Tarea Sara (1)

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Hacer una ubicación espacio-temporal del sistema (doctrina escuela, corriente o movimiento que le corresponda). Descartes Descartes es uno de los padres de la filosofía moderna y el principal valedor del Racionalismo. Su aportación a esta etapa de la historia de la filosofía que conocemos bajo el nombre de modernidad (s. XVI-XVIII) resulta relevante a un doble nivel: A. Metodológico: la mayor preocupación filosófica cartesiana pasaba por elaborar un nuevo método del pensar. Un método que clarificara científica y racionalmente el saber filosófico. A este nuevo método, el cual recuperaba la ciencia matemática como modelo del saber racional, lo llamó “duda metódica”. El rendimiento de la duda metódica debía comprender los campos epistemológico y ontológico; así, epistemológicamente, la duda metódica resultaba útil en la medida en que nos permitiría agrandar el espacio del pensar. B. Metafísico: la aportación del método debe centrarse en la redefinición de los conceptos fundamentales de la metafísica (como los de sustancia, atributo, verdad, etc.) para asentar las verdades indudables a partir de las cuales construir el edificio del conocimiento humano. La primera de esas verdades, y con la cual Descartes hubo de cambiar el rumbo de la metafísica, había de ser la afirmación del “Cogito”. Así, Descartes hacía pasar el pensamiento metafísico del

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Kant y Descartes

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Hacer una ubicación espacio-temporal del sistema (doctrina escuela, corriente o

movimiento que le corresponda).

Descartes

Descartes es uno de los padres de la filosofía moderna y el principal valedor del

Racionalismo. Su aportación a esta etapa de la historia de la filosofía que conocemos bajo

el nombre de modernidad (s. XVI-XVIII) resulta relevante a un doble nivel:

A. Metodológico: la mayor preocupación filosófica cartesiana pasaba por elaborar un nuevo

método del pensar. Un método que clarificara científica y racionalmente el saber filosófico.

A este nuevo método, el cual recuperaba la ciencia matemática como modelo del saber

racional, lo llamó “duda metódica”. El rendimiento de la duda metódica debía comprender

los campos epistemológico y ontológico; así, epistemológicamente, la duda metódica

resultaba útil en la medida en que nos permitiría agrandar el espacio del pensar.

B. Metafísico: la aportación del método debe centrarse en la redefinición de los conceptos

fundamentales de la metafísica (como los de sustancia, atributo, verdad, etc.) para asentar

las verdades indudables a partir de las cuales construir el edificio del conocimiento

humano. La primera de esas verdades, y con la cual Descartes hubo de cambiar el rumbo de

la metafísica, había de ser la afirmación del “Cogito”. Así, Descartes hacía pasar el

pensamiento metafísico del objetivismo medieval al subjetivismo moderno: lo importante,

ahora, no es el conocimiento del objeto, sino su conocimiento a través del conocimiento del

sujeto.

Podemos evaluar entonces el racionalismo cartesiano teniendo en cuenta sus principales

rasgos: la expresión de un nuevo método racional del pensar, la llamada duda metódica; la

afirmación de la subjetividad (cogito) como primera verdad; una nueva teoría del concepto

de idea en general y de la idea de substancia en particular; finalmente, el mecanicismo

como paradigma o concepción general del orden y funcionamiento del universo.

Kant

La filosofía de Kant se desarrolla en el contexto de la ilustración, si bien este movimiento se

considera especialmente francés Kant contribuyó notablemente a lo que se denomina ilustración

alemana, también fue precursor del idealismo del que posteriormente Fichte y Hegel harían parte.

También fue precursor del criticismo. Su filosofía ha sido de gran influencia para la filosofía

alemana.

Describir las características y planteamientos de dicho sistema.

Descartes

La mayor preocupación en la filosofía cartesiana es la de la inteligibilidad, es decir, el de la

obtención de un conocimiento verdadero y de las herramientas que posibiliten asegurar la

verdad de ese conocimiento. La respuesta para la búsqueda de la verdad y la obtención de

mecanismos para su aseveración la logra por medio del método de análisis matemático a

diferencia del método “necesario para la búsqueda de la verdad”, dado que uno le permite

extraer regularidades del mundo físico o res extensa y predecir su comportamiento,

mientras el otro al “contener los primeros rudimentos de la razón hace surgir las verdades

en cualquier sujeto”.

Por medio de este análisis, Descartes se encuentra en el lugar donde comienza a construir

un mundo a partir de las leyes de la mecánica y de la geometrización del espacio. Esto lo

consigue después de ejercer la duda metódica sobre todo, tras descubrir que el objeto que

duda existe, pero este no es un sujeto empírico, dado que puede dudar sobre su cuerpo, y

luego, mediante una serie de razonamientos similares, demuestra la existencia de Dios y

que este no es engañoso. Explicando siempre, los efectos por sus causas y no sus causas por

sus efectos, o lo que en otros términos es, causa eficiente.

Esta construcción del mundo, lo entiende como una gran máquina, la cual está constituida

por una serie de engranajes que poseen extensión y transfieren el movimiento unos a otros,

desde el momento en que Dios la pone en funcionamiento. De esta manera, Dios queda

inscrito en el mundo como el autor de todas las cosas, es quien crea la materia e introduce a

ésta el movimiento y el reposo. De igual modo es quien dictamina que la cantidad de

materia y movimiento siempre serán constantes.

