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TEJER EL TERRITORIO. UNA PERSPECTIVA ETNOGRÁFICA JOSÉ LUIS PUERTO T E X T O S Índice El territorio ……………………..…………………...1 La arquitectura tradicional ……………..………...…4 La agricultura …………………………………….....8 La vida pastoril……..................................................16 Las artes populares…................................................18 Las fiestas y ceremonias……....................................23 El ocio. Los juegos ……………..………………….25

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TEJER EL TERRITORIO. UNA PERSPECTIVA ETNOGRÁFICA

JOSÉ LUIS PUERTO

T E X T O S

Índice El territorio ……………………..…………………...1 La arquitectura tradicional ……………..………...…4 La agricultura …………………………………….....8 La vida pastoril……..................................................16 Las artes populares…................................................18 Las fiestas y ceremonias……....................................23 El ocio. Los juegos ……………..………………….25

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1. El territorio Dos autores: JOSÉ SARAMAGO: “Siendo obvio que habitamos físicamente un espacio, sentimentalmente somos habitados por una memoria. Memoria que es la de un tiempo y de un espacio, memoria que constantemente va creciendo, y también reduciéndose, en el interior de la cual vivimos, como en una isla fluctuando entre dos mares: uno al que llamamos pasado, otro al que llamamos futuro.” JOHN BERGER: [“Epílogo histórico”, en: Puerca tierra, Trad. de Pilar Vázquez, Alfaguara, Madrid, 1989.] [1] “La vida campesina es una vida dedicada por entero a la supervivencia. Ésta es tal vez la única característica totalmente compartida por todos los campesinos a lo largo y ancho del mundo. Sus aperos, sus cosechas, su tierra, sus amos pueden ser diferentes, pero, independientemente de que trabajen en el seno de una sociedad capitalista, feudal, u otras de más difícil clasificación, independientemente de que cultiven arroz en Java, trigo en Escandinavia o maíz en Sudamérica, en todas partes se puede definir al campesinado como una clase de supervivientes. Durante el último siglo y medio, la tenaz capacidad de los campesinos para sobrevivir ha confundido a los administradores y teóricos. Todavía hoy se puede decir que los campesinos componen la mayor parte de los habitantes del globo. Pero este hecho oculta otro más importante. Por primera vez en la historia se plantea la posibilidad de que esa clase de supervivientes pueda dejar de existir. Puede que dentro de un siglo los campesinos hayan desaparecido. En la Europa Occidental, si los planes salen conforme fueron previstos por los economistas, en veinticinco años no quedarán campesinos.” (pp. 255-256) [2] “A diferencia de cualquier otra clase trabajadora y explotada, el campesinado siempre se ha sustentado a sí mismo, y esto lo convirtió, hasta cierto punto, en una clase aparte. En tanto en cuanto producía la plusvalía necesaria, se integraba en el sistema económico-cultural histórico. En tanto en cuanto se sustentaba a sí misma, se encontraba en la frontera de ese sistema. Y creo que se puede decir tal cosa incluso de aquellas épocas y aquellos lugares en los que los campesinos componen la mayoría de la población.” (pp. 256-257) [3] “El campesino ve la vida como un interludio debido al movimiento dual, opuesto en el tiempo, de sus ideas y sentimientos, movimiento que a su vez se deriva de la naturaleza dual de su economía. Sueña con volver a una vida sin hándicaps. Está decidido a transmitir a sus hijos los medios para sobrevivir (y, de ser posible, más seguros en comparación con los que él heredó). Sus ideales se sitúan en el pasado; sus obligaciones son para con un futuro que él

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mismo no vivirá para ver. Tras su muerte, no será transportado al futuro: su noción de inmortalidad es diferente: volverá al pasado. “Estos dos movimientos, hacia el pasado y hacia el futuro, no son tan opuestos como puede parecer a primera vista, porque básicamente el campesino tiene una visión cíclica del tiempo. Son dos maneras diferentes de girar en torno a un círculo. Acepta la secuencia de los siglos sin convertirla en algo absoluto. Quienes tienen una visión del tiempo unidireccional no admiten la idea del tiempo cíclico: les da vértigo moral, pues toda su moralidad se basa en la relación causa-efecto. Quienes tienen una visión cíclica del tiempo no tienen gran inconveniente en aceptar la convención del tiempo histórico, que no es sino la huella de la rueda que gira.” (p. 262)

La perspectiva etnográfica: [1] “El hombre no vive aislado, sino que, desde muy antiguo, funciona en grupos: actúa, produce y crea dentro de un colectivo o grupo cohesionado por las interacciones mutuas. A los individuos de un mismo pueblo les une el lugar o la tierra sobre la que se han asentado, las costumbres que se han alzado con valor de leyes, el parentesco de sangre o la relación de vecindad, las instituciones o entidades superiores como la iglesia, el ayuntamiento, el patrono del pueblo, sus fiestas, los acontecimientos más diversos, etcétera; todo ello aglutina al grupo humano que habita un pueblo cuyo colectivo actúa en muchas ocasiones como un yo grupal. Un pueblo se apoya generalmente en su economía natural, pero también en las manufacturas o artesanías, en el sistema de producción inventado o adoptado, y en el río o la montaña que circunda el lugar. Pero lo más significativo está dentro de su tradición, siendo la indumentaria una de sus manifestaciones usada como distintivo de su entidad.” (María Ángeles González Mena, Colección Pedagógico Textil de la Universidad Complutense de Madrid. Estudio e Inventario, Madrid, 1994, p. 28) [2] “Objeto de la etnografía [... es ...] la cultura de los pueblos, o sea el conjunto de su capital mental en una época dada; capital que se materializa en los objetos elaborados, en las manifestaciones artísticas, en los usos y en las costumbres; que se concreta también en las creencias y en el idioma. Es decir, que, más que la cualidad mental misma de los pueblos, estudiamos sus producciones y manifestaciones.” (T. Aranzadi, Etnografía, pp. 9-10) [3] “La insularidad de las CANARIAS y el ser nudo con la etnografía peninsular y la africana, y aun con la americana, dan extraordinario valor a lo folklórico y etnográfico del archipiélago, rico, como tal vez ninguna región de España, en libros de Geografía e Historia, de autores nacionales y seguramente extranjeros. Este interés ha sido bien conocido por las entidades y particulares de las islas, ya que podemos señalar, entre otros, las siguientes instituciones: en Tenerife, el Instituto de Estudios Canarios de La Laguna, el Museo de Santa Cruz de Tenerife y el de Villa Benítez, en la misma ciudad; en Las Palmas, el Museo Canario y el de Santa Cruz de la Palma, aparte de algunas colecciones particulares de los muchos investigadores en casi todas las islas, y actualmente toda la labor del archipiélago se condensa en la Revista Tagoro, órgano del Instituto de Estudios Canarios.” (Luis de Hoyos Sáinz y Nieves de Hoyos Sancho, Manual de Folklore..., Madrid, 1947, p. 18)

El territorio canario como mito: “locus” afortunado o edénico: [Tanto en fuentes escritas clásicas, como contemporáneas, de muy diversos tipos, aparece un tópico en torno al territorio canario –ya sea el macro o el micro-territorio-, que consiste en verlo como lugar edénico; de ahí el tópico espacial, acaso, de “islas afortunadas”. Creemos que tal tópico hay que ponerlo en relación con el mito de la Atlántida, como

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territorio fabuloso perdido. Y, como todo lo perdido, siempre en espera de una nueva Edad de Oro. Pondremos algunos textos, como ejemplo de lo que indicamos.] [1] [Plutarco, en la vida de Sertorio:]

“entre los bárbaros hay crecida fe que allí están los Campos Elisios y las moradas y asientos de los bienaventurados que Homero canta.” (Fray Alonso de Espinosa, Del origen y milagros de la Santa Imagen de Nuestra Señora de Candelaria..., Sevilla, 1594, p. 27) [2] [Sobre Valsequillo, Gran Canaria:]

“El TERRENO es muy feraz y de buena calidad; habiendo en un llano y en las referidas huertas, plantaciones de árboles frutales, como perales, naranjos, albaricoqueros, duraznos, granados y muchas hayas.” (MADOZ, XV, p. 495) [3] [Sobre Tacoronte, Tenerife:] “El monte de Agua García es, según los lugareños, lo más hermoso de todo el archipiélado canario. De vegetación exquisita, alberga laureles, brezos arborescentes, mocanes viñáticos (Persea Indica), madroños y cien especies más que forman una cúpula a través de la cual se filtran, no sin mucha dificultad, los rayos del sol. Musgos, ranúnculos, siemprevivas, freseras, violetas e innumerables helechos crecen por todas partes a la sombra de estos grandes árboles. En medio de tan frondosa vegetación, una infinidad de pájaros dejan oír su canto: mirlos, palomas, pinzones, tintillones (Fringila Tintillon), con sus bellos colores, así como carrucas, canarios y muchos otros. Hay en mitad del bosque un manantial de agua fresca y limpia, que va a fertilizar las tierras vecinas. [...] el bosque de Agua García posee un papel primordial: el recordar que, como bien dicen los estudiosos, las Canarias fueron, antes de la conquista, un auténtico vergel posteriormente desfoliado por los colonizadores.” (Federico Puigdevall (Dir.), Pueblos de España. Andalucía, Comunidad Canaria, Vol. VI, Ed. Rueda, Madrid, 1996, pp. 319-320. [Los textos sobre Canarias son de Susana Ávila.]) [Hay otros muchos textos en torno a Canarias, o determinados de sus enclaves, como locus edénicos o afortunados.]

