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Cosso, María Jimena

Tesis presentada para la obtención del grado de Licenciada en Sociología

Cita sugerida Cosso, M. J. (2010) Masificación y exclusión en el sistema educativo: Chile y Argentina en perspectiva comparada [en línea]. Trabajo final de grado. Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. Disponible en: http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/tesis/te.544/te.544.pdf

Masificación y exclusión en el sistema educativo: Chile y Argentina en perspectiva comparada

UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA PLATA FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN

DEPARTAMENTO DE SOCIOLOGÍA

LICENCIATURA EN SOCIOLOGÍA

TESINA

Masificación y exclusión en el sistema

educativo: Chile y Argentina en

perspectiva comparada

Alumna: COSSO, M. Jimena Legajo: 86156/4 Correo electrónico: [email protected] Director: ALMONACID, Claudio Fecha: 9 de agosto, 2010

1. ABSTRACT

Durante mucho tiempo se consideró que la masificación de la educación contribuiría a

reducir las desigualdades educativas, apoyándose en el principio de igualdad de

oportunidades. Lejos de asumir dicha afirmación, esta investigación estudia el proceso de

masificación llevado a cabo en los sistemas educativos de Chile y Argentina; para ello se

realiza una descripción y desarrollo de los procesos educativos en ambos países, analizando

el contexto de las políticas neoliberales. Se sostiene que la masificación y

“democratización” de dichos sistemas educativos va acompañada de mecanismos de

selección por exclusión, lo cual se pretende demostrar a través de indicadores, como son la

tasa de sobreedad y la tasa de deserción en la trayectoria del sistema educativo. Tras este

análisis se demuestra que los sistemas educativos se desempeñan como instituciones activas

en el modelo de exclusión del neoliberalismo, a través de sus propios mecanismos de

selección. Demostrando, de esta manera, que los propios excluidos del sistema no son los

responsables de sus fracasos, como se pretende percibir tras el principio de igualdad de

oportunidades de los sistemas educativos.

PALABRAS CLAVES: sistema educativo, masificación, “democratización”,

neoliberalismo, selección, exclusión.

2

INDICE

1. INTRODUCCIÓN……………………………………………............................ 5

2. DESCRIPCIÓN Y DESARROLLO DE LOS PROCESOS EDUCATIVOS

EN CHILE Y ARGENTINA………………………………………………....... 8

3. CONTEXTO Y PARTICULARIDADES DE LOS SISTEMAS

EDUCATIVOS

A. Neoliberalismo y sistema educativo……..…………………………….. 16

B. Igualdad meritocrática de oportunidades……………………………. … 22

C. Masificación de la educación acompañada de los procesos de selección

y exclusión…………………………………………………………....... 26

4. PERSPECTIVA COMPARADA

A. Análisis de indicadores…………………………………………………. 32

B. Igualdad de oportunidades y exclusión en el sistema educativo de

Argentina y Chile……………………………………………………...... 43

3

5. CONSIDERACIONES FINALES………………………………………….... 45

6. ANEXOS………………………………………………………………………. 48

7. BIBLIOGRAFÍA……..……………………………………………………..... 52

4

1. INTRODUCCIÓN

“Los años en que se gesta la exclusión social registran

un crecimiento constante de la inclusión escolar.

Mientras que la economía y el mercado de trabajo

excluyen, la escuela escolariza a proporciones cada vez

más elevadas” (Tenti Fanfani, 2007: 19).

Durante mucho tiempo se consideró que la masificación de la educación contribuiría a

reducir las disparidades de riqueza y poder. Sin embargo, la evidencia muestra que muy por

el contrario “la educación tiende a expresar y reafirmar desigualdades ya existentes en

mucha mayor medida de lo que contribuye a cambiarlas” (Giddens, 1997: 465).

Tenti Fanfani (2007) -en la cita con la que comienza el apartado- señala una supuesta

paradoja, ahora se trata de pensar en qué hay detrás de ella. El objetivo general de esta

investigación es describir, analizar y clasificar el sistema educacional chileno y el

argentino como reproductores de mecanismos de exclusión, a través de sus propios

procesos de selección. Esta selección ya no se produce en la entrada al sistema educativo,

sino a lo largo de la trayectoria escolar.

El mito de la educación igualitaria se alimenta de una representación de la educación como

no selectiva y democrática, cuando en realidad de lo que se trata es del acceso a la

5

institución escolar y por lo tanto a participar en la lucha por permanecer y avanzar en el

sistema educativo (Tiramonti y Ziegler, 2008).

Siguiendo con esta línea de análisis, surge la inquietud sobre cómo los sistemas

educacionales chileno y argentino se desempeñan como instituciones activas en el modelo

de exclusión del neoliberalismo. En esta investigación se sostiene que la masificación y

“democratización” de los sistemas educativos va acompañada de mecanismos de selección

por exclusión, lo cual se pretende demostrar a través de indicadores de eficiencia como son

la tasa de sobreedad y la tasa de deserción en la trayectoria de los sistemas educativos.

A partir de esta problemática es interesante desarrollar la importancia de los procesos

educativos desde una perspectiva histórico-comparada. De esta manera se comparan los

procesos educativos llevados a cabo tanto en Chile como en Argentina, para poder

observar cómo en ambos países se persiguen los objetivos por universalizar el sistema

escolar. Sin embargo, esta investigación sostiene, como hipótesis, que la masificación de la

educación, por sí sola, es un mecanismo de exclusión de los sistemas educativos en el

marco del modelo neoliberal. La masificación educativa si no va acompañada de

mecanismos de inclusión y de permanencia en el sistema, solo actúa reproduciendo la

exclusión, ya que el ingresar al sistema educativo -como lo asegura la masificación- solo

significa la no exclusión al ingreso, pero no asegura la permanencia y el éxito en la

trayectoria escolar. Por lo tanto, en este trabajo se sostiene que si la masificación educativa

no va acompañada de una reducción en el porcentaje de sobreedad y deserción escolar, es

en sí un mecanismo de exclusión propio del neoliberalismo.

6

Esta investigación se divide en tres apartados. En el primero, se describe el sistema

educativo de Chile y Argentina, analizando ambos procesos de reforma educativa desde

una perspectiva histórico-comparada. En el segundo apartado, resulta necesario

contextualizar el sistema educativo en la órbita del neoliberalismo, para de esta manera

poder problematizar el concepto de igualdad de oportunidades, lo que conduce a abordar las

temáticas de la masificación, exclusión y selección educativa. En el tercer y último

apartado se recurre a datos estadísticos, analizando la tasa bruta de matrícula, de sobreedad

y deserción -para cada caso-, las cuales permitirán esclarecer los procesos de selección por

exclusión en los sistemas educativos de Chile y Argentina, por último se realiza un análisis

comparado en torno a la igualdad de oportunidades y exclusión en ambos sistemas

educativos.

7

2. DESARROLLO DE LOS PROCESOS EDUCATIVOS EN CHILE Y ARGENTINA

La historia reciente de Chile y Argentina se encuentra determinada por la irrupción de los

golpes militares y la transición a la democracia. Es por ello que se hace necesario

contextualizar el surgimiento de las distintas reformas educativas, llevadas a cabo en cada

país. Dentro de la serie de cambios que se comienzan a gestar a partir de la irrupción de los

golpes de estado, una característica común en ambos países, es el interés por el

achicamiento del Estado (Valenzuela Et al, 2008).

En Chile, durante el régimen militar de 1973, se logró la consolidación del modelo

económico imperante y de su mano se establecieron distintas medidas tendientes a

descentralizar la acción del Estado en el ámbito de la educación.

“En 1980 se inicia el traspaso de los colegios fiscales a los municipales, medida con la que

se da término a las escuelas públicas, dando origen a tres tipos de establecimientos, los

cuales han permanecido como exponentes de nuestro sistema educativo:

• Escuelas municipales: financiadas por el Estado, pero de propiedad y administración

de los municipios.

• Escuelas particulares-subvencionadas: financiadas por el Estado, pero de propiedad

y administración privada, particulares o fundaciones.

• Escuelas particulares pagadas: financiadas por los padres y apoderados”.

(Valenzuela Et al, 2008: 4).

