las madres». De origen humilde, se formó en Pest y posteriormente en el Hospital

General de Viena, donde entró en contacto con Skoda, Virchow, Hebra y Rokitansky, estudiando junto a este último

los procesos infecciosos en relación con las intervenciones quirúrgicas. De ahí nacerá la obsesión que le

acompañará toda su vida, y que le llevará, durante su trabajo en una de las Maternidades del Hospicio General de

Viena, a establecer la fuerte sospecha de que la mortalidad materna por una infección contraída durante el parto se

debía a que los estudiantes no se lavaban las manos antes de asistir a las parturientas.

Cinco años antes del final del siglo aún se va a producir otro gran

descubrimiento. El 8 de noviembre de 1895 un físico alemán llamado Wilhelm Röntgen consiguió producir un nuevo

tipo de radiación, no conocida hasta ese momento. Se trataba de un tipo de radiación electromagnética en las

longitudes de onda correspondientes a los actualmente llamados Rayos X. Por ese descubrimiento recibiría

el Premio Nobel de Física en 1901. Es la primera de las técnicas de diagnóstico por imagen que permitirán observar

el interior del cuerpo humano en vivo.

Las transformaciones en la agricultura

Llamamos reforma agraria liberal al conjunto de reformas cuyo objetivo era la disolución del

Antiguo Régimen en el campo.

Durante este proceso se abolió el régimen señorial (sistema heredado de la Edad Media, en el que

los señores tenían jurisdicción sobre la tierra y percibían rentas e ingresos), se desvinculó la propiedad

(conjunto de medidas legales por las que se eliminan las trabas que impiden comprar o vender libremente

las tierras (mayorazgo, vinculaciones eclesiásticas o municipales…) y se desamortizaron la mayoría

de las tierras pertenecientes a la Iglesia (desamortización de Mendizábal en 1836) y a los

ayuntamientos (desamortización de Madoz en 1855).

El Museo de Bellas Artes de Sevilla guarda una

enorme colección de arte religioso de los conventos y monasterios de Sevilla que sufrieron desamortizaciones. El

propio edificio del Museo fue un Convento de la Merced Calzada

Estas reformas consolidaron la propiedad privada de la tierra, que se transformó en mercancía

que podía ser vendida y comprada libremente.

Una parte de las tierras desamortizadas fue comprada por burgueses o campesinos

acomodados que tenían interés en cultivarlas y modernizar las explotaciones para obtener

beneficios. Pero una gran parte de la tierra permaneció en manos de antiguos propietarios con

una mentalidad rentista.

En la mayor parte de Extremadura, Castilla y Andalucía existían grandes latifundios, cuyos

propietarios eran absentistas y basaban sus beneficios en el mantenimiento de unos salarios

muy bajos.

Latifundio (del latín latifundĭum) es una explotación agraria de grandes dimensiones. La extensión necesaria para

considerar una explotación latifundista depende del contexto: en Europa un latifundio puede tener algunos cientos

de hectáreas

En la Submeseta Norte y en Galicia predominaba el minifundio. La escasa dimensión de las

propiedades no permitía la mecanización y sus rendimientos apenas alcanzaban a mantener una

familia. Tan solo en algunas regiones, como Cataluña, Valencia, la cornisa cantábrica o La Rioja,

la estructura de la propiedad resultaba más equilibrada.

Un minifundio tiene, por

definición, unas dimensiones tan reducidas que impiden al agricultor obtener una producción suficiente para ser

comercializada, obligando alautoabastecimiento y la agricultura de subsistencia, e impidiendo al campesino obtener

ingresos monetarios suficientes

A lo largo del siglo XIX, el cereal constituyó el principal producto de cultivo de la mayor parte de

la Meseta.

En la zona norte se cultivaban patatas y, en Galicia, también maíz; en las regiones

mediterráneas abundaban el arroz y los cítricos. En Cataluña y La Rioja, la viticultura alcanzó

gran expansión, y en Andalucía, la tuvo el olivar. Las naranjas, el vino y el aceite de oliva eran

los principales productos de exportación.

La industrialización

Los inicios de la industrialización

En España, el proceso de industrialización se produjo con retraso respecto de los países

europeos más avanzados, y se realizó de forma incompleta.

Los principales factores que influyeron negativamente en la industrialización fueron:

La escasa capacidad de compra de la población como consecuencia de la pobreza de la

mayoría del campesinado.

La falta de inversiones y la ausencia de burguesía industrial

Los problemas de transporte, por la inexistencia de buenas carreteras y el retraso del

ferrocarril.

La escasez de fuentes de energía

La posición alejada de España respecto de los núcleos más industrializados de Europa.

La siderurgia

Los primeros altos hornos españoles se instalaron en Andalucía (Málaga y Huelva) pero debían

alimentar sus hornos con carbón vegetal. Esto provocó el declive y desaparición de la siderurgia

andaluza a mediados del siglo XIX.

Asturias fue el siguiente centro siderúrgico, aunque la calidad de su carbón no era muy alta.

Fue en el País Vasco donde se consolidó una potente industria siderúrgica. Las razones de su

éxito se hallan en la creación de un eje comercial por el cual se exportaba hierro, abundante y de

gran calidad, a Inglaterra, a cambio de la importación de carbón de coque galés que era mejor y

más barato.

La industria textil

A mediados del siglo XVIII, en Cataluña ya existía una importante producción manufacturera de

indianas (tejidos de algodón estampados)

Hacia 1830, esta industria textil inició un proceso de mecanización.

Cataluña carecía de carbón y tenía que importarlo por mar, desde Asturias o Gales, lo que

encarecía la producción. Así, muchas industrias se localizaron en la franja marítima, cerca del

puerto de Barcelona, por donde llegaban las materias primas.

