Tapia, Luis - La producción del conocimiento local. Sobre Zavaleta Mercado

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    1Prlogo

    LA PRODUCCINDEL CONOCIMIENTO LOCAL

    Historia y poltica en la obra deRen Zavaleta

    Luis Tapia

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    2 Prlogo

    Luis Tapia

    Luis TapiaMuela del Diablo EditoresCIDES-UMSA

    LA PRODUCCIN DEL CONOCIMIENTO LOCALHistoria y poltica en la obra de Ren Zavaleta

    Cuadro tapa:

    C. Ricardo Romero F. (Lugui 94) Cndor, leo s/tela

    Primera edicinD.L. 4-1-903-02ISBN 99905-40-28-4

    Producido en Bolivia2 0 0 2

    Diseo y edicin:

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    3Prlogo

    a mis queridos padresHilda y Lucho

    con amor y gratitud

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    5Prlogo

    En primer lugar deseo agradecer la valiosa orientacin de Luiz EduardoSoares que ha hecho posible la realizacin de esta investigacin desde un

    principio. Desde el inicio de la maestra y durante el doctorado su orientacinha sido imprescindible para tener un panorama y una gua reflexiva del espectrode desarrollo del pensamiento contemporneo. Siempre me ha sealado lanecesidad de relacionar el estudio de la obra de Zavaleta a las produccionesintelectuales del mundo; los puntos de referencia y relacin que he logradoestablecer se deben bsicamente a sus sugerencias, que a lo largo de toda lainvestigacin han alimentado mi trabajo. Por todo esto y mucho ms, muchasgrac i a s .

    Tambin agradezco a cada uno de los miembros de la banca examinadorapor el inters y el tiempo dedicado a la lectura y evaluacin de este trabajo.

    Agradezco a Alma de Zavaleta y a Brbara la posibilidad que me brindaronde acceder a los materiales inditos y los escritos periodsticos de Ren Zavaleta,lo cual me permiti bosquejar una historia de su produccin intelectual. Larecopilacin y ordenamiento bsico que fueron fuente de mi trabajo fueronrealizados por Brbara Zavaleta, a quien este trabajo le debe mucho. Tambindeseo agradecer al grupo de amigos que me colaboraron en la reproduccin yfotocopiado del extenso material de Ren Zavaleta: Boris, Brbara, Javier yS a n d r a .

    A Victor Prado, Hugo Rodas y Luis H. Antezana les agradezco mucho elhaberme proporcionado materiales raros de Ren Zavaleta.

    Agradezco mucho a Javier, Luis Eduardo y Michelle que me han ayudadopermanentemente a lo largo de la elaboracin de esta tesis en el trabajo de latranscripcin y armado del texto. A Ana Mara y Roco por su trabajo detranscripcin de parte de esta tesis.

    Esta investigacin se realiza sobre la base de y como un dilogocomplementario con la pionera obra de Luis H. Antezana sobre Ren Zavaleta.En este sentido le estoy muy agradecido por lo que ha contribudo a mi trabajoa travs de la serie de dilogos que la amistad me ha permitido tener durantelos ltimos diez aos.

    Agradezco mucho a Luis Tapia, mi padre, por la correccin final con la quese ha beneficiado este texto.

    AGRADECIMIENTOS

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    6 Prlogo

    Agradezco a Fabin II Yaksic la prolija preparacin del texto; a Muela delDiablo Editores y al CIDES-UMSA la iniciativa de coedicin y a los compaerosdel Movimiento Sin Miedo el apoyo que ha hecho posible la publicacin de

    este texto.

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    7Prlogo

    En esta pausa un prlogo sera una suerte de pausa previa a Laproducci n del conoci mi en to loc al : Hi storia y po l tic a en la obra de Zaval et a

    de Luis Tapia Mealla, me limitar a destacar slo algunos de sus rasgos. Laminuciosidad con la que Tapia examina la obra de Ren Zavaleta Mercado meimpide felizmente intentar un resumen, una sntesis, en fin, una

    presentacin de este libro. Antes de ver esos rasgos, localizar, brevemente,este libro en relacin a la obra de Tapia y dir algo sobre sus afinidades con lade Zavaleta.

    Tapia es catedrtico del CIDES-UMSA. All, dirige, actualmente, los estudiosde postgrado en Ciencias Polticas. Sus publicaciones incluyen los siguienteslibros: Politizacin. Ensayos terico-metodolgicos para el anlisis poltico(1996) Aut onoma mora l e int ele ct ua l en la pol t ica . (1998) y Turbulencias de

    fin de si gl o. Estado-naci n y democ racia en per specti va hi str ica. (1 999).

    Tambin es miembro del comit de redaccin de la revista Aut od et ermi na ci n .Ha realizado estudios de postgrado en Filosofa y Ciencias Polticas, en Mxicoy Brasil. De hecho, este su La produ cc i n del conoci mient o loc al fue escritocomo tesis para su doctorado en Ciencias Humanas, mencin en CienciasPolticas (Instituto Universitario de Pesquisas de Rio de Janeiro, 1997). Dentrodel amplio mbito de las ciencias sociales en Bolivia, utilizando este libro comoescenario, podramos localizar dnde escribe Tapia examinando sus (posibles)vnculos con Zavaleta. Ah, hay dos senderos que vinculan la obra de Tapiacon la de Zavaleta: el primero es referencial; el otro, digamos, conceptual yprogramtico. Por un lado, referencialmente, como una constante diseminadaa lo largo de su produccin intelectual, Tapia ha indicado o se ha referidofrecuentemente a la obra de Zavaleta y, ms directamente, le ha dedicadoensayos como sus La pasin histrica del conocimiento y la poltica. Un estudio-

    dilogo con la obra de Ren Zavaleta (en Autode te rmin ac in n. 2) o Estado ydemocracia (en El pe nsamient o de Zava le ta Me rcado [Cochabamba, CISO-

    PRLOGO

    Luis H. Antezana

    El conocimientocrticode la sociedad es entonces unaconsecuencia de la manera en que ocurren las cosas. Esto deberaocurrir siempre; la naturaleza de la materia debera determinar la

    ndole de su conocimiento. Entre tanto, la pretensin de unagramtica universal aplicable a formaciones diversas suele no ser

    ms que una dogmatizacin. Cada sociedad produce un

    conocimiento (y una tcnica) que se refiere a s misma.Las masas en noviembre

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    Portales-FACES, 1989]). Por otro lado, conceptual y programticamente, lessera comn el nacionalismo de izquierda, como localiza Cerruti a Tapialeyendo su Au ton oma mora l e intelec tua l en la po ltic a (cf. Decur sos n. 6), yque Zavaleta tambin frecuent al tratar lo nacional popular. Aunque, aprimera vista, lo conceptual primara en esta perspectiva, pues se trata depensar cmo se producen los conocimientos (sociales) locales, no hay queolvidar que todo ello implica un compromiso poltico de ah lo deprogramtico, el de un marxismo (izquierda) atento a los procesos locales(nacionalismo). Por supuesto, hay muchas diferencias entre Tapia y Zavaletaaunque Tapia suscribe un marxismo a la Zavaleta (cf. infra). Entre las muchasdiferencias, hay una contextual que, creo, podra ser destacada para indicar,sobre todo, la labor de Tapia. En cierta forma, el contexto le habra sido msfavorable a Zavaleta. Desde la Revolucin del 52 hasta la defensa yrecuperacin de la democracia, Zavaleta escribi en una poca donde la

    izquierda tena mucho que decir porque, fundamentalmente, sus condicionessociales de recepcin eran no slo amplias sino, digamslo as, muy activas. Enese perodo, con sus avatares estatales y sociales, mal que bien, la izquierda,sea va la centralidad obrera boliviana, por ejemplo, es (fue) un actor socialaltamente significativo. En cambio, Tapia debe enfrentar su compromiso(intelectual, moral y poltico) desde la as llamada actual derrota polticade la (dicha) izquierda. Parte del alcance de este libro puede leerse,precisamente, como un aporte de Tapia para un perodo en el que se debepensar, dicho sea clsicamente, en condiciones adversas. Toda la obra deTapia implica este tipo de entorno, donde el autor debe lidiar no slo con los

    vacos cognoscitivos (siempre) existentes por estos lares sino, tambin, con lasnuevas circunstancias sociales e intelectuales. En suma, teniendo en cuentalas afinidades contextuales (y programticas), las condiciones contextuales lehabran sido ms favorables a Zavaleta que a Tapia.

    Hasta aqu, pues, unas lneas sobre Tapia, su obra, sus vnculos previos conla obra de Zavaleta, e indicativamente las condiciones contextuales en las quedesarrolla(n) su(s) pensamiento(s). Sigamos.

    Este libro de Tapia es seguramente el ms minucioso y preciso completotrabajo sobre la obra de Ren Zavaleta Mercado. Es un detallado viaje por todala obra zavaletiana, desde sus escritos juveniles hasta su inacabado Lo nacional-

    po pu lar en Bol iv ia . Todo Zavaleta est aqu: sus libros, sus mltiples y dispersosensayos y artculos periodsticos, en fin, todo lo encontrable de su produccinintelectual. Tambin estn las condiciones contextuales sociales, culturalesque entornaron cada una de las etapas que transit. Pero, ste de Tapia no es,ciertamente, pese al amplio material que trata, un simple viaje descriptivo. Es,sobre todo, un trabajo analtico a travs de la obra de Zavaleta Mercado.