Kant

El momento de la obra de Kant que mayor influencia ha tenido en la historia del

pensamiento es lo que se ha llamado el periodo crítico en el cuál desarrolló sus tres

principales obras: La crítica de la razón pura, la crítica de la razón práctica y la crítica del

juicio. El objetivo de esta filosofía crítica consiste en trazar las condiciones, los alcances y

los límites de la razón, así la primera se ocupará de la razón teórica, la segunda de la

práctica y la tercera de estética. Lo que caracteriza esta filosofía es indagar por las

condiciones del conocimiento humano, es decir, aquello que Kant denomina lo a priori, las

estructuras que se encuentran en el sujeto con anterioridad a la experiencia. Así en la

Crítica de la Razón pura Kant encontrará como estructuras a priori de la sensibilidad el

espacio y el tiempo, y como categorías puras del entendimiento que trazó en la siguiente

tabla:

En la crítica de la razón práctica Kant esboza su teoría moral y surge de ella el famoso imperativo categórico que sería aquella ley práctica que sería aplicable a priori a toda experiencia. Este imperativo dice más o menos: obra de forma tal que la máxima de tu acción pueda ser nombrada ley universal.

En la crítica del juicio o de la facultad de juzgar Kant pretende trazar por medio de la imaginación un puente entre la sensibilidad y el entendimiento.

El existencialismo frente a las condiciones ontológicas del sujeto de la postguerra.

Frente a la sociedad europea de la posguerra que estaba en crisis por las consecuencias

horribles de la guerra, la obra de Albert Camus: el mito de Sísifo presenta una posición

frente a la crisis moral de la época volviendo a situar al hombre en su relación más concreta

con la existencia al preguntarse por el sentido de la vida y el suicidio. Las guerras

mundiales le mostraron al mundo cómo el hombre puede llevar al extremo la tecnificación

de las cosas y pasar por encima de lo humano. El existencialismo que surge en esta época

de entre guerras es una manera de aterrizar al hombre en su relación más cercana con la

vida; en el Mito de Sísifo esta preocupación se desarrolla preguntándose qué pasa cuando

se descubre que la vida no tiene un sentido dado como lo fuera el sentido de la religión que

promete otros mundos o unas verdades específicas. Pareciera que este absurdo, el

sinsentido de la vida tuviera como consecuencia el suicidio, o por lo menos un gran

sufrimiento al no encontrar una respuesta real a eso que el autor llama “nuestro deseo de

unidad”, pues ¿por qué valdría la pena vivir una vida que no tiene sentido o que así lo

tuviera no puede ser comprendido? No poderle dar una explicación absoluta a la vida

produce un gran sufrimiento, un sentimiento de abandono, de inestabilidad, de angustia.

Sin embargo frente a esta sensibilidad absurda, como la llama el autor, dispersa en la

época, querrá proponer un proyecto de hombre absurdo que asuma la muerte, la culpa, el

sufrimiento desde una perspectiva creativa, pues como el autor hace ver en el texto, ante el

sinsentido de la vida el suicidio no es una consecuencia necesaria pues es más fuerte el peso

de la costumbre que nos ata a ella. Ante el terror de que cada día sea un irnos acercando a la

muerte y que la conciencia del absurdo haya destruido las promesas de vida después de ésta

aún queda lo que dice en el epígrafe con el que comienza la obra “Oh, alma mía, no aspires

a la vida inmortal, pero agota el campo de lo posible.” (Pindaro, 1995) Con respecto a este

asumir el absurdo de la vida como posibilidad de crear este sentido Camus tiene una

conexión con Sartre quien en El existencialismo es un humanismo afirma que “la existencia

precede a la esencia” (Sartre, 2009), es decir, que el hombre es un proyecto de ser, que

tiene la libertad para construir su propia esencia. Camus afirma algo parecido, también

reivindica la libertad del individuo ante una sociedad que ha visto cómo las ideologías que

pretenden responder absolutamente a la respuesta por el sentido de la vida pueden llevar a

una inhumanidad extrema. La libertad propuesta por Camus se basa en una conciencia que

no pretende responder al absurdo superándolo y encontrando un sentido para la vida sino

manteniéndose en el filo del absurdo y a partir de ahí experimentando el mayor número de

experiencias posibles. Con respecto a la manera en la que el autor se enfrenta al problema

filosófico que trabaja puede encontrarse relación con la corriente fenomenológica pues el

autor se aproxima al asunto del suicidio y el sentido de la vida en primera persona, es decir,

desde su posición frente al mundo y preguntándose por este fenómeno en la vivencia del

individuo particular, no como fenómeno social, y esta es una de las características de la

fenomenología: describir los acontecimientos tal como aparecen ante nosotros en primera

persona y no remitirse a teorías que ya los hayan explicado. Sin embargo no se puede decir

que el autor sea un fenomenólogo y de hecho en el mito de Sísifo habla sobre Husserl,

padre la fenomenología y lo acusa de un suicidio filosófico al considerar que su filosofía no

permanece en el filo del absurdo sino que lo evade dándole respuesta a este absurdo a

través de un análisis de la subjetividad y su relación con el mundo.

Elegir una de las principales obras de cada autor y hacer un resumen analítico.

Los principios de la Filosofía de René Descartes.

Descartes supone la existencia de un único método de acceder al conocimiento,

convirtiendo el saber de las distintas ciencias en distintos productos resultantes luego de la

aplicación de dicha método. El carácter fundamental de éste se presenta gracias a que la

facultad que lo contiene, es única, a saber, la razón, en consecuencia –supone Descartes-,

sólo es necesario un único método, para lograr un uso correcto de esta facultad, y así

acrecentar el conocimiento de cualquier ciencia, como es el caso de la física, en la que por

medio de la especulación, queda inmerso en un proceso de sistematización de la naturaleza

distinta a la aristotélica, la cual trata de explicar el mundo natural en función de un nuevo

orden de ideas: el mecanicismo.

Este nuevo orden de ideas, considera la realidad física como una especie de máquina,

siendo su funcionamiento automático y estando supeditada a estrictas leyes mecánicas que

la dotan de regularidad, permitiendo su conocimiento y haciendo de esta un objeto

sometido a explicación matemática, en otros términos, según el pensador francés todo

puede ser explicado en la materia a partir de la extensión y de los movimientos de las partes

de la extensión.