Territorio comunal, apropiaciones: [1] [Sobre el término de Tajaste, Lanzarote:] “una tercera parte de este térm. sirve de dehesa comunal de Tinajo, habiendo sido preciso que la aud. terr. haya impuesto fuertes multas a ciertos caciques que en distintas ocasiones han intentado la roturación y usurpación de dichas tierras.” (MADOZ, XIV, pp. 555-556) [2] [Sobre el término de Tagiche, Lanzarote:] “PROD. algunos buenos pastos para la cría del ganado cabrío y camellar, particularmente en la parte más oriental llamada la Dehesa, de la que se apoderó un rico magnate en 1797, valido de los fueros militares.” (MADOZ, XIV, p. 554)

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2. La arquitectura tradicional

Tipos de urbanismo: [1] [Sobre Taganana, Tenerife]:

“Tiene 240 CASAS, de las que sobre 140 se hallan unidas, y las restantes diseminadas formando pagos de Punta de Anaga, Almaciga, Valle ce Lucia, Afur, Taborno y Roque-negro.” (MADOZ, XIV, p. 554) [2] [Sobre Vega de Santa Brígida, Gran Canaria]

“Tiene más de 800 CASAS la mayor parte dispersas en la jurisd. y sus pagos”... (MADOZ, XV, p. 628)

Tipos de casas: [1] [Sobre Lanzarote]:

“En ninguno de los pueblos hay edificios notables, las casas son en general de azotea para el aprovechamiento de las aguas de lluvia, siendo las mejores y más modernas las de la v. de Arrecife” (MADOZ, X, 1847, p. 69) [2] [Sobre Valverde, capital de El Hierro:]

“Consta la v. y sus barrios o pagos [...] de 1.320 CASAS, la mayor parte terreras, de piedra seca y cubiertas de paja, las de la v. con alto y bajo, pero de poca comodidad, y distribuidas en callejones y caminos empedrados y 2 plazas; habiendo en cada pago que hay ermita otra plaza que solo sirve de reunión a los vecinos. (MADOZ, XV, p. 498)

Textos de Carlos Flores:

“La arquitectura rural tradicional canaria [...] podría calificarse de especie en vías de extinción como si fuera una más entre las plantas autóctonas canarias. [...] “Pueden apuntarse cuatro factores cuya incidencia conjunta en el proceso es definitiva: “a) El cambio de las bases socioeconómicas de la región, con el progresivo deterioro y arruinamiento de las estructuras agrarias ahogadas por las formas tradicionales de cultivo y propiedad del suelo y el agua; con la terciarización de la economía y el galopante proceso de urbanización y macrocefalia de las capitales provinciales; con las masivas migraciones campo-ciudad que, como consecuencia de lo anterior, llegan a amenazar con el despoblamiento de amplias zonas. “b) El cambio ecológico-económico, que ha enrarecido el uso de materiales tradicionales, como la madera, la piedra o la teja. “c) El cambio tecnológico, con la aparición de nuevos materiales (el bloque de hormigón y el forjado de viguetas y bovedillas), de menor costo económico y humano, y cuya presencia, unida al cambio de las bases socioeconómicas, ha supuesto el final del artesanado constructor. “d) El cambio cultural, que al facilitar la difusión de los modelos económico-culturales de la sociedad de consumo, provoca la aparición de una cultura subconsumista (el subdesarrollo del consumo o el consumo del subdesarrollo), mimética que tiende a presentar como obsoletos los medios de la cultura anterior, provocando su abandono. También debe considerarse en este aspecto el legítimo deseo de una mayor calidad de vida al que la mayoría de las viviendas tradicionales, con unas dotaciones mínimas, no pueden responder.” (p. 416)

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“Pero a ello viene a sumarse la mixtificación de la arquitectura tradicional, que supone un ataque por parte de la cultura urbana. Esta ofensiva desvirtuadora es [...] tan antigua como el nacimiento de la burguesía mercantil urbana; pero se acentúa decisivamente a partir de los años cuarenta de este siglo durante el llamado período autárquico de la economía y la cultura españolas. La autarquía cultural da lugar a la aparición de dos arquitecturas: una “culta”, la imperial-herreriana, trasunto hispánico de los modelos fascistas y nacionalsocialistas; otra “popular”, más cercana por lo general a un nacional-folklorismo exaltado que a una auténtica utilización y transformación de la arquitectura rural en la que, por lo general, aducía inspirarse. “En el caso canario, el nacional-folklorismo arquitectónico adopta un lenguaje cada vez más barroco, más propio de la clase burguesa a la que sirve como medio de expresión, alejándose de los modelos originarios, cuya sencillez y simplicidad constituyen su más acusada característica.” (pp. 418-419) Este producto mixtificado ha tenido y tiene un gran arraigo.

Texto de César Manrique: “Quisiera dejar constancia en este libro, como el primero que se publica, de la arquitectura popular de la isla de Lanzarote, el testimonio de las razones fundamentales, que me han movido a comenzar a luchar, con el afán de conseguir el equilibrio de un orden general de estilo, en una isla dejada y abandonada desde hace muchísimos años, por el desconocimiento de una dimensión nueva en el terreno del paisaje, precisamente por no encontrarse dentro de los cánones tradicionales de las recetas impuestas por una sociedad que no sabía ver, a través del tedio monótono de una pobreza educativa. “La visión total de la isla como panorámica general, responde a un nuevo concepto, que solamente una pequeña minoría podría comprender. “La misión que tenía que cumplir para un mayor conocimiento de su arquitectura, y de lo que verdaderamente significaba su extraordinario paisaje, era ponerlo en evidencia a través de varios procedimientos. “[...] “Mi preocupación fue de una manera global para defender el paisaje y su medio ambiente, en donde entraba como factor importante, el habitat, como conjunto, ya que paisaje y arquitectura pueden ser una sola cosa cuando está integrada y adaptada perfectamente a la tierra. “El haberme cobijado en sus viviendas, el haberlas palpado y estudiado, son los factores que han hecho darme cuenta de la posibilidad y exterminio por gentes irresponsables y ajenas a la comprensión por falta del conocimiento de una elemental cultura. Esta es la primera razón de esta urgente publicación. “Era necesario a través de la orientación que se tomará de este libro, evitar la destrucción de cada muro viejo, de cada distribución, de cada vivienda en donde el tiempo haya dejado rastro histórico. “Su desaparición borraría para siempre un pasado lleno de sentido y de sabiduría aprendida por experiencia de siglos en observación y necesidad de su clima, de su latitud, de su viento, de su luz y de un increíble paisaje que determinaban un resultado de maneras de hacer, que no se puede improvisar en un corto espacio de tiempo. “Se evitaría también las vulgares y horrendas casas, [...] con permiso de algunos ayuntamientos y con la firma de los responsables de la construcción. “[...] “Da pena pensar el enorme trabajo y lucha que hace falta, para hacer comprender, lo que significaría un suicidio colectivo por el desconocimiento político-económico de un

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derrumbe general, al estropear y destruir, los valores esenciales de su agricultura única, su negro y quemado paisaje y su simple y blanca arquitectura. “Con este libro se dará a conocer y comprender todas sus facetas, para que su estudio nos pueda dar, todas las enormes posibilidades en la continuidad de nuevas construcciones. Es la única fuente en donde podamos beber para trazar la trayectoria de una línea de conducta en su crecimiento y que además quede como documento e inventario de lo actualmente existente, dando así un conocimiento con un sentido de responsabilidad y respeto a lo ya catalogado. “[...] “El estudio y observación del paisaje, su flora, su agricultura y arquitectura fueron el fundamento básico para el comienzo educativo de los primeros equipos que se formaron a través de la gran colaboración del personal seleccionado por el Cabildo Insular, y que a través de estos pocos años de trabajo con la ayuda total de un activo honesto y ejemplar presidente, José Ramírez Cerdá, que con la clara visión ha sabido llevar a cabo una serie de obras tan importantes que ha colocado a Lanzarote a la cabeza de un prestigio socio-económico y turístico, entre las Islas Canarias. “[...] “Parece imposible que después de la catástrofe que supone el haber adulterado casi todo el litoral español, borrando las acusadas características que diferenciaban cada lugar por la completa falta de adecuación, introduciendo gratuitamente una fría standardización internacional, no hayamos podido todavía aprender la lección, para rectificar y salvar lo que nos queda. “En las Islas Canarias, desgraciadamente, tenemos la misma experiencia en las islas mayores, en donde se han cometido las mayores atrocidades, matando y anulando todo el encanto de lo que significaba belleza de espíritu canario, pintoresquismo, paisaje y valores tradicionales, y todo por una avidez desmedida de la torpe y urgente especulación, permitiendo casas en bloques desnudos y los mayores mamarrachos de colorines. “[...] “Ya el haber nacido en esta quemada geología de cenizas, en medio del Atlántico, condiciona a cualquier ser medianamente sensible. “Toda la influencia que supone este escenario que ha rodeado mi infancia, se ha manifestado sucesivamente en toda mi plástica, con gran libertad de expresión, como la misma y brutal superficie de la isla. “La última razón, y creo la que más influyó en mi amor por Lanzarote, es de índole más moral, más social e intimista, por haber conocido desde mis primeros años su gran humildad y pobreza, en donde sus gentes tenían muchos años que emigrar por falta de lluvia y de medios. “Todos estos recuerdos han dejado una marca en mis sentimientos a través de los años, queriendo hacer como una revancha de demostrarme a mí mismo que no estaba equivocado con lo que pensaba podría ser esta maravillosa isla. “El mayor negocio que puede tener un país, es la educación de su pueblo. “Sin preparación cultural, es imposible tener clara visión de futuro para planificar algo que nos beneficia a todos. Solamente así se destruirá todo sin perspectiva. “Con una programación inteligente y con una conciencia clara de lo que se quiere, se abre un porvenir lleno de posibilidades tan inmensas como jamás podrán imaginar.” César Manrique (César Manrique, Lanzarote, arquitectura inédita, Ind. Gráf. Valverde, San Sebastián, 1974)