    Pero, qu analiza Tapia?. Analiza, dira, la manera cmo Zavaleta produceconocimientos relativos, en primer lugar, a su sociedad de origen y arraigo,Bolivia, y, por extensin y articulacin , subrayo, a la diversidad social que sedenomina, modernamente, el mundo. En otras palabras, Tapia analiza la

    manera cmo Zavaleta produce conocimientos (histrico-polticos), en unpensamiento donde lo local y lo universal se implican mutua pero no siempre

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    directamente. Adems, Tapia analiza a Zavaleta leyndole, como dice, pordentro, es decir, no aplica a priori un x o z aparato terico anlitico a laobra zavaletiana sino, empieza con ella y, desde ah, sale, digamos, hacia los

    diversos alcances cognocitivos que esa obra ha producido.Hay varias etapas en este recorrido, esferas de conocimiento, las denomina

    Tapia. En todas ellas, Zavaleta est estrechamente ligado con su entornosociohistrico. No piensa solo, se dira, piensa junto a otros pensadores, piensajunto a los ac tivo s ac to res y hecho s so ciales de los qu e es o se cons idera pa rt eo cmplice. Piensa histricamente, digamos; pero, nos precisara Tapia, siemprey cuando por historia entendamos no una mera sucesin (cronolgica) dehechos, sino, ms bien, la produccin de relaciones entre esos hechos, seanestos pensamientos individuales o, llammoslos as, actos colectivos deconocimiento. (Lo de actos, dicho sea de paso, implica las dimensiones

    pragmticas de esa tarea).Al respecto, Tapia nos propone una categora que, a la vez, caracteriza al

    pensamiento de Zavaleta y a la manera como ste produce conocimientos.Se trata de la nocin de conocimiento barroco. Esta propuesta la derivaTapia de Alejo Carpentier y su concepcin del barroco. Supone una diversidadmultiplicidad de esferas, cada una de las cuales tiene un ncleo propio,irreductible a los de las otras esferas, las que, por otra parte, sin perder suspropias caractersticas, se comunican entre ellas, en sus bordes, periferias opasajes, conformando entre todas un conjunto mltiple, relativamentearticulado, por un lado, y, por otro, donde cada parte (esfera) no pierde, reitero,

    sus peculiaridades las determinadas, digamos, por su ncleo pese a laarticulacin relativa. En esos horizontes, producir conocimientos sera recorreralgunas de estas esferas, intentando, a la larga, conocer el conjunto, paradiscernir las caractersticas tanto del conjunto como de las diversas partesconvergentes. Estas esferas, adems, no son necesariamente estticas, sucedenen el tiempo o, mejor dicho, suceden en diversos tiempos, unos ms lentos queotros, unos ms cambiantes agitados que otros, en fin, unos ms largos ocortos que otros. Una vida individual como la de Zavaleta, en este caso iraviviendo en las esferas que le toca estar. Algunos quiz viven, estn, en unasola; pero, los conocedores sobre todo como Zavaleta, no slo quisieranestar en las que les toca vivir sino, en cada esfera que les toca estar, tambin

    quisieran conocerlas, llegar a sus periferias, conocer otras y, siempre, buscarclaves para conocer el conjunto.

    Deca que esta propuesta de Tapia la de un conocimiento barrocomoderno caracterizara al pensamiento de Zavaleta. En ese tipo deconocimiento, tal como lo trata y caracteriza Tapia, todos pueden reconocerah, por ejemplo, un anlogo de su ms clebre y difundido concepto, el deformacin social abigarrada, el que se ha convertido, casi, en un smbolo desu manera de pensar, y donde lo mltiple y diverso conviven en verdaderasdensidades temporales, como dice Zavaleta, mezcladas no obstante no sloentre s del modo ms variado sino tambin con el particularismo de cada

    regin, porque aqu cada valle es una patria, en un compuesto en el que cadapueblo viste, canta, come y produce de un modo particular y habla todas las

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    lenguas y acentos diferentes sin que unos ni otros puedan llamarse por uninstante la lengua universal de todos (en Las masas en nov ie mbre ). Barroco,entonces, pero de esferas mltiples y, en el caso de Zavaleta, precisara Tapia,

    con frecuentes slo tnues vnculos o hasta espacios y tiempos vacos entrealgunas de ellas, debidos, precisamente, al objeto de estudio (Bolivia), en elcual concentra su pensamiento.

    Pese a la imagen, no se trata, ciertamente, de una representacin. Comodije: esa propuesta permite caracterizar la manera cmo Zavaleta produceconocimientos. Al respecto, lo que hace Tapia es reconocer las diversas esferasque ha vivido y recorrido Zavaleta, qu varios ncleos ha frecuentado durantesu vida, hacia qu periferias ha avanzado, qu contactos relaciones hareconocido y qu sospechas o propuestas acerca del conjunto ha producido,en un proceso cognoscitivo donde, ciertamente, el tiempo y el espacio sesuponen mutuamente o, mejor dicho, donde los tiempos y los espacios sesuponen mutuamente y, en este caso, convergen en ese inquieto pensador quefue Ren Zavaleta Mercado.

    No quiero resumir las etapas o esferas recorridas por Zavaleta, este Laproducci n de l con oc imi en to loc al las trata minuciosamente y una(pre)reiteracin, aunque puede alisar el terreno de la lectura, no me parece,en este caso, posible o necesaria, pues, en el anlisis de Tapia, la atencin a losdetalles es fundamental y stos no pueden ser (apropiadamente) destacados,reitero una vez ms, en una mera pausa prologal. Con todo, quisiera detenermeun poco en una de ellas, la ltima, no porque la considere a priori msilustrativa o definitiva cada una de las etapas analizadas por Tapia tiene su

    propia riqueza sino porque, a propsito de ella, Tapia explicita los alcancesde su solidaridad, complicidad, si vale la expresin, con el pensamientozava l e t i ano .

    Dicho sea rpidamente: Tapia nos ofrece un anlisis marxista delpensamiento zavaletiano. Lo declara en varios lugares de esta su obra. Ahconvergen los dos: Tapia y Zavaleta. Pero hay ms. Aunque Tapia utiliza muchosotros ms instrumentos sobre todo contemporneos que el propio Zavaleta,y, aunque Tapia se reconoce tambin articulado con las actuales globalizacinneoliberal y democratizacin, procesos ajenos, sin duda, al ltimo contextozavaletiano, a la larga, Tapia valora positivamente el marxismo de Zavaleta o,

    dicho de otra manera, suscribe un marxismo a la Zavaleta. El ncleo de esasuscripcin sera el siguiente: con Marx es posible asumir, gracias a la ley delvalor y la subsuncin real, un horizonte de visibilidad un horizonte deconocimiento universal, cuyos alcances (lmites), pese a las apariencias, yahan sido examinados, entre otros, por Zavaleta de la mano de Gramsci,para poder tratar de entender lo que, en rigor, sucede en sociedadesheterogneas, slo parcial o dbilmente industrializadas, cuyo conocimientoes, pese a todo, irreductible al (ahora posible) horizonte de conocimiento(universal) explicitado por Marx. O, dicho sea con una frmula de Tapia, lsuscribe un conocimiento moderno barroco, donde en lo de moderno seasume el aporte marxista, y en lo de barroco se asume la atencin a la

    diversidad social, por un lado, y, por otro, tambin se asumen los lmites conlos que choca dicha universalidad.

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    11Prlogo

    Hay tres momentos Captulos en este La producc in del co nocimient olocal donde esta posicin de Tapia es clara y explcitamente perceptible; tresmomento ajenos, en cierta forma, al anlisis de la obra de Zavaleta ajenos,

    slo en la medida que Tapia ya no est leyendo directamente a Zavaleta sinoexaminando sus alcances. Uno de estos momentos es la valoracin delpensamiento marxista zavaletiano ante las formas ms actuales,contemporneas, de marxismo. Luego de la comparacin, Zavaleta salepositivamente diferenciado y valorado. En la misma vena, Tapia confronta elalcance de los (algunos) conceptos zavaletianos con otros anlogos, productodel llamado pensamiento posmoderno. Ah se subraya el modernismo deZavaleta y se lo demuestra, aunque afn, finalmente ajeno al posmodernismo,al que, adems, se (de)muestra limitado ante las posibilidades zavaletianas. Enestos dos casos, dicho sea brevemente, es claro que el marxismo (a la Zavaleta)que suscribe Tapia es ms apto para el mundo y sus heterogeneidades que

    el marxismo reciente y que el reciente posmodernismo.

    Ms problemtico es el tercer momento de ese examen. Ah Tapia mide,creo que es la palabra correcta, los alcances del pensamiento zavaletiano anteel panorama actual donde los temas de la globalizacin, democratizacin,gobernabilidad, entre los ms evidentes, dominan el escenario; temas, adems,que Zavaleta no lleg realmente a tratar. Es pertinente se preguntaraTapia el pensamiento zavaletiano para esta nueva esfera?. En grueso, Tapiaafirmar que s, que Zavaleta es, pese a las distancias, an pertinente; msan, al argumentar esa pertinencia, Tapia valora y suscribe cmplice esetipo de pensamiento (moderno y barroco) para pensar ms all, se dira, de los

    espejismos actuales.

    Anotar, a continuacin, lo que considero sera el nudo de su argumento,porque es ah donde se nota claramente la suscripcin mencionada.

    Tapia admite, de partida, que el pensamiento zavaletiano no es directamenteaplicable a los problemas actuales, o sea, no se ocup de ellos. En Bolivia,por ejemplo, ya no existe prcticamente la centralidad proletaria (minera),decisiva, en Zavaleta, para articular las intersubjetividades local y universal.Pero, pese a ello, argumenta Tapia, que aunque se estn pensando otras cosasy aunque otro sea el entorno para ese pensamiento, ello no quiere decir que se

    est pensando mejor; se est, simplemente, pensando en otra(s) cosa(s). Y,ms an, cuando se examinan las preocupaciones y los alcances de este(nuevo) pensamiento, se nota una improductividad o servilismo cognoscitivoscasi totales. Mejor, entonces, un pensamiento a la Zavaleta, que implicaproduccin de conocimientos an necesarios que simples reiteracionesi m p r o d u c t i v a s .

    Con la imagen de las esferas barrocas, lo que sucede sera ms o menos losiguiente: Zavaleta, con Marx y Gramsci y su atencin a Bolivia, habra llegadoa una red de esferas que permite apreciar tanto lo local como lo universal; laatencin del mundo, por otra parte, habra pasado a otra esfera, ms pequea,

    cognoscitivamente hablando, incapaz, por las caractersticas de su ncleo, detratar y, menos, resolver los problemas vislumbrados en la anterior red. En

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    otras palabras: el horizonte de visibilidad de la (macro)esfera zavaletiana esmucho ms amplio y pertinente que el de la actual esfera, digamos,neo l ibe ra l .

    Entre parntesis, quisiera indicar, al pasar, que reproches de la misma estirpese le hicieron al pensamiento zavaletiano, cuando, en sus primeras etapas notrataba el problema indgena o, en su ltima etapa, no trataba temas como elregionalismo (boliviano) o las problemticas de gnero o la ecolgica, que porentonces se debatan o empezaban a debatir. El hecho de no tratar todos lostemas o problemas existentes no anula destacaba, con razn, GustavoRodrguez (cf. Zavaleta Mercado: el valor de la historia, en El pe nsamientode Zavaleta Mercado [1989]) una propuesta cognoscitiva: lo que importa esel alcance de una propuesta, a partir del tema o problema que est tratando.Cerramos parntesis.

