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TEMA 2. LA DIVERSIDAD CLIMÁTICA

I. LOS FACTORES DEL CLIMA

1.1. Factores geográficos:

a) Latitud

b) Situación

c) Influencia del mar

d) Relieve: disposición, altitud y orientación

1.2. Factores termodinámicos

a) Circulación atmosférica en altura: corriente en chorro

b) Circulación atmosférica en superficie: centros de acción, masas de aire y

frentes

II. LOS ELEMENTOS DEL CLIMA

2.1. Temperatura

2.2. Precipitaciones y diferenciación zonal

2.3. La Humedad, la niebla y la calima

2.4. La presión y el viento

2.5. La evaporación, evapotranspiración y aridez

2.6. La insolación y nubosidad

III. TIPOS DE TIEMPO ATMOSFÉRICO EN ESPAÑA

3.1. Tiempo de invierno ( ola de frio)

3.2. Tiempo de verano (ola de calor)

3.3. Tiempo de otoño y primavera (gota fría)

IV. TIPOS DE CLIMA

4.1. Clima oceánico

4.2. Clima mediterráneo

a) continentalizado

b) marítimo

c) seco, subdesértico o estepario

4.3. Clima de montaña

4.4. Clima de Canarias

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TEMA 2. LA DIVERSIDAD CLIMÁTICA

I. LOS FACTORES DEL CLIMA

Definición de tiempo y clima: el tiempo atmosférico es “el estado de la atmósfera en un

momento y lugar determinado”, o el estado del conjunto de elementos como precipitaciones,

temperatura, humedad, presión, viento, nubosidad, etc. La meteorología se ocupa del estudio del

tiempo. Y clima es “el estado habitual de la atmósfera en un lugar determinado”, entendiendo

como estado habitual la sucesión de estados y evolución del tiempo a lo largo de un período lo

suficientemente largo, normalmente de 30 años, es decir es la sucesión de estados atmosféricos, las

condiciones atmosféricas que se dan en una región en un largo período de tiempo. La Climatología

se ocupa de analizar los climas.

El clima español se caracteriza por su originalidad, pluralidad o diversidad regional, y los

contrastes NW – SE e interior - periferia. Es el resultado de la combinación de numerosos factores:

los factores son las variables que ejercen una influencia permanente e inalterable sobre el clima,

pueden agruparse en dos grandes conjuntos: factores geográficos y factores termodinámicos.

1.1. Los factores geográficos

Los factores geográficos que inciden sobre los climas españoles son la latitud, la situación, la

influencia del mar y el relieve.

a) La latitud de España, : por su posición a 36º-43º N, se encuentra dentro de la zona

templada y en ésta, más próxima a la zona cálida que a la zona fría es decir en la zona templada del

hemisferio norte, y esto determina la existencia de estaciones bien marcadas. La latitud incide en las

temperaturas y en la diferencia entre el norte y el sur peninsular, las temperaturas aumentan de norte

a sur. La incidencia de los rayos solares con mayor o menor perpendicularidad es la causante de estas

diferencias de temperaturas entre las zonas de latitud más baja o más alta. La fachada septentrional

presenta los niveles más bajos de radiación solar, mientras que el sudeste ofrece los valores más

elevados. En Canarias, por su latitud, los contrastes entre estaciones son menos notorios.

b) La situación de la Península, entre dos grandes masas de agua de características térmicas distintas

y entre dos continentes, la convierte en lugar de encrucijada de masas de aire de características

distintas. Canarias recibe también influencias atmosféricas variadas debido a su insularidad.

c) La influencia del mar y continentalidad. La influencia del mar es escasa en el interior de la

Península, debido a la peculiar disposición del relieve con sistemas montañosos paralelos a la costa y

a la gran anchura peninsular. En cambio, en ambos archipiélagos, el influjo del mar es decisivo. El

agua del mar tarda unas cinco veces más que la tierra en calentarse y en enfriarse, esto explica su

papel regulador de las temperaturas. Del mismo modo suaviza la amplitud térmica tanto diaria como

anual.

En el océano Atlántico, además, la deriva Nor-Atlántica de la corriente del Golfo de México

suaviza las temperaturas, aunque es más frío que el Mediterráneo. El Mediterráneo no sufre estas

corrientes por su posición cerrada, pero las temperaturas son más elevadas debido a la mayor

insolación. Tiene además una influencia temperante, calienta las masas de aire frío que llegan a él y

templa las masas de aire caliente de origen subtropical. Estas masas marítimas también influyen

sobre las precipitaciones, el Atlántico genera más humedad que el Mediterráneo.

La continentalidad: la disposición periférica de los sistemas montañosos hace que la

Península se comporte como un pequeño continente, impidiendo la entrada de la influencia marítima

en el interior de la Meseta. Esto explica los fuertes contrastes térmicos que se dan en el interior,

amplitud térmica de 18º a 20º en el centro, mientras que en las costas suele ser de 10º- 16º. Es

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también responsable de la formación del anticiclón autóctono de la Meseta en invierno y de las

lluvias convectivas en verano.

d) El relieve influye en el clima por su disposición, por su altitud y por su orientación.

– La disposición del relieve peninsular tiene variadas repercusiones:

· Los sistemas montañosos paralelos a la costa frenan la influencia del mar.

· La posición oeste-este de la mayoría de los relieves montañosos dificulta la entrada de las masas de

aire procedentes del norte o del sur. En cambio, favorece la entrada de las masas de aire del oeste.

· Las cuencas encerradas por montañas, como las del Duero y el Ebro, tienen precipitaciones escasas,

pues las masas de aire descargan su humedad en los sistemas montañosos que las bordean.

También son frecuentes las nieblas causadas por el estancamiento del aire.

Esta disposición del relieve además de impedir la penetración de la influencia marina, provoca el

ascenso y descenso de los flujos de viento. Si la masa de aire cargada de humedad choca con una

cordillera produce lluvias orográficas o de relieve en la ladera a barlovento, mientras que al

descender por la ladera de sotavento aumenta la temperatura y disminuye la humedad relativa, es lo

que se conoce como efecto Foehn. Su influencia es muy fuerte en algunas regiones como el valle del

Ebro.

– La altitud disminuye las temperaturas unos 0,6 °C por cada 100 metros de ascenso. Una gran parte

del territorio español está por encima de los 1.000 m, por ello algunas regiones como Soria, Teruel,

Albacete, Cuenca, Burgos, donde no llega la influencia temperante del mar alcancen temperaturas

mucho más bajas que el resto de la Península, debido a su altitud.