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Construcciones auxiliares: [Sobre Vega de Río de Palmas, Fuerteventura]:

“IND.: antes había en este pago un molino harinero que era el mejor de la isla, pero en el día solo queda de él la presa que se halla cortada por la corriente de las aguas.” (MADOZ, XV, p. 626) Materiales:

[Sobre Vega de Santa Brígida, Gran Canaria]: “En su jurisd. se halla una cantera de piedra que utilizan sus hab. para la construcción

de edificios y demás usos comunes.” (MADOZ, XV, p. 628)

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3. La agricultura La agricultura: [B. Malfatti, Etnografía, Sopena, Barcelona, s.a., p. 101]: “Al cultivo de las gramíneas sigue el de las legumbres, de las herbáceas, de los árboles, de los arbustos y en especialidad de la vid, del olivo, de la palmera, y otras plantas fructíferas; invenciones o prácticas que las mitologías atribuyen a la benignidad y previsión de los seres sobrenaturales, y que los misterios celebraron durante siglos como el más insigne de los dones hechos por los dioses a los hombres. En concreto: no ha habido ningún medio más eficaz que la agricultura para acelerar la civilización. El cultivo de los campos supone la necesidad de llevar una vida ordenada y metódica. “La cabaña se transforma en casa; la posesión se determina, el concepto de propiedad se ratifica y afirma, la idea de lo propio y de lo ajeno y las relaciones personales piden nuevas determinaciones y reglas precisas; la costumbre se transforma lentamente en ley; el orden social se extiende y toma consistencia; la autoridad precaria del jefe de tribu o del patriarca se desenvuelve en principado estable con fundamento jurídico; ya alcanza entonces la familia su verdadera independencia, convirtiéndose en uno de los órganos más laboriosos y productores del humano consorcio. “Este procedimiento no se manifiesta en todas partes del mismo modo, ni tiene igual rapidez en su desarrollo.” Los campesinos: [John Berger:] “El alimento es la primera necesidad del hombre. Los campesinos trabajan la tierra para producir el alimento necesario para sustentarse. Y, sin embargo, se ven obligados a alimentar a otros antes, a menudo al precio de pasar hambre ellos mismos. Ven cómo el grano de los campos que ellos han labrado y cosechado, en su propia tierra o en la del amo, les es quitado para alimentar a otros, o es vendido asimismo para el beneficio de otros. Por mucho que se considere que las malas cosechas son una fatalidad del destino, o que el amo/propietario lo es debido al orden natural de las cosas, independientemente de las explicaciones ideológicas que puedan ofrecerse, el hecho básico está claro: ellos, que pueden alimentarse a sí mismos, se ven obligados a alimentar a los demás. Tal injusticia, razona el campesino, no puede haber existido siempre, y así imagina un mundo justo en sus comienzos. En sus comienzos, un estado de justicia primordial para con el trabajo primordial de satisfacer la necesidad primordial del hombre. Todas las revueltas campesinas espontáneas han tenido como objetivo la restauración de una sociedad campesina justa e igualitaria. “Este sueño no es la versión usual del sueño del paraíso. El paraíso, tal como hoy lo entendemos, fue seguramente la invención de una clase relativamente desocupada. En el sueño campesino, el trabajo no deja de ser necesario. El trabajo es la condición de la igualdad.” (p. 263) “Los campesinos conviven cada hora, cada día, cada año, con el cambio, de generación en generación. En sus vidas apenas hay otra constante que la constante necesidad de trabajo. Crean sus propios rituales, rutinas y hábitos en torno al trabajo a fin de arrebatar cierto significado y continuidad al ciclo implacable del cambio; un ciclo que en parte es

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natural y en parte resultado del girar incesante de la piedra de molino que es la economía en la que viven. “La inmensa variedad de las rutinas y los rituales vinculados al trabajo y a las diferentes fases de la vida (nacimiento, matrimonio, muerte) constituye la protección del campesino frente a un estado de fluir incesante. Las rutinas del trabajo son tradicionales y cíclicas: se repiten todos los años y, en ocasiones, todos los días. [...] “La repetición, sin embargo, es sólo y esencialmente formal. Las rutinas de trabajo de los campesinos son muy diferentes de la mayoría de las rutinas de trabajo urbanas. Cuando un campesino repite una tarea determinada, siempre hay elementos en ella que han cambiado. El campesino está continuamente improvisando. Su fidelidad con la tradición es sólo aproximada. La rutina tradicional determina el ritual del trabajo; su contenido, como todo lo que él conoce, está también sujeto al cambio.” (pp. 271-272) El agua. El riego: [1] El agua tiene en Canarias una importancia tan grande, que, según puede advertirse en la propia toponimia de las islas –según puede advertirse, por ejemplo, en el Diccionario... (1845-1850) de Pascual Madoz-, no son pocos los enclaves nombrados a través de la misma; como, por ejemplo:

- Agua-agria (rambla de la isla de Tenerife; arroyo de la de Gran Canaria). - Agua-buena (arroyo de la isla de La Palma). - Agua de Bueyes (pago de la isla de Fuerteventura). - Agua García (pago de la isla de Tenerife). - Agua Guillén (arroyo de la isla de Tenerife). - Agua Mala (arroyo de la isla de La Palma). - Agua Mansa (arroyo de la isla de Tenerife). - Aguas (pago en la isla de Tenerife¸ rambla de la misma isla). - Aguas de Garachico (cascada de agua en la isla de Tenerife). - Aguas del Rey (arroyo en la isla de Tenerife).

[2] [Sobre LANZAROTE:]

“No se encuentran en la isla fuentes ni paseos arbolados, habiendo únicamente en Arrecife un puente sobre el mar que sirve como de sitio de recreo, y una fuente titulada la Poseta, situada en el fondo de un barranco de la cord. de Tamara escasa y de mala calidad.

En la v. de Teguise se encuentra también una laguna titulada la Mareta, abierta en un espacioso círculo de tierra como de media milla, a la cuel se reúne una cantidad tan considerable de agua durante el invierno de los años lluviosos, que bastaría por sí sola, si no se infiltrase y evaporase, para el consumo de todos los hab. de la isla; pero se ha observado que el agua de dicha laguna, turbia y sucia generalmente, pocas veces se ha conservado más de un año. Tanta es la escasez de aguas, que los vec. de Haria o Aria se ven en la precisión de beber de los pozos, cargadas de principios ferruginosos, y por esta razón, sin duda, se observa que la dentadura de sus moradores es de color herrumbre. A fin de suplir dicha falta, en parte, en algunos pueblos se encuentran numerosos aljibes para recoger las aguas pluviales, siendo el que en mayor número los posee de capacidad desde 40 a 200 pipas, y algunos desde 500 a 4.000 el pueblo de Arrecife. De los depósitos que de esta manera se hacen, se proveen no sólo los de la pobl., sino la marinería. Y, sin embargo, de dichas provisiones, repetidas veces, a causa de haber agotado todos los

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aljibes, han tenido necesidad de echar mano del agua de la mencionada Poseta a pesar de su mala calidad. (MADOZ, X)

FAMARA: “con algunos sudadores o pequeños manantiales de agua se riegan varios

árboles”. (MADOZ, VIII, p. 17)

FEMES: “Dentro de él y próximo al pueblo, hay una fuente que surte de agua a sus

vec. cuando escasean las lluvias.” (MADOZ, VIII, pp. 32-33)

VEGA DE FEMES: “Recibe las aguas de las montañas que la rodean, y no tiene más

salida que por un punto subterráneo que en el país se llama Famed.” (MADOZ, VIII, p. 33)

TEGUISE: “El objeto más notable e importante de esta v. es un gran estanque o

depósito de agua llamado la Mareta, en el que se recogen las aguas pluviales durante el invierno, y se utilizan para el consumo de los ganados, y algunas veces de los habitantes de toda la isla.” (MADOZ, XIV, p. 682)

TÍAS: Esta v. no tiene aguas corrientes, surtiéndose sus hab. de las de lluvias que se

conservan en aljibes y cisternas de propiedad particular. (MADOZ, XIV, p. 754)

[3] [Sobre FUERTEVENTURA:]

LA ISLA: “Las aguas son poco abundantes y comúnmente salobres.” (MADOZ, VIII, p. 254-255)

TINDAYA: “Su vega es fértil en años abundantes en lluvias, y en los escasos produce también los mismos frutos que su matriz.” (MADOZ, XIV, p. 760)

[4] [Sobre EL HIERRO:]