    Ciertamente, ese hecho, el de haber pensado apropiadamente a partir deun cierto tema o problema, no implica ignorar la situacin actual u otrassituaciones; habr, pues, que tambin enriquecer el legado zavaletiano parano desaprovechar su dinmica central: la de no ignorar otras esferas localestal, en este caso, la actual neoliberal, como Tapia lo dice explcitamente variasveces .

    En todo esto hay una hiptesis (aparentemente) ad hoc. Sera aqulla queasume la posibilidad de que un grado de conocimiento pasado el de Zavaletasin neoliberalismo, digamos es, pese a todo, ms apto y ms rico que el(posterior) vigente. Para los que no creen mucho en la linealidad progresiva

    del conocimiento, esta posibilidad no sera nada problemtica; para los que,por otra parte, creen que, a medida que pasa el tiempo y sus hechos, se conoceno slo ms sino mejor, quiz les parezca dudosa. En todo caso, en el marxismode Tapia, aquella posibilidad es completamente coherente con su propuesta.Y, al respecto, como quien no quiere dejar hilos sueltos, Tapia distingue, en unmomento de su trabajo, entre modo de produccin y tiempo histrico. Dentrode un mismo modo de produccin, seala, pueden haber distintos tiemposhistricos que, en ltima instancia dicho sea clsicamente, no son ajenosal modo de produccin dominante (i.e. , vigente). Dicho en otras palabras: laesfera neoliberal ms que una otra (macro)esfera es, en rigor, una esferams pequea, medio lateral, metida, pese a las apariencias, dentro del anms amplio complejo (barroco) de esferas ya examinado por Zavaleta. Por lotanto: los conocimientos alcanzados al examinar el complejo no slo son tilespara tratar una esfera tiempo histrico afn sino, bien visto, ms pertinentesque los simplemente derivados de sta, sobre todo, aqullos que ignoran uolvidan el conjunto en juego y, ms an, cuando los nuevos conocimientosaportaran poco o nada. Que los tiempos y las preocupaciones (actuales) seconcentren en esa ms pequea esfera la que, por otra parte, convieneexplorar y examinar no anula, de ninguna manera, un ms ricoconocimiento previo. Dira, recogiendo otra imagen clsica, que Tapia, alargumentar esta parte de su anlisis, resuelve el problema del porqu an

    leemos a Homero y Sfocles no como nostalgia sino como perenne leccinaunque su modo de produccin haya probablemente caducado: es que ellos

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    haban tratado no una sino mltiples esferas de conocimiento en relacin, yalgunas de esas esferas seran todava pertinentes o, a su manera, vigentes.

    Al leer a Tapia es imposible no reconocerle un mrito que acompaa sudetallado y exhaustivo levantamiento y anlisis de la obra de Zavaleta: eldinmico enriquecimiento de los conocimientos propuestos por esepensamiento. Zavaleta tiene, sin duda, un importante lugar ganado dentro delo que solemos llamar el pensamiento social boliviano; pero, al leer a Tapia,uno se da cuenta que se lo haba tratado como un conjunto de categoras mso menos fijas, quietas, casi inmviles, en fin, definitivas y, por definitivas,prcticamente cerradas en s mismas. Como si sus propuestas, etapas yconceptos fueran, digamos, algo de la estirpe de las ideas platnicas o losarquetipos kantianos. Tapia nos demuestra que las propuestas, etapas yconceptos zavaletianas son, en rigor, como cajas de Pandora positivas, llenas

    no de males sino de sorpresas, con varios niveles y alcances, algunas estn mselaboradas, otras ms germinales, otras resueltamente inacabadas; pero todas,en fin, dinmicas y, a la vez mltiples, aunque algunas, tambin lo demuestraTapia, haya que apreciarlas bajo los ojos de una u otra determinada esfera, sinpretender, en esos casos, generalizarlas ms all de su horizonte, de su periferia.En suma: Tapia trata la obra de Zavaleta, digmoslo con sus criterios, como unpensamiento barroco (moderno) siempre en movimiento.

    Da gusto leer esta versin dinmica del pensamiento zavaletiano, arraigada,adems ya lo mencion, en un slido y exhaustivo conocimiento ytratamiento de sus materiales bibliogrficos. Es una lectura cmplice, sin duda,

    y as est explcitamente presentada, desde adentro; pero, el rigor aplicado aesa complicidad lleva a Zavaleta hacia otras esferas ms que las que tuvo ocasiny tiempo (vida) de tratar. Ese aprovechamiento, esa extensin, es mrito deLuis Tapia Mealla.

    Cochabamba, agosto de 2000.

    Luis H. Antezana J.

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    NDICE

    Prlogo 7

    Luis H. AntezanaIntroduccin 1 9

    1. Qu es lo que se estudia? 1 9

    2. Por qu y para qu estudiar la obra de Zavaleta? 2 0

    3. Cmo se estudia y estructura esta investigacin? 2 1

    4. Objetivos 3 3

    BLOQUE A

    MOMENTOS DEL NACIONALISMO 3 5I. Del culturalismo telrico al nacionalismo

    revolucionario 3 7m El culturalismo telrico 3 9

    m En el nacionalismo revolucionario: periodismo poltico 4 2

    II. Interpretacin y constitucin del ser nacional 5 6m La ontologa dual del revisionismo histrico nacionalista 5 7

    m La estrategia retrica del yo nacional

    y la negacin especfica del pragmatismo local 5 9m Consideraciones metodolgicas sobre

    revisionismo histrico nacionalista y ciencia social 7 1

    III. Momentos del nacionalismo 7 6m Fases poltico ideolgicas del nacionalismo:

    partida, maniobra, llegada 7 6

    m Nacionalismo de despedida: rquiem y cada 8 1

    m Mirar hacia adentro 9 3

    IV. Consideraciones sobre historia local y proyectos

    internacionales:una transicin poltico-intelectual 9 5

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    BLOQUE B

    MOVIMIENTO OBRERO, HISTORIA Y CIENCIA SOCIAL 1 0 3

    V. Movimiento obrero y ciencia social 1 0 5m Las condiciones histricas de posibilidad

    del autoconocimiento 1 0 5

    m Crisis y conocimiento 1 1 3

    VI. Historias e interpretaciones del 52 1 3 0m Historia: ciencia y memoria 1 3 0

    m Periodizacin de la historia 1 3 2

    m Historias comparadas 1 3 7

    VII. El desarrollo de la autonoma obrera:autonoma de lo poltico y lgica del lugar 1 5 3

    BLOQUE C

    TEORA POLTICA 1 6 7

    VIII. El estado 1 6 9m Modelo de regularidad y diversidad de las historias 1 7 0

    m El estado como sntesis, unidad, mediacin y racionalidad 1 7 5

    m

    Estado de separacin y desarrollo de la autonoma de lo poltico 1 8 0m Reforma del marxismo 1 8 6

    IX. La cuestin nacional 1 9 1m Del estado de separacin a la subsuncin real

    y la reforma moral e intelectual 1 9 1

    m Estado aparente y estado-nacin 1 9 5

    m Nacionalizaciones 2 0 2

    X. Formas de la poltica y el estado en Amrica Latina 2 0 7m Bonapartismo: incapacidades de autorrepresentacin

    y autonoma de lo poltico 2 0 8

    m Populismo: sustitucin del puebloy nacionalizacin con revolucin pasiva 2 1 3

    m Dictadura y fascismo: proyecto, movimientode masas y estructura de poder 2 1 8

    XI. Antimperialismo y soberana 2 2 6

    XII. Democracia 2 3 4m Programa de investigacin y sntesis intelectual 2 3 4

    m Estado de separacin y representacin 2 3 6

    m

    Democracia, sociedades abigarradasy estado aparente 2 3 9

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    17Indice

    m Conocimiento en democracia 2 4 7

    m Autodeterminacin: la fundacin de la libertad 2 5 4

    BLOQUE DLA PRODUCCIN DEL CONOCIMIENTO LOCAL 2 5 7

    XIII. Las masas en noviembre: autotransformacin del puebloy crisis del estado 2 5 9m De la centralidad proletaria a la

    autodeterminacin de la masa 2 6 1

    m Autoconocimiento en la crisis ynacionalizacin desde la sociedad civil 2 6 8

    m

    La reforma moral e intelectual: autotransformacin,deseo y conquista de la democracia 2 7 2

    m Reforma del estado y recomposicin oligrquica 2 7 7

    XIV. La forma primordial: una estrategia explicativa 2 8 2

    XV. Momentos constitutivos 2 9 3

    XVI.Tiempo, historia y sociedad abigarrada 3 0 5m Tiempo histrico 3 0 5

    m Formacin social abigarrada 3 0 7

    m Diversidad de historias y tiempos histricos 3 1 1m Matriz de recepcin e incorporacin de otras historias 3 1 3

    m Complejizacin 3 1 8

    m Sociedad abigarrada y barroquismo terico 3 1 9

    m Abstraccin que subsume, abstraccin que universaliza 3 2 2

    m La necesidad de contener varias concepciones del mundo 3 2 3

    XVII. Nacionalizacin del marxismo 3 2 6m Subsuncin formal y subsuncin real de las teoras 3 2 7

    m Nacionalizacin de una teora general de la poca 3 3 0

    m Conocimiento local= produccin terica + lgica del lugar 3 3 3

    XVIII. La estructura explicativa deLo nacional-popular en Bolivia 3 3 5m Programa de investigacin 3 3 6

    m El modelo de la separacin 3 4 1

    m El ncleo de la ley del valor 3 4 3

    m Lgica especfica (compleja y compuesta)del objeto especfico (complejo y compuesto) 3 4 4

    m Lo nacional-popular 3 4 5

    m La seleccin simblica de los momentos constitutivos 3 4 6

    m Composicin de ncleos proliferantes 3 4 9

    m La diversidad explicada por una gran abstraccin 3 5 0

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    18 Indice

    XIX. Conocimiento y autodeterminacin 3 5 2m Composicin de conceptos 3 5 2

    m La teora como objeto de deseo 3 5 3

    m Organizacin de la autorreferencia intelectual 3 5 4

    m Pensar el autodesarrollo 3 5 5

    m Organizacin de la conciencia nacionaly el yo colectivo 3 5 7

    m La identidad nacional-popular 3 5 9

    XX. La concepcin de la poltica 3 6 1m La poltica como sntesis, constitucin y gobierno 3 6 1

    m Poltica y conocimiento local 3 6 5

    m Pensamiento poltico, libertad y autodeterminacin 3 6 8

    BLOQUE E

    MAPAS COGNITIVOS 3 7 1

    XXI. Mapas cognitivos: sntesis y conclusiones 3 7 3m Mapas cognitivos: esbozo terico 3 7 3

    m Primera configuracin y primer recorrido: el espacio nacionalista 3 7 6

    m Segundo recorrido: salida del espacio nacionalista 3 8 3

    m Segunda configuracin y tercera serie de recorridos:el espacio de la centralidad proletaria 3 8 6