8

En Argentina la apertura del sistema educativo en la esfera privada tuvo su origen tras la

caída del gobierno peronista en 1955 tras la “ofensiva desarrollista”1. En estos años surgen

los primeros ensayos de descentralización de la educación, los cuales se afianzan en 1978

tras la puesta en marcha, con gobierno militar, de un nuevo plan de descentralización,

basado en la transferencia de las escuelas primarias a las provincias, haciéndose cargo no

solo del financiamiento sino también de la gestión del servicio educativo. En la década de

los noventa se llevó a cabo la tercera de las ´etapas´ de descentralización de la educación

argentina tras la sanción, en 1991, de la Ley de Transferencia de las escuelas de nivel

medio que dependían del Ministerio de Educación Nacional a las jurisdicciones

provinciales del país (Rodrigo, 2006).

De lo antes dicho resalta una diferencia entre ambos países. Chile se caracteriza por ser un

país de organización unitaria, que desde 1980 instaló una organización descentralizada,

basada en que la administración de las escuelas esté a cargo de personas o instituciones

municipales -estatales- o privada a través de los denominados “sostenedores” (Aguerrondo,

2010). En cambio, Argentina se caracteriza por ser un país federal, cuyas 23 provincias y

la Ciudad Autónoma de Buenos Aires administran la totalidad de los servicios educativos ­

excepto las universidades- desde 1991-1992.

La década del ´90 es considerada, en Latinoamérica, como el inicio de un proceso de

reestructuración del aparato estatal, proceso que en Chile se inicia unos años antes tras la

dictadura militar de Pinochet. Mientras que, en Argentina, durante el primer gobierno de

1 Se pretendía prevenir que un Estado autoritario monopolizara la educación pública, de esta manera fue el sector privado quien se benefició, surgiendo como resultado nuevos agentes e instancias reguladoras en el escenario educativo (Tiramonti, 2001).

9

Carlos Menem se concreta la reducción del Estado nacional, se aplicaron para ello un

conjunto de medidas, entre las cuales destacaron las de privatización y descentralización de

bienes y servicios públicos, como también la desregulación y desmonopolización (Oszlack,

2001).

Varios autores señalan la existencia de distintos ciclos de reformas educativas

implementadas en América Latina (Aguerrondo, 2010; Guzmán, 2005; Martinic, 2001). El

primero de estos ciclos, durante la década de los 80, fue un ciclo de reformas orientado a la

expansión de los sistemas educativos, “se define como ´reformas hacia afuera´, pues hay

cambios estructurales en la forma de entregar servicios sociales y educativos desde el

gobierno central, de manera que la educación sea administrada y gestionada por las

provincias, las comunas o bien por sectores privados. Sin embargo, esta descentralización

iría acompañada no sólo por un repliegue del aparato público, sino también por una

reducción del gasto en educación” (Guzmán, 2005: 1). El segundo ciclo se lo reconoce

desde los años 90 en adelante, generalmente denominado “de segunda generación” ya que

marca una gran diferencia con las reformas del ciclo anterior. “El cambio fundamental es

que no se trata sólo de expandir lo que existe, sino de incursionar en cambios de otra índole

que están relacionados con temas como los de la gestión del sistema y la preocupación en

torno a la calidad o sea de la adecuación de la educación a los nuevos requerimientos de la

sociedad” (Aguerrondo, 2010: 17). Los temas centrales en este segundo ciclo de reformas

educativas pasan a ser el de la equidad y la calidad (Guzmán, 2005).

El último día del gobierno militar chileno (1973-1990) fue aprobada la Ley Orgánica de

Enseñanza (LOCE), cuyos objetivos principales eran promover la expansión del servicio

10

educativo mediante la subvención tanto a establecimientos públicos como privados; en

cuanto a la calidad de la oferta educativa era implícitamente dejada en manos ´del libre

juego entre la oferta y la demanda´ buscando, de esta manera, una competencia entre los

establecimientos -oferta- y la libre elección de los padres para la elección del

establecimiento -demanda-, siendo el Ministerio de Educación un regulador de dicha

competencia (Aguerrondo, 2010; Redondo, 2007; Valenzuela, 2008). Un elemento a

resaltar es que la LOCE acepta la existencia de mecanismos de selección del alumnado por

parte de los establecimientos educacionales.

“Según Manuel Castells (2005), en las últimas cuatro décadas Chile ha evolucionado desde

un modelo de mercado, con un régimen político autoritario y una sociedad excluyente a

otro modelo, también de mercado, democrático y de inclusión social” (Aguerrondo, 2010:

95).

El régimen democrático liderado por la Concertación de Partidos por la Democracia asume

el gobierno en 1990, luego de 17 años de autoritarismo en el país, iniciando una compleja

convivencia con la institucionalidad autoritaria heredada (Garreton, 2001). Igualmente en

los primeros gobiernos de la Concertación ya se perfilan políticas educativas promoviendo

la calidad y equidad educacional. Indistintamente “En 1993 con el objetivo de aumentar los

recursos escolares, se autoriza a los establecimientos de educación particular

subvencionada y a los municipales de enseñanza media a cobrar una cuota mensual a los

padres. A juicio de Corvalán (2003), con este mecanismo se rompe la larga tradición en

Chile de gratuidad de la enseñanza” (Redondo, 2007: 45).

11

En el año 2003, bajo la presidencia de Ricardo Lagos, se aprueba una reforma

constitucional estableciendo la obligatoriedad en la educación media. A partir de la ya

lograda universalización de la educación básica y del amplio acceso a la media, se planteó

el gran objetivo de universalizar los doce años de escolaridad. De esta manera se extiende

la obligatoriedad escolar de 8 a 12 años2. En cuanto a la educación superior, el ingreso

está fuertemente correlacionado con el nivel socioeconómico del alumno, y por lo tanto con

su trayectoria escolar, en un sistema altamente segregado. El ingreso a determinada carrera

y a la institución universitaria es el resultado de la puntuación, obtenida por el postulante,

en Prueba de Selección Universitaria (PSU).

La Concertación no rechazó las medidas neoliberales llevadas a cabo por el gobierno

militar de 1973, sino más bien las legitimó. Es por el esto que en el año 2006, un factor no

considerado, irrumpió en la trayectoria de las políticas educativas llevadas a cabo hasta

entonces, se trata de los movimientos estudiantiles secundarios3 quienes impusieron la

derogación de la LOCE, impugnando la privatización y el financiamiento del sistema

escolar el cual facilita la segmentación social en la educación, exigiendo al Estado su

responsabilidad en la educación pública. El gobierno responde realizando el proyecto de

Ley General de Educación con el objetivo de sustituir a la LOCE. A pesar de que los

establecimientos educativos municipales promueven la integración, ya es sabido que

tienden a ofrecer un servicio de más baja calidad, es por eso que cabe preguntarse si

asegurar el derecho a la educación es suficiente por sí solo (Aguerrondo, 2010; Redondo,

2007).

2 Ver Anexo. 3 Conocido como “la revolución de los pingüinos” en alusión al uniforme tradicional de los alumnos.

12

Planteando el caso de Argentina, bajo la presidencia de Carlos Menem, en el año 1993, se

produce una transformación sustancial del sistema educativo argentino. Esta transformación

abarcó desde la reestructuración de los niveles académicos hasta la creación de nuevos

contenidos curriculares; el marco normativo de esta reforma fue la sanción de la Ley

Federal de Educación. Entre dichas novedades implementadas bajo la nueva ley, también

debe mencionarse la ampliación de la obligatoriedad escolar a 10 años y la introducción de

un nuevo nivel de enseñanza, el tercer ciclo de la EGB (Enseñanza General Básica). Se

pasa de la escuela primaria de siete años y secundaria de cinco, a un ciclo de educación

inicial de dos años, luego la Educación General Básica de nueve años y el nivel polimodal

de tres años, extendiéndose la obligatoriedad desde el segundo año del nivel inicial al

noveno de la Educación General Básica (EGB)4. Tras este contexto, el Estado posee la

responsabilidad por la calidad de la educación, para ello se crea un sistema nacional de

evaluación. El período que va de 1993 a 1999 es reconocido como período de “Reforma

Educativa.