La explotación minera

El subsuelo español es rico en yacimientos mineros: plomo, cobre, mercurio, cinc, carbón,

hierro…

Para recaudar fondos y paliar la deuda de Hacienda, la explotación de muchos de estos

yacimientos se concedió a compañías extranjeras, sobre todo francesas e inglesas.

La fundición, del pintor Adolph Menzel, década de 1870

La construcción del ferrocarril

La necesidad de construir con rapidez el tendido ferroviario, para estimular el comercio interior,

hizo que la mayoría de materiales fuesen importados. Además, la red se construyó siguiendo

una estructura radial, con centro en Madrid, y con un ancho entre carriles mayor que la mayoría

de las líneas europeas. Ello dificultó los intercambios con el resto de Europa, ya que obligaba a

transbordar las mercancías en la frontera, con el consiguiente aumento de costes y tiempo.

Pero, a pesar de todas estas limitaciones, el ferrocarril tuvo efectos positivos para la economía

española.

La industria española desde finales del siglo XIX

Desde finales del siglo XIX se empezaron a utilizar la electricidad y el petróleo. La electricidad

posibilitó una mecanización más amplia de la producción industrial, así como la disminución de

los costes de producción y el descenso de los precios.

La electrificación en España se produjo en dos etapas, la primera estuvo restringida a la

iluminación, más tarde su uso se extendió a la industria.

Por otro lado, la difusión del petróleo como combustible abrió paso a la industria del automóvil.

Las crecientes necesidades de maquinaria de todo tipo (agrícola, textil, ferroviaria, naval…)

estimuló la expansión de la industria metalúrgica. Otro sector que alcanzó notable expansión fue

la industria química: abonos, pinturas, medicamentos, explosivos…

Desde finales del siglo XIX, la mayoría de las industrias se localizaban en Cataluña, País vasco y

Madrid. Por el contrario, otras regiones, como Galicia, Castilla, Andalucía y Extremadura

mantuvieron un reducido peso de la industria en la economía.

La sociedad española en el siglo XIX

La nueva clase adinerada era la alta burguesía. Compartía con la nobleza su predominio social y

era la propietaria de las nuevas industrias, las grandes compañías y los bancos. También se

convirtió en terrateniente gracias a la adquisición de buena parte de las tierras que se vendieron

con la desamortización.

El crecimiento de la industria propició que muchos campesinos emigrasen a las ciudades en

busca de trabajo. Se empleaban en las nuevas industrias y constituyeron el proletariado

industrial.

Las condiciones de vida y de trabajo de las clases populares eran precarias: jornadas de 12 ó 14

horas, salarios bajos que apenas les permitía alimentarse, ningún sistema de seguridad en caso

de enfermedad o accidente e instalaciones fabriles insalubres.

Además, habitaban viviendas pequeñas, mal ventiladas y sin servicios. Los barrios carecían de

alumbrado, de cloacas, empedrado…Las enfermedades infecciosas (tuberculosis, cólera) se

propagaban con facilidad y la esperanza de vida no sobrepasaba los 20 años.

Los campesinos constituían la mayor parte de la población. Las condiciones de vida de esa

población, que debía arrendar o trabajar las tierras de los propietarios agrarios, resultaban muy

precarias.

Sus salarios eran escasos y estaban sometidos siempre a los dueños de las tierras. Privados,

además, por las desamortizaciones, de las tierras comunales, no podían aprovecharse de

recursos como leña, pastos o caza como en otros tiempos. Esto explica que las revueltas

campesinas se sucediesen a lo largo de todo el siglo.

Movimiento obrero: anarquismo y marxismo

Las primeras formas de protesta obrera tuvieron un carácter ludista.

Pronto, los trabajadores vieron la necesidad de crear organizaciones propias, capaces de

defender sus derechos: los sindicatos.

En 1840 se fundó en Barcelona el primer sindicato: la Asociación de Tejedores de Barcelona.

Sus objetivos consistían en la disminución de la jornada laboral, el aumento de los salarios y el

derecho a formar asociaciones obreras. Los patronos reaccionaron negativamente ante estas

iniciativas y prohibieron los sindicatos obreros.

En 1855 tuvo lugar en Barcelona la primera huelga general realizada en España. Ésta fue una

reacción contra el intento, por parte de los fabricantes, de introducir una nueva maquinaria, que

los obreros consideraban que les quitaba trabajo.

El anarquismo arraigó fuertemente entre los obreros de Cataluña y el campesinado andaluz.

Por su lado, el marxismo tuvo mayor influencia entre el proletariado, y cierta clase media, de

Madrid, el País Vasco y Asturias. Bajo el impulso de Pablo Iglesias, en el año 1879, los marxistas

fundaron el Partido socialista Obrero Español (PSOE) y en 1888 impulsaron la creación de un

sindicato socialista, La Unión General de Trabajadores (UGT)

A diferencia de los anarquistas, que se declararon apolíticos, los socialistas defendían la

participación en las elecciones. Pretendían llevar al Parlamento diputados obreros que

defendiesen a los trabajadores y consiguiesen leyes favorables a sus intereses.

La influencia del socialismo en España creció lentamente y no se consiguió un diputado hasta

1910, a pesar de que el sufragio universal se establece en 1890.

Actividades

1. Copia el eje cronológico de la página 83

2. Página 85: observa el mapa (1 y 2)

3. Página 87: la estructura de la propiedad (1 y 2)

4. Página 91: lee los textos y contesta a las preguntas que se plantean

5. Página 93: la economía española a lo largo del siglo XIX (1 y 2)

6. Página 95: la mujer obrera: lee los textos y contesta a las preguntas (1 y 2)

7. Página 99: comenta los textos (1)

8. Página 100: analiza el texto (3)

9. Página 101: aprende a interpretar una recreación histórica (4)