    m Tercera configuracin y cuarta serie de recorridos:el espacio de la autodeterminacin de la masa 3 9 1

    m Grficos y mapas de recorrido 3 9 5

    BLOQUE F

    SOBRE LA ACTUALIDAD DEL PENSAMIENTO DE ZAVALETA:ANLISIS COMPARADO 4 1 5

    XXII. Sobre el pensamiento de Zavaleta en nuestros das 4 1 7m Sobre la evaluacin de teoras pretritas 4 1 7

    m El horizonte intelectual local actual 4 1 9

    m Problemticas actuales en el contexto intelectual internacional 4 2 6

    Marxismo analtico 4 2 6

    Problemas de la globalizacin para la explicacin 4 2 8

    Posmodernismo vs barroquismo modernista 4 3 0

    Hermenutica y reflexividad 4 3 2

    m Validacin, contrastacin, actualidad 4 3 4

    m Sntesis - conclusin 4 3 5

    Bibliografa y hemerografa de Zavaleta 4 3 7

    Bibliografa general 4 4 7

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    19Introduccin

    I. Qu es lo que se estudia ?

    En este trabajo se estudia la obra de un intelectual boliviano, Ren Zavaleta,que vivi de 1939 a 1984. Desde fines de la dcada del 50 comienza a escribiren tiempos del nacionalismo revolucionario. Desde entonces desarrolla unaobra que se ha centrado en la poltica y la historia, de Bolivia en particular, deAmrica Latina frecuentemente. Ha acompaado su trabajo de explicacin dela historia boliviana, con una produccin terica y una reflexin epistemolgicasobre las condiciones de posibilidad del conocimiento en sociedadesheterogneas como Bolivia y de los mrgenes de validez y necesidad de lasteoras o modelos generales.

    Su obra empieza con producciones desde el seno del discurso delnacionalismo y contina luego en el seno del marxismo, con un despliegue desu pensamiento que implica la produccin de un conjunto de categorasespeciales para pensar la poltica y la historia en sociedades heterogneas.

    El desarrollo de su pensamiento ha estado muy ligado a las principalesfuerzas sociales de la historia contempornea del pas, al movimientonacionalista y al proletariado, y a sus formas de organizacin y sus proyectospolticos. Se ha dedicado precisamente a pensar sobre la historia moderna,pero al hacerlo ha ido buscando las causas ms atrs en el tiempo.

    En este trabajo se hace una reconstruccin del conjunto de su obra, paraanalizar cmo ha ido madurando lo que es el centro de inters de estainvestigacin: la produccin del conocimiento local, en sus dos dimensiones,el conocimiento especfico de la sociedad boliviana y el modo de producirlo,junto a la produ cc in ter ica real izada para hacerlo po sible o cada vez msamplio y pertinente.

    La idea general que gua este trabajo es que la produccin del conocimientolocal se ha desarrollado elaborando categoras que puedan dar cuenta de laautonoma de la poltica y de la especificidad de las historias, en cuantomomento, proceso y totalidad, en relacin a teoras ms generales, pero dentro

    de las cuales no se puede presumir su constante regularidad o subsumir todoslos aspectos de la poltica y todos los hechos histricos.

    INTRODUCCIN

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    20 Introduccin

    Es a travs del estudio de la forma de pensar la historia y sobre todo de laforma de explicarla, que se puede analizar y explicar la produccin delconocimiento local. En la explicacin de la historia, es el estudio y

    conceptualizacin de la poltica lo que vertebra la explicacin del movimientoy articulacin de los procesos sociales y sus formas de sntesis o configuracinglobal, nacional.

    Por tanto ste es un estudio sobre historia y poltica en la obra de RenZavaleta, que se plantea explicar una estrategia y una produccin que considerouna vigorosa alternativa autoreflexiva de producir conocimiento local. Lo queest implcito en esto es que el estudio de la poltica y su autonoma se convierteen un modo de revisin de teoras generales y de su relativizacin; es el nexoo espacio en que se puede empezar a articular otra produccin sobre lo quequeda fuera de los modelos generales, pero de una manera complementaria

    en relacin a ellos.Hay aqu una funcin epistemolgica del estudio de la poltica, que es el

    estudio de los mrgenes de validez de modelos generales de teora social. En laexperiencia de estos lmites se empieza a generar una produccin en esosmrgenes para pensar su especificidad, lo que se convierte en el vnculo onexo que articula el sistema complementario de categoras, esto ocurre sobretodo como formas de sntesis de las configuraciones histricas.

    Este trabajo de tesis estudia esta problemtica que sita a la teora polticaen un contexto ms global de pertenencia a un universo de trabajo conceptualmayor, en el que recibe condicionamientos y apoyos de otras dimensiones y

    disciplinas a la vez que aporta a una reflexividad en ella a partir de sus propiasproducciones. Se analiza la teora poltica como un espacio terico y analticoespecfico, en el seno de un proceso intelectual multidimensional. A la vez seanaliza y estudia la teora y las explicaciones histricas como un proceso dedesarrollo y como historia intelectual. En sntesis, se hace un estudio del trabajode Zavaleta sobre poltica e historia, como un proceso intelectualmultidimensional, como proceso de desarrollo y como una historia intelectualen las condiciones y problemticas de su tiempo.

    II. Por qu y para qu estudiar Zavaleta?

    El valor de una obra para el objetivo que uno se propone o para unadisciplina, es algo que el desarrollo del libro tiene que mostrar y demostrar;pero tambin un primer conocimiento y evaluacin son la motivacin quedirige el trabajo de anlisis sobre una obra en particular y no otra. Consideroque el trabajo o la obra de Zavaleta es la que ms ha aportado al conocimientode la sociedad e historia en Bolivia.

    En este sentido no slo interesa estudiar lo que escribi sobre Bolivia (aspectoque secundariamente se reconstruye aqu) sino que interesa sobre todo estudiarcmo se lleg a elaborar ese anlisis y el conjunto de explicaciones resultantes,

    con la finalidad de ver si algunos de los mejores momentos cognitivos delpasado o de nuestra historia intelectual, nos permiten seguir trabajando en la

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    21Introduccin

    produccin de explicaciones consistentes de otros procesos an desconocidose inexplicados, y tambin sobre otros procesos contemporneos.

    Se estudia la obra de Zavaleta como una propuesta que se plante elaborar

    el conocimiento de la historia local o nacional a travs del desarrollo de teorapoltica; aunque el anlisis se realice en un plano multidisciplinario.

    Se trata del desarrollo de una teora sobre la autonoma y la complejidad dela poltica, que sirve para explicar la historia, es decir, la articulacin global delos procesos sociales. Tal vez porque estudia no slo su autonoma sino tambinsu complejidad, es que su obra no se cierra en la ciencia poltica sino queconstituye un modo de investigar y pensar las configuraciones globales. Atravs de la conceptualizacin de la especificidad poltica y las otras, se puedepensar la globalidad, porque adems piensa que la especificidad poltica es enun momento proceso de articulacin y en otro sntesis.

    Gran parte de la obra madura de Zavaleta fue publicada fuera de Bolivia,durante sus largos aos de exilio, y en consecuencia es conocida sloparcialmente; aunque a partir de la dcada del 80 ha empezado a tenerinfluencia en los principales investigadores del pas.

    El estudio y reconstruccin analtica del conjunto de su obra puede permitirpresentar a la comunidad de investigadores del pas y al conjunto de losbolivianos y latinoamericanos interesados en conocer Bolivia, una gua reflexivade esta historia intelectual que Zavaleta vivi y configur desde la dcada del50 hasta mediados de los ochenta. Nos deja un patrimonio intelectual del cualaqu se hace un primer mapeo de la extensin de su produccin y de sus

    diversos niveles de profundidad.Otra razn para estudiar la obra de Zavaleta es que permite hacer una

    revisin y anlisis del pensamiento nacionalista revolucionario y del marxismo,que son dos de las mentalidades ms influyentes en la vida poltica modernade Bolivia, y tambin en la produccin intelectual del siglo XX.

    En la medida que particip activamente con produccin intelectual en ambosdiscursos, su historia intelectual es un eje que permite y requiere reconstruir,por lo menos parcialmente, las estructuras bsicas y los espacios intelectualesconfigurados por el nacionalismo revolucionario y el marxismo en Bolivia. Asu vez esto permite analizar un mbito ms amplio de la historia del

    pensamiento social y poltico en el pas, y las relaciones entre estos discursospolticos y el desarrollo de las ciencias sociales.

    Se estudia Zavaleta porque es una obra que puede ser un buen ncleo departida para indagar, analizar y explicar el estado y desarrollo del conocimientosocial en Bolivia.

    III. Cmo se estudia y estructura esta investigacin?

    1. Esta investigacin y estudio se realizan al modo de una historia intelectual,que es a la vez una narracin y reconstruccin analtica de los recorridos del

    pensamiento de Zavaleta, y un anlisis de la estructura de sus ideas y de laforma de producirlas. Se estudia la produccin de Zavaleta procesualmente,

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    22 Introduccin

    sobre todo al principio. Se delimitan las diversas fases de desarrollo en cadacaso o momento. Una vez que se llega a su poca de madurez se pasa a unanlisis a la vez organizado por campos temticos o problemticas.

    Se pone especial inters en analizar cmo cambia su pensamiento y porqu, a qu desafos intelectuales e histricos responde. No slo se presenta loque pens o escribi en cada fase de su produccin intelectual. Esta es unahistoria intelectual que contiene el anlisis de estructuras tericas y de procesosde cambio y desarrollo del pensamiento.

    Esta tarea se realiza con el recurso a varios tipos de teoras y disciplinas quebosquejo ms adelante; pero lo que considero el principal modo de proceder oel ncleo en torno al cual articulo los diversos recursos y prcticas analticas ysintticas, es lo que llamo analizar o pensar crticamente una obra desde dentrolos espacios intelectuales que configur o en que se produjo, desde los recorridos

    que realiz, con los elementos intelectuales que utiliz y produjo, en el senode las problemticas que se plante.

    Con esto no pretendo reproducir la estrategia de la empata a un nivelincluso mayor. Es una alternativa de trabajo que consiste en adentrarse en unpensamiento, llegar a experimentar un significativo grado de pertenencia a ununiverso conceptual y de conocimiento histrico, empezar a pensar con esasideas otras cosas ms. Esto de ninguna manera significa querer pensar como sise fuera el autor de la obra, se trata de la interioridad a un modo de pensar, nodel colocarse en el lugar de otra persona.