– La orientación crea contrastes climáticos locales porque la altitud provoca precipitaciones

orográficas (en las laderas por las que asciende el aire o de barlovento): solanas y umbrías.

2. Los factores termodinámicos

Son los que realmente determinan la peculiaridad del clima español ya que los factores

geográficos matizan y diversifican regionalmente las características de base aportadas por aquellos.

Los factores termodinámicos son el Jet Stream, o corriente en chorro, el Frente Polar, y los centros

de acción atmosférica anticiclones y borrascas que dependiendo de la circulación general

atmosférica afectan a la Península en distintas épocas del año.Los factores termodinámicos del clima

son los responsables de la circulación atmosférica o sucesión de masas de aire, que determina los

distintos tipos de tiempo atmosférico y de clima.

La circulación atmosférica está regida

· en altura por la corriente en chorro o jet stream

· en superficie, por los centros de acción, las masas de aire y los frentes.

a) La circulación en altura: la corriente en chorro o jet stream

El jet stream es una fuerte corriente de viento, de estructura tubular, que circula en dirección

oeste-este, es un flujo de vientos del Oeste que circula entre 8.000 y 12.000 m de altitud, en la zona

templada (entre los 30º y 45º de latitud N), y a una velocidad que oscila desde los 150 a los 600

km./h. Su influencia en la circulación atmosférica es fundamental, la sucesión de perturbaciones del

Frente Polar suele ser un reflejo de lo que ocurre en altura. El Jet, en su avance, provoca unas

ondulaciones llamadas vaguadas, a la izquierda de su marcha, (movimiento de ascendencia del aire

que origina las bajas presiones templadas) y crestas, a la derecha (acumulación de aire que origina

las altas presiones subtropicales) El chorro separa las bajas presiones existentes sobre el polo en

altura que quedan a la izquierda de su trayectoria, de las altas presiones tropicales, situadas a su

derecha. El tiempo depende de las variaciones que experimenta la velocidad de la corriente y de sus

desplazamientos estacionales:

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La velocidad de la corriente es variable. Cuando disminuye, describe profundas ondulaciones:

dorsales y vaguadas. La vaguada puede estrangularse y llegar a desprenderse del chorro principal, es

decir la ondulación es tan acentuada que puede quedar aislada una célula de aire frío polar, rodeada

de masas de aire anticiclónicas de mayor temperatura. Si este embolsamiento de aire muy frío (gota

fría) llega a España y coincide con una tierra recalentada y un cierto grado de humedad por la

borrasca mediterránea, ocasiona lluvias torrenciales a veces de carácter catastrófico. Suelen ser

frecuentes en el las costas mediterráneas en otoño. En verano se traslada hacia el norte y suele incidir

solo en la franja cantábrica peninsular.

b) La circulación en superficie: centros de acción, masas de aire y frentes

La circulación atmosférica en superficie está dirigida por los centros de acción, las masas de

aire y los frentes.

b.1) Los centros de acción son áreas de altas y bajas presiones. La presión atmosférica es el peso

del aire sobre una unidad de superficie. Se mide en milibares (mb) con el barómetro y se representa

mediante isobaras o líneas que unen puntos con la misma presión. La presión normal es de 1013 mb.

· Una alta presión o anticiclón es una zona de altas presiones (más de 1016 mb) rodeada por otras

de presión más baja. Los vientos circulan a su alrededor en el sentido de las agujas del reloj.

Produce tiempo estable.

· Una baja presión, depresión, borrasca o ciclón es una zona de bajas presiones (menos de 1016

mb) rodeada de otras de presión más alta. Los vientos circulan a su alrededor en sentido contrario a

las agujas del reloj. Produce tiempo inestable, frecuentemente lluvioso.

– El origen de los centros de acción puede ser térmico o dinámico.

– Los centros de acción térmicos se forman por el enfriamiento o calentamiento del aire. El aire frío

pesa más, desciende y forma una alta presión. El aire caliente pesa menos, se eleva y forma una

baja presión.

– Los centros de acción dinámicos se forman a partir de las crestas y vaguadas de la corriente en

chorro, que se reflejan en superficie: las crestas crean anticiclones y las vaguadas generan borrascas.

– Los principales centros de acción que dirigen la circulación sobre la Península son:

1- el anticiclón de las Azores, por el SW masa de aire tropical marítimo, estable y

permanente que en verano se desplaza hacia el norte y ocasiona tiempo cálido seco y soleado. Se

desplaza siguiendo el movimiento “aparente” del Sol, así en verano está sobre la Península, aunque

también se puede provocar una baja presión de origen térmico muy localizada. En invierno el

anticiclón de las Azores se desplaza al Sur permitiendo la entrada de borrascas atlánticas.

2- el anticiclón de Europa Central, por el NE, masa de aire frío continental, de origen

térmico. Tiempo frío, seco y soleado. Sólo se presenta en invierno y puede ocupar toda la Península.

Olas de frío intenso y fuertes heladas.

3- la depresión de Islandia por el NW, masa de aire frío marítimo. Se encuentra en el

Atlántico Norte. Es una baja presión permanente que empuja hacia nuestras costas vientos fríos y

húmedos del Atlántico. En invierno se desplaza hacia el Sur llegando a afectar a la Península

especialmente a la cornisa Cantábrica, provoca numerosas precipitaciones. En verano se suaviza por

la influencia de la corriente marina cálida procedente del golfo de México.

4 – la depresión del Norte de África, por el SE, masa de aire cálido continental, seca y

estable en su origen, al atravesar el Mediterráneo se carga de humedad y se hace inestable, provoca

lluvias en el litoral mediterráneo.

Otras masas de aire menos frecuentes son:

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Anticiclón autóctono de la Meseta, masa de aire frío y seco, sólo se forma en invierno y es

de origen térmico. Tiempo frío, seco y soleado.

Anticiclón escandinavo, aire polar ártico, excepcional sólo en invierno. Frío intenso y de

corta duración.

Anticiclón Sahariano, cálido y muy seco, emite vientos que alcanzan las islas orientales de

Canarias y en ocasiones el sur de la Península, a veces llega hasta Madrid, lluvia de polvo, muy breve

y esporádico.

Depresión del Golfo de Rosas, de carácter estacional, particularmente activa en otoño, puede

coincidir con una masa de aire frío en altura, dando lugar a la formación de una gota fría,

provocando intensas precipitaciones de carácter catastrófico en las costas mediterráneas.