Esta nueva concepción de la realidad de Descartes, consiste en la afirmación según la cual

solo existe la materia (o res extensa), donde esta es una sola, pasiva y teniendo solo

propiedades matematizables, siendo estas, la magnitud, la figura y el movimiento,

entendiendo por este último, mera traslación o cambio de situación.

La noción cartesiana de la materia, además de considerarla extensa, la caracteriza por su

divisibilidad y movimiento, o lo que es lo mismo, toda variación que se presente en su

figura, depende de su movimiento. La naturaleza de los cuerpos y sus estados se

constituyen en virtud del movimiento que se efectúa en las partes de la materia, sin tener

que considerar sus propiedades secundarias, tales como, la ligereza, la dureza, la suavidad,

entre otros.

Los cuerpos son inactivos o también llamados pasivos y sus modos son estados, como lo es

la figura, un estado en el que se encuentra un cuerpo. El movimiento no es una sustancia, es

decir, no subsiste por sí mismo sino que es un modo del cuerpo, dado que, se lo concibe no

como una actividad o proceso, sino, como mera traslación, mero cambio de relaciones

espaciales que no afecta al cuerpo mismo, y por lo que no requiere de ninguna acción –

fuerza- por parte del cuerpo. Además de esto, sólo el movimiento uniforme y rectilíneo, es

decir, la velocidad constante, puede ser un modo o estado, porque es algo que no cambia.

Las distintas transformaciones que puedan experimentar los cuerpos son efectos de las

distintas configuraciones que puedan tener sus partes en movimiento. La naturaleza está

conformada por unidades de materia de distintos tamaños, las cuales, constantemente se

mueven, en concordancia con las leyes generales del movimiento.

Descartes sostiene que el único movimiento que puede ser un estado, es el rectilíneo, dando

dos razones principales: 1. Razón física: tomando el ejemplo de Galileo, la piedra y la

honda, la experiencia nos muestra que cuando la piedra se separa de la honda, hace una

tangente, en línea recta, y 2. Razón conceptual: la formulación de la ley de inercia.

Además de las distintas transformaciones en sus partes y sus distintos tamaños, Descartes

señala que por naturaleza entiende aquella configuración corporal de la materia, dejando de

lado toda clase de poder imaginario o deidad. El recurso divino sólo es necesario para

atribuir al mundo existente, algún sentido, no obstante, es inoperante para explicar las

distintas relaciones que suceden en el mundo, dado que –dice Descartes- “no podemos

menos que admitir que Dios actúa siempre del mismo modo pero, también podemos esperar

una gran diversidad en sus efectos, como se constata empíricamente. En consecuencia, una

vez echado a andar el movimiento inicial en el universo por la acción divina, éste ya puede

prescindir completamente de su jurisdicción y continuar autónomamente su funcionamiento

de acuerdo a las leyes del movimiento.”

Dado que Descartes fundamenta sus leyes en Dios, es posible considerar que la ley de

inercia tiene un fundamento metafísico y no en la experiencia, consistiendo esta en, por una

parte, describir un movimiento y por otra, establecer equivalencia mecánica entre el

movimiento uniforme y rectilíneo y el reposo.

“Respuesta a la pregunta ¿Qué es la ilustración?” de Immanuel Kant

1. En qué consiste salir de la minoría de edad y estar en ella.

2. Condiciones necesarias para salir de ella: libertad (del uso público (sabio)y uso

privado (la de todos conforme a su posición civil))

3. Cómo lograría la sociedad progresar e ir saliendo paulatinamente de la minoría de

edad: dejando a los sabios manifestar su pensamiento y que éste vaya siendo

acogido en la sociedad).

.

1. El texto de Immanuel Kant: “Respuesta a la pregunta ¿Qué es la ilustración?”

Comienza explicando lo que significa salir de la minoría de edad. Salir de la

minoría de edad es comenzar a utilizar la razón por uno mismo, fijándose en cada

situación por lo que el propio pensamiento puede decir sobre el mundo, no remitirse

a lo que el profesor, el sacerdote, los padres hayan dicho. Salir de la minoría de

edad es comenzar a utilizar la razón por uno mismo sin someterse al pensamiento de

quien es superior. Así, estar en la minoría de edad es tener que ser guiado por otro y

estar sometido, por decisión, a lo que esa figura de autoridad piense sobre el mundo.

Salir de la minoría de edad es comenzar a ejercer la razón, pensar por uno mismo y

llegar a la verdad de las cosas por un ejercicio de reflexión propio.

2. Para que sea posible para un pueblo salir de la minoría de edad es necesario que la

libertad sea instituida. Kant habla de una libertad de uso público que sería designada

a los sabios y una libertad de uso privado que sería para el pueblo. Es necesario

distinguir entre ambas libertades porque aunque sea posible para todos salir de la

minoría de edad, como dice el autor, aunque se tropiece, son muy pocos los que

pueden hacerlo pues la masa siempre estará necesitada de tutores. Por eso para los

sabios debería hacerse completamente libre la expresión, para que poco a poco en la

divulgación del conocimiento del sabio a las personas del común vaya haciéndolas

conscientes de la verdad. Porque según Kant las personas del común en su mayoría,

no podrán salir de la minoría de edad, aunque cualquier persona esté en facultad de

hacerlo.

3. Kant habla primero de la salida de la minoría de edad del individuo particular para

luego dar las condiciones que debería tener un “gobierno” para que ésta salida le sea

posible. La respuesta está dada en términos de libertad, el pueblo debe darse su

propia ley moral y para esto debe escuchar a los sabios que tendrían la libertad de

expresar su pensamiento en todo momento, así al escuchar a los sabios libres el

pueblo iría adquiriendo su propia libertad. Si no se asumiera esa libertad se estaría

atentando contra el progreso de la humanidad.

“¡Sapere aude! ¡Ten valor de servirte de tu propio entendimiento! Es pues la divisa

de la Ilustración” (Kant, 2014)

Biografía de los filósofos.