    A partir de la condicin de interioridad a un pensamiento, situacin que

    siempre es parcial y relativa al momento y modo de la insercin, se empieza adesarrollar una labor de reexposicin, que a la vez es comprensin de esepensamiento a partir de lo que el analista trae de fuera, lo que se convierte enuna especie de desarrollo del pensamiento que se presenta a travs de lareconstruccin de la historia intelectual, en el sentido que el proceso deapropiacin de un pensamiento se puede volver una reflexin sobre l, esdecir, una revisin crtica; pero tambin puede ser un desarrollo en la medidaque el anlisis que se realiza aplicando desde dentro las ideas que uno trae defuera puede permitir continuar con ms elementos algunos aspectos implcitosen un pensamiento, al iluminarlo bajo nuevas luces.

    El grado y forma de interioridad a una obra depende del momento y modode insercin. El momento de la obra de Zavaleta a partir del cual heexperimentado mi proceso de insercin y he generado el sentido de interioridady pertenencia de manera ms fuerte, es aquel que corresponde a su produccinms madura y compleja que se gesta desde 1971 hasta 1984. El estudio decmo se ha llegado a eso no me ha llevado, sin embargo, a estudiar su historiaprevia en un sentido teleolgico, es decir, seleccionando los aspectos e ideasque parecieran contener ese destino terico, histrico y poltico.

    He tratado de practicar la misma estrategia o alternativa de trabajo yaesbozada. Introducirme en el pensamiento de cada momento, de cada fase,

    relacionarlo con su poca en trminos de su insercin en los otros procesosintelectuales y polticos, en la historia de su sociedad.

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    23Introduccin

    En la medida que he experimentado un menor grado de interioridad ypertenencia, se hace ms patente y presente el aparato analtico que he armadocon los elementos conceptuales que traigo o introduzco desde fuera de la

    realidad que estudio. Esto ocurre as en los primeros captulos sobre la pocanacionalista en que parece que reconstruyo y analizo desde fuera, con elementosdiversos a los que son objeto de estudio. A pesar de esto, he practicado enprincipio el proceso de lograr interioridad aunque no necesariamenteidentificacin en esta fase, como en las otras.

    En la medida en que la interioridad del analista respecto del pensamientode Zavaleta, se vuelve tambin cada vez ms identificacin o incorporacin deesas ideas y modo de pensar en la estructura y vida de la propia cabeza, elanlisis y el montaje de un aparato conceptual para realizarlo con elementostrados de fuera se va reduciendo y se convierte en complemento orgnico. Se

    pasa a realizar el anlisis y la crtica a partir de los mismos elementos quecontiene esa obra en ese momento del anlisis, como tctica principal y puntode partida. En torno a ese ncleo empiezo a articular otras ideas y modos deanalizar, para pensar sus lmites, para introducir reflexividad por la va de lacontrastacin interterica; o a veces para explicitar mejor las virtudes y modosde proceder.

    En sntesis, en este estudio no se trata de aplicar a la obra de Zavaleta unaestrategia de anlisis uniforme a toda ella, o una estrategia de anlisis aplicadadesde fuera de la misma, como sera por ejemplo utilizar Foucault o el Habermasde la teora de la accin comunicativa u otros para revisar la obra de Zavaleta.

    Se trata de analizar y reconstruir desde dentro, como ncleo y eje, en torno alcual se articula el recurso a diversas disciplinas y teoras.

    Esta opcin de trabajar desde dentro del pensamiento de Zavaleta hace queen muchos lugares no se distinga al autor de mi intervencin analtica. Haypartes en que prima la tarea de reconstruccin o presentacin sinttica sinmucho anlisis, y hay puntos en los que se concentra la labor de anlisis crtico.Lo primero es una preparacin para lo segundo y cumple tambin funcionesde continuidad narrativa en la articulacin de la historia intelectual.

    Ocurre tambin que mi formacin intelectual ha incorporado fuertementeel pensamiento de Zavaleta, que produce una fuerte identificacin y hace que

    piense en esos trminos. Considero que en muchos casos sera artificial aplicarms elementos de fuera para analizar, sin que estos estn tambin incorporadosen mi modo de pensar y trabajar. El peso del pensamiento de Zavaleta en esteestudio de su obra revela su presencia en la composicin de las estructuras ymodo de pensar del analista.

    He optado, entonces, por mover crticamente las ideas de Zavaleta, y almoverme con ellas hacer una nueva exposicin, ya no centrada en lo que decasobre Bolivia y la historia de otros pases, sino en la exposicin analtica de laestructura y composicin de cmo se deca todo eso y cmo se produjo.

    Un anlisis de este tipo no puede desligarse, sin embargo, del contenido delos discursos explanatorios. El modo de pensar es tambin un contenido. La

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    24 Introduccin

    forma y los medios de trabajar contienen ya parte de lo que se puede decirsobre los diversos procesos analizados y el resultado de trabajos previos deestructuracin del pensamiento. Una significativa parte del contenido de este

    estudio son precisamente las formas de pensar y explicar, elaboradas ypracticadas en la obra de Zavaleta.

    Para hacer esta nueva exposicin de la obra de Zavaleta, se requiere exponerdesde dentro, pero tambin es necesario el apoyo de aparatos analticosexternos, de tal manera que sea una reconstruccin para el presente; es decir,expuesta y compuesta con algunos nuevos recursos y desarrollos. Lareconstruccin actualizada permite tener una conciencia crtica del patrimoniointelectual. Una conciencia crtica del pasado y su incorporacin en nuestropensamiento actual, no se puede dejar de hacer con algunas ideas fuertes delpresente, de tal modo que sea posible inyectar sangre nueva en las produccionesp r e t r i t a s .

    Uno se puede preguntar cmo es posible que un pensamiento se analice ycritique a s mismo, o con sus propios elementos sin ser repeticin, sin salir des? El principal modo de hacerlo es el movimiento del pensamiento. De hechocada autor o pensador desarrolla y produce sus ideas movindolas, avanzandoen las direcciones que contienen, contrastndolas con otras, creando ununiverso conceptual mayor y ms complejo (lo que generalmente ocurre msen filosofa y ciencia social) o uno ms simple pero con mayor capacidadexplicativa (lo que generalmente se buscaba en la fsica por la va de la reduccini n t e r t e r i c a ) .

    El analista de una obra lo que hace tambin es poner en movimiento esasideas, reactivarlas, para sacar algunos otros resultados potencialmentecontenidos en ellas, para pensar otras configuraciones histricas, o parapensarlas con otras ideas. Un modo de mover las ideas y las teoras es someterlasa contrastacin interterica, incluso con ideas de otro tiempo, cuando se tratade historia intelectual.

    Un otro modo de mover las ideas es moverse con ellas, es decir, pensarotras cosas, probarlas y consumirlas en la elaboracin de nuevas explicaciones.Se podra pensar que ideas bien consumidas pueden resurgir como el ave Fnixde las cenizas de la nueva produccin. En este sentido de mover las ideas almoverse con ellas, una alternativa es la rearticulacin entre ellas, y tambin la

    rearticulacin con otras teoras. En un captulo final se bosqueja algunoscaminos posibles y paralelos en relacin a corrientes actuales del pensamiento,a partir de los senderos y espacios de la obra de Zavaleta.

    Lo primero que se hace en este estudio es moverse entre las ideas de Zavaleta,para conocer su cantidad, los espacios que ocupan, los que configuran, sutextura, su figura, sus relaciones, su poder y sus debilidades. En primerainstancia uno empieza a moverse con otras ideas (con modelos analticosexternos), como con un idioma extranjero, hasta aprender, adoptar y empezara pensar con las ideas y modo o lenguaje interno. Pero este aprendizaje nohace olvidar los otros lenguajes con los que se emprendi el viaje, ni los que

    podemos seguir aprendiendo para seguir movindonos con esas ideas y entreellas, desde dentro y desde fuera.

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    25Introduccin

    El trabajo que opta por analizar desde dentro tiende a ser una exposicinde varias voces, o el movimiento de las ideas o pensamiento interiorizado y elmovimiento de los otros lenguajes y teoras que tambin se habla para pensar

    crticamente mi objeto de estudio, que en parte tambin es de apropiacin,revisin, reconstruccin, reactivacin.

    La crtica es, as, polifnica. Es un aprendizaje y desarrollo de los lenguajesde la obra que se analiza, y es la articulacin de varios otros discursos queoperan como el pensamiento desde fuera, en servicio de la penetracin analticaque lleva a pensar desde dentro con una multiplicidad de ventanas y antenasque comunican con el proceso plural del mundo.

    En este sentido, este estudio trata de no reducirse a un nico modelo analticoaplicado a las diversas fases de la obra de Zavaleta y los diversos niveles de

    anlisis y problemticas. Es un conjunto de ncleos o captulos diversos quetratan de interiorizarse y analizar cada momento y temtica con una articulacinespecial para cada caso, como si el introducirse a cada momento de una obrarequiriese de una diversa composicin de ideas y maneras para empezar yavanzar, como tambin para la apropiacin, el anlisis y la posterior exposicinexplicativa y reflexiva.

    En cada captulo hay una articulacin especial de ideas y teoras para llegara pensar, analizar desde dentro y desde fuera; pero tambin hay un conjuntode ideas o articulacin especial para realizar la articulacin de los captulos delos diversos momentos analticos en trminos de historia intelectual. Presento

    a continuacin esas ideas gua que, sin embargo, no agotan o expresan todoslos procesos y procedimientos realizados.

    2. Aqu planteo algunos problemas que surgen cuando se pretende estudiaruna obra que hace historia de una sociedad y reflexiona tericamente sobrelas posibilidades epocales de pensarla y conocerla. Bosquejo algunos modosde realizar la tarea de una historia analtica de sus problemticas, en torno aun eje selectivo articulado por la preocupacin por las relaciones historiografa-pol t i ca .

    Si se piensa que el hacer historia es articular una narrativa de algn o varios

    procesos, entonces se tiene que, por un lado, el historiador poltico o de sociedadarticula un conjunto de explicaciones e interpretaciones que producen unsentido y un movimiento atribuido a la realidad histrica pensada, a partir deuna seleccin de preocupaciones polticas y de teoras utilizadas. Por el otrolado, se tiene un anlisis de la estructuracin y movimiento de ese pensamientoy de los efectos y relaciones que establece con sus contextos histrico eintelectual, y en esta medida los resultados de este anlisis acaban articulandotambin una otra narrativa que es a la vez historia intelectual y anlisis deteora o, mejor, es narrativa en la medida y en los momentos en que se articulalos diversos elementos y conjuntos analticos atribuyndole un movimiento y

    algunos sentidos al pensamiento y su espacio de relaciones intersubjetivas ein t e r t er i ca s .