Los gobiernos argentinos posteriores a dicho período fueron críticos de las

transformaciones llevadas a cabo, por lo que buscaron reformular alguno de sus ejes. En

virtud de la descentralización y de la estructura federal del país, cada provincia asumía

relativa autonomía en la toma de decisiones de los proyectos educativos, lo que llevó a que

se cuestionara la legitimidad de los procesos a tal punto que algunas jurisdicciones

provinciales no se comprometieran con el acuerdo parlamentario –es el caso de la Ciudad

Autónoma de Buenos Aires y la provincia de Neuquén- (Tedesco y Tenti Fanfani, 2001).

4 Ver Anexo.

13

Como consecuencia la Ley Federal de Educación fue reemplazada por la Ley de Educación

Nacional en el año 2007, bajo la presidencia de Néstor Kirchner, teniendo como principal

objetivo unificar el sistema educativo. Con dicha ley se modificó la estructura académica y

se retrotraen las denominaciones de la educación básica a primaria y la de polimodal a

secundaria; por otro lado se extiende la obligatoriedad escolar a 13 años de escolarización,

estableciendo la obligatoriedad de la educación secundaria en todo el país. Se observan

tendencias a la concentración de funciones y a la centralización en la toma de decisiones,

intentando, de esta manera, regular diferentes aspectos heredados de la reforma de la

década anterior, siendo la recentralización un instrumento para fortalecer el Estado como

educador (Ruiz, 2008). Sin embargo, la definición curricular sigue quedando en manos

del nivel jurisdiccional, reforzando la desarticulación horizontal ya existente. De esta

manera son las autoridades provinciales las que terminan diseñando los planes de estudio,

al igual que en la antigua ley.

“La aplicación diferencial de los contenidos básicos comunes5 derivados de la Ley Federal

de Educación, para los distintos niveles y ciclos de la enseñanza, dejó como consecuencia

de este esquema de gobierno y forma de establecer las definiciones curriculares uno de los

mayores problemas que afectan al sistema educativo nacional en la actualidad: la

desarticulación horizontal, que dio origen a una fuerte segmentación entre jurisdicciones y

también dentro de ellas” (Ruiz, 2008: 24).

5 Contenidos Básicos Comunes (C.B.C) prescriben los saberes y conocimientos sociales y culturales que todos los alumnos deben adquirir.

14

La descentralización como producto de las políticas implementadas en ambos países lleva

a la consolidación de un “cuasi mercado educacional”, no alcanzando a ser completamente

un mercado ya que ésta desregulación se encuentra altamente “regulado” por el Estado,

quien controla tanto las inversiones como la calidad del servicio. El sector privado obtiene

una mayor participación en la creación de la oferta educativa, provocando de esta manera

una diversificación de dicha oferta, que hasta entonces era más bien homogénea,

sosteniendo que la competencia entre establecimientos educacionales contribuiría a

mejorar la calidad de la oferta en el sistema educativo (Almonacid, 2004).

15

               

       

3. CONTEXTO Y PARTICULARIDADES DE LOS SISTEMASEDUCATIVOS

A. Neoliberalismo y sistema educativo.

“Una de las peculiaridades de las reformas educativas de

la década de 1990-2000, radica en el hecho que sus

orientaciones han sido conceptualizadas simultáneamente

como la operacionalización a nivel educativo de las

políticas neoliberales”

(Tedesco y Tenti Fanfani, 2001:25)

Resulta interesante indagar sobre la interrelación entre los procesos educativos –expuestos

anteriormente- con el neoliberalismo. La aceptación terminológica de “neoliberalismo”

parece adecuada si con ella se quiere hacer hincapié en los componentes más

economicistas -mercado y privatización- que propugna esta corriente.

Este apartado se centra en las transformaciones impuestas por el “neoliberalismo” en el

ámbito educativo cuestionando de esta manera las políticas de reforma -de exclusión-

promovidas. “Será no contexto da intensa e progressiva crise estrutural do regime de

acumulação fordista que a retórica neoliberal ganhará espaço político e também, é claro,

densidade ideológica” (Gentili, 1996: 14).

16

El sistema educacional está en el centro de la contradicción de la sociedad liberal

contemporánea. Tiende, por un lado, a asumir el postulado moderno del principio de

igualdad de todos los individuos, que las políticas educativas se esfuerzan por asumir

íntegramente. A la vez, por otro lado, las sociedades liberales también son las sociedades

del mérito, que reafirman las virtudes de la competencia justa y las desigualdades

equiparables en función del mérito de los individuos. El sistema educativo trata de forma

igualitaria a los alumnos que él mismo diferencia. Siendo esta contradicción la generadora

de la exclusión escolar (Dubet, 2005).

El ideario del desarrollo de las capacidades sin fin para la libre elección, propio del

neoliberalismo, se traslada al sistema educativo provocando cierta transformación en dicho

ámbito, ya que la única esfera que garantiza y potencializa las capacidades individuales es

el mercado. La imposibilidad material de privatizar el servicio educativo lleva a los

políticos a ´empresarializar´ el sistema educativo. Este es un movimiento de privatización

indirecta, relacionado con el funcionamiento del servicio. Pero para que esto sea posible se

requiere que el Estado intervenga asegurando la selección del ´código cultural´ -el cual

determina los objetivos a seguir- y el sistema de control del código seleccionado. Una vez

asegurados los objetivos y el mecanismo de control, el paso siguiente es desregular

escolarmente el sistema (Angulo Rasco, 1999).

De esta manera se produce una ´desregulación regulada´ ya que el mismo sistema que a la

vez desregula establece mecanismos para vigilar y evaluar la calidad de los

servicios -código cultural-, garantizando la realización de los principios meritocráticos y

competitivos. Las reformas educativas llevadas a cabo por gobiernos neoliberales

17

promueven estos principios, a la vez de subordinar el sistema educativo a las necesidades

establecidas por el mercado de trabajo. El neoliberalismo promete más mercado cuando en

realidad es en la configuración del mercado donde se encuentran las raíces de la exclusión y

la desigualdad.

No es la intensión de este trabajo indagar sobre el surgimiento del neoliberalismo ni sobre

sus principios y ambiciones, sino que para esta investigación es de gran importancia

contextualizar las reformas llevadas a cabo en el sistema educativo, tanto en Chile y

Argentina, y sus implicancias. Para esto es necesario tener en cuenta que la hegemonía

neoliberal se rehace con alternancias entre regímenes políticos y militares que no afectan su

permanencia. Es sabido que los gobiernos neoliberales se levantaron contra el Estado de

bienestar. En el caso de Chile se puede afirmar que durante el gobierno militar encabezado

por Augusto Pinochet se llevaron a cabo las primeras políticas neoliberales. En cambio, en

el caso de Argentina no se podría afirmar lo mismo, ya que con el golpe de estado de 1976

se configuró un nuevo modelo económico, el cual fue denominado por Pucciarelli (2004)

como modelo liberal corporativo, por combinar orientaciones de la tecnocracia liberal con

las ideas intervencionistas de varios sectores de las Fuerzas Armadas, es por ello que

generalmente se señala la década del ´90 como el triunfo de las políticas neoliberales en

Argentina.

“Las interpretaciones de signo neoliberal insisten en utilizar las representaciones críticas de

´la gente´ como una constatación de esa especie de ´verdad eterna´ que afirma que el

Estado es, por esencia, un mal administrador y que lo que hay que hacer es ´devolver´ la

18

educación a la sociedad, es decir, al mercado o a la iniciativa social” (Tenti Fanfani, 2007:

92). El discurso ideológico neoliberal iguala todo lo estatal con la ineficiencia y la

corrupción, mientras que la “iniciativa privada” es reconocida como la esfera de la

eficiencia y la austeridad (Boron, 2005). Las políticas neoliberales implícita y/o

explícitamente son políticas de exclusión.

“El argumento central que sostiene a las políticas educativas neoliberales es que los grandes

sistemas escolares son insuficientes, inequitativos y sus productos de baja calidad. De tal

afirmación se deduce que la educación pública ha fracasado y se justifican políticas de

reducción de la responsabilidad del Estado en la educación, presentadas como la única

reforma posible (…) aquellas medidas son la descentralización y privatización de los

sistemas y un fuerte control por parte de los gobiernos nacionales mediante la imposición

de contenidos y evaluaciones comunes” (Puiggrós, 1996: 91).