“pero ninguno de estos 2 ríos [los riachuelos de los Llanitos y de la Sabinosa] proporciona cantidad suficiente de agua, ni para el abasto de los habitantes, ni para abrevadero de las bestias y menos para el riego: a estas necesidades acorren las mismas montañas, que cubiertas [...] de bosques de árboles, atraen sobre la isla gran masa de vapores que humedecen y fertilizan el suelo; para atender a las necesidades domésticas y a los ganados, tienen gran cuidado los habitantes de recoger las aguas pluviales en cisternas: en el centro del valle de Tegirafe a ¼ leg. de la v. de Valverde, cubiertos con bóvedas sostenidas de las pilastras; otros semejantes se encuentran en diferentes valles, y cada pueblo paga los guardias que custodian estos preciosos depósitos. En los contratos matrimoniales y en los legados testamentarios se prefiere una cisterna a la donación de un campo. En los l. apartados de los expresados depósitos, se proporcionan el agua potable colocando al pie de los árboles cubos de mocan, llamados en el país guacimos, que tardan poco en llenarse con la humedad que en las hojas depositan el rocío de la mañana y las nieblas.” (MADOZ, IX, p. 194)

[5] [Sobre LA PALMA:]

LA ISLA: “Manantiales: el mayor caudal de agua de la isla es el que se reúne en el fondo de la caldera, procedente de dos grandes manantiales, llamados el uno Agua mala, y el otro Agua buena. Este último nace en el sitio denominado Taburiente, que es lo más adentro de la caldera; luego que ha nacido se pierde enteramente, pero vuelve a salir a poca dist. del

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lugar en que se perdió. Su agua es de la más exquisita que se conoce y tan fría como si fuese de nieve; al paso que la del otro manantial es algo desagradable y carece de este grado de frialdad. La confluencia de estos dos manantiales se establece a ½ leg. de Taburiente, y sus aguas corren juntas por más de una leg. hasta el tomadero de la acequia que dirige a Argual, flanqueando la parte interior del cerro de Vejanagua, la restante agua sigue corriendo más de ½ leg. hasta el fondo de la grande abertura SO. de la caldera, donde está el tomadero de la acequia que va a Tazacorte y de la que siempre queda alguna, que corre inútilmente por el barranco, a veces hasta el mar. “Cada una de las dos acequias mencionadas regaba antes plantíos de caña dulce, y movía en su respectivo pago el ingenio en que se molía aquella para elaborar los azúcares y mieles. Se concluyó ya este ramo de industria rural, primero en Tazacorte (año de 1830), después en Argual (en el de 1844). Y el cultivo ordinario de tierras de regadío ha reemplazado al de caña dulce. En cada uno de los referidos pagos, había y hay todavía dos molinos harineros impulsados por dichas aguas. “El manantial que riega la Loma de los Sauces es el segundo en orden de la isla. La acequia que conduce sus aguas, será como una de las dos que salen de la caldera, y como ellas deja también un sobrante que corre a veces hasta el mar por el barranco, que llaman del Agua. Dicha acequia tiene el mérito de atravesar dos rocas firmes taladradas al intento. En otro tiempo, las aguas de esta acequia movían un ingenio de cañas de azúcar, que se concluyó en 1806 y 2 molinos harineros que existen todavía. “Otro manantial de tanta o mayor consideración hay en el lugar de Barlovento, donde principia el barranco de Gallegos, pero sus aguas nacen en un sitio tan escabroso, que su aprovechamiento se mira como imposible.

“El manantial que provee de agua a la c. es el tercero en orden; la acequia por donde corre contiene en moderada corriente una vena fluida de un pie en cuadro. Con estas aguas se impulsan 9 molinos harineros y se riegan las huertas de la c. de Santa Cruz de la Palma, cuya agua pertenece al comunal de la pobl. “Éstos son los manantiales de mayor consideración que hay en la isla. Hay además otras aguas cuya noticia podrá contribuir a formar una idea del terreno en que se hallan: comenzaremos por la c. y seguiremos por la parte S. La expresada c. se halla fundada en un terreno de aglomeración, en el cual se han abierto varios pozos, que dan aguas bastante dulces. Bajo la loma de Buenavista, al SO. de la c., hay otro terreno de aglomeración, que forma en el día una buena propiedad con 3 norias, cuyas aguas son tanto o mejores que las antedichas, y 2 pozos públicos, de cuyas aguas se proveen los vec. de Breña-baja y Mazo en años de sequía para sus necesidades y usos domésticos y casi siempre para lavar sus ropas. “Otras aguas son verdaderos manantiales, pero salen tan cerca del mar y de su nivel, que sólo se toman a la bajamar y en tiempo de bonanza, como sucede en lo que se llama pozos de barqueta y pozos de Alarcón. “Se hallan también otras aguas que ellas mismas salen a flor de tierra, pero auxiliadas de la pleamar. De estas últimas era la que se llamó Fuente Santa en la punta S. de la isla, de virtudes termales, las que curaban muchas enfermedades, singularmente cutáneas y venéreas; pero el volcán de 1677 dejó sepultada esta fuente bajo una lápida de 16 varas de espesor. “El charco Verde, sit. a 235 varas del mar, en la playa de los pájaros (costa de la Banda) no es más que una poseta de corto diámetro y muy poco fondo, cuyas aguas también suben y bajan con el mar; es un agua con sulfato de magnesia, a que debe su propiedad purgante, y ácido hidro-sulfúrico o hidrógeno sulfurado, a que se atribuye su cualidad antiherpética. Muchos son los enfermos que se han curado bebiendo esta agua por algunos días, o recibiéndola en baños de vapor. “Cerca de dicho charco, hay otro mucho mayor a 30 varas del mar, que también sigue el flujo y reflujo de aquel; pero su agua es diferente y su fondo desconocido, por cuya razón

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siempre conserva aquella. Este charco no tiene otro uso que el curtido de linos y altramuces: se conserva la tradición de que hubo otro charco incomparablemente mayor cerca de este último, que obstruyó el volcán del año de 1585 y salió de la montaña de Tijuya.” (MADOZ, XII, p. 607-609)

SANTA CRUZ DE LA PALMA: “Existen en esta pobl. 2 fuentes públicas para su abasto, cuyas aguas, que vienen de las inmediatas cumbres, son de buena calidad y saludables.” (MADOZ, XII, p. 607-609)

TIJARAFE: “La poca agua que se halla en este pueblo y sus inmediaciones, se seca en

el verano, y para el consumo de sus hab. tienen que proveerse del barranco de las Angustias, dist. legua y media de la parroquia, que está dedicada a Ntra. Sra. de la Candelaria.” (MADOZ, XIV, p. 758) [6] [Sobre LA GOMERA:]

LA ISLA: “La surcan multitud de corrientes de agua puras y cristalinas, que contribuyen notablemente a su fertilidad. Los habitantes han sabido aprovechar este beneficio para adaptar el cultivo a la naturaleza del sitio, y extenderlo a todos los parajes susceptibles de riego. De ahí que sean tan considerables los productos de la tierra comparados con la extensión del suelo.” (MADOZ, VIII, p. 440-441)

[7] [Sobre GRAN CANARIA:]

TELDE: [a] “Son varias las fuentes que hay en esta c., pero entre ellas merece especial mención la que se halla en el centro de la pobl., y de la cual se surte casi todo el vecindario: tiene 6 caños y fluye entre día y noche 27 0 30.000 pies cúbicos de agua, empleando la sobrante en regar las huertas de los alrededores, formando un heredamiento particular. “A orillas del mar, hacia el E., en el sitio denominado Salinetas, hay una fuente de agua mineral, que produce los efectos de un eficaz purgante, debido a la sal de higuera que contiene. También en el valle de San Roque, existe otra fuente de agua ferruginosa; es muy clara, aunque deja un sedimento rojizo abundante, que se separa del líquido por decantación; es ligeramente alcalina y sometida a la acción del calor, desprende el ácido carbónico que contiene, y su alcalinidad se hace entonces más pronunciada... [y sigue describiendo sus componentes...] Debido a todo ello, a estas aguas “acuden muchos enfermos de toda la isla, para recobrar su salud.” (MADOZ, XIV, p. 688)

[b] “El sistema de riego de esta vega se asemeja mucho a la de Granada: las aguas se

hallan divididas en heredamientos con diferentes nombres, de los cuales haremos una ligera reseña por estar en ellos vinculada la principal riqueza del país. El heredamiento más considerable se llama de la Vega-mayor, y fluye en 24 horas de 270 a 275.000 pies cúbicos de agua, que riegan diariamente 24 fan. de tierra; esta agua es de superior calidad, y se surten de ella la mayor parte de los vec. El llamado del Valle de los Nueve, fluye en las mismas 24 horas de 67 á 70.000 pies cúbicos, y riega diariamente 8 fan. El del valle de Caseres produce en el mismo tiempo 25.000 pies cúbicos, y riega de 3 a 3 ½ fan. El de Higuera Canaria da 29.000, y riega proporcionalmente la misma cantidad de tierra; habiendo otros en el mismo valle llamados de los Troyas y del Mayorazgo, aquel un poco mas corto que el anterior, y este fluye 18.000 pies en dicho espacio de 24 horas. Hay además algunas norias muy abundantes, abiertas en la orilla del arroyo de Telde, que producirán en las 24 horas sobre 81.500 pies cúbicos, y se destinan a regar las huertas, que se extienden por ambas orillas hasta el mar.