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    26 Introduccin

    Hayden White1 ha sugerido pensar que el relato histrico tambin puedeser considerado como una narrativa en que la trama de la historia que sedesarrolla est dada por la construccin subjetiva del que la escribe, de un

    modo parecido al trabajo del literato. El que escribe historia selecciona loseventos que articula en su relato, y tambin interpreta y da sentido adeterminadas y seleccionadas articulaciones procesuales de eventos yconfiguraciones estructurales.

    En este sentido, escribir historia se convierte tambin en una produccin ointervencin cultural. Se est proponiendo una memoria a una sociedad, lamemoria de un tiempo vivido, de una poca, de un evento. Memoria quecontiene una propuesta de explicacin y una interpretacin. La escritura de lahistoria enraza o le da races a los procesos contemporneos en la medida quedespliega argumentos verosmiles que los individuos y grupos sociales utilizan

    luego para pensar histricamente, hacia atrs y hacia adelante, su presente.

    Al escribir historia se articula eventos, procesos, y los sentidos que stostuvieron y pueden tener para los individuos, grupos humanos y sociedadesque los tienen como referente vital. Al escribir historia se articula en el tiempolo que en un delimitado espacio los individuos y grupos vivieron como parteen horizontes de experiencia e interacciones ms o menos locales. Historiar estambin, as, articular espacios y tiempos sociales y polticos.

    Una otra posibilidad de la historia es la de producir autoconciencia en unasociedad. En este sentido, escribir historia no deja de ser un hecho constitutivo,

    reconstitutivo, cada vez que se la practica y sus resultados circulan configurandouna intersubjetividad que se reconoce en esos relatos y se orienta un poco omucho por eso.

    Una historia como formulacin de una posibilidad de conciencia colectivapuede contener, por un lado, elementos de trabajosa bsqueda de conocimientoque puede implicar inclusive el dolor, la vergenza, es decir, de cuestionamientocrtico de las formas de conciencia previa o de los puntos de ignorancia; porotro lado, puede tambin contener elementos de justificacin, de velamiento,de engao, un poco en el sentido en que Althusser formulaba su idea deideologa que es a la vez reconocimiento de las relaciones existentes y

    desconocimiento o transfiguracin de las mismas.El anlisis de un discurso histrico tendra, entonces, que detectar las

    estrategias retricas que el escrito histrico despliega para exponer ambas

    1. White, Hayden. The content of the form.* Las citas a pie de pgina se han hecho segn el siguiente criterio: se cita al autor comentado, la

    obra y la pgina citada; el resto de la informacin, es decir, la editorial, el lugar de edicin y el ao,se detalla al final en la bibliografa general y en la bibliografa especfica de Ren Zavaleta. En el

    caso de artculos de prensa y de revistas, se cita al autor, el medio de publicacin y la fecha;informacin ms completa se encuentra tambin en la bibliografa general y especfica.

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    dimensiones; y en el caso del aspecto crtico cognoscitivo estudiar los aspectosepistemolgicos de su produccin. Los sentidos propuestos son objeto de unainterpretacin cultural y poltica.

    La historia de una obra significa no slo una descripcin de cmo cambiun pensador en sus producciones, qu nuevos temas introdujo, culesabandon; significa tambin la consideracin de cmo se produjo. En estesentido, una historia intelectual se convierte tambin en un anlisisepistemolgico cuando el proceso de produccin de los textos se convierte enel conjunto de los eventos a ser estudiados, que luego son objeto de un relatoque articula los resultados de esos momentos epistemolgicos del estudio enuna historia del movimiento de ese pensamiento.

    Este movimiento tambin es objeto de una interpretacin por parte delhistoriador que le puede atribuir determinados sentidos. La dimensin analtica-

    epistemolgica est a veces acompaada, a posteriori, de una fase hermenutica-interpretativa, sin que esto implique una determinacin o presuposicionesteleolgicas sobre el proceso o historia de una obra.

    Se pueden pensar los sentidos de una obra sobre todo por el lado de larecepcin y reproduccin, en el que debe incluirse la propia historia intelectualque se escribe como una intervencin, memoriosa y crtica, en las redes decirculacin de sentido en un horizonte cultural. Cuando el autor de una obraescribi su conciencia epistemolgica o parte de ella, se hace ms necesariohistoriar esa obra no slo en su superficie textual sino tambin en la producciny configuracin estructural de su discurso.

    En el caso de Zavaleta, se trata de un conjunto de textos que presentan unapropuesta de memoria histrica, o varias, y de autoconciencia colectiva, peroque tambin presenta una autoconciencia de su trabajo y una reflexin sobrelas condiciones de posibilidad de la produccin de conocimiento en sociedadescomo la boliviana. Esto ltimo se convierte en una especie de memoriaepistemolgica y, en este sentido, en condicin para posteriores u otros trabajosen ese horizonte intelectual, sobre todo si esa obra es la que organiza e iluminacon ms fuerza, por un tiempo, ese espacio intelectual.

    El hacer historia intelectual en este sentido y caso, significa tambin pensar

    las condiciones actuales para el trabajo histrico y para el pensamiento poltico,en trminos de problemas pendientes, recursos intelectuales frtiles, mapearlas condiciones, programas y lmites de un horizonte intelectual. Hacer historiaintelectual sirve para saber por qu y cmo es que algunos pensamos lo quepensamos sobre su sociedad, y sobre todo aqullos que articularon los relatosbsicos de las representaciones colectivas por las que hoy nos ubicamos en eltiempo reclamando algunas identidades, reconociendo algunos procesos,desconociendo otros tantos.

    Para que el trabajo de historia intelectual no sea una descripcin sinpticade lo que se dijo o escribi, y s ms bien un anlisis de su produccin, se

    trabaja por lo menos en dos niveles analticos. Uno que genricamente llamaraepistemolgico, en el que se trabaja sobre los supuestos y principios cognitivos

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    y los programas de investigacin (en el sentido de Lakatos 2 ) o estrategias deproduccin de conocimiento junto a sus matrices tericas. Un otro nivel serael que voy a llamar de estrategias retricas o de argumentacin.

    Por retrica se entiende aqu precisamente el anlisis de las estrategias deargumentacin, en el sentido que los trabajos de Chaim Perelman han propuestoentender contemporneamente esta disciplina, retomando el modo en que laantigedad clsica, sobre todo Aristteles, la haba planteado. Todos losdiscursos despliegan una dimensin retrica en la medida que se emiten conel objeto de persuadir a su pblico sobre la pertinencia y la carga cognoscitivade sus enunciados y afirmaciones. Por estrategias argumentativas se puedeentender los modos de organizar los argumentos con el objeto de persuadir aun determinado pblico; esto implica que si el objetivo es la persuasin,entonces, la articulacin de los discursos ya tiene en cuenta la fase de recepcin

    que es donde o cuando se espera tener xito o efectividad. Las estrategias deargumentacin contienen algunos supuestos o saber sobre el pblico al quevan a dirigir sus relatos o argumentos. Tienen una intencionalidadintersubjetiva. La consideracin del otro en esta relacin de comunicacin queson los escritos histricos y polticos, por ejemplo, tiene efectos en la escritura,estructura y estilo de los textos. El saber, las explicaciones e interpretaciones,que se pretenden comunicar en el discurso no responden exclusivamente arequerimientos epistemolgicos o de estructura lgica interna, sino tambin arequerimientos retricos, de argumentacin persuasiva.

    Aqu me interesa relacionar puntualmente los requerimientos retricos del

    discurso con algunas ideas que provienen de la prctica hermenutica. En laretrica se piensa que los discursos no se emiten en el vaco sino queprecisamente estn dirigidos a determinados pblicos; se podra decir,introduciendo aqu una nocin hermenutica, que se los emite en, desde ypara un determinado horizonte cultural de comprensin. Tomo el casoespecfico del discurso historiogrfico y poltico para exponer y ejemplificaresta relacin.

    Una narrativa histrica en una instancia est interesada en articularprocesualmente una serie seleccionada de eventos, a los que se les atribuyerelaciones causales y, en este sentido, propone una alternativa de explicacin.

    En otra instancia paralela puede presentar una interpretacin cultural delsentido de los procesos en consideracin. En ambos casos, pero con ms fuerzaen el momento interpretativo, la escritura historiogrfica trabaja con lospresupuestos de su horizonte cultural en el que se produce y para el cual searticula; es decir, tiende a dar por supuestos cierto conocimiento de creencias,hechos y valores que ya no aparecen explicados en el texto sino ms biencomo referentes de entendimiento compartidos y supuestos en el lector, lacomunidad de cultura.

    2. Lakatos, Imre.Metodologa de los programas de investigacin cientfica.

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    En el caso en que textos histrico-polticos, que se proponen ms bienmodificar las creencias sobre el pasado y en este sentido la cultura poltica ylas orientaciones de la accin colectiva, como son los escritos de historia poltica

    del nacionalismo revolucionario, tambin se hace patente que el relato histricoest tomando en cuenta un determinado conjunto de creencias que en unhorizonte cultural funcionaban como presupuestos, pero esta vez como objetode crtica, de revisin histrica y cultural. Se intenta cambiar esas creencias oparte de una cultura a travs del recurso a la revisin histrica, presentandonueva informacin y sobre todo reinterpretaciones y, en consecuencia, nuevossentidos y valoraciones. Se realiza un rodeo por la revisin histrica para realizartambin una revisin cultural y poltica. En estas circunstancias, el textohistrico se vuelve un dilogo poltico con la tradicin de su horizonte culturaly con el pblico que su estrategia retrica anticipa como potencial receptor ycrtico de sus argumentos. El hacer historia se vuelve, as, crtica cultural en la

    medida que se puede revisar los fundamentos, supuestos y referentes histricosde las creencias colectivas sobre el pasado, que configuran un horizonte cultural;y puede ser tambin crtica poltica en la medida que afecte las relaciones depoder poltico y su ejercicio.

    Se puede pensar que el hacer una historia intelectual de una obra y suespacio intelectual, tambin se practica como una historia de este dilogopoltico-cultural que se establece con su horizonte cultural, es decir, de lasestrategias retricas que articul para informar, explicar, criticar e interpretarsu pasado.