Biografía de René Descartes

1596: Nace en La Haye, Touraine, cerca de Tours, era el tercer hijo de una familia

acomodada, magistrados; su padre (Joachim Descartes) consejero del Parlamento de

Rennes, su madre (Jeanne Brochard) hija del teniente general de Poiters. Con un año de

edad queda huérfano, al morir su madre, y al cuidado de un tutor.

1606: Inicia sus estudios en el colegio de los jesuitas de La Flèche, en Anjou, uno de los

más celebres de Europa. Allí estudió latín, griego, historia, moral, matemáticas, física,

lógica y filosofía aristotélico-escolástica. En una visita de Enrique IV, fundador del colegio,

fue el encargado de saludarle recitando unos versos en latín. La formación es más abierta

que en otras instituciones como lo demuestra el hecho de que en junio de 1611 se reconoció

oficialmente el descubrimiento de las lunas de Júpiter, llevado a cabo por Galileo. La

evolución de las artes en el Renacimiento y en el Barroco no parece tener un impacto

apreciable en la obra de Descartes.

1612: Deja el colegio desengañado de las materias que había estudiado, exceptuando las

matemáticas. Se propone buscar por sí mismo lo que no ha encontrado en el estudio. Se

instala en París; estudia danza, música, esgrima, equitación. Estudia en el “gran libro del

mundo” es decir, viajar. Afirma valorar más lo razonamientos hechos sobre datos objetivos,

que los llevados a cabo en los despachos por gentes de letras.

1616: Concluye sus estudios obteniendo la licenciatura en derecho civil y canónico por la

universidad de Poitiers. Se cierra así un período histórico de su vida. "Desde mi niñez, dice,

fui habituado en el estudio de las letras y como me persuadían que por medio de ellas se

podía adquirir un conocimiento claro y seguro de todo cuanto es útil para la vida, sentía yo

un vivísimo deseo de aprender. Pero cambié por completo de opinión tan pronto como hube

concluido mis estudios, pues me embargaban tantas dudas y errores, que, habiendo

intentado instruirme, me parecía no haber alcanzado otro resultado que el de haber

descubierto progresivamente mi ignorancia". (Disc. Ed. Tecnos. Nota 1ª, p. 7)

Este cambio significa su distanciamiento de la cultura vigente, el inicio de su filosofía

crítica, su duda como método para encontrar el fundamento del saber.

Estalla la Guerra de los Treinta Años entre católicos y protestantes. Al año siguiente se

alista como voluntario, cargando con sus costas, en el ejército protestante de Mauricio de

Nassau, gobernador de los Países Bajos, aliado de Francia contra España. No participó en

batalla alguna.

Una tregua entre holandeses y españoles le permite dedicarse en Breda al estudio de las

matemáticas. Establece amistad con Isaac Beeckman. Proyecta un tratado general de todas

las ciencias matemáticas: aritmética, geometría, álgebra, astronomía, mecánica, óptica y

música.

1619: Se pasa al ejército católico de Maximiliano de Baviera que luchaba contra Federico

de Bohemia. Sigue preocupado por cuestiones científicas; trabaja en su proyectado tratado

matemático. En Neuburg, aldea cercana a Ulm, a orillas del Danubio, "el 10 de noviembre

de 1619 lleno de entusiasmo, dice, descubrí los fundamentos de una ciencia

admirable"(Discurso..., Ed. Tecnos, Nota 2. Pg. 16.) Este descubrimiento del principio de la

unidad del saber consiste en reducir, aplicando el análisis y la síntesis, todas las ciencias de

la cantidad a una ciencia general del orden y de la proporción. Considera este

descubrimiento una revelación, un llamamiento divino sobre su misión filosófica.

1620: Toma parte en la campaña de Bohemia entrando victorioso en Praga. Poco después

abandona la profesión de militar dedicándose a viajar por Francia, Holanda, Suiza,

Alemania e Italia.

1625: Fija su residencia en París.

1627: Coincide en una conferencia en la Nunciatura de París con el cardenal De Bérulle,

pensador muy influyente de la Contrarreforma francesa. Queda éste gratamente sorprendido

por Descartes y le hace una llamada a su responsabilidad como cristiano para combatir a los

"libertinos" (se usaba este término referido a los que tenían el "vicio" de la libertad de

pensamiento y a quienes se daban a la gula y lujuria); le encarga la aplicación de su método

a los problemas de los hombres en su vida diaria. Siguiendo este consejo comienza a

trabajar en un Traité de la divinité, esbozo de las Meditaciones Metafísicas. El

requerimiento de Bérulle impulsa su elaboración de Regulae ad directionemingenii (Reglas

para la dirección del espíritu), su primera obra filosófica, aunque inacabada; no se publica

hasta 50 años después de su muerte.

1629: Abandona París trasladándose a Holanda, el país de la tolerancia, donde vive hasta

un año antes de su muerte, llevando una vida apartada. Sus discusiones con los pensadores

de la época suelen ser por carta a través del franciscano Martin Mersenne, que vive en

París. Durante cuatro años trabaja en el Tratado del Mundo. Esboza una física general, una

cosmogonía y una astronomía. Expone teorías parecidas a las que llevaron a Galileo a ser

condenado por la Inquisición el año 1633. Cuando se entera de esta condena retira la

publicación de la imprenta y la obra no vería la luz en vida del autor.

1634: “Por nada del mundo -escribió a Mersenne este año-, deseo mantener (las

demostraciones del movimiento dela tierra) en contra de la autoridad de la Iglesia... anhelo

proseguir la vida que he iniciado bajo la divisa "bienvive quien bien se oculta" (Open

University pg. 10). Se publica en 1664. Parte de su contenido lo incluye en los Principios

de Filosofía, obra que esperaba fuese adoptada como libro de texto pero que no se publica

hasta 1644.

1637: Publica en Leyde, Holanda, el Discurso del Método como prefacio de la Dióptrica,

los Meteoros y la Geometría; alcanzó mucha más celebridad estas obras que las demás. Es

la primera exposición pública de su método.