En este marco cobran especial protagonismo los organismos internacionales como el FMI y

el Banco Mundial. Estos organismos -vinculados a actividades financieras- realizaron

ciertas “recomendaciones” a los gobiernos, siendo un recetario universal instrumentado a

todos los países por igual, lo cual se tradujo en programas educativos aplicados a cambio

de achicar los gastos del Estado para derivar los ingresos hacia el pago de la deuda externa

(Puiggrós, 1996; Zaccagnini, 2004).

19

“Es un hecho que un modelo económico como el neoliberal6, está muy presente en la

educación, por lo que conceptos como calidad, equidad y descentralización quedan

reducidos a eficiencia, competitividad, repliegue del estado y regulación del mercado”

(Guzmán, 2005: 9).

La evaluación ha sido utilizada para enfatizar los valores de la competitividad,

convirtiéndose en un instrumento para la asignación de recursos, y el utilitarismo, como los

principios de la empresa privada.

Guzmán (2005) afirma que diversos autores señalan que la calidad educativa, propuesta

por las reformas educativas, se reduce a la obtención de resultados –rendimiento­

acompañada por una visión eficientista de administración de recursos. “El tema de la

competitividad, según Zaccagnini es una estrategia que permite poner a la educación a la

altura del proceso de mundialización: en la medida en que los alumnos desarrollan ciertas

competencias, son funcionales al mercado laboral y productivo, que también es cada vez

más competitivo” (Guzmán, 2005: 4). Lo que actualmente prevalece, sostiene Guzmán

(2005), no son las formas en que se va “construyendo el aprendizaje”7 sino que lo que

prevalece son los resultados obtenidos, los índices de eficiencia.

Estas políticas educativas permiten que se vuelvan tan usuales y “apropiados” los rankings

en las escuelas, facilitando a los “consumidores” decidir entre ellas, dando por sentado el

6 El proyecto económico neoliberal implica un marco filosófico y la configuración de un modelo socialconsecuente, por el cual se constituye determinada escala de valores (Guzmán, 2005).7 “El constructivismo enfatiza el carácter social, activo y comunicativo de los sujetos implicados en la construcción de significados, conocimientos y funciones psicológicas superiores. Esto ocurre al interior delsalón de clases, en una situación interactiva y con una intervención deliberada por parte de un adulto experto,es decir, un docente” (Coll, 1990, citado por Guzmán, 2005: 4)

20

derecho de elegir. Ahora bien, ¿este derecho de elegir es universal? ¿Hasta qué punto se

puede hablar de igualdad en los “consumidores”?

“Si resumimos en forma esquemática y programática las tesis y planteamientos educativos

de alguno de los ideólogos más difundidos del pensamiento neoliberal8, hemos de partir de

la primacía de la libertad individual –entendida como ausencia de restricciones- sobre todos

los demás valores, y concebir la “enseñanza” como una industria –o un servicio- en un libre

mercado que debe ser autoregulado para que funcione bien” (Miñana Blasco, 2003: 4).

Esto lleva a que se deba establecer y pensar en las escuelas como prestadoras de servicios

educativos, los factores de los procesos educativos como insumos, y la eficiencia y la

productividad como los principales criterios de decisión; el resultado en los aprendizajes ­

los cuales hay que medir para cuantificar y comparar, para poder estimular la competencia-

es uno de los criterios básicos a la hora de valorar la calidad de la escuelas, las cuales deben

de competir entre ellas para poder captar a sus clientes o usuarios -los padres de familia y

los estudiantes- (Miñana Blasco, 2003).

8 “Resumimos aquí las ideas de Friedrich von Haker –y Milton Friedman entre sus seguidores- expuestas en su obra The Constitution of Liberty ; publicada en 1960 por la Universidad de Chicago, y traducida como Los fundamentos de la libertad en los años 70” (Miñana Blasco, 2003: 4).

21

       

B. Igualdad meritocrática de oportunidades.

La igualdad de oportunidades9 se plantea como igualdad de acceso de todos los individuos,

independientemente de sus condiciones sociales, a los distintos niveles de enseñanza

educativa (Gil Villa, 1997).

El término igualdad meritocrática de oportunidades es utilizado por Dubet (2006) haciendo

mención a una especie de competencia, en la cual unos ganan y otros pierden. En esta

investigación se sostiene que este tipo de igualdad es la que prima en los sistemas

educativos de Chile y Argentina.

En ambas reformas educativas analizadas se puede observar la importancia otorgada a la

igualdad de oportunidades, sosteniendo la hipótesis de que la educación es fuente mayor de

equidad social, a través tanto de la ampliación de la obligatoriedad como de la gratuidad de

la educación, pretendiendo reforzar de esta manera sus funciones de integración (Rivero,

2000). Pero esta igualdad de oportunidades se da en un contexto de políticas neoliberales,

en donde las desigualdades son equiparables en función del mérito de los individuos.

9 “El neoliberalismo al igual que el liberalismo clásico combina el principio básico de la libertad negativa con el “principio ético” de la igualdad de oportunidades. Los individuos sólo pueden desarrollar sus capacidades a través de la competencia, la cual es presentada como la medición por excelencia para el pleno desarrollo de las potencialidades humanas. Esta igualdad de oportunidades garantiza: la creación de una estructura ética, jurídica y política que permite por igual a todos los hombres explotar al máximo sus potencialidades” (Gómez, 1992:34)

22

“La igualdad meritocrática de oportunidades es la única manera de producir desigualdades

justas cuando se considera que los individuos son fundamentalmente iguales y sólo el

mérito puede justificar las diferencias de ingreso, de prestigio, de poder, etc., que

producirán las diferencias de desempeños escolares” (Dubet, 2006: 14).

Según Fernández Mellizo-Soto (2003) la igualdad de oportunidades en educación puede ser

meritocrática, universal-igualitaria, o compensatoria. Lo que sostiene la autora es que se

trata de tipos ideales y que la política educativa es en sí una mezcla entre ellos. Lo

principal es encontrar las causas que provocan la desigualdad de oportunidades educativas.

“La igualdad de oportunidades meritocráticas en la educación obligatoria implica que,

aunque exista un sistema privado de educación, los que tienen talento deben recibir ayuda

financiera para que puedan estudiar en las mejores instituciones y en las mejores

condiciones10. También significa que se produce una selección de los alumnos en diversas

ramas de la educación -normalmente la general o académica y la profesional-, ya sea a

través de criterios objetivos -test o evaluaciones por ejemplo-, o subjetivos, es decir, de la

propia decisión del alumno -dadas sus preferencias, sus resultados educativos o la

influencia de la familia- (Fernández Mellizo-Soto, 2003: 52).

En el sistema educativo es el mérito de los individuos el que justifica las desigualdades por

él producidas. El acceso a la educación es libre, el competir y avanzar en el sistema

educativo depende del mérito. Claro está que las políticas neoliberales interfirieron de

forma absoluta en las reformas educativas. Se hace necesario mencionar que el recurrir a la

10 Un ejemplo de esto es la nueva política pública llevada a cabo por el Presidente Sebastián Piñera, el cual propone la creación de 50 Liceos de excelencia en el largo del país.

23

noción de igualdad meritocrática de oportunidades, es establecer un tipo ideal de gran

utilidad para el análisis realizado.

“Mientras las desigualdades derivadas del nacimiento y la herencia son injustas, la igualdad

de oportunidades establece desigualdades justas al abrir a todos la competencia por los

diplomas y las posiciones sociales” (Dubet, 2006: 19). El mérito es utilizado por el sistema

educativo como un instrumento democrático. Siendo de esta manera un reproductor de los

mecanismos de exclusión.

El problema producido por la igualdad meritocrática de oportunidades es que hace ver a

los mismos excluidos del sistema como los responsables de su fracaso (Escudero, 2009;

Littlewood, 2005; Tiramonti, 2008). La igualdad de oportunidades, el libre acceso a la

educación, contaba implícitamente con estrategias selectivas, produciendo circuitos de

diferenciación.

“Están surgiendo nuevos dispositivos de diferenciación y selección social en el sistema

educativo. También estamos en condiciones de afirmar que dichos dispositivos introducen

un tipo de promoción y socialización más regulada y protegida que atenúa un modelo

basado casi exclusivamente en la competencia individual” (Tiramonti y Ziegler, 2008: 23).