Depresión del Golfo de Cádiz, se produce al retirarse hacia el sur el Anticiclón de las

Azores, y formarse un pantano barométrico. Es de carácter estacional, se da en invierno y provoca

lluvias en el oeste de Andalucía.

b.2) Las masas de aire son porciones de aire con unas características concretas de temperatura,

humedad y presión: árticas (A) o polares (P) tropicales (T). Las tres, dependiendo de donde se

forman, pueden ser marítimas húmedas (m) o continentales secas (c). A España llega aire polar,

tanto marítimo como continental; aire ártico muy frío y seco y aire tropical marítimo, cálido y

húmedo. Las masas de aire forman los centros de acción que son dos: anticiclones y borrascas. Estos

tipos de masas de aire pueden ser estables o permanentes o bien inestables o estacionales, según su

origen y su periodo de actividad. En España no se dan las condiciones necesarias para la formación

de masas de aire por sus dimensiones, por lo tanto los climas españoles dependen de las aportaciones

de masas de aire de otras regiones.

b.3) Los frentes son superficies que separan dos masas de aire de características distintas. Por tanto,

a ambos lados de un frente se produce un cambio brusco de las propiedades del aire. En España el

frente más importante es el polar que provoca precipitaciones (FP):

El Frente Polar: Es la zona de contacto entre la masa de aire tropical y la masa de aire polar. Se

sitúa al norte de la Península, por lo que esta no se encuentra directamente afectada por él. Sin

embargo, sí le afectan las familias de borrascas o perturbaciones de doble frente que lleva

asociadas y que siguen el desplazamiento aparente del sol en latitud. Así en verano no alcanzan la

latitud de la Península, pero en primavera y otoño se puede localizar entre 40º y 55º de latitud N, por

lo que las borrascas afectan al N y centro peninsular, provocando inestabilidad del tiempo y

precipitaciones, alternándose días buenos y despejados con otros lluviosos. En invierno, las

perturbaciones del Frente se trasladan hacia el Sur y, de no existir algún anticiclón estacional sobre la

Península, afectan al golfo de Cádiz, Gibraltar y Sudeste peninsular. Este frente no es sino el reflejo

del Jet Stream (o Corriente en Chorro) correspondiente en altura. En su seno se originan borrascas

que dan lugar a intensas precipitaciones. Al seguir el desplazamiento de las demás masas de aire, de

N. a S, la península queda bajo la influencia del aire tropical cálido en verano y la del aire polar frío

en invierno. Durante los equinoccios, los desplazamientos ondulatorios del jet stream y del frente

polar barren la Península de N a S y de O a E.

II. LOS ELEMENTOS DEL CLIMA

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Los elementos del clima son los componentes observables y medibles de la atmósfera. Sus

valores, los cambios estacionales, las modificaciones debidas a los factores, etc. son los que

caracterizan los distintos tipos de climas que se dan en España. Estos elementos son: temperaturas,

precipitaciones (humedad, evaporación, aridez), presión, vientos, insolación y nubosidad. La

distribución de las temperaturas y precipitaciones marca dos ámbitos claramente diferenciados: la

España húmeda y la España seca.

2.1. La temperatura del aire

La temperatura es el grado de calor del aire. Se mide en grados centígrados (°C) con el

termómetro. En los mapas se representa mediante isotermas o líneas que unen los puntos con igual

temperatura. En España, las temperaturas medias presentan notables diferencias debido a la

influencia de diversos factores. Los principales son la latitud, la distancia al mar y la altura.

En las temperaturas hay que considerar la

Temperatura media anual (TMA): Los factores que la condicionan son la latitud,

España por su latitud se encuentra dentro de la zona templada cálida, la TM oscila entre los 2º y

los 25º, la altitud, también disminuyen con la altitud (disminución de 0,65º cada 100 m de altitud)

y varían según la orientación de las vertientes diferenciándose entre las solanas y las umbrías; y

la influencia termorreguladora del mar.

La amplitud térmica anual (ATA) u oscilación térmica, es decir, la diferencia entre la

TM del mes más frío y la del mes más cálido, que aumenta de la periferia al interior, debido a la

continentalidad e influencia del mar, a la latitud y a la altitud. Así tenemos que en la cornisa

Cantábrica la ATA suele ser >10º, en el litoral mediterráneo de unos 15º al N y de 13º + al S. y

en el interior de la Meseta de 20º. Presenta el contraste centro- periferia. Más amplitud térmica en

el centro y menos en la periferia. Si analizamos el mapa con las amplitudes térmicas, podrían

añadirse nuevos matices y quedarían así patentes las modificaciones que sufren las temperaturas

a causa de la continentalidad. Aunque las temperaturas medias anuales de la costa y las del

interior no difieren en exceso, sí lo hacen las amplitudes térmicas, a medida que nos alejamos del

litoral. Los valores más altos se corresponden con las Submesetas Norte y Sur- de 20 a 21º C y de

17 a 21º C, respectivamente-, seguidas del valle del Ebro y de las campiñas béticas. Las causas

habría que buscarlas en la escasa influencia marítima de estas zonas. El resultado será un fuerte

enfriamiento del aire en invierno y un notable recalentamiento en la estación estival. Los

inviernos del interior son fríos y largos. En la periferia son suaves y cortos. En la costa

meridional y oriental la amplitud térmica anual está entre 13 y 15º; la costa septentrional en 10º y

el interior entre 17 y 18º.

Temperaturas extremas, los valores de las temperaturas absolutas tanto máxima como

mínima, son muy importantes ya que condicionan muchos aspectos de los ecosistemas y de la

economía de las distintas regiones. Las máximas absolutas se dan en los Valles del Guadalquivir,

y del Guadiana, y en la mitad sur del Valle del Ebro (pueden llegar a alcanzar los 45º), en el resto

de España suelen estar entre 30º y 40º. Por el contrario las mínimas absolutas se registran en el

interior, Meseta Norte y Sistema Ibérico: Albacete, Cuenca Teruel, Ávila, Soria y Burgos, suelen

estar entre –10º y –20º, mientras que en las costas y en Extremadura no bajan de –5º.

Las heladas cuando la temperatura es igual o inferior a 0º C. En el interior de la

Península pueden darse de septiembre a mayo con más de 80 días de heladas (menos en La

Mancha que en la Meseta Norte entre 60 y 80). En las zonas más elevadas del Sistema Central, S.