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Otra hay en el pago de Ginamar, que en verano da 19.200 pies cúbicos en el mismo tiempo de 24 horas. Se encuentran en toda la vega de esta pobl. 1.000 fan. de tierra que tienen agua propia, y se riegan alternativamente, y hay como 2.000 que son de secano, aunque en estas pocas veces se pierde la cosecha, en razón a que las lluvias nunca escasean en el invierno y en la primavera. Estas aguas y las de los heredamientos, se recogen comúnmente en grandes estanques, construidos con mucha solidez, entre los cuales hay uno de propiedad del Sr. conde de Vega Grande, que forma un cuadrado de 120 pies sobre 42 de profundidad: este estanque está rodeado de asientos de piedra, y el camino que a él conduce, es un bonito paseo, que empalma con el ya descrito de los Llanos.” (MADOZ, XIV, p. 688)

TEROR: “Varias fuentes públicas con agua de excelente calidad para el

abastecimiento de la pobl.” (MADOZ, XIV, p. 707)

TIRAJANA: “En el término, hay varios manantiales de buenas y abundantes aguas,

que sirven para el surtido del vecindario y para regadío.” (MADOZ, XIV)

Los caminos: [1] [Sobre Santa Cruz de Tenerife:]

Caminos: “Uno hermoso de arrecife construido últimamente y que aunque en cuesta es bastante cómodo, conduce desde esta pobl. hasta la c. de la Laguna que dista 5/4 de leg.: es el único que existe en la prov., pues los demás no merecen tal nombre, sino que más bien son veredas intransitables: solo hay otro que conduce a los valles de San Andrés, Candelaria y Fasnia, no tan bueno como el anterior, pero en buen estado de conservación.” (MADOZ, XIV, p. 699)

[ARRECIFE: “Calzada o camino empedrado, que se solía hacer antiguamente para comodidad de los caminantes, y para cubrir los pantanos.” (R.A.E., Diccionario de Autoridades, I, 1726)] [2] [Sobre Lanzarote:]

CAMINOS: “son todos de herradura, aunque muy a poco costo los habría carreteros, mas con todo su tráfico interior se hace por medio de dromedarios, bastaría con que aquellos estuviesen mejor conservados y no en el completo abandono en que están; habiéndose observado que sólo se limpian y recomponen cuando algún obispo tiene la humorada de visitar la isla, que por lo común no sucede sino de medio en medio siglo.” (MADOZ, X)

[3] [Sobre Teguise, Lanzarote:] “Los caminos son locales, aunque a muy poca costa podrían ser carreteros. Todo su tráfico se hace por medio de dromedarios. El principal se dirige al puerto de Arrecife en bastante mal estado, y los restantes conducen a Haria y San Bartolomé, con algunas veredas que van a los pagos dispersos.” (MADOZ, XIV, p. 682)

[4] [Sobre Tafira, Gran Canaria:] “Atraviesa por ella un CAMINO real que conduce desde la c.” (MADOZ, XIV, p. 554)

El transporte:

“La aspereza del terreno impide en aquel país el uso de los carros, a los que se suple para conducir cargas pesadas con recuas de camellos que se crían con abundancia en

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Fuerteventura y Lanzarote, los cuales cargan de 40 a 50 arrobas, comen de todo y sufren muchas horas sin comer.” (Sebastián de Miñano, 1826, II, p. 329)

Alimentos: [1] [En Santa Cruz de la Palma:]

“Se dedican igualmente allí a la elaboración de dulces que por su exquisito gusto tienen fama en toda la prov. Con la miel y azúcar de sus cañas fabrican el rico pan de gofio y rapaduras que llevan a vender a las otras islas, y forman un ramo de su comercio.” (MADOZ, XII, pp. 603-604) [2] “Muchas clases hay de gofio y todas ellas excelentes, decía mi cicerone, entre el trasiego de dos papas. El principal es el de trigo; ¡nada como el gofio de trigo! sobre todo si es de la Laguna, donde se cosechan 30.000 fanegas de este grano. Para hacerlo se toma un tostador de barro, vasija grande, ancha y baja de fondo, con bordes, que se pone al fuego con el trigo que se quiere tostar, el que se agita incesantemente para que no se carbonice, con el remejiquero: este no es más que un palo corto con una pelota de trapo en su extremo. Cuando se vé que el trigo está doradito se aparta y se le echa un poco de sal de comer. Después se lleva al molino, se reduce á harina y está hecho el gofio. Este como V. vé, se come en polvo, amasado con agua formando pellas, con leche y con miel de abejas ó de caña: lo llevan dentro de un zurrón de baifo ó cabrito, curtido su interior, y en el mismo los campesinos ponen un poco de agua y estrujando el cuero sacan ya hecha la bola de gofio, dispuesta para comerle.” (Arribas y Sánchez, 1900, pp. 54-55) “hay también gofio de cebada que es muy sano, nutritivo y fresco y es una especialidad para tomar con leche. Lo hay así mismo de millo ó maíz; éste se tuesta añadiéndole un poco de arena, con el objeto de que se florée, formando lo que se llama chafeña, cosa muy del gusto de los muchachos. También se hace de trigo; se tuesta éste un poco más para que el grano quede más tiernecito, poniéndole un poco de sal y se muele en el molino. Esta harina es muy sabrosa y nutritiva, usándose con agua, caldo, leche, y miel de abejas y de caña, haciendo de este modo las delicias no solo de los pequeños sino también de los mayores. [...] También se hace gofio de garbanzos tostados; tampoco es malo el gofio de chochos ó altramuces según dicen, porque no lo he probado; se muele en la Palma, y cuando V. vaya por allí ya le hablarán de él. Se suelen mezclar algunos de estos granos, sobre todo de trigo, con un millo ó cebada, y con garbanzos; este es el gofio macho, que llaman. Y por último, en años de carestía, la clase pobre se vé obligada á comerlo hecho de simiente de cosco y de raíz de helecho, que al contrario de los otros es un gofio detestable.” (Arribas y Sánchez, 1900, p. 55) Ferias. Mercados: [1] “Observemos otro sistema de intercambio campesino, que implica encuentros periódicos en la plaza del mercado. Un mercado relaciona a una serie de comunidades de modo radial, al modo como giran los planetas en el espacio alrededor del Sol. Cada una de tales comunidades puede tener su propia especialidad económica. Usualmente, la mayoría de comunidades mantiene una forma de cultivo y las especialidades económicas corren a cargo de algunos miembros de ellas que les dedican parte de su tiempo, produciendo recipientes, paños, tejas o trabajando el cuero. De hecho, pocas comunidades pueden especializarse casi enteramente en la producción de un determinado artículo acabado. Periódicamente la gente de las diversas comunidades va a la plaza del mercado y allí intercambia el producto de su trabajo peculiar. Al margen del mercado, cada una de tales comunidades vive su propia vida, conservando su cuerpo de tradiciones y hábitos; cada una de ellas considera a las otras como

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algo exterior y extraño, cuyos miembros están en fuerte contraste con su propio grupo. Pero el mercado periódico hace que estas unidades se reúnan y entren en contacto, pues las actividades de todas ellas se complementan. Aunque las comunidades constituyen cuerpos independientes al margen del mercado, en la red de intercambios cada comunidad es una sección, y en el acto del cambio se pone en relación con las demás.” (Eric R. Wolf, Los campesinos, Barcelona, 1971. pp. 57-58) [2] [Sobre Taganana, Tenerife:] “Se celebra el día de la patrona de esta pobl. [¿Ntra. Sra. de las Nieves?, es la advocación de su parroquia], una especie de feria, cuyo tráfico está reducido, como la mayor parte de las que se conocen en estas islas, a la venta de frutas, algún ganado y mucho vino.” (MADOZ, XIV, p. 554) [3] [Sobre Vega de Santa Brígida, Gran Canaria:] “FERIAS: el día de Sta. Brígida, patrona del l., se celebra una feria, en la que se vende algún ganado, especialmente vacuno.” (MADOZ, XV, p. 628)

[4] [Sobre Valsequillo, Gran Canaria:] “El principal tráfico se hace el día de San Miguel, en que se celebra una feria donde se vende un poco de ganado vacuno, mular y de cerda.” (MADOZ, XV, p. 495)

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4. La vida pastoril El pastoreo: [a] “Para que un pueblo llegase a dejar la caza para dedicarse al pastoreo o a la agricultura, era necesario dos cosas: que la fauna y la flora del país le invitaran a este cambio, y que el carácter del pueblo fuera a propósito para aceptar dicho cambio. El pastoreo, tuvo naturalmente que desenvolverse en aquellas regiones centrales del Asia en que tuvieron origen los animales más dóciles y más útiles al hombre: la oveja, la cabra, el buey, el caballo, el asno, el camello.” (B. Malfatti, Etnografía¸ Barcelona, s.a., p. 96)

[b] “Para llegar al pastoreo no es preciso, absolutamente, que el pueblo haya recorrido antes el estadio de cazador, si bien puede deducirse, sin pecar de ligero, que esta profesión, al hacer al hombre atento observador de la índole y costumbres de los animales, le facilita, en cierto modo, el conocimiento de las especies que pueden serle más útiles y el modo de domesticarlas. En cuanto al modo de vivir de los primeros pastores, incurriría en un error quien lo comparase con el de los patriarcas hebreos. Estos no pertenecen a los tiempos más antiguos, y, por otra parte, la tradición bíblica, al representarnos sus alternativas y costumbres, se proponía otro objeto que el de la historia. Las primeras colectividades de pastores no fueron otra cosa que hordas, de las que puede decirse que carecían de todo rudimento de arte o industria; agrupaciones de personas que, en vez de vivir dispersas, como ocurría con las que se dedicaban a la caza, se conservaban unidas para hacer más fácil la custodia y aumento de sus rebaños.” (B. Malfatti, Op. Cit., p. 97) Antiguas tradiciones pastoriles canarias:

