The Clever ProcessIgnacia Castillo

Antes de escribir este ensayo decidí preguntarle a la gente que sabían o que pensaban acerca del desarrollo sustentable. Muchas personas simplemente no tenían claro el concepto, otras no lo habían reflexionado y me incluyo dentro de ellas, ya que antes de informarme sobre el tema reconozco que no le había dado una vuelta profunda, que ciertamente se merece, otros me dijeron que es una utopía y que no creían en ella, y al ver estas respuestas me di cuenta de lo desmotivante del asunto. Cómo pretendemos que el mundo marche bien, si todos nos dejamos estar, frente a un tema que no es menor en el presente y tampoco lo será en el futuro. Lo que me dio esperanzas fue que un grupo de gente que sabía mucho, sí creía en él como una forma viable y necesaria para mejorar los problemas socio-económicos, culturales y ambientales en los que nos vemos envueltos día a día.

Cuando hablamos de desarrollo sustentable, nos referimos a la búsqueda que tiene la humanidad por lograr poner sobre una balanza las necesidades del ser humano versus todos los avances y aportes que ha logrado éste a través de diversas disciplinas, ya sean tecnológicos, económicos y sociales. Lo más importante de este balance es que pueda ser logrado de una forma que no impacte negativamente, o que impacte lo menos posible en nuestro medio ambiente. Es decir como seres humanos aspiramos al cumplimiento de nuestras necesidades o metas, y para ello utilizamos las herramientas que nosotros mismos hemos desarrollado, pero no debemos dejar de lado la enorme tarea de cuidar los recursos que existen a nuestro alcance, para que así tanto nuestras necesidades del presente como las del futuro puedan ser abastecidas. Al hablar de necesidades, es algo bastante obvio que todos las tenemos, a pesar de que sean muy distintas entre sí. Es aquí cuando topamos de frente con un término bastante importante a nivel de necesidades, y éste es nada más y nada menos que la igualdad. Un desarrollo sustentable debiera ofrecer a todos, una oportunidad de mejorar su calidad de vida. En este minuto la pobreza no deja de ser un factor de preocupación si es que estamos tratando de lograr satisfacción de necesidades e igualdad.

Desde un punto de vista económico, es importante mencionar que si el desarrollo permite que naciones pobres incrementen su crecimiento económico, también debe permitir que los más pobres de esa nación reciban su parte de los recursos que lo permitieron y así se pueda sustentar el proceso y mejorar un problema de pobreza, que aunque no lo queramos existe y todavía no se ha podido erradicar. Por otro lado, desde una mirada social vemos como día a día las poblaciones crecen, lo que ejerce una enorme presión para un mundo que no da a vasto, donde sus recursos se sobreexplotan día a día y las necesidades no pueden ser suplidas, lo que disminuye la calidad de vida de las personas que llegan a este mundo. Es sumamente necesario lograr un equilibrio entre la población y la potencialidad de los recursos que tenemos en la Tierra.

Ya habiendo destacado importantes puntos de partida como lo son las necesidades, la igualdad y un problema económico existente que se suma a otro problema social, es hora de pensar cómo lograr un desarrollo sustentable, desde una mirada más simplista, pero más potente. Es hora de preguntarnos qué es lo que se puede hacer- desde nuestra disciplina del diseño- para lograr una mejora tanto económica, social, ambiental, y cultural, para el mayor número de personas.

En nuestra disciplina del diseño se plantea una nueva interrogante, ¿Cómo diseñar de manera que nuestras creaciones, sean un aporte a un desarrollo sustentable universal? Diseño sustentable puede definirse como las «acciones orientadas a la mejora ambiental del producto en la etapa inicial de diseño, mediante la mejora de la función, selección de materiales menos impactantes, aplicación de procesos alternativos, mejora en el transporte y en el uso, y minimización de los impactos en la etapa final de tratamiento».

Vivimos en un mundo donde hemos logrado desarrollar enormes tecnologías y hemos creído que así vamos a lograr una calidad de vida más alta, pero lo que no nos damos cuenta es que este bombardeo de la tecnología de a poco nos pone obstáculos en el camino, y llegamos a un punto que nos sobrepasa y nos agota. Estamos en una era donde es prácticamente imposible poner el mundo marcha atrás nos vemos obligados a buscar alternativas de atenuar el caos en el que hemos caído. En base al punto anterior se ha logrado progreso, no es mucho, pero si es considerable, se puede decir que se ha logrado crear un concepto universal en la gente que dice que menos es más, que simpleza es más, y así se ha dado paso a una nueva concepción del diseño que nos entrega más posibilidades de desarrollar diseños sustentables.