Ibérico y Pirineos se pueden superar los 100 días de heladas al año. En la periferia costera es muy

raro que se produzcan heladas, ocasionalmente en el N y NO. casi nunca en la Costa del Sol.

Una primera aproximación a la diversidad de las temperaturas puede venir del estudio de las

temperaturas medias anuales. Se aprecian una serie de contrastes que hay que destacar.

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• La latitud es la principal responsable de que las temperaturas medias aumenten de Norte a Sur. La

costa cantábrica es la más fresca, con medias térmicas inferiores a los 15º C. En el resto de la

Península, las temperaturas medias superan los 15º C y en el valle bajo de Guadalquivir se aproxima

a los 20º C. En una situación intermedia se situarían las dos submesetas y las tierras extremeñas. La

isoterma más alta es la 18.5º correspondiente a Córdoba y Sevilla.

• La influencia marítima se aprecia en la mitad occidental de la Península, donde las temperaturas

son más frescas que en las áreas cercanas al Mediterráneo. Ésta es también la causante de las

elevadas temperaturas alcanzadas en la costa mediterránea. El poder atemperante del mar, la acción

termorreguladora que éste provoca da lugar a la diferencia entre centro y periferia

• La altitud y la disposición del relieve hacen que en el interior peninsular las isotermas se ajusten a

las curvas de nivel con bastante fidelidad, de tal modo que los puntos más fríos coinciden con las

áreas más elevadas de Península. En cuanto a la orientación de las pendientes: la pendiente Sur, es la

solana y la pendiente Norte, la umbría. Un punto situado a la misma altitud puede tener distinta

temperatura.

2.2. Las precipitaciones

La precipitación es el agua que cae a la superficie terrestre procedente de las nubes, tanto en

forma líquida como sólida. Se mide con el pluviómetro en milímetros (mm) o litros por medio

cuadrado. En los mapas se representa mediante isoyetas o líneas que unen puntos de igual

precipitación. La causa que origina las precipitaciones es la elevación, enfriamiento y condensación

del vapor de agua contenido en el aire. Según la causa de la elevación del aire, la precipitación puede

ser:

· orográfica (debida al relieve),

· convectiva (por el calentamiento del suelo) o

· de frente (al entrar en contacto dos masas de aire de características distintas)

Las precipitaciones son un elemento fundamental pues de la cantidad de agua caída depende

el paisaje vegetal y la economía. Debido a la escasez de agua que hay en nuestro país, los recursos

hídricos se cuentan como parte de los desequilibrios regionales. Los factores que influyen en las

precipitaciones son: la circulación atmosférica, la altitud y la topografía (orientación de las

vertientes hacia los vientos húmedos).

Las formas de precipitación, además de la lluvia, son la nieve y el granizo. La nieve

constituye una importante reserva hídrica, y es beneficiosa para los cultivos (año de nieves, año de

bienes), se da en la mitad norte, unos 20 días al año. Menos en la mitad sur, y es prácticamente

desconocida en levante y sur de la Península y en las Islas Canarias (excepto en el Teide). El granizo

aumenta de Sur a N y de E a O.

Los datos que se registran se obtienen de la media de series de, al menos, 30 años. Además

hay que tener en cuenta la irregularidad de las precipitaciones de unos años con respecto a otros por

ello la pluviometría española muestra valores muy desiguales y es, en general, baja. A partir del

mapa pluviométrico medio, se pueden diferenciar cuatro zonas que corresponden a la Iberia

húmeda, la semiseca, la seca y la árida.

1. La Iberia húmeda: Es la única que recibe precipitaciones anuales abundantes, siempre superiores

a los 800 litros, aunque existen puntos que superan los 2000 litros. Comprende las vertientes noroeste

y norte peninsular, desarrollándose sobre una franja continua que va desde Galicia hasta Cataluña,

incluyendo también las zonas montañosas de esa vertiente norte: los macizos Galaico y Cantábrico y

los Pirineos. Las causas de la elevada pluviometría de estas áreas hay que buscarlas en su disposición

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septentrional, con la consiguiente influencia de las borrascas y de los frentes atlánticos, y en el

relieve.

Fuera de estas áreas, sólo algunos núcleos aislados de la Península reciben precipitaciones totales

anuales similares, conformando auténticos islotes de humedad en medio de zonas más secas. En este

caso, la altitud es la causa fundamental de las abundantes precipitaciones, de ahí que su distribución

esté estrechamente relacionada con las áreas montañosas de la Península: sectores de la Penibética,

zonas más elevadas de la Cordillera Ibérica, las sierras de Cazorla y Segura, y puntos muy

localizados de los Montes de Toledo y Sierra Morena. También merecen destacarse la sierra de

Grazalema, la más lluviosa de España, que recibe más de 2000 litros anuales, explicable por el efecto

orográfico, la distancia al mar, su posición respecto a los vientos húmedos con diferencia entre

barlovento y sotavento, y la sierra de Gredos , que supera ampliamente los 1500 litros.

2. La Iberia semiseca: entre 800 y 600 mm anuales. Vertiente Sur de los Pirineos y de la Cordillera

Cantábrica, Extremadura, golfo de Cádiz.

3. La Iberia seca. Iberia Seca: P < 600 anuales: las dos Castillas, Valle del Ebro, bajo Guadiana,

valle del Guadalquivir y costas levantinas y meridionales. Es un área muy amplia delimitada, por las

isoyetas de 300 y 800 mm anuales, y abarca el 72% del territorio peninsular. Incluyendo las dos

submesetas, los valles del Ebro y del Guadalquivir, zonas de Levante y Cataluña, y la mayor parte de

los archipiélagos. Las causas de la disminución de las precipitaciones son, por un lado, el

debilitamiento de los flujos atlánticos a medida que penetramos hacia el interior de la Península; y

por otro, cuanto más al sur, mayor es la influencia del mundo tropical.

El paso de la España húmeda a la España seca se realiza a través de una zona de transición,

delimitada por las isoyetas de 600 a 800 litros anuales, se extiende formando una aureola por la

vertiente meridional de los Pirineos, Cordillera Cantábrica y el sector occidental de ambas mesetas.