“Mas cuando los temporales no acudían, y por falta de agua no había yerba para los ganados, juntaban las ovejas en ciertos lugares que para esto estaban dedicados, que llamaban el baladero de las ovejas, e hincando una vara o lanza en el suelo, apartaban las crías de las ovejas y hacían estar las madres al derredor de la lanza, dando balidos; y con esta ceremonia entendían los naturales que Dios se aplacaba y oía el balido de las ovejas y les proveía de temporales.” (Fray Alonso de Espinosa, Del origen y milagros de la Santa Imagen de Nuestra Señora de Candelaria..., en casa de Juan de León, Sevilla, 1594, [ed. cit. en bibliografía], p. 34) Pastores canarios: [1] [Sobre La Gomera:]

“Sus naturales son robustos y muy ágiles para saltar de los peñascos, auxiliados de la lanza.” (Sebastián de Miñano, IV, 1826, p. 327)

[2] [Lanzarote:]

“el amor indiscreto a la cría de cabras que talan y devoran el arbolado, que por todos modos debiera promoverse, las tiene y tendrá por mucho tiempo en sumo atraso.” (Sebastián de Miñano, V, 1826, p. 150) Los lenguajes especiales:

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“No pueden dejar de incluirse en estos estudios los lenguajes que, como modos de relación en ciertas regiones o entre los individuos de una misma profesión o asociación, se vienen usando consuetudinariamente. A la cabeza de los mismos colócase el lenguaje silbado empleado por los indígenas de Canarias y dado a conocer por el hispanófilo profesor de París, R. Verneau.” (Hoyos, Manual de Folklore, p. 253) Instrumentos musicales: “La huesera canaria, compuesta de varios huesos de cabrito atados unos a otros, formando como una escalerita que se toca con un palito u otro hueso.” (Hoyos, Manual de Folklore, p. 306)

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5. Las artes populares Sobre Canarias:

“Pero la actividad artesana sigue practicándose como siempre. La cestería, la cerámica, el uso de algún telar y la fabricación de esteras, son motivo de entretenimiento de las personas más ancianas del lugar. “Esto es debido a que la actividad agrícola necesita de los medios tradicionales de transporte, por lo que la cestería sigue ocupando un lugar importante. Por otro lado, la abundancia de junco y caña, como la misma existencia de palmeras y ganado lanar, hacen posible continuar la tradición, unas veces por auténtica necesidad y otras por la rutina aprendida de pasadas generaciones.” (Adrián Alemán de Armas, El caserío de Masca. Aproximación a la arquitectura popular canaria, 1975, p. 80)

ALFARERÍA: “La alfarería aparece como menos primitiva que la cestería, de la que se derivaría parcialmente; en gran número de casos, el molde del jarro es una cestería, sobre la que se ha pegado greda mojada, secada al sol, para volverla impermeable. La alfarería, en su origen, debió ser un sustitutivo de una parte de la cestería, por un lado, y por otro, de recipientes de piedra que debían resultar forzosamente muy pesados. “Desde el punto de vista arqueológico, es la señal de la presencia del Neolítico o, al menos, de un Paleolítico muy superior.” (Marcel Mauss, Introducción a la Etnografía, Trad. y notas de Fermín del Pino, Ed. Istmo, Col. Fundamentos, 13, Madrid, 1971, pp. 67 y 69)

La cerámica del archipiélago. Consideraciones generales “La cerámica aborigen del archipiélago está hecha a mano. El primitivo desconoció el torno y sus cacharros los fabricó por el procedimiento denominado urdido. Este consiste en añadir –sobre una base fabricada de barro- una serie de cilindros de barro hasta llegar a la altura deseada. El procedimiento es semejante al que encontramos actualmente entre nuestra cerámica popular. Este hecho nos indica que su producción no era de tipo industrial, sino familiar. Cada familia, y dentro de ella la mujer (como pervive actualmente), fabricaba las piezas que necesitaba, bien para reponer el ajuar doméstico roto, bien por necesidades familiares. Así pues, no creemos que podamos hablar de focos alfareros especializados que surtiesen con sus productos a toda la población, sino de una producción descentralizada y familiar. “La cocción se realizaba al aire libre, tal como lo encontramos en la actualidad en las islas de La Palma y Lanzarote. El procedimiento seguido es muy simple. Sobre la tierra, una vez desprovista de su capa vegetal, se colocaban ramas de fácil combustión y sobre éstas, las piezas a cocer (no más de dos o tres) y cubriendo todo el conjunto, ramas de mayor grosor prendiéndoles fuego a continuación. Al cabo de un par de horas las piezas estaban cocidas y se podían retirar. “Para preservarlo del viento, este hogar se podía redondear y aún excavar en la tierra unos veinte centímetros semienterrando los cacharros. Las piezas eran colocadas generalmente boca abajo (eso parece indicar el carácter reductor –colo negro- de su superficie interna) o acostadas.

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“Dentro de la coloración irregular que las caracteriza, destacan notables diferencias entre algunas islas. El carácter oxidante (rojo – anaranjado – amarillo) predomina en un elevado tanto por ciento, en las cerámicas de Gran Canaria, Lanzarote, Tenerife y Gomera; y el reductor (negro – gris), en las de Fuerteventura y La Palma. “Antes de cocer las cerámicas sufren una serie de manipulaciones encaminadas a dotarlas de una mayor consistencia y belleza. Estas operaciones reciben la denominación de “tratamientos”. El tratamiento más generalizado es el espatulado, que se realiza a la vez que se fabrica la pieza. En algunas islas (Gran Canaria y La Palma), el alisado de las paredes se perfecciona mediante la aplicación de bruñido que llega, en algunos casos, a ser pulido. “El capítulo decorativo adquiere especial importancia en Gran Canaria y La Palma, con gran diferencia de las restantes islas. Las técnicas presentes en todas las islas son las más primitivas: incisa, acanalada e impresa, quedando como único testigo de cerámica pintada (en sus variedades de rojo – negro y rojo – blanco) las que encontramos en la isla de Gran Canaria. Igualmente, en esta isla se aplicó el engobe a la mayor parte de sus vasijas. Técnicamente el engobe no es más que la propia pasta de la arcilla que ha sufrido una selección y criba más completa, con lo cual, al ser partículas coloidales de un diámetro mínimo, alcanzan antes mayor grado calórico y cristalizan mejor.” (Rafael González Antón, Las Cerámicas Aborígenes Canarias, 1980, pp. 19-22) [1] [Sobre Candelaria, Tenerife]:

[a] “y las mujeres olleras, que se ocupan en fabricar aquellos graciosos búcaros y barros que tanto se estiman fuera de las Islas.” (Sebastián de Miñano, II, 1826, p. 334)

[b] “las mujeres [se dedican] a la fabricación de los preciosos búcaros y barros que

tanto se estiman aun fuera de las islas.” (MADOZ, V, p. 442)

[2] [Sobre Valle de Santa Inés, Fuerteventura]: “fabricación de loza de barro para la cocina, mala y basta.” (MADOZ, XV, p. 597)

TEXTILES:

General: [1] [Sobre Valsequillo, Gran Canaria]: “varios telares, con los que se fabrican telas ordinarias para el uso de sus hab.” (MADOZ, XV, p. 495)

[2] [Sobre Masca, Tenerife]: “El cardado; el hilado por manos limpias y rápidas que dan vueltas al huso; la devanadera; la madeja y, por fin, la lanzadera que pasa una a una todas las hebras que se aprisionarán fuertemente dentro de este tinglado primitivo que es el viejo telar. La decoración de los tejidos, cuando la hay, es un simple interlineado de lana negra.” (Adrián Alemán de Armas, El caserío de Masca. Aproximación a la arquitectura popular canaria, 1975, p. 92) Hilado de lino y lana:

[Sobre Tindaya, Fuerteventura]: “Es digno de notar que las mujeres de este cas. son las mas laboriosas de toda la isla, pues no satisfechas con ayudar a sus maridos en las labores del campo, se salen á apacentar sus ganados sin dejar la rueca, ocupándose en hilar todo el tiempo que invierten en andar tras ellos: y es más singular todavía verlas sentadas sobre camellos con su talla o cántara de agua a la cabeza e hilando lana o lino para hacer cuerdas de Pita y tejer, lo que después van a vender a los demás pueblos de la isla, y aún a las de Gran Canaria y Sta. Cruz de Tenerife.” (MADOZ, XIV)

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Telares de lienzos y de lanas: [1] [Sobre Fasnia o Fasnea, Tenerife]: “Se elaboran tejidos de lienzos para diferentes usos, y en menos porción otros de lana.” (MADOZ, VIII)

[2] [Sobre Fuerteventura]: “algunos telares de lienzo y lana, cuyas telas se fabrican para el uso de los moradores.” (MADOZ, VIII)

[3] [Sobre Santa Cruz de La Palma]: “telares para tejer lienzos del país que existen allí, como en casi todos los pueblos de la prov.” (MADOZ, XII) [4] [Sobre Valle de Santa Inés, Fuerteventura]: “tejidos ordinarios de lino y lana para el consumo de sus habitantes.” (MADOZ, XV, p. 597)