Lo que en esta investigación se sostiene, es que los sistemas educativos de Chile y

Argentina se desempeñan como instituciones activas en el modelo de exclusión del

neoliberalismo, de esta manera se toma distancia de aquellas interpretaciones minimalistas

que consideran la exclusión escolar como consecuencia de la falta de mérito. La

masificación del sistema educativo sin el acompañamiento de mecanismos de inclusión,

24

evitando la diferenciación dentro del sistema, se convierte en un elemento de selección, ya

que el propio sistema educativo a la vez que logra la “integración” de un mayor número de

alumnos selecciona, tras el mérito, provocando la exclusión de alumnos en la trayectoria

educativa. La masificación escolar debería ir de la mano de la reducción del abandono

escolar.

Gil Villa (1997) sostiene que la necesidad de aumentar los niveles de escolarización es

vista, sobre todo, como el único medio de progresar a una sociedad moderna más

democrática e igualitaria. Pero esta igualdad de acceso no implica igualdad de éxito, por lo

tanto de qué sociedad democrática se está hablando si no se asegura a todos los individuos

no solo el libre acceso al sistema de enseñanza sino la posibilidad de seguir con sus

estudiando. Los esfuerzos por lograr la democratización del sistema educativo ­

masificación- deben ir de la mano de mecanismos de inclusión y no de selección para la

exclusión.

25

                        

C. La masificación de la educación acompañada de los procesos deselección y exclusión

Como se ha venido sosteniendo, el principio de igualdad meritocrática de oportunidades no

exige cualificaciones ni ninguna otra forma de requisito de ingreso selectivo. Igualmente el

proceso de selección llevado a cabo por los sistemas educativos se produce durante la

trayectoria escolar. Por lo tanto la selección y la exclusión, concebida en términos de

marginalidad, se suman al proceso de masificación.

“No bastaba con abrir las puertas de las escuelas y expandir la matrícula; era necesario

interrogarse también sobre qué pasaba en su interior, qué efectos de distribución de las

oportunidades se daban dentro del sistema educativo entre escuelas de mejor y peor calidad,

entre modalidades de enseñanza y entre las propias expectativas de las familias” (Dussel,

2005: 91). La ampliación de la obligatoriedad escolar indica el paso de políticas de

exclusión explícitas a estrategias de exclusión más sutiles e implícitas, presentándose bajo

la forma de la autoexclusión (Littlewood, 2005).

La masificación de la educación es una especie de “tendencia pesada” del desarrollo, tanto

en Chile como en Argentina se han registrado tendencias sostenidas al crecimiento general

de la escolarización en todos los niveles, lo cual estuvo acompañado de una prolongación

del período de escolarización obligatoria (Tenti Fanfani, 2007).

26

Desde luego, en esta investigación se valora y se reconoce que la masificación de la

educación ha potencializado la participación, lo cual no significa que ha aumentado la

igualdad, es por ello que se recurre a la noción de igualdad meritocrática de oportunidades,

sosteniendo que “toda selección supone no sólo identificar a ciertos candidatos como

aceptables para su inclusión, sino también identificar a los que no son aceptables y

rechazarlos o excluirlos, como por ejemplo a cierto tipo de escuelas y otras instituciones

educativas, a cierto tipo concreto de cursos, a los exámenes o a través de éstos”

(Littlewood, 2005: 70).

Lo llamativo es que en los exámenes los candidatos se presentan como iguales, la

masificación permite dicho reconocimiento, pero no todos logran pasarlo y ser de esta

manera los “elegidos”, a los que fracasan en dicha selección se les hace más larga su

trayectoria educativa o “sencillamente” renuncian, de esta manera las desigualdades de

acceso se sustituyen por las desigualdades de éxito (Dubet, 2006). El hecho que no exista

selección, a través de las desigualdades sociales, al inicio de los estudios, no significa que

esta selección no se produzca, de forma implícita, durante la trayectoria de los mismos. En

esta investigación se sostiene que dicha selección se refleja a través de las tasas de

deserción y sobreedad de los alumnos.

“Un sistema de exámenes que asegura a todos la igualdad formal ante pruebas idénticas y

garantiza a los sujetos dotados de títulos idénticos la igualdad de las posibilidades de acceso

a la profesión, satisface el ideal pequeñoburgués de la igualdad formal, parece autorizado a

no percibir más que una manifestación particular de una tendencia general de las

sociedades modernas en la multiplicación de los exámenes, en la extensión de su alcance

27

social y en el crecimiento de su peso funcional en el seno del sistema de enseñanza”

(Bourdieu y Passeron, 1973: 165. Las cursivas son propias).

Resulta llamativa la importancia otorgada al examen en el sistema educativo chileno. La

PSU, que se realiza a todos los postulantes egresados de la educación media en un día

determinado, selecciona –según el puntaje obtenido- no sólo la institución educativa sino

también la carrera a postular. Chile es el país que posee el sistema de evaluación de la

educación más antiguo y socialmente legitimo de América Latina (Tenti Fanfani, 2007).

“La relación ´gratuidad´ con la ´gran cultura´ está en decadencia, en la medida que cada

uno sabe que se juega su futuro social mediante los resultados escolares. Hoy día es el

´mercado´ escolar el que establece la función más esencial de integración, lo que hace que

la imagen de la escuela se haya deteriorado, ya que además de reforzarse la función de

integración social, en la actualidad cada vez más se le asigna una función de exclusión”

(Dubet, 2005: 101).

La exclusión surge y opera, como sostiene el paradigma del monopolio (Silver, 2007)

porque hay poderes que construyen un cerramiento alrededor del acceso, se crean fronteras

a través de las cuales sólo se permite la entrada a sujetos o colectivos que reúnen los

requisitos, atributos o capacidades que marcan distinciones, separan y generan

desigualdades (Escudero, 2009).

Como sostiene Dussel (2004) el movimiento de inclusión supone la integración de un

“nosotros” determinado. Este “nosotros” siempre implica un “ellos” el cual puede ser

pensado ya sea como complementario o como amenazante, o aún ser invisible para la

28

mayoría de la gente. “La inclusión en una identidad determinada supone la exclusión de

otro, la definición de una frontera o límite más allá de la cual comienza la otredad. Un

elemento central para definir la inclusión y la exclusión es cómo se conceptualizan la

identidad y la diferencia, y cómo y a través de qué mecanismos y técnicas se establecen y

operan los límites entre ellas” (Dussel, 2004: 308).

La institución escolar es considerada como un medio esencial del que dispone la sociedad

para integrar a las generaciones jóvenes, ahora bien, como se ha venido sosteniendo

también se le reconoce una importante función de selección además de la de socialización,

ya que pone en práctica mecanismos para elegir y rechazar a los candidatos,

constituyéndose en manifestaciones de exclusión (Luengo, 2005).

Es necesario, a tal punto, realizar algunos interrogantes sobre este apartado, ya que en esta

investigación se sostiene que existen objetivos por detrás de estas simplificaciones. Por lo

tanto, en primer lugar: ¿qué rol cumplen los excluidos del sistema educativo?

Como sostiene Littlewood (2005) la exclusión no ha sido tratada simplemente como un

resultado o consecuencia de otros cambios sociales. También es importante tener en cuenta

que se la ha tratado como un proceso. En esta investigación se hace alusión a la exclusión

como proceso y no como acontecimiento. “Las nociones de trayectoria, continuo, zonas de

riesgo, acumulación histórica, constituyen buenos dispositivos conceptuales para superar

cualquier visión del fracaso o la exclusión educativa como algo accidental” (Escudero,

2009: 11).

29

En esta investigación se sostiene que el mecanismo de selección, llevado a cabo tanto por el

sistema educativo de Chile como el de Argentina, cumple una función social. La

exclusión misma es utilizada como mensaje, sosteniendo -la misma escuela- que sólo a

través del mérito y del esfuerzo individual se logra ser seleccionado. ¿Qué hay por detrás

del mérito?

Como sostiene Escudero (2009) la institución escolar al responsabilizar de los fracasos a

los estudiantes, se protege a sí misma, y de paso, se ofrece como garante de los intereses de

los demás estudiantes, que, sí quieren, pueden y se esfuerzan por aprender. “Tal como

señala Popkewitz (1991, p 4), la cuestión de la inclusión es un proyecto político

fundamental en sociedades que han excluido sistemática y categóricamente a grupos

sociales” (Dussel, 2004: 306).