4. La Iberia árida. Iberia semiárida < de 300 mm, Zamora, Bajo Aragón y Sudeste (del cabo de Gata

al Segura). Se corresponde con aquellos lugares que reciben menos de 300 litros de precipitaciones

totales anuales. Se localiza en su mayor parte en el sureste peninsular y en el flanco levantino,

cuenca del Segura, e incluye también algunas comarcas dispersas del interior peninsular, Zamora,

como las altiplanicies granadinas y el bajo Ebro.

La atonía de las precipitaciones se explica, en unos casos, por el efecto de pantalla que ejercen los

relieves cercanos frente a la dirección predominante de los flujos lluviosos; en otros, por su posición

interior.

Carácter y reparto estacional de las precipitaciones:

El carácter de las precipitaciones cambia también de un lugar a otro. Así, en la España húmeda, las

precipitaciones caen durante muchos días a lo largo de todo el año- unos 150 días- y por eso son, por

lo general, finas y persistentes. En cambio, en las zonas secas y áridas, el número de días de lluvia

desciende de manera considerable-75 y 25 días al año, respectivamente-, por lo que las

precipitaciones caen en forma de violentos aguaceros.

Tan importante como el número de días de precipitación es su régimen estacional, es decir, su

reparto a lo largo de las estaciones del año. Los principales regímenes pluviométricos son tres:

el máximo de invierno se corresponde con la franja más próxima al océano abierto, esto es,

todo el sector occidental de la Península;

el interior y la mitad oriental se caracterizan por la existencia de dos máximos, uno en otoño

y otro en primavera; por último

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en zonas muy localizadas del interior, algunas áreas presentan precipitaciones estivales

superiores a las de invierno.

2.3. La humedad del aire, la niebla y la calima

a) La humedad del aire es la cantidad variable de vapor de agua que contiene la atmósfera.

Depende de la proximidad al mar y de la temperatura, pues disminuye cuando aumenta la

temperatura. Depende de la evaporación del agua de mares, ríos, lagos y suelo y de la

transpiración de las plantas. Puede ser absoluta y relativa. Humedad absoluta es el número de

gramos de vapor de agua por metro cúbico de aire. Humedad relativa es la proporción entre la

cantidad de agua que contiene una masa de aire y la podría contener si esa masa de aire

estuviese saturada. Hay que tener en cuenta que el aire caliente es capaz de contener una

mayor cantidad de vapor de agua. Cuando se produce el enfriamiento de una masa de aire

húmeda por ascenso, se produce la condensación del vapor de agua y tienen lugar las

precipitaciones.

b) La niebla es la suspensión de diminutas gotas de agua en la capa inferior de la atmósfera. que

limitan la visibilidad a menos de un kilómetro. Se produce cuando el aire de la capa inferior

de la atmósfera se enfría y se condensa.

· Puede ser de irradiación, por pérdida nocturna de calor del suelo, propia del invierno; y

· de advección, por la llegada de masas de aire cálidas y húmedas sobre un suelo frío, o por

la llegada de masas de aire frías sobre un suelo más cálido y muy húmedo, como el mar, un

embalse o un río.

c) La calima es una bruma seca que reduce la visibilidad.

2.4. La presión y el viento

a) La presión atmosférica depende de las características de las masas de aire que se sitúan

sobre España a lo largo del año. En la Península dominan en invierno las altas presiones, en

otoño y primavera las bajas, y en verano nuevamente las altas. En Canarias predominan las

altas presiones. El régimen anual de presiones depende de la circulación general atmosférica,

de las masas de aire que afectan a la Península y de la altitud, como ya hemos visto. Se

estudia más para ver los tipos que tiempo que para conocer las variedades del clima.

b) Los vientos son movimientos horizontales del aire con relación a la superficie terrestre. Se

producen como consecuencia de las diferencias de presión y van desde las altas a las bajas

presiones. Dependen de la presión de las masas de aires que afecten a la península y de la

proximidad de las líneas isobáricas, además influyen el relieve y la proximidad de las costas

determinando vientos locales. En España peninsular predominan los vientos del Oeste, (de las

altas presiones subtropicales a las bajas presiones templadas) excepto en verano. Mientras

que en Canarias los que predominan son los alisios, de componente NE, soplan de las altas

presiones subtropicales hacia las bajas presiones ecuatoriales.

Los vientos locales más conocidos son:

De componente E y SE: levantes del Mediterráneo y estrecho de Gibraltar, bochorno, solano

y xaloc. Son cálidos y húmedos, aunque en el sur pueden provoca desecación del ambiente.

De componente S: frecuentes en el Mediterráneo. Los del SO son cálidos y húmedos, los

ábregos, provocan lluvias.

Los del O: templados y húmedos provocan lluvias, aunque cuando llegan al Mediterráneo son

ya cálidos y secos.

Los del N y NO son fríos, secos y racheados. Cierzo en Aragón, mistral en la costa catalana,

gallego en la Meseta y tramontana en Baleares.

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Además de producen vientos locales como consecuencia de contrastes térmicos en las costas

entre el fondo de los valles y las laderas, son suaves, las brisas.

2.5. La evaporación, la evapotranspiración y la aridez

La evaporación es el proceso por el cual el agua se transforma en vapor a temperatura ambiente. La

intensidad de la evaporación crece cuando aumenta la temperatura, es decir la evaporación depende

de la insolación, de la temperatura, del viento y de la humedad. La mínima evaporación se da en

enero y la máxima en julio.

La evapotranspiración es la pérdida de humedad de la superficie terrestre debida a la insolación y a

la transpiración de las plantas y del suelo.

La aridez es la insuficiencia de agua en el suelo y en la atmósfera, la aridez es la relación entre el

agua y la vegetación, el suelo y los cultivos según sus necesidades y se produce cuando la

precipitación es inferior a la evaporación.

Para calcular la aridez existen diversos índices:

- La aridez mensual suele medirse con el índice de Gaussen. según Gaussen un mes es seco si sus

precipitaciones en mm son iguales o menores que el doble de las temperaturas en º C (P mm 2T

ºC). Así se puede distinguir las siguientes zonas: Iberia siempre húmeda, no hay ningún mes seco.

Iberia semihúmeda, no más de cuatro meses secos. Iberia semiárida, unos siete meses secos e Iberia

árida extremada con once meses secos.

- La aridez general de una zona puede calcularse con el índice de De Martonne: P/ T + 10:

· zona húmeda (índice superior a 30)

· semihúmeda (entre 30 y 20)

· semiárida (entre 20 y 10)

· esteparia (entre 10 y 5) y

· desértica (entre 5 y 0)

2.6. La insolación y la nubosidad

· La insolación es la cantidad de radiación solar recibida por la superficie terrestre.