    Considero que la historia de relaciones dialgicas de una obra con su

    horizonte cultural tiene implicaciones en los cambios epistemolgicos y noslo en los retricos; a veces los cambios en la dimensin epistemolgica y lasestrategias tericas provienen bsicamente de momentos crticos en lasrelaciones dialgicas con/en el horizonte cultural en los que no basta modificarel modo de argumentar sino que se hace necesario modificar la produccinmisma del conocimiento histrico. Tambin cabe pensar en cambios retricospedidos por cambios epistemolgicos en las estrategias tericas. Ambos tiposde situaciones se analizan en las fases de cambio en el pensamiento de Zavaleta,as como tambin la articulacin de lo retrico con lo terico-epistemolgicoen los textos.

    Hasta aqu parece que slo estara preocupado con el cmo se produjo y nocon lo que se dijo, es decir, con el contenido en este caso de la narrativa histricay el conocimiento que posibilita, ni con la teora y el anlisis poltico quepresentan esos textos histricos. En esta dimensin del contenido de los textoshay dos niveles de anlisis. Uno es el del conocimiento histrico que produjouna obra, que se estudia y revisa en relacin comparativa al trabajo histricoanterior y posterior, para evaluar su aporte o su lugar en el conocimientohistoriogrfico actual. Como no se trata de escribir una otra historia que sea lasntesis de la que escribi el autor, es pertinente que el estudio analtico bosquejelas visiones ms globales de los procesos histricos y penetre ms en detalle enaquellos casos en que el anlisis de una coyuntura, evento o estructura en

    particular ha abierto mayores posibilidades explicativas, cognoscitivas y/o hamodificado la visin global, la estrategia retrica o el programa de investigacin.

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    El otro nivel es el de la teora en sentido estricto, el de la teora producidaen esa obra, que bsicamente es teora poltica. En esto me parece pertinenteanalizar esa produccin conceptual en el seno de su matriz terica, por una

    parte, y por otra en relacin al horizonte intelectual de la poca y su sociedad.Especifico como ejemplo: la principal produccin terica de Ren Zavaleta sepractica a partir de una matriz terica predominantemente marxista, entoncesse analiza la especificidad de su produccin a partir de ella y en ella, qurecursos utiliza, cmo modifica los ya existentes y sugiere otros. Por otro lado,cabe analizar esa produccin en relacin a las discusiones polticas y tericasde la poca en el horizonte intelectual de su sociedad y en aquel ms ampliocreado sobre todo en el exilio y el conocimiento y experiencia de otras culturas.

    Aqu quiero especificar ms algunos aspectos sobre el anlisis de pensamientoo teora poltica que se articula a un trabajo historiogrfico. Si se hace historia

    intelectual de una obra en la que est presente una preocupacin por la teorapoltica y por las concepciones colectivas en los procesos estudiados, se puedehacer tambin a la vez un poco de historia de las concepciones de poltica quehan existido en la sociedad historiada, e historia de la teora poltica de eseperodo. Una obra terico-histrica permite este tipo de amplitud y puede sereje para un estudio y mapeo del horizonte intelectual de una poca en lo queconcierne a su pensamiento poltico y a su autoconciencia histrica. Algo deesto se hace aqu.

    3. Ahora planteo de manera ms especfica algunas relaciones entre narrativay anlisis cuando se trata de trabajar historia intelectual.

    De manera esquemtica se puede considerar que el primer momento analticoes aquel en el que se practica la descomposicin del objeto de estudio, que eneste caso es una obra de historia, teora y anlisis poltico, y se trabajaespecificando los elementos y estructuras de ese pensamiento con el recurso ateoras y metodologas de diversas disciplinas. Luego viene el momento de laarticulacin de los resultados de diversos momentos analticos para lo cualtambin se puede recurrir a varias estrategias; pero a la vez y en la medida quese hace historia de un trabajo intelectual se acaba tambin articulando unanarrativa de ese proceso, o de varios procesos que justificaron los diversosmomentos analticos, y una narrativa del proceso de su articulacin.

    La hiptesis que aqu sostengo es que el modo en que se descompone unaobra marcar fuertemente la narrativa de su rearticulacin y movimiento; esdecir, el modo de anlisis condiciona la historia intelectual que se hace. Demanera ms especfica, esto quiere decir o implica que las estrategias con lascuales se descompone y se trabaja en cada uno de los momentos analticos,producen los eventos (por as denominarlos en analoga a los elementos de laprctica historiogrfica general) que la historia intelectual ha de relatar. Digoaqu que los produce como elementos de la narrativa ya que los eventoshistricos son las obras o escritos del autor o autores estudiados. Aqu se estpostulando, entonces, una fuerte imbricacin entre anlisis terico e historiaintelectual. La narrativa en una historia intelectual tiene por elementos objetos

    tericos, que son los procesos del pensamiento y sus producciones, en susdimensiones subjetivas e intersubjetivas.

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    Cabe pensar tambin que la historia intelectual que en uno de sus momentosanalticos estudia las estrategias argumentativas o retricas, tiene tambin suspropias estrategias argumentativas o retrica para presentar sus resultados

    con la intencin de convencer de la pertinencia de sus relatos sobre los procesosde una obra o del pensamiento de una poca y sociedad; tambin con el objetode atribuirle algunos sentidos a la historia de esas producciones.

    Las historias generalmente se escriben con preocupaciones y preguntas quecorresponden al tiempo del historiador ms que a las del tiempo de lospensadores estudiados, pero para comprender y explicarse un poco esasproducciones del pasado es necesario tambin rastrear cules eran las preguntasde esos pensadores y su tiempo, y entenderlas. Ah se practica lo que Gadamerllam fusin de horizontes, del horizonte de los escritores y el de loshistoriadores, que en la medida que atribuyen sentidos se vuelven tambin

    intrpretes culturales y polticos.Por ejemplo, en el caso de que se sugiera que algunos elementos del

    pensamiento de un autor o varios son pertinentes para explicar, comprender yguiar la accin contemporneamente, la estrategia retrica puede argumentarque la estructura de la realidad3 de ambos tiempos tiene similitudes que hacenque las preguntas y respuestas de ambos pueden dialogar o que las preguntasque se formularon esos pensadores de tiempo atrs todava se repiten o esnecesario hacerlas de nuevo porque la estructura de la realidad las sugierenuevamente o porque no cambi mucho y los problemas que las suscitaban nofueron superados o resueltos.

    El historiador se pregunta sobre lo que vale la pena contar, explicarse yanalizar, y selecciona, entre otras cosas, de acuerdo a las preguntas que l seplantea en su presente en general y por las respuestas que cree encontrar paraellas en obras pretritas. Cuando el inters por determinadas preguntas yrespuestas cobra una dimensin gentica se puede hacer trabajo historiogrficoy/o epistemolgico; es decir, se puede hacer historia intelectual para tener untipo de conciencia sobre las condiciones cognoscitivas del pensar hoy en unadeterminada sociedad. De esta intencin participa el presente proyecto.

    En algunos momentos se recurre a las ideas de Walter Benjamin4 , que consisteen hacer un rastreo de fragmentos de conciencia de algunas realidades y

    momentos del pasado. Por un lado, aqullos que registraron instantes ms omenos largos y los captaron en su momento de apogeo y que por eso mismocontienen adems de la expresin de su tiempo, la ilusin o fantasa del mismocomo creencias sobre su superioridad en relacin a lo anterior y al hecho decreer que ha resuelto los problemas del pasado. Se puede ver tambin bajoesta perspectiva parte de la literatura histrica y poltica que produjo elnacionalismo revolucionario sobre la revolucin de 1952 en Bolivia y el procesosubsecuente. Por otro lado, se puede rastrear aquellos fragmentos de conciencia,

    3. Cfr. Perelman y Olbrechts-Tyteca. The new rethoric.

    4. Benjamin, Walter. Iluminaciones, 3 vol.

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    que se hicieron discurso histrico y poltico, que en diversos momentoscontienen y expresan los proyectos de emancipacin social y poltica que fueronvencidos u olvidados parcialmente, pero que, sin embargo, por no haberse

    realizado continan latentes y susceptibles de ser reencendidos.En la obra de Zavaleta se encuentran elementos de ambos tipos. Algunos de

    sus textos, sobre todo los que participan de la ideologa del nacionalismorevolucionario, forman parte de esos fragmentos de conciencia que a la vezque hacen una crtica del pasado despliegan ilusiones sobre sus fuerzas en elp r e s e n t e .

    Por otro lado, Zavaleta practica esto de recuperar fragmentos de memoria,discurso, que contienen elementos de rebelda y proyectos de emancipacinno realizados, aunque l no recurre a Benjamin como fuente terica de estasprcticas. Recupera esos fragmentos para hacer historia, explicacinmacrohistrica, reuniendo las discontinuidades desde el horizonte de la visinde varias pocas y tiempos histricos; tambin los recupera para hacerinterpretacin cultural y anlisis poltico.

    Al hacer la historia de una obra, las ideas de Benjamin pueden servir paracomprender parte del carcter y prctica de recuperacin que ejerce el autoral escribir historia y anlisis poltico, como tambin para hacer una crtica delos momentos en que participa de las ilusiones de su poca, de aquellos que laactual secularizacin puede permitir al historiador y analista de su obra, revisarc r t i c a m e n t e .

    Hacer un anlisis e historia de una obra que particip de la produccin delas ilusiones de una nueva poca cuando se haca crtica intelectual y polticadel pasado colonial en un momento revolucionario, permite hacer un pocoms de conciencia crtica de sus aspectos ilusorios, aunque el tiempo y suspropias cabezas ya lo hicieron a veces. Se rastrea el cmo en el momento mismoen que, por ejemplo, el proceso produce sus fantasmas mayores, recuperaalgunos fragmentos de memoria y proyectos de emancipacin, incluye los suyos,pero en la dinmica de su ascenso y apresuramiento en y por el ejercicio denuevos poderes va enterrando y olvidando parte de sus propios elementos dediscurso emancipatorio, y tambin sus propias ilusiones. El hacer una historia-

    anlisis de una obra como la de Zavaleta permite tener tambin una historiafragmentada de algunos momentos de produccin de las grandes ilusiones(prejuicios, proyectos y conciencias dominadoras) y de la recuperacin deproyectos y memorias de emancipacin y soberana cultural.