La exclusión educativa guarda una estrecha relación con un determinado orden escolar y

con los discursos que lo constituyen, los cuales operan sometiendo a los estudiantes a

determinadas operaciones de etiquetaje y clasificación, así como a un sistema de

atribuciones y responsabilidades según el cual el fracaso se debe, básicamente, a sujetos

“incapaces” de lograr el éxito (Escudero, 2009).

Esta investigación sustenta el reconocimiento a la “democratización” y expansión de la

educación, pero no se queda en este punto sino que se plantea la necesidad de indagarse

sobre lo que existe detrás, y lo que se sostiene en este apartado es que lo que hay detrás

de este progreso son formas de selección y diferenciación al interior del sistema educativo.

30

El mito de igualitario de la “democratización” (Tiramonti, 2008) llevado a cabo tanto en

Chile como en Argentina se alimenta de una representación de la universalidad educativa

como no selectiva, cuando en realidad lo que se abrió, casi sin restricciones, es el acceso a

la institución escolar y por lo tanto a participar por permanecer y avanzar en el sistema.

El proceso de selección por exclusión se hace visible a través de diversos mecanismos

como son las tasas de sobreedad y deserción de los alumnos. “Universalizar la educación

ha continuado entendiéndose como universalizar el acceso a la educación, no como

universalización del aprendizaje y la satisfacción efectiva de las necesidades básicas de

aprendizaje de niños, jóvenes y adultos. Esto implica romper con el peso de una tradición

educativa que ha centrado su preocupación y sus sistemas de información en torno a

indicadores de acceso y matrícula” (Torres, 2000: 34).

En segundo lugar, es necesario interrogarse sobre lo siguiente: ¿De qué se priva a los

sujetos que son caracterizados por su falta de mérito? Es fácil su respuesta, “pensando en

la educación obligatoria, hablaríamos de exclusión en aquellas situaciones finales o

intermedias de la escolaridad en las que determinados alumnos son privados de

aprendizajes esenciales, así como de las oportunidades que serian idóneas para lograrlos

(Escudero, 2009).

Ahora bien, es necesario reflejar a través de las estadísticas lo que se ha venido sosteniendo

hasta el momento. Esta investigación pretende sacarse las anteojeras con las que se han

revelado los progresos de los sistemas educativos y ver qué es lo que existe por detrás de

ellos. Por lo tanto, en apartados siguientes se pretende esclarecer, a través de datos, los

31

mecanismos de exclusión, por medio de distintos indicadores, propios de los sistemas

educativos.

4. PERSPECTIVA COMPARADA.

A. Análisis de indicadores.

Para cumplir con el objetivo de analizar el sistema educativo de Chile y Argentina como

reproductores de mecanismos de exclusión, a través de sus propios procesos de selección,

se procede a abordar la teoría a través de datos, para poder de esta manera analizar

estadísticamente las descripciones de ambos sistemas educativos, que se han venido

sosteniendo hasta el momento.

La selección de los indicadores tiene un claro propósito: dar cuenta de la trayectoria y

proceso escolar de los alumnos del sistema educativo en Chile y Argentina desde un

enfoque macro-estructural.

Esta investigación utiliza una perspectiva comparada para poder explicar de mejor manera

los mecanismos causales y las relaciones entre las variables, tratando de evitar la

simplificación. El cruce de variables se centra en los niveles Primario/Educación General

Básica (EGB) y Media/Polimodal para el caso de Argentina; y Básica y Media para el caso

de Chile. La justificación de tal elección se basa en que lo que se pretende observar es

cómo ha evolucionado la masificación y obligatoriedad en cada sistema educativo.

32

Los indicadores elegidos en esta investigación fueron la tasa de matrícula, la tasa de

sobreedad y la tasa de deserción o abandono interanual. Las últimas dos tasas son

indicadores de proceso, los cuales dan cuenta de un fenómeno negativo: el de la reducción

del número de alumnos de cada cohorte año a año a lo largo del sistema, es decir que entre

el acceso al sistema y la finalización del mismo, hay una merma que dan testimonio, en un

tiempo determinado, del proceso educativo (DGCYE, 2001). De esta manera se establece

en esta investigación como variable independiente la tasa bruta de matrícula y como

variables dependientes la tasa de sobreedad y la tasa de deserción.

Como se ha venido sosteniendo, la masificación del sistema educativo de Chile y

Argentina arrastran consigo mecanismos de selección por exclusión, dichos mecanismos

van a ser estudiados a través de la tasas de sobreedad y deserción para cada caso.

A continuación se analizará, a través de los datos, el proceso de masificación de los

sistemas educativos en estudio. Dichos datos van a ser observados por la tasa bruta de

matrícula11 a través de un período histórico de tiempo, para el caso de Chile se analiza

desde el año 1990 hasta el año 2008; para el caso de Argentina se analiza desde el año 1996

hasta el año 2004.

11 Ver anexo.

33

Grafico 1: Tasa bruta de matrícula, por nivel educativo y país. Diagrama de cajas.

120

100

80

60

4

4

Tasa_Matricula1ARG Tasa_Matricula2ARG Tasa_Matricula1CH Tasa_Matricula2CH

Fuente: Elaboración propia a partir de datos: Para el caso de Argentina: IIPE-UNESCO/OEI en base a: INDEC. Para el caso de Chile: MINEDUC. Departamento de Estudios y Desarrollo.

Con el diagrama de cajas se logra apreciar una variación importante de la matrícula a nivel

secundario en el caso argentino y a nivel de enseñanza media para el caso chileno. A través

de este gráfico se consigue observar que la educación primaria/básica no ha tenido una

variación significativa de la matrícula, comparando con sus niveles superiores. Dicho

resultado es lógico siguiendo el análisis planteado en esta investigación, ya que en ambos

países se llevó a cabo la masificación educativa en períodos en donde la educación

primaria/básica ya contaba con un alto porcentaje de extensión.

34

Lo interesante es indagar si esa variación corresponde a un aumento o una disminución de

la tasa de matrícula en cada uno de estos países, para ello se analizará la varianza en

gráficos que permitan dicha apreciación.

Gráfico 2: Tasa bruta de matrícula en Chile

Fuente: Elaboración propia a partir de datos del MINEDUC. Departamento de estudios y desarrollo.

35

Claramente la matrícula ha ido aumentando en ambos niveles educativos, aunque

igualmente es apreciable el mayor aumento en el nivel de enseñanza media ya que en la

básica se logra una masificación apreciable en los primeros años analizados, registrándose

una mantención en la cobertura. Por lo tanto es, en términos relativos, más importante el

análisis enfocado hacia la enseñanza media, para, de esta manera, observar si dicho

aumento de la matrícula va acompañado de una disminución en las tasas de sobreedad y de

deserción.

Gráfico 3: Tasa bruta de matrícula en Argentina

Fuente: Elaboración propia a partir de datos del SITEAL: IIPE-UNESCO/OEI en base al INDEC

Este grafico muestra el aumento significativo a nivel de enseñanza primaria y secundaria en

el caso de Argentina. Es necesario realizar una apreciación en la comparación de gráficos,

ya que el análisis realizado en el caso argentino comienza en 1996 con un 96,6% en la tasa

36

bruta de matrícula a nivel secundario, siendo para el caso de Chile en el mismo año un

80,1% por lo cual se observa que la cobertura de la enseñanza secundaria/media es

mayormente cubierta en Argentina antes que en Chile.

Es necesario aclarar que los datos analizados para el caso de Argentina son débiles

comparándolos con los analizados para el caso de Chile. Dicha debilidad se debe al difícil

acceso a las estadísticas educativas y a su alta desagregación. Para el caso de Chile la tasa

bruta de matrícula es analizada desde el año 1991 hasta el 2008, según nivel de enseñanza;

en cambio para el caso de Argentina la tasa bruta de matrícula es analizada desde 1998

hasta el año 2004, según nivel de enseñanza.