· La nubosidad es el estado de la atmósfera en el que el cielo aparece cubierto de nubes, en mayor o

menor grado.

El número de horas de sol viene determinado por la latitud y también por la nubosidad. Así

las horas de sol aumentan de N a S de 1900 horas anuales en las costas cantábricas a 2800 en la

mayor parte de España, superando las 3.300 en el Sur y Canarias. Por el contrario los índices de

nubosidad descienden de N a S , 40% de días cubiertos en el N descendiendo progresivamente este

porcentaje en la Meseta Sur, fachada mediterránea, Baleares y Canarias. Algunas excepciones locales

debidas a la formación de nieblas y calimas. Su origen puede ser de irradiación (enfriamiento del

aire húmedo en contacto con el suelo frío, en situación de calma anticiclónica), orográfica y de

advección.

III. TIPOS DE TIEMPO

La situación atmosférica en altura y superficie da lugar a distintos tipos de tiempo. La combinación

de los factores atmosféricos y geográficos da lugar a lo largo del año a la sucesión de distintos tipos

de tiempo (combinación de los diversos elementos del clima en un momento y lugar determinado) a

lo largo del año en cada región. Se puede hablar de tipos de tiempo frecuentes o normales: de

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invierno, de verano y de primavera y otoño. Si se produce alguna alteración se habla de tiempo

anormal o secundario.

3.1.- Tiempo de Invierno: El tipo normal es frío y seco, con cielo despejado en el interior, debido a

la acción de los anticiclones que afectan a la Península: Anticiclón autóctono de la Meseta, A. de

Europa Central. También se producen nieblas matinales, heladas y escarcha.

En el norte suele llover intensamente debido a la acción de las borrascas asociadas al F.P. y

de la Depresión de Islandia.

Cuando el A. de las A. queda situado en una posición más septentrional de lo habitual se da

un tipo de tiempo secundario: invierno suave y seco, con temperaturas anormalmente elevadas para

esta época del año.

Olas de frío cuando el anticiclón de Escandinavia o de Centroeuropa alcanza la Península,

aire muy frío y seco del NE, cielos despejados e intensas heladas. Escasa duración.

3.2.- Tiempo de verano: El tipo de tiempo fundamental es cálido y seco y el secundario fresco y con

más precipitaciones. El anticiclón de las Azores está a la altura del Atlántico peninsular. El Frente

Polar se desplaza muy hacia el N. por lo que no afectan las lluvias a la Península: menos

precipitaciones en el N y sequedad en el resto. En el interior se puede formar una baja presión de

carácter térmico y producir lluvias convectivas. También en el Norte lluvias orográficas o de relieve.

Cuando el Anticiclón de las Azores está en posición más meridional el tiempo puede ser más fresco

y con más precipitaciones de lo habitual, tiempo secundario.

3.3..- Tiempos de otoño y primavera: Son estaciones de gran dinamismo atmosférico. El tipo de

tiempo es variable con alternancia de anticiclones, días despejados, y borrascas, días nublados y

lluvias.

Los anticiclones, tanto de invierno como de verano, apenas afectan a la Península por lo que

las borrascas asociadas al Frente Polar circulan libremente, provocando lluvias, vientos del oeste

traen aire húmedo y templado.

En otoño el Ant. de las Azores se va retirando hacia el sur y en primavera a la inversa, propio

de otoño. Borrasca en el SE vientos húmedos y cálidos E- ESE, precipitaciones en todo el litoral

mediterráneo y estrecho de Gibraltar. (Si está situada más hacia el centro de la Pen. y los vientos que

recibe proceden del Anticiclón situado al NE, se dan lluvias y frío incluso nieve en las zonas más

elevadas)

Tipos de tiempo secundario: otoño excepcionalmente seco, cuando el Anticiclón de las

Azores tarda en retirarse a posiciones más meridionales.

Gota fría en el Mediterráneo: cuando en el N de África existe una alta presión y en el

Mediterráneo una baja presión, los vientos cálidos emitidos por el anticiclón se cargan de humedad

que si coincide con la formación de una gota fría en altura produce abundantes precipitaciones de

carácter catastrófico.

En Canarias el tiempo normal o de “alisios” es estable.

IV. TIPOS DE CLIMA

La clasificación de los climas es una tarea compleja y complicada ya que cada una de las que

existen concede mayor importancia al elemento climático que considera más significativo o que

ejerce mayor influencia en el clima. Así una de las clasificaciones más difundidas es la de Köppen,

que se hizo (1918) en función de los elementos que más influyen en la vegetación. Esta clasificación

sigue un sistema de letras mayúsculas y minúsculas que representan cada uno de los valores del

elemento climático considerado, temperaturas y precipitaciones.

En España encontramos una gran variedad de matices climáticos. Vamos a estudiarlos

atendiendo a la clasificación general de los climas de la zona templada y diferenciándolos por sus

precipitaciones, temperaturas medias anuales y oscilación térmica anual. Podemos hacer una

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clasificación general por sus precipitaciones: la división clásica entre España húmeda, seca y

semiárida.

En la España húmeda incluiremos los climas oceánicos y de montaña, con precipitaciones

por encima de los 800 mm anuales.

En la España seca, los climas mediterráneos: marítimo, continentalizado y de transición

al atlántico, con precipitaciones entre 300 y 800 litros anuales, escasos, más bien 600.

La España semiárida, por debajo de los 300 mm anuales. Clima del Sudeste o Almeriense.

Un caso peculiar es el clima de las islas Canarias, que por su latitud se presenta más

próximo a los climas subtropicales y tropicales: escasa amplitud térmica y precipitaciones debidas a

su posición en el Atlántico, sobre todo en las islas más occidentales.

4.1. El clima oceánico

– El área de clima oceánico ocupa el norte de la Península: desde Galicia, la cornisa cantábrica hasta

el Pirineo occidental, sometida a la influencia directa del jet stream y del frente polar, y ampliamente

abierta al Atlántico.

– Las precipitaciones son abundantes, regulares y suaves.

· El total anual supera los 800 mm

·Su distribución a lo largo del año es bastante regular, no obstante, suele darse un máximo

de precipitación en invierno, debido a la mayor frecuencia de paso de estas borrascas, y un

mínimo relativo en verano, debido a la influencia del anticiclón de las Azores, desplazado al

norte.

