Están catalogadas como faltas leves el incumplimiento injustificado del horario laboral que no suponga una falta grave, no asistir al trabajo un día de manera injustificada, la incorrección con el público, superiores, compañeros o subordinados, el descuido o negligencia en el ejercicio de las funciones o el incumplimiento de los deberes que no se considere grave o muy grave.

En cualquier caso la compañía debe explicar a su empleado por escrito cual ha sido  la causa de esa sanción . Lo que no puede hacer la empresa es obligar al trabajador a pagar una multa o quitarle parte de sus vacaciones, tampoco podrá sancionarle dos veces por la misma conducta. Además, la empresa no podrá imponer una sanción al trabajador si han pasado más 10 días desde que sucedieron los hechos que la motivaron en el caso de que constituyan una falta leve, 20 días si es grave y 60 días si es muy grave.

Si la falta que se comete es leve, se sancionará al trabajador con una amonestación o una suspensión de empleo y sueldo de hasta dos días. Si la falta es grave, la suspensión de empleo y sueldo podrá durar hasta 20 días. En el caso de que la falta sea muy grave se inhabilitar a ese trabajador para el ascenso, suspenderlo en empleo y sueldo hasta medio año o trasladarlo a otro centro de trabajo. Los comportamientos que se asocian a las distintas clases de faltas son diferentes según el convenio colectivo   que se aplique en cada caso. Podría constituir una falta leve, por ejemplo, marcharse del trabajo sin avisar o sin dar una justificación. Sería una falta grave faltar dos días enteros en el plazo de un mes y si fueran más días se trataría de una falta muy grave.