1641: Aparecen en París, en latín, las Meditaciones Metafísicas. Esta publicación agrava la

situación de opiniones encontradas que se había producido con la publicación del Discurso.

Trata con más profundidad temas que ya aparecían en éste. Esta es su obra propiamente

filosófica. Intenta buscar el fundamente último de todo conocimiento. Para él la validez del

conocimiento científico se basa en la metafísica, entendida como onto-teología. La certeza

de la metafísica es superior a la de las ciencias. Mantiene la definición aristotélico-tomista

de metafísica, pero modifica su sentido y alcance: no es la cumbre del saber, sino su raíz.

La certeza de las ciencias se basa en ella; el “cogito”, primer principio de la metafísica, es

el fundamento absoluto de toda certeza. Hay una modificación de la concepción tradicional

de la metafísica: el ser que está conoce es el ser del pensamiento, del sujeto pensante.

1644: Publica en Amsterdam los Principia Philosolphiae. En estilo más directo expone

sustancialmente las mismas doctrinas que en las Meditaciones. No reconoce otra materia en

los cuerpos que la cantidad, a la que es aplicable todo tipo de división, forma y

movimiento. (Pt. II, art. 64).

1647: Visita a Blas Pascal con la intención de hablar con él de sus últimos experimentos

sobre el vacío, pero el joven matemático está enfermo.

1649: Su estancia en Holanda, pese a algunos amigos como Christian Huygens, se le hace

incomoda, insoportable. El médico Plemp le acusa de enseñar doctrinas contrarias a la

salud. Y, finalmente, acepta la invitación de instalarse en la corte de la reina Cristina de

Suecia, hija de Federico, contra el que había tomado partido durante su estancia en el

ejército. A su llegada a Estocolmo es recibido con grandes honores; la corte se reunía para

oír sus disertaciones sobre filosofía, física o matemáticas.

1650: Muere en Estocolmo el 11 de febrero. Cuando el canciller de la universidad iba a

pronunciar la oración fúnebre llegó una orden de la corte prohibiendo hacer público elogio

de Descartes.

1653: Chanut, embajador de Francia en Suecia y valedor de Descartes ante la reina, recoge

sus manuscritos y los envía a Clerselier. Llegan en mal estado, mojados, pero pudieron ser

utilizados por Leibniz entre otros.

1667: En Paris se publica El Mundo y las Cartas de Descartes por Clerselier, seguidor suyo.

Sus restos son trasladados a París y enterrados en la iglesia de Sainte Geneviève du Mont.

Comienza una fuerte persecución contra el cartesianismo. Sus libros fueron incluidos en el

Índice con la reserva de doneccorrigantur. Los frailes jesuitas pusieron a la Universidad de

la Sorbona en contra de las ideas cartesianas y pidieron al parlamento la proscripción de su

filosofía. Durante algún tiempo fue un crimen declararse cartesiano.

Biografía de Immanuel Kant

Immanuel Kant nació el 22 de abril de 1724

en Königsberg, en Prusia, ciudad que contaba en la época con unos 50.000 habitantes y

un floreciente comercio e industria, siendo la capital del ducado prusiano. Su

padre, Johann-Georg, que era sillero de profesión, se había casado en 1715 con Anna

Regina Reuter con la que tuvo nueve hijos, siendo el cuarto Immanuel. A pesar de la

afirmación de Kant de que su familia era de origen escocés ha podido comprobarse la

inexactitud de esa creencia; su bisabuelo, por parte paterna, era originario de

Prölkus, perteneciente actualmente a Lituania, y la familia de su madre era originaria

de Nüremberg, aunque es cierto que dos de sus tías abuelas se casaron con escoceses, lo

que puede estar en el origen de esa creencia.

A finales del siglo XVII y principios del XVIII, como protesta contra la ortodoxia

religiosa, en la que predominaban las formas dogmáticas frente a la vivencia de la fe, se

extendió por Alemania el pietismo, tendencia religiosa que fue seguida por los padres

de Kant, y que sin duda ejerció una honda influencia en Kant, quien se refiere a sus

padres siempre con veneración, recordando a su madre como una persona bondadosa,

austera y profundamente religiosa.

A los ocho años de edad, en 1732, ingresa en el Collegium Fridericianum, considerada

entonces la mejor escuela de Königsberg, que sería dirigida desde 1733 por F. A.

Schultz, quien había estudiado Teología en Halle con los pietistas y filosofía con C.

Wolff, y que era amigo y consejero de la familia de Kant. El pietismo dominaba

también toda la organización del colegio, lo que suponía una profunda religiosidad y un

tipo de vida dominado por la austeridad. Allí adquirió Kant sólidos conocimientos de

las lenguas clásicas, así como de matemáticas y lógica.

En 1740 ingresó en la Universidad de Königsberg, que contaba entonces con tres

Facultades "superiores" (Teología, Derecho, Medicina) y una "inferior" (Filosofía).

Kant se matriculó en la Facultad de Filosofía, según era costumbre, sin inscribirse en

ninguna de las Facultades "superiores". Allí asistió a las lecciones de Teología de

Schultz, pero centró su interés en la Filosofía, las Matemáticas y las Ciencias naturales.

La filosofía entonces predominante en Alemania era el racionalismo de Christian

Wolff, quién publicó sus obras en alemán, y no en latín, como era todavía la costumbre

mayoritaria, penetrando su pensamiento profundamente en todos los círculos culturales

de mediados del siglo XVIII. También en la Universidad de Königsberg dominaba la

filosofía de Wolff. Allí entabló Kant amistad con uno de sus profesores, M. Knutzen,

wolfiano, quien le inició en el estudio de las obras de Newton y Wolff, y puso a su

disposición su biblioteca personal. Pero también se puso al corriente de las tendencias

empiristas que procedían de Inglaterra y de los ideales de la Ilustración, de Francia.