· La forma en la que caen las precipitaciones es suave, lo que favorece su filtración en el

suelo.

– Las temperaturas se caracterizan por una amplitud térmica baja en la costa.

· En la costa, la amplitud térmica es baja debido a la influencia del mar. El verano es fresco,

y el invierno es moderado.

· Hacia el interior, la amplitud térmica es moderada al disminuir la influencia marina.

Debido a este hecho, el invierno es frío (baja de 6º C).

. La temperatura media anual oscila entre 13º y 14º C y al estar todo el año sobre la influencia

de los flujos marítimos, las oscilaciones térmicas son muy débiles.

A medida que se penetra en el interior, las precipitaciones descienden, la estación seca se acusa y el

invierno se vuelve más frío

4.2. El clima mediterráneo

– El área de clima mediterráneo es la más extensa de España. Comprende el territorio peninsular al

sur de la zona de clima oceánico, las islas Baleares, Ceuta y Melilla.

– Las precipitaciones son escasas o moderadas, irregulares y tormentosas.

· El total anual es inferior a 800mm, considerándose escasas por debajo de 500mm.

· Su distribución es irregular. El verano es seco debido a la influencia del anticiclón de las Azores.

El máximo tiene lugar en otoño y en primavera.

· La forma en la que caen las precipitaciones es muchas veces como violentas tormentas, que

originan una fuerte erosión del suelo en la áreas desprovistas de vegetación.

· Las temperaturas varían con la latitud y la distancia al mar.

Dentro del clima mediterráneo se distinguen tres subtipos: marítimo, continentalizado y seco.

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Subtipos

a) El clima mediterráneo continentalizado

– El área del clima mediterráneo continentalizado comprende el interior peninsular, menos la zona

media del valle del Ebro. Este clima de la España interior afecta a casi dos tercios del territorio

peninsular.

– Las precipitaciones son escasas o moderadas, también entre 800 y 300 mm anuales. En esta

amplia zona, las precipitaciones son débiles casi siempre inferiores a 600 mm y descienden de norte

a sur y de oeste a este; el invierno puede ser seco, debido a la formación de anticiclones fríos de

origen térmico, y, en verano, las temperaturas pueden favorecer la formación de lluvias de

convección.

. Su volumen es algo mayor en el sector occidental del interior peninsular.

· En el centro de las depresiones castellanas y del Ebro las precipitaciones son menores,

debido a su encajamiento entre montañas. Su máximo tiene lugar en las estaciones

equinocciales.

– Las temperaturas medias anuales oscilan entre 10º y 14º C y se caracterizan por una amplitud

térmica alta debido al aislamiento de la influencia del mar, bien por la lejanía del mar, o por la

existencia de sistemas montañosos que obstaculizan la llegada de los flujos marítimos, ello origina el

frío invernal y el recalentamiento estival. De uno a seis meses las temperaturas medias no superan los

6º C y las heladas son abundantes. Las variaciones térmicas permiten distinguir tres subtipos

climáticos:

· La submeseta norte, y las tierras altas de Guadalajara, Teruel y Cuenca tienen verano

fresco e invierno frío.

· La submeseta sur y los bordes del valle del Ebro tienen verano caluroso e invierno frío

· Extremadura y el interior andaluz tienen verano muy caluroso e invierno moderado

b) El clima mediterráneo marítimo

– El área del clima mediterráneo marítimo comprende la costa mediterránea peninsular (menos el

SE), la costa suratlántica, Baleares, Ceuta y Melilla.

– Las precipitaciones son escasas o moderadas, entre 800 y 300 mm al año. Su volumen es algo

mayor en la costa suratlántica que en la mediterránea. En la costa mediterránea las precipitaciones

son menores. Su máximo principal es en otoño, debido a las tormentas ocasionadas por el contraste

entre las aguas cálidas del Mediterráneo y la tierra. También pueden producirse por la llegada de

masas de aire del este procedentes del continente europeo, o por gotas frías en altura.

– Las temperaturas se caracterizan por una amplitud térmica moderada. El verano es caluroso y

el invierno es suave (el mes más frío no baja de 10°C). Podemos estudiar este tipo de clima por zonas

de oeste a este, de Huelva a Gerona:

· En la costa suratlántica, desde Tarifa y el golfo de Cádiz hasta la frontera de Huelva con

Portugal. La gran humedad ambiental es su característica más acusada, aunque las

precipitaciones no son muy elevadas en comparación con el resto del clima mediterráneo son

más abundantes (oscilan entre los 700 y los 500 mm anuales) y se deben a la mayor

influencia de las borrascas atlánticas de origen frontal; y en ocasiones, la presencia de

obstáculos montañosos cercanos a la costa, como ocurre en la provincia de Cádiz, favorece el

aumento de lluvias. Las temperaturas son suaves-entre 17 y 19º C de media anual-, con

inviernos cálidos y veranos no muy calurosos. Es la zona española de mayor insolación anual,

supera las 3000 horas; en el observatorio de San Fernando (Cádiz) se alcanza las 3200 horas.

. El clima mediterráneo subtropical es propio de la costa mediterránea andaluza, desde

Gibraltar hasta Adra (Almería). Las precipitaciones son relativamente abundantes en el oeste,

cercanas a los 900 mm y disminuyen poco a poco hacia el este, donde se sitúan en torno a los

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400 mm. La influencia del Mediterráneo hace que el invierno sea cálido (12º C); además, las

Cordilleras Béticas hacen de escudo protector frente a las llamadas “nortadas” el aire frío

procedente del norte, justificando la denominación de Costa del Sol con la que se conoce a

esta región. En cambio, el verano es caluroso, debido al fuerte recalentamiento del

Mediterráneo, como consecuencia de sus reducidas dimensiones, y a la temperatura media

anual, relativamente alta (19º C).

. Otro subtipo climático se prolonga por las altiplanicies de Andalucía oriental y el surco

intrabético, pero, en este caso, la ya considerable distancia del Océano Atlántico, de donde

proceden las masas de aire húmedo, hace que las precipitaciones sean escasas, entre 300 y

600 litros anuales, con máximos en primavera y en otoño. Las temperaturas, más elevadas en

el valle del Guadalquivir, descienden a medida que se acentúa la continentalidad, dando lugar

a una temperatura media anual elevada, entre 17 y18 º C, y a un invierno fresco, de 9º C de

media, sin heladas. El verano es el más cálido de España, en julio y agosto se supera la media

de 30º C. En las zonas de considerable altura media se registra una baja temperatura media

anual (entre 13 y 15º C), un invierno muy largo y frío con fuertes heladas, un verano cálido y

prolongado, y la tendencia a acortarse las estaciones intermedias de primavera y otoño.