[5] [Sobre Tegueste, Tenerife]: “algunos telares de lienzos caseros.” (MADOZ, XIV) [6] [Sobre Telde, Gran Canaria]: “algunos telares de lienzos ordinarios.” (MADOZ, XIV)

[7] [Sobre Teror, Gran Canaria]: “Y algunos tejidos ordinarios de lana y lino.” (MADOZ, XIV) [8] [Sobre Tías, Lanzarote]: “algunos tejidos de lienzos ordinarios.” (MADOZ, XIV)

[9] [Sobre Tijarafe, La Palma]: “y algunos telares para tejer lienzos caseros del uso de sus hab.” (MADOZ, XIV)

Tejidos de lana:

[Sobre Valverde, capital de la isla de El Hierro]: La industria “está reducida a la fabricación de tejidos de lana bastos, llamados

cordoncillos, costales, alforjas, mantas, cintas y lienzos caseros”. (MADOZ, XV, 499)

Curtidos de linos:

[Sobre La Palma]: “Cerca de dicho charco, hay otro mucho mayor a 30 varas del mar, que también sigue el flujo y reflujo de aquel; pero su agua es diferente y su fondo desconocido, por cuya razón siempre conserva aquella. Este charco no tiene otro uso que el curtido de linos y altramuces. (MADOZ, XII)

Producción de seda: [1] [sobre la isla de La Palma]: “y alguna seda con que se fabrican tafetanes, rasos negros y cintas lisas.” (MADOZ, XII)

[2] [Sobre Santa Cruz de La Palma]: “los hay en mucho número para tejer sedas en cuya ind. se distinguen especialmente los palmeses, fabricando excelentes tejidos que, por su consistencia, brillo y hermosura, pueden competir con los mejores que salen de las fáb. europeas: sin embargo es muy difícil la competencia y no pueden alternar con ellos en los mercados, por efecto sin duda de lo costosa que es la mano de obra, cuya causa hace que su

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precio sea sumamente excesivo”. (p. 604) “Se fabrican igualmente cintas, medias, bolsillos, guantes y cordones de seda, en cuya elaboración se emplean casi todas las jóvenes de la c.” (MADOZ, XII)

La indumentaria:

“El tejido es la materia básica para la confección de las diversas prendas que componen la indumentaria. La historia de la producción agropecuaria pone de manifiesto que el uso del lino, cáñamo y otras fibras de procedencia vegetal, así como la fibra de la lana, fueron en otro tiempo fuentes de materiales aplicados en la obtención de tejidos.

“En España, el lino y la lana, producidos para autoconsumo familiar, no necesitaban tener una zona privilegiada, porque todas las regiones producían lo suficiente para afrontar las necesidades de la casa; de esta forma se evitaban transportes y otros gastos al reducir etapas, y permitían obtener tejidos más baratos, ya que la artesanía del tejido era una actividad del patrimonio común, pues en casi todas las casas había un telar casero.

“A partir de la mecanización de los telares en fábricas de mayor rentabilidad, el tejido de carácter artesanal fue menos solicitado; sin embargo, no afecta tanto a la producción casera con intención de autoabastecimiento.

“Por ello, los diversos géneros de tejidos utilizados en la indumentaria siguen presentando importantes diferencias según las exigencias en las diversas clases sociales. Los campesinos estaban condenados al uso de sayales, anascotes, estameñas, bayetas, tafetanes, paños pardos, sempiternas, lamparillas y lienzos de diversas calidades.

“El principio de “la economía de medios”, imperante en el consumo de materiales que regía la vida del pueblo, lo empuja al uso de tejidos firmes para asegurar la durabilidad de las prendas.

“Los tejidos que proporcionaban las manufacturas populares se dejaban, en la mayoría de las ocasiones, en su color natural sin tintura alguna.

“Las clases humildes (pastores, labradores, artesanos, obreros) no han seguido los cambios de moda. Pues un labrador o artesano no podía usar ropa talar y de finos tejidos.” (María Ángeles González Mena, Colección Pedagógico Textil de la Universidad Complutense de Madrid. Estudio e Inventario, Madrid, 1994.)

CESTERÍA: “La cestería se compone de dos series de elementos, regularmente encadenados. En la cestería tejida, estos dos elementos se entrecruzan del mismo modo que en un telar, pero a diferencia de los hilos del telar, son de una materia relativamente rígida y ancha: por ejemplo, hojas de cocotero o pandanus, varitas de mimbre o acacias. Un segundo tipo, la cestería en espiral, suele estar en realidad cosida sobre un armazón de varillas o de hierbas, que constituyen la urdimbre; el artesano va haciendo puntos con ayuda de una especie de lezna de hueso o metal. La cestería en espiral, cuando está desprovista de armazón, no se diferencia realmente de la red. “Cada uno de estos tipos principales se subdivide, a su vez, en numerosas categorías”. (Marcel Mauss, Introducción a la Etnografía, Trad. y notas de Fermín del Pino, Ed. Istmo, Col. Fundamentos, 13, Madrid, 1971, pp. 63 y 65)

[Sobre San Bartolomé de Tirajana, Gran Canaria:] “el COMERCIO está reducido a esteras de palma, almendras y aceitunas, que se

venden en la c. de Las Palmas y madera y leña de pino.” (MADOZ, XIV, 1849, p. 763)

[Sobre Masca, Tenerife:]

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[1] “El junco, con la palma y la caña, es una de las materias primas para la industria artesanal de las cesterías; también la palma, particularmente, para fabricar esteras y escobas.” (Adrián Alemán de Armas, El caserío de Masca. Aproximación a la arquitectura popular canaria, 1975, p. 79) [2] “El junco y la caña son muy abundantes [...]. Estos materiales, que también se utilizan en la construcción de casas, [...] componen el tejido de la cestería. El fondo, el borde superior y las asas se tejen con juncos; el cuerpo del cesto se realiza a base de caña.” (Adrián Alemán de Armas, Op. cit., p. 83) [3] “La cestería es también una industria de autoconsumo, aunque suelen venderse algunas unidades en Santiago del Teide, pero normalmente su fabricación está relacionada con las necesidades de la comunidad.” (Adrián Alemán de Armas, Op. cit., p. 83)

[4] “Se fabrican las esteras con hojas de palma trenzadas. Se procede a entrelazar tiras de unos diez centímetros de ancho, cuyos largos están en función de la pieza a fabricar; luego se cosen las tiras, con lo que se confecciona la alfombra o el sombrajo. Se utiliza para coser el hilo sacado del junco. Precisamente la cordelería es también practicada por el masquero; del junco saca fibras para sogas y cuerdas finas que utiliza en el cosido de escobas y balayos.” (Adrián Alemán de Armas, Op. cit., p. 88)

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6. Las fiestas y ceremonias Sentido de la fiesta: [1] “El vivir humano se va tejiendo en la sucesión del tiempo: días y noches, semanas, meses, estaciones, equinoccios y solsticios, años... Y en la sucesión de etapas vitales: nacimiento, niñez, adolescencia, madurez, vejez y muerte. Estos momentos y fases que el hombre, y la colectividad de la que forma parte, vive están jalonados por celebraciones y ritos festivos. “Las fiestas se convierten, de este modo, en hitos y marcas con los que se va señalando la conciencia humana del paso del tiempo y de estar dentro del devenir. Todas las fiestas están situadas ya sea en ciclos temporales (fiestas de las distintas estaciones), laborales (siembra, cava, siega, recogida de frutos...) o vitales humanos (fiestas de los distintos estadios por los que pasa la vida de cada hombre: bautismo, boda...). Y son marcas porque, mediante ceremonias y celebraciones, es decir, mediante ritos que se van repitiendo cíclicamente, convirtiéndose en costumbres de un grupo o de una colectividad, establecen hitos en el transcurso amorfo y rutinario del tiempo. Mediante los ritos, el individuo afirma la pertenencia a la colectividad, queda ligado a ella por medio de ceremonias, de celebraciones, en las que participan los distintos componentes de la misma. Y la colectividad se liga con lo divino, con lo sagrado (ritos religiosos); con el transcurrir del tiempo (ritos estacionales); y con la naturaleza, con el entorno físico en el que se asienta y vive (ritos de terminación de las faenas y de los trabajos). “Por medio de los ritos festivos (ceremonias cíclicas que se convierten en costumbre para el grupo que las practica), la colectividad transforma el transcurrir de la vida en celebración de todo lo que la afirma, de todo lo que la singulariza, de todo lo que quiebra la rutina cotidiana. Las fiestas, con los ritos y ceremonias que les dan su carácter, se convierten así en expresión de la creatividad popular, y son elementos muy importantes de la cultura que el pueblo va elaborando en su vivir en el tiempo.” (José Luis Puerto, Ritos festivos, Salamanca, 1990, pp. 7-8) [2] “Todo ritual, la fiesta misma, por tanto, supone símbolos, es decir, objetos, actos, relaciones o formaciones lingüísticas que poseen gran ambigüedad y multiplicidad de significados y evocan emociones e incitan a hombres y mujeres a la acción. Los símbolos son patrones estilizados de actividad que forman parte del estilo de vida de un grupo social o pueblo. Tienden a estar agrupados en el interior de ideologías dinámicas, visiones del mundo, creencias que son compartidas y ritualizadas por grupos sociales específicos. En la fiesta canaria se producen procesos comunicativos, se incrustan valores, creencias, formas de percibir el tiempo y el espacio, una visión del mundo, que son específicos. Se ritualizan plantas, vegetales como el poleo o la albahaca, el pino o los matos de haya. Los símbolos pueden ser objetos como un cesto, un arco o un corazón de frutas y tortas, un hachito de flores y fuego, una figura de hombre confeccionada con trapos y otros atarecos, la sardina o un icono como la Virgen del Pino, la Virgen de la Peña, la Virgen de los Reyes o un santo como San Pedro, San Juan o San Antonio... Los símbolos, asimismo, pueden estar asociados a acciones como la forma de tratar a un Judas, un haragán o un diablo... Y como tales, objetos y acciones cobran su significado en el interior de rituales, en el contexto de sistemas rituales. Es a través del estudio de éstos como podemos acercarnos a la comprensión del estilo de vida de una sociedad y cultura como la canaria. Pues los símbolos y acciones tienen multiplicidad de significados, un enorme poder evocador que varía históricamente y según culturas y