    En sntesis, se procede en lo bsico del siguiente modo, con variacionesespeciales en cada momento analtico. Se trata de establecer primero losintereses cognitivos de cada momento y los intereses y fines polticos. Se pasaa reconstruir desde dentro y desde fuera la estrategia explicativa y la estructuraterica, en torno a esta reconstruccin que se complementa con una sntesisde sus anlisis especficos. Se contrasta sus propuestas explicativas y el modo

    de producirlas, con otras alternativas o producciones de la poca. Luego searticula la narrativa que rene significativamente, aunque con cierta

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    discontinuidad, los diversos momentos analticos en trminos de una historiaintelectual. En ella se da cuenta de nuevos hechos tericos y explanatorios, delos cambios, del movimiento del pensamiento en el seno de los procesos sociales

    que pretende analizar y explicar.

    IV. Objetivos

    Con este estudio se pretende en primer lugar elaborar o trabajar una memoriaanaltica y reflexiva de uno de los principales momentos del pensamientopoltico moderno en Bolivia, y en este sentido, proyectar lo que se considerasus logros en el trabajo de la ciencia social, el anlisis poltico y la historia.

    Es un objetivo de este trabajo no slo hacer el anlisis de una obra, sinotambin insertarse en una tradicin, la que esta obra configura y en parte

    contina otros momentos lcidos del pensamiento social boliviano, a travsde una apropiacin que en este caso es la elaboracin de su historia interna.

    Este trabajo tiene tambin por objeto exponer el cmo se ha pensado yanalizado la poltica y se ha hecho la historia en Bolivia desde la dcada del50, y en particular exponer y argumentar cmo en la obra de Zavaleta hay unaalternativa consistente y compleja para la produccin del conocimiento local,en un proceso de articulacin de modelos tericos de regularidad y validezepocal, con la acumulacin especial de cada historia local, para lo cual se haproducido un conjunto de categoras intermedias de sntesis que permitenpensar conceptualmente las especificidades de la historia y la poltica.

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    BLOQUE A

    MOMENTOS DEL NACIONALISMO

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    La poca es un horizonte de existencia que proporciona la matriz de losprocesos formativos del individuo, en tanto configuracin particular de un

    conjunto de procesos macro sociales que se han articulado con diferenteextensin, como sociedades locales, y como mundo u horizonte cultural globaldel presente. Es cierto que la mundializacin es ms o menos intensa de unasociedad a otra, y tambin que cada sociedad articula su particular horizontecultural (ms o menos heterogneo) que es el que ms intensamente vive.

    Por horizonte de existencia aqu se entiende el conjunto heterogneo,articulado o no, de las condiciones y posibilidades generales de las formas devida social existentes y virtuales en un espacio histrico que generalmente ennuestros tiempos se articulan y delimitan a la vez, como nacin, estado o pas(en esta enumeracin no se pretende sinonimia, por supuesto).

    De manera especfica, dira que un horizonte de existencia es una nocinque sintetiza la articulacin que histricamente se realiza entre las formasmateriales (en sentido estricto) de organizacin y produccin de la vida social,con las formas y alcances de los procesos de significacin y simbolizacin, queimplica las formas de conciencia y de atribucin y produccin de sentido.

    Utilizar esta nocin como un fondo categorial que me permita referir elanlisis de la obra de Ren Zavaleta a procesos histricos que dan sentido a suobra y que permiten a su vez explicar algunos aspectos de la produccin ydesarrollo de su pensamiento.

    Este estudio no desarrolla una biografa personal. No voy a narrar laformacin y vida del autor. Las referencias muy puntuales y sintticas de estetipo son bsicamente para relacionar su obra al contexto de su produccin.

    El objeto de este estudio es su produccin intelectual, en el contexto de losdebates polticos y tericos de los diversos momentos en que sta fue realizada.Voy a privilegiar la referencia al fondo histrico sobre el cual hilvanar sloalgunas puntadas que se refieren a la vida poltica de Zavaleta. La relacinvida poltica nacional-produccin intelectual es la que aqu exploro y explotocomo eje del anlisis.

    Ren Zavaleta nace el 3 de junio de 1937 en la ciudad de Oruro. En la poca

    era la ciudad ms ligada a los principales centros mineros del departamentodel cual es capital, como tambin a los centros mineros que se encuentran en

    IDEL CULTURALISMO TELRICO ALNACIONALISMO REVOLUCIONARIO

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    territorio del departamento de Potos pero que estn ms comunicados conesta capital regional. A su vez, la produccin minera era la principal actividadeconmica del pas, a partir de la cual se organizaba y ejerca el poder y gobierno

    poltico en el pas.Los aos de niez y juventud de Zavaleta son los de la crisis del estado de la

    poca de dominio de la oligarqua minera y latifundista, as como tambin esel tiempo de las primeras experiencias nacionalistas que se dan como cortas ytrgicas rupturas en el gobierno de un orden poltico que hasta 1952 se basabaen una estrategia censitaria1 que exclua al conjunto de las comunidadesindgenas y a la mayora de los trabajadores, con un criterio que slo incluacomo ciudadana aquel margen de poblacin alfabeta que tena un ingresoanual que no provenga de servicios de trabajo domstico 2.

    Al terminar la guerra del Chaco (1932-1935) que Bolivia pierde frente al

    Paraguay, se da un ciclo de crisis de este modo recortado de articular y practicarel dominio estatal. Por un lado, ocurren los golpes de militares nacionalistasque dirigieron cortos gobiernos (Toro 1935-37; Busch 1937-38; Villarroel 1943-46) que tomaron medidas que aumentaban la recuperacin de excedenteproducido por las empresas mineras, y se nacionaliza el petrleo. Justamentepor esto los intereses afectados organizan su derrocamiento.

    Por otro lado, es un perodo de crecientes conflictos con sindicatos minerosque son objeto de fuerte represin y masacre 3 por parte del ejrcito a pedidoy bajo rdenes del poder minero. La dcada del 40 tambin es la del surgimientoe intensa actividad poltica del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR)

    que luego ha de ser el partido que ha de reorganizar el estado despus de1952, y en el que Ren Zavaleta militar por un buen tiempo hasta 1970.

    Hay una poca nacionalista en Bolivia, y para Zavaleta tambin, quejust amente crec i en un perodo de ges tacin y desa rr ol lo de la cr t icanacionalista al oligrquico poder minero. En este captulo pretendo analizar elpensamiento de Zavaleta que participa genricamente del discurso delnacionalismo revolucionario y del tiempo en el que milita en las filas del partidoque deca representar tal ideologa y programa en el periodo postr e v o l u c i o n a r i o .

    El objeto de esta parte es analizar la modalidad especfica del discursonacionalista de Zavaleta a la vez que la matriz general y las influencias de lascuales se alimenta su produccin. Se centra en las nociones que se tenan sobrepoltica e historia.

    Tomo como materia prima bsica de anlisis los textos de Zavaleta, supensamiento escrito, o el que acaba escrito aunque se origine en entrevistas o

    1. Cfr. Flisfish, Angel. La polis censitaria: la poltica y el mercado enAutoritarismo y alternativaspopulares en Amrica Latina.

    2. Cfr. Malloy, James.Bolivia: la revolucin inconclusa.3. Cfr. Barcelli, Agustn.Medio siglo de luchas sindicales en Bolivia.

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    intervenciones pblicas. Sus apuntes personales son un material de apoyo enalgunos puntos, en que se puede y cabe distinguir cmo se gestaron las ideasy qu es lo que qued como producto final.

    El culturalismo telrico

    Zavaleta empez a escribir para la prensa desde muy joven. La actividadperiodstica fue algo que realiz durante toda su vida de escritor, en diferentespases. Aqu utilizo un par de artculos publicados en la prensa en 1954 parabosquejar brevemente cmo empieza en la expresin del pensamientoorganizado y personalizado, y para rastrear y sealar las influencias delpensamiento boliviano de la poca.

    En 1954, con casi 17 aos, en la prensa pacea publica: Los cicl os hi st r icos

    y la apt it ud cread ora del ind iv iduo y El porven ir de Amri ca La tin a y su papelen la elaboracin de una nueva humanidad. El nivel u horizonte conceptual deeste momento es el de la cultura, que aparece como una especie de sujeto de lah i s t o r i a .

    Su preocupacin es la relacin entre culturas, y la relacin entre historia eindividuo, todo esto marcado por algunas influencias intelectuales todavaoperantes en el momento. Veamos esto con algn detalle.

    En El porv eni r de Am rica La ti na .. . siguiendo la idea de que hay dos Amricas,e sc r ibe :

    Una sola es la verdadera, la del carcter guardado por la raza en el alma de su hombreor ig ina l .

    y

    El alma indgena se encuentra en el interior de todo americano, pues creemos que esindio todo lo creado por la accin del paisaje y el ambiente anmico de este continente.

    Esta Amrica de cultura indgena es contrapuesta a una cultura occidentaldecadente. Esta decadencia se debera a que ha agotado su fuerza creadora engeneral, a que en la especificidad del continente el conquistador, a pesar deser el dominador, pasa por un proceso por el que lo que se llama el almaespaola se integra lentamente y para siempre en la autoctonia americana.

    Se trata, en consecuencia, de una Amrica que a pesar de estar vencidapolticamente y explotada econmicamente, tiene una fortaleza cultural queno slo resiste la conquista sino que acaba transformando los elementosculturales del conquistador en el fondo histrico cultural ancestral y telricode lo indgena.

    La conquista reprimi y detuvo el desarrollo de esta forma cultural. Unavez que Occidente est decadente y sus elementos que vienen por la va de laconquista son reformados por el alma indgena y la fuerza del paisaje, estacultura est en el tiempo de desplegarse de nuevo; ya que slo los oprimidospueden renovar la historia. Ahora bien, la idea de los oprimidos que se tiene

    aqu es la de aqullos que sufren la angustia y la sed de humanidad, no esuna idea definida en trminos socio-econmicos y de dominacin poltica. La

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    opresin es cultural, sentida y pensada en trminos culturales, y la proyeccinde la liberacin tambin.

    Zavaleta establece una distincin entre fondo cultural y fuerza histrica.Una vez que Europa ha perdido la creatividad y la energa, se convierte en unfondo cultural que ya slo puede aportar sus mejores realizaciones del pasado,y que otra fuerza histrica con ansia de creacin puede retomar. Esa fuerza esAmr i ca .

    Aqu subyace una concepcin de la historia como dinmica cuasi natural decivilizaciones y culturas que surgen, se desarrollan y mueren, coexistiendoconflictivamente por un tiempo y sucedindose unas a las otras. Esta concepcinque fue difundida por Spengler circul mucho por Amrica Latina en lasprimeras dcadas de este siglo y tuvo su influencia en Bolivia 4 .

    Otra discusin y distincin de la poca que Zavaleta retoma, es la que serealiza entre cultura y civilizacin. Aqu sirve para acabar el bosquejo anteriorcon la relacin entre