En 1747 termina sus estudios en la Universidad y ejercerá, hasta

1754, como profesor privado en Judschen, Osteroden y Königsberg, siendo muy

apreciado por los familiares de sus discípulos. En 1755 obtendrá en la Universidad

de Königsberg el título de Doctor en Filosofía, con una disertación "Sobre el fuego".

Posteriormente defendió una tesis en latín sobre los primeros principios de la Filosofía,

con la que obtuvo la habilitación para ejercer como profesor auxiliar (Privatdozent) en

la Universidad de Königsberg, en la que permanecería ya a lo largo de toda su carrera

docente.

Como Privatdozent, puesto que ocupó durante 15 años, le correspondía enseñar las más

variadas disciplinas, como matemáticas, física, lógica, metafísica, antropología y

geografía, etc., contándose estas dos últimas entre sus lecturas preferidas, y alcanzando

sus conferencias sobre estos temas gran difusión entre sus discípulos y el público en

general. En 1769 las Universidades de Erlangen y Jena le ofrecieron sendas cátedras

que Kant rechazó, siendo propuesto al año siguiente para la de Lógica y Metafísica de

la Universidad de Königsberg, tomando posesión de ella el año 1770 con la famosa

Disertación "Sobre la forma y principios del mundo sensible e inteligible", que se

considera como el punto de partida del llamado "período crítico", a lo largo del cual

Kant desarrollará su propia filosofía.

Con su nombramiento como Catedrático su labor docente le ocupa menos tiempo,

pudiendo dedicarse más intensamente a ordenar sus pensamientos y a desarrollar su

filosofía. Pero el tiempo que creía suficiente para ello se fue alargando

considerablemente y, pese a haber anunciado repetidamente la aparición de su obra, ésta

no será publicada hasta 11 años después, en 1781, con el título de "Kritik der reinen

Vernunft" (Crítica de la razón pura). A ella le siguieron, con relativa continuidad, los

"Prolegómenos para toda metafísica futura", en 1783, en la que pretendía exponer con

mayor claridad que en la anterior los principios de su filosofía, la "Fundamentación de

la metafísica de las costumbres", en 1785, y, entre otras, sus dos restantes obras

"Críticas". (Ver obras).

En 1783 compró una casa en Königsberg en la que viviría hasta su muerte. Kant

gustaba de las relaciones sociales, (aunque no contrajo matrimonio), y mantuvo una

tertulia con un grupo de amistades a lo largo de toda su vida. Excepto en sus años de

profesor particular, Kant no salió de Königsberg, donde llevó una vida que se

caracterizó por su sencillez, regularidad, y ausencia de perturbaciones, a no ser el

conflicto que mantuvo con la censura bajo el reinado de Federico Guillermo II, a raíz de

la publicación de su obra "La religión dentro de los límites de la mera razón".

Probablemente el emperador se sintiera amenazado por la difusión de los ideales de la

Ilustración en Alemania y el triunfo de la Revolución francesa, de los que Kant era

ferviente admirador. Kant se vio obligado a firmar un escrito comprometiéndose a no

volver a hablar ni a escribir públicamente de religión, promesa de la que se sintió

desvinculado a la muerte del emperador, ocurrida en 1797.

El 12 de febrero de 1804 moría en su ciudad natal, siéndole rendidos los últimos

honores en un gran funeral. Para entonces la filosofía de Kant había alcanzado ya gran

difusión y aceptación en los principales círculos culturales de Alemania y un

considerable eco en el resto de Europa. (Fouce, 2002)

Hacer un ensayo de 4 páginas dándole respuesta a la siguiente pregunta: ¿cuáles son las

implicaciones que tiene el papel del movimiento o filósofo en la cultura y la persona?

Descartes, Kant y su influencia

En términos generales las implicaciones de la filosofía son realmente grandes en nuestro

mundo actual; pero también es preciso decir que la filosofía siempre ha significado un sin

número de implicaciones para el pensamiento de la sociedad, es decir, que en todas las

épocas y civilizaciones ha sido importante debido a que la misma busca el camino del

conocimiento y de un cierto buen vivir; aun así se puede decir que la misma ha adquirido

un mayor valor en la actualidad por varias razones, como por ejemplo: es esta quien se

encarga de arrojar interpretaciones a situaciones de índole histórico, político, cultural.

Ahora bien, en términos específicos, para nuestros días, tanto el pensamiento mecanicista

de Descartes y las implicaciones de su descubrimiento de la subjetividad así como el

despliegue realizado por parte del programa filosófico ideado por Kant inevitablemente

fueron doctrinas a las que todos los pensadores posteriores tuvieron que remitirse y han

marcado profundamente los pensamientos no sólo de los filósofos sino de la sociedad en

general. Este trabajo intentará mostrar algunas consecuencias en la cultura que han tenido

las obras de Descartes y de Kant con base en sus principales descubrimientos y lo que

significaron en la historia del pensamiento.

La filosofía cartesiana como comienzo de la modernidad marca el momento en el que se

superó lo que podría llamarse un objetivismo, es decir, una postura del teorizar que no

tenía en cuenta las condiciones del sujeto sino que estudiaba el mundo y se creía que podía

conocerlo con independencia de las estructuras del sujeto. Con Descartes aparece la

pregunta por la subjetividad, en las meditaciones metafísicas, Descartes encuentra la

evidencia del ego cogito como primera evidencia clara y distinta: reconocerse como una

conciencia que piensa pues si bien, puede dudarse de todo, del mundo, de lo material, del

cuerpo, etc. No puede dudarse de la potencia del pensamiento que se ejerce al dudar. Sobre

esta base que es el descubrimiento de la subjetividad debe fundarse el resto de la ciencia, de

esta manera comienza la epistemología o teoría del conocimiento, con la necesidad de

preguntarse por las capacidades que tiene el sujeto para conocer.