. El clima mediterráneo levantino-balear abarca la región valenciana, Tarragona y Baleares.

En las dos primeras regiones, las precipitaciones oscilan entre los 400 y los 700 litros, con un

máximo de otoño, pues en invierno la cercana Cordillera Ibérica ejerce de pantalla frente a los

flujos húmedos procedentes del oeste. La temperatura media anual es suave (16º C) y la

amplitud térmica, moderada, pues oscila entre los 13 y los 15º C.

. El clima mediterráneo catalán es propio de la franja costera comprendida entre la

desembocadura del Ebro y los Pirineos. Las precipitaciones son bastante abundantes, oscilan

entre los 500 y los 900 litros anuales; es más, apenas existe sequedad estival. Las

temperaturas son suaves y la amplitud térmica, moderada o baja, situándose entre los 13 y los

18º C, hechos explicables por la influencia dulcificadora del mar.

En los grandes dominios anteriores, el relieve introduce importantes modificaciones al aumentar

las precipitaciones de la vertiente expuesta a los vientos y disminuir las temperaturas. Esto

explica, por ejemplo, islotes aislados de elevada pluviometría en áreas andaluzas secas, como la

sierra de Grazalema, en Cádiz, que recibe 2223mm de lluvia anuales.

c) El clima mediterráneo seco, subdesértico o estepario

– El área del clima mediterráneo seco, subdesértico o estepario, comprende el SE peninsular y la

zona media del valle del Ebro.

– Las precipitaciones son muy escasas, entre 300 y 150 mm, lo que le da carácter estepario.

– Las temperaturas varían con la latitud y la distancia al mar. En función de ambas se distinguen: la

estepa cálida de la costa del SE y la estepa fría del interior del SE (este de La Mancha y Albacete) y

de la zona media del valle del Ebro, con temperatura media anual inferior a 17 °C e inviernos

moderados o fríos.

· En el SE peninsular estepa cálida: Almería, Murcia, sur de Alicante, Albacete. La aridez

obedece a que la zona se encuentra protegida de las borrascas atlánticas por los relieves de las

cordilleras Béticas, que hacen efecto pantalla. En el cabo de Gata se llega al clima desértico

(menos de 150 mm de precipitación anual). Los máximos pluviométricos se producen en

otoño y en primavera, pues las precipitaciones suelen estar ligadas a situaciones de gota fría.

La temperatura media anual es la más elevada de Andalucía y de la Península (21º C); el

invierno es templado, presentando valores entre 11 y 13º C, y el verano muy cálido (26º C),

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ya que es una zona expuesta a la llegada de masas de aire del continente africano. La

insolación anual es grande y las heladas, escasas.

· En el interior del SE (este de La Mancha y Albacete) y la zona media del valle del Ebro, es

la estepa fría y su aridez se debe al encajamiento entre montañas, con una temperatura media

anual inferior a 17 °C e inviernos moderados o fríos.

4. 3. Clima de montaña

Comprende los territorios situados a más de 1000 m de altitud. Hay unas características comunes a

los espacios montañosos: descenso de temperatura (6ºC cada 1000m), distinta insolación sobre las

vertientes de solana y umbría, la reducida amplitud térmica de las cumbres, el fenómeno de inversión

térmica y el aumento de precipitaciones a medida que se incrementa la altura.

– Las precipitaciones son abundantes, superan los 1000 mm a año

– Las temperaturas presentan una media anual baja

Estas características varían según la situación

– En montañas de clima oceánico no hay mes seco y los veranos son frescos

– En montañas de clima mediterráneo se reducen las precipitaciones y la temperatura es más alta

En general es un clima frío, con meses por debajo de 0º C, las precipitaciones son abundantes,

superiores a 1000 mm, producidas a veces en forma de nieve que en algunos lugares no desaparece

en todo el año, acompañadas de temperaturas medias negativas en invierno y muy frescas en verano.

4. 4. El clima en Canarias.

Las islas Canarias poseen un clima original debido a la influencia de diversos factores:

– Su situación meridional próxima al trópico y a las costas africanas, aporta influencias variadas.

Las islas se vean poco afectadas por la circulación del oeste, situándose bajo la influencia del

anticiclón de las Azores, el aire tropical atlántico y los vientos alisios del noroeste, que originaN

temperaturas suaves todo el año.

– La corriente fría de Canarias, entre las islas y el continente africano, enfría las aguas

superficiales más de lo que le corresponde por su latitud e incrementa la estabilidad del aire en

verano.

– El relieve hace disminuir la temperatura; y provoca en las vertientes a barlovento del alisio,

cuantiosas precipitaciones y nubosidad abundante (mar de nubes).

Características climáticas de Canarias.

La influencia de estos factores da lugar a un tipo de clima caracterizado por los rasgos siguientes:

Las temperaturas medias anuales se sitúan entre los 19 y los 21º C, y la oscilaciónes muy baja. Las

precipitaciones totales anuales no son muy abundantes, de 250 a 500mm, incluso hay áreas que no

alcanzan aquel umbral mínimo. Su régimen es similar al mediterráneo, con un máximo de invierno,

debido al descenso latitudinal de las borrascas o la llamada gota fría de Canarias, y con un mínimo

estival.

El relieve insular genera considerables contrastes:

- como consecuencia de la altura:

a) En las zonas bajas, las precipitaciones son muy escasas. En las islas occidentales se

encuentran entre 300 y 150 mm al año (clima subdesértico o estepario) Y en las islas orientales no

alcanzan los 150 mm al año (clima desértico) y las temperaturas son cálidas todo el año, la

amplitud térmica es muy baja (inferior a 8 °C).

b) En las medianías y zonas altas, las precipitaciones se incrementan y pueden alcanzar los

1 000 mm en las vertientes a barlovento del alisio. En cambio las temperaturas disminuyen

- por la distinta orientación de las laderas: como ocurre en las laderas de Tenerife y de Las Palmas-,

se produce el llamado “mar de nubes”, una banda nubosa estratiforme que se extiende entre los 500 y

los 1500 metros, y que tiene cierta importancia como forma de precipitación invisible, al mantener

mojados el suelo y la vegetación en verano.