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sociedades. La sociedad canaria ha hecho de sus fiestas una parte de su cultura, a la vez que a través de ellas podemos comprender lo específico de nosotros.” (Alberto Galván Tudela, Las fiestas populares canarias, Santa Cruz de Tenerife, 1987, pp. 24-25) Romerías:

[Un autor salmantino, por ejemplo, Mariano D. Berrueta, en una novelita costumbrista, titulada Valdejimena. Cuento novelesco de gentes y costumbres, Salamanca, 1908, nos plasma, de un modo muy vivaz, esta comercialización de productos en una romería mariana:]

“Alrededor de la iglesia, en curva graciosa, se sitúan los puestos de un ferial que tiene

algo de fiesta mora y algo de exposición regional de industrias y productos; la loza vidriada de Horcajo Medianero; los botijos labrados con primor, de Cespedosa; los faroles y regaderas y cantarillos y cazos de la Horcajada; los lindos canastillos de / vivo color y trenzada malla, de Baños de Béjar; amén del sinnúmero de baratijas de tiendas que macoteranos y serranos y avileses, y sobre todo peñarandinos, colocan allí donde se puede, no sin previas peleas y á veces estacazos, por si el primer ocupante dejó ó no dejó una prenda ó al menos una piedra por señal de primera ocupación. “Y el que quiera frutas y dulces y menudencias, allí tiene las clásicas rosquillas de Ledesma, las almendras “agarrapiñadas” de Alba; las cerezas, algo alegres, de Navalconcejo; naranjas de Cañaveral, higos de la Sierra y entre col y col vino á todo trapo, aguardiente triple ó quíntuple, leche helada, agua con azucarillos, y alfañiques colorados que chupan los muchachos y de ello les resulta una boca que parece un pimiento morrón.” (pp. 7-8) Comedias:

[En Santa Cruz de la Palma:] “En medio de la calle principal están las casas del ayunt. como también la plazuela de

la Parroquia en donde se hacían en lo antiguo las comedias y fiestas públicas para celebrar cualquiera acontecimiento extraordinario.” (MADOZ, XII, p. 603)

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7. El ocio. Los juegos El folklore infantil. Los juegos: “El folclore infantil, transmitido mayormente a través de la vía familiar, se caracteriza sobre todo por su arcaísmo. En Canarias, la familia fue una de las instituciones que se fomentaron desde el primer momento. Quienes habían recibido porciones de tierra en los repartimientos las perdían si no fundaban en ellas el correspondiente hogar. Después, en todo tiempo, la tradición familiar, protegida por el doble aislamiento de la isla y de la vivienda, ha sido una de las menos expuestas a los influjos innovadores. “El sello arcaico no se muestra, sin embargo, por igual, en todos los sectores o tramos del folclore infantil. En unos, como los de los cantos de cuna y las adivinanzas, se manifiesta más en los esquemas y fórmulas que en los contenidos y temas; en otros, como los de los entretenimientos, los cuentos de nunca acabar, los primeros juegos, las canciones de corro, los trabalenguas, se ofrece tanto en las formas como en las materias. Mientras los primeros sectores son más permeables al ambiente insular y a las novedades, los otros, aunque no dejan de presentar variantes, han sido más herméticos.” (José Pérez Vidal, El folclore infantil canario, Madrid, 1986, p. 9) Reuniones vecinales:

[Seranos, hilas...: reuniones de adultos en torno al fuego, en la cocina, al aire libre..., en las que se convive, se charla, se canta, se cuenta, se reza, se realizan tareas (desgranar mazorcas de maíz, desgranar vainas de alubias, etc.), se hila, etc.]

[a] “Las reuniones vecinales son siempre mencionadas como principal ocasión de recitado y canto de romances. Estas tertulias, en Zamora, Salamanca y Cáceres se llaman seranos, [...] porque se reúnen en las primeras horas de la noche (serano ‘la tarde’). Son veladas tenidas para recreo y trabajo en común, en general por el invierno, al amor de la lumbre, pero también a veces, en Extremadura, por el verano, al aire libre tomando el fresco. En ellas el canto y recitación es diversión principal”. (II, p. 369) “En el Norte, donde el invierno es más lluvioso e inclemente, tales tertulias tienen mayor importancia. Se llaman filandones, filazones o filas en Asturias, hilorios o hilanderos en León, hilas en Santander, filades en Cataluña. En toda esta región norteña, cuando las faenas del campo y de la matanza se han acabado, desde noviembre hasta marzo, se reúnen los vecinos en una o varias casas del pueblo, las mujeres para hilar, los hombres para algún trabajo de cestería, de madreñas o de ruedas de carro. En la amplia cocina los viejos se sientan junto al fuego, las mozas arrimadas a la pared, de pie, para hilar con más soltura; los mozos rondan el pueblo cantando, y visitando varios hilanderos. Cuando la conversación decae, se lee la vida de un santo o una novela, pero preferentemente se abre paso la tradición, con cuentos o con cantos.” (II, pp. 369-370)

[b] “En las hilas de Lario (partido de Riaño, León), todavía a principios de este siglo, según supe en el lugar, reunidas las mujeres no sólo para hilar, sino para hacer medias y puntilla, los romances que más se cantaban eran el Gerineldo y Blanca Flor y Filomena.” (Ramón Menéndez Pidal, Op. cit., p. 370) Luchas entre mozos y hombres jóvenes:

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[En Canarias, se han realizado tales tipos de luchas:] [En las juntas generales, que celebraban por el transcurso lunar del tiempo:] “y aquí mostraba cada cual su valor, haciendo alarde de sus gracias en saltar, correr,

bailar aquel son que llaman canario, con mucha ligereza y mudanzas, luchar, y en las demás que alcanzaban”. (Fray Alonso de Espinosa, Del origen y milagros de la Santa Imagen de Nuestra Señora de Candelaria..., Sevilla, 1594, p. 38) Los bailes: [1] “El mismo sentimiento expresa el Serinoque canario. Comienza el baile con grandes saltos del hombre alrededor de su pareja, mientras que ella, con la vista baja en el suelo y con recogimiento que parece que está orando, baila con tardío movimiento.” (Hoyos, Manual de Folklore, p. 333) [2] “Canarias, por su actuación, ha recibido diversas influencias, y resulta un colector de motivos peninsulares; otros, americanos e incluso de negros africanos; lo interesante aquí sería poder destacar lo de ascendiente guanche. El baile de Santo Domingo tiene algo de negroide con su doble corro, que se enlaza haciendo diversas figuras y cantares disonantes. Resulta bien exótica la huesera que utilizan como instrumento músico, hecha con huesos de cabrito.” (Hoyos, Manual de Folklore, pp. 337-338) [3] [a] “Entre sus bailes, unos tienen claro abolengo autóctono y otros proceden indudablemente de tierras peninsulares y aun americanas, por una simbiosis que dice mucho de la penetración entre los diferentes pueblos hispanos. “Entre los de abolengo autóctono, pueden citarse las isas y el tajaraste, el serinoque y el canario. Y, entre los segundos, las folías y las seguidillas.” [b] “En la isa, al mando de un “capitán”, comienzan las parejas cogidas de la mano y en círculo. Al principio, las evoluciones son sencillas; complicándose, a medida que avanza el baile. Al mando del “capitán”, unas veces el baile es en rueda y otras por separado, y siempre al son de las guitarras y bandurrias y acompañados por coplas. Es, en definitiva, una especie de jota en compás ternario y de una gran languidez en sus pausados movimientos. Siendo el baile típico de estas islas, se baila con ciertas diferencias en cada una.” [c] “El tajaraste es una mezcla de tango, tanguillo, baile corrido, etc., que se baila mucho en estas provincias insulares.” [d] “El serinoque se asemeja a “la Curta y la Llarga”, de Ibiza; el hombre, al compás de tambor y castañuelas, va dando saltos alrededor de su pareja que, con los ojos bajos, se recoge la falda moviéndose con gracioso y melancólico ademán.” [e] “En cuanto al canario, es danza muy antigua, quizás autóctona, y que ha influido en Europa a partir del siglo XVII, habiéndose citado por muchos autores como antecedente directo de la jota, con la que, indudablemente, tiene algún parecido.” [f] “Las folías es un baile popular canario que se ha copiado en otras regiones de España y del extranjero. Las cita ya Cervantes. Su compás es de 2 por 4 y en Canarias se baila con elegancia y señorío, resultando la danza con un cierto sabor a bolero popular.” (María Luisa Herrera Escudero, Trajes y bailes de España, Editorial Everest, León, 1984)