Posteriormente, luego de superar por medio de su duda metódica el ingenuo objetivismo

del que eran presos sus coetáneos, dirige su mirada al mundo, convencido de poder

explicarlo racionalmente, al igual que su propia existencia en términos de materia en

movimiento. La figura escogida para dicha tarea fue la metáfora del mundo como un

mecanismo de relojería. Máquina usual ya, y muy atractiva, durante el siglo XVII. Un reloj

consta básicamente de materia en movimiento. Los engranajes, las ruedas dentadas, las

piezas, son la materia. Las piezas se transmiten el movimiento de unas a otras. En el

universo sucede exactamente lo mismo: los planetas (la materia) transmiten el movimiento

desde las órbitas exteriores a las interiores. Además, igual que en el caso de los relojes, este

movimiento no es aleatorio o arbitrario, sino que está regido por leyes matemáticas

perfectamente determinadas. Así, Descartes concibe el Universo (mejor dicho, la parte

extensa del Universo), como un gigantesco mecanismo de relojería.

Pero en la imagen mecanicista del cosmos falta un elemento. ¿Quién construye y pone en

marcha el reloj? ¿Quién construye y pone en marcha el Universo? La respuesta es obvia: en

el caso del reloj, su autor es el relojero. La función del relojero consiste en construir

perfectamente el reloj (de modo que no atrase ni adelante) y darle cuerda (ponerlo en

marcha, hacer que las leyes del movimiento comiencen a actuar). En el caso del Universo,

Descartes deposita en Dios el papel de relojero universal. La función de Dios en el

Universo queda, desde el punto de vista estrictamente mecanicista, reducida a la creación

de las sustancias finitas (pensamiento y extensión) y, en el caso de la segunda, a crear no

sólo la materia, sino también el movimiento que afectará a ésta y las leyes que determinarán

dicha relación.

Ahora bien, habría una diferencia fundamental entre el trabajo de un relojero y la creación

divina. Un reloj, en tanto obra humana, y por muy perfecto que fuera, podría, con el tiempo,

atrasar o adelantar, o detenerse. El movimiento de sus piezas, levemente disminuido por el

rozamiento de las mismas, acabaría por cesar. En este momento se precisaría la

intervención del relojero para volver a darle cuerda. Pero, ¿y en el caso del Universo?

¿sería necesaria la intervención de Dios, de tarde en tarde, para volver a ajustar las leyes del

movimiento? Descartes razona del siguiente modo: si la respuesta fuera afirmativa, ello

significaría que Dios no es perfecto, puesto que las leyes creadas por él se desajustarían. Si

Dios es un ser perfecto (como ha demostrado que lo es), el producto de su creación también

ha de serlo, de modo que el acto de creación divina produciría, de golpe, toda la materia

necesaria, todo el movimiento necesario y unas leyes matemáticas perfectas que no

volverían a desajustarse jamás. Tras el acto de la creación, el universo, sometido a unas

leyes inexorables, perfectas y no deteriorables, acabaría produciendo el cosmos que

conocemos, con sus planetas, sus órbitas y sus movimientos de rotación y traslación. La

diferencia fundamental entre Dios y un simple relojero es, pues, que el reloj creado por el

primero (el Universo) es perfecto en sus elementos desde el comienzo, por lo cual no se

precisa la posterior intervención de su autor en el curso de las cosas.

En la sociedad esto ha tenido repercusiones que hasta hoy permanecen en el imaginario

cultural de las personas. Por ejemplo la distinción entre alma y cuerpo, entre lo que

Descartes llama la res extensa y la res cogitans. Es usual ver cómo las personas distinguen

entre la apariencia y la esencia, considerando el cuerpo superficial y el alma aquello

importante, esencial. Esta manera de concebirnos, este dualismo, es en gran parte

consecuencia del pensamiento cartesiano. También lo que se podría llamar un

“subjetivismo común” pervive del pensamiento de Descartes en la sociedad, es usual que

las personas se remitan al punto de vista “subjetivo” para dar cuenta de la multiplicidad de

opiniones que pueda tenerse con respecto al mundo. Es también con su pensamiento

mecanicista sobre la res extensa una influencia severa en la revolución industrial y en todo

el progreso de la técnica hasta nuestros días.

En la línea de epistemología o teoría del conocimiento Kant continua de cierta manera el

proyecto de cartesiano de una filosofía que indague sobre la subjetividad pero llevando este

proyecto a una concretitud tal que con su Estética Trascendental trazó los límites del

conocimiento. Con Kant la pregunta por los límites y alcances del conocimiento se agudizó,

con su inclusión del importante descubrimiento de que los fenómenos: aquello que aparece

en el espacio y en el tiempo es lo único de lo que puede tenerse conocimiento, cosas como

Dios, el mundo o la libertad no existen como fenómenos sino como noúmenos, es decir

cosas que exceden nuestra intuición sensible. Pero el conocimiento no se queda sólo en la

sensibilidad, las intuiciones que ésta ofrece deben ser luego desarrolladas por el

entendimiento que las subsume a la generalidad de sus categorías. Por eso dirá Kant:

"intuiciones sin conceptos son ciegas, conceptos sin intuiciones son vacíos". Esto es una

verdadera revolución que el mismo Kant denomina como "revolución copernicana" y que

de cierta manera comienza con Descartes y su descubrimiento de la subjetividad, consiste

en que en lugar de poner a girar el sujeto alrededor de las cosas poner a las cosas a girar

alrededor del sujeto, esto con el descubrimiento del espacio y el tiempo como intuiciones

puras de las sensibilidad. Esto quiere decir que espacio y tiempo existen como condiciones

previas en el sujeto antes de su relación con el mundo, como estructuras para dirigirse a él.