Estos gráficos -2 y 3- permiten apreciar la alta variación existente en la tasa de matrícula de

los niveles secundarios/media, es por ello que para analizar tanto la tasa de sobreedad

escolar como la tasa de deserción escolar -en Argentina y Chile- se van a considerar sólo

aquellos niveles de enseñanza, dejando fuera del análisis al nivel de enseñanza primaria-

básica. En esta investigación se sostiene y aprueba dicho recorte en aras del objetivo de

investigación, dilucidándolo -a través del progreso en la matrícula escolar- que el avance

más significativo se observa a nivel secundario/media por lo que es necesario esclarecer

para los mismos niveles si existe una reveladora y significativa reducción tanto en las tasas

de sobreedad, como en las tasas de deserción escolar. Si ocurre tal reducción estamos

hablando propiamente de una democratización del sistema educativo. Si las tasas de

sobreedad y deserción se mantienen o aumentan a lo largo del tiempo seguiremos hablando

de “democratización” educativa, ya que la masificación de la matrícula está acompañada

37

de mecanismos que la “reducen”, esclareciéndose que cuando se habla de la masificación

en educación sólo se habla de acceso al sistema.

Los gráficos siguientes expondrán la variación en la tasa de sobreedad en el nivel de

enseñanza media, para el caso de Chile y en el nivel de enseñanza secundaria/polimodal

para el caso de Argentina.

Gráfico 4: Tendencia de la tasa de sobreedad en Chile

10

1

2

14

1

6

18

1990 1992 1994 1996 1998 2000 2002 2004 2006 2008 años

95% CI Sobreedad Chile

Fuente: Elaboración propia a partir de datos del SITEAL: MINEDU, departamento de Estudios y Desarrollo

El gráfico analizado sobre la tasa de sobreedad a nivel de enseñanza media en Chile desde

el año 1990 hasta el 2008, presenta una línea de tendencia decreciente –línea de regresión-,

38

sin embargo los intervalos de confianza son demasiado amplios, por ende pierde valor

predictivo. Es por esto que no es posible determinar que existe una reducción

estadísticamente significativa a lo largo del tiempo, por lo que no se puede sostener que la

tasa de sobreedad ha disminuido significativamente, sino más bien se tendría que hablar de

una relativa estabilidad.

Gráfico 5: Tendencia de la tasa de sobreedad en enseñanza secundaria- Argentina

Fuente: Elaboración propia a partir de datos del SITEAL: IIPE-UNESCO/OEI en base a: INDEC.

En este gráfico se aprecia una línea de tendencia estable con intervalos de confianza

bastante amplios. Por lo tanto la tasa de sobreedad a nivel de enseñanza secundaria en

Argentina desde el año 1998 hasta el año 2008 muestra una tendencia a la estabilidad.

39

Ambos gráficos de la tasa de sobreedad no reflejan una tendencia significativa a la

disminución, tanto en el caso chileno como en el argentino los cambios a lo largo de los

años no fueron explicativos para mostrar una tendencia relevante a la baja. Por lo que el

problema de la sobreedad sigue siendo verdaderamente importante más allá del aumento

apreciable de la matrícula en ambos países.

Es necesario observar qué pasa a lo largo de los años con la tasa de deserción en ambos

países, para, de esta manera poder sacar conclusiones sobre la tan apreciada masificación

educativa.

Gráfico 6: Tendencia de la Tasa de deserción en Chile

6.5

7

7

.5

8

8.5

2000 2002 2004 2006 2008 año

95% CI Deserción Chile

Fuente: Elaboración propia a partir de datos del MINEDUC. Departamento de Estudios y Desarrollo.

40

Gráfico 7: Tendencia de la tasa de deserción en Argentina 6

8

1

0

12

1

4

1996 1998 2000 2002 2004 2006 años

95% CI Deserción Argentina

Fuente: Elaboración propia a partir de datos del Ministerio de Educación –dirección Nacional de información y Evaluación de la calidad educativa.

Ambos gráficos (6 y 7) muestran que las tasas de deserción tanto a nivel de enseñanza

media como secundaria, en Chile como en Argentina, respectivamente, se han mantenido

constantes a lo largo del tiempo. Según el gráfico 6 la línea de tendencia se ha mantenido

estable con intervalos de confianza amplios, lo mismo sucede en el grafico 7 –para el caso

de Argentina- en donde se observa una tendencia mínima hacia la disminución, pero con

intervalos significativamente amplios, lo cual impediría hablar de un decrecimiento

significativo.

Los gráficos analizados manifiestan un alta creciente en la matrícula a nivel básico-

primario y media-secundaria, lo cual afirma lo expuesto en apartados anteriores revelando

41

el logro en la masificación educativa. Si fueran analizados sólo los gráficos sobre la tasa

bruta de matrícula se podría hablar de “democratización” del sistema educativo, pero al

analizar la tasa de sobreedad y la tasa de deserción se expone que la masificación sólo es

sinónimo de acceso al sistema, por lo tanto ¿qué es lo que asegura la permanencia en el

sistema? El éxito y el fracaso determinan la trayectoria educativa, el mérito -o la falta de él-

es lo que determina el camino en el sistema, utilizándolo, el mismo sistema educativo,

como un instrumento democrático.

El sistema educativo justifica la selección por la falta de mérito en los alumnos.

Sustituyéndose, de esta manera, la causa de la exclusión; anteriormente era el mismo

sistema educativo el cual, al no abrir las puertas a toda la sociedad, era el causante de la

exclusión educativa, actualmente con la universalización del sistema educativo se hace ver

a los mismos excluidos como responsables de su fracaso por falta de mérito. Es necesario

preguntarse si ¿es lo mismo la masificación del acceso a la universalización del sistema

educativo? En esta investigación se sostiene que no es posible hablar de masificación como

universalización del sistema educativo y por lo tanto tampoco es posible hablar de

democratización, ya que lo que se entiende en esta investigación por universalización del

sistema es universalización del aprendizaje y por ende universalización de las

oportunidades educativas no sólo al acceso sino también a la permanencia.

La lectura de los gráficos permite afirmar que la ampliación de la masificación, y con ella

de la obligatoriedad escolar, al no ir acompañada de un intenso descenso en el porcentaje de

abandono, se presenta como un mecanismo propio del sistema educativo para la selección

por exclusión.

42

B. Igualdad de oportunidades y exclusión en el sistema educativo de Argentina

y Chile

¿Se podrá hablar, para el caso de Argentina y Chile, de circuitos diferenciadores en las

trayectorias educativas como lo establecen Baudelot y Establet (1976) para el caso

francés?12 Claramente existen desigualdades en el sistema educativo chileno y argentino;

en esta investigación no se pretende demostrar cuáles son esas trayectorias diferenciadoras

sino indicar que la masificación de los sistemas educativos por sí sólo no aseguran la

democratización del sistema sino solo la igualdad de oportunidades a su acceso.

La masificación del sistema educativo de Chile y de Argentina al no ir acompañada de

mecanismos de inclusión evitando la diferenciación dentro del sistema, se convierte en sí

misma en mecanismo de selección, ya que el propio sistema educativo a la vez que logra la

“integración” de un mayor número de alumnos, selecciona tras el mérito, provocando la

exclusión de alumnos en la trayectoria educativa. La igualdad de oportunidades, el libre

acceso a la educación, contaba implícitamente con estrategias selectivas, produciendo

circuitos de diferenciación.

Como se demostró a través de los gráficos analizados, el objetivo de masificación educativa

se cumplió tanto en Chile como en Argentina, lográndose el libre acceso al sistema

educativo tanto a nivel de enseñanza básica-primaria como media-secundaria, el problema

12 Baudelot y Establet advierten en el sistema francés dos redes o circuitos claramente diferenciados; la red ´secundaria superior´ (SS) y la red ´primaria-profesional´ (PP), con dos intenciones formativas claramente diferenciadas: “La red SS tiene a formar a los intérpretes activos de la ideología burguesa, mientras que la red PP trata sólo de someter brutalmente a los futuros proletarios a la ideología dominante” (Baudelot y Establet, 1976: 151)

43

es que la masificación no va acompañada de la reducción en la tasa de abandono, por lo

tanto la igualdad de oportunidades al acceso del sistema no se traduce en igualdad de

oportunidades en el éxito de la trayectoria escolar.

La masificación educativa en el contexto neoliberal, en donde el mérito es la excusa

principal del éxito, asegura solamente la ampliación de la obligatoriedad del sistema pero

no asegura la permanencia en él. Por lo tanto, ¿es posible hablar de democratización del

sistema siendo que éste sigue excluyendo? Claramente no. La masificación educativa tanto

en Chile como en Argentina no estuvo acompañada de mecanismos de inclusión al sistema;

la igualdad de acceso no puede ser pensada como un mecanismo de inclusión, ya que no

asegura la permanencia, y no sólo la permanencia sino también el logro de los aprendizajes.