Ya no es necesario crear objetos sumamente complejos, que utilicen muchas materialidades, colores, formas, y procesos, nuestra cultura es capaz de reconocer que cantidad o complejidad no es calidad. En el punto antes mencionado se demuestra al igual como menciona el autor John Maeda que la complejidad y la simpleza son importantes entre sí y deben relacionarse, una abre paso a la otra y es así como la conciencia de la gente fue evolucionado desde una época compleja y sobrecargada, a una de simpleza. Este cambio en la sociedad nos entrega una potente arma a la hora de crear para ellos. Es por eso que pienso que la sustentabilidad debe estar presente en nuestras cabezas desde que pensamos en un proyecto hasta su fin de vida. En este proceso de creación es válido y útil pensar en los consejos que Maeda nos da a conocer en su libro. En términos general habla de simpleza, lo cual es muy coherente con lo que necesitamos para lograr sustentabilidad. Es sumamente necesario reflexionar sobre la importancia en la simpleza de la materialidad que elegimos para un producto, la simpleza en su proceso de fabricación que debiera requerir de pocos esfuerzos y el menor impacto negativo posible, y también debemos considerar que si a esa simpleza logramos darle una segunda vida, es decir que sea un diseño reutilizable, tenemos un diseño sustentable, y a la vez mucho más valioso que otros, a través de simpleza, otorgamos sustentabilidad y finalmente logramos un enorme valor por parte del objeto mismo.

Por simpleza no se trata de eliminar todo el contenido y sentido de un objeto, sino que sumarle valor, repensando su estructura conceptual y física. Es necesario cuestionarse por qué las cosas son como son y cómo podrían ser mejores para todos. Concuerdo plenamente con las claves que nos da John, cuando habla de reducción y organización. Reducir no significa eliminar todo, y aquí es donde debemos ser astutos. No es que debamos hacer un objeto tan simple que parezca para personas sin neuronas, es posible aludir a la simpleza y aquí creo que va nuestra misión como diseñadores. A pesar de crear un objeto sumamente complejo, pienso que debemos entregarle a las personas sensaciones simples, que pueden ser a través de composiciones, formas, materiales e incluso colores. Algo que he aprendido mediante el diseño es que para dar sensaciones no es necesario recrearlas tal cual son, por ejemplo para dar sensación de agua, no es necesario que ponga una cascada o un río al frente de todos, basta con identificar las características que el agua posee para que la identifiquemos como tal. Puede ser su movimiento, su sonido, su color, etc. y a través de algo más simple que el agua misma puedo aludir a ésta de una forma más humanizada y emotiva, como dice Maeda, una simple elección de un material de algo, puede cambiar como nos sentimos frente a un objeto.

Un ejemplo que me gusta mucho, y que creo que alude mucho a una mezcla entre simpleza y sustentabilidad es la nueva caja (que en realidad no es una caja) de zapatillas diseñada por Yves Behade para Puma. Estas cajas tienen una serie de cualidades que no sólo se observan en la vida útil del objeto mismo, sino que desde su fabricación, transporte y uso. Lo que se hizo aquí fue repensar la caja, y me di cuenta que el proceso de replanteamiento coincide con la ley de reducción y organización de Maeda. El diseñador Behade cuestionó si es que era realmente necesaria la caja de cartón estándar que todas las tiendas de zapatillas tienen. ¿Acaso no existía alguna otra forma de lograr una misma función, de una forma más simple y sana para la humanidad? Claro que existía, y así se dio paso a un gran producto, que es más pequeño y manejable, ocupa menos espacio, gasta menos energía en producirse y en transportarse, disminuye las emisiones de carbono como también la utilización de plástico, y es reutilizable, por mencionar algunas de sus cualidades. Aquí la simpleza, organización y jerarquización de factores dio paso a un gran invento de completa sustentabilidad. Después de ver este ejemplo seguro muchos de ustedes podrían pensar como fue posible que utilizáramos la típica caja de cartón durante tanto tiempo en la historia.

Creo que el primer párrafo que escribí al empezar este ensayo es el que me mueve a hablar de sustentabilidad con tanta ambición. Creo que para lograr sustentabilidad hay ciertas claves y requerimientos que son indispensables, conceptos que no podemos dejar de lado. Como lo vemos en el ejemplo de Puma antes mencionado, también pienso que es mirar un poco más lejos, abrir los ojos, y lograr salirnos de nuestra comodidad del presente. Entiendo el poco interés de replantear lo que nos rodea, es fácil vivir con lo que tenemos, no es que el mundo esté completamente mal, y que todo sea un caos total, las cosas parecen bastante bien para nosotros, pero pienso que es verdaderamente apasionante lograr mejorar lo que parece inmejorable, para vivir mejor, pero sobre todo para vivir más felices. Aludiendo a mi ejemplo anterior, pienso que debemos salir de la caja y actuar frente a un mundo desafiante y lleno de retos.