Las consecuencias de la filosofía de Kant en la sociedad pueden notarse en una toma de

conciencia sobre la necesidad de la evidencia empírica para validar los conceptos del

entendimiento. En el plano de lo moral, la filosofía de Kant como digna manifestación de la

Ilustración es una llamada a los individuos a hacer uso de su propia razón. En esta

necesidad y en la de describir el mundo lo más acorde a la razón que sea posible el filósofo

idealista trazó los derroteros de la ilustración, época que quiso liberarse de muchas ataduras

sirviéndose de su entendimiento. Los ecos de esta época histórica pueden notarse en la

sociedad que de cierta manera ha progresa con respecto a la salida de la minoría de edad,

pues al menos se ha conseguido la libertad de expresión y la información circula

libremente, un poco como Kant lo quiso en su texto sobre la ilustración.

Como conclusión puede decirse que ambos filósofos modernos han sido piezas

fundamentales del desarrollo del pensamiento y que las consecuencias de su filosofía

pueden notarse en la sociedad, ha sido por ellos que se han logrado cierto avances a nivel

de cultura, como por ejemplo la liberación que representó la ilustración o el hallazgo de la

subjetividad en Descartes que nos sacó del objetivismo.

Glosario

Intuición: Percepción clara e inmediata de una idea o situación, sin necesidad de

razonamiento lógico.

Deducción: Conclusión o inferencia

Dudar: Vacilar entre dos opciones contradictorias, no estar seguro.

Entendimiento: Facultad humana de comprender, comparar, juzgar las cosas, o inducir y

deducir otras de las que ya se conocen.

Metafísica: Rama de la filosofía que estudia la naturaleza, estructura, componentes y

principios fundamentales de la realidad.

Orden: Colocación de las cosas en el lugar que les corresponde. Forma coordinada y

regular de funcionar o desarrollarse algo. Método que se sigue para hacer algo.

Disposición: Ordenación de algo de la forma conveniente para lograr un fin.

Conocimiento: Lo que se adquiere como contenido intelectual relativo a un campo

determinado o a la totalidad del universo.

Mecanicismo: Doctrina filosófica que explica los fenómenos de la naturaleza mediante

leyes automáticas de causa y efecto

Racionalismo: Doctrina filosófica que sostiene que la realidad es racional y,por

tanto,comprensible a través de la razón:

Cosmología: Parte de la astronomía que trata de las leyes generales del origen y la

evolución del universo.

Aristotelismo: Movimientos filosóficos donde los autores tienen como fundamento el

pensamiento de Aristóteles.

Modernidad: Categoría que hace referencia a los procesos social e histórico que tiene sus

orígenes en Europa Occidental a partir de la emergencia del Renacimiento.

Movimiento: Cambio de la posición de un cuerpo a lo largo del tiempo respecto de un

sistema de referencia.

Extensión: Acción y efecto de extender o extenderse (hacer que algo ocupe más espacio,

esparcir o derramar lo que está junto, desplegar, desenvolver). El término puede utilizarse

para nombrar a la medida del espacio que ocupa un cuerpo y a la capacidad para ocupar una

parte del espacio.

Filosofía Natural: Nombre que recibió la rama de la ciencia que hoy conocemos como

física hasta mediados del siglo XIX.

Matemática: Ciencia formal que, partiendo de axiomas y siguiendo el razonamiento lógico,

estudia las propiedades y relaciones entre entidades abstractas como números, figuras

geométricas o símbolos.

Ciencia: Conjunto ordenado de conocimientos estructurados sistemáticamente. La ciencia

es el conocimiento que se obtiene mediante la observación de patrones regulares, de

razonamientos y de experimentación en ámbitos específicos, a partir de los cuales se

generan preguntas, se construyen hipótesis, se deducen principios y se elaboran leyes

generales y sistemas organizados por medio de un método científico.

Idealismo: Con otro significado lo utiliza Kant, para referirse a su propia filosofía, a la que

denomina Idealismo trascendental. En este sentido, el idealismo consiste en la afirmación

de que el Espacio y el Tiempo no tienen existencia independientemente de la subjetividad

humana (de la que son formas puras a priori de la sensibilidad).

El término, no obstante, ha quedado asociado sobre todo a la filosofía de Hegel quien, al

postular la unidad especulativa de los opuestos (finito/infinito, objeto/sujeto) como

estructura dialéctica de lo Absoluto, niega realidad independiente a lo finito, al objeto, que,

estando destinado a devenir otro, no puede gozar de existencia autónoma como tal, lo que

conlleva aceptar su idealidad, en cuanto mero momento en el desarrollo de lo Absoluto.

Criticismo: método de investigación que propugna iniciar la indagación científica con el

análisis de las posibilidades, fuentes y límites del conocimiento en cuestión.

A priori: aquello que antecede a toda experiencia posible

A posteriori: aquello que se da luego de la experiencia.

Subjetividad: se refiere a todo lo que cualidad del sujeto que conoce, para hacer distinción

del mundo al que se dirige

Objetividad: se refiere a todo lo que es externo al sujeto.

Revolución copernicana: fue aquella emprendida por Copérnico al descubrir que la tierra no

es el centro del universo sino que es el sol y la tierra un planeta más que gira alrededor de

él. También hace referencia al giro de la filosofía kantiana que sitúa el espacio y el tiempo

en la subjetividad y no en la objetividad como antes se concebía.

Fenomenología: es una corriente filosófica que opta por la descripción de los fenómenos

tomando en cuenta la relación del sujeto con estos fenómenos por medio de un concepto

utilizado por Husserl, heredado de su maestro Brentano, el de intencionalidad.

Intencionalidad: cualidad de la conciencia de estar dirigida al mundo y existir sólo en virtud

de esta relación es decir, lo que expresa el decir toda conciencia es conciencia de algo.

Bibliografía

Descartes. (1996). Reglas para la dirección del espíritu. Madrid: Alianza.

Descartes. (1995). Meditaciones metafísicas. Madrid: Gredos.

Kant. (2005). Crítica de la Razón Pura. Madrid: Gredos.

Husserl. (1995). Meditaciones cartesianas. México: Fondo de Cultura Económica.