Por un lado los sistemas educativos de Chile y Argentina asumen el postulado moderno del

principio de igualdad de todos los individuos, pero por otro lado este postulado se

desarrolla de la mano de la selección por el mérito. De esta manera, dichos sistemas

educativos se desempeñan como instituciones activas en el modelo de exclusión del

neoliberalismo, a través de sus propios mecanismos de selección.

44

5. CONSIDERACIONES FINALES

Los actuales sistemas educativos -de Chile y Argentina- tienen el importante desafío de

superar la idea de que la ´igualdad de oportunidades´ está asociada sólo al logro de una

mayor cobertura.

En esta investigación, por un lado, se describió el sistema educacional chileno y el

argentino desde una perspectiva histórica, en donde se abordaron ambos procesos

educativos, y por otro lado se analizó teórica y estadísticamente dichos sistemas educativos,

llegando a la conclusión de que son reproductores de mecanismos de exclusión, a través de

sus propios procesos de selección.

Es evidente que la notable expansión de la matrícula escolar, en los sistemas educativos

analizados, constituye un logro más que importante. Si solamente se observa la varianza en

la tasa bruta de matrícula efectivamente se podría pensar en el éxito de la

“democratización” del sistema educativo, pero para mirar más allá de dicho logro es

necesario quitarse las anteojeras -que limitan ver sólo la matrícula- para poder, de esta

manera observar de mejor modo la “democratización”. Fue por ello que se recurrió a

analizar las tasas de sobreedad y deserción escolar, y de esta manera esclarecer los logros

del sistema. Al existir un avance notable de la cobertura del sistema y no al mismo tiempo

una reducción en las tasas de sobreedad y deserción, se aprecia que las posibilidades en el

libre acceso no se traducen en las posibilidades de permanecer en el sistema. Las

posibilidades de éxito en el sistema educativo se reflejan -según los propios sistemas

45

educativos- en el mérito de los alumnos, de esta manera el sistema educativo excluye a

aquellos alumnos que no logran superar ciertas “pruebas”, ya que su mérito no fue

suficiente.

Lejos de sostener que el criterio meritocrático, bajo la igualdad de oportunidades, es el

apropiado para guiar los sistemas educativos, sosteniendo que el éxito y el fracaso escolar

deberían repartirse en función de características personales -mérito- y no sociales, sería

apropiado analizar en una próxima investigación el origen social de los excluidos del

sistema escolar, sondeando el origen de las desigualdades de las motivaciones.

Para lograr la igualdad educativa -no sólo al acceso al sistema- se debería eliminar la

estructura meritocrática, ya que dicha estructura está acompañada de mecanismos

selectivos los cuales excluyen dentro de la trayectoria educativa.

Los sistemas educativos de Chile y de Argentina se hallan en medio de una encrucijada, por

un lado se encuentran descentralizados -ya sea regionalmente o en manos de privados-

asemejándose a la lógica del mercado, de competencia y mérito, pero por otro lado buscan

la ansiada ´igualdad´, lo cual llevaría a romper con la estructura neoliberal. Ambos

principios son contradictorios consigo mismos, ¿qué camino incursionarán los sistemas

educativos? ¿Se pretende que la igualdad de oportunidades al acceso se transforme en

igualdad de oportunidades de éxito?

Hasta el momento la igualdad de oportunidades solo significa igualdad de acceso al sistema

educativo; hasta que la igualdad de oportunidades no sea sinónimo de igualdad de éxito se

46

estará hablando de “democratización” del sistema educativo -democratización entre

comillas-. De esta manera los sistemas educativos de Chile y Argentina actúan como

instituciones activas en el modelo de exclusión del neoliberalismo, ya que poseen sus

propios mecanismos de selección, diferenciando a través del mérito los elegidos y los no

elegidos para lograr el éxito en la trayectoria educativa.

47

6. ANEXO:

1) ESTRUCTURA DEL SISTEMA

EDUCATIVO CHILENO:

Desde 1995 hasta el 2003 Reforma constitucional 2003 hasta la actualidad

EDAD NIVEL AÑO NIVEL AÑO 1 SALA CUNA SALA CUNA 2 3

NIVEL MEDIO NIVEL MEDIO

4 5

PARVULARIA

TRANSICIÓN

PARVULARIA

TRANSICIÓN

6 1° 1° 7 2° 2° 8 3° 3° 9

1° CICLO

1° CICLO

4° 10 5° 5° 11 6° 6° 12 7° 7° 13

BÁSICA

2°CICLO

BÁSICA

2°CICLO

8° 14 1° 1° 15 2° 2° 16 3° 3° 17

MEDIA

MEDIA

4° Nota: Los espacios grises corresponden a los niveles-años obligatorios.

48

2) ESTRUCTURA DEL SISTEMA EDUCATIVO ARGENTINO:

Antes de la Ley Federal de Educación

Con la Ley Federal de Educación

Con la Ley de Educación Nacional

EDAD NIVEL AÑO NIVEL AÑO NIVEL AÑO 3

4

5

6

7

8

9

10

11

12

13

14

15

16

17

INICIAL

INICIAL 1°

2° INICIAL

3° 3°

PRIMARIA

EGB

PRIMARIA

2° 2° 2°

3° 3° 3°

4° 4°

5° 5° 5°

6° 6° 6°

7° 7°

SECUNDARIA

SECUNDARIA

9° 2°

POLIMODAL

5° Nota: Los espacios grises corresponden a los niveles-años obligatorios.

49

3) Datos utilizados para la elaboración de gráficos:

Estadísticas de Chile:

AÑO

Tasa bruta de Matrícula,

nivel: Básica

Tasa bruta de Matrícula,

nivel: Media

Tasa de Sobreedad, nivel: Media

Tasa de Deserción,

nivel: Media 1990 103,6 79,8 12,9 1991 101,4 78,2 1992 100,4 75,2 1993 99,4 73,7 1994 98 75 14 1995 96,9 78,23 14 1996 99,5 80,1 14,9 1997 100,1 81,4 14,6 1998 99,9 81,6 14,4 1999 101,1 82,8 14 2000 102,3 83,2 13,8 6,6 2001 103,9 84,5 7,9 2002 104,4 87,9 8,5 2003 103,6 90,9 11,8 7,9 2004 104,4 93,4 7,6 2005 103,6 85,1 7,8 2006 104,4 96,5 9,3 7,2 2007 104,8 95,9 10,4 7,8

2008 105,6 95,9 13,4 7,6 Fuente: Elaboración propia a partir de datos del SITEAL y del MINEDUC- departamento de estudios y desarrollo.

50

Estadísticas de Argentina:

AÑO

Tasa bruta de Matrícula,

nivel: Primaria

Tasa bruta de Matrícula,

nivel: Secundaria

Tasa de Sobreedad,

nivel: Secundaria

Tasa de Deserción,

nivel: Secundaria

1996 105,6 96,2 1997 105,3 101,2 9,64 1998 108,5 106,9 24,6 7,64 1999 104,6 103,8 25,5 7,65 2000 106,9 102,4 27,5 8,24 2001 106,1 105,3 26,9 7,78 2002 103,7 110 25,2 7,51 2003 104,6 97,7 22,6 8,42 2004 105,4 101,5 27,9 8,55 2005 19,8 9,87 2006 20,8 9,92 2007 23,5 2008 25,7 2009 27,7

Fuente: Elaboración propia a partir de datos del SITEAL y del Ministerio de Educación-DiNIECE­

4) Definiciones de indicadores utilizados:

A. Tasa bruta de matrícula: Número de estudiantes matriculados en un determinado nivel educativo en relación al porcentaje de la población del grupo de edad que oficialmente corresponde a ese nivel. Puede ser superior al 100% si algunos estudiantes matriculados son mayores o menores que el grupo de edad que corresponde oficialmente a ese nivel educativo.

B. Tasa de sobreedad: Porcentaje de alumnos con edad mayor a la edad teórica correspondiente al año de estudio en el cual están matriculados.

C. Tasa de deserción: Total de alumnos que estando en condiciones de cursar un determinado grado en el sistema escolar no lo cursan, en relación a la matrícula teórica del siguiente grado. Se contabiliza

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como deserción la que ocurre durante el año escolar como también la que se produce al pasar de un año a otro.

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